Conectarse
Últimos temas
miembros del staff
Beta readers
|
|
|
|
Equipo de Baneo
|
|
Equipo de Ayuda
|
|
Equipo de Limpieza
|
|
|
|
Equipo de Eventos
|
|
|
Equipo de Tutoriales
|
|
Equipo de Diseño
|
|
créditos.
Skin hecho por Hardrock de Captain Knows Best. Personalización del skin por Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
"El Principe De Piedra" (Nick Y Tu) Adaptacion.
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
Página 10 de 32. • Comparte
Página 10 de 32. • 1 ... 6 ... 9, 10, 11 ... 21 ... 32
Re: "El Principe De Piedra" (Nick Y Tu) Adaptacion.
ahy dios por dios nick deja de cer tan morboso hahahah dios me encano y si fue bien gracioso hahah dale sigela por dios m encanto el capi y tu como simpre dejandome con ganas d mas hhahahah dale sigela heheh :lol!:
Invitado
Invitado
Re: "El Principe De Piedra" (Nick Y Tu) Adaptacion.
pase d paguina yupii hahah dale eso s merece capis dale sigela plizzzzzz
Invitado
Invitado
Re: "El Principe De Piedra" (Nick Y Tu) Adaptacion.
M E E N C A N T A
siguela!
bye
att0:
aidée veega...............♥
siguela!
bye
att0:
aidée veega...............♥
elamormasbello
Re: "El Principe De Piedra" (Nick Y Tu) Adaptacion.
CAPITULO 6 PARTE 4
—Cuánto no importa, pervertido. No tienes dinero y yo no voy a darte nada. Además, dije que ella podría ser una puta, no que lo fuera en realidad.
En vez de arder de indignación como ella se esperaba, él rió.
—Estás celosa, ________.
—¿Celosa? —Resopló, haciendo todo lo posible para dar la impresión de ser una mujer despreocupada, con cientos de amantes—. No estoy celosa. Los celos son para los que están realmente enamorados de otra persona. Lo que yo siento por ti es similar a lo que siento por mis hermanos.
La extraña y confiada risa de Nick se borró. Sus rasgos se volvieron duros y fríos, como el hielo que congela un océano.
—No soy, ni seré nunca, tu hermano. Y si piensas de otra forma, es hora de que terminemos lo que empezamos esta mañana. Tú, realmente, me quieres, y puedo demostrarlo delante de toda esta gente. Por lo general, necesitas pruebas, ¿no, ________?
Aquellas palabras eran casi todas ciertas. Lo que sin duda era cierto, era su temblor, mezcla del miedo y la anticipación. Aunque su confianza en su capitulación le molestaba. Él actuaba como si sólo tuviera que tocarla y ella se fundiría con él. De acuerdo, ella podía haberle permitido unos derechos durante aquel momento en el cual ella no pensaba hasta que no se alejara, pero eso no pasaría otra vez en un momento cercano.
—¿Quieres lo de siempre, muñeca? —preguntó bruscamente una voz femenina, impidiendo a ________ darle a Nick una dura réplica. Se conformó con una mirada de esto-no-ha-acabado y luego prestó su atención a la camarera.
—Sí, gracias. Tomaré lo habitual.
Frances puso dos vasos de agua sobre la mesa con un sonido metálico. Sus pantalones negros y la blusa blanca envolvían sus generosas curvas. Su pelo del color del jerez, que probablemente era teñido, estaba retorcido en un moño sobre su cabeza.
—¿En cuanto al tipo grande? ¿Quiere un batido y una tortilla, también?
—El tipo grande puede hablar por él —gruñó Nick.
Lejos de sentirse intimidada, Frances hizo rodar los ojos y le dirigió a ________ una mirada de “deshazte de este”.
—¿Qué va a ser? Me muero por escuchar lo que quieres —su tono bulón consiguió que los hombros de Nick se tensaran.
Frunciendo el ceño, levantó el menú y estudió las palabras. Un minuto pasó, luego otro. Impaciente, Frances repiqueteó con su zapato. (Ella no tenía mucha paciencia con el género masculino. Pero su jefe era una mujer, que era la única razón por la que todavía tenía trabajo).
—Es para hoy, tipo grande.
Con un aire real de soy-demasiado-importante-para-esto, él dejó caer el menú en la mesa.
—He decidido que ________ escoja por mí.
________ casi se rió pero, en vez de eso, suspiró. El hombre no sabía leer su lengua, pero jamás admitiría tal debilidad en voz alta. Y eso le hacía parecer menos desafiante y más... vulnerable.
—Vamos a ver… —ella agarró el menú. Además de Tupperware y emparedados del pavo, ¿qué comían los extraterrestres extra grandes para desayunar?—. Él tomará la tortilla de setas con pimientos y jamón. Dos bágels con cremoso queso y fresa, un muffins inglés y tres tartas de arándano.
Frances alzó la vista de su libreta, con expresión incrédula.
—¿Algo más?
—Sí. Un gofre con helado.
Aunque ninguna mujer lo miraba, Nick dijo:
—Dos gofres con helado.
—Tendrás que sacarlo de aquí rodando. ¿Lo sabes, verdad? —en ese mismo momento, una luz diabólica brilló en los ojos color avellana de Frances. Se rió, marcando las arrugas de alrededor de sus ojos y cogió el menú con una mano—. Tengo uno nuevo para ti, muñeca. Lo escuché justo esta mañana.
________ abrió la boca para decirle a Frances que ya escucharía el chiste en otro momento, ya que no sabía si, un hombre tan machista como Nick, podría reaccionar violentamente, pero Frances continuó antes de que ella pudiera pararla.
—Una joven pareja, en su luna de miel, estaba en su suite la noche de bodas. Cuando ellos se desnudaron para meterse en la cama, el marido, que era un hombre grande y corpulento... —eso lo dijo mirando significativamente a Nick— arrojó sus pantalones a su novia, y dijo, “póntelos”. Aunque la esposa se extrañó por la petición, se los puso. La cinturilla era dos veces el tamaño de su cuerpo. “No puedo llevar tus pantalones”, le dijo a su marido, “son demasiado grandes”. “Así es” dijo el marido, “y no lo olvides. ¡Soy el hombre, y llevaré los pantalones en esta familia!” —Frances tomó aliento y continuó—. La esposa agarró sus bragas y se las tiró a su marido. “Pruébatelas”, dijo ella. Como él sabía que tenía que apaciguarla si quería tener suerte esa noche, el marido hizo lo que ella exigía. Se probó las bragas y se encontró que tan solo podía subirlas hasta la altura de sus rodillas. Él dijo, “Maldita sea, no puedo entrar en tus bragas”. Y la esposa dijo, “Cierto, y así va a ser hasta que no cambies tu maldita actitud”.
________ se ahogó con el agua.
Nick frunció el ceño.
Cuando pudo respirar de nuevo, ________ rió con Frances.
—Tendré que contárselo a mis hermanos.
—Sabía que te gustaría.
—Si alguna vez buscas trabajo fuera de la cafetería —dijo ________, todavía sonriendo—, habla conmigo. Estoy restaurando la vieja casa que está en Gossamer Lane y podrías ayudarme. Y entretenerme.
—¿De verdad? ¿En serio?
—Absolutamente.
________, por lo general, contrataba a alguien que la ayudara con las reparaciones y restauraciones cada vez que compraba una casa nueva. Pero, por alguna razón, se sentía reacia a contratar a alguien para el Victorian, queriendo hacer el trabajo ella misma. Pero la alegría en los ojos de Frances la convenció de continuar con su método habitual.
—Podrías empezar en cualquier momento.
—Podría tomarte la palabra —sonrió Frances. Después, con otro vistazo significativo a Nick, se alejó, silbando alegremente.
—Cuánto no importa, pervertido. No tienes dinero y yo no voy a darte nada. Además, dije que ella podría ser una puta, no que lo fuera en realidad.
En vez de arder de indignación como ella se esperaba, él rió.
—Estás celosa, ________.
—¿Celosa? —Resopló, haciendo todo lo posible para dar la impresión de ser una mujer despreocupada, con cientos de amantes—. No estoy celosa. Los celos son para los que están realmente enamorados de otra persona. Lo que yo siento por ti es similar a lo que siento por mis hermanos.
La extraña y confiada risa de Nick se borró. Sus rasgos se volvieron duros y fríos, como el hielo que congela un océano.
—No soy, ni seré nunca, tu hermano. Y si piensas de otra forma, es hora de que terminemos lo que empezamos esta mañana. Tú, realmente, me quieres, y puedo demostrarlo delante de toda esta gente. Por lo general, necesitas pruebas, ¿no, ________?
Aquellas palabras eran casi todas ciertas. Lo que sin duda era cierto, era su temblor, mezcla del miedo y la anticipación. Aunque su confianza en su capitulación le molestaba. Él actuaba como si sólo tuviera que tocarla y ella se fundiría con él. De acuerdo, ella podía haberle permitido unos derechos durante aquel momento en el cual ella no pensaba hasta que no se alejara, pero eso no pasaría otra vez en un momento cercano.
—¿Quieres lo de siempre, muñeca? —preguntó bruscamente una voz femenina, impidiendo a ________ darle a Nick una dura réplica. Se conformó con una mirada de esto-no-ha-acabado y luego prestó su atención a la camarera.
—Sí, gracias. Tomaré lo habitual.
Frances puso dos vasos de agua sobre la mesa con un sonido metálico. Sus pantalones negros y la blusa blanca envolvían sus generosas curvas. Su pelo del color del jerez, que probablemente era teñido, estaba retorcido en un moño sobre su cabeza.
—¿En cuanto al tipo grande? ¿Quiere un batido y una tortilla, también?
—El tipo grande puede hablar por él —gruñó Nick.
Lejos de sentirse intimidada, Frances hizo rodar los ojos y le dirigió a ________ una mirada de “deshazte de este”.
—¿Qué va a ser? Me muero por escuchar lo que quieres —su tono bulón consiguió que los hombros de Nick se tensaran.
Frunciendo el ceño, levantó el menú y estudió las palabras. Un minuto pasó, luego otro. Impaciente, Frances repiqueteó con su zapato. (Ella no tenía mucha paciencia con el género masculino. Pero su jefe era una mujer, que era la única razón por la que todavía tenía trabajo).
—Es para hoy, tipo grande.
Con un aire real de soy-demasiado-importante-para-esto, él dejó caer el menú en la mesa.
—He decidido que ________ escoja por mí.
________ casi se rió pero, en vez de eso, suspiró. El hombre no sabía leer su lengua, pero jamás admitiría tal debilidad en voz alta. Y eso le hacía parecer menos desafiante y más... vulnerable.
—Vamos a ver… —ella agarró el menú. Además de Tupperware y emparedados del pavo, ¿qué comían los extraterrestres extra grandes para desayunar?—. Él tomará la tortilla de setas con pimientos y jamón. Dos bágels con cremoso queso y fresa, un muffins inglés y tres tartas de arándano.
Frances alzó la vista de su libreta, con expresión incrédula.
—¿Algo más?
—Sí. Un gofre con helado.
Aunque ninguna mujer lo miraba, Nick dijo:
—Dos gofres con helado.
—Tendrás que sacarlo de aquí rodando. ¿Lo sabes, verdad? —en ese mismo momento, una luz diabólica brilló en los ojos color avellana de Frances. Se rió, marcando las arrugas de alrededor de sus ojos y cogió el menú con una mano—. Tengo uno nuevo para ti, muñeca. Lo escuché justo esta mañana.
________ abrió la boca para decirle a Frances que ya escucharía el chiste en otro momento, ya que no sabía si, un hombre tan machista como Nick, podría reaccionar violentamente, pero Frances continuó antes de que ella pudiera pararla.
—Una joven pareja, en su luna de miel, estaba en su suite la noche de bodas. Cuando ellos se desnudaron para meterse en la cama, el marido, que era un hombre grande y corpulento... —eso lo dijo mirando significativamente a Nick— arrojó sus pantalones a su novia, y dijo, “póntelos”. Aunque la esposa se extrañó por la petición, se los puso. La cinturilla era dos veces el tamaño de su cuerpo. “No puedo llevar tus pantalones”, le dijo a su marido, “son demasiado grandes”. “Así es” dijo el marido, “y no lo olvides. ¡Soy el hombre, y llevaré los pantalones en esta familia!” —Frances tomó aliento y continuó—. La esposa agarró sus bragas y se las tiró a su marido. “Pruébatelas”, dijo ella. Como él sabía que tenía que apaciguarla si quería tener suerte esa noche, el marido hizo lo que ella exigía. Se probó las bragas y se encontró que tan solo podía subirlas hasta la altura de sus rodillas. Él dijo, “Maldita sea, no puedo entrar en tus bragas”. Y la esposa dijo, “Cierto, y así va a ser hasta que no cambies tu maldita actitud”.
________ se ahogó con el agua.
Nick frunció el ceño.
Cuando pudo respirar de nuevo, ________ rió con Frances.
—Tendré que contárselo a mis hermanos.
—Sabía que te gustaría.
—Si alguna vez buscas trabajo fuera de la cafetería —dijo ________, todavía sonriendo—, habla conmigo. Estoy restaurando la vieja casa que está en Gossamer Lane y podrías ayudarme. Y entretenerme.
—¿De verdad? ¿En serio?
—Absolutamente.
________, por lo general, contrataba a alguien que la ayudara con las reparaciones y restauraciones cada vez que compraba una casa nueva. Pero, por alguna razón, se sentía reacia a contratar a alguien para el Victorian, queriendo hacer el trabajo ella misma. Pero la alegría en los ojos de Frances la convenció de continuar con su método habitual.
—Podrías empezar en cualquier momento.
—Podría tomarte la palabra —sonrió Frances. Después, con otro vistazo significativo a Nick, se alejó, silbando alegremente.
Femme Fatale
Re: "El Principe De Piedra" (Nick Y Tu) Adaptacion.
nanyy-jb-bff(L escribió:pase d paguina yupii hahah dale eso s merece capis dale sigela plizzzzzz
OK :)
YA PUSE EL MERECIDO CAPITULO
SI HAY MAS COMENTARIOS SUBO OTRO :D
ATT :D :D YoP
Femme Fatale
Re: "El Principe De Piedra" (Nick Y Tu) Adaptacion.
ahy si y k kapis hahah por dios hahah maxismo y feminismo hahah una mala combinacion :P hahaha dale sigela plizzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzz k enserio nesesito y m encanta esta nove dios me facina hahah dale sigela :lol!: :lol!: :lol!: :lol!:What The Hell escribió:nanyy-jb-bff(L escribió:pase d paguina yupii hahah dale eso s merece capis dale sigela plizzzzzz
OK :)
YA PUSE EL MERECIDO CAPITULO
SI HAY MAS COMENTARIOS SUBO OTRO :D
ATT :D :D YoP
Invitado
Invitado
Re: "El Principe De Piedra" (Nick Y Tu) Adaptacion.
Hahahahahahahaha que risa con frances xD! Se parece a mi!!
Siiguelaa!! Esta genial la novela :P
Siiguelaa!! Esta genial la novela :P
maiih* [:
Re: "El Principe De Piedra" (Nick Y Tu) Adaptacion.
CAPITULO 6 PARTE 5
—Podría tomarte la palabra —sonrió Frances. Después, con otro vistazo significativo a Nick, se alejó, silbando alegremente.
La cara de Nick se oscureció por la ira.
—Esa mujer necesita que alguien la controle.
—Tú crees que todas las mujeres necesitamos que alguien se ocupe de nosotras —contestó ________ secamente. Entrecerrando los ojos, lo observó estrechamente—. ¿Alguna vez consideraste la posibilidad de que los hombres con ideas y actitudes de superioridad son estúpidos?
—No —contestó él sin ninguna vacilación.
—Me lo figuraba —había esperado tal respuesta, aunque tenía la esperanza de que la sorprendiera—. Mira, algunos hombres no son honorables y a menudo abusan mental y físicamente de una mujer con la intención de quebrar su voluntad. ¿Es esa la clase de hombre que Frances necesita? —Siguiendo con su discurso, ________ se inclinó hacia él, y le pinchó con el dedo en su pecho—. Sólo porque una mujer tenga carácter, no significa que necesite a un hombre que la controle.
—Sí, lo necesita —Nick también se inclinó hacia delante. Sus narices se tocaron, enviándole una sacudida de conciencia a través de su cuerpo. Él le agarró el dedo y lo sostuvo cautivo en el calor de su mano—. Si una mujer empuja a un hombre más allá de su control, se arriesga a ser herida físicamente.
—¿Y un guardián podría mantenerla a salvo?
— Sí.
________ soltó el aliento bruscamente.
—¿Incluso de él?
—Sí. Incluso de él —el azul de sus ojos se oscureció hasta parecerse a la plata—. Un guerrero entrenado en el arte de la guerra salvará a una mujer del peligro y del apuro que ella misma cree.
El ruido de la cafetería bajó de intensidad en sus oídos cuando se concentró en el hombre frente a ella.
—Pero, Nick, según tu razonamiento, una mujer no necesitaría de un guardián si un guerrero simplemente se controlara.
Nick hizo una pausa, considerando sus palabras. Mientras esperaban la comida, la voz de ________ aún sonaba en su cabeza. Una mujer no necesitaría de un guardián si un guerrero simplemente se controlara. Tenía razón en lo que había dicho, aunque tal ideología contradijera todo el estilo de vida de Imperia, un estilo en que los hombres eran hombres y las mujeres eran débiles.
Tenía mucho en lo que pensar.
Un maravilloso aroma fue a la deriva hasta su nariz. Frances, la envejecida criada, arrojó numerosos platos en su dirección y algunos trozos de comida cayeron en la mesa. Su estómago rugió. Con voracidad, él comenzó a cortar, morder y tragar, encantado ante tantos sabores, texturas y colores. Los cuadrados marrón claro llenos de oscuras esferas azules eran sus favoritos. ________, notó, sólo comió una simple tortilla y bebió de una jarra un espeso líquido verde claro. Con cada trago, ella cerraba los ojos y pronunciaba bajas exclamaciones de éxtasis. Él consideró el empapar su cuerpo con ese líquido y ver lo que pasaba.
—Ahora que esta necesidad está satisfecha, sólo necesito un agradable y tranquilo “aporrear” para sentirme completo —dijo él—. Quizás aquella muchacha esté interesada.
________ frunció el ceño.
Él casi se rió. Esa era la reacción de una mujer posesiva, y una que lo llenaba de esperanzas. Pronto…oh, sí, pronto el amor de ________, le pertenecería.
—Ten presente —dijo ________ entre dientes—, que no tienes dinero. Las mujeres no duermen con hombres pobres.
—Entonces conseguiré riquezas.
—¡Como si eso fuera tan fácil! Ante todo, nadie, aparte de mi, te contrataría. Segundo, todo el dinero que ganaras me pertenecería como pago por alimentarte y alojarte. No soy una mujer que mantiene a un hombre mientras éste pasa el tiempo tumbado en el sofá, bebiendo cerveza y viendo la televisión.
—¿Así que, quieres contratarme?
—Sí —dijo ella, después de una pequeña vacilación.
—¿Quieres, por casualidad, que trabaje en el dormitorio?
Ella lanzó sus manos al aire.
—¡No! El trabajo que te ofrezco no tiene nada que ver con estar desnudos, terminar desnudos o desnudarnos el uno al otro.
Sus palabras dejaban fuera muchas posibilidades maravillosas, pero de vez en cuando, la ropa ofrecía igual o más estímulo que la carne. Sí, él muy bien podía imaginársela con un largo y brillante vestido azul que tapara todas sus curvas, cubriendo cada pulgada de su cuerpo. Despacio él levantaría el dobladillo del vestido. Más arriba. Más arriba, aún. No terminaría de desnudarla, pero lentamente revelaría la suculenta piel de sus tiernos muslos, y luego...
—Ya puedes dejar de mirarme con ese destello pervertido en los ojos —gruñó, pegándole en la mano que tenía sobre la mesa. Los vasos sonaron al juntarse—. Tú pintarás, levantarás el suelo, pondrás azulejos, ladrillos o lo que sea que se necesite hacer. A la casa —añadió ella—, no a mí. Y no quiero oír ninguna queja.
¿Quejarse? ¿Por el trabajo físico? ¿Cuando su cuerpo ya tarareaba con entusiasmo, vibrando por el exceso de energía?
—Estoy encantado de poder ejercitar mis músculos, ________. Haré cualquier cosa que necesites, no importa lo dura que sea tu petición.
Durante mucho tiempo, ella no dijo nada. Luego dio un largo y profundo suspiro.
—Mira, no soy tacaña ni tan mala, Nick. Realmente no los soy. Sólo que no sé qué hacer contigo —dejó un papel verde sobre la mesa—. Venga, vamos. Tenemos mucho trabajo que hacer hoy —se deslizó a través del asiento y se puso de pie.
Él hizo lo mismo.
Sus miradas se encontraron por un momento antes de que ella girara y se dirigiera a la salida. Nick sólo dio cuatro pasos antes de que alguien le cogiera del antebrazo. Él se giró, agarrando el arma de su cintura sin llegar sacarla.
La pelirroja le sonrió.
Él relajó su postura de guerrero.
—¡Hey! —le dijo ella con voz baja, gutural—. Soy Heather.
Ese era el tipo de recepción al que estaba acostumbrado recibir. Le devolvió la sonrisa.
—Es un placer conocerte, Heather, me llamo...
—Ya sé quién es. Usted es Hunter Rains, el tipo ese de la auto-ayuda. Los doce pasos que te ayudan a mejorar y todo eso. Le reconocí enseguida —se miró los pies, repentinamente tímida—. De todos modos, lo que trato de decirle es que he leído su libro y que sé que es usted de Australia. Me encantaría enseñarle los alrededores de Dallas. Soy...
________ se había dado la vuelta ante las primeras palabras de Heather y ahora estaba de pie al lado de Nick. Sus ojos lanzaron llamas, luego se volvieron helados.
—Él no está disponible.
Heather ni siquiera miró a ________, simplemente pestañeó en dirección a Nick.
—¿Lo está? No disponible, quiero decir.
Él no contestó enseguida. Disfrutaba demasiado con los celos de ________.
—Esperaré en la camioneta —dijo bruscamente ________.
Girando sobre sus talones y caminando a zancadas hacia la salida.
Nick se enfrentó a la pelirroja otra vez. Aquí estaba, una mujer como las de su mundo. Dispuesta a complacerle. Probablemente, haría todo lo que él quisiera, si le mostraba el más leve indicio de interés. Y aún así, no sentía nada, ni la más leve agitación de lujuria.
—Aunque pueda llegar a lamentar estas palabras —dijo él, cuando su cuerpo falló en responder a la proximidad de la muchacha—, realmente no estoy disponible.
—Pero la mujer con la que usted estaba es tan… alta y tan sencilla.
—¿Sencilla? —sonrió—. Su belleza es infinita.
Heather se encogió de hombros, decepcionada.
—Supongo que valía la pena intentarlo.
Con nada más que decir, él siguió el camino que ________ había tomado. Como ella había dicho, lo esperaba dentro del vientre de su transporte. Sus miembros estaban rígidos, su expresión fría.
Él sonrió lentamente. El día estaba lleno de promesas.
Femme Fatale
Re: "El Principe De Piedra" (Nick Y Tu) Adaptacion.
Ohhh __ esta celosaa jajajaja! Bueno pero esq la otra tipa es biiiieeen lanzada :S!!
Siigueela :P
Siigueela :P
maiih* [:
Re: "El Principe De Piedra" (Nick Y Tu) Adaptacion.
hahhah me encanto dios k celosa es la rayis hahah y nick tambien jumm hahah y la tipa esa k se cree no vez k esta acompañado y como k sensilla bueno tal vez lo sea pero como el te contesto es bella infinitamente o algo asi no m acuerdo muy bien hahah :scratch: :risa: dale sigela k asido muy pokitin jumm hahah dale pon mas
Invitado
Invitado
Re: "El Principe De Piedra" (Nick Y Tu) Adaptacion.
SIGUEELA
ahora me di cuenta que subiste capi :) me encanta
jaja la rayita se puso celosa xD
diioss que lanzada esa tipa
tienes que seguir el capi era un poco corto
siguela siii
besos
ahora me di cuenta que subiste capi :) me encanta
jaja la rayita se puso celosa xD
diioss que lanzada esa tipa
tienes que seguir el capi era un poco corto
siguela siii
besos
bia.marie♥
Re: "El Principe De Piedra" (Nick Y Tu) Adaptacion.
CAPÍTULO 7 PARTE 1
Imperia
Percen de Locke andaba con dificultad a través de la antigua playa Druinn, un asilo situado en el corazón de Imperia e invisible para los intrusos mortales. La luz de la luna se derramaba sobre los granos de cristal, creando un ambiente misterioso. La fragancia de gartina y elsment llenaba la fresca brisa que humedecía sus mejillas y cuello, despeinaba los oscuros mechones de su pelo y luego se alejaba como un fantasma. Las estrellas centelleaban en el cielo, tan cerca que sólo tenía que alcanzarlas y sostener su esencia en las manos.
Qué burla ere este hermoso refugio para sus emociones.
Sus miembros eran sacudidos por el odio, la impotencia y la rabia. Apenas era capaz de mover sus piernas, una tras otra para caminar. Justo ayer, tenía al maldito Nick en Sarr dentro de una impenetrable pared de piedra. El guerrero había estado de pie aquí, en medio de la playa Druinn, pero ahora él se había ido.
¡Ido!
Percen sintió la magia de su madre, olió su floral perfume y supo, más allá de toda duda, que ella era la responsable. Que ella había puesto a Nick en libertad o lo había enviado lejos. Con los puños apretados, cerró los párpados. Usando los ojos de su mente, buscó respuestas a través de los restos de magia persistente. La energía cubrió el aire con capas, cada capa de un color diferente, dependiendo del hechizo o la magia utilizada en cada momento. El hechizo más reciente estaba encima y emitía un matiz rojizo. Ese no era un hechizo como los otros, era uno que creaba y utilizaba otros hechizos de energía... para abrir un vórtice.
Ahora sabía, con total certeza, que habían enviado lejos a Nick, salvando al maldito guerrero de la ira de Percen. El conocimiento ardió en su interior, abrasándolo como un rabioso fuego fuera de control.
—¿Qué es lo que te atormenta? —dijo una suave voz femenina detrás suyo.
Percen interrumpió su caminata. Diminutos cristales blancos se dispersaron por sus pies cuando se giró rápidamente. Una belleza de morenos cabellos se alzaba orgullosamente ante él con un amuleto azul celeste adornando su garganta. El centro de la joya pulsaba con la vida de un océano. Los aristocráticos hombros de la mujer se cuadraron por la preocupación. Aunque él sabía que era una preocupación fingida, ya que ella no se preocupaba nada por él.
—¿Viniste para regodearte? —dijo él con brusquedad.
—No —su expresión era ilegible, mientras ella extendía la mano para tocar su hombro, pero su ardiente y feroz mirada la detuvo. Se quedó quieta un momento y luego dejó caer la mano a su lado—. No me produce ninguna alegría el verte trastornado.
—No actúes como si te preocuparas por lo que siento. Sé que tu afecto no es real.
Sus pálidos y azules ojos, iguales a los suyos, se oscurecieron con tristeza.
—Soy tu madre. ¿Por qué crees que puedo preocuparme por uno de mis hijos, pero no por el otro? Sí, te abandoné aquí, pero siempre sentí la misma devoción por ti que por Nick. Siempre.
—¡Mentirosa! —cerró la distancia que había entre ellos, allí en la tranquila playa blanca. Su rabia creció, y sin advertencia, la golpeó. Con fuerza. Poniendo todas sus fuerza en el golpe. Su cabeza giró a un lado, y un pequeño chorrito de sangre fluyó de la esquina de su labio—. Eres una mentirosa —dijo él despacio, suavemente. Severamente.
El silencio se apoderó del lugar como una sombra opresiva, y él vio la mejilla de su madre enrojecer e hincharse. Él había puesto aquella marca allí, y el conocimiento lo hirió profundamente, vergonzosamente. Aguantó la respiración hasta que su pecho quemó en agonía, porque la apacible fragancia de su perfume se burlaba en las ventanas de su nariz. Esperó sus siguientes palabras, palabras que por fin confesarían su odio por él.
Aquellas no llegaron.
Lágrimas se agolparon en sus ojos y su barbilla tembló.
—Por favor, créeme cuando te digo que te soy leal. No porque seas mi hijo, sino porque te quiero.
Esas palabras eran, de algún modo, más ofensivas que si ella le hubiera abofeteado en venganza. ¿Durante cuántos palmos había esperado para oír esa declaración tan maravillosa? Parecía que siempre. Aunque ahora esas palabras no significaban nada. ¡Nada!
—Tus acciones desmienten tus palabras, Madre.
—Eso no es verdad.
—Tú aseguras amarme desde hace siglos, y aún así me abandonaste, me dejaste como si fuera basura mientras tú te unías de por vida con un rey mortal.
—Te dejé con el Druinn porque te amaba. ¿Cómo no puedes verlo? No podía apartarte de ellos, sabiendo que estabas destinado a ser el sumo sacerdote.
—¿Te importó más el poder de reinar que el amor? Todo lo que yo quería era sentir tus brazos a mi alrededor, consolándome. El sonido de tu voz arrullándome antes de dormirme. Pero me negaste todas esas cosas para concedérselos a Nick.
—Lo siento —susurró ella, su voz rota y apagada—. Lo siento tanto. Yo no sabía, no pensé...
—No —cortó él, frunciendo el ceño—. No pensaste en mí. Tú nunca has pensado en mí.
—Percen, por favor, para. Te amo. Realmente lo hago.
Otra vez aquellas palabras. Esas palabras que le cortaban el alma, haciéndole sangrar por dentro, dejando un dolor hueco donde su corazón había estado una vez.
—Como dije, tus acciones desmienten tus palabras. Ahora afirmas amarme, y aún así, enviaste a Nick lejos, impidiéndome obtener mi mayor deseo.
Sus ojos se cerraron; sus labios se apretaron.
—Sí. Yo lo envié.
Un largo silencio se prolongó.
—Dime, Madre —dijo Percen—. Si te doy otra oportunidad, ¿por fin demostrarías tu amor por mí?
—Independientemente de lo que desees, es tuyo —dijo ella con esperanza, aunque sin mirarlo todavía.
Él sabía exactamente lo que quería.
—Devuélveme la estatua.
—No. Eso no —sacudió firmemente la cabeza—. Nunca haré eso.
—Maldita seas, ¿por qué me la robaste? ¿Por qué? Por amor —se mofó de la palabra— una madre me habría dejado tener mi venganza.
Por fin sus ojos se encontraron. Él la perforó con su intensa mirada llena de furia. Ella no apartó la vista, de hecho, la sostuvo firmemente con la barbilla orgullosamente alzada.
—Nick es mi hijo, como lo eres tú, y no lo veré sufrir por mis pecados.
Escuchar esas palabras de devoción para su más odiado enemigo, le hirió más profundamente que una espada afilada.
—Pero al enviarlo a otro mundo, me castigas a mí. ¿Es que te complace verme sufrir?
—Tu felicidad me importa más de lo que piensas, pero no podía permitirte que condenaras a tu hermano a una vida de encarcelamiento —como un oscuro ángel entre la blanca playa, ella se puso de rodillas y agarró un puñado de diminutos cristales, dejando que los granos se deslizaran lentamente entre sus dedos. Una solitaria lágrima goteó en su palma, mezclándose y espesando la arena—. Si tuviera el poder de romper tu maldición, lo habría hecho, en vez de mandarlo lejos.
comenten :lol!: :lol!:
Imperia
Percen de Locke andaba con dificultad a través de la antigua playa Druinn, un asilo situado en el corazón de Imperia e invisible para los intrusos mortales. La luz de la luna se derramaba sobre los granos de cristal, creando un ambiente misterioso. La fragancia de gartina y elsment llenaba la fresca brisa que humedecía sus mejillas y cuello, despeinaba los oscuros mechones de su pelo y luego se alejaba como un fantasma. Las estrellas centelleaban en el cielo, tan cerca que sólo tenía que alcanzarlas y sostener su esencia en las manos.
Qué burla ere este hermoso refugio para sus emociones.
Sus miembros eran sacudidos por el odio, la impotencia y la rabia. Apenas era capaz de mover sus piernas, una tras otra para caminar. Justo ayer, tenía al maldito Nick en Sarr dentro de una impenetrable pared de piedra. El guerrero había estado de pie aquí, en medio de la playa Druinn, pero ahora él se había ido.
¡Ido!
Percen sintió la magia de su madre, olió su floral perfume y supo, más allá de toda duda, que ella era la responsable. Que ella había puesto a Nick en libertad o lo había enviado lejos. Con los puños apretados, cerró los párpados. Usando los ojos de su mente, buscó respuestas a través de los restos de magia persistente. La energía cubrió el aire con capas, cada capa de un color diferente, dependiendo del hechizo o la magia utilizada en cada momento. El hechizo más reciente estaba encima y emitía un matiz rojizo. Ese no era un hechizo como los otros, era uno que creaba y utilizaba otros hechizos de energía... para abrir un vórtice.
Ahora sabía, con total certeza, que habían enviado lejos a Nick, salvando al maldito guerrero de la ira de Percen. El conocimiento ardió en su interior, abrasándolo como un rabioso fuego fuera de control.
—¿Qué es lo que te atormenta? —dijo una suave voz femenina detrás suyo.
Percen interrumpió su caminata. Diminutos cristales blancos se dispersaron por sus pies cuando se giró rápidamente. Una belleza de morenos cabellos se alzaba orgullosamente ante él con un amuleto azul celeste adornando su garganta. El centro de la joya pulsaba con la vida de un océano. Los aristocráticos hombros de la mujer se cuadraron por la preocupación. Aunque él sabía que era una preocupación fingida, ya que ella no se preocupaba nada por él.
—¿Viniste para regodearte? —dijo él con brusquedad.
—No —su expresión era ilegible, mientras ella extendía la mano para tocar su hombro, pero su ardiente y feroz mirada la detuvo. Se quedó quieta un momento y luego dejó caer la mano a su lado—. No me produce ninguna alegría el verte trastornado.
—No actúes como si te preocuparas por lo que siento. Sé que tu afecto no es real.
Sus pálidos y azules ojos, iguales a los suyos, se oscurecieron con tristeza.
—Soy tu madre. ¿Por qué crees que puedo preocuparme por uno de mis hijos, pero no por el otro? Sí, te abandoné aquí, pero siempre sentí la misma devoción por ti que por Nick. Siempre.
—¡Mentirosa! —cerró la distancia que había entre ellos, allí en la tranquila playa blanca. Su rabia creció, y sin advertencia, la golpeó. Con fuerza. Poniendo todas sus fuerza en el golpe. Su cabeza giró a un lado, y un pequeño chorrito de sangre fluyó de la esquina de su labio—. Eres una mentirosa —dijo él despacio, suavemente. Severamente.
El silencio se apoderó del lugar como una sombra opresiva, y él vio la mejilla de su madre enrojecer e hincharse. Él había puesto aquella marca allí, y el conocimiento lo hirió profundamente, vergonzosamente. Aguantó la respiración hasta que su pecho quemó en agonía, porque la apacible fragancia de su perfume se burlaba en las ventanas de su nariz. Esperó sus siguientes palabras, palabras que por fin confesarían su odio por él.
Aquellas no llegaron.
Lágrimas se agolparon en sus ojos y su barbilla tembló.
—Por favor, créeme cuando te digo que te soy leal. No porque seas mi hijo, sino porque te quiero.
Esas palabras eran, de algún modo, más ofensivas que si ella le hubiera abofeteado en venganza. ¿Durante cuántos palmos había esperado para oír esa declaración tan maravillosa? Parecía que siempre. Aunque ahora esas palabras no significaban nada. ¡Nada!
—Tus acciones desmienten tus palabras, Madre.
—Eso no es verdad.
—Tú aseguras amarme desde hace siglos, y aún así me abandonaste, me dejaste como si fuera basura mientras tú te unías de por vida con un rey mortal.
—Te dejé con el Druinn porque te amaba. ¿Cómo no puedes verlo? No podía apartarte de ellos, sabiendo que estabas destinado a ser el sumo sacerdote.
—¿Te importó más el poder de reinar que el amor? Todo lo que yo quería era sentir tus brazos a mi alrededor, consolándome. El sonido de tu voz arrullándome antes de dormirme. Pero me negaste todas esas cosas para concedérselos a Nick.
—Lo siento —susurró ella, su voz rota y apagada—. Lo siento tanto. Yo no sabía, no pensé...
—No —cortó él, frunciendo el ceño—. No pensaste en mí. Tú nunca has pensado en mí.
—Percen, por favor, para. Te amo. Realmente lo hago.
Otra vez aquellas palabras. Esas palabras que le cortaban el alma, haciéndole sangrar por dentro, dejando un dolor hueco donde su corazón había estado una vez.
—Como dije, tus acciones desmienten tus palabras. Ahora afirmas amarme, y aún así, enviaste a Nick lejos, impidiéndome obtener mi mayor deseo.
Sus ojos se cerraron; sus labios se apretaron.
—Sí. Yo lo envié.
Un largo silencio se prolongó.
—Dime, Madre —dijo Percen—. Si te doy otra oportunidad, ¿por fin demostrarías tu amor por mí?
—Independientemente de lo que desees, es tuyo —dijo ella con esperanza, aunque sin mirarlo todavía.
Él sabía exactamente lo que quería.
—Devuélveme la estatua.
—No. Eso no —sacudió firmemente la cabeza—. Nunca haré eso.
—Maldita seas, ¿por qué me la robaste? ¿Por qué? Por amor —se mofó de la palabra— una madre me habría dejado tener mi venganza.
Por fin sus ojos se encontraron. Él la perforó con su intensa mirada llena de furia. Ella no apartó la vista, de hecho, la sostuvo firmemente con la barbilla orgullosamente alzada.
—Nick es mi hijo, como lo eres tú, y no lo veré sufrir por mis pecados.
Escuchar esas palabras de devoción para su más odiado enemigo, le hirió más profundamente que una espada afilada.
—Pero al enviarlo a otro mundo, me castigas a mí. ¿Es que te complace verme sufrir?
—Tu felicidad me importa más de lo que piensas, pero no podía permitirte que condenaras a tu hermano a una vida de encarcelamiento —como un oscuro ángel entre la blanca playa, ella se puso de rodillas y agarró un puñado de diminutos cristales, dejando que los granos se deslizaran lentamente entre sus dedos. Una solitaria lágrima goteó en su palma, mezclándose y espesando la arena—. Si tuviera el poder de romper tu maldición, lo habría hecho, en vez de mandarlo lejos.
comenten :lol!: :lol!:
Femme Fatale
Página 10 de 32. • 1 ... 6 ... 9, 10, 11 ... 21 ... 32
Temas similares
» Perdoname-Nick y tu- ADAPTACION TERMINADA
» Nick, el orgulloso -Nick & tú- Adaptación
» Re: ~ ♥ ~ Mía a Medianoche~ ♥ ~ [Nick y Tú] Adaptación
» La Ley Del Lobo (Nick y tu) [ADAPTACIÓN] HOT!!
» ~ Divergente ~ Adaptación ~ Nick y Tú ~
» Nick, el orgulloso -Nick & tú- Adaptación
» Re: ~ ♥ ~ Mía a Medianoche~ ♥ ~ [Nick y Tú] Adaptación
» La Ley Del Lobo (Nick y tu) [ADAPTACIÓN] HOT!!
» ~ Divergente ~ Adaptación ~ Nick y Tú ~
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
Página 10 de 32.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Miér 20 Nov 2024, 12:51 am por SweetLove22
» My dearest
Lun 11 Nov 2024, 7:37 pm por lovesick
» Sayonara, friday night
Lun 11 Nov 2024, 12:38 am por lovesick
» in the heart of the circle
Dom 10 Nov 2024, 7:56 pm por hange.
» air nation
Miér 06 Nov 2024, 10:08 am por hange.
» life is a box of chocolates
Mar 05 Nov 2024, 2:54 pm por 14th moon
» —Hot clown shit
Lun 04 Nov 2024, 9:10 pm por Jigsaw
» outoflove.
Lun 04 Nov 2024, 11:42 am por indigo.
» witches of own
Dom 03 Nov 2024, 9:16 pm por hange.