"Sinopsis (Lo que sucede luego de despertar)" (Lenin y Helen)

Me encanta

SIGUELA
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SIGUELA

jhi!, bueno no pude comentar xq como ya sabes estaba en melipilla y blah blah blah, pero pense q ibas a tener mas de 8 caps!, minimo como 10 ¬¬ merecemos una maraton niña!, ya q la anterior era como un bonus no una maraton! jkajksjk y eso SIGUELA!

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P34c3 :love: & Jonas!

Carla_Andrea_Jonas escribió:jhi!, bueno no pude comentar xq como ya sabes estaba en melipilla y blah blah blah, pero pense q ibas a tener mas de 8 caps!, minimo como 10 ¬¬ merecemos una maraton niña!, ya q la anterior era como un bonus no una maraton! jkajksjk y eso SIGUELA!

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P34c3 & Jonas!

siiii, maraton!!!!!! :twisted:

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Capitulo 9


En cuanto desperté en el cuarto que no era tan conocido para mí, me senté en la cama.

Ayer, luego de que llegué a casa, me fui directamente a la casa de mi padre, allí estaba la razón de porque no reconocía el cuarto.

Había visto solamente unos minutos a Lenin, ya comenzaba a extrañarle. Pero bueno, él me había pedido que no pensara en donde podía estar, que no pensara en él durante los dos días, o terminaría mal todo esto.

Salté de la cama y fui hasta el escritorio que tenía un espejo en forma de trípode encima, jamás memorice el nombre de esa cosa, lo único que recordaba era que mi padre lo había traído desde Paris.

Increíblemente, mi padre tenía demasiado dinero, no entiendo cómo me sorprendí ante ayer al saber que estaba en Sudamérica, lo raro hubiera sido que estuviera en casa.

Me peine en un estado de Zombi y bajé las escaleras frotando uno de mis ojos, abajo estaba papa leyendo el periódico que había sido impreso hace tan solo unas horas. Me alegré de que fuera fin de semana.

Llegué al lado de papá con una sonrisa

-¿Qué tal mi pequeña?-preguntó quitando la vista del diario

-Bien, y tengo 13 años-entrecerré los ojos, provocando una de sus sueltas sonrisas

-Lo sé-acarició mi mejilla y luego volvió a poner atención a su lectura-Aquí tienes leche con cereales-señaló un asiento a su lado, donde en frente de este se podía divisar un cuenco con leche.

Hice caso y tome asiento, empecé a comer despreocupadamente del tazón.

-¿Ahora vives solo?-pregunté extrañada.

Recordaba perfectamente a una rubia tonta siempre lamiéndole las botas a mi padre, acariciándolo y aparentando ser una mosca en carne.

-Megan me deseaba por mi dinero-dijo despreocupado, tomando una taza de café

Suspire, un más a la lista. Con Megan sumaban cinco, y de las cinco ninguna se había quedado por demasiado tiempo.

Mamá fue la única persona quién lo dejo ir. Las otras habían rogado con todo lo que podían para mantener una vida de lujos.

Termine de comer en silencio, pensando en cualquier situación menos en Lenin. A él debía mantenerlo fuera de mi mente, y eso pretendía hacer.

Subí a mi cuarto para encontrarme con el cubo sobre la cama, con el color verde armado.

Junté mis cejas y guarde el cubo para no pensar en él.

Conecté el Play Station al televisor en mi pieza, para jugar todo el día y evitar pensar en algo, en lo que fuera. Tenía que mantener la mente en blanco por dos días. Parecía sencillo.

Jugué todos los juegos que logré encontrar dentro de mi cuarto, incluso los de preescolares.

Hasta que por fin me di por vencida con mi mente y apagué la consola.

Tomé una toalla y camine hasta el baño. Entré en la ducha y di el agua hasta dejarla en una temperatura regular.

Decidí que tomar una ducha sería lo mejor para olvidar algo, desde pequeña solucionaba mis problemas así, aunque bueno… Mis antiguos problemas no parecen nada en comparado con este.

Todos venían por mí, y por Lenin. Todas las personas que Lenin venía esquivando.

Tomé la llave del agua fría y la di por completo para helar mis pensamientos.

Chillé un poco al sentir gotas frías como el hielo recorrer mi cuerpo, luego de haber estado felizmente bajo el agua tibia, pero necesitaba una distracción ¡Ya!

Termine por cerrar el agua luego de varios minutos, quedé como iceberg. Envolví mi cuerpo con la toalla y fui a mi pieza corriendo para vestirme.

Cuando estuve lista, empecé a buscar una nueva distracción.

Ya estaba harta de la televisión y las palancas, más aún de jugar Band Hero, así que encendí el ordenador.

Entré a redes sociales para tan solo frustrarme. Tenía nuevos mensajes de “Kristen & clones”.

Al igual que yo, Summer no acostumbraba a entrar en internet, así que me saqué la idea de pensar que encontraría a Sum conectada.

Salí de las páginas sociales y quede en el buscador, con la flecha en la barra de este mientras una línea parpadeante marcaba el lugar donde debía escribir.

¿Qué podía hacer?

Los ojos pardos de Lenin entraron en mi cabeza, sacudí mi mente y luego escribí en el buscador: Lenin Wells.

Si es que leía algo sobre él, debía intentar mantenerlo fuera de mi mente, debía intentar formar una placa sobre mi cerebro, con tal de que los pensamientos no entraran en este.

• Lenin Wells : Mejor estudiante de la preparatoria Dreamer School

• Lenin Wells : Gana premio en competencia interescolar

• Lenin Wells : Reúne firmas para anuario escolar de la Dreamer School

Y así habían demasiados links que señalaban a Lenin como un estudiante ejemplar, desde su ingreso a la escuela, hasta el presente.
Entré en la página que se veía referente a la web de la “dreamer School”:

“Nuestra escuela se ha visto envuelta en un fuerte incendio, ha muerto gente (…) Aún desconocemos las causas reales del incidente, pero sabemos perfectamente que nuestra institución no podrá seguir funcionando por un buen tiempo, por lo cual pedimos comprensión a los padres (…) Esto está fuera de nuestras manos”

Retrocedí un poco mi lectura en la parte del texto que me había saltado

“Lenin Wells ha sido el único chico sobreviviente correspondiendo al tercer grado, el resto del curso a muerto, lo cual es una real perdida y lastima para nuestra escuela (…) Pensamos que pudo haber sido alguna especia de broma de mal gusto (De muy mal gusto) De parte de algún estudiante o sicópata. Esto está fuera de nuestras manos”

Y esa era la última entrada de la escuela, hecha en el año 2003.

Quedé helada como roca.

¿¡Acaso Lenin había matado a toda una escuela él solo!?

Cerré la pestaña de navegación y me apresuré a borrar el historial mientras quitaba todos los pensamientos de mi cabeza.

Acaricie una de mis sienes por varios minutos, rodando en pequeño círculos con mi dedo índice.

Estaba claro que ninguna persona con razón alguna o sentido común creería que un estudiante de tercer grado fuera capaz de matar a toda una institución.

Estaba muy claro.

Más aún si se trataba de un estudiante ejemplar como Lenin.

Abrí una nueva pestaña y escribí: Incendio en la Dreamer School

Había periódicos viejos digitalizados, leí cada una de las noticias.

• “Un incendio ha invadido cada hogar de los padres de la Dreamer School, no literalmente, ya que más de la mitad de la escuela a muerto a causa de las flamas provocadas el pasado Lunes (…)”

• “(..)¿Por qué tan jóvenes? Eso es lo que todos los profesores y padres correspondientes a los alumnos de la Dreamer School se preguntan. ¿Por qué murió alumnado tan joven(..)?”


• “La suerte del pequeño Lenin Wells, que salvó de milagro en el incendio, no la obtuvo toda la escuela, prácticamente toda la institución ardió en llamas el Lunes (…)”

Leí alrededor de 15 periódicos hablando de distinta forma sobre la misma noticia.

Termine por leer el último periódico de la primera página y detuve el mouse frente a un titular.

“Wells internado en el centro de piroquinesis”

Abrí mis ojos tan grandemente que pensé que se saldrían de mi cara, sentí como mi pulso bajaba.

Solamente un ruido de que golpeaban la puerta me hizo reaccionar. Cerré la computadora portátil antes de que entrara mi padre por la puerta de mi cuarto.

-Vamos a cenar-anunció con una sonrisa en su cara

Tartamudeé por un momento

-¿Qué cenaremos?-terminé por decir, mientras intentaba pararme sin caerme y sin hacer notorio mi repentino nerviosismo

-Debo ir a un evento, luego cenamos en algún restaurant-

Papá trabajaba editando películas, siempre debía ir a eventos.

-Está bien-simule una sonrisa

Cualquier cosa hubiera sido mejor que quedarme con el computador a mi lado por unos minutos más.

2/4

Capitulo 10

Usé el vestido de diseñador que mi padre había comprado hace unos meses, para que fuera a la boda de la hermana de Megan. Como era de esperarse, jamás lo ocupe, así que hoy debería estrenarlo.

Me parecía bien, iba sobre mis rodillas y tenía un lindo escote en la espalda, además me agradaba el color verdoso pantano que tenía.

Tan solo llevaba un problema: Zapatos altos.

Luego de varios intentos de caminar con los tacones en un radio dentro de mi pieza, termine por tirarlos al piso y ocupar mis converse, jamás calzaría en el mundo de papá.

-¿Estas lista?-preguntó mi padre desde el otro lado de la puerta

-si-conteste después de haber atado mi zapato derecho.

Papá entró y superviso mi vestuario

-Me parece adecuado-señalo el vestido y sonrió ampliamente-Eso sí ¿Qué tal los zapatos altos?-

Tartamudeé un momento y mire mis pies de reojo

-Mal-no era una duda, iba muy mal.

Papá me entregó una bolsa blanca que llevaba en su mano derecha, no me percaté de la bolsa hasta que la extendió hasta mí

-Hay van unas nuevas converse-suspiró-Cuídalas, además te vienen con el vestido-salió de la pieza luego de que yo recibiera su repentino regalo.

Mire curiosamente dentro, una caja ya conocida para mí estaba en la bolsa. Saqué las converse negras de la caja y me las puse con una sonrisa.

Bajé corriendo las escaleras para encontrarme con mi padre en el sillón

-Así está mejor-se levantó del gran sofá crema y rodeó su brazo izquierdo por mis hombros.

En cuanto salí empecé a extrañar el auto de mi madre.

Sinceramente prefería el común Toyota Yaris blanco, el auto que se confundía en la ciudad, en vez del lujoso mercedes. Suspire y entré en el asiento del copiloto, mientras papá se sentaba cómodamente en el asiento de cuero a mi lado, tras el volante.

Puso marcha al automóvil y se alejo a poco del barrio residencial en la parte más alta de la ciudad.

Mire sin importancia por fuera de la ventanilla, a veces intercambiaba un poco observando por el espejo retrovisor, pero la verdad es que me aburría sin importar que hiciera.

Mi padre cantaba a gritos una canción de George Michael a la vez que sonreía a la autopista. Rodeé los ojos e intenté cambiar la emisora, tan solo cambie la canción.

-¿Es un CD?-pregunté quitando mi mano del estéreo

Papá asintió y tomó atención a la melodía de la nueva canción que sonaba por los parlantes

-¡Déjala allí, adoro esa canción!-dicho esto comenzó otra vez con sus cantos.

Rodeé una vez más los ojos

-Tampoco pensaba cambiarla-comenté bajo.

Distraje mi vista de la carretera para observar un poco más el interior del auto.

Para mi suerte el panel detrás del volante iluminaba un poco la cabina, junto con la luz verde del estéreo.

De pronto sonó una voz por sobre la música

-Salga en la próxima salida-escuché desde los parlantes

-¿Tienes GPS?-abrí mis ojos impresionada, no por el aparato, si no porque jamás pensé que mi padre fuera tan estúpido como para perderse en una ciudad en la cual llevaba viviendo más de la mitad de su vida.

-¡Oh yes, baby!-usó su voz de cantante para contestarme mientras doblaba el manubrio para salir por donde había indicado la voz femenina unos segundos antes.

Siguió cantando y aburriéndome de paso, dos pájaros de un tiro ¡Sigue así!

Luego de una media hora más de aburrimiento, llegamos a un club fuera de la ciudad.

Bien, no era un club, esto era mucho más decente que una porquería con música a reventar los tímpanos, mientras veías a gente vomitando de tanto beber y no podías entrar a los baños, ya que tus oídos se inundaban de quejidos de placer.

Más bien, parecía una especie de avant-premier.

La entrada era adornada por una gran alfombra roja, con unos pequeños pilares de metal pintados con un caro bañado de oro que se unían unos con otros gracias a una cinta de terciopelo roja, alrededor de la extensa alfombra.

Se podía escuchar una especie de música relajante desde dentro del local, algo suave, como para conversar. Además de unas luces violetas que lograban escapar desde las ventanas.

El edificio era una cosa sencilla, de una plataforma y construido con la ayuda de caras y finas rocas, amoldadas hasta ser como cuadrados gigantes y puestas de una forma hasta que lograran armar por completo el local, el techo gris se mezclaba y tan solo lograba resaltar por unas luces colgando de este, parecidas a las cascadas baratas de Navidad, pero estas no eran baratas, si no que estaba segura que muy caras. Eran como cristalinos finos tubos que eran rellenados con luces.

Baje del auto acompañada de mi padre a mi lado derecho, caminamos por la alfombra, que era iluminada por pequeñas luces de cine alrededor de esta.

Me llamó la atención el hecho de que la alfombra tenía dos caminos: Uno que era lleno de flashes y gente entorno, y el otro, un simple pero refinado camino que te llevaba directo adentro, sin alborotos.

-¿Para qué ese camino?-pregunté a papá señalando a nuestras espaldas, habíamos tomado el camino sencillo pero relajado.

-¿Ese?-dio media vuelta a su cabeza para observar-Es la presentación para las estrellas-dijo sin preocupaciones.

Quedé conforme con la respuesta y entramos al local.

Ya había gente, podía observar una plataforma al fondo, con luces a su alrededor, seguramente preparada para alguna celebridad.

-Hija, deseo que saludes al estudio-comentó papá.

Lo mire sonriente y asentí.

El estudio era demasiada gente, ¡Demasiada!

Pasé prácticamente 20 minutos saludando, y no recordé el nombre de ninguna persona con la cual me presenté, pero bien, debía hacer esto por cortesía.

-Iré a la barra de jugos-dije a mi padre, luego de haber saludado a todo el mundo y estar “charlando” con un grupo amigos de papá, aunque bueno, más bien parecía estorbo, ya que se saltaban algunos temas de conversación porque yo era “muy pequeña” como para escuchar.

Como si no supiera lo que es sexo.

Papá asintió y lo dejé en paz con sus amigos.

Me alejé a paso rápido de los vejetes y pedí un jugo tropical al tipo que estaba sirviendo, me lo entregó con una clara sonrisa y se fue a atender a otra persona.

Tomé el vaso en mi mano y empecé a dar leves pasos alrededor del local, más bien intenté investigar a qué película pertenecía la fiesta.

Me topé con un gran anuncio cerca de la entrada de celebridades: 17 again.

Mi respiración se cortó de pronto. ¿Zac Efron estaba aquí?

Ordené a mis pies que se acercarán hasta algún lugar del local. Cualquier parte, específicamente donde estuviera la estrella principal.

Me mantuve cerca de la barra de jugos por varios minutos –y dejé el vaso allí luego de servirme mí bebida - buscando con la mirada a una cabellera rubia dorada, sin éxito.

-¡Helen!-escuché mi nombre, mi padre me llamaba.

Corrí hasta él esquivando mucha gente, prácticamente no lograba ver si es que mi padre estaba hablando con sus amigos o no, un grupo de hombres bien grandes estaban justo delante de él, cuando llegué hasta un ángulo perfecto como para notar con quien hablaba tan animadamente mi padre, casi lloré y me tire al piso.

-Helen, este es Zac-señalo al bello joven parado en frente de él, vestido de un smoking negro y con una copa en su mano, mientras una sonrisa adornaba su cara-Zac, esta es Helen, mi hija-

Me acerqué temblando hasta su lado, para estrechar su mano que estaba amistosamente abierta a la mía. Su piel se sentía perfecta.

-Le he contado de lo fanática que eras de él hace unos años, con la saga de adolescentes…-dudó un momento.

Maldición, ¿Por qué no le dijo que besaba los posters de él en mi pieza? Eso era más humillante.

-High School Musical-le ayudé, prácticamente furiosa.

Tres o dos años atrás, andaba con las hormonas revolucionadas por la nueva propuesta de Disney. Con Summer no hacíamos nada más que hablar de Zac todo el día.

-Es un gusto-comentó Zac

Me helé por otro momento, tan solo logré sonreír.

-Oí que tu amiga estará de cumpleaños pronto ¿Cierto?-dijo Zac, mirándome fijamente.

Asentí embobada

-Aquí tienes algo, para que le des un regalo-me entregó una foto de él con su autógrafo.

La recibí con mis temblorosos dedos, sentí una risita por él joven de abundante cabellera dorada

-Hay dos, otra para ti-su sonrisa me hizo olvidar cualquier pensamiento-Debo irme-comentó distraído señalando la plataforma.

-Ve-papá lo empujó por la espalda y Zac se alejó agitando su mano.

Abracé a mi padre con todas mis fuerzas, sin quitar las fotos de mis manos.

Me sorprendió el hecho de que mi padre recordara a Summer, pero bueno, si quería pasar tiempo conmigo, debía empezar a conocerme más.

-¡Hey! Me estrangulas-comentó mi padre riendo.

-Gracias-lo solté finalmente.

Corrí hasta un lugar cerca de la plataforma, no quería perderme ni un segundo fuera de la vista de Efron. Esperé por varios minutos al actor, mientras más gente se amontonaba en el reducido espacio alrededor del escenario.

Las luces se iluminaron y pude ver una perfecta cara por atrás del escenario, tomando un micrófono.

-¿Helen?-sentí mi nombre a mi lado, giré para encontrarme con un adolescente ya reconocido en mi memoria

-Philip-comenté en respuesta. Volví a poner mis ojos sobre la plataforma

-¿Qué tal todo?-preguntó a mi lado

-Por favor, Philip, no molestes-gruñí enfadada

-¡Oh, esos ánimos!-exclamó sonriendo-Bueno, tengo información que quizás te interese-

-No tienes nada que me interese-lo mire entre cerrando los ojos

Zac salió al escenario con un micrófono en mano, junto con otro actor a su lado.

-¿Lenin?-consultó curioso.

¿Tenía que recordármelo cuando por fin logré sacarlo de mi cabeza?

-¿Lo conoces?-consulté sorprendida

-¡Claro, el es mi compañero de curso!-sonrío y miro hasta el escenario

No es cierto, ¡besé a un compañero de Lenin!

-¿¡Que!?-chillé mientras lo sacaba de la multitud colgando de un brazo

-¿Qué tiene?-pregunto extrañado cuando ya estuvimos bastante apartados-oh… Cierto-sonrío de medio lado-Es tu novio-

-¿Cómo lo sabes?-abrí mis ojos como grandes platos

-Saliste corriendo del local hace unos días atrás, tu amiga menciono a Lenin y lo relaciono contigo-

¡Mataría a Summer en cuanto la viera!

-¡Hel, tu teléfono suena!-papá venía gritando por sobre la multitud, acercándose a nosotros

-¿Quién es?-pregunté mientras recibía el celular

-Lenin-dijo mi padre exhausto-Eso dice tu celular, ¿Quién es Lenin?-consultó juntando sus cejas.


 

3/4 (ESTE CAP ME DA ALGO DE RISA.. HEHE)

Capitulo 11

-¿Qué demonios sucede?-pregunté mientras tapaba con una mano mí oído derecho y con la otra sostenía el teléfono a un lado de mi cabeza para escuchar

-Nada, tan solo deseaba saber cómo estabas-mi tono de voz altero totalmente a Lenin

Suspire

-Bien, gracias-dije soltando aire por mi boca

-Estoy fuera de peligro, así que debes calmarte ¿Si?-

Sonreí mientras salía del local para hablar más relajada

-Está bien-me apoyé sobre uno de los pilares que sujetaban la terraza del club

-Bueno, además deberás venirte con tu padre-

Junté mis cejas

-¿Por qué?-consulté mientras comenzaba a caminar sin dirección clara

-Perdí el Jeep en las carreras-

Abrí mi boca levemente

-¿Perdiste la carrera?-pregunté luego de algunos segundos

-¡Claro que no!-rio un poco-Choqué-

-¡¿Estás bien?!-mi voz sonó claramente alterada. Había empezado a tener un temor incalculable con los choques de vehículos

-Si-rió un poco más-Tan solo que quién quiera que sea él que se haya ganado el Jeep, de seguro no le gusto como término-

Mi cara se transformó en un mascara de incredulidad notoria

-¿Cómo chocaste?-me detuve en seco, sin entender como avance tanto. Podía ver el local a más de 50 metros

-Malas indicaciones a los atajos-señalo despreocupado

-Lenin, debo irme, te quiero-cerré la llamada mientras empezaba a caminar en dirección al local, de seguro mi padre ya empezaba a notar mi ausencia

Sentí un escalofrío recorrer mi columna vertebral, por lo cual me detuve rápidamente

-Mala señal-me dije a mi misma

Pude ver una conocida motocicleta roja varada en un costado de la calle, sin su conductor.

Di vueltas en mi eje buscando a Chris, él estaba aquí y aún no entendía porque

Encontré un bosque de robles a un lado del local, de seguro aquel bosque se extendía antiguamente hasta más allá del espacio ocupado por el club.

La luz de la luna no era la suficiente como para alumbrar entre las espesas ramas de los robles gigantes, tan solo se podía ver oscuridad entre los árboles. Un perfecto escondite sin duda alguna.

Corrí directamente hasta la puerta del local, apretando fuertemente el celular entre mis dedos. No quería toparme con Chris, no quería poner en riesgo a Lenin, más aún cuando él ya estaba a salvo.

Unas pisadas por sobre el pasto tras de mí me detuvieron, él ya estaba aquí, ya había llegado a mi lado. Apreté aún más el celular y di media vuelta para quedarme asombrada

-¿No que tú estabas en la plataforma?-finalmente conseguí hablar sin tartamudear, Zac era quien estaba tras de mí.

-Ya bajé-entrecerró sus ojos por un momento-Ha pasado más de 20 minutos desde eso-

Arqueé mis cejas… No hablé más de 5 minutos con Lenin, es imposible.

-Permiso-dijo pasando por mi lado a la vez que entraba al club.

Sacudí mi cabeza y me dispuse a entrar tras de él.

Era cierto, la plataforma estaba oscura otra vez y nadie arriba de esta. Toda la gente conversando lejos de ella sin mayor preocupación.

Busqué con la mirada a mi padre para entregarle mi celular, al fin y al cabo, yo andaba sin un bolso de mano.

Lo encontré conversando con los mismos vejetes de antes, me acerqué a su lado esquivando todas las siluetas que se interponían en mi camino.

-¡Aquí estás!-exclamó mientras dejaba de lado la conversación y todos sus amigos guardaban silencio

-Toma-le entregué mi celular y él lo guardó en uno de los bolsillos de su esmoquin

-Luego me explicarás quién es Lenin-su cara estaba divertida, pero claramente esto requería una conversación más seria.

Asentí y me largue de su lado, no quería interrumpir más la charla con mi presencia.

Sin notar cómo, termine por encontrarme con Philip a mi lado. No tenía más remedio que pasar la velada con él. Lamentablemente, aquel joven era a la única persona que conocía –y la única persona dispuesta a estar a mi lado- sin más solución, me acerqué hasta él.

-¡Vaya, Helen!-alzó levemente su copa haciendo que el contenido de esta se agitara a un ritmo incontrolable-¡Pensé que no te vería más!-Sonrió mostrando sus perfectos dientes.

Suspire y camine hasta una de las mesas de coctel, en la cual él estaba apoyado.

-¿Así que Lenin te ha llamado?-

Lo mire distraída y asentí para luego sacar un panecillo y meterlo en mi boca.

-Oye-tocó uno de mis brazos con su codo-Aún no le he dicho algo a Lenin, será nuestro secretillo-me guiño un ojo. Rodeé los míos y tragué el panecillo de una buena vez

-¿Acaso no lo olvidarás?-pregunté exhausta del tema

-Podría ocuparlo en mi favor-tragó un largo sorbo del contenido de su copa

-Bueno, te pido que no lo hagas-yo sabía perfectamente que Philip no diría nada.

Philip más Lenin en una pelea, nos da el resultado de Philip molido.

-No lo haré-con su dedo índice formó círculos en el borde de la copa

-Entonces, todo bien-sonreí y mire a las personas bailando.

Ellos la estaban pasando bien.

Mi mente se apodero de un recuerdo.

-¡Vamos!-Lenin me sonrió por unos segundos-¡Conducir no es difícil!-

-¡Lo dices tú, que eres un corredor de carreras!-exclamé mientras apretaba aún más el volante entre mis dedos

-Carreras clandestinas-aclaró él en un susurro-Pero eso no importa, tan solo pisa levemente el acelerador-señalo con su dedo el pedal bajo mi pie derecho

-¿Acaso quieres ver tú Jeep como papel?-pregunté sarcástica negándome a conducir su auto.

-Yo confío en ti-

Suspire y apreté levemente el pedal.

El automóvil estaba puesto en contacto varios minutos atrás, durante todo ese tiempo me había negado a conducirlo.

Mantuve el volante rígido, mientras mis manos tensas lo envolvían.

Mi cuerpo parecía estatua, tenía un miedo recorriéndolo desde arriba hasta abajo, pasando por mis venas.

-Bien, pásalo a segunda-indicó relajado.

Humedecí mis labios y ordené a mi mano derecha que se dirigiera a la palanca de cambios. Lenin envolvió mi mano con la suya y me ayudo en ese momento

-Relájate-pidió entretenido

-Bien-suspire una vez más.

El auto iba cada vez más rápido.

-Tercera-dijo luego de unos minutos más.

Nuevamente me ayudó de la misma manera.

Cada vez que nuestras pieles hacían contacto, una especial ráfaga de electricidad entraba por mi cuerpo

Mis músculos se relajaron en el asiento de conductor a la vez que tomaba confianza al asunto.

-Vas bien-dijo Lenin

-Estoy segura de que nos voy a matar-

Sentí su risa a mi lado

-No lo digo en chiste-comenté más seria

Su risa aumentó más

Suspire al notar que no podía callar a Lenin

-Vamos, no te enojes-

Lo mire de reojo al ver una sonrisa adornar su rostro

-De acuerdo-me quedé mirándolo

Su ya típica chaqueta negra estaba sobre su pecho, abierta para lucir una polera azul con unas letras blancas. Unos jeans envolvían sus piernas y tenían unas leves gotas de agua, debido a su húmedo cabello. Estaba recién bañado por lo cual podía inhalar su exquisito aroma.

-¡Un gato!-indicó él

Chillé y en un movimiento involuntario pise el freno.

Aún así pude ver como el gato gris quedaba bajo el Jeep

-¡Lo maté!-grité mientras bajaba del vehículo y cerraba la puerta fuertemente

-¡Claro que no!-Lenin rodeó el auto para llegar a mi lado-¡Agradece que es un Jeep y el gato tuvo la suerte de pasar por debajo de él y no por debajo de las ruedas!-

Suspire mientras veía como el gato corría horrorizado desde la parte de atrás del automóvil, para perderse en un ante jardín floreado.

Lenin me abrazó, envolviendo mi cuerpo para acercarme hasta él

-Tal vez lo mataste del susto-susurró a mi oído

-¿Tú crees?-pregunte asustada mientras me alejaba de Lenin para correr hacia el gato.

Él me detuvo tomándome por el codo.

- ¡Oh, que ingenua!-sonrió-¡Tu viste como salió corriendo!-

-Pero algunos gatos convulsionan-señale mientras intentaba zafarme

-Convulsionan, no corren-

Suspire aliviada.

Un claxon sonó tras del Jeep, otro automóvil estaba varado tras de nosotros.

-Vamos, pero esta vez yo conduzco-dijo mientras se acercaba para besar mi frente y luego subir al asiento del conductor.

-¿Qué te sucede?-pregunto Philip.

Mis manos estaban por sobre sus hombros, y él tenía las suyas por mi cintura, ambos nos movíamos al ritmo de una leve melodía.

-¿Cuándo comenzamos a bailar?-pregunté horrorizada al ver nuestros cuerpos tan cerca

-Como hace…-detuvo su habla para pensar-Una media hora-

Abrí levemente mi boca. Ni siquiera recordaba haber llegado a la pista de baile acompañada por Philip

-Creo que bebí algún trago-negué con mi cabeza para intentar despertarme. Empezaba a perder la noción del tiempo

-¿Así?-preguntó sonriendo

-El tiempo se me está pasando más rápido de lo que es-entre cerré los ojos por un momento

-Dicen que el tiempo pasa rápido cuando estás con quién amas-

Me solté rápidamente de sus brazos y lo mire con furia.

-Helen, vamos-dijo mi padre mientras se acercaba hasta mi lado

-Bien-respondí acercándome hasta mi progenitor

-¿Quién era aquel chico?-papá señalo a Philip que me miraba confuso en la pista de baile

-El maldito que me hizo llorar luego de ganarme en la competencia de inglés, ¿lo recuerdas?-pregunté mirando a mi padre, aunque la pregunta iba más para Philip

Philip abrió levemente su boca mientras mi padre lo miraba enfadado

-Adiós Hel-musitó él algo desconcertado

-Vámonos-pedí a papá, pareció más una orden

Mi padre puso su brazo rodeando mis hombros a la vez que me guiaba hasta fuera del local.

Mi vista estaba distraída, demasiado distraída. Observaba las siluetas bailando y riendo a nuestro alrededor. Parecía un ambiente agobiador.

Mis ojos quedaron incrédulos y mi cuerpo estático al ver un cabello lacio en punta tras de un par de personas, con unos ojos color miel fijos en cada uno de mis movimientos. Chris.

-¿Qué sucede, hel?-pregunto mi padre algo preocupado e intentando ver que yo observaba

-Nada-sacudí mi cabeza y volví a observar a Chris, pero ya no estaba-Vámonos-seguí caminando a un paso rápido.
 

4/4


Capitulo 12.

-¿Así que viste a Zac Efron?-Summer quedó impresionada frente a mi historia de la noche anterior

Asentí y volví a asomar la cabeza por la calle, aún no llegaba el autobús de Sum

-¿Es así de guapo como nosotras creíamos?-reí frente a su pregunta

-Es guapo, pero se río de mí-entrecerré los ojos recordando mientras Efron reía bajo al ver mi cuerpo tembloroso-Papá está loco ¡Jamás tuvo que haberle dicho que yo era su fan!-

Summer rio de mi historia, me alegraba de eso así que sonreí con ella

-Bueno… Agradece que tuvieras algo que hacer el fin de semana-negó con la cabeza mientras observaba el piso de cemento bajo nuestros pies, suspiro y volvió su vista hacia mí-Pase la noche más rara de mi vida-

Fruncí el ceño y deje de mirar hacia la carretera

-¿Así?-pregunté más interesada en el tema

-Sí-rodeó los ojos-¿Puedes creerme que vi a un chico observarme?-sonrío recordando-¡Estoy loca!-

-¿Qué chico?-

-¿Cómo me pides detalles?-rascó su nuca-No tengo idea de que chico era, jamás lo había visto-Dejó de hablar por unos segundos-Tan solo era guapo-

Reí suavemente

-¿Guapo?-pregunté

-¡Guapísimo!-admitió riendo, reí más con ella-¡Nunca en mi vida vi a un chico tan hermoso!-

Reímos un momento más.

Summer miro por la calle y luego se acercó a mí besando rápidamente mi mejilla

-Allí viene el bus-señalo la calle a la vez que se alejaba a zancadas agitando su mano en señal de despedida

Agite la mía diciendo adiós con una sonrisa en mi cara.

Summer subió al bus corriendo. Dejé de mirarla en cuanto ella cruzó las puertas del automóvil.

Una mano por sobre mi hombro me hizo girar la cabeza inesperadamente

-¿Vamos?-consultó Lenin quitando su mano

Asentí sonriendo.

-¿Vamos a tener que caminar?-pregunte sarcástica

Me lanzó una mirada fría

-Aún tengo la motocicleta-comentó quitándome mi bolso del hombro para llevarlo él-Supongo que no te da miedo-sonrió burlón

Entre cerré los ojos e intente devolverle la mirada, pero no lo logré.

-No te enfades-sonrió llevando su mano izquierda a una de mis mejillas

Cubrí su mano por sobre mi cara con mis dedos.

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-¿Así que tuviste una fiesta anoche?-consultó dejando un pie sobre el frío cemento para sujetar la motocicleta

-Si-suspire-¿Me puedes creer que vi a Chris?-intenté mirarlo poniendo mi cabeza por sobre su hombro.

Lenin tensó su cuerpo por un segundo y luego giro su cabeza levemente hasta la mía.

Aproveché para besar su mejilla

-Te estás volviendo paranoica-comentó riendo mientras giraba su vista para ponerla en frente

Le pegué suave en su pecho con la ayuda de una de mis manos cruzadas por este. El gimió leve

-Chillón-murmuré

-Paranoica-dijo en respuesta

-Sigues siendo chillón-contesté algo más molesta

-Y tú sigues siendo paranoica-

Bufé

Lenin quitó su pie del suelo e hizo avanzar la motocicleta.

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-Señorita Helen-la ama de llaves tocó con sus nudillos la puerta blanca de mi pieza-Su padre reclama su presencia en su oficina antes de que se vaya-

Dejé el libro de Ana Frank sobre el escritorio mientras me dirigía a la puerta para abrirla

-¿Qué necesita?-consulté juntando mis cejas

-No lo sé, pero de verdad quiere verla ahora-

Pasé por el lado de la ama de llaves de mi padre y me dirigí a las escaleras para llegar al tercer y último piso, nunca había subido esas escaleras, tenía entendido que allí estaba el estudio de papá, que allí hacía sus trabajos. Pero nunca me había dejado entrar.

En cuanto subí el último escalón me topé con mi padre.

-¿Llegaste en motocicleta?-preguntó mirándome fijamente

¡Demonios! Lenin me había dejado a más de una cuadra de la casa ¿Cómo me vio?

Tartamudeé intentando formular una respuesta.

Mire las paredes como si pudiera leer alguna idea para excusarme, pero las murallas estaban adornadas solamente con cuadros elegantes que guardaban las propagandas publicitarias de las antiguas películas de papá.

-Yo…-dejé la oración al aire al notar una peculiar fotografía en el inicio del pasillo que llevaba hasta –lo que yo creía- que era el estudio de mi padre-¿Esa es una fotografía nuestra?-pregunté mientras dejaba atrás a mi padre y me dirigía hasta el cuadro que había captado mi atención.

Yo debía tener unos 4 años, era inocente y pequeña. Mis padres se amaban. Todos estábamos juntos y todo parecía especial y mágico. Es una pena que haya dejado de vivir en aquel mundo.

Los tres sonreíamos mientras tomaban la fotografía. Atrás de nosotros podía divisar un campo.

-Helen-mi padre camino hasta mí

-Es una fotografía nuestra-susurré mientras tocaba el vidrio con la yema de mis dedos, logrando un contacto frío

Ahora el tartamudeó provino desde mi padre

-¿Por qué la conservas?-consulté girando para ver a mi padre sorprendido

-Extraño aquellos momentos-admitió

Un silencio abrumador abrazó por completo nuestra estancia, un silencio tan profundo que me daba la sensación de poder escuchar cada pensamiento que cruzaba por la mente de mi padre.

-Creo… Creo que te iré a dejar-terminó por decir él, antes de caminar a un paso lento hasta el final del pasillo y entrar en la puerta más grande y sofisticada de este.

Quedé allí varada, sin mover ni un solo músculo, manteniendo los ojos fijos en la fotografía frente a mí. Como si al verla pudiera volver al pasado.
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Las maletas habían quedado abajo, en el living de la entrada, justamente donde mi padre las había dejado antes de marcharse.

Serví en un vaso -que había tomado segundos antes- jugo de una caja que encontré dentro del refrigerador. Dejé la caja en la basura luego de verter todo el contenido, tomé el libro que llevaba leyendo por días y camine con paso silencioso hasta el sillón.

Me tumbé en él, disfrutando de estar en casa otra vez, de que estaba sola.

Tomé un largo sorbo del jugo para luego dejarlo en la mesita de café.

El ruido de mi celular en el bolsillo me detuvo.

Lo saqué a regañadientes y –con la ayuda de la misma mano- lo ubiqué sobre mi oreja

-¿Alo?-pregunté en un suspiro

-¿Ya estás en casa?-la voz de Lenin se hizo presente al otro lado

-¿Por qué?-

-Quería salir, si tú quieres, claro-

Sonreí involuntariamente

-Pensaba leer…-Lenin me interrumpió

-Si quieres yo te cuento el maldito libro, tan solo vamos ¿Si?-

Reí bajo

-De acuerdo-

Cerré el celular de un golpe a la vez que lo lanzaba al otro extremo del sillón.

Observe la tapa del libro detenidamente, fijándome en cada detalle de él.

Sonreí de medio lado.

De alguna forma, estaba recobrando mi vida, la vida infeliz que amaba estaba volviendo hacia mí. Ya no tenía nada que envidiarle a Ana Frank. Nada.

Me mantuve pensando cada último suceso de mi vida.

En los últimos dos días había sentido toda la adrenalina que me faltaba hace más de cuatro meses. Era una sensación tan satisfactoria e imposible de explicar.

En pocas palabras, se sentía perfecto.

Suspire hundiéndome lo máximo posible en el cuero negro del sofá que me ha acompañado por años.

Cerré los ojos en un intento de relajarme, a la vez que dejaba el libro de lado y mantenía mis manos unidas por sobre mi estomago.

Minutos después sentí el timbre de la casa.

Abrí los ojos de golpe a la vez que me paraba y arreglaba un poco mi ropa corrida a causa de la siesta de hace unos minutos. La puerta se abrió tras un pequeño quejido por el frío que corría a aquellas altas horas de la noche

-¿Lista para salir?-preguntó Lenin sonriente al otro lado de la puerta

-Voy por mi chaqueta-señale la escalera.

Lenin asintió y entró tan líberamente como acostumbraba a hacerlo.

Subí las escaleras a un paso rápido y corrí hasta mi cuarto, busqué entre el armario alguna cosa útil. Encontré una vieja casaca marrón, más parecida a un cortaviento. La tome sin otro remedio y rápidamente la puse sobre mis hombros, pasando mis brazos por las extensas mangas.

Me dirigí a zancadas hasta las escaleras, pasando por al lado del baño.

Me detuve antes de bajar y corrí hasta el baño para enjuagar mi cara.

Luego de eso corrí libremente hasta el lado de Lenin. Él yacía sentado en el sofá negro, viendo el libro detenidamente. Sé giro para verme, noté una sonrisa en sus labios

-Debo comprarte una chaqueta-se levantó del asiento

Lo mire enfadada por unos segundos

Quitó su chaqueta de un reluciente negro y la extendió hasta mí

-Ocúpala-me ordenó

Enarqué mis cejas

-¡Oh vamos!-pidió como un pequeño niño acercándose hasta mí

Quité mi cortaviento y lo tire al piso a la vez que tomaba la chaqueta de Lenin para ponérmela. Se sentía cálida, como su cuerpo

-¿Cuál es el destino a estas horas?-pregunté mientras me dirigía hasta la salida de la casa

-¿Alguna vez has querido vivir uno de tus video juegos?-consultó abriendo la puerta para que saliera

Guardé silencio por unos segundos mientras pasaba el umbral de la casa

-¿A qué te refieres?- me detuve para esperar a que saliera de la casa

-Necesito tu ayuda-dijo cerrando la puerta tras de sí

-Debes estar loco pidiendo mi ayuda-comenté riendo

-Es algo más serio-se dirigió hasta su motocicleta

Mire la puerta un segundo para cerciorarme de que estaba cerrada, luego corrí y me subí tras de Lenin, cruzando mis brazos por su pecho

-¡Las llaves!-recordé antes de que él hiciera rumbo hasta nuestro incógnito destino

-Yo las tengo, bueno, tú-sentí su risa vagar por el aire-Están en la chaqueta-

Dicho esto quitó el pie y el seguro del suelo para aumentar una carrera mortal a máxima velocidad.

-¿Sabes memorizar caminos?-preguntó luego de varios minutos de silencio, a excepción del viento que pasaba como una ráfaga a nuestro lado

-Es lo que me han dejado años de entrenamientos con video juegos ¿Pero a qué va esto?-acerqué mis labios hasta su oreja, para que me escuchará mejor. Aquí y a esta velocidad, literalmente, mis palabras se las llevan el viento

-Quiero que memorices este camino-pidió sacando una mano del volante para señalar a nuestro alrededor.

Observé las calles que parecían borrones a nuestro lado, entrecerré los ojos en un intento de ver mejor.

Una arquitectura vieja invadía el lugar, parecida a la que se ocupaban años atrás, a principios del siglo XIX. Adoraba Quebec. Adoro mi entorno.

-Tan solo intenta mantener este lugar en tu mente-pidió Lenin, acelerando más el motor.

Asentí sin preocupación, guardando cada centímetro de la calle dentro de mi cabeza, aunque era difícil, empezaba a congelarme gracias al cortante hielo que llegaba directo a mi cara por la velocidad.
 
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BONUS CAP!!!!!!

Capitulo 13

Mantuve el cubo rígido dentro de mis ahuecadas manos, sosteniéndolo como un tesoro preciado.

Observé una vez más el fascinante color verde armado, sentía curiosidad por el hecho de encontrar aquel color armado. Tan solo restaban dos: El amarillo y el rojo.

Volví a girar cada pieza del cubo en alguna dirección, para desarmar el color verde, pero tan solo lograba correr los otros colores de un lado a otro –Aún así sin desarmarlos-

Termine por rendirme y guardar el cubo dentro de mi mochila.

Observé por fuera de la ventanilla del bus. Hacía un frío torrencial fuera, lo suficiente como para congelarme la nariz.

Crucé mis manos por sobre mi pecho, apretando el bolso a mí hasta el punto de sentirlo por sobre la capa de ropa que llevaba, sentir como se incrustaba en mis costillas.
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Lenin no había cumplido su promesa de contarme el libro, así que debía leerlo.

Preparé un café para no dormirme esta vez y lo subí a mi pieza.

Me acomodé en la cama, por sobre las tapas, y tomé rápidamente el café. Me quemé la lengua más de una vez, pero se sentía agradable esa sensación caliente viajando por mi garganta, esparciéndose por mi cuerpo, para dejarme dentro de la temperatura corporal normal.

Tomé el libro y continué mi lectura sin preocuparme de cuanto tardará, ni mucho menos de tomar el tiempo. Hasta llegar a un párrafo peculiar

<<O sea, que la Ana buena no se ha mostrado nunca, ni una sola vez, en sociedad, pero cuando estoy sola casi siempre lleva la voz cantante. Sé perfectamente cómo me gustaría ser y cómo soy... por dentro, pero lamentablemente sólo yo pienso que soy así. Y ésa quizá sea, no, seguramente es, la causa de que yo misma me considere una persona feliz por dentro…>>

Esas últimas palabras rebotaron en mi cabeza, antes de que cerrara el libro.

Había terminado de leerlo. Tan simple como eso.

Suspire y dejé el libro sobre la mesita de noche.

Mire hacia fuera, ya era algo tarde.

Tomé el celular de mi pantalón y llamé a Lenin

-¿Cómo estás?-pregunté en cuanto contestó

-Bien, ¿Tú?-

-Bien, igual-sonreí y mire el libro sobre la mesa-Termine de leer “el diario de Ana Frank”-presumí

-¡Que mal!-exclamó-Quería contártelo mal para que tuvieras malas notas-rio

-Que novio el que tengo…-dije en un suspiro-Lenin, debo pedirte que vayas a buscar a mi madre al aeropuerto-

Sentí una risa proveniente de su boca

-Estoy en eso, de hecho, la espero en el aeropuerto-

Sonreí

-Gracias-dije acercando el celular a mis labios-Espero que no la hayas ido a buscar en motocicleta-

-¡Claro que no! Vine con el auto de mis padres…-se mantuvo en silencio por unos segundos-Tú madre llegará bien-

-Gracias otra vez-

-No es nada. Bueno, te llamo cuando llegue. Adiós-sentí el tono de que la llamada acabo.

Cerré el celular y pasé una mano por mi cabello.
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-¿Me ayudarás?-pidió Lenin subiendo al coche de sus padres

-Déjame ver si entendí-Entré en el asiento de copiloto-Me hiciste escapar de casa por la ventana, me trajiste a una de tus carreras clandestinas y ahora me pides ayuda con los atajos ¿Estoy bien?-pregunté

-Sí-

-¿Tengo otra opción?-pregunté resignada

-Gracias-dijo leve-Cinturón-recordó a la vez que encendía el motor del Peugeot plateado

Atravesé el cinturón de seguridad por mi cuerpo, para sellarlo a un lado de este.

Lenin hizo lo mismo con el suyo.

Solté aire y presione una mano contra mi pecho. Esto era mucha más adrenalina de lo que pedí.

Mire hacia los contrincantes, todos se veían mayores de 15 años, pero ninguno superaba los 21. Algunos tenían unos autos lujosos, otros autos exóticos y por último los tuneados. Aquellos autos hacían la mayoría.

-La carrera consiste en 5 vueltas en un radio de 100 metros, la pista no está señalada, pero es la que te mostré la noche anterior ¿Lo recuerdas?-desvió su vista hacía mí.

Asentí

>> Los contrincantes como puedes ver no son más de 4, a nuestra derecha esta Charles, este tipo es un suertudo, en sus 17 años ha ganado la mayoría de las carreras-suspiró negando con la cabeza-A la izquierda tenemos a Josh, tiene 15 años y ha perdido la mitad de las carreras que ha jugado, pero ningún contrincante de él que haya ganado ha sobrevivido. Josh tiene una lista criminal extensa.

Tragué saliva y mire de reojo a Josh. Su pelo era de un tono rojizo y pude ver unos músculos tatuados bajo de su holgada polera blanca.

Observé otra vez a Lenin

>> Por último tenemos a Antoine. Este chico fue entrenado por su abuelo, ganador de carreras reales con Ferrari. Antoine no supera los 16 años, es italiano, no se demasiado sobre él, se integro hace unas semanas y debido a su falta de nuestro lenguaje no se comunica-Sonrió de medio lado-aunque bueno, aquí nadie lo hace.

-¿Dónde voy yo?-pregunté rápidamente.

Una luz tenue proveniente de un alumbrado público lograba iluminar un poco el lugar de partida. Todos estaban listos

-Es simple. Todos los corredores tienen un acompañante, les dirige los atajos y las trampas. Eso es todo-

Una chica apareció a un lado de la pista, con dos banderas en sus manos.

-Aquí vamos-susurró Lenin

-No puede ser-susurré.

La chica contó en voz alta

-¡Tres!-gritó elevando las banderas por sobre de su cabeza

-Relájate-pidió Lenin

-¡Dos!-indicó la chica

Todos los motores gruñeron de una forma espantosa

Las banderas bajaron dando la señal de partida.

Rápidamente perdimos el rastro del lugar de inicio, dejando todas las personas amontonadas a un lado de la pista, excepto a los contrincantes, que se mantenían a un margen muy cercano a Lenin. De alguna forma, el Peugeot de los padres de Lenin había logrado rebasar al primero. Aún así, el resto de los competidores nos seguían de cerca, no perdían oportunidad.

-¿Hacía donde?-preguntó Lenin mientras doblaba el manubrio girando una gran curva

Mire hacía mis lados y señale con un dedo tembloroso un lugar que había reconocido la noche anterior.

El automóvil se dirigió hasta donde terminaba de señalar mi índice.

-Eso es, Helen-murmuró Lenin sonriente mientras entraba con una perfección envidiable dentro del angosto callejón.
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-No lo hiciste nada mal-asumió Lenin mientras acariciaba mi cabeza tiernamente.

Uno de sus brazos estaba tras su nuca y el otro se dedicaba a bajar y subir por mi cabello.

-Nunca en mi vida vuelvo a entrar a un auto contigo-susurré

-No fue tan malo-sonrió y me observó por unos segundos

-¡Casi nos estrellamos!-recordé levantando mi cabeza del colchón.

Al fin habíamos llegado a casa, al ambiente relajado de mi cuarto, donde el único ruido que nos podía interrumpir era el viento ayudando a los árboles a golpear la casa con sus largas y extensas ramas vacías –Que en algún momento de su vida estuvieron cargadas de hojas- gracias al Otoño que habíamos pasado unos meses atrás.

Lenin rio suave con su melodiosa voz llenando mi cerebro

-¿Te asustaste?-enarcó una de sus cejas

-¡Como cualquier persona con sentido común!-grité más que espantada.

Quedamos nuevamente en silencio.

Observe profundamente los ojos de Lenin, en aquel color tan especial que me perdía cada vez que los observaba. Perdía la noción del tiempo y de la tierra. Olvidaba quién era y que hacía.

-¿Me seguirás ayudando?-Lenin me sacó de mis pensamientos

Suspire un momento

-¿Por cuánto?-pregunté apoyando mi cabeza sobre su pecho

-¿Siempre?-

Levanté la cabeza y lo mire fijamente, entre cerrando los ojos

-Sabes que necesito dormir-recordé

Lenin rodeó sus ojos y resopló

-Está bien-cerró sus parpados, impidiéndome que me extraviara en algún lugar del peculiar color y brillo de sus ojos.

La luz que entraba desde la ventana no era una ideal, pero si la suficiente como para permitirme ver los rasgos de Lenin.

Recosté mi cabeza por sobre su pecho.

Un especial tambor a un ritmo melodioso inundo mis oídos.

Ese ritmo era tan conocido, lo había escuchado tantas veces. Pero este era distinto, era más especial.

No quite mi oreja del pecho de Lenin y cerré los ojos por unos momentos, disfrutando de la melodía del corazón de Lenin.

-Tu corazón… palpita-comenté intentando no romper la quietud entre ambos

-Te había dicho que sigo siendo humano… ¿No?-

La pregunta quedó al aire. Me dediqué a escuchar cada latido de Lenin, su sonido me calmaba tanto como le calmaba a un recién nacido estar con su madre.

Sentí como el techo crujía leve, gotas de agua empezaban a llover y tonaban una espantosa música descoordinada tras caer a la superficie. Aún así, mantuve mi concentración en el corazón de Lenin.

Eso era lo único que quería escuchar.
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NuevaLectora(:
qegenial qe seguiste con la segunda parte'
mencanta':D
subeprontoplxx'

Capitulo 14.

Esta vez Summer me había arrastrado hasta el Centro Comercial. Según ella había una película ideal para que viéramos juntas, y en fin… Hace tiempo que no salíamos tranquilamente, así que me decidí a darle el gusto, después de todo, era solo una película.

-¿Qué tal si vamos a comprar los boletos?-consultó mi amiga mientras miraba poleras dentro del local en el cual estábamos

-Me parece bien-comenté

Summer puso la polera sobre su pecho y se miro en el espejo

-Sum-me acerqué hasta su lado

-Dime-me sonrió y dejo la polera en su lugar para seguir viendo otra

-¿Qué deseas para tu cumpleaños?-

Tenía un regalo, pero aún así quería comprarle algo más.

Ella suspiro y dejo esa misma polera donde estaba

-No sé-apoyo una de sus manos en sus caderas-Poleras, Shorts, me da igual-se encogió de hombros-Sorpréndeme-

-Soy mala para las sorpresas-comenté

-Sorpréndeme-repitió

Salimos de la tienda rumbó a comprar los boletos para la función.

Llegamos al cine luego de unos minutos, estaba algo lleno, pero daba igual. La gente se acumulaba en la fila para comprar mientras niños corrían de a un lado a otro en algún juego infantil, la alfombra gris estaba cubierta de palomitas pisadas y algunos refrescos volteados: Cosas típicas y que nunca cambiaran en un cine.

-¿Cuál veremos?-pregunté mientras esquivaba un paquete de cabritas que había caído al suelo segundos antes.

-El extraño caso de Benjamin Buthon- dijo Summer sonriente

-¿Esa película está clasificada para mayores de 14?-

-Cumpliré 14 en una semana-contestó con naturalidad mientras se acercaba para hacer la fila

-Yo en 3 meses-mire hacia el piso y me aparté de las cintas gruesas y elásticas que formaban columnas apestadas de gente para comprar los boletos-Compra tú los boletos-

-¡Eso es todo!-sonrió-Ahora ve por palomitas-me empujo hasta el mesón al otro lado del cine.

Me alejé prontamente de la fila y llegué viva –por suerte- al lugar destinado para comprar. Tuve que esquivar niños, malteadas y palomitas antes de llegar.

-Bienvenida al cine-la voz apagada de la cajera me hizo sentir incomoda-¿En qué puedo ayudarte?-

Tartamudeé por medio segundo

-Qui…Quisiera un paquete mediano de palomitas y dos bebidas, por favor-empecé a sacar dinero de la billetera que tenía en un pequeño bolso colgado a mi hombro

-¿Con caramelo?-

-¿Disculpe?-pregunté inconclusa

-Las palomitas-su voz sí que era apagada

-De…acuerdo-junté mis cejas extrañadas y termine de sacar el dinero para ponerlo sobre el mesón.

La cajera le ordenó a alguien que preparara las palomitas y luego volteó su rostro desaliñado hacía mí

-¿De qué sabor las bebidas?-

-Pepsi y…-dudé un momento-Canada dry-

-Son $6.30-

Le entregué el dinero suficiente en sus dedos. Me llamó la atención los huesudos y tan largos que eran.

Prontamente apareció una joven adolescente con una bandeja con dos bebidas en vasos, bombillas a un lado y las palomitas. Me las entrego con una sonrisa

-Gracias por comprar-dijo mientras yo lo recibía

Correspondí con una sonrisa y mantuve la bandeja rígida y bien sujeta.

Me acerqué hasta Summer esquivando los mismos obstáculos que antes, esta vez ella tenía una cara cansada

-¿Qué sucedió?-pregunté extrañada

-Casi no me venden las entradas-rodeó los ojos y dejo las entradas por sobre la bandeja

-Pero las tienes-sonreí-Vamos-

Caminamos juntas hasta el control antes de entrar a la sala de función. Una chica regordete estaba encargada de aquel trabajo

-Tú-me señalo de una forma intimidante mientras Summer pasaba luego de entregarle su entrada-no puedes entrar-

-¿Qué?-consulté sin entender

-La función es para mayores de 14-

Suspire

-Tengo 14-le entregué la bandeja a Summer y con un gesto la ordené a avanzar hasta la sala

-¿Tu identidad?-

¡Esto me faltaba!

-No la traje-respondí seria

-Sin identificación no entras-

Suspire una vez más.

Tres chicos de aproximadamente 15 años entraron esquivándome. La chica les sonrío

-Escúcheme-busqué en mis bolsillos y encontré $3.00 se los mostré por sobre la cara-Déjeme entrar-

La chica tomó el dinero y lo guardó apresuradamente

-¡Vete ya a la sala!-

Sonreí triunfante y corrí hasta dentro de la sala.

Busqué con la mirada a Summer, pero todo estaba oscuro impidiéndome ver. Recién comenzaban los tráileres.

Pensé un momento y termine por hacer algo estúpido

-¡Summer!-grité

Todos en la sala me correspondieron con un ruidoso “Shht”

Vi una mano alzarse haciéndome gestos de que fuera, la mano tenía la pulsera que Summer llevaba normalmente.

Esquive personas y asientos hasta llegar junto a mi amiga, quién disfrutaba abiertamente de las palomitas y su Canada Dry

-¿Lograste pasar?-consultó

-Soy una ilusión-bromeé bajo-Me quedé sin dinero-

Me senté en el asiento junto a Sum

-Igual que yo-comentó en voz silenciosa-Tuve que sobornar al vendedor-

Dicho esto empezó la película, por lo cual procuramos guardar silencio. No queríamos ser el fenómeno en la sala de cine.
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-Era una buena película-comentó Sum mientras terminaba de tomar su refresco en el largo pasillo que daba a la salida de la sala de cine

-Lo admito-sonreí-Era buena-

Deje la bandeja por sobre un bote cuadrado de basura y tire el paquete vació de palomitas dentro del bote.

Caminamos un poco más hasta que Summer quedó estampada en la alfombra, no se movía

-¿Qué te sucede?-intenté moverla inútilmente

-¡Ese!-apuntó a un chico apoyado en una de las paredes con la cabeza gacha-¡Ese es el chico!-gritó emocionada

-¿Qué chico?-seguí con mis intentos de moverla

-El que me veía el otro día-sonrió

-Pues ve a saludarlo-

-¡Estás loca!-su gritó llamó la atención de la gente que pasaba a nuestro lado

-Entonces deja de hacer tanto melodrama y vámonos-comencé a avanzar sin Summer.

Sum llegó a mi lado en segundos.

Intenté no mirar lo embobada que estaba mi amiga viendo al “especial” chico. En cuanto pasamos por el lado del enamorado de Sum él levanto su cabeza. Está vez yo fui quién quedo impresionada.

Sus ojos miel inundaron de miedo mi cuerpo.

Chris. Pero esta vez no tenía su cabello en punta, estaba liso y desordenado. Algo así como Edward Cullen, aunque más corto.

-Hola-saludó con un gesto de mano.

Intenté corresponderle. Summer no sabía quién era, ella no tenía idea. Ni siquiera sabía que yo lo conocía. Summer no tenía ni idea de la vida oscura de Lenin, mucho menos que este chico estaba involucrado.

-Hola-titubeó mi amiga con una sonrisa en el rostro

-¿Cómo están?-se alejó de la pared para acercarse hasta nosotras

-Todo bien-contestó Sum-¿Y tú?-

Bajé mi vista hasta la alfombra, no lo quería ver. No quería imaginarme que esto estaba pasando.

-Genial. Soy Chris… ¿Tu eres?- extendió su mano a Summer

Mi amiga la recibió con gusto

-Summer, y ella es mi amiga Helen-

Suspiré y rogué por un milagro. ¡Genial! Soy atea… Nada me salvará

-¡Helen!-la conocida voz de Lenin me alentó enormemente.

Levante mi rostro para verlo como corría desde el inicio del pasillo hasta nosotros, en cuanto llegó a nuestro lado me sentí más aliviada. Chris frunció el ceño.

-Debemos irnos-comentó Lenin a la vez que tomaba uno de mis brazos.

-Me parece apropiado, anochece-le pegué un codazo a Summer en las costillas.

Sum sacó un lápiz de no sé dónde y anotó algo en la mano de Chris, él sonrió complacido y se marchó sin decir nada más. Tomé a Summer de un brazo y la obligué a caminar.

-¿¡Como demonios se te ocurre hacer eso!?-dije enfadada

-¿Qué tiene?-se encogió de hombros

-¡No lo conoces!-

-¡Es guapo!-dijo ella en defensa.

-Vámonos-pidió Lenin haciéndome caminar a un paso más rápido y como consecuente, a Summer igual.

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CHICAS, DEBO AGRADECERLES POR COMENTAR!

MUCHAS GRACIAS! (: ESTE QUIZAS SE UNO DE LOS ÚLTIMOS CAPS ANTES DEL CIERRE TEMPORAL DEL FORO

DE CUALQUIER FORMA, SI VEO QUE ESTAN INTERESADAS EN MAS CAPS, LES SUBIRE DOS O TRES MAÑANA

PERO TODO DEPENDE DE SI LOS QUIEREN. O SI NO NO TIENE SENTIDO, HEHE....

LAS QUIERO MUCHITO Y RECUERDEN! DIGANME SI DESEAN DOS O TRES CAPS ANTES DEL CIERRE TEMPORAL

XOXO

JAVI'S JONAS