Stars Little Sisters|Novela Colectiva|One Direction

Narra: Ana Bieber.

- Te propongo algo, enana. – soltó de repente Chris.

Estábamos sentados en su cama, mirando menús del hotel. Levanté mi mirada y le miré atenta.

- Dime.

- Conozco un buen restaurante, está en el centro de la ciudad y podríamos ir a cenar. – me explicó él. - ¿Vamos?

Suspiré.

- ¿Cuál es ese ‘‘buen restaurante’’? – le pregunté con burla. Sabía perfectamente cuál era.

Él se sonrojo y comenzó a rascarse el cuello, giro su cabeza mirando la televisión.

- ….

- ¿Qué? No te he escuchado.

- ….

- Habla más fuerte, no te escucho, cara trucha.

Suspiró.

- ¡McDonald’s! – soltó sonrojado.

Yo reí y le abracé. Nos encantaba ir allí, cuando estábamos en USA, cada semana íbamos. Éramos VIPs y todo, así que sin duda, iríamos a ver cómo era aquí en UK.

- Vamos a saquear la tienda.

***

- ¿Está tardando demasiado o soy yo? – pensé suspirando.

Observé el cielo, todo oscuro y se podían ver alguna que otra estrellita. El jaleo que provenía del restaurante de lujo de delante, tenía una terraza afuera, me molestaba mucho.

Hacia frio e iba vestida como antes, mientras mi mejor amigo llamaba la atención como un condenado. Normal, es que en verdad está muy… ¿Cachas, cuadrado? Dios, que musculazos tiene. Se le notaba un montón de que iba al gimnasio. Una camiseta de tirantes blanca y en la cual ponía en letras negras: ‘‘Let’s burn all this shit, bby.’’, unos pitillos hasta un poco más arriba de las rodillas de color verde y unas Supras blancas. Su pelo lo llevaba desordenado, mierda, había que reconocer que mi mejor amigo estaba muy bueno.

¿Desde cuándo es así?

Todo eso lo rumiaba mientras estaba sentada en la terraza de afuera del McDonald’s, esperando que mi mejor saliera ya del local. Escuché gritos y mire a mi derecha. Tres chicas me miraban, mierda, me habían reconocido. Claro, soy la hermana de Justin Bieber y…recientemente integrante de Little Stars.

Mierda, no estaba para aguantar a nadie hoy.

- Ana… ¿te puedes tomar una foto con nosotras? – me pregunto una de ella.

Me levanté y les sonreí lo más simpática posible. Vamos, que estaba fingiendo pero ellas no tenían la culpa.

- ¿Por ser la hermana de Justin Bieber? – les pregunté riendo.

Coloqué bien mi gorra.

- ¡No, bueno un poco…, pero es que somos muy fans, hemos comprado vuestras ‘‘canciones’’ en Itunes! – soltó emocionada otra de ellas.

- Superáis sin duda a Little Mix. – ahora fue la última de ellas que hablo, pelirroja.

Sonreí de verdad.

- Después de lo que acabáis de decir, sin duda, me haré una foto con vosotras. – solté yo riendo.

Ellas gritaron y yo reí.

En ese momento, salía Chris con la comida en una gran bandeja, íbamos a comer en la terraza y luego nos iríamos a dar una vuelta por ahí.

- Chris, ¿puedes hacernos una foto a las cuatro? – le pregunté entregándole la cámara de una.

Él asintió y me dio la bandeja, que yo coloqué en la mesa. Posé sonriendo para la foto y después de hacerla otras dos veces, haciendo muecas raras, las chicas se fueron mientras se despedían dulcemente.

Me senté y suspiré. Él hizo lo mismo, sentándose delante de mí.

Comenzamos a distribuirnos la comida y cuando acabamos de hacerlo, comenzamos a comer mientras charlábamos felices. Yo tenía una gran hamburguesa de queso, carne, tomate y lechuga en las manos, le pegué el primer bocado y gemí de gusto, estaba riquísima.

Vi como él hacía lo mismo con la suya, pero miro hacia la terraza de al lado y abrió los ojos. Volvió a mirarme a mí, dejo la hamburguesa en la mesa y se limpió la boca con una servilleta. Me agarro la mano con ternura y se acercó a mí.

- Cielo, te voy a decir una cosa…pero júrame que no vas a llorar, por favor. – me pidió él. Yo le miré sin entender, ladeando mi cabeza.

Deje la hamburguesa en la mesa, y le miré atenta. Él sonrió y negó con la cabeza, se acercó y me quito el kétchup de las comisuras de mis labios con su pulgar.

- ¿Qué pasa? – le pregunté sin entender.

- Prométemelo.

Yo me quede callada unos segundos. Su pulgar ahora acariciaba mi mejilla con suavidad, yo le miraba atentamente. Suspiré.

- Te lo prometo.

Él sonrió triste.

- En la terraza de enfrente, nos están mirando. – me contó él. Yo le miré como confundida. ¿Desde cuándo eso le importaba? – Es Horan, esta cenando con dos chicos más y dos chicas más. Están mirando hacia aquí mientras hablan, y puedo jurar, que están mirando ahora mientras cuchichean sobre nosotros dos.

Abrí mis ojos sorprendida, una lágrima salió de mi ojo derecho. Él la limpio rápidamente.

- Tranquila, a ti no se va acercar. Me lo cargó, lo juro. – me respondió él tranquilizándome. – Sonríe, ríe y disfrutemos de la cena, por favor.

Suspiré y asentí.

Él apartó su mano de mi mejilla y siguió comiendo. Comencé a comer de nuevo, pero mi apetito se había ido por donde había venido.

Sentí mi móvil vibrar, lo saqué y abrí los ojos. Mi corazón comenzó a latir desbocado.

‘‘Estas tan preciosa, cariño. Me entran ganas de besarte, te queda tan bien las Supras, me vuelves loco.
Por favor, háblame. Lo que has visto, no es lo que crees, te lo juro.
Te quiero. N xxx’’

Deje el móvil en la mesa, resoplé. Mire a Chris, él ya sabía quién había sido.

- ¿Te ha mandado un mensaje, verdad? Le acabo de ver escribiéndolo, incluso, está mirando hacia aquí ahora mismo.

Fruncí el ceño. Le había dicho que no me hablara y estaba aguándome la cena con mi mejor amigo, dios. Cogí el móvil y le respondí:

‘‘Aparte de ser un mentiroso y mujeriego, ahora también eres imbécil.
¡Te he dicho que no quería que me volvieras a hablar, así que…VETE A LA MIERDA! ¿Lo pillas, guapo?
Me la suda, ya me da igual. Lárgate a buscarte otra, yo estoy ocupada. Ojala te atragantes con la comida. Alé.
Ana Bieber.’’

Se lo envié y sonreí. Deje el móvil en la mesa y cogí mi Coca Cola, comencé a bebérmela pero me interrumpió mi teléfono. Solté de malas formas la bebida y volví a coger el móvil.

‘‘Lo que me acabas de decir, me ha dolido y mucho. ¡Yo no soy así, joder! ¡No soy un mentiroso y menos un mujeriego, así que no hables como si supieras! ¿Quieres que me levanté y vaya hasta tú mesa?
Voy a hacerlo, me da igual todo. Lo digo enserio, y yo cumplo mis promesas, créeme.
Niall Horan.’’

Abrí mis ojos alucinada. ¿Este tío está loco? Espera, espera, espera… ¿Me está hablando mal? No…conmigo no podrá, no. ¡Encima que ha sido él el que me ha engañado! Le cliqué a responder:

‘‘Creí que eras más listo. ¿No te enteras de que te estoy mandando a la mierda? ¿Eres gilipollas o te lo haces? Creo firmemente que lo eres, sí.
¡Ah, por algo todo el mundo sabe que por TÚ CAMA pasa CADA NOCHE una chica nueva, incluso mi hermano lo sabe, así que CALLATE LA BOCA! Además, yo no soy una de TUS GUARRAS con las que te lo pasas bien, y nunca lo seré.
No vayas de inocente, porqué TÚ de INOCENTE no tienes nada, sigue comiendo que es lo único que haces bien. Relaja la raja, famosillo de pacotilla. Y como vengas, te juro por mi madre que te mato, lo haré, no lo dudes.
¡Y NO ME VUELVAS A HABLAR! A.B. .l.’’

Lo envíe y suspiré a gusto conmigo misma. Dios, me había quedado de perlas después de esto. Christian comenzó a reírse mientras miraba hacia la terraza de enfrente.

- No sé lo que le abras enviado, pero acaba de tirar una botella al suelo del bote que ha pegado en la silla, dios, que bueno. – me contó mi mejor amigo. Yo reí alucinada. – Y su cara. Dios, su cara es buenísima. ¿Puedo hacerle una foto?

Reí mientras negaba. Y esta vez, impresionándome, volvió a sonar mi móvil. Abrí el mensaje, alucinada de que me hubiera respondido aquel mensaje.

‘‘Sé que estas en el McDonald’s. Perdóname por favor, quédate ahí. Me quedan dos calles y llego allí, tenemos que hablar.
Te quiero, Jus. xx’’

Abrí los ojos asustada como una presa antes de ser cazada. Chris me miro preocupado, yo le enseñé el mensaje. Abrió los ojos y comenzó a toser.

- Vámonos, corre. – dijo el levantándose.

Yo me levanté de golpe, él cogió la bandeja y la dejo con las demás, antes tiro los restos. Me llevé conmigo la Coca-Cola. Salimos fuera de la terraza, rápidamente. Y tanto que tenía razón, Niall y sus amigos nos miraban atentamente, él me miraba con el rostro serio totalmente. Abrí mis ojos al ver de lejos el Ferrari de mi hermano, mientras el aparcaba. No nos había visto, por suerte.

- Mierda. – soltó Christian al verle.

Mire a mi izquierda, la calle era larga y al fondo, había un taxi estacionando, mientras una mujer bajaba. Bien, estaba desocupado.

- Allí. – señalé el vehículo.

Él miro hacia allí y asintió. De golpe, me cogió de la mano y corrimos hasta allí. Giré mi cabeza hacia atrás al ver mi gorra en la entrada del McDonald’s, mi hermano acababa de entrar adentro.

Menuda escenita.

Solté a mi amigo, mientras le decía que subiera él al taxi, le indicara donde había que ir y me esperara. Él me hizo caso mientras yo corría hacia donde mi gorra. Al llegar donde ella, me agaché y la cogí. La espolse un poco y me la puse. Suspiré.

Vaya maratón acababa de hacer.

Sabía que me estaban mirando, lo notaba. Dios.

- ¿¡Ana!? – escuché como me llamaba mi hermano.

Miré hacia arriba y le vi asomado por la ventana del segundo piso del Burger. Pude ver como estaba Fredo y Ryan con él, de fondo habían miles de jóvenes gritando. Tragué saliva, él me miraba sorprendido. Me levanté de un salto y comencé a correr pero esta vez hacia la terraza de enfrente, todavía en la calle me pusé delante de la mesa de él, de Niall.

Todos los comensales de la mesa, incluido él, mi miraban.

- Buenas noches. Solo vengo a decir una cosa. – solté yo rápidamente. Giré mi vista y le mire a él, y de golpe, le tire la Coca-Cola por encima de su cabeza, mojándole el pelo, la cara y la ropa.

Se levantó de golpe, tirando para atrás la silla. Los demás, me miraban impresionados e intentando no reírse.

- ¡Que te aproveche y por el culo lo eches! – le solté con burla. Él me miraba impresionado, mientras gotitas caían por todo él. - ¡Buenas noches!

Me giré y comencé a correr hacia el taxi. Sin mirar atrás, agarrando mi gorra con una mano y tapándome la boca para no reír con la otra. ¡Eso por lo que me ha hecho, zas!

Al entrar al taxi, en la parte de atrás, cerré la puerta con fuerza. Chris me miraba impresionado, mientras reía sin parar. Lo había visto, será cotilla.

- Arranqué, por favor. – le pedí yo al conductor. Él lo hizo.


Estábamos con las luces apagadas. Yo estaba durmiendo en la gran cama, mientras Chris dormía en el gran sofá del saloncito de enfrente. Le había insistido que él durmiera en la cama y yo aquí, pero nada, él se había negado rotundamente.

Cogí mi Iphone y conecte a él mis auriculares, me los puse y le di PLAY a mi lista de reproducción. Los Jonas Brothers comenzaron a sonar con First Time, haciéndome sonreír. Amaba con locura esta canción y más a ellos.

Me giré, tapándome con el edredón hasta mis pechos. Estaba usando una camiseta de Chris, por lo tanto, estaba más que cómoda. Gracias a la gran ventana que se extendía por toda la pared, podía contemplar todo Londres. Sonreí abducida por el momento, todo a oscuras mientras First Time finalizaba con sus últimas notas. Comenzó a sonar Be Alright, de mi hermano. Lagrimas comenzaron abajar por mis mejillas, hasta que acababan en la almohada.

De golpe, por impulso, comencé a buscar en mi agenda para llamar. Entonces lo vi, le di a llamarle y suspiré mientras los pitidos sonaban.

- ¿¡Ana!? Pequeña… ¿Dónde estás? ¿Estás bien? Vuelve a casa, te lo pido. Estoy muy preocupado. Yo… - comenzó a decir mi hermano.

- Te quiero. Yo…mañana volveré a casa y hablaremos, lo prometo, estoy bien, tranquilo. – le respondí. – Estoy con Chris, en su hotel, está roncando en el sofá. Mañana hablamos, buenas noches, Jus. Duérmete, no pasa nada.

Luego le colgué.

La música comenzó a sonar otra vez, rápidamente la cambie a otra, Big Girls Don't Cry. No volvió a llamarme, supongo que me hizo caso, mejor. Y así, haciendo caso omiso a la canción que sonaba, lloré por todo lo ocurrido y me dormí.