"Pide un deseo" (Nick)

— Hazlo—le interrumpió Rachel. El sonrió y mientras ella cerraba sus ojos, Nicholas le acarició los labios con los suyos. Cada bendito beso era único y mejor que el anterior, pero hacia que el corazón de Rachel se fuera rompiendo más y más poco a poco. Al separarse los dos se miraron y el reposó su frente en la de ella.
— Te…-se puso nervioso y cerró los ojos para luego dirigir su mirada hacia el cielo después desviándola hacia Rachel—, te quería invitar a un lugar muy especial para mi…, solo se lo he mostrado a la persona más importante para mi hasta el día de hoy. ¿recuerdas a Rachel?—el corazón de Rachel empezó a latir a mil y ella sonrió mientras observaba los gestos que hacía él. Asintió y el continuo-: bueno, ella lo ha visto y te lo quería mostrar…, de alguna forma hoy me hiciste sentir magníficamente bien cuando a la mañana me diste ese beso—hizo una gran pausa mientras ponía una sonrisa en su rostro—. Sentí que tú te amo era sincero.
— Lo era—por instinto lo volvió a besar y en sus labios Nick susurró el nombre de Kate.
— ¿me lo repites?—escucharon unas risas a lo lejos y ambos miraron hacia la dirección de las risas. Eran los amigos de Nicholas riendo de lo cursi que podía llegar a ser.
— Te amo, Nick. Con todas tus cursilerías eres aun mejor—le rodeó el cuello con los brazos y las miradas de ellos se conectaron.
— Tengo la extraña sensación de que alguien más ha poseído tu cuerpo, estas…, estas cariñosa.
— Olvídate de eso. ¿me llevas a tu lugar especial?
— Si—dijo agarrando la mano de Rachel y caminó con ella hasta salir de la estación de trenes.
Nicholas… ¿Cómo describirlo? Era un chico bueno, cursi y aparente y envidiablemente perfecto. Desde que había conocido a Rachel la visitaba todas las noches, tardes, mañanas y jugaban juntos, pero a medida que la edad se hizo mayor ellos cambiaron de juegos. Tal vez ninguno de los dos hubieran sido tan maravillosos si es que no se hubieran conocido porque ambos sacaban lo mejor del otro. Los padres de Rachel nunca le prestaron la suficiente atención como para saber de aquellas visitas que recibía y nunca se opusieron a los regalos que Rachel pedía por navidad, que era la época en la que pasaba toda la noche hablando y tomando un chocolate caliente con Nicholas. Solía regalarle ropas o cosas útiles para él pero para ella la visita de Nick era el mejor regalo.
Prendían la chimenea de la gran habitación de Rachel luego colocaban un fino colchón sobre la alfombra frente a la chimenea y se acostaban a hablar por horas y jugar. Las peleas habían tenido el historial más blanco hasta la tarde en que Rachel pidió el deseo, esa había sido la primera pelea grave que habían tenido. Rachel estaba teniendo un sentimiento extraño en su pecho en el camino al lugar especial, sentía un leve vacío por más de que ahora tuviera lo que había deseado por tres años enteros a todas las estrellas y a todos los dientes de león. Igual quedaba una incógnita: ¿Por qué después de pedir de todas las formas posibles el mismo deseo, se cumplió esa tarde? Era simple: Rachel siempre había pedido que ella y Nick alguna vez sean novios y esa tarde ella había pedido ser la novia de Nick.
— Nick—dijo Rachel en un hilo de voz.
— ¿sí?—le dio un leve apretón a la mano que tenía apretada.
— ¿Qué significa Rachel para ti?—él la miró con el ceño fruncido y pequeña sonrisita.
— ¿a qué viene esa pregunta?
— Es que solo quiero saberlo.
— Ella…—soltó un suspiro y sonrió mirando al cielo—, es una persona fantástica. Debes saber que ella tiene mucho dinero pero no es para nada creída, solía utilizar su dinero para comprarme regalos y siempre me decía que tenía prohibido devolverle los regalos porque mi amistad era todo lo que ella necesitaba. Siempre sonaba tan sincera—a Rachel se le había estrujado el corazón cuando veía el iluminado rostro de Nick hablar de ella—. En la tarde de ayer ella me había dicho que se iba a mudar y no lo soporte, sentí que mi mundo se caía por completo y en ese momento había pensado en decirle que le iba a seguir y que vaya a donde vaya yo estaría con ella…, pero termine gritándole y ya conoces mi estúpido temperamento.
— Sue-na co-mo al-guien buena—tartamudeó Rachel y al momento se abrazo a él.
— ¿y ese abrazo?—dijo acariciando la espalda de Rachel tiernamente y dejando escapar una leve risita.
— No puedo creer que tengo a alguien tan grandioso como tú—el puso su mejilla contra la cabeza de Rachel mientras acariciaba la espalda de ella y la abrazaba firmemente contra él.
— Tú y Rachel son todo lo que tengo—hizo una pausa y levantó la cabeza al escuchar a un grupo de pájaros cantar a la vez, miró al cielo y se apartó—. No sé porque pero creo que ya llegamos—Rachel volteó a ver y vio un hermoso crepúsculo reflejado en el agua de la bahía que ellos habían bautizado suya anteriormente; cuando ella estaba en su cuerpo. Emocionada camino rápidamente hacia el borde del pequeño puente destrozado que se encontraba ahí y con una sonrisa de oreja a oreja, miró hacia Nick.
— ¿quieres lanzar algunas piedras conmigo?—se agachó, agarró algunas y extendió una mano mostrando una gran y tentadora piedra—. Mi juego favorito.
— Y el de Rachel—ella soltó un suspiro y se acercó a él, lo trajo por el codo, colocó una piedra en su mano y le dijo:
— Olvídate de ella un momento y pasemos bien esta tarde.