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Crow's Row - Nicholas Jonas & TU (Adaptación) TERMINADA!
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: Crow's Row - Nicholas Jonas & TU (Adaptación) TERMINADA!
chelis escribió:Otroooooo
\^.^/
Ya la Sigo! ;)
X
:bye:
HeyItsLupitaNJ
Re: Crow's Row - Nicholas Jonas & TU (Adaptación) TERMINADA!
• Esperando lo esperado - Capitulo 19 •
En los días que siguieron, Nicholas no puso mucho esfuerzo en tratar de evitarme, porque no salía de la habitación o de la cama. Rocco llegó a visitarme regularmente, pero rápidamente se aburría de mí sólo tirada ahí. Caía en la cama junto a mí y luego se aventuraba al sofá para ver la televisión o me dejaba por completo. Carly continuó agriamente trayéndome mi comida, y poco a poco me hice más fuerte mientras los días avanzaban.
Al tercer día, tuve la capacidad de caminar alrededor de la habitación sin sentir que iba a vomitar o desmayarme, y tomé una larga y atrasada ducha. Después me vestí, salí a la puerta abierta del patio para sentir el aire fresco en mi cara. Habían voces abajo en la cubierta inferior.
Me asomé alrededor de la cortina para ver a Spider y Carly descansando en las sillas del patio, mientras que Nicholas estaba encorvado encima de la barandilla, de espalda a ellos.
—Carly y yo no podemos seguir con esto por mucho más tiempo — anunció Spider.
—¿Carly y tú? ¿En serio estás simplemente admitiendo eso en voz alta? —La voz de Nicholas era muy amarga.
—Sabemos que estás cansado, pero necesitamos tomar una decisión sobre esto antes que las cosas se nos salgan demasiado de las manos — añadió Carly en un casi susurro.
—Tengo suficiente para hacer frente en este momento sin tener que pensar en eso —gritó Nicholas en respuesta.
Spider alzó la voz—: Hemos esperado el tiempo suficiente, durante todo este tiempo y las cosas siguen poniéndose peor. Ella se coló por aquí como si fuera propietaria del lugar. Puso a los guardias de su lado y le dijeron lo que quería oír. No puedo controlarlos cuando está cerca.
—¿Por qué no podemos ordenarle que se mantenga alejada de aquí, lejos de nosotros? —Ofreció Nicholas como una alternativa.
—Sabe demasiado ya, Nicholas. Además, todos sabemos que no va a seguir cualquier orden que tú o de alguien más le dé. Ya probó eso.
Nicholas se dio la vuelta y lo miró. Habían profundas líneas talladas en su frente y sus ojos eran de carbón negro.
—¿Qué pasa con Bill? ¿Has pensado en lo que esto le haría si nos escuchara hablar de ella de esta manera?
—Bill ha muerto —la voz de Spider era fría y al punto—. Estamos en este momento por su culpa.
Nicholas se apartó de ellos. —Estás dejando que tu resentimiento por Bill afecte tu punto de vista sobre esto.
Carly se levantó y puso su mano en el hombro de Nicholas.
—Spider tiene razón. Bill se ha ido hace mucho tiempo, y tenemos que protegernos ahora. No podemos permitir que una persona que tiene esta cantidad de información ande suelta por el estilo. Si hubiera sido cualquier otra persona, habría estado muerto por ahora. Hemos esperado mucho tiempo para tratar de hacer este trabajo, pero no es así. Es hora de deshacernos de ella para bien.
Nicholas se quedó en silencio y miró a través del campo., después de un rato, dejó que su cabeza cayera y suspiró. —Está bien. Sólo tengan cuidado de ella. No quiero saber nada al respecto.
Spider se puso de pie.
—Nos encargaremos de ella. Ya está hecho —dijo sombríamente.
Así de sencillo, mi destino había sido finalmente determinado.
Carly y Spider volvieron a entrar en la casa, Nicholas fue dejado a reflexionar sobre su decisión solo, y me hundí en el suelo. Sabía que vendría, sabía que debería estar haciendo un rápido plan, pero lo único en que podía pensar era que no quería dejar a Nicholas.
¿A dónde podía ir?
No había nada para mí en Callister o en cualquier otro lugar.
Mi vida estaba con Nicholas, Rocco y Carly.
Spider podía quedarse también, si tenía que hacerlo.
Amaba a Nicholas, eso no había cambiado. Cuando Nicholas me miró y me dijo que le gustaba, le creí sin lugar a dudas; el hecho de que me había dicho a mí y luego a Manny que no me quería, había decidido que estaba hecho, como él me dijo que era. Pero también había prometido que iba a vivir, que me iba a enviar a casa con un guardia armado. Incluso si no quería que esto sucediera, la idea de estar separado de él hizo me hizo sentir náuseas, y había planeado convencerlo de lo contrario, esto había demostrado ser una mentira.
Estaba tan confundida.
Hubo un capítulo en uno de mis libros de criminología de clase que estaba dedicado a la historia de esta niña rica de California que había sido secuestrada por un grupo de escuadrilla izquierda. Dos meses más tarde, entró en un banco con un arma y ayudó a sus secuestradores a robarlo. Cuando ella fue arrestada, dijo que ellos le habían estado lavando el cerebro, dijo que sufría de Síndrome de Estocolmo, una condición en la que los rehenes comienzan a tener sentimientos, como la lealtad y amor, por sus captores. La joven fue condenada, pero fue perdonada unos años más tarde. Al parecer, había tal cosa como el síndrome de Estocolmo.
Todo era diferente entre Nicholas y yo. Lo que sentía no era sólo juegos de mente o algún producto del Síndrome. Lo que sentía por él, lo había visto, sentido lo que sentía por mí también. Estaba segura de esto... pero entonces estaban todas las otras evidencias que no podía refutar cualquiera: era un asesino, un traficante de drogas, un jefe del crimen, un experto pretendiente. Él era muy inteligente y hermoso también para enamorarse de alguien como yo. Frances, Griff, e incluso Roach me habían advertido acerca de él. A pesar de que no podía negar la existencia de cualquiera de estas cosas, ninguno de ellos ha cambiado de opinión.
Habían dos lados de Nicholas, el lado real que fue el que me tomó la mano y respondió a mis incesantes preguntas sobre su vida secreta mientras yo trataba de evitar ver la película que había recogido sólo para mí. El verdadero Nicholas fue el que me dio un beso en la oscuridad, el que estaba sentado en mi cama y me confesó que me amaba... y me había amado durante un tiempo muy largo.
El golpe final, que Nicholas decidió poner fin a mi vida, traté de atribuirle a Spider y Carly habilidades astutas para influir en Nicholas. Lo amaba, y él me amaba... pero todavía necesitaba una prueba de que no sólo había imaginado todo, que no me estaba volviendo loca.
Cuando llegué abajo y no vi a Nicholas enseguida, me desvié en la cocina. Mi estómago se quejaba en voz alta, y después de días de comidas líquidas, estaba lista para un poco de sustento real. Empecé a tirar comida variada de los armarios y logré una vaga alegría como Carly y Spider pasaban por allí.
—Buenos días —saludé.
Spider echó un vistazo a su reloj y graciosamente señaló—: Estamos en mitad de la tarde.
Carly apareció detrás de él y parecía casi genuinamente interesada.
—¿Te sientes mejor?
Asentí con la cabeza, metí un puñado de galletas de animales en mi boca y me acerqué a la mesa, mis brazos cargados con cereales, leche, tazón, cuchara, galletas dulces y saladas. Me di cuenta de que Carly y Spider ambos parecían estar en un mejor estado de ánimo, sino que estaba o feliz de verme por fin salir, o la idea de matar a alguien solo trajo lo mejor de ellos.
—¿Sabes que hiciste que la mitad de mis guardias se enfermara con la gripe? —Acusó Spider.
No me había dado cuenta de eso, junto con todo lo demás, yo también iba a ser responsable de conseguirlo enfermo en primer lugar.
—Lo siento —murmuré a través de mis Oreos.
Cuando Nicholas caminó a través de la puerta del patio, me quedé quieta en mi silla. Sus ojos oscuros automáticamente vinieron a buscar los míos, y desaceleró su velocidad de paso. Capturándose él mismo, rápidamente miró hacia otro lado, aceleró el paso una vez más, y continúo saliendo por la puerta principal. Carly y Spider lo siguieron afuera, y oí la puerta del frente cerrarse detrás de ellos. En ese breve momento, sabía lo que tenía que hacer y comencé inmediatamente a planificarlo sobre mi plato de cereal.
Rocco cojeó del sofá y se tomó un cuenco para ayudarme con mi comida. Se sirvió y analizó.
—¿Qué te pasa? —Me preguntó con un tono acusatorio.
No estaba segura de a qué se refería. Cuándo me miré en el espejo esta mañana, pensé que me veía mejor, por lo menos no me veía más como la muerte andante. —Nada. ¿Por qué?
—Estás mirando a la pared. Sonriendo por ti misma sin ninguna razón.
Me encogí de hombros, quité la sonrisa y paleé al Capitán Crunch en mi boca. No me iba a volver loca, ya no.
—Hice un montón de deberes mientras estabas holgazaneando — anunció—. Estoy teniendo problemas con la tarea de matemáticas sin embargo.
Me había ofrecido a ayudarle, pero las matemáticas fue mi peor asignatura —yo siempre había encontrado inquietante que, no importaba lo que hiciese o cómo calculara un problema, sólo puede haber una respuesta correcta al final.
—Estaba pensando que podríamos hacer un montón de trabajo, mientras que el resto de ellos se van —continuó cuando yo no dije nada—. De esa manera, la próxima vez que se vayan, mi pie estará mejor, y voy a ser capaz de ir con ellos de nuevo.
Me preguntaba si había hablado algo de esto con su hermano.
—¿Cuándo se van?
—Mañana por la mañana —dijo con desánimo—, con la mayor parte de los guardias de abajo con la gripe, todo va a ser bastante tranquilo por aquí.
El plan fue tomando de forma rápida.
En el momento en que el disminuido grupo comenzó a colarse en la cena, Rocco y yo habíamos cavado limpiando a través de una segunda caja de cereal, y las galletas Oreo habían desaparecido. En el momento en que me levanté, me arrepentí de engullir tanta comida en una sentada. Me acosté en el sofá y pasé la mayor parte de una hora centrándome en no lanzar el Captain Crunch. Rocco disfrutó de su segunda cena con Spider, Tiny, y Carly. Nicholas no regresó por el resto de la noche. Cuando las ocho se llevaron a cabo, Rocco estaba abriendo una bolsa de papas fritas para su merienda de la mitad de la tarde. Yo había tenido suficiente del maratón de engullirme para entonces y me excusé para ir a la cama.
Me fui a trabajar tan pronto como entré en el cuarto de Nicholas.
Con Nicholas y el resto de los soldados rasos-altos fuera y con la mayor parte de los guardias fuera de servicio, no había mejor oportunidad para mí que escabullirme en la noche. En su armario casi vacío, encontré una vieja gruesa bolsa verde y empecé a empacar. La bolsa se veía más grande de lo que era, yo había vaciado apenas tres cajones y la bolsa ya estaba llena. Todavía tenía dos cajones para ir, además todas mis cosas llenaban el cuarto de baño.
Tenía dos opciones: correr a pie y llegar al camino, como Griff había planeado, o tratar de robar uno de los coches de mi hermano, tratar de conducir sin chocar, y lo suficientemente rápido para eludir el vuelo de balas... hasta donde podía ver, sólo tenía una opción, aunque no tomé ningún placer en la idea de correr a través del bosque por mí misma en la oscuridad. Yo empaqué, y re-empaqué, y me di cuenta de que no tenía idea de lo que incluso necesitaba para acampar en el desierto, cuánto tiempo me llevaría llegar a la carretera o lo que yo haría cuando en realidad llegara a la carretera. Una vez más, mi fácil educación había vuelto a morderme... yo estaba llena de excusas. No quería ir, pero no podía quedarme tampoco. Tal vez podría convencerlo, cambiarlo de opinión, hacerle ver lo que vi. Si no, ¿y si no podía convencerlo? Arrastré la bolsa de lona a la puerta del patio y la escondí detrás de la pesada cortina. Y luego me fui a la recepción pequeña, encontré una pluma de trabajo, y saqué un pedazo de papel.
"Nicholas ―garabateé. ―Te amo. Te creo cuando dices que me amas. Por eso me tengo que ir. Si haces esto, cambiarás para siempre. No puedo permitir que eso pase." Tomando aire, tragué saliva, y acabé: "Me gustaría que las cosas pudieran haber sido diferentes. Prometo buscarte algún día, cuando las cosas sean mejores. Por favor, no te preocupes." Entonces lo firmé con amor.
No quería correr el riesgo de dejar la carta fuera hasta que estaba lista para salir. Agarré mi libro La ley de la calle de debajo de mi almohada, tomé la película de La ley de la calle fuera de la plataforma y la enrosqué después en un par de pantalones vaqueros, junto con la carta. Metí los pantalones vaqueros en la parte superior de mis cosas en la bolsa de lona.
Spider cumpliría su palabra a Nicholas, esto era seguro. Sólo esperaba que no viniera por mí esta noche.
Me pasé la noche escuchando cualquier sonido que se avecinaba.
Tratando de mantenerme despierta, me senté en frente de la televisión, con el sonido apenas audible. Poco después de las dos de la mañana, salté cuando la puerta delantera se abrió chirriando. Cuando escuché el apego de platos y puertas de los armarios de la cocina, me relajé.
Unos minutos más tarde, llegó Meatball rascándose en mi puerta.
Con una voz casi imperceptible, Nicholas le ordenó de ir abajo, varias veces. Él tuvo que subir por las escaleras de nuevo para obtener al perro.
Sentada allí, sabiendo que él estaba tan cerca, sólo una puerta entre nosotros, sabiendo que no iba a verlo de nuevo, era muy difícil no correr a él. Pero tenía que permanecer en el lugar por el bien de ambos.
Al amanecer, vi a Carly y Spider soñolientos caminando fuera de la casa de la piscina con sus bolsas. A las cinco, las tropas habían abandonado el compuesto una vez más, y finalmente fui a la cama.
Estaba triste cuando me di cuenta de que Meatball no volvió, pidiendo que lo dejara entrar. Se había ido con el resto de ellos. No tendría la oportunidad de decir adiós.
Sabiendo que este era mi último día en la granja, no había dormido por mucho tiempo después de que todos se fueron. Bajé las escaleras esperando a que Rocco se levantara. ¿Cómo puede ser que el niño se convertiría en ser mi mejor amigo en el mundo entero?
Extrañaría tanto a Rocco. Sentía como si estuviera dejando a mi familia atrás.
Mis esfuerzos para pasar tanto tiempo con Rocco como fuera posible fueron un poco perdidos, no lo conseguí hasta el mediodía bien pasado.
Entró pesadamente en la sala, gruñó y se estrelló en el otro sofá.
Dormimos hasta media tarde. Me dije a mí misma que, por lo menos, había pasado sus últimas horas conmigo haciendo una de sus cosas favoritas: dormir. En cuanto a su otra cosa preferida, comer, lo conmemoré haciendo una lasaña muy grande. Nos sentamos en la mesa.
Se devoró la mayor parte de la lasaña. Comí sin apetito.
—Tú sabes que puedes venir a visitarme alguna vez —le avisé, pinchando mi lasaña fría.
Miró por encima de su tenedor. —Ya lo hago.
—No me refiero a las escaleras. No me refiero aquí... quiero decir, cuando vuelva a Callister. Algún día. —Como dije esto me di cuenta de que no iba a ser capaz de volver a la ciudad, o de vuelta a mi vida anterior.
—¿Estás bien? —Rocco me miró con conocimiento.
Dejé caer el tema. Estaba yendo demasiado lejos, volviéndome emocional. Él estaba sospechando.
La noche se adelantó, y me volví más aprensiva acerca de dejarlo.
Tuve que recordarme a mí misma varias veces que no tenía otra opción.
Era hora de irse, antes de que fuera demasiado tarde.
Había decidido que iba a seguir el ejemplo de Griff y salir a hurtadillas de mi habitación en medio de la noche bajando por los dos niveles de balcones, pasear fuera de la puerta principal sería mucho más fácil, pero un poco demasiado obvio, incluso con guardias dispersos.
Escalando hacia abajo sin romper mi cuello era tan lejos como mi plan iba.
Esperé a que Rocco se fuera a la cama, pero después de haber dormido todo el día, iba a estar despierto por un tiempo. Cerré los ojos para descansar antes del gran escape.
Al tercer día, tuve la capacidad de caminar alrededor de la habitación sin sentir que iba a vomitar o desmayarme, y tomé una larga y atrasada ducha. Después me vestí, salí a la puerta abierta del patio para sentir el aire fresco en mi cara. Habían voces abajo en la cubierta inferior.
Me asomé alrededor de la cortina para ver a Spider y Carly descansando en las sillas del patio, mientras que Nicholas estaba encorvado encima de la barandilla, de espalda a ellos.
—Carly y yo no podemos seguir con esto por mucho más tiempo — anunció Spider.
—¿Carly y tú? ¿En serio estás simplemente admitiendo eso en voz alta? —La voz de Nicholas era muy amarga.
—Sabemos que estás cansado, pero necesitamos tomar una decisión sobre esto antes que las cosas se nos salgan demasiado de las manos — añadió Carly en un casi susurro.
—Tengo suficiente para hacer frente en este momento sin tener que pensar en eso —gritó Nicholas en respuesta.
Spider alzó la voz—: Hemos esperado el tiempo suficiente, durante todo este tiempo y las cosas siguen poniéndose peor. Ella se coló por aquí como si fuera propietaria del lugar. Puso a los guardias de su lado y le dijeron lo que quería oír. No puedo controlarlos cuando está cerca.
—¿Por qué no podemos ordenarle que se mantenga alejada de aquí, lejos de nosotros? —Ofreció Nicholas como una alternativa.
—Sabe demasiado ya, Nicholas. Además, todos sabemos que no va a seguir cualquier orden que tú o de alguien más le dé. Ya probó eso.
Nicholas se dio la vuelta y lo miró. Habían profundas líneas talladas en su frente y sus ojos eran de carbón negro.
—¿Qué pasa con Bill? ¿Has pensado en lo que esto le haría si nos escuchara hablar de ella de esta manera?
—Bill ha muerto —la voz de Spider era fría y al punto—. Estamos en este momento por su culpa.
Nicholas se apartó de ellos. —Estás dejando que tu resentimiento por Bill afecte tu punto de vista sobre esto.
Carly se levantó y puso su mano en el hombro de Nicholas.
—Spider tiene razón. Bill se ha ido hace mucho tiempo, y tenemos que protegernos ahora. No podemos permitir que una persona que tiene esta cantidad de información ande suelta por el estilo. Si hubiera sido cualquier otra persona, habría estado muerto por ahora. Hemos esperado mucho tiempo para tratar de hacer este trabajo, pero no es así. Es hora de deshacernos de ella para bien.
Nicholas se quedó en silencio y miró a través del campo., después de un rato, dejó que su cabeza cayera y suspiró. —Está bien. Sólo tengan cuidado de ella. No quiero saber nada al respecto.
Spider se puso de pie.
—Nos encargaremos de ella. Ya está hecho —dijo sombríamente.
Así de sencillo, mi destino había sido finalmente determinado.
Carly y Spider volvieron a entrar en la casa, Nicholas fue dejado a reflexionar sobre su decisión solo, y me hundí en el suelo. Sabía que vendría, sabía que debería estar haciendo un rápido plan, pero lo único en que podía pensar era que no quería dejar a Nicholas.
¿A dónde podía ir?
No había nada para mí en Callister o en cualquier otro lugar.
Mi vida estaba con Nicholas, Rocco y Carly.
Spider podía quedarse también, si tenía que hacerlo.
Amaba a Nicholas, eso no había cambiado. Cuando Nicholas me miró y me dijo que le gustaba, le creí sin lugar a dudas; el hecho de que me había dicho a mí y luego a Manny que no me quería, había decidido que estaba hecho, como él me dijo que era. Pero también había prometido que iba a vivir, que me iba a enviar a casa con un guardia armado. Incluso si no quería que esto sucediera, la idea de estar separado de él hizo me hizo sentir náuseas, y había planeado convencerlo de lo contrario, esto había demostrado ser una mentira.
Estaba tan confundida.
Hubo un capítulo en uno de mis libros de criminología de clase que estaba dedicado a la historia de esta niña rica de California que había sido secuestrada por un grupo de escuadrilla izquierda. Dos meses más tarde, entró en un banco con un arma y ayudó a sus secuestradores a robarlo. Cuando ella fue arrestada, dijo que ellos le habían estado lavando el cerebro, dijo que sufría de Síndrome de Estocolmo, una condición en la que los rehenes comienzan a tener sentimientos, como la lealtad y amor, por sus captores. La joven fue condenada, pero fue perdonada unos años más tarde. Al parecer, había tal cosa como el síndrome de Estocolmo.
Todo era diferente entre Nicholas y yo. Lo que sentía no era sólo juegos de mente o algún producto del Síndrome. Lo que sentía por él, lo había visto, sentido lo que sentía por mí también. Estaba segura de esto... pero entonces estaban todas las otras evidencias que no podía refutar cualquiera: era un asesino, un traficante de drogas, un jefe del crimen, un experto pretendiente. Él era muy inteligente y hermoso también para enamorarse de alguien como yo. Frances, Griff, e incluso Roach me habían advertido acerca de él. A pesar de que no podía negar la existencia de cualquiera de estas cosas, ninguno de ellos ha cambiado de opinión.
Habían dos lados de Nicholas, el lado real que fue el que me tomó la mano y respondió a mis incesantes preguntas sobre su vida secreta mientras yo trataba de evitar ver la película que había recogido sólo para mí. El verdadero Nicholas fue el que me dio un beso en la oscuridad, el que estaba sentado en mi cama y me confesó que me amaba... y me había amado durante un tiempo muy largo.
El golpe final, que Nicholas decidió poner fin a mi vida, traté de atribuirle a Spider y Carly habilidades astutas para influir en Nicholas. Lo amaba, y él me amaba... pero todavía necesitaba una prueba de que no sólo había imaginado todo, que no me estaba volviendo loca.
Cuando llegué abajo y no vi a Nicholas enseguida, me desvié en la cocina. Mi estómago se quejaba en voz alta, y después de días de comidas líquidas, estaba lista para un poco de sustento real. Empecé a tirar comida variada de los armarios y logré una vaga alegría como Carly y Spider pasaban por allí.
—Buenos días —saludé.
Spider echó un vistazo a su reloj y graciosamente señaló—: Estamos en mitad de la tarde.
Carly apareció detrás de él y parecía casi genuinamente interesada.
—¿Te sientes mejor?
Asentí con la cabeza, metí un puñado de galletas de animales en mi boca y me acerqué a la mesa, mis brazos cargados con cereales, leche, tazón, cuchara, galletas dulces y saladas. Me di cuenta de que Carly y Spider ambos parecían estar en un mejor estado de ánimo, sino que estaba o feliz de verme por fin salir, o la idea de matar a alguien solo trajo lo mejor de ellos.
—¿Sabes que hiciste que la mitad de mis guardias se enfermara con la gripe? —Acusó Spider.
No me había dado cuenta de eso, junto con todo lo demás, yo también iba a ser responsable de conseguirlo enfermo en primer lugar.
—Lo siento —murmuré a través de mis Oreos.
Cuando Nicholas caminó a través de la puerta del patio, me quedé quieta en mi silla. Sus ojos oscuros automáticamente vinieron a buscar los míos, y desaceleró su velocidad de paso. Capturándose él mismo, rápidamente miró hacia otro lado, aceleró el paso una vez más, y continúo saliendo por la puerta principal. Carly y Spider lo siguieron afuera, y oí la puerta del frente cerrarse detrás de ellos. En ese breve momento, sabía lo que tenía que hacer y comencé inmediatamente a planificarlo sobre mi plato de cereal.
Rocco cojeó del sofá y se tomó un cuenco para ayudarme con mi comida. Se sirvió y analizó.
—¿Qué te pasa? —Me preguntó con un tono acusatorio.
No estaba segura de a qué se refería. Cuándo me miré en el espejo esta mañana, pensé que me veía mejor, por lo menos no me veía más como la muerte andante. —Nada. ¿Por qué?
—Estás mirando a la pared. Sonriendo por ti misma sin ninguna razón.
Me encogí de hombros, quité la sonrisa y paleé al Capitán Crunch en mi boca. No me iba a volver loca, ya no.
—Hice un montón de deberes mientras estabas holgazaneando — anunció—. Estoy teniendo problemas con la tarea de matemáticas sin embargo.
Me había ofrecido a ayudarle, pero las matemáticas fue mi peor asignatura —yo siempre había encontrado inquietante que, no importaba lo que hiciese o cómo calculara un problema, sólo puede haber una respuesta correcta al final.
—Estaba pensando que podríamos hacer un montón de trabajo, mientras que el resto de ellos se van —continuó cuando yo no dije nada—. De esa manera, la próxima vez que se vayan, mi pie estará mejor, y voy a ser capaz de ir con ellos de nuevo.
Me preguntaba si había hablado algo de esto con su hermano.
—¿Cuándo se van?
—Mañana por la mañana —dijo con desánimo—, con la mayor parte de los guardias de abajo con la gripe, todo va a ser bastante tranquilo por aquí.
El plan fue tomando de forma rápida.
En el momento en que el disminuido grupo comenzó a colarse en la cena, Rocco y yo habíamos cavado limpiando a través de una segunda caja de cereal, y las galletas Oreo habían desaparecido. En el momento en que me levanté, me arrepentí de engullir tanta comida en una sentada. Me acosté en el sofá y pasé la mayor parte de una hora centrándome en no lanzar el Captain Crunch. Rocco disfrutó de su segunda cena con Spider, Tiny, y Carly. Nicholas no regresó por el resto de la noche. Cuando las ocho se llevaron a cabo, Rocco estaba abriendo una bolsa de papas fritas para su merienda de la mitad de la tarde. Yo había tenido suficiente del maratón de engullirme para entonces y me excusé para ir a la cama.
Me fui a trabajar tan pronto como entré en el cuarto de Nicholas.
Con Nicholas y el resto de los soldados rasos-altos fuera y con la mayor parte de los guardias fuera de servicio, no había mejor oportunidad para mí que escabullirme en la noche. En su armario casi vacío, encontré una vieja gruesa bolsa verde y empecé a empacar. La bolsa se veía más grande de lo que era, yo había vaciado apenas tres cajones y la bolsa ya estaba llena. Todavía tenía dos cajones para ir, además todas mis cosas llenaban el cuarto de baño.
Tenía dos opciones: correr a pie y llegar al camino, como Griff había planeado, o tratar de robar uno de los coches de mi hermano, tratar de conducir sin chocar, y lo suficientemente rápido para eludir el vuelo de balas... hasta donde podía ver, sólo tenía una opción, aunque no tomé ningún placer en la idea de correr a través del bosque por mí misma en la oscuridad. Yo empaqué, y re-empaqué, y me di cuenta de que no tenía idea de lo que incluso necesitaba para acampar en el desierto, cuánto tiempo me llevaría llegar a la carretera o lo que yo haría cuando en realidad llegara a la carretera. Una vez más, mi fácil educación había vuelto a morderme... yo estaba llena de excusas. No quería ir, pero no podía quedarme tampoco. Tal vez podría convencerlo, cambiarlo de opinión, hacerle ver lo que vi. Si no, ¿y si no podía convencerlo? Arrastré la bolsa de lona a la puerta del patio y la escondí detrás de la pesada cortina. Y luego me fui a la recepción pequeña, encontré una pluma de trabajo, y saqué un pedazo de papel.
"Nicholas ―garabateé. ―Te amo. Te creo cuando dices que me amas. Por eso me tengo que ir. Si haces esto, cambiarás para siempre. No puedo permitir que eso pase." Tomando aire, tragué saliva, y acabé: "Me gustaría que las cosas pudieran haber sido diferentes. Prometo buscarte algún día, cuando las cosas sean mejores. Por favor, no te preocupes." Entonces lo firmé con amor.
No quería correr el riesgo de dejar la carta fuera hasta que estaba lista para salir. Agarré mi libro La ley de la calle de debajo de mi almohada, tomé la película de La ley de la calle fuera de la plataforma y la enrosqué después en un par de pantalones vaqueros, junto con la carta. Metí los pantalones vaqueros en la parte superior de mis cosas en la bolsa de lona.
Spider cumpliría su palabra a Nicholas, esto era seguro. Sólo esperaba que no viniera por mí esta noche.
Me pasé la noche escuchando cualquier sonido que se avecinaba.
Tratando de mantenerme despierta, me senté en frente de la televisión, con el sonido apenas audible. Poco después de las dos de la mañana, salté cuando la puerta delantera se abrió chirriando. Cuando escuché el apego de platos y puertas de los armarios de la cocina, me relajé.
Unos minutos más tarde, llegó Meatball rascándose en mi puerta.
Con una voz casi imperceptible, Nicholas le ordenó de ir abajo, varias veces. Él tuvo que subir por las escaleras de nuevo para obtener al perro.
Sentada allí, sabiendo que él estaba tan cerca, sólo una puerta entre nosotros, sabiendo que no iba a verlo de nuevo, era muy difícil no correr a él. Pero tenía que permanecer en el lugar por el bien de ambos.
Al amanecer, vi a Carly y Spider soñolientos caminando fuera de la casa de la piscina con sus bolsas. A las cinco, las tropas habían abandonado el compuesto una vez más, y finalmente fui a la cama.
Estaba triste cuando me di cuenta de que Meatball no volvió, pidiendo que lo dejara entrar. Se había ido con el resto de ellos. No tendría la oportunidad de decir adiós.
Sabiendo que este era mi último día en la granja, no había dormido por mucho tiempo después de que todos se fueron. Bajé las escaleras esperando a que Rocco se levantara. ¿Cómo puede ser que el niño se convertiría en ser mi mejor amigo en el mundo entero?
Extrañaría tanto a Rocco. Sentía como si estuviera dejando a mi familia atrás.
Mis esfuerzos para pasar tanto tiempo con Rocco como fuera posible fueron un poco perdidos, no lo conseguí hasta el mediodía bien pasado.
Entró pesadamente en la sala, gruñó y se estrelló en el otro sofá.
Dormimos hasta media tarde. Me dije a mí misma que, por lo menos, había pasado sus últimas horas conmigo haciendo una de sus cosas favoritas: dormir. En cuanto a su otra cosa preferida, comer, lo conmemoré haciendo una lasaña muy grande. Nos sentamos en la mesa.
Se devoró la mayor parte de la lasaña. Comí sin apetito.
—Tú sabes que puedes venir a visitarme alguna vez —le avisé, pinchando mi lasaña fría.
Miró por encima de su tenedor. —Ya lo hago.
—No me refiero a las escaleras. No me refiero aquí... quiero decir, cuando vuelva a Callister. Algún día. —Como dije esto me di cuenta de que no iba a ser capaz de volver a la ciudad, o de vuelta a mi vida anterior.
—¿Estás bien? —Rocco me miró con conocimiento.
Dejé caer el tema. Estaba yendo demasiado lejos, volviéndome emocional. Él estaba sospechando.
La noche se adelantó, y me volví más aprensiva acerca de dejarlo.
Tuve que recordarme a mí misma varias veces que no tenía otra opción.
Era hora de irse, antes de que fuera demasiado tarde.
Había decidido que iba a seguir el ejemplo de Griff y salir a hurtadillas de mi habitación en medio de la noche bajando por los dos niveles de balcones, pasear fuera de la puerta principal sería mucho más fácil, pero un poco demasiado obvio, incluso con guardias dispersos.
Escalando hacia abajo sin romper mi cuello era tan lejos como mi plan iba.
Esperé a que Rocco se fuera a la cama, pero después de haber dormido todo el día, iba a estar despierto por un tiempo. Cerré los ojos para descansar antes del gran escape.
:wut: :wut: :wut: :wut:
Ustedes creen que de verdad vallan a matar a la rayiz! (?
Una cosa si les digo, el siguiente capitulo es el peor de todos!
:sad: :sad: :sad: :sad:
Tendrán todos los sentimientos encontrados!
:imdead: :imdead: :imdead: :imdead:
Pero bueno eso será hasta mañana!
Por lo pronto disfruten de este! ;)
\^.^/
Lu wH!;*
X
:bye:
HeyItsLupitaNJ
Re: Crow's Row - Nicholas Jonas & TU (Adaptación) TERMINADA!
Aaaaaaaaahhhhh como de peor!!!... Estará el caaaaaaapiiss!!!.... Creo que seguiré en el limbo!!!!!!... Y creo que hablaban de esta chica!!! Francés verdad???? Di que si hablaban de ella!!!!!!......
Porfaaaaaaa sube pronto en siguiente caaapiiiss
Porfaaaaaaa sube pronto en siguiente caaapiiiss
chelis
Re: Crow's Row - Nicholas Jonas & TU (Adaptación) TERMINADA!
no creo que la vayan a matar??!! O si??!!
Hay no yo no quiero que se vaya!!
Extraño a Meatball!!
Siguela!!
Hay no yo no quiero que se vaya!!
Extraño a Meatball!!
Siguela!!
aranzhitha
Re: Crow's Row - Nicholas Jonas & TU (Adaptación) TERMINADA!
chelis escribió:Aaaaaaaaahhhhh como de peor!!!... Estará el caaaaaaapiiss!!!.... Creo que seguiré en el limbo!!!!!!... Y creo que hablaban de esta chica!!! Francés verdad???? Di que si hablaban de ella!!!!!!......
Porfaaaaaaa sube pronto en siguiente caaapiiiss
Es el más triste de todos!
:lloro: :lloro: :lloro: :lloro:
Bueno puede ser Frances, o no....
Nos estamos leyendo! *.*
\^.^/
Ya la Sigo! ;)
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:bye:
HeyItsLupitaNJ
Re: Crow's Row - Nicholas Jonas & TU (Adaptación) TERMINADA!
aranzhitha escribió:no creo que la vayan a matar??!! O si??!!
Hay no yo no quiero que se vaya!!
Extraño a Meatball!!
Siguela!!
No a ella, pero alguien resultará muerto!
:lloro: :lloro: :lloro: :lloro: :lloro:
& quien menos te lo imaginas!
:misery: :misery: :misery: :misery:
Nos estamos leyendo! ;)
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Re: Crow's Row - Nicholas Jonas & TU (Adaptación) TERMINADA!
chelis escribió:Otrooooooo
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Re: Crow's Row - Nicholas Jonas & TU (Adaptación) TERMINADA!
• Aterrorizada - Capitulo 20 •
Había petardos sonando en la noche. Rocco se encontraba de pie antes de que yo hubiera abierto los ojos. Él corrió hacia la puerta delantera justo cuando los guardias diurnos fuera de servicio, que habían estado relajándose en el sótano, pasaron rápido junto a él y le ordenaron que cerrara el cerrojo de la puerta detrás de ellos.
Rocco hizo lo que le dijeron y volvió cojeando hasta la sala de estar, con la cara blanca de terror. Tenía un teléfono celular en su oreja.
—Nicholas… —Gritó medio sin aliento—, tenemos un gran problema. La casa está siendo atacada. —Escuché una voz calmada respondiendo en el teléfono, pero no pude entender lo que decía.
Rocco le contestó a la voz—: ¡No sé quién ni cuántos! ¡Está oscuro afuera!
Una nueva ronda de disparos estalló en la distancia y parecía que se acercaban rápido. La voz en la otra línea ahora hablaba rápidamente.
—No voy a escapar, Nicholas. No soy un cobarde. Me quedaré y pelearé con los guardias —le dijo advirtió.
Nicholas gritaba, maldiciendo en la línea. Rocco quitó el teléfono de su oreja y me lo dio. —Toma —dijo—. Nicholas quiere hablar contigo.
Tomé el teléfono. —Nichol…
Nicholas no me dio oportunidad de saludarlo. —____(tn)… ve con Rocco. Salgan de la casa. Corran por el bosque. —Estaba en pánico. Pude escuchar conmoción detrás de él. Spider gritaba órdenes, y la gente estaba gritando y desordenándose rápidamente.
Rocco se tambaleó al armario y sacó una pistola del cajón. Me la entregó a mí. Constantes golpes se oían en la puerta principal.
—¡Oh, Dios! Nicholas, están en la puerta. ¡Creo que están intentando derribarla! —Respiré en el teléfono.
Nicholas maldijo sucesivamente y suplicó—: ____(tn), salgan… —Y la línea murió. Miré al teléfono y se lo di a Rocco.
Lo examinó. —La batería está casi muerta. Olvidé cargarlo —confesó y metió al teléfono inútil de vuelta en su bolsillo. Rocco luego comenzó a llevarme hacia la puerta del patio, pero me resistí.
—Necesitas salir de aquí, ____(tn).
—No me voy a ir sin ti —gemí—. Corramos juntos. Nicholas dijo…
Él lucía incrédulo. —¿Correr? ¡ ____(tn), apenas puedo caminar! Sólo te atrasaría. Además, no voy a dejar que tomen la casa de mi hermano sin pelea.
—Este no es el momento de probarle tu dureza a tu hermano…
Hubo un fuerte golpe en la puerta —el marco cedía al ataque. Los invasores se hallaban a pocos minutos de entrar.
—¿Puedes escucharme por una vez? No me voy a ir contigo, y voy a estar muerto si algo te pasa porque Nicholas me matará él mismo. — Rocco parecía estar cada vez más tranquilo mientras yo estaba más cerca de perder mi mente.
—¡Rocco, no me voy a ir sin ti! Por favor…
¡Crack! El marco de la puerta había finalmente cedido.
Salté.
Rocco maldijo.
Miró alrededor de la sala y, con toda su fuerza, me empujó hacia el rincón más alejado de la sala donde había un gran cofre de mimbre. Lo abrió, tiró las mantas que había en su interior sobre el sofá y me forzó adentro. Mientras cerraba la tapa, oí la puerta principal abrirse violentamente y pasos corriendo hacia la sala de estar. A través de los tejidos del cofre, podía ver a Rocco en guardia de pie en medio de la sala con sus brazos cruzados con valentía.
Un hombre corpulento guió a la banda hasta la sala. Con su dedo en el gatillo de su ametralladora, miró alrededor de la sala y se detuvo para mirar a Rocco. Rocco nunca se estremeció.
—¡Despejado! —Gritó el hombre corpulento.
Él y el resto de sus hombres relajaron un poco el control sobre sus armas y se separaron hacia los lados. Un hombre larguirucho y aburrido caminó desde atrás a través de la división de los hombres, deteniéndose frente a Rocco. A diferencia de los hombres sudorosos y agitados que lo apoyaban, el hombre parecía tranquilo, despreocupado. Había algo familiar en él. Mi corazón latía tan rápido que yo temblaba.
—¿Dónde está la chica? —Exigió a Rocco. Tenía un tono casi afeminado en su voz.
Rocco inclinó su cabeza a un lado. —Eres Norestrom, ¿verdad? He escuchado mucho sobre ti.
—¿Dónde está la chica, perro callejero? —Repitió Norestrom con más fuerza.
—¿Cuál chica? Aquí no hay ninguna chica.
Norestrom miró a Rocco a través de sus lentes de montura roja. — Escucha, niño, sabemos que la chica está aquí. Todos tus hombres están muertos. Ahora, puedes decirnos dónde está y vivirás, o puedes morir y aún así la encontraremos. ¿Cuál escoges?
Un tiroteo estalló de repente en la parte posterior de la multitud, y vi a dos de los hombres de Norestrom caer al suelo. Uno de los guardias enfermos se había arrastrado fuera de la cama desde el sótano y se coló detrás de ellos, matando a dos hombres y luego se disparó él mismo.
Mientras que los hombres de Norestrom habían sido distraídos con el guardia, Rocco había ladeado su puño hacia atrás y golpeó a Norestrom justo en la nariz. Norestrom cayó como un muñeco de trapo. Se deslizó hasta el suelo y su cabeza se golpeó en el suelo con un ruido sordo.
Uno de los hombres de Norestrom corrió a su lado pero Norestrom lo empujó. Desorientado, Norestrom se tambaleó hasta sentarse, su nariz sangrando, y sus lentes rotos en su rostro. Se indignó.
—Mátenlo —ordenó tapándose la nariz con dos dedos delgados.
Los fuertes hombres inmediatamente alzaron sus armas.
Y hubo disparos.
Rocco cayó inerte en el suelo.
En ese momento, sentí como si hubiera sido golpeada fuera de mi cuerpo.
Lo que había visto… no podía haber pasado.
Mi visión era borrosa, pero mis ojos se quedaron en Rocco.
Quería que se levantara, que peleara, que corriera.
Pero no se movía.
Manchas rojas empaparon la parte delantera de su camiseta gris, y un charco de color borgoña se extendía alrededor de él.
Niebla espesa comenzó a arrastrarse por mi cerebro.
Norestrom se levantó y sacudió sus manos sobre sus pantalones de color caqui. —Encuéntrenla y tráiganmela, viva o muerta —ordenó y lo consideró—. Preferiblemente viva.
Los hombres corrían y se extendían, dejando a Norestrom atrás en la sala de estar. Norestrom se acercó a Rocco y pateó su cuerpo sin vida.
Rocco no reaccionó.
Satisfecho de que Rocco no lo atacaría de nuevo, Norestrom se inclinó sobre él y revisó sus bolsillos. Sacó piezas del mundo de Rocco: tornillos y un clavo, una servilleta, unos pocos maníes, envolturas de dulces, y el teléfono celular.
Norestrom abrió el celular y rápidamente escaneó la pantalla antes de que la batería quedara completamente muerta. Entonces gritó, y su ayudante corpulento corrió hacia él.
—Tuvo tiempo para llamarlos. No tenemos mucho tiempo —anunció Norestrom—. Saca el cuerpo de aquí y asegúrate de que sea la primera cosa que vean cuando entren. —El hombre corpulento saltó y pidió ayuda.
Cargaron a Rocco fuera de la sala, dejando un rastro detrás.
Norestrom se levantó y observó el charco de sangre con una sonrisa de suficiencia. Cuando el hombre corpulento volvió y se quedó con él, Norestrom se enojó. —¡Ve a buscar a la chica!
Los dos hombres salieron corriendo por la puerta de la cocina, y escuché sus pasos subiendo las escaleras hacia el cuarto de Nicholas.
El sonido de las cosas siendo lanzadas y rotas sonó a través de la casa mientras los hombres me buscaban por todas partes.
Pero la sala se encontraba vacía.
No tenía mucho tiempo antes de que comenzaran a desarmar la sala para encontrarme.
Aturdida, abrí la tapa del cofre, me arrastré hasta llegar a la puerta del patio, deslizándola para abrirla. Me arrastré hacia la noche y me metí en el oscuro recoveco que había sido alguna vez el sitio de mi primer beso escondido con Nicholas. Podía oír a los hombres pisando fuertemente en la sala y la cocina ahora. Rodé debajo de la barandilla de la cubierta, colocando la pistola dentro de la pretina de mis pantalones cortos y aferrándome a un lado mientras incorporaba mi cuerpo. Colgando de mis dedos, caí en el suelo e inmediatamente me deslicé fuera de la luz del sótano, apretando mi cuerpo contra la fría pared de ladrillo.
La puerta del patio del sótano se abrió y un hombre salió, mirando alrededor. Mi corazón bombeaba frenéticamente cuando su mirada lentamente venía en mi camino.
Un tiroteo estalló de nuevo, y destellos de luz salían por las ventanas de los dormitorios del sótano. Uno de los guardias enfermos, que había estado muy enfermo para levantarse, seguramente había sido encontrado y asesinado. El hombre se apresuró a regresar a la casa para ver la acción.
Las sombras se movían violentamente en la casa de la piscina. El mundo de Carly era destrozado. Pronto los hombres comenzarían a revisar el terreno. Con la luna y las estrellas iluminando el paisaje, yo sabía que estaría expuesta si me movía lejos de las sombras de la casa. Tomando una gran respiración, me lancé al lado de los jardines, rezando porque nadie me estuviera mirando.
Me las arreglé para llegar cerca de los árboles sin que me notaran.
La esperanza comenzó a moverse dentro de mí, hasta que me tropecé.
Mi pie había quedado atrapado. Me empujé hacia arriba a través de la alta hierba y había unos ojos muertos mirándome —ojos que había conocido una vez, los ojos de uno de los guardias que había sido derribado por los hombres de Norestrom. Un grito involuntario salió de mis labios, y pateé, luchando por liberar mi pie.
En la distancia, escuché una voz retumbante gritando.
—¡Ella está por aquí! —Gritó un hombre saliendo de la casa de la piscina. De repente, cada hombre se asomó por las ventanas traseras y comenzaron a dirigirse en mi dirección como una manada de hienas.
Después de que logré liberarme de las garras del guardia muerto, me escondí en el oscuro bosque.
Las ramas me cortaban la cara, y me golpeé a toda velocidad en unos tres troncos. No podía ver más de dos metros delante de mí pero podía escuchar los gritos de los hombres de guerra y los pasos pisando la tierra cerca y alrededor de mí, así que no me detuve. Seguí corriendo, a veces tropezando con troncos caídos y arbustos. Mis piernas ya demasiado rasguñadas y golpeadas. Mis manos estaban rotas y sucias. La adrenalina bombeaba muy rápido en mí como para sentir mucho, pero después de un rato, mis pulmones ardientes también comenzaron a conspirar contra mí.
Aunque mi mente seguía a toda velocidad, mi cuerpo se rendía poco a poco.
Cuando mi hombro chocó contra una rama de un árbol no visible, caí de espaldas, mi nuca golpeando el duro suelo. Me obligué a levantarme pero sólo caí hacia delante en mis manos.
No podía seguir más.
El bosque era negro, con la única luz que provenía de una luna imperceptible que reflejaba las copas de los árboles. No podía ver a los hombres que recorrían el bosque buscándome, pero podía escucharlos por todas partes. Las voces gritaban por todas partes, y dentro de mi cabeza.
Deslicé mi cuerpo junto al tronco de un árbol y temblorosa, tomé la pistola en mis manos.
Nunca había sostenido una antes. Era fría y más pesada de lo que había imaginado que sería. Mis manos no encajaban bien alrededor de la empuñadura. Apunté la pistola delante de mí con las dos manos temblorosas, apoyando mis codos en mis rodillas, y me acurruqué contra el árbol. Cerré mis ojos y esperé a que las voces se alejaran. En una media respuesta a mis oraciones, el viento comenzó a soplar entre los árboles, y las hojas susurrantes ahogaron algunas de las voces. Pero los gritos en mi cabeza continuaron sin piedad.
Sacudí mi cuerpo de un lado a otro en un esfuerzo por mantener mi mente concentrada en conservar el calor. Vestía una camiseta y pantalones cortos, y mis pies desnudos se cubrieron de barro frío.
Se puso mucho más frío. Primero, podía sentir el frío fluir justo a través de mí, y mi cuerpo se estremecía incontrolablemente.
Eventualmente, aunque mi cuerpo continuaba temblando, no sentía nada.
En algunas ocasiones, escuché ramas quebrándose cerca mientras los hombres continuaban buscándome en la oscuridad. Yo sólo apretaría muy fuerte mis ojos, rezando porque se alejaran. Y lo hacían, cada vez.
Después de lo que parecieron días de estar acurrucada contra el árbol, el amanecer se filtraba a través del bosque. Me volví terriblemente consciente de que ya no podía esconderme con la oscuridad pero no podía ver nada más que maleza espesa alrededor de mí —¿tal vez esto sería suficiente para mantenerme invisible?
Pero entonces sentí rápidos pasos y ramas quebrándose. Escuché con todos mis sentidos y me di cuenta de que los sonidos se dirigían hacia mí.
Había sido descubierta…
De alguna manera, siempre supe que iba a morir sola. Tal vez hasta sabía que iba a morir joven —o tal vez una vez sólo deseé que moriría joven para acabar con todo— pero nunca había pensado que, al enfrentar a la muerte, tendría algo, alguien por quien luchar.
A medida que los pasos se acercaban rápido, detuve mis manos de temblar el tiempo suficiente para mover la palanca de la pistola hacia atrás, como había visto que hacían en muchas películas antes.
Ahora podía escuchar claramente pasos corriendo justo más allá de la maleza que me había mantenido oculta hasta ahora. Aunque mis manos temblaban incontrolablemente otra vez, sostuve el arma tan fuerte como pude y esperaba averiguar cómo disparar esta cosa antes de ser descubierta. Cuando las hojas a mi lado crujieron, me volví, cerré mis ojos, me estabilicé contra el tronco del árbol y jalé el gatillo. Con un estruendo ensordecedor, el arma se disparó. Los pedazos de la corteza de un árbol salieron volando por todas partes.
Me zumbaban mis oídos. Incluso más pasos corrían hacia mí. El disparo había alertado a los hombres sobre mi escondite.
Apreté el gatillo de nuevo. Nada pasó esta vez. Mi cuerpo convulsionaba violentamente y pude sentir las frías lágrimas en mi rostro cuando jalé el gatillo una y otra vez pero nada pasó; el arma se hallaba atascada o sólo tenía una bala o se había roto.
Un hombre saltó de la maleza y apretó sus brazos alrededor de mí para evitar que disparase.
Trató de quitarme la pistola. Luché, me defendí con todo lo que quedaba de mí. Pero no podía competir contra su fuerza y él finalmente logró quitarme el arma.
Puso sus manos alrededor de mi rostro y me forzó a mirarlo.
Era Nicholas.
Sus labios se movían rápidamente pero no podía escuchar nada—sólo los gritos en mi cabeza y el zumbido en mis oídos. Sus cálidos labios quemaron mi piel helada cuando besaba mi frente, mi nariz, mis labios.
El arbusto cerca de él se movió y salté hacia atrás, petrificada.
Nicholas lanzó sus brazos alrededor de mí, me agarró en un abrazo muy fuerte, mientras que Meatball lentamente se escabulló hacia nosotros y lamió mis dedos congelados.
Nicholas se veía mortalmente asustado. Me sujetaba por los hombros y me hablaba, posiblemente gritaba, pero yo no oía ni sentía nada.
Después de varios intentos fallidos de comunicarse conmigo, sacó un radio de onda corta y rápidamente habló por él. Con una última mirada asustada hacia mí, se volvió de espaldas a mí, tomó mis brazos, los tiró sobre sus hombros y alrededor de su cuello. Me alzó sobre su espalda y comenzó a correr.
Meatball iba por delante de nosotros y guió el camino a casa.
Caminamos por lo que parecían kilómetros. No me había dado cuenta de que había corrido tan lejos dentro del bosque.
Lentamente, comencé a escuchar algo, comenzando con las rápidas respiraciones de Nicholas. También comencé a sentir frío a través de mi cuerpo. Para el momento en que llegamos a la propiedad, mis dientes castañeaban, y mis pies desnudos y dedos ardían.
Nicholas me cargó hacia la casa. Había caos por todas partes de la propiedad. Unos de los guardias de rango alto cargaban cuerpos hacia los autos estacionados mientras otros caminaban frenéticamente alrededor, revisando la tierra, buscando enemigos.
—No mires —me advirtió Nicholas suavemente mientras caminábamos al lado de dos guardias que colocaban un cuerpo en la parte de atrás de una camioneta. Me concentré en lo bueno que era escuchar la voz de Nicholas de nuevo.
Nicholas me llevó dentro de la casa e inmediatamente por las escaleras, sin darme tiempo de pensar sobre mirar hacia la puerta de la cocina. La habitación quedó completamente desordenada. Cajones, mi ropa, mis cosas se encontraban esparcidas en el suelo, el colchón había sido tirado fuera de la cama, y mi lámpara de bailarina estaba rota en el suelo. Nicholas me soltó fuera de su espalda y me hizo sentarme en el colchón en el suelo.
—Necesitamos que empaques rápidamente —me explicó mientras comienza a tomar la ropa del suelo y amontonarla a mis pies. En una aturdida pesadilla, me levanté y caminé hacia las cortinas. El bolso de lona aún seguía escondido allí, intacto. Lo arrastré unos centímetros.
Nicholas me miró con curiosidad por un segundo.
Luego tiró la correa del bolso sobre su hombro y simultáneamente tomó una manta de la cama desordenada. Envolvió la gruesa manta alrededor de mí y me tomó en sus brazos de nuevo. Nos dirigimos hacia abajo y fuera de la puerta. Nicholas me colocó en el asiento del pasajero de su auto, arrodillándose para poner el cinturón de seguridad alrededor de mí y cerrando la puerta.
Fue hacia Spider, quien estaba con cansancio de pie junto a la escalera de la entrada, absorto en una conversación con Tiny. Los miré, y vi a una Carly con los ojos hinchados salir de la casa con un bolso. Ella tiró sus cosas en la parte trasera de la camioneta de Spider, y se subió.
Nicholas, Spider y Tiny hablaron de prisa, luego todos se dispersaron. Spider subió en su camioneta —sus neumáticos escupiendo piedras mientras corría lejos. Meatball subió en la parte trasera mientras Nicholas tomaba otra camiseta de su propio bolso en el asiento trasero. No había notado hasta ahora que su camiseta había estado empapada de sangre. Luego Nicholas y yo nos alejamos de la granja también.
Nos llevó por el camino de grava, más rápido de la vez que nos llevó en el Maserati. Cuando dimos la vuelta en la carretera principal, tomó mi mano. Aunque yo me encontraba en la gruesa manta, mis dientes no dejaban de vibrar. Me quedé mirando la carretera, semi-consciente de que Nicholas parecía preocupado mirándome cada minuto.
Conducimos por horas, ninguno de los dos hablando, yo nunca quitando mi vista de la carretera. Nicholas sin soltar mi mano.
Eventualmente reconocí los límites de la ciudad de Callister, pero continuamos más allá de la ciudad. Nicholas finalmente se desvió en un camino de tierra a través de un grupo de árboles. Llegamos a una pequeña casa de campo que tenía el porche delantero en un nivel más bajo. Detuvo el auto y suspiró.
Salimos, y Meatball nos llevó hasta la puerta con entusiasmo.
En el interior, la casa se hallaba amueblada con sencillez. Había una pequeña mesa de cocina con dos sillas en medio de la sala, una pequeña cocina a un lado, y una estufa negra de leña por otro lado. Una estrecha escalera de madera que conducía a un pequeño piso cuadrado en la parte superior. A través de la barandilla que rodeaba el piso cuadrado había una cama individual. Todas las paredes eran de madera descubierta. Olía a Nicholas. Todo me hizo sentirme un poco más caliente.
Nicholas me tomó de la mano y me llevó a un baño minúsculo que había fuera de la cocina. Quitó la manta de mis hombros, me puso delante del espejo y abrió la ducha. No reconocí a la persona que miraba a través del espejo. Esta chica tenía un aspecto horrible, petrificante. Había rasguños por todo su rostro, y su cabello y piel se veían rojos y llenos de barro. Sus ojos lucían salvajes y sorprendidos. Esta no podía ser yo, me dije a mí misma.
El reflejo de Nicholas apareció detrás de mí. Tampoco se veía como él mismo. Noté que su rostro estaba lleno de barro y rasguñado como el mío y vi a través del espejo mientras él quitaba hojas y maleza seca de mi cabello. Su mirada atrapó a la mía, pero esta vez, no la apartó.
El vapor de la ducha comenzó a empañar el espejo. Nicholas fue a tomar una toalla y me dijo que me desvistiera.
—Prometo que no miraré —dijo con una sonrisa cansada, tratando de recordar un momento más despreocupado cuando nos habíamos despojado de nuestras ropas empapadas en la granja.
Me desvestí y entré en la ducha mientras Nicholas salía del cuarto.
Por un momento, sólo me quedé allí mientras el agua quemaba mi piel congelada. El agua golpeaba mi cabeza, y vi los restos que quedaban en mi cabello lavándose hacia el drenaje. Lentamente, la sensibilidad regresó, por dentro y por fuera. Pude sentir el latido de mis piernas magulladas y ensangrentadas. También pude sentir el miedo y el dolor que persistían profundamente, poco a poco saliendo a la superficie.
Me envolví en la toalla que Nicholas me había dejado y caminé hacia la cocina donde Nicholas esperaba en la pequeña mesa.
—Aquí tienes —dijo mientras gentilmente me daba un montón de su ropa—. Esto te mantendrá caliente.
Como un robot, me vestí mientras Nicholas tomó su turno en la ducha. Las ropas que me había dado olían a él. Para el momento en que estaba vestida, Nicholas ya había salido de la ducha, vestido con sus vaqueros y sin camisa. Lo miré y a sus tatuajes de heridas de bala. Podía sentir mis emociones ahogadas burbujeando.
Siempre manteniendo su mirada en mí, fue hacia la estufa donde ahora la tetera hervía y vertió agua caliente en dos tazas. Caminó de vuelta, colocó las dos tazas en la mesa, y se sentó en la silla a mi lado.
Cogí la taza, con las dos manos alrededor de ella, y lo miré. Sostuvo mi mirada. Cuando traté de sonreírle tranquilamente, mi visión se enturbió con las lágrimas que habían sido reprimidas por mucho tiempo.
Tenía problemas para respirar, y pude sentir algo estallando dentro de mí.
La taza comenzó a sacudirse en mis manos. Nicholas la tomó como si hubiera estado esperando lo que me pasaba.
Comencé a temblar. —Rocco estaba justo ahí… —susurré—. No sabía qué hacer… lo perdí… —Y empecé a caer.
Se lanzó fuera de su silla y me tomó en sus brazos mientras sollozos largos y fuertes escaparon de mí. Nicholas me calmó y me sostuvo fuertemente mientras imágenes del rostro sonriente de Rocco y su cuerpo sin vida tendido en el suelo pasaron por mi cabeza en un remolino. Mi corazón se sentía como si estuviera siendo exprimido por un puño duro como piedra.
Inclinada sobre Nicholas, lloré hasta que el té se enfrió y la habitación quedó oscura. Lloré hasta que mis hombros, mis brazos, y mis pulmones dolían y hasta que las lágrimas se habían secado. Cuando terminé, y todo lo que podía hacer era gemir, Nicholas me llevó hasta la cama. Mi cabeza en su pecho, me acarició el cabello hasta que caí en un sueño sin sueños.
Era la mitad de la noche. Mi garganta me punzaba, y Nicholas no se encontraba a mi lado. El dolor en mi corazón era insoportable. La casa estaba en silencio, y podía escuchar a los grillos lamentarse con sus canciones afuera. Escuché el crujir de una silla en la cocina, y caminé de puntillas hasta el borde del piso. A través de la barandilla, vi a Nicholas sentado a la mesa con su cabeza en sus manos y sus dedos rastrillando dentro y fuera de su cabello. Sus hombros se movían en secuencias rápidas. Me tomó un momento darme cuenta de que lloraba, en silencio, solo.
Yo sabía que presenciaba algo nunca visto. Pensé en ir allí. Pero luego dejé a Nicholas con su duelo por la pérdida de su hermano menor en paz.
Después de un momento, la silla se alejó de la mesa, y la escalera de madera crujió. Nicholas se metió de nuevo en la cama y se acostó junto a mí. Fingiendo dormir, exhalé, tomé su brazo, y lo traje sobre mi brazo hasta mi otro hombro, acomodándome a mí misma en él. Nicholas no me alejó. Entrelazó sus dedos con los míos y me trajo más cerca. Metió su rostro en mi cabello y suspiró, y nos quedamos dormidos mientras nos convertimos en una sola piel.
Rocco hizo lo que le dijeron y volvió cojeando hasta la sala de estar, con la cara blanca de terror. Tenía un teléfono celular en su oreja.
—Nicholas… —Gritó medio sin aliento—, tenemos un gran problema. La casa está siendo atacada. —Escuché una voz calmada respondiendo en el teléfono, pero no pude entender lo que decía.
Rocco le contestó a la voz—: ¡No sé quién ni cuántos! ¡Está oscuro afuera!
Una nueva ronda de disparos estalló en la distancia y parecía que se acercaban rápido. La voz en la otra línea ahora hablaba rápidamente.
—No voy a escapar, Nicholas. No soy un cobarde. Me quedaré y pelearé con los guardias —le dijo advirtió.
Nicholas gritaba, maldiciendo en la línea. Rocco quitó el teléfono de su oreja y me lo dio. —Toma —dijo—. Nicholas quiere hablar contigo.
Tomé el teléfono. —Nichol…
Nicholas no me dio oportunidad de saludarlo. —____(tn)… ve con Rocco. Salgan de la casa. Corran por el bosque. —Estaba en pánico. Pude escuchar conmoción detrás de él. Spider gritaba órdenes, y la gente estaba gritando y desordenándose rápidamente.
Rocco se tambaleó al armario y sacó una pistola del cajón. Me la entregó a mí. Constantes golpes se oían en la puerta principal.
—¡Oh, Dios! Nicholas, están en la puerta. ¡Creo que están intentando derribarla! —Respiré en el teléfono.
Nicholas maldijo sucesivamente y suplicó—: ____(tn), salgan… —Y la línea murió. Miré al teléfono y se lo di a Rocco.
Lo examinó. —La batería está casi muerta. Olvidé cargarlo —confesó y metió al teléfono inútil de vuelta en su bolsillo. Rocco luego comenzó a llevarme hacia la puerta del patio, pero me resistí.
—Necesitas salir de aquí, ____(tn).
—No me voy a ir sin ti —gemí—. Corramos juntos. Nicholas dijo…
Él lucía incrédulo. —¿Correr? ¡ ____(tn), apenas puedo caminar! Sólo te atrasaría. Además, no voy a dejar que tomen la casa de mi hermano sin pelea.
—Este no es el momento de probarle tu dureza a tu hermano…
Hubo un fuerte golpe en la puerta —el marco cedía al ataque. Los invasores se hallaban a pocos minutos de entrar.
—¿Puedes escucharme por una vez? No me voy a ir contigo, y voy a estar muerto si algo te pasa porque Nicholas me matará él mismo. — Rocco parecía estar cada vez más tranquilo mientras yo estaba más cerca de perder mi mente.
—¡Rocco, no me voy a ir sin ti! Por favor…
¡Crack! El marco de la puerta había finalmente cedido.
Salté.
Rocco maldijo.
Miró alrededor de la sala y, con toda su fuerza, me empujó hacia el rincón más alejado de la sala donde había un gran cofre de mimbre. Lo abrió, tiró las mantas que había en su interior sobre el sofá y me forzó adentro. Mientras cerraba la tapa, oí la puerta principal abrirse violentamente y pasos corriendo hacia la sala de estar. A través de los tejidos del cofre, podía ver a Rocco en guardia de pie en medio de la sala con sus brazos cruzados con valentía.
Un hombre corpulento guió a la banda hasta la sala. Con su dedo en el gatillo de su ametralladora, miró alrededor de la sala y se detuvo para mirar a Rocco. Rocco nunca se estremeció.
—¡Despejado! —Gritó el hombre corpulento.
Él y el resto de sus hombres relajaron un poco el control sobre sus armas y se separaron hacia los lados. Un hombre larguirucho y aburrido caminó desde atrás a través de la división de los hombres, deteniéndose frente a Rocco. A diferencia de los hombres sudorosos y agitados que lo apoyaban, el hombre parecía tranquilo, despreocupado. Había algo familiar en él. Mi corazón latía tan rápido que yo temblaba.
—¿Dónde está la chica? —Exigió a Rocco. Tenía un tono casi afeminado en su voz.
Rocco inclinó su cabeza a un lado. —Eres Norestrom, ¿verdad? He escuchado mucho sobre ti.
—¿Dónde está la chica, perro callejero? —Repitió Norestrom con más fuerza.
—¿Cuál chica? Aquí no hay ninguna chica.
Norestrom miró a Rocco a través de sus lentes de montura roja. — Escucha, niño, sabemos que la chica está aquí. Todos tus hombres están muertos. Ahora, puedes decirnos dónde está y vivirás, o puedes morir y aún así la encontraremos. ¿Cuál escoges?
Un tiroteo estalló de repente en la parte posterior de la multitud, y vi a dos de los hombres de Norestrom caer al suelo. Uno de los guardias enfermos se había arrastrado fuera de la cama desde el sótano y se coló detrás de ellos, matando a dos hombres y luego se disparó él mismo.
Mientras que los hombres de Norestrom habían sido distraídos con el guardia, Rocco había ladeado su puño hacia atrás y golpeó a Norestrom justo en la nariz. Norestrom cayó como un muñeco de trapo. Se deslizó hasta el suelo y su cabeza se golpeó en el suelo con un ruido sordo.
Uno de los hombres de Norestrom corrió a su lado pero Norestrom lo empujó. Desorientado, Norestrom se tambaleó hasta sentarse, su nariz sangrando, y sus lentes rotos en su rostro. Se indignó.
—Mátenlo —ordenó tapándose la nariz con dos dedos delgados.
Los fuertes hombres inmediatamente alzaron sus armas.
Y hubo disparos.
Rocco cayó inerte en el suelo.
En ese momento, sentí como si hubiera sido golpeada fuera de mi cuerpo.
Lo que había visto… no podía haber pasado.
Mi visión era borrosa, pero mis ojos se quedaron en Rocco.
Quería que se levantara, que peleara, que corriera.
Pero no se movía.
Manchas rojas empaparon la parte delantera de su camiseta gris, y un charco de color borgoña se extendía alrededor de él.
Niebla espesa comenzó a arrastrarse por mi cerebro.
Norestrom se levantó y sacudió sus manos sobre sus pantalones de color caqui. —Encuéntrenla y tráiganmela, viva o muerta —ordenó y lo consideró—. Preferiblemente viva.
Los hombres corrían y se extendían, dejando a Norestrom atrás en la sala de estar. Norestrom se acercó a Rocco y pateó su cuerpo sin vida.
Rocco no reaccionó.
Satisfecho de que Rocco no lo atacaría de nuevo, Norestrom se inclinó sobre él y revisó sus bolsillos. Sacó piezas del mundo de Rocco: tornillos y un clavo, una servilleta, unos pocos maníes, envolturas de dulces, y el teléfono celular.
Norestrom abrió el celular y rápidamente escaneó la pantalla antes de que la batería quedara completamente muerta. Entonces gritó, y su ayudante corpulento corrió hacia él.
—Tuvo tiempo para llamarlos. No tenemos mucho tiempo —anunció Norestrom—. Saca el cuerpo de aquí y asegúrate de que sea la primera cosa que vean cuando entren. —El hombre corpulento saltó y pidió ayuda.
Cargaron a Rocco fuera de la sala, dejando un rastro detrás.
Norestrom se levantó y observó el charco de sangre con una sonrisa de suficiencia. Cuando el hombre corpulento volvió y se quedó con él, Norestrom se enojó. —¡Ve a buscar a la chica!
Los dos hombres salieron corriendo por la puerta de la cocina, y escuché sus pasos subiendo las escaleras hacia el cuarto de Nicholas.
El sonido de las cosas siendo lanzadas y rotas sonó a través de la casa mientras los hombres me buscaban por todas partes.
Pero la sala se encontraba vacía.
No tenía mucho tiempo antes de que comenzaran a desarmar la sala para encontrarme.
Aturdida, abrí la tapa del cofre, me arrastré hasta llegar a la puerta del patio, deslizándola para abrirla. Me arrastré hacia la noche y me metí en el oscuro recoveco que había sido alguna vez el sitio de mi primer beso escondido con Nicholas. Podía oír a los hombres pisando fuertemente en la sala y la cocina ahora. Rodé debajo de la barandilla de la cubierta, colocando la pistola dentro de la pretina de mis pantalones cortos y aferrándome a un lado mientras incorporaba mi cuerpo. Colgando de mis dedos, caí en el suelo e inmediatamente me deslicé fuera de la luz del sótano, apretando mi cuerpo contra la fría pared de ladrillo.
La puerta del patio del sótano se abrió y un hombre salió, mirando alrededor. Mi corazón bombeaba frenéticamente cuando su mirada lentamente venía en mi camino.
Un tiroteo estalló de nuevo, y destellos de luz salían por las ventanas de los dormitorios del sótano. Uno de los guardias enfermos, que había estado muy enfermo para levantarse, seguramente había sido encontrado y asesinado. El hombre se apresuró a regresar a la casa para ver la acción.
Las sombras se movían violentamente en la casa de la piscina. El mundo de Carly era destrozado. Pronto los hombres comenzarían a revisar el terreno. Con la luna y las estrellas iluminando el paisaje, yo sabía que estaría expuesta si me movía lejos de las sombras de la casa. Tomando una gran respiración, me lancé al lado de los jardines, rezando porque nadie me estuviera mirando.
Me las arreglé para llegar cerca de los árboles sin que me notaran.
La esperanza comenzó a moverse dentro de mí, hasta que me tropecé.
Mi pie había quedado atrapado. Me empujé hacia arriba a través de la alta hierba y había unos ojos muertos mirándome —ojos que había conocido una vez, los ojos de uno de los guardias que había sido derribado por los hombres de Norestrom. Un grito involuntario salió de mis labios, y pateé, luchando por liberar mi pie.
En la distancia, escuché una voz retumbante gritando.
—¡Ella está por aquí! —Gritó un hombre saliendo de la casa de la piscina. De repente, cada hombre se asomó por las ventanas traseras y comenzaron a dirigirse en mi dirección como una manada de hienas.
Después de que logré liberarme de las garras del guardia muerto, me escondí en el oscuro bosque.
Las ramas me cortaban la cara, y me golpeé a toda velocidad en unos tres troncos. No podía ver más de dos metros delante de mí pero podía escuchar los gritos de los hombres de guerra y los pasos pisando la tierra cerca y alrededor de mí, así que no me detuve. Seguí corriendo, a veces tropezando con troncos caídos y arbustos. Mis piernas ya demasiado rasguñadas y golpeadas. Mis manos estaban rotas y sucias. La adrenalina bombeaba muy rápido en mí como para sentir mucho, pero después de un rato, mis pulmones ardientes también comenzaron a conspirar contra mí.
Aunque mi mente seguía a toda velocidad, mi cuerpo se rendía poco a poco.
Cuando mi hombro chocó contra una rama de un árbol no visible, caí de espaldas, mi nuca golpeando el duro suelo. Me obligué a levantarme pero sólo caí hacia delante en mis manos.
No podía seguir más.
El bosque era negro, con la única luz que provenía de una luna imperceptible que reflejaba las copas de los árboles. No podía ver a los hombres que recorrían el bosque buscándome, pero podía escucharlos por todas partes. Las voces gritaban por todas partes, y dentro de mi cabeza.
Deslicé mi cuerpo junto al tronco de un árbol y temblorosa, tomé la pistola en mis manos.
Nunca había sostenido una antes. Era fría y más pesada de lo que había imaginado que sería. Mis manos no encajaban bien alrededor de la empuñadura. Apunté la pistola delante de mí con las dos manos temblorosas, apoyando mis codos en mis rodillas, y me acurruqué contra el árbol. Cerré mis ojos y esperé a que las voces se alejaran. En una media respuesta a mis oraciones, el viento comenzó a soplar entre los árboles, y las hojas susurrantes ahogaron algunas de las voces. Pero los gritos en mi cabeza continuaron sin piedad.
Sacudí mi cuerpo de un lado a otro en un esfuerzo por mantener mi mente concentrada en conservar el calor. Vestía una camiseta y pantalones cortos, y mis pies desnudos se cubrieron de barro frío.
Se puso mucho más frío. Primero, podía sentir el frío fluir justo a través de mí, y mi cuerpo se estremecía incontrolablemente.
Eventualmente, aunque mi cuerpo continuaba temblando, no sentía nada.
En algunas ocasiones, escuché ramas quebrándose cerca mientras los hombres continuaban buscándome en la oscuridad. Yo sólo apretaría muy fuerte mis ojos, rezando porque se alejaran. Y lo hacían, cada vez.
Después de lo que parecieron días de estar acurrucada contra el árbol, el amanecer se filtraba a través del bosque. Me volví terriblemente consciente de que ya no podía esconderme con la oscuridad pero no podía ver nada más que maleza espesa alrededor de mí —¿tal vez esto sería suficiente para mantenerme invisible?
Pero entonces sentí rápidos pasos y ramas quebrándose. Escuché con todos mis sentidos y me di cuenta de que los sonidos se dirigían hacia mí.
Había sido descubierta…
De alguna manera, siempre supe que iba a morir sola. Tal vez hasta sabía que iba a morir joven —o tal vez una vez sólo deseé que moriría joven para acabar con todo— pero nunca había pensado que, al enfrentar a la muerte, tendría algo, alguien por quien luchar.
A medida que los pasos se acercaban rápido, detuve mis manos de temblar el tiempo suficiente para mover la palanca de la pistola hacia atrás, como había visto que hacían en muchas películas antes.
Ahora podía escuchar claramente pasos corriendo justo más allá de la maleza que me había mantenido oculta hasta ahora. Aunque mis manos temblaban incontrolablemente otra vez, sostuve el arma tan fuerte como pude y esperaba averiguar cómo disparar esta cosa antes de ser descubierta. Cuando las hojas a mi lado crujieron, me volví, cerré mis ojos, me estabilicé contra el tronco del árbol y jalé el gatillo. Con un estruendo ensordecedor, el arma se disparó. Los pedazos de la corteza de un árbol salieron volando por todas partes.
Me zumbaban mis oídos. Incluso más pasos corrían hacia mí. El disparo había alertado a los hombres sobre mi escondite.
Apreté el gatillo de nuevo. Nada pasó esta vez. Mi cuerpo convulsionaba violentamente y pude sentir las frías lágrimas en mi rostro cuando jalé el gatillo una y otra vez pero nada pasó; el arma se hallaba atascada o sólo tenía una bala o se había roto.
Un hombre saltó de la maleza y apretó sus brazos alrededor de mí para evitar que disparase.
Trató de quitarme la pistola. Luché, me defendí con todo lo que quedaba de mí. Pero no podía competir contra su fuerza y él finalmente logró quitarme el arma.
Puso sus manos alrededor de mi rostro y me forzó a mirarlo.
Era Nicholas.
Sus labios se movían rápidamente pero no podía escuchar nada—sólo los gritos en mi cabeza y el zumbido en mis oídos. Sus cálidos labios quemaron mi piel helada cuando besaba mi frente, mi nariz, mis labios.
El arbusto cerca de él se movió y salté hacia atrás, petrificada.
Nicholas lanzó sus brazos alrededor de mí, me agarró en un abrazo muy fuerte, mientras que Meatball lentamente se escabulló hacia nosotros y lamió mis dedos congelados.
Nicholas se veía mortalmente asustado. Me sujetaba por los hombros y me hablaba, posiblemente gritaba, pero yo no oía ni sentía nada.
Después de varios intentos fallidos de comunicarse conmigo, sacó un radio de onda corta y rápidamente habló por él. Con una última mirada asustada hacia mí, se volvió de espaldas a mí, tomó mis brazos, los tiró sobre sus hombros y alrededor de su cuello. Me alzó sobre su espalda y comenzó a correr.
Meatball iba por delante de nosotros y guió el camino a casa.
Caminamos por lo que parecían kilómetros. No me había dado cuenta de que había corrido tan lejos dentro del bosque.
Lentamente, comencé a escuchar algo, comenzando con las rápidas respiraciones de Nicholas. También comencé a sentir frío a través de mi cuerpo. Para el momento en que llegamos a la propiedad, mis dientes castañeaban, y mis pies desnudos y dedos ardían.
Nicholas me cargó hacia la casa. Había caos por todas partes de la propiedad. Unos de los guardias de rango alto cargaban cuerpos hacia los autos estacionados mientras otros caminaban frenéticamente alrededor, revisando la tierra, buscando enemigos.
—No mires —me advirtió Nicholas suavemente mientras caminábamos al lado de dos guardias que colocaban un cuerpo en la parte de atrás de una camioneta. Me concentré en lo bueno que era escuchar la voz de Nicholas de nuevo.
Nicholas me llevó dentro de la casa e inmediatamente por las escaleras, sin darme tiempo de pensar sobre mirar hacia la puerta de la cocina. La habitación quedó completamente desordenada. Cajones, mi ropa, mis cosas se encontraban esparcidas en el suelo, el colchón había sido tirado fuera de la cama, y mi lámpara de bailarina estaba rota en el suelo. Nicholas me soltó fuera de su espalda y me hizo sentarme en el colchón en el suelo.
—Necesitamos que empaques rápidamente —me explicó mientras comienza a tomar la ropa del suelo y amontonarla a mis pies. En una aturdida pesadilla, me levanté y caminé hacia las cortinas. El bolso de lona aún seguía escondido allí, intacto. Lo arrastré unos centímetros.
Nicholas me miró con curiosidad por un segundo.
Luego tiró la correa del bolso sobre su hombro y simultáneamente tomó una manta de la cama desordenada. Envolvió la gruesa manta alrededor de mí y me tomó en sus brazos de nuevo. Nos dirigimos hacia abajo y fuera de la puerta. Nicholas me colocó en el asiento del pasajero de su auto, arrodillándose para poner el cinturón de seguridad alrededor de mí y cerrando la puerta.
Fue hacia Spider, quien estaba con cansancio de pie junto a la escalera de la entrada, absorto en una conversación con Tiny. Los miré, y vi a una Carly con los ojos hinchados salir de la casa con un bolso. Ella tiró sus cosas en la parte trasera de la camioneta de Spider, y se subió.
Nicholas, Spider y Tiny hablaron de prisa, luego todos se dispersaron. Spider subió en su camioneta —sus neumáticos escupiendo piedras mientras corría lejos. Meatball subió en la parte trasera mientras Nicholas tomaba otra camiseta de su propio bolso en el asiento trasero. No había notado hasta ahora que su camiseta había estado empapada de sangre. Luego Nicholas y yo nos alejamos de la granja también.
Nos llevó por el camino de grava, más rápido de la vez que nos llevó en el Maserati. Cuando dimos la vuelta en la carretera principal, tomó mi mano. Aunque yo me encontraba en la gruesa manta, mis dientes no dejaban de vibrar. Me quedé mirando la carretera, semi-consciente de que Nicholas parecía preocupado mirándome cada minuto.
Conducimos por horas, ninguno de los dos hablando, yo nunca quitando mi vista de la carretera. Nicholas sin soltar mi mano.
Eventualmente reconocí los límites de la ciudad de Callister, pero continuamos más allá de la ciudad. Nicholas finalmente se desvió en un camino de tierra a través de un grupo de árboles. Llegamos a una pequeña casa de campo que tenía el porche delantero en un nivel más bajo. Detuvo el auto y suspiró.
Salimos, y Meatball nos llevó hasta la puerta con entusiasmo.
En el interior, la casa se hallaba amueblada con sencillez. Había una pequeña mesa de cocina con dos sillas en medio de la sala, una pequeña cocina a un lado, y una estufa negra de leña por otro lado. Una estrecha escalera de madera que conducía a un pequeño piso cuadrado en la parte superior. A través de la barandilla que rodeaba el piso cuadrado había una cama individual. Todas las paredes eran de madera descubierta. Olía a Nicholas. Todo me hizo sentirme un poco más caliente.
Nicholas me tomó de la mano y me llevó a un baño minúsculo que había fuera de la cocina. Quitó la manta de mis hombros, me puso delante del espejo y abrió la ducha. No reconocí a la persona que miraba a través del espejo. Esta chica tenía un aspecto horrible, petrificante. Había rasguños por todo su rostro, y su cabello y piel se veían rojos y llenos de barro. Sus ojos lucían salvajes y sorprendidos. Esta no podía ser yo, me dije a mí misma.
El reflejo de Nicholas apareció detrás de mí. Tampoco se veía como él mismo. Noté que su rostro estaba lleno de barro y rasguñado como el mío y vi a través del espejo mientras él quitaba hojas y maleza seca de mi cabello. Su mirada atrapó a la mía, pero esta vez, no la apartó.
El vapor de la ducha comenzó a empañar el espejo. Nicholas fue a tomar una toalla y me dijo que me desvistiera.
—Prometo que no miraré —dijo con una sonrisa cansada, tratando de recordar un momento más despreocupado cuando nos habíamos despojado de nuestras ropas empapadas en la granja.
Me desvestí y entré en la ducha mientras Nicholas salía del cuarto.
Por un momento, sólo me quedé allí mientras el agua quemaba mi piel congelada. El agua golpeaba mi cabeza, y vi los restos que quedaban en mi cabello lavándose hacia el drenaje. Lentamente, la sensibilidad regresó, por dentro y por fuera. Pude sentir el latido de mis piernas magulladas y ensangrentadas. También pude sentir el miedo y el dolor que persistían profundamente, poco a poco saliendo a la superficie.
Me envolví en la toalla que Nicholas me había dejado y caminé hacia la cocina donde Nicholas esperaba en la pequeña mesa.
—Aquí tienes —dijo mientras gentilmente me daba un montón de su ropa—. Esto te mantendrá caliente.
Como un robot, me vestí mientras Nicholas tomó su turno en la ducha. Las ropas que me había dado olían a él. Para el momento en que estaba vestida, Nicholas ya había salido de la ducha, vestido con sus vaqueros y sin camisa. Lo miré y a sus tatuajes de heridas de bala. Podía sentir mis emociones ahogadas burbujeando.
Siempre manteniendo su mirada en mí, fue hacia la estufa donde ahora la tetera hervía y vertió agua caliente en dos tazas. Caminó de vuelta, colocó las dos tazas en la mesa, y se sentó en la silla a mi lado.
Cogí la taza, con las dos manos alrededor de ella, y lo miré. Sostuvo mi mirada. Cuando traté de sonreírle tranquilamente, mi visión se enturbió con las lágrimas que habían sido reprimidas por mucho tiempo.
Tenía problemas para respirar, y pude sentir algo estallando dentro de mí.
La taza comenzó a sacudirse en mis manos. Nicholas la tomó como si hubiera estado esperando lo que me pasaba.
Comencé a temblar. —Rocco estaba justo ahí… —susurré—. No sabía qué hacer… lo perdí… —Y empecé a caer.
Se lanzó fuera de su silla y me tomó en sus brazos mientras sollozos largos y fuertes escaparon de mí. Nicholas me calmó y me sostuvo fuertemente mientras imágenes del rostro sonriente de Rocco y su cuerpo sin vida tendido en el suelo pasaron por mi cabeza en un remolino. Mi corazón se sentía como si estuviera siendo exprimido por un puño duro como piedra.
Inclinada sobre Nicholas, lloré hasta que el té se enfrió y la habitación quedó oscura. Lloré hasta que mis hombros, mis brazos, y mis pulmones dolían y hasta que las lágrimas se habían secado. Cuando terminé, y todo lo que podía hacer era gemir, Nicholas me llevó hasta la cama. Mi cabeza en su pecho, me acarició el cabello hasta que caí en un sueño sin sueños.
***********************
Era la mitad de la noche. Mi garganta me punzaba, y Nicholas no se encontraba a mi lado. El dolor en mi corazón era insoportable. La casa estaba en silencio, y podía escuchar a los grillos lamentarse con sus canciones afuera. Escuché el crujir de una silla en la cocina, y caminé de puntillas hasta el borde del piso. A través de la barandilla, vi a Nicholas sentado a la mesa con su cabeza en sus manos y sus dedos rastrillando dentro y fuera de su cabello. Sus hombros se movían en secuencias rápidas. Me tomó un momento darme cuenta de que lloraba, en silencio, solo.
Yo sabía que presenciaba algo nunca visto. Pensé en ir allí. Pero luego dejé a Nicholas con su duelo por la pérdida de su hermano menor en paz.
Después de un momento, la silla se alejó de la mesa, y la escalera de madera crujió. Nicholas se metió de nuevo en la cama y se acostó junto a mí. Fingiendo dormir, exhalé, tomé su brazo, y lo traje sobre mi brazo hasta mi otro hombro, acomodándome a mí misma en él. Nicholas no me alejó. Entrelazó sus dedos con los míos y me trajo más cerca. Metió su rostro en mi cabello y suspiró, y nos quedamos dormidos mientras nos convertimos en una sola piel.
Antes que nada, si se preguntan si Rocco solo se lastimo, les diré que SI esta muerto! :sad:
:lloro: :lloro: :lloro: :lloro:
Rocco, pq tenía que ser precisamente él!
:sad: :sad: :sad: :sad: :sad: :sad:
Juro que lloré con este capitulo!
Rocco que era el mejor u.u tuvo una muerte tan fea! & al final defendiendo a los demás por encima de él!
:misery: :misery: :misery: :misery:
Pero tendremos venganza, oh si tendremos venganza!
:muere: :muere: :muere: :muere:
Las leo después! *.*
\^.^/
Lu wH!;*
X
:bye:
HeyItsLupitaNJ
Re: Crow's Row - Nicholas Jonas & TU (Adaptación) TERMINADA!
Nooooooo !!!!!!!... Por que Rocco!!!!!!!!!..... Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaahhhhhhh!!!!... Llore con este caaapiiss!!!!... Por que el!!!... Maldito!!!!... Merece la peor de las muerte por hacerle eso a Rocco!!!!!!!!!........
chelis
Re: Crow's Row - Nicholas Jonas & TU (Adaptación) TERMINADA!
Me hiciste llorar!
En serio, estaba leyendo y me puse a gritar y mi mamá me miro como bicho raro , y me pregunto porque tenia los ojos rojos. :lloro: :lloro: :lloro:
Dios! Rocco por que!!!! Por que tu! :misery:
Ahora solo quiero, encontrar al responsable, y matarlo, hacerlo sufrir, torturarlo, quemarlo vivo, Dia a dia. Sabiendo que somos NOSOTRAS quien les causa ese daño. Quiero que se quede seco de tanto gritar y pedir perdon, quiero cortarlo en pedazitos, uno tras uno, y que pida piedad! Y lra respuesta sera "NO! Te gusto hacer sufria a Rocco, ahora paga maldito!" :muere: :muere: :muere:
Ahora estoy de duelo
Siguela por favor xx.
En serio, estaba leyendo y me puse a gritar y mi mamá me miro como bicho raro , y me pregunto porque tenia los ojos rojos. :lloro: :lloro: :lloro:
Dios! Rocco por que!!!! Por que tu! :misery:
Ahora solo quiero, encontrar al responsable, y matarlo, hacerlo sufrir, torturarlo, quemarlo vivo, Dia a dia. Sabiendo que somos NOSOTRAS quien les causa ese daño. Quiero que se quede seco de tanto gritar y pedir perdon, quiero cortarlo en pedazitos, uno tras uno, y que pida piedad! Y lra respuesta sera "NO! Te gusto hacer sufria a Rocco, ahora paga maldito!" :muere: :muere: :muere:
Ahora estoy de duelo
Siguela por favor xx.
Val x.
Re: Crow's Row - Nicholas Jonas & TU (Adaptación) TERMINADA!
:lloro: Rocco :sad:
Pobre rocco, siempre tan Valiente!! :lloro:
Que capitulo tan triste!!!
:lloro:
Pobre rocco, siempre tan Valiente!! :lloro:
Que capitulo tan triste!!!
:lloro:
GlodDeJonas
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