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Master |Louis Tomlinson| Hot. «Terminada»
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: Master |Louis Tomlinson| Hot. «Terminada»
25
A la mañana siguiente, sigo sintiéndome mal por haberla presionado. Lyla está acurrucada a mi lado, desnuda y calientita, oliendo a manzanilla y a mí. No hablamos más, ella me dijo que lo haremos hoy, segundos después se quedó dormida cuando estaba dentro todavía.
Ahora me siento completamente diferente respecto a mi estilo de vida. Siento que no necesito nada de esto con Lyla. La amo, y lo que más me aterra es que puedo asegurar que el sentimiento es auténtico y fuerte. Tengo miedo, esto podría arrasarme, pero a la vez es como si no necesitara nada más.
Se siente increíble.
Es como si hubiese estado todo este tiempo en espera de ella, solo respirando, solo existiendo, y ahora comienzo a vivir, comienzo a comprender que la vida no es un pozo de desgracias. Tengo esperanza de que no vaya a ser como mi padre, que no lo arruinaré.
No quiero ser como él, no quiero echarlo todo a perder. No con ella. ¿Cómo reaccionará cuando le diga que la amo? Probablemente la asustaré mortalmente. ¿Y si no me cree? Suspiro, será mejor que no se lo diga.
-Hola-saluda, con voz ronca, se despereza a mi lado y restriega sus pechos contra mi costado, se sube encima de mí y besa mi barbilla-estabas mirándome fijamente-dice ella-.
-Estaba observando lo hermosa que eres cuando duermes-ella resopla-.
-Babeo-muerdo juguetonamente su antebrazo, que estira para acariciar mi cabello-.
-Un poco-bromeo-.
-¡Louis!-exclama ella, medio enfadada, medio riéndose-.
-No, no babeas, nena-me incorporo y la ubico a horcajadas-.
-Eso, Louis, comienza algo que no puedas terminar y no respondo-frunzo el ceño-.
-¿Qué?
-Estás tan, tan duro-sonríe libidinosamente hacia mi miembro. Bueno, eso es cierto. Sacudo la cabeza, pero le sonrío a mi vez, con una idea en mente-.
-¿Sabes? Una vez, cuando estaba en el colegio, me inscribí en una carrera a campo traviesa, creía firmemente que yo podría ganar, porque, vamos, era el capitán del equipo de fútbol, estaba en forma, pero llegó el día de la carrera, y ¿adivina en qué puesto llegué?-ella niega con la cabeza y enarca la ceja izquierda-.
-¿En el segundo?-inquiere-.
-Nop, en el sexagésimo noveno. El puesto sesenta y nueve. Lo tomé como una señal-ella abre los ojos captando la idea-.
-Dios-dice luego de una pausa-si lo hacemos llegaremos tarde-susurra, se muerde el labio y veo las tuercas de su cerebro moviéndose, carburando, me acerco a su boca y la acaricio suavemente, ella suspira-.
No se lo digo, pero hoy no iremos. Tenemos que hablar, tengo que convencerla de que se quede a mi lado. Y si acepta, vamos a ir de compras. Sonrío para mis adentros, tendremos sexo en algún probador. El sexo en un lugar público aumenta la excitación, debido al peligro de ser descubierto.
-Hagámoslo-ella se sonroja violentamente-.
-Louis, no lo sé. Nunca lo hice antes-yo me encojo de hombros-.
-Yo tampoco-ella entorna la mirada-.
-Hmm-enarco ambas cejas, divertido-.
-En serio-le hago un puchero-pero tienes que admitir que es una buena alternativa cuando no tenemos preservativos-muevo las cejas, Lyla niega con la cabeza, riendo-.
-¿Es que no puedes sacarla antes de correrte?-ahora es mi turno de negar con la cabeza-.
-¿Dónde está tu espíritu aventurero?-me gustaría simplemente ordenárselo, pero prefiero no hacerlo, ¿eso me hace débil?-hagámoslo, nos gustará, lo prometo-ella voltea teatralmente los ojos, suelta un suspiro exasperado-.
-Bien-¡sí!-¿Cómo se supone que lo hacemos?-pregunta, desviando la mirada-.
-Bueno-la bajo de encima de mi regazo y la dejo acostada, cubierta hasta la cintura con el edredón, la destapo y le doy un repaso a su cuerpo, me muevo y me acuesto con la cabeza a los pies de la cama-súbete encima, nena-ella se muerde el labio inferior-.
Respira profundo varias veces y me deja pensando que no lo hará, pero finalmente, se mueve y se coloca a horcajadas sobre mi pecho, regalándome la maravillosa vista de sus partes más íntimas. Tomo sus muslos y acerco su cuerpo a mi cara. Todo mi cuerpo se tensa cuando siento su aliento sobre mi media erección, ella toma mi miembro en sus manos y lo aprieta, recorriendo la longitud desde la base hasta la punta, logrando que me ponga imposiblemente duro.
Jadeo.
Pienso devolverle las atenciones.
Su carne brilla, húmeda de fluidos, llevo dos dedos a su entrada y la penetro con lánguidas caricias. Torturo la hinchada carne mientras ella, a su vez me toca haciendo que mi cuerpo arda anhelante. Cuando siento su lengua en la punta del glande, la cabeza me da vueltas y contraataco inclinándome hacia delante y cubriendo su feminidad con la boca, sirviéndome de la lengua y los dedos para hacerla temblar.
Separo los tiernos pliegues y penetro con la lengua lo más profundo que puedo dentro de su vagina. Lyla da un respingo y la muy descarda, introduce todo mi miembro en su boca, hasta la garganta y lo traga, una y otra vez. Me rindo y hecho la cabeza hacia atrás, liberando un ronco sonido animal me cuesta en principio reconocer como mío.
Vuelvo a la carga y atrapo el desatendido clítoris entre los labios, tengo la cara embadurnada de su néctar, y me encanta. Me encanta hacer esto. Me encanta ella. Golpeo con la lengua el brote de nervios y lo succiono. A su vez, ella, bombea mi miembro, solo manteniendo el glande dentro de su boca chupándolo fuerte, lo cual hace que mi cabeza dé vueltas.
Mierda, voy a llegar rápido. Mierda, voy a explotar. Mierda, está haciéndole eso con las yemas de los dedos a mis testículos. Joder, joder, joder, joder.
Utilizo la lubricación natural de su cuerpo como lubricante para su ano—sí, tengo en este momento la suficiente fuerza para eso. Casi no puedo pensar—e introduzco un dedo en su entrada trasera, dos en su vagina—rebosante de fluidos, mmm—y le doy un buen uso a mi lengua, rodeando y saboreando su clítoris. Muevo los dedos y ella gime con mi pene en la boca.
La vibración me vuelve loco.
La mano que bombea se detiene y la cálida lengua de ella me recorre desde la punta a la base y de regreso, para introducirme de nuevo en su boca y tragarme. Mierda, es buena. Se retira, vuelve a bombear y a succionar el glande, mientras retuerzo el dedo en su ano, mis dedos en su vagina la penetran sin parar y mi lengua rodea su clítoris.
Un instante después, ella libera mi miembro y chilla, pero no deja de tocarme, entonces, mis muslos se contraen y mi clímax se construye y baja por mi espina dorsal, se asienta tres milisegundos en mis testículos y exploto, gritando su nombre contra su piel henchida.
Ella se desploma sobre mi cuerpo, mi pecho sube y baja, estamos cubiertos de sudor y fluidos.
-Qué loco-dice sobre mi vientre, con voz amortiguada-.
-Sí…-murmuro-.
-Fue genial. Es increíble que siga consciente-se ríe-creo… creo que olvidé mi nombre por un momento-oh, sí. ¿Cuál es el mío? Creo que es Lewis o algo-.
Ella se arrastra y se baja de la cama. Frunzo el ceño.
-¿A dónde vas?-inquiero, ella coge la bata azul de anoche y se calza unas pantuflas moradas-.
-Voy a preparar algo de comer. Ve a bañarte, debemos llegar temprano al segundo periodo, por lo menos-yo sacudo la cabeza-.
-No. Vamos a quedarnos aquí y hablaremos-ella enarca la ceja izquierda-nena-digo, levantándome sobre mis codos y antebrazos-tenemos que hablar sobre lo de anoche-ella baja la mirada y suspira-.
-Tenía la esperanza de que lo dejáramos así-se encoge de hombros-ya te lo expliqué, fue una sobrecarga, pero quiero hacerlo. Creo que podré hacerlo-vuelve a encogerse de hombros-.
Es tan pequeña y adorable, ahí parada, en una bata estilo siglo XIX que llega hasta el piso, estoy seguro de que me enamoré de ella en segundo en el que abrió la boca para mandarme a la mierda en la cafetería del campus. La ansié desde ese momento y no me siento capaz de hacerlo jamás.
Es fuerte de mente, preciosa, receptiva, divertida, inteligente y sobre todo; la amo.
Me siento en el borde de la cama y tomo sus manos en las mías, acaricio los nudillos.
-Gracias por aceptarme-le digo. «Te amo»-eres la mejor-ella sonríe levemente y baja la cabeza para darme un beso rápido-.
-Ya lo sabía-sonríe abiertamente ahora, y sus ojos se achican. Es hermosa-Oye, voy a preparar el desayuno, hablamos mientras comemos y luego…
-Iremos de compras-interrumpo, ella frunce el ceño-.
-¿Qué?-inquiere luego de una pausa-.
-Voy a comprar todo lo que necesites o yo crea que necesites-veo que aprieta la mandíbula y aspira fuerte-.
-Supongo que no voy a hacerte cambiar de opinión, ¿cierto?-yo asiento con la cabeza, mis comisuras se levantan-.
-No vas. Pasaremos, como, todo el día de tienda en tienda, ¿no te emociona?-ella niega con la cabeza-.
-Odio ir de compras, pregúntaselo a mi mamá, no soporto más de dos horas. Todo ese vestirse y desvestirse-se encoge de hombros nuevamente, es tan adorable-.
-Por hoy te va a gustar. Además, nunca has ido de compras conmigo-digo conspiratorio, le sonrío ladino, Lyla entorna la mirada-.
-Bueno…-murmura-voy a preparar el desayuno-voltea y desciende las escaleras, dejándome suspirando como una colegiala-.
Está desnuda bajo esa bata de seda—probablemente lo único femenino en su guardarropas, aparte de ese sensacional vestido de la otra noche—que flota a su alrededor creando una etérea imagen y cocinará para nosotros. Malditamente desnuda. ¿Podría haber algo más sexy? Nop.
****
Al salir de la ducha me golpea el aroma a café y me deja K.O., cabe mencionar que ahora yo también huelo a manzanilla y a canela, y que parezco un poco un vago porque estoy sin afeitarme. Sí, soy de esa clase de tipos a los que si no se afeitan por las mañanas parecen que no lo han hecho en semanas.
Me visto con la misma ropa que tenía puesta ayer y bajo las escaleras, me encuentro a Lyla sirviendo dos tazas de café y dando volteretas al son una canción de rock, hasta sacar del horno galletitas glaseadas.
-And all I need is you, come, please, I’m calling!-canta ella, desafinadamente, pero de todos modos, la encuentro adorable-.
Tengo que dejar de pensar en ella como un osito de peluche. Sacudo la cabeza, me siento en el desayunador con los codos en la mesa y mi cabeza entre las manos y le dedico una sonrisa bobalicona. Me mira y sonríe apenada, baja el volumen del estéreo con el mando.
-Hice galletas-dice-y café-deja la fuente de vidrio sobre una tabla de madera cuadrada-.
-Perfecto-le digo-¿cómo lo hiciste tan rápido?
-Ya había preparado la masa y el glasé antes, ayer, mientras estuve aquí, pensando en el asunto de que te gustaría pegarme-abro los ojos como platos-.
Demonios, no. Bueno, sí, pero para beneficio sexual nuestro, no para lastimarla porque me excita, en cierta manera lo hace. De todos modos, no me gusta lastimarla, no lo haría de ninguna manera. Es difícil de exponer. Es excitante hacerlo, duro, fuerte, rápido y usar instrumentos poco ordinarios, pero es para entretenernos, no para hacer daño—ni físico, ni psíquico—.
Hay más placer en el dolor de lo que la gente se imagina. Y me gustaría compartir todo ese placer con ella. Todas las sensaciones, todas las experiencias.
-No soy sádico-le digo, ella se pone seria-.
-Yo no he dicho tal cosa. Llegué a la conclusión de que tienes gustos poco corrientes y de que estoy bien con ellos. Entiendo que te guste el sexo duro y por lo visto a mí también-se ríe ahora-.
Inhalo y exhalo.
-Explícate-pido-.
Ella juguetea un momento con una galleta, con la vista fija en sus manos. Cuando me mira, mi corazón aletea en mi pecho.
-Para mí es correcto sentirme de esta forma hacia todo esto, quiero decir, que me encantó lo que pasó anoche, fue increíble-se sonroja-lo de esta mañana fue fantástico. Quiero darte placer como tú quieras que te lo dé y quiero que me enseñes cómo.
Wow.
Mi mente se queda en blanco. De todas las cosas… Yo no esperaba que dijera eso.
Me levanto, rodeo el desayunador, la atraigo a mis brazos y la beso, lentamente. Espero que comprenda con esto, que la amo y que estoy agradecido de tenerla en mi vida. Con Dios, con el destino, con la vida. Con quien sea el responsable de que un buen día fijara mis ojos en ella.
-Gracias por aceptarme-susurro sobre sus labios cuando el beso termina-gracias. No vas a arrepentirte-no te voy a dejar ir-.
****
-¿En serio?-dice, golpeteando el suelo con su pie, nerviosa y hasta un poco irritada-.
-Sí. Y no discutas-contesto con firmeza, ella se muerde el interior de la mejilla y hace una mueca de disgusto, que me resulta adorable, pero se supone que estamos discutiendo-.
-No lo quiero-gruñe, frustrada-.
-Lo llevaremos de todos modos. Uno de cada color.
Todas las dependientas miran curiosas la escena que estamos dando y me comienza a molestar.
-¡No necesito un jodido negligé!-exclama, exasperada, con los ojos bien abiertos-¡Testarudo!
-¡Lo necesitas, sí!-me acercó a ella y me elevo en toda mi altura, mirándola desde arriba, ella levanta la cabeza y no despega sus iracundos ojos de los míos, que arden-Haz el favor de comportarte como la mujer que sé que eres, no como una chiquilla malcriada-ella infla las mejillas, enojada-.
-¿No ves que no me queda?-señala su exuberante cuerpo a penas cubierto por el conjunto de encaje francés y gasa negra. Yo frunzo los labios y ladeo la cabeza-.
-Tienes razón, debería ser rojo-ella lanza un gruñido-.
-¡No me refiero al color, pedazo de…!-levanto la mano y ella deja de hablar-.
-Cuida el lenguaje-digo-.
Bueno, la verdad es que sí odia ir de compras.
Estamos en una sucursal de Sunshine’s comprando—tratando de—lencería, pero ella está insoportable, se queja de que está cansada y que no es bueno que gaste así mi dinero en ella, y yo a mi vez me quejo de que tengo demasiado dinero pudriéndose en el banco.
Ay, nena, esto recién comienza.
-Ahora, ¿por qué crees que no te queda?-inquiero, con voz suave y melosa, el tono que uso con Daisy y Phoebe cuando las chantajeo para ir a la cama, Lyla baja la cabeza-.
-Porque soy gorda para usarlo-murmura, volteo los ojos-.
-Dios, no seas ridícula-con el dedo índice le hago levantar la cara hacia mí-eres perfecta, tu cuerpo combina, tienes todo en el lugar correcto y eso es caliente-ella sonríe-así me gusta.
-Bueno, si tanto te gusta mi cuerpo, ¿por qué simplemente no ando desnuda por la vida, y ya?-suspiro-.
-Porque quiero que tengas un negligé y ligas y todas esas cosas sexys. Para que pueda desenvolverte como a un regalo-honestamente, esa cosa la hace lucir como una sirena, toda sensual, y es tan sugerente. Es malo para mi salud-voltea y mírate al espejo-ella lo hace-.
Entonces aprovecho para escabullirme al interior del probador y cerrar la puerta, Lyla me mira a través del espejo negando con la cabeza.
-¿Lo vamos a hacer aquí, verdad?-pregunta, con un tono desaprobatorio en la voz, yo le doy una brillante sonrisa. Sus ojos negros se encuentran con los míos azules y simplemente me encojo de hombros-.
-Bueno, ya estoy lo bastante duro, quiero demostrarte lo que me haces con esas prendas y me excita que lo hagamos en un lugar público-me acerco a ella y cierro los ojos al inhalar su cabello-Mmm-ella niega con la cabeza-.
-Eres incorregible. Tres veces en menos de veinticuatro horas. Soy una chica con suerte-dice-.
Luego de divertirnos un poco frente al espejo, decidimos llevar dos negligés, uno rojo y otro negro. Caminamos por el paseo central llevando la bolsa rosa pálido y pasamos frente a una tienda donde hay todo lo que necesita una mujer—vestidos, jeans, blusas, bolsas, zapatos, chaquetas—y la arrastro dentro.
-¡No vas a gastar por mí tu dinero aquí!-me grita susurrando-.
-Shh, necesitas ropa de aquí, se verá bien en ti-le digo y la tomo del brazo-.
-¡Nada Dior se verá bien en mí!-vuelve a gritarme susurrando-.
-Deja de comportarte así-saludo a la dependienta, que me da una gran sonrisa-hola, mi novia quiere ver todo lo que tengan, se lo probará todo. Y por favor, que sea de la nueva colección-asiente dubitativa, abro mi billetera y saco mi tarjeta de crédito, entonces, la chica vuelve a darme la inmensa sonrisa de hace un rato-ya sabes, cariño, zapatos y todas esas cosas-Lyla rechina los dientes a mi lado-.
Bueno, supongo que no entiendo cómo funciona esto de las casas de modas, pero según lo que sé Dior es una buena tienda, ¿no? Así que ciertamente no comprendo por qué Lyla se queja tanto, pero al final, deja su reticencia de lado y termina comprando algunas cosas.
-Te odio-murmura, cuando estoy firmando el recibo de la tarjeta de crédito-.
-No parecías odiarme cuando te probaste el vestido de cóctel plateado-le digo-¡Oh, Louis, es hermoso! ¡Di que es hermoso! ¡Me sienta perfecto!-imito su voz y sé que quiere quitarme la lengua. De hecho, lo hace, y yo me río-.
-Hmm-gruñe, una sonrisa baila en sus labios y volteando los ojos, dice:-Gracias-y me besa-.
Envuelven todo en ridículas cajitas perfumadas y ordeno que la envíen a mi departamento.
-¿Es todo por hoy?-inquiere cuando salimos, yo niego con la cabeza-.
-No compraste lo suficiente-le digo-.
Nos pasamos el resto del día recorriendo tiendas y más tiendas, convenzo a Lyla que siga comprando—en realidad le digo que si quiere complacer, debe comprar más—y lo hace, un poco enfurruñada, pero lo hace. Cuando la jornada finaliza, tiene un nuevo guardarropa completo.
Debo ser sincero, me salió bastante bien ir de compras con ella. Es la primera vez que lo hago con una chica que no sea de mi familia. A las otras sumisas les contrataba una asesora de imagen. Admito que fue más divertido de lo que pensaba que sería.
Terminamos en mi departamento repantigados en el sofá, estamos hechos polvo. La abrazo, huelo su cabello y comprendo que nada tenía sentido antes de ella. Antes de esto.
hearmeroar
Re: Master |Louis Tomlinson| Hot. «Terminada»
Amé los capítulos! <3
Aww! Louis es tan lindo con ella!
Seguilaaa! :D
:bye:
Aww! Louis es tan lindo con ella!
Seguilaaa! :D
:bye:
ᴍᴀʀ.
Re: Master |Louis Tomlinson| Hot. «Terminada»
Diossssss la amaaaa!!!
LA AMAAAAAAAAAA
Un novio como Louis!!! Donde lo consigo???
Me encantaron los capitulossss
Sube cuanto antes el suguienteeeeee por favor
Besooos :) :bye:
LA AMAAAAAAAAAA
Un novio como Louis!!! Donde lo consigo???
Me encantaron los capitulossss
Sube cuanto antes el suguienteeeeee por favor
Besooos :) :bye:
karencita__mb
Re: Master |Louis Tomlinson| Hot. «Terminada»
Dios, ame los capis ajkskdks me mataron, okay? Ajskskskd estuvieron totalmente buenísimos ajskskksksksksksjjs la estoy tan emocionada! Simplemente llore cuando vi que habías subido los capis, extrañe muchoooo esta novela!!! Akkska gracias por subir capi! Te extrañe muchísimo!
Dilingdingdong
Re: Master |Louis Tomlinson| Hot. «Terminada»
Preciosidades, ¿disfrutaron?
Bueno, mañana subo el capítulo 26, lo estoy terminando-encontré la inspiración que me faltaba cantando PYD en mi cabeza y mirando al ventilador girando y girando-, y les informo que después del mismo sólo quedan los capítulos 27, 28, 29 y 30, más epílogo, obviamente.
Y un bonus ;)
Ah, y va a tener segunda temporada.
Por cierto, ¡Ya tenemos veinticinco mil y pico de visitas! Muchísimas gracias, y bienvenidas a las lectoras nuevas, me alegro de tenerlas acá.
Muajajajajaja soy tan mala.
Bueno, mañana subo el capítulo 26, lo estoy terminando-encontré la inspiración que me faltaba cantando PYD en mi cabeza y mirando al ventilador girando y girando-, y les informo que después del mismo sólo quedan los capítulos 27, 28, 29 y 30, más epílogo, obviamente.
Y un bonus ;)
Ah, y va a tener segunda temporada.
Por cierto, ¡Ya tenemos veinticinco mil y pico de visitas! Muchísimas gracias, y bienvenidas a las lectoras nuevas, me alegro de tenerlas acá.
Muajajajajaja soy tan mala.
hearmeroar
Re: Master |Louis Tomlinson| Hot. «Terminada»
se me olvidaba, les respondo mañana, también. xxxoxxxoxxxooooox
hearmeroar
Re: Master |Louis Tomlinson| Hot. «Terminada»
Ame los capítulos linda fueron tan jdndnsjsmw adoro a esos dos :3
Chloe
Re: Master |Louis Tomlinson| Hot. «Terminada»
jskajsjkasj no puedo creer que quede tan poquito t.t sahjahsjhas pero por lo menos tenemos segunda temporada asjjskj y estuve stalkeado skajksj lo va a narrar ella?ksakjskjjs <3 ily.
Dilingdingdong
Re: Master |Louis Tomlinson| Hot. «Terminada»
26
N/A. – Flogger es un látigo de tiras. – Infantilismo: Fetichismo consistente en que una de las partes adopta el papel de un bebé o niño pequeño.
Es domingo y me toca cocinar un almuerzo tardío—son las tres de la tarde—, así que preparo mi especialidad: carne y ensalada de hojas verdes. Deberían condecorarme. Abro el vino tinto y lo dejo reposar, porque a mi chica le fascina un buen cabernet sauvignon con la carne roja.
Lyla se ha adaptado maravillosamente a mí y a mis preferencias. Ambos somos pacientes y avanzamos lentamente en esto. Llevamos casi dos semanas teniendo sesiones BDSM. Ella planea mudarse a mi departamento durante el receso de Semana Santa, que es esta semana, y yo estoy ansioso.
Aunque lo único que falta es que traiga su shampoo y sus libros a mi casa, porque prácticamente ya no va a su loft. Ahora está sentada en el sofá, con las piernas cruzadas y escribiendo furiosamente mensajes en su celular. Sonrío mientras remuevo los bistecs en la sartén. Los dejo un momento y voy a buscar las copas, sirvo el vino y le llevo una.
-Gracias-dice, levantando la cabeza hacia atrás, me agacho para besarla-.
-¿Sigues robándome camisas?-inquiero, lleva puesta una camisa blanca y es perfectamente visible que no tiene nada abajo-.
-Sip, lo cierto es que me encanta tu olor-habla después de beber un sorbo de vino-.
-A mí me encanta como hueles tú-contesto y ella sonríe-.
Vuelvo a mis quehaceres y preparo la ensalada, lo cual consiste en lavar hojas de lechuga, rúcula, perejil y puerro. Toda una hazaña. Apago el fuego y cuando volteo Lyla está poniendo la mesa, ágilmente, moviéndose por todas partes. Rozándome. Provocadora. Al pasar a mi lado y rozarme nuevamente, se lleva una nalgada y me envía una mirada ofendida para luego reírse.
-¿Qué quieres hacer después de comer?-le pregunto, mientras sirvo la carne, ella se estira para alcanzar la fuente de ensalada-.
-Mmm, no sé, podemos salir a caminar-yo asiento-.
-Está bien-le digo, tomando asiento a su lado, me apodero de su muslo y recorro la cara interna del mismo con la yema de los dedos, rozando tentativamente los oscuros rizos-también podemos quedarnos aquí y hacer ejercicio-le guiño un ojo, ella entorna la mirada con pupilas dilatadas-.
-Sí, bueno, no descarto esa opción-dice, cortando la carne, mastica un poco y cierra los ojos-Dios, esto está buenísimo-levanto mi copa y brindo a un amigo invisible-.
-Gracias, la verdad es que solo calenté la sartén y arrojé dos trozos de carne en ella.
-Vas mejorando-se mofa, yo volteo los ojos-.
-Eres una mala influencia para mí, antes tenía un montón de tuppers con sopa en el congelador-ella hace una mueca de asco-qué tiempos aquellos.
Terminamos de comer entre toqueteos y bromas. Ella recoge la mesa y lava los trastos mientras yo vagabundeo por ahí.
En realidad, me escabullo al cuarto de juegos y recojo algunas cosas que voy a necesitar en las próximas horas. Cuando estoy de vuelta, ella está sentada en uno de los bancos del desayunador, observando fijamente su celular como si esperara algo de vital importancia. Frunzo el ceño.
-Louis…-dice cuando levanta la mirada-.
Enmudece al instante cuando ve las esposas en mi mano izquierda y un flogger en la derecha. Pasa saliva. Le doy una sonrisa seductora, fijando mis ojos en los suyos, negros. Ella se levanta y camina hasta mí.
-Manos al frente-me ofrece sus muñecas y observa casi con fascinación como se la pongo en la muñeca derecha, beso sus nudillos manteniendo contacto visual con ella-.
Lo positivo de tener muebles de diseñador es que a los decoradores se les ocurre poner cada cosa en tu casa… Y de todo corazón agradezco lo extravagante que es la barra del desayunador. Tiene cinco grandes argollas soldadas—la supuesta utilidad de las mismas es colgar servilletas—y definitivamente, para alguien como yo, es una bendición.
Hago que Lyla voltee sobre su eje, alargo nuestros brazos y hago pasar las esposas a través de la argolla del medio para luego esposar la muñeca izquierda. Ahora está con la parte superior de su cuerpo sobre la barra, el culo hacia mí, precariamente cubierto por mi camisa y con su peso sobre las puntas de los pies. Levanto la camisa hasta la cintura, una sonrisa baila en mis labios al ver que estaba en lo cierto y está desnuda y expuesta.
-¿Sabes?-digo casualmente mientras acaricio su trasero con las tiras de cuero del flogger-tienes que culpar a la camisa de que de repente haya tenido la idea de hacértelo sobre el desayunador. Luces tan malditamente caliente. Creo que podría verte así por el resto de mi vida.
Froto su feminidad con el mango del látigo y ella levanta las caderas hacia la caricia. Continúo haciéndolo hasta que noto la creciente humedad brillando contra el negro mango, entonces, utilizo las tiras de cuero para acariciar sus muslos y las mejillas de su trasero. La piel de su espalda y piernas se eriza.
Zas.
Las tiras del látigo chocan suavemente contra la mejilla derecha de su trasero. Acaricio la zona que está poniéndose rosa con la mano, y con la misma intensidad doy un latigazo a la mejilla izquierda. Vuelvo a acariciar. Retrocedo y golpeo un poco más fuerte.
-¿Duele?-pregunto-.
-Sí, amo. Pero no es desagradable-contesta Lyla, jadeando-.
Bien. Golpeo entre las piernas y Lyla tiembla, gimiendo por lo bajo. Repito el procedimiento; aumentando la fuerza de los latigazos y volviendo a disminuir. Me acerco nuevamente para colar mis dedos entre sus piernas.
Y maldición, sí que está mojada, y yo estoy vergonzosamente excitado a mi vez.
Me agacho y deposito besos suaves por toda su espalda baja, mientras trabajo su clítoris y vagina con los dedos. Su respiración se torna frenética, tiembla y sus músculos internos se dilatan alrededor de mis dedos.
Abruptamente, me retiro y Lyla sigue jadeando, junta las piernas y trata de aliviarse.
-Separa las piernas-ella vacila, pero lo hace de todas formas, gimoteando de frustración-.
Vuelvo a la carga con los latigazos, primero acariciando con las tiras, luego golpeando suave y finalmente con más fuerza. Ella da un respingo cuando vuelvo a azotar entre las piernas. Del bolsillo de mi pantalón de pijamas quito un vibrador de diez centímetros de largo y diez de diámetro, lo lubrico con sus fluidos y lo introduzco lentamente en ella. Siento que se tensa.
-Es un vibrador, nena-explico, luego de unas respiraciones asiente y se relaja-tiene seis velocidades. Separa más las pierna, eso es-paso la yema del dedo índice por su columna-voy a seguir con los azotes, y vas a contarlos. No te corras antes de los diez, ¿lo has comprendido?
-Sí, amo-dice en un hilo de voz-.
Quiero que controle su clímax, albergo mis dudas, porque es la primera vez que le digo que lo haga. Ha sido excepcional las últimas semanas, aunque tampoco quise presionarla. Preferí ir lento, pero seguro. El control del orgasmo considero, tiene que ver con la conexión de la sumisa y su amo, con la voluntad de la sumisa en obedecer y complacer a su amo y, obviamente, con saber estimular de la manera adecuada, empujando los límites correctamente.
Enciendo el vibrador con el mando, a la primera velocidad. Azoto suavemente, alcanzando la mejilla y el muslo derecho.
-¡Uno!-jadea Lyla. Ahora a la izquierda-¡Dos!-respira entrecortadamente y cuando aumento la velocidad del vibrador, ella da un respiro y gime-.
-No te corras-le ordeno, ella solo asiente-.
Zas, zas. Más rápido, más fuerte.
-¡Tres, cuatro!-tercera velocidad-¡Jesús!-yo me río-.
-Uh… nena, soy Louis-ella gime más fuerte ahora-.
De vuelta azoto suavemente, con un intervalo de tres cinco segundos entre latigazo y latigazo, cuarta velocidad.
-¡Cinco, seis!-está temblando ahora, su voz distorsionada-¡Mierda!-alarga la palabra-.
-No te corras-repito, con voz firme, que amenaza con fallar, puesto que no es fácil ver todo ese despliegue sin inmutarse. Estoy como una jodida roca-.
Velocidad constante, azote entre las piernas. Grita.
-¡Sie…te, ocho!-apoya la cabeza contra la-¡Me voy a correr, maldita sea!-solloza-.
-¡Hazlo por mí, nena! ¡Aguanta!-la aliento y directamente paso a la última velocidad cuando los azotes nueve y diez llegan, fuertes y rápidos entre las piernas-.
-¡Diez! ¡Diez!-grita roncamente, voy a tener que darle jarabe después de esto-.
Dejo caer al piso el flogger y apago el aparato, quiero que se corra conmigo dentro, no con un suplente plateado. Rasgo el paquete de un preservativo que llevo en el bolsillo, a la velocidad de la luz me lo pongo y retiro el vibrador.
Está tan deliciosamente dilatada y húmeda cuando la penetro. Comienzo a embestirla y ella solloza fuerte, frustrada.
-¡Córrete, Lyl! ¡Ahora!-gruño la orden-.
Y eso es todo, está corriéndose, gritando, arqueándose contra mí y apretándose a mí alrededor. Yo me corro fuerte, con ella. Sigo embistiéndola y ella sigue corriéndose. Y yo también. Deslizo mi mano a su clítoris, su sexo está hinchado y goteando. Suelta numerosos improperios que dejarían verdes a los marineros cuando encierro el brote de su placer entre el índice y el pulgar; se corre por última vez.
Mientras trato de normalizar mi respiración, pienso en el cuadro que representamos. Una sexy chica esposada, con una camisa blanca, despeinada, mejillas sonrosadas y lágrimas. Su desquiciado novio encima, en pijamas y los pantalones hasta las rodillas.
Busco rápidamente la llave de las esposas en los bolsillos de mi pantalón y la libero, ella se derrumba y yo la sostengo. La cargo en brazos hasta mi habitación, la dejo desmadejada en la cama. Voy hasta el baño y preparo todo para remojar a mi espectacularmente perfecta Lyla en la bañera. Sales y todas esas chucherías. Del botiquín saco unas pomadas cicatrizantes y calmantes para las muñecas, muslos y trasero. Un gel de masaje y un cepillo para cabello.
Regreso a la habitación. La encuentro con los ojos llorosos—esta vez no me asusto—y me ocupo de desvestirla, cuando estoy por cargarla de nuevo ella se sienta.
-Yo puedo-olvidé el jarabe-no me va el infantilismo-dice, y yo sonrío-.
-Sí, mi señora-bromeo, ella enarca las cejas y camina hasta el cuarto baño-.
-Hmm, pero creo que la próxima vez si te dejaré cargarme. Sí que sabes follar a una chica hasta dejarla inconsciente-yo suelto una carcajada-no es gracioso, volví a olvidar mi nombre. Y creo que nunca podré comer tranquila sobre ese desayunador sin mojarme por el resto de mi vida.
Entra a la bañera y gime.
-Santa Madre de Dios-se sumerge completamente y vuelve a salir-gracias, eres el mejor-me quito la ropa y entro también. Mmm, agua caliente. Me coloco detrás de ella y se recuesta en mi pecho. Comienzo a masajear su espalda, hombros y cuello-.
-Estuviste perfecta, ¿cómo te sientes?-inquiero, besando la piel detrás de su oreja sin arete, nunca lleva-.
-Gracias-alarga la palabra-mmm, relajada, semiconsciente, bien follada-suelta una risita-me sorprende cada día más, amo-posa su pequeña mano en mi rodilla y la frota, es una caricia inocente, pero mi pene vuelve a hincharse-.
-¿Eso es bueno o es malo?
-Es condenadamente malo para mi salud, corazón-voltea la cabeza y atrae mi rostro al suyo, deposita un suave beso en mis labios-.
-Podemos salir a caminar en un rato, si quieres-propongo-.
-¿Eres consciente de que no puedo moverme de cansancio? Una no se corre así de fuerte sin que eso le pase la factura, Louis.
-Está bien, niña. Sólo era una sugerencia-le digo, muerdo su cuello y estiro un brazo para alcanzar mi shampoo-.
Dejo caer un chorro, froto las palmas y esparzo el líquido sobre su cuero cabello, masajeándola por todas partes. Ahora va a oler a eucalipto y limón. Lyla gime. Aclaro el shampoo y nos quedamos dentro de la bañera hasta que el agua comienza a enfriarse.
La envuelvo en una mullida toalla y esta vez, me deja tomarla en brazos para que la lleve a la cama. Le seco el cabello, y lo cepillo, es tan hermoso, saludable y largo. Cuando termino, es el turno de sus muñecas, trasero y muslos.
-Ponte bocabajo-le digo, ella se vira suspirando-.
-Mima a mis pompas-murmura, riéndose-les encanta que las toques, de cualquier forma-menea el trasero, riendo también, empujo sus omóplatos para dejarla quieta. Esparzo la crema calmante sobre la piel sonrosada y cuando termino, beso sonoramente una mejilla y Lyla respinga-¡Coquillas!
-Dios-volteo los ojos, mientras la cubro hasta las caderas con un edredón-definitivamente no puedo tocarte sin que saltes-ella se ríe otra vez-.
-No, porque cuando me tocas es extremadamente…-hace una pausa, buscando las palabras-no lo sé, lo siento en todas partes. Y ya sabes lo que dicen de los cosquillosos…
-Están llenos de zonas erógenas-completo-los dices todo el tiempo-riego besos por toda su espalda, su piel se eriza-yo no he dicho que no me guste que tengas cosquillas. Adoro tus cosquillas-adoro todo de ti-.
Sus muñecas están al rojo vivo por tirar de las esposas. Es mi marca, y no lo lamento en absoluto. Además ella cree que son sexys. Esparzo pomada por la piel enrojecida con delicadeza, me encanta hacer esto, me encanta ocuparme de ella, cuidarla, mimarla.
-Ahora un cuento-le digo, entrando en la cama, junto a ella-.
Lyla entreabre los ojos y me da una saciada y lánguida sonrisa. Se estira y me besa, primero todo es un simple roce, un masajeo, pero luego, se abre paso a través de mis labios y penetra en mi boca con su lengua, hundo mis manos en su cabello húmedo, acercándola más, profundizando el beso, hasta que nos quedamos sin respiración.
Reparto besos por su rostro, cuello y clavícula. Ella solo enreda las piernas con las mías y se queda profundamente dormida. Yo aprovecho para ir a arreglar el desastre que dejamos en la cocina. Me envuelvo en un albornoz y salgo, con una sonrisa idiota en los labios.
C’est la vie, c’est l’amour.
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Casi necesito una grúa para conseguir levantar a Lyla. ¡Dios, duerme tan profundamente, que ni si fuera el fin del mundo, despertaría! Yo preparo el desayuno hoy, consistente en café negro y tostadas con mantequilla. Seriamente se está convirtiendo en una mala influencia para mí.
-¡Mierda, mierda, mierda!-Lyla se queja por lo bajo, mientras salta para entrar en sus, ¿leggins?, por toda la habitación. Se calza el primer par de zapatos que encuentra y corre a la cocina-.
Odia llegar tarde, pero necesita comer algo, y sé que va directo al refrigerador en busca de una ciruela o algo de eso. Y no lo voy a permitir, tiene que comer los carbohidratos y el azúcar necesarios para que su cerebro se active.
-Siéntate conmigo a desayunar-le pido, con ojos de cachorrito, sé que puedo con ella poniendo esta cara-te prepare el desayuno-utilizo mi voz melosa, ella entorna la mirada hacia mí-.
-Hmm. Está bien-se sienta en una butaca. Con el talón, arrastro su asiento hasta que nuestros muslos se tocan y apreso el lóbulo de su oreja entre los dientes-.
-¿Estás pensando en lo de ayer?-le susurro, lamiendo la piel sensible y luego soplando, ella asiente, removiéndose en su asiento-¿estás excitada?-vuelve a asentir y traga saliva-.
-N-no tenemos tiempo…-musita, cierra los ojos cuando poso mi mano entre sus muslos y la acaricio suavemente-.
-Ya lo sé. Pero ten en mente que al volver, haremos los deberes-me aparto y muerdo una tostada-.
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La nueva ropa le sienta de maravilla. Tiene puesto leggins y mocasines negras, una camisa celeste que sobre sale un poco del dobladillo del sweater de hilo, también negro y bufanda gris pálido. Su largo cabello castaño brilla y cae suelto en ondas hasta la mitad de su espalda, enmarcando su rostro. Es sexy, muy sexy, aunque sé que ese no es el efecto que desea causar, porque esta mañana realmente se puso lo primero que encontró. Creo que por eso está toda de negro.
-¡Es fabuloso verlos!-Verónica se materializa ante nosotros en el estacionamiento de Peterhouse-¡Hola!
-Hola, chica, ¿cómo estás?-inquiere Lyla, dándole un abrazo-.
-Oh, bien, ya sabes, solo quería saber qué van a hacer en vacaciones Semana Santa-habla rápidamente, sólo como ella sabe hacerlo-porque-alarga la palabra-pensaba invitarlos a ambos a la casa de mis padres en Escocia, ya sé, ahí hace más frío que aquí, pero será divertido, ¿qué dicen?-termina de hablar y me sorprende que no jadee-.
-Uh, lo siento, nena, pero voy a ir a Londres-parpadeo cuando escucho eso, ¿qué?-.
-Ow, qué pena-Verónica hace un puchero y Lyla se ríe-.
Frunzo los labios, ¿Londres? Espero que sea broma, que lo haya dicho para no hacer sentir mal a V, porque vamos a quedarnos en Cambridge. Juntos. Verónica se marcha diciendo que ve a Lyla en quince minutos.
-¿Sería demasiado pedir que me lo expliques?-Lyla me mira recelosa, advirtiendo la ira contenida de mi voz-.
-¿Sería demasiado pedir que no te pongas así?-inquiere a su vez, y se pasa la lengua por los labios-mira, ayer recibí un mensaje de mi hermano diciendo que vendrá con su nueva novia a pasar las vacaciones de primavera, así que deja de comportarte como un cavernícola con ese tono de voz y mirada asesina, Louis.
Entorno los ojos y respiro profundamente, contando hasta diez.
-De todos modos, ¿cuándo pensabas decírmelo?-ella se encoje de hombros-.
-Cuando se presentara la oportunidad-dice, completamente relajada-.
-¿Cuándo te marchas?
-Tal vez pasado mañana. ¿Acaso debería pedirte permiso por escrito, amo?-condenada mujer. Está logrando hacerme enojar-.
-No, pero se supone que somos pareja, creo que por lo menos tendrías que haberlo comentado-le digo fríamente, ella me mira ofendida-.
-¡En eso estaba cuando me esposaste para luego follarme en la mesa de la cocina!-exclama ella, volteándose y se aleja, pisoteando hacia la entrada-.
¿Ahora se supone que es mi culpa? ¡Ja! Simplemente pudo habérmelo dicho esta mañana en el desayuno, o en lugar de cantar estridentemente Sex On Fire con la radio en el auto esta mañana. No tiene justificación que esté tan ofendida. Mi disgusto, en cambio, tiene motivos: va a irse en dos días, no me lo consulto, ni siquiera me lo comentó y no iba a enterarme de esto si no se lo contaba a su amiga.
Doy dos zancadas y la tomo del codo.
-¿A dónde crees que vas?-ella me mira con el infierno ardiendo en sus ojos negros, trata de huir de mi agarre, sin éxito-.
-Voy tan lejos de tu conducta irracional y de ti, como pueda-me gruñe, todavía forcejeando, le doy una sonrisa tensa-.
-¿Irracional?-frunzo los labios-¿Crees que esto es un juego? No, no lo es. Eres mía ahora-para reforzar mi punto con mi otra mano expongo la marca de las esposas, que hoy son rosadas-y me gustaría que, como mínimo, si no me respetas como amo, me respetes como tu pareja y me comentes qué piensas hacer-sus labios forman una línea y me mira fijamente-.
-¡Lo iba a hacer! ¡No iba a simplemente desaparecer!-levanta la voz a medida que habla-.
-¿Ah, sí? ¿Cuándo? ¿Mediante una nota el miércoles por la mañana?-mi tono es tan sarcástico, que ella luce como si se acabara de tragar ácido sulfúrico. Entorna los ojos-.
-¡Eres el rey del drama! Se nota que no has comenzado a conocerme siquiera, Louis-en su voz hay dolor-.
-Voy a disfrutar castigándote por esto, sumisa-canturreo en su oído, antes de liberarla y marcharme en dirección contraria-.
Ya no hay escarcha por todos lados, sino humedad. El sol hace su aparición por unos segundos antes de volver a desparecer detrás de densas nubes grises. Estoy acostumbrado a lidiar con esto, con que no haya sol, con que llueva, porque son cosas sobre las que no tengo control. Pero me sobrepasa, que una chiquilla de diecinueve años me haga perder los estribos, que no sea capaz de madurar de una vez y decirme lo que piensa hacer. De que no sea capaz de aceptar que me pertenece ahora. Y que necesito tener control sobre ella, sobre sus acciones.
El día pasa velozmente, boom, y ya es la hora de almorzar.
Recibo un mensaje de Lyla.
12:03 p.m. Voy a almorzar con V.
Traducción: no quiero verte.
Frunzo los labios y voy a buscarla a su clase, no está, voy a la cafetería y tampoco se encuentra ahí.
Mi nivel de frustración crece.
Termina la hora del almuerzo y la espero en la puerta de su siguiente clase. Cuando ya no hay nadie en el pasillo, la veo caminando con Verónica, se están riendo, ambas tienen gafas de ver puestas y libros bajo los brazos. Todo apunta a que estaban en la biblioteca. ¿Por qué no se me ocurrió buscarla ahí?
La expresión de su rostro se vuelve fría cuando me ve recostado casualmente al costado de la puerta. V nos mira a ambos y su rostro denota incomodidad. Lyla le toca el brazo a Verónica, le dice algo, la rubia asiente y se adelanta, cuando pasa a mi lado me envía una mirada asesina, luego cierra la puerta detrás de ella.
-Tengo clases ahora-dice Lyla, a una considerable distancia-.
-Yo también-contesto encogiéndome de hombros-.
Voltea los ojos y a paso rápido camina hasta la puerta, pero antes de que su mano tome la perilla, tiro de ella y la atraigo a mi cuerpo, choca contra mi pecho con fuerza.
-¡Déjam…!-no le da tiempo de protestar porque cubro su boca con la mía-.
Tomo su cabello en puños con fuerza y gime. Aprovecho para asaltar su boca con la lengua. El libro cae al suelo, clava sus dedos en mis hombros y se pega a mí. Chupa mi lengua y me roba el aliento. ¡Se suponía que yo iba a dominar este beso! Muerdo su labio inferior y lo alivio dándole lametazos suaves. La batalla de voluntades es dejada de lado y solo nos besamos. La sangre arde en mis venas y viaja hacia el sur.
Retira su boca de la mía, besa mi cuello mientras enreda los brazos a mi cintura y hunde el rostro en mi pecho. Yo acaricio su cabello, lo peino con los dedos y coloco la cabeza sobre la suya.
-Lo siento-me dice-lo olvidé. Iba a decírtelo. No veo a Adam desde hace un año y ayer me envió esos mensajes…-levanto su rostro, veo la sinceridad en sus ojos negros-.
Me pongo en su lugar; llevamos dos semanas con esto, ella no está completamente acostumbrada a hacer lo que yo espero de ella. Vivió sola por casi un año y es independiente. Tengo que ser paciente, además, de los errores se aprende. Y yo voy a tratar de no perder la cabeza por insignificancias.
-También lo siento, me comporté como un imbécil total contigo esta mañana. Estuvo mal, ¿me perdonas, nena?-ella sonríe un poco, pero sigue teniendo esa mirada dolida que odio-.
Me odio por haberla herido.
-Sí-afirma en un hilo de voz-tú perdóname a mí-se pone de puntillas y roza mis labios-.
-No tengo nada que perdonarte. Lo olvidaste, porque no puedes resistirte a mis encantos-ella voltea los ojos y se ríe. Me pongo serio-¿Estamos bien?-Lyla asiente-.
-En realidad, iba a invitarte a ir conmigo. ¿Te gustaría? Quiero decir, vas a tener que conocer a mi familia-abro bien los ojos-.
-¿Quieres que conozca a tu familia?-pregunto pasmado-.
-Bueno, ¿tú quieres?-frunzo los labios-.
-Bueno-alargo la palabra-eso sería llevar la relación al siguiente nivel…-dejo la frase sin terminar-.
-Oh-dice, bajando la mirada-si no estás listo todavía…
-Tú también tendrás que conocer a mi familia-interrumpo ella abre la boca y luego la cierra-.
-Oh-repite-¿qué exactamente significa eso?-sus ojos me miran abiertos y grandes-.
-Creo que ya que vamos a vivir juntos y voy a conocer a tu familia, eso sería pasar al siguiente nivel-y voy a poder decirte que te amo, si es que tengo las pelotas suficientes para hacerlo en algún momento-.
-¿En qué consiste el siguiente nivel?-pregunta-.
-En que todas mis hermanas y mi mamá van a agregarte a Facebook. Ahora que lo pienso, no somos amigos en Facebook-ella resopla y yo le doy un casto beso-.
-¡Louis, tengo clase!-beso su cuello, respinga y se ríe-.
-¡Está bien!-la suelto a regañadientes y recojo su libro-.
Me lanza un beso antes de cerrar la puerta.
N/A. – Flogger es un látigo de tiras. – Infantilismo: Fetichismo consistente en que una de las partes adopta el papel de un bebé o niño pequeño.
Es domingo y me toca cocinar un almuerzo tardío—son las tres de la tarde—, así que preparo mi especialidad: carne y ensalada de hojas verdes. Deberían condecorarme. Abro el vino tinto y lo dejo reposar, porque a mi chica le fascina un buen cabernet sauvignon con la carne roja.
Lyla se ha adaptado maravillosamente a mí y a mis preferencias. Ambos somos pacientes y avanzamos lentamente en esto. Llevamos casi dos semanas teniendo sesiones BDSM. Ella planea mudarse a mi departamento durante el receso de Semana Santa, que es esta semana, y yo estoy ansioso.
Aunque lo único que falta es que traiga su shampoo y sus libros a mi casa, porque prácticamente ya no va a su loft. Ahora está sentada en el sofá, con las piernas cruzadas y escribiendo furiosamente mensajes en su celular. Sonrío mientras remuevo los bistecs en la sartén. Los dejo un momento y voy a buscar las copas, sirvo el vino y le llevo una.
-Gracias-dice, levantando la cabeza hacia atrás, me agacho para besarla-.
-¿Sigues robándome camisas?-inquiero, lleva puesta una camisa blanca y es perfectamente visible que no tiene nada abajo-.
-Sip, lo cierto es que me encanta tu olor-habla después de beber un sorbo de vino-.
-A mí me encanta como hueles tú-contesto y ella sonríe-.
Vuelvo a mis quehaceres y preparo la ensalada, lo cual consiste en lavar hojas de lechuga, rúcula, perejil y puerro. Toda una hazaña. Apago el fuego y cuando volteo Lyla está poniendo la mesa, ágilmente, moviéndose por todas partes. Rozándome. Provocadora. Al pasar a mi lado y rozarme nuevamente, se lleva una nalgada y me envía una mirada ofendida para luego reírse.
-¿Qué quieres hacer después de comer?-le pregunto, mientras sirvo la carne, ella se estira para alcanzar la fuente de ensalada-.
-Mmm, no sé, podemos salir a caminar-yo asiento-.
-Está bien-le digo, tomando asiento a su lado, me apodero de su muslo y recorro la cara interna del mismo con la yema de los dedos, rozando tentativamente los oscuros rizos-también podemos quedarnos aquí y hacer ejercicio-le guiño un ojo, ella entorna la mirada con pupilas dilatadas-.
-Sí, bueno, no descarto esa opción-dice, cortando la carne, mastica un poco y cierra los ojos-Dios, esto está buenísimo-levanto mi copa y brindo a un amigo invisible-.
-Gracias, la verdad es que solo calenté la sartén y arrojé dos trozos de carne en ella.
-Vas mejorando-se mofa, yo volteo los ojos-.
-Eres una mala influencia para mí, antes tenía un montón de tuppers con sopa en el congelador-ella hace una mueca de asco-qué tiempos aquellos.
Terminamos de comer entre toqueteos y bromas. Ella recoge la mesa y lava los trastos mientras yo vagabundeo por ahí.
En realidad, me escabullo al cuarto de juegos y recojo algunas cosas que voy a necesitar en las próximas horas. Cuando estoy de vuelta, ella está sentada en uno de los bancos del desayunador, observando fijamente su celular como si esperara algo de vital importancia. Frunzo el ceño.
-Louis…-dice cuando levanta la mirada-.
Enmudece al instante cuando ve las esposas en mi mano izquierda y un flogger en la derecha. Pasa saliva. Le doy una sonrisa seductora, fijando mis ojos en los suyos, negros. Ella se levanta y camina hasta mí.
-Manos al frente-me ofrece sus muñecas y observa casi con fascinación como se la pongo en la muñeca derecha, beso sus nudillos manteniendo contacto visual con ella-.
Lo positivo de tener muebles de diseñador es que a los decoradores se les ocurre poner cada cosa en tu casa… Y de todo corazón agradezco lo extravagante que es la barra del desayunador. Tiene cinco grandes argollas soldadas—la supuesta utilidad de las mismas es colgar servilletas—y definitivamente, para alguien como yo, es una bendición.
Hago que Lyla voltee sobre su eje, alargo nuestros brazos y hago pasar las esposas a través de la argolla del medio para luego esposar la muñeca izquierda. Ahora está con la parte superior de su cuerpo sobre la barra, el culo hacia mí, precariamente cubierto por mi camisa y con su peso sobre las puntas de los pies. Levanto la camisa hasta la cintura, una sonrisa baila en mis labios al ver que estaba en lo cierto y está desnuda y expuesta.
-¿Sabes?-digo casualmente mientras acaricio su trasero con las tiras de cuero del flogger-tienes que culpar a la camisa de que de repente haya tenido la idea de hacértelo sobre el desayunador. Luces tan malditamente caliente. Creo que podría verte así por el resto de mi vida.
Froto su feminidad con el mango del látigo y ella levanta las caderas hacia la caricia. Continúo haciéndolo hasta que noto la creciente humedad brillando contra el negro mango, entonces, utilizo las tiras de cuero para acariciar sus muslos y las mejillas de su trasero. La piel de su espalda y piernas se eriza.
Zas.
Las tiras del látigo chocan suavemente contra la mejilla derecha de su trasero. Acaricio la zona que está poniéndose rosa con la mano, y con la misma intensidad doy un latigazo a la mejilla izquierda. Vuelvo a acariciar. Retrocedo y golpeo un poco más fuerte.
-¿Duele?-pregunto-.
-Sí, amo. Pero no es desagradable-contesta Lyla, jadeando-.
Bien. Golpeo entre las piernas y Lyla tiembla, gimiendo por lo bajo. Repito el procedimiento; aumentando la fuerza de los latigazos y volviendo a disminuir. Me acerco nuevamente para colar mis dedos entre sus piernas.
Y maldición, sí que está mojada, y yo estoy vergonzosamente excitado a mi vez.
Me agacho y deposito besos suaves por toda su espalda baja, mientras trabajo su clítoris y vagina con los dedos. Su respiración se torna frenética, tiembla y sus músculos internos se dilatan alrededor de mis dedos.
Abruptamente, me retiro y Lyla sigue jadeando, junta las piernas y trata de aliviarse.
-Separa las piernas-ella vacila, pero lo hace de todas formas, gimoteando de frustración-.
Vuelvo a la carga con los latigazos, primero acariciando con las tiras, luego golpeando suave y finalmente con más fuerza. Ella da un respingo cuando vuelvo a azotar entre las piernas. Del bolsillo de mi pantalón de pijamas quito un vibrador de diez centímetros de largo y diez de diámetro, lo lubrico con sus fluidos y lo introduzco lentamente en ella. Siento que se tensa.
-Es un vibrador, nena-explico, luego de unas respiraciones asiente y se relaja-tiene seis velocidades. Separa más las pierna, eso es-paso la yema del dedo índice por su columna-voy a seguir con los azotes, y vas a contarlos. No te corras antes de los diez, ¿lo has comprendido?
-Sí, amo-dice en un hilo de voz-.
Quiero que controle su clímax, albergo mis dudas, porque es la primera vez que le digo que lo haga. Ha sido excepcional las últimas semanas, aunque tampoco quise presionarla. Preferí ir lento, pero seguro. El control del orgasmo considero, tiene que ver con la conexión de la sumisa y su amo, con la voluntad de la sumisa en obedecer y complacer a su amo y, obviamente, con saber estimular de la manera adecuada, empujando los límites correctamente.
Enciendo el vibrador con el mando, a la primera velocidad. Azoto suavemente, alcanzando la mejilla y el muslo derecho.
-¡Uno!-jadea Lyla. Ahora a la izquierda-¡Dos!-respira entrecortadamente y cuando aumento la velocidad del vibrador, ella da un respiro y gime-.
-No te corras-le ordeno, ella solo asiente-.
Zas, zas. Más rápido, más fuerte.
-¡Tres, cuatro!-tercera velocidad-¡Jesús!-yo me río-.
-Uh… nena, soy Louis-ella gime más fuerte ahora-.
De vuelta azoto suavemente, con un intervalo de tres cinco segundos entre latigazo y latigazo, cuarta velocidad.
-¡Cinco, seis!-está temblando ahora, su voz distorsionada-¡Mierda!-alarga la palabra-.
-No te corras-repito, con voz firme, que amenaza con fallar, puesto que no es fácil ver todo ese despliegue sin inmutarse. Estoy como una jodida roca-.
Velocidad constante, azote entre las piernas. Grita.
-¡Sie…te, ocho!-apoya la cabeza contra la-¡Me voy a correr, maldita sea!-solloza-.
-¡Hazlo por mí, nena! ¡Aguanta!-la aliento y directamente paso a la última velocidad cuando los azotes nueve y diez llegan, fuertes y rápidos entre las piernas-.
-¡Diez! ¡Diez!-grita roncamente, voy a tener que darle jarabe después de esto-.
Dejo caer al piso el flogger y apago el aparato, quiero que se corra conmigo dentro, no con un suplente plateado. Rasgo el paquete de un preservativo que llevo en el bolsillo, a la velocidad de la luz me lo pongo y retiro el vibrador.
Está tan deliciosamente dilatada y húmeda cuando la penetro. Comienzo a embestirla y ella solloza fuerte, frustrada.
-¡Córrete, Lyl! ¡Ahora!-gruño la orden-.
Y eso es todo, está corriéndose, gritando, arqueándose contra mí y apretándose a mí alrededor. Yo me corro fuerte, con ella. Sigo embistiéndola y ella sigue corriéndose. Y yo también. Deslizo mi mano a su clítoris, su sexo está hinchado y goteando. Suelta numerosos improperios que dejarían verdes a los marineros cuando encierro el brote de su placer entre el índice y el pulgar; se corre por última vez.
Mientras trato de normalizar mi respiración, pienso en el cuadro que representamos. Una sexy chica esposada, con una camisa blanca, despeinada, mejillas sonrosadas y lágrimas. Su desquiciado novio encima, en pijamas y los pantalones hasta las rodillas.
Busco rápidamente la llave de las esposas en los bolsillos de mi pantalón y la libero, ella se derrumba y yo la sostengo. La cargo en brazos hasta mi habitación, la dejo desmadejada en la cama. Voy hasta el baño y preparo todo para remojar a mi espectacularmente perfecta Lyla en la bañera. Sales y todas esas chucherías. Del botiquín saco unas pomadas cicatrizantes y calmantes para las muñecas, muslos y trasero. Un gel de masaje y un cepillo para cabello.
Regreso a la habitación. La encuentro con los ojos llorosos—esta vez no me asusto—y me ocupo de desvestirla, cuando estoy por cargarla de nuevo ella se sienta.
-Yo puedo-olvidé el jarabe-no me va el infantilismo-dice, y yo sonrío-.
-Sí, mi señora-bromeo, ella enarca las cejas y camina hasta el cuarto baño-.
-Hmm, pero creo que la próxima vez si te dejaré cargarme. Sí que sabes follar a una chica hasta dejarla inconsciente-yo suelto una carcajada-no es gracioso, volví a olvidar mi nombre. Y creo que nunca podré comer tranquila sobre ese desayunador sin mojarme por el resto de mi vida.
Entra a la bañera y gime.
-Santa Madre de Dios-se sumerge completamente y vuelve a salir-gracias, eres el mejor-me quito la ropa y entro también. Mmm, agua caliente. Me coloco detrás de ella y se recuesta en mi pecho. Comienzo a masajear su espalda, hombros y cuello-.
-Estuviste perfecta, ¿cómo te sientes?-inquiero, besando la piel detrás de su oreja sin arete, nunca lleva-.
-Gracias-alarga la palabra-mmm, relajada, semiconsciente, bien follada-suelta una risita-me sorprende cada día más, amo-posa su pequeña mano en mi rodilla y la frota, es una caricia inocente, pero mi pene vuelve a hincharse-.
-¿Eso es bueno o es malo?
-Es condenadamente malo para mi salud, corazón-voltea la cabeza y atrae mi rostro al suyo, deposita un suave beso en mis labios-.
-Podemos salir a caminar en un rato, si quieres-propongo-.
-¿Eres consciente de que no puedo moverme de cansancio? Una no se corre así de fuerte sin que eso le pase la factura, Louis.
-Está bien, niña. Sólo era una sugerencia-le digo, muerdo su cuello y estiro un brazo para alcanzar mi shampoo-.
Dejo caer un chorro, froto las palmas y esparzo el líquido sobre su cuero cabello, masajeándola por todas partes. Ahora va a oler a eucalipto y limón. Lyla gime. Aclaro el shampoo y nos quedamos dentro de la bañera hasta que el agua comienza a enfriarse.
La envuelvo en una mullida toalla y esta vez, me deja tomarla en brazos para que la lleve a la cama. Le seco el cabello, y lo cepillo, es tan hermoso, saludable y largo. Cuando termino, es el turno de sus muñecas, trasero y muslos.
-Ponte bocabajo-le digo, ella se vira suspirando-.
-Mima a mis pompas-murmura, riéndose-les encanta que las toques, de cualquier forma-menea el trasero, riendo también, empujo sus omóplatos para dejarla quieta. Esparzo la crema calmante sobre la piel sonrosada y cuando termino, beso sonoramente una mejilla y Lyla respinga-¡Coquillas!
-Dios-volteo los ojos, mientras la cubro hasta las caderas con un edredón-definitivamente no puedo tocarte sin que saltes-ella se ríe otra vez-.
-No, porque cuando me tocas es extremadamente…-hace una pausa, buscando las palabras-no lo sé, lo siento en todas partes. Y ya sabes lo que dicen de los cosquillosos…
-Están llenos de zonas erógenas-completo-los dices todo el tiempo-riego besos por toda su espalda, su piel se eriza-yo no he dicho que no me guste que tengas cosquillas. Adoro tus cosquillas-adoro todo de ti-.
Sus muñecas están al rojo vivo por tirar de las esposas. Es mi marca, y no lo lamento en absoluto. Además ella cree que son sexys. Esparzo pomada por la piel enrojecida con delicadeza, me encanta hacer esto, me encanta ocuparme de ella, cuidarla, mimarla.
-Ahora un cuento-le digo, entrando en la cama, junto a ella-.
Lyla entreabre los ojos y me da una saciada y lánguida sonrisa. Se estira y me besa, primero todo es un simple roce, un masajeo, pero luego, se abre paso a través de mis labios y penetra en mi boca con su lengua, hundo mis manos en su cabello húmedo, acercándola más, profundizando el beso, hasta que nos quedamos sin respiración.
Reparto besos por su rostro, cuello y clavícula. Ella solo enreda las piernas con las mías y se queda profundamente dormida. Yo aprovecho para ir a arreglar el desastre que dejamos en la cocina. Me envuelvo en un albornoz y salgo, con una sonrisa idiota en los labios.
C’est la vie, c’est l’amour.
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Casi necesito una grúa para conseguir levantar a Lyla. ¡Dios, duerme tan profundamente, que ni si fuera el fin del mundo, despertaría! Yo preparo el desayuno hoy, consistente en café negro y tostadas con mantequilla. Seriamente se está convirtiendo en una mala influencia para mí.
-¡Mierda, mierda, mierda!-Lyla se queja por lo bajo, mientras salta para entrar en sus, ¿leggins?, por toda la habitación. Se calza el primer par de zapatos que encuentra y corre a la cocina-.
Odia llegar tarde, pero necesita comer algo, y sé que va directo al refrigerador en busca de una ciruela o algo de eso. Y no lo voy a permitir, tiene que comer los carbohidratos y el azúcar necesarios para que su cerebro se active.
-Siéntate conmigo a desayunar-le pido, con ojos de cachorrito, sé que puedo con ella poniendo esta cara-te prepare el desayuno-utilizo mi voz melosa, ella entorna la mirada hacia mí-.
-Hmm. Está bien-se sienta en una butaca. Con el talón, arrastro su asiento hasta que nuestros muslos se tocan y apreso el lóbulo de su oreja entre los dientes-.
-¿Estás pensando en lo de ayer?-le susurro, lamiendo la piel sensible y luego soplando, ella asiente, removiéndose en su asiento-¿estás excitada?-vuelve a asentir y traga saliva-.
-N-no tenemos tiempo…-musita, cierra los ojos cuando poso mi mano entre sus muslos y la acaricio suavemente-.
-Ya lo sé. Pero ten en mente que al volver, haremos los deberes-me aparto y muerdo una tostada-.
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La nueva ropa le sienta de maravilla. Tiene puesto leggins y mocasines negras, una camisa celeste que sobre sale un poco del dobladillo del sweater de hilo, también negro y bufanda gris pálido. Su largo cabello castaño brilla y cae suelto en ondas hasta la mitad de su espalda, enmarcando su rostro. Es sexy, muy sexy, aunque sé que ese no es el efecto que desea causar, porque esta mañana realmente se puso lo primero que encontró. Creo que por eso está toda de negro.
-¡Es fabuloso verlos!-Verónica se materializa ante nosotros en el estacionamiento de Peterhouse-¡Hola!
-Hola, chica, ¿cómo estás?-inquiere Lyla, dándole un abrazo-.
-Oh, bien, ya sabes, solo quería saber qué van a hacer en vacaciones Semana Santa-habla rápidamente, sólo como ella sabe hacerlo-porque-alarga la palabra-pensaba invitarlos a ambos a la casa de mis padres en Escocia, ya sé, ahí hace más frío que aquí, pero será divertido, ¿qué dicen?-termina de hablar y me sorprende que no jadee-.
-Uh, lo siento, nena, pero voy a ir a Londres-parpadeo cuando escucho eso, ¿qué?-.
-Ow, qué pena-Verónica hace un puchero y Lyla se ríe-.
Frunzo los labios, ¿Londres? Espero que sea broma, que lo haya dicho para no hacer sentir mal a V, porque vamos a quedarnos en Cambridge. Juntos. Verónica se marcha diciendo que ve a Lyla en quince minutos.
-¿Sería demasiado pedir que me lo expliques?-Lyla me mira recelosa, advirtiendo la ira contenida de mi voz-.
-¿Sería demasiado pedir que no te pongas así?-inquiere a su vez, y se pasa la lengua por los labios-mira, ayer recibí un mensaje de mi hermano diciendo que vendrá con su nueva novia a pasar las vacaciones de primavera, así que deja de comportarte como un cavernícola con ese tono de voz y mirada asesina, Louis.
Entorno los ojos y respiro profundamente, contando hasta diez.
-De todos modos, ¿cuándo pensabas decírmelo?-ella se encoje de hombros-.
-Cuando se presentara la oportunidad-dice, completamente relajada-.
-¿Cuándo te marchas?
-Tal vez pasado mañana. ¿Acaso debería pedirte permiso por escrito, amo?-condenada mujer. Está logrando hacerme enojar-.
-No, pero se supone que somos pareja, creo que por lo menos tendrías que haberlo comentado-le digo fríamente, ella me mira ofendida-.
-¡En eso estaba cuando me esposaste para luego follarme en la mesa de la cocina!-exclama ella, volteándose y se aleja, pisoteando hacia la entrada-.
¿Ahora se supone que es mi culpa? ¡Ja! Simplemente pudo habérmelo dicho esta mañana en el desayuno, o en lugar de cantar estridentemente Sex On Fire con la radio en el auto esta mañana. No tiene justificación que esté tan ofendida. Mi disgusto, en cambio, tiene motivos: va a irse en dos días, no me lo consulto, ni siquiera me lo comentó y no iba a enterarme de esto si no se lo contaba a su amiga.
Doy dos zancadas y la tomo del codo.
-¿A dónde crees que vas?-ella me mira con el infierno ardiendo en sus ojos negros, trata de huir de mi agarre, sin éxito-.
-Voy tan lejos de tu conducta irracional y de ti, como pueda-me gruñe, todavía forcejeando, le doy una sonrisa tensa-.
-¿Irracional?-frunzo los labios-¿Crees que esto es un juego? No, no lo es. Eres mía ahora-para reforzar mi punto con mi otra mano expongo la marca de las esposas, que hoy son rosadas-y me gustaría que, como mínimo, si no me respetas como amo, me respetes como tu pareja y me comentes qué piensas hacer-sus labios forman una línea y me mira fijamente-.
-¡Lo iba a hacer! ¡No iba a simplemente desaparecer!-levanta la voz a medida que habla-.
-¿Ah, sí? ¿Cuándo? ¿Mediante una nota el miércoles por la mañana?-mi tono es tan sarcástico, que ella luce como si se acabara de tragar ácido sulfúrico. Entorna los ojos-.
-¡Eres el rey del drama! Se nota que no has comenzado a conocerme siquiera, Louis-en su voz hay dolor-.
-Voy a disfrutar castigándote por esto, sumisa-canturreo en su oído, antes de liberarla y marcharme en dirección contraria-.
Ya no hay escarcha por todos lados, sino humedad. El sol hace su aparición por unos segundos antes de volver a desparecer detrás de densas nubes grises. Estoy acostumbrado a lidiar con esto, con que no haya sol, con que llueva, porque son cosas sobre las que no tengo control. Pero me sobrepasa, que una chiquilla de diecinueve años me haga perder los estribos, que no sea capaz de madurar de una vez y decirme lo que piensa hacer. De que no sea capaz de aceptar que me pertenece ahora. Y que necesito tener control sobre ella, sobre sus acciones.
El día pasa velozmente, boom, y ya es la hora de almorzar.
Recibo un mensaje de Lyla.
12:03 p.m. Voy a almorzar con V.
Traducción: no quiero verte.
Frunzo los labios y voy a buscarla a su clase, no está, voy a la cafetería y tampoco se encuentra ahí.
Mi nivel de frustración crece.
Termina la hora del almuerzo y la espero en la puerta de su siguiente clase. Cuando ya no hay nadie en el pasillo, la veo caminando con Verónica, se están riendo, ambas tienen gafas de ver puestas y libros bajo los brazos. Todo apunta a que estaban en la biblioteca. ¿Por qué no se me ocurrió buscarla ahí?
La expresión de su rostro se vuelve fría cuando me ve recostado casualmente al costado de la puerta. V nos mira a ambos y su rostro denota incomodidad. Lyla le toca el brazo a Verónica, le dice algo, la rubia asiente y se adelanta, cuando pasa a mi lado me envía una mirada asesina, luego cierra la puerta detrás de ella.
-Tengo clases ahora-dice Lyla, a una considerable distancia-.
-Yo también-contesto encogiéndome de hombros-.
Voltea los ojos y a paso rápido camina hasta la puerta, pero antes de que su mano tome la perilla, tiro de ella y la atraigo a mi cuerpo, choca contra mi pecho con fuerza.
-¡Déjam…!-no le da tiempo de protestar porque cubro su boca con la mía-.
Tomo su cabello en puños con fuerza y gime. Aprovecho para asaltar su boca con la lengua. El libro cae al suelo, clava sus dedos en mis hombros y se pega a mí. Chupa mi lengua y me roba el aliento. ¡Se suponía que yo iba a dominar este beso! Muerdo su labio inferior y lo alivio dándole lametazos suaves. La batalla de voluntades es dejada de lado y solo nos besamos. La sangre arde en mis venas y viaja hacia el sur.
Retira su boca de la mía, besa mi cuello mientras enreda los brazos a mi cintura y hunde el rostro en mi pecho. Yo acaricio su cabello, lo peino con los dedos y coloco la cabeza sobre la suya.
-Lo siento-me dice-lo olvidé. Iba a decírtelo. No veo a Adam desde hace un año y ayer me envió esos mensajes…-levanto su rostro, veo la sinceridad en sus ojos negros-.
Me pongo en su lugar; llevamos dos semanas con esto, ella no está completamente acostumbrada a hacer lo que yo espero de ella. Vivió sola por casi un año y es independiente. Tengo que ser paciente, además, de los errores se aprende. Y yo voy a tratar de no perder la cabeza por insignificancias.
-También lo siento, me comporté como un imbécil total contigo esta mañana. Estuvo mal, ¿me perdonas, nena?-ella sonríe un poco, pero sigue teniendo esa mirada dolida que odio-.
Me odio por haberla herido.
-Sí-afirma en un hilo de voz-tú perdóname a mí-se pone de puntillas y roza mis labios-.
-No tengo nada que perdonarte. Lo olvidaste, porque no puedes resistirte a mis encantos-ella voltea los ojos y se ríe. Me pongo serio-¿Estamos bien?-Lyla asiente-.
-En realidad, iba a invitarte a ir conmigo. ¿Te gustaría? Quiero decir, vas a tener que conocer a mi familia-abro bien los ojos-.
-¿Quieres que conozca a tu familia?-pregunto pasmado-.
-Bueno, ¿tú quieres?-frunzo los labios-.
-Bueno-alargo la palabra-eso sería llevar la relación al siguiente nivel…-dejo la frase sin terminar-.
-Oh-dice, bajando la mirada-si no estás listo todavía…
-Tú también tendrás que conocer a mi familia-interrumpo ella abre la boca y luego la cierra-.
-Oh-repite-¿qué exactamente significa eso?-sus ojos me miran abiertos y grandes-.
-Creo que ya que vamos a vivir juntos y voy a conocer a tu familia, eso sería pasar al siguiente nivel-y voy a poder decirte que te amo, si es que tengo las pelotas suficientes para hacerlo en algún momento-.
-¿En qué consiste el siguiente nivel?-pregunta-.
-En que todas mis hermanas y mi mamá van a agregarte a Facebook. Ahora que lo pienso, no somos amigos en Facebook-ella resopla y yo le doy un casto beso-.
-¡Louis, tengo clase!-beso su cuello, respinga y se ríe-.
-¡Está bien!-la suelto a regañadientes y recojo su libro-.
Me lanza un beso antes de cerrar la puerta.
hearmeroar
Re: Master |Louis Tomlinson| Hot. «Terminada»
Bueeeeeeno, ahí tienen el capitulo, espero que lo disfruten.
Dil, Karen, Mar y Chloe, gracias por comentar, yo tampoco puedo creer que ya va a terminar. ¡Enjoy it, babes!
Sigo escribiendo.
¡Zas! ¡Zas! XO
Dil, Karen, Mar y Chloe, gracias por comentar, yo tampoco puedo creer que ya va a terminar. ¡Enjoy it, babes!
Sigo escribiendo.
¡Zas! ¡Zas! XO
hearmeroar
Re: Master |Louis Tomlinson| Hot. «Terminada»
Oh! Me encantaa! Louis va a conocer su familia!
Amo esta nove! Es genial!
Me encantó el cap! :D
Seguilaaa! ;)
:bye:
Amo esta nove! Es genial!
Me encantó el cap! :D
Seguilaaa! ;)
:bye:
ᴍᴀʀ.
Re: Master |Louis Tomlinson| Hot. «Terminada»
No puedo creer q ya falte poco. SEGUNDA TEMPORADA?!?!??! OMG cuantas sorpresas
Siguela
Siguela
EliDirectioner12
Re: Master |Louis Tomlinson| Hot. «Terminada»
I'm in completely K.O. Simplemente perfecto lo ame fue tan jdndksmsmwk Lou ama a Lyla y esta ya casi por decirlo ,esto es tan tan... Tan no se emocionante (? Besos linda sigue pronto
Chloe
Re: Master |Louis Tomlinson| Hot. «Terminada»
Holaaa! Nueva lectora, bueno leo tu nove hace un tiempo... siento no haber comentado, mi única escusa, mi compu esta so crazy y anda horriblemente mal, bueno andaba ya la he enviado a reparar, por eso me conectaba del cel, y eso una porqueria suprema,se que no tengo justificación, soy una terrible lectora.Peeeeero, te pido mil disculpas por eso.
Bueno, que puedo decir, la novela es una de las mejores que eh leído, en serio es como que tiene un poco de todo, y para que mentir, lo perver me puede totalmente, si soy una loquilla lo sé. Really, me encanta!
Ya no puedo esperar al proximo cap... no puedo creer que falta tan poquito para el final, lo bueno es que tu tienes un gran y hermoso corazón y harás segunda temporada -Te amo por eso-ya quiero saber que pasa, estoy super ansiosa!
Bueno, siguela cuando puedas si? x.
Bueno, que puedo decir, la novela es una de las mejores que eh leído, en serio es como que tiene un poco de todo, y para que mentir, lo perver me puede totalmente, si soy una loquilla lo sé. Really, me encanta!
Ya no puedo esperar al proximo cap... no puedo creer que falta tan poquito para el final, lo bueno es que tu tienes un gran y hermoso corazón y harás segunda temporada -Te amo por eso-ya quiero saber que pasa, estoy super ansiosa!
Bueno, siguela cuando puedas si? x.
CammStylesSexyCarrot
Re: Master |Louis Tomlinson| Hot. «Terminada»
Ya va a terminaaaarr!!!
No lo puedo creer!!
Pero habraaaa segunda temporada
Me encantooooo el capitulooooooooo
Tienes que seguirla cuanto antes
Besiiiitooss
:bye:
No lo puedo creer!!
Pero habraaaa segunda temporada
Me encantooooo el capitulooooooooo
Tienes que seguirla cuanto antes
Besiiiitooss
:bye:
karencita__mb
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