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Clash - Nicholas Jonas & Tu (Adaptación) - TERMINADA!
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: Clash - Nicholas Jonas & Tu (Adaptación) - TERMINADA!
Valeefor1D ツ escribió:Aaaaaaaaaaaaa!
Yo cuando lei esa parte grite, llore! :lloro: :wut:
Maldito hijo de bitch! el que golpeo a Nick! :x
Dios!
Esto se va a poner bueno en cierto modo!
Pero malo por el otro!
Ahi dios, ahi dios, me va a dar algo con tantas emociones! :calor:
Bueno
Siguela
Besos xx.
VALENTINA "CHICA MALA CHILENA" *-*
Lo sé, es un gran susto el que nos llevamos!
Pero bueno, solo quedo en eso un susto!
& si vienen sentimiento encontrados! ;)
Nos estamos leyendo chica mala! *.*
\^.^/
Ya la Sigo! ;)
X
:bye:
HeyItsLupitaNJ
Re: Clash - Nicholas Jonas & Tu (Adaptación) - TERMINADA!
PE...... PERO VERDAD QUE NO SE MUERE?????...
AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHH!!
NICK!!!!... REACCIONAAA!!!!
AAAAAAAAAAAAAAAII QUE NO LE PASE NADAAA PORFIISSS
AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHH!!
NICK!!!!... REACCIONAAA!!!!
AAAAAAAAAAAAAAAII QUE NO LE PASE NADAAA PORFIISSS
chelis
Re: Clash - Nicholas Jonas & Tu (Adaptación) - TERMINADA!
• CAPITULO 15 (Parte 2) •
Correr a través de una sala de emergencia, mientras que una persona que amaba era transportado a la parte delantera de la línea debido a sus heridas, era un episodio que no quería volver a repetir en mi vida. Metiéndolo de prisa en una habitación, se me ordenó permanecer fuera de la sala de espera.
Dos guardias de seguridad tuvieron que ser llamados cuando le dije a una enfermera amarga que iba a ir, eh-hmm. Me echaron una mirada, enloquecidos y preocupados de mi mente, y me dejaron ir con una advertencia.
Paseándome a través de la sala de espera, tuve que luchar contra el impulso de al menos un centenar de veces a empujar más allá al guardia de seguridad que claramente, había sido instruido para mantener un ojo en mí. Mi teléfono sonó cada minuto ya que todos los conocidos y amigos de Nicholas querían saber cómo estaba.
Lo apagué después de diez minutos. ¿Qué podía decirles? ¿Lo habían secuestrado a una sala de emergencia, mientras que más médicos se precipitaron en su habitación que en un campo de golf en una mañana soleada de sábado? Para darles a alguno de ellos una respuesta a cómo Nicholas estaba, yo o tendría que mentir o admitir cosas que no estaba segura de poder admitir.
Así que me paseaba. Me mordí las uñas hasta reducirlas a nada. Me dolía en cada lugar que no me di cuenta que podría doler. Pero yo no me dejaría pensar, o reflexionar, o considerar cualquiera de las muchas cosas que me romperían si las dejara entrar ahora mismo. Apenas me mantenía en la espera, comportándome como nada mejor que un animal enjaulado, si dejara entrar cualquiera de las emociones acumuladas, ningún frasco de tranquilizante podría someterme.
Podría haber pasado quince minutos, podría haber sido quince horas, pero cuando el rostro serio del doctor se encaminó hacia la sala de espera, con sus ojos cambiando en mi camino, parecía haberle tomado toda una vida cruzar la habitación hacia mí.
—Entiendo que usted de alguna manera está relacionada con el señor Jonas —dijo, cruzando los brazos. Él no estaba cubierto de sangre, así que me aseguré que era una buena señal.
—Sí —dije, mi voz ronca. Yo estaba relacionada con él en todos los sentidos que una persona puede estar sin el vínculo de parentesco por consanguinidad.
—Sufrió una conmoción cerebral por el impacto —empezó a decir mientras mis entrañas se retorcieron—. Lo he puesto en un coma médicamente inducido para darle a su cerebro y su cuerpo la oportunidad de sanar, pero no vamos a saber el alcance total de los daños hasta que se despierte.
Me tragué la bilis en la garganta. —¿Está bien? —mi voz apenas un susurro.
—Está vivo —corrigió el doctor—. No sé si está bien hasta que despierte. Hasta entonces, tiene que tomarlo con calma y descanso.
Una enfermera asomó la cabeza por la esquina. —Doctor — interrumpió ella—, tenemos una herida de bala en el estómago entrando.
Dándole un movimiento de cabeza por encima del hombro, empezó a retroceder. —Le hemos trasladado hasta el quinto piso. Puede ir a verlo ahora, si quiere.
—Gracias —le dije mientras él se fue corriendo, ¿Por qué, que más se le puede ofrecer a la persona que había ayudado a quien amabas? Siguiendo las señales que llevaban hasta el ascensor, apreté el botón del quinto piso, seguido por un trío de golpes sobre el botón de "cerrar puerta". Mis piernas rebotaban, mi respiración estaba contenida, mis dedos toqueteaban la barandilla del ascensor. Mi ansiedad se manifestaba de una manera híper activa, el instante en que las puertas se abrieron, salí volando, corriendo hacia la estación de las enfermeras.
—¿Disculpe? —pregunté, mi voz sonaba tan exaltada como el resto de mi cuerpo se sentía—. ¿Podría decirme a qué habitación fue llevado Nicholas Jonas? —No esperé a que la mujer de mediana edad, levantara la vista de su carta antes de preguntar.
Cuando lo hizo, la sonrisa que le había ganado aquellas arrugas regresó a su posición. Tal vez la razón por la que era una enfermera de quinto piso era porque era cinco veces más calida que las enfermeras amargas en la sala de emergencias. —Él fue llevado a la 512 —dijo, señalando al final del pasillo a la derecha—. Puedes ir a verlo ahora mismo. Sólo asegúrate de que tenga mucha tranquilidad y descanso, ¿Está bien, hun?
—De acuerdo. Lo haré —le dije, envolviendo mis brazos alrededor de mi estómago—. El doctor dijo que lo puso en estado de coma para que su cerebro pudiera sanar. ¿Alguna idea de cuándo va a despertar?
Había cerca de un millón de preguntas que tenía ahora que no pensé en preguntarle al médico cuando se encontraba en frente de mí.
—Podría ser la próxima semana —dijo, encogiéndose de hombros—. Podría ser en una hora. El cerebro es una cosa difícil que tiene una mente propia. —Sonrió por su pequeño juego de palabras—. A los doctores les gusta pensar que pueden mandarle a cumplir sus órdenes, pero en mi experiencia, el cerebro gana cada vez.
¿Por qué no todo el personal médico era realista y honesto como ésta lo era? —Suena muy... no concluyente.
—Hun, cada vez que se habla del cuerpo humano o el cerebro, siempre es no concluyente.
No es exactamente lo que necesitaba oír en este momento, pero prefería tomar la dura verdad sobre una mentira que me haga sentir mejor en cualquier momento.
—Gracias —le dije, saludando mientras me dirigía por el pasillo.
—Avísame si necesitas cualquier cosa —gritó detrás de mí.
La habitación 512 estaba en el otro extremo del pasillo y cuanto más me acercaba, más lejos parecía estar la habitación. Esta noche, todo parecía una loca versión de Alicia en el País de las Maravillas.
Deslizándome en el interior de la habitación, cerré la puerta silenciosamente detrás de mí. En cuanto a él estaba en la cama, justo como me lo imaginaba, podía fingir que dormía en su propia cama. Pero entonces, el pitido del monitor de ritmo cardíaco y el olor a antiséptico del hospital me trajeron de nuevo a la realidad.
No tenía aversión a los hospitales como la mayoría de la gente. Para mí, eran lugares en donde los seres queridos tenían al menos la esperanza de ser sanados. Cuando John había recibido un disparo, el único lugar para llevarlo fue al médico examinador.
Nicholas se encontraba allí, su corazón latiendo a cada segundo. Eso significaba que estaba vivo y tenía una oportunidad de luchar. Había esperanza.
Me acerqué a los pies de la cama, le miré fijamente. Si no fuera por la bata de hospital y los cables y tubos que serpentean a través de su cuerpo, parecía que no pertenecía aquí. No había heridas cosidas, sin marcas manchadas de negro y azul, sin soportes para huesos rotos. Todo en la superficie era perfecto, pero lo que estaba pasando dentro de su cerebro era la verdadera amenaza.
Sabía más sobre las conmociones cerebrales que cualquiera que no fuera médico debería saber. Observando cientos de juegos en mi vida, había visto una parte justa de chicos golpeados sin sentido. John había tenido la suerte de escapar del aparente rito de conmoción cerebral, pero muchos de sus compañeros de equipo no lo habían hecho. La mayoría se recuperó con poco o ningún efecto a largo plazo. Pero algunos, los nombres y rostros que estaban a la vanguardia de mi mente ahora, habían cambiado para siempre. Esas almas menos afortunadas nunca volverían a caminar sobre un campo de fútbol de nuevo, y un par no podía siquiera levantar una cuchara a la boca, y mucho menos golpear una pelota de fútbol.
La comprensión de que esto era lo que potencialmente Nicholas se enfrentaría en su cerebro hizo que mi cuerpo se debilitara. Arrastrando los pies por un lado de la cama, me dejé caer sobre el borde de ella, agarrando su mano en la mía.
Esto es lo que ocurre cuando no se hace caso de la advertencia que la vida te lanza escuchando esa voz en tu cabeza que te dice que alguien iba a salir herido si no dejas de luchar contra la naturaleza.
Nicholas y yo habíamos estado viajando como un tren fuera de control y Nicholas se llevó la peor parte del impacto cuando el tren se estrelló contra la pared. Sabía cuándo y si Nicholas salía de esto, podríamos intentar reconstruir todo, pero no pasaría mucho tiempo antes de golpear otra pared. Y después de caer a pedazos de nuevo, nos gustaría romper con la próxima crisis hasta que finalmente, no quede nada de lo que una vez había sido. No habría Nicholas. Ni ____(tn). Ni nosotros. Nada del amor que habíamos compartido. Sólo líos dispersos que nunca podrían ser fijos.
Mi mano retorcía con fuerza la de él, así que aflojé mis manos sobre él. Lo último que necesitaba era una amputación de la mano después de que haberle cortado la circulación mientras me preocupaba en la noche.
Yo sabía que no podía ir, pero también sabía que no podía quedarme. Y esto, la ironía cruel, era la suma de Nicholas y de nuestro tiempo juntos. Yo lo amaba, pero no debería. Confiaba en él, pero no era natural. Lo quería, pero no podía tenerlo.
Con nosotros, no era como si estuviéramos sufriendo de un mal caso de querer tener el pastel y comérselo también—tratábamos de hacer lo mejor de un plato de la torta vacía. No se puede crear algo de la nada y, si bien no era como si Nicholas y yo que no tuviéramos nada— éramos de la clase de gente que se pasaba la vida buscando algo—la vida nos ha dado un gran nada en el departamento de futuro. No había ningún lugar para ir, pero aquí mismo, uno de nosotros tiene que conocer y saludar a la muerte, si uno de nosotros no se separó del otro.
Yo sabía que no podía ser él, me había advertido en innumerables ocasiones que era incapaz de caminar lejos de mí. Así que tenía que ser yo. Tenía que ser la que se levantara, dar la espalda a este hombre, y nunca dejar de caminar.
Nunca me había enfrentado a algo con más miedo.
Maldita sea. Le apretaba la mano con fuerza de nuevo.
Aclarando mi garganta, traté de llevar las palabras a la superficie. Ellas no quisieron venir. Algo sobre el reconocimiento de la permanencia las mantenía embotelladas dentro.
Adiós. Sería la cosa más difícil que alguna vez tendría que decir, y lo más duro que me ha tocado vivir. Nicholas no era sólo mi primer amor. Él era mi amor para siempre. Pero demonios si las fuerzas de la naturaleza no se hubieran alineado en mi contra realmente sería capaz de pasar mi vida con esta persona.
Aún estaba atragantándome con la palabra, cuando los dedos de Nicholas se movieron en mi mano.
Salté de mi asiento. Mirando fijamente su mano, vi que volvía a la vida, sintiendo a través y alrededor mío. Ahora algo más se quedó atrapado en mi garganta: alivio.
Sus ojos parpadearon y al instante se abrieron, cayendo en nuestras manos entrelazadas. Siguiendo su mirada, no pude determinar qué dedos eran suyos y cuales eran míos. Otra pequeña evidencia para la teoría de Alicia en el país de las Maravillas ya que desde sus dedos eran ásperos, largos dedos de hombre y los míos eran delgados y suaves, todos dedos de chica. Nuestras manos se habían fundido en una sola, creando su propio Nicholas y ____(tn). La idea me hizo sonreír.
Sentí que sus ojos se movieron hacia arriba, esperando a que ellos me encontraran. Cuando lo hicieron, yo quería poner el mundo en llamas y verlo arder por negarse a dejarme tener a este hombre.
Sus ojos hicieron una mueca de confusión, mientras escaneaban la habitación.
Dos guardias de seguridad tuvieron que ser llamados cuando le dije a una enfermera amarga que iba a ir, eh-hmm. Me echaron una mirada, enloquecidos y preocupados de mi mente, y me dejaron ir con una advertencia.
Paseándome a través de la sala de espera, tuve que luchar contra el impulso de al menos un centenar de veces a empujar más allá al guardia de seguridad que claramente, había sido instruido para mantener un ojo en mí. Mi teléfono sonó cada minuto ya que todos los conocidos y amigos de Nicholas querían saber cómo estaba.
Lo apagué después de diez minutos. ¿Qué podía decirles? ¿Lo habían secuestrado a una sala de emergencia, mientras que más médicos se precipitaron en su habitación que en un campo de golf en una mañana soleada de sábado? Para darles a alguno de ellos una respuesta a cómo Nicholas estaba, yo o tendría que mentir o admitir cosas que no estaba segura de poder admitir.
Así que me paseaba. Me mordí las uñas hasta reducirlas a nada. Me dolía en cada lugar que no me di cuenta que podría doler. Pero yo no me dejaría pensar, o reflexionar, o considerar cualquiera de las muchas cosas que me romperían si las dejara entrar ahora mismo. Apenas me mantenía en la espera, comportándome como nada mejor que un animal enjaulado, si dejara entrar cualquiera de las emociones acumuladas, ningún frasco de tranquilizante podría someterme.
Podría haber pasado quince minutos, podría haber sido quince horas, pero cuando el rostro serio del doctor se encaminó hacia la sala de espera, con sus ojos cambiando en mi camino, parecía haberle tomado toda una vida cruzar la habitación hacia mí.
—Entiendo que usted de alguna manera está relacionada con el señor Jonas —dijo, cruzando los brazos. Él no estaba cubierto de sangre, así que me aseguré que era una buena señal.
—Sí —dije, mi voz ronca. Yo estaba relacionada con él en todos los sentidos que una persona puede estar sin el vínculo de parentesco por consanguinidad.
—Sufrió una conmoción cerebral por el impacto —empezó a decir mientras mis entrañas se retorcieron—. Lo he puesto en un coma médicamente inducido para darle a su cerebro y su cuerpo la oportunidad de sanar, pero no vamos a saber el alcance total de los daños hasta que se despierte.
Me tragué la bilis en la garganta. —¿Está bien? —mi voz apenas un susurro.
—Está vivo —corrigió el doctor—. No sé si está bien hasta que despierte. Hasta entonces, tiene que tomarlo con calma y descanso.
Una enfermera asomó la cabeza por la esquina. —Doctor — interrumpió ella—, tenemos una herida de bala en el estómago entrando.
Dándole un movimiento de cabeza por encima del hombro, empezó a retroceder. —Le hemos trasladado hasta el quinto piso. Puede ir a verlo ahora, si quiere.
—Gracias —le dije mientras él se fue corriendo, ¿Por qué, que más se le puede ofrecer a la persona que había ayudado a quien amabas? Siguiendo las señales que llevaban hasta el ascensor, apreté el botón del quinto piso, seguido por un trío de golpes sobre el botón de "cerrar puerta". Mis piernas rebotaban, mi respiración estaba contenida, mis dedos toqueteaban la barandilla del ascensor. Mi ansiedad se manifestaba de una manera híper activa, el instante en que las puertas se abrieron, salí volando, corriendo hacia la estación de las enfermeras.
—¿Disculpe? —pregunté, mi voz sonaba tan exaltada como el resto de mi cuerpo se sentía—. ¿Podría decirme a qué habitación fue llevado Nicholas Jonas? —No esperé a que la mujer de mediana edad, levantara la vista de su carta antes de preguntar.
Cuando lo hizo, la sonrisa que le había ganado aquellas arrugas regresó a su posición. Tal vez la razón por la que era una enfermera de quinto piso era porque era cinco veces más calida que las enfermeras amargas en la sala de emergencias. —Él fue llevado a la 512 —dijo, señalando al final del pasillo a la derecha—. Puedes ir a verlo ahora mismo. Sólo asegúrate de que tenga mucha tranquilidad y descanso, ¿Está bien, hun?
—De acuerdo. Lo haré —le dije, envolviendo mis brazos alrededor de mi estómago—. El doctor dijo que lo puso en estado de coma para que su cerebro pudiera sanar. ¿Alguna idea de cuándo va a despertar?
Había cerca de un millón de preguntas que tenía ahora que no pensé en preguntarle al médico cuando se encontraba en frente de mí.
—Podría ser la próxima semana —dijo, encogiéndose de hombros—. Podría ser en una hora. El cerebro es una cosa difícil que tiene una mente propia. —Sonrió por su pequeño juego de palabras—. A los doctores les gusta pensar que pueden mandarle a cumplir sus órdenes, pero en mi experiencia, el cerebro gana cada vez.
¿Por qué no todo el personal médico era realista y honesto como ésta lo era? —Suena muy... no concluyente.
—Hun, cada vez que se habla del cuerpo humano o el cerebro, siempre es no concluyente.
No es exactamente lo que necesitaba oír en este momento, pero prefería tomar la dura verdad sobre una mentira que me haga sentir mejor en cualquier momento.
—Gracias —le dije, saludando mientras me dirigía por el pasillo.
—Avísame si necesitas cualquier cosa —gritó detrás de mí.
La habitación 512 estaba en el otro extremo del pasillo y cuanto más me acercaba, más lejos parecía estar la habitación. Esta noche, todo parecía una loca versión de Alicia en el País de las Maravillas.
Deslizándome en el interior de la habitación, cerré la puerta silenciosamente detrás de mí. En cuanto a él estaba en la cama, justo como me lo imaginaba, podía fingir que dormía en su propia cama. Pero entonces, el pitido del monitor de ritmo cardíaco y el olor a antiséptico del hospital me trajeron de nuevo a la realidad.
No tenía aversión a los hospitales como la mayoría de la gente. Para mí, eran lugares en donde los seres queridos tenían al menos la esperanza de ser sanados. Cuando John había recibido un disparo, el único lugar para llevarlo fue al médico examinador.
Nicholas se encontraba allí, su corazón latiendo a cada segundo. Eso significaba que estaba vivo y tenía una oportunidad de luchar. Había esperanza.
Me acerqué a los pies de la cama, le miré fijamente. Si no fuera por la bata de hospital y los cables y tubos que serpentean a través de su cuerpo, parecía que no pertenecía aquí. No había heridas cosidas, sin marcas manchadas de negro y azul, sin soportes para huesos rotos. Todo en la superficie era perfecto, pero lo que estaba pasando dentro de su cerebro era la verdadera amenaza.
Sabía más sobre las conmociones cerebrales que cualquiera que no fuera médico debería saber. Observando cientos de juegos en mi vida, había visto una parte justa de chicos golpeados sin sentido. John había tenido la suerte de escapar del aparente rito de conmoción cerebral, pero muchos de sus compañeros de equipo no lo habían hecho. La mayoría se recuperó con poco o ningún efecto a largo plazo. Pero algunos, los nombres y rostros que estaban a la vanguardia de mi mente ahora, habían cambiado para siempre. Esas almas menos afortunadas nunca volverían a caminar sobre un campo de fútbol de nuevo, y un par no podía siquiera levantar una cuchara a la boca, y mucho menos golpear una pelota de fútbol.
La comprensión de que esto era lo que potencialmente Nicholas se enfrentaría en su cerebro hizo que mi cuerpo se debilitara. Arrastrando los pies por un lado de la cama, me dejé caer sobre el borde de ella, agarrando su mano en la mía.
Esto es lo que ocurre cuando no se hace caso de la advertencia que la vida te lanza escuchando esa voz en tu cabeza que te dice que alguien iba a salir herido si no dejas de luchar contra la naturaleza.
Nicholas y yo habíamos estado viajando como un tren fuera de control y Nicholas se llevó la peor parte del impacto cuando el tren se estrelló contra la pared. Sabía cuándo y si Nicholas salía de esto, podríamos intentar reconstruir todo, pero no pasaría mucho tiempo antes de golpear otra pared. Y después de caer a pedazos de nuevo, nos gustaría romper con la próxima crisis hasta que finalmente, no quede nada de lo que una vez había sido. No habría Nicholas. Ni ____(tn). Ni nosotros. Nada del amor que habíamos compartido. Sólo líos dispersos que nunca podrían ser fijos.
Mi mano retorcía con fuerza la de él, así que aflojé mis manos sobre él. Lo último que necesitaba era una amputación de la mano después de que haberle cortado la circulación mientras me preocupaba en la noche.
Yo sabía que no podía ir, pero también sabía que no podía quedarme. Y esto, la ironía cruel, era la suma de Nicholas y de nuestro tiempo juntos. Yo lo amaba, pero no debería. Confiaba en él, pero no era natural. Lo quería, pero no podía tenerlo.
Con nosotros, no era como si estuviéramos sufriendo de un mal caso de querer tener el pastel y comérselo también—tratábamos de hacer lo mejor de un plato de la torta vacía. No se puede crear algo de la nada y, si bien no era como si Nicholas y yo que no tuviéramos nada— éramos de la clase de gente que se pasaba la vida buscando algo—la vida nos ha dado un gran nada en el departamento de futuro. No había ningún lugar para ir, pero aquí mismo, uno de nosotros tiene que conocer y saludar a la muerte, si uno de nosotros no se separó del otro.
Yo sabía que no podía ser él, me había advertido en innumerables ocasiones que era incapaz de caminar lejos de mí. Así que tenía que ser yo. Tenía que ser la que se levantara, dar la espalda a este hombre, y nunca dejar de caminar.
Nunca me había enfrentado a algo con más miedo.
Maldita sea. Le apretaba la mano con fuerza de nuevo.
Aclarando mi garganta, traté de llevar las palabras a la superficie. Ellas no quisieron venir. Algo sobre el reconocimiento de la permanencia las mantenía embotelladas dentro.
Adiós. Sería la cosa más difícil que alguna vez tendría que decir, y lo más duro que me ha tocado vivir. Nicholas no era sólo mi primer amor. Él era mi amor para siempre. Pero demonios si las fuerzas de la naturaleza no se hubieran alineado en mi contra realmente sería capaz de pasar mi vida con esta persona.
Aún estaba atragantándome con la palabra, cuando los dedos de Nicholas se movieron en mi mano.
Salté de mi asiento. Mirando fijamente su mano, vi que volvía a la vida, sintiendo a través y alrededor mío. Ahora algo más se quedó atrapado en mi garganta: alivio.
Sus ojos parpadearon y al instante se abrieron, cayendo en nuestras manos entrelazadas. Siguiendo su mirada, no pude determinar qué dedos eran suyos y cuales eran míos. Otra pequeña evidencia para la teoría de Alicia en el país de las Maravillas ya que desde sus dedos eran ásperos, largos dedos de hombre y los míos eran delgados y suaves, todos dedos de chica. Nuestras manos se habían fundido en una sola, creando su propio Nicholas y ____(tn). La idea me hizo sonreír.
Sentí que sus ojos se movieron hacia arriba, esperando a que ellos me encontraran. Cuando lo hicieron, yo quería poner el mundo en llamas y verlo arder por negarse a dejarme tener a este hombre.
Sus ojos hicieron una mueca de confusión, mientras escaneaban la habitación.
:imdead: :imdead: :imdead: :imdead:
Nicholas que susto!
No vuelvas a distraerte en el campo!
:gasp: :gasp: :gasp: :gasp:
Ya verán que más pasa! u.u
Esto si se puede poner peor!
Disfruten del capi! ;)
\^.^/
Lu wH!;*
X
:bye:
HeyItsLupitaNJ
Re: Clash - Nicholas Jonas & Tu (Adaptación) - TERMINADA!
Aaaaaaaa!
Siguela!
Pero que sustote me dio el Nicho!
El cree que yo soy de acero! Pues no jovencito!
Usted me hace debilucha!
Oqno!
Andale siguila, o no te doy NUTELLA!
I know! I'am Bad-Girl
Kiss xx.
Valentina "Chica Mala Chilena! *-*
Siguela!
Pero que sustote me dio el Nicho!
El cree que yo soy de acero! Pues no jovencito!
Usted me hace debilucha!
Oqno!
Andale siguila, o no te doy NUTELLA!
I know! I'am Bad-Girl
Kiss xx.
Valentina "Chica Mala Chilena! *-*
Val x.
Re: Clash - Nicholas Jonas & Tu (Adaptación) - TERMINADA!
ahh que la rayuz se deje de tonterias!!! Y que vuelva con él!!
Nicholas nos distes un susto de muerte!!!
Siguela!!!
Nicholas nos distes un susto de muerte!!!
Siguela!!!
aranzhitha
Re: Clash - Nicholas Jonas & Tu (Adaptación) - TERMINADA!
EN SERIOOO CASII ME DA UN ATAQUEEE!!!!!....
DIJE QUE NO SE MUERAAAA!!!!..... SINO ME METO AL LIBRO Y LE DOI UNA PALIZA A _____ POR HACER QUE SE DISTRAIGAAA!!!!!
AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHH!!!
PERO ESTO ES UN MILAGROO!!!!
PARECE SER QUE NICK ES DURO DE MATAR!!!!!!....
AAAAAAAAAHHHH
PON OOTROOO
DIJE QUE NO SE MUERAAAA!!!!..... SINO ME METO AL LIBRO Y LE DOI UNA PALIZA A _____ POR HACER QUE SE DISTRAIGAAA!!!!!
AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHH!!!
PERO ESTO ES UN MILAGROO!!!!
PARECE SER QUE NICK ES DURO DE MATAR!!!!!!....
AAAAAAAAAHHHH
PON OOTROOO
chelis
Re: Clash - Nicholas Jonas & Tu (Adaptación) - TERMINADA!
perdió la memoria verdad? la perdió?
la rayiz tiene que dejar de pensar y analizar las cosas. No me faltan ganas de golpearla
siguelaaaaaaaaaaaaaa
la rayiz tiene que dejar de pensar y analizar las cosas. No me faltan ganas de golpearla
siguelaaaaaaaaaaaaaa
JB&1D2
Re: Clash - Nicholas Jonas & Tu (Adaptación) - TERMINADA!
NOOOOO VEEESS!! DE NUEVO !!
NOOO APARTE NO ME VA A RECORDAR DE SEGURO!!!
NOOOOO!!
MALDITA VIDA INJUSTA!!
PERO TE AMOOOOO!!
Y SI TAL VEZ ESTAS MEJOR Y DECIDES ESTARLO PUEDO HACER LO QUE TÚ ME PIDAS NICHOLAS!!
SOLO RESISTE!! UN POCO MAS Y ESTAREMOS BIEN!!
SIGUELAAAA!!!
NOOO APARTE NO ME VA A RECORDAR DE SEGURO!!!
NOOOOO!!
MALDITA VIDA INJUSTA!!
PERO TE AMOOOOO!!
Y SI TAL VEZ ESTAS MEJOR Y DECIDES ESTARLO PUEDO HACER LO QUE TÚ ME PIDAS NICHOLAS!!
SOLO RESISTE!! UN POCO MAS Y ESTAREMOS BIEN!!
SIGUELAAAA!!!
Pamm Jonas
Re: Clash - Nicholas Jonas & Tu (Adaptación) - TERMINADA!
Valeefor1D ツ escribió:Aaaaaaaa!
Siguela!
Pero que sustote me dio el Nicho!
El cree que yo soy de acero! Pues no jovencito!
Usted me hace debilucha!
Oqno!
Andale siguila, o no te doy NUTELLA!
I know! I'am Bad-Girl
Kiss xx.
Valentina "Chica Mala Chilena! *-*
:pokerface: :pokerface: :pokerface: :pokerface:
Ni me digas entre sustos y peleas estos dos también acaban conmigo!
JAJAJAJ Okey con esas amenazas ya la sigo! ;)
Nos estamos leyendo chica mala!
\^.^/
Ya la Sigo! ;)
X
:bye:
HeyItsLupitaNJ
Re: Clash - Nicholas Jonas & Tu (Adaptación) - TERMINADA!
aranzhitha escribió:ahh que la rayuz se deje de tonterias!!! Y que vuelva con él!!
Nicholas nos distes un susto de muerte!!!
Siguela!!!
:wut: :wut: :wut:
Lo sé, solo los hace sufrir a los dos...
Esperemos que pronto arreglen sus cosas!
:imdead: :imdead: :imdead:
A mi me paso lo mismo con el Nicho! u.u
Lo bueno que parece que ya esta bien!
\^.^/
Ya la Sigo! ;)
X
:bye:
HeyItsLupitaNJ
Re: Clash - Nicholas Jonas & Tu (Adaptación) - TERMINADA!
chelis escribió:EN SERIOOO CASII ME DA UN ATAQUEEE!!!!!....
DIJE QUE NO SE MUERAAAA!!!!..... SINO ME METO AL LIBRO Y LE DOI UNA PALIZA A _____ POR HACER QUE SE DISTRAIGAAA!!!!!
AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHH!!!
PERO ESTO ES UN MILAGROO!!!!
PARECE SER QUE NICK ES DURO DE MATAR!!!!!!....
AAAAAAAAAHHHH
PON OOTROOO
:wut: :wut: :wut:
Nos puso el mundo patas arriba el Nicholas con esto!
Esperemos que ya se ponga bien! ;)
Nos estamos leyendo!
\^.^/
Ya la Sigo! ;)
X
:bye:
HeyItsLupitaNJ
Re: Clash - Nicholas Jonas & Tu (Adaptación) - TERMINADA!
JB&1D2 escribió:perdió la memoria verdad? la perdió?
la rayiz tiene que dejar de pensar y analizar las cosas. No me faltan ganas de golpearla
siguelaaaaaaaaaaaaaa
:wut: :wut: :wut: :wut:
Imaginate si perdio la memoria!
& nunca la recupera! :(
Bueno ya verás que pasa! ;)
\^.^/
Ya la Sigo! ;)
X
:bye:
HeyItsLupitaNJ
Re: Clash - Nicholas Jonas & Tu (Adaptación) - TERMINADA!
Pamm Jonas escribió:NOOOOO VEEESS!! DE NUEVO !!
NOOO APARTE NO ME VA A RECORDAR DE SEGURO!!!
NOOOOO!!
MALDITA VIDA INJUSTA!!
PERO TE AMOOOOO!!
Y SI TAL VEZ ESTAS MEJOR Y DECIDES ESTARLO PUEDO HACER LO QUE TÚ ME PIDAS NICHOLAS!!
SOLO RESISTE!! UN POCO MAS Y ESTAREMOS BIEN!!
SIGUELAAAA!!!
JAJAJAJAJ
no te adelantes a los hechos! ;)
Aunque cualquier cosa puede pasar....
:wut: :wut: :wut: :wut:
Nos estamos leyendo! *.*
\^.^/
Ya la Sigo! ;)
X
:bye:
HeyItsLupitaNJ
Re: Clash - Nicholas Jonas & Tu (Adaptación) - TERMINADA!
• CAPITULO 15 (Parte 3) •
—Fuiste golpeado, Nicholas. Duro —le expliqué, agarrando su mano cuando fuerzas centrífugas trataban de separarnos. No aflojé, porque esta vez, su mano estaba agarrando la mía—. Te desmayaste, sufriste una conmoción cerebral, por lo que los médicos tuvieron que ponerte en un estado de coma para que tu cerebro pudiera ocupar su tiempo en recuperarse. —Hasta aquí el coma administrado. Pero no me debería haber sorprendido, Nicholas no se ajustaba a las normas sociales, un coma forzado sin ninguna expectativa.
—Recuerdo el golpe —dijo, echando mano a su cabeza—. El resto no tanto.
—Dios, Nicholas. Lo siento —dije, con la necesidad de decir mucho más.
—Lo sientes ¿por qué? —dijo, inspeccionando la IV que tenía en el brazo—. ¿Porque yo fuera tan tonto como para mirar en la dirección opuesta de las 300 libras mamma-jamma, las cual quería molerme en el césped artificial? Eso fue lo único malo de mí, ____(tn).
—Sí, pero nuestra pelea —le dije, arrastrándome más cerca de él cuando debería estar moviéndome en la dirección opuesta—. No habrías estado tan distraído si no hubiéramos peleado.
—____(tn). Nosotros peleamos. Estoy acostumbrado a eso. Claro, esta pelea fue la más espantosa que hemos tenido, pero ahora estás aquí. Eso es todo lo que importa. No importa cuántas peleas tengamos, o lo mucho que movamos la escala de Richter, nada de eso importa, siempre y cuando al final del día, todavía estés conmigo. Se removió en la cama, apuntalando sobre sus codos. —Y no estaba tan distraído por la pelea. Me distraje por esa bolsa D, estaba pensando en la tortura tan pronto como el juego terminara.
Sonriéndome, el color comenzó a llenar de nuevo su rostro. —Fue un infierno, tu lanzada de teléfono puso en marcha una espiral en el campo. Voy a empezar a llamarte brazo Láser Rocket. Si el entrenador vio eso, va a patear mi culo y te dejará en el lugar de mariscal titular.
Sonreí, en su antebrazo trazando el patrón sobre las líneas de su músculo y vena. —Si sigues recibiendo golpes como ese, estarás en la banca con seguridad, Jonas.
Resopló, como si no sólo creyera que era invencible, pero él lo sabía. Levantando la mano al cuello, buscó algo debajo de su ropa. Su expresión se cayó. —¿Dónde diablos está mi collar? —dijo, sentándose en la cama y buscando por la habitación.
—No creo que lo encuentres pegado en el techo —le dije cuando investigó los azulejos del techo blanco.
—¿Dónde está? —preguntó, con voz tensa.
—Nicholas —le dije, preocupada de que haya sido golpeado tan duro que todavía me tenía preocupada—, cálmate. Estoy segura de que está por aquí. Probablemente te la quitaron cuando entraste en la sala de emergencias y lo han metido en un cajón o algo así. Lo encontraremos.
—Está bien —dijo, exhalando—, tienes razón. Lo encontraremos. — Colapsó de nuevo en la cama, parecía agotado.
—¿Desde cuándo comenzaste a usar un collar? —pregunté, esperando que no fuera una enorme cadena de oro con algún águila del tamaño que cuelga de un tapacubos.
—Desde que empecé a tratar de ponerme las pilas —dijo.
—¿Y eso sucedió cuando? —bromeé, estrechando los ojos hacia él.
Se rió entre dientes, profundo y de esa forma suya que va directo a través de mí, vibrando en todo su recorrido. Como si fuera poco afilado, con la cara torcida.
—¿Qué? —le pregunté, dispuesta a presionar ese botón rojo que descansa sobre la mesa junto a la cama.
—Estaba soñando —dijo, sus ojos yendo a ese lugar lejano—. Lo recuerdo. Eso es lo que me despertó. —Uno de los lados de su rostro torcido hacia arriba—. Era el mismo sueño una y otra vez. Debo haberlo tenido mil veces y lo único que recuerdo es querer romper ese pesado sueño y despertar. Pero no podía. Algo me sujetaba. Algo me impedía despertar.
Eso probablemente tiene algo que ver con el equipo de médicos que le indujo el coma. El estado de coma que duró toda una hora.
—¿Qué era? —le pregunté, queriendo llegar a su interior y extraer todo el veneno que podía ver comiéndolo.
Sus oscuros ojos parpadearon hacia mí. —Tú.
Tragué saliva. —¿Yo? —Traté de parecer valiente, pero nunca había estado tan asustada—. ¿Qué estaba haciendo?
Yo ya sabía antes de que él se estremeciera por su respuesta.
—Te ibas —susurró, su brazo cubriendo su pecho—. Me dejaste. Y nunca volviste, no importa lo duro que corrí detrás de ti o lo fuerte que te rogué que te detuvieras. —Y podría haber sido las drogas, o la iluminación horrible en la habitación de hospital, pero por primera vez, los ojos de Nicholas parecían tener lágrimas—. Me dejaste.
Y ahora era mi cara y mi todo lo que hacía sonar como si mis palabras me fallaron. No era mi conciencia, lo que reaccionó, era mi corazón. El corazón que había estado privando por tanto tiempo y se había liberado.
En un movimiento sin fisuras, me encontraba a horcajadas sobre su regazo, cubriéndole la boca con la mía. Lo besé, Dios, como nunca lo había besado antes. No podía darle un beso, no era suficiente. Yo quería su boca para hacerme olvidar todo. Necesitaba olvidar la realidad por un tiempo y fingir que la vida iba a funcionar de la manera que quería.
Sus labios estaban quietos durante un segundo por debajo de los míos mientras procesaba qué demonios había sucedido, pero cuando volvió en sí, se movían contra los míos como si estuvieran tratando de consumir tanto como los míos a los suyos.
El monitor de frecuencia cardiaca arranco con latidos, nuestras bocas frenéticas en retirada y avanzando sobre la otra. Echándose hacia atrás, me arranqué la camiseta por encima de mi cabeza y mi top estaba saliendo y volando antes de que la sudadera cayera al suelo.
Las manos de Nicholas tomaron mi cara, tirando de mí hacia él, su lengua se abría paso en mi boca. Yo temblaba, sintiendo sus manos y su boca y el resto de su cuerpo, deseando, tomando, y recibiendo.
Una mano se arrastró por mi espalda, sin escatimar tiempo en liberar mi sujetador. Su respiración por primera vez, era casi tan desigual como la mía y la realidad tratando de poner una grieta en este sueño que participábamos activamente. No deberíamos estar haciendo esto ahora, por una docena de razones diferentes. Y no quería preocuparme por una sola de ellas ahora mismo.
Su boca moviéndome dentro y sobre mí no era suficiente para mantener a raya a la realidad.
Yo tenía que tener todo de él.
Alejándome por lo que esperaba que fuera la última vez, quité todo lo que aún me cubría mis piernas, los tobillos, y caían al suelo.
La respiración de Nicholas se aceleró otra vez mientras sus ojos me inspeccionaban. Desnuda, torturada y muerta por mi necesidad de él.
—Soy un bastardo afortunado —susurró, dándome una sonrisa mientras se apoyaba en los codos—. Y no hay manera de que vaya a dejar que nada se interponga en este camino. —Sus manos se deslizaron por mis caderas, doblando en la carne de mi espalda—. Pero ayúdame a quitarme este maldito vestido de hospital.
Sonreí, inclinándome hacia abajo y dejando que mis dedos trabajen en los nudos en la parte trasera de su vestido mientras mi boca se movía sobre los tendones y los músculos de su cuello. Su aliento pesado chocaba con mi cuerpo hacia arriba y hacia abajo en vez de su corazón. Me levanté con él, me quedé con él, siempre juntos.
Tirando del último lazo, deslicé el vestido hacia arriba y sobre sus brazos, tirando de él hacia arriba a través de las piernas y el cuerpo hasta que se había unido a mis ropas desechadas en el suelo.
Estaba funcionando. No sentía nada, sólo el aquí y ahora. No sentí nada, sólo Nicholas, su cuerpo, su amor y su necesidad.
Sus manos volvieron a mi espalda, levantándome y deslizándome hacia atrás. Podía sentirlo contra mí, a la espera de mi aceptación final. A juzgar para ver si esto era realmente el momento perfecto. El lugar y en el momento en que Nicholas y yo marcaríamos este último pasaje de la intimidad.
Yo estaba tan preparada para este momento que pude sentir que palpitaba cada uno de mis nervios con vida. —Tú sabes, el médico dijo que tenías que estar relajado y descansar —le dije, sonriéndole, donde su rostro lucía tan emocionado como torturado—. Yo no diría que esto cuenta como descanso y relajación.
Sus manos se deslizaron por mi cuerpo, rozando mis pechos y moldeando por debajo de mi mandíbula. Sosteniendo mi cara entre sus manos suaves, las líneas y los músculos de su cara alisada. —____(tn). Te amo. Esto es exactamente lo que necesito ahora. Al diablo con las órdenes del doctor.
El corazón me latía con tanta fuerza en mi pecho, mi esternón empezaba a doler. Esto fue todo. La luz verde. Sin embargo, también sabía en ese momento que había una luz roja en el horizonte y era por ese vistazo de cruel realidad que me levanté por encima de él.
—¿Esto? —Di a entender, apoyando las manos en su pecho. Su corazón empujaba contra mis manos.
Asintió con la cabeza, pasando sus dedos pulgares hacia abajo por mi mandíbula. —Esto.
Y luego me bajé sobre él, dejando que entrará todo lo que pudo. Gimió debajo de mí, mientras sus manos cayeron a mis caderas.
—¿Esto? —susurré, incapaz de apartarme mientras me movía encima de él otra vez.
Los dos dimos un respingo por la separación.
Sus dedos se cerraron en mis caderas, deslizándolas hacia abajo sobre él. El monitor de ritmo cardíaco realmente estaba gritando ahora, apenas capaz de mantenerse al día con Nicholas.
—Maldita sea esta cosa —susurró, cubriendo su frente mientras me movía encima de él otra vez. Buscando en su pecho, se arrancó los cables, tirándolos al piso. Hizo lo mismo con su IV.
—No —dijo, retorciéndose debajo de mí, moviéndose sobre mí hasta que tuve en mi espalda a su lado—. Que nada se interponga entre nosotros —dijo, acariciando mi cuello mientras se mecía sobre mí. Yo era vagamente consciente de que el monitor de frecuencia cardiaca gritaba algún tipo de advertencia, pero cuando las caderas de Nicholas sacudieron las mías, su gemido al perderse dentro de mí mientras me besaba al golpe que nuestras caderas creaban, no había nada más que él.
Su lengua se estremeció dentro de mí, seguida de sus caderas, mientras que armó todo su cuerpo contra el mío. No sólo me hacía el amor—me estaba poseyendo.
No había nada que quisiera más que él, nada de lo que no estaría dispuesta a sacrificar. De nada en mi vida me sentí más dependiente que de este hombre que se movía dentro de mí en todos los sentidos que una persona puede entrar en otra.
Separando su boca de la mía, su aliento pesado llegó hasta mi oreja. Podía sentir el brillo del sudor que cubría su rostro, mezclándose con el mío.
Moviéndose dentro de mí de nuevo, esta vez más profundo, casi grité. Estaba tan cerca que dudaba que iba a durar uno más. —No voy a dejarte ir, ____(tn) —susurró, con voz tensa—. No voy a dejar que te vayas. Eres mía —susurró, hundiendo sus dientes en mi oreja mientras sus caderas se estremecieron contra las mías una vez más.
Y eso fue todo. Mi cuerpo temblaba contra el suyo, mi mano alcanzando las barandas de metal para prepararme. Continuó moviéndose dentro de mí, su ritmo acelerado cuando mi cuerpo se tensó alrededor de él. Su mano se unió a la mía preparándose sobre la baranda y, mientras me siguió olvidando el camino de la realidad, sus dedos unidos a los míos, apretando su cuerpo antes de caer contra el mío.
—Maldita sea, ____(tn) —dijo, su cabeza subía y bajaba contra mi pecho.
Exactamente mis pensamientos. —¿Cómo te sientes? —pregunté, tratando de calmar mi ritmo cardíaco. No tenía nada de esto—. ¿Cómo está tu cabeza?
—Mi cabeza está bien —dijo, enrollando sus brazos alrededor de mi espalda—. Es mi maldito corazón que está a punto de reventar algo.
Me eché a reír, sintiéndome tan cerca de la euforia como un pesimista natural podría estar. Se incorporó, su risa vibrante en contra mí.
Y entonces la puerta explotó abriéndose, el rostro de la enfermera que entró corriendo con una expresión llena de preocupación.
Sus ojos se posaron en la máquina en primer lugar, a continuación, el culo desnudo de Nicholas descansaba sobre mí. Las arrugas de preocupación desaparecieron de su rostro cuando nos bendijo con una expresión muy paternal. Caminando hacia el monitor, apagó la cosa antes de que fuera a gritar para luego girarse y salir de la habitación.
—Por lo menos murió y fue al cielo —dijo en tono divertido antes de cerrar de nuevo, con nosotros en la habitación.
—Sí —dijo Nicholas en mi pecho, su risa regulándose—. ¡Por supuesto que lo hice!
—Lástima que nuestras vacaciones celestiales no duró un poco más de tiempo —le dije, pasando mis dedos por encima de su cabeza rapada.
Su cuerpo se tensó esperando mientras sentía la curva de su sonrisa en mi pecho. —¿Quién dice que no podemos hacer un viaje de regreso? —dijo, levantándose por encima de mí otra vez.
No tuve la oportunidad de responder—realmente—antes de que su boca y su cuerpo se movieran dentro de mí de nuevo.
—Recuerdo el golpe —dijo, echando mano a su cabeza—. El resto no tanto.
—Dios, Nicholas. Lo siento —dije, con la necesidad de decir mucho más.
—Lo sientes ¿por qué? —dijo, inspeccionando la IV que tenía en el brazo—. ¿Porque yo fuera tan tonto como para mirar en la dirección opuesta de las 300 libras mamma-jamma, las cual quería molerme en el césped artificial? Eso fue lo único malo de mí, ____(tn).
—Sí, pero nuestra pelea —le dije, arrastrándome más cerca de él cuando debería estar moviéndome en la dirección opuesta—. No habrías estado tan distraído si no hubiéramos peleado.
—____(tn). Nosotros peleamos. Estoy acostumbrado a eso. Claro, esta pelea fue la más espantosa que hemos tenido, pero ahora estás aquí. Eso es todo lo que importa. No importa cuántas peleas tengamos, o lo mucho que movamos la escala de Richter, nada de eso importa, siempre y cuando al final del día, todavía estés conmigo. Se removió en la cama, apuntalando sobre sus codos. —Y no estaba tan distraído por la pelea. Me distraje por esa bolsa D, estaba pensando en la tortura tan pronto como el juego terminara.
Sonriéndome, el color comenzó a llenar de nuevo su rostro. —Fue un infierno, tu lanzada de teléfono puso en marcha una espiral en el campo. Voy a empezar a llamarte brazo Láser Rocket. Si el entrenador vio eso, va a patear mi culo y te dejará en el lugar de mariscal titular.
Sonreí, en su antebrazo trazando el patrón sobre las líneas de su músculo y vena. —Si sigues recibiendo golpes como ese, estarás en la banca con seguridad, Jonas.
Resopló, como si no sólo creyera que era invencible, pero él lo sabía. Levantando la mano al cuello, buscó algo debajo de su ropa. Su expresión se cayó. —¿Dónde diablos está mi collar? —dijo, sentándose en la cama y buscando por la habitación.
—No creo que lo encuentres pegado en el techo —le dije cuando investigó los azulejos del techo blanco.
—¿Dónde está? —preguntó, con voz tensa.
—Nicholas —le dije, preocupada de que haya sido golpeado tan duro que todavía me tenía preocupada—, cálmate. Estoy segura de que está por aquí. Probablemente te la quitaron cuando entraste en la sala de emergencias y lo han metido en un cajón o algo así. Lo encontraremos.
—Está bien —dijo, exhalando—, tienes razón. Lo encontraremos. — Colapsó de nuevo en la cama, parecía agotado.
—¿Desde cuándo comenzaste a usar un collar? —pregunté, esperando que no fuera una enorme cadena de oro con algún águila del tamaño que cuelga de un tapacubos.
—Desde que empecé a tratar de ponerme las pilas —dijo.
—¿Y eso sucedió cuando? —bromeé, estrechando los ojos hacia él.
Se rió entre dientes, profundo y de esa forma suya que va directo a través de mí, vibrando en todo su recorrido. Como si fuera poco afilado, con la cara torcida.
—¿Qué? —le pregunté, dispuesta a presionar ese botón rojo que descansa sobre la mesa junto a la cama.
—Estaba soñando —dijo, sus ojos yendo a ese lugar lejano—. Lo recuerdo. Eso es lo que me despertó. —Uno de los lados de su rostro torcido hacia arriba—. Era el mismo sueño una y otra vez. Debo haberlo tenido mil veces y lo único que recuerdo es querer romper ese pesado sueño y despertar. Pero no podía. Algo me sujetaba. Algo me impedía despertar.
Eso probablemente tiene algo que ver con el equipo de médicos que le indujo el coma. El estado de coma que duró toda una hora.
—¿Qué era? —le pregunté, queriendo llegar a su interior y extraer todo el veneno que podía ver comiéndolo.
Sus oscuros ojos parpadearon hacia mí. —Tú.
Tragué saliva. —¿Yo? —Traté de parecer valiente, pero nunca había estado tan asustada—. ¿Qué estaba haciendo?
Yo ya sabía antes de que él se estremeciera por su respuesta.
—Te ibas —susurró, su brazo cubriendo su pecho—. Me dejaste. Y nunca volviste, no importa lo duro que corrí detrás de ti o lo fuerte que te rogué que te detuvieras. —Y podría haber sido las drogas, o la iluminación horrible en la habitación de hospital, pero por primera vez, los ojos de Nicholas parecían tener lágrimas—. Me dejaste.
Y ahora era mi cara y mi todo lo que hacía sonar como si mis palabras me fallaron. No era mi conciencia, lo que reaccionó, era mi corazón. El corazón que había estado privando por tanto tiempo y se había liberado.
En un movimiento sin fisuras, me encontraba a horcajadas sobre su regazo, cubriéndole la boca con la mía. Lo besé, Dios, como nunca lo había besado antes. No podía darle un beso, no era suficiente. Yo quería su boca para hacerme olvidar todo. Necesitaba olvidar la realidad por un tiempo y fingir que la vida iba a funcionar de la manera que quería.
Sus labios estaban quietos durante un segundo por debajo de los míos mientras procesaba qué demonios había sucedido, pero cuando volvió en sí, se movían contra los míos como si estuvieran tratando de consumir tanto como los míos a los suyos.
El monitor de frecuencia cardiaca arranco con latidos, nuestras bocas frenéticas en retirada y avanzando sobre la otra. Echándose hacia atrás, me arranqué la camiseta por encima de mi cabeza y mi top estaba saliendo y volando antes de que la sudadera cayera al suelo.
Las manos de Nicholas tomaron mi cara, tirando de mí hacia él, su lengua se abría paso en mi boca. Yo temblaba, sintiendo sus manos y su boca y el resto de su cuerpo, deseando, tomando, y recibiendo.
Una mano se arrastró por mi espalda, sin escatimar tiempo en liberar mi sujetador. Su respiración por primera vez, era casi tan desigual como la mía y la realidad tratando de poner una grieta en este sueño que participábamos activamente. No deberíamos estar haciendo esto ahora, por una docena de razones diferentes. Y no quería preocuparme por una sola de ellas ahora mismo.
Su boca moviéndome dentro y sobre mí no era suficiente para mantener a raya a la realidad.
Yo tenía que tener todo de él.
Alejándome por lo que esperaba que fuera la última vez, quité todo lo que aún me cubría mis piernas, los tobillos, y caían al suelo.
La respiración de Nicholas se aceleró otra vez mientras sus ojos me inspeccionaban. Desnuda, torturada y muerta por mi necesidad de él.
—Soy un bastardo afortunado —susurró, dándome una sonrisa mientras se apoyaba en los codos—. Y no hay manera de que vaya a dejar que nada se interponga en este camino. —Sus manos se deslizaron por mis caderas, doblando en la carne de mi espalda—. Pero ayúdame a quitarme este maldito vestido de hospital.
Sonreí, inclinándome hacia abajo y dejando que mis dedos trabajen en los nudos en la parte trasera de su vestido mientras mi boca se movía sobre los tendones y los músculos de su cuello. Su aliento pesado chocaba con mi cuerpo hacia arriba y hacia abajo en vez de su corazón. Me levanté con él, me quedé con él, siempre juntos.
Tirando del último lazo, deslicé el vestido hacia arriba y sobre sus brazos, tirando de él hacia arriba a través de las piernas y el cuerpo hasta que se había unido a mis ropas desechadas en el suelo.
Estaba funcionando. No sentía nada, sólo el aquí y ahora. No sentí nada, sólo Nicholas, su cuerpo, su amor y su necesidad.
Sus manos volvieron a mi espalda, levantándome y deslizándome hacia atrás. Podía sentirlo contra mí, a la espera de mi aceptación final. A juzgar para ver si esto era realmente el momento perfecto. El lugar y en el momento en que Nicholas y yo marcaríamos este último pasaje de la intimidad.
Yo estaba tan preparada para este momento que pude sentir que palpitaba cada uno de mis nervios con vida. —Tú sabes, el médico dijo que tenías que estar relajado y descansar —le dije, sonriéndole, donde su rostro lucía tan emocionado como torturado—. Yo no diría que esto cuenta como descanso y relajación.
Sus manos se deslizaron por mi cuerpo, rozando mis pechos y moldeando por debajo de mi mandíbula. Sosteniendo mi cara entre sus manos suaves, las líneas y los músculos de su cara alisada. —____(tn). Te amo. Esto es exactamente lo que necesito ahora. Al diablo con las órdenes del doctor.
El corazón me latía con tanta fuerza en mi pecho, mi esternón empezaba a doler. Esto fue todo. La luz verde. Sin embargo, también sabía en ese momento que había una luz roja en el horizonte y era por ese vistazo de cruel realidad que me levanté por encima de él.
—¿Esto? —Di a entender, apoyando las manos en su pecho. Su corazón empujaba contra mis manos.
Asintió con la cabeza, pasando sus dedos pulgares hacia abajo por mi mandíbula. —Esto.
Y luego me bajé sobre él, dejando que entrará todo lo que pudo. Gimió debajo de mí, mientras sus manos cayeron a mis caderas.
—¿Esto? —susurré, incapaz de apartarme mientras me movía encima de él otra vez.
Los dos dimos un respingo por la separación.
Sus dedos se cerraron en mis caderas, deslizándolas hacia abajo sobre él. El monitor de ritmo cardíaco realmente estaba gritando ahora, apenas capaz de mantenerse al día con Nicholas.
—Maldita sea esta cosa —susurró, cubriendo su frente mientras me movía encima de él otra vez. Buscando en su pecho, se arrancó los cables, tirándolos al piso. Hizo lo mismo con su IV.
—No —dijo, retorciéndose debajo de mí, moviéndose sobre mí hasta que tuve en mi espalda a su lado—. Que nada se interponga entre nosotros —dijo, acariciando mi cuello mientras se mecía sobre mí. Yo era vagamente consciente de que el monitor de frecuencia cardiaca gritaba algún tipo de advertencia, pero cuando las caderas de Nicholas sacudieron las mías, su gemido al perderse dentro de mí mientras me besaba al golpe que nuestras caderas creaban, no había nada más que él.
Su lengua se estremeció dentro de mí, seguida de sus caderas, mientras que armó todo su cuerpo contra el mío. No sólo me hacía el amor—me estaba poseyendo.
No había nada que quisiera más que él, nada de lo que no estaría dispuesta a sacrificar. De nada en mi vida me sentí más dependiente que de este hombre que se movía dentro de mí en todos los sentidos que una persona puede entrar en otra.
Separando su boca de la mía, su aliento pesado llegó hasta mi oreja. Podía sentir el brillo del sudor que cubría su rostro, mezclándose con el mío.
Moviéndose dentro de mí de nuevo, esta vez más profundo, casi grité. Estaba tan cerca que dudaba que iba a durar uno más. —No voy a dejarte ir, ____(tn) —susurró, con voz tensa—. No voy a dejar que te vayas. Eres mía —susurró, hundiendo sus dientes en mi oreja mientras sus caderas se estremecieron contra las mías una vez más.
Y eso fue todo. Mi cuerpo temblaba contra el suyo, mi mano alcanzando las barandas de metal para prepararme. Continuó moviéndose dentro de mí, su ritmo acelerado cuando mi cuerpo se tensó alrededor de él. Su mano se unió a la mía preparándose sobre la baranda y, mientras me siguió olvidando el camino de la realidad, sus dedos unidos a los míos, apretando su cuerpo antes de caer contra el mío.
—Maldita sea, ____(tn) —dijo, su cabeza subía y bajaba contra mi pecho.
Exactamente mis pensamientos. —¿Cómo te sientes? —pregunté, tratando de calmar mi ritmo cardíaco. No tenía nada de esto—. ¿Cómo está tu cabeza?
—Mi cabeza está bien —dijo, enrollando sus brazos alrededor de mi espalda—. Es mi maldito corazón que está a punto de reventar algo.
Me eché a reír, sintiéndome tan cerca de la euforia como un pesimista natural podría estar. Se incorporó, su risa vibrante en contra mí.
Y entonces la puerta explotó abriéndose, el rostro de la enfermera que entró corriendo con una expresión llena de preocupación.
Sus ojos se posaron en la máquina en primer lugar, a continuación, el culo desnudo de Nicholas descansaba sobre mí. Las arrugas de preocupación desaparecieron de su rostro cuando nos bendijo con una expresión muy paternal. Caminando hacia el monitor, apagó la cosa antes de que fuera a gritar para luego girarse y salir de la habitación.
—Por lo menos murió y fue al cielo —dijo en tono divertido antes de cerrar de nuevo, con nosotros en la habitación.
—Sí —dijo Nicholas en mi pecho, su risa regulándose—. ¡Por supuesto que lo hice!
—Lástima que nuestras vacaciones celestiales no duró un poco más de tiempo —le dije, pasando mis dedos por encima de su cabeza rapada.
Su cuerpo se tensó esperando mientras sentía la curva de su sonrisa en mi pecho. —¿Quién dice que no podemos hacer un viaje de regreso? —dijo, levantándose por encima de mí otra vez.
No tuve la oportunidad de responder—realmente—antes de que su boca y su cuerpo se movieran dentro de mí de nuevo.
:amor: :amor: :amor: :amor:
Me encanta este capi!
Tanto que se preocupaban por como sería su primera vez juntos!
& termino siendo en la cama de un hospital!
:imdead: :imdead: :imdead:
Pero bueno!
Esperemos que por fin se decidan a dejar los problemas de lado!
Disfruten del capi! ;)
Las leo mañana!
\^.^/
Lu wH!;*
X
:bye:
HeyItsLupitaNJ
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