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Un Esposo Infiel (Niall Horan & tú) (Adaptada)
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
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Re: Un Esposo Infiel (Niall Horan & tú) (Adaptada)
AAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHHHHH
ME ENCANTAA
SIGUELA SOY TU NUEVA Y FIEL LECTORA
ME ENCANTAA
SIGUELA SOY TU NUEVA Y FIEL LECTORA
oxybeiap52
Re: Un Esposo Infiel (Niall Horan & tú) (Adaptada)
AAAAAAAAAAAAAAHHH
ME ENCATÓOOOO
QUE TIERNOOOOOOOOS :,)
SIGUELA CIELO XX
ME ENCATÓOOOO
QUE TIERNOOOOOOOOS :,)
SIGUELA CIELO XX
TurnBackTime
Re: Un Esposo Infiel (Niall Horan & tú) (Adaptada)
Ay dios mio AME los 2 capitulos
Estubieron ajhmygfer
Que pasara ahora???
Siento por una parte que lo que hizo niall fue horrible, y que la rayis se tendria que enfadar y no volverle a hablar, pero por otro lado....DIOS MIO!!!! ES NIALL HORAN!!! quien se podria resistir de alguien como EL????
espero que la puedas seguir pronto
Te kiero preciosa!!!
Estubieron ajhmygfer
Que pasara ahora???
Siento por una parte que lo que hizo niall fue horrible, y que la rayis se tendria que enfadar y no volverle a hablar, pero por otro lado....DIOS MIO!!!! ES NIALL HORAN!!! quien se podria resistir de alguien como EL????
espero que la puedas seguir pronto
Te kiero preciosa!!!
ali&styles
Re: Un Esposo Infiel (Niall Horan & tú) (Adaptada)
holaaaaa
soy nuevaaa lectoraaaaaaa
me encanta tu nove enseriooo me encantaaa
tienes que seguirlaaaa
a me llamo loan pero me dicen loa y soy de argentina
enserio sigelaaaaa
LOA
soy nuevaaa lectoraaaaaaa
me encanta tu nove enseriooo me encantaaa
tienes que seguirlaaaa
a me llamo loan pero me dicen loa y soy de argentina
enserio sigelaaaaa
LOA
loa
Re: Un Esposo Infiel (Niall Horan & tú) (Adaptada)
Que hermoso.! Diré...que malo.!
Hahahahha como se le ocurre a Niall.!
Y el bebé.! Que hemoso.! Y el cuando hizo
Eso no se dio cuenta.! Niall cuando la engaño
No swisscom dio cuenta de que tenía un bebé.!
Diré tenía 3 bebés.! 3 hijos.!!! Bueno tienes
Que seguirla por favor.!
Hahahahha como se le ocurre a Niall.!
Y el bebé.! Que hemoso.! Y el cuando hizo
Eso no se dio cuenta.! Niall cuando la engaño
No swisscom dio cuenta de que tenía un bebé.!
Diré tenía 3 bebés.! 3 hijos.!!! Bueno tienes
Que seguirla por favor.!
paoliss
Re: Un Esposo Infiel (Niall Horan & tú) (Adaptada)
Capítulo 12
Era lo peor que podía haber dicho, porque, al ver el gesto de ternura de Niall, tu comenzaste a sollozar sobre su hombro. Él te estrechó con fuerza y enterró la cabeza entre tus cabellos.
-Lo siento- dijo una y otra vez- Lo siento, lo siento, lo siento...- Pero no era bastante. No podía ser bastante. Niall había acabado con todo. El amor, la fe, la confianza, el respeto, todo se había desvanecido, y las disculpas no iban a devolvérselo.
-Estoy bien- murmuraste, haciendo un esfuerzo monumental por recobrar la calma y apartarte de él.
Pero Niall te estrechó con fuerza.
-Sé que te he hecho mucho daño- dijo, tratando de contener sus propias lágrimas. Tu podías sentir la tensión de su pecho, el ritmo errático de su corazón -Pero no tomes ninguna decisión precipitada mientras... Lo tenemos todo para ser felices si nos das otra oportunidad. No lo tires todo por la borda sólo porque he cometido un error estúpido. ¡No puedes tirarlo todo por la borda!-
-No he sido yo quien lo he hecho- replicaste. Aquella vez, Niall dejó que te separaras de él. Tenía una mirada triste y desolada. Tú, buscando algo que ponerte, fuiste del armario a la cómoda y vuelta al armario, sin saber realmente lo que estabas eligiendo.
Habías pasado muchos años comprendiendo sus ambiciones, teniendo una fe ciega en él. Muchos años aguardándole en casa, esperando sus caricias como un perro o un gato, como una mascota, mientras él alimentaba en casa sus necesidades básicas: comida, bebida y un paseo de vez en cuando, y tu lo habías aceptado con alegría.
« ¡Qué criatura más patética eres!». Te dijiste.
Edward dejó escapar un chillido. Los dos dieron un respingo. El niño, aburrido de jugar solo, reclamaba su desayuno.
Tú te quedaste inmóvil en el centro de la habitación, con la ropa en las manos, preguntándote qué hacer a continuación. Vestirte o atender a Edward. Era una elección muy sencilla, pero no parecías en condiciones de tomarla.
Fue Niall quien finalmente levantó al niño. -Yo me ocupo de él. Vístete tranquilamente, todavía es temprano- dijo y se marchó por la puerta. Tú suspiraste, sintiendo que la tensión de la habitación se relajaba.
El desayuno fue horrible. Tú veías una provocación en cada gesto. En Denise porque comía demasiado, en Nathan porque se comió los cereales con muy poca leche, tú llenaste demasiado la cafetera y tu café estaba demasiado amargo. Al final, te enfadaste contigo misma por reaccionar contra todo, frustrada por no saber lidiar: con tu propia desgracia. La emprendiste con Nathan porque se había dejado el ordenador encendido la noche anterior, con todos los juegos esparcidos sobre la alfombra. Cuando terminaste de reñirlo, el pobre niño estaba pálido: rígido, Denise sorprendida, Edward callado y Niall... Niall simplemente estaba sombrío. El resto del desayuno transcurrió en silencio. Los niños se mostraron visiblemente aliviados cuando su padre los mandó a recoger sus cosas para irse al colegio.
-¡No tenías por qué tratar así a Nathan!- te espetó Niall en cuanto Nathan y Denise no podían oírlo -¡Sabes muy bien que normalmente es muy ordenado! Vas a convertirlos en un manojo de nervios si no pones más cuidado. Son unos chicos estupendos y se comportan muy bien la mayor parte del tiempo. ¡No voy a dejar que la tomes con ellos porque estés enfadada conmigo!-.
Tú te diste la vuelta hecha una furia.
-¿Y desde cuándo estás aquí el tiempo suficiente para saber cómo se comportan? -le dijiste, viendo con gran satisfacción que se ponía tieso como un clavo: -Los ves durante el desayuno, ¡pero sólo cuando dejas de leer tu precioso Financial Times! ¡La mayoría del tiempo ni siquiera te acuerdas de que tienes tres hijos! Los... los quieres como quieres... a esa costosa y original pintura de Lowry que compraste, eso cuando piensas en ellos. ¡Así que no me digas cómo tengo que educar a mis hijos cuando como padre eres un completo inútil!
¿Qué te ocurría? Te preguntaste dando un paso atrás mientras Niall se ponía en pie y se acercaba a ti. -Me puedes acusar de muchas cosas, _____ - dijo Niall entre dientes -Y, probablemente, la mayoría de ellas me las merezco, ¡pero no me puedes acusar de no querer a nuestros hijos!-
-¿De verdad?- le preguntaste con sarcasmo -¡En primer lugar, te diré que sólo te casaste conmigo porque estaba embarazada de los mellizos! ¡Incluso Edward fue un error al que te costó acostumbrarte!-
Capítulo 13
Niall dio un puñetazo sobre la mesa. Tú parpadeaste al verlo levantar la mesa, apartarla para levantarse y acercarse a ti. La violencia casi se podía palpar. A ti se te secó la garganta al ver cómo se aproximaba a ti con la intención, creías tú, de estrangularte.
En el último momento, cambió de opinión y te agarró por los hombros. Tú te diste cuenta de que estaba temblando.
-Es demasiado pequeño para comprender lo que estás diciendo -dijo con una voz ronca y señalando a Edward con la cabeza-, pero si los mellizos te oyen, si les das alguna razón para que piensen que no los quiero, te...-
No terminó la frase. No hacía falta, tú sabías exactamente cómo continuaba. Niall siguió mirándote por unos instantes, luego te soltó y salió de la cocina.
Tragaste saliva y diste un profundo suspiro, y sólo entonces, te diste cuenta de que habías estado conteniendo la respiración. Sólo por pura necesidad de consuelo, levantaste a Edward y lo meciste en tus brazos.
Te avergonzabas de ti misma. Y también estabas furiosa, porque, al haberle gritado de aquella manera, le habías dado el derecho a meterse contigo, cuando, hasta ese momento, eras tú la que tenía todo el derecho a meterte con él.
Al llegar el fin de semana, los mellizos se dieron cuenta de que algo extraño sucedía. Y, como siempre, fue la observadora y callada Denise quien quiso saber qué era.
-¿Por qué estás durmiendo en la habitación de Edward, mamá? -preguntó el domingo por la mañana mientras toda la familia estaba reunida en la cocina, desayunando.
La niña lo había descubierto porque aquella mañana Edward había dormido hasta más tarde de lo acostumbrado, con lo cual, tu también se habías despertado tarde. Después de pasar varias noches durmiendo mal en una cama demasiado pequeña y atormentada por tus pensamientos, estabas exhausta; la noche anterior, para tu alivio, habías conciliado el sueño nada más meterte en la cama, y no te habías despertado hasta que Nathan entró en la habitación. Pero no te sentías mucho mejor que los días anteriores, Porque, si dormir había servido para dar descanso a tu cuerpo, tu mente no había reposado en absoluto. Sabías qué habías soñado, pero, desde luego, tus sueños no habían aliviado el peso de tu corazón, ni tu rabia, ni tu amargura. Incluso te aborrecías a ti misma por no hacer nada para remediar la situación. Niall te había aconsejado que no tomaras ninguna decisión hasta que no estuvieras un poco más tranquila -hasta que dejaras de ser la criatura patética en que te habías convertido-, pero aquel consejo sólo te servía como excusa para no enfrentarte a la realidad.
Niall no tenía mejor aspecto que tu, su rostro reflejaba la misma tensión. Desde la noche fatídica de la llamada de Danielle, había estado llegando a las seis y media todos los días. Tu sospechabas que se debía más a que lo habías criticado como padre que al deseo de demostrarte que su aventura había terminado.
Llegaba a tiempo de bañar a los niños y meterlos en la cama mientras tú preparabas la cena. En apariencia, tu vida transcurría normalmente, y los dos hacían un gran esfuerzo por que los niños no se enteraran de sus problemas.
Cada noche, durante la cena, Niall hacía algún intento por mantener una conversación, pero tú permanecías en silencio, de modo que él desaparecía en su estudio en cuanto terminaban de cenar. Tú recogías la mesa y subías a acostarte a la habitación de Edward, sintiéndote cada día un poco más sola, un poco más deprimida.
Saber que tu marido te engañaba había supuesto para ti un golpe brutal que había conseguido anular tu voluntad, de modo que tu vida transcurría en una lenta monotonía y no te dabas cuenta de lo que hacías. Niall te observaba, serio y en silencio, esperando que tú salieras de tu letargo y estallaras.
En aquellos momentos, la pregunta de tu hija te devolvía a tu cruda situación. Te sonrojaste ligeramente, y te las ingeniaste para dar una respuesta coherente.
-A Edward le están saliendo los dientes otra vez-.
Niall arrugó ligeramente el periódico que estaba leyendo, y tú te diste cuenta de que estaba escuchando. Y puede que también te estuviera mirando de reojo. Tú no lo miraste. En realidad, te importaba muy poco lo que pudiera hacer.
Castaña y con ojos color cielo, Denise tenía, además, la misma mirada inteligente que tu. Asintió, como si comprendiera perfectamente lo que decías. Los dientes de Edward habían sido un tormento para todos en las noches anteriores. Aunque a ti no se te había ocurrido irte a dormir a su habitación. Pero aquello no se le había ocurrido a Denise, que prestaba atención a su querido padre.
-Seguro que echas de menos no poder abrazar a mamá, ¿verdad, papá?- dijo bajándose de la silla y acercándose a Niall. -Si me lo hubieras dicho, habría ido a darte un abrazo-dijo y fue a sentarse sobre las rodillas de su padre, sabiendo que sería bien recibida.
La tensión se apoderó de la habitación.
-Muchas gracias, mi reina- dijo Niall, doblando el periódico para prestar atención a su hija.
-Pero creo que puedo estar solo unos días más antes de que me sienta completamente triste-.
Si aquel comentario iba dirigido a ti, lo ignoraste, y seguiste sentada bebiendo café, sin revelar el esfuerzo que te costaba.
Observaste a Niall, allí sentado, con su albornoz azul. Besó a Denise en la mejilla y esbozó una sonrisa tan encantadora que a ti se te hizo un nudo en el estómago, como si tuvieras celos de tu hija.
¡Celos de tu propia hija¡ ¿Cómo era posible tanta amargura?
No pudiste evitar dar un respingo mientras recogías los platos. Niall te miró y tú le devolviste la mirada. Él debió ver algo en tus ojos verdes, porque frunció el ceño. Tú te diste la vuelta de inmediato.
Era lo peor que podía haber dicho, porque, al ver el gesto de ternura de Niall, tu comenzaste a sollozar sobre su hombro. Él te estrechó con fuerza y enterró la cabeza entre tus cabellos.
-Lo siento- dijo una y otra vez- Lo siento, lo siento, lo siento...- Pero no era bastante. No podía ser bastante. Niall había acabado con todo. El amor, la fe, la confianza, el respeto, todo se había desvanecido, y las disculpas no iban a devolvérselo.
-Estoy bien- murmuraste, haciendo un esfuerzo monumental por recobrar la calma y apartarte de él.
Pero Niall te estrechó con fuerza.
-Sé que te he hecho mucho daño- dijo, tratando de contener sus propias lágrimas. Tu podías sentir la tensión de su pecho, el ritmo errático de su corazón -Pero no tomes ninguna decisión precipitada mientras... Lo tenemos todo para ser felices si nos das otra oportunidad. No lo tires todo por la borda sólo porque he cometido un error estúpido. ¡No puedes tirarlo todo por la borda!-
-No he sido yo quien lo he hecho- replicaste. Aquella vez, Niall dejó que te separaras de él. Tenía una mirada triste y desolada. Tú, buscando algo que ponerte, fuiste del armario a la cómoda y vuelta al armario, sin saber realmente lo que estabas eligiendo.
Habías pasado muchos años comprendiendo sus ambiciones, teniendo una fe ciega en él. Muchos años aguardándole en casa, esperando sus caricias como un perro o un gato, como una mascota, mientras él alimentaba en casa sus necesidades básicas: comida, bebida y un paseo de vez en cuando, y tu lo habías aceptado con alegría.
« ¡Qué criatura más patética eres!». Te dijiste.
Edward dejó escapar un chillido. Los dos dieron un respingo. El niño, aburrido de jugar solo, reclamaba su desayuno.
Tú te quedaste inmóvil en el centro de la habitación, con la ropa en las manos, preguntándote qué hacer a continuación. Vestirte o atender a Edward. Era una elección muy sencilla, pero no parecías en condiciones de tomarla.
Fue Niall quien finalmente levantó al niño. -Yo me ocupo de él. Vístete tranquilamente, todavía es temprano- dijo y se marchó por la puerta. Tú suspiraste, sintiendo que la tensión de la habitación se relajaba.
El desayuno fue horrible. Tú veías una provocación en cada gesto. En Denise porque comía demasiado, en Nathan porque se comió los cereales con muy poca leche, tú llenaste demasiado la cafetera y tu café estaba demasiado amargo. Al final, te enfadaste contigo misma por reaccionar contra todo, frustrada por no saber lidiar: con tu propia desgracia. La emprendiste con Nathan porque se había dejado el ordenador encendido la noche anterior, con todos los juegos esparcidos sobre la alfombra. Cuando terminaste de reñirlo, el pobre niño estaba pálido: rígido, Denise sorprendida, Edward callado y Niall... Niall simplemente estaba sombrío. El resto del desayuno transcurrió en silencio. Los niños se mostraron visiblemente aliviados cuando su padre los mandó a recoger sus cosas para irse al colegio.
-¡No tenías por qué tratar así a Nathan!- te espetó Niall en cuanto Nathan y Denise no podían oírlo -¡Sabes muy bien que normalmente es muy ordenado! Vas a convertirlos en un manojo de nervios si no pones más cuidado. Son unos chicos estupendos y se comportan muy bien la mayor parte del tiempo. ¡No voy a dejar que la tomes con ellos porque estés enfadada conmigo!-.
Tú te diste la vuelta hecha una furia.
-¿Y desde cuándo estás aquí el tiempo suficiente para saber cómo se comportan? -le dijiste, viendo con gran satisfacción que se ponía tieso como un clavo: -Los ves durante el desayuno, ¡pero sólo cuando dejas de leer tu precioso Financial Times! ¡La mayoría del tiempo ni siquiera te acuerdas de que tienes tres hijos! Los... los quieres como quieres... a esa costosa y original pintura de Lowry que compraste, eso cuando piensas en ellos. ¡Así que no me digas cómo tengo que educar a mis hijos cuando como padre eres un completo inútil!
¿Qué te ocurría? Te preguntaste dando un paso atrás mientras Niall se ponía en pie y se acercaba a ti. -Me puedes acusar de muchas cosas, _____ - dijo Niall entre dientes -Y, probablemente, la mayoría de ellas me las merezco, ¡pero no me puedes acusar de no querer a nuestros hijos!-
-¿De verdad?- le preguntaste con sarcasmo -¡En primer lugar, te diré que sólo te casaste conmigo porque estaba embarazada de los mellizos! ¡Incluso Edward fue un error al que te costó acostumbrarte!-
Capítulo 13
Niall dio un puñetazo sobre la mesa. Tú parpadeaste al verlo levantar la mesa, apartarla para levantarse y acercarse a ti. La violencia casi se podía palpar. A ti se te secó la garganta al ver cómo se aproximaba a ti con la intención, creías tú, de estrangularte.
En el último momento, cambió de opinión y te agarró por los hombros. Tú te diste cuenta de que estaba temblando.
-Es demasiado pequeño para comprender lo que estás diciendo -dijo con una voz ronca y señalando a Edward con la cabeza-, pero si los mellizos te oyen, si les das alguna razón para que piensen que no los quiero, te...-
No terminó la frase. No hacía falta, tú sabías exactamente cómo continuaba. Niall siguió mirándote por unos instantes, luego te soltó y salió de la cocina.
Tragaste saliva y diste un profundo suspiro, y sólo entonces, te diste cuenta de que habías estado conteniendo la respiración. Sólo por pura necesidad de consuelo, levantaste a Edward y lo meciste en tus brazos.
Te avergonzabas de ti misma. Y también estabas furiosa, porque, al haberle gritado de aquella manera, le habías dado el derecho a meterse contigo, cuando, hasta ese momento, eras tú la que tenía todo el derecho a meterte con él.
Al llegar el fin de semana, los mellizos se dieron cuenta de que algo extraño sucedía. Y, como siempre, fue la observadora y callada Denise quien quiso saber qué era.
-¿Por qué estás durmiendo en la habitación de Edward, mamá? -preguntó el domingo por la mañana mientras toda la familia estaba reunida en la cocina, desayunando.
La niña lo había descubierto porque aquella mañana Edward había dormido hasta más tarde de lo acostumbrado, con lo cual, tu también se habías despertado tarde. Después de pasar varias noches durmiendo mal en una cama demasiado pequeña y atormentada por tus pensamientos, estabas exhausta; la noche anterior, para tu alivio, habías conciliado el sueño nada más meterte en la cama, y no te habías despertado hasta que Nathan entró en la habitación. Pero no te sentías mucho mejor que los días anteriores, Porque, si dormir había servido para dar descanso a tu cuerpo, tu mente no había reposado en absoluto. Sabías qué habías soñado, pero, desde luego, tus sueños no habían aliviado el peso de tu corazón, ni tu rabia, ni tu amargura. Incluso te aborrecías a ti misma por no hacer nada para remediar la situación. Niall te había aconsejado que no tomaras ninguna decisión hasta que no estuvieras un poco más tranquila -hasta que dejaras de ser la criatura patética en que te habías convertido-, pero aquel consejo sólo te servía como excusa para no enfrentarte a la realidad.
Niall no tenía mejor aspecto que tu, su rostro reflejaba la misma tensión. Desde la noche fatídica de la llamada de Danielle, había estado llegando a las seis y media todos los días. Tu sospechabas que se debía más a que lo habías criticado como padre que al deseo de demostrarte que su aventura había terminado.
Llegaba a tiempo de bañar a los niños y meterlos en la cama mientras tú preparabas la cena. En apariencia, tu vida transcurría normalmente, y los dos hacían un gran esfuerzo por que los niños no se enteraran de sus problemas.
Cada noche, durante la cena, Niall hacía algún intento por mantener una conversación, pero tú permanecías en silencio, de modo que él desaparecía en su estudio en cuanto terminaban de cenar. Tú recogías la mesa y subías a acostarte a la habitación de Edward, sintiéndote cada día un poco más sola, un poco más deprimida.
Saber que tu marido te engañaba había supuesto para ti un golpe brutal que había conseguido anular tu voluntad, de modo que tu vida transcurría en una lenta monotonía y no te dabas cuenta de lo que hacías. Niall te observaba, serio y en silencio, esperando que tú salieras de tu letargo y estallaras.
En aquellos momentos, la pregunta de tu hija te devolvía a tu cruda situación. Te sonrojaste ligeramente, y te las ingeniaste para dar una respuesta coherente.
-A Edward le están saliendo los dientes otra vez-.
Niall arrugó ligeramente el periódico que estaba leyendo, y tú te diste cuenta de que estaba escuchando. Y puede que también te estuviera mirando de reojo. Tú no lo miraste. En realidad, te importaba muy poco lo que pudiera hacer.
Castaña y con ojos color cielo, Denise tenía, además, la misma mirada inteligente que tu. Asintió, como si comprendiera perfectamente lo que decías. Los dientes de Edward habían sido un tormento para todos en las noches anteriores. Aunque a ti no se te había ocurrido irte a dormir a su habitación. Pero aquello no se le había ocurrido a Denise, que prestaba atención a su querido padre.
-Seguro que echas de menos no poder abrazar a mamá, ¿verdad, papá?- dijo bajándose de la silla y acercándose a Niall. -Si me lo hubieras dicho, habría ido a darte un abrazo-dijo y fue a sentarse sobre las rodillas de su padre, sabiendo que sería bien recibida.
La tensión se apoderó de la habitación.
-Muchas gracias, mi reina- dijo Niall, doblando el periódico para prestar atención a su hija.
-Pero creo que puedo estar solo unos días más antes de que me sienta completamente triste-.
Si aquel comentario iba dirigido a ti, lo ignoraste, y seguiste sentada bebiendo café, sin revelar el esfuerzo que te costaba.
Observaste a Niall, allí sentado, con su albornoz azul. Besó a Denise en la mejilla y esbozó una sonrisa tan encantadora que a ti se te hizo un nudo en el estómago, como si tuvieras celos de tu hija.
¡Celos de tu propia hija¡ ¿Cómo era posible tanta amargura?
No pudiste evitar dar un respingo mientras recogías los platos. Niall te miró y tú le devolviste la mirada. Él debió ver algo en tus ojos verdes, porque frunció el ceño. Tú te diste la vuelta de inmediato.
Novelera13-karen-
Re: Un Esposo Infiel (Niall Horan & tú) (Adaptada)
Chicas está computadora es un asco! :muere:
No puedo contestarle sus bellos comentarios me chocaa! :imdead:
Bienvenidas a las nuevas! :bye:
No puedo contestarle sus bellos comentarios me chocaa! :imdead:
Bienvenidas a las nuevas! :bye:
Novelera13-karen-
Re: Un Esposo Infiel (Niall Horan & tú) (Adaptada)
Siguelaaaaaa me encantaaaa *----*
I''mDirectionerFOREVER
Re: Un Esposo Infiel (Niall Horan & tú) (Adaptada)
ok que bien que no me contestas por la culpa de tu laptop (computadora,tablet etc.) pense que ya no me querias okno bueno con el cap esta hermoso porfavor que niall le ruege a rayis, que le diga TE AMO y que se soluciones y Denisse NO ME QUITES A TU SEXY PADRE haha okno besos y siguela porfavor atte: pato
PATO_DIRECTIONER :)
Re: Un Esposo Infiel (Niall Horan & tú) (Adaptada)
Me encantó el capítulo.! Que linda
Denisse pero me
Quita a mi esposo.! La mataré.!
Hahahhahaha
Bueno siguela me encanta
La novela.!
Cada vez me enamoró más..!
Denisse pero me
Quita a mi esposo.! La mataré.!
Hahahhahaha
Bueno siguela me encanta
La novela.!
Cada vez me enamoró más..!
paoliss
Re: Un Esposo Infiel (Niall Horan & tú) (Adaptada)
siguelaaaaaaaa me jiciste hasta llorar encerio. awww denisse pobre nathan y edward awww siguela
pd: soy nueva lectora
pd: soy nueva lectora
princesa de horan 1707
Re: Un Esposo Infiel (Niall Horan & tú) (Adaptada)
Dios mio!!
Esto es horrible.....
Por una parte quiero que vuelvan a estar juntos, pero por otra parte pienso que Niall tiene que fastidiarse y vivir sin la rayis, porque fue todo culpa del rubio
Me encanto el capitulo
Te kiero guapisisisima
Siguela cuando puedas, te kiero!!! :(L):
Esto es horrible.....
Por una parte quiero que vuelvan a estar juntos, pero por otra parte pienso que Niall tiene que fastidiarse y vivir sin la rayis, porque fue todo culpa del rubio
Me encanto el capitulo
Te kiero guapisisisima
Siguela cuando puedas, te kiero!!! :(L):
ali&styles
Re: Un Esposo Infiel (Niall Horan & tú) (Adaptada)
Capítulo 14
Pero tu marido y tus hijos parecieron ignorar tu reacción. Nathan intervino en la conversación que Niall estaba teniendo con Denise, e incluso Edward insistió en que le sacaran de su silla. Niall lo sacó y lo sentó sobre sus rodillas, mientras el niño alegraba la conversación con sus particulares gorgojeos. Tú no pudiste soportarlo. Había algo en aquella atmósfera de cariño que te ponía los nervios de punta. Te sentías incapaz de unirte a ellos, como habrías hecho normalmente. Sarah te lo impedía. Su imagen era como un muro infranqueable que te separaba de tu familia, del afecto y el amor de los tuyos.
Dejaste de fregar los platos, porque corrías el riesgo de romper alguno y saliste de la cocina diciendo entre dientes:
-Voy a hacer las camas-.
Nadie te oyó y te sintió aún peor, más apartada de tu familia.
Estabas en tu dormitorio, el dormitorio de Niall y tuyo, mirando al vacío, cuando entró Niall. Con un gesto nervioso te dirigió al baño, tratando de aparentar que eso estabas haciendo cuando Niall abrió la puerta. Cuando saliste, él seguía allí, al lado de la ventana y con las manos metidas en los bolsillos. Era alto y gallardo y, en aquel momento, estaba tan atractivo que a ti te daban ganas de tirarle algo, de hacer cualquier cosa para mitigar tu profundo dolor.
Haciendo un esfuerzo por ignorar su presencia, comenzaste a arreglar la habitación. Te acercaste a la cama, que, desde la llamada de Danielle, se había convertido en el mueble más odioso de la casa. Cada día era más difícil estirar las sábanas, ahuecar las almohadas, cubrirla con la colcha. Olía a Niall, a su olor limpio y masculino. Despertaba tus sentidos, que creías dormidos. Al contrario de lo que habías esperado, tu deseo por él no había disminuido, sino todo lo contrario. La traición de Niall no había provocado más que la odiosa actitud de estar siempre pendiente de él. El odio alimentaba el deseo, y el deseo hacía tu tormento todavía mayor.
Niall se dio la vuelta lentamente y te observo.
Al cabo de un rato, cuando el silencio comenzaba a hacerse insoportable, se acercó a ti y se interpuso en tu camino.
-_____...-dijo con suavidad.
Tú permaneciste con la cabeza agachada, sin querer mirarlo a los ojos.
-¿Te acuerdas de que tengo que pasar la semana que viene en Birmingham?-.
No, no te habías acordado hasta aquel momento. Sentiste una ira repentina al comprobar que Niall anteponía sus negocios a su vida privada, cuando ésta estaba en crisis.
-¿Qué te meto en la maleta?-.
¿Iba a ir Sarah con él? ¿Iban a dormir en la misma habitación? ¿Iban a pasar toda una preciosa semana sin que nadie les interrumpiera?
Te palpitaba el corazón, y tuviste que hacer un gran esfuerzo para no retroceder para apartarte de él. Retroceder habría sido como otorgarle una especie de victoria, así que te quedaste donde estabas, sin mirarlo, con el semblante pálido.
Físicamente, no habían estado más cerca desde la noche en que todo estallara por los aires. Tú sentiste escalofríos.
-Cualquier cosa- replicó Niall con impaciencia.
Tú solías hacerle la maleta siempre que él se marchaba de viaje. Y te encantaba hacerlo, guardar sus camisas, contar los pares de calcetines, la ropa interior, meter algunos pañuelos, las corbatas y los trajes. Incluso en aquellos momentos, mientras rogabas que se apartara de tu camino para poder alejarte de él y con ganas de decirle que se hiciera él la maleta, no podías evitar hacer, mentalmente, una lista con todo lo que necesitaba.
Niall permaneció inmóvil, y la tensión entre vosotros se hizo intolerable. No se atrevía a decir nada por miedo a que lo utilizaras en su contra.
-¿Vas a estar bien?- preguntó por fin -Puedo llamar a mi madre para que se quede contigo, si no quieres quedarte sola, si te hace falta compañía, o…-
-¿Y por qué me iba a hacer falta compañía?- le espetaste, dirigiéndole una mirada penetrante -Nunca me ha hecho falta una niñera cuando te vas de viaje y no me va a hacer falta ahora-.
Niall apretó la mandíbula, pero mantuvo la tranquilidad.
-Yo no estaba poniendo en duda tu capacidad- dijo, -pero estás muy cansada y me preguntaba si, con todo lo que está pasando, no te vendría bien alguna ayuda-.
«Muy cansada», te repetiste, no estabas sólo cansada, estabas agotada.
-¿Tu secretaria va contigo?-
Tú te arrepentiste de aquella pregunta nada más hacerla.
-Sí, pero,...-
-Entonces no tengo por qué preocuparme por ti, ¿verdad?
-_____ -dijo Niall, dando un suspiro-, Sarah no...-
-¡No quiero saberlo! -dijiste empujándolo, prefiriendo rozar su cuerpo a permanecer allí quieta por más tiempo soportando aquella conversación.
-Entonces, ¿para qué me lo preguntas?- exclamó él en voz alta e, inmediatamente, hizo un gran esfuerzo por controlarse -¡_____, tenemos que hablar!-
Tú estabas haciendo la cama. Apretabas los dientes y seguías con tu trabajo porque era lo único que te quedaba por hacer.
-No podemos seguir así- dijo Niall. -¡Tienes que darte cuenta! A Denise le parece muy raro que duermas con Edward, lo que significa que, a partir de ahora, va a estar pendiente de nosotros, que va a vigilarte, a calcular los días que te quedas en la habitación de Edward...-
-Y no debemos molestar a tu querida Denise, ¿verdad?- exclamaste, y te avergonzaste al instante. ¿Cómo podías sentir celos de tu propia hija? Pero era cierto, estabas horriblemente celosa de tu hija, porque tenía el amor de su padre.
-No pienso responder a eso, _____-dijo Niall sobriamente.
Tú terminaste de hacer la cama, podías marcharte.
-Deja que te explique qué Sarah no...- dijo Niall.
-¿Qué vas a hacer hoy? ¿Vas a quedarte en casa?-
-Sí- dijo él, desconcertado. -¿Por qué?-
-Porque yo tengo que salir y, si tú te vas a quedar, no tengo que llamar a tu madre para que se quede con los niños-.
Pero tu marido y tus hijos parecieron ignorar tu reacción. Nathan intervino en la conversación que Niall estaba teniendo con Denise, e incluso Edward insistió en que le sacaran de su silla. Niall lo sacó y lo sentó sobre sus rodillas, mientras el niño alegraba la conversación con sus particulares gorgojeos. Tú no pudiste soportarlo. Había algo en aquella atmósfera de cariño que te ponía los nervios de punta. Te sentías incapaz de unirte a ellos, como habrías hecho normalmente. Sarah te lo impedía. Su imagen era como un muro infranqueable que te separaba de tu familia, del afecto y el amor de los tuyos.
Dejaste de fregar los platos, porque corrías el riesgo de romper alguno y saliste de la cocina diciendo entre dientes:
-Voy a hacer las camas-.
Nadie te oyó y te sintió aún peor, más apartada de tu familia.
Estabas en tu dormitorio, el dormitorio de Niall y tuyo, mirando al vacío, cuando entró Niall. Con un gesto nervioso te dirigió al baño, tratando de aparentar que eso estabas haciendo cuando Niall abrió la puerta. Cuando saliste, él seguía allí, al lado de la ventana y con las manos metidas en los bolsillos. Era alto y gallardo y, en aquel momento, estaba tan atractivo que a ti te daban ganas de tirarle algo, de hacer cualquier cosa para mitigar tu profundo dolor.
Haciendo un esfuerzo por ignorar su presencia, comenzaste a arreglar la habitación. Te acercaste a la cama, que, desde la llamada de Danielle, se había convertido en el mueble más odioso de la casa. Cada día era más difícil estirar las sábanas, ahuecar las almohadas, cubrirla con la colcha. Olía a Niall, a su olor limpio y masculino. Despertaba tus sentidos, que creías dormidos. Al contrario de lo que habías esperado, tu deseo por él no había disminuido, sino todo lo contrario. La traición de Niall no había provocado más que la odiosa actitud de estar siempre pendiente de él. El odio alimentaba el deseo, y el deseo hacía tu tormento todavía mayor.
Niall se dio la vuelta lentamente y te observo.
Al cabo de un rato, cuando el silencio comenzaba a hacerse insoportable, se acercó a ti y se interpuso en tu camino.
-_____...-dijo con suavidad.
Tú permaneciste con la cabeza agachada, sin querer mirarlo a los ojos.
-¿Te acuerdas de que tengo que pasar la semana que viene en Birmingham?-.
No, no te habías acordado hasta aquel momento. Sentiste una ira repentina al comprobar que Niall anteponía sus negocios a su vida privada, cuando ésta estaba en crisis.
-¿Qué te meto en la maleta?-.
¿Iba a ir Sarah con él? ¿Iban a dormir en la misma habitación? ¿Iban a pasar toda una preciosa semana sin que nadie les interrumpiera?
Te palpitaba el corazón, y tuviste que hacer un gran esfuerzo para no retroceder para apartarte de él. Retroceder habría sido como otorgarle una especie de victoria, así que te quedaste donde estabas, sin mirarlo, con el semblante pálido.
Físicamente, no habían estado más cerca desde la noche en que todo estallara por los aires. Tú sentiste escalofríos.
-Cualquier cosa- replicó Niall con impaciencia.
Tú solías hacerle la maleta siempre que él se marchaba de viaje. Y te encantaba hacerlo, guardar sus camisas, contar los pares de calcetines, la ropa interior, meter algunos pañuelos, las corbatas y los trajes. Incluso en aquellos momentos, mientras rogabas que se apartara de tu camino para poder alejarte de él y con ganas de decirle que se hiciera él la maleta, no podías evitar hacer, mentalmente, una lista con todo lo que necesitaba.
Niall permaneció inmóvil, y la tensión entre vosotros se hizo intolerable. No se atrevía a decir nada por miedo a que lo utilizaras en su contra.
-¿Vas a estar bien?- preguntó por fin -Puedo llamar a mi madre para que se quede contigo, si no quieres quedarte sola, si te hace falta compañía, o…-
-¿Y por qué me iba a hacer falta compañía?- le espetaste, dirigiéndole una mirada penetrante -Nunca me ha hecho falta una niñera cuando te vas de viaje y no me va a hacer falta ahora-.
Niall apretó la mandíbula, pero mantuvo la tranquilidad.
-Yo no estaba poniendo en duda tu capacidad- dijo, -pero estás muy cansada y me preguntaba si, con todo lo que está pasando, no te vendría bien alguna ayuda-.
«Muy cansada», te repetiste, no estabas sólo cansada, estabas agotada.
-¿Tu secretaria va contigo?-
Tú te arrepentiste de aquella pregunta nada más hacerla.
-Sí, pero,...-
-Entonces no tengo por qué preocuparme por ti, ¿verdad?
-_____ -dijo Niall, dando un suspiro-, Sarah no...-
-¡No quiero saberlo! -dijiste empujándolo, prefiriendo rozar su cuerpo a permanecer allí quieta por más tiempo soportando aquella conversación.
-Entonces, ¿para qué me lo preguntas?- exclamó él en voz alta e, inmediatamente, hizo un gran esfuerzo por controlarse -¡_____, tenemos que hablar!-
Tú estabas haciendo la cama. Apretabas los dientes y seguías con tu trabajo porque era lo único que te quedaba por hacer.
-No podemos seguir así- dijo Niall. -¡Tienes que darte cuenta! A Denise le parece muy raro que duermas con Edward, lo que significa que, a partir de ahora, va a estar pendiente de nosotros, que va a vigilarte, a calcular los días que te quedas en la habitación de Edward...-
-Y no debemos molestar a tu querida Denise, ¿verdad?- exclamaste, y te avergonzaste al instante. ¿Cómo podías sentir celos de tu propia hija? Pero era cierto, estabas horriblemente celosa de tu hija, porque tenía el amor de su padre.
-No pienso responder a eso, _____-dijo Niall sobriamente.
Tú terminaste de hacer la cama, podías marcharte.
-Deja que te explique qué Sarah no...- dijo Niall.
-¿Qué vas a hacer hoy? ¿Vas a quedarte en casa?-
-Sí- dijo él, desconcertado. -¿Por qué?-
-Porque yo tengo que salir y, si tú te vas a quedar, no tengo que llamar a tu madre para que se quede con los niños-.
Novelera13-karen-
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