You steal my pain. (Draco Malfoy y tú)

por **Milapotato** Miér 23 Ene 2013, 2:11 pm

Autor: Milapotato
Adaptación: Harry Potter: Orden del Fénix en adelante. (Autora: J.K Rowling)
Género: Fantasia, romance y suspenso.
Advertencias: Es mi primera novela, y no sé si les gustará.
Otras páginas: -

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Capítulo 1: Reencuentros.

—¡Vamos hija, apresúrate o perderás el tren! —escucho que llama mi padre.
—¡Ya voy, papá! —grito más fuerte para que me escuche— ¿Dónde te metiste, varita? —vuelvo a hablar por lo bajo —Oh, ¡aquí estás!

Luego de encontrarla, bajo las escaleras y me encuentro con mis padres. Katherine y Jace Fanning.

—¿Ya tienes todo? —pregunta mi madre.
—Sí, mamá.
—¿Qué esperan entonces? ¡Vamos, vamos, se hace tarde! —dice papá, algo apresurado.

Nos tomamos de las manos y desaparecemos, apareciendo nuevamente frente a un gran y hermoso tren rojo. Al fin iré a Hogwarts como una estudiante y no como una visitante. El lugar está repleto por gente despidiéndose de sus familias.

—Trata de que no te expulsen, hija, ¿sí? —me pide mi madre con los ojos cristalizados.
—No llores, mamá, y en cuanto a eso no prometo nada —digo de manera burlona.
—¡_______ Katherine Fanning!
—Era broma, mamá —digo disimulando una pequeña risa dándole un beso a mi madre.
—Ya chicas, adiós cariño, nos veremos en Navidad —interviene papá.
—De acuerdo, los extrañaré —les abrazo.
—Nosotros también, cariño —me dice mamá finalizando el abrazo—. Te amamos.
—Yo a ustedes —digo, les beso las mejillas a mis padres y salgo corriendo hacia el tren.

Camino por todo el tren tratando de conseguir un vagón, al estar todos ocupados decido entrar a uno en el que hay una chica rubia de unos grandes ojos celestes que al parecer va perdida en su mundo.

—Hola, em, ¿se puede? —le pregunto.
—Hola, claro, hay espacio de sobra —bromea ella, volviendo al planeta tierra. — Soy Luna Lovegood, ¿y tú? —extiende su mano.
—_______ Fanning — estrecho su mano.
—Un gusto —responde con una sonrisa.
—El gusto es mio —digo devolviéndole la sonrisa.
—Y…. ¿eres nueva en Hogwarts? — pregunta la rubia cortando el silencio que se había formado.
—Sí, antes asistía a Beauxbatons, pero me expulsaron —Suelto una carcajada.
—¿Qué hiciste para que suceda eso? —pregunta la rubia, confusa.
—Créeme, no querrás saberlo —le contesto divertida.
—De acuerdo, pero algún día me lo tendrás que decir.
—Bien —sonrío. Comenzamos a hablar intercambiando opiniones y gustos.

En eso entra una pelirroja junto con dos chicos, uno de ellos un azabache muy peculiar.

—¡Harry, Ginny, Neville! —exclamo y los abrazo.
—¡___________! —dicen al unísono— Te extrañábamos.
—No tienen una idea de lo que yo a ustedes chicos —sonrío —Chicos, ella es Luna Lovegood. Luna, ellos son Harry Potter, Ginny Weasly y Neville Longbottom —los presento.
—Con Ginny ya nos conocemos, pero es un gusto, chicos.
—Igual —sonríen mis amigos a Luna.
—¿Qué haces aquí? —me pregunta confusa Ginny.
—¿No es obvio? Va a Hogwarts, Ginny —le contesta Harry.
—Ya lo sé, tonto. Lo pregunto porque ella va a Beauxbatons, o al parecer iba…
—Me expulsaron —le contesto indiferente pero a la vez divertida.
—¡¿________ KATHERINE FANNING, QUE HAS HECHO?! —me pregunta histérica la pelirroja.
—Oye Ginebra, cálmate, luego les contaré.
—¡No me digas así!
—Lo siento, es que me gusta verte enojada —sonrío, a lo que ella me mira de mala forma.

Los chicos ponen los baúles y la jaula de Hedwig, la lechusa de Harry, en la rejilla portaequipajes y se sientan. Luna mira fijamente a Harry sin pestañear.

—¿Han pasado un buen verano, chicas? —pregunta Ginny.
—Sí —respondemos al unísono.
—Sí, me lo he pasado muy bien —añade Luna, sin apartar la mirada de Harry—. Tú eres Harry Potter.
—Sí, lo sé —responde él. Neville ríe entre dientes, haciendo que la rubia se gire hacia él.
—Y tú no sé quién eres.
—No soy nadie —se apresura a decir Neville.
—Claro que sí —interviene Ginny, atajante—. Neville Longbottom, Luna Lovegood. Luna va a mi curso, pero es una Ravenclaw.
—“Una inteligencia sin límites es el mayor tesoro de los hombres” —recita Luna. Al terminar de decir esto levanta su revista, la cual está al revés, lo suficiente para ocultar su cara y no hablar. Los chicos se miran arqueando las cejas, a lo que cierta pelirroja y yo contenemos una risa.

Neville nos muestra su regalo de cumpleaños, el cual era una planta llamada Mimbulus mimbletonia que termina salpicándonos con un líquido verde oscuro con olor a estiércol seco.

Neville arrepentido, comienza a disculparse a lo que yo empiezo a reír por lo ridículo que nos vemos. En eso entra Cho Chang, quien solo dice un “hola” a Harry y luego se va. Luego de ese vergonzoso momento para Harry, con Ginny hacemos unos hechizos para quedar limpios como antes. Después de una hora Hermione y Ron aparecen acompañados de Crookshanks y Pigwidgeon.

—Estoy muerto de hambre —dice Ron.

Nada raro de él.

Deja a Pigwidgeon junto a Hedwig, le arrebata a Harry una rana de chocolate y se sienta a su lado. Abre el envoltorio, muerde la cabeza de la rana y se recuesta con los ojos cerrados, como si hubiera tenido una mañana agotadora.

Hermione está a punto de hablarme pero le hago una seña para que haga silencio mientras la abrazo.

—Hola Ron —le digo.
—Hola, ______ —dice desganado. Al darse cuenta de que era yo, se para de golpe—. ¡________!
—Hola, tonto —lo abrazo. Ambos nos sentamos.
—Hay dos prefectos de quinto en cada casa —explica Mione, sentándose—. Un chico y una chica.
—Y a ver si saben quién es uno de los prefectos de Slytherin —pregunta Ron, con los ojos cerrados.
—Malfoy —contesta al instante Harry.
—Por supuesto —afirma Ron con amargura; se mete otra rana a la boca y coge otra.
—Y Pansy Parkinson, esa tonta —añade Mione—. No sé como la han nombrado prefecta si es más tonta que un trol con conmoción cerebral.
—¿Quiénes son los de Hufflepuff? —pregunta Harry.
—Ernie Macmillan y Hannah Abbott —contesta Ron.
—Y Anthony Goldstein y Padma Patil son los de Ravenclaw —añade la castaña.
—Tú fuiste al baile de navidad con Padma Patil —dice Luna mirando a Ron
—Sí, lo sé.
—Ella no se lo pasó muy bien —informa Luna—. No está contenta en como la trataste, porque no quisiste bailar con ella. A mí no me habría importado —añade pensativa—. A mí no me gusta bailar —asegura, para volver a esconderse detrás de su revista.

Ron mira a Ginny en busca de respuesta, pero ella solo contiene su risa. Mueve negativamente la cabeza, desconcertado, y luego mira la hora.

—Tenemos que patrullar por los pasillos de vez en cuando —comenta—, y podemos castigar a alumnos si se portan mal. Estoy deseando pillar a Crabbe y a Goyle haciendo algo…
—¡No debes aprovecharte de tu cargo, Ron! —le regaña Mione.
—Sí, claro, como si Malfoy no pensara sacarle provecho al suyo —dice con sarcasmo.
—¿Qué vas a hacer? ¿Ponerte a su altura?
—No, sólo voy a asegurarme de pillar a sus amigos antes de que él pille a los míos.
—Ron, por favor…
—Los obligaré a escribir; eso les fastidiará mucho —dice y comienza a imitarlos, diciendo y escribiendo en el aire “No debo parecerme al trasero de un babuino”.

Todos reímos ante eso, pero nadie más fuerte de Luna, quien suelta una gran carcajada haciendo que Hedwig despertara, Crookshanks saltara a la rejilla portaequipajes bufando y que su revista caiga al suelo.

—¡Que gracioso! —exclama. Sus ojos se llenan de lágrimas mientras intenta recobrar el aliento, mirando fijamente a Ron. Todos reímos al ver la cara de Ron y también por la risa de cierta rubia que se mece adelante y atrás sujetándose los costados.
—¿Me estás tomando el pelo? —pregunta indignado Ron.
—¡El trasero… de un… babuino! —exclama con voz entrecortada sin soltarse las costillas.

Todos seguimos observando, pero Harry recoge la revista y le pregunta a Luna si puede leerla. Ella asiente sin dejar de reír. Al terminar de leer, Ron pregunta:
—¿Hay algo que valga la pena?
—Pues claro que no —se adelanta a decir Mione— El Quisquilloso es pura basura, lo sabe todo el mundo.
—Perdona —dice Luna, perdiendo su voz de soñador—. Mi padre es director.
—¡Oh…, yo…! —comienza a balbucear—. Bueno…, tiene cosas interesantes… Es muy…
—Dámela, por favor. Gracias —responde Luna con frialdad. Le arrebata la revista a Harry y se esconde tras ella, nuevamente.
—Oigan, será mejor que me cambie ya estamos llegando a Hogwarts —les digo a mis amigos.
—Okey, no te tardes demasiado, ¿sí? —me pide la castaña.
—Sí, mamá —le contesto graciosa.

Salgo del vagón y voy hacia el baño. Me cambio rápido y salgo de allí ya cambiada y lista. Veo el carrito de dulces, no me resisto y me acerco.

—¿Qué es lo que quiere? —pregunta con una sonrisa la vendedora.
—Deme esas ranas de chocolate y grageas de todos sabores, por favor.

Hace lo pedido, saco los galeones de mi bolsillo y le pago. Al darme vuelta choco con una persona, y no es nada más ni nada menos que Draco Malfoy. Mala suerte para mí, al verlo a los ojos me vuelvo a perder en ellos, como hace un año lo había hecho. Era mi amor platónico, y aún lo sigue siendo, en el primer momento en el que lo vi caí a sus pies, jamás me había pasado algo así. Era la primera vez que sucedía, porque mayormente eran los chicos los que caían a mis pies y no viceversa.

—Hola Fanning —me dice de manera, ¿dulce?

No, claro que no, es solo mi idea.

—Ho-hola Malfoy —tartamudeo—. Hace un año que no te veía —rio, nerviosa. Realmente lo estoy, no sé que me sucede.
—Sí, exactamente un año, Fanning —dice burlonamente.
—Umh… bue-bueno, yo estaba yendo al vagó-on —suelto otra risita nerviosa.

Oh, vamos ______, deja de tartamudear, pareces una idiota hablando así. Compórtate.

—Apresúrate porque ya llegamos, cariño —me contesta Draco, haciendo que me ruborice. Él se vuelve a ir por donde quiera que hubiera aparecido.
—Diablos, _______, ¡contrólate! —me regaño a mi misma por lo bajo.

—¡Hasta que apareces! —grita Ron. Me siento a su lado y trato de disimular mis nervios.
—Lo lamento, es que me perdí —miento, no quiero que sepan que me encontré con Draco Malfoy, ellos lo odian y me odiarían a mi si les dijera que me gusta—. Pero compré más dulces —digo agitando los dulces.
—¡Sí! —dice Ron arrebatándomelos.

El tren frenó y bajamos. Los chicos suben a los carruajes, mientras yo me junto con los niños de primer año para ir hacia Hogwarts en botes.

Genial, una grandulona con niños de 11 años. Parezco una niñera.

por **SuperCarrots** Miér 23 Ene 2013, 2:20 pm

Primera y fiel lectora, me encanto el capitulo ei, seguila.
Soy un amor. ¿Verdad? jajaja te amo.

por **Milapotato** Miér 23 Ene 2013, 2:27 pm

SuperCarrots escribió: Primera y fiel lectora, me encanto el capitulo ei, seguila.
Soy un amor. ¿Verdad? jajaja te amo.

Holaaaaaa, gracias por leer mi novela. Sí, lo eres, jajajajaja.
Yo a ti.

por **Milapotato** Miér 23 Ene 2013, 4:47 pm

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Capítulo 2: El sombrero seleccionador.

Al llegar a Hogwarts una señora, Minerva McGonagall, nos informa sobre lo que tenemos que hacer cuando entremos. A mí, al ser la mayor, me dice que seré la última en que seleccionarán. Nos ponen en una fila y entramos al Gran comedor, lo primero que hago al entrar es asombrarme de lo grande y hermoso que es aquel lugar, sobre todo el techo. Pero rápidamente me acuerdo de lo que me había dicho Mione un año atrás “El techo está encantado por magia para que tenga ese aspecto”.
Nombran a todos los niños y un gorro parlanchín los selecciona por distintas casas, Slytherin, lugar en el que quedan los más astutos; Griffindor, el hogar de aquellas personas valientes; Hufflepuff, donde van los trabajadores; y Ravenclaw, la casa de los inteligentes.

—¡Fanning, _______! —anuncia McGonagall. Me encamino hasta allí con elegancia y precisión.

Me siento en el taburete y miro hacia al frente. Al hacerlo me doy cuenta de que todos me miran, bajo rápidamente la mirada, algo perturbada. Me ponen el viejo y feo sombrero y aguardo unos segundos.

—¿Con que viejo y feo, eh? —suelta el sombrero.
—Ups, ¿te ofendí? —le contesto, burlonamente.
—No, niña, tranquila. Ya estoy acostumbrado a esto.
—Como digas… —digo en un susurro. El sombrero sigue investigando mi mente, o lo que sea que esté haciendo.
—Podría ponerte en Gryffindor, eres muy valiente.
—Es tu decisión, sombrerito, tu sabes —digo de forma divertida.
—No eres lo suficiente inteligente para pertenecer a Ravenclaw, así que descartamos esta casa.
—¿Estas insinuando algo, sombrerito? —le cuestiono alzando una ceja.
—Cree lo que quieras, niña. ¿Hufflepuff?, mmm… puedes ser muy leal pero no eres trabajadora. También eres orgullosa y testaruda, eres toda una Slytherin. No me decido, ¿Slytherin o Gryffindor?
—¡Solo dime una casa ya, por favor! —contesto exasperada.
—De acuerdo niña, tu sí que no eres paciente, eh —se queda callado unos segundos, haciendo que me desespere y esté a punto de estallar— ¡SLYTHERIN!
—¡Al fin! —me paro dejando el sucio sombrero en su lugar y camino hasta la mesa de mi nueva casa.

Mi casa me recibe con fuertes aplausos y algunos que otros saludos de bienvenida y felicitaciones. Miro la larga mesa en busca de alguien conocido y sonrío. Con la cabeza en alto y con pasos seguros me encamino hacia Valentina o Tina, como yo le llamo. Ella es igual a su hermano, Blaise Zabini, pero a diferencia que ella es menos morena. Los conocí el año pasado, en el torneo de los tres magos, que en aquel momento fueron cuatro al haber intervenido Lord Voldemort, quien puso el nombre de Harry Potter en el cáliz de fuego y en la última prueba le lanzó un avada kedavra a Cedric Diggory, aunque nadie quiera creerlo.

En ese año conocí a muchas personas con grandes personalidades, y otras no tanto como Pansy Parkinson, esa chica jamás me caería bien. No soy de esas personas que odia a la gente, pero ella es la primera en mi lista negra.

Llego a su lado y le pregunto al oído:
—¿Todavía te acuerdas de mí, niña?
Se da la vuelta y me responde. —¡Como me olvidaría de ti, _____! —me abraza.
—¡Me asfixias, Tina!
—Lo siento —dice soltándome.
—Te perdono, pero solo porque soy buena y bonita y…. —me interrumpen.
—Ya, deja el ego de lado, enana, y saluda a tu querido amigo —dice una voz tan conocida por mí. Me doy vuelta y me encuentro con Blaise Zabini, otro de mis amigos.
—¡BLAISE! —grito abalanzándome hacia él, haciendo que todos nos miren raro—. ¿Qué, ahora no puedo abrazar a mi amigo? —les pregunto, mi amigo moreno ríe al escuchar esto.
—Te extrañaba a ti y a tus locuras —dice dándome un beso en la mejilla para luego soltarme.
—Yo también te extrañé —le digo con una sonrisa.
—¿Y para mí no hay amor? —escucho alguien decir detrás de mí.
—¡THEO! —grito aún más alto y lo abrazo, a diferencia que esta vez no nos miran porque saben que él es mi mejor amigo desde que somos pequeños—. Te extrañé tanto.
—Y yo a ti, princesa —dice correspondiendo mi abrazo. Nos sentamos en la mesa, Dumbledore da la bienvenida, presenta a los nuevos profesores entre ellos una señora con cara de sapo vestida toda de rosa, ugh, quien hace un aburrido y estúpido discurso, en el cual no presto ni una pisca de atención, y finalmente el director hace aparecer la comida.

Siento que alguien me mira, cuando volteo hacia esa persona me encuentro con un par de ojos grises. Unos fríos y hermosos ojos grises. Draco hace una sonrisa socarrona ante mi pérdida y rápidamente bajo la mirada hacia mi plato con las mejillas coloradas. Siento como su sonrisa se vuelve aún más divertida ante mi sonrojo pero me niego a mirarlo y sigo comiendo algo perturbada e incómoda por lo ocurrido.

Terminamos de cenar y veo que mis amigos de Gryffindor me llaman con señas, así que decido ir con ellos. Luego encontraría el camino de la sala común.

—Hola chicos, ¿Qué sucede? —les pregunto al llegar.
—Hola ____, solo queríamos decirte que aunque pertenezcas a la casa de las serpientes, serás nuestra amiga —me dice Harry.
—Y ustedes los mios, chicos —les digo, hablamos un rato más pero les digo que tengo que ir hacia mi sala común. Me despido de ellos y me encamino sin rumbo.

¿Dónde se supone que esta la maldita sala común?

Diablos, el primer día y ya me pierdo.

—¿Perdida, Fanning?
—¡AH! —grito del susto—ah, eres tú, idiota —digo más tranquila.
—¿No te agrada encontrarte conmigo, Fanning?
—No me digas así, me llamo ________.
—De acuerdo, ________ —dice remarcando la última palabra.
—Ya, ¿me dirás donde queda la sala común, Draco? —le pregunto suplicante con una sonrisa que compra todo.
—Claro, pero a cambio de algo.
—¿Qué quieres? —pregunto cansada—. Sabes, no tengo ganas de juegos quiero ir a mi habitación —digo cambiando de tema.
—Bien, pero luego me lo darás.
—Como sea, vamos—digo agarrándole el brazo. Una corriente eléctrica pasa por todo mi cuerpo y me estremezco. Suelto su brazo bruscamente haciendo que me mire sorprendido, sólo un poco. Decido ignorarlo y encaminarme por el corredor izquierdo.
—Por ahí no, cariño —dice agarrándome esta vez el a mí, llevándome por el derecho.

Caminamos y caminamos en un incómodo silencio hasta que llegamos, la sala es muy elegante y está pintada con los colores de la casa, muy bonita debo decir. Rápidamente subo las escaleras hasta mi habitación murmurando un buenas noches al rubio, quien me responde de igual forma y me adentro a la habitación asignada. Estoy tan cansada que no me fijo con quien comparto cuarto, solo me cambio y me acuesto en la cama que tiene mis cosas.
Mañana tendré clases.
Genial.

por **tobias.** Miér 23 Ene 2013, 5:28 pm

Síguela!!!! Amo los dos capítulos, síguela por Draco!!! Haha síguela porfa.

por **Milapotato** Miér 23 Ene 2013, 5:37 pm

AnaPaulaHoran escribió:
Síguela!!!! Amo los dos capítulos, síguela por Draco!!! Haha síguela porfa.

Jajajajaja, hola. Ahora la seguiré, por ti y por Draco :)

por **Milapotato** Miér 23 Ene 2013, 5:49 pm

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Capítulo 3: Profesora de DCAO.

—¡Levántate, _______! Se nos hará tarde para el desayuno —escucho que alguien me llama y luego me destapa. Abro los ojos y me encuentro con una despeinada morocha, Valentina.
—Ya voy, Tina, cinco minutos más —digo dándome la vuelta y tapándome con las sabanas.
—Que cinco minutos ni ocho cuartos, _____, levántate. ¡AHORA! —vuelve a destaparme.
—¡AGH! Eres peor que mi madre, Zabini —contesto levantándome y fulminándola con la mirada.
—Así me amas, Fanning —dice sacándome la lengua.
—Sí, sí, como tu digas —digo entrando al baño. Me doy una pequeña ducha, me visto con el uniforme de mí casa y salgo para encontrarme con mi compañera tratando de desenredarse el cabello y me acerco a ella— Déjame que yo hago eso —digo arrebatándole el peine.
—Gracias, odio hacer esto —dice suspirando. Suelto una risita. Le cepillo el cabello y bajamos a desayunar.

En el desayuno nos la pasamos bromeando y hablando cosas sin sentidos.

—¿Qué dice el horario? —le pregunto a Blaise.
—Mm… Adivinación con Ravenclaw, pociones con Gryffindor, Historia de la Magia con Hufflepuff y por último Defensa Contra las Artes Oscuras con Gryffindor —dice leyendo los horarios.
—¡Ay no! Estoy que me duermo aquí y pretenden que tenga Historia de la Magia con Binns, no quiero ir —digo recostándome sobre la mesa, a lo que todos ríen—. No se rían, odio esa clase —vuelvo a sentarme derecha.
—Lo sabemos, princesa —dice Theo pasando un brazo sobre mi hombro a lo que Draco lo mira ¿enfadado? Si, sigue soñando, ______.
—Mejor vayamos a la maldita clase, o se nos hará tarde —digo sacando el brazo de Theodore y poniéndome de pie.

Todos me imitan y nos vamos. En toda la clase nos dispusimos a jugar con Tina a un juego muggle, el cual era muy divertido. Al terminar soy la primera en pararme de la silla y largarme de ahí para ir hacia pociones, una de mis clases favoritas.

Con Vale somos las primeras en llegar, luego aparecen unos cuantos de Gryffindor y Slytherin y por último el profesor Snape. Me siento junto a Tina y el profesor comienza a decirnos sobre los TIMOS y ÉXTASIS. Al terminar nos dice que tenemos que hacer el filtro de la paz y debo decir que mi compañera no es mala en esto. Terminamos la poción y conseguimos una E.

Una vez terminada la clase de Pociones nos encaminamos hacia Runas Antiguas, pasan las horas hasta que por fin llega Defensa contra las Artes Oscuras. Al llegar al aula, la profesora ya está sentada en su sitio.

—¡Buenas tardes a todos! —saluda cuando nos sentamos. Algunos responden con un tímido “Buenas tardes” —. ¡Ay, ay, ay! —exclama—. ¿Así saludan a su profesora? Me gustaría oírlos decir: “Buenas tardes, profesora Umbridge”. Así que volvamos a empezar. ¡Buenas tardes a todos!
—¡Buenas tardes, profesora Umbridge! —respondemos.
—Eso está mucho mejor —felicita con dulzura—. ¿A que no ha sido tan difícil? Guarden sus varitas y saquen plumas y pergamino, por favor.

Todos nos miramos extrañados, pero de igual manera obedecimos. La profesora abre su bolso y saca su varita, da unos golpecitos sobre la pizarra y allí aparece escrito:

Defensa contra las artes oscuras:
Regreso a los principios básicos.

—Muy bien, hasta ahora su estudio de esta asignatura ha sido muy irregular y fragmentado, ¿verdad? —Nos dice, con sus manos entrelazadas frente al cuerpo—. Por desgracia, el constante cambio de profesores, muchos de los cuales no seguían, al parecer, ningún programa de estudio aprobado por el Ministerio, ha hecho que estén muy por debajo del nivel que nos gustaría que alcanzaran en el año del TIMO. Sin embargo, les complacerá saber que ahora vamos a rectificar esos errores. Este año seguiremos un curso sobre magia defensiva cuidadosamente estructurado, basado en la teoría y aprobado por el Ministerio. Copien esto, por favor —pide.

Vuelve a golpear la pizarra con su varita, haciendo desaparecer lo anterior y apareciendo los objetivos de la clase.

Todos comenzamos a copiar, al terminar la profesora pregunta:
—¿Tienen todos el ejemplar de “Teoría de defensa mágica”, de William Slinkhard? —se escuchan algunos murmullos—. Creo que tendremos que volver a intentarlo. Cuando les haga una pregunta me responderán: “Si, profesora Umbridge” o “No, profesora Umbridge” ¿De acuerdo?, bien. Veamos: ¿tienen todos un ejemplar de “Teoría de defensa mágica”, de William Slinkhard? —vuelve a preguntar.
—Sí, profesora Umbridge —contestamos al unísono.
—Muy bien, quiero que abran el libro en la página cinco y lean el capítulo uno, y en silencio, por favor.

La profesora vuelve a sentarse detrás de su escritorio, observándonos.

Esto es tan aburrido como estar en una clase de Binns.

Ya aburrida de leer, levanto mi cabeza. Observo la clase, y me encuentro con Hermione, que ni siquiera había abierto su libro. Solo mira fijamente a la profesora con una mano levantada. Ésta la ignora.

Al parecer no soy la única, porque los demás también han dejado sus libros y están prestando atención a lo que Mione hace. La profesora no pudo contenerse más y le preguntó:
—¿Quería hacer alguna pregunta sobre el capítulo, querida?
—No, no es sobre el capítulo.
—Ahora estamos leyendo —contesta—. Si tiene una alguna duda podemos solucionarla al final de la clase.
—Tengo una duda sobre los objetivos del curso —aclara Mione a lo que la profesora arquea la cejas.
—¿Cómo es su nombre, por favor?
—Hermione Granger.
—Mire, señorita Granger, creo que los objetivos de la clase están muy claros si los lee con atención.
—Pues yo creo que no —suelta Mione—. Ahí no dice nada sobre la práctica hechizos defensivos.
—Hermione tiene razón, ahí no dice nada sobre la práctica —comento.
—¿Su nombre? —cuestiona refiriéndose a mi.
—________ Fanning —respondo.
—Bueno, señoritas Granger y Fanning, no me imagino que en mi aula pueda surgir ninguna situación que requiera la práctica de un hechizo defensivo por parte de los alumnos. Supongo que ustedes no esperan ser atacados durante la clase, ¿verdad?
—¡¿Entonces no vamos a usar magia?! —exclama Ron en voz alta.
—Por favor, levante la mano, señor…
—Weasly —completa Ron levantando la mano.

La profesora sonríe y le da la espalda. Harry, Mione y yo levantamos la mano inmediatamente. Umbridge mira un momento a Harry antes volverse a Hermione.

—¿Si, señorita Granger? ¿Quiere preguntar algo más?
—Sí —contesta ella—. Es evidente que el único propósito de la asignatura Defensa Contra las Artes Oscuras es practicar los hechizos defensivos, ¿no es así?
—¿Acaso es usted una experta docente preparada por el Ministerio, señorita Granger? —le pregunta con una falsa voz dulce.
—No, pero…
—Entonces me temo que usted no está cualificada para decidir cuál es el propósito de la asignatura —le interrumpe Umbridge—. Magos mucho mayores y más inteligentes que usted han diseñado nuestro nuevo programa de estudio. Aprenderán los hechizos defensivos de forma segura y libre de riesgos…
—¿De qué va a servirnos eso? —Inquiere Harry en voz alta—. Si nos atacan, no va a ser de forma…
—¡La mano, señor Potter! —lo interrumpe canturreando. Este levanta un puño, pero la profesora una vez más le da la espalda.
—¿Si, señorita Fanning?
—Bueno, creo que Harry tiene razón. Si nos atacan, no vamos a estar libres de riesgos.
—Repito —dice mirándome de forma irritante—: ¿espera ser usted atacada durante mis clases?
—No, pero…

No me deja terminar la frase:
—No es mi intención criticar el modo en que se han hecho hasta ahora las cosas en este colegio —comienza a explicar, con una sonrisa—, pero en esta clase han estado ustedes dirigidos por algunos magos muy irresponsables, sumamente irresponsables —aclara—. Por no mencionar a algunos híbridos peligrosos en extremo…
—Si se refiere al profesor Lupin —salta Dean, enojado—, era el mejor profesor que jamás habíamos tenido.
—¡La mano, señor Thomas! Como iba diciendo, los han iniciado con hechizos demasiado complejos e inapropiados para su edad, y letales en potencia. Los han asustado y les han hecho creer que podrían ser víctimas de ataques de las fuerzas oscuras en cualquier momento…
—Eso no es cierto —la interrumpe Mione—. Solo nos han…
—¡No ha levantado la mano, señorita Granger!

Hermione lo hace y la profesora le da la espalda.

—Tengo entendido que mi predecesor no sólo realizó maldiciones ilegales de ustedes, sino que incluso las realizó con ustedes.
—Bueno, resultó que era un maníaco, ¿no? —terquea Dean—. Y aún así aprendimos muchísimo con él.
—¡No levantó la mano, señor Thomas! Bueno, el Ministerio opina que un conocimiento teórico será más que suficiente para que aprueben el examen, al fin y al cabo es a lo que vienen ustedes al colegio. ¿Su nombre? —le pregunta a Parvati, que acababa de levantar la mano.
—Parvati Patil —responde—. Pero ¿no hay una parte práctica en el TIMO de DCAO? ¿No se supone que tenemos que demostrar que sabemos hacer los contrahechizos y esas cosas?
—Si han estudiado bien la teoría, no hay ninguna razón para que no puedan realizar bien los hechizos para el día del examen.
—¿Sin haberlos estudiado antes? —pregunta con incredulidad, Parvati—. ¿Significa que no vamos a hacer los hechizos hasta el día del examen?
—Repito, si estudian bien la teoría…
—¿ Y de qué nos va a servir la teoría en la vida real? —interviene Harry, que había vuelto a levantar el puño.
—Esto es el colegio, señor Potter. No la vida real.
—¿Acaso no se supone que tenemos que prepararnos para lo que nos espera afuera del colegio?
—No hay nada esperando afuera, señor Potter.
—¿Ah, no? —insiste Harry, echando humos.
—¿Quién atacaría a unos niños como ustedes? —pregunta la profesora con un tono molesto.
—Mmmm… Voldemort, quizá.

La clase se escandaliza. La profesora ni se inmuta, solo mira a Harry con satisfacción y dice:
—Diez puntos menos para Gryffindor. Y ahora, permítanme aclarar algunas cosas —se pone de pie y se inclina hacia nosotros con las manos apoyadas en la mesa—. Les han contado que cierto mago tenebroso ha recusitado…
—¡No estaba muerto —corrige Harry—, pero sí, ha regresado!
—Señor Potter, ya ha hecho perder diez punto a su casa, no lo estropee más —le dice sin mirarlo—. Como iba diciendo, les han informado de que cierto mago tenebroso vuelve a estar suelto. Pues bien, es mentira.
—¡No es mentira! —contradice Harry, enfurecido—. ¡Yo lo vi con mis propios ojos! ¡Luché contra él!
—¡Castigado, señor Potter! —exclama—. Mañana por la tarde. A las cinco. En mi despacho. —Se vuelve hacia la clase y dice—: Repito, eso es mentira. El Ministerio de la Magia garantiza que no están ustedes bajo la amenaza de ningún mago tenebroso. Si alguno todavía está preocupado o si alguien está asustándolos, me gustaría que me lo contaran. Estoy aquí para ayudar. Soy su amiga. Y ahora, ¿podemos seguir con la lectura, página cinco, por favor?

Tras terminar de decir esto, se vuelve a sentar. Pero Harry, en cambio, se levantó. Todos lo miramos expectantes. Hermione trata de frenarlo, pero es imposible.

—Entonces, según usted, Cedric Diggory se cayó muerto así porque sí, ¿verdad? —pregunta con voz temblorosa.
—La muerte de Cedric Diggory fue un trágico accidente —dice cortante.
—Fue un asesinato. Lo mató Voldemort, y usted lo sabe.
—Venga aquí, señor Potter —le dice con una suave e infantil voz.

Harry aparta la silla de una patada y da unas zancadas hasta la profesora. Ella saca de su bolso un trozo de pergamino rosa, lo extiende sobre la mesa, agarra la pluma y escribe en él. Al terminar enrolla el pergamino y se lo entrega.

—Lleve esto a la profesora McGonagall, haga el favor.
El la recoge y se va sin decir nada.
—Bien, alumnos. Ahora que el señor Potter no nos interrumpirá, ¿podemos seguir con la lectura en la página cinco, por favor? —pregunta con serenidad. Todos asentimos.

Nos miramos de reojo con Tina, y comenzamos a leer.

por **tobias.** Miér 23 Ene 2013, 6:07 pm

Estúpida Umbridge, haha síguela cuando puedas, de verdad soy tu fan 1!!!

por **SuperCarrots** Jue 24 Ene 2013, 1:54 pm

Hola Mila , me encantaron los capitulos! Tienes que seguir! SIGUELO WEY lol...
Es una coincidencia que tu mejor amiga se llame Valentina como yo. Te amo. Beso , muah.

por **KathMalfoy** Jue 24 Ene 2013, 2:15 pm

Nueva lectora
Me encanta tu novela ^^
Los primeros capítulos son geniales!
Y me encanta tu manera de escribir :3
¡Siguela pronto!
Att: Tu nueva lectora, Kath.

por **Milapotato** Jue 24 Ene 2013, 6:18 pm

AnaPaulaHoran escribió:
Estúpida Umbridge, haha síguela cuando puedas, de verdad soy tu fan 1!!!

Jajajaja, muchas gracias ¿Ana?, ¿te puedo llamar así?
La seguiré pronto, besitos :)

por **Milapotato** Jue 24 Ene 2013, 6:21 pm

KathMalfoy escribió: Nueva lectora
Me encanta tu novela ^^
Los primeros capítulos son geniales!
Y me encanta tu manera de escribir :3
¡Siguela pronto!
Att: Tu nueva lectora, Kath.

Muchas gracias, Kath!!
Te lo agradezco, es la primera vez que escribo y me agrada saber que les guste, jep :D
La seguiré cuanto antes. Besitos, muchos.

por **tobias.** Jue 24 Ene 2013, 6:23 pm

Milapotato escribió:
AnaPaulaHoran escribió:
Estúpida Umbridge, haha síguela cuando puedas, de verdad soy tu fan 1!!!

Jajajaja, muchas gracias ¿Ana?, ¿te puedo llamar así?
La seguiré pronto, besitos :)

Si, dime así, sigue cuando puedas. Besos.

por **Milapotato** Jue 24 Ene 2013, 6:36 pm

SuperCarrots escribió:Hola Mila , me encantaron los capitulos! Tienes que seguir! SIGUELO WEY lol...
Es una coincidencia que tu mejor amiga se llame Valentina como yo. Te amo. Beso , muah.

Hola wey, jajajaja.
Gracias, y sí, mucha coincidencia la verdad, ¿no?
Io te amo a ti, Tinaaaaaaaa. Otro kiss para ti, muakkkkkk <3

por **Pao Mijares** Jue 24 Ene 2013, 6:44 pm

HOLA!! soy tu nueva lectora y me encanta tu novela por fas síguela lo mas pronto posible espero ansiosa el siguiente capítulo

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Mi Vida junto a El -ZaynM & tu- (hot)

La Hija del Ministro*Zayn Malik & ___*Hot*

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