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Compromiso Fingido (Nick y Tú) [Terminada]
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Compromiso Fingido (Nick y Tú) [Terminada]
Bueno vuelvo a las adaptaciones de Nick y tu :B Me llamo Camila (?)
Nombre: Compromiso Fingido
Autor: TheOliveAndAnArrow
Adaptación: Si (Leanne Banks)
Género: Romance, Hot
Advertencias: no creo >.<
Otras Páginas: nop :B
Here I go!
_______________________
Argumento:
De la noche a la mañana, se encontró prometida a un extraño
Años después de huir de Hollywood, la actriz ________ McCord se enfrentaba a su papel más difícil. Nick Jonas, un magnate de la industria del cine al que no había visto nunca, anunció su compromiso con ella. Y, para colmo de males, se instaló en su refugio de Montana, donde ella se creía a salvo de la vorágine mediática de Los Ángeles. Obligada a seguir con la farsa para proteger a su hermana, ________ se vio inmersa en un mundo de estrenos, promociones y juegos de poder. Sin embargo, el auténtico peligro estaba en sucumbir a los encantos del jefe de publicidad de Jonas Pictures.
Prólogo
—Apuesto mi Ferrari —dijo Devlin Jonas.
La habitación olía a humo de puro, a rivalidad fraternal y también a whisky del caro.
—Vendiste el Ferrari —le dijo Nick, recolocando las cartas que tenía en la mano—. Apuesto mi whisky añejo de veinticinco años.
—Bueno, no es más que un tecnicismo —contestó Devlin, dándole una calada al puro—. Paso.
—Tus cartas deben de oler como tus pies —dijo Nick.
Max Jonas le dio un sorbo a su copa.
—Yo voy.
Su primo, Jack Jonas, masculló un juramento.
—No ha dicho mucho. Eso quiere decir que tiene algo gordo.
Jack era muy buen fisonomista, pero Nick sabía que Max podía tirarse un farol delante de cualquiera de ellos.
—Eso es lo que quiere que creas.
Max miró a Nick de reojo.
—Tu psicología barata de relaciones públicas se te ha subido a la cabeza.
—Lo que tú digas —dijo Nick—. Yo sé cuándo me están tomando el pelo.
Jack miró a Nick y después a Max.
—Voy, y añado mi Patrón.
—Estás acabado —dijo Nick.
—Cierra el pico —replicó Max. Devlin gruñó.
En ese momento sonó el móvil de Nick.
—Oh, no. ¿Es otra de tus jovencísimas novias? —preguntó Jack.
—A él le van las más jovencitas —dijo Max, que estaba de acuerdo.
—Las mayores saben demasiado —intervino Dev.
—Nick Jonas —dijo al teléfono.
—Soy el agente Walker del Departamento de policía de Los Ángeles. Le llamo de parte de la señorita Nicki McCord. La han detenido por conducir ebria y ha pedido que lo avisaran —el hombre se aclaró la garganta—. No se encuentra bien en este momento.
Nick se puso en pie.
—¿Adonde la llevan?
El agente le dio la dirección.
—Señor, iba en sentido contrario por una calle de un solo sentido y estuvo a punto de chocar con una familia que volvía de Disneylandia.
Nick se pasó la mano por el cabello y sacudió la cabeza.
—Llegaré tan pronto como pueda —dijo y colgó el teléfono—. Lo siento. Es Nicki McCord. Tengo que irme.
—Conducción en estado de embriaguez, ¿no? —dijo Devlin.
Nick asintió.
—Maldita sea —dijo Max—. ¿Qué vamos a hacer con la precampaña para Sala de espera? Se suponía que Nicki iba a empezar la gira de promoción la semana que viene.
—Si hubieras tratado con su hermana ________… —dijo Jack—. He oído que es muy profesional.
—Sí, pero dejó plantado a su marido durante su última película —afirmó Devlin.
—Con Peter Horrigan, nunca se sabe cuánto hay de verdad.
A Nick se le acabó el buen humor.
—Voy a tener que averiguar algunas cosas.
—Tú eres el que siempre resuelve todos los problemas —dijo Devlin—. Ve y haz lo que mejor se te da.
Capítulo 1
—Soy Nick Jonas. Su hermana ha sufrido un contratiempo.
A ________ McCord se le cayó el corazón a los pies al mirar a aquel hombre alto y apuesto que la observaba con unos penetrantes ojos azules desde el porche.
—¿Se encuentra bien? ¿Está…? —preguntó, temiéndose lo peor.
—Está viva —afirmó él y señaló la puerta—. ¿Puedo pasar?
—Claro —dijo ________, apartándose el pelo de la cara
Se hizo a un lado y apartó a June, su perra, del umbral.
Aunque la preocupación por Nicki absorbiera todos sus pensamientos, no pudo evitar fijarse en la impresionante estatura de aquel hombre. Olía a cuero de primera calidad y a algo más; un aroma masculino y poderoso.
Miró hacia fuera y vio el todoterreno aparcado delante de la casa. Para que uno de los Jonas, una de las familias más influyentes de Hollywood, se hubiera dignado a hacerle una visita en su rancho de Montana, algo horrible debía de haber ocurrido.
A ________ se le agarrotó el estómago.
—Por favor, dígame lo que sea. ¿Está en el hospital?
—No, está en rehabilitación —dijo Nick—. La arrestaron por conducir ebria. Iba en sentido contrario en una calle de sentido único. La policía dice que iba casi a 190 kilómetros por hora y estuvo a punto de tener una colisión frontal con una familia que venía de Disneylandia.
—Oh, Dios mío —dijo ________, consternada.
Unos repentinos mareos la hicieron tambalearse, pero los fuertes brazos de Nick la sostuvieron en el aire.
—¿Quiere sentarse? —le preguntó, mirándola a los ojos.
Ella asintió.
—Sí, gracias.
Nick la condujo hasta un mullido sofá del salón.
—¿Dónde está la cocina? Le traeré un poco de agua.
—Está al final del pasillo —dijo ella, apoyando la cabeza en las manos, castigándose a sí misma.
«Si Nicki me hubiera escuchado…», pensaba.
Muchas veces le había pedido que se tomara la vida con más calma, pero Nicki jamás le había hecho caso. Su hermana pequeña estaba decidida a llegar a ser alguien, de una forma u otra, pero en los últimos meses se había hecho mucho más conocida por su delirante vida nocturna que por sus dotes interpretativas.
En ese momento Nick regresó con el vaso de agua y, al verla hacer el amago de levantarse, sacudió la cabeza.
—Todavía está muy pálida —le dijo.
Ella bebió un sorbo de agua y respiró con dificultad.
—Debería ir a verla.
—No puede. Nadie puede verla durante el período de desintoxicación.
Ella lo miró fijamente.
—¿Ni siquiera un miembro de su familia?
—Nadie. Fue una de las condiciones para que pudiera entrar. La clínica tiene unos índices muy bajos de recaídas.
Incapaz de seguir sentada, ________ se puso en pie.
—Intenté que parara. Incluso conseguí convencerla para que pasara unos días aquí conmigo, en el rancho. Esperaba que el aire fresco y la tranquilidad la ayudaran a olvidarse de las fiestas, pero sus amigos no hacían más que llamarla y mandarle mensajes de texto. Al final se puso impaciente y se marchó. Le hice prometer que tendría más cuidado.
—Ahora tendrá la ayuda que necesita.
________ trató de contener las lágrimas.
—He fracasado con ella. Debería…
Nick le puso una mano en el hombro.
—Ya es adulta, y es libre de hacer lo que quiera, esté bien o mal. No puede controlar todo lo que hace.
________ sabía que Nick tenía razón. Ella le habría dicho lo mismo a cualquiera que estuviera en esas circunstancias, pero eso no atenuaba la culpa y la impotencia que la carcomían por dentro.
Respiró hondo y entonces sintió una profunda gratitud hacia los Jonas. Ellos habían llevado a su hermana a un lugar seguro.
—Muchísimas gracias por haberos ocupado de ella. Me gustaría haber estado allí para ayudarla, pero ahora sé que tiene quien la ayude. Podría haber sido mucho peor.
El asintió con la cabeza y entonces la miró con detenimiento.
—Todo el mundo quiere que Nicki se recupere. El problema es que esto ha ocurrido en un momento difícil para Jonas Pictures. Nicki se estaba preparando para hacer la promoción de Sala de espera. Su estancia en la clínica podría dañar la imagen de la película en los medios.
________ llevaba años fuera de ese mundo, pero aún recordaba muy bien toda la parafernalia de relaciones públicas: las entrevistas con los medios, los eventos, las ruedas de prensa, las premieres, las apariciones públicas…
—Es difícil —dijo y se encogió de hombros—. Pero si mi hermana está en rehabilitación, no se puede hacer nada.
Nick la miró con determinación y firmeza.
—No estoy de acuerdo —le dijo en un tono aterciopelado, pero implacable—. En este caso, la prensa necesita una distracción. Anoche, después de ocuparnos de Nicki, tuvimos una reunión de emergencia y encontramos una soNickión.
________ se encogió de hombros, sin entender el propósito de aquella conversación. Su mayor preocupación era Nicki, y no la productora de una célebre estirpe de magnates de la industria del cine.
—Me alegro.
Nick esbozó una retorcida sonrisa cargada de sarcasmo.
—Ya veremos —su sonrisa se desvaneció en un abrir y cerrar de ojos—. Para desviar la atención de Nicki, dimos un comunicado a la prensa ayer por la noche. Anunciamos que usted y yo estamos comprometidos.
________ se quedó atónita y parpadeó varias veces.
—Lo siento, pero creo que no he entendido bien —le dijo, sacudiendo la cabeza.
—Por lo que respecta a la prensa, estamos comprometidos.
________ volvió a negar con la cabeza, aún más deprisa.
—Oh, no, desde luego que no. Ni siquiera lo conozco. Y no quiero conocerlo —añadió para resaltar su negativa—. Hace muchos años que dejé Hollywood y lo hice para alejarme de ese mundo falso y delirante. No…
—Ya está hecho —la interrumpió en un tono intransigente—. Si no quiere que la reputación de su hermana se vaya al traste, debe cooperar.
La frialdad cortante de aquella voz hizo mella en la decisión de ________. Contempló aquellos ojos profundos y entonces vislumbró una crueldad que la hizo estremecerse.
—Eso suena casi a chantaje.
—Llámelo como quiera. Soy bueno, pero no puedo hacer milagros. Su hermana ha armado una buena, y alguien tiene que pagar por ello. Su falta de madurez y disciplina ha puesto en peligro la promoción de la película.
________ apenas podía aguantar las ganas de salir en defensa de su hermana.
—Usted no tiene ni idea de lo que ha pasado Nicki. Cuando nuestros padres se divorciaron pasó por unos momentos muy duros. De hecho, casi habría sido mejor que se quedara huérfana, teniendo en cuenta la atención que le prestaban nuestros padres. Lleva muchos años Nickhando contra esos recuerdos, intentando reparar el daño.
—Y para eso está la terapia —dijo Nick—. Nadie tiene una vida perfecta. En algún momento tenemos que crecer y hacernos responsables de nuestra propia vida y de lo que queremos. Y a Nicki ya le ha llegado ese momento.
Aunque hubiera algo de verdad en sus palabras, ________ no podía perdonar semejante falta de compasión.
—Es muy fácil decirlo cuando se tiene una vida perfecta. Supongo que la suya no anda muy lejos de serlo. Los Jonas son perfectos y poderosos.
Él le lanzó una sonrisa amarga.
—La razón por la que cree que somos perfectos y poderosos es que yo sé hacer muy bien mi trabajo con la prensa. Y eso es lo que estoy haciendo en este momento para proteger nuestros intereses y los de su hermana.
________ montó en cólera.
—Buen intento, pero no creo que funcione. No creo que haya nadie interesado en mí a estas alturas —dijo—. Ya no estoy bajo los focos de Hollywood. Por lo que respecta a los paparazzi, llevo una vida muy aburrida y tranquila rescatando caballos en el rancho de mi tío. Y eso es lo que tengo intención de seguir haciendo.
—Una vez más se equivoca. Usted fue la niña bonita de Hollywood. Las mujeres la envidiaban y los hombres la deseaban. Su última película se estrenó hace un año y se espera que el DVD, que sale dentro de dos semanas, rompa récords de ventas.
________ masculló un juramento silencioso.
—Entonces, hablando en términos de relaciones públicas, soy una de las sensaciones del momento —dijo, sintiéndose impotente. Aquel ardid mediático ya empezaba a agarrotarle los miembros como si fuera una camisa de fuerza—. Pero no funcionará. Tengo un rancho.
—Me voy a quedar en el rancho durante un tiempo y después haremos una estruendosa aparición pública en Los Ángeles dentro de unas semanas.
A ________ le dio un vuelco el estómago.
—No podría fingir ser su adorable prometida ni dos segundos.
—Ganó un Globo de Oro y la nominaron para los Oscar. Esto será pan comido.
—Pan comido —repitió ________ en un tono incrédulo—. Bien podría haberme prometido con el demonio. Una vez me casé con un hombre que sólo me quería para… —se detuvo.
Había heridas que aún no habían cicatrizado.
—No voy a volver a fingir.
—Lo hará, por su hermana —le dijo Nick.
Furiosa, ella fue hacia el armario y sacó sus botas. Era un buen momento para limpiar los establos. Tenía que quemar la energía que amenazaba con hacer erupción en cualquier momento.
—¿Dónde quiere que me quede mientras esté aquí? ¿Tiene habitación de invitados? —le preguntó Nick.
________ se mordió el labio y reprimió las respuestas soeces y groseras que le venían a la mente.
—Sé que preferiría que me quedara en el granero —le dijo él con una amarga carcajada.
—Oh, no. No querría hacer sufrir a mis caballos —dijo ella—. La segunda puerta a la derecha del pasillo. Tiene un camastro de hierro y una alfombra de piel de oveja en el suelo. Puede usar esa habitación —dio media vuelta y salió de la casa con aires de satisfacción.
Nick llevó la maleta a la habitación y, al entrar, miró a su alrededor. Estaba en un dormitorio completamente pintado de rosa, con estampados florales tanto en las cortinas como en la ropa de cama.
La habitación de una chica, o de una niña… A punto de sufrir una reacción alérgica, se frotó los ojos y trató de no mirar los encajes que decoraban las fundas de las almohadas y los bordes del cubrecama.
¿Cómo iba a concentrarse para trabajar en esa habitación? La cómoda estaba llena de accesorios y utensilios femeninos, desordenados y puestos de cualquier manera; algo que Nick no podía soportar. El desorden no era para él y, por ello, su trabajo consistía en arreglar los líos de otros. Y ése era el motivo por el que estaba allí.
De pronto pensó en la mujer que lo iba a ayudar a montar aquella farsa. Era mucho más impactante en persona que en la gran pantalla. El más mínimo cambio de emoción se reflejaba intensamente en sus expresivos ojos, y era bastante difícil dejar de mirarla. El siempre había sido buen fisonomista, pero ________ era demasiado complicada.
No había sido necesario leer su informe. La historia personal de las estrellas de Hollywood era de dominio público gracias a las revistas y los periódicos. Se había rumoreado que una aventura con un compañero de reparto había desencadenado la ruptura de su matrimonio con uno de los grandes productores de Hollywood.
Y entonces había desaparecido.
Pero su talento y belleza, no; ni tampoco la sensualidad latente que ardía bajo aquella coraza insensible.
De hecho, el mismo Nick se habría sentido tentado de conocer los secretos de ________ fuera y dentro de la cama si no se hubiera sabido tan bien la lección: salir con actrices nunca era una buena idea.
En ese momento sonó su teléfono móvil.
Era Max.
—Oye, ya está hecho —le dijo.
—Quería asegurarme, como no me has llamado…
—Me llevó un poco más de lo que esperaba alquilar el todoterreno. El rancho de ________ está en el fin del mundo. Es evidente que quería olvidarse de Hollywood para siempre.
—¿Y qué tal se lo tomó?
—Depende de la noticia —dijo Nick, mientras intentaba encontrar la forma de abrir las cortinas—. Lo de Nicki la afectó mucho. Quería ir a verla.
—Pero te ocupaste de eso, ¿no?
—Sí.
—¿Y qué tal se tomó lo del inminente compromiso?
Nick frunció el ceño y sacudió la cabeza.
—Hay que ver qué cosas hago por el negocio familiar. Digámoslo así: me alegro de que no hubiera ningún objeto cortante cerca de nosotros cuando se lo dije.
Max soltó una carcajada.
—¿Quieres decir que no se moría por comprometerse con uno de los solteros más codiciados de la ciudad?
—Te lo estás pasando muy bien, ¿verdad?
—A lo mejor tú también podrías si jugaras bien tus cartas. ________ McCord es muy atractiva. Hace algunos años una revista la nombró la mujer más sexy del mundo. ¿Cómo se llamaba?
«Varias revistas», pensó Nick.
Recordaba una foto en particular, tomada durante el rodaje de una de sus películas. Llevaba una camisa de hombre medio desabrochada, y nada más. La instantánea dejaba entrever una generosa parte de su inmaculado escote y sugería unos turgentes pezones, además de mostrar unas piernas kilométricas. Aquella imagen había alimentado las fantasías de millones de hombres.
—Ahora mismo no está muy sexy que digamos —dijo Nick, ahuyentando la imagen de su mente—. Está furiosa conmigo y con todos los Jonas.
—Oh, ¿pero es que se ha vuelto fea?
—No —dijo Nick, exasperado—. Aún es guapa, pero está muy molesta por lo del compromiso.
—Debería estarnos agradecida por haber logrado que la loca de su hermana entrara en rehabilitación tan rápido.
—Y lo está. Pero no quiere verse en el punto de mira de la opinión pública de nuevo —al abrir el armario lo encontró vacío y entonces sintió un gran alivio. Ahí podía guardar todas las cosas que estaban sobre la cómoda.
—¿Crees que seguirá adelante con ello? —le preguntó su hermano.
—No tiene elección. Por eso está tan molesta —dijo Nick—. Pero su frustración no tiene importancia siempre que colabore.
—Ya he oído ese tono de voz antes. Y no sé si sentir pena por ti o por ella.
—Por mí no tienes que sentir ninguna pena —dijo Nick, mirando las paredes de color rosa y apretando los dientes—. Yo sé cuidar de mí mismo.
Después de limpiar los establos y dar de comer a los caballos, ________ regresó a la casa, todavía molesta, pero tranquila. Dejó las botas delante de la puerta de entrada y, de camino al dormitorio, percibió un agradable aroma que salía de la cocina. La puerta de Nick Jonas estaba abierta. Miró dentro… y por un instante no pudo creer lo que veían sus ojos. Nick estaba sentado frente al portátil, pero las cortinas ya no estaban, ni tampoco las almohadas, por no hablar de las Figuritas y cofres de porcelana. Incluso los cuadros que colgaban de las paredes habían desaparecido. Una manta oscura que debía de haber sacado del armario del pasillo cubría la cama. Las ventanas estaban descubiertas.
________ entró en la habitación.
—¿Dónde están…?
—En el armario —dijo él sin dejarla terminar. Se puso en pie—. He hecho algunos cambios provisionales. Lo volveré a dejar todo donde estaba cuando me vaya. Aunque la decoración era… encantadora, era fácil distraerse con ella. Tengo que concentrarme en el trabajo.
Ella miró las desnudas ventanas y asintió.
—De acuerdo —le dijo, pensando que siempre lo despertarían los primeros rayos de sol.
Pero eso no era asunto suyo.
—No hay problema —añadió—. ¿A qué huele?
—Mi chef me preparó comida antes de irme —dijo Nick—. Cuando le dije que me iba a Montana, creyó que iba a quedar atrapado a la intemperie en mitad de una tormenta de nieve —miró por la ventana. La nieve caía copiosamente—. Casi acertó. ¿Tienes hambre? —preguntó, tuteándola.
________ quería decir que no. No lo quería allí. El había irrumpido en su vida sin invitación y se había colado en el apacible mundo que tanto trabajo le había costado conseguir.
Pero su estómago rugía silenciosamente y probar lo que él le ofrecía no tenía nada de malo. Además, ella nunca había sido buena cocinera.
—Un poco —admitió.
—Entonces come algo, si quieres. Hay pollo asado y verduras. Y pan casero —añadió en un tono de advertencia—. No hay mujer en Los Ángeles que pruebe el pan.
«Pan casero…», pensó ________, intentando ocultar la emoción mientras sus pies la llevaban rumbo a la cocina.
—Yo no estoy en Los Ángeles —le dijo ella.
El la siguió.
—¿Te han dejado subir eso en el avión? —le preguntó ella al ver una caja con asas sobre la encimera.
—Fleté un jet.
—Oh, claro —dijo ________, recordando los viejos tiempos, en los que ella también iba en avión privado.
Aquellos días ya estaban muy lejos. Su carrera como actriz ya era historia y rara vez echaba de menos todos los extras de aquella glamurosa vida. Sin embargo, sí había una excepción: contar con el servicio de un chef. La cocina nunca se le había dado bien.
Miró dentro de la caja y aspiró el aroma a pan recién hecho.
«El cielo en la tierra», pensó.
Aunque con reticencia, miró a Nick a los ojos.
—¿Seguro que no te importa compartir? —le preguntó.
—En absoluto —dijo él, con una media sonrisa—. Nunca pensé que te gustaría tanto.
________ no quería entablar amistad con él. Era un tipo poderoso, seguro de sí mismo, y seguramente siempre conseguía lo que quería.
—Una de las cosas buenas que tiene vivir lejos de Hollywood es que puedo comer cosas prohibidas más a menudo. Gracias —le dijo y le dio un mordisco el pan.
El sacó unos recipientes del frigorífico.
—He visto que no tienes casi nada en la nevera excepto algunos platos congelados. ¿Dónde está el servicio?
—Mi tío, el dueño del rancho, me ofreció compartir ama de llaves, pero no quiero ocasionarle gastos aquí —dijo ella, poniendo la comida en un plato y metiéndola en el microondas.
—Entonces mi chef no andaba tan desencaminado —dijo él, apoyando las manos en las caderas.
—Ahora mismo mi principal preocupación es acelerar las labores de recuperación del rancho. Quiero montar un campamento para chicos con problemas, así que cocinar para mí no está entre las prioridades. Si te preocupa la comida, puedes quedarte en el pueblo. Hay un restaurante y también otro de comida rápida, un motel…
El sacudió la cabeza.
—Tenemos que estar juntos para poder vender esta historia, ¿no?
Sonó el timbre del microondas y ________ sacó la comida.
Se le hacía la boca agua con sólo pensar en ella.
Estaba a punto de sacar un tenedor y un cuchillo de un cajón cuando le sonó el móvil. Al ver el número respondió inmediatamente.
—¿Hola?
—________, soy Robert Williams, de la sede de bomberos. Nos han informado de que hay una yegua atrapada en una charca helada en la propiedad de los McAllister. Si logramos sacarla con vida, ¿quieres hacerte cargo de ella?
—¿No es de ninguno de los granjeros de por aquí?
—No. Están seguros de que es una yegua salvaje.
—Vaya —dijo ________, con la adrenalina a flor de piel—. Sí. Llamaré a Dennis y al veterinario y llevaré el tráiler. Gracias —colgó y llamó a Dennis, el capataz del rancho.
Pero Dennis tenía puesto el contestador.
—Maldita sea —murmuró, al recordar que Dennis se había llevado a su esposa a cenar al pueblo para celebrar su aniversario.
—¿Qué ocurre? —preguntó Nick.
—Tengo que recoger un caballo. Dennis suele acompañarme.
—Puedo ayudarte.
________ lo miró con incredulidad.
—Es una yegua salvaje. Si los bomberos pueden sacarla de la charca helada, no creo que quiera cooperar mucho.
—Un buen amigo de mis padres tiene un rancho. Solía pasar los veranos allí cuando era un niño. Trabajé con el entrenador mientras adiestraba a un par de ponys salvajes.
—¿En serio? —le dijo ella, sorprendida.
Los miembros del clan Jonas estaban acostumbrados a una vida de lujos y extravagancias, y el mayor desafío físico al que Nick Jonas debía de haberse enfrentado en toda su vida era a una dura sesión de entrenamiento en el gimnasio.
—Sí, así es —dijo él—. ¿No deberíamos salir ya? Voy a por mí abrigo y mis guantes.
Abrumada por tanta determinación, ________ se limitó a asentir. Al no contar con Dennis, no tenía más remedio que aceptar su ayuda.
—De acuerdo —dijo y cubrió la comida con un papel transparente antes de meterla en la nevera.
—¿No traes la comida? —le preguntó él por encima del hombro mientras iba hacia su habitación.
—No puedo comer y conducir al mismo tiempo —le dijo ella, pero él no pareció escucharla.
En menos de dos minutos Nicka volvió a salir al pasillo, listo para partir.
—Conduciré yo. Así podrás comer algo.
—La palanca de cambios de ese camión es muy dura y el embrague es muy traicionero.
—Me las arreglaré —le dijo él con decisión.
________ lo observó un momento y pensó que quizá lo había infravalorado.
Nick Jonas movía su atlético cuerpo con confianza en sí mismo y sensualidad.
Pero ella no necesitaba un hombre en su vida. Quedarse sin aliento con una mirada, sentir cómo se acelera el corazón… No echaba de menos ninguna de esas cosas, y tampoco echaba de menos el dolor que llegaba después.
Nick Jonas debía de ser un seductor infalible; uno de ésos que eran capaces de tomar el corazón de una mujer y romperlo en mil pedazos.
Pero ella nunca sería esa mujer.
Capítulo 2
En cuanto llegaron al lugar, ________ supo que había infravalorado a Nick Jonas. El se paró frente a la charca helada y, con el agua hasta las rodillas, partió la capa de hielo con una sierra mecánica.
________ se ponía más y más nerviosa a cada segundo que pasaba. En cuanto el frío le llegara a los huesos, la yegua dejaría de Nickhar y entonces sería mucho más difícil rescatarla. Era un ejemplar de color marrón intenso con una bonita estrella blanca sobre la frente, pero sus ojos estaban llenos de miedo. Quería salir, pero tenía miedo de ellos y ya estaba agotada.
Los hombres arrojaron hábilmente una cuerda a su cabeza y ella trató de poner resistencia nuevamente.
Como era salvaje no sabía que querían ayudarla.
Nick ayudó a los hombres a extender una loneta sobre el hielo que acababa de romper.
Uno de los hombres se metió en el agua. Llevaba una cuerda para las patas traseras del animal. ________ se apresuró a agarrar una de las cuerdas que estaban en la orilla.
Nick sacudió la cabeza.
—No tienes por qué estar aquí. Ve a preparar el camión.
—El camión está listo.
—El tiene razón —dijo Dan, el hombre que sujetaba la cuerda junto a ella—. Hay que hacer mucha fuerza.
Aunque reticente, ________ le pasó la cuerda a uno de los hombres.
—Acercaré un poco el camión.
—Buena idea —dijo Dan—. Tendremos que meterla dentro rápidamente.
El frío viento cortaba como el filo de una navaja y la escarcha se le clavaba en el abrigo como agujas de hielo. ________ subió al camión, arrancó el motor y dio marcha atrás lentamente hasta oír gritar a uno de los bomberos. Entonces, bajó y volvió a comprobar la posición del vehículo.
Nick le hizo señas.
—Toma —dijo, sacándose una cámara del bolsillo.
—¿Qué? —le preguntó ella, perpleja—. ¿Quieres que saque fotos?
—No, quiero que hagas un vídeo —le dijo él—. Ponte ahí. La luz es mejor.
—¿Te has vuelto loco?
—No —dijo él—. Confía en mí. Ya me darás las gracias. Haz el vídeo. Aprieta este botón cuando te diga que empieces.
—Esto es ridículo. Tengo que ayudar al caballo en cuanto lo saquen.
—La meteremos directamente en el camión. No puedes hacer ninguna otra cosa. Será una publicidad buenísima para ti.
________ sintió el sabor del cinismo en los labios.
—Publicidad. Debería haberlo sabido. Tu mente sólo va en una dirección.
Los ojos de Nick se volvieron fríos.
—La publicidad atraerá las donaciones que necesitas si quieres seguir rescatando caballos —dijo y se encogió de hombros—. No digas que no te lo advertí.
—¡Eh! —gritó el hombre que estaba dentro del agua—. Ya está lista para moverla. Creo que ya sale.
Frustrada y molesta, ________ se hizo a un lado y se volvió hacia la charca. La yegua estaba saliendo del agua.
—¡Ahora! —gritó Nick.
________ apretó el bolón de la cámara y empezó a filmar.
El animal Nickhó con todas sus fuerzas para salir de la charca. Al tratar de incorporarse tropezó y los hombres tuvieron que hacer muchas maniobras para ayudarla a levantarse. Cuando el hocico del animal se sumergió en el agua unos segundos, el corazón de ________ se detuvo.
Pero entonces Nick tiró de la cuerda con suavidad y le habló en un susurro.
—Vamos, pequeña, puedes hacerlo. Sólo un poco más. Vamos a cuidar de ti.
La yegua hundió el hocico en el agua de nuevo, sacudió la cabeza y entonces empujó hacia delante con una fuerza inesperada. Nick tiró de la cuerda, el bombero empujó desde dentro del agua y, poco a poco, el animal logró salir de la charca.
—¡Ya puedes parar! —le gritó Nick a ________ mientras conducía a la yegua hasta el camión.
________ parpadeó un instante y automáticamente obedeció la orden.
—¿Lista? —le preguntó Nick al tiempo que cerraba la puerta trasera del camión.
________ fue a su encuentro y se encontró con su mirada. Un intenso escalofrío le recorrió la espalda.
Asintió con la cabeza y trató de ahuyentar aquellos extraños sentimientos que la invadían por momentos.
Nick detuvo el camión frente a un enorme granero. Dos hombres salieron a recibirlos.
—Bien —murmuró ________ y lo miró a los ojos—. El veterinario y el capataz del rancho.
Nick bajó del vehículo al mismo tiempo que ella.
—Carl, Dennis, éste es Nick Jonas. Está de visita y me ha ayudado con el rescate.
Nick les estrechó la mano.
—Espero que haya algo con lo que calentarse —dijo.
—Ya está todo arreglado —afirmó Carl—. Hablé con los bomberos y me dijeron que los ayudó mucho.
—Me gusta echar una mano.
—Siento haberte estropeado el aniversario —dijo ________ dirigiéndose a Dennis.
El rozagante joven sonrió y asintió.
—Oye, por lo menos salimos a cenar —contestó guiñando un ojo—. Y habrá mucho más si regreso pronto.
Se oyó un golpe dentro del camión.
—Se está poniendo impaciente. Será mejor que la metamos dentro.
Después de unas cuantas maniobras lograron meter a la yegua en el establo. No parecía muy contenta entre cuatro paredes, pero se bebió toda el agua con gusto.
Mientras la observaba, Nick empezó a sospechar algo. Miró a ________ y ella levantó la vista al mismo tiempo.
—Está embarazada —dijeron los dos al mismo tiempo.
________ dejó escapar una carcajada, parpadeando varias veces.
—Carl, ¿crees que la cría estará bien? —le preguntó al veterinario, apartando momentáneamente la vista de Nick.
—Dame tiempo para examinarla —dijo Carl, acariciando al animal.
Nick contempló a ________ un momento. Era una mujer complicada, muy distinta a todas las que había conocido hasta ese momento. En Hollywood su cabello era rubio platino y su rostro siempre estaba impecablemente maquillado.
Pero la ________ que tenía ante sus ojos en ese momento era mucho mejor. El cabello era de color miel y el rostro estaba limpio y natural. Parecía mucho más cálida y real, más cercana.
En otras circunstancias se habría preguntado si sus oscuras pestañas eran postizas o si el intenso verde de sus ojos se debía a unas lentillas de color, pero la joven que contemplaba en ese instante no dejaba lugar a dudas. Era una de las pocas cuya belleza no moría bajo el implacable escrutinio de la alta definición.
Al verla vacilar, se acercó un poco a ella.
—¿Cómo la vas a llamar?
Ella lo miró con una expresión transparente.
—No tengo ni idea.
—Es fuerte. Creo que sobrevivirá.
—¿Sí? —le preguntó ella esperanzada, mirando a la yegua.
—Claro. ¿Tú no?
Ella lo miró y asintió con la cabeza.
—Gracias. No esperaba que…
El la hizo callar con un gesto de la mano.
—Fue un placer ayudar. En serio.
Ella entornó los ojos y lo observó un momento.
—De verdad que no te entiendo. A veces eres el perfecto relaciones públicas, pero otras veces…
El levantó las cejas.
—¿Pero otras veces…?
—Otras veces compartes tu comida conmigo y me ayudas a rescatar caballos.
—Debes fiarte de la primera impresión —le dijo en un tono seco—. A mí siempre se me ve venir. No soy más que un cínico sin corazón.
Ella parpadeó, sorprendida.
—De acuerdo, gracias por la advertencia —le dijo, riendo y sacudiendo la cabeza.
—Creo que la yegua estará bien —dijo el veterinario desde dentro del establo. Te va a dar mucha guerra cuando se recupere del todo, así que prepárate.
________ fue hacia el establo.
—¿Y qué pasa con esos cortes que se hizo con el hielo?
—No me dejaba limpiárselos, pero lo hice de todos modos. Logré darle un antibiótico. No tiene fiebre y eso es bueno.
—¿Y qué hay de la cría?
El veterinario asintió.
—Hasta ahora, todo va muy bien. Deja encendido el monitor toda la noche y me pasaré mañana.
—Gracias por venir —dijo Dennis—. Si te parece bien, me voy a casa. Llámame al móvil si me necesitas. Si no, estaré aquí a primera hora de la mañana.
—Vete a casa. Yo me quedaré un rato —respondió ________.
—Muy bien. Buenas noches —dijo Dennis, despidiéndose con un gesto—. Gracias por todo, Nick.
—De nada.
Cuando los dos hombres se marcharon, ________ se volvió hacia Nick.
—Puedes volver a la casa. Estaré bien.
Nick se encogió de hombros.
—Me quedaré.
—De verdad que no es necesario. No necesito…
—Nunca se sabe. Hace un rato te hizo falta mi ayuda.
________ no tuvo más remedio que aceptar.
—De acuerdo —dijo.
Nick se dio un paseo por el establo y, al ver a los caballos, se acordó de aquellos lejanos veranos en el rancho del amigo de su padre. Hacía mucho tiempo de aquello y eran muy pocos los que lo sabían, pero en aquella época había soñado con ser granjero. Sin embargo, poco antes de graduarse en el instituto, se había dado cuenta de que Jonas Pictures lo necesitaba.
Volvió junto a la yegua. ________ estaba colgando una brida en un lado del establo.
—Bien hecho —le dijo—. Quieres que se acostumbre a la brida, así que la pones donde pueda verla y olerla.
—Una de las cosas que me han enseñado Dennis y mi tío. Mira qué cansada está —dijo ________ en un susurro—. Se le cae la cabeza.
—Casi no puede tener los ojos abiertos, pero se resiste. Podrían pasar días antes de que duerma un poco. Los caballos no duermen a menos que se sientan realmente seguros, pero seguramente sea mejor para sus pulmones esperar un poco.
________ lo miró sorprendida.
—Eso es más que saber algo de caballos.
—Te dije que pasé muchos veranos en el rancho de un amigo de familia.
________ lo observó fijamente, con ojos curiosos.
—Eres un Jonas. Tienes muchos contactos y cuentas con el apoyo de tu familia. ¿Por qué no te hiciste actor?
El se echó a reír.
—Ese no es mi fuerte y nunca lo he deseado. Se me da bien estar frente a los medios durante quince minutos. Treinta como máximo.
—¿Y después qué?
—Entonces sale mi verdadero yo.
Los labios de ________ dibujaron una sonrisa.
—¿Y tu verdadero «yo» da mucho miedo?
—Ya lo creo.
—¿Y entonces por qué decidiste dedicarte a las Relaciones públicas?
—Creo que las Relaciones públicas me escogieron a mí, más bien. Jonas Pictures es mucho más grande que yo. He pensado en dedicarme a otras cosas, pero siempre he sabido que terminaría en el negocio familiar. La familia, la herencia, el destino… —añadió en un tono falsamente melodramático.
—Por eso me gusta tanto este rancho, y lo de rescatar caballos. Es algo más grande que yo —dijo ________.
—¿Y lo de hacer películas no lo era? —preguntó él.
—Esto es real. Las películas son mentira.
Nick se acercó un poco.
—Pero tienes que admitir que las películas cumplen una función. Hacen reír a la gente cuando están deprimidos. Entretienen y educan.
—Cierto, pero ahora tengo más paz de la que he tenido en toda mi vida.
—Algunos dirían que te escondes.
Ella sacudió la cabeza.
—Pueden decir lo que quieran. Pero a mí me importa lo que yo pienso —lo miró de reojo—. ¿Seguro que no quieres volver a la casa?
El se echó a reír al ver que ponía tanto empeño en librarse de él.
—Yo pensaba que te gustaban los desafíos.
—Depende. A lo mejor el desafío no merece la pena —le dijo en un frío tono de voz, mirándolo fijamente.
En ese momento Nick sintió una extraña curiosidad por ________.
—¿Qué tal está? —preguntó, señalando a la yegua.
Ella se volvió hacia el animal y suspiró.
—Tiene que descansar un poco —le dijo. Su voz revelaba cansancio.
—Pareces cansada. Has tenido un día duro. ¿Por qué no te vas a la casa?
Ella cruzó los brazos alrededor del cuerpo.
—Si me voy me quedaré dormida en cuanto entre por la puerta, y tengo que mantenerme despierta.
—¿No tienes cámaras para vigilar desde la casa?
—Sí, pero…
—Yo podría vigilar mientras duermes.
—¿Y por qué harías eso?
—Porque no estoy tan cansado como tú. Además… —dijo, lanzándole una sonrisa picara—. ¿Qué clase de hombre sería si no me preocupara por mi prometida?
________ entornó los ojos.
—Oh, no me lo recuerdes. Ya casi se me había olvidado.
—Muy pronto te lo recordarán todos los días. No me sorprendería nada si los paparazzi se presentaran en tu puerta mañana mismo.
—No sería la primera vez. Normalmente intento que se aburran y termino diciéndoles que ya no concedo entrevistas.
—Eso es un error. En algún momento, necesitarás ingresos para seguir con el rescate de caballos. Podrías rentabilizar mucho tus películas.
—Eso ya no me interesa —dijo ella al tiempo que se sentaba frente la cuadra de la yegua—. Estás a tiempo si quieres irte.
—No. Alguien tendrá que sujetarle cuando te caigas de esa silla —dijo él, inclinándose contra la puerta.
Ella levantó la barbilla en un gesto de protesta, pero no dijo ni una palabra.
Un apacible silencio se cernió sobre ellos y Nick respiró hondo. A lo mejor ella tenía razón. A pesar del día tan ajetreado que había tenido, la calma del rancho le hacía sentirse tranquilo y en paz.
Estaba a punto de decir algo cuando se dio cuenta de que ________ se había quedado dormida.
La observó unos instantes. Ella estaba a punto de caerse hacia delante.
Nick la agarró de los hombros y en ese momento ella abrió los ojos.
—¿Qué haces? —le preguntó ________, parpadeando.
Nick sintió un nudo en el estómago. Olía a algo dulce y agradable, muy distinto del olor a tierra del establo. Su piel, limpia y sin maquillar, relucía como el más fino satén y un rubor natural hacía resplandecer sus mejillas.
—¿Qué estás haciendo? —repitió ella.
—Te agarro —dijo él—. Te agarro antes de que te caigas.
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Tengo otra adaptación si es que quieren entrar (?)
EL JUEGO DE SEDUCCIÓN (KEVIN & TÚ) adaptación
https://onlywn.activoforo.com/t6398-el-juego-de-seduccion-kevin-tu
Nombre: Compromiso Fingido
Autor: TheOliveAndAnArrow
Adaptación: Si (Leanne Banks)
Género: Romance, Hot
Advertencias: no creo >.<
Otras Páginas: nop :B
Here I go!
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Argumento:
De la noche a la mañana, se encontró prometida a un extraño
Años después de huir de Hollywood, la actriz ________ McCord se enfrentaba a su papel más difícil. Nick Jonas, un magnate de la industria del cine al que no había visto nunca, anunció su compromiso con ella. Y, para colmo de males, se instaló en su refugio de Montana, donde ella se creía a salvo de la vorágine mediática de Los Ángeles. Obligada a seguir con la farsa para proteger a su hermana, ________ se vio inmersa en un mundo de estrenos, promociones y juegos de poder. Sin embargo, el auténtico peligro estaba en sucumbir a los encantos del jefe de publicidad de Jonas Pictures.
Prólogo
—Apuesto mi Ferrari —dijo Devlin Jonas.
La habitación olía a humo de puro, a rivalidad fraternal y también a whisky del caro.
—Vendiste el Ferrari —le dijo Nick, recolocando las cartas que tenía en la mano—. Apuesto mi whisky añejo de veinticinco años.
—Bueno, no es más que un tecnicismo —contestó Devlin, dándole una calada al puro—. Paso.
—Tus cartas deben de oler como tus pies —dijo Nick.
Max Jonas le dio un sorbo a su copa.
—Yo voy.
Su primo, Jack Jonas, masculló un juramento.
—No ha dicho mucho. Eso quiere decir que tiene algo gordo.
Jack era muy buen fisonomista, pero Nick sabía que Max podía tirarse un farol delante de cualquiera de ellos.
—Eso es lo que quiere que creas.
Max miró a Nick de reojo.
—Tu psicología barata de relaciones públicas se te ha subido a la cabeza.
—Lo que tú digas —dijo Nick—. Yo sé cuándo me están tomando el pelo.
Jack miró a Nick y después a Max.
—Voy, y añado mi Patrón.
—Estás acabado —dijo Nick.
—Cierra el pico —replicó Max. Devlin gruñó.
En ese momento sonó el móvil de Nick.
—Oh, no. ¿Es otra de tus jovencísimas novias? —preguntó Jack.
—A él le van las más jovencitas —dijo Max, que estaba de acuerdo.
—Las mayores saben demasiado —intervino Dev.
—Nick Jonas —dijo al teléfono.
—Soy el agente Walker del Departamento de policía de Los Ángeles. Le llamo de parte de la señorita Nicki McCord. La han detenido por conducir ebria y ha pedido que lo avisaran —el hombre se aclaró la garganta—. No se encuentra bien en este momento.
Nick se puso en pie.
—¿Adonde la llevan?
El agente le dio la dirección.
—Señor, iba en sentido contrario por una calle de un solo sentido y estuvo a punto de chocar con una familia que volvía de Disneylandia.
Nick se pasó la mano por el cabello y sacudió la cabeza.
—Llegaré tan pronto como pueda —dijo y colgó el teléfono—. Lo siento. Es Nicki McCord. Tengo que irme.
—Conducción en estado de embriaguez, ¿no? —dijo Devlin.
Nick asintió.
—Maldita sea —dijo Max—. ¿Qué vamos a hacer con la precampaña para Sala de espera? Se suponía que Nicki iba a empezar la gira de promoción la semana que viene.
—Si hubieras tratado con su hermana ________… —dijo Jack—. He oído que es muy profesional.
—Sí, pero dejó plantado a su marido durante su última película —afirmó Devlin.
—Con Peter Horrigan, nunca se sabe cuánto hay de verdad.
A Nick se le acabó el buen humor.
—Voy a tener que averiguar algunas cosas.
—Tú eres el que siempre resuelve todos los problemas —dijo Devlin—. Ve y haz lo que mejor se te da.
Capítulo 1
—Soy Nick Jonas. Su hermana ha sufrido un contratiempo.
A ________ McCord se le cayó el corazón a los pies al mirar a aquel hombre alto y apuesto que la observaba con unos penetrantes ojos azules desde el porche.
—¿Se encuentra bien? ¿Está…? —preguntó, temiéndose lo peor.
—Está viva —afirmó él y señaló la puerta—. ¿Puedo pasar?
—Claro —dijo ________, apartándose el pelo de la cara
Se hizo a un lado y apartó a June, su perra, del umbral.
Aunque la preocupación por Nicki absorbiera todos sus pensamientos, no pudo evitar fijarse en la impresionante estatura de aquel hombre. Olía a cuero de primera calidad y a algo más; un aroma masculino y poderoso.
Miró hacia fuera y vio el todoterreno aparcado delante de la casa. Para que uno de los Jonas, una de las familias más influyentes de Hollywood, se hubiera dignado a hacerle una visita en su rancho de Montana, algo horrible debía de haber ocurrido.
A ________ se le agarrotó el estómago.
—Por favor, dígame lo que sea. ¿Está en el hospital?
—No, está en rehabilitación —dijo Nick—. La arrestaron por conducir ebria. Iba en sentido contrario en una calle de sentido único. La policía dice que iba casi a 190 kilómetros por hora y estuvo a punto de tener una colisión frontal con una familia que venía de Disneylandia.
—Oh, Dios mío —dijo ________, consternada.
Unos repentinos mareos la hicieron tambalearse, pero los fuertes brazos de Nick la sostuvieron en el aire.
—¿Quiere sentarse? —le preguntó, mirándola a los ojos.
Ella asintió.
—Sí, gracias.
Nick la condujo hasta un mullido sofá del salón.
—¿Dónde está la cocina? Le traeré un poco de agua.
—Está al final del pasillo —dijo ella, apoyando la cabeza en las manos, castigándose a sí misma.
«Si Nicki me hubiera escuchado…», pensaba.
Muchas veces le había pedido que se tomara la vida con más calma, pero Nicki jamás le había hecho caso. Su hermana pequeña estaba decidida a llegar a ser alguien, de una forma u otra, pero en los últimos meses se había hecho mucho más conocida por su delirante vida nocturna que por sus dotes interpretativas.
En ese momento Nick regresó con el vaso de agua y, al verla hacer el amago de levantarse, sacudió la cabeza.
—Todavía está muy pálida —le dijo.
Ella bebió un sorbo de agua y respiró con dificultad.
—Debería ir a verla.
—No puede. Nadie puede verla durante el período de desintoxicación.
Ella lo miró fijamente.
—¿Ni siquiera un miembro de su familia?
—Nadie. Fue una de las condiciones para que pudiera entrar. La clínica tiene unos índices muy bajos de recaídas.
Incapaz de seguir sentada, ________ se puso en pie.
—Intenté que parara. Incluso conseguí convencerla para que pasara unos días aquí conmigo, en el rancho. Esperaba que el aire fresco y la tranquilidad la ayudaran a olvidarse de las fiestas, pero sus amigos no hacían más que llamarla y mandarle mensajes de texto. Al final se puso impaciente y se marchó. Le hice prometer que tendría más cuidado.
—Ahora tendrá la ayuda que necesita.
________ trató de contener las lágrimas.
—He fracasado con ella. Debería…
Nick le puso una mano en el hombro.
—Ya es adulta, y es libre de hacer lo que quiera, esté bien o mal. No puede controlar todo lo que hace.
________ sabía que Nick tenía razón. Ella le habría dicho lo mismo a cualquiera que estuviera en esas circunstancias, pero eso no atenuaba la culpa y la impotencia que la carcomían por dentro.
Respiró hondo y entonces sintió una profunda gratitud hacia los Jonas. Ellos habían llevado a su hermana a un lugar seguro.
—Muchísimas gracias por haberos ocupado de ella. Me gustaría haber estado allí para ayudarla, pero ahora sé que tiene quien la ayude. Podría haber sido mucho peor.
El asintió con la cabeza y entonces la miró con detenimiento.
—Todo el mundo quiere que Nicki se recupere. El problema es que esto ha ocurrido en un momento difícil para Jonas Pictures. Nicki se estaba preparando para hacer la promoción de Sala de espera. Su estancia en la clínica podría dañar la imagen de la película en los medios.
________ llevaba años fuera de ese mundo, pero aún recordaba muy bien toda la parafernalia de relaciones públicas: las entrevistas con los medios, los eventos, las ruedas de prensa, las premieres, las apariciones públicas…
—Es difícil —dijo y se encogió de hombros—. Pero si mi hermana está en rehabilitación, no se puede hacer nada.
Nick la miró con determinación y firmeza.
—No estoy de acuerdo —le dijo en un tono aterciopelado, pero implacable—. En este caso, la prensa necesita una distracción. Anoche, después de ocuparnos de Nicki, tuvimos una reunión de emergencia y encontramos una soNickión.
________ se encogió de hombros, sin entender el propósito de aquella conversación. Su mayor preocupación era Nicki, y no la productora de una célebre estirpe de magnates de la industria del cine.
—Me alegro.
Nick esbozó una retorcida sonrisa cargada de sarcasmo.
—Ya veremos —su sonrisa se desvaneció en un abrir y cerrar de ojos—. Para desviar la atención de Nicki, dimos un comunicado a la prensa ayer por la noche. Anunciamos que usted y yo estamos comprometidos.
________ se quedó atónita y parpadeó varias veces.
—Lo siento, pero creo que no he entendido bien —le dijo, sacudiendo la cabeza.
—Por lo que respecta a la prensa, estamos comprometidos.
________ volvió a negar con la cabeza, aún más deprisa.
—Oh, no, desde luego que no. Ni siquiera lo conozco. Y no quiero conocerlo —añadió para resaltar su negativa—. Hace muchos años que dejé Hollywood y lo hice para alejarme de ese mundo falso y delirante. No…
—Ya está hecho —la interrumpió en un tono intransigente—. Si no quiere que la reputación de su hermana se vaya al traste, debe cooperar.
La frialdad cortante de aquella voz hizo mella en la decisión de ________. Contempló aquellos ojos profundos y entonces vislumbró una crueldad que la hizo estremecerse.
—Eso suena casi a chantaje.
—Llámelo como quiera. Soy bueno, pero no puedo hacer milagros. Su hermana ha armado una buena, y alguien tiene que pagar por ello. Su falta de madurez y disciplina ha puesto en peligro la promoción de la película.
________ apenas podía aguantar las ganas de salir en defensa de su hermana.
—Usted no tiene ni idea de lo que ha pasado Nicki. Cuando nuestros padres se divorciaron pasó por unos momentos muy duros. De hecho, casi habría sido mejor que se quedara huérfana, teniendo en cuenta la atención que le prestaban nuestros padres. Lleva muchos años Nickhando contra esos recuerdos, intentando reparar el daño.
—Y para eso está la terapia —dijo Nick—. Nadie tiene una vida perfecta. En algún momento tenemos que crecer y hacernos responsables de nuestra propia vida y de lo que queremos. Y a Nicki ya le ha llegado ese momento.
Aunque hubiera algo de verdad en sus palabras, ________ no podía perdonar semejante falta de compasión.
—Es muy fácil decirlo cuando se tiene una vida perfecta. Supongo que la suya no anda muy lejos de serlo. Los Jonas son perfectos y poderosos.
Él le lanzó una sonrisa amarga.
—La razón por la que cree que somos perfectos y poderosos es que yo sé hacer muy bien mi trabajo con la prensa. Y eso es lo que estoy haciendo en este momento para proteger nuestros intereses y los de su hermana.
________ montó en cólera.
—Buen intento, pero no creo que funcione. No creo que haya nadie interesado en mí a estas alturas —dijo—. Ya no estoy bajo los focos de Hollywood. Por lo que respecta a los paparazzi, llevo una vida muy aburrida y tranquila rescatando caballos en el rancho de mi tío. Y eso es lo que tengo intención de seguir haciendo.
—Una vez más se equivoca. Usted fue la niña bonita de Hollywood. Las mujeres la envidiaban y los hombres la deseaban. Su última película se estrenó hace un año y se espera que el DVD, que sale dentro de dos semanas, rompa récords de ventas.
________ masculló un juramento silencioso.
—Entonces, hablando en términos de relaciones públicas, soy una de las sensaciones del momento —dijo, sintiéndose impotente. Aquel ardid mediático ya empezaba a agarrotarle los miembros como si fuera una camisa de fuerza—. Pero no funcionará. Tengo un rancho.
—Me voy a quedar en el rancho durante un tiempo y después haremos una estruendosa aparición pública en Los Ángeles dentro de unas semanas.
A ________ le dio un vuelco el estómago.
—No podría fingir ser su adorable prometida ni dos segundos.
—Ganó un Globo de Oro y la nominaron para los Oscar. Esto será pan comido.
—Pan comido —repitió ________ en un tono incrédulo—. Bien podría haberme prometido con el demonio. Una vez me casé con un hombre que sólo me quería para… —se detuvo.
Había heridas que aún no habían cicatrizado.
—No voy a volver a fingir.
—Lo hará, por su hermana —le dijo Nick.
Furiosa, ella fue hacia el armario y sacó sus botas. Era un buen momento para limpiar los establos. Tenía que quemar la energía que amenazaba con hacer erupción en cualquier momento.
—¿Dónde quiere que me quede mientras esté aquí? ¿Tiene habitación de invitados? —le preguntó Nick.
________ se mordió el labio y reprimió las respuestas soeces y groseras que le venían a la mente.
—Sé que preferiría que me quedara en el granero —le dijo él con una amarga carcajada.
—Oh, no. No querría hacer sufrir a mis caballos —dijo ella—. La segunda puerta a la derecha del pasillo. Tiene un camastro de hierro y una alfombra de piel de oveja en el suelo. Puede usar esa habitación —dio media vuelta y salió de la casa con aires de satisfacción.
Nick llevó la maleta a la habitación y, al entrar, miró a su alrededor. Estaba en un dormitorio completamente pintado de rosa, con estampados florales tanto en las cortinas como en la ropa de cama.
La habitación de una chica, o de una niña… A punto de sufrir una reacción alérgica, se frotó los ojos y trató de no mirar los encajes que decoraban las fundas de las almohadas y los bordes del cubrecama.
¿Cómo iba a concentrarse para trabajar en esa habitación? La cómoda estaba llena de accesorios y utensilios femeninos, desordenados y puestos de cualquier manera; algo que Nick no podía soportar. El desorden no era para él y, por ello, su trabajo consistía en arreglar los líos de otros. Y ése era el motivo por el que estaba allí.
De pronto pensó en la mujer que lo iba a ayudar a montar aquella farsa. Era mucho más impactante en persona que en la gran pantalla. El más mínimo cambio de emoción se reflejaba intensamente en sus expresivos ojos, y era bastante difícil dejar de mirarla. El siempre había sido buen fisonomista, pero ________ era demasiado complicada.
No había sido necesario leer su informe. La historia personal de las estrellas de Hollywood era de dominio público gracias a las revistas y los periódicos. Se había rumoreado que una aventura con un compañero de reparto había desencadenado la ruptura de su matrimonio con uno de los grandes productores de Hollywood.
Y entonces había desaparecido.
Pero su talento y belleza, no; ni tampoco la sensualidad latente que ardía bajo aquella coraza insensible.
De hecho, el mismo Nick se habría sentido tentado de conocer los secretos de ________ fuera y dentro de la cama si no se hubiera sabido tan bien la lección: salir con actrices nunca era una buena idea.
En ese momento sonó su teléfono móvil.
Era Max.
—Oye, ya está hecho —le dijo.
—Quería asegurarme, como no me has llamado…
—Me llevó un poco más de lo que esperaba alquilar el todoterreno. El rancho de ________ está en el fin del mundo. Es evidente que quería olvidarse de Hollywood para siempre.
—¿Y qué tal se lo tomó?
—Depende de la noticia —dijo Nick, mientras intentaba encontrar la forma de abrir las cortinas—. Lo de Nicki la afectó mucho. Quería ir a verla.
—Pero te ocupaste de eso, ¿no?
—Sí.
—¿Y qué tal se tomó lo del inminente compromiso?
Nick frunció el ceño y sacudió la cabeza.
—Hay que ver qué cosas hago por el negocio familiar. Digámoslo así: me alegro de que no hubiera ningún objeto cortante cerca de nosotros cuando se lo dije.
Max soltó una carcajada.
—¿Quieres decir que no se moría por comprometerse con uno de los solteros más codiciados de la ciudad?
—Te lo estás pasando muy bien, ¿verdad?
—A lo mejor tú también podrías si jugaras bien tus cartas. ________ McCord es muy atractiva. Hace algunos años una revista la nombró la mujer más sexy del mundo. ¿Cómo se llamaba?
«Varias revistas», pensó Nick.
Recordaba una foto en particular, tomada durante el rodaje de una de sus películas. Llevaba una camisa de hombre medio desabrochada, y nada más. La instantánea dejaba entrever una generosa parte de su inmaculado escote y sugería unos turgentes pezones, además de mostrar unas piernas kilométricas. Aquella imagen había alimentado las fantasías de millones de hombres.
—Ahora mismo no está muy sexy que digamos —dijo Nick, ahuyentando la imagen de su mente—. Está furiosa conmigo y con todos los Jonas.
—Oh, ¿pero es que se ha vuelto fea?
—No —dijo Nick, exasperado—. Aún es guapa, pero está muy molesta por lo del compromiso.
—Debería estarnos agradecida por haber logrado que la loca de su hermana entrara en rehabilitación tan rápido.
—Y lo está. Pero no quiere verse en el punto de mira de la opinión pública de nuevo —al abrir el armario lo encontró vacío y entonces sintió un gran alivio. Ahí podía guardar todas las cosas que estaban sobre la cómoda.
—¿Crees que seguirá adelante con ello? —le preguntó su hermano.
—No tiene elección. Por eso está tan molesta —dijo Nick—. Pero su frustración no tiene importancia siempre que colabore.
—Ya he oído ese tono de voz antes. Y no sé si sentir pena por ti o por ella.
—Por mí no tienes que sentir ninguna pena —dijo Nick, mirando las paredes de color rosa y apretando los dientes—. Yo sé cuidar de mí mismo.
Después de limpiar los establos y dar de comer a los caballos, ________ regresó a la casa, todavía molesta, pero tranquila. Dejó las botas delante de la puerta de entrada y, de camino al dormitorio, percibió un agradable aroma que salía de la cocina. La puerta de Nick Jonas estaba abierta. Miró dentro… y por un instante no pudo creer lo que veían sus ojos. Nick estaba sentado frente al portátil, pero las cortinas ya no estaban, ni tampoco las almohadas, por no hablar de las Figuritas y cofres de porcelana. Incluso los cuadros que colgaban de las paredes habían desaparecido. Una manta oscura que debía de haber sacado del armario del pasillo cubría la cama. Las ventanas estaban descubiertas.
________ entró en la habitación.
—¿Dónde están…?
—En el armario —dijo él sin dejarla terminar. Se puso en pie—. He hecho algunos cambios provisionales. Lo volveré a dejar todo donde estaba cuando me vaya. Aunque la decoración era… encantadora, era fácil distraerse con ella. Tengo que concentrarme en el trabajo.
Ella miró las desnudas ventanas y asintió.
—De acuerdo —le dijo, pensando que siempre lo despertarían los primeros rayos de sol.
Pero eso no era asunto suyo.
—No hay problema —añadió—. ¿A qué huele?
—Mi chef me preparó comida antes de irme —dijo Nick—. Cuando le dije que me iba a Montana, creyó que iba a quedar atrapado a la intemperie en mitad de una tormenta de nieve —miró por la ventana. La nieve caía copiosamente—. Casi acertó. ¿Tienes hambre? —preguntó, tuteándola.
________ quería decir que no. No lo quería allí. El había irrumpido en su vida sin invitación y se había colado en el apacible mundo que tanto trabajo le había costado conseguir.
Pero su estómago rugía silenciosamente y probar lo que él le ofrecía no tenía nada de malo. Además, ella nunca había sido buena cocinera.
—Un poco —admitió.
—Entonces come algo, si quieres. Hay pollo asado y verduras. Y pan casero —añadió en un tono de advertencia—. No hay mujer en Los Ángeles que pruebe el pan.
«Pan casero…», pensó ________, intentando ocultar la emoción mientras sus pies la llevaban rumbo a la cocina.
—Yo no estoy en Los Ángeles —le dijo ella.
El la siguió.
—¿Te han dejado subir eso en el avión? —le preguntó ella al ver una caja con asas sobre la encimera.
—Fleté un jet.
—Oh, claro —dijo ________, recordando los viejos tiempos, en los que ella también iba en avión privado.
Aquellos días ya estaban muy lejos. Su carrera como actriz ya era historia y rara vez echaba de menos todos los extras de aquella glamurosa vida. Sin embargo, sí había una excepción: contar con el servicio de un chef. La cocina nunca se le había dado bien.
Miró dentro de la caja y aspiró el aroma a pan recién hecho.
«El cielo en la tierra», pensó.
Aunque con reticencia, miró a Nick a los ojos.
—¿Seguro que no te importa compartir? —le preguntó.
—En absoluto —dijo él, con una media sonrisa—. Nunca pensé que te gustaría tanto.
________ no quería entablar amistad con él. Era un tipo poderoso, seguro de sí mismo, y seguramente siempre conseguía lo que quería.
—Una de las cosas buenas que tiene vivir lejos de Hollywood es que puedo comer cosas prohibidas más a menudo. Gracias —le dijo y le dio un mordisco el pan.
El sacó unos recipientes del frigorífico.
—He visto que no tienes casi nada en la nevera excepto algunos platos congelados. ¿Dónde está el servicio?
—Mi tío, el dueño del rancho, me ofreció compartir ama de llaves, pero no quiero ocasionarle gastos aquí —dijo ella, poniendo la comida en un plato y metiéndola en el microondas.
—Entonces mi chef no andaba tan desencaminado —dijo él, apoyando las manos en las caderas.
—Ahora mismo mi principal preocupación es acelerar las labores de recuperación del rancho. Quiero montar un campamento para chicos con problemas, así que cocinar para mí no está entre las prioridades. Si te preocupa la comida, puedes quedarte en el pueblo. Hay un restaurante y también otro de comida rápida, un motel…
El sacudió la cabeza.
—Tenemos que estar juntos para poder vender esta historia, ¿no?
Sonó el timbre del microondas y ________ sacó la comida.
Se le hacía la boca agua con sólo pensar en ella.
Estaba a punto de sacar un tenedor y un cuchillo de un cajón cuando le sonó el móvil. Al ver el número respondió inmediatamente.
—¿Hola?
—________, soy Robert Williams, de la sede de bomberos. Nos han informado de que hay una yegua atrapada en una charca helada en la propiedad de los McAllister. Si logramos sacarla con vida, ¿quieres hacerte cargo de ella?
—¿No es de ninguno de los granjeros de por aquí?
—No. Están seguros de que es una yegua salvaje.
—Vaya —dijo ________, con la adrenalina a flor de piel—. Sí. Llamaré a Dennis y al veterinario y llevaré el tráiler. Gracias —colgó y llamó a Dennis, el capataz del rancho.
Pero Dennis tenía puesto el contestador.
—Maldita sea —murmuró, al recordar que Dennis se había llevado a su esposa a cenar al pueblo para celebrar su aniversario.
—¿Qué ocurre? —preguntó Nick.
—Tengo que recoger un caballo. Dennis suele acompañarme.
—Puedo ayudarte.
________ lo miró con incredulidad.
—Es una yegua salvaje. Si los bomberos pueden sacarla de la charca helada, no creo que quiera cooperar mucho.
—Un buen amigo de mis padres tiene un rancho. Solía pasar los veranos allí cuando era un niño. Trabajé con el entrenador mientras adiestraba a un par de ponys salvajes.
—¿En serio? —le dijo ella, sorprendida.
Los miembros del clan Jonas estaban acostumbrados a una vida de lujos y extravagancias, y el mayor desafío físico al que Nick Jonas debía de haberse enfrentado en toda su vida era a una dura sesión de entrenamiento en el gimnasio.
—Sí, así es —dijo él—. ¿No deberíamos salir ya? Voy a por mí abrigo y mis guantes.
Abrumada por tanta determinación, ________ se limitó a asentir. Al no contar con Dennis, no tenía más remedio que aceptar su ayuda.
—De acuerdo —dijo y cubrió la comida con un papel transparente antes de meterla en la nevera.
—¿No traes la comida? —le preguntó él por encima del hombro mientras iba hacia su habitación.
—No puedo comer y conducir al mismo tiempo —le dijo ella, pero él no pareció escucharla.
En menos de dos minutos Nicka volvió a salir al pasillo, listo para partir.
—Conduciré yo. Así podrás comer algo.
—La palanca de cambios de ese camión es muy dura y el embrague es muy traicionero.
—Me las arreglaré —le dijo él con decisión.
________ lo observó un momento y pensó que quizá lo había infravalorado.
Nick Jonas movía su atlético cuerpo con confianza en sí mismo y sensualidad.
Pero ella no necesitaba un hombre en su vida. Quedarse sin aliento con una mirada, sentir cómo se acelera el corazón… No echaba de menos ninguna de esas cosas, y tampoco echaba de menos el dolor que llegaba después.
Nick Jonas debía de ser un seductor infalible; uno de ésos que eran capaces de tomar el corazón de una mujer y romperlo en mil pedazos.
Pero ella nunca sería esa mujer.
Capítulo 2
En cuanto llegaron al lugar, ________ supo que había infravalorado a Nick Jonas. El se paró frente a la charca helada y, con el agua hasta las rodillas, partió la capa de hielo con una sierra mecánica.
________ se ponía más y más nerviosa a cada segundo que pasaba. En cuanto el frío le llegara a los huesos, la yegua dejaría de Nickhar y entonces sería mucho más difícil rescatarla. Era un ejemplar de color marrón intenso con una bonita estrella blanca sobre la frente, pero sus ojos estaban llenos de miedo. Quería salir, pero tenía miedo de ellos y ya estaba agotada.
Los hombres arrojaron hábilmente una cuerda a su cabeza y ella trató de poner resistencia nuevamente.
Como era salvaje no sabía que querían ayudarla.
Nick ayudó a los hombres a extender una loneta sobre el hielo que acababa de romper.
Uno de los hombres se metió en el agua. Llevaba una cuerda para las patas traseras del animal. ________ se apresuró a agarrar una de las cuerdas que estaban en la orilla.
Nick sacudió la cabeza.
—No tienes por qué estar aquí. Ve a preparar el camión.
—El camión está listo.
—El tiene razón —dijo Dan, el hombre que sujetaba la cuerda junto a ella—. Hay que hacer mucha fuerza.
Aunque reticente, ________ le pasó la cuerda a uno de los hombres.
—Acercaré un poco el camión.
—Buena idea —dijo Dan—. Tendremos que meterla dentro rápidamente.
El frío viento cortaba como el filo de una navaja y la escarcha se le clavaba en el abrigo como agujas de hielo. ________ subió al camión, arrancó el motor y dio marcha atrás lentamente hasta oír gritar a uno de los bomberos. Entonces, bajó y volvió a comprobar la posición del vehículo.
Nick le hizo señas.
—Toma —dijo, sacándose una cámara del bolsillo.
—¿Qué? —le preguntó ella, perpleja—. ¿Quieres que saque fotos?
—No, quiero que hagas un vídeo —le dijo él—. Ponte ahí. La luz es mejor.
—¿Te has vuelto loco?
—No —dijo él—. Confía en mí. Ya me darás las gracias. Haz el vídeo. Aprieta este botón cuando te diga que empieces.
—Esto es ridículo. Tengo que ayudar al caballo en cuanto lo saquen.
—La meteremos directamente en el camión. No puedes hacer ninguna otra cosa. Será una publicidad buenísima para ti.
________ sintió el sabor del cinismo en los labios.
—Publicidad. Debería haberlo sabido. Tu mente sólo va en una dirección.
Los ojos de Nick se volvieron fríos.
—La publicidad atraerá las donaciones que necesitas si quieres seguir rescatando caballos —dijo y se encogió de hombros—. No digas que no te lo advertí.
—¡Eh! —gritó el hombre que estaba dentro del agua—. Ya está lista para moverla. Creo que ya sale.
Frustrada y molesta, ________ se hizo a un lado y se volvió hacia la charca. La yegua estaba saliendo del agua.
—¡Ahora! —gritó Nick.
________ apretó el bolón de la cámara y empezó a filmar.
El animal Nickhó con todas sus fuerzas para salir de la charca. Al tratar de incorporarse tropezó y los hombres tuvieron que hacer muchas maniobras para ayudarla a levantarse. Cuando el hocico del animal se sumergió en el agua unos segundos, el corazón de ________ se detuvo.
Pero entonces Nick tiró de la cuerda con suavidad y le habló en un susurro.
—Vamos, pequeña, puedes hacerlo. Sólo un poco más. Vamos a cuidar de ti.
La yegua hundió el hocico en el agua de nuevo, sacudió la cabeza y entonces empujó hacia delante con una fuerza inesperada. Nick tiró de la cuerda, el bombero empujó desde dentro del agua y, poco a poco, el animal logró salir de la charca.
—¡Ya puedes parar! —le gritó Nick a ________ mientras conducía a la yegua hasta el camión.
________ parpadeó un instante y automáticamente obedeció la orden.
—¿Lista? —le preguntó Nick al tiempo que cerraba la puerta trasera del camión.
________ fue a su encuentro y se encontró con su mirada. Un intenso escalofrío le recorrió la espalda.
Asintió con la cabeza y trató de ahuyentar aquellos extraños sentimientos que la invadían por momentos.
Nick detuvo el camión frente a un enorme granero. Dos hombres salieron a recibirlos.
—Bien —murmuró ________ y lo miró a los ojos—. El veterinario y el capataz del rancho.
Nick bajó del vehículo al mismo tiempo que ella.
—Carl, Dennis, éste es Nick Jonas. Está de visita y me ha ayudado con el rescate.
Nick les estrechó la mano.
—Espero que haya algo con lo que calentarse —dijo.
—Ya está todo arreglado —afirmó Carl—. Hablé con los bomberos y me dijeron que los ayudó mucho.
—Me gusta echar una mano.
—Siento haberte estropeado el aniversario —dijo ________ dirigiéndose a Dennis.
El rozagante joven sonrió y asintió.
—Oye, por lo menos salimos a cenar —contestó guiñando un ojo—. Y habrá mucho más si regreso pronto.
Se oyó un golpe dentro del camión.
—Se está poniendo impaciente. Será mejor que la metamos dentro.
Después de unas cuantas maniobras lograron meter a la yegua en el establo. No parecía muy contenta entre cuatro paredes, pero se bebió toda el agua con gusto.
Mientras la observaba, Nick empezó a sospechar algo. Miró a ________ y ella levantó la vista al mismo tiempo.
—Está embarazada —dijeron los dos al mismo tiempo.
________ dejó escapar una carcajada, parpadeando varias veces.
—Carl, ¿crees que la cría estará bien? —le preguntó al veterinario, apartando momentáneamente la vista de Nick.
—Dame tiempo para examinarla —dijo Carl, acariciando al animal.
Nick contempló a ________ un momento. Era una mujer complicada, muy distinta a todas las que había conocido hasta ese momento. En Hollywood su cabello era rubio platino y su rostro siempre estaba impecablemente maquillado.
Pero la ________ que tenía ante sus ojos en ese momento era mucho mejor. El cabello era de color miel y el rostro estaba limpio y natural. Parecía mucho más cálida y real, más cercana.
En otras circunstancias se habría preguntado si sus oscuras pestañas eran postizas o si el intenso verde de sus ojos se debía a unas lentillas de color, pero la joven que contemplaba en ese instante no dejaba lugar a dudas. Era una de las pocas cuya belleza no moría bajo el implacable escrutinio de la alta definición.
Al verla vacilar, se acercó un poco a ella.
—¿Cómo la vas a llamar?
Ella lo miró con una expresión transparente.
—No tengo ni idea.
—Es fuerte. Creo que sobrevivirá.
—¿Sí? —le preguntó ella esperanzada, mirando a la yegua.
—Claro. ¿Tú no?
Ella lo miró y asintió con la cabeza.
—Gracias. No esperaba que…
El la hizo callar con un gesto de la mano.
—Fue un placer ayudar. En serio.
Ella entornó los ojos y lo observó un momento.
—De verdad que no te entiendo. A veces eres el perfecto relaciones públicas, pero otras veces…
El levantó las cejas.
—¿Pero otras veces…?
—Otras veces compartes tu comida conmigo y me ayudas a rescatar caballos.
—Debes fiarte de la primera impresión —le dijo en un tono seco—. A mí siempre se me ve venir. No soy más que un cínico sin corazón.
Ella parpadeó, sorprendida.
—De acuerdo, gracias por la advertencia —le dijo, riendo y sacudiendo la cabeza.
—Creo que la yegua estará bien —dijo el veterinario desde dentro del establo. Te va a dar mucha guerra cuando se recupere del todo, así que prepárate.
________ fue hacia el establo.
—¿Y qué pasa con esos cortes que se hizo con el hielo?
—No me dejaba limpiárselos, pero lo hice de todos modos. Logré darle un antibiótico. No tiene fiebre y eso es bueno.
—¿Y qué hay de la cría?
El veterinario asintió.
—Hasta ahora, todo va muy bien. Deja encendido el monitor toda la noche y me pasaré mañana.
—Gracias por venir —dijo Dennis—. Si te parece bien, me voy a casa. Llámame al móvil si me necesitas. Si no, estaré aquí a primera hora de la mañana.
—Vete a casa. Yo me quedaré un rato —respondió ________.
—Muy bien. Buenas noches —dijo Dennis, despidiéndose con un gesto—. Gracias por todo, Nick.
—De nada.
Cuando los dos hombres se marcharon, ________ se volvió hacia Nick.
—Puedes volver a la casa. Estaré bien.
Nick se encogió de hombros.
—Me quedaré.
—De verdad que no es necesario. No necesito…
—Nunca se sabe. Hace un rato te hizo falta mi ayuda.
________ no tuvo más remedio que aceptar.
—De acuerdo —dijo.
Nick se dio un paseo por el establo y, al ver a los caballos, se acordó de aquellos lejanos veranos en el rancho del amigo de su padre. Hacía mucho tiempo de aquello y eran muy pocos los que lo sabían, pero en aquella época había soñado con ser granjero. Sin embargo, poco antes de graduarse en el instituto, se había dado cuenta de que Jonas Pictures lo necesitaba.
Volvió junto a la yegua. ________ estaba colgando una brida en un lado del establo.
—Bien hecho —le dijo—. Quieres que se acostumbre a la brida, así que la pones donde pueda verla y olerla.
—Una de las cosas que me han enseñado Dennis y mi tío. Mira qué cansada está —dijo ________ en un susurro—. Se le cae la cabeza.
—Casi no puede tener los ojos abiertos, pero se resiste. Podrían pasar días antes de que duerma un poco. Los caballos no duermen a menos que se sientan realmente seguros, pero seguramente sea mejor para sus pulmones esperar un poco.
________ lo miró sorprendida.
—Eso es más que saber algo de caballos.
—Te dije que pasé muchos veranos en el rancho de un amigo de familia.
________ lo observó fijamente, con ojos curiosos.
—Eres un Jonas. Tienes muchos contactos y cuentas con el apoyo de tu familia. ¿Por qué no te hiciste actor?
El se echó a reír.
—Ese no es mi fuerte y nunca lo he deseado. Se me da bien estar frente a los medios durante quince minutos. Treinta como máximo.
—¿Y después qué?
—Entonces sale mi verdadero yo.
Los labios de ________ dibujaron una sonrisa.
—¿Y tu verdadero «yo» da mucho miedo?
—Ya lo creo.
—¿Y entonces por qué decidiste dedicarte a las Relaciones públicas?
—Creo que las Relaciones públicas me escogieron a mí, más bien. Jonas Pictures es mucho más grande que yo. He pensado en dedicarme a otras cosas, pero siempre he sabido que terminaría en el negocio familiar. La familia, la herencia, el destino… —añadió en un tono falsamente melodramático.
—Por eso me gusta tanto este rancho, y lo de rescatar caballos. Es algo más grande que yo —dijo ________.
—¿Y lo de hacer películas no lo era? —preguntó él.
—Esto es real. Las películas son mentira.
Nick se acercó un poco.
—Pero tienes que admitir que las películas cumplen una función. Hacen reír a la gente cuando están deprimidos. Entretienen y educan.
—Cierto, pero ahora tengo más paz de la que he tenido en toda mi vida.
—Algunos dirían que te escondes.
Ella sacudió la cabeza.
—Pueden decir lo que quieran. Pero a mí me importa lo que yo pienso —lo miró de reojo—. ¿Seguro que no quieres volver a la casa?
El se echó a reír al ver que ponía tanto empeño en librarse de él.
—Yo pensaba que te gustaban los desafíos.
—Depende. A lo mejor el desafío no merece la pena —le dijo en un frío tono de voz, mirándolo fijamente.
En ese momento Nick sintió una extraña curiosidad por ________.
—¿Qué tal está? —preguntó, señalando a la yegua.
Ella se volvió hacia el animal y suspiró.
—Tiene que descansar un poco —le dijo. Su voz revelaba cansancio.
—Pareces cansada. Has tenido un día duro. ¿Por qué no te vas a la casa?
Ella cruzó los brazos alrededor del cuerpo.
—Si me voy me quedaré dormida en cuanto entre por la puerta, y tengo que mantenerme despierta.
—¿No tienes cámaras para vigilar desde la casa?
—Sí, pero…
—Yo podría vigilar mientras duermes.
—¿Y por qué harías eso?
—Porque no estoy tan cansado como tú. Además… —dijo, lanzándole una sonrisa picara—. ¿Qué clase de hombre sería si no me preocupara por mi prometida?
________ entornó los ojos.
—Oh, no me lo recuerdes. Ya casi se me había olvidado.
—Muy pronto te lo recordarán todos los días. No me sorprendería nada si los paparazzi se presentaran en tu puerta mañana mismo.
—No sería la primera vez. Normalmente intento que se aburran y termino diciéndoles que ya no concedo entrevistas.
—Eso es un error. En algún momento, necesitarás ingresos para seguir con el rescate de caballos. Podrías rentabilizar mucho tus películas.
—Eso ya no me interesa —dijo ella al tiempo que se sentaba frente la cuadra de la yegua—. Estás a tiempo si quieres irte.
—No. Alguien tendrá que sujetarle cuando te caigas de esa silla —dijo él, inclinándose contra la puerta.
Ella levantó la barbilla en un gesto de protesta, pero no dijo ni una palabra.
Un apacible silencio se cernió sobre ellos y Nick respiró hondo. A lo mejor ella tenía razón. A pesar del día tan ajetreado que había tenido, la calma del rancho le hacía sentirse tranquilo y en paz.
Estaba a punto de decir algo cuando se dio cuenta de que ________ se había quedado dormida.
La observó unos instantes. Ella estaba a punto de caerse hacia delante.
Nick la agarró de los hombros y en ese momento ella abrió los ojos.
—¿Qué haces? —le preguntó ________, parpadeando.
Nick sintió un nudo en el estómago. Olía a algo dulce y agradable, muy distinto del olor a tierra del establo. Su piel, limpia y sin maquillar, relucía como el más fino satén y un rubor natural hacía resplandecer sus mejillas.
—¿Qué estás haciendo? —repitió ella.
—Te agarro —dijo él—. Te agarro antes de que te caigas.
________________________________
Tengo otra adaptación si es que quieren entrar (?)
EL JUEGO DE SEDUCCIÓN (KEVIN & TÚ) adaptación
https://onlywn.activoforo.com/t6398-el-juego-de-seduccion-kevin-tu
Última edición por TheOliveAndAnArrow el Dom 09 Oct 2011, 4:49 pm, editado 2 veces
CamH
Re: Compromiso Fingido (Nick y Tú) [Terminada]
LO AMEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE!
NiinnyJonas
Re: Compromiso Fingido (Nick y Tú) [Terminada]
oooooooooooooohhh
nueva leeectoraaaa
y me facino
asi que siguela porfa
nueva leeectoraaaa
y me facino
asi que siguela porfa
chelis
Re: Compromiso Fingido (Nick y Tú) [Terminada]
GRACIAS :D
Capítulo 3
El corazón de _______ se detuvo un instante y un latigazo de emoción la sacudió por dentro. Negó con la cabeza y le hizo apartarse.
—No me voy a caer —se puso en pie, algo irritada—. Estoy bien —dijo, decidida a estarlo en los próximos segundos.
Observándola, Nick se incorporó lentamente y asintió con la cabeza.
—Bien.
_______ fue hacia la yegua y la observó unos segundos. Nick estaba detrás de ella. Podía sentir su presencia justo detrás.
—Voy a volver a la casa —dijo, mirando el reloj. Al día siguiente tenía que levantarse temprano—. Mañana será un día muy ajetreado.
—Voy contigo —dijo Nick y echó a andar junto a ella.
Durante los dos años anteriores, _______ había pasado mucho tiempo sola y ese tiempo había sido bueno para ella. Había tenido la oportunidad de lamentar sus errores en privado. No obstante, de vez en cuando echaba de menos algo de compañía, pero eso no era motivo suficiente como para hacer algo al respecto. En cuanto a las relaciones románticas, no había mucho que hacer. Después de su divorcio de Peter, se había vuelto tan fría como un lago helado en invierno.
Mientras caminaban hacia la casa, empezó a nevar.
—Hace un tiempo de perros —dijo Nick—. ¿Cómo lo soporta una chica de California?
—Ya no soy una chica de California. Me gusta la nieve. No hay nada como la quietud del paisaje recién nevado. Es como si la tierra guardara silencio durante un tiempo.
El asintió.
—Nunca lo había pensado así, pero supongo que sí. Es igual cuando hay una tormenta o un terremoto. ¿La nieve te produce la misma sensación?
—Es más peligroso —admitió ella—. Pero yo tengo suerte. Mi tío instaló generadores de emergencia en mi cabaña y en los establos.
—Y nunca echas de menos el océano, o el buen tiempo —dijo él en un tono incrédulo—. Sobre todo durante el invierno.
Ella arrugó los labios.
—De vez en cuando echo de menos el calor. Todo tiene sus cosas malas —dijo, entre carcajadas—. Pero los paparazzi no vienen mucho por aquí. Sólo un loco se atrevería a presentarse aquí en mitad de una tormenta de nieve para hacer una foto de una vieja actriz.
—Vieja actriz —repitió él, cortándole el paso—. ¿Así te ves a ti misma? Podrías dejar de serlo en cuanto quisieras…
Ella sacudió la cabeza y sonrió.
—La vieja actriz es feliz así.
El la miraba con ojos que lo atravesaban todo y _______ empezó a sentirse incómoda; tanto así que se hizo a un lado y, al dar un paso adelante, se dio con un bloque de hielo y perdió el equilibrio.
—Maldita sea…
El la agarró en el aire y la apoyó contra su fornido pecho.
—Estoy bien —dijo ella, mordiéndose los labios—. No necesito…
—A lo mejor no, pero por si acaso. Ya es la tercera vez hoy —dijo él. Sus ojos estaban llenos de curiosidad, y también de una mezcla de ironía y picardía.
_______ se apartó rápidamente.
—Te diré un secreto: nadie nos mira. Podrías haberme dejado caer y nadie se habría dado cuenta.
Nick se encogió de hombros.
—Yo sí. Además, has tenido un mal día. Lo de tu hermana, el compromiso, el caballo…
—Tú puedes ocuparte de una de esas cosas —dijo ella, poniéndose cada vez más nerviosa.
—¿De cuál?
—Del compromiso. Podrías cambiar de idea. Podrías irte sin más.
El soltó una carcajada.
—Ni hablar. Los dos estamos metidos en esto. Si no te gusta, piensa que es igual que el tiempo. Todo tiene sus cosas malas —apoyó las manos en la caderas—. Así que vete a la cabaña antes de que me vea obligado a llevarte en brazos.
—Dios me libre —dijo ella y echó a andar.
Esa noche dormiría en la oficina para poder vigilar el establo a través de los monitores. A cada paso que daba oía el crujido de las botas de Nick tras sus propias pisadas. Oía su respiración. Justo detrás de ella, él la observaba, dispuesto a sujetarla si le flaqueaban las fuerzas.
Aquélla era una extraña sensación que no había experimentado durante años; una sensación que no le gustaba.
Horas más tarde _______ se despertó al oír que tocaban a la puerta. Rápidamente se incorporó en la cama y entonces se dio cuenta de que todavía llevaba la ropa del día anterior: unos vaqueros y una camisa de franela.
«¿Qué? ¿Cómo?».
Se apartó el cabello de la cara y trató de espabilarse.
La noche anterior había ido a la cabaña y se había sentado frente a los monitores que vigilaban los establos. ¿Cómo había podido terminar en la cama?
Volvieron a tocar a la puerta y entonces oyó una suave voz masculina. Era Nick Jonas. Apartó las mantas y miró el reloj.
¡Las siete de la mañana!
Debería haber estado en pie a las cinco. Se levantó corriendo y fue hacia el cuarto de baño.
Se echó un poco de agua en la cara, se cepilló los dientes y salió a toda prisa rumbo a su despacho.
—_______, Cariño —dijo Nick.
Ella se detuvo a medio camino y se dio la vuelta con brusquedad. El estaba en el umbral, muy despierto y despreocupado.
Un hombre al que nunca había visto se asomó por detrás de él y tomó media docena de instantáneas.
_______ se quedó perpleja.
Nick cerró la puerta a toda prisa y fue hacia ella.
—Ya están aquí.
—¿Quiénes? —preguntó ella, deseosa de tomarse una taza de café—. ¿Y cómo terminé en…?
—No tenemos tiempo. Tendremos que hablar luego —le dijo—. Ponte esto —añadió, sacándose una cajita del bolsillo.
Era un enorme solitario con pequeños diamantes incrustados por toda la banda del anillo. Tomó su mano izquierda y le puso la sortija en el dedo.
_______ se quedó mirando la joya, boquiabierta.
—¿Cómo sabías…?
—Sólo tienes que fingir que estás locamente enamorada de mí —dijo, y la condujo hasta la puerta.
—¿Pero qué…?
—Los periodistas —dijo y abrió la puerta.
En ese momento se oyó el clic de una cámara.
—¿Cuándo empezó su relación con Nick Jonas? —preguntó un hombre—. ¿Y qué ocurre con su hermana?
Nick le rodeó la cintura con el brazo.
—Habéis tenido suerte, chicos. Sois los primeros en saberlo. A veces nos ponéis las cosas bien difíciles —se volvió hacia _______ y bajó la cabeza—. Creo que nos han pillado, Cariño —dijo y le dio un beso en los labios.
Sorprendida, _______ parpadeó al sentir el tacto de sus labios, pero en cuanto oyó el clic de la cámara recordó el papel que debía desempeñar; la adorable prometida de Nick Jonas. Haciendo uso de todas sus dotes artísticas, posó junto a su supuesto novio y saboreó aquel extraño beso. Un beso artificial pero, al mismo tiempo, natural.
El la agarraba por la espalda con firmeza y decisión.
—Escuchad, ¿por qué no volvéis luego y os enseño la yegua que rescatamos ayer? Está embarazada —dijo Nick.
—¿_______ está embarazada?
Aquellas palabras fueron como una bofetada en la cara para _______.
—No —dijo inmediatamente en un tono brusco—. La yegua está embarazada. No yo.
—De acuerdo —dijo el reportero, que parecía decepcionado—. ¿Me dejan hacer una foto del anillo? A todo el mundo le gusta verlo.
_______ levantó la mano y miró el extraño anillo que relucía en su dedo.
—Vaya, parece que todavía no acaba de creérselo —dijo el reportero.
_______ hizo un esfuerzo y esbozó su mejor sonrisa plástica.
—¿Podemos tomar un vídeo? —preguntó el reportero, mirando a Nick.
—Claro, así entenderéis mejor por qué caí rendido a sus pies.
El fotógrafo miró a _______.
—Como si necesitara una razón —dijo—. Hollywood la echa de menos, _______.
_______ sonrió, consciente de su aspecto rústico y desaliñado. La mujer que los paparazzi tenían ante sus ojos nada tenía que ver con la glamurosa rubia de Hollywood que habían conocido, pero eso a ella no le importaba.
—Sois muy amables —dijo, agarrando a Nick del brazo—. Hay un restaurante en el pueblo, por si tenéis hambre.
—De acuerdo —dijo el reportero—. ¿Me promete que no irá a ninguna parte?
—No vamos a ninguna parte —dijo Nick.
El reportero asintió.
—Esto va a ser fabuloso. Por cierto, yo soy Tripp y éste es Gordon.
Los dos hombres les estrecharon la mano.
—Nos vemos en una hora.
—Mejor en dos —dijo Nick.
—De acuerdo —respondió Tripp con reticencia—. Dos horas, pero ni un minuto más.
Los dos hombres volvieron al coche y se despidieron antes de marcharse.
Molesta, _______ cerró la puerta y se volvió hacia Nick.
—¿Por qué los invitaste a quedarse para hacer el vídeo? No los quiero por aquí.
—No estarán mucho tiempo —dijo él—. Esto es perfecto. Tendrán otras cosas con las que entretenerse.
—No quiero que Jonas Pictures saque provecho de este rancho. Este es un lugar pacífico y hermoso; un refugio para los caballos y…
—Y para ti —dijo Nick, interrumpiéndola—. Un refugio en el que te escondes de todo el mundo.
_______ sintió una punzada en su interior. Esas palabras se habían clavado en ella como diez puñales.
—No tienes derecho a criticar la vida que he elegido. No tienes derecho a invitar a… —se detuvo, incapaz de contener la ira—. A esos parásitos a la propiedad de mi tío sólo porque te conviene. Después de muchos años de duro trabajo mi tío por fin se ha tomado unas merecidas vacaciones. No quiero ver cuál será su reacción cuando regrese y se encuentre con esto. ¿Has pensado qué será lo próximo? ¿Cuántos reporteros aparecerán por aquí cuando las fotos se publiquen? Y cuando esta farsa termine, ¿cómo se supone que voy a lidiar con los que aparezcan después, pidiendo explicaciones de la supuesta ruptura?
Nick la miró con ojos tranquilos.
—Confía en mí. Yo me ocuparé de todo.
Ella miró al techo.
—Ya he oído eso antes. «Confía en mí» son las peores palabras de Hollywood.
—Como dijiste ayer, no estamos en Hollywood. Yo me he ocupado de la prensa durante muchos años, _______. Y puedo hacerlo esta vez. Si la cosa se pone fea, traeré seguridad.
—Genial —dijo ella en un tono sarcástico—. Eso era justo lo que quería. Seguridad.
—Es temporal. Y no deberías rechazar la publicidad que conseguirás. Cuando esto se haga público, tendrás muchas donaciones para el rescate de caballos.
Ella suspiró, sabiendo que no tenía más remedio que admitir que él tenía razón.
—Tengo que ir a ducharme. No sé cómo terminé en la cama con la ropa puesta. Lo último que recuerdo es que estaba en mi despacho vigilando a la yegua y… —se detuvo al ver la expresión de Nick—. Oh, no me digas que me llevaste a la cama.
—Lo hice por mí. Tenías la cabeza apoyada en las manos. Ibas a terminar con un terrible dolor de cuello, y ya eres bastante difícil sin dolores de cuello.
Ella abrió la boca para protestar, pero fue incapaz de encontrar las palabras adecuadas. ¿Acaso tenía que darle las gracias por su amabilidad o darle una bofetada por atreverse a tocarla mientras dormía? No estaba acostumbrada a tener a alguien observándola, sobre todo cuando se trataba de Nick Jonas.
—Necesito saber cuánto va a durar esto. Y no me digas que lo que haga falta. Tú sabes mucho más que eso. Apuesto a que lo planeaste al detalle. ¿Cuánto?
—Si todo sale bien con tu hermana, entre un mes y un mes y medio.
_______ se dijo a sí misma que ésa sería la última vez y se preparó para lo que estaba por venir.
Dos horas más tarde, _______ les enseñó la yegua a los reporteros.
—Todavía está un poco asustada y nerviosa, así que no podéis acercaros mucho. ¿No es una belleza?
Tripp asintió.
—Sí. ¿Sabía que estaba preñada cuando la rescató?
_______ sacudió la cabeza.
—No. No lo supimos hasta que la trajimos al rancho. Nick se ofreció a ayudar a los bomberos con el rescate.
—¿En serio? —dijo el reportero, mirando a Nick—. No sabía que fuera un amante de los caballos.
—Nunca me lo han preguntado —dijo Nick en un tono misterioso y rodeó la cintura de _______ con el brazo.
Tripp asintió.
—Hay que impresionar a la señorita.
—Y ha funcionado a la perfección —intervino _______, siguiendo el juego—. Pero a mí me impresionó mucho antes.
—¿Y cómo comenzaron su relación?
—Nos conocimos en un evento hace algunos años v nos volvimos a encontrar cuando _______ hizo un viaje a Los Ángeles hace unos meses. No podía dejarla marchar esa vez.
—Pero el cambio es bastante drástico. ¿Cómo lo llevan?
—Yo tengo un jet privado. Puedo presentarme aquí cuando quiera.
—¿Y no podría convencerla para que vuelva a hacer películas?
_______ se puso tensa.
—La verdad es que estoy más interesado en convencerla de otras cosas.
—¿Y ya tienen fecha para el gran día? —preguntó Tripp.
—Acabamos de prometernos —dijo _______, acurrucándose contra Nick y mirándolo con ojos de miel—. Llevábamos mucho tiempo esperando, y queremos saborear cada minuto —hizo una pausa—. Y hablando de minutos, tengo que ir al pueblo esta misma tarde, así que, si me disculpan… De verdad que tengo que irme.
El fotógrafo empezó a hacer fotos a toda velocidad. _______ se puso en pie, le dio un beso en la mejilla a Nick y le susurró algo al oído.
—Por favor, líbrate de ellos —le pidió.
—Eso es todo por el momento —dijo Nick—. _______ y yo tenemos otras cosas que hacer —la tomó de la mano—. Sé lo mucho que significa para ustedes haber conseguido esta exclusiva.
—Más de lo que cree. Mucho más —dijo Tripp y le dio la mano—. Gracias por trabajar con nosotros. No se arrepentirá. Y buena suerte con el caballo, _______. ¿Qué nombre le va a poner?
—No había…
—Pyrrha —dijo Nick, mirándola a los ojos.
—¿Pyrrha?
—Mitología griega. Era una reina.
—Que sobrevivió a una gran inundación —dijo ella, esbozando una sonrisa—. Me gusta.
Se oyó el clic de la cámara una vez más y Nick sintió un brote de exasperación. Los medios nunca tenían bastante.
Le estrechó la mano a Tripp.
—Que tengáis un buen viaje de vuelta a Los Ángeles —dijo, y los acompañó a la salida.
—¿Te has inventado lo del recado para librarte de ellos? —le preguntó a _______ de camino a la cabaña.
—Es verdad —le dijo ella por encima del hombro mientras subía por las escaleras—. Pero ya tenía ganas de que se fueran. De hecho, habría sido mucho mejor si no hubieran aparecido por aquí.
—Ya te alegrarás cuando las donaciones empiecen a llegar —dijo él.
—¿Por qué te importa mi operación de rescate? —le preguntó al entrar en la casa.
Nick se encogió de hombros.
—Es una buena causa. Ya que nos vemos implicados en esta pequeña farsa, no está mal si sacas algún beneficio de ella.
_______ suspiró, llena de desconfianza.
—Sólo me pregunto cuántos donantes me pedirán que les devuelva el dinero después de que cancelemos el compromiso.
—No tenemos que darle un final dramático al compromiso. A diferencia de tu… —se detuvo al ver la fría mirada de _______.
—Esos son los comentarios que no soporto. Por eso odio tratar con la prensa. Si no consiguen tergiversar las cosas a su conveniencia, terminan inventándose algo. Créeme, no sabes nada del motivo por el que se rompió mi matrimonio —miró el reloj—. Tengo que irme. No quiero llegar tarde a recoger a los chicos.
—Chicos.
Ella levantó una mano.
—Eso no es asunto tuyo. Ya me has explotado bastante.
Aquella acusación se clavó en el corazón de Nick como un cuchillo. La agarró del brazo con brusquedad y tiró hacia sí.
—¿Acaso se te ha olvidado por quién estamos haciendo esto?
Ella respiró hondo y se mordió el labio.
—Nicki —cerró los ojos y sacudió la cabeza—. No. Cuanto más pienso en ello, más de acuerdo estoy contigo. Es que no soporto a los paparazzi.
—Entonces, no es personal —dijo él en un tono seco.
—No. No es personal. En realidad, eres… —se detuvo y se encogió de hombros—. A lo mejor deberíamos empezar de nuevo. Hola, soy _______ McCord. Encantada de conocerte.
Él le agarró la mano.
—El placer es mío —dijo, siguiéndole la corriente—. Soy Nick Jonas. Eres aún más encantadora en persona que en la gran pantalla.
Ella sonrió.
—Gracias. Tú has resultado ser un Jonas un tanto atípico. Sé que a ninguno de los dos nos hace gracia todo este montaje, pero a partir de ahora intentaré no poner las cosas más difíciles. ¿Quién sabe? A lo mejor terminamos siendo amigos después de todo esto.
Nick asintió con la cabeza y se llevó la mano de _______ a los labios.
Ella lo miró con gesto de sorpresa y algo más.
—Por la amistad —dijo Nick.
Capítulo 4
Siempre que _______ regresaba a casa después de impartir sus clases de teatro en el colegio, se sentía triste y nostálgica. Si las cosas hubieran salido de otra manera, su propio hijo habría estado en preescolar. Peter le exigió que terminara el rodaje antes de que se le notara el embarazo y se mostró algo molesto cuando le dio la noticia, llegando incluso a sugerir que interrumpiera el embarazo para no tener que posponer el rodaje.
_______ recordaba el momento como si hubiera ocurrido el día anterior. Entonces se dio cuenta de que su relación con Peter empezaba a zozobrar.
De pie en el recibidor de la cabaña, sintió cómo se le caían las llaves al suelo. Las manos le temblaban y en su dedo brillaba el anillo de compromiso. Respiró profundamente y cerró los ojos. Comida. Necesitaba comida. Esa era la razón por la que tenía temblores. No había comido nada desde la mañana.
La voz de Nick se oía como un susurro tras la puerta de la habitación de invitados.
Recogió las llaves rápidamente, se quitó la chaqueta, la colgó en el armario del pasillo y fue a la cocina.
Sopa… Sacó una lata de la estantería; y también buscó mantequilla de cacahuete, pan y miel. No era un manjar exquisito, pero servía para llenarse un poco. Tendría que tostar el pan porque estaba congelado.
Tratando de pensar en cualquier cosa excepto en el bebé que había perdido muchos años atrás, calentó la sopa y preparó dos sándwiches por si Nick quería uno.
En ese instante, un doloroso recuerdo atravesó su mente y volvió a revivir aquel día en el que se había caído en el plato. La sala de urgencias, la cirugía, Peter, más preocupado por mantener las apariencias que por otras cosas…
Al despertar se había sentido vacía.
—Huele bien —dijo Nick, por detrás.
Su voz la hizo sobresaltarse y, por accidente, tocó el borde de la sartén caliente.
—Oh, no —dijo, sintiendo un agudo dolor en la punta de los dedos.
Nick masculló un juramento.
—Pon la mano bajo el grifo —le dijo, metiéndole la mano en el fregadero—. Maldita sea, siento haberte asustado.
_______ sacudió la cabeza, confusa.
—No es culpa tuya. Estaba pensando en demasiadas cosas a la vez. Sólo ha sido un despiste.
—¿Te pasa a menudo? ¿Lo de quemarte mientras cocinas?
—¿Por qué? Normalmente quemo la comida, no a mí misma.
El asintió.
—Te distraes.
—Sí. Hay cosas más importantes que la comida.
—Por eso tienes tantos platos de comida preparada en el frigorífico.
Ella hizo una mueca.
—De acuerdo, ya conoces mi secreto. Bueno, uno de ellos —sacó la mano de debajo del agua—. Creo que ya estoy mejor.
El sacudió la cabeza.
—No. Mantenía bajo el agua unos minutos más. Yo me ocupo de la sopa.
_______ lo miró por encima del hombro mientras él quitaba la cacerola del fuego y servía dos boles de sopa.
La imagen era inverosímil: un vástago de la estirpe de los Jonas sirviendo sopa en su cocina.
Nick levantó la vista y se encontró con su mirada.
—Me estás mirando. ¿Por qué?
Ella sacudió la cabeza.
—No tenía previsto tener a Nick Jonas en mi cocina esta semana, o ninguna otra.
El esbozó una sonrisa.
—Qué suerte.
—¿Quién ha tenido suerte, tú o yo?
—Muy bueno. A primera vista, cualquier hombre daría lo que fuera por estar en mi lugar.
—Pero…
—¿Quién no querría estar atrapado en una cabaña con la mujer más sexy de 2004?
_______ lanzó una exclamación.
—No me lo recuerdes.
—Sólo por curiosidad —dijo él, mirándola fijamente—. ¿Todavía tienes esa camisa?
_______ se mordió el labio inferior al oír su pregunta.
—No, sólo era una camisa de hombre. Nada especial.
—¿Sabes cuántos hombres tuvieron fantasías gracias a esa camisa?
_______ sintió un repentino calor en las mejillas.
—No, y no quiero saberlo.
—Claro, pero ellos fantaseaban con quitarte la camisa.
—Lo cual no ocurrió. Así que ya puedes ponerlo en la lista de fantasías sin cumplir —cerró el grifo.
—Muchas veces la realidad se nutre de fantasías.
—Puede —dijo _______, dándole la razón—. ¿Cómo aprendiste eso?
—Por mi trabajo. Mis hermanos me llaman el mago de las relaciones públicas, pero yo sé la verdad. Sólo se trata de semántica e ingenio —llevó los boles a la mesa del comedor y la invitó a sentarse.
—Un minuto —dijo ella.
Sacó una botella de la nevera y buscó dos copas en el armario.
—Por eso me gusta vivir aquí—le dijo al sentarse a la mesa—. No hay que comerse la cabeza demasiado. La gente dice lo que piensa. Y nunca me he sentido más en paz que aquí.
El asintió.
—¿Y cómo es que no has buscado compañía para esta vida solitaria? Seguro que tienes algunos pretendientes.
_______ se dispuso a descorchar la botella, pero él se la quitó de las manos.
—A lo mejor eso es parte del secreto de mi felicidad. Yo podría preguntarte lo mismo. ¿No hay ninguna mujer… —_______ hizo una pausa y lo miró de reojo—o mujeres en Los Ángeles? Seguro que se les romperá el corazón cuando se enteren de que te has prometido.
Nick también la miró de reojo y sacudió la cabeza. Descorchó la botella y sirvió el vino.
—No he tenido una relación seria en muchos años. Estuve a punto de cometer un gran error —bebió un poco de vino.
—Compré el vino en una bodega del pueblo. No sé de qué cosecha es —dijo ella—. Pero me has dicho algo sobre un error que cometiste. Todos los cometemos. ¿Cómo evitaste cometer el tuyo?
—Yo no huyo de la verdad cuando me golpea en la cara —le dijo con amargura—. Yo no me escondo de nada.
_______ se dio cuenta de que la fuerza de Nick Jonas no era meramente superficial. El despertaba su curiosidad y la hacía sentirse más despierta que nunca.
—¿Y cómo es que casi cometes el error? —le preguntó ella, antes de darle un mordisco al sándwich.
—Mis hermanos y yo sufrimos de un mal extendido entre los hombres. Somos propensos a rescatar damas en apuros.
_______ sonrió.
—Y caballos en apuros también.
Nick soltó una carcajada y la miró a los ojos, pero _______ apartó la vista de inmediato.
—Conocí a una mujer. Se le había roto el coche. Una cosa llevó a la otra. Empezamos a salir. Ella era actriz, y yo les presenté a algunas personas. Iba a declararme, pero un día me enteré de que se había liado con un productor que yo le había presentado en una fiesta.
_______ hizo una mueca.
—Lo siento. Por lo menos, lo supiste antes de casarte. Eso es más de lo que yo puedo decir. Era tan joven e ingenua… Caí en las redes de Peter como una tonta. En aquella época, estaba bastante descentrada. Había hecho algunos anuncios y algunos papeles pequeños, pero él era todo lo contrario. Sabía exactamente lo que tenía que hacer en cada momento y cómo conseguir sus objetivos. Y también parecía saber exactamente lo que yo necesitaba.
—Pero al final tuviste algunas discrepancias con él.
_______ se acordó de su embarazo y asintió.
—El estaba dispuesto a sacrificar algo, pero yo no.
—Debe de haber sido algo muy gordo para que dejaras Los Ángeles, la interpretación y también a los hombres.
—Lo fue —dijo _______, poniéndose en pie. No se sentía cómoda con aquella conversación—. ¿Quieres más sopa? ¿Otro sándwich?
El la agarró de la muñeca al tiempo que ella intentaba alejarse de la mesa.
—Tienes que comer algo. Siéntate y termina.
Enojada consigo misma, _______ respiró hondo. Durante sus días de actriz, había tenido que besar a muchas estrellas del celuloide, así que no había motivo para que Nick Jonas la perturbara tanto.
Se dejó caer en la silla y tomó un poco más de sopa al tiempo que se comía el sándwich, decidida a terminar lo antes posible.
—Cuando nos llevamos a Nicki a la rehabilitación, nos dijo que no llamáramos a sus padres. Nos dijo que te llamáramos a ti.
_______ dejó de comer y asintió con la cabeza.
—Mi padre se fue a Arizona y hace tiempo que no sabemos nada de él. Mi madre se volvió a casar y vive en Malibú. Le molestaría mucho enterarse de algo así. Si no son buenas noticias, no le interesa oírlas.
—Pero la vida no es siempre de color de rosa.
—Por mucho que te esfuerces.
—Así es. Una de las razones por las que suelo salir adelante es que le hago frente a los problemas. Mi familia también ha pasado por malos momentos. La muerte de mi abuelo fue un golpe duro. Él era el corazón y el alma de Jonas Pictures. Todos queremos estar a la altura del imperio que él construyó.
—Entonces, dejó el listón muy alto.
—No sólo en los negocios. Era la clase de persona que llenaba una habitación con su presencia. Tenía un gran talento para los negocios, pero también amaba mucho a mi abuela, y su amor hacia ella nunca menguó. Se casó con ella en secreto, en Francia, durante la Segunda Guerra Mundial. Fundó los estudios para llevarla a la gran pantalla. De alguna manera, creo que todos esperamos encontrar lo que él tuvo. Dios… Puede que se haya ido, pero mi abuela sigue queriéndolo como el primer día.
—Es una historia muy bonita.
—Sí. Si no fuera tan condenadamente cínico, algo así podría pasarme alguna vez. Algo tan intenso, para siempre.
Ella asintió con la cabeza.
—Para siempre —repitió—. A lo mejor es más duro ser cínico cuando te encuentras con alguien que sí lo ha tenido. Entonces, no resulta tan irreal.
El extendió la mano y le apartó un mechón de pelo de la cara.
—Sí —la miró a los ojos durante unos segundos—. ¿Tienes cartas?
_______ se lo pensó un segundo.
—Sí, creo que sí.
—Juguemos.
—¿A qué?
—Al póquer. Al strip póquer si te animas —le dijo bromeando.
—En tus sueños —replicó ella—. Tengo que vigilar a la yegua por la cámara.
—¿Como hiciste ayer? —le preguntó él, levantando una ceja.
—Hoy no estoy tan cansada.
—No querrás quedarte despierta toda la noche, ¿verdad?
—No, pero…
—Podemos jugar en tu despacho. Así el tiempo pasará más deprisa.
_______ se dejó convencer. Siempre le había gustado jugar a las cartas.
—De acuerdo, pero mi ropa se queda en su sitio.
—¿Eso quiere decir que quieres quitarme la mía?
—No —dijo ella, ignorando la broma—. Voy a buscar las cartas.
—Yo traeré el vino.
—Iré a preparar café —dijo, pensando que combinar a Nick Jonas con vino no era una buena idea.
Buscó las cartas y entró en el despacho para echarle un vistazo al monitor. La yegua se movía dentro del establo.
—Ya está recuperando las fuerzas —dijo Nick desde detrás.
—Sí. Eso significa que pronto podremos sacarla al exterior —barajeó las cartas y las repartió.
—La apuesta máxima son veinticinco centavos —dijo él, colocando su mano de cartas—. Y la subida máxima son cincuenta. Apuesto quince centavos. ¿Cuál es tu color favorito? —le preguntó, tomando una carta del mazo.
—El turquesa. ¿Por qué lo preguntas? —_______ miró sus cartas y trató de no revelar su decepción—. Voy.
—Porque los periodistas que aparezcan mañana nos preguntarán muchas cosas sobre nosotros.
_______ apartó la vista de las cartas.
—¿Mañana? Ya hemos hablado con ellos. Pensaba que las otras entrevistas serían por teléfono.
El sacudió la cabeza, desechó dos cartas y sacó dos del mazo.
—Necesito saberlo todo de ti y tú tienes que saberlo todo de mí. Apuesto veinticinco.
Ella suspiró, llena de impotencia.
—Muy bien, entonces el azul es tu color favorito —empezó a decir.
—¿Y qué te hace pensar eso?
—Cuando a un hombre le preguntan cuál es su color favorito, casi siempre dice el azul.
—A mí me gusta el verde.
—Sólo quieres llevarme la contraria.
—No. Tus ojos son verdes.
—Qué adulador —dijo ella, desechando cartas y tomando otras del mazo.
—¿Adonde quieres ir de luna de miel? —le preguntó él.
—¿De luna de miel?
—¿A Tahití o a Bali?
—A algún sitio más íntimo. Peter me llevó a Hawai. Después me enteré de que le había vendido la exclusiva a la prensa.
Nick la miró fijamente.
—¿En serio?
—Sí. Todo por las relaciones públicas.
—Pero en tu luna de miel…
—No me digas que nunca le has sacado provecho a lo de la luna de miel —dijo, desechando dos cartas malas y escogiendo otras que eran todavía peores—. Paso.
—Puede, pero las parejas que realmente se aman no… —se detuvo al darse cuenta de que tanto _______ como él habían llegado a la misma conclusión.
Se hizo el silencio entre ellos.
—Lo siento —dijo él.
Herida en su orgullo, _______ levantó la barbilla.
—No sientas pena por mí por lo de Peter.
—Vas a perder esta mano —dijo él, poniendo su full sobre la mesa.
Ella miró las cartas de él y después las suyas propias.
Sólo le faltaba una carta para tener un full como el de él.
—La suerte del principiante —dijo, frunciendo el ceño—. Ya te pillaré en la próxima.
El se echó a reír.
—En tus sueños —replicó, recogiendo las cartas y barajándolas—. Ahora estás en deuda conmigo.
—¿Cómo dices? Estamos jugando unos centavos.
—Pero los centavos se convierten en favores —dijo él, barajando de nuevo—. No quieres jugar con prendas, así que tendrán que ser favores.
—Favores. ¿Y qué te parece esta farsa de compromiso? Oh, espera, me he equivocado. Eso es chantaje.
—Exactamente —respondió poniendo el mazo sobre la mesa para que ella lo cortara—. Así que vamos a jugar con favores.
—¿Y si gano el mismo número de veces que tú? Así quedaríamos en paz.
—Eso no ocurrirá. Pero si ocurriera, yo te haría la misma cantidad de favores.
—¿Y si no quiero que me hagas ninguno?
—Querrás —dijo él, mirándola fijamente.
—Trato hecho —contestó _______, dispuesta a darle una lección.
Durante las dos horas siguientes jugaron a las cartas, jugaron, ganaron, perdieron y compartieron secretos.
—¿Tu primer amor? —le preguntó ella, preparándose para su próxima victoria.
—Sara Jameson, en cuarto de primaria.
_______ lo miró, sorprendida.
—¿Te acuerdas de su nombre? Pensaba que habías salido con tantas mujeres que serías incapaz de recodar sus nombres.
El sacudió la cabeza.
—Si soy el rey de las mentiras, ¿crees que no sé cubrirme las espaldas?
—¿Me estás diciendo que Nick Jonas no es el playboy que todos creen que es?
—Yo creé a Nick Jonas, el playboy. Así puedo hacer lo que me da la gana.
—Pero no has contestado a mi pregunta.
—Te dije el nombre de mi primer amor. Salimos juntos hasta que ella se fue antes de empezar en el instituto.
—Vaya. Eso sí que es fidelidad.
—¿Y qué me dices de ti?
—Yo era demasiado tímida. Me llevó un tiempo.
—Entonces no tenías esa largas piernas —dijo él, deslizando la mirada por sus ceñidos vaqueros.
—Tucker Martin —respondió _______, suspirando—. Tenía hoyuelos y ojos azules. Era listo y divertido.
—¿Y cuánto duró?
—Oh, ni siquiera llegó a arrancar del todo. No me hacía el más mínimo caso.
El se echó a reír.
—Pobre chaval. Supongo que llevará mucho tiempo arrepintiéndose —puso las cartas sobre la mesa—. Full.
_______ masculló un juramento.
—Esto es increíble.
—Es que se me da muy bien. Ya me debes otro favor.
Ella suspiró y volvió a mirar el monitor.
—Ya me preocuparé de eso mañana. Tengo que irme a la cama —se puso en pie—. Gracias por la velada.
El también se levantó.
—Un placer. Tienes que hacerme un favor ahora.
—¿Por qué? —preguntó _______, en un tono alerta.
—Es algo que tengo que saber para la entrevista —dijo él, acercándose.
_______ debería haber retrocedido unos pasos, pero no lo hizo.
—¿El qué? —le preguntó.
Nick se acercó más.
—Tengo que saber a qué sabes —dijo y le dio unos segundos para reaccionar.
Pero _______ no hizo ninguna de las cosas sensatas que pasaban por su cabeza porque ella también quería saber a qué sabía él…
Capítulo 3
El corazón de _______ se detuvo un instante y un latigazo de emoción la sacudió por dentro. Negó con la cabeza y le hizo apartarse.
—No me voy a caer —se puso en pie, algo irritada—. Estoy bien —dijo, decidida a estarlo en los próximos segundos.
Observándola, Nick se incorporó lentamente y asintió con la cabeza.
—Bien.
_______ fue hacia la yegua y la observó unos segundos. Nick estaba detrás de ella. Podía sentir su presencia justo detrás.
—Voy a volver a la casa —dijo, mirando el reloj. Al día siguiente tenía que levantarse temprano—. Mañana será un día muy ajetreado.
—Voy contigo —dijo Nick y echó a andar junto a ella.
Durante los dos años anteriores, _______ había pasado mucho tiempo sola y ese tiempo había sido bueno para ella. Había tenido la oportunidad de lamentar sus errores en privado. No obstante, de vez en cuando echaba de menos algo de compañía, pero eso no era motivo suficiente como para hacer algo al respecto. En cuanto a las relaciones románticas, no había mucho que hacer. Después de su divorcio de Peter, se había vuelto tan fría como un lago helado en invierno.
Mientras caminaban hacia la casa, empezó a nevar.
—Hace un tiempo de perros —dijo Nick—. ¿Cómo lo soporta una chica de California?
—Ya no soy una chica de California. Me gusta la nieve. No hay nada como la quietud del paisaje recién nevado. Es como si la tierra guardara silencio durante un tiempo.
El asintió.
—Nunca lo había pensado así, pero supongo que sí. Es igual cuando hay una tormenta o un terremoto. ¿La nieve te produce la misma sensación?
—Es más peligroso —admitió ella—. Pero yo tengo suerte. Mi tío instaló generadores de emergencia en mi cabaña y en los establos.
—Y nunca echas de menos el océano, o el buen tiempo —dijo él en un tono incrédulo—. Sobre todo durante el invierno.
Ella arrugó los labios.
—De vez en cuando echo de menos el calor. Todo tiene sus cosas malas —dijo, entre carcajadas—. Pero los paparazzi no vienen mucho por aquí. Sólo un loco se atrevería a presentarse aquí en mitad de una tormenta de nieve para hacer una foto de una vieja actriz.
—Vieja actriz —repitió él, cortándole el paso—. ¿Así te ves a ti misma? Podrías dejar de serlo en cuanto quisieras…
Ella sacudió la cabeza y sonrió.
—La vieja actriz es feliz así.
El la miraba con ojos que lo atravesaban todo y _______ empezó a sentirse incómoda; tanto así que se hizo a un lado y, al dar un paso adelante, se dio con un bloque de hielo y perdió el equilibrio.
—Maldita sea…
El la agarró en el aire y la apoyó contra su fornido pecho.
—Estoy bien —dijo ella, mordiéndose los labios—. No necesito…
—A lo mejor no, pero por si acaso. Ya es la tercera vez hoy —dijo él. Sus ojos estaban llenos de curiosidad, y también de una mezcla de ironía y picardía.
_______ se apartó rápidamente.
—Te diré un secreto: nadie nos mira. Podrías haberme dejado caer y nadie se habría dado cuenta.
Nick se encogió de hombros.
—Yo sí. Además, has tenido un mal día. Lo de tu hermana, el compromiso, el caballo…
—Tú puedes ocuparte de una de esas cosas —dijo ella, poniéndose cada vez más nerviosa.
—¿De cuál?
—Del compromiso. Podrías cambiar de idea. Podrías irte sin más.
El soltó una carcajada.
—Ni hablar. Los dos estamos metidos en esto. Si no te gusta, piensa que es igual que el tiempo. Todo tiene sus cosas malas —apoyó las manos en la caderas—. Así que vete a la cabaña antes de que me vea obligado a llevarte en brazos.
—Dios me libre —dijo ella y echó a andar.
Esa noche dormiría en la oficina para poder vigilar el establo a través de los monitores. A cada paso que daba oía el crujido de las botas de Nick tras sus propias pisadas. Oía su respiración. Justo detrás de ella, él la observaba, dispuesto a sujetarla si le flaqueaban las fuerzas.
Aquélla era una extraña sensación que no había experimentado durante años; una sensación que no le gustaba.
Horas más tarde _______ se despertó al oír que tocaban a la puerta. Rápidamente se incorporó en la cama y entonces se dio cuenta de que todavía llevaba la ropa del día anterior: unos vaqueros y una camisa de franela.
«¿Qué? ¿Cómo?».
Se apartó el cabello de la cara y trató de espabilarse.
La noche anterior había ido a la cabaña y se había sentado frente a los monitores que vigilaban los establos. ¿Cómo había podido terminar en la cama?
Volvieron a tocar a la puerta y entonces oyó una suave voz masculina. Era Nick Jonas. Apartó las mantas y miró el reloj.
¡Las siete de la mañana!
Debería haber estado en pie a las cinco. Se levantó corriendo y fue hacia el cuarto de baño.
Se echó un poco de agua en la cara, se cepilló los dientes y salió a toda prisa rumbo a su despacho.
—_______, Cariño —dijo Nick.
Ella se detuvo a medio camino y se dio la vuelta con brusquedad. El estaba en el umbral, muy despierto y despreocupado.
Un hombre al que nunca había visto se asomó por detrás de él y tomó media docena de instantáneas.
_______ se quedó perpleja.
Nick cerró la puerta a toda prisa y fue hacia ella.
—Ya están aquí.
—¿Quiénes? —preguntó ella, deseosa de tomarse una taza de café—. ¿Y cómo terminé en…?
—No tenemos tiempo. Tendremos que hablar luego —le dijo—. Ponte esto —añadió, sacándose una cajita del bolsillo.
Era un enorme solitario con pequeños diamantes incrustados por toda la banda del anillo. Tomó su mano izquierda y le puso la sortija en el dedo.
_______ se quedó mirando la joya, boquiabierta.
—¿Cómo sabías…?
—Sólo tienes que fingir que estás locamente enamorada de mí —dijo, y la condujo hasta la puerta.
—¿Pero qué…?
—Los periodistas —dijo y abrió la puerta.
En ese momento se oyó el clic de una cámara.
—¿Cuándo empezó su relación con Nick Jonas? —preguntó un hombre—. ¿Y qué ocurre con su hermana?
Nick le rodeó la cintura con el brazo.
—Habéis tenido suerte, chicos. Sois los primeros en saberlo. A veces nos ponéis las cosas bien difíciles —se volvió hacia _______ y bajó la cabeza—. Creo que nos han pillado, Cariño —dijo y le dio un beso en los labios.
Sorprendida, _______ parpadeó al sentir el tacto de sus labios, pero en cuanto oyó el clic de la cámara recordó el papel que debía desempeñar; la adorable prometida de Nick Jonas. Haciendo uso de todas sus dotes artísticas, posó junto a su supuesto novio y saboreó aquel extraño beso. Un beso artificial pero, al mismo tiempo, natural.
El la agarraba por la espalda con firmeza y decisión.
—Escuchad, ¿por qué no volvéis luego y os enseño la yegua que rescatamos ayer? Está embarazada —dijo Nick.
—¿_______ está embarazada?
Aquellas palabras fueron como una bofetada en la cara para _______.
—No —dijo inmediatamente en un tono brusco—. La yegua está embarazada. No yo.
—De acuerdo —dijo el reportero, que parecía decepcionado—. ¿Me dejan hacer una foto del anillo? A todo el mundo le gusta verlo.
_______ levantó la mano y miró el extraño anillo que relucía en su dedo.
—Vaya, parece que todavía no acaba de creérselo —dijo el reportero.
_______ hizo un esfuerzo y esbozó su mejor sonrisa plástica.
—¿Podemos tomar un vídeo? —preguntó el reportero, mirando a Nick.
—Claro, así entenderéis mejor por qué caí rendido a sus pies.
El fotógrafo miró a _______.
—Como si necesitara una razón —dijo—. Hollywood la echa de menos, _______.
_______ sonrió, consciente de su aspecto rústico y desaliñado. La mujer que los paparazzi tenían ante sus ojos nada tenía que ver con la glamurosa rubia de Hollywood que habían conocido, pero eso a ella no le importaba.
—Sois muy amables —dijo, agarrando a Nick del brazo—. Hay un restaurante en el pueblo, por si tenéis hambre.
—De acuerdo —dijo el reportero—. ¿Me promete que no irá a ninguna parte?
—No vamos a ninguna parte —dijo Nick.
El reportero asintió.
—Esto va a ser fabuloso. Por cierto, yo soy Tripp y éste es Gordon.
Los dos hombres les estrecharon la mano.
—Nos vemos en una hora.
—Mejor en dos —dijo Nick.
—De acuerdo —respondió Tripp con reticencia—. Dos horas, pero ni un minuto más.
Los dos hombres volvieron al coche y se despidieron antes de marcharse.
Molesta, _______ cerró la puerta y se volvió hacia Nick.
—¿Por qué los invitaste a quedarse para hacer el vídeo? No los quiero por aquí.
—No estarán mucho tiempo —dijo él—. Esto es perfecto. Tendrán otras cosas con las que entretenerse.
—No quiero que Jonas Pictures saque provecho de este rancho. Este es un lugar pacífico y hermoso; un refugio para los caballos y…
—Y para ti —dijo Nick, interrumpiéndola—. Un refugio en el que te escondes de todo el mundo.
_______ sintió una punzada en su interior. Esas palabras se habían clavado en ella como diez puñales.
—No tienes derecho a criticar la vida que he elegido. No tienes derecho a invitar a… —se detuvo, incapaz de contener la ira—. A esos parásitos a la propiedad de mi tío sólo porque te conviene. Después de muchos años de duro trabajo mi tío por fin se ha tomado unas merecidas vacaciones. No quiero ver cuál será su reacción cuando regrese y se encuentre con esto. ¿Has pensado qué será lo próximo? ¿Cuántos reporteros aparecerán por aquí cuando las fotos se publiquen? Y cuando esta farsa termine, ¿cómo se supone que voy a lidiar con los que aparezcan después, pidiendo explicaciones de la supuesta ruptura?
Nick la miró con ojos tranquilos.
—Confía en mí. Yo me ocuparé de todo.
Ella miró al techo.
—Ya he oído eso antes. «Confía en mí» son las peores palabras de Hollywood.
—Como dijiste ayer, no estamos en Hollywood. Yo me he ocupado de la prensa durante muchos años, _______. Y puedo hacerlo esta vez. Si la cosa se pone fea, traeré seguridad.
—Genial —dijo ella en un tono sarcástico—. Eso era justo lo que quería. Seguridad.
—Es temporal. Y no deberías rechazar la publicidad que conseguirás. Cuando esto se haga público, tendrás muchas donaciones para el rescate de caballos.
Ella suspiró, sabiendo que no tenía más remedio que admitir que él tenía razón.
—Tengo que ir a ducharme. No sé cómo terminé en la cama con la ropa puesta. Lo último que recuerdo es que estaba en mi despacho vigilando a la yegua y… —se detuvo al ver la expresión de Nick—. Oh, no me digas que me llevaste a la cama.
—Lo hice por mí. Tenías la cabeza apoyada en las manos. Ibas a terminar con un terrible dolor de cuello, y ya eres bastante difícil sin dolores de cuello.
Ella abrió la boca para protestar, pero fue incapaz de encontrar las palabras adecuadas. ¿Acaso tenía que darle las gracias por su amabilidad o darle una bofetada por atreverse a tocarla mientras dormía? No estaba acostumbrada a tener a alguien observándola, sobre todo cuando se trataba de Nick Jonas.
—Necesito saber cuánto va a durar esto. Y no me digas que lo que haga falta. Tú sabes mucho más que eso. Apuesto a que lo planeaste al detalle. ¿Cuánto?
—Si todo sale bien con tu hermana, entre un mes y un mes y medio.
_______ se dijo a sí misma que ésa sería la última vez y se preparó para lo que estaba por venir.
Dos horas más tarde, _______ les enseñó la yegua a los reporteros.
—Todavía está un poco asustada y nerviosa, así que no podéis acercaros mucho. ¿No es una belleza?
Tripp asintió.
—Sí. ¿Sabía que estaba preñada cuando la rescató?
_______ sacudió la cabeza.
—No. No lo supimos hasta que la trajimos al rancho. Nick se ofreció a ayudar a los bomberos con el rescate.
—¿En serio? —dijo el reportero, mirando a Nick—. No sabía que fuera un amante de los caballos.
—Nunca me lo han preguntado —dijo Nick en un tono misterioso y rodeó la cintura de _______ con el brazo.
Tripp asintió.
—Hay que impresionar a la señorita.
—Y ha funcionado a la perfección —intervino _______, siguiendo el juego—. Pero a mí me impresionó mucho antes.
—¿Y cómo comenzaron su relación?
—Nos conocimos en un evento hace algunos años v nos volvimos a encontrar cuando _______ hizo un viaje a Los Ángeles hace unos meses. No podía dejarla marchar esa vez.
—Pero el cambio es bastante drástico. ¿Cómo lo llevan?
—Yo tengo un jet privado. Puedo presentarme aquí cuando quiera.
—¿Y no podría convencerla para que vuelva a hacer películas?
_______ se puso tensa.
—La verdad es que estoy más interesado en convencerla de otras cosas.
—¿Y ya tienen fecha para el gran día? —preguntó Tripp.
—Acabamos de prometernos —dijo _______, acurrucándose contra Nick y mirándolo con ojos de miel—. Llevábamos mucho tiempo esperando, y queremos saborear cada minuto —hizo una pausa—. Y hablando de minutos, tengo que ir al pueblo esta misma tarde, así que, si me disculpan… De verdad que tengo que irme.
El fotógrafo empezó a hacer fotos a toda velocidad. _______ se puso en pie, le dio un beso en la mejilla a Nick y le susurró algo al oído.
—Por favor, líbrate de ellos —le pidió.
—Eso es todo por el momento —dijo Nick—. _______ y yo tenemos otras cosas que hacer —la tomó de la mano—. Sé lo mucho que significa para ustedes haber conseguido esta exclusiva.
—Más de lo que cree. Mucho más —dijo Tripp y le dio la mano—. Gracias por trabajar con nosotros. No se arrepentirá. Y buena suerte con el caballo, _______. ¿Qué nombre le va a poner?
—No había…
—Pyrrha —dijo Nick, mirándola a los ojos.
—¿Pyrrha?
—Mitología griega. Era una reina.
—Que sobrevivió a una gran inundación —dijo ella, esbozando una sonrisa—. Me gusta.
Se oyó el clic de la cámara una vez más y Nick sintió un brote de exasperación. Los medios nunca tenían bastante.
Le estrechó la mano a Tripp.
—Que tengáis un buen viaje de vuelta a Los Ángeles —dijo, y los acompañó a la salida.
—¿Te has inventado lo del recado para librarte de ellos? —le preguntó a _______ de camino a la cabaña.
—Es verdad —le dijo ella por encima del hombro mientras subía por las escaleras—. Pero ya tenía ganas de que se fueran. De hecho, habría sido mucho mejor si no hubieran aparecido por aquí.
—Ya te alegrarás cuando las donaciones empiecen a llegar —dijo él.
—¿Por qué te importa mi operación de rescate? —le preguntó al entrar en la casa.
Nick se encogió de hombros.
—Es una buena causa. Ya que nos vemos implicados en esta pequeña farsa, no está mal si sacas algún beneficio de ella.
_______ suspiró, llena de desconfianza.
—Sólo me pregunto cuántos donantes me pedirán que les devuelva el dinero después de que cancelemos el compromiso.
—No tenemos que darle un final dramático al compromiso. A diferencia de tu… —se detuvo al ver la fría mirada de _______.
—Esos son los comentarios que no soporto. Por eso odio tratar con la prensa. Si no consiguen tergiversar las cosas a su conveniencia, terminan inventándose algo. Créeme, no sabes nada del motivo por el que se rompió mi matrimonio —miró el reloj—. Tengo que irme. No quiero llegar tarde a recoger a los chicos.
—Chicos.
Ella levantó una mano.
—Eso no es asunto tuyo. Ya me has explotado bastante.
Aquella acusación se clavó en el corazón de Nick como un cuchillo. La agarró del brazo con brusquedad y tiró hacia sí.
—¿Acaso se te ha olvidado por quién estamos haciendo esto?
Ella respiró hondo y se mordió el labio.
—Nicki —cerró los ojos y sacudió la cabeza—. No. Cuanto más pienso en ello, más de acuerdo estoy contigo. Es que no soporto a los paparazzi.
—Entonces, no es personal —dijo él en un tono seco.
—No. No es personal. En realidad, eres… —se detuvo y se encogió de hombros—. A lo mejor deberíamos empezar de nuevo. Hola, soy _______ McCord. Encantada de conocerte.
Él le agarró la mano.
—El placer es mío —dijo, siguiéndole la corriente—. Soy Nick Jonas. Eres aún más encantadora en persona que en la gran pantalla.
Ella sonrió.
—Gracias. Tú has resultado ser un Jonas un tanto atípico. Sé que a ninguno de los dos nos hace gracia todo este montaje, pero a partir de ahora intentaré no poner las cosas más difíciles. ¿Quién sabe? A lo mejor terminamos siendo amigos después de todo esto.
Nick asintió con la cabeza y se llevó la mano de _______ a los labios.
Ella lo miró con gesto de sorpresa y algo más.
—Por la amistad —dijo Nick.
Capítulo 4
Siempre que _______ regresaba a casa después de impartir sus clases de teatro en el colegio, se sentía triste y nostálgica. Si las cosas hubieran salido de otra manera, su propio hijo habría estado en preescolar. Peter le exigió que terminara el rodaje antes de que se le notara el embarazo y se mostró algo molesto cuando le dio la noticia, llegando incluso a sugerir que interrumpiera el embarazo para no tener que posponer el rodaje.
_______ recordaba el momento como si hubiera ocurrido el día anterior. Entonces se dio cuenta de que su relación con Peter empezaba a zozobrar.
De pie en el recibidor de la cabaña, sintió cómo se le caían las llaves al suelo. Las manos le temblaban y en su dedo brillaba el anillo de compromiso. Respiró profundamente y cerró los ojos. Comida. Necesitaba comida. Esa era la razón por la que tenía temblores. No había comido nada desde la mañana.
La voz de Nick se oía como un susurro tras la puerta de la habitación de invitados.
Recogió las llaves rápidamente, se quitó la chaqueta, la colgó en el armario del pasillo y fue a la cocina.
Sopa… Sacó una lata de la estantería; y también buscó mantequilla de cacahuete, pan y miel. No era un manjar exquisito, pero servía para llenarse un poco. Tendría que tostar el pan porque estaba congelado.
Tratando de pensar en cualquier cosa excepto en el bebé que había perdido muchos años atrás, calentó la sopa y preparó dos sándwiches por si Nick quería uno.
En ese instante, un doloroso recuerdo atravesó su mente y volvió a revivir aquel día en el que se había caído en el plato. La sala de urgencias, la cirugía, Peter, más preocupado por mantener las apariencias que por otras cosas…
Al despertar se había sentido vacía.
—Huele bien —dijo Nick, por detrás.
Su voz la hizo sobresaltarse y, por accidente, tocó el borde de la sartén caliente.
—Oh, no —dijo, sintiendo un agudo dolor en la punta de los dedos.
Nick masculló un juramento.
—Pon la mano bajo el grifo —le dijo, metiéndole la mano en el fregadero—. Maldita sea, siento haberte asustado.
_______ sacudió la cabeza, confusa.
—No es culpa tuya. Estaba pensando en demasiadas cosas a la vez. Sólo ha sido un despiste.
—¿Te pasa a menudo? ¿Lo de quemarte mientras cocinas?
—¿Por qué? Normalmente quemo la comida, no a mí misma.
El asintió.
—Te distraes.
—Sí. Hay cosas más importantes que la comida.
—Por eso tienes tantos platos de comida preparada en el frigorífico.
Ella hizo una mueca.
—De acuerdo, ya conoces mi secreto. Bueno, uno de ellos —sacó la mano de debajo del agua—. Creo que ya estoy mejor.
El sacudió la cabeza.
—No. Mantenía bajo el agua unos minutos más. Yo me ocupo de la sopa.
_______ lo miró por encima del hombro mientras él quitaba la cacerola del fuego y servía dos boles de sopa.
La imagen era inverosímil: un vástago de la estirpe de los Jonas sirviendo sopa en su cocina.
Nick levantó la vista y se encontró con su mirada.
—Me estás mirando. ¿Por qué?
Ella sacudió la cabeza.
—No tenía previsto tener a Nick Jonas en mi cocina esta semana, o ninguna otra.
El esbozó una sonrisa.
—Qué suerte.
—¿Quién ha tenido suerte, tú o yo?
—Muy bueno. A primera vista, cualquier hombre daría lo que fuera por estar en mi lugar.
—Pero…
—¿Quién no querría estar atrapado en una cabaña con la mujer más sexy de 2004?
_______ lanzó una exclamación.
—No me lo recuerdes.
—Sólo por curiosidad —dijo él, mirándola fijamente—. ¿Todavía tienes esa camisa?
_______ se mordió el labio inferior al oír su pregunta.
—No, sólo era una camisa de hombre. Nada especial.
—¿Sabes cuántos hombres tuvieron fantasías gracias a esa camisa?
_______ sintió un repentino calor en las mejillas.
—No, y no quiero saberlo.
—Claro, pero ellos fantaseaban con quitarte la camisa.
—Lo cual no ocurrió. Así que ya puedes ponerlo en la lista de fantasías sin cumplir —cerró el grifo.
—Muchas veces la realidad se nutre de fantasías.
—Puede —dijo _______, dándole la razón—. ¿Cómo aprendiste eso?
—Por mi trabajo. Mis hermanos me llaman el mago de las relaciones públicas, pero yo sé la verdad. Sólo se trata de semántica e ingenio —llevó los boles a la mesa del comedor y la invitó a sentarse.
—Un minuto —dijo ella.
Sacó una botella de la nevera y buscó dos copas en el armario.
—Por eso me gusta vivir aquí—le dijo al sentarse a la mesa—. No hay que comerse la cabeza demasiado. La gente dice lo que piensa. Y nunca me he sentido más en paz que aquí.
El asintió.
—¿Y cómo es que no has buscado compañía para esta vida solitaria? Seguro que tienes algunos pretendientes.
_______ se dispuso a descorchar la botella, pero él se la quitó de las manos.
—A lo mejor eso es parte del secreto de mi felicidad. Yo podría preguntarte lo mismo. ¿No hay ninguna mujer… —_______ hizo una pausa y lo miró de reojo—o mujeres en Los Ángeles? Seguro que se les romperá el corazón cuando se enteren de que te has prometido.
Nick también la miró de reojo y sacudió la cabeza. Descorchó la botella y sirvió el vino.
—No he tenido una relación seria en muchos años. Estuve a punto de cometer un gran error —bebió un poco de vino.
—Compré el vino en una bodega del pueblo. No sé de qué cosecha es —dijo ella—. Pero me has dicho algo sobre un error que cometiste. Todos los cometemos. ¿Cómo evitaste cometer el tuyo?
—Yo no huyo de la verdad cuando me golpea en la cara —le dijo con amargura—. Yo no me escondo de nada.
_______ se dio cuenta de que la fuerza de Nick Jonas no era meramente superficial. El despertaba su curiosidad y la hacía sentirse más despierta que nunca.
—¿Y cómo es que casi cometes el error? —le preguntó ella, antes de darle un mordisco al sándwich.
—Mis hermanos y yo sufrimos de un mal extendido entre los hombres. Somos propensos a rescatar damas en apuros.
_______ sonrió.
—Y caballos en apuros también.
Nick soltó una carcajada y la miró a los ojos, pero _______ apartó la vista de inmediato.
—Conocí a una mujer. Se le había roto el coche. Una cosa llevó a la otra. Empezamos a salir. Ella era actriz, y yo les presenté a algunas personas. Iba a declararme, pero un día me enteré de que se había liado con un productor que yo le había presentado en una fiesta.
_______ hizo una mueca.
—Lo siento. Por lo menos, lo supiste antes de casarte. Eso es más de lo que yo puedo decir. Era tan joven e ingenua… Caí en las redes de Peter como una tonta. En aquella época, estaba bastante descentrada. Había hecho algunos anuncios y algunos papeles pequeños, pero él era todo lo contrario. Sabía exactamente lo que tenía que hacer en cada momento y cómo conseguir sus objetivos. Y también parecía saber exactamente lo que yo necesitaba.
—Pero al final tuviste algunas discrepancias con él.
_______ se acordó de su embarazo y asintió.
—El estaba dispuesto a sacrificar algo, pero yo no.
—Debe de haber sido algo muy gordo para que dejaras Los Ángeles, la interpretación y también a los hombres.
—Lo fue —dijo _______, poniéndose en pie. No se sentía cómoda con aquella conversación—. ¿Quieres más sopa? ¿Otro sándwich?
El la agarró de la muñeca al tiempo que ella intentaba alejarse de la mesa.
—Tienes que comer algo. Siéntate y termina.
Enojada consigo misma, _______ respiró hondo. Durante sus días de actriz, había tenido que besar a muchas estrellas del celuloide, así que no había motivo para que Nick Jonas la perturbara tanto.
Se dejó caer en la silla y tomó un poco más de sopa al tiempo que se comía el sándwich, decidida a terminar lo antes posible.
—Cuando nos llevamos a Nicki a la rehabilitación, nos dijo que no llamáramos a sus padres. Nos dijo que te llamáramos a ti.
_______ dejó de comer y asintió con la cabeza.
—Mi padre se fue a Arizona y hace tiempo que no sabemos nada de él. Mi madre se volvió a casar y vive en Malibú. Le molestaría mucho enterarse de algo así. Si no son buenas noticias, no le interesa oírlas.
—Pero la vida no es siempre de color de rosa.
—Por mucho que te esfuerces.
—Así es. Una de las razones por las que suelo salir adelante es que le hago frente a los problemas. Mi familia también ha pasado por malos momentos. La muerte de mi abuelo fue un golpe duro. Él era el corazón y el alma de Jonas Pictures. Todos queremos estar a la altura del imperio que él construyó.
—Entonces, dejó el listón muy alto.
—No sólo en los negocios. Era la clase de persona que llenaba una habitación con su presencia. Tenía un gran talento para los negocios, pero también amaba mucho a mi abuela, y su amor hacia ella nunca menguó. Se casó con ella en secreto, en Francia, durante la Segunda Guerra Mundial. Fundó los estudios para llevarla a la gran pantalla. De alguna manera, creo que todos esperamos encontrar lo que él tuvo. Dios… Puede que se haya ido, pero mi abuela sigue queriéndolo como el primer día.
—Es una historia muy bonita.
—Sí. Si no fuera tan condenadamente cínico, algo así podría pasarme alguna vez. Algo tan intenso, para siempre.
Ella asintió con la cabeza.
—Para siempre —repitió—. A lo mejor es más duro ser cínico cuando te encuentras con alguien que sí lo ha tenido. Entonces, no resulta tan irreal.
El extendió la mano y le apartó un mechón de pelo de la cara.
—Sí —la miró a los ojos durante unos segundos—. ¿Tienes cartas?
_______ se lo pensó un segundo.
—Sí, creo que sí.
—Juguemos.
—¿A qué?
—Al póquer. Al strip póquer si te animas —le dijo bromeando.
—En tus sueños —replicó ella—. Tengo que vigilar a la yegua por la cámara.
—¿Como hiciste ayer? —le preguntó él, levantando una ceja.
—Hoy no estoy tan cansada.
—No querrás quedarte despierta toda la noche, ¿verdad?
—No, pero…
—Podemos jugar en tu despacho. Así el tiempo pasará más deprisa.
_______ se dejó convencer. Siempre le había gustado jugar a las cartas.
—De acuerdo, pero mi ropa se queda en su sitio.
—¿Eso quiere decir que quieres quitarme la mía?
—No —dijo ella, ignorando la broma—. Voy a buscar las cartas.
—Yo traeré el vino.
—Iré a preparar café —dijo, pensando que combinar a Nick Jonas con vino no era una buena idea.
Buscó las cartas y entró en el despacho para echarle un vistazo al monitor. La yegua se movía dentro del establo.
—Ya está recuperando las fuerzas —dijo Nick desde detrás.
—Sí. Eso significa que pronto podremos sacarla al exterior —barajeó las cartas y las repartió.
—La apuesta máxima son veinticinco centavos —dijo él, colocando su mano de cartas—. Y la subida máxima son cincuenta. Apuesto quince centavos. ¿Cuál es tu color favorito? —le preguntó, tomando una carta del mazo.
—El turquesa. ¿Por qué lo preguntas? —_______ miró sus cartas y trató de no revelar su decepción—. Voy.
—Porque los periodistas que aparezcan mañana nos preguntarán muchas cosas sobre nosotros.
_______ apartó la vista de las cartas.
—¿Mañana? Ya hemos hablado con ellos. Pensaba que las otras entrevistas serían por teléfono.
El sacudió la cabeza, desechó dos cartas y sacó dos del mazo.
—Necesito saberlo todo de ti y tú tienes que saberlo todo de mí. Apuesto veinticinco.
Ella suspiró, llena de impotencia.
—Muy bien, entonces el azul es tu color favorito —empezó a decir.
—¿Y qué te hace pensar eso?
—Cuando a un hombre le preguntan cuál es su color favorito, casi siempre dice el azul.
—A mí me gusta el verde.
—Sólo quieres llevarme la contraria.
—No. Tus ojos son verdes.
—Qué adulador —dijo ella, desechando cartas y tomando otras del mazo.
—¿Adonde quieres ir de luna de miel? —le preguntó él.
—¿De luna de miel?
—¿A Tahití o a Bali?
—A algún sitio más íntimo. Peter me llevó a Hawai. Después me enteré de que le había vendido la exclusiva a la prensa.
Nick la miró fijamente.
—¿En serio?
—Sí. Todo por las relaciones públicas.
—Pero en tu luna de miel…
—No me digas que nunca le has sacado provecho a lo de la luna de miel —dijo, desechando dos cartas malas y escogiendo otras que eran todavía peores—. Paso.
—Puede, pero las parejas que realmente se aman no… —se detuvo al darse cuenta de que tanto _______ como él habían llegado a la misma conclusión.
Se hizo el silencio entre ellos.
—Lo siento —dijo él.
Herida en su orgullo, _______ levantó la barbilla.
—No sientas pena por mí por lo de Peter.
—Vas a perder esta mano —dijo él, poniendo su full sobre la mesa.
Ella miró las cartas de él y después las suyas propias.
Sólo le faltaba una carta para tener un full como el de él.
—La suerte del principiante —dijo, frunciendo el ceño—. Ya te pillaré en la próxima.
El se echó a reír.
—En tus sueños —replicó, recogiendo las cartas y barajándolas—. Ahora estás en deuda conmigo.
—¿Cómo dices? Estamos jugando unos centavos.
—Pero los centavos se convierten en favores —dijo él, barajando de nuevo—. No quieres jugar con prendas, así que tendrán que ser favores.
—Favores. ¿Y qué te parece esta farsa de compromiso? Oh, espera, me he equivocado. Eso es chantaje.
—Exactamente —respondió poniendo el mazo sobre la mesa para que ella lo cortara—. Así que vamos a jugar con favores.
—¿Y si gano el mismo número de veces que tú? Así quedaríamos en paz.
—Eso no ocurrirá. Pero si ocurriera, yo te haría la misma cantidad de favores.
—¿Y si no quiero que me hagas ninguno?
—Querrás —dijo él, mirándola fijamente.
—Trato hecho —contestó _______, dispuesta a darle una lección.
Durante las dos horas siguientes jugaron a las cartas, jugaron, ganaron, perdieron y compartieron secretos.
—¿Tu primer amor? —le preguntó ella, preparándose para su próxima victoria.
—Sara Jameson, en cuarto de primaria.
_______ lo miró, sorprendida.
—¿Te acuerdas de su nombre? Pensaba que habías salido con tantas mujeres que serías incapaz de recodar sus nombres.
El sacudió la cabeza.
—Si soy el rey de las mentiras, ¿crees que no sé cubrirme las espaldas?
—¿Me estás diciendo que Nick Jonas no es el playboy que todos creen que es?
—Yo creé a Nick Jonas, el playboy. Así puedo hacer lo que me da la gana.
—Pero no has contestado a mi pregunta.
—Te dije el nombre de mi primer amor. Salimos juntos hasta que ella se fue antes de empezar en el instituto.
—Vaya. Eso sí que es fidelidad.
—¿Y qué me dices de ti?
—Yo era demasiado tímida. Me llevó un tiempo.
—Entonces no tenías esa largas piernas —dijo él, deslizando la mirada por sus ceñidos vaqueros.
—Tucker Martin —respondió _______, suspirando—. Tenía hoyuelos y ojos azules. Era listo y divertido.
—¿Y cuánto duró?
—Oh, ni siquiera llegó a arrancar del todo. No me hacía el más mínimo caso.
El se echó a reír.
—Pobre chaval. Supongo que llevará mucho tiempo arrepintiéndose —puso las cartas sobre la mesa—. Full.
_______ masculló un juramento.
—Esto es increíble.
—Es que se me da muy bien. Ya me debes otro favor.
Ella suspiró y volvió a mirar el monitor.
—Ya me preocuparé de eso mañana. Tengo que irme a la cama —se puso en pie—. Gracias por la velada.
El también se levantó.
—Un placer. Tienes que hacerme un favor ahora.
—¿Por qué? —preguntó _______, en un tono alerta.
—Es algo que tengo que saber para la entrevista —dijo él, acercándose.
_______ debería haber retrocedido unos pasos, pero no lo hizo.
—¿El qué? —le preguntó.
Nick se acercó más.
—Tengo que saber a qué sabes —dijo y le dio unos segundos para reaccionar.
Pero _______ no hizo ninguna de las cosas sensatas que pasaban por su cabeza porque ella también quería saber a qué sabía él…
CamH
Re: Compromiso Fingido (Nick y Tú) [Terminada]
Soy Nueva Lectora*!
Huhu,me encanta :twisted:
SIGUELA PRONTO :) !
Huhu,me encanta :twisted:
SIGUELA PRONTO :) !
{@idrunkniall.}
Re: Compromiso Fingido (Nick y Tú) [Terminada]
queeeeeeeeeeee
cosaaaaaaaaaassss
me pregunto a que sabra niiiiickkkk????????
jajajajajaj
siguelaaaaaaaaaaaaaaaaa
cosaaaaaaaaaassss
me pregunto a que sabra niiiiickkkk????????
jajajajajaj
siguelaaaaaaaaaaaaaaaaa
chelis
Re: Compromiso Fingido (Nick y Tú) [Terminada]
dios que directo no
siguela plis
me pregunto lo mismo que chelis
siguela plis
me pregunto lo mismo que chelis
lovely last
Re: Compromiso Fingido (Nick y Tú) [Terminada]
[ # Believe' # .] escribió:Soy Nueva Lectora*!
Huhu,me encanta :twisted:
SIGUELA PRONTO :) !
BIENVENIDA :D
CamH
Re: Compromiso Fingido (Nick y Tú) [Terminada]
chelis escribió:queeeeeeeeeeee
cosaaaaaaaaaassss
me pregunto a que sabra niiiiickkkk????????
jajajajajaj
siguelaaaaaaaaaaaaaaaaa
hahahahaha obvio que la seguire :D
CamH
Re: Compromiso Fingido (Nick y Tú) [Terminada]
lovely last escribió:dios que directo no
siguela plis
me pregunto lo mismo que chelis
:fiu: :fiu: :fiu:
CamH
Re: Compromiso Fingido (Nick y Tú) [Terminada]
GRACIAS :D MUCHAS GRACIAS, AHORA LES SUBO UNO :B
_________
—Pero eso no cuenta.
_________ sintió un chispazo de pasión al notar el roce de los labios de Nick y un intenso calor recorrió cada centímetro de su cuerpo. ¿Acaso había sentido algo parecido en toda su vida?
—Sabes a miel —le dijo él en voz baja, deslizando la punta de la lengua sobre sus labios.
Ella apretó sus pechos contra el fornido pectoral de Nick y soltó un sofocado gemido.
Entonces él le metió su poderoso muslo entre las piernas y la acorraló contra la pared, deslizando una mano por debajo del suéter que llevaba puesto y agarrándola de la cintura.
Mientras, ella le rodeó el cuello con los brazos y se dejó llevar por el deseo de acariciarle el cabello.
Nick gimió de gozo y rozó su potente miembro contra ella. La agarró del trasero y la guió hacia su erección al tiempo que le acariciaba los pechos con la otra mano.
_________ contuvo la respiración y sintió cómo se le endurecían los pezones bajo el fino tejido del sujetador. Lo único que deseaba en ese momento era quitarse el suéter y sentir las manos de Nick sobre sus pechos desnudos.
Su corazón latía sin control.
Él le soltó el sostén y en cuestión de segundos comenzó a acariciarle los pechos con devoción.
—Eres maravillosa —le dijo acariciándole un pezón con el dedo pulgar—. Deliciosa.
Empezó a moverse entre sus piernas y deslizó una mano por dentro de sus vaqueros y de sus braguitas hasta abarcar su duro trasero.
—Oh, Dios… —dijo y le metió la lengua en la boca.
Ella sucumbió a la tentación de deslizar las manos por su torneado pectoral.
—Me pones muy caliente —susurró Nick sobre sus labios—. Hacía mucho tiempo que nadie me ponía así.
_________ se meneó contra él, pidiéndole más.
Él le agarró una mano y la llevó hasta su excitado miembro para que lo acariciara, y _________ así lo hizo.
—¿Seguro que quieres hacerlo? —le preguntó Nick, conteniendo la respiración.
—Vamos demasiado deprisa —contestó sin aliento.
Lo hizo apartarse de un empujón y sacudió la cabeza.
—Es una locura. Lo siento. No debería…
Nick le tapó la boca con la mano.
—No tienes que disculparte —le dijo, obligándola a mirarlo a los ojos—. Seremos amantes —le dijo con una confianza que, en lugar de sonar arrogante, parecía certera—. Es sólo cuestión de tiempo —le dio un beso en la mejilla—. Que tengas dulces sueños, _________ —dijo y se alejó de ella.
_________ se quedó inmóvil durante unos segundos.
—Vaya —susurró.
Se llevó las manos a la cabeza como si necesitara sujetarla y cerró los ojos.
Nick y ella pertenecían a mundos muy distintos. Ella no podía sucumbir a la tentación, pero no estaba segura de poder resistirse a él. Su carisma, su poder y la masculinidad primaria que desprendía eran arrolladores.
Si se entregaba a él ya no volvería a ser la misma…
A la mañana siguiente, Nick se encontró con _________ en el establo.
Pyrrha levantó las orejas al verlo llegar y fue hacia él.
—Hola, preciosa —la saludó, extendiéndole la palma de la mano.
Pyrrha relinchó y lo dejó acariciarla. _________ lo observaba con gesto risueño.
—¿Qué pasa? —le preguntó él. —Ya veo que le gustas.
—Una chica lista.
_________ lo miró a los ojos e hizo un gran esfuerzo por no sonreír, pero no tardó en echarse a reír.
—Eres terrible.
—Si quieres, te demuestro hasta qué punto.
_________ suspiró profundamente y apartó la vista.
—Parece que está mucho mejor —dijo, mirando a la yegua—. El veterinario dice que el corazón de la cría está fuerte. Sólo espero que siga así durante todo el embarazo.
—Estoy seguro de que ese potrillo verá la luz, así que será mejor que empieces a hacer planes.
_________ suspiró y lo miró a los ojos.
—Haces que parezca posible.
Un rato más tarde llegó un equipo de Entertainment TV con varias cámaras y una reportera. La chica, una morena llamada Trina con enormes pechos y extensiones en el pelo, no sabía si venerar a _________ o tratar de impresionar a Nick.
—Me he reservado lo mejor para el final —dijo después de hacerles unas cuantas preguntas de carácter general—. Quiero hacerle algunas preguntas a _________ sobre usted, y también a usted sobre ella. A ver quién gana —añadió—. Señor Jonas, vaya a entretenerse con algo mientras le hago unas preguntas a _________.
—¿Qué quiere decir? —preguntó _________.
—No quiero que el señor Jonas oiga sus respuestas hasta que haya contestado las mismas preguntas. ¿Puede irse un ratito al porche? —le pidió a Nick—. Será sólo un momento.
Teniendo en cuenta que ese día la temperatura no llegaba a los diez grados, Nick esperaba que así fuera. ¿Sería _________ capaz de mantener la farsa en su ausencia?
Su «futura esposa» lo tomó de la mano y tiró hacia sí. Le dio un beso en la mejilla y sonrió como si fuera de verdad.
—No te preocupes, Cariño. No revelaré casi ninguno de tus secretos más terribles.
Nick se puso tenso al oírla adoptar ese tono tan juguetón y seductor. Se puso la chaqueta, los guantes y el sombrero y salió al exterior, a merced de los elementos. No obstante, a pesar del frío, el sol brillaba en el cielo.
Bajó los escalones del porche y caminó hacia el patio. La nieve crujía bajo sus botas. Respiró profundamente y la fría bocanada de aire lo golpeó por dentro, resaltando así la calma total que reinaba en el exterior.
_________ tenía razón. Ese lugar ofrecía algo más preciado que los diamantes.
—¿Señor Jonas? —le dijo uno de los cámaras desde la puerta—. Trina está lista.
Volvió a la casa y respondió a todas las preguntas superficiales que la reportera había preparado. Y entonces fue cuando le tendieron la emboscada.
—¿Qué le hizo enamorarse de _________?
Nick guardó silencio unos segundos.
—Cuando la miras ves lo hermosa que es. Eso es evidente. Pero eso es atracción, no amor. _________ es intensa y humilde, y me hace reír. Cuando estoy con ella, el mundo parece mejor de lo que creo que es.
Se hizo el silencio. Nick miró a _________.
Ella parecía sorprendida.
—Qué romántico —dijo Trina, poniéndose la mano en el pecho.
Nick sacudió la cabeza. Era una locura. El sexo era una cosa y los sentimientos eran otra muy distinta…
_________ fue junto a él y le puso la mano en el hombro.
El se puso en pie.
—Gracias por venir —dijo, despidiendo a los periodistas—. Avísenme cuando lo emitan.
Trina se levantó y cruzó los dedos.
—Mañana por la noche, si todo va bien, y si no hay ningún escándalo amoroso de última hora —le lanzó una mirada picara a Nick—. También habrá una pequeña sorpresa para usted.
—¿En serio? —dijo él en un tono cauteloso. Las sorpresas de la prensa nunca tenían gracia.
_________ le apretó el hombro.
—No te preocupes —dijo—. Sólo está tomándote el pelo.
Cuando se fueron los periodistas, _________ cerró la puerta y se volvió hacia Nick.
—Creía que no se te daba bien lo de actuar. Sin embargo, lo hiciste muy bien cuando Trina te hizo la última pregunta.
—He practicado mucho. Tan sólo tuve que contestar la pregunta como si fuera un hombre que realmente cree en el amor; como si fuera un hombre que se hubiera enamorado de ti.
Ella esbozó una amarga sonrisa y se acercó a él.
—A mí me parece que eso es actuar.
—No fue tan difícil —respondió, incapaz de apartar la mirada de ella.
_________ suspiró lentamente.
—Por alguna razón, me está resultando muy fácil fingir que me siento atraída por ti.
El soltó una carcajada.
—Eso es porque no estás fingiendo. Te sientes atraída por mí, y yo por ti. Hay algo entre nosotros. Yo no esperaba que ocurriera, y supongo que tú tampoco, pero está ahí.
—Lujuria, sexo —dijo ella.
Nick sucumbió al deseo de estrecharla entre sus brazos.
—Ya lo averiguaremos.
Al día siguiente, un camión de una empresa de mensajería paró delante de la casa. Nick estaba al teléfono, discutiendo sobre la promoción de la nueva película producida por Jonas Pictures. De camino a la puerta, vio salir a _________ del establo.
Ella miró el camión y después lo miró a él.
—Son sólo unas cosas que necesito. Como voy a quedarme otra semana y media más…
El conductor del camión empezó a descargar varias cajas grandes.
_________ miró los bultos con gesto escéptico.
—¿Qué cosas?
—Aunque ya empiezo a apreciar la paz del entorno, no consigo apañarme con tu tecnología. Esa televisión tiene por lo menos diez años y tu conexión a Internet va muy lenta. Cuando el conductor terminó de meter los paquetes en la casa, Nick vio una furgoneta que se aproximaba por el camino.
—Roberts Satellite y Televisión Setup —_________ leyó las palabras en el lateral del vehículo—. ¿Has perdido el juicio? —le preguntó, incrédula—. Ya tenemos televisión por cable.
—Pero esto es mejor, más potente, y hay más canales.
—No necesito más canales.
—Pero yo sí. Rugby, baloncesto.
—Oh, esto es ridículo. No olvides llevártelo todo cuando te vayas.
—No hay problema. Pero apuesto a que querrás quedártelo para entonces. Una vez te acostumbras a lo bueno, es difícil dejarlo. Y hablando de cosas buenas, dos de esas cajas contienen comida. ¿Te importa sacarla mientras me ocupo del tío de la televisión por cable?
—Comida —dijo _________ con los ojos como platos.
Abrió la boca para objetar algo, pero entonces se lo pensó mejor y se mordió la lengua. Finalmente, dijo:
—¿Me estás diciendo que no quieres sopa y sándwiches de mantequilla de cacahuete todas las noches?
—¿Tú sí?
—Muy bien, muy bien —cedió _________, refunfuñando.
***
Horas más tarde la nueva televisión panorámica estaba lista para usar. Nick encendió el equipo justo antes de que emitieran la entrevista que les habían hecho.
—_________ —dijo, al ver que ella no estaba—. Tenemos que ver la entrevista.
—Estoy vigilando a Pyrrha —contestó desde el despacho—. Parece algo inquieta.
Nick frunció el ceño y fue hacia la puerta del despacho.
—Date un respiro. Tenemos que ver la entrevista para acordarnos de lo que hemos dicho y decir lo mismo la próxima vez.
—Yo recuerdo lo que dije —respondió ella, con la vista fija en el monitor.
—Sí, pero necesitas recordar lo que yo dije —respondió Nick, acercándose y mirando la pantalla por encima de su hombro—. Pyrrha está comiendo. Está bien.
—No me gusta verme —le dijo ella, moviendo el pie de forma compulsiva.
Nick ya había oído eso antes, pero esa vez no sabía por qué estaba nerviosa.
—Esto es diferente. Es una entrevista.
—Pero no deja de ser una actuación.
Nick hizo girar la silla de _________, la agarró de la muñeca y la hizo levantarse.
—No dura mucho.
—De verdad que no quiero…
Nick empezó a sospechar algo inquietante mientras la hacía sentarse frente a la televisión.
—¿Qué le dijiste a la reportera exactamente?
Ella se encogió de hombros y esquivó su mirada.
—Sólo desempeñé mi papel y traté de darle un poco más de emoción al asunto.
Nick se temió lo peor.
—¿Qué demonios…?
—A lo mejor ni siquiera lo usa.
—¿_________? —le dijo él en un tono de advertencia.
Ella se mordió el labio inferior y sacudió la cabeza.
—Si quieres que me siente aquí y que lo vea, entonces tendrás que esperar y verlo por ti mismo.
—No me gustan las sorpresas.
—Estamos en paz. A mí no me gusta verme en la pantalla. En ninguna pantalla.
Una foto de ellos dos juntos apareció en la televisión, interrumpiendo la discusión.
—Quédense con nosotros. Nuestra intrépida reportera Trina Troy desafió a las frías montañas de Montana para entrevistar a la actriz retirada _________ McCord en su refugio de caballos y al soltero más codiciado del momento, Nick Jonas —dijo la presentadora del programa.
—¿Crees que Trina Troy es su verdadero nombre? —preguntó _________.
—Claro que no —murmuró Nick, mirando la entrevista con gesto pensativo.
Ambos se levantaron al mismo tiempo.
—Voy a buscar…
—Voy a buscar una copa de vino.
Hablaron al mismo tiempo.
_________ esbozó una sonrisa incómoda y fue hacia el frigorífico. El fue tras ella.
—Toma —dijo ella, dándole una cerveza fría.
—Pareces un poco alterada.
_________ agarró la botella de vino y se sirvió una copa.
—Había olvidado lo molestos que pueden llegar a ser los periodistas. O quizá es que preferí olvidarlo —bebió un sorbo y se relamió—. Y tampoco estoy acostumbrada a tener a alguien en casa todo el tiempo.
Nick reparó en sus carnosos labios, ligeramente enrojecidos por el frío.
Le apartó el pelo de la cara.
—¿Te molesto?
Ella bebió un poco más.
—¿Molestarme? —fingió considerarlo un momento—. Sí. Y deberías parar ahora mismo.
El se echó a reír.
—No puedo. De hecho, tengo pensando seguir molestándote.
_________ le lanzó una mirada oscura y sexy que lo despistó un momento.
—Y ahora nos vamos con nuestra reportera Trina Troy, que nos va a contar cómo sobrellevan las frías noches de Montana _________ McCord y su prometido, Nick Jonas.
Nick miró la pantalla y después miró a _________.
—¿Como sobrellevan las frías noches de Montana? —repitió, agarrando a _________ de la mano y tirando de ella hacia el sofá.
—Yo no he dicho nada.
—Entertainment TV les ha hecho una visita a Nick Jonas y a _________ McCord en su rancho de Montana. Los dos tortolitos se atrevieron a jugar a un pequeño juego de preguntas y respuestas conmigo.
En el reportaje mostraron imágenes de _________ sonriendo mientras contestaba a las preguntas sobre las cosas favoritas de Nick. La cámara, como siempre, la adoraba, y lograba captar cada expresión de su delicado rostro. El cabello le relucía bajo el sol y tenía la piel radiante.
Una mujer enamorada en toda regla…
Hacía tan bien su papel que Nick se lo habría creído de no haber sabido la verdad.
—Esto es pura dinamita. Vean lo que Nick Jonas tiene que decir sobre _________ —dijo Trina para presentar su entrevista con Nick.
La cámara parecía captar la química que existía entre ellos.
—A _________ le hicimos la misma pregunta y nos dijo que la honradez de Nick la impresionó mucho. Pero miren qué más nos dijo.
—Aquí viene —murmuró _________.
La emisión siguió adelante.
—¿Lo que me hizo enamorarme de Nick? —decía _________ en el reportaje, ladeando la cabeza como si estuviera pensando en la respuesta—. Aparte de las cosas superficiales, como lo guapo que es y lo útil que resulta cuando hay que rescatar caballos o ayudarme a levantarme… —soltó una risotada sexy—. Tengo que decir que es increíble en la cama.
Sorprendido, Nick se volvió hacia _________.
—¿Qué demonios…?
—Tuve que improvisar —respondió encogiéndose de hombros—. Esa pregunta no estaba en la lista y no estaba preparada. Y ya sabes lo que dicen: el sexo vende.
En ese momento empezó a sonar el móvil de él.
—¿Te das cuenta de lo que se me viene encima por tu culpa? Mi familia, mis socios… —contestó al teléfono en un tono brusco—. Nick Jonas.
—Señor Jonas, soy de la revista Holtie Magazine, y nos gustaría hacerle una entrevista…
—No me interesa, pero muchas gracias —dijo y colgó el teléfono.
Se volvió hacia _________ justo cuando ella estaba a punto de escabullirse.
—Espera un momento. Me has metido en un buen lío.
—Lo siento —dijo ella con un gesto falsamente afligido—. Pero me dijiste que querías desviar la atención de los problemas de Nicki y… —se detuvo al ver que avanzaba hacia ella.
Ella soltó una risa nerviosa.
—Y mejor tú que yo.
LOS QUE SIGUEN SON UN POCO SUBIDOS DE TONO JAJAJAJAJAJAJA :P
El soltero mas codiciado (Nick & Tú) adaptación
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Compromiso Fingido (Nick & Tú) adaptación
https://onlywn.activoforo.com/t6508-compromiso-fingido-nick-y-tu
EL JUEGO DE SEDUCCIÓN (KEVIN & TÚ) adaptación
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_________
Capítulo 5
—Ya me habías besado antes —dijo ella, a un milímetro de sus labios.—Pero eso no cuenta.
_________ sintió un chispazo de pasión al notar el roce de los labios de Nick y un intenso calor recorrió cada centímetro de su cuerpo. ¿Acaso había sentido algo parecido en toda su vida?
—Sabes a miel —le dijo él en voz baja, deslizando la punta de la lengua sobre sus labios.
Ella apretó sus pechos contra el fornido pectoral de Nick y soltó un sofocado gemido.
Entonces él le metió su poderoso muslo entre las piernas y la acorraló contra la pared, deslizando una mano por debajo del suéter que llevaba puesto y agarrándola de la cintura.
Mientras, ella le rodeó el cuello con los brazos y se dejó llevar por el deseo de acariciarle el cabello.
Nick gimió de gozo y rozó su potente miembro contra ella. La agarró del trasero y la guió hacia su erección al tiempo que le acariciaba los pechos con la otra mano.
_________ contuvo la respiración y sintió cómo se le endurecían los pezones bajo el fino tejido del sujetador. Lo único que deseaba en ese momento era quitarse el suéter y sentir las manos de Nick sobre sus pechos desnudos.
Su corazón latía sin control.
Él le soltó el sostén y en cuestión de segundos comenzó a acariciarle los pechos con devoción.
—Eres maravillosa —le dijo acariciándole un pezón con el dedo pulgar—. Deliciosa.
Empezó a moverse entre sus piernas y deslizó una mano por dentro de sus vaqueros y de sus braguitas hasta abarcar su duro trasero.
—Oh, Dios… —dijo y le metió la lengua en la boca.
Ella sucumbió a la tentación de deslizar las manos por su torneado pectoral.
—Me pones muy caliente —susurró Nick sobre sus labios—. Hacía mucho tiempo que nadie me ponía así.
_________ se meneó contra él, pidiéndole más.
Él le agarró una mano y la llevó hasta su excitado miembro para que lo acariciara, y _________ así lo hizo.
—¿Seguro que quieres hacerlo? —le preguntó Nick, conteniendo la respiración.
—Vamos demasiado deprisa —contestó sin aliento.
Lo hizo apartarse de un empujón y sacudió la cabeza.
—Es una locura. Lo siento. No debería…
Nick le tapó la boca con la mano.
—No tienes que disculparte —le dijo, obligándola a mirarlo a los ojos—. Seremos amantes —le dijo con una confianza que, en lugar de sonar arrogante, parecía certera—. Es sólo cuestión de tiempo —le dio un beso en la mejilla—. Que tengas dulces sueños, _________ —dijo y se alejó de ella.
_________ se quedó inmóvil durante unos segundos.
—Vaya —susurró.
Se llevó las manos a la cabeza como si necesitara sujetarla y cerró los ojos.
Nick y ella pertenecían a mundos muy distintos. Ella no podía sucumbir a la tentación, pero no estaba segura de poder resistirse a él. Su carisma, su poder y la masculinidad primaria que desprendía eran arrolladores.
Si se entregaba a él ya no volvería a ser la misma…
A la mañana siguiente, Nick se encontró con _________ en el establo.
Pyrrha levantó las orejas al verlo llegar y fue hacia él.
—Hola, preciosa —la saludó, extendiéndole la palma de la mano.
Pyrrha relinchó y lo dejó acariciarla. _________ lo observaba con gesto risueño.
—¿Qué pasa? —le preguntó él. —Ya veo que le gustas.
—Una chica lista.
_________ lo miró a los ojos e hizo un gran esfuerzo por no sonreír, pero no tardó en echarse a reír.
—Eres terrible.
—Si quieres, te demuestro hasta qué punto.
_________ suspiró profundamente y apartó la vista.
—Parece que está mucho mejor —dijo, mirando a la yegua—. El veterinario dice que el corazón de la cría está fuerte. Sólo espero que siga así durante todo el embarazo.
—Estoy seguro de que ese potrillo verá la luz, así que será mejor que empieces a hacer planes.
_________ suspiró y lo miró a los ojos.
—Haces que parezca posible.
Un rato más tarde llegó un equipo de Entertainment TV con varias cámaras y una reportera. La chica, una morena llamada Trina con enormes pechos y extensiones en el pelo, no sabía si venerar a _________ o tratar de impresionar a Nick.
—Me he reservado lo mejor para el final —dijo después de hacerles unas cuantas preguntas de carácter general—. Quiero hacerle algunas preguntas a _________ sobre usted, y también a usted sobre ella. A ver quién gana —añadió—. Señor Jonas, vaya a entretenerse con algo mientras le hago unas preguntas a _________.
—¿Qué quiere decir? —preguntó _________.
—No quiero que el señor Jonas oiga sus respuestas hasta que haya contestado las mismas preguntas. ¿Puede irse un ratito al porche? —le pidió a Nick—. Será sólo un momento.
Teniendo en cuenta que ese día la temperatura no llegaba a los diez grados, Nick esperaba que así fuera. ¿Sería _________ capaz de mantener la farsa en su ausencia?
Su «futura esposa» lo tomó de la mano y tiró hacia sí. Le dio un beso en la mejilla y sonrió como si fuera de verdad.
—No te preocupes, Cariño. No revelaré casi ninguno de tus secretos más terribles.
Nick se puso tenso al oírla adoptar ese tono tan juguetón y seductor. Se puso la chaqueta, los guantes y el sombrero y salió al exterior, a merced de los elementos. No obstante, a pesar del frío, el sol brillaba en el cielo.
Bajó los escalones del porche y caminó hacia el patio. La nieve crujía bajo sus botas. Respiró profundamente y la fría bocanada de aire lo golpeó por dentro, resaltando así la calma total que reinaba en el exterior.
_________ tenía razón. Ese lugar ofrecía algo más preciado que los diamantes.
—¿Señor Jonas? —le dijo uno de los cámaras desde la puerta—. Trina está lista.
Volvió a la casa y respondió a todas las preguntas superficiales que la reportera había preparado. Y entonces fue cuando le tendieron la emboscada.
—¿Qué le hizo enamorarse de _________?
Nick guardó silencio unos segundos.
—Cuando la miras ves lo hermosa que es. Eso es evidente. Pero eso es atracción, no amor. _________ es intensa y humilde, y me hace reír. Cuando estoy con ella, el mundo parece mejor de lo que creo que es.
Se hizo el silencio. Nick miró a _________.
Ella parecía sorprendida.
—Qué romántico —dijo Trina, poniéndose la mano en el pecho.
Nick sacudió la cabeza. Era una locura. El sexo era una cosa y los sentimientos eran otra muy distinta…
_________ fue junto a él y le puso la mano en el hombro.
El se puso en pie.
—Gracias por venir —dijo, despidiendo a los periodistas—. Avísenme cuando lo emitan.
Trina se levantó y cruzó los dedos.
—Mañana por la noche, si todo va bien, y si no hay ningún escándalo amoroso de última hora —le lanzó una mirada picara a Nick—. También habrá una pequeña sorpresa para usted.
—¿En serio? —dijo él en un tono cauteloso. Las sorpresas de la prensa nunca tenían gracia.
_________ le apretó el hombro.
—No te preocupes —dijo—. Sólo está tomándote el pelo.
Cuando se fueron los periodistas, _________ cerró la puerta y se volvió hacia Nick.
—Creía que no se te daba bien lo de actuar. Sin embargo, lo hiciste muy bien cuando Trina te hizo la última pregunta.
—He practicado mucho. Tan sólo tuve que contestar la pregunta como si fuera un hombre que realmente cree en el amor; como si fuera un hombre que se hubiera enamorado de ti.
Ella esbozó una amarga sonrisa y se acercó a él.
—A mí me parece que eso es actuar.
—No fue tan difícil —respondió, incapaz de apartar la mirada de ella.
_________ suspiró lentamente.
—Por alguna razón, me está resultando muy fácil fingir que me siento atraída por ti.
El soltó una carcajada.
—Eso es porque no estás fingiendo. Te sientes atraída por mí, y yo por ti. Hay algo entre nosotros. Yo no esperaba que ocurriera, y supongo que tú tampoco, pero está ahí.
—Lujuria, sexo —dijo ella.
Nick sucumbió al deseo de estrecharla entre sus brazos.
—Ya lo averiguaremos.
Al día siguiente, un camión de una empresa de mensajería paró delante de la casa. Nick estaba al teléfono, discutiendo sobre la promoción de la nueva película producida por Jonas Pictures. De camino a la puerta, vio salir a _________ del establo.
Ella miró el camión y después lo miró a él.
—Son sólo unas cosas que necesito. Como voy a quedarme otra semana y media más…
El conductor del camión empezó a descargar varias cajas grandes.
_________ miró los bultos con gesto escéptico.
—¿Qué cosas?
—Aunque ya empiezo a apreciar la paz del entorno, no consigo apañarme con tu tecnología. Esa televisión tiene por lo menos diez años y tu conexión a Internet va muy lenta. Cuando el conductor terminó de meter los paquetes en la casa, Nick vio una furgoneta que se aproximaba por el camino.
—Roberts Satellite y Televisión Setup —_________ leyó las palabras en el lateral del vehículo—. ¿Has perdido el juicio? —le preguntó, incrédula—. Ya tenemos televisión por cable.
—Pero esto es mejor, más potente, y hay más canales.
—No necesito más canales.
—Pero yo sí. Rugby, baloncesto.
—Oh, esto es ridículo. No olvides llevártelo todo cuando te vayas.
—No hay problema. Pero apuesto a que querrás quedártelo para entonces. Una vez te acostumbras a lo bueno, es difícil dejarlo. Y hablando de cosas buenas, dos de esas cajas contienen comida. ¿Te importa sacarla mientras me ocupo del tío de la televisión por cable?
—Comida —dijo _________ con los ojos como platos.
Abrió la boca para objetar algo, pero entonces se lo pensó mejor y se mordió la lengua. Finalmente, dijo:
—¿Me estás diciendo que no quieres sopa y sándwiches de mantequilla de cacahuete todas las noches?
—¿Tú sí?
—Muy bien, muy bien —cedió _________, refunfuñando.
***
Horas más tarde la nueva televisión panorámica estaba lista para usar. Nick encendió el equipo justo antes de que emitieran la entrevista que les habían hecho.
—_________ —dijo, al ver que ella no estaba—. Tenemos que ver la entrevista.
—Estoy vigilando a Pyrrha —contestó desde el despacho—. Parece algo inquieta.
Nick frunció el ceño y fue hacia la puerta del despacho.
—Date un respiro. Tenemos que ver la entrevista para acordarnos de lo que hemos dicho y decir lo mismo la próxima vez.
—Yo recuerdo lo que dije —respondió ella, con la vista fija en el monitor.
—Sí, pero necesitas recordar lo que yo dije —respondió Nick, acercándose y mirando la pantalla por encima de su hombro—. Pyrrha está comiendo. Está bien.
—No me gusta verme —le dijo ella, moviendo el pie de forma compulsiva.
Nick ya había oído eso antes, pero esa vez no sabía por qué estaba nerviosa.
—Esto es diferente. Es una entrevista.
—Pero no deja de ser una actuación.
Nick hizo girar la silla de _________, la agarró de la muñeca y la hizo levantarse.
—No dura mucho.
—De verdad que no quiero…
Nick empezó a sospechar algo inquietante mientras la hacía sentarse frente a la televisión.
—¿Qué le dijiste a la reportera exactamente?
Ella se encogió de hombros y esquivó su mirada.
—Sólo desempeñé mi papel y traté de darle un poco más de emoción al asunto.
Nick se temió lo peor.
—¿Qué demonios…?
—A lo mejor ni siquiera lo usa.
—¿_________? —le dijo él en un tono de advertencia.
Ella se mordió el labio inferior y sacudió la cabeza.
—Si quieres que me siente aquí y que lo vea, entonces tendrás que esperar y verlo por ti mismo.
—No me gustan las sorpresas.
—Estamos en paz. A mí no me gusta verme en la pantalla. En ninguna pantalla.
Una foto de ellos dos juntos apareció en la televisión, interrumpiendo la discusión.
—Quédense con nosotros. Nuestra intrépida reportera Trina Troy desafió a las frías montañas de Montana para entrevistar a la actriz retirada _________ McCord en su refugio de caballos y al soltero más codiciado del momento, Nick Jonas —dijo la presentadora del programa.
—¿Crees que Trina Troy es su verdadero nombre? —preguntó _________.
—Claro que no —murmuró Nick, mirando la entrevista con gesto pensativo.
Ambos se levantaron al mismo tiempo.
—Voy a buscar…
—Voy a buscar una copa de vino.
Hablaron al mismo tiempo.
_________ esbozó una sonrisa incómoda y fue hacia el frigorífico. El fue tras ella.
—Toma —dijo ella, dándole una cerveza fría.
—Pareces un poco alterada.
_________ agarró la botella de vino y se sirvió una copa.
—Había olvidado lo molestos que pueden llegar a ser los periodistas. O quizá es que preferí olvidarlo —bebió un sorbo y se relamió—. Y tampoco estoy acostumbrada a tener a alguien en casa todo el tiempo.
Nick reparó en sus carnosos labios, ligeramente enrojecidos por el frío.
Le apartó el pelo de la cara.
—¿Te molesto?
Ella bebió un poco más.
—¿Molestarme? —fingió considerarlo un momento—. Sí. Y deberías parar ahora mismo.
El se echó a reír.
—No puedo. De hecho, tengo pensando seguir molestándote.
_________ le lanzó una mirada oscura y sexy que lo despistó un momento.
—Y ahora nos vamos con nuestra reportera Trina Troy, que nos va a contar cómo sobrellevan las frías noches de Montana _________ McCord y su prometido, Nick Jonas.
Nick miró la pantalla y después miró a _________.
—¿Como sobrellevan las frías noches de Montana? —repitió, agarrando a _________ de la mano y tirando de ella hacia el sofá.
—Yo no he dicho nada.
—Entertainment TV les ha hecho una visita a Nick Jonas y a _________ McCord en su rancho de Montana. Los dos tortolitos se atrevieron a jugar a un pequeño juego de preguntas y respuestas conmigo.
En el reportaje mostraron imágenes de _________ sonriendo mientras contestaba a las preguntas sobre las cosas favoritas de Nick. La cámara, como siempre, la adoraba, y lograba captar cada expresión de su delicado rostro. El cabello le relucía bajo el sol y tenía la piel radiante.
Una mujer enamorada en toda regla…
Hacía tan bien su papel que Nick se lo habría creído de no haber sabido la verdad.
—Esto es pura dinamita. Vean lo que Nick Jonas tiene que decir sobre _________ —dijo Trina para presentar su entrevista con Nick.
La cámara parecía captar la química que existía entre ellos.
—A _________ le hicimos la misma pregunta y nos dijo que la honradez de Nick la impresionó mucho. Pero miren qué más nos dijo.
—Aquí viene —murmuró _________.
La emisión siguió adelante.
—¿Lo que me hizo enamorarme de Nick? —decía _________ en el reportaje, ladeando la cabeza como si estuviera pensando en la respuesta—. Aparte de las cosas superficiales, como lo guapo que es y lo útil que resulta cuando hay que rescatar caballos o ayudarme a levantarme… —soltó una risotada sexy—. Tengo que decir que es increíble en la cama.
Sorprendido, Nick se volvió hacia _________.
—¿Qué demonios…?
—Tuve que improvisar —respondió encogiéndose de hombros—. Esa pregunta no estaba en la lista y no estaba preparada. Y ya sabes lo que dicen: el sexo vende.
En ese momento empezó a sonar el móvil de él.
—¿Te das cuenta de lo que se me viene encima por tu culpa? Mi familia, mis socios… —contestó al teléfono en un tono brusco—. Nick Jonas.
—Señor Jonas, soy de la revista Holtie Magazine, y nos gustaría hacerle una entrevista…
—No me interesa, pero muchas gracias —dijo y colgó el teléfono.
Se volvió hacia _________ justo cuando ella estaba a punto de escabullirse.
—Espera un momento. Me has metido en un buen lío.
—Lo siento —dijo ella con un gesto falsamente afligido—. Pero me dijiste que querías desviar la atención de los problemas de Nicki y… —se detuvo al ver que avanzaba hacia ella.
Ella soltó una risa nerviosa.
—Y mejor tú que yo.
LOS QUE SIGUEN SON UN POCO SUBIDOS DE TONO JAJAJAJAJAJAJA :P
El soltero mas codiciado (Nick & Tú) adaptación
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Compromiso Fingido (Nick & Tú) adaptación
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EL JUEGO DE SEDUCCIÓN (KEVIN & TÚ) adaptación
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CamH
Re: Compromiso Fingido (Nick y Tú) [Terminada]
jajajajajajajajajja
ahora creo que nick
se querra vengar de _____
jajajajaja
siguela porfa anndaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!!!!!!!!!!!!!
ahora creo que nick
se querra vengar de _____
jajajajaja
siguela porfa anndaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!!!!!!!!!!!!!
chelis
Re: Compromiso Fingido (Nick y Tú) [Terminada]
Dedicado a Chelis
Capítulo 6
«Mejor tú que yo…».
Al ver una llama desafiante en los ojos de Nick, _________ se dio cuenta de que acababa de cometer un gran error.
—Creo que deberías saber bien lo que dices antes de hablar —le dijo, acercándose.
_________ sintió que las piernas empezaban a Asquearle.
Nick la miró de arriba abajo, como si la acariciara con la vista, y deslizó la punta del dedo sobre su mejilla hasta llegar a sus labios.
Ahí se detuvo un instante y entonces recorrió el contorno de su barbilla, descendiendo por la suave curva de su cuello.
—¿Por qué te late tan deprisa el corazón? —le preguntó en un tono burlón y deslizó el dedo entre sus pechos—. Estás respirando muy rápido. ¿Acaso estás nerviosa?
La forma en que la tocaba la excitaba sobremanera. Sentir el tacto de sus manos era maravilloso. Esos ojos prometían algo que su propio cuerpo se resistía a rechazar.
Pero estaban cometiendo un terrible error.
_________ respiró hondo, lo agarró de la muñeca y se quedó mirándola. Su piel era más oscura que la de ella y, sus manos, mucho más grandes.
—No quiero comportarme como una estúpida —susurró.
—Yo te haré sentir un montón de cosas, _________. Pero no te haré sentir estúpida.
Ella volvió a respirar profundamente y trató de sofocar el deseo que sentía por él, pero fue inútil. No obstante, se alegró de ver que Nick no se aprovechaba de su debilidad.
—No lo haremos hasta que estés preparada, pero pronto lo estarás —dijo él.
Esas palabras deberían haberle sonado muy arrogantes, pero _________ estaba demasiado cerca del precipicio como para negar la verdad. Retiró la mano, lo soltó y retrocedió un paso atrás. Necesitaba espacio desesperadamente.
—Yo… Eh… Debería ir a ver a Pyrrha.
El asintió.
—Ya sabes dónde estoy.
Con el corazón desbocado, huyó en dirección a su despacho y cerró la puerta tras de sí. No quería complicaciones en su vida y no quería sentir lo que estaba sintiendo por un hombre que formaba parte de la vida que había elegido dejar atrás.
Dividida entre caminos opuestos, _________ miró el monitor.
—¿Qué…? —exclamó, mascullando un juramento.
Uno tras otro, comprobó todos los ángulos del establo, pero no sirvió de nada.
La sangre se le heló en las venas.
—¡Nick! —gritó con todas sus fuerzas—. ¡No está! —dijo, saliendo por la puerta—. ¡No está, Nick!
Nick y ella se pusieron a buscar inmediatamente. Los empleados del establo no habían cerrado bien la puerta y la yegua debía de haberse escapado.
Ya era noche cerrada y la nieve caía de lado debido a las fuertes rachas de viento.
Nick decidió ir en el todoterreno para poder seguir al labrador de _________, June, que trataba de rastrear el olor del caballo.
_________ estaba fuera de sí.
—No estaba lista para esto. No ha descansado lo suficiente. Las heridas no se han curado del todo.
—La encontraremos —afirmó Nick, conduciendo con cuidado por aquel terreno helado.
—¿Y cómo estás tan seguro?
—Porque los dos somos demasiado cabezotas como para no encontrarla —respondió, mirándola un instante.
La confianza que demostraba la hizo tranquilizarse un poco.
Una hora más tarde, Nick le dio un poco de agua a June y le puso zapatillas en las patas para protegerle las pezuñas.
El vapor de su aliento era tan visible como el humo de un cigarrillo.
—Hace mucho frío —dijo, volviéndose hacia _________—. Llamaré a Dennis para que te lleve a casa.
Ella sacudió la cabeza.
—No, estoy bien.
—_________…
Ella volvió a negarse.
—En serio, estoy bien. Estando a tu lado me mantengo caliente.
—De acuerdo —dijo él, cediendo ante su insistencia—. Un poco más.
Continuaron la búsqueda durante otros veinticinco minutos y entonces Nick detuvo el vehículo.
—No puedo dejar que sigas aquí fuera ni un minuto más —le dijo, tocándole la nariz.
—Estoy bi… —_________ no pudo terminar la frase. Los dientes le castañeteaban sin cesar.
—Nos vamos.
June echó a correr hacia delante y empezó a ladrar.
El corazón de _________ comenzó a latir más rápido, lleno de esperanza.
—Ha encontrado algo. Tenemos que seguirla.
Nick siguió a la perra hasta una zona boscosa y apagó el motor. Ayudó a bajar a _________ y agarró una cuerda y un cabestro.
—¿Estás segura de que puedes hacerlo?
Ella asintió con la cabeza sin atreverse a pronunciar ni una palabra; los dientes le castañeteaban demasiado.
Pisando las huellas que él dejaba tras de sí, _________ lo siguió hasta el interior del bosque. June seguía ladrando, pero también se oía el ruido de unas ramas y hojas secas.
—Parece que June ha cercado algo —dijo Nick.
Un momento después oyeron relinchar a un caballo. El se detuvo para escuchar y entonces oyeron otro relincho.
Sonriente, le ofreció la mano a _________.
—Esa perra se merece un filete cuando regresemos.
—Lo… lo tendrá —dijo _________, agarrándose a Nick para seguirle el ritmo.
Abriéndose camino entre los árboles llegaron hasta Pyrrha, que estaba acorralada entre dos árboles y un muro a sus espaldas. June había hecho muy buen su trabajo.
_________ llamó a Dennis inmediatamente.
—¡Ho! —dijo Nick, acercándose a la yegua.
Pyrrha levantó las orejas al oír su voz y _________ contuvo la respiración, temiendo que el caballo echara a correr.
Sin dejar de hablarle en voz baja, Nick se fue acercando poco a poco con el cabestro en la mano. Pyrrha retrocedió, pero sus patas traseras enseguida toparon con el muro.
Nick se sacó una manzana del bolsillo y se la ofreció. El animal dio un inseguro paso adelante y comenzó a olfatear la fruta.
_________ no podía creer lo que veían sus ojos: Pyrrha acercó un poco el hocico y tomó la pieza de fruta de la mano de Nick al tiempo que él le ponía las riendas. Sabía cómo tratar con un caballo salvaje y asustado.
Una oleada de alivio recorrió todo el cuerpo de _________. Aunque todavía tenían que llevarla de vuelta al rancho, tenía la certeza de que la yegua estaría bien.
Una hora más tarde, Pyrrha volvió a su establo, con heno fresco, agua y una luz para calentarse.
—Dennis dice que el veterinario vendrá por la mañana. Deberías ir a descansar un poco.
Ella sacudió la cabeza.
—Voy a dormir aquí. Tengo un catre.
—Estás loca. Apuesto a que te has deshidratado. Parece que tienes ganas de enfermar.
—Estaré bien. Soy más fuerte de lo que parezco —dijo, sonriendo—. Dejé de temblar en cuanto llegamos al rancho.
Nick suspiró.
—De acuerdo, como quieras. Yo también me quedo.
Unos extraños sentimientos la recorrieron de la cabeza a los pies. Contaba con pasar algo de tiempo sola para recuperar las fuerzas y las defensas… contra Nick.
—No es necesario —le dijo—. Además, sólo hay un catre y yo lo voy a usar.
El se encogió de hombros.
—Sé que tienes mantas de sobra y sacos de dormir, porque los he visto en el cuarto de la lavandería.
_________ levantó las manos, rindiéndose.
—Muy bien, pero no me eches la culpa si terminas con dolor de espalda.
Nick fue a buscar el catre y también agarró un par de sacos de dormir y dos mantas. Al regresar al establo, se encontró con _________ en el umbral. A ella se le caía la cabeza del cansancio.
—Ya lo estás haciendo de nuevo —dijo Nick en voz baja y deslizando un dedo por el contorno de su barbilla.
Ella abrió los ojos bruscamente.
—Estoy bien. No estoy…
—Podemos turnarnos. Tú descansas y yo vigilo primero.
Ella se frotó los ojos.
—Debería decir que no. No es tu responsabilidad.
—Sólo descansa.
Reticente, _________ miró a la yegua y después a Nick.
—¿Estás seguro?
—Sí. Estoy seguro.
—Gracias —dijo ella con una mirada dulce—. Por todo.
—No hay de qué —respondió, mirándola fijamente un instante.
Apartando la vista de inmediato, _________ extendió un saco de dormir encima del catre y se metió dentro.
En cuestión de segundos se quedó profundamente dormida.
Nick la observó unos segundos mientras dormía.
Era tan caprichosa, tan testaruda, tan independiente…
Apartó la vista, frunciendo el ceño.
—Apuesto a que estas cansada —le dijo a Pyrrha, acariciándola—. Esta noche nos has dado un buen susto.
El animal abrió los ojos, miró a su alrededor y volvió a cerrarlos. El caballo confiaba en él, pero _________ no.
Volvió a mirar a la joven. ¿Por qué le interesaba tanto tener su confianza?
Al fin y al cabo, lo único que quería era meterla en su cama, y nada más…
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El soltero mas codiciado (Nick & Tú) adaptación
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Capítulo 6
«Mejor tú que yo…».
Al ver una llama desafiante en los ojos de Nick, _________ se dio cuenta de que acababa de cometer un gran error.
—Creo que deberías saber bien lo que dices antes de hablar —le dijo, acercándose.
_________ sintió que las piernas empezaban a Asquearle.
Nick la miró de arriba abajo, como si la acariciara con la vista, y deslizó la punta del dedo sobre su mejilla hasta llegar a sus labios.
Ahí se detuvo un instante y entonces recorrió el contorno de su barbilla, descendiendo por la suave curva de su cuello.
—¿Por qué te late tan deprisa el corazón? —le preguntó en un tono burlón y deslizó el dedo entre sus pechos—. Estás respirando muy rápido. ¿Acaso estás nerviosa?
La forma en que la tocaba la excitaba sobremanera. Sentir el tacto de sus manos era maravilloso. Esos ojos prometían algo que su propio cuerpo se resistía a rechazar.
Pero estaban cometiendo un terrible error.
_________ respiró hondo, lo agarró de la muñeca y se quedó mirándola. Su piel era más oscura que la de ella y, sus manos, mucho más grandes.
—No quiero comportarme como una estúpida —susurró.
—Yo te haré sentir un montón de cosas, _________. Pero no te haré sentir estúpida.
Ella volvió a respirar profundamente y trató de sofocar el deseo que sentía por él, pero fue inútil. No obstante, se alegró de ver que Nick no se aprovechaba de su debilidad.
—No lo haremos hasta que estés preparada, pero pronto lo estarás —dijo él.
Esas palabras deberían haberle sonado muy arrogantes, pero _________ estaba demasiado cerca del precipicio como para negar la verdad. Retiró la mano, lo soltó y retrocedió un paso atrás. Necesitaba espacio desesperadamente.
—Yo… Eh… Debería ir a ver a Pyrrha.
El asintió.
—Ya sabes dónde estoy.
Con el corazón desbocado, huyó en dirección a su despacho y cerró la puerta tras de sí. No quería complicaciones en su vida y no quería sentir lo que estaba sintiendo por un hombre que formaba parte de la vida que había elegido dejar atrás.
Dividida entre caminos opuestos, _________ miró el monitor.
—¿Qué…? —exclamó, mascullando un juramento.
Uno tras otro, comprobó todos los ángulos del establo, pero no sirvió de nada.
La sangre se le heló en las venas.
—¡Nick! —gritó con todas sus fuerzas—. ¡No está! —dijo, saliendo por la puerta—. ¡No está, Nick!
Nick y ella se pusieron a buscar inmediatamente. Los empleados del establo no habían cerrado bien la puerta y la yegua debía de haberse escapado.
Ya era noche cerrada y la nieve caía de lado debido a las fuertes rachas de viento.
Nick decidió ir en el todoterreno para poder seguir al labrador de _________, June, que trataba de rastrear el olor del caballo.
_________ estaba fuera de sí.
—No estaba lista para esto. No ha descansado lo suficiente. Las heridas no se han curado del todo.
—La encontraremos —afirmó Nick, conduciendo con cuidado por aquel terreno helado.
—¿Y cómo estás tan seguro?
—Porque los dos somos demasiado cabezotas como para no encontrarla —respondió, mirándola un instante.
La confianza que demostraba la hizo tranquilizarse un poco.
Una hora más tarde, Nick le dio un poco de agua a June y le puso zapatillas en las patas para protegerle las pezuñas.
El vapor de su aliento era tan visible como el humo de un cigarrillo.
—Hace mucho frío —dijo, volviéndose hacia _________—. Llamaré a Dennis para que te lleve a casa.
Ella sacudió la cabeza.
—No, estoy bien.
—_________…
Ella volvió a negarse.
—En serio, estoy bien. Estando a tu lado me mantengo caliente.
—De acuerdo —dijo él, cediendo ante su insistencia—. Un poco más.
Continuaron la búsqueda durante otros veinticinco minutos y entonces Nick detuvo el vehículo.
—No puedo dejar que sigas aquí fuera ni un minuto más —le dijo, tocándole la nariz.
—Estoy bi… —_________ no pudo terminar la frase. Los dientes le castañeteaban sin cesar.
—Nos vamos.
June echó a correr hacia delante y empezó a ladrar.
El corazón de _________ comenzó a latir más rápido, lleno de esperanza.
—Ha encontrado algo. Tenemos que seguirla.
Nick siguió a la perra hasta una zona boscosa y apagó el motor. Ayudó a bajar a _________ y agarró una cuerda y un cabestro.
—¿Estás segura de que puedes hacerlo?
Ella asintió con la cabeza sin atreverse a pronunciar ni una palabra; los dientes le castañeteaban demasiado.
Pisando las huellas que él dejaba tras de sí, _________ lo siguió hasta el interior del bosque. June seguía ladrando, pero también se oía el ruido de unas ramas y hojas secas.
—Parece que June ha cercado algo —dijo Nick.
Un momento después oyeron relinchar a un caballo. El se detuvo para escuchar y entonces oyeron otro relincho.
Sonriente, le ofreció la mano a _________.
—Esa perra se merece un filete cuando regresemos.
—Lo… lo tendrá —dijo _________, agarrándose a Nick para seguirle el ritmo.
Abriéndose camino entre los árboles llegaron hasta Pyrrha, que estaba acorralada entre dos árboles y un muro a sus espaldas. June había hecho muy buen su trabajo.
_________ llamó a Dennis inmediatamente.
—¡Ho! —dijo Nick, acercándose a la yegua.
Pyrrha levantó las orejas al oír su voz y _________ contuvo la respiración, temiendo que el caballo echara a correr.
Sin dejar de hablarle en voz baja, Nick se fue acercando poco a poco con el cabestro en la mano. Pyrrha retrocedió, pero sus patas traseras enseguida toparon con el muro.
Nick se sacó una manzana del bolsillo y se la ofreció. El animal dio un inseguro paso adelante y comenzó a olfatear la fruta.
_________ no podía creer lo que veían sus ojos: Pyrrha acercó un poco el hocico y tomó la pieza de fruta de la mano de Nick al tiempo que él le ponía las riendas. Sabía cómo tratar con un caballo salvaje y asustado.
Una oleada de alivio recorrió todo el cuerpo de _________. Aunque todavía tenían que llevarla de vuelta al rancho, tenía la certeza de que la yegua estaría bien.
Una hora más tarde, Pyrrha volvió a su establo, con heno fresco, agua y una luz para calentarse.
—Dennis dice que el veterinario vendrá por la mañana. Deberías ir a descansar un poco.
Ella sacudió la cabeza.
—Voy a dormir aquí. Tengo un catre.
—Estás loca. Apuesto a que te has deshidratado. Parece que tienes ganas de enfermar.
—Estaré bien. Soy más fuerte de lo que parezco —dijo, sonriendo—. Dejé de temblar en cuanto llegamos al rancho.
Nick suspiró.
—De acuerdo, como quieras. Yo también me quedo.
Unos extraños sentimientos la recorrieron de la cabeza a los pies. Contaba con pasar algo de tiempo sola para recuperar las fuerzas y las defensas… contra Nick.
—No es necesario —le dijo—. Además, sólo hay un catre y yo lo voy a usar.
El se encogió de hombros.
—Sé que tienes mantas de sobra y sacos de dormir, porque los he visto en el cuarto de la lavandería.
_________ levantó las manos, rindiéndose.
—Muy bien, pero no me eches la culpa si terminas con dolor de espalda.
Nick fue a buscar el catre y también agarró un par de sacos de dormir y dos mantas. Al regresar al establo, se encontró con _________ en el umbral. A ella se le caía la cabeza del cansancio.
—Ya lo estás haciendo de nuevo —dijo Nick en voz baja y deslizando un dedo por el contorno de su barbilla.
Ella abrió los ojos bruscamente.
—Estoy bien. No estoy…
—Podemos turnarnos. Tú descansas y yo vigilo primero.
Ella se frotó los ojos.
—Debería decir que no. No es tu responsabilidad.
—Sólo descansa.
Reticente, _________ miró a la yegua y después a Nick.
—¿Estás seguro?
—Sí. Estoy seguro.
—Gracias —dijo ella con una mirada dulce—. Por todo.
—No hay de qué —respondió, mirándola fijamente un instante.
Apartando la vista de inmediato, _________ extendió un saco de dormir encima del catre y se metió dentro.
En cuestión de segundos se quedó profundamente dormida.
Nick la observó unos segundos mientras dormía.
Era tan caprichosa, tan testaruda, tan independiente…
Apartó la vista, frunciendo el ceño.
—Apuesto a que estas cansada —le dijo a Pyrrha, acariciándola—. Esta noche nos has dado un buen susto.
El animal abrió los ojos, miró a su alrededor y volvió a cerrarlos. El caballo confiaba en él, pero _________ no.
Volvió a mirar a la joven. ¿Por qué le interesaba tanto tener su confianza?
Al fin y al cabo, lo único que quería era meterla en su cama, y nada más…
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CamH
Re: Compromiso Fingido (Nick y Tú) [Terminada]
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nina de jonas ♥
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