Hero {Liam Payne}

- ¿Has sentido una especie de fuego que consume todo tu interior alguna vez? Es como una gran llama que no cesa, que siempre sigue ahí, quemándote, dejándote incompleto. Es como una sombra, una gran sombra que nunca te deja solo. Es un fantasma, alguien que siempre está pendiente de tus actos. Es como una canción que siempre cantabas y después la olvidas y al pasar el tiempo vuelve a sonar en la radio y solo recuerdas el coro y te das cuenta que esa canción siempre estuvo ahí más que la habías olvidado, pero siempre habia estado presente. Así es mi vida, así me siento yo todo el tiempo, siento que me siguen, siento que me observan. Siento que jamás estoy sola. Me siento aturdida por la sociedad, tengo miedo. Tengo miedo de todos y de todo. Me siento incompleta.

Janet le escribía un correo electrónico a su amigo de internet Liam Payne. Ella tenía miedo, era la primera vez que le contaba a Liam sobre sus miedos y ella no estaba segura si habia hecho lo correcto pero ya lo habia hecho. Ya no habia vuelta atrás.

Liam, por otra parte del mundo se sorprendió al leer la semejante confesión de Janet. El chico de ojos marrones comenzó a responderle el correo electrónico con rapidez y entusiasmo, era la primera vez que ella se sinceraba con Payne, y él se encontraba totalmente extasiado.

- Quizá jamás me he sentido como tú te sientes ahora Janet y creo que jamás podre comprenderte completamente pero quiero ayudarte, quiero hacer lo posible por ayudarte, por remediar tu situación. Dime cariño, ¿Qué puedo hacer?

Janet leyó el mensaje y comenzó a llorar. Ella sabía que Liam no podía hacer nada desde lejos para ayudarla, ella sabía que estaba sola. Las lágrimas de la pelirroja no cesaban, no sabía qué hacer. Y en ese momento respondió el mensaje siguiendo la necesidad de su corazón.

- No puedes hacer nada desde tu computador querido Liam, es inútil que intentes ayudar a una extraña. No puedes hacer nada por mi pero gracias por querer hacerlo.

Liam suspiro y se sintió agobiado. El quería ayudar a Janet, él quería ayudar a sanar las necesidades de su corazón. Así que decidió comenzó a escribir y quizás comenzó a aprender la mejor aventura de su vida.

- Tienes razón, no podre ayudarte desde aquí. Pero si podre ayudarte si estoy contigo, Janet, mañana tomare el primer vuelo a Estados Unidos, es un hecho.

Janet leyó el mensaje unas veinte veces. Sus labios estaban en forma de una gran “O” y sus manos comenzaron a temblar. Tomo el teclado e inútilmente empezó a tocar las teclas.

- No puedo creerlo, simplemente me parece imposible Liam ¿Estás jugando, cierto?

Liam leyó el mensaje y negó con su rostro con una sonrisa. Comenzó a sacar sus ahorros de su cajón y escribió.

- No es una broma, mañana tomo un vuelo e iré a verte. Necesito conocerte, necesito ayudarte.

Y así Janet comprendió que Liam hablaba enserio, que él no jugaba. Que él la ayudaría a sanar sus heridas. Que él la ayudaría a sentirse mejor, que el seria su héroe.

- Te estaré esperando Liam.

Escribió por ultimo la chica de ojos verdosos para cerrar su computador, tomar una ducha y dormirse después esperando a que el sol salga, el fantasma huya y que Liam venga a verla. No lo podía creer, no podía creer que alguien fuera capaz de venir y tratar de salvarla del abismo en donde ella se encontraba.

Pero Janet no sabía que ya habia encontrado a un héroe que estaría dispuesto a dar su vida por ella.

Liam salió de su hogar con una pequeña maleta entre sus manos y unos pocos euros que había ahorrado para comprarse un nuevo computador. Esa mañana el castaño decidió cambiar todo lo de valor que tenia por el primer vuelo a estados unidos. Para Liam era más importante la vida de su amiga Janet que una Mac pro que posiblemente podría ahorrar el dinero para el próximo año.

Liam no tenía a alguien de quien despedirse, el era un chico solitario, huérfano para ser exactos. El jamás sintió el amor fraternal o algo parecido. El siempre estuvo viviendo de orfanato en orfanato como si fuera un muñeco, como si fuera un juguete viejo. Jamás lo adoptaron, nadie lo quiso. El siempre se sintió así, solo, desolado. Liam Payne siempre fue infeliz.

Pero las cosas cambiaron el día en que el castaño decidió encender un viejo computador y conocer a una chica llamada Janet Hocks, la chica que le cambio la vida. Liam la conoció en una sesión de chat ella solía apodarse como “Californiagurl” y Liam como “Bat-man93” todo comenzó con un simple “Hola, ¿Cómo estás?” y termino en un triste adiós, en un final muy trágico.

Pero aun no comienza la historia, aun esto no puede descifrarse.

Liam se encontraba sentado en la butaca del avión, no traía ningún dispositivo electrónico para escuchar música así que solo jugaba con sus manos. El castaño se encontraba nervioso, bastante nervioso. No tenía idea de cómo reaccionaría Janet al verlo, no sabía si ella lo abrazaría o le lloraría en los hombros. Payne solo sabía que al mirarla por primera vez le sonreiría y le diría “Te extrañe” aunque jamás la hubiera visto antes.

El pensaba en ella como si la conociera de toda la vida, pensaba en la fotografía que le envió en el mes de abril. Payne pensaba en el cabello pelirrojo y los ojos aceitunas de Janet, para él, ella era simplemente “encantadora”.

Y ese era el trágico problema de Liam, Janet le parecía encantadora y ninguna de sus amigas anteriores le había parecido así. Payne sufría del trágico “ciber amor”. Pero Janet no lo sabía, ella no tenía ni la menor idea.
El viaje duro aproximadamente unas seis horas, fue un vuelo muy rápido. Payne con su pequeña maleta en mano salió a las afueras del aeropuerto, California era una ciudad demasiado grande, era bastante soleado a comparación del frio de Londres. Era una ciudad espectacular.

El castaño asombrado comenzó a visualizar todo con atención para después llamar a Janet por un teléfono público. Del bolsillo de sus jeans gastados saco una nota doblada con un número escrito con rapidez, tomo la nota, la observo unos segundos y después decidió marcar.

La línea comenzaba a sonar, uno, dos, tres, la llamada fue atendida.

- ¿Hola? ¿Janet? –pregunto el castaño nervioso, sus manos sudaban.

Segundos después se escucho una voz bastante femenina, una voz frágil y dulce. La voz de Janet.

- ¿Liam? ¿Eres tú? ¿Ya estás aquí? -pregunto la chica desde su habitación sentada observando la vista de california.

- Sí, he llegado –pronuncio el castaño con temor- Esto sí que es una gran ciudad.


Janet se puso sus zapatillas y comenzó a correr rápidamente.

- ¡No te muevas del aeropuerto! ¡Voy para allá!

Y sin más preámbulos la llamada fue terminada. Liam estaba nervioso y Janet sumamente emocionada.