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"Obligados a Casarse" (Nick y tu) Adaptación.
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: "Obligados a Casarse" (Nick y tu) Adaptación.
Capitulo 15
—Siento que no puedan quedarse más tiempo, Jonathan —le dijo Nick.
Les habían anunciado el cambio de planes antes del desayuno.
—A Clara le desagrada mucho el clima caluroso y seco, seguro que se encuentra mejor cuando vayamos más al norte —explicó el abuelo.
Nick miró a los Rawlings y después a _________(tn). Sabía que estaba pasando algo, aunque no sabía el qué.
Clara Rawlings apenas probó el desayuno. No dejó se suspirar todo el tiempo.
—Veo que has dejado el luto, _________(tn) —le dijo a modo de acusación.
Ella tragó deprisa lo que estaba masticando para responderle, pero él le dio una patada con el pie para que no dijera nada.
—Le pedí ________(tn) que no se pusiera los vestidos negros que trajo —intervino Nick—. El clima aquí es demasiado cálido como para llevar ese tipo de ropa. Así que fue al pueblo, compró tela y entre María y ella han hecho ropa cómoda.
________(tn) frunció el ceño. Sabía que Matt sólo quería defenderla, pero le daba rabia que no le dejara contestar.
Él cubrió entonces su mano con sus largos dedos y dejó que su calor la relajara y derritiera poco a poco su enfado.
Levantó la vista para mirarlo. Seguía serio, había estado así desde que llegaran sus abuelos. Nick la miró y le transmitió lo que quería de ella con una mirada. No le costó entenderlo. Nick quería evitar que discutiera esa mañana con su abuela y quería defenderla de sus ataques.
Ella relajó el puño entre los dedos de Nick y suspiró.
—Nick cree que es mejor recordar a mi padre de otra manera —comentó ella con calma.
Miraba a su abuela con dignidad y orgullo.
—Me gusta la ropa que llevo ahora y le estoy muy agradecida a María por enseñarme a coser faldas y blusas.
La verdad era que los dos habían discutido largo y tendido sobre su atuendo y que se decidió a comprar las telas sólo después de que Nick la amenazara con quemar sus trajes de luto, pero pensó que sus abuelos no tenían por qué saber todos los detalles del proceso.
—Bueno, seguro que a tu padre no le habría importado de un modo u otro —replicó Clara Rawlings—. No tenía ningún interés en ese tipo de cosas.
—Eso sí que es verdad, señora Rawlings —repuso Nick—. A Sam no le importaban esas tonterías. Poco le habría importado si ________(tn) llevaba luto o no. Igual le pasaba a mi madre. Ella está viva en mi memoria y eso es lo que de verdad cuenta.
Lo miró emocionada, le habían sorprendido sus palabras. Normalmente no era tan elocuente. Lo cierto era que no le había oído hablar de su madre desde el primer día que montaron juntos a caballo. Le sonrió con ternura, quería curar la herida que la llegada de sus abuelos había producido en su frágil relación.
Nick la miró, pensaba que ________(tn) estaba sobrellevando la situación bastante bien. Tenía ojeras y parecía cansada, pero se mantenía entera. Cuando se acostó la noche anterior a su lado, creyó que ya estaba dormida, pero después pensó que quizás estuviera sólo fingiendo, lo más seguro era que se comportara de una manera más distante porque le incomodaba que sus abuelos estuvieran durmiendo bajo el mismo techo.
Esperaba que las cosas volvieran pronto a la normalidad. Se puso en pie al terminar de comer y la miró a los ojos. ________(tn) le suplicó con un gesto que se controlara. Eso fue lo único que consiguió contenerlo para no tomarla de la mano y llevarla hasta el dormitorio para disfrutar juntos de su pasión y sus cuerpos. Resignado, decidió que ya habría tiempo para esas intimidades más tarde.
Miró al abuelo de su esposa, parecía muy satisfecho con el abundante desayuno.
—Si no tuviéramos ya dos cocineros en la casa, le ofrecería el puesto, señora —le dijo a María.
—Sobre mi cadáver —repuso Nick con humor—. María, me llevo al señor para que no tengas la tentación de irte con él.
—Muy bien —dijo Jonathan poniéndose en pie—. ¿Qué planes tiene, señor Jonas?
—He pensado que podríamos salir a montar un rato, señor Rawlings. Tengo que ir al norte a ver qué tal está el ganado.
—Es un paseo precioso —le dijo _______(tn)—. A lo mejor podríamos ir con ellos, abuela.
—Supongo que no tiene una silla para montar de lado disponible, ¿verdad, señor Jonas?
—No tengo ninguna, señora —repuso él—. Tendrá que usar una silla como Dios manda.
—He traído tu traje de montar, _______(tn) —le dijo la señora algo ofendida.
—No te preocupes, abuela. Estoy acostumbrada ya a usar una falda de piel que era de la madre de Nick. He montado varias veces con el otro tipo de silla y me resulta muy cómodo, la verdad.
—Estoy segura que también estabas cómoda en casa, en una silla como las que usan las damas.
—Ya había montado a horcajadas más de una vez antes de venir a Arizona —dijo ella con sinceridad.
—¿De verdad?
—Sí. Los mozos de las cuadras me dejaban montar sus caballos en el picadero. Esos animales estaban acostumbrados a llevar a hombres y les hubiera resultado extraño llevar todo el peso del jinete a un lado.
—Veo que no tenía conocimiento de todo lo que pasaba en mi propia casa…
—Bueno, creo que había otras cosas de las que _______(tn) tampoco sabía nada —intervino Nick.
—¡Nick! —exclamó ________(tn), intentando evitar la discusión.
Entendía lo que quería de él. No estaba preparada para soportar otro enfrentamiento con su abuela por culpa de las cartas. Decidió complacerla.
Vio cómo le temblaban los labios y tenía que parpadear para controlar las lágrimas. Estaba entre la espada y la pared, intentando superar la situación de la mejor manera posible. Lo menos que podía hacer era cerrar la boca y no decirle a esa dama tan estirada lo que pensaba.
—¿Quieres venir con nosotros, ___(tuap)?
La vio vacilar unos segundos, pero su estricta educación pudo con ella.
—No, me quedaré aquí con la abuela. ¿Volveréis a tiempo para cenar?
—Bueno, yo debería estar de vuelta a mediodía, espero que no sea una imposición en tus planes, Nick —intervino Jonathan—. La abuela de ________(tn) y yo deberíamos volver hacia Forbes Junction a primera hora de la tarde para tomar el tren de la noche.
—Sólo estaremos fuera un par de horas —le aseguró Nick—. Tessie estará ocupada con sus deberes y sus clases toda la mañana, ¿no, Olivia?
—¿Tengo que hacerlo? ¿No puedo tomarme un día libre para estar con ___(tuap)? —preguntó Tessie.
—De acuerdo, creo que podemos dejar las clases por hoy, la verdad es que tengo algunas cosas que hacer en el pueblo —le dijo Olivia—. Me llevaré el coche de paseo. O quizás le diga a uno de los hombres que me lleve.
Nick asintió y salió satisfecho del comedor, todo parecía estar en orden.
Tessie corrió a los brazos de su hermana y le tomó la mano entusiasmada.
—Nos lo vamos a pasar muy bien, ¿verdad, ___(tuap)? —le dijo muy contenta.
Su hermana asintió y dejó que la pequeña tirara de ella.
Sus abuelos se fueron y se quedó con una sensación de vacío. _______(tn) pensó en lo que había sido la visita de sus abuelos e intentó sacar alguna conclusión positiva de ella, pero no se le ocurrió nada.
La alegre conversación de Tessie fue lo único que consiguió levantarle el ánimo. Decidió olvidarse de su pesar y jugar a la comba con su hermana pequeña.
Hacía mucho calor afuera, el sol quemaba con fuerza en la arena del patio.
_________(tn) se sentó en un banco contra la pared de la casa y se sacudió con cuidado la planta de los pies.
—Ya te he dicho que no puedes saltar a la comba descalza —le recordó la niña sonriendo.
—Ya, ya… Tienes razón —le dijo.
—Pero la verdad es que nunca te había visto saltar tan deprisa. Sólo saltase dos veces, pero muy alto,____(tuap).
Oyeron una risa detrás de ella. Alguien parecía estar vigilándolas.
—Sí, fueron unos saltos estupendos, señorita _________(tn) —le dijo el hombre.
Ella miró por encima del hombro, dejó que el pie cayera deprisa al suelo y se mostró muy digna.
—¿Estás espiándonos, Jonas?
Las miraba desde las sombras del oscuro vestíbulo, no podía ver su rostro, pero intuía por su voz que ya estaba mucho más relajado, sin la tensión que lo había atenazado desde que aparecieran por sorpresa sus abuelos. Le bastaba con mirarlo para que el corazón le latiera con más fuerza. Él la había protegido, había intentado que ellos no pudieran hacerle daño. Se le llenaron los ojos de lágrimas al darse cuenta de hasta qué punto amaba a ese hombre.
Se sintió segura de sus sentimientos en ese instante, no entendía de dónde provenía aquello, pero sabía a ciencia cierta que Nicholas Jonas era el dueño de su corazón.
Ya se había dado cuenta tiempo atrás de que su unión con él estaba escrita en el cielo, que era justo lo que necesitaba, pero en ese momento fue consciente de que lo que sentía por él no era nada más, ni nada menos, que amor.
Se puso de pie lentamente. Tessie le agarró la falda.
—¿Adónde vas, ____(tuap)?
—Creo que voy a entrar un ratito, Tessie, hace mucho calor aquí —le dijo sonriendo.
Se llevó entonces las manos a la cara y sintió una lágrima escapándose de sus ojos. Nick se acercó deprisa a su lado.
—¿Qué pasa, cariño? —le dijo mientras le acariciaba el brazo.
—Tengo que lavarme la cara, eso es todo —contestó ella pasando a su lado.
—___(tuap), ¿estás llorando? —le preguntó una preocupada Tessie—. ¡Nick, no deberías haberle tomado el pelo, has hecho que se sienta mal! —añadió enfadada.
—___(tuap) está bien —le aseguró Nick a su hermana—. Creo que tiene mucho calor, nada más.
Escuchó un portazo detrás de él y supo que era la puerta de su dormitorio, el que compartía con ella.
—Vamos, Tessie. A ver qué nos puede dar María para refrescarnos —le dijo Nick a su hermana, mientras entraban en la fresca casa.
Encontraron a María en la cocina.
—¿Puedes darle a Tessie algo para refrescarse?
—Limonada —intervino la niña.
—Bueno, a lo mejor encuentro un poco. ¿Y para usted, señor Nick?
—Yo no quiero nada. Tessie va a estar aquí un rato contigo, ¿de acuerdo?
Salió entonces de la cocina y fue hasta la puerta de su dormitorio sin hacer ruido.
Abrió silenciosamente el picaporte y la buscó con la mirada. A través de las blancas cortinas entraba la brillante luz de esas horas de la tarde.
La encontró sobre la cama, acurrucada en la colcha, con las piernas dobladas y los brazos alrededor de las rodillas, parecía una niña.
Se acercó a ella y se arrodilló a su lado.
Levantó lentamente una mano y acarició su cuello, donde sus rizos estaban aún húmedos por culpa del calor del patio. Ella se había sujetado el cabello en alto para luchar contra las altas temperaturas. Desde allí caía una sedosa cascada rojiza.
Soñaba con enredar los dedos en esos rizos, pero se contuvo.
Ella se movió un poco y suspiró. Parecía estar sollozando.
Se dio cuenta de que Nick estaba a su lado. Le daba rabia que la viera así, tan frágil y llorosa, no quería que el hombre que la esperaba pacientemente al lado de la cama tuviera que soportar verla tan vulnerable.
No podía creerse que él se hubiera hecho dueño de su corazón tan fácilmente y sin aparente esfuerzo. Le había bastado con estar allí a su lado, con ser él mismo, con protegerla y cuidar de ella como lo había hecho todo ese tiempo.
Nick había tejido una red a su alrededor y ella había estado demasiado distraída con todo como para darse cuenta de lo que pasaba.
«Si así es como se siente una al estar enamorada, preferiría no estarlo», pensó ella.
Levantó la cabeza y se limpió la cara con la mano.
—¿Qué quieres?
Nick se acercó más a ella y le acarició la cara con la otra mano.
—¿Qué te pasa, ___(tuap)? ¿Te ha molestado que me riera de ti?
—No —replicó ella con frialdad.
—_______(tn), mírame, por favor —le pidió él con firmeza.
Abrió los ojos.
—No soy una niña, Nick. No me enfado cuando bromeas conmigo. Puede gustarme más o menos, pero no me enfado.
Nick parecía perplejo. Ella se daba cuenta de que sufriría mucho si él llegaba a saber lo tonta que era. Estaba claro que él estaba dispuesto a aceptar la responsabilidad de estar casado con ella. Y también que le atraía lo suficiente como para buscarla cada noche en su dormitorio. Pero no creía que fuera a recibir de buen grado las palabras que su pobre corazón enamorado se moría por decirle.
Ese matrimonio no se había celebrado por amor y ella no quería darle más motivos para sufrir.
Se había pasado su vida esperando recibir el amor de los demás, el amor que nunca llegaba. Su padre había dejado que se la arrebataran de su lado sin luchar. Su madre no había cuidado de ella, se había dejado morir sin protestar, sin hacer nada por cambiar su vida. En sus abuelos tampoco había encontrado el cariño que ansiaba. Delilah había sido la única que le había ofrecido algo de afecto, su querida niñera, al menos hasta que se hizo demasiado mayor para tener una.
—Me pregunto por qué se casaría mi madre con mi padre —comentó de repente.
—¿Por qué estás ahora pensando en eso? —le preguntó él con estupor.
Ella lo miró y sonrió. Vio cómo Nick se relajaba al ver su cara. Después estalló en una carcajada.
—¡No tengo ni idea! —le dijo con algo de timidez—. Creo que pienso demasiado, Nick.
Él suspiró, parecía aliviado.
—¿Vas a estar con cosas de mujeres unos días, ____(tuap)? —le preguntó Nick.
—¿Qué me estás preguntando, Nick? —replicó ella completamente atónita y ruborizada—. Si te refieres a mi… Si estás hablando de lo que creo que estás hablando, bueno… Tengo que decirte que no es asunto tuyo.
—Sí, supongo que me estaba refiriendo a lo que crees que me refiero. Y sí que es asunto mío, señora Jonas, sobre todo cuando no dejas de llorar y te comportas como…
Sin terminar la frase, Nick se levantó mientras la agarraba de la cintura y la obligó a levantarse con él. Aquello pudo con ella.
—Déjame en el suelo, ahora mismo —le exigió—. ¡Mis cosas personales no quiero tener que comentarlas con nadie, Jonas!
Nick la atrajo hacia su cuerpo y se inclinó hasta que sus caras quedaron una frente a la otra. Dejó que su boca rozara suavemente sus labios.
—Si no me lo dices, tendré que averiguarlo —le susurró él.
—¿Cómo? —replicó ella.
Pero después abrió la boca al entender sus palabras.
—¡No, ni hablar! Ni lo pienses, Jonas. ¡Bájame ahora mismo y no me toques!
Sus pies no tocaban el suelo, pero podía agitar las piernas y darle una patada. Alargó los brazos y tiró del pelo de Nick mientras él reía con ganas.
—¡Bájame ahora mismo!
—No puedo, me estás tirando del pelo —repuso él con una mueca de dolor.
Nick la dejó en el suelo entonces, pero sólo el tiempo suficiente para tomarla en brazos y dejarla sobre la cama. Se tumbó sobre ella y sonrió al ver su cara.
—Ahora sí que estoy enfadada —murmuró ella entre dientes.
—Bueno, si vas a estar enfadada, no me queda más remedio que sujetarte en la cama hasta que estés contenta de nuevo —le dijo él mientras le daba besos y más besos.
Ella cerró los ojos, pero no le sirvió de nada, sólo consiguió que sus sentidos se dejaran seducir más fácilmente por las caricias y atenciones de Nick. No tardó mucho en responder a sus avances con el mismo ardor.
—Estoy enfadada de verdad, ¿sabes? —suspiró ella.
—¿Ahora también? —le preguntó Nick, sin dejar de besar y morder sus labios.
—¡Nick! ¿Es que no vas a escucharme?
—Claro, cariño, como quieras —replicó él algo frustrado.
—Tessie está en la casa, a lo mejor en el pasillo, preguntándose dónde estamos y qué estamos haciendo —le recordó ella mientras empujaba su torso para ganar espacio.
Nick se incorporó y apoyó las manos en el colchón. La miró y suspiró.
—¿Sería mucho pedir que no sigas enfadada esta noche? —le preguntó con media sonrisa.
Se derritió al ver su expresión, parecía un niño pequeño suplicando que le dieran un dulce.
—La verdad es que no estoy enfadada —reconoció ella.
—¿No? —Le preguntó él mientras acariciaba su mejilla—. Dime, ______(tuap). ¿Por qué estabas pensando antes en tu madre? ¿En qué pensabas?
_________(tn) lo miró y se mordió el labio inferior.
—Creo que necesito saber más de mi padre —le dijo—. Nunca lo llegué a conocer de verdad.
—No sé qué recuerdos tienes de Sam, pero sé de algo que puede ayudarte a conocerlo mejor.
Se quedó callada, parada como una gacela en el crepúsculo y tan bella como el animal. Abrió la boca para hablar, pero no dijo nada.
—Tus cartas, las que Sam te envío, están aquí, cariño —le confesó él—. Las iba metiendo en una caja cada vez que alguien se las enviaba de vuelta. Y te las guardó por si volvías algún día.
—Siento que no puedan quedarse más tiempo, Jonathan —le dijo Nick.
Les habían anunciado el cambio de planes antes del desayuno.
—A Clara le desagrada mucho el clima caluroso y seco, seguro que se encuentra mejor cuando vayamos más al norte —explicó el abuelo.
Nick miró a los Rawlings y después a _________(tn). Sabía que estaba pasando algo, aunque no sabía el qué.
Clara Rawlings apenas probó el desayuno. No dejó se suspirar todo el tiempo.
—Veo que has dejado el luto, _________(tn) —le dijo a modo de acusación.
Ella tragó deprisa lo que estaba masticando para responderle, pero él le dio una patada con el pie para que no dijera nada.
—Le pedí ________(tn) que no se pusiera los vestidos negros que trajo —intervino Nick—. El clima aquí es demasiado cálido como para llevar ese tipo de ropa. Así que fue al pueblo, compró tela y entre María y ella han hecho ropa cómoda.
________(tn) frunció el ceño. Sabía que Matt sólo quería defenderla, pero le daba rabia que no le dejara contestar.
Él cubrió entonces su mano con sus largos dedos y dejó que su calor la relajara y derritiera poco a poco su enfado.
Levantó la vista para mirarlo. Seguía serio, había estado así desde que llegaran sus abuelos. Nick la miró y le transmitió lo que quería de ella con una mirada. No le costó entenderlo. Nick quería evitar que discutiera esa mañana con su abuela y quería defenderla de sus ataques.
Ella relajó el puño entre los dedos de Nick y suspiró.
—Nick cree que es mejor recordar a mi padre de otra manera —comentó ella con calma.
Miraba a su abuela con dignidad y orgullo.
—Me gusta la ropa que llevo ahora y le estoy muy agradecida a María por enseñarme a coser faldas y blusas.
La verdad era que los dos habían discutido largo y tendido sobre su atuendo y que se decidió a comprar las telas sólo después de que Nick la amenazara con quemar sus trajes de luto, pero pensó que sus abuelos no tenían por qué saber todos los detalles del proceso.
—Bueno, seguro que a tu padre no le habría importado de un modo u otro —replicó Clara Rawlings—. No tenía ningún interés en ese tipo de cosas.
—Eso sí que es verdad, señora Rawlings —repuso Nick—. A Sam no le importaban esas tonterías. Poco le habría importado si ________(tn) llevaba luto o no. Igual le pasaba a mi madre. Ella está viva en mi memoria y eso es lo que de verdad cuenta.
Lo miró emocionada, le habían sorprendido sus palabras. Normalmente no era tan elocuente. Lo cierto era que no le había oído hablar de su madre desde el primer día que montaron juntos a caballo. Le sonrió con ternura, quería curar la herida que la llegada de sus abuelos había producido en su frágil relación.
Nick la miró, pensaba que ________(tn) estaba sobrellevando la situación bastante bien. Tenía ojeras y parecía cansada, pero se mantenía entera. Cuando se acostó la noche anterior a su lado, creyó que ya estaba dormida, pero después pensó que quizás estuviera sólo fingiendo, lo más seguro era que se comportara de una manera más distante porque le incomodaba que sus abuelos estuvieran durmiendo bajo el mismo techo.
Esperaba que las cosas volvieran pronto a la normalidad. Se puso en pie al terminar de comer y la miró a los ojos. ________(tn) le suplicó con un gesto que se controlara. Eso fue lo único que consiguió contenerlo para no tomarla de la mano y llevarla hasta el dormitorio para disfrutar juntos de su pasión y sus cuerpos. Resignado, decidió que ya habría tiempo para esas intimidades más tarde.
Miró al abuelo de su esposa, parecía muy satisfecho con el abundante desayuno.
—Si no tuviéramos ya dos cocineros en la casa, le ofrecería el puesto, señora —le dijo a María.
—Sobre mi cadáver —repuso Nick con humor—. María, me llevo al señor para que no tengas la tentación de irte con él.
—Muy bien —dijo Jonathan poniéndose en pie—. ¿Qué planes tiene, señor Jonas?
—He pensado que podríamos salir a montar un rato, señor Rawlings. Tengo que ir al norte a ver qué tal está el ganado.
—Es un paseo precioso —le dijo _______(tn)—. A lo mejor podríamos ir con ellos, abuela.
—Supongo que no tiene una silla para montar de lado disponible, ¿verdad, señor Jonas?
—No tengo ninguna, señora —repuso él—. Tendrá que usar una silla como Dios manda.
—He traído tu traje de montar, _______(tn) —le dijo la señora algo ofendida.
—No te preocupes, abuela. Estoy acostumbrada ya a usar una falda de piel que era de la madre de Nick. He montado varias veces con el otro tipo de silla y me resulta muy cómodo, la verdad.
—Estoy segura que también estabas cómoda en casa, en una silla como las que usan las damas.
—Ya había montado a horcajadas más de una vez antes de venir a Arizona —dijo ella con sinceridad.
—¿De verdad?
—Sí. Los mozos de las cuadras me dejaban montar sus caballos en el picadero. Esos animales estaban acostumbrados a llevar a hombres y les hubiera resultado extraño llevar todo el peso del jinete a un lado.
—Veo que no tenía conocimiento de todo lo que pasaba en mi propia casa…
—Bueno, creo que había otras cosas de las que _______(tn) tampoco sabía nada —intervino Nick.
—¡Nick! —exclamó ________(tn), intentando evitar la discusión.
Entendía lo que quería de él. No estaba preparada para soportar otro enfrentamiento con su abuela por culpa de las cartas. Decidió complacerla.
Vio cómo le temblaban los labios y tenía que parpadear para controlar las lágrimas. Estaba entre la espada y la pared, intentando superar la situación de la mejor manera posible. Lo menos que podía hacer era cerrar la boca y no decirle a esa dama tan estirada lo que pensaba.
—¿Quieres venir con nosotros, ___(tuap)?
La vio vacilar unos segundos, pero su estricta educación pudo con ella.
—No, me quedaré aquí con la abuela. ¿Volveréis a tiempo para cenar?
—Bueno, yo debería estar de vuelta a mediodía, espero que no sea una imposición en tus planes, Nick —intervino Jonathan—. La abuela de ________(tn) y yo deberíamos volver hacia Forbes Junction a primera hora de la tarde para tomar el tren de la noche.
—Sólo estaremos fuera un par de horas —le aseguró Nick—. Tessie estará ocupada con sus deberes y sus clases toda la mañana, ¿no, Olivia?
—¿Tengo que hacerlo? ¿No puedo tomarme un día libre para estar con ___(tuap)? —preguntó Tessie.
—De acuerdo, creo que podemos dejar las clases por hoy, la verdad es que tengo algunas cosas que hacer en el pueblo —le dijo Olivia—. Me llevaré el coche de paseo. O quizás le diga a uno de los hombres que me lleve.
Nick asintió y salió satisfecho del comedor, todo parecía estar en orden.
Tessie corrió a los brazos de su hermana y le tomó la mano entusiasmada.
—Nos lo vamos a pasar muy bien, ¿verdad, ___(tuap)? —le dijo muy contenta.
Su hermana asintió y dejó que la pequeña tirara de ella.
Sus abuelos se fueron y se quedó con una sensación de vacío. _______(tn) pensó en lo que había sido la visita de sus abuelos e intentó sacar alguna conclusión positiva de ella, pero no se le ocurrió nada.
La alegre conversación de Tessie fue lo único que consiguió levantarle el ánimo. Decidió olvidarse de su pesar y jugar a la comba con su hermana pequeña.
Hacía mucho calor afuera, el sol quemaba con fuerza en la arena del patio.
_________(tn) se sentó en un banco contra la pared de la casa y se sacudió con cuidado la planta de los pies.
—Ya te he dicho que no puedes saltar a la comba descalza —le recordó la niña sonriendo.
—Ya, ya… Tienes razón —le dijo.
—Pero la verdad es que nunca te había visto saltar tan deprisa. Sólo saltase dos veces, pero muy alto,____(tuap).
Oyeron una risa detrás de ella. Alguien parecía estar vigilándolas.
—Sí, fueron unos saltos estupendos, señorita _________(tn) —le dijo el hombre.
Ella miró por encima del hombro, dejó que el pie cayera deprisa al suelo y se mostró muy digna.
—¿Estás espiándonos, Jonas?
Las miraba desde las sombras del oscuro vestíbulo, no podía ver su rostro, pero intuía por su voz que ya estaba mucho más relajado, sin la tensión que lo había atenazado desde que aparecieran por sorpresa sus abuelos. Le bastaba con mirarlo para que el corazón le latiera con más fuerza. Él la había protegido, había intentado que ellos no pudieran hacerle daño. Se le llenaron los ojos de lágrimas al darse cuenta de hasta qué punto amaba a ese hombre.
Se sintió segura de sus sentimientos en ese instante, no entendía de dónde provenía aquello, pero sabía a ciencia cierta que Nicholas Jonas era el dueño de su corazón.
Ya se había dado cuenta tiempo atrás de que su unión con él estaba escrita en el cielo, que era justo lo que necesitaba, pero en ese momento fue consciente de que lo que sentía por él no era nada más, ni nada menos, que amor.
Se puso de pie lentamente. Tessie le agarró la falda.
—¿Adónde vas, ____(tuap)?
—Creo que voy a entrar un ratito, Tessie, hace mucho calor aquí —le dijo sonriendo.
Se llevó entonces las manos a la cara y sintió una lágrima escapándose de sus ojos. Nick se acercó deprisa a su lado.
—¿Qué pasa, cariño? —le dijo mientras le acariciaba el brazo.
—Tengo que lavarme la cara, eso es todo —contestó ella pasando a su lado.
—___(tuap), ¿estás llorando? —le preguntó una preocupada Tessie—. ¡Nick, no deberías haberle tomado el pelo, has hecho que se sienta mal! —añadió enfadada.
—___(tuap) está bien —le aseguró Nick a su hermana—. Creo que tiene mucho calor, nada más.
Escuchó un portazo detrás de él y supo que era la puerta de su dormitorio, el que compartía con ella.
—Vamos, Tessie. A ver qué nos puede dar María para refrescarnos —le dijo Nick a su hermana, mientras entraban en la fresca casa.
Encontraron a María en la cocina.
—¿Puedes darle a Tessie algo para refrescarse?
—Limonada —intervino la niña.
—Bueno, a lo mejor encuentro un poco. ¿Y para usted, señor Nick?
—Yo no quiero nada. Tessie va a estar aquí un rato contigo, ¿de acuerdo?
Salió entonces de la cocina y fue hasta la puerta de su dormitorio sin hacer ruido.
Abrió silenciosamente el picaporte y la buscó con la mirada. A través de las blancas cortinas entraba la brillante luz de esas horas de la tarde.
La encontró sobre la cama, acurrucada en la colcha, con las piernas dobladas y los brazos alrededor de las rodillas, parecía una niña.
Se acercó a ella y se arrodilló a su lado.
Levantó lentamente una mano y acarició su cuello, donde sus rizos estaban aún húmedos por culpa del calor del patio. Ella se había sujetado el cabello en alto para luchar contra las altas temperaturas. Desde allí caía una sedosa cascada rojiza.
Soñaba con enredar los dedos en esos rizos, pero se contuvo.
Ella se movió un poco y suspiró. Parecía estar sollozando.
Se dio cuenta de que Nick estaba a su lado. Le daba rabia que la viera así, tan frágil y llorosa, no quería que el hombre que la esperaba pacientemente al lado de la cama tuviera que soportar verla tan vulnerable.
No podía creerse que él se hubiera hecho dueño de su corazón tan fácilmente y sin aparente esfuerzo. Le había bastado con estar allí a su lado, con ser él mismo, con protegerla y cuidar de ella como lo había hecho todo ese tiempo.
Nick había tejido una red a su alrededor y ella había estado demasiado distraída con todo como para darse cuenta de lo que pasaba.
«Si así es como se siente una al estar enamorada, preferiría no estarlo», pensó ella.
Levantó la cabeza y se limpió la cara con la mano.
—¿Qué quieres?
Nick se acercó más a ella y le acarició la cara con la otra mano.
—¿Qué te pasa, ___(tuap)? ¿Te ha molestado que me riera de ti?
—No —replicó ella con frialdad.
—_______(tn), mírame, por favor —le pidió él con firmeza.
Abrió los ojos.
—No soy una niña, Nick. No me enfado cuando bromeas conmigo. Puede gustarme más o menos, pero no me enfado.
Nick parecía perplejo. Ella se daba cuenta de que sufriría mucho si él llegaba a saber lo tonta que era. Estaba claro que él estaba dispuesto a aceptar la responsabilidad de estar casado con ella. Y también que le atraía lo suficiente como para buscarla cada noche en su dormitorio. Pero no creía que fuera a recibir de buen grado las palabras que su pobre corazón enamorado se moría por decirle.
Ese matrimonio no se había celebrado por amor y ella no quería darle más motivos para sufrir.
Se había pasado su vida esperando recibir el amor de los demás, el amor que nunca llegaba. Su padre había dejado que se la arrebataran de su lado sin luchar. Su madre no había cuidado de ella, se había dejado morir sin protestar, sin hacer nada por cambiar su vida. En sus abuelos tampoco había encontrado el cariño que ansiaba. Delilah había sido la única que le había ofrecido algo de afecto, su querida niñera, al menos hasta que se hizo demasiado mayor para tener una.
—Me pregunto por qué se casaría mi madre con mi padre —comentó de repente.
—¿Por qué estás ahora pensando en eso? —le preguntó él con estupor.
Ella lo miró y sonrió. Vio cómo Nick se relajaba al ver su cara. Después estalló en una carcajada.
—¡No tengo ni idea! —le dijo con algo de timidez—. Creo que pienso demasiado, Nick.
Él suspiró, parecía aliviado.
—¿Vas a estar con cosas de mujeres unos días, ____(tuap)? —le preguntó Nick.
—¿Qué me estás preguntando, Nick? —replicó ella completamente atónita y ruborizada—. Si te refieres a mi… Si estás hablando de lo que creo que estás hablando, bueno… Tengo que decirte que no es asunto tuyo.
—Sí, supongo que me estaba refiriendo a lo que crees que me refiero. Y sí que es asunto mío, señora Jonas, sobre todo cuando no dejas de llorar y te comportas como…
Sin terminar la frase, Nick se levantó mientras la agarraba de la cintura y la obligó a levantarse con él. Aquello pudo con ella.
—Déjame en el suelo, ahora mismo —le exigió—. ¡Mis cosas personales no quiero tener que comentarlas con nadie, Jonas!
Nick la atrajo hacia su cuerpo y se inclinó hasta que sus caras quedaron una frente a la otra. Dejó que su boca rozara suavemente sus labios.
—Si no me lo dices, tendré que averiguarlo —le susurró él.
—¿Cómo? —replicó ella.
Pero después abrió la boca al entender sus palabras.
—¡No, ni hablar! Ni lo pienses, Jonas. ¡Bájame ahora mismo y no me toques!
Sus pies no tocaban el suelo, pero podía agitar las piernas y darle una patada. Alargó los brazos y tiró del pelo de Nick mientras él reía con ganas.
—¡Bájame ahora mismo!
—No puedo, me estás tirando del pelo —repuso él con una mueca de dolor.
Nick la dejó en el suelo entonces, pero sólo el tiempo suficiente para tomarla en brazos y dejarla sobre la cama. Se tumbó sobre ella y sonrió al ver su cara.
—Ahora sí que estoy enfadada —murmuró ella entre dientes.
—Bueno, si vas a estar enfadada, no me queda más remedio que sujetarte en la cama hasta que estés contenta de nuevo —le dijo él mientras le daba besos y más besos.
Ella cerró los ojos, pero no le sirvió de nada, sólo consiguió que sus sentidos se dejaran seducir más fácilmente por las caricias y atenciones de Nick. No tardó mucho en responder a sus avances con el mismo ardor.
—Estoy enfadada de verdad, ¿sabes? —suspiró ella.
—¿Ahora también? —le preguntó Nick, sin dejar de besar y morder sus labios.
—¡Nick! ¿Es que no vas a escucharme?
—Claro, cariño, como quieras —replicó él algo frustrado.
—Tessie está en la casa, a lo mejor en el pasillo, preguntándose dónde estamos y qué estamos haciendo —le recordó ella mientras empujaba su torso para ganar espacio.
Nick se incorporó y apoyó las manos en el colchón. La miró y suspiró.
—¿Sería mucho pedir que no sigas enfadada esta noche? —le preguntó con media sonrisa.
Se derritió al ver su expresión, parecía un niño pequeño suplicando que le dieran un dulce.
—La verdad es que no estoy enfadada —reconoció ella.
—¿No? —Le preguntó él mientras acariciaba su mejilla—. Dime, ______(tuap). ¿Por qué estabas pensando antes en tu madre? ¿En qué pensabas?
_________(tn) lo miró y se mordió el labio inferior.
—Creo que necesito saber más de mi padre —le dijo—. Nunca lo llegué a conocer de verdad.
—No sé qué recuerdos tienes de Sam, pero sé de algo que puede ayudarte a conocerlo mejor.
Se quedó callada, parada como una gacela en el crepúsculo y tan bella como el animal. Abrió la boca para hablar, pero no dijo nada.
—Tus cartas, las que Sam te envío, están aquí, cariño —le confesó él—. Las iba metiendo en una caja cada vez que alguien se las enviaba de vuelta. Y te las guardó por si volvías algún día.
maru!!
Re: "Obligados a Casarse" (Nick y tu) Adaptación.
Capitulo 16
—________(tn) Jonas, no te había visto desde la fiesta en tu casa —le dijo Ruth Guismann desde el mostrador—. ¿Vienes a por víveres? Pensé que Nick ya había enviado a alguien el otro día.
Algunos se giraron para mirarla y no pudo evitar sonrojarse. Saludó a un par de mujeres con la cabeza y se acercó a Ruth.
—Necesito algunas cosas que a Nick se le olvidaron, como vainilla y sal. María estaba desesperándose en la cocina, así que le dije que me hiciera una lista —explicó mientras sacaba un papel del bolsito.
—Déjame ver —repuso Ruth revisando la lista—. Ahora te busco todo esto.
Le llamó la atención un rollo de tela que había sobre el mostrador.
—Bonito, ¿verdad? Llegó ayer en el tren desde San Luis.
Levantó el rollo y sacó un metro de tela. Era muy fina y delicada, con flores.
—Es ideal para hacerle un vestido a Tessie para la iglesia —le dijo—. Creo que me llevaré un poco.
—Muy bien, casi he terminado con la lista. Puedes darte una vuelta por la tienda mientras completo lo que necesitas. Acaban de llegar zapatos de niños. Me imagino que le quedaran ya pequeños a Theresa los que su madre le compró en otoño.
Se abrió la puerta de la tienda y, al girarse, vio que se trataba de Deborah Hopkins, que entraba entonces. Se acercó directamente a donde estaba ella.
—¡Vaya, es la novia! ¿Cómo se le ha ocurrido dejar sólo a Nick? ¿O lo tiene escondido en alguna parte? —le dijo mientras miraba detrás del mostrador.
—Hola, Deborah —replicó ella entre dientes—. Está bien saber que ya sale, me temía que no pudiera moverse después de todo lo que bailó en la fiesta —añadió sin poder contenerse.
—Admito que tuve que descansar después de la fiesta, bailé con todos los solteros de la zona. Le habría mandado alguno, pero estaba tan pegada a Nick… Sabe que no puede mantener a un hombre a su lado pegándose a él de esa manera, ¿no? Se necesita algo más.
—Nunca me habían acusado de algo así, Deborah. Al contrario de lo que piensa, las manos que sujetaban con fuerza no eran las mías. Parece que, estos días, Nick no soporta tenerme a más de dos pasos de distancia. Supongo que aprecia lo que tiene —dijo con gesto modesto, pero sin poder ocultar una sonrisa.
—El lío que formó con ese vaquero fue de lo más vergonzoso.
—¿Lío?
—Estoy segura de que Nick se sintió avergonzado con ese jaleo. Le haría sentirse un idiota ver que se iba con ese vaquero como lo hizo.
—¿Idiota? ¿Cree que se sintió idiota porque casi me secuestran? Me han dicho que estuvo de lo más heroico, llevándome en brazos hasta la casa como lo hizo y pendiente de mí.
Le parecía increíble que Deborah pudiera acusarla de haber querido irse con ese forajido.
—Hace años que lo conozco y nunca lo he visto pendiente de nadie —dijo Deborah como si dudara de sus palabras.
Intentó controlar su genio, pero no pudo.
—Claro que está pendiente de mí, después de todos somos recién casados. Podría contarle… —comentó mientras se cubría la boca con falso pudor—. Pero claro, plantada y sin novio como está, no creo que pudiera entender esas cosas.
La miró entonces con suspicacia y los ojos entrecerrados.
—¿O a lo mejor sí sabe de esas cosas? —preguntó maliciosamente—. ¡No, claro que no!
—Podría haber sido mío, ¿sabe?
—Bueno, seguro que usted habría podido ser suya, si Nick lo hubiera deseado, claro. Pero, según he oído, no estaba muy interesado. A lo mejor lo que usted le ofreció no consiguió tentarlo.
Ruth Guismann se acercó a las mujeres. Parecía estar disfrutando con la conversación.
—_________(tn), tengo todo listo. ¿Cuánta tela vas a necesitar para Theresa?
—Creo que con tres metros será suficiente —le dijo—. Y me llevo todo lo que pueda necesitar para hacerlo. Nick me dijo que comprara lo que quisiera. Es muy generoso, ¿sabes?
__________(tn) pasó al lado de Deborah para acercarse de nuevo al mostrador. La mujer le agarró el brazo y le clavó las uñas con crueldad.
Decidió que tenía que controlarse e intentar arreglar la situación, estaba segura de que a Nick no le agradaría saber lo que se habían dicho, pero se detuvo al oír la amenaza de Deborah.
—No has ganado la batalla hasta que tengas un hijo, ¬¬¬¬¬¬¬_________(tn). ¿Y si no llega nunca ese día?
Se sonrojó al instante. No podía creer que supiera tanto del testamento.
—¿Qué es lo que sabes tú de eso?
—Mi tía trabaja para el señor Hooper, el abogado —replicó la mujer.
—Entonces debería estar avergonzada de ir contando por ahí lo que no debe —le dijo mientras libraba su brazo de la garra de Deborah.
Fue hasta donde estaba Ruth y se dispuso a recoger sus compras.
—¡Sheriff Baines! —gritó Nick.
—¿Tienes algún problema, Nick? —le dijo el oficial, dándose la vuelta para mirarlo.
Volvió hacia la oficina de mala gana. Le gustaba Forbes Junction porque no había mucho trabajo, pero si surgía algo, era el mismo implacable hombre de ley que había sido siempre, a pesar de su edad. Se acercó a Nick, estaba seguro de que no era nada urgente.
—¿Te apetece desayunar?
—Bueno, lo miraré mientras come —le dijo él—. Pero es un poco tarde para desayunar, ¿no?
Llegaron hasta el hotel y esperaron a que un joven les abriera la puerta.
—Es que no me gusta comer lo que Hilda prepara para los prisioneros. La verdad es que perdí el apetito esta mañana cuando vi el plato de puré grisáceo y pan duro que le llevaba a Smokey.
Nick acompañó al sheriff hasta el comedor y colgó su sombrero en el perchero.
—¿Qué hace el viejo Smokey en la cárcel?
—Lo pillamos borracho, como de costumbre.
—¿Estaba peleándose otra vez? —le preguntó Nick mientras una camarera con delantal blanco les servía dos tazas de café.
Hailey Baines se encogió de hombros.
—No se ha peleado lo suficiente como para hacer daño a alguien, pero necesitaba un sitio para recuperarse.
La camarera llegó de nuevo con un plato de tortitas y huevos revueltos. Después lo miró a él.
—¿Va a desayunar también, señor Jonas?
—¿Cómo le han servido tan rápido?
—Lo vimos acercarse por la calle —le confío la camarera—. A estas horas del día, si sale de su oficina, el recepcionista nos lo dice y nos ponemos a cocinar su desayuno.
—Será mejor que tenga más cuidado, sheriff —le dijo Nick riendo—. No es bueno ser tan predecible.
—Tengo un horario muy complicado —contestó Hailey—. Y ellos intentan ayudarme un poco.
—Bueno, yo sólo tomaré un café, gracias —le dijo a la camarera—. No quiero entretenerme mucho, no puedo dejar a _______(tn) mucho tiempo.
—¿Ha venido contigo esta mañana?
—Sí, estos días no dejo que se aleje de mí más de dos pasos, pero está en la tienda con una lista de cosas que necesitamos. Le dije que se quedara allí hasta que fuera a buscarla.
—¿A la misma mujer a la que tuviste que ir a buscar a una taberna para casarte con ella? —preguntó el sheriff con incredulidad.
—Bueno, ha cambiado bastante. Sabe que es mejor que no vaya por ahí sola.
—¿Tienes problemas, Nick?
—Sí. Estuviste allí el día de la fiesta, cuando alguien intentó secuestrarla al lado de la casa…
Hailey Baines asintió.
—¿Ha pasado algo más?
—No, nada más desde entonces. Pero ya sabes que alguien le disparó el día de la boda.
El sheriff asintió de nuevo.
—Pero sería alguien cazando, ¿no?
—Eso quiere creer ________(tn), pero yo no estoy de acuerdo. Sobre todo después del accidente con el caballo.
—Demasiada coincidencia, ¿no?
—No estoy tranquilo a no ser que la tenga cerca y es muy difícil llevar así un rancho.
—¿Tienes alguna idea de quién puede estar detrás de ella y por qué?
—Al principio pensé que sólo eran bromas de mal gusto, que alguien quería que se marchase de vuelta a Kentucky. Pero cuando intentaron secuestrarla, me di cuenta de que era mucho más. Cualquiera que me conozca sabría que no iba a dejar que mi esposa se fuera, por muy asustada que estuviera.
—¿Y lo está?
—¿Que si está asustada? ¿________(tn)? No, asustada, no. Enfadada, bastante. Preferiría que estuviera asustada. Cree que el mordisco que le pegó a ese mequetrefe es bastante para que no se le vuelva a acercar.
—Bueno, tuvo mucha suerte —le dijo el sheriff levantándose—. ¿Te has terminado ya el café?
—Supongo que sí —repuso él mientras dejaba la taza medio llena en la mesa—. Sólo quería decirte que sigo preocupado con todo esto. Es como si esperara que pasara algo más en cualquier momento.
—¿Sabes si alguien ha contratado jornaleros de fuera? ¿Y tus empleados? ¿Los conoces bien?
—Llevo bastante tiempo con el mismo grupo de hombres. El más nuevo es Kane, pero ya lleva un año conmigo.
—¿Y Clyde Hopkins? ¿Ha contratado a alguien nuevo?
Nick lo miró y se encogió de hombros.
—Que yo sepa, no, pero la verdad es que no me he fijado demasiado.
—Así que no tienes nada que ofrecerme, Nick. Ninguna pista —comentó el sheriff—. Hasta luego, Molly —le dijo a la camarera.
—¿No pagas el desayuno? —preguntó él sacando la cartera.
—No, me pasan la futura una vez a la semana. Deja el dinero, Nick. Yo te invito al café. Es lo menos que puedo hacer después de todo lo que comí el otro día en tu casa.
—Bueno, será mejor que vaya a buscar a _________(tn). Quería hablar contigo porque pensé que a lo mejor habías oído algo por aquí, no sé.
—Me temo que no, pero seguiré con los ojos muy abiertos. Te lo diré si descubro cualquier cosa. Y si pasa algo, ya sabes dónde encontrarme.
Salieron del hotel y volvieron hacia el despacho del sheriff.
—Le doy vueltas y más vueltas y sigo sin entenderlo. ¿Quién podría querer hacerle daño?
—¿Está alguien enfadado por tu matrimonio con ella?
—No que yo sepa, excepto por Deborah Hopkins. Pero ella no se atrevería con algo así.
El sheriff lo miró con interés.
—No subestimes la rabia de una mujer despreciada.
Nick no podía creer lo que estaba oyendo.
—Bueno, sólo quería comentarlo. A lo mejor merece la pena pensar en ello —explicó Baines.
—Te dije que te quedaras en la tienda hablando con Ruth hasta que volviera —le dijo Nick enfadado, mientras la miraba de arriba abajo para comprobar que estaba bien.
—Ya te lo he dicho, Nick. Me cansé de esperar y salí para colocar los paquetes en el coche. Dejé lo más pesado en la tienda para que lo recogieras tú.
No pensaba decirle nada de Deborah, aún se sentía avergonzada de haberse enfrentado con ella como lo había hecho. Tuvo que salir para tranquilizarse. No podía estar en la tienda con Deborah allí.
—Bueno, pues no quiero verte sola por ahí —le dijo mientras la tomaba con dos fuertes manos por la cintura y la subía al coche de caballos.
—¡Por Dios, Nick! Puedo subirme sola sin que tengas que tratarme como a una niña —repuso ella mirando a su alrededor para asegurarse de que nadie lo había visto.
—No te pongas así por nada.
Nick desató las riendas que estaban atadas al poste y se acercó a ella.
—¿Es esto todo lo que has comprado? —le preguntó mientras señalaba las dos cajas que había subido al carro.
—Si has traído dos cajas llenas de comida, lo has traído todo —replicó ella de mala manera.
—Entonces, estamos listos —murmuró él subiéndose al carro y tirando de las riendas—. He visto a Deborah dentro de la tienda cuando entré a recoger las cajas. ¿Has hablado con ella? ¿Te ha dicho algo?
—Sí, hablamos —repuso _________(tn) mientras colocaba los paquetes que tenía a sus pies.
—¿Qué más has comprado?
—Algunas cosas para Theresa. Ha crecido mucho y le quedan pequeños los camisones. También necesitaba un vestido para los domingos y le he comprado un par de zapatos de piel para llevar con él.
—Bueno, vamos a pasar mucho tiempo en casa. Al menos hasta que todo se tranquilice, así que Tessie no va a necesitar ropa de domingo durante algún tiempo.
—Espero que no pretendas que no vayamos a la iglesia, sólo porque un idiota intentó…
—Ese idiota podría haberte subido a la silla sin problemas si no le hubieras mordido —le recordó él.
—No estoy dispuesta a que ese sinvergüenza me convierta en prisionera en mi propia casa.
—De acuerdo, ___(tuap) —dijo él con una sonrisa para intentar suavizar las cosas—. No discutamos por eso. Puedes ir a la iglesia si quieres, pero tendré que llevarte yo.
—¿Vas a ir a la iglesia?
—Sí, no soy un ateo, ni un bárbaro, ¿sabes?
—Bueno, eso sí que es un milagro —repuso ella con humor.
—¿Ya no estás enfadada?
—No estaba enfadada, sólo algo molesta contigo y tu manera de tratarme.
—¿Qué quieres decir?
—¡Mírate! Parece que crees que sólo porque eres mi marido puedes decirme qué hacer en todo momento.
Creía que iba a protestar, pero Nick no abrió la boca, así que decidió seguir.
—¿No se te ha ocurrido pensar que a lo mejor estás preocupado por nada? No he hecho otra cosa más que salir de la tienda, poner los paquetes en el carro y esperar allí a que vinieras. De la manera que actúas, parece que me acusas de andar buscando jaleo.
Nick puso los ojos en blanco.
—No puedo creer que seas tan inocente, ________(tn). Hay un hombre en algún sitio que tiene la intención de hacerte daño. Ya te ha intentado disparar y secuestrarte. Y eso sin contar el accidente del caballo. ¿Necesitas más razones? —le preguntó mientras la miraba con intensidad.
—No es eso. Es que creo que estoy bastante segura a las diez de la mañana y en medio del pueblo. Además, pensé que quizás sólo se trató de una broma que se les fue de las manos. ¿No hacen esas cosas por aquí? Ya sabes, como llevarse a la novia durante una hora o así…
—Las bromas son una cosa, ___(tuap), lo que te pasó a ti fue un intento de secuestro. No tiene nada que ver. Tienes que entender que, hasta que sepamos qué es lo que pasa, hay que tener cuidado.
—Pero no sé qué puede pasar a plena luz del día.
La miró de reojo. Tenía los labios apretados y parecía muy compungida.
Le rodeó la cintura con un brazo y la trajo más cerca de su cuerpo.
—Quítate el sombrero, ¨_______(tuap).
—¿Para qué? —preguntó ella con sorpresa.
—¿Es que tienes que cuestionar cada cosa que te pido? Hazlo, por favor.
__________(tn) suspiró, pero se desató la cinta bajo la barbilla y se quitó el sombrero.
—Ya está. ¿Contento?
—Bueno, ahora es mucho más fácil besarte y morderte el cuello, sin todas esas flores y lazos.
—¿Eso es lo que querías? ¿Besarme?
—Por supuesto —le dijo mientras se inclinaba para hacerlo.
Como si fuera la primera vez, saboreó la dulce frescura de su boca. Sólo había querido besarla para que los dos se olvidaran de la discusión, para estar más unidos, para disfrutar de ese momento un instante. Pero el aroma de esa mujer y su sabor lo habían seducido de nuevo y se encontró perdido en un beso que había comenzado de la manera más inocente.
—Sabes tan bien —murmuró mientras besaba su cuello—. Y cómo hueles…
—Debe de ser por el jabón que he usado esta mañana —repuso ella cerrando los ojos.
—No, no es eso. Creo que eres tú. Hueles así por todas partes…
—¿Sí? —preguntó ella riendo—. Me estás haciendo cosquillas. No, no… ¡Nick!
Dejó de mordisquear su cuello y se apartó de mala gana.
—Vaya, sabes cómo ofender a un hombre, __(tuap) —le dijo fingiendo enfado.
Se sentó derecho en su asiento. Parecía despreocupado, pero vigilaba atento a su alrededor.
________(tn) lo miró. Nick no se relajaba, vigilaba el camino con atención. Se mordió el labio inferior mientras pensaba en todo aquello.
—Estás preocupado de verdad, ¿no?
—Sólo necesito un poco de tiempo para descubrir qué está pasando, _____(tuap). Lo solucionaremos todo muy pronto, te lo prometo.
Deslizó su mano bajo el brazo de Nick y apretó sus fuertes músculos.
—Bueno, no voy a ponerme nerviosa. Sé que vas a cuidar de mí. Y prometo tener cuidado, de verdad. Haré lo que quieras.
—¿Sabes qué? He estado pensando… ¿Recuerdas lo que te dije la otra noche, sobre las cartas de tu padre?
Sus palabras atrajeron toda su atención. Deseaba poder leerlas más que nada en el mundo.
—¿Sabes dónde las guardaba?
—Claro, cariño. Están en una caja fuerte en su despacho.
—Entonces, ¿por qué no me las has dado aún?
—No lo sé, supongo que pensé en hacerlo cuando fuera el momento apropiado.
_________(tn) cerró satisfecha los ojos. Le encantaba saber que había estado en lo cierto al confiar en que Nick le decía la verdad. No pudo evitar pensar en su abuela.
Se acercó más a él en el asiento, apretando su fuerte brazo contra su pecho y apoyando en su hombro la mejilla. Nick la abrazó entonces.
—Cuando lleguemos a casa, ¿de acuerdo?
Se quedó callada un instante, después asintió lentamente con la cabeza.
—Sí, cuando lleguemos a casa.
El gran sillón de piel la rodeaba como un abrazo. Tenía las cartas sobre el regazo y le daban un extraño calor. Era casi como si él estuviera allí, podía sentir su presencia. Tocó la primera de las cartas y la abrió con cuidado. Se le llenaron los ojos de lágrimas al leer las primeras palabras.
Dobló la nota con dedos temblorosos y volvió a guardarla en el sobre. Se dio cuenta de que esa carta había esperado veinte años a que su destinataria la leyera por fin.
La segunda parecía más larga.
No podía creérselo, su padre creía que ella iba a volver, no lo entendía. A lo mejor su madre le mintió haciéndole creer que sólo estarían fuera un tiempo.
Guardó la carta sin poder contener las lágrimas y vio que había algo más en el sobre. Era el dibujo de un poni de pelo oscuro, un recuerdo que su padre le había enviado para que se acordara de su caballo favorito.
No podía ni imaginarse cuánto habría sufrido al ver que le impedían tener contacto con su hija.
Tomó las cartas en sus manos y las sujetó con fuerza contra su pecho.
—¡Papá…! —sollozó con todo el dolor de su corazón.
—_________(tn)…
Levantó la vista y se encontró con los ojos de Nick, que la miraba desde la puerta.
—____(tuap), tu padre no querría haberte visto llorar, sino que las leyeses por fin y te sintieras feliz.
—Pero es tan triste, Nick… ¿Por qué no me dijo nadie cuánto me quería?
Se acercó a ella y se puso de rodillas a su lado. Acarició con ternura su cara y ella se dejó querer, cerrando los ojos unos momentos.
Buscó uno de sus pañuelos bordados para secarse las lágrimas, pero Nick fue más rápido que ella y le ofreció el de tela roja que llevaba atado al cuello.
Ella se limpió la cara y se sonó la nariz.
—Gracias —le dijo con algo de timidez—. Te lo lavaré.
—No te preocupes, tengo más. Además, me da la impresión de que tienes más lágrimas en tu interior de las que puedes secar con esos diminutos pañuelos que usas —contestó Nick mientras la abrazaba—. Creo que será mejor que tengas algunos de los míos en el escritorio hasta que termines de leer las cartas.
Sonrió al escucharlo y lo besó en el cuello.
—Creo que ahora ya estaré bien —le susurró.
Miró las cartas de nuevo y sacó la segunda.
—Mira, Nick. Éste era mi poni… Creo que se llamaba Ranger —le dijo mientras sacaba el dibujo.
Nick lo miró con atención.
—Sí, a Sam se le daba bien dibujar. Se parece mucho. Este poni murió sólo hace cuatro años.
—¿En serio? Si hubiera vuelto antes, podría haberlo visto de nuevo —repuso con amargura—. ¿Cómo voy a poder perdonarlos algún día después de lo que me han hecho? Por eso se fueron antes de tiempo, ¿sabes? Tuve una discusión con mi abuela por culpa de las cartas…
—Ya me lo imaginé, cariño —le dijo Nick—. En cuanto a lo de perdonarlos, eso es algo que tienes que conseguir tú. Si te sirve de consuelo, creo que no eran conscientes de que te estaban haciendo tanto daño.
—Pero ella debería saberlo… Mi madre tenía que darse cuenta de hasta qué punto necesitaba…
Era demasiado difícil explicarlo con palabras.
—Bueno, seguiré después con las cartas.
Volvió a meterlas todas en el cinturón de piel que las había mantenido unidas durante años.
Nick abrió el último cajón de la mesa y sacó la caja de metal que había guardado ese secreto tanto tiempo. Levantó la tapa y ella dejó dentro su tesoro.
—Papá…
—Los abuelos se han ido.
—¿Qué creía? Creía que se iban a llevar a su nieta con ellos, ¿no? —repuso el hombre—. Eso me quitaría mucho trabajo.
—No seas tonto. No voy a conseguir quitármela de encima tan fácilmente. Sabe lo que tiene, casada con Nicholas Jonas y propietaria de medio rancho.
—¿Qué es lo que desea más? ¿A Jonas o su rancho? Parece que depende de mí para conseguirlo, ¿no? —le dijo mientras se aproximaba a la mujer—. Estoy deseando probar esta piel tan suave…—añadió acariciando su cara.
—¡No me toques! Conseguirás el dinero cuando cumplas tu parte.
—No quiero sólo dinero… Podría hacer que se lo pasara muy bien ahora mismo…
Ella sacudió la cabeza asqueada al oler su aliento cargado de whisky.
—Ni aquí, ni ahora —replicó con firmeza—. Tengo que irme antes de que me echen en falta.
—Bueno, pero no sé cuándo voy a poder hacerlo, Jonas vigila con atención a su esposa.
—Muy bien —asintió ella—. Estaré atenta y haré lo que pueda.
—________(tn) Jonas, no te había visto desde la fiesta en tu casa —le dijo Ruth Guismann desde el mostrador—. ¿Vienes a por víveres? Pensé que Nick ya había enviado a alguien el otro día.
Algunos se giraron para mirarla y no pudo evitar sonrojarse. Saludó a un par de mujeres con la cabeza y se acercó a Ruth.
—Necesito algunas cosas que a Nick se le olvidaron, como vainilla y sal. María estaba desesperándose en la cocina, así que le dije que me hiciera una lista —explicó mientras sacaba un papel del bolsito.
—Déjame ver —repuso Ruth revisando la lista—. Ahora te busco todo esto.
Le llamó la atención un rollo de tela que había sobre el mostrador.
—Bonito, ¿verdad? Llegó ayer en el tren desde San Luis.
Levantó el rollo y sacó un metro de tela. Era muy fina y delicada, con flores.
—Es ideal para hacerle un vestido a Tessie para la iglesia —le dijo—. Creo que me llevaré un poco.
—Muy bien, casi he terminado con la lista. Puedes darte una vuelta por la tienda mientras completo lo que necesitas. Acaban de llegar zapatos de niños. Me imagino que le quedaran ya pequeños a Theresa los que su madre le compró en otoño.
Se abrió la puerta de la tienda y, al girarse, vio que se trataba de Deborah Hopkins, que entraba entonces. Se acercó directamente a donde estaba ella.
—¡Vaya, es la novia! ¿Cómo se le ha ocurrido dejar sólo a Nick? ¿O lo tiene escondido en alguna parte? —le dijo mientras miraba detrás del mostrador.
—Hola, Deborah —replicó ella entre dientes—. Está bien saber que ya sale, me temía que no pudiera moverse después de todo lo que bailó en la fiesta —añadió sin poder contenerse.
—Admito que tuve que descansar después de la fiesta, bailé con todos los solteros de la zona. Le habría mandado alguno, pero estaba tan pegada a Nick… Sabe que no puede mantener a un hombre a su lado pegándose a él de esa manera, ¿no? Se necesita algo más.
—Nunca me habían acusado de algo así, Deborah. Al contrario de lo que piensa, las manos que sujetaban con fuerza no eran las mías. Parece que, estos días, Nick no soporta tenerme a más de dos pasos de distancia. Supongo que aprecia lo que tiene —dijo con gesto modesto, pero sin poder ocultar una sonrisa.
—El lío que formó con ese vaquero fue de lo más vergonzoso.
—¿Lío?
—Estoy segura de que Nick se sintió avergonzado con ese jaleo. Le haría sentirse un idiota ver que se iba con ese vaquero como lo hizo.
—¿Idiota? ¿Cree que se sintió idiota porque casi me secuestran? Me han dicho que estuvo de lo más heroico, llevándome en brazos hasta la casa como lo hizo y pendiente de mí.
Le parecía increíble que Deborah pudiera acusarla de haber querido irse con ese forajido.
—Hace años que lo conozco y nunca lo he visto pendiente de nadie —dijo Deborah como si dudara de sus palabras.
Intentó controlar su genio, pero no pudo.
—Claro que está pendiente de mí, después de todos somos recién casados. Podría contarle… —comentó mientras se cubría la boca con falso pudor—. Pero claro, plantada y sin novio como está, no creo que pudiera entender esas cosas.
La miró entonces con suspicacia y los ojos entrecerrados.
—¿O a lo mejor sí sabe de esas cosas? —preguntó maliciosamente—. ¡No, claro que no!
—Podría haber sido mío, ¿sabe?
—Bueno, seguro que usted habría podido ser suya, si Nick lo hubiera deseado, claro. Pero, según he oído, no estaba muy interesado. A lo mejor lo que usted le ofreció no consiguió tentarlo.
Ruth Guismann se acercó a las mujeres. Parecía estar disfrutando con la conversación.
—_________(tn), tengo todo listo. ¿Cuánta tela vas a necesitar para Theresa?
—Creo que con tres metros será suficiente —le dijo—. Y me llevo todo lo que pueda necesitar para hacerlo. Nick me dijo que comprara lo que quisiera. Es muy generoso, ¿sabes?
__________(tn) pasó al lado de Deborah para acercarse de nuevo al mostrador. La mujer le agarró el brazo y le clavó las uñas con crueldad.
Decidió que tenía que controlarse e intentar arreglar la situación, estaba segura de que a Nick no le agradaría saber lo que se habían dicho, pero se detuvo al oír la amenaza de Deborah.
—No has ganado la batalla hasta que tengas un hijo, ¬¬¬¬¬¬¬_________(tn). ¿Y si no llega nunca ese día?
Se sonrojó al instante. No podía creer que supiera tanto del testamento.
—¿Qué es lo que sabes tú de eso?
—Mi tía trabaja para el señor Hooper, el abogado —replicó la mujer.
—Entonces debería estar avergonzada de ir contando por ahí lo que no debe —le dijo mientras libraba su brazo de la garra de Deborah.
Fue hasta donde estaba Ruth y se dispuso a recoger sus compras.
—¡Sheriff Baines! —gritó Nick.
—¿Tienes algún problema, Nick? —le dijo el oficial, dándose la vuelta para mirarlo.
Volvió hacia la oficina de mala gana. Le gustaba Forbes Junction porque no había mucho trabajo, pero si surgía algo, era el mismo implacable hombre de ley que había sido siempre, a pesar de su edad. Se acercó a Nick, estaba seguro de que no era nada urgente.
—¿Te apetece desayunar?
—Bueno, lo miraré mientras come —le dijo él—. Pero es un poco tarde para desayunar, ¿no?
Llegaron hasta el hotel y esperaron a que un joven les abriera la puerta.
—Es que no me gusta comer lo que Hilda prepara para los prisioneros. La verdad es que perdí el apetito esta mañana cuando vi el plato de puré grisáceo y pan duro que le llevaba a Smokey.
Nick acompañó al sheriff hasta el comedor y colgó su sombrero en el perchero.
—¿Qué hace el viejo Smokey en la cárcel?
—Lo pillamos borracho, como de costumbre.
—¿Estaba peleándose otra vez? —le preguntó Nick mientras una camarera con delantal blanco les servía dos tazas de café.
Hailey Baines se encogió de hombros.
—No se ha peleado lo suficiente como para hacer daño a alguien, pero necesitaba un sitio para recuperarse.
La camarera llegó de nuevo con un plato de tortitas y huevos revueltos. Después lo miró a él.
—¿Va a desayunar también, señor Jonas?
—¿Cómo le han servido tan rápido?
—Lo vimos acercarse por la calle —le confío la camarera—. A estas horas del día, si sale de su oficina, el recepcionista nos lo dice y nos ponemos a cocinar su desayuno.
—Será mejor que tenga más cuidado, sheriff —le dijo Nick riendo—. No es bueno ser tan predecible.
—Tengo un horario muy complicado —contestó Hailey—. Y ellos intentan ayudarme un poco.
—Bueno, yo sólo tomaré un café, gracias —le dijo a la camarera—. No quiero entretenerme mucho, no puedo dejar a _______(tn) mucho tiempo.
—¿Ha venido contigo esta mañana?
—Sí, estos días no dejo que se aleje de mí más de dos pasos, pero está en la tienda con una lista de cosas que necesitamos. Le dije que se quedara allí hasta que fuera a buscarla.
—¿A la misma mujer a la que tuviste que ir a buscar a una taberna para casarte con ella? —preguntó el sheriff con incredulidad.
—Bueno, ha cambiado bastante. Sabe que es mejor que no vaya por ahí sola.
—¿Tienes problemas, Nick?
—Sí. Estuviste allí el día de la fiesta, cuando alguien intentó secuestrarla al lado de la casa…
Hailey Baines asintió.
—¿Ha pasado algo más?
—No, nada más desde entonces. Pero ya sabes que alguien le disparó el día de la boda.
El sheriff asintió de nuevo.
—Pero sería alguien cazando, ¿no?
—Eso quiere creer ________(tn), pero yo no estoy de acuerdo. Sobre todo después del accidente con el caballo.
—Demasiada coincidencia, ¿no?
—No estoy tranquilo a no ser que la tenga cerca y es muy difícil llevar así un rancho.
—¿Tienes alguna idea de quién puede estar detrás de ella y por qué?
—Al principio pensé que sólo eran bromas de mal gusto, que alguien quería que se marchase de vuelta a Kentucky. Pero cuando intentaron secuestrarla, me di cuenta de que era mucho más. Cualquiera que me conozca sabría que no iba a dejar que mi esposa se fuera, por muy asustada que estuviera.
—¿Y lo está?
—¿Que si está asustada? ¿________(tn)? No, asustada, no. Enfadada, bastante. Preferiría que estuviera asustada. Cree que el mordisco que le pegó a ese mequetrefe es bastante para que no se le vuelva a acercar.
—Bueno, tuvo mucha suerte —le dijo el sheriff levantándose—. ¿Te has terminado ya el café?
—Supongo que sí —repuso él mientras dejaba la taza medio llena en la mesa—. Sólo quería decirte que sigo preocupado con todo esto. Es como si esperara que pasara algo más en cualquier momento.
—¿Sabes si alguien ha contratado jornaleros de fuera? ¿Y tus empleados? ¿Los conoces bien?
—Llevo bastante tiempo con el mismo grupo de hombres. El más nuevo es Kane, pero ya lleva un año conmigo.
—¿Y Clyde Hopkins? ¿Ha contratado a alguien nuevo?
Nick lo miró y se encogió de hombros.
—Que yo sepa, no, pero la verdad es que no me he fijado demasiado.
—Así que no tienes nada que ofrecerme, Nick. Ninguna pista —comentó el sheriff—. Hasta luego, Molly —le dijo a la camarera.
—¿No pagas el desayuno? —preguntó él sacando la cartera.
—No, me pasan la futura una vez a la semana. Deja el dinero, Nick. Yo te invito al café. Es lo menos que puedo hacer después de todo lo que comí el otro día en tu casa.
—Bueno, será mejor que vaya a buscar a _________(tn). Quería hablar contigo porque pensé que a lo mejor habías oído algo por aquí, no sé.
—Me temo que no, pero seguiré con los ojos muy abiertos. Te lo diré si descubro cualquier cosa. Y si pasa algo, ya sabes dónde encontrarme.
Salieron del hotel y volvieron hacia el despacho del sheriff.
—Le doy vueltas y más vueltas y sigo sin entenderlo. ¿Quién podría querer hacerle daño?
—¿Está alguien enfadado por tu matrimonio con ella?
—No que yo sepa, excepto por Deborah Hopkins. Pero ella no se atrevería con algo así.
El sheriff lo miró con interés.
—No subestimes la rabia de una mujer despreciada.
Nick no podía creer lo que estaba oyendo.
—Bueno, sólo quería comentarlo. A lo mejor merece la pena pensar en ello —explicó Baines.
—Te dije que te quedaras en la tienda hablando con Ruth hasta que volviera —le dijo Nick enfadado, mientras la miraba de arriba abajo para comprobar que estaba bien.
—Ya te lo he dicho, Nick. Me cansé de esperar y salí para colocar los paquetes en el coche. Dejé lo más pesado en la tienda para que lo recogieras tú.
No pensaba decirle nada de Deborah, aún se sentía avergonzada de haberse enfrentado con ella como lo había hecho. Tuvo que salir para tranquilizarse. No podía estar en la tienda con Deborah allí.
—Bueno, pues no quiero verte sola por ahí —le dijo mientras la tomaba con dos fuertes manos por la cintura y la subía al coche de caballos.
—¡Por Dios, Nick! Puedo subirme sola sin que tengas que tratarme como a una niña —repuso ella mirando a su alrededor para asegurarse de que nadie lo había visto.
—No te pongas así por nada.
Nick desató las riendas que estaban atadas al poste y se acercó a ella.
—¿Es esto todo lo que has comprado? —le preguntó mientras señalaba las dos cajas que había subido al carro.
—Si has traído dos cajas llenas de comida, lo has traído todo —replicó ella de mala manera.
—Entonces, estamos listos —murmuró él subiéndose al carro y tirando de las riendas—. He visto a Deborah dentro de la tienda cuando entré a recoger las cajas. ¿Has hablado con ella? ¿Te ha dicho algo?
—Sí, hablamos —repuso _________(tn) mientras colocaba los paquetes que tenía a sus pies.
—¿Qué más has comprado?
—Algunas cosas para Theresa. Ha crecido mucho y le quedan pequeños los camisones. También necesitaba un vestido para los domingos y le he comprado un par de zapatos de piel para llevar con él.
—Bueno, vamos a pasar mucho tiempo en casa. Al menos hasta que todo se tranquilice, así que Tessie no va a necesitar ropa de domingo durante algún tiempo.
—Espero que no pretendas que no vayamos a la iglesia, sólo porque un idiota intentó…
—Ese idiota podría haberte subido a la silla sin problemas si no le hubieras mordido —le recordó él.
—No estoy dispuesta a que ese sinvergüenza me convierta en prisionera en mi propia casa.
—De acuerdo, ___(tuap) —dijo él con una sonrisa para intentar suavizar las cosas—. No discutamos por eso. Puedes ir a la iglesia si quieres, pero tendré que llevarte yo.
—¿Vas a ir a la iglesia?
—Sí, no soy un ateo, ni un bárbaro, ¿sabes?
—Bueno, eso sí que es un milagro —repuso ella con humor.
—¿Ya no estás enfadada?
—No estaba enfadada, sólo algo molesta contigo y tu manera de tratarme.
—¿Qué quieres decir?
—¡Mírate! Parece que crees que sólo porque eres mi marido puedes decirme qué hacer en todo momento.
Creía que iba a protestar, pero Nick no abrió la boca, así que decidió seguir.
—¿No se te ha ocurrido pensar que a lo mejor estás preocupado por nada? No he hecho otra cosa más que salir de la tienda, poner los paquetes en el carro y esperar allí a que vinieras. De la manera que actúas, parece que me acusas de andar buscando jaleo.
Nick puso los ojos en blanco.
—No puedo creer que seas tan inocente, ________(tn). Hay un hombre en algún sitio que tiene la intención de hacerte daño. Ya te ha intentado disparar y secuestrarte. Y eso sin contar el accidente del caballo. ¿Necesitas más razones? —le preguntó mientras la miraba con intensidad.
—No es eso. Es que creo que estoy bastante segura a las diez de la mañana y en medio del pueblo. Además, pensé que quizás sólo se trató de una broma que se les fue de las manos. ¿No hacen esas cosas por aquí? Ya sabes, como llevarse a la novia durante una hora o así…
—Las bromas son una cosa, ___(tuap), lo que te pasó a ti fue un intento de secuestro. No tiene nada que ver. Tienes que entender que, hasta que sepamos qué es lo que pasa, hay que tener cuidado.
—Pero no sé qué puede pasar a plena luz del día.
La miró de reojo. Tenía los labios apretados y parecía muy compungida.
Le rodeó la cintura con un brazo y la trajo más cerca de su cuerpo.
—Quítate el sombrero, ¨_______(tuap).
—¿Para qué? —preguntó ella con sorpresa.
—¿Es que tienes que cuestionar cada cosa que te pido? Hazlo, por favor.
__________(tn) suspiró, pero se desató la cinta bajo la barbilla y se quitó el sombrero.
—Ya está. ¿Contento?
—Bueno, ahora es mucho más fácil besarte y morderte el cuello, sin todas esas flores y lazos.
—¿Eso es lo que querías? ¿Besarme?
—Por supuesto —le dijo mientras se inclinaba para hacerlo.
Como si fuera la primera vez, saboreó la dulce frescura de su boca. Sólo había querido besarla para que los dos se olvidaran de la discusión, para estar más unidos, para disfrutar de ese momento un instante. Pero el aroma de esa mujer y su sabor lo habían seducido de nuevo y se encontró perdido en un beso que había comenzado de la manera más inocente.
—Sabes tan bien —murmuró mientras besaba su cuello—. Y cómo hueles…
—Debe de ser por el jabón que he usado esta mañana —repuso ella cerrando los ojos.
—No, no es eso. Creo que eres tú. Hueles así por todas partes…
—¿Sí? —preguntó ella riendo—. Me estás haciendo cosquillas. No, no… ¡Nick!
Dejó de mordisquear su cuello y se apartó de mala gana.
—Vaya, sabes cómo ofender a un hombre, __(tuap) —le dijo fingiendo enfado.
Se sentó derecho en su asiento. Parecía despreocupado, pero vigilaba atento a su alrededor.
________(tn) lo miró. Nick no se relajaba, vigilaba el camino con atención. Se mordió el labio inferior mientras pensaba en todo aquello.
—Estás preocupado de verdad, ¿no?
—Sólo necesito un poco de tiempo para descubrir qué está pasando, _____(tuap). Lo solucionaremos todo muy pronto, te lo prometo.
Deslizó su mano bajo el brazo de Nick y apretó sus fuertes músculos.
—Bueno, no voy a ponerme nerviosa. Sé que vas a cuidar de mí. Y prometo tener cuidado, de verdad. Haré lo que quieras.
—¿Sabes qué? He estado pensando… ¿Recuerdas lo que te dije la otra noche, sobre las cartas de tu padre?
Sus palabras atrajeron toda su atención. Deseaba poder leerlas más que nada en el mundo.
—¿Sabes dónde las guardaba?
—Claro, cariño. Están en una caja fuerte en su despacho.
—Entonces, ¿por qué no me las has dado aún?
—No lo sé, supongo que pensé en hacerlo cuando fuera el momento apropiado.
_________(tn) cerró satisfecha los ojos. Le encantaba saber que había estado en lo cierto al confiar en que Nick le decía la verdad. No pudo evitar pensar en su abuela.
Se acercó más a él en el asiento, apretando su fuerte brazo contra su pecho y apoyando en su hombro la mejilla. Nick la abrazó entonces.
—Cuando lleguemos a casa, ¿de acuerdo?
Se quedó callada un instante, después asintió lentamente con la cabeza.
—Sí, cuando lleguemos a casa.
El gran sillón de piel la rodeaba como un abrazo. Tenía las cartas sobre el regazo y le daban un extraño calor. Era casi como si él estuviera allí, podía sentir su presencia. Tocó la primera de las cartas y la abrió con cuidado. Se le llenaron los ojos de lágrimas al leer las primeras palabras.
Mi querida hija, rezo para que tu madre te lea esto. Tengo la esperanza de que recuerdes siempre que tu padre te quiere y te echa de menos cada día.
Te envío besos y abrazos, tu padre
.Te envío besos y abrazos, tu padre
Dobló la nota con dedos temblorosos y volvió a guardarla en el sobre. Se dio cuenta de que esa carta había esperado veinte años a que su destinataria la leyera por fin.
La segunda parecía más larga.
Mi querida hija, los caballos se han ido ya hacia el norte para no sufrir el calor del verano en esta parte de Arizona. He enviado también tu poni, no hay aquí nadie ya para montarlo. Estará esperándote hasta que vuelvas. María te envía todo su cariño y reza todos los días por ti. Espero que disfrutes visitando a tus abuelos.
Te quiero mucho, papá
.Te quiero mucho, papá
No podía creérselo, su padre creía que ella iba a volver, no lo entendía. A lo mejor su madre le mintió haciéndole creer que sólo estarían fuera un tiempo.
Guardó la carta sin poder contener las lágrimas y vio que había algo más en el sobre. Era el dibujo de un poni de pelo oscuro, un recuerdo que su padre le había enviado para que se acordara de su caballo favorito.
No podía ni imaginarse cuánto habría sufrido al ver que le impedían tener contacto con su hija.
Tomó las cartas en sus manos y las sujetó con fuerza contra su pecho.
—¡Papá…! —sollozó con todo el dolor de su corazón.
—_________(tn)…
Levantó la vista y se encontró con los ojos de Nick, que la miraba desde la puerta.
—____(tuap), tu padre no querría haberte visto llorar, sino que las leyeses por fin y te sintieras feliz.
—Pero es tan triste, Nick… ¿Por qué no me dijo nadie cuánto me quería?
Se acercó a ella y se puso de rodillas a su lado. Acarició con ternura su cara y ella se dejó querer, cerrando los ojos unos momentos.
Buscó uno de sus pañuelos bordados para secarse las lágrimas, pero Nick fue más rápido que ella y le ofreció el de tela roja que llevaba atado al cuello.
Ella se limpió la cara y se sonó la nariz.
—Gracias —le dijo con algo de timidez—. Te lo lavaré.
—No te preocupes, tengo más. Además, me da la impresión de que tienes más lágrimas en tu interior de las que puedes secar con esos diminutos pañuelos que usas —contestó Nick mientras la abrazaba—. Creo que será mejor que tengas algunos de los míos en el escritorio hasta que termines de leer las cartas.
Sonrió al escucharlo y lo besó en el cuello.
—Creo que ahora ya estaré bien —le susurró.
Miró las cartas de nuevo y sacó la segunda.
—Mira, Nick. Éste era mi poni… Creo que se llamaba Ranger —le dijo mientras sacaba el dibujo.
Nick lo miró con atención.
—Sí, a Sam se le daba bien dibujar. Se parece mucho. Este poni murió sólo hace cuatro años.
—¿En serio? Si hubiera vuelto antes, podría haberlo visto de nuevo —repuso con amargura—. ¿Cómo voy a poder perdonarlos algún día después de lo que me han hecho? Por eso se fueron antes de tiempo, ¿sabes? Tuve una discusión con mi abuela por culpa de las cartas…
—Ya me lo imaginé, cariño —le dijo Nick—. En cuanto a lo de perdonarlos, eso es algo que tienes que conseguir tú. Si te sirve de consuelo, creo que no eran conscientes de que te estaban haciendo tanto daño.
—Pero ella debería saberlo… Mi madre tenía que darse cuenta de hasta qué punto necesitaba…
Era demasiado difícil explicarlo con palabras.
—Bueno, seguiré después con las cartas.
Volvió a meterlas todas en el cinturón de piel que las había mantenido unidas durante años.
Nick abrió el último cajón de la mesa y sacó la caja de metal que había guardado ese secreto tanto tiempo. Levantó la tapa y ella dejó dentro su tesoro.
—Papá…
—Los abuelos se han ido.
—¿Qué creía? Creía que se iban a llevar a su nieta con ellos, ¿no? —repuso el hombre—. Eso me quitaría mucho trabajo.
—No seas tonto. No voy a conseguir quitármela de encima tan fácilmente. Sabe lo que tiene, casada con Nicholas Jonas y propietaria de medio rancho.
—¿Qué es lo que desea más? ¿A Jonas o su rancho? Parece que depende de mí para conseguirlo, ¿no? —le dijo mientras se aproximaba a la mujer—. Estoy deseando probar esta piel tan suave…—añadió acariciando su cara.
—¡No me toques! Conseguirás el dinero cuando cumplas tu parte.
—No quiero sólo dinero… Podría hacer que se lo pasara muy bien ahora mismo…
Ella sacudió la cabeza asqueada al oler su aliento cargado de whisky.
—Ni aquí, ni ahora —replicó con firmeza—. Tengo que irme antes de que me echen en falta.
—Bueno, pero no sé cuándo voy a poder hacerlo, Jonas vigila con atención a su esposa.
—Muy bien —asintió ella—. Estaré atenta y haré lo que pueda.
maru!!
Re: "Obligados a Casarse" (Nick y tu) Adaptación.
bueno cumpli con mi palabra subi dos cap
mañana no se si voy a poder subir cap lo voy a intentar lo prometo
COMENTEN!!
byebye
Las quiero :D
mañana no se si voy a poder subir cap lo voy a intentar lo prometo
COMENTEN!!
byebye
Las quiero :D
maru!!
Re: "Obligados a Casarse" (Nick y tu) Adaptación.
ahhhhhhhhhhhhhhhh estoy segura que es la olivia la estupida que ha mandad a hcerme todas esa cosaaa
claro como ella no logro estar con nick ahora no los quiere quitarrrrr
:¬¬: :enfadado:
peroooo no lo va a lograr esa mujerrrrrrrrrrrrrrrr
espero sigassssssssssssss rapidoooooooooooooo
claro como ella no logro estar con nick ahora no los quiere quitarrrrr
:¬¬: :enfadado:
peroooo no lo va a lograr esa mujerrrrrrrrrrrrrrrr
espero sigassssssssssssss rapidoooooooooooooo
ivana-ilove
Re: "Obligados a Casarse" (Nick y tu) Adaptación.
obvio no lo va a lograr!! :caliente:
nick me ama! y nada ni nadie nos va a separar!!!!
xD SIGUELAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA
AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA
AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA
AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA
nick me ama! y nada ni nadie nos va a separar!!!!
xD SIGUELAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA
AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA
AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA
AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA
Amy d' jonas <3
Re: "Obligados a Casarse" (Nick y tu) Adaptación.
perdon por no haber subido cap ayer pero me dolia la cabeza y me fui sin pasar cap, hoy estube igual pero ahora ya estoy mejor en la noche les subo cap
las quiero byebye! :D
las quiero byebye! :D
maru!!
Re: "Obligados a Casarse" (Nick y tu) Adaptación.
me alegro que estes mejor :) ... espero el cap para esta noche :D
eli_jonatika
Re: "Obligados a Casarse" (Nick y tu) Adaptación.
AHOOORAAA PORFAVOOOR MAS TARDE TENDRE Q VOLVER A ESTUDIAR CATEDRA Y NO PODRE LEER EL CAAP :( PLIS NOW!!
Amy d' jonas <3
Re: "Obligados a Casarse" (Nick y tu) Adaptación.
ok ya subo un pedaso del cap esperenme
pregunta no...
Amy que es eso de catedra?? :D
pregunta no...
Amy que es eso de catedra?? :D
maru!!
Re: "Obligados a Casarse" (Nick y tu) Adaptación.
una materia xD catedra bolivariana es como historia universal pero mas q todo sobre sim bolivar y bla bla..no t dan eso? no creo q no jaja
Amy d' jonas <3
Re: "Obligados a Casarse" (Nick y tu) Adaptación.
ehh no... historia si pero historia universal no :D
ya estoy editando cap esperenme un poquito! :)
ya estoy editando cap esperenme un poquito! :)
maru!!
Re: "Obligados a Casarse" (Nick y tu) Adaptación.
Capitulo 17
—¿Podemos ir hoy a montar? —le pidió Tessie—. Ya he terminado toda la comida.
—Escucha, preciosa —repuso Nick—. Aún tienes deberes que terminar.
—No, hoy no. La señorita Olivia ha dicho que me merezco un descanso porque me he estado portando muy bien.
—¿De verdad? —preguntó Nick mientras miraba a la mujer—. ¿Olivia?
—Si no le importa —repuso la maestra—. Después de todo, si Theresa estuviese en una escuela, ni siquiera tendría que estudiar durante estos meses de verano.
Se quedó mirando a la mujer.
—¿Quiere usted tomarse también unas vacaciones, Olivia? No lo había pensado, pero quizás tenga familia o amigos a los que quiere ir a visitar.
—No, señor Jonas. No tengo a nadie. Mi familia está en el este y no estamos muy unidos.
—Bueno, si cambia de opinión, dígamelo. En cuanto a Tessie, creo que no debería estar estudiando muchas horas durante el verano, es verdad. De todos modos, tiene que pasar más tiempo con su hermana y _________(tn) está deseando enseñarle sus libros.
—Lo que de verdad me gustaría hacer es dar un largo paseo a caballo con ella —intervino ________(tn)—. Estoy cansada de estar todo el día en la casa, Nick.
—__(tuap), sabes que tenemos que tener cuidado —repuso él.
—Deja de darme reprimendas como si fuera una niña pequeña, lo que estoy esperando es que se te ocurra que quizás podríamos salir todos juntos, una excursión familiar.
—¿Una excursión familiar? —repitió él con el ceño fruncido.
Negó con la cabeza de inmediato.
—Dices que no sin ni siquiera pensar en ello.
—Esto es un rancho, ________(tn), y lo llevo yo. Tengo que encargarme de que todo funcione y de que se hagan las cosas como quiero, de otro modo, no salimos adelante. No tengo tiempo para excursiones familiares y tampoco para discutir contigo esta mañana. Además, me prometiste el otro día que harías lo que te pidiera.
—Sabía que ibas a sacar el tema —replicó ________(tn)—. Sé que tienes mucho que hacer, Nick, muchas responsabilidades. Es una pena que Tessie y yo no seamos una de ellas. Eso es todo.
—¡Eso es injusto! Estoy todo el día pendiente de ti, por si no te has dado cuenta. A Tessie no la he oído quejarse aún. Y, esta semana, ya te he dedicado un día entero.
—¿Cuándo? —repuso ella—. ¿Hablas del día que fuimos al pueblo? Tú pensabas ir de todos modos.
Olivia los miraba con interés mientras discutían. Aprovechó un silencio para ponerse en pie.
—Bueno, yo voy a retirarme a mi cuarto, si no les importa —les dijo en voz baja.
—Mira lo que has hecho —lo acusó _______(tn) mirando a la joven—. Has conseguido echarla.
—¿Yo?
Theresa también estaba pendiente de ellos y se le llenaron los ojos de lágrimas.
—Yo… Yo no quería ir a montar, de todos modos —les dijo con tristeza—. Vamos, ___(tuap). ¿Por qué no leemos o algo así? Supongo que Nick tiene mucho trabajo…
Viendo la situación, echó la cabeza hacia atrás y respiró profundamente antes de hablar.
—Vamos a ver, chicas. ¿Por qué no hacemos un trato? Haré lo que tengo que hacer esta mañana y después de comer saldremos los tres juntos hasta el arroyo de los pastos del norte.
—¡Nicholas! ¡Te quiero tanto! —exclamó la niña con alegría, echándose a sus brazos.
—_______(tn), ¿no vas a mostrarte tan agradecida como tu hermana? No me importaría que tú también me dieras un beso —le dijo para intentar hacer las paces con ella.
—Es una idea maravillosa, Nick —contestó _______(tn).
—Ahora tienes que darle un beso —intervino Tessie.
—Sí, ahora tienes que darme un beso —repitió él con una sonrisa divertida.
Estaba claro que no iba a ponérselo fácil. Se acercó a ella y la tomó en sus brazos, besándola antes de que tuviera tiempo de protestar.
________(tn) intentó murmurar algo, pero sus palabras quedaron ahogadas en un beso que consiguió derretirla. Aceptó la disculpa de Nick.
—________(tn)… —susurró él—. Creo que soy el hombre con más suerte. Tengo entre mis brazos a la mejor mujer del estado. Y además a la mejor hermanita que nadie pudiera tener —añadió sonriendo a Tessie.
Ella se apartó de él. Sabía que estaba ruborizada, podía notarlo.
—Vete ahora, Nick. Te veremos a la hora de la comida, ¿verdad, Tessie?
—Sí, te estaremos esperando, Nicholas.
—Jefe, no quiero acusar a nadie, pero creo que debería hacer algo con el último jornalero que ha contratado —le dijo Claude acercándose a él en los establos.
nick lo miró con el ceño fruncido.
—¿Hablas de Kane?
—Sí, así es. Creo que se está escaqueando y no hace bien su trabajo.
—Está en el norte con el ganado —repuso Nick—. ¿Cómo sabes lo que hace o deja de hacer?
—Ese es el problema. Tucker lo vio en el pueblo el otro día. Kane intentó excusarse, pero Tucker dice que se comportaba de manera extraña, como si estuviese ocultando algo. Hasta intentó convencerlo de que no le dijera a nadie que le había visto.
—Vaya, vaya… —murmuró entre dientes—. ¿Qué crees que se trae entre manos, Claude? ¿Y quién diablos hace su trabajo mientras él está de juerga en el pueblo?
Claude se encogió de hombros. Después lo miró como si se le acabara de ocurrir algo.
—A lo mejor había ido al pueblo a visitar a una de las mujeres del… —dijo mirando a su alrededor—. Bueno, ya sabe de lo que hablo —añadió entre risas.
—Si está tan desesperado, debería pedir que lo sustituyéramos en los pastos. No puedo permitirme tener un trabajador que no asume sus responsabilidades y se va sin más.
—El problema es que parece que no es la primera vez que lo hace.
—¿Has estado ocultándome esto, Claude? —le preguntó irritado.
—No, pero la otra vez me ocupé yo mismo del asunto, jefe. Ahora, al ver que volvía a escaquearse, pensé que era mejor hacérselo saber.
—¡Justo lo que me faltaba! Ya andamos cortos de jornaleros y ahora esto…
—¿Va a ir a verlo y a hablar con él, jefe?
—No, no tengo tiempo, al menos no hoy. Le prometí a ________(tn) y Tessie que las llevaría de paseo, así que será mejor que dejemos de charlar y nos pongamos a trabajar. Ya voy con retraso.
—¿Van a ir a bañarse al arroyo?
—No sé si conseguiré que la señorita _________(tn) se meta en el agua, pero a Tessie le va a encantar pasar el día fuera y poder quitarse los zapatos. Las dos están hartas de estar metidas en casa.
—Bueno, tiene un día muy ocupado. ¿Quiere que le ayude con los potros?
—Claro —repuso él agradecido, mientras observaba a las jóvenes yeguas.
—Son unos magníficos animales —comentó Claude.
—¿Son difíciles?
—No, pero no les gusta que los monte cualquiera. Les he puesto las mantas y las sillas para que se acostumbren. Earl montó a una ayer. Se lo dije a él porque pesa poco y esa yegua lo lanzó por los aires —le contó Claude riendo.
—¿Qué te parece si las apareamos con nuestro semental a ver qué sale?
—Estoy seguro de que ha estado pensando en ello desde que llegaron, ¿verdad?
Nick se encogió de hombros.
—No sé… Creo que sería interesante ver cómo son las crías de estas dos razas.
—Supongo que no estaría mal tener caballos con las patas más largas. Correrían más y tardaríamos menos tiempo en llegar a los sitios.
—Muy bien, de momento hay que domar a estas yeguas —le dijo Nick—. Por cierto, la semana que viene vendrá un ranchero de Fénix, quiere ver lo que tenemos. Hay que traer un par de caballos de los pastos del norte, creo que van a interesarle.
—Vamos a ponernos manos a la obra, entonces, no queremos que sus mujeres tengan que esperar por usted, ¿verdad?
El arroyo estaba bastante lleno para esa época del año. Tessie estaba de pie en el agua, mojada casi hasta las rodillas. Había enrollado sus pantalones vaqueros todo lo posible. Recordó lo que la niña le había dicho de ellos la primera vez que se los puso en su presencia.
—Mi papá me compró estos pantalones de niño —le había explicado a _________(tn) con orgullo.
—Me alegra que recuerdes tantas cosas de tu padre, cariño.
—También era tu papá, ___(tuap). ¿No tienes recuerdos de él?
—Muy pocos, Tessie. Muy pocos —le había contestado ella con pesar.
La niña la había mirado entonces con tristeza.
—Lo siento, ___(tuap). A veces le echo mucho de menos. Y también a mi mamá. Pero después recuerdo todas las cosas bonitas, como cuando me llevaba en brazos y bromeaba conmigo.
No pudo evitar sonreír al recordar ese día y el abrazo cariñoso que le había dado su hermana. Estaba feliz con ella y contenta de haber podido ganarse su corazón.
Miró a Nick. Estaba tumbado en el césped, bajo unos árboles que había en la orilla. Vio que estaba ya medio dormido. Dobló las piernas y apoyó la cara en las rodillas. Un día así era justo lo que había estado necesitando. Se quedó contemplando a Nick. Había una ligera y agradable brisa. La hierba entre sus pies estaba casi seca, por eso era tan importante llevarse los caballos al norte en verano.
Nick se movió y lo observó mientras se estiraba.
«Nunca me canso de mirarlo. Ha sido así desde que llegué y más aún después de casarnos… Me da la impresión de que lo conozco de toda la vida», pensó ella con una sonrisa en la boca.
Él abrió entonces los ojos y la vio.
—¿De qué te ríes, ___(tuap)? —le preguntó aún medio dormido.
A pesar de haber estado casi dormido, podía sentir la atención de ________(Tn) en él. Su mirada le daba calor y le transmitía mil emociones. Era algo que no dejaba de fascinarle. Era capaz de percibir que acababa de entrar en la habitación donde estaba él aun antes de levantar la mirada. Quizás fuera por su aroma, que había aprendido a identificar, o por el ruido de sus faldas.
«Sea como sea, el caso es que esta mujer me ha robado el corazón», pensó él.
—No me reía de nada. Sólo estaba disfrutando de la tarde —repuso ella.
________(tn) no estaba dispuesta a admitir que había estado admirando su cuerpo mientras dormía. Pero así había sido. Nick Jonas era el tipo de hombre con el que soñaban las mujeres. Lo cierto era que no le sorprendía que Deborah estuviera tan furiosa al haberlo perdido. Y seguro que había muchas más. No le extrañaría que hubiera roto muchos corazones por allí.
Nick cerró los ojos y se durmió de nuevo. La brisa movió un mechón sobre su frente y le dieron ganas de apartárselo, pero se contuvo. La verdad era que necesitaba descansar, recordó la noche anterior y el hecho de que no había podido dormir demasiado. No pudo evitar sonreír de nuevo.
—¿Y ahora por qué sonríes? —le preguntó él abriendo sólo un ojo—. Tienes un gesto muy pícaro.
—No, no…—mintió ella—. Sólo estaba pensando en que necesitas la siesta, como eres tan viejo…
Se acercó más a él sobre la hierba. Levantó la cabeza de Nick y la colocó en su regazo.
—Bueno, alguien me mantuvo despierto hasta tarde —le dijo él con media sonrisa—. Una mujer me estuvo molestando hasta más de medianoche y como soy tan viejo…
Dejó entonces que los dedos apartaran el mechón que caía sobre su frente.
—No mientas, Jonas —replicó ella—. Yo era la que quería dormir y tú… Tú estuviste… Ya sabes.
—¿Yo estuve qué, __(tuap)? Todo lo que hice fue…
—¿De qué estáis hablando? —preguntó Tessie desde el río—. ¿Ya os estáis peleando otra vez?
—No —repuso Nick—. Sólo estoy bromeando con tu hermana, Tessie. Creo que necesita meterse en el río para que se le bajen un poco los humos.
—¿Puede meterse conmigo?
—Claro. Hasta le ayudaré a quitarse las botas —se ofreció Nick.
Se incorporó y le estiró las piernas. Le quitó las botas y se quedó después parado.
—¡Estos son mis calcetines! —exclamó fingiendo enfado.
—Sólo los he tomado prestados. Mis medias son largas y demasiado calientes para este clima.
—Parece que has estado robándome ropa sin que me enterara. ¿Qué más llevas puesto?
Tiró con fuerza de ella por un pie hasta arrastrarla sobre la hierba.
—¡No dejes que te haga eso, ___(tuap)! —gritó Tessie entre risas.
—¡Suéltame, Jonas! No llevo nada más puesto que sea tuyo. No me vale nada más —le dijo mientras intentaba soltarse—. Te crees muy duro, ¿no?
—Bueno, algo más duro que una damisela de ciudad con calcetines de hombre…—bromeó él.
—¡Hace mucho que dejé de ser una damisela de ciudad y lo sabes muy bien, vaquero feo y sucio!
—¡Hazle cosquillas, ________(tn)! —le aconsejó la niña desde el agua.
—¡Eso no es justo! —protestó Nick al ver que _______(tn) se ponía de rodillas y atacaba sus costillas con los dedos—. De acuerdo, de acuerdo. Me rindo —agregó soltando su tobillo—. Pero no has jugado de forma justa.
________(tn) corrió al río y se metió sin importarle empaparse. Se levantó un poco la falda de piel y comenzó a salpicar a Nick mientras reía sin parar.
Nick no podía dejar de mirarla. Era bella como un cuadro. Su pelo se había soltado de la trenza y brillaba bajo el sol de la tarde. El corazón comenzó a latirle con fuerza en el pecho.
Ella vio cómo la observaba.
—¿Por qué me miras así, Nick? —le preguntó desde allí.
Fue hacia la orilla y su hermana la ayudó a salir.
Nick se acercó, la tomó por la cintura y la sacó con facilidad del agua.
—Tessie, ¿puedes salir sola?
—Sí. Nicholas, creo que deberíamos comprarle pantalones a _______(tn) para que no tenga que sujetarse la falda todo el tiempo cuando está en el agua.
—Según la abuela de tu hermana, las damas no llevan pantalones.
—¡Pero ___(tuap) no es una dama! ___(tuap) es ____(tuap) —protestó la pequeña.
—¿Has oído eso? —le preguntó a _______(tn)—. No eres una dama. Tu hermana acaba de decirlo.
Ella le hizo una mueca de desagrado y lo miró a los ojos.
—¿Eso crees tú también? Entonces, ¿qué es lo que soy?
La miró de arriba abajo. La blusa estaba un poco abierta en el cuello y podía entrever la curva de sus pechos. Toda ella era una tentación. Suspiró con fuerza antes de hablar.
—Bueno, señorita _______(tn). Creo que eres toda una mujer —le dijo con admiración.
—No puedo seguir viniendo cada dos por tres para verla. No tiene por qué vigilarme.
—¿Cuándo piensas hacer algo? ¿O es que tengo que buscarme a otra persona? —preguntó la mujer.
—No, sólo necesito asegurarme de que todo saldrá bien y de que recibo después mi recompensa.
—¿Qué quieres? ¿Un adelanto? —le dijo ella acercándose a donde estaba escondido el hombre bajo un árbol.
Colocó las manos en sus hombros y lo besó en los labios. Aquello despertó el interés del individuo, que la abrazó sin piedad para hacerla suya.
—No se mueva, mujer —gruñó él—. Me debe esto. Lleva semanas tentándome y sólo me estoy cobrando un par de besos, pero espero que haya más después. Además del dinero, claro.
—Sólo un beso —asintió ella sin poder zafarse de él—. Pero sé rápido, cualquiera podría vernos aquí fuera.
—Lo que daría porque fuera de noche.
—Pues no lo es, idiota. Estamos a plena luz del día. Vuelve a tu sitio y no quiero volver a verte hasta que te hayas encargado de todo. Estoy cansada de esperar.
—Yo también, yo también —repuso él ajustándose los pantalones.
espero q les guste el cap
mañana la sigo
COMENTEN!!
byebye
Las quiero
:D
—¿Podemos ir hoy a montar? —le pidió Tessie—. Ya he terminado toda la comida.
—Escucha, preciosa —repuso Nick—. Aún tienes deberes que terminar.
—No, hoy no. La señorita Olivia ha dicho que me merezco un descanso porque me he estado portando muy bien.
—¿De verdad? —preguntó Nick mientras miraba a la mujer—. ¿Olivia?
—Si no le importa —repuso la maestra—. Después de todo, si Theresa estuviese en una escuela, ni siquiera tendría que estudiar durante estos meses de verano.
Se quedó mirando a la mujer.
—¿Quiere usted tomarse también unas vacaciones, Olivia? No lo había pensado, pero quizás tenga familia o amigos a los que quiere ir a visitar.
—No, señor Jonas. No tengo a nadie. Mi familia está en el este y no estamos muy unidos.
—Bueno, si cambia de opinión, dígamelo. En cuanto a Tessie, creo que no debería estar estudiando muchas horas durante el verano, es verdad. De todos modos, tiene que pasar más tiempo con su hermana y _________(tn) está deseando enseñarle sus libros.
—Lo que de verdad me gustaría hacer es dar un largo paseo a caballo con ella —intervino ________(tn)—. Estoy cansada de estar todo el día en la casa, Nick.
—__(tuap), sabes que tenemos que tener cuidado —repuso él.
—Deja de darme reprimendas como si fuera una niña pequeña, lo que estoy esperando es que se te ocurra que quizás podríamos salir todos juntos, una excursión familiar.
—¿Una excursión familiar? —repitió él con el ceño fruncido.
Negó con la cabeza de inmediato.
—Dices que no sin ni siquiera pensar en ello.
—Esto es un rancho, ________(tn), y lo llevo yo. Tengo que encargarme de que todo funcione y de que se hagan las cosas como quiero, de otro modo, no salimos adelante. No tengo tiempo para excursiones familiares y tampoco para discutir contigo esta mañana. Además, me prometiste el otro día que harías lo que te pidiera.
—Sabía que ibas a sacar el tema —replicó ________(tn)—. Sé que tienes mucho que hacer, Nick, muchas responsabilidades. Es una pena que Tessie y yo no seamos una de ellas. Eso es todo.
—¡Eso es injusto! Estoy todo el día pendiente de ti, por si no te has dado cuenta. A Tessie no la he oído quejarse aún. Y, esta semana, ya te he dedicado un día entero.
—¿Cuándo? —repuso ella—. ¿Hablas del día que fuimos al pueblo? Tú pensabas ir de todos modos.
Olivia los miraba con interés mientras discutían. Aprovechó un silencio para ponerse en pie.
—Bueno, yo voy a retirarme a mi cuarto, si no les importa —les dijo en voz baja.
—Mira lo que has hecho —lo acusó _______(tn) mirando a la joven—. Has conseguido echarla.
—¿Yo?
Theresa también estaba pendiente de ellos y se le llenaron los ojos de lágrimas.
—Yo… Yo no quería ir a montar, de todos modos —les dijo con tristeza—. Vamos, ___(tuap). ¿Por qué no leemos o algo así? Supongo que Nick tiene mucho trabajo…
Viendo la situación, echó la cabeza hacia atrás y respiró profundamente antes de hablar.
—Vamos a ver, chicas. ¿Por qué no hacemos un trato? Haré lo que tengo que hacer esta mañana y después de comer saldremos los tres juntos hasta el arroyo de los pastos del norte.
—¡Nicholas! ¡Te quiero tanto! —exclamó la niña con alegría, echándose a sus brazos.
—_______(tn), ¿no vas a mostrarte tan agradecida como tu hermana? No me importaría que tú también me dieras un beso —le dijo para intentar hacer las paces con ella.
—Es una idea maravillosa, Nick —contestó _______(tn).
—Ahora tienes que darle un beso —intervino Tessie.
—Sí, ahora tienes que darme un beso —repitió él con una sonrisa divertida.
Estaba claro que no iba a ponérselo fácil. Se acercó a ella y la tomó en sus brazos, besándola antes de que tuviera tiempo de protestar.
________(tn) intentó murmurar algo, pero sus palabras quedaron ahogadas en un beso que consiguió derretirla. Aceptó la disculpa de Nick.
—________(tn)… —susurró él—. Creo que soy el hombre con más suerte. Tengo entre mis brazos a la mejor mujer del estado. Y además a la mejor hermanita que nadie pudiera tener —añadió sonriendo a Tessie.
Ella se apartó de él. Sabía que estaba ruborizada, podía notarlo.
—Vete ahora, Nick. Te veremos a la hora de la comida, ¿verdad, Tessie?
—Sí, te estaremos esperando, Nicholas.
—Jefe, no quiero acusar a nadie, pero creo que debería hacer algo con el último jornalero que ha contratado —le dijo Claude acercándose a él en los establos.
nick lo miró con el ceño fruncido.
—¿Hablas de Kane?
—Sí, así es. Creo que se está escaqueando y no hace bien su trabajo.
—Está en el norte con el ganado —repuso Nick—. ¿Cómo sabes lo que hace o deja de hacer?
—Ese es el problema. Tucker lo vio en el pueblo el otro día. Kane intentó excusarse, pero Tucker dice que se comportaba de manera extraña, como si estuviese ocultando algo. Hasta intentó convencerlo de que no le dijera a nadie que le había visto.
—Vaya, vaya… —murmuró entre dientes—. ¿Qué crees que se trae entre manos, Claude? ¿Y quién diablos hace su trabajo mientras él está de juerga en el pueblo?
Claude se encogió de hombros. Después lo miró como si se le acabara de ocurrir algo.
—A lo mejor había ido al pueblo a visitar a una de las mujeres del… —dijo mirando a su alrededor—. Bueno, ya sabe de lo que hablo —añadió entre risas.
—Si está tan desesperado, debería pedir que lo sustituyéramos en los pastos. No puedo permitirme tener un trabajador que no asume sus responsabilidades y se va sin más.
—El problema es que parece que no es la primera vez que lo hace.
—¿Has estado ocultándome esto, Claude? —le preguntó irritado.
—No, pero la otra vez me ocupé yo mismo del asunto, jefe. Ahora, al ver que volvía a escaquearse, pensé que era mejor hacérselo saber.
—¡Justo lo que me faltaba! Ya andamos cortos de jornaleros y ahora esto…
—¿Va a ir a verlo y a hablar con él, jefe?
—No, no tengo tiempo, al menos no hoy. Le prometí a ________(tn) y Tessie que las llevaría de paseo, así que será mejor que dejemos de charlar y nos pongamos a trabajar. Ya voy con retraso.
—¿Van a ir a bañarse al arroyo?
—No sé si conseguiré que la señorita _________(tn) se meta en el agua, pero a Tessie le va a encantar pasar el día fuera y poder quitarse los zapatos. Las dos están hartas de estar metidas en casa.
—Bueno, tiene un día muy ocupado. ¿Quiere que le ayude con los potros?
—Claro —repuso él agradecido, mientras observaba a las jóvenes yeguas.
—Son unos magníficos animales —comentó Claude.
—¿Son difíciles?
—No, pero no les gusta que los monte cualquiera. Les he puesto las mantas y las sillas para que se acostumbren. Earl montó a una ayer. Se lo dije a él porque pesa poco y esa yegua lo lanzó por los aires —le contó Claude riendo.
—¿Qué te parece si las apareamos con nuestro semental a ver qué sale?
—Estoy seguro de que ha estado pensando en ello desde que llegaron, ¿verdad?
Nick se encogió de hombros.
—No sé… Creo que sería interesante ver cómo son las crías de estas dos razas.
—Supongo que no estaría mal tener caballos con las patas más largas. Correrían más y tardaríamos menos tiempo en llegar a los sitios.
—Muy bien, de momento hay que domar a estas yeguas —le dijo Nick—. Por cierto, la semana que viene vendrá un ranchero de Fénix, quiere ver lo que tenemos. Hay que traer un par de caballos de los pastos del norte, creo que van a interesarle.
—Vamos a ponernos manos a la obra, entonces, no queremos que sus mujeres tengan que esperar por usted, ¿verdad?
El arroyo estaba bastante lleno para esa época del año. Tessie estaba de pie en el agua, mojada casi hasta las rodillas. Había enrollado sus pantalones vaqueros todo lo posible. Recordó lo que la niña le había dicho de ellos la primera vez que se los puso en su presencia.
—Mi papá me compró estos pantalones de niño —le había explicado a _________(tn) con orgullo.
—Me alegra que recuerdes tantas cosas de tu padre, cariño.
—También era tu papá, ___(tuap). ¿No tienes recuerdos de él?
—Muy pocos, Tessie. Muy pocos —le había contestado ella con pesar.
La niña la había mirado entonces con tristeza.
—Lo siento, ___(tuap). A veces le echo mucho de menos. Y también a mi mamá. Pero después recuerdo todas las cosas bonitas, como cuando me llevaba en brazos y bromeaba conmigo.
No pudo evitar sonreír al recordar ese día y el abrazo cariñoso que le había dado su hermana. Estaba feliz con ella y contenta de haber podido ganarse su corazón.
Miró a Nick. Estaba tumbado en el césped, bajo unos árboles que había en la orilla. Vio que estaba ya medio dormido. Dobló las piernas y apoyó la cara en las rodillas. Un día así era justo lo que había estado necesitando. Se quedó contemplando a Nick. Había una ligera y agradable brisa. La hierba entre sus pies estaba casi seca, por eso era tan importante llevarse los caballos al norte en verano.
Nick se movió y lo observó mientras se estiraba.
«Nunca me canso de mirarlo. Ha sido así desde que llegué y más aún después de casarnos… Me da la impresión de que lo conozco de toda la vida», pensó ella con una sonrisa en la boca.
Él abrió entonces los ojos y la vio.
—¿De qué te ríes, ___(tuap)? —le preguntó aún medio dormido.
A pesar de haber estado casi dormido, podía sentir la atención de ________(Tn) en él. Su mirada le daba calor y le transmitía mil emociones. Era algo que no dejaba de fascinarle. Era capaz de percibir que acababa de entrar en la habitación donde estaba él aun antes de levantar la mirada. Quizás fuera por su aroma, que había aprendido a identificar, o por el ruido de sus faldas.
«Sea como sea, el caso es que esta mujer me ha robado el corazón», pensó él.
—No me reía de nada. Sólo estaba disfrutando de la tarde —repuso ella.
________(tn) no estaba dispuesta a admitir que había estado admirando su cuerpo mientras dormía. Pero así había sido. Nick Jonas era el tipo de hombre con el que soñaban las mujeres. Lo cierto era que no le sorprendía que Deborah estuviera tan furiosa al haberlo perdido. Y seguro que había muchas más. No le extrañaría que hubiera roto muchos corazones por allí.
Nick cerró los ojos y se durmió de nuevo. La brisa movió un mechón sobre su frente y le dieron ganas de apartárselo, pero se contuvo. La verdad era que necesitaba descansar, recordó la noche anterior y el hecho de que no había podido dormir demasiado. No pudo evitar sonreír de nuevo.
—¿Y ahora por qué sonríes? —le preguntó él abriendo sólo un ojo—. Tienes un gesto muy pícaro.
—No, no…—mintió ella—. Sólo estaba pensando en que necesitas la siesta, como eres tan viejo…
Se acercó más a él sobre la hierba. Levantó la cabeza de Nick y la colocó en su regazo.
—Bueno, alguien me mantuvo despierto hasta tarde —le dijo él con media sonrisa—. Una mujer me estuvo molestando hasta más de medianoche y como soy tan viejo…
Dejó entonces que los dedos apartaran el mechón que caía sobre su frente.
—No mientas, Jonas —replicó ella—. Yo era la que quería dormir y tú… Tú estuviste… Ya sabes.
—¿Yo estuve qué, __(tuap)? Todo lo que hice fue…
—¿De qué estáis hablando? —preguntó Tessie desde el río—. ¿Ya os estáis peleando otra vez?
—No —repuso Nick—. Sólo estoy bromeando con tu hermana, Tessie. Creo que necesita meterse en el río para que se le bajen un poco los humos.
—¿Puede meterse conmigo?
—Claro. Hasta le ayudaré a quitarse las botas —se ofreció Nick.
Se incorporó y le estiró las piernas. Le quitó las botas y se quedó después parado.
—¡Estos son mis calcetines! —exclamó fingiendo enfado.
—Sólo los he tomado prestados. Mis medias son largas y demasiado calientes para este clima.
—Parece que has estado robándome ropa sin que me enterara. ¿Qué más llevas puesto?
Tiró con fuerza de ella por un pie hasta arrastrarla sobre la hierba.
—¡No dejes que te haga eso, ___(tuap)! —gritó Tessie entre risas.
—¡Suéltame, Jonas! No llevo nada más puesto que sea tuyo. No me vale nada más —le dijo mientras intentaba soltarse—. Te crees muy duro, ¿no?
—Bueno, algo más duro que una damisela de ciudad con calcetines de hombre…—bromeó él.
—¡Hace mucho que dejé de ser una damisela de ciudad y lo sabes muy bien, vaquero feo y sucio!
—¡Hazle cosquillas, ________(tn)! —le aconsejó la niña desde el agua.
—¡Eso no es justo! —protestó Nick al ver que _______(tn) se ponía de rodillas y atacaba sus costillas con los dedos—. De acuerdo, de acuerdo. Me rindo —agregó soltando su tobillo—. Pero no has jugado de forma justa.
________(tn) corrió al río y se metió sin importarle empaparse. Se levantó un poco la falda de piel y comenzó a salpicar a Nick mientras reía sin parar.
Nick no podía dejar de mirarla. Era bella como un cuadro. Su pelo se había soltado de la trenza y brillaba bajo el sol de la tarde. El corazón comenzó a latirle con fuerza en el pecho.
Ella vio cómo la observaba.
—¿Por qué me miras así, Nick? —le preguntó desde allí.
Fue hacia la orilla y su hermana la ayudó a salir.
Nick se acercó, la tomó por la cintura y la sacó con facilidad del agua.
—Tessie, ¿puedes salir sola?
—Sí. Nicholas, creo que deberíamos comprarle pantalones a _______(tn) para que no tenga que sujetarse la falda todo el tiempo cuando está en el agua.
—Según la abuela de tu hermana, las damas no llevan pantalones.
—¡Pero ___(tuap) no es una dama! ___(tuap) es ____(tuap) —protestó la pequeña.
—¿Has oído eso? —le preguntó a _______(tn)—. No eres una dama. Tu hermana acaba de decirlo.
Ella le hizo una mueca de desagrado y lo miró a los ojos.
—¿Eso crees tú también? Entonces, ¿qué es lo que soy?
La miró de arriba abajo. La blusa estaba un poco abierta en el cuello y podía entrever la curva de sus pechos. Toda ella era una tentación. Suspiró con fuerza antes de hablar.
—Bueno, señorita _______(tn). Creo que eres toda una mujer —le dijo con admiración.
—No puedo seguir viniendo cada dos por tres para verla. No tiene por qué vigilarme.
—¿Cuándo piensas hacer algo? ¿O es que tengo que buscarme a otra persona? —preguntó la mujer.
—No, sólo necesito asegurarme de que todo saldrá bien y de que recibo después mi recompensa.
—¿Qué quieres? ¿Un adelanto? —le dijo ella acercándose a donde estaba escondido el hombre bajo un árbol.
Colocó las manos en sus hombros y lo besó en los labios. Aquello despertó el interés del individuo, que la abrazó sin piedad para hacerla suya.
—No se mueva, mujer —gruñó él—. Me debe esto. Lleva semanas tentándome y sólo me estoy cobrando un par de besos, pero espero que haya más después. Además del dinero, claro.
—Sólo un beso —asintió ella sin poder zafarse de él—. Pero sé rápido, cualquiera podría vernos aquí fuera.
—Lo que daría porque fuera de noche.
—Pues no lo es, idiota. Estamos a plena luz del día. Vuelve a tu sitio y no quiero volver a verte hasta que te hayas encargado de todo. Estoy cansada de esperar.
—Yo también, yo también —repuso él ajustándose los pantalones.
espero q les guste el cap
mañana la sigo
COMENTEN!!
byebye
Las quiero
:D
maru!!
Re: "Obligados a Casarse" (Nick y tu) Adaptación.
GRACIAAS LO AME :D OK OK ME VOY A ESTUDIAR XD BYEE
Amy d' jonas <3
Re: "Obligados a Casarse" (Nick y tu) Adaptación.
ahhhhhhhhhhhh me encantaaaaaaaaaaaaaa porfisssssssss isgueeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee
yo quierooooooooooooooo massssssssssssssss
yo quierooooooooooooooo massssssssssssssss
ivana-ilove
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