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"A Corazon Abierto" (Nick y tu) Adaptación.
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: "A Corazon Abierto" (Nick y tu) Adaptación.
:O la madre k lo... :O:O:O
pero k hot :O:O:O:O:O Fabiana... yo me kedo sin palabras...
:O:O:O:O pero siguelaaaaaaaaaa :O:O:O:O:O
pero k hot :O:O:O:O:O Fabiana... yo me kedo sin palabras...
:O:O:O:O pero siguelaaaaaaaaaa :O:O:O:O:O
LittleVickJ♥
Re: "A Corazon Abierto" (Nick y tu) Adaptación.
TOMA CASTAÑAAAAAA!! PASE DE PAAAG!!
La primericaa yooo!!
La primericaa yooo!!
LittleVickJ♥
Re: "A Corazon Abierto" (Nick y tu) Adaptación.
:D OH DIIOSSSS
SOY NUEVAAAA LECTORAAAAA:D
¡¡SIGUEEELAA!!
SOY NUEVAAAA LECTORAAAAA:D
¡¡SIGUEEELAA!!
{@idrunkniall.}
Re: "A Corazon Abierto" (Nick y tu) Adaptación.
Bienvenida Andre!!
3
-Una raposa muerta. Sí. Eso es lo que parece. Las palabras de Hazel atravesaron la densa niebla que envolvía la mente de ______.
-¡Está despierta! ¡Aleluya! -Ebby, la cocinera que llevaba toda la vida trabajando para Hazel, una mujer alta y huesuda que había alimentado a cien cabezas de ganado y cinco hijos con su pensión de viuda, permanecía de pie junto a la cama.
Hazel miró por encima la bandeja de plata en la que Ebby llevaba café y una tostada.
-Sí. Sigue viva. Creo que me está mirando. _______ se sentó en la cama. Le dolía mucho la cabeza. Parpadeó.
-Te lo pasaste en grande en el molino, ¿eh? -dijo Ebby mientras dejaba la bandeja del desayuno.
-Jamás volveré a beber whisky -gimió ______.
-¿Es del whisky de lo que te arrepientes, o de la compañía? -preguntó Hazel.
-Oh, por favor, di que es del whisky -cloqueó Ebby-. Hasta las viejas como nosotras sueñan con hombres como Nick Jonas.
______ las miró a las dos con rencor.
-Estaba todo preparado. ¿Cuál de las dos lo hizo? ¿Fuiste tú, Hazel? -la acusó.
Hazel sonrió como el gato de Cheshire.
-Yo siempre digo que hay que vivir la vida hasta reventar. Pero no pensaba que fueras a hacerlo a la primera oportunidad, querida. Sin embargo, eres una _______(ta) de la cabeza a los pies. Ya te las apañarás. Los _______(ta) siempre lo hacemos.
-Hazel, prométeme que, durante el tiempo que esté aquí, no volverás a mencionar las palabras whisky y «hombres»
______ intentó levantarse. Llevaba puesto un pijama de raso rosa de su propia marca. El recuerdo de la noche anterior le iba llegando en oleadas, como el agua del molino de maíz. Recordaba el tenso silencio en la camioneta mientras Nick la llevaba al Lazy M. Había sido casi como si Mitch y Katherine estuvieran allí, en la cabina, con ellos, para aguarles la fiesta. Después de una despedida helada, ella se había arrastrado hasta la cama y había prometido olvidarse de Nick Jonas para siempre.
Pero entonces habían llegado las pesadillas. Las había padecido toda la noche. Estaba en una tienda de comestibles, o en la oficina de su contable, o en la cola para ver una película, y de pronto miraba hacia abajo y se veía como reflejada en un espejo. Su camiseta blanca, empapada, era transparente y resaltaba sus pezones morados, del tamaño de monedas de medio dólar. Llevaba el pelo mojado y pegado a la frente como una ninfa acuática. Pero mucho peor que la vergüenza que sentía y las miradas de perplejidad de quienes la veían era el derrumbamiento emocional que seguía a aquella escena. Intentaba taparse y corría a esconderse, pero allá donde iba se topaba con la mirada helada de Nick Jonas y con las palabras que habían reavivado su feminidad dormida: «A ti»
Cerró los ojos con fuerza e intentó olvidarse de aquello. Volvió a abrir los ojos, miró a Ebby y a Hazel y anunció:
-Será mejor que me ponga a trabajar. Tengo un montón de cosas que hacer antes del mediodía, cuando nos vayamos a ese... a ese... -se estremeció al pensar que tendría que volver a ver a Nick Jonas- a ese rancho para turistas.
-¿A mediodía? -dijo Ebby, mirando a Hazel con sorpresa—. Pero si son más de las dos de la tarde. Pensábamos que a lo mejor en Nueva Orleáns no dormías. Como hay tantos vampiros...
-¿Qué? -exclamó _____, agarrando el despertador que había junto a la cama. Estuvo a punto de chillar de espanto al ver la hora-. Tenía una cita con unos inversores a través de Internet a las once —apoyó la cabeza dolorida en las manos-. Ahora lo he echado todo a perder.
-Alegra esa cara, querida. Estás de vacaciones. Olvídate de la tienda por ahora. Tienes que irte al rancho -dijo Hazel intentando consolarla.
-Pero puede que haya perdido la ocasión de trabajar con esos inversores. Adiós a mis planes de expansión. Adiós a todo -le dieron ganas de echarse a llorar.
-El único plan de expansión en el que deberías pensar es el de tu horizonte vital. Sal ahí, querida, y pásatelo bien en el rancho.
______ dejó escapar otro gemido.
-Hasta eso se ha ido al infierno. Según el programa del rancho Mystery, a las dos teníamos la primera excursión a caballo. Ahora me la he perdido y además... -se estremeció al pensarlo- todo el mundo se fijará en mí.
Ebby se encogió de hombros.
-¡Ay, los jóvenes de hoy día! Sois todos una pandilla de quejicas.
Hazel le tendió la mano a _____.
-Vamos, niña. Eres una _______(ta). Y los _______(ta) nunca se dan por vencidos.
______ salió de la cama, pero de pronto tuvo la desagradable sensación de que iba a arrepentirse de ello. Aquel era uno de esos días en los que hasta esperaba leer en su horóscopo: «No te aventures más allá de las sábanas, pues te espera la debacle»
Y ciertamente, tras vivir la traición de su padre y luego la de Mitch, no podía haber debacle mayor ante ella que un hombre de ojos fríos con hambre en la mirada. Hambre de ella.
Hazel llevó a _____ al rancho para turistas Mystery y la dejó en el barracón, con dolor de cabeza y todo. El rancho estaba desierto. Parecía que todo el mundo se había ido de excursión. Como no sabía qué hacer, ______ se puso a revisar su correo electrónico.
Había recibido varios mensajes urgentes de su contable. En el último la avisaba que los inversores cuyo interés había intentado atraer sistemáticamente durante meses le habían denegado su apoyo. No iba a conseguir dinero para la ampliación del negocio porque no había sigo capaz de convencerlos de su seriedad.
Pero nada más lejos de la verdad. Ella comía, bebía y respiraba por Todo por Milady. La tienda lo era todo para ella. Su vida entera. Especialmente desde su ruptura con Mitch.
Y ahora, por culpa de una noche loca, se encontraba abocada al fracaso.
Deprimida, apagó el ordenador portátil. Miró la cama de leños de pino y le dieron ganas de arrojarse en ella llorando a lágrima viva. Pero eso no le serviría de nada. Por Mitch había derramado un mar de lágrimas, y ¿de qué le había valido? La única solución era seguir trabajando de firme.
Estaba claro que, a pesar de que estaba exhausta, no se esforzaba lo suficiente. Lo único que le quedaba por hacer era hacer las maletas, regresar a Nueva Orleáns y volver a volcarse en el negocio. Era el único camino hacia la felicidad, lo único que podía controlar, y hasta eso estaba haciéndolo mal.
La cabeza seguía doliéndole como si se la estuvieran abriendo con un martillo hidráulico, pero sacó la maleta de debajo de la cama y abrió la cremallera.
-Llegas tarde.
Al alzar la mirada, vio a Nick Jonas en la puerta, con el ceño fruncido. Estaba guapísimo, como cabía esperar. El polvo del camino se le había pegado a los pantalones de cuero desgastados. Tenía una expresión hosca y la cara sin afeitar, pero ello solo acentuaba la rudeza de su apariencia. Su mirada gris la traspasó como una estalactita.
-Lo sé. Lo siento -dijo ella, incapaz de odiarlo; ya se odiaba suficiente a sí misma en ese momento-. Me he dado cuenta de que tengo que volver a Nueva Orleáns hoy mismo. Por negocios.
Intentó ignorar a Nick y olvidarse de la incómoda sensación que le causaba, y, recogiendo las cosas de la cómoda, las metió atropelladamente en la maleta.
-Hoy no sale ningún avión. No puedes irte. Así que vamos a empezar. Así no te quedarás descolgada del grupo -sus palabras no admitían discusión.
Ella alzó la mirada de la maleta.
-¿Qué quieres decir con que no sale ningún avión? Si puedo llegar a Salt Lake City o a Denver...
-Hoy no sale ningún vuelo. Es domingo y estamos en Mystery. El aeropuerto es muy pequeño. Y, si estás pensando en que Hazel te lleve al aeropuerto más cercano, quítatelo de la cabeza porque no puede. Tardaríais mucho tiempo, y también perderías el vuelo. Así que tendrás que quedarte aquí por lo menos un día más. Vamos.
Ella se irguió, desconcertada. Él le indicó que saliera. Aturdida, ella lo siguió, sintiéndose como un canario en una jaula.
-Hoy empezaremos en el corral. No hay tiempo para salir a dar un paseo -su mirada se deslizó sobre ella-. Te enseñaré todo lo que necesitas saber para la salida de mañana.
-Pero ¿qué sentido tiene que me enseñes a montar si voy a irme?
Él se detuvo y la miró fijamente.
-¿Por qué tienes que irte?
-Ya te lo he dicho, por negocios -respondió ella secamente. Él alzó una ceja.
-¿Te refieres a ese rollo de los socios capitalistas? No los necesitas —la tomó del brazo y la condujo hacia el corral. Ella agrandó los ojos.
-Gracias, señor sabelotodo, pero creo que, dado que la tienda es mía, eso debo decidirlo yo -dijo, dando un paso atrás.
Pero no tenía sentido. Él volvió a asirla del brazo y la llevó junto a una hermosa yegua baya con la crin y la cola blancas.
-Vamos, sube -le ordenó él-. Yo te aupo.
Antes de que ella pudiera decir nada, Nick la enlazó por la cintura. _______ recordó su beso en el molino y sintió una extraña descarga eléctrica. Sus ojos se encontraron un instante y la corriente que fluía entre ellos aumentó de voltaje hasta hacerse casi insoportable.
Nick deslizó la mano por el muslo de _____, la agarró de la espinilla y la alzó a lomos de la yegua. ______ sintió el calor de su mano a través de la gruesa tela de sus vaqueros.
-Se llama Niña. Creo que os llevaréis bien -masculló él, mirándola con aquellos ojos fríos.
Sus palabras solo consiguieron aumentar la tensión sexual que existía entre ellos.
_____no quería sentirse como una niña estando con él. Quería permanecer indiferente, invisible, asexuada, especialmente al lado de aquel fornido y arrogante vaquero que parecía olfatear la debilidad de una mujer por el sexo opuesto como un sabueso a un fugitivo.
Aturdida, ______ acarició la crin blanca de la yegua en un intento por ignorar a Nick. La yegua echó hacia atrás la cabeza, dándole la bienvenida. ______ se asustó.
-Oye, de verdad creo que no necesito que me enseñes a montar porque como de todos modos me voy mañana...
El no le hizo caso.
-Los caballos del Oeste tienen cinco pasos: de paseo, trote... —empezó a recitar.
______ apenas le prestaba atención. Todavía le dolía la cabeza y empezaba a verlo todo de color rojo. Aquel tipo era un caradura. Primero intentaba seducirla llevándola a nadar al molino, luego la rechazaba y ahora le daba órdenes como si ella fuera su empleada y él su jefe y no al revés. El colmo.
-¿Entendido? —preguntó él cuando acabó de hablar.
-Sí -dijo ella con retintín, mirándolo con cara de pocos amigos.
-Pues empieza con paso de paseo —dijo él escupiendo las palabras como un capitán de marines. Sus labios se curvaron ligeramente-. Solo tienes que apretar los muslos. A ese estímulo responden tanto los caballos como los hombres.
Ella se quedó sin aliento. Incapaz de aguantarlo ni un momento más, apretó los muslos con todas sus fuerzas, intentando concentrarse en la yegua. Esta echó a andar bruscamente. Estuvo a punto de caerse de espaldas cuando el animal empezó a trotar. Le lanzó a Nick una mirada indignada. Estaba que echaba humo.
Él se echó a reír. Sus dientes blancos relucieron.
-Los de ciudad sois todos iguales. Queréis correr antes de saber andar.
Nick se acercó a la yegua y le tiró de la brida para frenarla. El animal siguió avanzando suavemente, a paso lento. _____ volvió la cabeza furiosa y lo observó mientras él permanecía en el centro del corral.
«Es como si estuviera huyendo de algo... y yo solo pretendo que se detenga y mire a su alrededor, nada más», ______ recordó las palabras de Hazel sobre Nick. Luego, miró a la yegua baya sobre la que iba montada. Instintivamente confiaba en aquel animal. Pensó que incluso podía tomarle gusto a montar en ella, aunque ese era un lujo que no podía permitirse de momento.
Tal vez Hazel pensara que Nick debía dejar de huir, pero mientras daba vueltas y más vueltas alrededor del corral, con la penetrante y gélida mirada de Nick clavada en ella, _____ comprendió que era ella la que quería echar a correr. Y, como un macho dominante, él solo le permitía ir al paso.
Sí, de acuerdo, se había caído un par de veces. Pero daba igual, pensó ______ mientras volvía cojeando al barracón. Toda aquella experiencia le servía de bien poco, porque iba a hacer sus maletas y largarse. Sin embargo, tenía que admitir que Niña le gustaba. La pobre yegua había mostrado la paciencia del santo Job durante la clase. Mientras ______ daba botes y se removía intentando a la desesperada mantener el equilibrio, la yegua había mantenido la calma.
Incluso ______ sabía por qué se había caído: por su cabezonería y por su incapacidad para admitir las instrucciones del señor Jonas.
Exhausta, se tiró en la cama de madera y abrió el ordenador, haciendo caso omiso del polvo que cubría sus pantalones y botas. Se conectó a Internet y abrió su correo para ver qué tal se las apañaba su contable en su ausencia.
Había un mensaje urgente de él. ______ sabía que tenía que estar al borde de un ataque de nervios, porque no había dinero para pagar los nuevos pedidos. Su mensaje la dejó boquiabierta.
______:
¡Todo arreglado! Un nuevo inversor, la MDR Corporation, nos ha ofrecido cuatro veces más dinero del que pensábamos necesitar para la expansión. Los de MDR se han enterado de la operación y aseguran que dispondremos del dinero el lunes a primera hora de la mañana.
Podemos revisar el contrato y firmar todos los documentos cuando regreses, a fin de mes.
Mientras tanto, insisto en que te diviertas a lo grande, porque yo también pienso irme de vacaciones.
¡Todo va de maravilla en el País de Jauja!
Rick.
______ leyó el mensaje dos veces. Tenía mil preguntas que hacerle a Rick Johnstone, su asesor financiero, así que tomó rápidamente el teléfono móvil.
-Rick, soy _____ -dijo cuando él respondió-. Cuéntamelo todo. Él se echó a reír.
-Hemos recibido por fax una carta que prácticamente nos suplicaba que aceptáramos a MDR como socio capitalista.
-Pero ¿quiénes son? —preguntó ella.
-Ya le miraremos el diente al caballo regalado cuando vuelvas -dijo Rick, echándose a reír de nuevo-. Solo sé que debes de haber convencido a alguien de por ahí, porque la empresa tiene su dirección en Mystery -ella miró fijamente el teléfono como si estuviera viendo visiones—. ¿______?
-Oh, oh -ella frunció el ceño. Sabía exactamente quién la había sacado de aquel apuro.
La tía abuela Hazel. Ella poseía la mayor parte de Mystery. Tenía dinero a mansalva. Pero ______ no podía aceptar su ayuda. Hazel era su tía. Ella no podía arriesgar el dinero de un familiar. Su madre siempre había sido demasiado orgullosa para aceptar la caridad de los _______(ta), y ella también lo era. Se frotó las sienes doloridas.
-Déjame pensarlo. Intentaré estar de vuelta mañana.
-Es un buen trato, ______. Pero haz lo que tengas que hacer.
Colgaron. Ella se quedó sentada en la cama largo rato. No podía permitir que Hazel fuera su ángel de la guarda. El hoyo en que estaba metida lo había cavado ella misma. La ampliación ya se había puesto en marcha cuando ella descubrió que no disponía de capital suficiente. Tanto Rick como ella sabían que tendría que vender el negocio para pagar las deudas que había contraído si no encontraban inversores nuevos.
Tenía que ir a ver a Hazel esa misma noche y rehusar su ayuda. Al día siguiente tomaría un avión y volvería a empezar desde el principio. Tal vez esta vez lo conseguiría.
Lo que tenía que hacer era acercarse a casa de Hazel después de la cena. Y seguramente tendría que pedirle a Nick Jonas que la llevara.
Lanzó un gemido. ¿Acaso nunca podría librarse de aquel hombre? Dejó escapar un profundo suspiro y recogió sus cosas de baño. Tenía que haber taxis en Mystery. En cuanto refrescara sus músculos doloridos, averiguaría dónde podía conseguir uno. Así no tendría que pedirle favores a nadie, y mucho a menos a Nick Jonas.
El plan tenía buena pinta. Sobre el papel. Igual que sus inversores.
-He oído el rumor de que la sobrina de Hazel se va -dijo Justin Garth, el jefe de las cuadras, mientras los empleados del rancho estaban reunidos en la cocina.
Nick levantó la mirada del ordenador portátil. Se mantenía al corriente de las evoluciones de su ganado en la parte oriental de Montana mediante los informes que le enviaban de su rancho.
-La sobrina de Hazel no va a ir a ninguna parte. Necesita unas vacaciones -dijo escupiendo las palabras, y volvió a mirar la pantalla.
-No es eso lo que me han dicho —replicó Justin, y su rostro moreno, de hermosos rasgos, se agrietó mientras intentaba contener la risa-. Tengo entendido que está deseando largarse de Mystery desde que fue a nadar contigo al molino. ¿Qué pasó, socio? ¿Hacía demasiado frío y no conseguiste impresionarla, o qué?
Justin recibió como respuesta un bufido.
-Yo no necesito impresionar a ninguna señoritinga de Nueva Orleáns. Estoy seguro de que ha visto a más tíos desnudos en una de esas fiestas que hacen por allí de los que la mayoría de las mujeres ven en toda su vida.
-Así que estabais los dos desnudos, ¿eh? -Justin dejó escapar un silbido. Aunque corto de estatura, era un hombre fornido, con el pelo abundante y rojo y una sonrisa fácil, al que habitualmente se consideraba el más pendenciero del grupo.
-No estábamos desnudos -dijo Nick.
-¿Casi desnudos? -Nick se echó a reír finalmente, pero no confirmó ni negó la acusación-. Lo que está claro es que esa es un bombón. La vi en el baile y estuve a punto de enamorarme de ella allí mismo. Y apuesto a que, si lleva la sangre de Hazel, también será testaruda -Nick frunció el ceño—. ¿Piensas ligártela? Por que, si no, a mí no me importaría... -Justin se calló de repente. La mirada de Nick le dijo todo lo que necesitaba saber-. Vale, vale -concluyó-. Pero que no me entere yo de que se va a Nueva Orleáns sin haber probado la hospitalidad de Mystery. Eso me rompería el corazón -Nick respondió con otro bufido. Justin lo miró mientras trabajaba con el ordenador-. Ya va siendo hora de que te busques una compañera. Nunca he visto un oso como tú sin una.
Nick se encogió de hombros y dijo:
-Ya he dejado de hibernar.
Si había algo que ______ podía afirmar sobre Montana, era que ciertamente le abría el apetito. Lejos estaban los días en que se alimentaba de café con leche y ensalada. La furgoneta que llevaba la comida al rancho de vacaciones Mystery servía filetes, y de pronto ______ deseaba comerse uno como si estuviera famélica.
Se llenó el plato y se sentó a una rústica mesa de pino en medio del comedor. Había quizá quince personas, todas ellas huéspedes del rancho.
-Soy Roger Fallón, y esta es mi mujer, Anette -un hombre de mediana edad, con barba y gafas, que estaba sentado a la mesa se levantó mientras _____ se sentaba.
-Encantada de conoceros -contestó ella, avergonzándose de pronto por llevar el plato lleno.
-Te vimos anoche en el baile. Somos de Londres. Hemos venido a experimentar la auténtica vida de los vaqueros, ¿verdad? —Annette era una mujer de aspecto maternal y ojos chispeantes, con el pelo teñido de rubio y una sonrisa contagiosa.
A ______ le cayeron bien desde el primer momento. Había algo desarmante en ellos. Pensó que tal vez se tratara de su ropa de vaqueros. Los dos se habían vestido con entusiasmo para la excursión a caballo, con chalecos de cuero repujado y hasta pañuelos rojos atados al cuello.
-Habéis venido desde muy lejos para montar a caballo -comentó ______ amablemente.
-Este es el mejor rancho de ocio de todo el país. ¿Cómo íbamos a resistirnos, a pesar del precio?
Las palabras de Annette sorprendieron a ______. Ella no había pagado nada por su estancia. Pensaba que el rancho era de Hazel, y que su tía la había invitado. De pronto empezó a preguntarse si estaría aún más endeudada con Hazel de lo que pensaba.
-Yo... he de confesar que no sé mucho sobre ranchos de ocio -dijo _____-" Mi tía abuela, que vive aquí, en Mystery, me dijo que viniera. Estaba convencida de que yo me estaba matando a trabajar, aunque no es cierto.
_____ hundió el cuchillo en el jugoso filete que aún chisporroteaba en su plato. La molestaba que el rancho Mystery estuviera perdiendo dinero por su culpa. Había dado por sentado que el rancho era propiedad de Hazel y que allí se hacía lo que su tía mandaba.
-Dicen que los vaqueros de aquí son los mejores del estado. Pero a Nick Jonas nos lo han recomendado de Tokio a Tombuctú -comentó Roger Fallón con una sonrisa encantadora-. Llevábamos cinco años en lista de espera para poder venir aquí. ¿Y tú?
_____ se puso colorada. No tenía ni idea de que el rancho de vacaciones de Mystery fuera un destino turístico tan codiciado. Lo cierto era que había creído que Hazel la había invitado porque el rancho necesitaba desesperadamente clientes.
-Yo en realidad no sé nada de esa lista. Como os decía, fue mi tía la que me invitó a venir -_____ masticó su filete, confiando en que cambiaran de tema.
-Así que ¿conoces aquí a verdaderos ganaderos? -Annette parecía fascinada-. Qué maravilla. No sabes lo que daría cualquier londinense de a pie por vivir como un vaquero solo una semanita.
-No tenía ni idea -dijo _______.
-Oh, querido. ¡Mira quién está ahí! -exclamó Annette, dándole un codazo a su marido.
Todos los huéspedes sentados a la mesa miraron hacia la furgoneta de la comida. Nick Jonas estaba junto a la parrilla, pidiendo un filete.
-Es un tipo fantástico, ¿no crees? -le dijo Roger a Nick-. Todos esos rodeos... Todos esos campeonatos... Con él por aquí, me siento como si estuviéramos viviendo una película de Clint Eastwood.
Habríamos pagado el doble de lo que vale la estancia en el rancho solo por experimentar lo que ese hombre puede enseñarnos.
______ miró a Nick. Él le devolvió la mirada. Ella sintió un escalofrío. Por más que se resistía, estaba sucumbiendo. El deseo se avivaba en ella cada vez que Nick balanceaba las caderas o le lanzaba su lenta sonrisa.
-¿Y qué es lo que puede enseñarnos? No he oído hablar mucho de él -______ volvió a enfrascarse en su filete.
-Querida, está considerado uno de los mejores ganaderos del Oeste. Tiene un rancho a unos cuatrocientos kilómetros de aquí. Y por estos contornos es toda una leyenda -dijo Annette»
-Hemos leído que una vez salvó a un par de cachorros de oso en la autopista. Según parece, tomó a cada uno con un brazo y los sacó corriendo de la carretera. Es un tipo muy fuerte, porque hasta una cría de oso pesa una barbaridad.
-¿Y qué le pareció a la osa? -preguntó _______ sin poder evitarlo.
-Se volvió loca por él, como todas las de su sexo -dijo Roger-. Comprobó que sus cachorros estaban bien y desapareció al otro lado de la autopista.
-Todo eso me parece un cuento chino —comentó ______ secamente.
-Señorita ______, ¿me permite? ______ miró hacia atrás y vio al objeto de su conversación de pie tras ella.
-Señor Jonas -dijo mientras él se sentaba a su lado con su filete. Su muslo recio y musculoso rozó el de ella, y _______ recordó que estaba muy sola.
Anette y Roger se quedaron pasmados de asombro. ______ se limitó a esbozar una tenue sonrisa. A fin de cuentas, tenía mucho que ocultar.
-¿Se ha recobrado del todo de lo de anoche? -preguntó Nick.
Annette parecía a punto de desmayarse de emoción y Roger no acababa de cerrar la boca.
-¿Conoce a Roger y Annette? -preguntó ______ en tono puntilloso-. Son de Londres. Y grandes admiradores suyos.
Nick asintió.
-Sí, los he conocido durante la salida de esta tarde. Tienen ustedes un buen sentido del equilibrio. Y eso es muy a tener en cuenta en un novato.
-Gra...gra...gracias -balbució Roger.
-Estábamos diciéndole a la señorita Clay lo maravilloso que es el rancho -añadió Annette-. Ella no parece tan familiarizada con él como la mayoría de los huéspedes.
Nick miró a ______ de reojo.
-Ya lo estará, a su modo. Además, ha venido con las más altas recomendaciones.
-De mi tía abuela Hazel -explicó ______, intentando dejarlo claro.
-Sí, la señorita ______ es una mujer de negocios. No siente la necesidad de volver a entrar en contacto con la naturaleza.
Nick comenzó a comerse el filete como si fuera su última comida. ______ lo miró masticar y, al recordar sus besos, sintió que se derretía de la cabeza a los pies.
-Pues nunca hay que perder el contacto con ella -dijo Annette-, porque no hay nada como una puesta de sol en la montaña, o la visión de un reno con su cría, para recordar lo que de verdad es importante.
-¿Y qué es? —preguntó ______.
-Dios. El espíritu. La empatia. Todo eso y más -añadió el marido de Annette.
_______ le dio vueltas a aquellas palabras. Para su alma hambrienta eran poéticas, pero la parte herida de su ser sabía que tanto las palabras mismas como su sustancia estaban fuera de su alcance. Esbozando una triste sonrisa, dijo:
-Por desgracia, en esas montañas no hay hojas de cálculo, ni inventarios, y a mí es eso lo que me tira. Me temo que tendré que irme mañana mismo. Me ha surgido un asunto urgente que debo resolver.
-Oh, qué lástima -dijo Annette. _____ se volvió hacia Nick.
-Lo cual me recuerda una cosa. Necesito un taxi para ir a casa de Hazel esta noche. ¿Cómo se llama la compañía de taxis de por aquí?
-Yo te llevaré -dijo él. Ella levantó una mano.
-No, no. No hace falta que te molestes...
-Eres una invitada del rancho. No me molesta.
Ella volvió a concentrarse en el filete, pero de pronto se le había quitado el apetito. Ahora tendría que volver a quedarse a solas con Nick. Pero al menos le había dejado claro que no quería favores de él. Apartó el plato.
-Bueno, entonces, si me disculpan, iré a prepararme para ir a casa de Hazel. Ha sido un placer conocerlos -le dijo a la pareja de ingleses.
-Espero que las cosas cambien y pueda quedarse -añadió Annette.
______ sonrió y se encogió de hombros.
-Supongo que los juegos son para otros y no para mí...
-No me pareció eso anoche -la interrumpió Nick, y se metió otro pedazo de filete en la boca.
Roger y Annette intercambiaron una mirada entusiasta.
-Bueno, yo... creo que no estoy tan acostumbrada al whisky como la gente de aquí -balbució _______, intentando lastimosamente preservar su reputación.
-Pues entonces deberías beber más a menudo -comentó Nick, conteniendo una sonrisa.
A ______ le entraron ganas de darle un puñetazo. Pero en lugar de hacerlo dio media vuelta para marcharse y, mientras salía, recordó un viejo dicho: «Una chica valiente puede pasárselas sin reputación»
De lo único que estaba segura era de que, con Nick Jonas, había que tener valor.
yo lo haria sin whisky.... :roll:
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-Una raposa muerta. Sí. Eso es lo que parece. Las palabras de Hazel atravesaron la densa niebla que envolvía la mente de ______.
-¡Está despierta! ¡Aleluya! -Ebby, la cocinera que llevaba toda la vida trabajando para Hazel, una mujer alta y huesuda que había alimentado a cien cabezas de ganado y cinco hijos con su pensión de viuda, permanecía de pie junto a la cama.
Hazel miró por encima la bandeja de plata en la que Ebby llevaba café y una tostada.
-Sí. Sigue viva. Creo que me está mirando. _______ se sentó en la cama. Le dolía mucho la cabeza. Parpadeó.
-Te lo pasaste en grande en el molino, ¿eh? -dijo Ebby mientras dejaba la bandeja del desayuno.
-Jamás volveré a beber whisky -gimió ______.
-¿Es del whisky de lo que te arrepientes, o de la compañía? -preguntó Hazel.
-Oh, por favor, di que es del whisky -cloqueó Ebby-. Hasta las viejas como nosotras sueñan con hombres como Nick Jonas.
______ las miró a las dos con rencor.
-Estaba todo preparado. ¿Cuál de las dos lo hizo? ¿Fuiste tú, Hazel? -la acusó.
Hazel sonrió como el gato de Cheshire.
-Yo siempre digo que hay que vivir la vida hasta reventar. Pero no pensaba que fueras a hacerlo a la primera oportunidad, querida. Sin embargo, eres una _______(ta) de la cabeza a los pies. Ya te las apañarás. Los _______(ta) siempre lo hacemos.
-Hazel, prométeme que, durante el tiempo que esté aquí, no volverás a mencionar las palabras whisky y «hombres»
______ intentó levantarse. Llevaba puesto un pijama de raso rosa de su propia marca. El recuerdo de la noche anterior le iba llegando en oleadas, como el agua del molino de maíz. Recordaba el tenso silencio en la camioneta mientras Nick la llevaba al Lazy M. Había sido casi como si Mitch y Katherine estuvieran allí, en la cabina, con ellos, para aguarles la fiesta. Después de una despedida helada, ella se había arrastrado hasta la cama y había prometido olvidarse de Nick Jonas para siempre.
Pero entonces habían llegado las pesadillas. Las había padecido toda la noche. Estaba en una tienda de comestibles, o en la oficina de su contable, o en la cola para ver una película, y de pronto miraba hacia abajo y se veía como reflejada en un espejo. Su camiseta blanca, empapada, era transparente y resaltaba sus pezones morados, del tamaño de monedas de medio dólar. Llevaba el pelo mojado y pegado a la frente como una ninfa acuática. Pero mucho peor que la vergüenza que sentía y las miradas de perplejidad de quienes la veían era el derrumbamiento emocional que seguía a aquella escena. Intentaba taparse y corría a esconderse, pero allá donde iba se topaba con la mirada helada de Nick Jonas y con las palabras que habían reavivado su feminidad dormida: «A ti»
Cerró los ojos con fuerza e intentó olvidarse de aquello. Volvió a abrir los ojos, miró a Ebby y a Hazel y anunció:
-Será mejor que me ponga a trabajar. Tengo un montón de cosas que hacer antes del mediodía, cuando nos vayamos a ese... a ese... -se estremeció al pensar que tendría que volver a ver a Nick Jonas- a ese rancho para turistas.
-¿A mediodía? -dijo Ebby, mirando a Hazel con sorpresa—. Pero si son más de las dos de la tarde. Pensábamos que a lo mejor en Nueva Orleáns no dormías. Como hay tantos vampiros...
-¿Qué? -exclamó _____, agarrando el despertador que había junto a la cama. Estuvo a punto de chillar de espanto al ver la hora-. Tenía una cita con unos inversores a través de Internet a las once —apoyó la cabeza dolorida en las manos-. Ahora lo he echado todo a perder.
-Alegra esa cara, querida. Estás de vacaciones. Olvídate de la tienda por ahora. Tienes que irte al rancho -dijo Hazel intentando consolarla.
-Pero puede que haya perdido la ocasión de trabajar con esos inversores. Adiós a mis planes de expansión. Adiós a todo -le dieron ganas de echarse a llorar.
-El único plan de expansión en el que deberías pensar es el de tu horizonte vital. Sal ahí, querida, y pásatelo bien en el rancho.
______ dejó escapar otro gemido.
-Hasta eso se ha ido al infierno. Según el programa del rancho Mystery, a las dos teníamos la primera excursión a caballo. Ahora me la he perdido y además... -se estremeció al pensarlo- todo el mundo se fijará en mí.
Ebby se encogió de hombros.
-¡Ay, los jóvenes de hoy día! Sois todos una pandilla de quejicas.
Hazel le tendió la mano a _____.
-Vamos, niña. Eres una _______(ta). Y los _______(ta) nunca se dan por vencidos.
______ salió de la cama, pero de pronto tuvo la desagradable sensación de que iba a arrepentirse de ello. Aquel era uno de esos días en los que hasta esperaba leer en su horóscopo: «No te aventures más allá de las sábanas, pues te espera la debacle»
Y ciertamente, tras vivir la traición de su padre y luego la de Mitch, no podía haber debacle mayor ante ella que un hombre de ojos fríos con hambre en la mirada. Hambre de ella.
Hazel llevó a _____ al rancho para turistas Mystery y la dejó en el barracón, con dolor de cabeza y todo. El rancho estaba desierto. Parecía que todo el mundo se había ido de excursión. Como no sabía qué hacer, ______ se puso a revisar su correo electrónico.
Había recibido varios mensajes urgentes de su contable. En el último la avisaba que los inversores cuyo interés había intentado atraer sistemáticamente durante meses le habían denegado su apoyo. No iba a conseguir dinero para la ampliación del negocio porque no había sigo capaz de convencerlos de su seriedad.
Pero nada más lejos de la verdad. Ella comía, bebía y respiraba por Todo por Milady. La tienda lo era todo para ella. Su vida entera. Especialmente desde su ruptura con Mitch.
Y ahora, por culpa de una noche loca, se encontraba abocada al fracaso.
Deprimida, apagó el ordenador portátil. Miró la cama de leños de pino y le dieron ganas de arrojarse en ella llorando a lágrima viva. Pero eso no le serviría de nada. Por Mitch había derramado un mar de lágrimas, y ¿de qué le había valido? La única solución era seguir trabajando de firme.
Estaba claro que, a pesar de que estaba exhausta, no se esforzaba lo suficiente. Lo único que le quedaba por hacer era hacer las maletas, regresar a Nueva Orleáns y volver a volcarse en el negocio. Era el único camino hacia la felicidad, lo único que podía controlar, y hasta eso estaba haciéndolo mal.
La cabeza seguía doliéndole como si se la estuvieran abriendo con un martillo hidráulico, pero sacó la maleta de debajo de la cama y abrió la cremallera.
-Llegas tarde.
Al alzar la mirada, vio a Nick Jonas en la puerta, con el ceño fruncido. Estaba guapísimo, como cabía esperar. El polvo del camino se le había pegado a los pantalones de cuero desgastados. Tenía una expresión hosca y la cara sin afeitar, pero ello solo acentuaba la rudeza de su apariencia. Su mirada gris la traspasó como una estalactita.
-Lo sé. Lo siento -dijo ella, incapaz de odiarlo; ya se odiaba suficiente a sí misma en ese momento-. Me he dado cuenta de que tengo que volver a Nueva Orleáns hoy mismo. Por negocios.
Intentó ignorar a Nick y olvidarse de la incómoda sensación que le causaba, y, recogiendo las cosas de la cómoda, las metió atropelladamente en la maleta.
-Hoy no sale ningún avión. No puedes irte. Así que vamos a empezar. Así no te quedarás descolgada del grupo -sus palabras no admitían discusión.
Ella alzó la mirada de la maleta.
-¿Qué quieres decir con que no sale ningún avión? Si puedo llegar a Salt Lake City o a Denver...
-Hoy no sale ningún vuelo. Es domingo y estamos en Mystery. El aeropuerto es muy pequeño. Y, si estás pensando en que Hazel te lleve al aeropuerto más cercano, quítatelo de la cabeza porque no puede. Tardaríais mucho tiempo, y también perderías el vuelo. Así que tendrás que quedarte aquí por lo menos un día más. Vamos.
Ella se irguió, desconcertada. Él le indicó que saliera. Aturdida, ella lo siguió, sintiéndose como un canario en una jaula.
-Hoy empezaremos en el corral. No hay tiempo para salir a dar un paseo -su mirada se deslizó sobre ella-. Te enseñaré todo lo que necesitas saber para la salida de mañana.
-Pero ¿qué sentido tiene que me enseñes a montar si voy a irme?
Él se detuvo y la miró fijamente.
-¿Por qué tienes que irte?
-Ya te lo he dicho, por negocios -respondió ella secamente. Él alzó una ceja.
-¿Te refieres a ese rollo de los socios capitalistas? No los necesitas —la tomó del brazo y la condujo hacia el corral. Ella agrandó los ojos.
-Gracias, señor sabelotodo, pero creo que, dado que la tienda es mía, eso debo decidirlo yo -dijo, dando un paso atrás.
Pero no tenía sentido. Él volvió a asirla del brazo y la llevó junto a una hermosa yegua baya con la crin y la cola blancas.
-Vamos, sube -le ordenó él-. Yo te aupo.
Antes de que ella pudiera decir nada, Nick la enlazó por la cintura. _______ recordó su beso en el molino y sintió una extraña descarga eléctrica. Sus ojos se encontraron un instante y la corriente que fluía entre ellos aumentó de voltaje hasta hacerse casi insoportable.
Nick deslizó la mano por el muslo de _____, la agarró de la espinilla y la alzó a lomos de la yegua. ______ sintió el calor de su mano a través de la gruesa tela de sus vaqueros.
-Se llama Niña. Creo que os llevaréis bien -masculló él, mirándola con aquellos ojos fríos.
Sus palabras solo consiguieron aumentar la tensión sexual que existía entre ellos.
_____no quería sentirse como una niña estando con él. Quería permanecer indiferente, invisible, asexuada, especialmente al lado de aquel fornido y arrogante vaquero que parecía olfatear la debilidad de una mujer por el sexo opuesto como un sabueso a un fugitivo.
Aturdida, ______ acarició la crin blanca de la yegua en un intento por ignorar a Nick. La yegua echó hacia atrás la cabeza, dándole la bienvenida. ______ se asustó.
-Oye, de verdad creo que no necesito que me enseñes a montar porque como de todos modos me voy mañana...
El no le hizo caso.
-Los caballos del Oeste tienen cinco pasos: de paseo, trote... —empezó a recitar.
______ apenas le prestaba atención. Todavía le dolía la cabeza y empezaba a verlo todo de color rojo. Aquel tipo era un caradura. Primero intentaba seducirla llevándola a nadar al molino, luego la rechazaba y ahora le daba órdenes como si ella fuera su empleada y él su jefe y no al revés. El colmo.
-¿Entendido? —preguntó él cuando acabó de hablar.
-Sí -dijo ella con retintín, mirándolo con cara de pocos amigos.
-Pues empieza con paso de paseo —dijo él escupiendo las palabras como un capitán de marines. Sus labios se curvaron ligeramente-. Solo tienes que apretar los muslos. A ese estímulo responden tanto los caballos como los hombres.
Ella se quedó sin aliento. Incapaz de aguantarlo ni un momento más, apretó los muslos con todas sus fuerzas, intentando concentrarse en la yegua. Esta echó a andar bruscamente. Estuvo a punto de caerse de espaldas cuando el animal empezó a trotar. Le lanzó a Nick una mirada indignada. Estaba que echaba humo.
Él se echó a reír. Sus dientes blancos relucieron.
-Los de ciudad sois todos iguales. Queréis correr antes de saber andar.
Nick se acercó a la yegua y le tiró de la brida para frenarla. El animal siguió avanzando suavemente, a paso lento. _____ volvió la cabeza furiosa y lo observó mientras él permanecía en el centro del corral.
«Es como si estuviera huyendo de algo... y yo solo pretendo que se detenga y mire a su alrededor, nada más», ______ recordó las palabras de Hazel sobre Nick. Luego, miró a la yegua baya sobre la que iba montada. Instintivamente confiaba en aquel animal. Pensó que incluso podía tomarle gusto a montar en ella, aunque ese era un lujo que no podía permitirse de momento.
Tal vez Hazel pensara que Nick debía dejar de huir, pero mientras daba vueltas y más vueltas alrededor del corral, con la penetrante y gélida mirada de Nick clavada en ella, _____ comprendió que era ella la que quería echar a correr. Y, como un macho dominante, él solo le permitía ir al paso.
Sí, de acuerdo, se había caído un par de veces. Pero daba igual, pensó ______ mientras volvía cojeando al barracón. Toda aquella experiencia le servía de bien poco, porque iba a hacer sus maletas y largarse. Sin embargo, tenía que admitir que Niña le gustaba. La pobre yegua había mostrado la paciencia del santo Job durante la clase. Mientras ______ daba botes y se removía intentando a la desesperada mantener el equilibrio, la yegua había mantenido la calma.
Incluso ______ sabía por qué se había caído: por su cabezonería y por su incapacidad para admitir las instrucciones del señor Jonas.
Exhausta, se tiró en la cama de madera y abrió el ordenador, haciendo caso omiso del polvo que cubría sus pantalones y botas. Se conectó a Internet y abrió su correo para ver qué tal se las apañaba su contable en su ausencia.
Había un mensaje urgente de él. ______ sabía que tenía que estar al borde de un ataque de nervios, porque no había dinero para pagar los nuevos pedidos. Su mensaje la dejó boquiabierta.
______:
¡Todo arreglado! Un nuevo inversor, la MDR Corporation, nos ha ofrecido cuatro veces más dinero del que pensábamos necesitar para la expansión. Los de MDR se han enterado de la operación y aseguran que dispondremos del dinero el lunes a primera hora de la mañana.
Podemos revisar el contrato y firmar todos los documentos cuando regreses, a fin de mes.
Mientras tanto, insisto en que te diviertas a lo grande, porque yo también pienso irme de vacaciones.
¡Todo va de maravilla en el País de Jauja!
Rick.
______ leyó el mensaje dos veces. Tenía mil preguntas que hacerle a Rick Johnstone, su asesor financiero, así que tomó rápidamente el teléfono móvil.
-Rick, soy _____ -dijo cuando él respondió-. Cuéntamelo todo. Él se echó a reír.
-Hemos recibido por fax una carta que prácticamente nos suplicaba que aceptáramos a MDR como socio capitalista.
-Pero ¿quiénes son? —preguntó ella.
-Ya le miraremos el diente al caballo regalado cuando vuelvas -dijo Rick, echándose a reír de nuevo-. Solo sé que debes de haber convencido a alguien de por ahí, porque la empresa tiene su dirección en Mystery -ella miró fijamente el teléfono como si estuviera viendo visiones—. ¿______?
-Oh, oh -ella frunció el ceño. Sabía exactamente quién la había sacado de aquel apuro.
La tía abuela Hazel. Ella poseía la mayor parte de Mystery. Tenía dinero a mansalva. Pero ______ no podía aceptar su ayuda. Hazel era su tía. Ella no podía arriesgar el dinero de un familiar. Su madre siempre había sido demasiado orgullosa para aceptar la caridad de los _______(ta), y ella también lo era. Se frotó las sienes doloridas.
-Déjame pensarlo. Intentaré estar de vuelta mañana.
-Es un buen trato, ______. Pero haz lo que tengas que hacer.
Colgaron. Ella se quedó sentada en la cama largo rato. No podía permitir que Hazel fuera su ángel de la guarda. El hoyo en que estaba metida lo había cavado ella misma. La ampliación ya se había puesto en marcha cuando ella descubrió que no disponía de capital suficiente. Tanto Rick como ella sabían que tendría que vender el negocio para pagar las deudas que había contraído si no encontraban inversores nuevos.
Tenía que ir a ver a Hazel esa misma noche y rehusar su ayuda. Al día siguiente tomaría un avión y volvería a empezar desde el principio. Tal vez esta vez lo conseguiría.
Lo que tenía que hacer era acercarse a casa de Hazel después de la cena. Y seguramente tendría que pedirle a Nick Jonas que la llevara.
Lanzó un gemido. ¿Acaso nunca podría librarse de aquel hombre? Dejó escapar un profundo suspiro y recogió sus cosas de baño. Tenía que haber taxis en Mystery. En cuanto refrescara sus músculos doloridos, averiguaría dónde podía conseguir uno. Así no tendría que pedirle favores a nadie, y mucho a menos a Nick Jonas.
El plan tenía buena pinta. Sobre el papel. Igual que sus inversores.
-He oído el rumor de que la sobrina de Hazel se va -dijo Justin Garth, el jefe de las cuadras, mientras los empleados del rancho estaban reunidos en la cocina.
Nick levantó la mirada del ordenador portátil. Se mantenía al corriente de las evoluciones de su ganado en la parte oriental de Montana mediante los informes que le enviaban de su rancho.
-La sobrina de Hazel no va a ir a ninguna parte. Necesita unas vacaciones -dijo escupiendo las palabras, y volvió a mirar la pantalla.
-No es eso lo que me han dicho —replicó Justin, y su rostro moreno, de hermosos rasgos, se agrietó mientras intentaba contener la risa-. Tengo entendido que está deseando largarse de Mystery desde que fue a nadar contigo al molino. ¿Qué pasó, socio? ¿Hacía demasiado frío y no conseguiste impresionarla, o qué?
Justin recibió como respuesta un bufido.
-Yo no necesito impresionar a ninguna señoritinga de Nueva Orleáns. Estoy seguro de que ha visto a más tíos desnudos en una de esas fiestas que hacen por allí de los que la mayoría de las mujeres ven en toda su vida.
-Así que estabais los dos desnudos, ¿eh? -Justin dejó escapar un silbido. Aunque corto de estatura, era un hombre fornido, con el pelo abundante y rojo y una sonrisa fácil, al que habitualmente se consideraba el más pendenciero del grupo.
-No estábamos desnudos -dijo Nick.
-¿Casi desnudos? -Nick se echó a reír finalmente, pero no confirmó ni negó la acusación-. Lo que está claro es que esa es un bombón. La vi en el baile y estuve a punto de enamorarme de ella allí mismo. Y apuesto a que, si lleva la sangre de Hazel, también será testaruda -Nick frunció el ceño—. ¿Piensas ligártela? Por que, si no, a mí no me importaría... -Justin se calló de repente. La mirada de Nick le dijo todo lo que necesitaba saber-. Vale, vale -concluyó-. Pero que no me entere yo de que se va a Nueva Orleáns sin haber probado la hospitalidad de Mystery. Eso me rompería el corazón -Nick respondió con otro bufido. Justin lo miró mientras trabajaba con el ordenador-. Ya va siendo hora de que te busques una compañera. Nunca he visto un oso como tú sin una.
Nick se encogió de hombros y dijo:
-Ya he dejado de hibernar.
Si había algo que ______ podía afirmar sobre Montana, era que ciertamente le abría el apetito. Lejos estaban los días en que se alimentaba de café con leche y ensalada. La furgoneta que llevaba la comida al rancho de vacaciones Mystery servía filetes, y de pronto ______ deseaba comerse uno como si estuviera famélica.
Se llenó el plato y se sentó a una rústica mesa de pino en medio del comedor. Había quizá quince personas, todas ellas huéspedes del rancho.
-Soy Roger Fallón, y esta es mi mujer, Anette -un hombre de mediana edad, con barba y gafas, que estaba sentado a la mesa se levantó mientras _____ se sentaba.
-Encantada de conoceros -contestó ella, avergonzándose de pronto por llevar el plato lleno.
-Te vimos anoche en el baile. Somos de Londres. Hemos venido a experimentar la auténtica vida de los vaqueros, ¿verdad? —Annette era una mujer de aspecto maternal y ojos chispeantes, con el pelo teñido de rubio y una sonrisa contagiosa.
A ______ le cayeron bien desde el primer momento. Había algo desarmante en ellos. Pensó que tal vez se tratara de su ropa de vaqueros. Los dos se habían vestido con entusiasmo para la excursión a caballo, con chalecos de cuero repujado y hasta pañuelos rojos atados al cuello.
-Habéis venido desde muy lejos para montar a caballo -comentó ______ amablemente.
-Este es el mejor rancho de ocio de todo el país. ¿Cómo íbamos a resistirnos, a pesar del precio?
Las palabras de Annette sorprendieron a ______. Ella no había pagado nada por su estancia. Pensaba que el rancho era de Hazel, y que su tía la había invitado. De pronto empezó a preguntarse si estaría aún más endeudada con Hazel de lo que pensaba.
-Yo... he de confesar que no sé mucho sobre ranchos de ocio -dijo _____-" Mi tía abuela, que vive aquí, en Mystery, me dijo que viniera. Estaba convencida de que yo me estaba matando a trabajar, aunque no es cierto.
_____ hundió el cuchillo en el jugoso filete que aún chisporroteaba en su plato. La molestaba que el rancho Mystery estuviera perdiendo dinero por su culpa. Había dado por sentado que el rancho era propiedad de Hazel y que allí se hacía lo que su tía mandaba.
-Dicen que los vaqueros de aquí son los mejores del estado. Pero a Nick Jonas nos lo han recomendado de Tokio a Tombuctú -comentó Roger Fallón con una sonrisa encantadora-. Llevábamos cinco años en lista de espera para poder venir aquí. ¿Y tú?
_____ se puso colorada. No tenía ni idea de que el rancho de vacaciones de Mystery fuera un destino turístico tan codiciado. Lo cierto era que había creído que Hazel la había invitado porque el rancho necesitaba desesperadamente clientes.
-Yo en realidad no sé nada de esa lista. Como os decía, fue mi tía la que me invitó a venir -_____ masticó su filete, confiando en que cambiaran de tema.
-Así que ¿conoces aquí a verdaderos ganaderos? -Annette parecía fascinada-. Qué maravilla. No sabes lo que daría cualquier londinense de a pie por vivir como un vaquero solo una semanita.
-No tenía ni idea -dijo _______.
-Oh, querido. ¡Mira quién está ahí! -exclamó Annette, dándole un codazo a su marido.
Todos los huéspedes sentados a la mesa miraron hacia la furgoneta de la comida. Nick Jonas estaba junto a la parrilla, pidiendo un filete.
-Es un tipo fantástico, ¿no crees? -le dijo Roger a Nick-. Todos esos rodeos... Todos esos campeonatos... Con él por aquí, me siento como si estuviéramos viviendo una película de Clint Eastwood.
Habríamos pagado el doble de lo que vale la estancia en el rancho solo por experimentar lo que ese hombre puede enseñarnos.
______ miró a Nick. Él le devolvió la mirada. Ella sintió un escalofrío. Por más que se resistía, estaba sucumbiendo. El deseo se avivaba en ella cada vez que Nick balanceaba las caderas o le lanzaba su lenta sonrisa.
-¿Y qué es lo que puede enseñarnos? No he oído hablar mucho de él -______ volvió a enfrascarse en su filete.
-Querida, está considerado uno de los mejores ganaderos del Oeste. Tiene un rancho a unos cuatrocientos kilómetros de aquí. Y por estos contornos es toda una leyenda -dijo Annette»
-Hemos leído que una vez salvó a un par de cachorros de oso en la autopista. Según parece, tomó a cada uno con un brazo y los sacó corriendo de la carretera. Es un tipo muy fuerte, porque hasta una cría de oso pesa una barbaridad.
-¿Y qué le pareció a la osa? -preguntó _______ sin poder evitarlo.
-Se volvió loca por él, como todas las de su sexo -dijo Roger-. Comprobó que sus cachorros estaban bien y desapareció al otro lado de la autopista.
-Todo eso me parece un cuento chino —comentó ______ secamente.
-Señorita ______, ¿me permite? ______ miró hacia atrás y vio al objeto de su conversación de pie tras ella.
-Señor Jonas -dijo mientras él se sentaba a su lado con su filete. Su muslo recio y musculoso rozó el de ella, y _______ recordó que estaba muy sola.
Anette y Roger se quedaron pasmados de asombro. ______ se limitó a esbozar una tenue sonrisa. A fin de cuentas, tenía mucho que ocultar.
-¿Se ha recobrado del todo de lo de anoche? -preguntó Nick.
Annette parecía a punto de desmayarse de emoción y Roger no acababa de cerrar la boca.
-¿Conoce a Roger y Annette? -preguntó ______ en tono puntilloso-. Son de Londres. Y grandes admiradores suyos.
Nick asintió.
-Sí, los he conocido durante la salida de esta tarde. Tienen ustedes un buen sentido del equilibrio. Y eso es muy a tener en cuenta en un novato.
-Gra...gra...gracias -balbució Roger.
-Estábamos diciéndole a la señorita Clay lo maravilloso que es el rancho -añadió Annette-. Ella no parece tan familiarizada con él como la mayoría de los huéspedes.
Nick miró a ______ de reojo.
-Ya lo estará, a su modo. Además, ha venido con las más altas recomendaciones.
-De mi tía abuela Hazel -explicó ______, intentando dejarlo claro.
-Sí, la señorita ______ es una mujer de negocios. No siente la necesidad de volver a entrar en contacto con la naturaleza.
Nick comenzó a comerse el filete como si fuera su última comida. ______ lo miró masticar y, al recordar sus besos, sintió que se derretía de la cabeza a los pies.
-Pues nunca hay que perder el contacto con ella -dijo Annette-, porque no hay nada como una puesta de sol en la montaña, o la visión de un reno con su cría, para recordar lo que de verdad es importante.
-¿Y qué es? —preguntó ______.
-Dios. El espíritu. La empatia. Todo eso y más -añadió el marido de Annette.
_______ le dio vueltas a aquellas palabras. Para su alma hambrienta eran poéticas, pero la parte herida de su ser sabía que tanto las palabras mismas como su sustancia estaban fuera de su alcance. Esbozando una triste sonrisa, dijo:
-Por desgracia, en esas montañas no hay hojas de cálculo, ni inventarios, y a mí es eso lo que me tira. Me temo que tendré que irme mañana mismo. Me ha surgido un asunto urgente que debo resolver.
-Oh, qué lástima -dijo Annette. _____ se volvió hacia Nick.
-Lo cual me recuerda una cosa. Necesito un taxi para ir a casa de Hazel esta noche. ¿Cómo se llama la compañía de taxis de por aquí?
-Yo te llevaré -dijo él. Ella levantó una mano.
-No, no. No hace falta que te molestes...
-Eres una invitada del rancho. No me molesta.
Ella volvió a concentrarse en el filete, pero de pronto se le había quitado el apetito. Ahora tendría que volver a quedarse a solas con Nick. Pero al menos le había dejado claro que no quería favores de él. Apartó el plato.
-Bueno, entonces, si me disculpan, iré a prepararme para ir a casa de Hazel. Ha sido un placer conocerlos -le dijo a la pareja de ingleses.
-Espero que las cosas cambien y pueda quedarse -añadió Annette.
______ sonrió y se encogió de hombros.
-Supongo que los juegos son para otros y no para mí...
-No me pareció eso anoche -la interrumpió Nick, y se metió otro pedazo de filete en la boca.
Roger y Annette intercambiaron una mirada entusiasta.
-Bueno, yo... creo que no estoy tan acostumbrada al whisky como la gente de aquí -balbució _______, intentando lastimosamente preservar su reputación.
-Pues entonces deberías beber más a menudo -comentó Nick, conteniendo una sonrisa.
A ______ le entraron ganas de darle un puñetazo. Pero en lugar de hacerlo dio media vuelta para marcharse y, mientras salía, recordó un viejo dicho: «Una chica valiente puede pasárselas sin reputación»
De lo único que estaba segura era de que, con Nick Jonas, había que tener valor.
yo lo haria sin whisky.... :roll:
Faby Evans Jonas
Re: "A Corazon Abierto" (Nick y tu) Adaptación.
SIGUELAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!!! WISKY WISKY... BORRACHA! ¬¬ xD
YO ESTOY SEGURA DE K NICK ES RICK Y K NICK ES EL INVERSOR!!
SEGURISISISISSIMAAAAAAA!!!!
SIGUELAAAAAAAA FABYY!! ME MATO LA PARTE DE AUPA
SIGUELAAAAAAAAAAA
YO ESTOY SEGURA DE K NICK ES RICK Y K NICK ES EL INVERSOR!!
SEGURISISISISSIMAAAAAAA!!!!
SIGUELAAAAAAAA FABYY!! ME MATO LA PARTE DE AUPA
SIGUELAAAAAAAAAAA
LittleVickJ♥
Re: "A Corazon Abierto" (Nick y tu) Adaptación.
:o :o el molino :o
rick es el asistennte de __
y nick es el inversor creo :P
Te estas demorndo en seguirla
SIGUEEEE
rick es el asistennte de __
y nick es el inversor creo :P
Te estas demorndo en seguirla
SIGUEEEE
♥..:Tiff:..♥
Re: "A Corazon Abierto" (Nick y tu) Adaptación.
4
________ no dijo ni una palabra durante el trayecto a casa de Hazel. Permaneció en silencio, observando de reojo el perfil de Adonis de Nick, suavemente iluminado por la luz verde del salpicadero.
La camioneta traspasó las puertas de hierro forjado del rancho Lazy M, Nick le abrió la puerta de la camioneta y la acompañó hasta la entrada.
-¡Pasad! -exclamó Hazel al abrir la puerta-. ¡Vaya, qué agradable sorpresa! Entrad y dejad que os eche un vistazo.
_______ abrió la boca para decir que era ella la que quería hablar con Hazel, pero de pronto comprendió que aquello sería una grosería. A fin de cuentas, Nick la había llevado al Lazy M, y era amigo de Hazel. ______ cerró la boca y entró junto con Nick en el salón de Hazel, lleno de antigüedades. Retratos y daguerrotipos de los ______(ta), los ancestros de _____, los miraban desde las paredes. Hasta parecían contener el aliento al unísono.
-Ebby, trae un refrigerio, ¿quieres? Tenemos compañía -dijo Hazle cuando Ebby apareció en las puertas de nogal labradas.
Ebby pareció encantada dé verlos.
-¡Ahora mismo! -dijo, secándose las manos en el delantal blanco.
-¿Qué os trae por aquí? —preguntó Hazel, señalándoles un canapé de dos plazas forrado de seda.
_______ se sintió de nuevo atrapada en una emboscada, pero esta vez tenía la sensación de haber participado en su preparación. Se sentó junto a Nick en el canapé.
Aquel silloncito Victoriano no estaba hecho para personas de estatura moderna. ______ se encontró de pronto prácticamente sentada encima de Nick, una vez que este extendió las piernas y aceptó el brandy que le ofrecía Ebby.
Decidida a acabar cuanto antes, ______ no quiso beber nada y dijo:
-Hazel, no puedo permitirlo. He sabido que la MDR Corporation ha hecho una generosa inversión en Todo por Milady, pero no puedo aceptarla. Es muy arriesgado. Y aunque sé que haré cuanto pueda para que todo salga bien, no puedo aceptar tu dinero sabiendo que hay posibilidades de que lo pierdas. Así que declino tu...
-¿Declinas una oferta de dinero limpio? -la interrumpió Nick—. ¿Qué clase de empresaria eres? _______ empezó a enfadarse.
-Mire, señor Jonas, con el debido respeto, no necesito su opinión. Esto es entre Hazel y yo.
Hazel miró al uno y al otro. Parecía querer decir algo, pero le faltaban las palabras, lo cual era muy extraño, tratándose de Hazel McCallum.
-______, querida, a mí me gustan tan poco como a ti las intromisiones, pero creo que Nick tiene razón -dijo, titubeando-. Es dinero limpio y honrado. Justo lo que necesitas para ampliar el negocio. Y también para tomarte unas vacaciones y darte un respiro de ese trabajo que, según tu madre, te está matando.
-Estoy perfectamente -declaró _____-. Pero no me lo perdonaría si el negocio saliera mal y no pudiera darte beneficios, ni mucho menos pagarte la deuda.
-Pero no saldrá mal. Eso es imposible —dijo la ganadera con firmeza.
-Pero ¿y si...?
Hazel la cortó sin miramientos.
-Hagamos un trato, ______. Acepta por ahora el dinero de la MDR Corporation. Cuando acabe tu estancia en el rancho, puedes volver a Nueva Orleáns y encontrar nuevos inversores.
-Pero eso llevará tiempo. Debería irme ahora... Hazel levantó una mano.
-No quiero ni oír hablar de eso -sus ojos azules relucieron-. Hazle caso a una pobre anciana, por favor, _____ -a ______ le dieron ganas de alzar los ojos al cielo. Hazel la había enredado en su telaraña-. Solo serán unas semanas. Volverás a casa antes de que se acabe el mes, y cuando lo hagas te estarán esperando los mismos problemas que cuando te fuiste.
______ apretó los dientes.
-Está bien -dijo-. Pero voy a devolverte el dinero con intereses del cinco por ciento. Es más de lo que pagan los bancos.
Hazel se echó a reír. Hasta Nick pareció reprimir una carcajada.
-Excelente. Entonces, ¿trato hecho? ¿Aceptas el dinero de la MDR y te quedas aquí como estaba previsto?
-Sí.
______ dejó escapar un suspiro. No sabía cómo iba a pagar los intereses, y mucho menos cómo iba a conseguir nuevos inversores, pero estaba dispuesta a aceptar aquel trato para complacer a su tía.
—Ahora, tomad una galleta. Es la receta de mi madre. Hechas con esencia de violeta, igual que se hacían en 1895 -Hazel levantó un plato pintado a mano lleno de blancas galletitas de mantequilla.
Aunque no tenía apetito, _______ tomó una.
Durante los siguientes veinte minutos, Hazel parloteó sin cesar. Por fin, cuando el reloj del salón dio la hora, Nick se levantó. Con su camisa de franela y sus vaqueros, parecía un gigante en medio del hermoso salón.
—Madrugar forma parte de la vida en un rancho, Hazel, así que, si nos disculpas -recogió su Stetson, que había dejado sin que ______ se diera cuenta sobre una mesita cercana.
—Sí, tienes razón —los ojos de Hazel brillaron—. Además, mi sobrina necesita descansar, y mucho. Así que prométeme que la llevarás a la cama ahora mismo.
_____ estaba tan cansada que besó a su tía abuela y salió por la puerta principal antes de caer en la cuenta de lo que había dicho Hazel. O, más bien, de lo que había querido decir.
—Mi tía siempre tan traviesa -dijo dando un suspiro mientras salían del rancho. Nick sonrió.
—Es única, de eso no hay duda. Yo siempre he querido una mujer como ella.
—Pues está disponible, ¿sabes? -contestó ella mordazmente.
Nick la miró. Sus ojos brillaban suavemente.
—Lo sé, pero por desgracia para mí Hazel ya no está en edad de tener hijos. Y yo quiero montones de ellos.
Su comentario sorprendió a ______. No le apetecía imaginarse a Nick como un padre de familia. Ella también quería tener hijos, pero Mitch siempre le había dado largas. Tras descubrir la verdadera naturaleza del carácter de su marido, casi se alegraba de no haberlos tenido. Pero, al mismo tiempo, notaba su falta. Una familia, un marido, hijos... Le parecía no tener derecho a esas cosas. Su madre no las había tenido. Y ella, al parecer, tampoco las tendría.
Claro que allí estaba aquel vaquero sentado a su lado, diciéndole que tenía el mismo anhelo que ella. Aquello resultaba casi demasiado tentador. Convertía a Nick en un hombre peligroso.
-¿En qué piensas? ¿No te gustan los niños? -dijo él mientras dirigía el coche a la carretera. Ella sacudió la cabeza.
-Me encantan. Pero no tengo ninguno. Dicen que dan muchas preocupaciones.
-¿Y?
Ella estuvo a punto de echarse a reír. No sabía qué más decir. En la ciudad, los hombres no hablaban así. Un hombre de ciudad era más proclive a mostrarle a una mujer las llaves de su deportivo que a mirarle la boca como si fuera una buena yegua de cría.
-¿Qué más quieres que te diga? -preguntó ella.
-Pues no sé, ¿cuántos críos te gustaría tener? Ella intentó ocultar su sorpresa.
-Eso depende, ¿no?
-¿De qué?
-Del padre -lo miró como si estuviera loco. Él asintió.
-Y si el padre está bien, ¿cuántos?
-Mira, yo no soy una de esas que parecen fábricas de niños. Quiero decir que tengo desde luego las caderas anchas y robustas, lo noto cada vez que me compro unos pantalones, pero no creo que criar a los hijos sea como tener cachorros de perro. Salen muy caros, ¿sabes? Los niños.
Confiaba en que aquello le dejara clara su opinión de una vez por todas. A fin de cuentas, él tenía un buen trabajo en el rancho de vacaciones de Hazel, pero no podía meter a su futura esposa y a sus hijos en el barracón del rancho.
-Nunca lo había pensado de ese modo -dijo él, pensativo-. Mis padres tuvieron siete hijos. Y de algún modo se las apañaron para salir adelante. Conseguían que hubiera comida en la mesa y amor en la casa. Eso me enseñó a creer que, si algo te importa, no puedes pensar en su coste.
Ella le lanzó una sonrisa irónica.
-Me temo que yo no puedo permitirme tanto idealismo. Mi madre me crió sola, y le resultó muy difícil. Tan difícil que yo no estoy dispuesta a seguir sus pasos. Además, debo confesar que ahora mismo me preocupan mucho más ciertos asuntos financieros..., como bien sabes porque has asistido a mi conversación con Hazel.
-Te preocupas demasiado por el negocio. Ella dejó escapar un suspiro involuntario.
-Es lo único que tengo. Es lo que me mantiene en pie. Trabajo mucho, sí. La verdad es que los últimos dos años no he hecho más que trabajar.
-Pero también hay que jugar un poco.
-Cuando uno se está ahogando, no tiene tiempo de jugar -dijo ella secamente.
Él la miró.
-Pues deja que te salven.
Ella profirió una risa amarga.
—A mi madre nadie la salvó, y si yo hubiera tenido hijos con Mitch, habría sido un barco a la deriva y a punto de hundirse, como ella. Así que no, gracias.
—De donde yo provengo, no se abandona a la familia.
______ dejó que aquellas palabras cayeran en el silencio. La tentación de creerlo, de permitir que alguien la salvara, era muy fuerte. Pero aquella posibilidad despertaba en ella más miedo que consuelo. Notaba que él tenía algo en la cabeza. Tenía que dejarle las cosas claras de inmediato, o luego le resultaría mucho más difícil. Balbuciendo, confesó:
—Supongo que lo que le ocurrió a mi madre y lo que me ha pasado con Mitch... En fin, sencillamente me resulta muy difícil creer en el compromiso, el amor y la devoción. Resulta difícil permitirse el lujo de creer en esas cosas cuando te las han quitado de un golpe.
Él la miró un momento.
—Mira, anoche, en el molino... fue... -sus palabras se desvanecieron.
—Oh, lo sé. No sé qué me pasó. Supongo que en este momento de mi vida estoy un poco desquiciada -dijo ella, azorada.
—Hazel quiere que te des un respiro. Olvídate de la tienda una temporada. Te sentará bien.
Ella se frotó la frente. Le estaba empezando a doler la cabeza.
—Te agradezco el consejo, pero ¿a ti qué más te da?
—Ayer, cuando estábamos en el molino, me di cuenta de que a mí también me hace falta jugar -dijo él con aspereza.
______ se sintió conmovida de repente. Su devoción hacia Katherine demostraba que era probablemente más leal que Mitch, y al darse cuenta de ello se sintió avergonzada por haber pensado mal de él. Nick también sufría.
Ella empezó a decir suavemente:
-Hazel me ha contado lo que le pasó a tu novia. Lo siento mucho. Debió de ser terrible —él no dijo nada. El silencio se hizo opresivo—. Mira -añadió ella, dando un profundo suspiro-, no pretendo que aceptes mis consejos. Yo soy el fruto de mi experiencia. Pero tú... en fin, tú pareces haber tenido una vida familiar muy feliz. Así que espero de verdad que empieces a jugar. Te lo mereces, después de lo que has pasado. Tienes mucho que ofrecer.
-Y tú das demasiado. Tienes que aprender a aceptar la ayuda de los demás -dijo él. Ella cerró los ojos y sacudió la cabeza.
-Eso suena muy bien, pero me temo que soy demasiado cobarde. Lo siento -______ se alegró cuando tomaron el desvío del rancho-. Bueno, muchas gracias por llevarme. Si te debo algo, la gasolina o lo que sea, dímelo —no se le ocurría nada más que decir.
La camioneta se detuvo frente al barracón. Nick apagó el motor y se volvió hacia ella.
-¿Cómo era? Tu marido, quiero decir. La pregunta la pilló por sorpresa.
-Era... era... Bueno, supongo que al principio era estupendo. Yo, desde luego, creía que estaba enamorada de él. Pero luego resultó ser un canalla —se echó a reír amargamente-. Sí, creo que eso lo resume todo.
Él la tomó de la barbilla y la miró a los ojos.
—Ese hombre te quitó el placer de vivir. Te lo robó como un ladrón roba una pulsera de diamantes. Tienes que recuperarlo. Era tuyo y lo necesitas.
______ sintió un nudo en el estómago. El contacto de la mano de Nick le produjo una suave excitación, como el roce de una pluma. Sus palabras la dejaron al borde de las lágrimas. Intentando recomponerse, dijo:
—Sí, me robó. Pero ¿cómo voy a recuperarlo? No puedo permitirme otra pulsera de diamantes.
—Pues deja que alguien te la regale.
Ella encontró al fin un modo de salir de la maraña emocional en la que Nick la estaba metiendo.
—Sí, eso también suena muy bonito. Como ese viejo cuento sobre cómo hacerse millonario. Ya sabes, no hay nada más que encontrar un empleo en el que te paguen un millón por hora y trabajar una hora, nada más —se echó a reír—. Sin embargo, lamento informarle, señor Jonas, de que las cosas no funcionan así. Yo podía conseguir un millón de tipos que me prometieran la luna, pero ¿qué obtendría en realidad, aparte de un empacho de libido?
—Algunos hombres mantienen sus promesas -replicó él.
—Puede ser. Pero yo no quiero entrar en ese juego. Tengo muchas cosas que hacer. Por lo menos, podré vivir de la tienda cuando sea mayor. Tú, por lo que cuenta Hazel de tu juventud, debes de ser de esos con los que no se puede contar hasta el amanecer.
Él apretó la mandíbula.
—Conmigo se puede contar siempre. ¿Quieres que te lo demuestre? -ella contuvo el aliento.
Él la soltó—. Buenas noches, señorita _______. Mañana saldremos temprano, así que le recomiendo encarecidamente que duerma un poco.
Ella lo miró un momento y luego salió de la camioneta. Él se marchó entre una nube de polvo. Desconcertada, _______ entró en su dormitorio del barracón. Mientras se desvestía y retiraba las mantas, se preguntó por qué se molestaba siquiera. Sabía que esa noche no podría pegar ojos. Y aunque consiguiera adormilarse, solo podría soñar con Nick Jonas.
Faby Evans Jonas
Re: "A Corazon Abierto" (Nick y tu) Adaptación.
odio a ese Mitch
___ deja k nick te ayude a recuperar la pulsera y
tengan muchoss hijoooss
Siguelaa faby :)
___ deja k nick te ayude a recuperar la pulsera y
tengan muchoss hijoooss
Siguelaa faby :)
♥..:Tiff:..♥
Re: "A Corazon Abierto" (Nick y tu) Adaptación.
la parte q faltaba
Con los párpados caídos, ______ guió a Niña con las riendas hacia la izquierda para seguir al resto del grupo. Llevaban en camino más de una hora cuando llegaron a una encrucijada.
—Por ahí no. Nunca vayan por ahí -les dijo Justín cuando estaban a punto de tomar la senda equivocada.
—¿Por qué? -preguntó ______, colocándose al paso de Justin.
El guía se limitó a mirar a lo lejos.
—Algo malo ocurrió en ese camino. Ya nunca lo utilizamos.
_____ observó la tortuosa senda hasta donde le permitía la vista. Pequeñas avalanchas de piedras cubrían el suelo. El camino parecía hacerse casi vertical a medida que subía por la montaña y se internaba en la nieve.
______ sintió un escalofrío. Estaba segura de que aquel era el camino en el que Katherine había perdido la vida. Miró a Nick, que iba delante. Él parecía ignorar por completo la senda prohibida.
Su atención estaba fija en sus jinetes y en las condiciones de la senda que se desplegaba ante él. Pero iba sentado en la silla más tieso que de costumbre, y ______ se preguntó si aquella encrucijada todavía abría en él una herida.
-¿Ya nadie sube por ese camino? -le preguntó ella a Justin.
Él sacudió la cabeza.
-Solo el jefe, cuando está de mal humor.
______ volvió a mirar el camino, perdiéndose en sus pensamientos.
Roger y Annette iban delante de ella, montados en sendos caballos apalusas. Otras dos mujeres de Los Ángeles, dos hermanas, estaban pasando sus vacaciones en el rancho. No paraban de flirtear con Justin, un vaquero pelirrojo y corpulento que guiaba la expedición, y _____ casi las envidiaba. Ellas sabían jugar.
De pronto, Nick retrocedió hasta el final de la fila montado en su alazán. La yegua de ______ giró la cabeza y pareció querer irse tras el alazán. ______ se echó a reír: los caballos parecían reflejar las tensiones de sus jinetes. Pero Nick solo le lanzó una mirada helada.
Finalmente se pararon junto a un arroyo donde estaba esperándolos la furgoneta de la comida para servirles el desayuno.
Justin le sujetó el caballo a ______ mientras esta desmontaba. A ella le había gustado desde el principio. Parecía un buen chico. Su sonrisa era contagiosa y ______ notaba que se le daban bien las mujeres. Kim y Susan, las mujeres de Los Ángeles, se ponían a ronronear cada vez que se acercaba a ellas.
-¿Qué tal? ¿Le gusta por ahora? —le preguntó Justin mientras les servían huevos y beicon.
-Por desgracia, me perdí la lección de monta de ayer, pero espero ponerme al día —dijo ______.
-A mí no me importa darle unas cuantas clases en el corral, si quiere -dijo Justin, guiñándole un ojo.
Ella no pudo disimular una sonrisa. Justin era un tipo campechano y transparente. La atracción que Kim y Susan sentían por él era comprensible. Aquel vaquero no tenía doblez, a diferencia de su jefe, que resultaba incomprensible.
-Creo que podré apañármelas por ahora, pero gracias por el ofrecimiento. Lo tendré en cuenta
—______ sonrió y pasó junto a Nick.
Él se limitó a mirarla con el ceño fruncido. Ella se sentó apoyada contra el tronco de un árbol y vio con inquietud que Nick se acomodaba a su lado.
-¿Has dormido bien? -preguntó él maliciosamente, como si pudiera leerle los sueños. Ella esbozó una sonrisa burlona.
-Claro, ¿por qué no iba a dormir bien? Él alzó una ceja. Ella empezó a comerse los huevos con ansia.
-Esta noche es el rodeo. ¿Vas a ir? —dijo él, masticando su beicon.
-¿Forma parte del programa de actividades? -preguntó ella mientras untaba de mantequilla una galleta.
-Por supuesto.
-Entonces, creo que podré dedicarle ocho segundos de mi tiempo.
Él se echó a reír y de pronto se puso muy serio.
-Son ocho segundos muy largos. ¿Alguna vez has montado un toro?
-No -dijo ella.
-Pues deberías intentarlo -dijo, y volvió a enfrascarse en su desayuno.
______ sintió un estremecimiento. Miró el cuerpo fibroso de Nick y el modo en que la camisa se le ceñía a los músculos del brazo. Recordó el vello de su pecho y el reguero de pelo negro que prometía llevar al placer.
La idea de montarse sobre él ocho segundos la excitaba y, al mismo tiempo, por extraño que pareciera, la aterrorizaba.
Aquella imagen no abandonó su mente durante toda la excursión. Ni siquiera cuando dejó a la yegua en el abrevadero esa tarde y, dolorida por la silla, regresó cojeando al barracón, logró borrar de su cabeza la imagen de aquellos ocho segundos con Nick Jonas.
Con los párpados caídos, ______ guió a Niña con las riendas hacia la izquierda para seguir al resto del grupo. Llevaban en camino más de una hora cuando llegaron a una encrucijada.
—Por ahí no. Nunca vayan por ahí -les dijo Justín cuando estaban a punto de tomar la senda equivocada.
—¿Por qué? -preguntó ______, colocándose al paso de Justin.
El guía se limitó a mirar a lo lejos.
—Algo malo ocurrió en ese camino. Ya nunca lo utilizamos.
_____ observó la tortuosa senda hasta donde le permitía la vista. Pequeñas avalanchas de piedras cubrían el suelo. El camino parecía hacerse casi vertical a medida que subía por la montaña y se internaba en la nieve.
______ sintió un escalofrío. Estaba segura de que aquel era el camino en el que Katherine había perdido la vida. Miró a Nick, que iba delante. Él parecía ignorar por completo la senda prohibida.
Su atención estaba fija en sus jinetes y en las condiciones de la senda que se desplegaba ante él. Pero iba sentado en la silla más tieso que de costumbre, y ______ se preguntó si aquella encrucijada todavía abría en él una herida.
-¿Ya nadie sube por ese camino? -le preguntó ella a Justin.
Él sacudió la cabeza.
-Solo el jefe, cuando está de mal humor.
______ volvió a mirar el camino, perdiéndose en sus pensamientos.
Roger y Annette iban delante de ella, montados en sendos caballos apalusas. Otras dos mujeres de Los Ángeles, dos hermanas, estaban pasando sus vacaciones en el rancho. No paraban de flirtear con Justin, un vaquero pelirrojo y corpulento que guiaba la expedición, y _____ casi las envidiaba. Ellas sabían jugar.
De pronto, Nick retrocedió hasta el final de la fila montado en su alazán. La yegua de ______ giró la cabeza y pareció querer irse tras el alazán. ______ se echó a reír: los caballos parecían reflejar las tensiones de sus jinetes. Pero Nick solo le lanzó una mirada helada.
Finalmente se pararon junto a un arroyo donde estaba esperándolos la furgoneta de la comida para servirles el desayuno.
Justin le sujetó el caballo a ______ mientras esta desmontaba. A ella le había gustado desde el principio. Parecía un buen chico. Su sonrisa era contagiosa y ______ notaba que se le daban bien las mujeres. Kim y Susan, las mujeres de Los Ángeles, se ponían a ronronear cada vez que se acercaba a ellas.
-¿Qué tal? ¿Le gusta por ahora? —le preguntó Justin mientras les servían huevos y beicon.
-Por desgracia, me perdí la lección de monta de ayer, pero espero ponerme al día —dijo ______.
-A mí no me importa darle unas cuantas clases en el corral, si quiere -dijo Justin, guiñándole un ojo.
Ella no pudo disimular una sonrisa. Justin era un tipo campechano y transparente. La atracción que Kim y Susan sentían por él era comprensible. Aquel vaquero no tenía doblez, a diferencia de su jefe, que resultaba incomprensible.
-Creo que podré apañármelas por ahora, pero gracias por el ofrecimiento. Lo tendré en cuenta
—______ sonrió y pasó junto a Nick.
Él se limitó a mirarla con el ceño fruncido. Ella se sentó apoyada contra el tronco de un árbol y vio con inquietud que Nick se acomodaba a su lado.
-¿Has dormido bien? -preguntó él maliciosamente, como si pudiera leerle los sueños. Ella esbozó una sonrisa burlona.
-Claro, ¿por qué no iba a dormir bien? Él alzó una ceja. Ella empezó a comerse los huevos con ansia.
-Esta noche es el rodeo. ¿Vas a ir? —dijo él, masticando su beicon.
-¿Forma parte del programa de actividades? -preguntó ella mientras untaba de mantequilla una galleta.
-Por supuesto.
-Entonces, creo que podré dedicarle ocho segundos de mi tiempo.
Él se echó a reír y de pronto se puso muy serio.
-Son ocho segundos muy largos. ¿Alguna vez has montado un toro?
-No -dijo ella.
-Pues deberías intentarlo -dijo, y volvió a enfrascarse en su desayuno.
______ sintió un estremecimiento. Miró el cuerpo fibroso de Nick y el modo en que la camisa se le ceñía a los músculos del brazo. Recordó el vello de su pecho y el reguero de pelo negro que prometía llevar al placer.
La idea de montarse sobre él ocho segundos la excitaba y, al mismo tiempo, por extraño que pareciera, la aterrorizaba.
Aquella imagen no abandonó su mente durante toda la excursión. Ni siquiera cuando dejó a la yegua en el abrevadero esa tarde y, dolorida por la silla, regresó cojeando al barracón, logró borrar de su cabeza la imagen de aquellos ocho segundos con Nick Jonas.
Faby Evans Jonas
Re: "A Corazon Abierto" (Nick y tu) Adaptación.
:O 8 segundos montada en el :O
haha Xd
Siguelaaaa!
quiero leer el cap q promete :P
haha Xd
Siguelaaaa!
quiero leer el cap q promete :P
♥..:Tiff:..♥
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