"Un año de Lluvia" (Nick & Tú)

Capítulo VI
[Parte III]
“Algunas veces dejamos pasar “ese momento”, ese instante justo, ideal…
Y a veces las cosas nos llegan cuando ya no las necesitamos…”
- Leo Calderone

Y salimos. Y caminamos bajo la lluvia. Nos mojamos. Nos reímos. Corrimos y jugamos como niños. Me enamoré. Y descubrí que nunca antes lo había hecho, nunca antes había sentido lo que siento por él. Este es el amor de verdad, esa sensación que no se puede explicar. Cada vez que lo veía sonreír sonreía. Si lo veía llorar lo abrazaría. Si se lastimaba curaría sus heridas. Si se enojaba por algo haría lo que sea para que volviéramos a estar bien. No sería orgullosa nunca más.

Volvimos tarde, cuando era noche y hacía frío. Nos cambiamos. Se veía adorable en esa ropa enorme que usaba para dormir. Le preparé una chocolatada, caliente. Volvió a reír. Incluso me hizo un chiste. Reí. Nos acostamos en la misma cama, pero él se durmió de inmediato. Lo vi dormir, y aunque lucía como un ángel sabía que Nick era lo más lejano a un ángel. Besé su frente. Tenía fiebre.

Había pescado un resfriado. Nick se enfermaba con tanta facilidad que a veces me asustaba, creía que había algo malo con él. Pero insistía en que nada estaba mal, que desde niño había sido así. Y se disculpaba. Y yo lo regañaba.

-¿Te duele algo?-Le pregunté y me senté en la cama a su lado. Él me miró y extrañamente, sin que lo notara su expresión se fue transformando, en una lenta metamorfosis llegó a ser sonrisa, una muy hermosa que me encandiló y no me dejó ver nada más. Ni siquiera volví a preguntar cuando no me respondió, simplemente me acerqué y besé sus labios. Sonreí como tonta. Él nuevamente había logrado su objetivo, me había manipulado para que me olvidara de algo, para que dejara de preocuparme, para que simplemente lo admirara, sonriera y lo besara, para que las cosas continuaran bien.

Me recosté a su lado y lo abracé, otra vez nos dormimos juntos. Era lindo dormir con él, siempre está calentito, y su piel es suave, su cabello lo es también. Usa mucha ropa para dormir, lo que hace que se vea tierno y sea fácil abrazarlo. Y es solo eso, dormir abrazados, o a veces uno en un extremo de la cama y el otro en el otro extremo, pero si él no estuviera allí o si yo no estuviera aquí no sería lo mismo. Era extraño, nunca había dormido con un hombre –heterosexual- en la misma cama sin hacer nada más que dormir. Todos los amantes que he tenido han sido muy diferentes a Nick; ellos dormían casi sin ropa, al fin y al cabo la ropa no hacía falta, terminaba en el suelo o por allí lejos de ambos. La ropa era para usar fuera de la casa, dentro no hacía falta.

Pero un día abracé a Nick por la espalda, y volteó. Me miró e hizo una pregunta que no me esperaba mientras yo le acomodaba el cabello para poder verle los ojos.
-¿Y nosotros que somos?¿Deberíamos hacer el amor?-Se vio tan extremadamente tierno al preguntarlo. Me mordí el labio. Pero él permaneció serio, quería que tomara en serio su pregunta.
-¿Qué quieres que seamos?-Pregunté mientras acariciaba su mejilla. Él se encogió de hombros.
-No sé ¿Somos novios? Nunca tuve una novia, no sé cómo es eso ¿tú has tenido novios?
-Muchísimos. Pero todos han durado poco. A los 16 tuve el primero, y luego todos tres, cuatro meses hasta que te conocí.
-¿Y cuando diste tu primer beso?
-A los …Hum. A los 15.
-Yo hace como tres días.-Sonrió ¡Por Dios! ¿Por qué siento por momentos que estoy haciéndole algo malo? ¿Acaso estoy abusando de un niño? ¿Estoy pervirtiéndolo? Pero luego me doy cuenta de que no. De que ha intentado suicidarse, de que lo que le haya pasado antes, tuvo que haber sido mucho más perturbador que esto.-Nunca hice el amor tampoco ¿Tú?
-Pues, una sola vez.-Me miró algo incrédulo.-Es que las demás han sido otra cosa: tener relaciones, sexo. Nada especial.
-Pero…-Se quedó un momento pensando, como si no hubiese entendido lo que le acababa de decir.-Hacer el amor, es…-Dudó.-Yo sé que para todos tener relaciones es como algo simple, normal, pero es algo muy íntimo ¿Cómo te desnudas frente a alguien en quien no conoces ni confías plenamente?

Me sentí mal pues tenía razón. Estuve todos estos años desnudándome frente a personas que no conocía y en las que ni siquiera confiaba. Había tenido relaciones con muchos hombres durante mi vida hasta ese momento. Tal vez, el tiempo que llevaba conociendo a Nick era el tiempo en el que no había tenido relaciones con nadie. Me sentí tonta, pero no usada, sino más bien, regalada. Si todos esos hombres habían jugado conmigo, me habían roto el corazón, y me habían “usado” había sido mi culpa. Porque yo se los permití.

¡Esperen! No quiero decir que todas las mujeres a las que les rompen el corazón, las engañan o juegan con ellas sean unas regaladas o haya sido su culpa lo que sucedió. Para nada. Pero es que… conmigo es diferente. Yo me metí en la boca de todos esos lobos. Yo me desnudé frente a desconocido. Tuve sexo con vampiros y no era raro que su plan haya sido simplemente clavarme los dientes y luego darse a la fuga.
-Tienes razón Nick ¿Y tú quieres desnudarte frente a mi?.-Sus mejillas se pusieron rojas.
-Yo confío en ti, y te conozco. Y ….-No necesitó decir nada más, yo lo sabía. Lo supe. Me quería.-Pero tengo miedo.
-¿A qué? Nada podría salir mal.
-No sé. Miedo. Los miedos son inexplicables. Yo tengo miedo de… hacerlo mal. De que no sea tan grandioso como dicen. De no poder hacer sentirte como tus novios anteriores. De no poder…-Tenía miedo. Y ese miedo se veía en sus ojos, y en sus labios. Y en su cuerpo tembloroso.
-Siéntate Nick.-Lo hizo. Me senté frente a él.-¿Te gusta como luces?-Pregunté mirándolo a los ojos.
-¿He?
-Si te gustas. Si te gusta como es tu cuerpo, tu cara. Si te gusta lo que ves cuando te miras al espejo.-No me respondía, pero no me sonrió para que me olvidara de todo, se quedó mirando hacia abajo, como si hubiese dicho algo que lo había ofendido.-Ven.-Me paré fuera de  la cama y lo hice ponerse de pié, lo llevé frente al espejo.-Mírate ¿Te gustas?-Volví a insistir. No se miraba. Lo tomé de la barbilla y cuando le levanté el rostro para que mirara el espejo descubrí algo que me rompió el corazón. Él estaba llorando. Lo abracé. Olvidé lo del espejo, lo de hacer el amor, lo de gustarse, olvidé todo.

-¿Por qué lloras Nick? Dios, lo siento. No quería hacerte llorar. Que tonta. No llores.-Le besé las mejillas, intenté secarle las lágrimas pero de todos modos continuó llorando.-Eres muy guapo Nick. Eres lo que a cualquier chica o chico gay le gustaría ver. Tienes un rostro perfecto y tu cuerpo está muy bien. Eres diferente, si. Pero eso te hace aún más atractivo. Eres un príncipe.-Le dije y lo abracé por la cintura.
-Nunca me habían preguntado eso. Nunca me lo había preguntado a mi mismo. Nunca lo había pensado.-Los hombres no piensan en eso. Al menos no la mayoría. Pero ninguno que haya conocido antes había hecho lo que hizo Nick. Al volver a verlo tuve la sensación de que en realidad lloraba por otra cosa y la manera en la que me habló me hizo confirmarlo, pero no dije nada porque volvió a sonreír.