"Chico travieso" (Joe y tú)

SIGUELA!!
Me ha encantado!!
QUIERO ACCION!!
SIGUELA!!

WUJU!!
PASE DE PAGINA!!

OMG! ade tienes que seguirla, estoy llena de dudas, en serio la nove me confunde pero aun así la amo y necesito seguir leyendo akajka

Y wow, España es un poco lejos de donde yo vivo akajka yo soy de santiago de Chile :) bueno besitos bye :hi:

S I G U E L A ! !
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Akjaa soy un poco persistente :)

ooh!! ya ya voy entendiendo xdd'
siguela plliiisss!!!!

Hey girls! Aqui les traigo ya su parte del capi, les va a encantar :twisted:

Disfrutenlo!!





[i]—No estamos solos, nena. —Inclinó la cabeza mientras sus labios se movían por su cuello. Cada toque le recordaba su inexperiencia, su atrevimiento.
Ella sabía que Kevin y Nick podían oír cada movimiento, cada suspiro apasionado.
—Soñé contigo —susurró en la oreja un momento después, el aliento suave enviaba placer por la carne—. Mientras estabas fuera, soñé con tocarte, besarte, todas las cosas que sabia que disfrutabas. Que sabía que disfrutarías. —La admisión vacilante le hizo tensar su cuerpo aún más.
Sintió el temblor que la agitaba, la insinuación de temor y de excitación. El suave peso de su cuerpo contra el suyo lo enloquecía. La necesidad de tirarla atrás en el sofá y devorarla lo hacía sudar. La sensación de ella a horcajadas en su regazo, las manos moviéndose sobre su pecho, los labios en su cuello eran demasiado.
Ella había iniciado el contacto, había sabido que Kevin y Nick estaban en el cuarto. Debería dejarlo en eso, pensó. Debería seducirla, como sabia que quería ser seducida. Pero la seducción y los actos en que quería verla implicada no iban cogidos de la mano. Joe conocía la inocencia de ______, conocía a los demonios que sobrellevaba y se juró que no se añadiría a ellos.
Si esta era su elección, entonces ella lo encararía. Y lo encararía desde el principio.


Capítulo 11

______ sentía la cabeza dar vueltas mientras el placer la inundaba con la fuerza de una sensual marea. Podía sentir las manos de Joe vagando por su espalda, sus nalgas, dándole una sensación de calor y placer abrumador más que dolor o miedo.
Una mano subió por su espina dorsal, enhebrándose en su cabello y antes de que pudiera adivinar su intención le echó la cabeza atrás mientras giraba levantándola, empujándola al sofá.
Antes de que pudiera hacer más que jadear, le robó el aliento con un beso. Separó los labios bajo los de él, encontrando la lengua con la suya en un duelo de exquisito éxtasis. No podía evitar curvar los dedos en sus anchos hombros, sintiendo los músculos flexionarse bajo su toque, juntarse con el poder mientras él enterraba su pequeño cuerpo bajo el suyo mucho más grande.
No había miedo aquí. No había ni siquiera el pensamiento del miedo. Solo había el toque de Joe, sus labios cubriendo los suyos, una mano enredada en su cabello, la otra moviéndose inexorablemente hasta la redonda curva de un pecho.
Luchó por respirar, segura de que había bastante oxigeno en el aire antes de su beso. Y se hubiera separado para respirar, pero era tan bueno, tan caliente, tan lleno de líquido, carnal delicia que no podía apartarse de él. Pero podía tocarle. Dios, como había soñado con tocarle durante años, sintiéndole contra ella, poseyéndola.
—Joe… —Su grito fue instintivo mientras él apartaba los labios, sus ojos abiertos para mirar fijamente su expresión con una aturdida fascinación mientras él presionaba su tensa erección cubierta por los vaqueros entre sus muslos.
—Estate segura. —Su voz era gutural—. Mira alrededor, _____. Estate segura de lo que estás haciendo. No hay vuelta atrás. Nunca.
Un oscuro poder erótico llenaba su expresión. Sus brillantes ojos verdes estaban oscuros como el musgo, su cara ruborizada, los labios pesados con avariciosa hambre.
—Bésame, Joe. —No quería pensar en como podría o seria. Quería sentir los sueños que había conocido durante tanto tiempo. Joe tomándola, sus primos dándole placer.
—No —gruñó, su voz ronca, las manos sujetándola por las muñecas mientras las manos de ella se movían al cierre de sus pantalones—. Mira alrededor, _____. Míralos. Déjales saber que son bienvenidos o que se vayan. Es simple. Tu elección.
Una chispa de enfado, de orgullo egoísta se alzó dentro de ella ante la demanda.
—Sin embargo tú lo deseas…
—No, maldición. —Se apartó antes de que ella pudiera hacer más que jadear, dando zancadas a través del cuarto antes de volver a ella.
—Joe, hombre, déjalo ir —murmuró Kevin con advertencia mientras ______ se incorporaba en el sofá.
—Tú haces la elección —gruñó él, los ojos atormentados con la necesidad, con la demanda—. No lo haré por ti.
_____ subió a empujones al sofá, su cuerpo ardiendo, su cara llameando con ira y desconcierto, y con una demanda instintiva de negarlos a todos.
— ¿Todo o nada? —dijo bruscamente en respuesta.
—Lo sabes mejor que eso, _______. —Él cortó la mano por el aire con furia frustrada—. No juegues.
—Así que ¿tengo que decir las palabras en cambio? —le gritó, desafiándolo, encarándolo con la misma determinación y enojo que él usaba consigo mismo.
—Las palabras funcionan. —Cruzó sus brazos sobre el pecho mientras Kevin y Nick estaban repantigados en sus sillas y lo miraban, cada uno con ceños oscuros, desaprobadores.
—Oh, apuesto a que lo harían. —Se apartó el pelo de la cara antes de apoyar las manos en las caderas—. ¿Debería pedirles que todos me follaran, Joe? Por qué no lo descubro ahora y os dejo tomar turnos conmigo. Infierno, si, hagámoslo malditamente fácil para ti, verdad, gilipollas —gruñó en respuesta—. De esa manera ¿no tendrás que sentirte como la mierda más tarde porque dejaste que otro hombre tomara lo que era tuyo?
Los labios de él retrocedieron de los dientes en una mueca enojada.
— ¿Piensas por un jodido minuto que ellos se atreverían a tomar tu virginidad? —le preguntó con oscura intención—. Si no me hubiera importado, nena, no serías virgen ahora.
— ¿Di quién? —discutió agresivamente—. ¿Crees realmente que todo lo que hace falta es el toque de un Chico Travieso para girar la manivela de cualquier mujer? —Ondeó la mano en tono burlón—. Tu ego está más hinchado que tu polla, Joe.
Palabra equivocada. Los tres hombres parecieron tensarse, erguirse ante la palabra explícita que dejó los labios.
—Sí, solo miraros —dijo bruscamente—. Como niños pequeños esperando un regalo. Bien, jodamos eso. Encontrad algún lugar para el regalo, porque maldita sea si todavía estoy de humor.
Caminó a zancadas a través del cuarto, determinada a alcanzar la escalera en curva que llevaba al dormitorio superior y a la paz. Pasó a Joe con un pequeño siseo desdeñoso, tan fastidiada y frustrada con su macho, con la actitud de paleto que le podría haber pateado.
—Oh, no, no lo harás.
No había esperado que la alcanzara. Pero incluso si lo hubiera hecho, no hubiera esperado que la levantara tan rápidamente en sus brazos antes de que los labios bajaran de golpe sobre los suyos.
No fue un beso romántico. No fue suave y profundo, o profundo y apasionado. Fue una hambrienta petición, una intención carnal. Robaba la resistencia y la reemplazaba con pura necesidad llameante y nada menos.
Antes de que pudiera protestar, antes de que procesara incluso la información, encontró su trasero apoyado en el mostrador, los muslos abiertos y a Joe devorándola.
Estaba pérdida en él, indefensa en sus brazos como de costumbre y amándolo. Los dedos se abrieron en su pelo mientras las labios se movían sobre los suyos, la lengua un merodeador inquieto que conquistaba a la suya con facilidad desmesurada.
Y sus manos no estaban quietas tampoco. En segundos, la parte de arriba del bikini que llevaba fue tirada a un lado, las puntas duras de los senos presionaban en la fina capa de vello que cubría su ancho pecho.
Se movió contra él, las uñas hundiéndose en la cabellera mientras las sensibles, duras puntas ardían de placer.
______ gimió ante la pérdida mientras los labios se apartaban de los suyos, moviéndose hacia el cuello y su cabeza cayendo hacia atrás, el latigazo de sensaciones agitándola contra él mientras sus palmas anchas encuadraban los montículos tiernos cuando la echó para atrás.
—Tan bonito. —Los labios estaban hinchados, los ojos pesados e intensos mientras enfocaban las curvas hinchadas—. Tienes los pezones más bonitos, _____. Tan rosas como algodón azucarado. ¿Saben tan dulces?
La mirada de ella cayó a los senos. Los pezones rosa se estiraban hacia él, duros como diamantes y desesperados por su toque. Ningún otro hombre la había tocado allí. Nadie excepto Joe. Se dolía por él, le necesitaba, le pertenecía.
—No pararé aquí —cuchicheó, su mirada levantando la de ella—. Una vez que me sacie en ésos bonitos pezones, iré más abajo, ______. Voy a quietar esa maldita braga y te abriré esas bonitas piernas. Luego voy a lamer cada dulce gota de jarabe de entre tus muslos. ¿Estás lista para eso?
—Dios, Joe, he soñado con ello. —Había estado en su cama solitaria mientras el hambre la mantenía despierta noche tras noche.
Un gruñido primitivo salió de la garganta de él mientras bajaba la cabeza, la lengua golpeaba un pezón tierno antes de envolverlo en su boca caliente.
Los labios se cerraron sobre el pico, chupandolo en su boca mientras la lengua se curvaba alrededor. ______ dio un tirón violento, el placer tan fuerte, tan ardiente que no pudo hacer nada más que gritar en respuesta. Las manos duras de Joe la sostuvieron en el lugar mientras sus labios la devoraban, enviando sus sentidos tambalearse, disparando su pulso mientras la sensualidad se envolvía a su alrededor.
Oyó un gemido masculino, pero no estuvo segura de quien.
—Solo mirarán —susurró mientras levantaba la cabeza—. Me mirarán comer cada pulgada de este perfecto cuerpo tuyo esta vez. Es todo. Sin presiones, ______.
Se arqueó hacia él. No quería oír nada de ello, no quería analizarlo. Quería sentir. Quería cada sensación rasgando por ella, quería que el placer nunca terminara.
Y él tomó la ofrenda. Los labios se cerraron en el pico opuesto, atrayéndolo a su boca y poniéndolo en llamas mientras rodeaba el otro con el pulgar e índice. Luego, los dedos apretaron.
—Joe… —La exclamación sorprendida resonó alrededor de ella mientras una lanza llameante de sensación rompió por ella. No bastante dolor. Casi, pero una clase ardiente de dolor que hacía el placer más caliente, más dulce.
—Dios, ______… —El gemido áspero fue susurrado entre sus senos mientras movía la cabeza. Estaba luchando por respirar, los dedos trabajando en su pezón, haciéndola estremecerse con cada tirón en la punta ansiosa. Ella podía sentir el hambre ardiendo fuera de control ahora, la necesidad que rasgaba a través de ella, dura, brillante, y más caliente que una llama viva. Y necesitaba más. Mucho más.
_____ podía sentir a Kevin y Nick mirando mientras ella ardía en los brazos de Joe. Los labios y las manos no estaban quietas, acariciándola, llenando sus sentidos con el sabor oscuro de la pasión y la picante necesidad que crecía dentro de ella.
Estaba desesperada por él. Las piernas se envolvieron alrededor de las caderas mientras presionaba su montículo mas fuerte contra la longitud dura como una piedra de su polla. Su clítoris hinchado chillaba por el alivio aún cuando sus pezones atormentados rogaban por más.
—Ven aquí, nena. —La voz Joe fue un gruñido áspero mientras la levantaba del mostrador, curvando las manos bajo su trasero para sostenerla en el lugar contra la longitud tensa de su erección—. No voy a tomarte en este mostrador.
A ella no le importaba donde la tomara, siempre que lo hiciera.
—Te necesito. —Un lloriqueante grito salió susurrado de sus labios mientras sus brazos le rodeaban los hombros, los labios moviéndose contra los fuertes tendones de su cuello—. No me hagas esperar otra vez, Joe. No puedo esperar más.
—Ya no, nena. Eso es. —Lo sentía subiendo los escalones curvos que llevaban al piso de arriba y el dormitorio grande. No tenia la menor idea de sí Kevin y Nick les seguían. No le importaba si estaban o no. Nada importaba excepto el toque de Joe. Excepto tocar a Joe.
Mientras la bajaba a la ancha cama que dominaba el centro del cuarto, ______ se retorció, apretándose contra los anchos hombros hasta que él bajó a su lado, estirándola bajo su mirada.
Maldita delicadeza. Ella no era experimentada, él lo sabía y ella lo sabía. Pero ella estaba desesperada por tocarle, saborearle. Sin pensar trepó a su lado, una mano agarrandolo por el hombro, la otra acariciándole el pecho duro mientras su cabeza bajaba a los planos pezones masculinos que atraían su atención.
Si la boca de él en los suyos podía debilitarla, ¿podría ella hacerle lo mismo?
— ¡Mierda! ______. Nena…
Quizá podía.
Las manos de él se enterraron en el pelo, su cuerpo dio un tirón contra ella mientras le pellizcaba los pequeños discos antes de mojarlos con su lengua.
Gemidos duros, gruñidos salieron de su pecho mientras la mano bajaba hasta la banda de sus pantalones, los dedos rompieron el cierre antes de que le apartara los dedos para soltar el mismo el material.
_______ se contentó con saborearlo. Ambos pezones, lamiendo y pellizcándolos con placer creciente antes de comenzar a moverse más abajo.
—Dios. ________. —Joe se tensó aún más mientras su lengua lamía alrededor del ombligo antes de dirigirse a la longitud de dura carne todavía cubierta por sus pantalones cortados.
—Necesito tocarte, Joe —susurró—. Permíteme tocarte.
Apartó el tejido, luego miró mientras él agarraba el material de la pretina en las manos y lo soltaba con fácil gracia.
Y allí estaba. Duro, grueso, su polla se alzaba por el abdomen, pulsando con vida mientras una pequeña cuenta de semen se reunía en la punta. ______ se relamió, imaginándose el sabor. ¿Sabría como su beso? ¿O como la carne?
Se inclinó, estirando la lengua para golpear sobre la cabeza abultada mientras lo probaba. Un poco salado, descarado, salvaje, como Joe. Y deseaba más.
Un gemido retumbó de la garganta de él mientras los dedos de ella se arrastraban bajo la cresta de la longitud de su erección, explorando curiosamente cada cambio de las venas abultadas hasta que alcanzó la bolsa cubierta de áspero vello.
—Tranquila, nena. —Una mano se apretó en el pelo mientras la otra le acunaba la mejilla ahora—. Baja lento y tranquilamente. Tómame en esa bonita boca tuya.
La mano se apartó de la mejilla mientras los labios se abrían. Agarró la base del tallo duro, levantándolo hasta que la cabeza presionó contra las curvas húmedas. ______ lloriqueó ante el calor y la dureza antes de que sus labios se abrieran, estirándose para rodearlo, para tomarlo en su boca mientras su lengua golpeaba sobre toda la extensión de piel que podía alcanzar.
— ¡Dios sí! —Las caderas corcovearon contra su boca, conduciendo su polla más profundo mientras ella trataba de lamer cada nueva extensión de carne.
Estiró los labios, se llenó la boca con el sabor sexual intenso, un malvado e intoxicante sabor masculino que inflamaba sus sentidos. Sentía sus dedos enredándose en el pelo mientras empezaba a chupar lentamente la cresta engordada.
—Oh sí, nena —canturreó—. Tu boca es como seda líquida.
El sonido ronco de su voz era áspero, erótico.
—Eso es, nena —la animó mientras ella seguía el liderazgo de las manos en el pelo, los labios subiendo, luego bajando, llenando la boca con tanta erección como fuera posible mientras amamantaba la carne creciente, la lengua golpeando sobre ella.
Él tomó una mano y agarró la suya, envolviendo los dedos sobre el tallo duro, lo suficientemente alto para evitar profundizar demasiado en la boca antes de devolver los dedos al pelo. Examinó los mechones antes de enredarse en ellos y moverse mas fácilmente contra ella, su polla empujando con golpes lentos y tranquilos dentro de su boca.
—Maldición. Me estás robando la cordura, nena. —Gruñó mientras ella sentía el latido de su hinchada cresta en la boca—. Ahí vas. Chúpalo agradable y duramente. Oh infierno… —los labios se apretaron en él mientras ella levantaba los ojos para ver la expresión carnal en su oscura cara.
Nunca se había dado cuenta de cuán hambrienta estaba por él, hasta ahora. Hasta que su polla le llenaba la boca, el sabor salvaje de un macho excitado la consumía, la conducía más allá de la vergüenza pasada a un reino donde nada importaba excepto su toque, sabor y deseo.
Mientras la boca se movía sobre él, la mano comenzó a acariciar el fuerte miembro, moviéndose arriba y abajo, bombeando la dura columna mientras él follaba su boca con golpes cada vez más fuertes.
Al mismo tiempo, sintió un toque detrás de ella. Las manos del macho deslizaban las bragas del bikini, acariciando las curvas redondeadas de su trasero. ¿Era Kevin o Nick? No lo sabía, no le importaba.
Miró la mirada en llamas de Joe mientras él miraba fijamente sobre su cabeza durante un largo segundo. Cuándo sus ojos volvieron a los suyos, eran salvajes por la lujuria.

Ö

POR QUE SIEMPRE LA DEJAS EN LO MEJOOOOOOOOOOOOOOR?
AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA
ESE FINAL FUE MORTAL,
QUIERO CUARTETOOO EA EA EA ♪♫
:bounce: (?
JAJAJAJAJAJA
SEGUILAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA ADE
FUE MUY CRUEL QUE LA DEJARAS AHI!

ForJoeJonas escribió:

F l r e n c i a. escribió:Ö

POR QUE SIEMPRE LA DEJAS EN LO MEJOOOOOOOOOOOOOOR?
AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA
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Que genailosa soy mi querida Flor 8)
Podrás soportar la espera? xDD

JAJAJAJAJ
LO PEOR ES QUE NO, NO PUEDO SOPORTAR LA ESPEEEEEEEEEEEEEEEEERA NECESITO LA CONTINUACION DEL CAAAAAAAAAAAAAAAAAAAP
URGENTE
(? JAJAJA

seguila :)

La persona que me lo envio, está todavia asombrada delo que ocurrio, ya que ella dice que lo hizo por hacerlo y que pidio algo que creia imposible de lograr. Probemos.

* Para ti mismo di el nombre de la única persona del sexo opuesto con quien quieras estar (tres veces...)...

* Piensa en algo que quieras lograr dentro de la próxima semana y repítelo para ti mismo(a) (seis veces)...

* Piensa en algo que quieras que pase entre tú y la persona especial (que dijiste en el no. 1) y dilo a ti mismo/a (doce veces)...

* Ahora haz un último y final deseo acerca del deseo que escogiste.

* Después de leer esto tienes 1 hora para mandarlo a 15 temas y lo que pediste se te hará realidad en 1 semana.

A la mayor cantidad de gente a quien lo mandes más fuerte se hará tu deseo.
Si tu escoges ignorar esta carta lo contrario del deseo te sucederá,
o esto no sucederá jamás..............

Aaaaw OMG! ade como la dejas asiii? Sque me muero!! Aaw mi joe, las cosas que me provoca hacer akja (6) ay mi jonas siguela

Y ade, estas con tormenta? Espero que estés bien y la puedas seguir aaaw yo estoy tan feliz recibí mi primera estrellita akja ya besos bye :hi:

S I G U E L A ! !
S I G U E L A ! !
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