In the rain. {Zayn Malik}

Escucho a los hombres chocar sus vasos de vidrio y brindar por la navidad. Me molesta tanto que mi padre haya invitado a sus estúpidos amigos a pasar noche vieja con nosotros, y lo peor es que mis hermanas no replican nada, están más entretenidas en conquistar a sus hijos que en otra cosa. A veces me pregunto cuando comenzaran a madurar.

Me voy a mi cuarto una vez que ya me harto de sus estúpidas palabras sobre los deportes y la política. Solo hablan de cosas de mínima importancia cuando perfectamente podrían hablar, no sé, ¿El tiempo? ¡Es imposible que llueva tanto en Bradford en estas épocas navideñas! Y no es que hay pequeñas gotas y pocas, hay demasiadas y no ha dejado de llover en todo el día.

Entro a mi cuarto, el cual comparto con mi hermana menor. Tomo mis jeans y me arranco el estúpido vestido rosa que me han obligado a usar. Me pongo unos jeans azules gastados y una remera al cuerpo, larga de color negro que contiene el logo de The Beatles. Tomo mi tapado negro, abrochando los botones y, finalmente, pongo el gorro de lana en mi cabeza. Estoy lista para irme.

Mi celular suena y camino hacia la mesita de luz, donde anteriormente estaba. Lo tomo entre mis manos y gruño molesta al leer el mensaje de mi mejor amigo, Niall Horan. No podrá pasar a buscarme, al parecer, el muy idiota se entretuvo con su queridísima novia y no puede venir a buscarme, pero ha mandado a alguien de confianza. Y tengo en mente quien es de su confianza.

Sin poder evitarlo, mi corazón comienza a latir con fuerza y siento una gran desesperación por dentro. No quiero que Zayn venga a buscarme, no quiero tenerlo cerca y mucho menos caminar diez cuadras hacia la fiesta que hace Harry, mi primo, en estas fechas. Voy a matar a Niall cuando lo vea, él sabe lo que me pasa cuando estoy con Zayn, y no es que nos llevemos bien por ello. Es más, no podemos estar diez segundos sin agredirnos verbalmente o hablándonos con sarcasmo.

Comienzo a teclear con desesperación las teclas de mi celular para evitar que mis dedos tiemblen al igual que todo mi cuerpo, incluso con la fuerza que aprieto las teclas, creo que se romperán al final. Papa dijo que no me compraría otro celular así que debo cuidarlo mejor, pero se me cae de las manos cuando escucho que Kimberley, mi hermana menor, avisándome de que Zayn está esperándome en la puerta.

- Mierda, mierda – me agacho y levanto el celular. Al incorporarme, veo a mis dos hermanas mirándome con picardía - ¿Y ahora qué les pasa? Hubiera sido mejor que le dijeran que yo no estaba – murmuro y escucho con claridad como mi padre saluda al pelinegro con la voz arrastrando.

Dios, que vergonzoso ¡Nunca debieron dejarlo pasar! Seguramente se burlara de por vida y me hará tan infeliz todas las veces que nos juntemos con los chicos. No es que ellos no sepan los problemas que mi padre tiene con el alcohol desde hace ya trece años, después de que mi madre murió.

- Malik te espera, nena – me guiña el ojo Savannah, mi hermana mayor.

- Oh, cállate – suspiro y tomo un pequeño bolso donde guardo mi maquillaje, las llaves y mis auriculares. – Volveré mañana, voy a dormir donde Harry.

- Lleva preservativos, no vaya a ser que quieres que sea tía – bromea Kim y le dirijo enseguida una mirada fuciladora ¿Todas las adolescentes de trece años son así? Espero que la epata de estar con cualquier tipo se le pase pronto.

- Deja de molestarme. – paso por su lado y le tomo la mejilla juguetonamente. Camino por el pasillo y veo que Zayn está realmente incomodo al ver a todos los borrachos en la mesa.

- Meg – me llama Savannah y volteo a mirarla – Cuídate – me pide con la voz y el rostro preocupada.
Asiento y le regalo una sonrisa torcida. Camino hacia la sala y trato de respirar con normalidad, tragándome las lágrimas ante la horrible vergüenza que estoy pasando, además de que no puedo evitar pensar en lo perfecto que se ve con el cabello mojado, junto con sus pantalones negros y su fiel chaqueta negra de cuero.
- Cuídala, por favor – balbucea mi padre con las palabras arrastrando – no quiero que esta perra llegue premiada ¿Entendiste, estúpida? – dice en mi dirección.

Sus amigos se ríen y vuelven a chocar sus vasos llenos de alcohol, mientras se burlan de mí y alientan a mi padre a que siga aclarándome quien manda allí. Mi padre no es malo con nosotras, siempre nos dio lo mejor que pudo y siempre esta cuando lo necesitamos, pero el alcohol lo transforma, dejando al hombre comprensivo y divertido atrás. Un hombre violento y desgraciado lo reemplaza. Hemos intentado hacerlo entrar en razón muchas veces, sin embargo, nunca podemos. Savannah está harta de la situación, tiene dinero ahorrado y dice que debemos esperar un poco más, así podremos irnos a vivir a un lugar mucho más tranquilo. Papa la mayor parte del tiempo esta borracho, solo cuando está en el trabajo se mantiene sobrio, pero ya no se lo puede aguantar más.

- Si, papa – digo simplemente, no puedo permitir que mi voz se quiebre delante de todos estos infelices, y mucho menos delante de Zayn, el cual, pareciera que está a punto de saltar arriba de el para golpearlo hasta matarlo. Le indico con la mirada que se tranquilice.

- Ahora váyanse. Te espero mañana – gruñe y entrecierra los ojos – Y ya sabes, nada de quedar premiada si es que no quieres que te de una paliza.

- Si, papa. Entiendo.

Salimos por la puerta delantera y cuando Zayn la cierra, dejo escapar un suspiro de tristeza. Bajo las escaleras del pórtico y abro el portón, dejándolo abierto para que el pase. Observo que la lluvia está más fuerte que de costumbre, dejando varios charcos de agua por las calles.

Comienzo a llorar sin emitir ningún sonido, es una habilidad que he creado a travez de todos estos años. Mis ojos no se ponen rojos ni mi nariz, no hay nada que me delate que he llorado. Puedo permitir que mis lágrimas silenciosas salgan, de esa forma se confundirán con las gotas de lluvia que caen sobre mi rostro.

Aun siento mi cuerpo temblar del miedo ante sus palabras. No quiero volver a ser golpeada por el por estupideces, por cosas que creen que él tiene la razón y dejarme llena de moretones. Ha sido difícil ocultarlos durante todo este tiempo, ni siquiera Niall o Harry lo saben, armarían un lio tremendo y no necesito eso. Solo tengo que ser fuerte un poco más, alquilaremos alguna pequeña casa donde viviremos las tres juntas y felices. Quizás no tendremos mucho, mi hermana sigue trabajando y estudia al mismo tiempo. Por mi parte, decidí no ir este año a la universidad y ahorrar el dinero con el trabajo de camarera que tenía, pero prometí que empezaría el semestre entrante. Ninguna quiere que Kimberley tenga que pasar lo que nosotras pasaremos, ella será una mujer muy fuerte e inteligente cuando crezca, podrá tener las oportunidades que nosotras no tuvimos. Kim lo sabe y esta agradecida con nosotras por ello.

- Meg – escucho una voz claramente conocida, la cual hace que mi corazón de un vuelco al escucharlo y martillee con fuerza. Me doy vuelta y lo enfrento – Toma.

Me tiende un paraguas. Frunzo el ceño y lo abro, pero sigo extrañada al verlo ¿Por estaba empapado cuando tenía un paraguas para él?

- La idea es que lo subas en alto para que la lluvia no te moje – levanta las cejas y me mira divertido.

- Sé para qué sirve un paraguas, idiota – bufo molesta y me cubro de la lluvia – ¿Por qué no lo usaste antes?

- Era para ti, no para mí – contesta y vuelve a retomar la marcha.

- Lo sé, pero mientras tanto debías usarlo tú. Ahora estas todo mojado.

- No te importa – carraspea y patea una piedra mientras mira el suelo.

Pongo los ojos en blanco y levanto con mis manos el caño del paraguas, me acerco más a Zayn y hago que la tela nos cubra a ambos. El me mira incrédulo ante tal acción y se aleja. ¿Y ahora qué le pasa al estúpido? Lo hago nuevamente, pero vuelve a alejase. Finalmente, cierro el paraguas y lo golpeo en el brazo con él.

- ¡Auch! ¿Qué haces? ¡Abre esa maldita cosa que te vas a mojar y a enfermar! – me exclama.

- No me importa, tonto ¿Por qué no quieres estar bajo el paraguas conmigo? ¿Qué acaso tienes miedo de que te contagie de alguna enfermedad? – aprieto mis dientes mientras suelto las palabras con dolor.

- Es muy chico y no nos alcanza a cubrir a los dos, solo a uno. – repone un poco más calmado – Prefiero que seas tú quien no se moje.

- Ya estoy empapada, así que toma tu estúpido paraguas. No necesito que me cuides ni una mierda de lo que quieres hacer. Puedo sola.

- Si, vi cómo pudiste enfrentarte a tu padre sola.

Cierro mi boca y lo observo por unos determinados segundos. Le tiro prácticamente su paraguas y sigo caminando, sin importarme sus llamados y sus pisadas detrás de mí. Zayn se fue bien a la mierda, de verdad que sí. Sé que soy bastante orgullosa y terca, pero no tenía por qué hacerme sentir tan para la mierda, no tenía por qué recordarme lo hijo de puta que podía ser mi padre.

Me muerdo el labio superior, intentando no seguir llorando por el dolor que sus palabras han causado en mí. No vale la pena llorar por Zayn, es un idiota que ni siquiera sabe medir sus palabras ¿Entonces por qué no lo olvido de una sola vez? Lo he querido desde que lo vi con Harry caminar en los pasillos de la escuela, no importaba si era dos años mayor que yo, no importaba que apenas era una niña que entraba en la adolescencia; Mis sentimientos por Zayn nunca cambiaron, aun ahora con las horribles palabras que me dirige, o las miradas fuciladoras que le encanta enviarme. Zayn no me quiere y nunca lo hará, para el soy poca cosa.

Suele gustarle las barbies o las matonas, cualquiera de estas les gusta. Las morenas altas de cabello negro y ojos oscuros, las rubias, de estatura baja y de ojos claros. Yo soy castaña, de un color un poco más claro de lo normal, mis ojos son de color ámbar un poco más oscuros que los de él. Zayn nunca se fijaría en mí, para el solo soy un juguete para revolcarse las veces que él quiere, y luego podrá desecharlo tan fácil como lo será para volver a tomarlo.

Miro al cielo y sigo observando como caen las gotas. Ya no me está llamando y se mantiene detrás mío caminando. Sabe que la cago, sabe que esta vez será difícil que lo perdone, pero lo cierto es que no lo hare. Desde hace dos años que debí haberme alejado de él y olvidar toda esperanza, seguir pensando de que me miraría con ojos distintos es una grave pérdida de tiempo. Fui débil, no quería separarme de los chicos y mucho menos de Zayn, no podía negar las salidas al cine, a un antro o simplemente a las reuniones en alguna casa. Amo a mis amigos, y aunque odio admitirlo, también a él. Y mucho. Más de lo que alguna vez imagine.

No siempre compartimos momentos malos como este, o como los millones que hemos pasado, también nos divertíamos jugándole bromas pesadas a Harry o a Louis. También jugábamos a ser casamenteros con Liam y Leah, los cuales son los típicos amigos enamorados que no se atreven a decirse lo que sienten. Hemos ayudado muchas veces a Harry de escapar de los padres que quieren vengarse de el por romperle el corazón a su hija. Incluso hemos estado teniendo una sana conversación, obviamente no por mucho tiempo debido a las grandes diferencias que tenemos. Pero todas esas cosas, hacen que lo ame tanto, hace que todo lo malo se olvide en cuanto veo sus ojos, en cuanto una sonrisa se hace presente en su rostro, en cuanto mi cuerpo tiene contacto con el suyo.

Las noches que hemos pasado juntos, besándonos, abrazándonos, haciendo el amor son tan especiales, tan reconfortantes, hasta me hacen creer que en verdad me ama tanto como lo he amado todos estos años, los cuales siempre me he conformado en su cama y no en su corazón.

Estoy tan enamorada que lo odio. Odio todo de él y todos los sentimientos que estoy portando. No quiero seguir siendo su juguete, no quiero que vuelva a usarme como siempre lo hace, no quiero tener que conformarme con tan poco. Creo merecer algo mejor, creo merecer el amor sincero de un hombre, el calor de su cuerpo al igual que el de su corazón.

Sin darme cuenta, me tropiezo con las piedras de las calles. Pongo mis manos delante de mí y me las clavo en las piedras que están en el suelo. Me duele la pierna y las manos. Suelto un gemido de dolor junto con un sollozo sin reprimirme.

- ¡Meg! ¿Estás bien? – escucho el paraguas que cae y siento sus manos alrededor de mi cintura tratando de levantarme.

- ¡Suéltame! – exclamo con la voz ahogada. Sus manos se quedan quietas – No me toques ¿Me escuchaste? No necesito tu ayuda, justo como cuando me enfrente a mi padre – digo con ironía y me separo de el con brusquedad.

Me paro y sacudo mi jean que está un poco embarrado. Además de empapada, estoy embarrada como una estúpida. Sigo caminando, sintiendo una punzada de dolor en mi pierna derecha, la cual amortiguo mi caída al suelo. Seguramente esta raspada, debo recordar cambiarme de ropa en la casa de mi primo y desinfectar el raspón.

- Megan, espera – me llama Zayn, pero sigo caminando como si nada – Mierda, Meg, deja de ser tan terca ¿Quieres?

No respondo y sigo caminando. Desde hoy el queda fuera de mi corazón.

- Meg, por favor. Voltéate y mírame.

Dejo de escuchar sus pasos, por lo que debe haberse quedado parado. No le hago caso a los gritos que suelta mi corazón y sigo caminando, con la barbilla bien en alto y sin mirar atrás.

- Por favor, Meg.

Soy tan estúpida, tanto que hago caso a sus suplicas. Me doy la vuelta y lo miro enfadada. Él sonríe de costado y se acerca a mí en un paso lento. No entiendo lo que quiere hacer hasta que toma mi cabeza entre sus manos. Zayn está penetrando mi alma con esa mirada sobre mí, haciéndome palpitar el corazón hasta dolerme tanto por el placer que siento al tenerlo tan cerca de mí. Sus labios se apoderan de los míos, empezando una dulce danza, en la cual también se unen nuestras leguas cuando le doy permiso de que entre la suya en mi boca.

Mis manos se van directo a su cabello, el cual comienzo a acariciar mientras lo sigo besando. Me abraza y me estrecha más hacia él, envolviendo mi cuerpo con sus brazos, dándome el calor que necesito tanto en una noche helada como esta. Es tan maravilloso sentir este beso suyo bajo la lluvia; llego a sentir su arrepentimiento por sus palabras, su inmenso apoyo, su preocupación por mí y la angustia. No quiero que sienta pena por mí, no vale la pena, solo quiero seguir disfrutando de sus besos, acariciar su barba, la cual me vuelve loca cuando la toco con mis manos.

- Lo siento tanto, Meg – susurra cuando se separa de mis labios, pero seguimos en la misma posición – Soy un idiota. Nunca me hagas caso en cosas así ¿De acuerdo? – vuelve a darme un beso, pero este es más corto. – Vamos a mi casa, olvidemos esa absurda fiesta.

Solo estamos a dos cuadras de la casa de mi primo, incluso escucho la música que proviene de lejos. La casa de Zayn – la cual comparte con Niall y Liam – está a unos pasos nuestros. Pienso en decirle que no, que no volveré a caer en sus brazos, que no volveré a tener sexo cuando sé que al otro día actuara como un completo idiota conmigo.

- No – me retiro de sus brazos y me muerdo el labio con fuerza – Estoy cansada de la misma mierda, Zayn.

El moreno me miro frunciendo el ceño. Gran idiota, seguro se sorprende porque es la primera vez que me niego a acostarme con él, pero ¿Cuántas humillaciones más tengo que pasar para darme cuenta de que él no es para mí? Solo me utiliza para revolcarse cuando él quiera, sabiendo que podría conseguir a cualquiera. Zayn solo lo hace para lastimarme, porque sabe lo enamorada que estoy de él.

- ¿Qué diablos te pasa ahora, Meg? Nunca te niegas a ir a mi casa.

- Yo no soy tu juguete sexual, Malik. Que este enamorada de ti, no significa que este a tu disposición. No te confundas. – respiro con profundidad y me doy vuelta, aun con la pierna mala, caminando hacia la casa de mi primo.

- Meg. Oye, Meg. – lo ignoro y sigo caminando sin dejar de llorar como todavía no deja de llover - ¡Mierda, Meg!

No sé en qué momento, pero Zayn me alcanza y me sujeta con firmeza el hombro mientras se va acercando poco a poco a mis labios, pero antes de que pudiera tomar posesión de ellos – además de quebrar el poco control que tenía sobre mí – pongo mis manos en su pecho y lo alejo, dándole un empujón lo más fuerte que puedo.

- ¿Qué pretendes? – doy tres pasos hacia atrás y lo miro dolida.

- Yo también estoy enamorado de ti.

Revoleo los ojos y suspiro. Sí, claro. Zayn Malik enamorado de la patética de Megan Styles ¡Por Dios! Si el me amara como yo lo amo el, hace tiempo hubiéramos estado juntos. Todos sabían mis sentimientos hacia el moreno, incluso lo sabía Harry – quien no paraba de molestarnos cuando estábamos juntos – y todos nuestros amigos.

- ¿No puedes hacer otra cosa mejor para llevarme a la cama? Eres un idiota Zayn.

- ¡¿Qué?! ¡Espera, Meg! – dice tomando nuevamente mi brazo cuando ve que tengo la intención de irme – Te juro que no te estoy mintiendo.

- Solo eres estúpido ¿Sabes? – muerdo nuevamente mis labios con fuerza y dejo salir mis lágrimas – Dices que estás enamorado de mi pero siquiera dejaste que te cubra con el paraguas. ¿Por qué, Zayn? – alzo la vista y observo sus ojos color miel, los cuales me miran con tristeza y preocupación.

- Porque prefiero que el que pueda llegar a morir de neumonía sea yo. No quiero que te pase nada, Meg – acaricia mi rostro, acercando de apoco su rostro hacia el mío – Todo este tiempo fui un idiota, pero estoy a tiempo de remediarlo ¿No? Creo que si – sonríe débilmente y me da un corto beso el cual no dudo en responder – Me iré a Londres a estudiar. Quiero ser profesor ¿Recuerdas que siempre te dije que quería enseñar? – asiento sonriendo medianamente mientras dejo caer más lágrimas – Te quiero allí conmigo ¿De acuerdo? Te quiero conmigo en Londres, en un departamento los dos y juntos.

- Mis hermanas…

- Ya he hecho un contrato con Savannah – me interrumpe – ella alquilara la casa mientras yo este afuera. Solo hace falta que me digas que si, Meg.

Lo observo sorprendida ante su propuesta, lo que me hace pestañar con rapidez. La lluvia sigue cayendo sin cesar como desde el comienzo de la noche negra, solo que esta vez no nos puede empapar porque estamos mojados de pies a la cabeza. Tengo miedo de que todo se termine, de que suceda lo mismo como mi papa y mi mama, los dos separados y cuando iban a encontrarse para arreglar sus problemas, ella murió de un ataque cardiaco justo después de alimentar a Kim, cuando apenas era una bebe de pocos meses. Pero Zayn dice que está enamorado de mí, no le creí al principio pero él no es capaz de decirme tales palabras solo por una noche.

Para tomar finalmente mi decisión, miro sus ojos color miel, los cuales transmiten sinceridad y amor, mucho amor.

- De acuerdo – asiento con la cabeza y él sonríe de oreja a oreja.

No sé si Zayn y yo en Londres seremos una gran pareja, de aquellas que duran años y años, si nos casaremos y nos divorciaremos con hijos de por medio. Pero quizás, solo quizás, Zayn y yo estemos juntos por el resto de nuestras vidas.

Quiero creerlo, realmente, y lo hago una vez que toma mi mano entre la suya mientras agarra el paraguas y lo abre, cubriéndonos y mojándonos a la vez.