Te amaré, por siempre. {JessicaBauza&ZaynMalik} Terminada.

Mi primera mañana en Londres. Se sentía delicioso poder despertar por mi propia cuenta, no por los rayos de sol colados por la mañana, no por una fuerte alarma, y menos por unas molestas compañeras de habitación. Sólo era yo y el silencio, mi único acompañante. Sonreí al recordar la gran fiesta a la que había asistido ayer por la noche, y a los grandiosos chicos que pude conocer, en especial el moreno, Zayn, quien no dejó de hacerme cumplidos en toda la noche. Me estire un poco en mi cama, para luego fijarme en la hora en el reloj de mi buro, 10:30 a.m, jamás en mi vida había despertado a tal hora. Horrorizada, me puse de pie y camine hasta el baño que estaba incorporado en el baño, lave mi cara, mis dientes, peine un poco mi cabello y lo amerre con una coleta. Baje hasta la cocina, para encontrarme a Karen cocinando, junto con Kat quien tallaba sus ojos.

-Buenos días.-Dije, ellas al notar mi presencia voltearon.
-Buenos días, cariño.-Dijo Karen.
-Hola Jess.
-Siento haber despertado tan tarde, yo no suelo hacer eso pero…-Comenzaba a excusarme, pero Kat comenzó a reír haciendo que parara.
-No te disculpes, Jess.-Dijo Kat.- Aún estamos en vacaciones, pero cuando comencemos el instituto será mejor que pongas una alarma, porque hermana...-Puso su mano en mi hombro.- Créeme que no quieres ser despertada por esta terrible mamá.
-No le hagas caso, Jess. Sólo dice tonterías.-Dijo en defensa Karen. Haciendo que yo riera por aquella escena.



Pasamos un entretenido rato comiendo el desayuno, mientras hacíamos plática de chica, algo que nunca había hecho, ya que ni amigas había llegado a tener. Luego de aquello, Kat me recordó que iríamos de compras, necesitaba ropa para el instituto. Subí a mi habitación, volví a lavar mis dientes, y esta vez me duche, una gran y relajante ducha, aunque fue más pensar que duchar. Al salir, me enrosque con una toalla, y busque lo más presentable que tuviera en mi nuevo armario. Me vestí muy rápido, ya que no eran muchas las elecciones que tenía, agradecía mil veces a los donantes que me permitían tener algo de ropa. Tome un poco de dinero que tenía ahorrado, y baje hasta el living para encontrarme a Kat ya vestida.

-¿Lista?-Asentí.- Entonces vámonos, nos espera un largo día de compras. ¡Mamá, me llevaré tu tarjeta!-Grito antes de cerrar la puerta. Pero, ¿a qué tarjeta se refería? ¿Para el bus? Debía aprender muchas cosas, y sobre todo de Kat, quien al parecer es la más compleja.

-Hoy conocerás a mi bebé.-Dijo Kat mientras abría garaje, dejando al descubierto un Porsche convertible, color negro, era completamente precioso, al lado de este estaba un Mercedes Benz, en el cual habíamos ido ayer a la fiesta.
-Hay algo que les faltó contarme, Kat…-Dije.
-Ah eso.-Rió.- Papá es socio de una constructora de autos en Italia, precisamente La Ferrari, y pues creo que tener autos para nosotros es sencillo.-Dijo. Acortando sus palabras, eran millonarios, pero no lucían como tal.- Aunque, no tengo idea de porque nos dan estos autos alemanes, cuando Geoff trabaja con autos Italianos.
-¿Y Karen que trabaja?-Pregunté.
-Mamá, ella es arquitecto, diseño el plano para la casa.-Contestó. Ahora estaba sentada en el asiento del copiloto vía al centro comercial, viviendo el sueño.
-Hey, Kat. ¿Dónde está tu papá? Geoff.-Dije rompiendo el silencio mientras ella conducía.
-No tengo idea, hace días que no llama. Debe estar en Alemania o algo así, tampoco es que me importe demasiado.-Dijo ella.
-¿Cómo que no te importa? Es tu padre. Yo nunca tuve uno, según mi expediente él había fallecido o algo así. Pero el tuyo esta acá, bueno… No preciosamente, pero…-Ella me interrumpió.
-No entiendes, Jess. Él no es el típico padre consentidor que dice que su hija es su princesa ni nada parecido. Geoff, es… es…-Dudaba de lo que iba a decir.- Es un idiota, eso es lo que es.-Afirmo con furia.- Liam y yo nunca le hemos importado, sólo nos da cosas, y aunque no me quejo por tener todo lo que necesito, no es lo que en verdad quiero, quiero un padre que este conmigo en la cena y me pregunte como ha estado mi día, no este idiota que debo llamar papá.-Culminó con voz quebrada. Luego de limpiar una lágrima recorrida por su mejilla.- Odio que me vean llorar, Jessica.
-No te avergüences de mi, ahora somos hermanas, y los hermanos se apoyan entre ellos.-Le dije.- No llores por eso, en algún punto estamos igual ambas no tenemos un padre, y mírame, ahora todo está comenzando a cambiar. Todo se arreglara, deberías hablar con él, tal vez esta muy centrado en su trabajo para darse cuenta de la maravillosa familia que tiene, y para que ustedes no piensen que los ha olvidado por completo, les da lujos. Todo se arreglara, es cuestión de platicar.
-Gracias, Jess. Cuando regrese, hablaré con él.-Sonreí.



Cuatro horas habían transcurrido desde que llegamos al centro comercial. Pensé por un momento que compraríamos todo, estoy muy contenta, pero algo apenada por hacer que Kat gastara tanto dinero en mí, no me dejó poner ni un centavo, y eso me hizo enojar, no quiero aprovecharme de lo que tienen. En verdad, estaba muy cansada, cuatro horas recorriendo el centro comercial no es nada sencillo, aunque fue muy divertido, he llegado a conocer a Kat, y podría decirse que ahora somos buenas amigas.

-Kat, por favor, descansemos.-Supliqué mientras arrastraba mis pies.
-De acuerdo, yo también estoy cansada.-Dijo.- Deberíamos almorzar algo, ya son las cuatro de la tarde y muero de hambre.
-Igual yo, ¿dónde comeremos?-Pregunté.
-Mm… Hay un lugar, hacen comida genial, de hecho conozco a los dueños, su hijo es mi mejor amigo.
-Sólo quiero comer, Kat.-Rió.
-Te pareces a Niall.-Dijo sonriendo.
-¿Niall, no? ¿Te gusta él?
-¿A mí? ¡Qué buen chiste, Jess!... Serías buena comediante.-Decía con nerviosismo.- ¿Por qué? ¿Le gusto a él?... Pf, ni me interesa, no me digas… ¡Dime algo, Jessica!-Y justo en ese momento, estallé en carcajadas, a Kat le gustaba Niall, y era obvio que ni podía disimularlo, al menos no frente a mí.
-Pensé que no te gustaba…
-¡Ya, no te rías! Escucha…-Suspiro.- Me gusta Niall, desde que me robo un beso en el primer año.
-Aw, eso es muy tierno… Por cierto, también le gustas.-Admití.
-¿Estás jugando conmigo, verdad?-Grito en mi oído.
-Créeme, si estuviera jugando contigo, tal vez ya me hubieras roto el tímpano.
-Debes ayudarme, Jessica. Me gusta, demasiado, lo quiero.
-Y el a ti, ¿no has visto cómo te busca?
-Pensé que sólo quería ser amable…
-Eres lenta, Kat. Sólo por eso te ayudaré.-Guiñe un ojo, y ella sonrió.



Tenía resaca del día de ayer, y sin embargo tuve que venir a trabajar. Era odioso atender a tantas personas al mismo tiempo. Le doy gracias a dios, que no toco el turno de la cocina, ya que si no, debía utilizar una maya en mi cabeza. Recordaba detenidamente su sonrisa, y sus coloradas mejillas al mirarme, definitivamente Jessica era más preciosa cuando la conocías. Estuve nervioso, toda la noche, pero más en el momento que me preguntó como sabía de ella. Claro, Liam nos había contado un poco… Pero, yo leí su expediente, admito que no fue intencional, pero ya saben, la curiosidad mato al gato.

-¡Hey Zayn!-Gritaron desde la entrada. Era Kat, mi mejor amiga, quien venía acompañada de… Jessica. Sonreí al verlas con tantas bolsas cargadas.
-¡Hola chicas! Un poco más y se llevan el centro comercial.-Me burle.
-Ayúdanos y deja de tratar mal a tus clientes.-Exigió. Tome sus bolsas, y las coloqué detrás del mostrador.
-Buenas tardes, señoritas. Bienvenidas a Your Paradise of Food, ¿qué desean comer hoy?-Dije. Ambas se miraron, y comenzaron a reír, mientras yo fruncía el ceño.- No se rían, es mi trabajo.
-De acuerdo, señor Malik.-rió Jessica.- Yo quiero… Mmm, spaguetti.
-Y yo lo de siempre, Malik. Muévete, tenemos hambre.- Dijo Kat, como si yo fuera su mayordomo. Fui a la cocina para indicarle al chef que era lo que debía cocina, regrese hasta la barra, donde estaban las chicas platicando.
-Parecen dos ancianas, cuchicheando, ¿lo sabían?
-Eso es parte de la vida de chicas.-Dijo Jessica.- No sé cómo has podido venir a trabajar con todo lo que has tomado ayer.
-Ya sabes, trabajo es trabajo.
-Hablas como el hombre que no eres.- Apretó mi mejilla Kat.
-Basta, Kat. Te he dicho que no hagas eso en público… ¿Qué tal si Niall viene y nos ve? Pensará que tenemos algo.-Dije. Ella frunció el ceño mientras Jessica y yo reíamos a carcajadas.
-A veces te odio.-Dijo Kat.
-Lo sé, igual yo. Pero, es mi deber molestarte, es lo que hacen los amigos…
-Sería bueno que cerraras tu boca y…-Comenzaba a decir, pero se calló por el ruidoso sonido de su teléfono que le indicaba una llamada, se puso de pie y camino fuera del lugar, dejándome solo con Jessica.
-¿Qué tal la has pasado anoche?-Dije rompiendo el silencio.
-Excelente. Han sido muy simpáticos todos conmigo, se los agradezco.
-No hay que agradecer, ahora eres nuestra amiga, y así se les trata.-Dije. Ella sonrió y sus ojos verdes brillaron, haciendo que parecieran piscinas deseos para mí. Era un brillo intenso, que me encantaba, por el cual estaba comenzando a delirar, no puedo negarlo, Jessica Bauza, físicamente me volverá loco.
-Y… ¿Qué harás esta noche?-Pregunté, tal vez podría invitarla a salir.
-Pues yo… No lo sé, tal vez…-Kat la interrumpió. Estos eran los momentos en que la odiaba.
-¡Era Liam! Me ha hecho un cuestionario telefónico.-Reímos.- Dijo que los chicos irían hoy a la casa, todos menos Zayn claro.-Dijo dirigiéndose a Jessica, como si yo no estuviese ahí.
- ¿Por qué yo no?
-Oh, Zayn… No te había visto ahí. Bueno, ya que puedes ir…-Dijo sin importancia. Fruncí el ceño.- Deberías ver tu cara.-Rieron las chicas.
-Muchas veces me dan ganas de estrangularte.
-Deberías hacerlo.-Dijo Jessica.
-Lo pensaré, gracias por el apoyo, Jess.-Dije. Tendría que dejar esa cita, para otra ocasión.