Amor Real (Niall Horan y Tu)

Cariño!! Te amo!!..aún no me leo todos los capítulos pero sabes que te apoyo siempre! espero tu opinión de mi novela honey! Nos vemos, ya más o menos le entiendo al foro UJÚ! (cecy feliz!)

Besos :xx

Romina-Horan escribió:Chicas, ya acomode las fechas de actualizacion. Subire cap cada fin de semana, aunque si los termino antes talvez los miercoles los suba. Pero es seguro que actualizo un sabado o domingo, si no me golpean :D okya

Besos! Xx

I'm voluntier!! Yo te pego! ;)

Besos :xx

Todos me quieren golpear ._. Crei que no se lo tomarian enserio. Asi que, para evitar la violencia, tendre que dormirme tarde para tener listo el cap. AGRADESCAN QUE ES VIERNES!!!! ahque, es mi ritual de fin de semana. Mis hermanas salen a fiestas, yo me quedo a escribir :B
SOY TODA UNA FIESTERA!! okya, ignorenme ._.

CAPITULO 10.
Normal.

— ¡Es Niall! ¡Es Niall! ¡Oh, mi dios! ¡Es
Niall! —Kim no dejaba de brincar en su lugar mientras saltaba como loca al ver
a mi amigo.



— Tranquila, Kim —reí— ¿Vamos a cenar?



— ¿Hablas de…? —nos miró a ambos, y
después su sonrisa se agrando como el gato Cheshire— ¿Estoy soñando?



— No, creo que no. Mi estómago de verdad
tiene hambre —respondió Niall, haciendo que Kimberly soltara un agudo chillido—
Creo que perdí el tímpano.



— Lo siento.



— Anda, pequeña gritona. Vamos a cenar.



Niall se levantó del
sillón y me tendió la mano para ayudarme, la cual acepte gustosa. Kimberly
comenzó a dirigirse hacia la salida dando pequeños saltitos mientras tarareaba
una canción de los chicos. Cerré la habitación con llave detrás de mí y seguí a
Niall y Kim hacia el ascensor. John y
Johan —nuestros guardaespaldas— nos seguían a nosotros. Durante el trayecto
hacia el lobby discutimos sobre que cenar, ganando yo al final al escoger Sushi
y que Kim me apoyara en la decisión, dejando a un Niall con el antojo de pizza.




El lobby era una
locura, no sé qué había en la ciudad que había más de un famoso en el hotel. Al
salir a la calle, las fans comenzaron a gritar y chillar al ver a Niall, tal
como lo había hecho Kim. John y Johan nos ayudaron a subir a la limosina negra
que nos esperaba en la entrada, atravesando dificultosamente la calle para
poder alinearnos con la quinta avenida debido a que las fans se amontonaban
sobre las ventanillas del auto.



Al alinearse con el
resto de los autos, el camino fue más tranquilo. Eso sin contar con el trafico
desesperante había, al igual que en Londres. Kim había logrado calmarse, y
mucho ya que durante el trayecto hablo tranquilamente con Niall de temas
irrelevantes. Al llegar al restaurante japonés, bajamos del auto con la ayuda
de Johan ya que los paparazzi no dejaban de tomar fotografías y cegarnos con
las cámaras. Hacían preguntas a lo tonto —tanto para Niall como para mí— sobre
si había discutido con Eduardo, si terminamos, si éramos amantes; ¿Qué quieren?
Es más que obvio que todo eso es falso y si llegara a ser verdad ¿Enserio
pensaban que les responderíamos? Estúpido.



Al lograr entrar en
el restaurante, sentí un respiro. Si bien estaba acostumbrada a las cámaras,
nunca lo estas completamente.



Una rubia nos
recibió en la entrada, guiándonos a nuestra mesa para después indicarnos que el
mesero llegaría pronto y retirarse. En esta ocasión, Kim fue la primera en
hablar, comentando acerca del concierto y lo maravilloso que seria, parloteando
sobre ir al 1D World y comprar todo lo que pudiera. Niall se ofreció para
acompañarnos, pero creo que el hecho de ir a una tienda llena de fans
emocionadas no sería muy buena idea. Seria toda una locura, si de por sí.



El mesero llego,
entregándonos una carta a cada uno. Kimberly como solía hacerlo, pidió su rollo
favorito con cubierta de aguacate mientras que yo pase a uno nuevo con salmón y
Niall imitaba mi elección. El chico se retiró con nuestra orden, dejándonos
solos de nuevo.



— Sigo preguntándome porque Harry saldría
con Taylor —comente.



— ¡¿Qué Harry que?! —La voz de soprano de
Kim resonó en la mesa del reservado — ¿Mi Harry está saliendo con la guereja
esa? ¡Qué le pasa!



— Kim… tú también eres rubia —la sonrisa
en mi rostro no se pudo borrar mientras luchaba por contener una pequeña risa.



— Pero yo soy rubia buena, ella es rubia
oxigenada.



— ¿Qué diferencia hay en eso?



Asentí hacia la
pregunta de Niall.



— Que yo soy mejor para Harry. Fin.



Niall y yo reímos
por la actitud de la niña, haciendo que ella rodara los ojos y concentrara su
tiempo con los palillos chinos que había en la mesa.



El resto del
almuerzo paso tranquilo. Niall y yo terminamos pidiendo otro rollo para cada
quien y Kim un postre de no sé qué cosa con nombre raro. Al terminar, pagamos
la cuenta y salimos de restaurante de nuevo con ayuda, ya que los paparazzis
seguían afuera con sus cámaras. En lugar de ir directo al hotel tomamos un
recorrido por el centro, bajándonos en el museo metropolitano de arte y
comenzando a recorrer las calles a pie a partir de ahí.



La temperatura era
baja, pero agradecía a mi abrigo refugiarme del frio. Las calles estaban
congestionadas de autos, las aceras de personas, pero eso no impidió que
disfrutáramos de nuestra tarde. Entramos a ciertas tiendas, solo para ver y a
veces a comprar algunas cosas. No estaba en mi plan de “Compra todo lo que
quieras”, así que no me excedí esta vez. Compre unas cuantas cosas, un vestido
de noche Gucci, zapatos Louboutin y no pude resistirme a obtener el nuevo bolso
Prada, era demasiado hermoso. También aproveche y compre otras cosas, tomando
en cuenta de que en menos de un mes era navidad y aun no compraba los regalos,
fue una buena idea hacerlo de una vez y aprovechar la salida.



De vez en cuando,
mientras caminábamos por la acera —yo tomando la mano de Kim para que no se
extraviara— uno que otro fan se acercaba para una foto. Ni Niall y yo nos
negamos en ninguna ocasión, complaciendo a cada una de las personas.



Me encantaban estos
momentos. No tenía preocupaciones de tener que fingir mi relación con Eduardo,
fingir una sonrisa para complacer a las cámaras y a mi abuela, y solamente
disfrutar de la compañía de mis amigos. Era bueno revivir esos días no tan
lejanos en los que solo tenía que preocuparme de no causar escándalos
monumentales. Podía salir con los chicos, Chelsea, las chicas, ser honesta a lo
que me preguntaban sin tener que mantener en pie una farsa, solo ser yo.



— Vamos al hotel, ya me canse —Kim
arrastraba los pies al caminar, sosteniendo la pequeña bolsa blanca de
“Express” en su mano.



— Pero si aún no caminamos tanto.



— Tú tienes 19 años, Caitlin —me dijo
Niall — vamos al hotel, lo más seguro es que Kimberly siga cansada por el
vuelo.



Termine aceptando la
oferta de Niall, quien sin dar señales se acuclillo al lado de Kim y la tomo en
brazos, apoyando al mayor peso de la niña en su cadera, en la curva de la
cintura. La rubia bostezo y apoyo la
cabeza en el hueco del cuello de Niall, a quien se le notaba el esfuerzo de
cargar a la no tan pequeña Kimberly. De algo estaba segura, el sería un buen
padre.



Saque mi teléfono y
llame al celular de Johan, informándole el lugar en donde nos encontrábamos y
si podían pasar por nosotros. Corto la llamada al terminar de hablar y unos
pocos minutos después el auto se encontraba frente a la acera en la que
estábamos. John salió del asiento del copiloto, se acercó a nosotros y tomo a
Kimberly en brazos, la cual ya cabeceaba. Entramos al auto al instante para que
después John sentara a la niña en el asiento. Dio la vuelta al auto y volvió a
tomar su puesto adelante.



El trayecto al hotel
fue tranquilo mientras Niall y yo hablamos en voz baja para no despertar a una
dormida Kimberly. Al llegar, las fans seguían afuera. Eso me alarmo un poco ya
que la temperatura era menor ahora.



Uno de los
guardaespaldas abrió la puerta, tomando a Kimberly en brazos para bajarla.
Después Niall se deslizo por el asiento, bajo del auto y me tendió la mano para
ayudarme a mí también. Entramos al calor de lobby, encontrando a Zayn y a una
Perrie con cabello morado. Salude a ambos, ya que hacía días que no veía a
ninguno de los dos por tener que hacer mis salidas en público con Eduardo. Nos
entretuvimos un rato en el lobby, hablando entre los cuatro, cuando Perrie
recibió una llamada. Se alejó un poco para contestar y regreso un momento después
diciendo que tenía que ir a su habitación, ya que su madre tenía algo que
decirle. Zayn se fue con ella, dejándoos a Niall y a mi solos.



— ¿Puedes ir a mi habitación? —Le dije—
Kim está sola y necesito hacer algo.



— Claro.



Saque la llave de mi
bolso y se la entregue. Vi cómo se dirigía al ascensor y desaparecía al
cerrarse las puertas de metal. Me acerque a la recepción, donde una chica
atendía.



— Disculpe —llame. La chica despego la
vista de unos papeles y me miro.



— ¿En qué puedo ayudarle?



— ¿Ve a todas esas chicas en la calle?
—señale a las fans de afuera. La chica asintió— Bien ¿Podría mandar a hacer
chocolate caliente para todas? Cárguela a mi cuenta.



— ¿Para todas? ¿No son demasiadas?



— No importa, pagare lo que sea.



La chica asintió y
descolgó el teléfono para mandar la orden. Gire sobre mis talones y comencé a
dirigirme hacia el ascensor, para poder ir a mi habitación y reunirme con el
irlandés.



.



.



.



— ¡Despierta, Elizabeth! —El grito de Kim
casi me dejaba sorda— ¡Tenemos que ir al 1D World!



— Si, si, ya vete. Iré en un rato.



Escuche como una
puerta se cerraba. Me revolví en la cama, tratando de volver a conciliar el…
Esperen.



Retire el acolchado
y mire el interior de mi habitación. ¿Cómo llegue aquí? Lo último que había
hecho anoche fue quedarme hasta tarde viendo películas con Niall, y después de
eso… nada. Podría jurar que me quede dormida en el sofá de la sala.



Lo deje pasar, por
ahora. Me levante de la cama con los músculos agarrotados y somnolienta
dirigiéndome al baño. Abrí los grifos del agua caliente y espere a que esta se
calentara para quitarme la ropa y entrar debajo del chorro. Al instante, sentí
como mi cuerpo se relajaba por el calor. Era reconfortante estar así y si por
mi hubiera sido me quedaba en el baño, hasta que Kim toco la puerta diciendo
que me diera prisa, ya que ya se quería ir.



Cerré las llaves y m
enfunde en dos toallas, una en el cuerpo y otra en el cabello. Regrese a mi
habitación, caminando directo al armario para vestirme. Saque unos jeans
ceñidos, una blusa manga larga color blanco y Oxford negros. Seque mi cabello
con lentitud, tomándome mi tiempo. Lo cepille y lo ate a una cola alta. No me
maquille demasiado, solo la base y brillo. No es como si fuese a ir a una
fiesta.




Cuando terminaba de
aplicar el brillo, Kim entro a mi habitación, vestida con unos jeans negros,
una blusa ligera de estampado en rosa y una chaqueta negra junto con flas del
mismo color.



— ¿Aun no terminas? ¡Vamos Caitlin! ¡No
puedo esperar! —decía sin dejar de dar saltitos.



— Ya voy, ya voy. Ordena algo de
desayunar, te alcanzare en la cocina.



— Ok.



Suspiro sonoramente,
antes de dirigirse a la puerta arrastrando los pies. Kimberly podía ser un poco
impaciente algunas veces.



Saque un cárdigan de
lana en rayas blancas y negras y me lo puse. Tome mi bolso negro, mi favorito
de todos los que tenía, y guarde en el todo lo que fuera a necesitar fuera.
Agarre mi teléfono de la mesita de noche, sorprendiéndome al encontrar un
mensaje sin leer.



“No podía dejarte
dormida en el sofá, espero que hayas dormido bien – N.”



El duende era de
esas personas que siempre te dejaban sin palabras.



Salí de mi
habitación con mi bolso en mano y una sonrisa. Dirigiéndome a la cocina para
encontrarme con Kim y nuestro desayuno.



— ¡Brittany! —grite al ver a mi mejor
amiga, prima, hermana perdida —a la cual no veía desde hace meses— sentada
junto con Kim en el desayunador.



— ¡Caitlin!



Fui a su encuentro,
envolviéndola con mis brazos mientras ambas nos uníamos en un fraternal abrazo.
Había extrañado a esta idiota más de lo que imaginan.



Con todo lo que
había pasado ayer, encontrarme con Niall, la salida al centro, no había tenido
tiempo de pensar en Brittany al regresar al hotel. Olvidando completamente el
hecho de que durante nuestra estadía aquí en New York ella compartiría
habitación con Kim y yo.



— ¿Dónde te metiste ayer? —ambas
preguntamos al mismo tiempo, soltando la risa al final.



— ¿Dónde has estado? ¿Qué has hecho?



— Oh, no cariño. Eres tú la que debe
contarme todo.



Sabía a qué se
refería. Solté un suspiro y tome asiento a su lado. Dejando mi bolso en el
suelo y girando medio cuerpo para mirarle a los ojos.



— Estoy comprometida —solté. Sin dejarla
decir algo, volví a hablar— la abuela quiere hacer una alianza con España y
para que sea más segura, fuerte y blah, blah, blah, quiere que me case con el
Príncipe Eduardo. El compromiso aun no es oficial, quieren esperar un poco para
que los medios y las personas no sospechen. Quieren que se vea lo más normal
que se pueda.



— Esta, loca. ¡¿Cómo puede hacer eso?!



— Es la reina, tiene el poder para hacerlo
—dije las misma palabras que siempre utilizaba para responder la tan común
pregunta que hacían mis amigos al enterarse de todo el asunto— comienzo a acostumbrarme.
Es lo mejor, si no puedes contra ellos; úneteles.



— Ow, Caty —sentí sus brazos envolverme,
como siempre solía hacerlo. De las tres, Brit era la más madura, en parte— Lo
siento, cariño. Mejor dejemos el tema de lado, que el concierto es mañana y ya
recibí mensaje de Louis. Fue a desayunar con Eleanor, nos secuestrara en la
tarde. Dice que tiene la tarjeta de crédito lista.



— Mi hermano está loco — reí.



Tocaron la puerta de
la habitación, interrumpiéndonos a ambas. Kim —quien se había entretenido todo
este tiempo con su teléfono— se levantó de su asiento y fue a atender la
puerta. Poco tiempo después un carrito con bandejas empujado por un chico de
cabello negro entro a la cocina. Dio los buenos días y se dispuso a servir lo
que Kim había pedido. Tres platos de waffles, típico de Kimberly y su obsesión
con estos.



Nota mental: No
volver a dejar que la rubia escoja de nuevo el desayuno.



Después de aclarar
que cargaran todo a la cuenta, el chico se marchó dando una pequeña
inclinación, siendo escoltado por Kim hacia la puerta.



Las tres desayunamos
tranquilas hablando en parte sobre el compromiso de Chelsea, pero sobre todo de
Antoine. Era irónico que a las tres primas reunidas en la cocina no nos
agradara el chico. Kim pensaba igual que nosotras, Antoine no era para Chelsea.
No sabias porque o como, solo lo sabíamos.



Cuando menos espere,
Kim había terminado con sus dos waffles. No tardo ni un segundo en decirme
“Date prisa. La mercancía se acaba”, así que prácticamente me obligo a tragarme
mi comida. Brittany termino antes que yo, así que fue a cambiarse el pijama
para acompañarnos. En cuanto mi plato estuvo limpio, Brit apareció en la cocina
ya cambiada y
lista para partir.



Kimberly ya casi corría
a la puerta, pero la mande a cepillarse los dientes. Hice lo mismo, así que fue
a mi habitación y los cepille sin demorarme mucho antes de que la pequeña
princesa entrara en ataque de desesperación. Me encontré en el hall con
Brittany y Kim y finalmente —para alivio de la rubia— salimos de la habitación
rumbo al lobby.



De camino al
Madison, Kim no podía dejar de dar saltitos en su asiento, mirando por la
ventana e inhalando como si le estuviera dando un paro cardiaco. Si pensé que
eso era entusiasmo, me equivoque.



Al detenerse el auto
frente a la tienda, Kim soltó un grito que nos dejó sordas a Brittany y a
mí. Bajo corriendo como si no hubiera
mañana, obligándonos a bajar corriendo tras ella. Pensar que una pequeña de 12
años podía correr más rápido que dos chicas de 19 años y un guardaespaldas
profesional.



Logre llegar a la
cima de los escalones jadeando completamente. Entre a la tienda sin pensar,
teniendo un solo pensamiento en la mente “Encontrar a Kim”. John, Brittany yo
terminamos dividiéndonos para encontrarla. No podía ser difícil encontrar a una
niña enloquecida. Solo por un pequeño detalle… ¡Toda la tienda estaba llena de
chicas enloquecidas!



Comencé a buscarla entre los pasillos, buscando a la
rubia de chaqueta negra, pero era casi un laberinto.



Mi teléfono comenzó
a sonar. Lo saque del bolso y atendí la llamada.



— ¿La encontraste, Brit?



— Si, esta donde los muñecos.



— Enseguida las alcanzo.



Corte la llamada y
devolví el aparato a su lugar. No tarde mucho en llegar al escaparate donde estaban
los muñecos, encontrando a Kim comprando como loca, usando a John como carrito.
El pobre tenía las manos abarrotadas de muñecos. Pensé en por qué no los
guardaba en las canastas que estaban dando para colocar todo, hasta que vi a
Brittany con dos canastas repletas.



— Creo que iré por otra canasta —reí.



Di media vuelta y me
dirigí al gran mostrador que guardaba detrás de el más mercancía de los chicos.
Tome un canasta y estaba a punto de dirigirme hacia donde estaba Kim, Brit y
John, cuando una idea bizarra me cruzo por la cabeza.



Comencé a echar
cosas a lo tonto a la canasta. Desde cuadernos, hasta collares, brazaletes, y
playeras. Todo era una locura, incluyéndome. Mientras tomaba una taza,
visualice a Johan entrando a la tienda —él se había demorado más en entrar ya
que tenía que buscar un lugar para aparcar el auto—, le hice una seña y se
acercó a mí.



— ¿En qué puedo servirle?



— ¿Puedes traer otra canasta? Esta es
solo el comienzo.



Asintió en silencio
y se retiró. Termine de llenar la que tenía en mi mano e hice lo mismo con las
siguientes tres que Johan me alcanzo. Cuando Kimberly nos encontró lista para
irnos —mucho tiempo después— fuimos a la caja para pagar todo. No sin antes,
tomar varias fotografías de cartón en tamaño real, banners, y otras cosas a
gran escala de los chicos. Kim tomo una figura a tamaño real de cartón de cada
uno, mientras que yo perdí la cuenta.



Salimos de la
tienda, todos con al menos una bolsa en sus manos —a excepción de los dos
guardaespaldas que se habían tenido que encargar de las figuras a tamaño real y
los banners—. Guardaron todo en el maletero. Después de eso, comenzamos a
dirigirnos devuelta al hotel ya que Louis nos esperaba.



¿Ya les dije que
odio el tráfico? Por si no sabían, lo odio con pasión. Después de lo que sentí
fueron horas, llegamos al hotel. Uno de los guardaespaldas nos ayudó a bajar
del auto. Brittany se adelantó al lobby junto con Kim, mientras que yo espere a
que comenzaran a bajar las cosas.



— John —llame. El hombre saco las dos
bolsas de Kim del maletero y se dirigió a mí— yo me llevare las bolsas de Kim
¿Si? —Asintió— Quiero que el resto de las cosas que compre, tú y Johan las
repartan entre las fans.



Gire el rostro hacia
ellas e hice un pequeño saludo para las que me observaban.



— ¿Segura princesa?



— Como que mi nombre es Caitlin. Anda,
dame las bolsas.



Esbozo una medio
sonrisa y me tendió las dos inmensas bolsas con la imagen de los chicos.
Comencé a dirigirme al lobby para así ir a mi habitación y encontrarme con las
chicas. Entre al ascensor y espere pacientemente a que este terminara su
recorrido y me dejara en el piso correspondiente.



El tono sonó, y las
puertas se abrieron. Me dirigí a la puerta de mi habitación, tocando para que
me abrieran ya que mis manos estaba ocupada. Brittany abrió, ayudándome con una
de las bolsas. Cuando ambas llegamos a la sala, Kim se lanzó sobre lo
recientemente comprado, como si fuera la cosa más maravillosa que jamás ha
visto.



Brittany y yo no
pudimos evitar reír.



Se escuchó el toque
desesperado de la puerta. Grite un “Adelante” para que se escuchara y poco
tiempo después Louis apareció en el Hall con expresión emocionada, junto con
Eleanor y Chelsea detrás de él.



— ¡Es hora de irnos!



.



.



.



— ¡Ya me quiero ir! —era la tercera vez
que Chelsea decía.



Llevábamos alrededor
de dos horas comprando. Eleanor y yo nos habíamos lucido, comprando más de lo
normal si es que es posible. Louis por su parte, tampoco se había excedido,
aunque si había comprado demasiado a comparación con otros chicos. Mientras que
Chelsea… Chelsea compraba racionalmente. Solo llevaba como cinco cosas,
mientras que el resto cerca de tres bolsas.



Brittany se había
ofrecido a quedarse con Kim en el hotel, ya que tenía que llamar a alguien y no
se le apetecía salir. Nadie se opuso, así que nos dirigimos a la quinta avenida
a destrozar nuestras cuentas de banco.



— No aguantas nada —le dije, mientras
admiraba dos pares de zapatos.



Louis llego donde
nosotras, con dos abrigos, uno gris y otro negro, preguntando nuestra opinión
sobre cual comprar.



— El gris, Lou. Ahora dense prisa, tengo
hambre y mi novio me espera.



— Si, si, Antonio cara de mono espera en
el hotel, blah, blah. ¡Es mejor estar aquí, Chelsea!



La castaña frunció
el ceño ante el comentario de Louis, mientras que Eleanor y yo aplaudíamos en silencio
para que Chelsea no nos regañara.



— Él es un buen chico, no sé porque no les
agrada.



— No nos preguntes —respondió Eleanor.



Ok, según mis
recientes cálculos. De todos nosotros ¬—incluyendo a los chicos, Danielle,
Perrie, todos— a los únicos a los que le agradaba Antonio eran… ehm… nadie.



— A Harry le agrada —se defendió.



— Tu bien sabes que no, Chels —le dije.



— Hablando de Harry ¿Qué fue de él? No lo
he visto mientras estoy en la ciudad.



Asentí al comentario
de Eleanor.



— Esta con Taylor fideo Swift —Eleanor y
yo no pudimos evitar soltar la carcajada ante lo que Louis había dicho, era
todo un genio.



— No sean así, chicos. Harry de verdad la
quiere.



Las risas se
apagaron y en menos de un segundo Chelsea tenía tres pares de ojos sobre ella.



— ¿Tu como sabes de eso? —inquirió Louis.



— Yo no sé nada —se apresuró a decir. Tomo
los tres vestidos que había escogido y comenzó a caminar lejos de nosotros.



— Sera mejor que te detengas, Chelsea. O
le digo a Antu lo que paso en el cumpleaños de Liam.



Se detuvo en seco,
girando sobre sus talones para mirarme.



— No hablaras enserio.



— Cuenta todo lo que sepas de Harold,
ahora —ordeno Louis.



Chelsea cerró con
fuerza los ojos, mientras se dirigía de regreso hacia nosotros. Se sentó en uno
de los pequeños sofás blancos que había para probarse los zapatos, y hablo.



— Harry tiene meses hablando con Taylor
Swift. ¿Recuerdan que en el verano el confeso que solía mandarse textos con
ella? —Los tres asentimos— bien, desde entonces tiene interés en ella. Tienen
tiempo tratando de encontrarse para hablar, pero no podían por sus agendas.
Hasta ahora.



— ¿Tu como sabes esto? —pregunto Eleanor.



— Soy la mejor amiga de Harry, es mi
vecino, siempre hablamos. Tengo varias semanas aconsejándolo para conquistar a
Taylor.



— ¡Oh, cállate! —Casi grite— ¡¿Cómo es que
jamás me dijiste nada?! ¡Primero tu compromiso y ahora esto!



— ¿Qué compromiso?



Mierda.



Eleanor y Louis no
dejaban de mirar entre Chelsea y yo, mientras esta última me mataba con la
mirada. Siempre mi bocota y yo ¿Qué acaso no podía quedarme callada?



— Este… ehm… ¿Qué tal si pagamos todo y
vamos por un café? Yo invito.



— Esta bien, pero tendrán que contarnos
todo. Hablo enserio.



Asentí nerviosa ante las palabras de mi hermano del alma.
Tome todo lo que había escogido para ir a pagarlo a la caja y así irnos al
café. Tal parece que hoy seria noche de confesiones.

Bueno, ahi les deje el cap. no se porque aparecio asi, mi internet anda gay o algo. Espero que les guste y disfruten la cena romaitca con sus posters esta noche!! Feliz 14 de Febrero :D xxxx

Solo para informarles que ya tengo el nuevo cap (^u^)
Si hay comentarios lo subo mañana en la tarde. Besoooooss xxxxx

lalaalalalalal capitulo mañana!! capitulo mañana!! asdfghjklñ

CAPITULO 11.
Madison Square Garden.



— ¡Caitlin date prisa! —grito la voz de Kimberly.

— ¡Ya voy!

Termine de aplicar el brillo rosado y lo deje en el tocador.

Hoy finalmente era el día. La noche anterior la pasamos Louis, Eleanor, Chelsea y yo en la habitación de esta última, junto con Antoine; todos hablando sobre lo que Chelsea nos había ocultado, y después de que todo eso se solucionó, la conversación paso a otro tema hasta que se hizo demasiado tarde y cada quien se fue a su respectiva habitación.

No había visto a los chicos en todo el día, ya que desde temprano se fueron a la prueba de sonido en el Madison para el concierto de esta noche. Kimberly no dejaba de saltar cuando salimos a desayunar —en compañía de todas las chicas; Perrie, Eleanor, Danielle, Chelsea, Brittany—, no dejaba de murmura como esquizofrénica “Hoy es el día, hoy es el día”. Llego un punto en el que pensé seriamente darle una cachetada.

A lo largo del día, me mande textos con Niall para saber cómo estaban él y los chicos. Por lo que me había dicho; Zayn estaba un poco sensible, Liam alucinado, Harry estupefacto, Louis no dejaba de saltar por todo el recinto, y el… bueno, el casi lloraba. Niall era de esos chicos sensibles y tiernos, que te encantaban con cada uno de sus actos. Adoraba la forma en la que siempre era tan sencillo a pesar de ser ahora un artista internacional, pasara lo que pasara la fama no se le subía a la cabeza.

No solo era eso lo que me encantaba de él, sino simplemente su forma de ser. Tan sencillo, relajado, divertido. No puedo convivir con una persona… como decirlo… normal. No puedo pasar más de dos horas sin decir algo incoherente o estúpido, o solo hacerle una broma a alguien. No es mi naturaleza. Me encantaba que Niall no se tomara las cosas tan enserio, si no que más bien disfrutara de la esencia de ello. Todos creen que Niall tiene ese carisma que hace que lo adores, pero para mí que es su encanto irlandés.

Tome asiento en la cama, para así poder colocarme los botines negros de tacón de aguja que Chelsea me había regalado por adelantado por mi cumpleaños. No podía esperar para que fuera y disfrutar de la fiesta que Harry y Niall estaban preparando.

— ¡Caitlin Elizabeth Jane Windsor, date prisa diablos! —Kim estaba desesperada, se escuchaba en su voz.

Ignore su comentario y seguí concentrándome en atarme los botines. Vestia una camisa blanca con un fino lazo en el cuello de color negro, una falda de piel del mismo color del lazo a la altura de la cintura, medias y una chaqueta negra con pequeños detalles en dorado en el cuello y bolsillos. Había dejado mi cabello suelto, arreglando solo un poco los rizos con la pinza para que se vieran más… ¿Rizados? Que de costumbre. El maquillaje era un poco más fuerte de lo normal, pero no como para parecer payaso.

— Cat, será mejor que salgas antes de que a la pequeña Windsor le dé un paro cardiaco —me dijo Brittany al otro lado de la puerta de mi habitación.

— Dame un minuto, enseguida salgo.

Escuche el repiqueteo de sus tacones contra el suelo al alejarse, antes de concentrarme en tomar mi bolso y guardar mi cartera, teléfono y una que otra cosa pequeña que pudiera necesitar.

Finalmente, para el alivio de Kimberly, me encontré con ambas en la sala. Kim como toda fan, vistiendo unos jeans negros ceñidos, botas del mismo color al igual que el abrigo que cargaba, la única cosa que no era negra era su playera blanca que decía “Marry me, Harry” y su gorrito. Brittany había optado por unos leggins estampados, abrigo negro al igual que su bolso y tacones del mismo color con breas doradas colgando del talón. Alisó su cabello, cambiando sus rizos alocados por un lizo medio ondulado y el maquillaje era tranquilo.

Kimberly exclamo un “¡Al fin!” al verme, haciéndome reír. Las tres salimos de la habitación, topándonos con John y Johan —los cuales siempre se encontraban en la puerta para nuestra vigilancia— y siguiendo nuestro camino hacia lobby, donde nos encontraríamos con Chelsea, Antoine, Danielle, Perrie y Eleanor. Las familias de los chicos se habían marchado hace alrededor de media hacia al Madison, según me había contado Brittany durante el trayecto del ascensor hacia el lobby.

Como esperábamos, las chicas —y Antoine— nos estaban esperando en la pequeña sala del gran lobby. Seguridad nos ayudó a entrar al auto, abriéndonos paso entre las fans que aún seguían fuera del hotel. La emoción se podía sentir en el aire. Danielle irradiaba felicidad en su sonrisa, todo eso por volver con Liam. Habíamos hablado durante la mañana cuando salimos a desayunar, me conto todo lo que paso, como se reunieron, y al final como decidieron ambos darse una oportunidad.

Eleanor estaba metida en su mundo, mandándose textos con Louis desde su teléfono junto con una gran sonrisa. Perrie… Perrie no se quedaba atrás, todo el camino al Madison no pudo cerrar la boca mientras hablaba de lo emocionada y feliz que estaba por Zayn, había logrado su sueño.

— Solo espera al próximo año, Pezza. Para entonces, será a ti a la que veremos en ese escenario —le dije.

Al llegar al Madison, la locura era mayor. Las fans se arremolinaban a lo largo de todo el recinto, aunque ellas no fueran a presenciar el concierto. Entramos por la puerta de atrás, deteniendo el auto en el estacionamiento interno para los autobuses de la gira y el transporte de los chicos. Cuando menos espere, Johan abrió mi puerta y me tendía la mano para ayudarme a bajar. La tome sin reprochar, y mire a mi alrededor un poco atónita.

Madison Square Garden; el recinto más importante para cualquier artista.

Sentí como el aire me abandono un segundo mientras miraba el monumento frente a mí, dejándome sin aliento. Algo capte, algo movió en mi ver el majestuoso edificio frente a mí, pero no sabía que era. Tal vez simplemente era el hecho de estar ante uno de los lugares más aclamados por el mundo, incluyéndome.

Tome la mano de Kim para que no se perdiera mi vista como cuando fimos al 1D World. Si lo mirabas desde el punto cómico, parecíamos un grupo de turistas. 6 chicas, un chico, y una niña de doce años, siendo guiados tras camerinos por dos enormes guardaespaldas. Antes de entrar al camerino, el celular de Antoine comenzó a sonar. Me llamo la atención el gesto que hizo al ver la pantalla, pero lo deje pasar. Se excusó diciéndonos que tenía que atender, que era importante, pero que les deseáramos suerte a los chicos de su parte. Nadie le tomo mucha atención —a excepción de Chelsea— y entramos.

Se podían sentir los nervios en el aire. Lou estaba arreglándole el cabello a Zayn, Harry jugaba con Lux en el sofá que tenían ahí, Lou sentado a su lado también entreteniéndose con la bebe, mientras que Liam estaba sentado en una de las sillas que había frente a los tocadores del maquillaje entretenido en su teléfono y Niall —literalmente— comiéndose las uñas.

— Este no era el ambiente que esperaba encontrar —fue lo primero que dije. Al parecer, logre mi objetivo, ya que los cinco soltaron una pequeña risa— eso es lo que quería.

Como suponía, Danielle, Perrie y Eleanor tomaron su camino, yendo cada una con su respectiva pareja. No teníamos mucho tiempo, faltaba poco tiempo para que el show comenzara y aun teníamos que ir a nuestros asientos. Chelsea y Brittany acercaron a Kim hacia Harry, quien dejo a Lux jugando con su teléfono en el sofá mientras prestaba su atención a mi prima.

Sonreí al verla, sabía que por dentro quería gritar algo incoherente y no apto para su edad como “Hazme un hijo, Harry”. Lo sabía, es mi prima.

Me acerque a Niall y tome asiento a su lado en el sofá en el que él se encontraba.

— ¿Nervioso?

— Mucho —suspiro— ¿Y si algo sale mal? ¿Si me desafino? ¿Si olvido los acordes en la guitarra? ¿Si…?

— Si, nada —interrumpí— eres un artista nato, Niall. Puedes con esto y con mucho más. Hay 20 mil chicas afuera esperando para verte junto con los otro cuatro idiotas en esta habitación, sé que no las defraudaras ¿Sabes porque? —Negó con la cabeza, aun sin dejar de morderse las uñas nerviosamente— porque eres Niall Horan, el irlandés capas de acabarse mi almuerzo de una semana en una hora.

Esbozo una enorme sonrisa, haciéndome sonreír a mí también. Envolví mis brazos alrededor, sintiendo como el hacia lo mismo un segundo después. Quería reconfórtalo, calmarlo, que se sintiera seguro de esto. Era su momento, junto con el de los hicos, y yo me encargaría de que nadie lo arruinara. Si o si, este sería el mejor día de sus vidas.

— Eres la mejor, Cat —susurro en mi oído.

No pude evitar sonreír antes sus palabras. Deposite un beso en su mejilla y me separe de el para verle.

— No tanto como tú.

Paul entro, informándonos que quedaban 7 minutos para que Ed Sheeran terminara de tocar, así que era mejor que nos diéramos prisa. Aproveche el poco tiempo que me quedaba para desearle suerte al resto de los chicos, siendo estrujada por los brazos de mi hermano del alma al abrazarlo, como al resto de los chicos. Le desee suerte una última vez a Niall, porque sabía que él lo necesitaba. No había que ser adivino para saber que él era el que estaba más nervioso de los cinco. Sabía que Harry olvidaba todo en el escenario, Louis igual, Liam siempre tuvo la confianza al tener el micrófono en su mano y Zayn no se quedaba atrás, por lo que Niall siempre era el que se preocupaba por todo. O como Louis solía llamarlo; “Reina del drama”.

Nos guiaron a nuestros asientos en uno de los palcos que daba frente al escenario. Lo habían designado para que los familiares y amigos de los chicos pudieran disfrutar del concierto. Por fortuna, logramos llegar un poco antes de que el show principal comenzara, así que tuve oportunidad de saludar a los padres de los chicos, sus hermanas —o en el caso de Niall, hermano—, a la madre y primo de Perrie, entre otros amigos cercanos a ellos.

Finalmente, la cuenta regresiva comenzó iniciando con las imágenes de apertura de los chicos, las que siempre transmitían en la pantalla para dar inicio. Los gritos de las fans no se hicieron esperar, al igual que el de la pequeña rubia a mi lado. Los chicos saltaron al escenario, iniciando con Na Na Na, lo que podría ser la presentación más grande de sus carreras.

Para todos, esta era una noche especial. Danielle, Eleanor y Perrie derrochaban orgullo por sus parejas, Kim estaba cumpliendo su sueño, Chelsea y Brittany —Antoine no entra en este contexto, él es prácticamente un colado—mostraban la felicidad de ver a sus amigos cumpliendo su sueño, y yo… yo no podría describir que sentía en estos momentos. Pensaban en Niall, recordaba su audición de The X Factor, siendo ese pequeño chico de 16 años cantando “So Sick” de Ne-Yo frente a Simon Cowell, Cheryl Cole, Louis Walsh y Katy Perry, y el cómo esta última le dio el pase para lo que sería una gran y exitosa carrera artística junto con sus 4 mejores amigos. Era increíble como en tan solo dos años, los chicos hubieran llegado tan lejos. Pensar que exactamente este día, hace dos años, ellos estaban luchando en la final de The X Factor, en su edición del 2010. Un sueño hecho realidad.

En sí, creo que lo que más sentía en este momento, era orgullo y felicidad. El orgullo al ver como mi mejor amigo había alcanzo su sueño, creyendo en sí mismo y en los chicos, nunca dandose por vencido. Y felicidad… felicidad al ver la enorme sonrisa de Niall mientras cantaba en el escenario, demostrando lo que podía hacer. Por alguna razón, si Niall estaba feliz, yo también lo estaba. En pocos meses, el sin duda se había convertido en un factor importante para mí, no creo poder soportar mi vida —la farsa que tenía que sobre llevar, la presión de mi abuela, mi compromiso con alguien que tan solo conocía de unos cuantos días— sin la presencia de Niall en ella. Se podría decir, que él era mi luz. Esa estrella en la oscuridad que te da la fuerza para… ¿Seguir? No lo sabía con certeza, pero de una cosa estaba segura:

No podía vivir sin él.

denme amor infinito!! okno
literalmente tuve que vender mi alma al diablo para poder subir el cap. mi internet esta gay y no se podia poner el formato del texto ._. tuve que enviarlo a mi correo, copiar y pegar desde el ipod y postearlo aqui desde ahi. es un poco dificl acerlo con una pantalla de 10 cm .-.
cooomo sea, espero que les guste!

The Dreamer Girl escribió:Ahhh!!!!!!!!!!!!
El diablo debería pagarte mejor con por tu alma y presentarte a Niall xD
Me ha encantado el capitulo!!!
No se pero..presiento que Antoine, se trae algo entre manos:$
Aww pero esq Niall *-------------*
Niall, es ....Niall!!!
Ay y la primita hahah soy yo hahah presiento que yo también le gritaría a Hazza que me diera un hijo!!
Y cómo no decirle eso a semejante chico!!
Es que me mataste con lo de:

Se podría decir, que él era mi luz. Esa estrella en la oscuridad que te da la fuerza para… ¿Seguir? No lo sabía con certeza, pero de una cosa estaba segura:

No podía vivir sin él.

Siguela por lo que más quieras!!!!
Besos!!!!

Lose mi amiguis Romy si sabe hacer esto..por cierto Antoine me suena conocida jaja xD sabes a qe me refiero romina..!!

The Dreamer Girl escribió:Ahhh!!!!!!!!!!!!
El diablo debería pagarte mejor con por tu alma y presentarte a Niall xD
Me ha encantado el capitulo!!!
No se pero..presiento que Antoine, se trae algo entre manos:$
Aww pero esq Niall *-------------*
Niall, es ....Niall!!!
Ay y la primita hahah soy yo hahah presiento que yo también le gritaría a Hazza que me diera un hijo!!
Y cómo no decirle eso a semejante chico!!
Es que me mataste con lo de:

Se podría decir, que él era mi luz. Esa estrella en la oscuridad que te da la fuerza para… ¿Seguir? No lo sabía con certeza, pero de una cosa estaba segura:

No podía vivir sin él.

Siguela por lo que más quieras!!!!
Besos!!!!

Niall es especial asdfghjklñ
Kim representa a cada Directioner cumpliendo su sueño guajiro, siento que si los llego a conocer con esfuerzo recordaría mi nombre!!
Referente a Antoine... La curiosidad mato al gato... Y después Harry mato a la curiosidad por matar a su gato