Detras de la inocencia (Harry Styles y _____)

Capitulo 1
(Narra _____)
Paso mi dedo índice por los libros perfectamente colocados por temas y autores en diferentes estanterías. Esta mañana he decidido que sería uno de amor, hace mucho que no leo uno así. Cierro los ojos tal y como hago todos los viernes, y sigo pasando el dedo por los lomos de los libros, hasta que paro en uno que sobresale entre los demás. Sonrió. Lisa me mira con una sonrisa, parece disfrutarlo al igual que yo.
-Este-digo abriendo los ojos y sacándolo de su estantería.
-¿Cómo se titula?- Se lo enseño aunque sé que no llega a leerlo.
-Las reglas del destino- lo miro de nuevo. -El viernes que viene te lo traigo- digo sonriendo, ella niega con la cabeza.
-_____, sabes que puedes quedarte los libros tanto como quieras-sonrió. Lisa es la dueña de la biblioteca de debajo de mi casa. Desde el primer día en que la vi tuve una magia especial con ella, su sonrisa sincera y sus oscuros y cálidos ojos la daban una imagen de ternura e inteligencia. Tenía tan solo dos años más que yo, pero aparentaba más. Hablábamos todos los días, esa biblioteca era prácticamente mi segunda casa.
-¿Qué tal van las cosas con Niall?- dijo con una sonrisa picara. Sonreí.
-No van mal-me senté en el sillón que se encontraba a su lado- Hoy a alagado mi vestimenta.
Lisa suelta una carcajada.
-¿Ha alagado eso?-pregunta señalando con fingido asco mi ropa. Rió junto a ella.
-No es tan horrible-aunque sé que si lo es, que la ropa que llevo diariamente es bastante anticuada y sin color. Pero el miedo es mayor que el sentido del gusto. El miedo a que descubran mi trabajo nocturno, y una manera de sentirme mejor, más segura, es así, con ropa vieja y desgastada, siendo esa chica que nadie sospecharía que tuviese un trabajo como este.
-Bueno, para una vez que alguien me dice que le gusta mi camiseta…- suelto un suspiró.-Si no tuviese tanta mierda encima vestiría como cualquier adolescente normal.
Lisa sonríe. Parece saber que eso me relaja, que me tranquiliza.
-Pequeña-sonrió.-Cada cual tiene sus problemas, y es lo que nos toca- levanta su manga mostrándome los múltiples moratones.
-No sé como aguantas eso-ella sonríe con tristeza y yo la tomo de la mano- se que lo sabes, pero si algún día cambias de opinión, mi casa esta a tu disposición, sin importar hora ni día.
-No te preocupes _____, todo está bien-y sonríe creyéndose sus propias palabras aunque sus ojos digan lo contrario. Miró la hora, las nueve. Suspiró.
-Hoy tenemos a una persona especial en el trabajo-Lisa apoya los codos en la mesa y sujeta con las manos su cabeza interesada-al parecer un pez gordo jefe de alguna inmobiliaria importante.-Lisa frunce el ceño.
-Esos son los peores, soban más que ninguno. Parecen no haber visto a una chica en su vida-voltea los ojos.
-Lo sé, y el trabajo me toca a mí y a Lucy.-miró la hora de nuevo- Me tengo que ir, un gordo multimillonario me espera.
-Pásatelo bien-dije Lisa sonriendo. Le hago un cariñoso y rápido corte de mangas y ella ríe. Salgo con rapidez, y me dirijo a la cafetería de enfrente. Compro un café con leche y me lo tomo mientras me dirijo al lugar donde tengo una larga noche por delante.
(Narra Harry)
-Vamos papa, deja de hacer el tonto-resopló. No me puedo creer lo que vamos a hacer.
-Oh Harry deja de quejarte, a tu edad hubiera pagado porque mi padre me hubiera llevado a un sitio así- parece divertirse mientras se coloca la corbata de su traje. No es más que un calvo empresario mujeriego.
-Puede que haya pasado mucho desde que mama no está con nosotros, pero podrías ser un poco más formal y normal ¿no crees?- mi padre se gira, por un momento parece serio y pienso que quizá se esté planteando mi comentario, pero a los pocos segundos se rie.
-Sabes que nunca he sido un padre normal- vuelve a prestar atención a su corbata.
-Estás loco papa, loco-subo a mi habitación. Busco ropa adecuada, no encuentro nada. Me agobia ir con los amigos ricos de mi padre, pero más me agobia ver a diez cincuentones babeando por unas strippers y muchas veces de apenas dieciséis años. DIECISEIS AÑOS. ¿A que tipo de padres se les ocurre dejar a sus hijas meterse en ese mundo? Pues seguramente a un tipo de padres parecidos a el que lleva a su hijo de diecisiete a ver unas strippers. Me pongo unos jeans desgastados y una camiseta blanca. Miro por la ventana. Parece que hará frio, me coloco una fina chaqueta por encima. Muchos envidiarían mi situación y es lógico, yo a diferencia de ellos me da asco. Puede que la disfrutara en una fiesta con mis amigos pero ¿con mi padre? ¿con él y sus amigos?
¿Harry, has acabado de vestirte?-pregunto papa desde la planta inferior.
-Un minuto-grite para que me escuchara-coloqué con rapidez mis zapatos y baje las escaleras.
-Tardas más en vestirte que una mujer-papa rió aunque su intento de chiste no hubiera tenido gracia.
Salimos de casa, fuera nos esperaba un enorme coche donde por las voces de su interior ya se encontraban todos. Abrieron una ventana y de ella asomo una cabeza con poco pelo y gran bigote.
-Vamos chicos, ¡las chicas nos esperan!- todos gritan y rien, yo me pongo al lado de el conductor y me quejo en voz baja.
-¿Padres con complejo de jóvenes?-pregunta el conductor
-Más bien, padres con problemas de cabeza-dije gruñendo y haciendo que el conductor suelte una pequeña risilla.