Lo que la distancia ocasiono (Harry Styles)

Sentí que mi despertador comenzó a sonar, eran las 8am, en 3 horas partíamos para Homes Chapel y yo aún seguía en la cama. Me levanté de ella y fui hacia mi maleta. Saqué un par de Toms, una camisa, una chaqueta de mezclilla y unos jeans pegados. Me metí a la ducha, terminé y salí con mis cosas a recepción.

Aún no llegaban Paul ni Hannah. Me senté en unos muebles a esperarlos mientras escuchaba música. Me di cuenta que Hannah salía del ascensor son sus maletas, inmediatamente me acerqué a ella para ayudarla.

—Deberías pensar en mostrar esas fotos eh —le dije mientras la ayudaba con sus maletas.

—Lo pensaré —me dijo ella con una sonrisa.

—Esta bien ¿tú hermano? —pregunté mientras nos dirigíamos al mueble de recepción.

—Ya baja, es que no entro conmigo en el ascensor y sé quedo esperando al otro —soltó algunas risas. Se calmó y dejo la maleta en el suelo.

—Entiendo —reí.

—Mira ahí está —me señaló a su hermano quien a penas podía con la maleta de su hermana.

—¿Me ayudan? —preguntó el pobre chicho desde el ascensor.

—Eres hombre, vamos Paul no pesa tanto —dijo su hermana tratando de defenderse.

—Mejor lo ayudó —me encaminé hacia Paul, en verdad esa maleta pesaba mucho —Hermano ¿qué trae acá Hannah? —pregunté asombrado y quejándome.

—Lo mismo me pregunto —me dijo el chico agotado, a penas podía caminar.

Estábamos camino a Homes Chapel en el auto de Paul, Hannah iba de copiloto y yo atrás. No parábamos de reír, Hannah era muy graciosa y nos empezó a contar todas sus anécdotas en Italia.

En el reproductor de aquella radio del auto, comenzó a sonar una canción muy movida, Hannah empezaba hacer movimientos raros al compás de la música. La canción era muy pegajosa a lo que Paul y yo nos unimos a ella para hacer lo mismo.

Así nos la pasamos las 3 horas de viaje hasta Homes Chapel.

Hannah-.

Nos encontrábamos ya en Homes Chapel, no pude evitar sonreír y soltar algunas lágrimas. Mi casa aún se encontraba a 45 minutos de donde estábamos, pero pasar por cada lugar era especial.

—¿Recuerdas ese parque? siempre veníamos con George —escuche a mi hermano hablar mientras yo recorría con la mirada cada parte que pasábamos.

—Claro que si. Ese parque es tan especial para mí. ¿Cómo está George? Me imagino que más guapo que antes —reí y al parecer a mi hermano no le gusto mi comentario, pues él era su mejor amigo.

—Sí pero tiene novia. —dijo mi hermano sin mirarme. Estaba tan concentrado manejando, o eso es lo que aparentaba hacer.

—Sigo acá —interrumpió Louis haciendo que volteáramos a verlo.

—Te vi, primero iremos a casa y luego iremos a dejarte donde tú amigo ¿te parece?

—No tengo problema, con solo saber que he llegado hasta acá salvo y sano, con gran compañía. Todo me parece bien —dijo Louis mostrándome una perfecta sonrisa.

—Perfecto, en 30 minutos estaremos allá —le sonreí igual, a lo que mi hermano aclaro su garganta levemente para hacerse notar.

Recorrimos las calles que yo solía hacerlo con el bus escolar, algunas cosas habían cambiado, pero la mayoría seguían igual.

Estábamos cerca de casa, vi a mi hermano con una sonrisa enorme. Louis estaba algo extraño, no sabía el por qué, pero se notaba incómodo.

Por fin habíamos llegado y mis ojos de nuevo fueron un mar de lágrimas. Bajé del auto con cuidado. Hermosos recuerdos aparecieron por mi mente, aquella calle donde yo vivía seguía igual. Iba a entrar a casa, pero algo me detuvo. Mi hermano. Me dijo que lo espere porque se iba amarrar los cordones de la zapatilla.

Noté a un Louis callado, sin decir nada, incómodo y dudoso al estar en frente de mi casa, no paraba de mirar la casa de al frente, la de mi vecino, la razón por la cuál regrese acá.

—¿Estás bien? —pregunté haciendo que Louis volteara a verme.

—Ehm si, ¿por qué? —respondió tímidamente sobándose un brazo.

—Estás raro, no sé… —admití, mi hermano buscaba las llaves en sus bolsillos hasta que se halló con ella. Se aproximó a introducir la llave en la cerradura haciendo que la puerta se abra, yo con nervios entre y escuche un fuerte “Sorpresa”, lo menos que me imagina era una bienvenida así.

Estaban mis compañeros del jardín, aún recordaba sus caras, los amigos de mi hermano, pude ver a lo lejos a George y Gemma, pero no lo encontré a él.

Sentí que algo me faltaba, hasta que cada persona se acercó a mí dando un fuerte abrazo. Me limite por sonreír a cada persona que estaba aquí, voltee para ver a mi hermano y un gracias le dije movimiento mis labios.

Luego de saludar a algunas personas, empecé a buscar a Louis que no estaba por ningún lado, hasta que sentí como me jalaron del brazo llevándome escaleras arriba. No pude ver quién era hasta llegar a la segunda plana. Era un alocado Louis quién me había traído hasta aquí.

—¿Qué tienes Louis? ¿por qué hiciste eso? —pregunté confundida haciendo que este me soltara del brazo.

—Tú eres esa chica —fue lo único que dijo Louis causándome una gran confusión.

—¿De qué hablas Louis? —volví a preguntar confundida.

—Vamos a tu habitación, ahí te lo contaré mejor —respondió mirando por el pasillo de mi casa, ¿por qué se comportaba así?

—Es ahí, pasa —señale mi habitación a lo que Louis entró muy rápido. Como si quisiera esconderse de alguien.

—Ahora sí me puede explicar qué mierda tienes —me exalté por querer saber la actitud de Louis al llegar a mi casa.

—Tú eres la razón por la cuál él cambio así —comentó Louis haciendo que pierda la paciencia por no responder a mi pregunta.

—¿De qué hablas Louis? ¿qué te pasa? —su actitud me comenzó a hartar, no saber que tenía me volvía loca.

—Tú eres esa Hannah que se fue hace 10 años, vivías en frente de su casa, él por ti sufrió mucho, Gemma estaba abajo, todo tiene sentido Hannah. Tú eres la razón por la cuál Harry cambio —dijo Louis con una mano en la cabeza a lo que yo me encontraba con los ojos nublados al escuchar “Tú eres la razón por la cuál Harry cambio”, por eso fue que Paul me dijo que habían personas que habían cambiado, no lo entendía, pero ahora sí. Por eso jamás me hablo de Harry desde ese día que me fui. Me sentía mierda por todo lo que había ocasionado.

No sabía que decirle a Louis, solo callé y me tiré en mi cama ahogando mis lágrimas en ella. Louis se acercó a mí y me sobaba suavemente la cabeza —Hannah no quise hacerte sentir mal, lo siento de verás, pero Harry, si supieras como sufrió el con tu partida —Louis empezó a lamentarse por aquellas palabras, pero lo entendía.

—No Louis, no tenga nada que perdonarte —levanté mi cara de la cama secándome las lágrimas —cuéntame ¿cómo es él ahora?

—Te hará peor Hannah, dejémoslo aquí y me iré con él. Sigue pasándola bien acá en tu fiesta, yo mañana prometo volver y contarte todo —empezó a levantarse de mi cama pero lo impedí.

—No Louis, si te vas sin contarme me sentiré peor, cuéntame ¿si? —supliqué con lágrimas mientras estas recorrían mi mejilla.

—Esta bien —suspiró —él ahora es una persona fría, no le gusta mostrar sus sentimientos así de fácil, es grosero, no se lleva bien con Gemma y es… mujeriego, si se puede decir así. Te podrás preguntar como lo hacen todos ¿por qué te juntas con él? pues él no es así conmigo, cuando estoy con él es otra persona, sensible, divertida, honesto pero aún así sigue siendo mujeriego, no justifico todo lo que es, pero él tiene motivos para hacerlo.

Quería irme de ahí, retroceder el tiempo y nunca haberme ido de acá, no quería saber más de cómo él ha sufrido por mí, me sentía una basura. No sabía con qué cara lo iba a ver cuando me lo cruzara, él vive en frente de mi casa por lo que en algún momento lo iba a tener que ver y enfrentar.

—No puedo creer cuando daño he causa en él, me siento una basura —dije caminando de un lado al otro con las manos en mi rostro.

—Basta Hannah, no digas eso. Tú no tuviste la culpa de haberte ido —Louis trató de calmarme pero era imposible.

—Claro que sí Louis, con un simple ‘no’ me hubiera quedado y no hubiera viajado con mis papas —exclamé.

—Pero ya no puedes hacer nada. Yo ya me tengo que ir con Harry, aún no sé como haré para irme sin que Gemma me vea —dijo desesperado.

—Sal por la ventana, te ayudaré. Por favor Louis, no le digas nada a Harry que nos conocemos, si nos llegamos a ver y tú estas con él, has como si no me conoces, le contaré todo esto a Paul. No sé que haré para que Harry me perdone, espero hacerlo cambiar. Tú dices que no es así de frío contigo, ni tampoco lo será con nadie —ya más calmada dije eso, Louis se acercó y me dio un gran abrazo.

—No te preocupes, trataré de venir sin que él se de cuenta o tal vez lo haga con él —se separó de mi fulminándome con una sonrisa encantadora a lo que no dude en hacer lo mismo.

Ayude lentamente abajar a Louis de mi ventana, sus maletas estaban en el auto de Paul así que no habría problema con eso. Espere que él ya este en la casa de Harry para poder bajar y estar con los demás en mi fiesta de bienvenida.

Aunque no tenga de ánimos de estar ahí.

Me quedaba con la duda que si de verdad había vuelto Hannah. Gemma salió de casa y vi como entrada en casa de ella con una enorme sonrisa.

Estaba en mi cama recostado pensando si ir o no, pero estaba Louis que iba a venir hoy, no lo podía hacer esperar.

Escuche sonar el timbre, mamá no estaba así que fui yo abrirla.

—¡Boo Bear! —exclamé al ver a mi mejor amigo con su maleta en el piso.

—¡Harry! —fui abrazado por él recibiendo leves golpes en la espalda.

—Todos estos meses me has hecho falta, ven, pasa —ayude a Louis con su maleta, no pesaba absolutamente nada.

—Yo también, ahora si me podrás contar todo —dijo él yendo hacia living de mi casa.

—Si y lo siento por haber interrumpido tu viaje familiar —a veces no me sentía a gusto teniendo una amistad con Louis, desde que lo conozco ha hecho varias cosas por mí, y yo aún no he hecho nada por él.

—No te preocupes, ellos entendieron ¿y Gemma? —maldición, tenía que hacerme recordar que mi hermana estaba en casa de Hannah.

—Pues por ahí empecemos Louis, ella está en frente —admití un tanto nervioso.

—¿En casa de Hannah? —preguntó sorprendido.

—Si —volví admitir. Todo quedo en silencio hasta que Louis termino con eso.

—¿Por qué? ¿hay algo? —no sabía como contarle que supuestamente ella había vuelto.

—Es que ella me dijo que Hannah volvía. Me dijo que vaya porque su hermano le iba hacer una fiesta de bienvenida y no le creo —le dije eso, no estaba seguro de lo que Gemma me había dicho.

—¿Por qué no le crees? Es tu hermana —sabía que iba a salir con eso.

—Porque ya varias veces me ha hecho lo mismo, aparte tampoco te iba a dejar solo acá en casa —hablar de este tema me hacía mal, solo esperaba que no tuviera la estúpida idea de ir a esa casa.

—Vamos a casa de Hannah y comprobemos si es verdad lo que dice Gemma —mierda, cerré mis manos formando puños con ellas, él me leía el pensamiento.

—No pienso ir —fue lo más normal que mi boca pudo articular.

—Si es verdad que está acá igual la tendrás que ver, vamos a su casa y déjate de esas niñerías Harry —no, no, no quería ir, no la he visto desde hace 10 años, tal vez no me reconozca.

—No Louis, no pienso ir allá —me aferré al sofá poniendo lo más duro mi cuerpo.

—¿Vamos a esa fiesta o voy y la traigo? —él sería capaz de eso y de más. Comencé a sentir miedo, espera ¿por qué? Harry Styles no es así, él no le teme a nada ni nadie, mucho menos a una recién llegada que me ha hecho daño.

—¿Quieres que vayamos? perfecto, eso haremos —me puse de pie, cogí mi poleron, llaves y celular.

—Bueno, vamos —pude ver la cara de nerviosismo de Louis.

Comenzaron a sudarme las manos mientras dábamos algunos pasos para llegar a cierta casa.

Estábamos ya en frente de la casa. Louis dio 3 tres golpes y acto seguido esta se abrió dando lucir en el marco de la puerta a una joven delgada, piel blanca, cabello castaño en una coleta, ojos café un tanto claros.

—Hola, ¿te puedo servir en algo? —me preguntó amable aquella chica que desconocía el nombre.

—Ehm… ah —genial, estaba nervioso, no pude articular nada inteligente.

—Sí, buscamos a Gemma Styles ¿está aquí? —interrumpió Louis siendo mi alivio.

—Oh si claro, pasen, está allá —nos dijo, señalando una esquina de la sala, se encontraba con un chico que estaba despalda.

—Muchas gracias —dijimos a la vez para poder dirigirnos donde mi hermana. No había visto a Hannah. En verdad, no me acordaba mucho de su rostro pero ¿me habrá mentido Gemma de nuevo? me las pagaría si era cierto.

Él chico con el cual conversaba Gemma era Paul, ellos eran muy amigos desde pequeños, pues han estado desde el jardín juntos al igual que yo con Hannah.

—¡Louis! —exclamó mi hermana cuando vio a mi amigo, para ella en ese momento fui invisible. Ella lo quería mucho, como él a ella.

—Gemma te extrañe mucho —pronunció Louis dándole un abrazo.

—Yo también, hace tiempo que no sé nada de ti ¿cómo has estado? ¿cómo está tu familia? —le preguntó muy sonriente. Paul miraba algo extraño a Louis.

—Todos bien gracias a Dios. Harry me dijo que hoy venía Hannah ¿es cierto eso? —estaba buscando entre la multitud a esa chica que nos abrió la puerta, hasta que escuche a Louis pronunciar el nombre de Hannah y volteé lo más rápido que pude.

—Si, es más, ahí viene —no lo podía creer, no podía ser ella. Era necesario pegarme una bofetada con la cara de idiota que puse. La chica que nos abrió la puerta era Hannah, comencé a maldecir para mis adentros, cuando Louis me dio un leve golpe en el hombro.

—Hola —–saludó Hannah mientras sostenía la mano de su hermano, lucía sonriente.

—Hola —dijeron todos menos yo, que aún estaba en shock por lo ocurrido.

—Hannah ¿te acuerdas de Harry? —Gemma le preguntó dudosa.

—Ehm, físicamente no mucho, ¿por qué? —dio algunas risitas. Ella no se acordaba de mí.

—Pues este bobo que ves aquí… es Harry —me las iba a pagar cuando estemos en casa.

—Tú, ¿eres rulitos? oh por dios —se acercó a mí dando un abrazo, yo no le podía corresponder —, no sabes cuánto te he extrañado. Lamento tanto haberme ido y dejarte solo acá, hice todo para llamarte y poder comunicarme contigo pero eso me fue imposible —dijo ella sollozando, sonaba tan sincera.

De mi boca no salió palabra alguna, solo me limite a hacer una sonrisa fingida.

—¿No piensas decir nada? —nos interrumpió mi hermana haciendo que Hannah se separará de mí.

—Que bueno que hayas vuelto —ella me miraba con los ojos cristalizados, al ver sus ojos la piel se me erizó y de mi boca salieron las palabras más estúpidas —lo siento mucho pero me tengo que ir, tengo que hacer otra cosa más importante, adiós.

A penas dije eso caminé a paso largo, escuché a mi hermana gritar mi nombre, pero no paré hasta salir de allí y entrar a mi casa.