Lo que la distancia ocasiono (Harry Styles)

Todo el día anterior me quede en mi cuarto arreglando mis maletas para el viaje. Le conté a mi mamá lo que iba hacer y no le agrado para nada la idea, era de suponer.

Ella desconfiaba de mí. Tenía miedo que le vaya hacer algo a Hannah luego de que Gemma le contó que agarré muy fuerte de sus brazos. En vez de preocuparse y decir “Mi hijo estará prácticamente solo en Londres sin conocer a nadie y durante 2 meses” solo se preocupo por Hannah.

Hoy me desperté a causa de ese ruido infernal, mi alarma. Bajé a tomar desayuno y me encontré con una nota de mi mamá y Gemma. Ninguna de las dos estaba. Al parecer estaban felices de que la oveja negra de la casa se fuera porque no volverían hasta la noche. Que más da.

Me recosté en el sofá a pensar mis días en Londres con Hannah, en mi mamá que se quedará con ese problema de nuestra custodia y en Louis.

Me di cuenta de que hay un porcentaje de que Hannah no vaya conmigo. Su hermano me odiaba, no creo que la vaya a dejar irse así cuando ni siquiera llevaba 1 mes acá.

—Algo me decía que tenía que venir porque aún no tomabas el desayuno —dijo Louis detrás mío haciendo que me cayera del sofá.

—Eres un idiota, me asustaste —dije molesto mientras me levantaba del suelo.

—Tú eres el idiota que se asusta de todo —se defendió Louis —, tendrás la consciencia sucia para que lo hagas.

—Claro que no —dije muy seguro.

—Como quieras. —dijo —Vamos a tomar desayuno que yo no lo hice porque quería hacerlo contigo.

—No te digo, eres un idiota —ambos echamos pequeñas carcajadas ante mi comentario.

Louis era la única persona que se preocupaba por mí. Siempre nos insultábamos y al final terminamos con lágrimas por tanta risa.

Durante el desayuno Louis no dejaba de hacerme preguntas sobre Hannah. No querías contestarlas pero él insistía tanto que al final lo hice. No sabía mucho de ella luego de todo este tiempo. Solo sabía lo básico su color favorito, animal, lo que le gustaba y no gustaba y unas cuantas cosas más.

—Ojalá no sé maten en Londres —se burló Louis.

—No me provoques Tomlinson, puedo matarte a ti ahora —lo amenacé.

—Vamos Harold, sonríe que en unas horas más no nos veremos dentro de 2 meses —sonrió Louis sacando su celular del bolsillo con mucho cuidado.

Louis escondía algo, él no era de sacar el celular así. Lo conocía. Le quite el celular de la mano para ver lo que tanto admiraba en su celular y no quería que viera.

—Devuélveme mi celular Harry —gritó Louis.

Levanté mi brazo con el celular en mano. Yo era unos centímetros más alto que él porque lo que hacía cualquier intento por llegar, pero fallaba.

—¿Por qué no quieres que vea lo que tienes? —pregunté mirándolo amenazador.

—Eso no te importa, devuélveme mi celular mierda —respondió bruscamente, ya lo había hecho enojar.

—No lo haré —volteé lo más rápido que pude para darle la espalda a Louis y mirar lo que tenía en su celular.

Abrí y cerré mis ojos muy rápido al ver el fondo que tenía en su celular. Ya no sentí el cuerpo de Louis detrás de mí, por lo que ya sabía que había visto su foto. Pues era nada menos que Hannah con Louis, abrazados y muy sonrientes en el London Eye. Ambos estuvieron juntos en Londres y ya se conocían. Realmente eso era lo que menos me importaba. Yo iba al hecho de que él no me haya dicho que ya conocía a Hannah. Ahora entiendo porque siempre la apoyaba y se ponía tan a la defensiva con ella y a mí me dejaba como el malo de esto.

Siempre nos hemos contado todo, siempre le he tenido un confianza inigualable y me sorprende que el no la haya tenido conmigo. Confiaba más en una desconocida que había conocido en días que en mí que teníamos una amistad de 10 años.

—No es lo que tú piensas Harry, yo…

—Tú nada Louis, no confiaste en mí y no fuiste capas de contarme —grité haciendo puños fuertemente.

—Es que tú no entiendes —bajó la cabeza y se sentó cubriéndose la cara.

—¿Qué voy a entender? ¿qué confías más en ella que en mí?

—No es eso Harry, pero Hannah podrá explicártelo mejor ahora que estarán juntos en Londres —dijo Louis levantándose dispuesto a irse —Te quiero mucho y lo sabes. Espero que puedan arreglar las cosas, te voy a extrañar, suerte.

Sin más que decir, Louis se fue dejándome callado. Ahora se supone que todo es Hannah, ni que fuera la Reina de Inglaterra.

Faltaban 2 horas para que Hannah venga y las ganas de irme de acá iban disminuyendo al tener que irme con ella. Cada vez la situación se iba complicando más y más.

Mis días en Londres no serían tan lindos ni tranquilos como lo esperaba.

Hannah-.

Vi salir a Louis de casa de Harry. Iba triste con la cabeza agachada. Estaba apunto de entrar a su auto pero lo llame lo más rápido que pude.

—Louis necesito que vengas a mi casa —dije del otro lado del teléfono.

—No puedo Hannah —contestó.

—¿Por qué?

—Porque no estoy cerca de tu casa —mintió.

—¿Por qué mientes? ¬—pregunté decepcionada.

—¿Por qué dices eso? —dijo confundido.

—Voltea y mira hacia la ventana.

Louis volteo y me vio, hizo una pequeña mueca de fastidio y luego movió su mano en forma de saludo.

—A mi no me puedes engañar Louis —dije alejándome de la ventana.

—Ya voy a tu casa —fue lo último que dijo para dar por finalizada nuestra conversación telefónica.

Bajé para poder abrirle la puerta, después de todo no tardaría en estar acá ni más de 2 minutos.

Llegué al último escalón y sonó el timbre, di por hecho que era Louis detrás de la puerta.

Me encontré con un Louis muy raro para mi gusto. Su mirada era muy penetrante y fija como si estuviera molesto conmigo. Lo deje pasar sin que ninguno de los dos diga algo. Se quedo al costado mío cuando yo cerré la puerta. Con su mirada trataba de hacerme saber lo que acaba de pasar en casa de Harry pero no lograba entender nada. Louis al ver mi confusión, di por hecho que me iba a contar lo que ocurría.

—Harry vio la foto de nosotros en el London Eye —dijo sin ánimos.

Miré de nuevo a Louis paralizada por lo que acababa de oír. Ahora entendía porque su cara de pocos amigos. Lo que no podía entender era por qué conmigo.

—¿Có… cómo vio la foto? —tartamudeé con mucho nerviosismo.

—En un descuido mío él me quito el celular y pasó lo que nunca quise que pasará —camino hacia el mueble y se sentó. —Vio la foto y la confianza que tenía con él parece que se esfumo. Solo me fui de su casa y le dije que tú podías contarle mejor la razón por la cuál no le dije nada. Eso paso.

—Me imagino como te debes sentir, por eso decidí también viajar con Harry y explicarle todo lo que ha pasado desde que he llegado acá. —callé unos segundos, tome aire y continué. —Lamento mucho y más que sea por mi culpa.

Me senté al lado de Louis, al terminar lo que le dije me abrazo y me dio un pequeño beso en la frente.

—Todo está bien Hannah, tú no tienes la culpa de nada —levante mi cabeza para verle la cara. Tenía una sonrisa tierna y le devolví la misma sonrisa.

Lo consideraba mi segundo hermano. Es un gran amigo y no quiero que por mi culpa esté así con Harry, menos si no se vería con el durante estos 2 meses.

—Aunque me digas lo contrario se que la tengo Lou, perdóname —lo abracé más fuerte que antes y no pude evitar derramar algunas lágrimas manchando su camiseta.

Nos quedamos un buen rato abrazados, Louis me sobaba tiernamente la cabeza ocasionando un gran relajo en mí haciendo que poco a poco cerrase los ojos. El me contaba una historia, no entendía mucho lo que quería decirme ya que me estaba quedando dormida entre sus brazos. Lo único que llegué a escuchar con claridad era un “Te quiero” de su parte. No dude en responderle igual con una sonrisa por más que estuviera semidormida.

Di media vuelta en lo que no sabía en que esta echada. Abrí sin ganas mis ojos y los frote un poco. Estaba en el mueble. Sola. Louis no estaba conmigo pero en la pequeña mesa del living encontré una carta, que era de él por supuesto. Antes de abrir la carta decía “No la abras hasta que estés camino a Londres”. Por más que mi curiosidad me estaba matando acepte por hacerle caso y no abrirla aún.

Miré el reloj y eran las 2:55pm. Tenía que estar en casa de Harry a las 3 en punto. Subí lo más rápido a mi habitación para bajar mi maletas. Al entrar tenía una carta en mi mesa de noche que sería para mi hermano. Volví a correr pero ahora hacia la habitación de Paul y dejar la carta sobre su cama. Me devolví a mi habitación y bajé mis maletas. Que ahora eran más pequeñas.
Eran las 2:59 según mi reloj. Al abrir la puerta de mi casa me azotó una gran fuerza de viento que hizo que mi cabello que llevaba suelto, se posará en toda mi cara. Me acomodé el cabello rápido y miré a Harry abriendo la puerta de su carro. Cara pálida y amargada como solía estar casi siempre.

—¡Harry! ¡Harry! —grité 2 veces su nombre para que pudiera notarme. Por suerte él volteó y me alzo la mano.

Cerré la puerta de mi casa. Agarré mis maletas y estaba dispuesta a cruzar la calle. Harry se acercó un poco para lo que supuse ayudarme con mis maletas. Sin embargo él solo me abrió la puerta de atrás de su Range Rover negro. Lo miré pero él parecía no darle importancia que estuviera con él.

—¿No olvidas nada más? —preguntó indiferente.

—No —respondí seca. Yo trato a las personas como ellas me tratan a mí. No iba a dejar que él me tratará como se le de la gana.

—Esta bien, sube al auto —abrió la puerta de copiloto. Me adentré en el y cerró con brusquedad la puerta. Di un leve salto por su brutees. Harry dio vuelta al carro y entro listo para dirigirnos a Londres.

Arranco el auto y ninguno de los dos hablaba. El ambiente era tranquilo y supuse que para no tensar más las cosas Harry puso música de Coldplay, su grupo favorito.

Así pasaron las horas que Harry condujo hasta Londres. Ambos callados durante el trayecto. Para lo único que detuvo el auto fue para comprar algunas golosinas.

—¿Quieres un M&M? —preguntó Harry que aún mantenía la vista en el volante.

—Sí por favor —dije con la voz temblorosa. Cada vez comenzaba a sentir más frío.

—Toma —sacó del bolsillo de su abrigo unos M&M y me los entrego. —Aún recuerdo que eran tus favoritos, ¿los siguen siendo?

—Ehm pues sí, aún lo siguen siendo —todavía no quería tocar el tema del pasado, cosas que él y yo sabíamos de ambos.

—Eso es bueno —Harry quito por unos segundos la vista del volante y me miró, mostrándome una perfecta sonrisa.

Como lo idiota que solía ser no dije nada. Solo callé. No entendí las intenciones de Harry conmigo si se supone que debería estar odiándome por la foto de Louis y mía.

Él no me entendía. Yo no lo entendía.

Al llegar ya a Londres, di un gran suspiro. Bajé del auto y contemplé el Big Ben que tenía en frente de mí. Harry también había bajado del auto y traía un peculiar gorra azul encima una capucha que le quedaba espectacular.

—Tenía pensado hospedarnos en el hotel que está acá a 2 cuadras, ¿qué dices? —preguntó Harry ocasionando que me sorprenda. Algo tramaba.

—Por mi está bien —musité —al final ambos lo tenemos que pagar. Harry me miró y dio una risa pequeña.

—Estás equivocada —dijo el ruloso. Más equivocada de lo que estaba ahora no podía estar.

—¿A qué te refieres con que estoy equivocada? —pregunté confundida. Introducí mis manos en los bolsillos de mi abrigo. Hacia mucho frío en Londres.

—Yo pagaré todo durante el tiempo que nos quedemos acá —se apoyo un poco en su auto. Esto era increíble.

—No te dejaré que pagues todo tú solo —insistí. No creo que Harry este dando el primer paso para arreglar nuestra amistad.

—Sube al auto y en el hotel lo discutiremos —me ordenó. No me queda otra opción más que hacerle caso.

Harry condujo hasta el hotel que era 5 estrellas. Estaba loco si lo iba a dejar pagar todo. Nos adentramos al hotel, yo me quede a un lado con las maletas mientras Harry hacia los papeleos para que nos dieran nuestras habitaciones.

Luego de esperar aproximadamente uno 10 minutos llego Harry con las llaves, una en cada mano.

—Toma —dijo mientras me dado la llave de su mano derecha —Tu estarás en la habitación 103. Yo estaré en la 104.

—Ehmm esta bien —dijo sin más preámbulos.

Nos metimos al ascensor que por suerte estaba en frente de nosotros. Estuvimos callados a pesar de estar a solas en aquel lugar. Harry miraba fijamente sus manos con la llave entre ellas. Yo lo miraba de reojo.

Al llegar a nuestro piso correspondiente Harry salió primero del ascensor dirigiéndose al lado derecho. En cambio yo buscaba el número de lo que ahora sería mi habitación por el lado izquierdo. Voltee para dirigir al lado derecho pero Harry ya no estaba. Supuse que ya había entrado a su habitación.

Hallé con la mía y entre. Si que era un hotel 5 estrellas. La cama era de 2 plazas, las sabanas blancas y limpias. Había 2 muebles, un plasma de 52 pulgadas, un pequeña cocina con algunos alimentos en el freezer y mejor no hablo del baño.

Dejé mis maletas encima de mi cama y saqué mi pijama. Eran las 7pm y no tenía ganas de salir, ya conocía un poco de la ciudad y lo único que quería era tirarme un baño y descansar.

***

Maldigo la hora en el que el sol me tiene que despertar. Miré mi reloj 6:56 am “Gracias sol, gracias” grité como si el sol me fuera hacer caso. Despegué de mí la sabana sin ganas de levantarme. Quería seguir durmiendo pero una vez que me levanto es difícil que vuelva a recuperar el sueño.

Me dirigí hacia la mini-cocina, abrí el congelador y me serví un vaso de yogur con unas galletas de chocolate “Gran desayuno Hannah, gran desayuno” me dije a mi misma. Me senté en mi cama y prendí el televisor haber que bueno había a estas horas en la mañana aparte de las noticias. “nada, nada, nada, nada, puede ser… no, nada” para gran suerte mía no había nada que ver.

Termine de desayunar y dejé lo que ensucie en el lavaplatos. Preparé la bañera para darme un relajante baño con agua y burbujas. Dejé la ropa que me iba a poner en mi cama mientras me bañaba.

Al salir de baño me di con una gran sorpresa. Había un chico de aproximadamente unos 19 años recogiendo mi cama que la había dejaba destendida.

—Lo… lo siento… yo —tartamudeo el chico sorprendido. Yo solo me encontraba con una toalla tapando mi cuerpo.

—No te preocupes es tu trabajo —fue lo único que pude decir. Seguía parada sin saber que hacer. Estaba nerviosa.

—¿Qué pasa aquí? —dijo alguien de repente. Pude reconocer su voz ronca detrás de que aquel chico. Era Harry.

—Yo…

—Nada, solo que acabo terminar de bañarme y el joven esta cumpliendo con su trabajo —dije en modo de defensa al chico. La mirada de Harry no era para nada agradable.

—Creo que ya terminaste, ahora ¡VETE! —gritó Harry haciendo que el chico salga más rápido que el corre caminos.

—¿Qué te pasa? ¿por qué lo tratas así? —pregunté muy enojada. No me gustaban esos tratos y menos si venían de Harry.

—¡¿NO LO VISTE HANNAH?! ¡TE COMÍA CON LA MIRADA! —gritó muy fuerte para mi gusto.

—Primero me bajas la voz porque no soy sorda, segundo ¿eso a ti que te importa? El solo esta cumpliendo con su deber, estás hablando de más querido.

—¿Sabes qué? Haz lo que quieras —dijo para luego dar paso a un gran portazo.

No entendía su actitud de celitos, conmigo no funcionaban si algo tramaba. Me cambié y cepille mi cabello recogiéndolo en una coleta. Si Harry no lo iba hacer nada tendría que hacerlo yo. Buscaría aquel chico y le pediría disculpas por la actitud de mi ex mejor amigo con él.