Re: Destiny: "Across the time" [James Sirius Potter & Tú]

por **C.J. Potter** Dom 10 Nov 2013, 4:17 pm

Milapotato escribió:Julieeeeee, ¡al fin la seguiste!!! Se la extrañaba a Bella y sus risos (?jkadfnksdf. También se lo extrañaba a dicho Potter, sexy y tentador Potter... Mierda, lo que más extrañaba era babosearme por él con mis palabras estúpidas jajajaja.
Creo que he madurado, apenas un poco, apenas, porque mis oraciones con total idiotez se han ido, o sea, ¡ya no se me ocurren comentarios así! Es triste igual, la estupidez me salvaba mucho :c
Bueno, no creo que pueda hacer un super comentario, pero estoy intentando. Que conste.
Ah sí, ps, me encantó el cap, nada raro. ah, tus caps son re perfe, julie, siempre, y sobre todo los personajes siempre son interesantes y eso me gusta mucho. Y las historias todas distintas, completamente genial. En fin. Amo tus novelas y ya.
Lamento no haberte comentado el capítulo anterior, es que ya no me dan ánimos de comentar y todo eso. Estoy realmente paj0sa últimamente. Pero obviamente me gustó, no hay capítulo no interesante contigo, J.
Y nada, a ver si seguís con la campaña de seguir todas las novelas y me contas ¡¿CUÁNTO FALTA PARA OTRO BESO?! Jamás me olvido del primero, fue re tierno, aunque no hubo demasiada emoción... pero fue re perfe c':
Ok, perdón por no hacerte un testamento como los de antes, pero como te dije no tengo ganas de nada, y eso gg.
Te quiero, Julie, tendríamos que volver a hacer de nuestras charlas vía twitter y un poco de fb (un poco nomas porque nunca me contestabas, turra). ¡Nos leemos pronto!
Bai <3

Milanesaaaaaaaaaaaaa!!! Aw, cielito, te extrañaba :3 (si, ya sé, estuve desaparecida, no me conecto jamás al facebook, y en tw hablamos muy poco, i know it, pero si sirve de algo realmente estoy así con todos hace un buen rato). Es que estoy media distraída últimamente... muy.

JAJAAJJJAJAJJAAJAJAJAJ, sí, verdad? Qué mejor que babosear por Potter baba

Madurar? :sad: Odio la simple palabra. Últimamente yo también maduré un pelín :_ Es raro el asunto, eh? xD
Aaaaw, SHE TIERNUS LA MILAH, Jajajajajajjaaj (L Idk, me gusta la variedad (?) Pero no puedo negar que todas las protagonistas siempre son de caracter de mierda y muy peleonas. Eso noséquéonda, me gusta que sean así, al igual que los chicos malos (? (por cierto, no sé por qué lo digo, pero mi hermano acaba de preguntarme qué tipo de chico le gusta a las chicas, y di mi primera cátedra de amor describiendo a Jamie. ES QUE ES EL CHICO IDEAL, MAYGOD!).
No te preocupes Mila, yo SIEMPRE tengo paj0sidad al momento de responder comentarios. Es como que, amo leerlos, me río, respondo mentalmente, y después pienso "ooooow, pero más tarde...", y así se aplaza hasta el fin del mundo. Fin. Ah.

JAJAJAJAJAJAJAJAJAJA, si, obvio que voy a seguir con la campaña "actualicemos todas las novelas abandonadas de Julie", y si queres saber del beso... bueno, me lo estoy pensando. Si queres te adelanto otra cosa: Va a haber aventuuuuuuuuura! v Amo la aventura!

Te ka eme yo también Milanga :'3 JJAAJAJAJAJAJAJA, si, tenemos que hablar. Fangirlear un poco, planear el secuestro de UANDI para cuando vengan en mayo... Qsy. Es que no uso mucho facebook, la verdad no hablo con casi nadie (de hecho, la única persona con la que hablo por horas y horas es mi novio... AHHH!! MILA! OLVIDÉ DECIRTEE LOKA! Tengo novio :3 Wa, sí, re shock, después te cuento xD).

Ook, me voy a escribir un poco, tengo comentarios que responder... (ah, quedo re solicitada, y naqueveh xD). Besos queridita, abrazos psicológicos, nos leemos pronto. AMÉN.

por **Tamy Potter Malfoy** Lun 09 Dic 2013, 6:40 pm

Nueva lectora espero
Contii
Contiii

por **C.J. Potter** Vie 27 Dic 2013, 8:57 pm

Destiny: "Across the time" [James Sirius Potter & Tú] - Página 5 Large

Capítulo X

"Hogsmeade"

PARTE I

Arabella POV

— Wow. Luces horrible— es lo primero que dice Lucy cuando me siento a su lado en el sofá frente al fuego. Ruedo los ojos, aunque sé que tiene razón; prácticamente me desvelé esta noche.
— Gracias Lu. Tú y tus primos siempre tan sinceros— ironizo, pasándome una mano por el cabello, cansinamente. Al menos es sábado, y se nota, pues todos lucen todos entusiasmados y efusivos, charlando animadamente alrededor de la Sala. Es extraño que el sofá frente al fuego esté vacío, por lo general siempre está atiborrado; es el mejor lugar de la sala. Quizás tenía algo que ver con la presencia de Hugo –sentado junto a su prima, concentrado en una historieta-, y James, taciturno como siempre, leyendo un libro en la butaca a nuestra derecha. Ninguno dijo nada cuando llegué, dudo que lo hagan ahora.
— Cuando quieras— sonríe la castaña, riendo un poco. Me alivia que al menos Lu no me haga la ley del hielo, como Dominique y Rose hacen. Quizás tuviera que ver con que ella no es tan pegada a la Weasley-Granger como lo era Dom, o que Lucy no es capaz de molestarse con nadie. No lo sé —. ¿Mala noche? — Cuestiona curiosa, dejando a un lado su ejemplar de Corazón de Bruja. Doy un bufido, mirando de soslayo al Potter; aún concentrado en su libro.
— Larga. Tantas cosas en las que pensar— murmuro vagamente, encogiéndome de hombros—. ¿Qué hay de ti?

Ella sonríe, más ampliamente esta vez. — Genial. Estoy ansiosa por la primera salida a Hogsmeade del año. ¿Tú no?
— ¿Hogsmeade? — Vacilo, buscando en mi memoria—. ¿Es ese pueblo cerca de Hogwarts? Rose… Um… ella mencionó algo al respecto.

Lucy asiente, ajena a mi repentino retorcijón de entrañas. Detesto que Rose esté molesta conmigo y no saber por qué. — ¿Acaso no te dijo que este fin de semana es la primera salida? ¿Ni siquiera Lils? Tú estás autorizada por tu tía. ¡Será genial!
Carraspeo incómodamente. Bueno, Lils ha estado pasando la mayor parte de las tardes con Scorpius, y cuando nos veíamos solíamos hablar de cosas triviales, o de James (ella continuamente insistía en el asunto). Y Rose… bueno, ya saben. — No, ninguna dijo nada al respecto. Supongo que ya tendrán con quien ir — murmuro, dando un largo y hondo suspiro.

Literalmente siento la mirada de James sobre mí. Es como que quema. Alzo los ojos y nuestras miradas se cruzan, pero él no dice nada, y vuelve a desaparecer tras su libro. ¿Acaso percibió mi melancólico humor? ¿Cómo demonios…? No quiero saber.

— Bueno… Si quieres puedes ir conmigo— ofrece la castaña-rojiza, con una sonrisa amable—. Quizás Lily vaya con Malfoy, y a lo mejor Rose… No lo sé, ¿quizás lo olvidó? O puede que vaya con Nath, usualmente hace eso.

Mi mirada se clava de súbito sobre la Weasley, y ella parece notar mi expresión, porque deja de sonreír para mostrarse confundida. — ¿Sucede algo? — Duda, con su revista echa un cono en su mano. Meneo la cabeza, aún incrédula, y vuelvo a mirar mi regazo.

¿Cómo no lo noté antes, por todos los dioses y la barba de Odín?

— Nada. No es nada… Sí, me gustaría ir contigo. Estoy segura de que de otra forma me perderé. — Ofrezco una sonrisa a Lucy, y ella me la devuelve, sellando el acuerdo.
— Eso es bueno. Fred y yo podremos mostrarte Sortilegios Weasley— acota Hugo, ya sin mirar más su historieta, con una sonrisa entusiasta. A veces siento que soy una especie de mascota Weasley.
— Y yo y Dominique podremos llevarte de compras. ¡No sabes lo que te pierdes hasta que no vas de compras con una bolsa llena de galeones! — Añade Lu, riendo.

Y mi sonrisa se borra de súbito. ¿Dominique? Dominique me detesta por haber hecho lo-que-sea-que-Rose-sintió-que-le-hice a su prima favorita. Dudo que quiera que yo vaya con ellos… ¿Y si Rose también está allí, en lugar de con Nath? Bravo.

— Esto…— carraspeo incómoda, y tanto Hugo como Lucy me miran confundidos por mi repentino decaimiento—. Creo que… Bueno, como que Dominique y Rose me detestan.

Ambos me miran incrédulos, e incluso James vuelve a dejar su libro para mirarme fijo. Sé que no debo, pero no puedo evitar devolverle la mirada; es casi magnético, como mi conexión con el lugar donde yació mi árbol.

— Debes estar bromeando. Mi hermana te adora, y Dominique sencillamente no detesta a nadie— opina Hugo, y me obligo a mí misma a mirarlo a él, dándome un golpe mental por comportarme toda cursi.
— Es cierto. Ellas no dijeron nada sobre detestarte, debe ser un malentendido— añade Lucy, meneando la cabeza. Ah, entonces por eso no me odia ella también; quizás la única que sabe al respecto es Dominique. Vale.
— Bueno, hace dos días no me dirigen la palabra. De todos modos, no quiero arruinarles la salida, chicos. Sería incómodo para todos— digo, encogiéndome de hombros, forzando una sonrisa—. Creo que lo mejor sería que me quedara aquí.

Ambos comenzaron a protestar, pero una tercera voz se sobrepuso a la de ambos, callándolos y dejándolos con miradas sorprendidas en el rostro. “Puedes venir conmigo”, había dicho James, bajo su libro, con expresión inescrutable. Diablos, incluso yo quedé boquiabierta.

— Esto… ¿Seguro? — Vacilo, entornando los ojos. Él cierra su libro, y asiente, sereno e inmutable tal y como la primera vez que lo conocí. No sé cómo lo hace.
— ¿Tú no tienes una cita con Sandra Spears? — Suelta Hugo, alzando ambas cejas. James lo fulmina con la mirada.
— Pues ya no. ¿Quieres venir conmigo o no? — Repite él, de nuevo calmo, mirándome a mí. Por Arturo, eso no me lo esperaba.
Salgo de mi shock sintiéndome algo atontada, y asiento con la cabeza una sola vez, a sabiendas de que debo estar roja como un tomate. — Claro. ¿Por qué no? — Balbuceo, jugando nerviosamente con uno de mis rizos. Él sólo sonríe muy levemente, y se pone de pie.
— Nos vemos en el vestíbulo luego, entonces— dice, y simplemente se marcha de la Sala, hacia los pasillos de Hogwarts, todo misterioso y enigmático como siempre. ¿Qué está haciendo? ¿Anoche me dejó plantada, y ahora me invita a salir?

Oh, por todos los cielos, me invitó a salir.

— De acuerdo… ¿Qué ha sido eso? — Es Lucy la primera en romper el silencio, y cuando giro a enfrentar de vuelta a los Weasley noto que ambos me miran totalmente pasmados. Me pongo más roja, si eso es humanamente posible.
— No lo sé. Supongo que…— Pero ella no me deja terminar.
— ¡Tienes una cita con James! — Exclama, y como si fueran una las cabezas de todos los presentes en la sala giran a verme. De-mo-ni-os. Ahora sí podría maldecir un poco. Me encojo en mi lugar, buscando apartarme del foco de atención.
— Él no dijo que lo sea— mascullo, mirando elocuentemente a Lucy. Sólo que ella no parece captar mi mortificación, porque está sonriendo ampliamente, entusiasmada; me recuerda a Lily… Y gimo de sólo pensar en el momento en que ella se entere.
— Canceló su cita con Sandra— razona Hugo, aún sorprendido, pero sin todo el “entusiasmo-de-nenas” que tiene Lu —. Y créeme cuando te digo que ella está muy buena.

¿Ah sí? No sé si alegrarme o molestarme, pues a pesar de todo él tenía una cita, más allá de si la canceló o no. ¿Aprovechando el tiempo que le queda antes de perder la apuesta? Ya veremos.

— ¡Necesitamos planear tu vestuario! — Chilla Lu, entusiasta—. ¡Tengo que llamar a Molly, Rox, y Lily! ¡Y Vic! ¡Ella maquilla como los dioses!

Me pregunto si los dioses maquillan, pero no es como si importara de todos modos. Dejo que Lucy tire de mi brazo hasta quién sabe dónde. Para buscarlas a todas tendremos que pasar por las otras tres salas comunes, así que tenemos para rato.

***

— Debes estar bromeando— digo apenas veo lo que Molly y Lucy escogieron para que vista —. Es sólo una salida a Hogsmeade, ni siquiera es una cita.

Las gemelas intercambian una cansina mirada, y me asusta lo parecidas que son. La única diferencia es que Molly tiene su castaño cabello rizado y corto, y Lucy se lo alisa todos los días y aún lo lleva largo. Por lo demás, son dos gotas de agua; almendrados ojos castaños, narices respingonamente graciosas, y sonrisas amigables.

— Sí lo es. Y debes lucir espectacular— dice Molly, dando un saltito de entusiasmo que hizo que Lily, recostada en mi cama, riera.
— ¿Tienes idea de lo que esto significa? — Secunda Lucy, admirando de nuevo el conjunto que ella y su hermana se habían encargado de elegir.
— Eso es cierto— asiente Roxanne, mientras busca en una revista de moda el mejor peinado para hacerme. Todo esto comienza a rayar lo absurdo. Chicas del siglo XXI… diez veces peores que las de mi época —. James no invita a nadie jamás, la gente lo invita a él.

Otra vez con eso, por todos los santos. ¿Qué es James, una especie de Dios-todo-poderoso-de-las-féminas?

— Ya se lo he dicho, pero no me hace caso— comenta Lily, distraídamente, trenzando su cabello. Así, con una trenza, luce incluso todavía más parecida a Dela, así que me obligo a apartar la mirada, quedándome quieta para que Victoire termine de delinear mis ojos. Detesto el rímel, ¿lo he dicho antes?
— Creo que le gustas— opina la semi-veela, acabando su trabajo con una sonrisa satisfecha. Pestañeo varias veces para acostumbrarme.
— Eso es ridículo. Él ni siquiera me conoce— murmuro, y por unos segundos juraría que vi a Vic hacer una mueca de dolor, pero desapareció tan rápido que dudo que fuera real. ¿Qué con todo el mundo siendo misterioso respecto a James?

— Bueno, técnicamente para “gustar” no tiene que hacerlo. Sí para estar enamorado, pero eso es otra cosa— dice Molly.
— Y para eso sí habrá que esperar bastante— añade Victoire, suspirando hondamente. Todas la miramos confundidas, pero ella ya está sonriendo con todo eso del encanto-de-veela de nuevo —. ¿Entonces? ¡Comienza a vestirte, Ara!

Frunzo los labios, poco dispuesta, pero al ver la cara de ilusión de todas las presentes no puedo decir que no. Resignada, me desvisto, colocándome el vestido con ayuda de Roxanne, casi tropezando al enfundarme esas medias raras. Para cuando termino, todas están sonriendo en aprobación.

— ¿Y bien? — Digo, acomodándome un poco mi ligero abrigo. Lily alza sus dos pulgares, dejando de verse risueña por unos momentos.
— Deberíamos ser diseñadoras— opina Molly, sosteniéndose la barbilla pensativa.
— Seríamos geniales— afirma su gemela, rodeando sus hombros con un brazo, orgullosa del resultado.
— Lo somos de todos modos— obvia Moll, y todas comienzan a reírse. Por unos momentos, dejo de creer que esto es tedioso; realmente, estar así, entre amigas, bromeando y charlando mientras me ayudan a lucir bonita, no es tan malo. Incluso es divertido.
— Vale, ven aquí, ahora toca peinarte— avisa Rox, moviendo sus dedos sugestivamente, con una sonrisa ansiosa. Tuerzo el gesto, pero ocupo la silla que me indica, y en menos de un pestañeo ella ya está cepillando mi rizada melena—. ¡Siempre quise peinar rizos! Pero ni Rose ni Molly me dejan nunca— admite la morena, tirando mi cabello hacia arriba. Me pregunto qué planea hacerme.

Diez minutos después, estoy frente al espejo, con todas las chicas a mí alrededor haciendo muecas. Un rodete rizado bien alto corona mi cabeza, luciendo como a punto de explotar; sólo Rox luce maravillada.

— Esto… Está bonito pero, ¿no crees que es demasiado para una cita? — Se atreve a decir Victoire, tocando tentativamente mi rodete, que quizás incluso la muerda o algo así.
— No es una cita— dije casi sin darme cuenta, aún observando el moño.

Roxanne lo medita unos instantes, y al final asiente a regañadientes. — Vale, vale, algo sencillo. Entendí. — Vuelvo a sentarme en la silla, y Rox comienza a retirar las horquillas de mi cabello, bufando cosas como “qué aguafiestas”.

Mientras Roxanne se encarga de hacerme una tal “trenza-vincha”, Victoire se dedica a maquillar a Lily. Al parecer la pelirroja irá, como yo pensé, con Scorpius, y todas insisten con que es momento de que “de el primer paso”.

— No puedo hacerlo, chicas. Él no me ve de esa manera— explica apesadumbrada, con los ojos cerrados para el aplique de sombra. Lucy rueda los ojos.
— ¿Cómo no va a hacerlo? Por todos los cielos, Lils, eres hermosa— refuta la castaña, cruzándose de brazos. Su hermana asiente, estando de acuerdo.
— Tienes a medio Hogwarts babeando por ti desde que cumpliste catorce, y lo único que evita que tengas una cola de pretendientes llevándote los libros por los pasillos es que tienes a dos hermanos que asustan— añade Roxanne, dándole a mi peinado los últimos retoques, colocando pequeñas hebillas camufladas para contener mis rizos rebeldes.
— Él no puede no verte de otra forma— finaliza Molly, encogiéndose de hombros como si fuera un hecho.

Lily está ruborizada por los halagos, pero aún así niega con la cabeza, poniéndose de pie ya que Vic terminó con su maquillaje casi al mismo tiempo que Rox acabó con mi peinado. Sin embargo, me quedo sentada, tirando con manía de las mayas negras.

— No lo sé. Él es diferente— murmura la Potter, abrazándose a sí misma como si tuviera frío—. Dudo que me vea más que como una niña inocente que es su boba mejor amiga. — Chasqueo la lengua. ¿Qué tienen los Potter con lo de “niña inocente”?
— Patrañas— suelto, y todas me miran con una ceja entornada. Me sonrojo un poco; a veces me salían ese tipo de palabras, como de hace un milenio atrás—. Lils, lo único que tienes que hacer para saber si él te corresponde o no es darle un beso. — Me encojo de hombros—. Un beso es lo único que te dice si la otra persona te corresponde o no.
— ¿Cómo lo sabes? — Cuestiona Molly, curiosa.
— Bueno, soy de la edad Medieval, ya saben, ¿gente que se guiaba por sus emociones y sentimientos? ¿Época en que se inventaron las cursilerías?— bromeo, e incluso Lils suelta una risita. Le sienta bien el maquillaje, y me pregunto si a Dela le gustaría maquillarse… Es inevitable que piense en mi hermana cada vez que veo a Lily; es extraño—. De todos modos, eso es lo que mi… maestra de magia siempre decía. Era más vieja que la maldad. — Sonrío nostálgicamente al recordar a Thulde, conteniendo una risa al imaginarme cómo reaccionaría si supiera lo que acabo de decir sobre ella—. Y por lo tanto era muy sabia, sobre todo en esos asuntos.

— Interesante— murmura Lucy, desplomándose en la cama de una de mis compañeras de cuarto, creo que la de Holly Stewart—. ¿Creen que si consigo que Robert Pattinson me bese, pueda llegar a sentir algo por mí?

Nuevamente todas ríen, y de hecho Lily ya no luce tan desanimada.

— Dudo que la dinámica funcione así, Lu. Pero buen intento— burla su gemela. Saltando a sentarse a su lado.
— ¡Bien! Creo que ya es hora— suelta Vic, mirando lo que parece un reloj de mano (aunque sé que no lo es, pues según La historia de Hogwarts aquí no andan los aparatos muggles; quizás es mágico) —. ¿Todas listas?
— Siempre— contesta Lily, volviendo a ser ella misma, confiada y fuerte. Sonrío inconscientemente.
— ¿Con quién irás tú, Vic? — Indaga Roxanne, mientras la rubia agita la varita, haciendo que sus elementos de maquillaje vuelen solos a su pequeño baúl negro, el cual al finalizar se cierra con un suave “plop”. Vicky lo toma nerviosamente entre sus manos, echándose el cabello tras la oreja.

Uh-oh.

— Esto…— Vacila. Nunca antes vi a Vic vacilar.

Lucy se incorpora de un salto, ya sin pensar en Robert-no-sé-qué (váyase a saber a qué año va, y a qué casa, o quién es), con una sonrisa pícara en los labios.

— Vicky irá con Te-ddy— canturrea silabeando, caminando hasta nosotras. Todas la miramos sorprendidas, y la rubia se sonroja, desviando la mirada al piso. No puedo evitarlo; es extraño. ¿Acaso a Victoire le gusta Ted? No lo vi venir; creí que serían como primos o algo así pues, según tengo entendido, luego de ese accidente que tuvieron los padres de Teddy, cuando él tenía dos años, él fue a vivir como un hijo más de Harry, su padrino, entre los Weasley; desde siempre como un nieto más. Eso, y que Ted tiene fama de mujeriego.

— ¡¿Te invitó al fin?! — Exclama Lily, sorprendida. La rubia esboza la más-grande-sonrisa-nunca-antes-vista.
— Sí— articula en un hilo de voz, como si no pudiera más de la emoción. Entonces me doy cuenta de que la sorpresa del resto, a diferencia de la mía, es porque él ya actuó, no porque ella está interesada en el Lupin. Me sentí ligeramente fuera de lugar por unos momentos, entre estas súper-unidas primas.
— Entonces será un día genial para todas— dice Roxanne, entusiasmada. Ella no tiene cita, pero de hecho dudo que sea el tipo de chica que basa su felicidad en un muchacho.
— Salvo para Lucy— interrumpe Molly seriamente, y todas la miramos confundidas; ¿acaso ella está enamorada y no es correspondida? Entonces, luciendo apesadumbrada añade: — Robert Pattinson sigue sin saber de su existencia.

Y todas, salvo yo, se echaron a reír.

***

— Oh dioses, oh dioses, oh dioses — farfullo por lo bajo, una y otra vez, sintiéndome más y más nerviosa con cada paso. A mi lado Lily ríe, aunque sé que está tan frenética como yo. Puedo verlos a ambos desde aquí; James, de espaldas a nosotras, parado junto a otro montón de personas que esperan a su acompañantes o amigos en el vestíbulo, y Scorpius a su lado, aún sin notarnos. Quizás están hablando, no lo sé, sólo sé que probablemente en cualquier momento haga una dramática salida directo a mi dormitorio para meterme bajo mis sábanas o dentro de mi baúl.
— Tranquila, todo saldrá bien— asegura la pelirroja a mi lado, aunque no sé si me lo dice a mí o a ella, pues sigue apretando mi antebrazo fuertemente y no deja de morderse las uñas—. James es agradable cuando quiere— añade, y resulta que después de todo sí se dirige a mí.
— Bueno, Scorpius también lo es, y ya han salido otras veces, tú también cálmate— apunto, levantando mi brazo para mostrarle lo duro de su agarre. Enseguida me suelta, avergonzada.
— Lo siento, tienes razón— murmura, y ya no tengo tiempo para decirle más, pues Scorpius nos ve y James no tarda en darse vuelta.

Me tenso enseguida, sintiendo que no puedo respirar hasta no saber su reacción. ¿Dirá algo lindo? ¿Será esto verdaderamente una cita? ¿Aclarará que sólo lo hizo por pena? ¡Oh, Merlín! ¿Y si de veras sólo lo hizo por lástima? Por Odín, quiero irme corriendo de aquí ahora.

— Hola— saludo con una sonrisa, contrariamente a lo que quiero hacer. Doy un resoplido mental. ‘Eres tan genial, Ara’, pienso sarcástica.
— Hey— saluda Scorpius, y luego mira a Lily. James sigue sin decir nada, se limita a mirar algo sobre mi hombro; demonios—. ¿Cómo estás enana?

Ouch. Creo que pude sentir el dolor por Lily. Definitivamente que el chico que te gusta te diga “enana”, o “pequeña”, o “hermanita”, no es para nada agradable. A mi lado, siento a Lily suspirar.

— Bah, sobrevivo— contesta con una sonrisa, avanzando hasta estar a su lado, con las manos en los bolsillos. Si no lo supiera, incluso yo podría decir que no está en absoluto nerviosa, o afectada, o triste. Es admirable cómo hacen algunas mujeres para fingir que nada les sucede.
— Hombres…— murmuro desaprobatoriamente sin darme cuenta, chasqueando la lengua. Sólo James me mira con una ceja entornada, pues Scorp y Lily ya están charlando entre ellos, caminando juntos hasta la puerta. El celador –cuyo nombre no recuerdo-, custodia la salida.
— ¿Y eso? — Pregunta, sonando un poco curioso. Sonrío enigmáticamente; él no es el único que puede guardarse las cosas.
— Nada, olvídalo… ¿Vamos? — Apunto la salida con la cabeza, y tras unos segundos de mirarme con ojos entornados, él asiente.

Si en algún momento dudé sobre si me tomaría la mano o algo así (como las Weasleys me explicaron que solía suceder en las citas del siglo XXI), ahora sé que no sucederá. Caminamos juntos y en silencio hacia afuera, pasando el control del celador sin inconvenientes, hundiéndonos junto al resto en una perfecta y fresca tarde de otoño; agradezco haberme puesto abrigo, pero comienzo a odiar las finas medias por anticipado.

El brillante conjunto de Molly y Lucy consiste en un vestido “de otoño” en un color entre el marrón y el naranja, como las hojas a nuestro alrededor, con unas medias negras para cubrir mis piernas, y unas botas marrones de suave tela que tienen algo de lana en la parte superior; el abrigo lo había tomado yo, y era demasiado ligero, quizás, en un tono tierra, con puños de una lana similar a la de las botas. Me siento algo descubierta, y definitivamente terminaré pasando frío al final de la salida.

Cuando ya estamos en una carroza, solos, avanzando pacíficamente hacia el pueblo, no puedo soportar más el silencio, ni los aires ausentes de James.

— ¿Por qué me invitaste? — Suelto sin más, con pocas ganas de darle vueltas al asunto. Él fija sus orbes verdes-avellanados en mí, y juraría que me está estudiando, como si buscara algo en mí que no lograba encontrar. Me sonrojo, pues no me gusta cuando me mira fijo, ni cómo me hace sentir eso.
— No tenías con quién venir, ¿o sí? — Responde, encogiéndose de hombros. Suelto un jadeo indignado cuando mis sospechas son confirmadas.
— ¿Me invitaste por lástima? — Espeto, frunciendo el ceño. Él alza las cejas, aparentemente tomado por sorpresa.
— ¿Por qué crees eso?
Lo miro elocuente. — Acabas de decirlo, Einstein— ironizo, sacudiendo la cabeza y echándome para atrás en mi asiento. Él está en el lado opuesto, de modo que quiera o no puede ver mi rostro, rojo de vergüenza y enojo –más vergüenza.
— No he dicho eso. Dije que no tenías nadie más con quien venir, así que decidí invitarte. ¿Hay algo malo en eso?

Comienzo a creer que estallaré de exasperación en cualquier momento. — ¿Por qué tienes que ser siempre tan… tan… raro? — Escupo, cruzada de brazos. Una ladina sonrisa vacila en sus labios.
— No lo sé. Pero me han dicho cosas peores. — ¿Soy yo o está bromeando –de nuevo? Es como, imposible, que esto suceda dos veces en menos de veinticuatro horas.
— Me alegra que te divierta— mascullo, enfurruñada, mirando por la ventana antes de que ya no lo soporte y terminemos en medio de otra tormenta eléctrica.
— No es eso. Eres graciosa— explica, sonando ligeramente burlón—. Como un gatito molesto, todo el rato. — Ruedo los ojos.
— ¿Gatito molesto? Bien. Me han dicho cosas peores— bufo, citándolo. Y para mi sorpresa él suelta una risa, corta y baja, sexy de algún modo (yo no he dicho eso), tal y como la de la otra vez en el campo de quidditch. Le lanzo una mirada arrugando la frente; él está sonriendo ampliamente, y me hace pensar en las palabras de Nath “hacía tiempo que no lo veía sonreír”. Otra vez, me pregunto a qué se debe, y cómo es que eso se relaciona con una “ella”, o conmigo.

James es un condenado misterio andante.

por **C.J. Potter** Vie 27 Dic 2013, 8:59 pm

Capítulo X

"Hogsmeade"

PARTE II

Arabella POV

Sorprendentemente, la salida (¡no cita!), fue mejor de lo que yo esperaba. Lily tenía razón, James podía ser agradable cuando quería; luego de la breve conversación en la carroza, parecía más tranquilo y fresco, como si hubiese tomado un calmante o algo así (¿quizás té de tilo?). Se rió unas cinco veces más a lo largo de nuestra visita (no es que las haya contado, no), y prácticamente se la pasó sonriendo, especialmente cuando visitamos Sortilegios Weasley y yo me comporté como niña curiosa en una sala de misterios. Comenzaba a sospechar que él de veras se reía de mí, pero no importaba demasiado, siempre y cuando siguiera haciéndolo (no es que su risa sea fantástica, pero es bonita de escuchar; nada más).
Visitamos un lugar llamado Honeyducks, donde tras rogar y hacer la cara (esa que Lils me enseñó), él me compró una caja de gagreas, e incluso un caramelo de regaliz y una rana de chocolate. Luego de eso decidimos recorrer las calles de Hogsmeade, mientras yo me dedicaba a masticar mi caramelo, oyéndolo hablar sobre las bromas que sus tíos George y Fred (éste último fallecido, lamentablemente) habían realizado en Hogwarts. Lucía como de su edad cuando hablaba de algo que le interesaba.

—…Entonces llamaron a sus escobas con un encantamiento convocador, y simplemente salieron volando en la cara de Umbridge, dejando el pantano atrás; duró al menos un mes allí. Eso fue lo que los inmortalizó en Hogwarts. Aún hay niños que van a Sortilegios para preguntarles cómo lo hicieron, pero tío George se niega a decirle ese secreto a nadie. Aunque sospecho que Fred ya lo sabe— comenta, con la mirada risueña al frente y las manos en los bolsillos.

Mientras mordisqueo mi caramelo no puedo evitar admirarlo. De veras luce más atractivo cuando está relajado, ni hablar cuando está feliz; me gusta pensar que siempre será así, pero sé que esto acabará ni bien regresemos a Hogwarts, así que debo aprovecharlo. Trago el caramelo, con una sonrisa divertida.

— ¿Crees que ellos intenten hacer algo parecido? — Digo, relamiéndome el pulgar, que quedó todo pegajoso. Él me mira de soslayo, y vuelve a esbozar una ladina sonrisa.
— Quizás en su último año, aunque no creo que quieran hacer lo mismo; pero sí algo grande… Tienes caramelo en toda la cara— se burla, con otra de sus risas (ya van seis, y NO las estoy contando). Me ruborizo, e intento limpiarme usando la manga, pero limpiar caramelo con puños de lana no es la mejor idea.
— Diablos— mascullo en queja, intentando con mis manos.
— Déjame— pide él, deteniendo su andar, obligándome a parar yo también. Lo miro, sorprendida al ver que saca un pañuelo de su bolsillo. No he visto a nadie de esta época andar con pañuelos de seda, y nuevamente James es el diferente al resto, con toda su cordialidad incluida. ¿Qué no se cansa de ser espectacularmente perfecto? Qué exasperante.
— Bonito pañuelo— murmuro, quedándome quieta mientras lo pasa suavemente sobre parte de mis mejillas y encima de mis labios; incluso en la nariz (Merlín, ¿cómo llego eso allí?). Procuro no mostrarme nerviosa ante su cercanía, y miro a derredor con fingidos aires casuales.
— Listo— anuncia, y tras doblar el pañuelo a la mitad vuelve a guardarlo—. Y sí, es muy bonito— asiente, sonriendo divertido. Huh, notó que fui sarcástica al decirlo—. Me lo obsequió mi abuela cuando era niño. Solía mancharme siempre con chocolate, no sé cómo, pero mi rostro vivía pegajoso. Suelo llevarlo en las épocas frías, alguien siempre lo necesita— comenta vagamente, mientras retomamos nuestro andar.

Hay poca gente en las calles de Hogsmeade, pues es un pueblo considerablemente pequeño, pero todos saludan con la mano al vernos pasar; creo que es más para James que para mí. Incluso algunos alumnos de Hogwarts de otras casas le sonríen al pasar, pese a que él no es el más conocido por ser súper amistoso; creo que todos respetan a Potter, y por lo que veo tienen sus motivos. Es como un adulto atrapado en el cuerpo de un adolescente, o algo así; siempre parco y taciturno, cordial y distante, frío pero siempre atento, como si nada en absoluto le importara, como si sólo pudiera mantener su mente en una cosa y el resto fueran superficialidades que realizaba como autómata; el problema era saber en qué rumiaba. Aunque cuando estaba con él, como ahora, a veces veía retazos del James anterior, de ese del que todos hablan, ese agradable, divertido y sagaz, tranquilo y fresco como una brisa veraniega.

De veras necesito saber qué le sucedió en tercer año, qué o quién enterró al viejo James bajo tierra, dejando a su sombra de relevo.

— No te imagino siendo pegajoso— digo en respuesta a sus palabras, regresando a la realidad con un suspiro.
— ¿Por qué no?
Le lanzo una mirada obvia, y luego me concentro en abrir mi rana de chocolate. — Siempre eres tan…impecable en todo. Es surrealista imaginarte desaliñado, o alterado siquiera— explico, al sentir que seguía mirándome inquisitivo. Finalmente logro abrir el paquete con una sonrisa triunfal, y tomo mi rana antes de que ésta salga sola, metiéndomela a la boca de una sola vez. Por unos segundos siento como si se moviera, pero entonces se queda quieta y sé que es seguro comerla; sólo que ahora tengo una rana entera en la boca. Frunzo el ceño frustradamente, diciéndome que la próxima emplearé otra técnica, y comienzo a masticar hoscamente. Él suelta otra risa. Vaya, el chico sí se está riendo de mí. Si no tuviera la boca llena de chocolate le diría algo poco bonito, pero primero lo primero.
— Sí, bueno, resulta que soy un ser humano— repone, guiándome para girar a la izquierda en la calle principal, por un camino con más flujo de alumnos. Veo pasar a Fred con una bonita rubia, y le dedico un saludo que él corresponde con un guiño, metiéndose a una tienda cuyo cartel indica “Salón de té de Madame Pudipié”. Váyase a saber en qué anda ese pelirrojo.
— Ngo go pagses— articulo hacia Potter, aún con la boca llena de chocolate. Él enarca una ceja en mi dirección, y sé que está reprimiendo otra risa. Entorno los ojos amenazante, advirtiéndole que ni siquiera lo intentara, y él carraspea para esconder una corta carcajada. Trago fuertemente todo el masaco de chocolate, y más aliviada digo: — Deja de reírte de mí, me siento un bufón.
— ¿No lo eres? — Pregunta, alzando las cejas y mostrándose sorprendido, como si de veras lo hubiese creído. Ruedo los ojos con un sarcástico “Ja, ja, muy gracioso”, y él vuelve a reír.
— Quizás me dedique a ser payaso. Bajo tu punto de vista sería toda una eminencia.
Aprovecho a sacar el paquete de la rana de chocolate de mi bolsillo para ver qué cromo me ha tocado. Hasta ahora tengo al cantante principal de Las Brujas de Macbeth, un cazador de gigantes cuyo-nombre-no-recuerdo, y una antigua bruja loca que disfrutaba ser quemada en la hoguera.
— Yo sin dudas te contrataría— burla, meneando la cabeza con una gran sonrisa graciosa en el rostro. Lo fulmino otra vez con la mirada, y regreso mi atención a la pequeña imagen en mi cromo. Un pequeño hombrecito pelinegro de ojos como esmeraldas y gafas redondas debajo de una cicatriz en forma de rayo, me devuelve la mirada. Él también parece notarlo, porque se acerca un poco más para leer sobre mi hombro.

‘No te fijes en la cercanía, no te fijes, no te fijes, no te… AHH, ¡acaba de suspirar! ¡En nuestro-mí- cuello! ¡Por favor alguien pulse Repeat!’. Vale, ni siquiera puedo invocar a mi consciencia ya. Trago con fuerza, leyendo en voz alta la leyenda para distraerme.
— “Harry James Potter, el niño que vivió; alias, El Elegido.” — Giro mi cabeza un poco para mirar a James, quien luce pensativo; al menos ya no está sobre mí, y puedo pensar con claridad de nuevo, retomando por segunda vez nuestro andar—. ¿Cómo se siente?

Él baja de la luna para mirarme confundido. Le doy una mirada elocuente, guardando el cromo con todos los logros y títulos del señor Potter en mi bolsillo. — Ya sabes, ser hijo de… Bueno, de tu padre.

Una sonrisa se dibuja en su rostro, sólo que ésta está vacía de diversión alguna; más bien luce como irónica. — A veces puede ser una completa mierda, pero la mayor parte del tiempo está bien.

Vaya. No creí que fuese a ser tan sincero. Me gustaría poder comer mis gagreas ahora..., así no tendría que buscar palabras que decir en respuesta sin sonar vacíamente superficial y ordinaria.

— Seh. Es bueno decir lo que piensas— murmuro, sin saber exactamente qué otra cosa podría decirle. Obviamente a él no le gusta en absoluto el título de “hijo de…”. Él suelta una extraña risa-bufido, meneando la cabeza.
— Es decir, mis padres son geniales, ya sabes… Pero tienen su historia, y eso me marca a mí también. Como le sucede a Scorpius con su padre, o a media casa de Slytherin; la mayor parte de los predecesores de esa casa fueron mortífagos, algunos muertos, otros arrepentidos, otros renegados de la guerra prisioneros de Azkaban. — Había olvidado eso respecto a Scorpius; era uno de los motivos por los que su familia no quería que Lily estuviera con el rubio, ¿no? Qué porquería—. No hay pasado más difícil de borrar que uno que no es tuyo. Supongo que es una secuela para todos los hijos de la guerra. Rose, por ejemplo, se desvive por superarse, pero aún así todos siguen comparándola con mi tía Hermione. Recibimos halagos y tratos especiales de gente que nos admira por algo que nosotros ni siquiera hicimos; no es algo a lo que uno se acostumbra jamás. Es como ser famoso o algo así, y a veces no sabes si la gente se acerca a ti porque le agradas, o porque le agrada tu historia de familia. — Da un suspiro que hace que me pregunte si ha tenido que padecer eso muy seguido—. Y luego está el asunto de tener siempre un grupo de personas que te detestan por la misma razón: tus padres. Una vez al año mortífagos rencorosos o magos que fueron desfavorecidos con los resultados de la guerra realizan un atentado en contra nuestro. — Abro los ojos como platos ante esta información, y él asiente, confirmándolo.
— Vale, eso sí es una mierda— murmuro, arrugando la frente. ¿Será por eso que es así como es? Pero entonces, ¿qué tiene que ver esta “ella” en todo el asunto? Merlín, sigo sin tener nada respecto a su historia.
— Bueno, tiene ventajas y desventajas… Aunque por momentos todo parece un perjuicio. Es el peso que no tocó llevar, supongo. Mientras nadie resulte herido, es tolerable— afirma desinteresadamente, otra vez llevando su mente a algún lugar en el espacio exterior.

Y eso es todo lo que obtendré al respecto. Bien.

— Yo no creo que la gente te admire sólo por lo que hizo tu padre— suelto sin pensarlo, viendo las hojas anaranjadas revolotear por las calles, a nuestro alrededor. Él me dedica una mira inquisitiva, así que continúo: — Sí, tienes tus propios logros; eres capitán de tu equipo, un jugador estrella, según me han dicho. También eres prefecto, y has ganado el premio anual, ¿o no?
— Sí, pero…
— Y la gente te respeta— interrumpo, y ahora él está confundido. Eso es nuevo —. Sí, te respetan; te he visto ayudando a la gente cada vez que pasas cerca de un alguien en apuros. Das tutoría a los niños de primero, enseñas a los aspirantes más pequeños al equipo a mejorar su vuelo, ayudas a tus primas en cada cosa que ellas hacen, soportas a tu hermano todos los días sin empujarlo al Lago Negro… Esos son grandes logros. — Consigo una sonrisa divertida de su parte; ¡punto para mí! (No es que me importe ganar puntos) —. ¿Ves? La gente te admira. Bueno, la gente que te conoce, de todos modos. Pienso que podrás llegar a ser tan grande como tu padre si te lo propones.
— ¿Me estás dando una charla motivacional? — Pregunta, arqueando las cejas incrédulo. Oh. Me sonrojo un poco, y carraspeo para infundirme ánimos.
— Yo… sólo… No, sólo estoy siendo sincera. Somos amigos, ¿no? Eso hacen los amigos— convengo, esperando no ser rebotada por sus murallas invisibles.

Él permanece en silencio un par de minutos, o quizás horas, o simples segundos, mientras caminamos en dirección a un lugar llamado “Las tres escobas”. Entonces oigo un suspiro.

— Gracias— dice simplemente, y no necesito oír nada más. ‘Esta ha sido mi buena acción del día’, piensa una ociosa parte de mí, mientras que la otra salta alegremente por haber resultado de utilidad. Le doy un codazo juguetón, sonriendo de oreja a oreja.
— Cuando quieras.

***

“Las Tres Escobas” se asemeja a una taberna feliz de la Edad Media, pero más limpia y acogedora, sin peleas de ebrios ni duelos a muerte, o sangre en el suelo. Hay muchas mesas redondas repartidas por doquier, una barra atiborrada de gente, música de fondo que no reconozco pero que suena alegre y eufórica (como violines y algo más), luz anaranjada brindada por candelabros de velas, y tres escobas decorando una de las paredes a modo simbólico. El lugar está plagado de alumnos de Hogwarts, e incluso vi al profesor de Estudios muggles en la barra, bebiendo una curiosa sustancia rojiza que expedía fuego.

— ¿Concurrido, eh? — Murmuro sin razón alguna, mientras busco una mesa vacía con la vista.
— Bastante— asiente James, con una leve sonrisa. Tira de mi antebrazo con suavidad, y me apresuro a seguirlo; al parecer él ya encontró mesa.

Todo es algarabío, inacabable. Uno no puede saber dónde comienza un grupo de amigos y dónde termina otro. Me alegra ver que la mesa a la que James nos guía está apartada del resto, en un rincón cerca de las escaleras.

— Uff, vale, dime ya, ¿esto es un bar clandestino al que los alumnos vienen a emborracharse? — Suelto, deslizándome en mi silla con un suspiro. Otra vez, él ríe. Me siento extrañamente satisfecha conmigo misma cada vez que lo hago reír, búrlese de mí o no. Él toma asiento en la silla frente a la mía, de espaldas al tumulto.

— De hecho, ese bar clandestino está a tres calles de aquí. No nos venden bebidas alcohólicas en Las Tres Escobas.

Mis ojos recorren la revuelta sala y los ruidosos alumnos, que lucen más feliz de lo usual, y no puedo evitar una expresión incrédula; lucen demasiado felices. Él parece captar mis pensamientos (otra vez; ya comienza a aterrarme su telepatía), porque dice:
— Es cerveza de mantequilla. No tiene alcohol. Pero actúa como tal, más o menos.
— Lucen como ebrios— comento, jugueteando con uno de mis rizos distraídamente. Mi mirada sigue paseándose por los clientes de la taberna, e inconscientemente me veo rememorando mis días de mesera. Una mueca se dibuja en mis labios. — Detesto a los ebrios.

Él, (¡otra vez!), capta los sentimientos ocultos bajos mis palabras, y enarca una curiosa ceja. Afortunadamente la mesera llega en aquel momento, y él ya no dice nada. La mujer es rubia y atractiva, con una sonrisa afable y un pintoresco delantal blanco; totalmente opuesto a mi vestimenta de tabernera. James pide un vaso de esa cerveza de mantequilla para ambos, y nuevamente estamos solos.

¿Y ahora?

— Um… — farfullo, removiéndome incómoda. Realmente no tengo experiencias en citas, excepto por la que tuve con Albus, y esa tampoco sirve como punto de comparación.

James parece no querer dejar de sonreír. — ¿Qué?
— Realmente no sé qué decir— confieso, bajando las pestañas casi por inercia. Algunas costumbres de la Edad Media siguen sin querer despegarse de mí.
— No hace falta que digas nada. ¿Albus no te enseñó nada en su cita?

Levanto la mirada divertida, viéndolo intentando parecer casual. Nunca antes lo he visto intentando parecer casual; eso es nuevo. Y, por cierto, notaron que dijo “no hace falta que digas nada. ¿Albus no te enseñó nada en su cita?”, como si de hecho esto fuera una cita y yo tuviera que saber cómo es. ¿¡Lo notaron!?

— Albus me enseñó un par de cosas en nuestra cita, pero nada que pueda resultar útil ahora— digo, sonriendo enigmáticamente.

Realmente, Albus me enseñó varias cosas en la cita; por ejemplo, que los muchachos del siglo XXI pueden ser más imbéciles que los ebrios de la Edad Media. Honestamente.
James entorna los ojos luciendo confundido, como si quisiera traspasar mi cráneo y arrebatarme el recuerdo de mi cita con Albus para saber de una vez por todas qué pasó allí. Por alguna razón esto me complace; tengo un secreto que él no sabe, y quiere saber. Bueno, al menos un secreto que sucedió en este siglo, y no hace mil quinientos años, claro.

— ¿Qué te hizo mi hermano? — Pregunta entonces James, sacándome de mis pensamientos. Alzo las cejas, sorprendida por su repentina severidad.
— Huh… Nada malo, supongo— murmuro en respuesta, aún confundida por su abrupto cambio de humor. Hacía sólo un rato bromeaba y todo. ¿Qué le hace pensar que Albus me podría haber hecho algo malo en la cita? O que yo le hubiese permitido hacerme algo. Según tengo entendido, en esta época la gente no asesina por la espalda y deja el cadáver tirado (como si Albus tuviera motivos para matarme, por empezar). No comprendo; algo que suele sucederme con James.
— ¿Supones? — Suelta, profundizando su ceño. Pestañeo un par de veces, más pérdida aún, y abro la boca para responder, pero la camarera vuelve a aparecer, esta vez con dos vasos rebosantes de un líquido amarillento, como miel. Agradezco su interrupción, e incluso sonrío.

Aunque cuando se aleja, entre un bamboleo de caderas muy digno de una tabernera de mi época, el alivio desaparece, pues tengo que enfrentar de nuevo la mirada indagatoria de Potter. Así que busco mi propia vía de escape y tomo un largo sorbo de cerveza de mantequilla.
Ahora comprendo a qué se refería James con que esta bebida no contiene alcohol, pero causa un efecto similar. Es como si bebiera una de las infusiones revitalizantes de la bruja Thulde; calor atraviesa mis venas, coloreando mis mejillas y dándome un empujón de ánimos, como un “¡levántate y pelea!”. O algo así. Cuando vuelvo a dejar el vaso en su lugar, totalmente vacío, ya me siento mucho mejor, y la atención de James se desvía un momento al vidrio ahora transparente, como sorprendido de la rapidez con que tomé la cerveza. Sonrío en respuesta.

— Cuando era más joven trabajé en una taberna, ¿sabes? Probé varias de las bebidas, pero te aseguro que esta es mucho mejor que la mejor de ellas— comento para cambiar de tema (y porque me dieron ganas de hacerlo), y sólo luego de decirlo reparo en lo tonto que sonó eso. Afortunadamente, parece funcionar, porque él alza las cejas sorprendido.
— ¿Trabajaste de una taberna? ¿Tú? — Parece anonadado. Me encojo de hombros tranquilamente.
— ¿Tan imposible de creer?
— La verdad, sí. No tienes pinta de tabernera. — Para enfatizar da un recorrido desde mi coronilla hasta la zona de mi torso que no está cubierta por la mesa. Me sonrojo inevitablemente; no estoy acostumbrada a vistazos profundos, no es como si hubiera mucho que ver.
— Mi madre había sido amiga del dueño. Cuando ella murió, él se ofreció a darme trabajo— explico, haciendo círculos con mi índice sobre el borde del vaso. Puedo sentir su mirada sobre mí, y eso, créanme, es como beber diez cervezas de mantequilla juntas. — No era un trabajo agradable. Pero aprendí bastante…, de la vida, supongo.

Hay un breve silencio. Y luego él habla, solemne: — A veces olvido que vienes de otra época. Supongo que entonces eras considerada una adulta.
Sonrío pesadamente. — Lo era. De hecho, era considerada muchas cosas.
Él alza una ceja, curioso. — ¿Cómo qué? — pregunta, evidentemente queriendo saber la respuesta. A veces no comprendo cómo es que alguien tan enigmático como James puede sentir curiosidad respecto a mí. De entre todos. A lo mejor es por ser una muchacha de la Edad Media que dos meses atrás era un árbol. Quizás.
— Bueno, por empezar, era la curandera del pueblo. También la bruja, — sonrío divertida de sólo recordarlo. Luego, más parca, añado: — Y la Viuda Negra.

Eso parece captar aún más su atención. Me hace sentir como si… como si lo que tengo para decir fuese muy importante para él. Es lindo sentirse así. En mi época jamás me pasaba.

— ¿Viuda negra por las muertes de tus… huh… esposos? — Jamás vi a James titubear. Debe haberle pegado duro el asunto de una adolescente de 16 años que ya tuvo 3 propuestas de compromisos, al igual que le pegó a Rose.
— Exacto. Cada hombre que quería estar conmigo, moría. — Inserto una sonrisa al final, sin realmente sentirla. Él arruga la nariz, como hace Lily, sólo que en ella se ve tierno, y en él sexy.

Debo, urgentemente, dejar de pensar como las chicas de este siglo. No es sano. Hablo demasiado tiempo con las Weasley.

— Y, ¿cómo te sientes respecto a eso? — pregunta, y hasta en mi época esa pregunta es algo boba. Al parecer lo nota, porque automáticamente corrige: — Es decir, ¿tú los amabas?

Lo medito. Amar. Amor. Mm… Las chicas me han hablado mucho al respecto… aunque dudo que alguien termine de comprender jamás al amor. Según me han dicho, es una palabra con peso, para tomar muy a pecho. “Se siente, no se piensa”, dijeron. Así que…— No, no amé a ninguno— contesto entonces—. Aunque de hecho no podría saberlo; no tengo idea sobre qué es el amor de ese tipo. ¿Y tú? ¿Has amado a alguien?

Lo admito. Acabo de aprovechar la oportunidad para saber más de su pasado. Él, afortunadamente, no parece notarlo. Aunque su mirada se desvía inmediatamente de mí rostro, y casi puedo sentir sus murallas reconstruyéndose a su alrededor. Eso me hace sentir curiosamente triste.

— Sí. Amé a alguien una vez— murmura, tan bajo que de no ser porque estaba tan pendiente de sus labios, no habría oído. Eso es una revelación.

Más curiosamente aún, eso me hace sentir aún más triste.

Me preguntó quién fue esa muchacha. ¿Será esa “ella”? ¿Será la culpable de la personalidad de James? ¿Qué hizo? ¿Qué sucedió? ¿Por qué “amé” en pasado? ¿Por qué repentinamente él ya no luce feliz? ¿Por qué esquiva mi mirada? ¿Alguien, por Merlín santísimo, puede explicarme qué demonios sucedió con James Potter y esa “ella”?

Cada vez entiendo menos.

por **Lily12345678900** Sáb 28 Dic 2013, 6:15 am

Lo Amo.
Simplemente y profundamente. No sé ni que comentar, la mitad de mi cerebro solo procesa un "Oh my gosh! James es tan asdfghjk!" Y el resto se ha quedado en blanco repitiendo "¿Y ahora que va ha pasar? ¡Quiero más!" a si que sí, tú historia ha echo que se me pudran los sesos. ¡Siéntete orgullosa! Jum. :shimi:

por **#Morgenstern** Dom 29 Dic 2013, 7:53 am

¡ESTOY QUE HIPERVENTILO! (?)
El capítulo simplemente es perfecto, aunque bueno, James es perfecto ♡
Jum. Quiero saber ya lo que le pasó con la otra chica misteriosa .-.
Aunque tengo varias teorías, bc soy descendiente de Trelawney.
Creo que aquella chica le rompió el corazón para conseguir fama por salir con el hijo de Harry Potter. O que la chica era hija de algún mortífago y quería vengarse bc Harry derrotó a Voldy.
No sé si alguna de mis hipótesis tendrá sentido pero...da igual (?)
¡Síguela pronto!
PD: ¡Feliz Navidad y prospero año nuevo!
Besos <3

por **C.J. Potter** Lun 30 Dic 2013, 11:19 am

Lily12345678900 escribió:Lo Amo.
Simplemente y profundamente. No sé ni que comentar, la mitad de mi cerebro solo procesa un "Oh my gosh! James es tan asdfghjk!" Y el resto se ha quedado en blanco repitiendo "¿Y ahora que va ha pasar? ¡Quiero más!" a si que sí, tú historia ha echo que se me pudran los sesos. ¡Siéntete orgullosa! Jum. :shimi:

Feeling proud Destiny: "Across the time" [James Sirius Potter & Tú] - Página 5 3373640616

JAJAJAJAJAAJAJAJA, te adoro Lils. Siempre estás <3

LO SÉ!!!!! Idk, te juro que amo a James, si no encuentro a alguien como él voy a ser una solterona toda la vida Destiny: "Across the time" [James Sirius Potter & Tú] - Página 5 3305821808

Destiny: "Across the time" [James Sirius Potter & Tú] - Página 5 3305821808

Y bue. Vivan las expectativas.

Bss, lov ya :(L):

P.D: Te juro que me copé demasiado con los icons.

por **C.J. Potter** Lun 30 Dic 2013, 11:24 am

#Morgenstern escribió:
¡ESTOY QUE HIPERVENTILO! (?)
El capítulo simplemente es perfecto, aunque bueno, James es perfecto ♡
Jum. Quiero saber ya lo que le pasó con la otra chica misteriosa .-.
Aunque tengo varias teorías, bc soy descendiente de Trelawney.
Creo que aquella chica le rompió el corazón para conseguir fama por salir con el hijo de Harry Potter. O que la chica era hija de algún mortífago y quería vengarse bc Harry derrotó a Voldy.
No sé si alguna de mis hipótesis tendrá sentido pero...da igual (?)
¡Síguela pronto!
PD: ¡Feliz Navidad y prospero año nuevo!
Besos <3

Aaaawww, Kath <3

I know, ven, amemos a James juntas, y luego lloremos porque no existe Destiny: "Across the time" [James Sirius Potter & Tú] - Página 5 1129725545

Destiny: "Across the time" [James Sirius Potter & Tú] - Página 5 1129725545

AJAJAJAJJAJAJAJAJAJA, ummmmm, lo dejo a tu criterio (?) Ah. No, hagan sus suposiciones, luego se enterarán todo... Al final, claro... Muy al final... :chkt:

Pronto, pronto :3

Feliz navidad (ya pasada) y próspero año nuevo a ti también!! Kisses <3

por **Tania Andrea** Mar 07 Ene 2014, 7:34 pm

Hola holaaa
Soy nueva lectora amo tu novela enserio jajaja
Simplemente me encantaaa
Y feliz año nuevo algo tarde jaja :oops:
Cuidate y sigue tu novela jaja
Andrea :(L):

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