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Caricias del Corazón (Nick y Tu) Adaptación. (terminada)
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: Caricias del Corazón (Nick y Tu) Adaptación. (terminada)
Cammi escribió::| Tenes qe seguirla, no la podes dejar así x)
Y nosé yo que tu no la cortaria porque si no conociendo los libros y más los que son así más de misterio (?) no entenderiamos algunas partes, porque aunque sean tediosas, todo el libo es importate para enteder a donde se quiere llegar:)
esta bien, al igual que le dije a la maiih no le haré los cortes :D ahora le segure :D
NicolleStyles
Re: Caricias del Corazón (Nick y Tu) Adaptación. (terminada)
siuge, sigue, sigue!!!!!!!!!!
Faby Evans Jonas
Re: Caricias del Corazón (Nick y Tu) Adaptación. (terminada)
Gracias a todas por sus comentarios :) Fabi también te quiero.
Tres
En algún lugar, un teléfono estaba sonando. Resultaba profundamente irritante y entrometido, pero la mujer, desnuda hasta la cintura, con el uniforme colocado sobre una silla de una habitación completamente desconocida, no pareció percatarse.
¡Riiing!
Ella dio un paso al frente, echándose la larga melena de cabello rojizo por encima del hombro. Entonces, le dedicó una pícara sonrisa. A continuación, le guiñó el ojo y dijo:
—Venga, vamos vaquero, demuéstrame de qué pasta estás hecho.
Los ojos oscuros le brillaban con un fuego intenso y sugerente y los labios eran gruesos, húmedos y pedían a gritos que se los besara.
Lleno de deseo, él extendió las manos para estrecharla contra su cuerpo y poder perderse en ella.
¡Riiing!
Nick abrió los ojos. Había estado soñando. Con ____ Dillinger. Y tenía por ello una erección de campeonato. Parpadeó y su imagen desapareció entre las sombras de la noche. Por los pasillos del viejo rancho, el teléfono volvió a sonar. Medio adormilado, miró los números digitales de su despertador. Eran casi las doce. Eso significaba que, fuera quien fuera quien estaba llamando, no lo hacía para despertar a los Jonas con buenas noticias.
«Randi». El corazón estuvo a punto de detenérsele. Encendió inmediatamente la luz, pero no esperó a que los ojos se acostumbraran. Se puso un par de vaqueros que había dejado extendidos sobre los pies de la cama y se metió una sudadera por la cabeza. Avanzaba descalzo por el pasillo cuando la puerta de la habitación principal se abrió de par en par. Kevin, en calzoncillos, con su escayola y una bata que ni siquiera se había molestado en abrocharse, se dirigía cojeando hacia la escalera.
—Era Danielle, desde el hospital. Alguien ha tratado de matar a Randi —dijo secamente.
—¿Cómo dices?
—Que alguien le inyectó algo en la maldita vía.
—¡No! —exclamó Nick. De repente, el cuerpo entero se le había cubierto de un sudor frío—. ¿Está bien?
—Por lo que parece sí —respondió Kevin, frunciendo el ceño.
—¿Y cómo ha podido ocurrir algo así?
—Nadie lo sabe aún. Se ha armado la de Dios allí. El corazón le dejó de latir. Tuvieron que utilizar las palas de reanimación.
—¡Hijo de perra!
—Eso es precisamente lo que yo estaba pensando.
____ se detuvo frente a la puerta de la habitación de Joe y llamó con fuerza. Cuando la abrió, se encontró al menor de sus hermanos a medio vestir, con el cabello revuelto y los dedos tratando de abrocharse los botones de una camisa de franela.
—He oído que sonaba el teléfono. Me he imaginado que serían malas noticias —musitó Joe.
—Y has imaginado bien —comentó Kevin. Rápidamente, le dio todos los detalles de lo ocurrido. La expresión del menor de los Jonas se hizo sombría.
—Por el amor de Dios. ¡Les advertimos de que esto podría ocurrir! ¡Esos policías no están haciendo nada! —exclamó, agitando las manos en el aire—. ¿Quién está haciendo todo esto?
—¿Y por qué? —preguntó Kevin, entornando los ojos lleno de furia.
—Vamos —dijo Joe mientras se metía la camisa por dentro de los vaqueros.
—No podemos ir todos al hospital —observó Kevin al ver que Joe tomaba un par de botas—. Alguien tiene que quedarse aquí con J.R. y las niñas.
—Eso te corresponde a ti —decidió Nick—. Tú vas a ser el padrastro de esas niñas y, de todos modos, no hay mucho que puedas hacer con la pierna escayolada.
—Pero no me puedo quedar aquí y...
—No discutas conmigo. Eso ya lo hemos oído antes —dijo Nick—. Tú crees que estás a cargo de la situación en la que se encuentra Randi, pero no es así, tanto si quieres admitirlo como si no. Tienes dos opciones: despertar al bebé y a las hijas de Danielle y sacarlas al frío de la noche para llevártelas a un hospital que seguramente está sumido en el caos, o quedarte aquí y esperar a que uno de nosotros te llame o venga a buscarte.
Los ojos avellana de Kevin se oscurecieron. Entonces, frunció las cejas lleno de frustración.
—Pero yo creo...
—Por una vez, confía en nosotros, ¿de acuerdo? Podemos ocuparnos de todos —dijo Nick, que ya estaba a mitad de camino de su habitación, donde se puso unos calcetines, las botas y un par de guantes. Estaba terminando de hacerlo, cuando Kevin apareció en el umbral de su puerta.
—No me gusta esto.
—Por supuesto que no. No puedes soportar no estar al mando.
—Me sentiría mejor si...
—Por el amor de Dios, déjalo estar, ¿de acuerdo? Yo me sentiría mejor si tú cerraras la boca y te quedaras aquí con los niños, coordinando la situación. Recibiendo y realizando llamadas. Alguien vendrá a relevarte pronto y podrás irte al hospital y hacerte cargo de las cosas, ¿de acuerdo? Hasta entonces, tendrás que ejercer de niñera, tío Kevin. Ahora, apártate de mi camino.
Nick pasó al lado de su hermano mayor, recogió a Joe y los dos bajaron rápidamente la escalera. Allí, se pusieron sus chaquetones y sus sombreros.
Nick se tensó cuando pensó en Randi, completamente vulnerable tumbada en su cama de hospital. Dios, cualquiera habría pensado que allí estaría segura.
En el exterior, la nieve había empezado a caer y hacía un frío de muerte. Nick se sentó al volante de su vehículo y arrancó. Joe se sentó a su lado. Nick hizo que el vehículo se moviera mucho antes de que Joe tuviera tiempo de cerrar la puerta.
¿Quién había tratado de matar a su hermana? ¿Por qué alguien sería capaz de llegar hasta aquel punto para conseguir verla muerta? ¿Acaso había alguien que quería que Randi no hablara? ¿Sería venganza? ¿Tendría algo que ver con J.R. y el padre misterioso de éste?
—¿Qué demonios está pasando? —gruñó. El miedo y la preocupación lo estaban corroyendo por dentro.
¿Y si Randi no conseguía salir adelante? ¿Y si la persona que había intentado matarla se salía con la suya?
—No sé —admitió Joe—, pero te aseguro que vamos a descubrirlo.
Eso era cierto. Aunque no hiciera otra cosa en su vida, Nick tenía la intención de descubrir quién había sido capaz de hacerle algo así a su hermana. Cuando lo hiciera, se aseguraría de que aquel canalla se arrepintiera hasta el final de sus días.
El Hospital de St. James era una casa de locos. La prensa se había enterado de que un paciente había estado a punto de ser asesinado y ya estaban allí, frente a la puerta, una furgoneta de televisión, un equipo de cámaras y periodistas de dos cadenas. ____ pudo zafarse de un micrófono que le pusieron delante de la boca con un rápido:
—Sin comentarios.
Cuando entró en el hospital, vio que había otro periodista en el vestíbulo. ____ se apresuró a tomar las escaleras que la llevaban al tercer piso. El corazón le latía como si fuera un tambor, al ritmo que marcaba el taconeo de sus botas sobre la escalera. En el exterior de la UCI, se encontró con el detective Espinoza, dos ayudantes del departamento del sheriff y una mujer policía.
—¿Qué ha ocurrido? —preguntó.
—Randi Jonas sufrió un ataque al corazón. Parece que alguien podría habérselo provocado inyectándole algo en la vía.
—¿Cómo?
—Eso es lo que estamos tratando de averiguar.
—¿Se encuentra Randi bien?
—Por el momento parece estar fuera de peligro —dijo Espinoza mientras se frotaba la nuca con una mano.
—Dame todos los detalles.
—Una de las doctoras del hospital, Danielle Stevenson, se pasó a ver a la que muy pronto va a ser su cuñada. La doctora Stevenson está comprometida con Kevin Jonas.
—Lo sé.
—Randi estaba en una habitación privada en la cuarta planta. Cuando la doctora Stevenson salió del ascensor, vio a una persona con una bata blanca que salía de la habitación de Randi. El tipo, aunque podría haber sido una mujer porque la doctora Stevenson no llegó a ver al asesino o asesina con claridad, se dio la vuelta y se marchó precipitadamente por el pasillo para bajar por la escalera de personal. A la doctora Stevenson no le pareció nada del otro mundo hasta que entró en la habitación de Randi. Esta no respiraba. Danielle empezó a reanimarla mientras llamaba a gritos a las enfermeras.
—¿Y no reconoció a la persona que huía?
—Ya te he dicho que ni siquiera está segura de si era hombre o mujer. Lo único que recuerda es que el sospechoso medía aproximadamente un metro setenta y tenía el cabello castaño, demasiado largo para un hombre y muy corto para ser el de una mujer. De constitución media. No pudo verle el rostro, pero cree que la persona en cuestión podría llevar gafas. No hay mucho más.
—Es mejor que nada.
A continuación, Espinoza explicó a ____ que un equipo de forenses estaba examinado la habitación en la que había ocurrido el intento de asesinato, aunque estaban seguros de que había pocas posibilidades de encontrar huellas dactilares del asesino o cualquier otro tipo de prueba. También había dos policías comprobando los turnos de los empleados del hospital y habían recibido instrucciones de interrogar a los que estaban de guardia. Por el momento, Espinoza creía que Randi estaba a salvo porque le habían puesto una policía a la puerta de la UCI.
—Creo que quien haya intentado matarla anteriormente, no volverá a intentarlo esta noche. Lo dejará estar durante un tiempo —concluyó Espinoza.
—A menos que no pueda hacerlo. Evidentemente, le preocupa que Randi se pueda despertar y que hable —observó ____.
—Estará siempre vigilada —dijo Espinoza—. Si ese tipo es tan estúpido como para volver a intentarlo, estaremos preparados.
—¿Y cómo está la paciente? ¿Sigue en coma?
Espinoza asintió y miró hacia las puertas de la UCI.
—Hasta ahora. Antes del ataque, un par de enfermeras estaban seguras de que no iba a tardar en despertarse.
—Tal vez por eso el asesino decidió actuar precisamente esta noche.
—Eso parece.
—En ese caso, regresará —afirmó ____.
Las puertas del ascensor se abrieron y dos de los hermanos Jonas salieron de su interior. ____ se tensó y sintió que el pulso se le aceleraba al ver a Nick.
—¿Qué diablos es lo que ha ocurrido? —preguntó éste con el rostro desencajado, como si ella tuviera la culpa de algo—. ¿Dónde está Randi?
Miró a su alrededor y, al ver las puertas de la UCI, se dirigió hacia ellas.
—No puedes entrar ahí —le advirtió ____. Entonces, extendió la mano para tratar de impedírselo.
—De eso ni hablar —replicó Nick. Su mirada la cortó hasta el alma. Tenía una mano sobre la puerta. Su hermano Joe estaba sólo a un paso de él.
—Ella tiene razón —comentó Espinoza.
—Randi es mi hermana —dijo Nick secamente—. Van a hacer falta mucho más que dos policías para impedirme ver por mí mismo que ella está bien.
Espinoza dio un paso al frente, pero ____, al percatarse de que Nick necesitaba asegurarse de que su hermana estaba viva, agarró a su compañero por el brazo y dejó que los dos hermanos Jonas entraran en la UCI.
—Las enfermeras se encargarán de echarlos —susurró. Efectivamente, a los pocos segundos Nick y Joe volvían a salir al pasillo. Parecían estar más calmados, pero la ira no había desaparecido del rostro de Nick.
—Esto no debería haber ocurrido —afirmó mirándola a ella fijamente antes de centrarse en Espinoza—. La policía estaba sentada sin hacer nada mientras un asesino anda suelto.
—De eso no podemos estar seguros —dijo Espinoza.
—¿Cómo me puede decir algo así? —rugió Nick poniéndose cara a cara con el detective. Los anchos hombros emanaban tensión, los tendones del cuello estaban estirados al máximo y había flexionado los músculos, como si estuviera preparado para entablar una pelea—. Tal vez antes no estaba seguro, pero yo diría que ahora las dudas han desaparecido por completo.
—Las cosas han cambiado.
—Y tanto que han cambiado. Mi hermana ha estado a punto de morir —afirmó Nick con furia, mirando a los dos detectives con desaprobación—. Ahora, espero que se pongan en firme con la investigación.
—Tal vez deberías dejar que hagamos nuestro trabajo —le espetó ____, más por su propia reacción ante el hombre que era que por ser el hermano de una víctima. Estar cerca de él la ponía muy nerviosa. La parte más femenina de su ser, la que tanto había luchado por reprimir, gritaba a voces que la liberaran siempre que estaba cerca de Nick Jonas. Sus sentimientos estaban completamente revolucionados. Le resultaba casi imposible contenerlos y mantener al mismo tiempo su profesionalidad.
—¿Hacer su trabajo? Pues espero que me digan cuándo empiezan —replicó Nick.
—Espera un minuto...
—No —rugió él, lleno de furia—. La que tiene que esperar un minuto eres tú. Mi hermana ha estado a punto de morir, ¿verdad? Por segunda vez. No creo que pueda darles permiso para que se tomen todo el tiempo que necesiten.
—Estamos haciendo todo lo posible por averiguar qué es lo que ha ocurrido —dijo ____ cuadrando los hombros. No estaba dispuesta a ceder ni un milímetro a pesar de que lo que más deseaba era alejarse de él para poder pensar.
—Entonces, ¿qué me dicen del Ford rojo oscuro? Fue Kurt Striker el que descubrió que mi hermana había recibido un golpe de otro vehículo. Las muestras de pintura que él tomó del parachoques encajan con la pintura que se utiliza en los Ford.
—Eso ya lo sabemos y lo estamos investigando —afirmó Espinoza. En aquel mismo instante, las puertas del ascensor volvieron a abrirse y dejaron salir a una mujer menuda, muy bien vestida. ____ reconoció a una periodista local.
—¿Cómo ha conseguido burlar a la seguridad y llegar hasta aquí? —preguntó ____. Dio un paso al frente y cortó el paso a la mujer—. Va a tener que volver abajo.
—Yo estoy con la noticia. Soy Jana Madrid. De KABO. Ya nos conocemos —replicó la periodista. ____ ni siquiera se movió—. Sólo quería hablar con alguien para averiguar qué es lo que ha ocurrido. Usted es oficial de policía. ¿Es cierto que alguien ha intentado asesinar a Randi Jonas esta noche aquí en el hospital?
—No se va a realizar comentario alguno.
—Pero…
La periodista no hacía más que estirar el cuello para tratar de captar algo del interior de la UCI o de lo que ocurría a las puertas de la unidad.
—Veo que Nick Jonas está aquí.
—¿Lo conoce? —preguntó ____.
—Sí, nos conocemos —respondió Jana—. Eso significa que alguien ha tratado de terminar con la vida de su hermana. Ahora, si me perdona, me gustaría hablar con él.
—Más tarde.
—¿Qué es lo que ha ocurrido aquí exactamente?
—Señorita Madrid, le ruego que se marche. Ahora mismo —dijo ____ con firmeza. Sintió que uno de los policías se acercaba para echarle una mano.
—Sólo necesito unos cuantos detalles —insistió Jana—. Venga... Si hay un asesino suelto, el público necesita estar prevenido.
—El departamento de policía realizará un comunicado a su debido tiempo, igual que lo hará el hospital. Hasta entonces, no puedo responder a ninguna pregunta —repuso ____. Con eso, apretó el botón de llamada del ascensor.
—Pero la gente tiene derecho a estar informada.
—La gente tiene derecho a estar informada... cuando tengamos algo de lo que informar. Ahora, le ruego que se marche de aquí sola o tendré que acompañarla personalmente a la salida.
—Yo me ocuparé —dijo el policía que había acudido para apoyar a ____.
Mike Benedict, de más de un metro ochenta de altura y muy corpulento, era una fuerza a tener en cuenta. La periodista dudó. Empezó a decir algo y luego, al ver que no iba a conseguir nada, frunció el ceño.
—La televisión podría ayudar con la investigación, ¿sabe? Si nos proporcionan un retrato robot del sospechoso, podríamos mostrarlo en pantalla y conseguir que la comunidad se implicara en su búsqueda. El público tiene derecho a estar informado.
—Se lo proporcionaremos cuando llegue el momento adecuado. Ahora, por favor...
De mala gana, la periodista se metió en el ascensor. Las puertas se cerraron inmediatamente. ____ regresó a su lugar para reunirse de nuevo con Espinoza. Vio que Nick Jonas estaba a punto de saltar al cuello del policía.
—¡Dese prisa! Descubra qué es lo que está pasando y arreste al canalla que le ha hecho esto a mi hermana antes de que ella termine muerta.
De soslayo, ____ vio que una mujer esbelta, con bata blanca, avanzaba decididamente por el pasillo. Llevaba el cabello recogido y tenía la preocupación reflejada en los ojos. Su rostro era hermoso, muy elegante. En la placa de su nombre, se leía el nombre de Doctora Danielle Stevenson.
—¿Dónde está Kevin? —preguntó sin preámbulo alguno.
—Dejamos a Kevin en casa, con los niños —respondió Joe.
—Yo creía que iba a conseguir que Juanita o Jenny se quedaran... Oh, no importa. He venido a ver cómo está Randi —dijo Danielle antes de fijarse en ____—. Detective Dillinger —añadió, sin esbozar una sonrisa que no sentía. Evidentemente, ella también pensaba que la policía no estaba haciendo todo lo posible por encontrar a los enemigos de Randi o protegerla de sus ataques.
—Hazlo... Ve a ver cómo está Randi —le pidió Joe mientras se mesaba el cabello oscuro con gesto nervioso.
—Regresaré dentro de un minuto —dijo Danielle, antes de pasar por las puertas de la UCI con la tranquila autoridad de un profesional de la medicina en su propio terreno.
—¿La has interrogado? —le preguntó ____ a Espinoza. Este asintió—. Creo que voy a charlar un rato con ella.
—Como quieras, pero en realidad no vio mucho. Yo estaré en la cuarta planta, repasando la habitación en la que Randi fue atacada —anunció Espinoza. Con una última mirada a los hermanos Jonas, se dirigió a los ascensores.
—¿Cómo va tu hermana? —preguntó ____ a Nick indicando con la barbilla las puertas cerradas de la UCI.
Unas líneas de irritación resultaron completamente visibles alrededor de la boca de Nick, pero se había calmado un poco y su ira se había aplacado hasta cierto punto.
—Supongo que deberíamos estar agradecidos porque esté viva.
—Sí, pero sería mejor que se despertara. Ideas, pero carecemos de pruebas sólidas y de sospechosos —admitió ____—. No tenemos mucho en lo que seguir investigando. ¿Y tú? ¿O tú? —añadió, mirando a Joe—. Os invito a una taza de café en la cafetería.
Nick miró la puerta de la UCI.
—En cuanto hayamos hablado con Danielle.
—Vete tú —le dijo Joe a Nick—. Yo esperaré a Danielle, hablaré con ella y le diré dónde nos puede encontrar.
—Está bien —asintió Nick. Entonces, acompañó a ____ hasta las escaleras.
¡Riiing!
Ella dio un paso al frente, echándose la larga melena de cabello rojizo por encima del hombro. Entonces, le dedicó una pícara sonrisa. A continuación, le guiñó el ojo y dijo:
—Venga, vamos vaquero, demuéstrame de qué pasta estás hecho.
Los ojos oscuros le brillaban con un fuego intenso y sugerente y los labios eran gruesos, húmedos y pedían a gritos que se los besara.
Lleno de deseo, él extendió las manos para estrecharla contra su cuerpo y poder perderse en ella.
¡Riiing!
Nick abrió los ojos. Había estado soñando. Con ____ Dillinger. Y tenía por ello una erección de campeonato. Parpadeó y su imagen desapareció entre las sombras de la noche. Por los pasillos del viejo rancho, el teléfono volvió a sonar. Medio adormilado, miró los números digitales de su despertador. Eran casi las doce. Eso significaba que, fuera quien fuera quien estaba llamando, no lo hacía para despertar a los Jonas con buenas noticias.
«Randi». El corazón estuvo a punto de detenérsele. Encendió inmediatamente la luz, pero no esperó a que los ojos se acostumbraran. Se puso un par de vaqueros que había dejado extendidos sobre los pies de la cama y se metió una sudadera por la cabeza. Avanzaba descalzo por el pasillo cuando la puerta de la habitación principal se abrió de par en par. Kevin, en calzoncillos, con su escayola y una bata que ni siquiera se había molestado en abrocharse, se dirigía cojeando hacia la escalera.
—Era Danielle, desde el hospital. Alguien ha tratado de matar a Randi —dijo secamente.
—¿Cómo dices?
—Que alguien le inyectó algo en la maldita vía.
—¡No! —exclamó Nick. De repente, el cuerpo entero se le había cubierto de un sudor frío—. ¿Está bien?
—Por lo que parece sí —respondió Kevin, frunciendo el ceño.
—¿Y cómo ha podido ocurrir algo así?
—Nadie lo sabe aún. Se ha armado la de Dios allí. El corazón le dejó de latir. Tuvieron que utilizar las palas de reanimación.
—¡Hijo de perra!
—Eso es precisamente lo que yo estaba pensando.
____ se detuvo frente a la puerta de la habitación de Joe y llamó con fuerza. Cuando la abrió, se encontró al menor de sus hermanos a medio vestir, con el cabello revuelto y los dedos tratando de abrocharse los botones de una camisa de franela.
—He oído que sonaba el teléfono. Me he imaginado que serían malas noticias —musitó Joe.
—Y has imaginado bien —comentó Kevin. Rápidamente, le dio todos los detalles de lo ocurrido. La expresión del menor de los Jonas se hizo sombría.
—Por el amor de Dios. ¡Les advertimos de que esto podría ocurrir! ¡Esos policías no están haciendo nada! —exclamó, agitando las manos en el aire—. ¿Quién está haciendo todo esto?
—¿Y por qué? —preguntó Kevin, entornando los ojos lleno de furia.
—Vamos —dijo Joe mientras se metía la camisa por dentro de los vaqueros.
—No podemos ir todos al hospital —observó Kevin al ver que Joe tomaba un par de botas—. Alguien tiene que quedarse aquí con J.R. y las niñas.
—Eso te corresponde a ti —decidió Nick—. Tú vas a ser el padrastro de esas niñas y, de todos modos, no hay mucho que puedas hacer con la pierna escayolada.
—Pero no me puedo quedar aquí y...
—No discutas conmigo. Eso ya lo hemos oído antes —dijo Nick—. Tú crees que estás a cargo de la situación en la que se encuentra Randi, pero no es así, tanto si quieres admitirlo como si no. Tienes dos opciones: despertar al bebé y a las hijas de Danielle y sacarlas al frío de la noche para llevártelas a un hospital que seguramente está sumido en el caos, o quedarte aquí y esperar a que uno de nosotros te llame o venga a buscarte.
Los ojos avellana de Kevin se oscurecieron. Entonces, frunció las cejas lleno de frustración.
—Pero yo creo...
—Por una vez, confía en nosotros, ¿de acuerdo? Podemos ocuparnos de todos —dijo Nick, que ya estaba a mitad de camino de su habitación, donde se puso unos calcetines, las botas y un par de guantes. Estaba terminando de hacerlo, cuando Kevin apareció en el umbral de su puerta.
—No me gusta esto.
—Por supuesto que no. No puedes soportar no estar al mando.
—Me sentiría mejor si...
—Por el amor de Dios, déjalo estar, ¿de acuerdo? Yo me sentiría mejor si tú cerraras la boca y te quedaras aquí con los niños, coordinando la situación. Recibiendo y realizando llamadas. Alguien vendrá a relevarte pronto y podrás irte al hospital y hacerte cargo de las cosas, ¿de acuerdo? Hasta entonces, tendrás que ejercer de niñera, tío Kevin. Ahora, apártate de mi camino.
Nick pasó al lado de su hermano mayor, recogió a Joe y los dos bajaron rápidamente la escalera. Allí, se pusieron sus chaquetones y sus sombreros.
Nick se tensó cuando pensó en Randi, completamente vulnerable tumbada en su cama de hospital. Dios, cualquiera habría pensado que allí estaría segura.
En el exterior, la nieve había empezado a caer y hacía un frío de muerte. Nick se sentó al volante de su vehículo y arrancó. Joe se sentó a su lado. Nick hizo que el vehículo se moviera mucho antes de que Joe tuviera tiempo de cerrar la puerta.
¿Quién había tratado de matar a su hermana? ¿Por qué alguien sería capaz de llegar hasta aquel punto para conseguir verla muerta? ¿Acaso había alguien que quería que Randi no hablara? ¿Sería venganza? ¿Tendría algo que ver con J.R. y el padre misterioso de éste?
—¿Qué demonios está pasando? —gruñó. El miedo y la preocupación lo estaban corroyendo por dentro.
¿Y si Randi no conseguía salir adelante? ¿Y si la persona que había intentado matarla se salía con la suya?
—No sé —admitió Joe—, pero te aseguro que vamos a descubrirlo.
Eso era cierto. Aunque no hiciera otra cosa en su vida, Nick tenía la intención de descubrir quién había sido capaz de hacerle algo así a su hermana. Cuando lo hiciera, se aseguraría de que aquel canalla se arrepintiera hasta el final de sus días.
El Hospital de St. James era una casa de locos. La prensa se había enterado de que un paciente había estado a punto de ser asesinado y ya estaban allí, frente a la puerta, una furgoneta de televisión, un equipo de cámaras y periodistas de dos cadenas. ____ pudo zafarse de un micrófono que le pusieron delante de la boca con un rápido:
—Sin comentarios.
Cuando entró en el hospital, vio que había otro periodista en el vestíbulo. ____ se apresuró a tomar las escaleras que la llevaban al tercer piso. El corazón le latía como si fuera un tambor, al ritmo que marcaba el taconeo de sus botas sobre la escalera. En el exterior de la UCI, se encontró con el detective Espinoza, dos ayudantes del departamento del sheriff y una mujer policía.
—¿Qué ha ocurrido? —preguntó.
—Randi Jonas sufrió un ataque al corazón. Parece que alguien podría habérselo provocado inyectándole algo en la vía.
—¿Cómo?
—Eso es lo que estamos tratando de averiguar.
—¿Se encuentra Randi bien?
—Por el momento parece estar fuera de peligro —dijo Espinoza mientras se frotaba la nuca con una mano.
—Dame todos los detalles.
—Una de las doctoras del hospital, Danielle Stevenson, se pasó a ver a la que muy pronto va a ser su cuñada. La doctora Stevenson está comprometida con Kevin Jonas.
—Lo sé.
—Randi estaba en una habitación privada en la cuarta planta. Cuando la doctora Stevenson salió del ascensor, vio a una persona con una bata blanca que salía de la habitación de Randi. El tipo, aunque podría haber sido una mujer porque la doctora Stevenson no llegó a ver al asesino o asesina con claridad, se dio la vuelta y se marchó precipitadamente por el pasillo para bajar por la escalera de personal. A la doctora Stevenson no le pareció nada del otro mundo hasta que entró en la habitación de Randi. Esta no respiraba. Danielle empezó a reanimarla mientras llamaba a gritos a las enfermeras.
—¿Y no reconoció a la persona que huía?
—Ya te he dicho que ni siquiera está segura de si era hombre o mujer. Lo único que recuerda es que el sospechoso medía aproximadamente un metro setenta y tenía el cabello castaño, demasiado largo para un hombre y muy corto para ser el de una mujer. De constitución media. No pudo verle el rostro, pero cree que la persona en cuestión podría llevar gafas. No hay mucho más.
—Es mejor que nada.
A continuación, Espinoza explicó a ____ que un equipo de forenses estaba examinado la habitación en la que había ocurrido el intento de asesinato, aunque estaban seguros de que había pocas posibilidades de encontrar huellas dactilares del asesino o cualquier otro tipo de prueba. También había dos policías comprobando los turnos de los empleados del hospital y habían recibido instrucciones de interrogar a los que estaban de guardia. Por el momento, Espinoza creía que Randi estaba a salvo porque le habían puesto una policía a la puerta de la UCI.
—Creo que quien haya intentado matarla anteriormente, no volverá a intentarlo esta noche. Lo dejará estar durante un tiempo —concluyó Espinoza.
—A menos que no pueda hacerlo. Evidentemente, le preocupa que Randi se pueda despertar y que hable —observó ____.
—Estará siempre vigilada —dijo Espinoza—. Si ese tipo es tan estúpido como para volver a intentarlo, estaremos preparados.
—¿Y cómo está la paciente? ¿Sigue en coma?
Espinoza asintió y miró hacia las puertas de la UCI.
—Hasta ahora. Antes del ataque, un par de enfermeras estaban seguras de que no iba a tardar en despertarse.
—Tal vez por eso el asesino decidió actuar precisamente esta noche.
—Eso parece.
—En ese caso, regresará —afirmó ____.
Las puertas del ascensor se abrieron y dos de los hermanos Jonas salieron de su interior. ____ se tensó y sintió que el pulso se le aceleraba al ver a Nick.
—¿Qué diablos es lo que ha ocurrido? —preguntó éste con el rostro desencajado, como si ella tuviera la culpa de algo—. ¿Dónde está Randi?
Miró a su alrededor y, al ver las puertas de la UCI, se dirigió hacia ellas.
—No puedes entrar ahí —le advirtió ____. Entonces, extendió la mano para tratar de impedírselo.
—De eso ni hablar —replicó Nick. Su mirada la cortó hasta el alma. Tenía una mano sobre la puerta. Su hermano Joe estaba sólo a un paso de él.
—Ella tiene razón —comentó Espinoza.
—Randi es mi hermana —dijo Nick secamente—. Van a hacer falta mucho más que dos policías para impedirme ver por mí mismo que ella está bien.
Espinoza dio un paso al frente, pero ____, al percatarse de que Nick necesitaba asegurarse de que su hermana estaba viva, agarró a su compañero por el brazo y dejó que los dos hermanos Jonas entraran en la UCI.
—Las enfermeras se encargarán de echarlos —susurró. Efectivamente, a los pocos segundos Nick y Joe volvían a salir al pasillo. Parecían estar más calmados, pero la ira no había desaparecido del rostro de Nick.
—Esto no debería haber ocurrido —afirmó mirándola a ella fijamente antes de centrarse en Espinoza—. La policía estaba sentada sin hacer nada mientras un asesino anda suelto.
—De eso no podemos estar seguros —dijo Espinoza.
—¿Cómo me puede decir algo así? —rugió Nick poniéndose cara a cara con el detective. Los anchos hombros emanaban tensión, los tendones del cuello estaban estirados al máximo y había flexionado los músculos, como si estuviera preparado para entablar una pelea—. Tal vez antes no estaba seguro, pero yo diría que ahora las dudas han desaparecido por completo.
—Las cosas han cambiado.
—Y tanto que han cambiado. Mi hermana ha estado a punto de morir —afirmó Nick con furia, mirando a los dos detectives con desaprobación—. Ahora, espero que se pongan en firme con la investigación.
—Tal vez deberías dejar que hagamos nuestro trabajo —le espetó ____, más por su propia reacción ante el hombre que era que por ser el hermano de una víctima. Estar cerca de él la ponía muy nerviosa. La parte más femenina de su ser, la que tanto había luchado por reprimir, gritaba a voces que la liberaran siempre que estaba cerca de Nick Jonas. Sus sentimientos estaban completamente revolucionados. Le resultaba casi imposible contenerlos y mantener al mismo tiempo su profesionalidad.
—¿Hacer su trabajo? Pues espero que me digan cuándo empiezan —replicó Nick.
—Espera un minuto...
—No —rugió él, lleno de furia—. La que tiene que esperar un minuto eres tú. Mi hermana ha estado a punto de morir, ¿verdad? Por segunda vez. No creo que pueda darles permiso para que se tomen todo el tiempo que necesiten.
—Estamos haciendo todo lo posible por averiguar qué es lo que ha ocurrido —dijo ____ cuadrando los hombros. No estaba dispuesta a ceder ni un milímetro a pesar de que lo que más deseaba era alejarse de él para poder pensar.
—Entonces, ¿qué me dicen del Ford rojo oscuro? Fue Kurt Striker el que descubrió que mi hermana había recibido un golpe de otro vehículo. Las muestras de pintura que él tomó del parachoques encajan con la pintura que se utiliza en los Ford.
—Eso ya lo sabemos y lo estamos investigando —afirmó Espinoza. En aquel mismo instante, las puertas del ascensor volvieron a abrirse y dejaron salir a una mujer menuda, muy bien vestida. ____ reconoció a una periodista local.
—¿Cómo ha conseguido burlar a la seguridad y llegar hasta aquí? —preguntó ____. Dio un paso al frente y cortó el paso a la mujer—. Va a tener que volver abajo.
—Yo estoy con la noticia. Soy Jana Madrid. De KABO. Ya nos conocemos —replicó la periodista. ____ ni siquiera se movió—. Sólo quería hablar con alguien para averiguar qué es lo que ha ocurrido. Usted es oficial de policía. ¿Es cierto que alguien ha intentado asesinar a Randi Jonas esta noche aquí en el hospital?
—No se va a realizar comentario alguno.
—Pero…
La periodista no hacía más que estirar el cuello para tratar de captar algo del interior de la UCI o de lo que ocurría a las puertas de la unidad.
—Veo que Nick Jonas está aquí.
—¿Lo conoce? —preguntó ____.
—Sí, nos conocemos —respondió Jana—. Eso significa que alguien ha tratado de terminar con la vida de su hermana. Ahora, si me perdona, me gustaría hablar con él.
—Más tarde.
—¿Qué es lo que ha ocurrido aquí exactamente?
—Señorita Madrid, le ruego que se marche. Ahora mismo —dijo ____ con firmeza. Sintió que uno de los policías se acercaba para echarle una mano.
—Sólo necesito unos cuantos detalles —insistió Jana—. Venga... Si hay un asesino suelto, el público necesita estar prevenido.
—El departamento de policía realizará un comunicado a su debido tiempo, igual que lo hará el hospital. Hasta entonces, no puedo responder a ninguna pregunta —repuso ____. Con eso, apretó el botón de llamada del ascensor.
—Pero la gente tiene derecho a estar informada.
—La gente tiene derecho a estar informada... cuando tengamos algo de lo que informar. Ahora, le ruego que se marche de aquí sola o tendré que acompañarla personalmente a la salida.
—Yo me ocuparé —dijo el policía que había acudido para apoyar a ____.
Mike Benedict, de más de un metro ochenta de altura y muy corpulento, era una fuerza a tener en cuenta. La periodista dudó. Empezó a decir algo y luego, al ver que no iba a conseguir nada, frunció el ceño.
—La televisión podría ayudar con la investigación, ¿sabe? Si nos proporcionan un retrato robot del sospechoso, podríamos mostrarlo en pantalla y conseguir que la comunidad se implicara en su búsqueda. El público tiene derecho a estar informado.
—Se lo proporcionaremos cuando llegue el momento adecuado. Ahora, por favor...
De mala gana, la periodista se metió en el ascensor. Las puertas se cerraron inmediatamente. ____ regresó a su lugar para reunirse de nuevo con Espinoza. Vio que Nick Jonas estaba a punto de saltar al cuello del policía.
—¡Dese prisa! Descubra qué es lo que está pasando y arreste al canalla que le ha hecho esto a mi hermana antes de que ella termine muerta.
De soslayo, ____ vio que una mujer esbelta, con bata blanca, avanzaba decididamente por el pasillo. Llevaba el cabello recogido y tenía la preocupación reflejada en los ojos. Su rostro era hermoso, muy elegante. En la placa de su nombre, se leía el nombre de Doctora Danielle Stevenson.
—¿Dónde está Kevin? —preguntó sin preámbulo alguno.
—Dejamos a Kevin en casa, con los niños —respondió Joe.
—Yo creía que iba a conseguir que Juanita o Jenny se quedaran... Oh, no importa. He venido a ver cómo está Randi —dijo Danielle antes de fijarse en ____—. Detective Dillinger —añadió, sin esbozar una sonrisa que no sentía. Evidentemente, ella también pensaba que la policía no estaba haciendo todo lo posible por encontrar a los enemigos de Randi o protegerla de sus ataques.
—Hazlo... Ve a ver cómo está Randi —le pidió Joe mientras se mesaba el cabello oscuro con gesto nervioso.
—Regresaré dentro de un minuto —dijo Danielle, antes de pasar por las puertas de la UCI con la tranquila autoridad de un profesional de la medicina en su propio terreno.
—¿La has interrogado? —le preguntó ____ a Espinoza. Este asintió—. Creo que voy a charlar un rato con ella.
—Como quieras, pero en realidad no vio mucho. Yo estaré en la cuarta planta, repasando la habitación en la que Randi fue atacada —anunció Espinoza. Con una última mirada a los hermanos Jonas, se dirigió a los ascensores.
—¿Cómo va tu hermana? —preguntó ____ a Nick indicando con la barbilla las puertas cerradas de la UCI.
Unas líneas de irritación resultaron completamente visibles alrededor de la boca de Nick, pero se había calmado un poco y su ira se había aplacado hasta cierto punto.
—Supongo que deberíamos estar agradecidos porque esté viva.
—Sí, pero sería mejor que se despertara. Ideas, pero carecemos de pruebas sólidas y de sospechosos —admitió ____—. No tenemos mucho en lo que seguir investigando. ¿Y tú? ¿O tú? —añadió, mirando a Joe—. Os invito a una taza de café en la cafetería.
Nick miró la puerta de la UCI.
—En cuanto hayamos hablado con Danielle.
—Vete tú —le dijo Joe a Nick—. Yo esperaré a Danielle, hablaré con ella y le diré dónde nos puede encontrar.
—Está bien —asintió Nick. Entonces, acompañó a ____ hasta las escaleras.
NicolleStyles
Re: Caricias del Corazón (Nick y Tu) Adaptación. (terminada)
:affraid: :affraid: :affraid: :affraid: :affraid: :affraid: tienes q seguirla!!!
odio q me odien!!!!
odio q me odien!!!!
Faby Evans Jonas
Re: Caricias del Corazón (Nick y Tu) Adaptación. (terminada)
New Reader!!!! :D
Esta BUENISIMA la novee! SIGUELA!!
Esta BUENISIMA la novee! SIGUELA!!
Dayi_JonasLove!*
Re: Caricias del Corazón (Nick y Tu) Adaptación. (terminada)
u.u Diios!!!
No no no.. que rollo
Siigueelaa
No no no.. que rollo
Siigueelaa
maiih* [:
Re: Caricias del Corazón (Nick y Tu) Adaptación. (terminada)
Dayi_JonasLove!* escribió:New Reader!!!! :D
Esta BUENISIMA la novee! SIGUELA!!
Bienvenida :lol!: claro que la seguiré :)
NicolleStyles
Re: Caricias del Corazón (Nick y Tu) Adaptación. (terminada)
aaaaaaaaaaaaahhhhhhhhhhh te extrane!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!nicollevjb escribió:Dayi_JonasLove!* escribió:New Reader!!!! :D
Esta BUENISIMA la novee! SIGUELA!!
Bienvenida :lol!: claro que la seguiré :)
i miss you
i miss your smile
jajajaja ya la estoy rayando jajaja re loka yo 8)
Faby Evans Jonas
Re: Caricias del Corazón (Nick y Tu) Adaptación. (terminada)
Cuando llegaron a la planta baja, Nick se dirigió directamente a la cafetería. Evidentemente, conocía muy bien el camino y lo había recorrido muchas veces mientras que su hermanastra, su sobrino y su hermano estaban allí ingresados. Tomaron su taza de café y se dirigieron a una mesa tranquila que había cerca de la ventana.
—Quiero saber exactamente qué es lo que tenéis —dijo Nick, tras tomar un sorbo de café—. Y no me ocultes ningún detalle. No me voy a creer que nada sea confidencial en este caso o cualquier otra tontería similar. Quiero conocer todos los hechos sobre mi hermana.
____ no tenía nada que ocultar. Se tomó un sorbo de café y apoyó los codos sobre la mesa para acercarse todo lo que pudiera a Nick sin tener que levantar mucho la voz.
—Te contaré lo que pueda, pero no voy a comprometer la investigación.
—Soy un familiar, por el amor de Dios.
—Pero ellos no.
____ levantó una ceja y examinó las mesas que los rodeaban. Notó que en una de ellas estaban sentadas algunas enfermeras y en otra unos médicos. En una tercera, había varias personas tomando café mientras que otros pululaban cerca de allí. Jana Madrid, la insistente reportera que había conseguido llegar hasta la misma puerta de la UCI, estaba entre ellos.
—La prensa...
—Algunos de ellos. ¿Quién si no andaría por la cafetería a estas horas?
—Diablos.
—Por lo tanto, debemos hablar en términos generales.
—Dispara.
—Como te he dicho, estamos investigando la posibilidad de que tu hermana pudiera haber sido sacada de la carretera por otro vehículo, por lo que estamos investigando todos los vehículos que necesitaron una reparación de chapa y pintura en los días inmediatamente posteriores al accidente, en especial los Ford de color rojo oscuro. Hemos estrechado el cerco hasta un Explorer. También estamos investigando las personas con las que ella trabajaba y los hombres con los que salía...
____ se interrumpió al ver que uno de los hombres que había cerca de la mesa de reporteros, un tipo delgado con cabello rubio, bigote recortado y una afable sonrisa, serpenteaba entre las mesas vacías para dirigirse directamente a la de ellos. La reportera menuda no le andaba a la zaga.
—Perdonen —dijo el hombre con una deslumbrante sonrisa—. Soy Troy White, de KAB...
—Lo he visto en televisión —replicó ____ interrumpiendo la frase del reportero—. Ya le he dicho que no tengo nada que comentar respecto de este caso a una de sus compañeras —añadió señalando a Jana Madrid. Ella tomó la mención de su nombre como una invitación a que se acercara. ____ miró con reprobación a Troy.
—Simplemente me gustaría hablar un poco con el señor Jonas. Usted es Nick, ¿verdad?
Nick lo miró como si tuviera muy claro la clase de hombre que era Troy White.
—Sí.
—Si no le importa...
—Me importa —replicó Nick, con la expresión del rostro tan dura como el granito.
—Pero si sólo tardaremos unos cuantos minutos —dijo Jana quien, a pesar de su descaro, estaba un paso atrás de White, como si el pequeño hombre pudiera servirle de escudo. Todos los allí presentes se volvieron para mirar.
—En otra ocasión —dijo Nick. Se puso de pie. Le sacaba a White más de diez centímetros. Estaba completamente preparado para una pelea. Tenía los puños apretados y las aletas de la nariz completamente abiertas.
O el periodista no se percató del estado de ánimo de Nick o no le importó lo más mínimo.
—Simplemente hábleme de Randi. ¿Tiene usted idea de quién pudo atacar a su hermana?
—¡Ya está bien! —exclamó ____ poniéndose también de pie—. Tal vez no ha escuchado bien, pero el señor Jonas le ha dicho que no quiere que lo molesten, así que le sugiero que espere para obtener su entrevista a que el señor Jonas considere que es un momento más adecuado para él —añadió. Se colocó entre el periodista y Nick y miró a los dos reporteros con desaprobación. Incluyó también al cámara, que estaba cerca de la máquina de café—. Si no tienen más cuidado, yo misma los acompañaré personalmente a la salida.
Troy White se ofendió. El bigote comenzó a temblarle.
—Escuche, señorita, el pueblo estadounidense tiene derecho a conocer...
—Basta ya, Troy —dijo ____ interrumpiéndolo—. Ya me ha contado Jana todo ese rollo. Los dos tendrán que esperar un comunicado oficial.
Jana frunció los labios.
—Déjalo, Troy —le dijo a su compañero, aunque le resultaba imposible apartar la mirada de Nick. A pesar de su profesionalidad, ____ sintió un inesperado aguijonazo de celos por todo el cuerpo. Jana Madrid era muy guapa y muy lanzada—. Tenemos material suficiente para las noticias de mañana por la mañana —añadió, antes de esbozar una sonrisa que parecía ir dirigida exclusivamente a Nick—. Gracias por su tiempo.
Troy White apretó los dientes y se limitó a asentir con la cabeza.
—En otra ocasión.
—Llame primero —le advirtió Nick. Con eso, se dirigió a la puerta de la cafetería y salió a la recepción. ____ lo alcanzó inmediatamente—. Mira, detective. No necesito que nadie me saque las castañas del fuego... y mucho menos una mujer.
—Soy policía —le recordó ella cuando llegaron a los ascensores.
—Mujer policía.
____, muy dolida, apretó el botón de llamada.
—Policía de todos modos —afirmó. Se sentía tan enojada consigo misma como con él por haber dejado que aquel comentario le molestara. La opinión de Nick Jonas parecía importarle mucho más de lo que debiera.
—No recuerdo haberte pedido ayuda.
—Sólo estaba realizando mi trabajo, ¿de acuerdo? No tenía intención alguna de pisar tu frágil ego masculino, si es eso lo que estás insinuando.
Nick le agarró el brazo.
—Nada de lo que yo tengo es frágil.
____ sintió que el corazón le daba un salto y que la sangre le rugía en los oídos mientras observaba un rostro lleno de sentimientos.
Las puertas del ascensor se abrieron. Danielle Stevenson estuvo a punto de chocarse con ellos.
—¡Oh! ¿Nick? —dijo. Como se detuvo justo delante del sensor del ascensor, las puertas se cerraron para volverse a abrir inmediatamente. Entonces, su sorprendida mirada pasó de observar a su futuro cuñado para mirar la mano de Nick, que seguía agarrada con fuerza al brazo de ____.
—Alerta de buitres —dijo Nick, soltando a ____ como si su brazo fuera un hierro ardiendo—. La prensa.
—No se rinden —musitó Danielle. Entonces, frunció el ceño y miró a ____—. Tal vez eso sea algo de lo que vosotros podéis ocuparos.
—Ya lo he hecho.
—¿Igual que tú y tu departamento os ocupasteis de la seguridad de Randi? —replicó Danielle. Entonces, como si hubiera comprendido el verdadero significado de sus palabras, suspiró y dio un paso atrás para volver a meterse en el ascensor—. Lo siento —dijo—. No debería haber dicho eso. Nick apretó el botón del tercer piso—. Es que estoy muy preocupada, no sólo por Randi, sino también por Kevin.
—Él estará bien. Es más duro que el pedernal —afirmó Nick. Entonces, ofreció a su futura cuñada una sonrisa de ánimo, que, una vez más, indicaba que, bajo su dura apariencia de vaquero, había un hombre más sensible y amable de lo que parecía.
Evidentemente, estaba claro que era mucho más de lo que aparentaba a primera vista. Más de lo que ____ quería ver. Lo último que necesitaba era rendirse a ninguno de los miembros de la familia Jonas, en especial a Nick, que era capaz de acelerarle el pulso por razones poco tangibles.
—Eso espero —susurró Danielle.
Todos guardaron silencio hasta que llegaron al tercer piso. Allí, vieron que Joe seguía de pie, apoyado contra una pared cercana a la puerta de la UCI. Era como se hubiera autodenominado guardia de seguridad de su hermana.
—Tu jefe te está buscando —le dijo a ____. No había calidez alguna en aquellos ojos pardos. Era tan frío con ella como los Jonas lo habían sido siempre.
—¿Espinoza?
—Sí. Está en el cuarto piso.
—Gracias. Necesitaré volver a hablar con todos otra vez —anunció ____.
—Ya sabes dónde encontrarnos —concluyó Nick.
____ sintió la mirada de él sobre la espalda mientras se dirigía a la escalera. Respiró profundamente y se obligó a apartarlo de sus pensamientos. Decidió que ni podía ni pensaría en él más allá de como hermano de una víctima. Nada más.
Subió los escalones de dos en dos. A pesar de que ninguno de los Jonas se lo creyeran, estaba decidida a descubrir quién había sacado a Randi Jonas de la carretera y, al ver que eso no la mataba, había tenido el valor de entrar en un hospital para tratar de finalizar el trabajo.
____ se moría de ganas por encontrar a aquel canalla. Quería resolver aquel caso porque necesitaba asegurar el bienestar de Randi y porque quería demostrarle su valía a Nick Jonas.
—Quiero saber exactamente qué es lo que tenéis —dijo Nick, tras tomar un sorbo de café—. Y no me ocultes ningún detalle. No me voy a creer que nada sea confidencial en este caso o cualquier otra tontería similar. Quiero conocer todos los hechos sobre mi hermana.
____ no tenía nada que ocultar. Se tomó un sorbo de café y apoyó los codos sobre la mesa para acercarse todo lo que pudiera a Nick sin tener que levantar mucho la voz.
—Te contaré lo que pueda, pero no voy a comprometer la investigación.
—Soy un familiar, por el amor de Dios.
—Pero ellos no.
____ levantó una ceja y examinó las mesas que los rodeaban. Notó que en una de ellas estaban sentadas algunas enfermeras y en otra unos médicos. En una tercera, había varias personas tomando café mientras que otros pululaban cerca de allí. Jana Madrid, la insistente reportera que había conseguido llegar hasta la misma puerta de la UCI, estaba entre ellos.
—La prensa...
—Algunos de ellos. ¿Quién si no andaría por la cafetería a estas horas?
—Diablos.
—Por lo tanto, debemos hablar en términos generales.
—Dispara.
—Como te he dicho, estamos investigando la posibilidad de que tu hermana pudiera haber sido sacada de la carretera por otro vehículo, por lo que estamos investigando todos los vehículos que necesitaron una reparación de chapa y pintura en los días inmediatamente posteriores al accidente, en especial los Ford de color rojo oscuro. Hemos estrechado el cerco hasta un Explorer. También estamos investigando las personas con las que ella trabajaba y los hombres con los que salía...
____ se interrumpió al ver que uno de los hombres que había cerca de la mesa de reporteros, un tipo delgado con cabello rubio, bigote recortado y una afable sonrisa, serpenteaba entre las mesas vacías para dirigirse directamente a la de ellos. La reportera menuda no le andaba a la zaga.
—Perdonen —dijo el hombre con una deslumbrante sonrisa—. Soy Troy White, de KAB...
—Lo he visto en televisión —replicó ____ interrumpiendo la frase del reportero—. Ya le he dicho que no tengo nada que comentar respecto de este caso a una de sus compañeras —añadió señalando a Jana Madrid. Ella tomó la mención de su nombre como una invitación a que se acercara. ____ miró con reprobación a Troy.
—Simplemente me gustaría hablar un poco con el señor Jonas. Usted es Nick, ¿verdad?
Nick lo miró como si tuviera muy claro la clase de hombre que era Troy White.
—Sí.
—Si no le importa...
—Me importa —replicó Nick, con la expresión del rostro tan dura como el granito.
—Pero si sólo tardaremos unos cuantos minutos —dijo Jana quien, a pesar de su descaro, estaba un paso atrás de White, como si el pequeño hombre pudiera servirle de escudo. Todos los allí presentes se volvieron para mirar.
—En otra ocasión —dijo Nick. Se puso de pie. Le sacaba a White más de diez centímetros. Estaba completamente preparado para una pelea. Tenía los puños apretados y las aletas de la nariz completamente abiertas.
O el periodista no se percató del estado de ánimo de Nick o no le importó lo más mínimo.
—Simplemente hábleme de Randi. ¿Tiene usted idea de quién pudo atacar a su hermana?
—¡Ya está bien! —exclamó ____ poniéndose también de pie—. Tal vez no ha escuchado bien, pero el señor Jonas le ha dicho que no quiere que lo molesten, así que le sugiero que espere para obtener su entrevista a que el señor Jonas considere que es un momento más adecuado para él —añadió. Se colocó entre el periodista y Nick y miró a los dos reporteros con desaprobación. Incluyó también al cámara, que estaba cerca de la máquina de café—. Si no tienen más cuidado, yo misma los acompañaré personalmente a la salida.
Troy White se ofendió. El bigote comenzó a temblarle.
—Escuche, señorita, el pueblo estadounidense tiene derecho a conocer...
—Basta ya, Troy —dijo ____ interrumpiéndolo—. Ya me ha contado Jana todo ese rollo. Los dos tendrán que esperar un comunicado oficial.
Jana frunció los labios.
—Déjalo, Troy —le dijo a su compañero, aunque le resultaba imposible apartar la mirada de Nick. A pesar de su profesionalidad, ____ sintió un inesperado aguijonazo de celos por todo el cuerpo. Jana Madrid era muy guapa y muy lanzada—. Tenemos material suficiente para las noticias de mañana por la mañana —añadió, antes de esbozar una sonrisa que parecía ir dirigida exclusivamente a Nick—. Gracias por su tiempo.
Troy White apretó los dientes y se limitó a asentir con la cabeza.
—En otra ocasión.
—Llame primero —le advirtió Nick. Con eso, se dirigió a la puerta de la cafetería y salió a la recepción. ____ lo alcanzó inmediatamente—. Mira, detective. No necesito que nadie me saque las castañas del fuego... y mucho menos una mujer.
—Soy policía —le recordó ella cuando llegaron a los ascensores.
—Mujer policía.
____, muy dolida, apretó el botón de llamada.
—Policía de todos modos —afirmó. Se sentía tan enojada consigo misma como con él por haber dejado que aquel comentario le molestara. La opinión de Nick Jonas parecía importarle mucho más de lo que debiera.
—No recuerdo haberte pedido ayuda.
—Sólo estaba realizando mi trabajo, ¿de acuerdo? No tenía intención alguna de pisar tu frágil ego masculino, si es eso lo que estás insinuando.
Nick le agarró el brazo.
—Nada de lo que yo tengo es frágil.
____ sintió que el corazón le daba un salto y que la sangre le rugía en los oídos mientras observaba un rostro lleno de sentimientos.
Las puertas del ascensor se abrieron. Danielle Stevenson estuvo a punto de chocarse con ellos.
—¡Oh! ¿Nick? —dijo. Como se detuvo justo delante del sensor del ascensor, las puertas se cerraron para volverse a abrir inmediatamente. Entonces, su sorprendida mirada pasó de observar a su futuro cuñado para mirar la mano de Nick, que seguía agarrada con fuerza al brazo de ____.
—Alerta de buitres —dijo Nick, soltando a ____ como si su brazo fuera un hierro ardiendo—. La prensa.
—No se rinden —musitó Danielle. Entonces, frunció el ceño y miró a ____—. Tal vez eso sea algo de lo que vosotros podéis ocuparos.
—Ya lo he hecho.
—¿Igual que tú y tu departamento os ocupasteis de la seguridad de Randi? —replicó Danielle. Entonces, como si hubiera comprendido el verdadero significado de sus palabras, suspiró y dio un paso atrás para volver a meterse en el ascensor—. Lo siento —dijo—. No debería haber dicho eso. Nick apretó el botón del tercer piso—. Es que estoy muy preocupada, no sólo por Randi, sino también por Kevin.
—Él estará bien. Es más duro que el pedernal —afirmó Nick. Entonces, ofreció a su futura cuñada una sonrisa de ánimo, que, una vez más, indicaba que, bajo su dura apariencia de vaquero, había un hombre más sensible y amable de lo que parecía.
Evidentemente, estaba claro que era mucho más de lo que aparentaba a primera vista. Más de lo que ____ quería ver. Lo último que necesitaba era rendirse a ninguno de los miembros de la familia Jonas, en especial a Nick, que era capaz de acelerarle el pulso por razones poco tangibles.
—Eso espero —susurró Danielle.
Todos guardaron silencio hasta que llegaron al tercer piso. Allí, vieron que Joe seguía de pie, apoyado contra una pared cercana a la puerta de la UCI. Era como se hubiera autodenominado guardia de seguridad de su hermana.
—Tu jefe te está buscando —le dijo a ____. No había calidez alguna en aquellos ojos pardos. Era tan frío con ella como los Jonas lo habían sido siempre.
—¿Espinoza?
—Sí. Está en el cuarto piso.
—Gracias. Necesitaré volver a hablar con todos otra vez —anunció ____.
—Ya sabes dónde encontrarnos —concluyó Nick.
____ sintió la mirada de él sobre la espalda mientras se dirigía a la escalera. Respiró profundamente y se obligó a apartarlo de sus pensamientos. Decidió que ni podía ni pensaría en él más allá de como hermano de una víctima. Nada más.
Subió los escalones de dos en dos. A pesar de que ninguno de los Jonas se lo creyeran, estaba decidida a descubrir quién había sacado a Randi Jonas de la carretera y, al ver que eso no la mataba, había tenido el valor de entrar en un hospital para tratar de finalizar el trabajo.
____ se moría de ganas por encontrar a aquel canalla. Quería resolver aquel caso porque necesitaba asegurar el bienestar de Randi y porque quería demostrarle su valía a Nick Jonas.
NicolleStyles
Re: Caricias del Corazón (Nick y Tu) Adaptación. (terminada)
FabiJB escribió:aaaaaaaaaaaaahhhhhhhhhhh te extrane!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!nicollevjb escribió:Dayi_JonasLove!* escribió:New Reader!!!! :D
Esta BUENISIMA la novee! SIGUELA!!
Bienvenida :lol!: claro que la seguiré :)
i miss you
i miss your smile
jajajaja ya la estoy rayando jajaja re loka yo 8)
aww me too :)
haha see estas loca xD pero asi te quiero :D
NicolleStyles
Re: Caricias del Corazón (Nick y Tu) Adaptación. (terminada)
Bueno ahí les dejo el cap y nada, comenten y subo más :D
NicolleStyles
Re: Caricias del Corazón (Nick y Tu) Adaptación. (terminada)
Que reporteros taaan molestos :S!!
diiosss u.u
uuui nick epaa.. no te pongas agresivo jjajaja
siiguelaa ;)
diiosss u.u
uuui nick epaa.. no te pongas agresivo jjajaja
siiguelaa ;)
maiih* [:
Re: Caricias del Corazón (Nick y Tu) Adaptación. (terminada)
Este capítulo va dedicado a Maiih :)
Cuatro
—Es decir, que la policía no tiene nada —dijo Kevin a la mañana siguiente con una taza de café en las manos. Tenía la pierna mala sobre un taburete y sentaba sentado a la misma mesa en la que habían rezado, comido y peleado cuando eran niños. Lo único diferente era que John Randall ya no se sentaba a la cabecera de aquella mesa cerca de la ventana, donde podía apoyar el codo sobre el alféizar y tomarse un café mientras observaba el inmenso terreno del rancho que tanto amaba.
No era que a Nick le importara, pero, en cierto modo, resultaba extraño que el viejo no estuviera.
—Creo que la policía no tiene ni idea de quién anda detrás de estos ataques...
—Maldita sea...
La ira se reflejó en los ojos de Kevin. Nick comprendió que su hermano mayor estaba maldiciendo en silencio a su pierna rota por obligarlo a permanecer en la casa. Aquello era algo que Kevin era incapaz de soportar. Necesitaba estar al mando, controlarlo todo, tomar decisiones.
—¿Ha tenido alguien noticias de Striker? —gruñó.
—No desde hace un par de días —comentó Nick. Estiró los brazos por encima de su cabeza y bostezó. No había podido descansar bien aquella noche. No había podido dejar de pensar en su hermana y en el hijo de ésta. Tampoco en cierta oficial de policía pelirroja, que parecía decidida a infiltrarse en sus sueños y a mantenerlo despierto por la noche. Cuando se despertó aquella mañana, se había dirigido inmediatamente a la ducha y había abierto el grifo del agua fría para poder borrar todas las imágenes de su pensamiento... y de su cuerpo. No podía entender por qué se sentía tan atraído por ____ Dillinger. Era policía. No exactamente su tipo.
Nick acababa de terminarse su taza de café cuando Juanita entró por la puerta de atrás. El aire frío recorrió toda la estancia y Harold pudo encontrar su lugar favorito sobre la alfombra que había debajo de la mesa. Con gesto ausente, Nick se inclinó sobre el viejo perro y comenzó a rascarlo entre las orejas.
—Dios, hace mucho frío ahí fuera.
—Tienes razón, Juanita —afirmó Nick. Él ya había ido fuera, al granero y a los establos para alimentar a los animales. A continuación, había llamado a Mike Kavanaugh, su vecino, para asegurarse de que todo iba bien en su propio rancho. Mike volvió a preguntarle a Nick si quería venderle el rancho, pero este último se resistió. Había luchado mucho para tener su propio rancho. Además, su estancia en el Flying M era temporal, sólo hasta que las cosas se calmaran, Kevin estuviera completamente recuperado y Randi hubiera salido del hospital. Entonces, se marcharía de Grand Hope y dejaría atrás toda posible fascinación que pudiera sentir por ____ Dillinger.
—Tú mencionaste que Randi estaba escribiendo un libro —le dijo Kevin a Juanita mientras ésta se iba quitando varias capas de abrigos y jerséis.
—Sí —admitió la mujer mientras colgaba las prendas que se quitaba de unos ganchos cerca de la puerta trasera y se atusaba el cabello.
—¿Tú lo viste?
—No.
—¿Pero estás convencida de que existe? —preguntó Nick mientras volvía a llenarse la taza de café.
—Ella me lo aseguró la última vez que estuvo aquí —respondió Juanita. Se sirvió también una taza de café y dio un largo trago. Entonces, dejó su taza sobre la encimera y comenzó a buscar en la alacena—. La señorita Randi estuvo trabajando en ese libro durante muchas horas, sentada en el sofá del salón.
Kevin miró a Nick, que estaba apoyado contra la encimera al lado de la cafetera.
—¿Y dónde está su ordenador portátil?
Juanita soltó un bufido desde las profundidades de la alacena.
—¿Y cómo voy a saberlo yo?
—Tal vez Kurt lo encuentre —le dijo Nick a su hermano.
—Si es tan bueno como Joe dice que es... —comentó Kevin. En aquel momento, Juanita salió de la alacena, se terminó su café, se puso un delantal y se lo ató a la cintura.
—Él descubrió que había habido otro vehículo implicado en el accidente de Randi antes de que lo hiciera la policía —señaló Nick—. Yo apuesto por él.
Justo en aquel momento, mientras Juanita se disponía a empezar a cocinar, las dos gemelas entraron en la cocina. La dura expresión del rostro de Kevin se suavizó inmediatamente cuando las dos niñas aparecieron por la puerta.
—Me estaba preguntando cuando os ibais a despertar vosotras —dijo, con una carcajada.
—¡El bebé estaba llorando! —exclamó Molly arrugando la nariz y colocándose las manos sobre las orejas.
Mindy, que se había sentado sobre el regazo de Kevin, copió a su hermana y se colocó las regordetas manitas a ambos lados de la cabeza. Comenzó a hacer gestos como si hubiera probado algo asqueroso.
—No hacía más que llorar y llorar...
En aquel momento, Danielle entró en la cocina con el pequeño J.R. en brazos. Aún estaba medio adormilada e iba arrastrando los pies por el suelo de la cocina
—Nos hemos levantado —dijo, con un bostezo—, tanto si queremos como si no.
Iba vestida con una bata blanca y unas zapatillas de color rosa. Tenía el cabello revuelto y el rostro sin maquillar, pero irradiaba una belleza serena que le provenía de su interior. Kevin se sentía cautivado. Jamás en un millón de años se habría imaginado Nick que su hermano mayor, el duro y decidido hombre de negocios completamente dedicado a ganar dinero, podría ser capaz de enamorarse y sentar la cabeza. Sin embargo, la doctora y las dos gemelas le habían robado el corazón.
—Yo me ocuparé del bebé —se ofreció Kevin.
Danielle sacudió la cabeza y sonrió.
—Ya tienes las manos llenas —replicó ella señalando las gemelas. Kevin las tenía a las dos sobre el regazo en aquellos momentos.
—Venga, siéntate. Tómate una taza de café. Yo me haré cargo —dijo Nick. Tomó en brazos a su sobrino. Unos ojos muy brillantes lo miraron con cierta alarma—. No te preocupes. Por muy torpe que parezca, no te dejaré caer, aunque, efectivamente, soy un completo idiota en lo que se refiere a los cuidados de un bebé.
—Pues sí que le estás dando confianza —observó Danielle mientras se servía su café—. Eh, chicas, ¿os apetecen unas tortitas?
—¿Con arándanos y sirope de arce? —preguntó Molly.
—Bueno, con sirope de arce, seguro. No sé si hay arándanos.
—En el congelador. Voy a por unas cuantas —dijo Juanita mientras se secaba las manos y entraba en una pequeña habitación al lado de la alacena.
—¿Y tú quieres lo mismo? —le preguntó Danielle a su otra hija. Mindy asintió vigorosamente.
—Zí.
—Muy bien —dijo Kevin.
Nick se preguntó sobre Kevin y su recién adquirida familia. Parecía funcionar a la perfección. Estaba completamente loco por aquellas niñas y por Danielle y se comportaba como si ella fuera la única mujer en todo el planeta para él.
A Nick le costaba creerlo. Durante años, Kevin había evitado el matrimonio como si fuera la peste, a pesar de que muchas mujeres hermosas e inteligentes se habían fijado en él como posible esposo. Él nunca se había sentido interesado y, ciertamente, no se había comprometido. Hasta que llegó Danielle. Entonces, todo había cambiado.
Se acomodó en una silla. No podía culpar a Kevin. Danielle era hermosa, inteligente, ambiciosa y una madre fantástica. Un buen partido.
Sin aviso alguno, la imagen de ____ Dillinger se le coló en el pensamiento. Ella también era muy hermosa... bueno, suponía que lo era si alguna vez se quitaba el uniforme y la actitud de policía. Inteligente, sin duda. Era capaz de valerse por sí misma en la mayoría de las circunstancias, no soportaba a los necios e, incluso de uniforme, era una verdadera belleza. Era una pena que viviera allí, tan lejos de su rancho de Montana... Se quedó atónito. ¿En qué diablos estaba pensando? Ni siquiera estaba cerca de sentar la cabeza y mucho menos con una mujer, una policía, que vivía a cientos de kilómetros de su hogar.
—¿Significa que hay consenso? —preguntó Danielle, mirando a su alrededor—. ¿Tortitas?
Kevin asintió.
—Y beicon y huevos y...
—Colesterol, grasa...
—Exactamente —apostilló Kevin guiñando un ojo. Danielle soltó una carcajada.
—Bueno, está bien. Conozco a un excelente cirujano del corazón por si tenemos un problema.
—¡Entonces, cárgame bien el plato! —exclamó Kevin.
Por primera vez en su vida, Nick sintió envidia. Lo que Kevin compartía con Danielle era algo muy profundo. Verdadero. Con esa clase de vínculo que Nick pensaba que no existía. Su padre y su madre, Larissa, se habían separado cuando Penelope apareció en la vida de John Randall. Él se casó con la joven y volvió a convertirse en padre a los seis meses de la fecha de boda. Desgraciadamente, esa unión también se había deshecho, incapaz de soportar la presión del tiempo.
Observó cómo Kevin iba cojeando por la cocina, le daba un azote en el trasero a su mujer, y la ayudaba a preparar el desayuno a pesar de las protestas de Juanita. El millonario empresario, un donjuán por derecho propio, estaba dando vueltas a unas tortitas como si llevara toda su vida haciéndolo. Nick observó cómo Juanita lo miraba a él y comprobó que ella estaba igualmente sorprendida.
Con el niño en brazos, dejó que la taza de café se le enfriara y miró por la ventana. ¿Y su propia vida? Él jamás había considerado el matrimonio. Le había parecido que era una pérdida de tiempo y, en cuanto a los hijos, le parecía que le faltaba mucho antes de que sintiera la necesidad de convertirse en padre. Cuando decidiera que había llegado el momento, se buscaría una mujer hogareña, que no tuviera profesión, alguien que quisiera vivir en su rancho y a la que le gustara tanto la tierra como a él. Una mujer que quisiera compartir su vida tal y como él deseaba vivirla. Sin embargo, faltaba mucho para eso. Simplemente aún no estaba listo para tener familia.
Miró al bebé que tenía acurrucado entre los brazos y, por primera vez en su vida, cuestionó sus pensamientos.
¿Y si estaba equivocado?
No era que a Nick le importara, pero, en cierto modo, resultaba extraño que el viejo no estuviera.
—Creo que la policía no tiene ni idea de quién anda detrás de estos ataques...
—Maldita sea...
La ira se reflejó en los ojos de Kevin. Nick comprendió que su hermano mayor estaba maldiciendo en silencio a su pierna rota por obligarlo a permanecer en la casa. Aquello era algo que Kevin era incapaz de soportar. Necesitaba estar al mando, controlarlo todo, tomar decisiones.
—¿Ha tenido alguien noticias de Striker? —gruñó.
—No desde hace un par de días —comentó Nick. Estiró los brazos por encima de su cabeza y bostezó. No había podido descansar bien aquella noche. No había podido dejar de pensar en su hermana y en el hijo de ésta. Tampoco en cierta oficial de policía pelirroja, que parecía decidida a infiltrarse en sus sueños y a mantenerlo despierto por la noche. Cuando se despertó aquella mañana, se había dirigido inmediatamente a la ducha y había abierto el grifo del agua fría para poder borrar todas las imágenes de su pensamiento... y de su cuerpo. No podía entender por qué se sentía tan atraído por ____ Dillinger. Era policía. No exactamente su tipo.
Nick acababa de terminarse su taza de café cuando Juanita entró por la puerta de atrás. El aire frío recorrió toda la estancia y Harold pudo encontrar su lugar favorito sobre la alfombra que había debajo de la mesa. Con gesto ausente, Nick se inclinó sobre el viejo perro y comenzó a rascarlo entre las orejas.
—Dios, hace mucho frío ahí fuera.
—Tienes razón, Juanita —afirmó Nick. Él ya había ido fuera, al granero y a los establos para alimentar a los animales. A continuación, había llamado a Mike Kavanaugh, su vecino, para asegurarse de que todo iba bien en su propio rancho. Mike volvió a preguntarle a Nick si quería venderle el rancho, pero este último se resistió. Había luchado mucho para tener su propio rancho. Además, su estancia en el Flying M era temporal, sólo hasta que las cosas se calmaran, Kevin estuviera completamente recuperado y Randi hubiera salido del hospital. Entonces, se marcharía de Grand Hope y dejaría atrás toda posible fascinación que pudiera sentir por ____ Dillinger.
—Tú mencionaste que Randi estaba escribiendo un libro —le dijo Kevin a Juanita mientras ésta se iba quitando varias capas de abrigos y jerséis.
—Sí —admitió la mujer mientras colgaba las prendas que se quitaba de unos ganchos cerca de la puerta trasera y se atusaba el cabello.
—¿Tú lo viste?
—No.
—¿Pero estás convencida de que existe? —preguntó Nick mientras volvía a llenarse la taza de café.
—Ella me lo aseguró la última vez que estuvo aquí —respondió Juanita. Se sirvió también una taza de café y dio un largo trago. Entonces, dejó su taza sobre la encimera y comenzó a buscar en la alacena—. La señorita Randi estuvo trabajando en ese libro durante muchas horas, sentada en el sofá del salón.
Kevin miró a Nick, que estaba apoyado contra la encimera al lado de la cafetera.
—¿Y dónde está su ordenador portátil?
Juanita soltó un bufido desde las profundidades de la alacena.
—¿Y cómo voy a saberlo yo?
—Tal vez Kurt lo encuentre —le dijo Nick a su hermano.
—Si es tan bueno como Joe dice que es... —comentó Kevin. En aquel momento, Juanita salió de la alacena, se terminó su café, se puso un delantal y se lo ató a la cintura.
—Él descubrió que había habido otro vehículo implicado en el accidente de Randi antes de que lo hiciera la policía —señaló Nick—. Yo apuesto por él.
Justo en aquel momento, mientras Juanita se disponía a empezar a cocinar, las dos gemelas entraron en la cocina. La dura expresión del rostro de Kevin se suavizó inmediatamente cuando las dos niñas aparecieron por la puerta.
—Me estaba preguntando cuando os ibais a despertar vosotras —dijo, con una carcajada.
—¡El bebé estaba llorando! —exclamó Molly arrugando la nariz y colocándose las manos sobre las orejas.
Mindy, que se había sentado sobre el regazo de Kevin, copió a su hermana y se colocó las regordetas manitas a ambos lados de la cabeza. Comenzó a hacer gestos como si hubiera probado algo asqueroso.
—No hacía más que llorar y llorar...
En aquel momento, Danielle entró en la cocina con el pequeño J.R. en brazos. Aún estaba medio adormilada e iba arrastrando los pies por el suelo de la cocina
—Nos hemos levantado —dijo, con un bostezo—, tanto si queremos como si no.
Iba vestida con una bata blanca y unas zapatillas de color rosa. Tenía el cabello revuelto y el rostro sin maquillar, pero irradiaba una belleza serena que le provenía de su interior. Kevin se sentía cautivado. Jamás en un millón de años se habría imaginado Nick que su hermano mayor, el duro y decidido hombre de negocios completamente dedicado a ganar dinero, podría ser capaz de enamorarse y sentar la cabeza. Sin embargo, la doctora y las dos gemelas le habían robado el corazón.
—Yo me ocuparé del bebé —se ofreció Kevin.
Danielle sacudió la cabeza y sonrió.
—Ya tienes las manos llenas —replicó ella señalando las gemelas. Kevin las tenía a las dos sobre el regazo en aquellos momentos.
—Venga, siéntate. Tómate una taza de café. Yo me haré cargo —dijo Nick. Tomó en brazos a su sobrino. Unos ojos muy brillantes lo miraron con cierta alarma—. No te preocupes. Por muy torpe que parezca, no te dejaré caer, aunque, efectivamente, soy un completo idiota en lo que se refiere a los cuidados de un bebé.
—Pues sí que le estás dando confianza —observó Danielle mientras se servía su café—. Eh, chicas, ¿os apetecen unas tortitas?
—¿Con arándanos y sirope de arce? —preguntó Molly.
—Bueno, con sirope de arce, seguro. No sé si hay arándanos.
—En el congelador. Voy a por unas cuantas —dijo Juanita mientras se secaba las manos y entraba en una pequeña habitación al lado de la alacena.
—¿Y tú quieres lo mismo? —le preguntó Danielle a su otra hija. Mindy asintió vigorosamente.
—Zí.
—Muy bien —dijo Kevin.
Nick se preguntó sobre Kevin y su recién adquirida familia. Parecía funcionar a la perfección. Estaba completamente loco por aquellas niñas y por Danielle y se comportaba como si ella fuera la única mujer en todo el planeta para él.
A Nick le costaba creerlo. Durante años, Kevin había evitado el matrimonio como si fuera la peste, a pesar de que muchas mujeres hermosas e inteligentes se habían fijado en él como posible esposo. Él nunca se había sentido interesado y, ciertamente, no se había comprometido. Hasta que llegó Danielle. Entonces, todo había cambiado.
Se acomodó en una silla. No podía culpar a Kevin. Danielle era hermosa, inteligente, ambiciosa y una madre fantástica. Un buen partido.
Sin aviso alguno, la imagen de ____ Dillinger se le coló en el pensamiento. Ella también era muy hermosa... bueno, suponía que lo era si alguna vez se quitaba el uniforme y la actitud de policía. Inteligente, sin duda. Era capaz de valerse por sí misma en la mayoría de las circunstancias, no soportaba a los necios e, incluso de uniforme, era una verdadera belleza. Era una pena que viviera allí, tan lejos de su rancho de Montana... Se quedó atónito. ¿En qué diablos estaba pensando? Ni siquiera estaba cerca de sentar la cabeza y mucho menos con una mujer, una policía, que vivía a cientos de kilómetros de su hogar.
—¿Significa que hay consenso? —preguntó Danielle, mirando a su alrededor—. ¿Tortitas?
Kevin asintió.
—Y beicon y huevos y...
—Colesterol, grasa...
—Exactamente —apostilló Kevin guiñando un ojo. Danielle soltó una carcajada.
—Bueno, está bien. Conozco a un excelente cirujano del corazón por si tenemos un problema.
—¡Entonces, cárgame bien el plato! —exclamó Kevin.
Por primera vez en su vida, Nick sintió envidia. Lo que Kevin compartía con Danielle era algo muy profundo. Verdadero. Con esa clase de vínculo que Nick pensaba que no existía. Su padre y su madre, Larissa, se habían separado cuando Penelope apareció en la vida de John Randall. Él se casó con la joven y volvió a convertirse en padre a los seis meses de la fecha de boda. Desgraciadamente, esa unión también se había deshecho, incapaz de soportar la presión del tiempo.
Observó cómo Kevin iba cojeando por la cocina, le daba un azote en el trasero a su mujer, y la ayudaba a preparar el desayuno a pesar de las protestas de Juanita. El millonario empresario, un donjuán por derecho propio, estaba dando vueltas a unas tortitas como si llevara toda su vida haciéndolo. Nick observó cómo Juanita lo miraba a él y comprobó que ella estaba igualmente sorprendida.
Con el niño en brazos, dejó que la taza de café se le enfriara y miró por la ventana. ¿Y su propia vida? Él jamás había considerado el matrimonio. Le había parecido que era una pérdida de tiempo y, en cuanto a los hijos, le parecía que le faltaba mucho antes de que sintiera la necesidad de convertirse en padre. Cuando decidiera que había llegado el momento, se buscaría una mujer hogareña, que no tuviera profesión, alguien que quisiera vivir en su rancho y a la que le gustara tanto la tierra como a él. Una mujer que quisiera compartir su vida tal y como él deseaba vivirla. Sin embargo, faltaba mucho para eso. Simplemente aún no estaba listo para tener familia.
Miró al bebé que tenía acurrucado entre los brazos y, por primera vez en su vida, cuestionó sus pensamientos.
¿Y si estaba equivocado?
NicolleStyles
Re: Caricias del Corazón (Nick y Tu) Adaptación. (terminada)
Awwwwww Gracias por dedicarme el cap :B!!
Jajaja me imagino asi a kev dandole vueltas a las tortitas jaja que tierno..
Siiguelaa :P
Jajaja me imagino asi a kev dandole vueltas a las tortitas jaja que tierno..
Siiguelaa :P
maiih* [:
Re: Caricias del Corazón (Nick y Tu) Adaptación. (terminada)
Más tierno kev & Danielle. En Fin, hermoso el cap, quiero leer más, me estoy volviendo adicta x)
Invitado
Invitado
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