Remember that Summer [HarryStyles]

Inspiro con profundidad mientras me pregunto cómo fue que me metí en este lío. Digo, conozco a Zayn hacía aproximadamente un mes y Luna ya quiere que sea su padrino de bodas, como si el moreno y yo nos lleváramos de maravillas. ¿Por qué no Niall? Incluso Louis sería mejor padrino que yo, es más sociable y ha hablado numerosas veces con Zayn; no son mejores amigos, pero se llevan bastante bien.

Esto fue idea de Luna, estoy seguro que sí, ¿Quién más podría llegar a meterle a la cabeza a dos personas de perfil bajo y tranquilo como de Ella y Zayn? Lógico, una mente insistente y risueña de Luna. Solo espero que esto no sea una indirecta que quiere casarse. No es que no me gustaría casarme con ella, pero… de solo pensar que estaré en el altar con solo veintidós años de edad y Luna recién graduada de la secundaria, me hace pensar que soy capaz de rogarle a Liam para que me golpee.

Los casamientos son un compromiso para toda la vida, ¿Por qué estos pendejos se lo toman tan a la ligera? ¿Qué no piensan en los próximos cinco años? ¿O en un año incluso? Podrían estar divorciándose, podrían ser padres a temprana edad y perderse miles de cosas solo por cuidar a un niño. ¿Por qué las personas son tan inmaduras y ciegas por el amor? Comprendo que se dejen llevar por sus impulsos, pero hay que ser idiota para enamorarse, casarse y no tener en cuenta todo lo que se vendrá encima.

Me coloco al costado de Zayn, quien no deja de mover su pie derecho, creando un círculo en la arena; me pone nervioso su gesto, incluso esta puta situación me pone tan inquieto que creo que soy yo quien va a casarse. Oh Dios, por favor, que ese día tarde en llegar o voy a volverme loco.

Louis y Niall pusieron una tienda blanca para que Luna ayude a preparar a Ella en su gran día; han estado allí al menos dos horas y estamos como idiotas, esperando a la novia y la dama de honor. ¿Por qué se tardan tanto las mujeres en cambiarse? ¿Qué no ven que el pobre chico está muriéndose de los nervios y me los contagia? El cura también parece bastante aburrido y comienza a jugar con Louis y Niall a las cartas, riéndose entre ellos y apostando. ¿Qué no era pecado apostar? El mundo cada vez se vuelve más loco.

Finalmente, después de una eternidad, Luna sale de la tienda con un hermoso vestido color celeste claro, ajustando su pecho y suelto desde su cintura; su cabello castaño se deja danzar en el viento mientras sus ojos azules-verdes se encuentran con los míos; como si fuera automático, curva una sonrisa al mismo tiempo que yo lo hago. Esta hermosa, muy hermosa. Incluso para mi opacara a Ella, sea como este vestida. Es difícil superar a Luna con lo perfecta que es para mí.

La sonrisa que hace segundos tenía, desaparece mientras observa el desastre que hacen Niall y Louis, el cura también está incluido. Se acerca con pasos largos, fulminando con la mirada a los tres.

- Parece que Luna se enojó – dice Zayn, divertido por la situación.

- Cállate, va a regañarnos por no hacer nada – le susurro, seguro de mis palabras.

- ¡¿Qué creen que hacen, idiotas?! –vocifera con enojo. - ¡Padre Antonio! ¿Qué significa esto?

- Es una apuesta, tonta, ¿no te das cuenta? Le aposte que no se atrevía a quitarle el corpiño a… ¡auch, Luna! – exclama Niall, levantándose mientras Luna lo golpea con su sandalia.

Zayn y yo nos echamos a reír por el regaño que le está dando Luna a los chicos, mis palabras no dan crédito al rostro del sacerdote, incluso creo que esta por echarse a correr de la castaña. Paramos de reírnos cuando Luna nos dirige una mirada fulminante.

- ¿La novia ya va a salir? – carraspeo, tragándome las ganas de reír.

- En un minuto, y los quiero a todos listos – contesta, examina con la mirada uno por uno y se va su posición. - ¿Sabes cuál tocar, Niall?

El rubio asiente repetidas veces, veo que se ha quedado asustado por lo torpe que se vuelve al tomar su guitarra; se acomoda y comienza a tocar las cuerdas cuando Luna le da la señal con la cabeza. La canción se me hace malditamente familiar, busco la mirada de Luna, preguntándole con ella si es la que me pregunto hace dos días atrás.

- ¿Cuál canción sería perfecta para ti? – dijo Luna, estaba recostada en mi regazo mientras tomábamos sol en la playa.

- ¿Perfecta para qué? – inquirí, confundido.

- ¿Una canción que me dedicarías a mí? – contesto, sus mejillas se ruborizaron – Ósea, es que…

Pensé en decirle una de Green Day, pero temía que pasara lo mismo que paso como cuando escucho “Whatsername”. Había rebuscado en mi mente una linda canción para ella, preguntándome cual sería perfecta; de pronto, recordé una que a mama le gustaba mucho y solía cantármela cuando era niño.

- Somewhere only we know.

Reproduzco la canción en mi mente, aun mirando directamente a sus ojos. Noto que Ella ha llegado y ambos nos hemos perdido su gran entrada, entretenidos el uno con el otro. Luna sostiene el ramo de rosas que su amiga le ha dado, oculta su sonrisa con el ramo y le guiño un ojo, haciéndola soltar una risita silenciosa; sonrió también, inevitablemente contagiándome de su gesto.

Niall sigue tocando, el cura comienza a darle su bendición, Louis llora como idiota, Zayn y Ella no dejan de sonreír y tampoco lo hacemos Luna y yo. Finalmente, le doy los anillos al moreno y este da sus botos, Ella hace lo mismo entre sollozos de alegría y le coloca el anillo a su novio. El cura les permite besarse, con alegría acatan las órdenes y se vuelven marido y mujer ante los ojos de Dios.

Luna grita igual que Louis, tirando granos de arroz para los novios; me limito a aplaudir, sintiéndome extrañado por unirme a la celebración; sigo sin estar de acuerdo y tardare demasiado en estarlo alguna vez.

- Espero que sean felices – digo con timidez. Los recién casados me agradecen – Recuerden que ahora sus vidas estarán atadas por Dios y toda esa mierda. Zayn, quizás quieras golpear y asesinar a Ella, pero es común que la mujeres se pongan estúpidas con su siglo menstrual y…

- ¡Harry Styles! – me regaña Luna, golpeándome ligeramente la cabeza.

- Amala como nunca amaste a alguien – completo finalmente, no era lo que quería decir, pero Luna me castrara si sigo diciendo estupideces.

- Gracias, Harry, eres muy dulce – dice Ella, se acerca y me da un corto beso en la mejilla, dejándome perplejo – Luna tiene suerte de encontrar un chico como tú, ¿no crees, cariño? – pregunta a su novio mientras lo abraza y le regala una gran sonrisa.

- Si, tienes razón – sonríe este. Me da unas palmadas en el hombro – Gracias por hacer de padrino, Harry, mis amigos ni siquiera saben lo que planeaba hacer.

Asiento con la cabeza, diciéndole que no hay ningún problema y cuando quiera. Luna vuelve a golpearme en la cabeza, diciéndome que Zayn no volverá a tener otro matrimonio; la pareja recién casada se echa a reír por los regaños de mi novia y solo puedo limitarme a quedarme callado; una palabra equivocada y Luna me castra. Adiós heredero, adiós herencia, adiós Hoteles Styles.

- ¡Vamos a la playa, hay una fiesta! – grita Louis, subiéndose a la minibús de Luna.

- ¡Espera! ¡Tengo que tirar el ramo! – exclama Ella, haciendo que todos abramos los ojos de golpe.

La castaña se coloca arriba de una piedra y se da vuelta, preparada para tirar el ramo; Luna y Louis se colocan detrás de ella, esperando ansiosos de recibir el ramo, Niall y yo hacemos de relleno, lo único que espero es no tener que agarrar esa mierda ni tampoco lo haga Luna. De solo pensarlo se me cierra la garganta. ¿Acaso me obligara a casarme con ella si la suerte está de su lado? ¿Va a dejarme y a conseguirse a otro tipo? ¿Y qué paso con su sueño de ser bióloga?

- Uno – canturrea.

<< Por favor, por favor que no lo agarre >> le ruego al señor.

- Dos - Ella se prepara, levanta en alto sus brazos.

<< Por favor, por lo que más quieras >> ruego una vez más, rascando mis brazos por el nerviosismo y la desesperación ¡Que lance el maldito ramo!

- ¡Tres! – exclama y tira el ramo bien alto.

Niall y yo nos hacemos para atrás, viendo la pelea entre Louis y Luna por tomar el ramo, se tiran en el piso y comienzan a empujarse y a golpearse entre sí para tener el poder. Quiero gritar mi apoyo hacia mi amigo, pero temo que la castaña me deje algún hueso roto si me atrevo a hacerlo.

Segundos más tarde, es Louis quien levanta el ramo hacia arriba. Dejo escapar el suspiro de alivio y capto que Niall me mira divertido, seguramente adivino mis pensamientos.

- ¡Gane, gane! ¡Voy a casarme! – exclama el castaño, contento por su victoria. Pero su sonrisa se desvanece, como si diera cuenta de algo - ¡Oh Dios mío, Harry! ¡Voy a casarme! ¡¿Qué voy a hacer ahora?!

- Te pasa por estúpido – replica Luna, empujándolo – Yo quería el ramo de rosas.

- Chimuela, Harry no te pedirá matrimonio hasta que tengas unos treinta años, no sé porque te quejas – repone Louis, sonriéndole socarronamente.

- ¿Quién dijo que era Harry con quien pensaba casarme? Yo decía algo así como un Tony Stark o Capitán América.

La miro con los ojos entrecerrados, ¿está hablando enserio? Soy mucho mejor que ese Tony Stark o Capitán América, personajes ficticios y sin nada de atractivo ¿Por qué iba a querer casarse con ellos? Stark es un mujeriego y en cuanto al Capitán América, no creo que quiera que La Viuda Negra asesine a Luna por meterse con su futuro marido.

- Estoy bromeando, tonto – se acerca hasta a mí y enrolla sus brazos en mi cuello – Me casaría con alguno de los dos, sí, pero si solo tú me dejaras de querer.

Sonrió en grande, haciendo omiso a las burlas de Niall y Louis; una mirada fulminante le es suficiente como para que dejen de molestarme, Zayn y Ella comienzan a apurarlos para que se suban al minibús. Volviendo hacia Luna, la rodeo con mis brazos y la estrecho hacia a mí con rapidez, haciendo que soltara una risita.

- Yo jamás te dejare de quererte – le confieso, nuestras narices están rozándose y sus labios están tan cerca de los míos.

- ¿Me lo prometes?

- Te lo juro, Luna.

Y esa es la única promesa que no pienso romper jamás.

Horas más tarde.

- Harry, voy a caerme y tú serás el único culpable, ¿Me escuchaste?

- Confía en mí.

Después de la fiesta en la playa, ayude a Zayn a armar su bolso y Luna ayudo a Ella, se irían a pasar su luna de miel en Australia, un lugar seguro y lejos donde estaban seguros que no los buscarían. Al parecer tenían todo planeado porque incluso tenían demasiado dinero en sus tarjetas de crédito y podían vivir de ello durante los próximos dos años. La sorpresa de todo fue el regalo de bodas que Luna le hizo – uno aparte después de todo lo que había echo por ellos -, y fue el millón de dólares que había ganado en el casino. Ella los había rechazado al igual que Zayn, pero Luna insistió en que era su regalo de boda y seria de muy mala educación rechazarlo. Finalmente, Ella se echó a llorar y se despidió de su mejor amiga, agradeciéndole por todo y prometiendo que estarían en contacto.

Yo solo espero ver la cara de Runa y Liam cuando se enteren que su queridísimo cuñado se ha casado con la mejor amiga de su hermana. De solo pensar en la expresión de ambos me hace sonreír como el gato de Alicia, puede que sea algo malvado, pero solo quiero disfrutar un poco.

En cuanto a Luna y a mí, tengo una sorpresa para ella después de este día; pensé que necesitamos pasar más tiempo antes que termine el verano, y realmente no quiero perder la oportunidad de pasar tiempo con ella.

- Harry, quiero ver – insistió. Tiene los ojos vendados y sostengo su mano, guiándola.

- Solo unos pasos más – sonrió ante su bufido – Listo, quítate la venda.

- Tú la pusiste genio, tú la quitas – dice divertida. Sonrió y camino hasta detrás de ella, desatando el nudo con calma. – Dios Harry, ¿tu hiciste todo esto?

Luna observa maravillada la carpa que he armado esta tarde, también la fogata y los troncos cerca para sentarnos. Nunca antes habíamos hecho una fogata, pienso que es el momento de tenerla, de tener nuevos recuerdos y disfrutar más la compañía del otro. La guio tomando su mano hasta el borde, donde está la ciudad de Las Bahamas iluminada, todo aquí se ve de miniatura, pero se la vista que nos presta es perfecta para ambos.

Abrazo a la castaña por detrás y la estrecho con cariño, apoyando mi cabeza en su hombro. No puedo verla, pero estoy seguro que está sonriendo con alegría.

- Es perfecto – susurra y mi corazón salta de alegría por haber logrado mi objetivo.

- También tenemos malvaviscos, ¿Qué te parece?

- Es perfecto – repite, esta vez gira su cabeza para mirarme. Esta feliz, sus ojos demuestran ese brillo especial – Gracias, Hazza. ¿No te molesta que te diga así?

- De tu parte no, de Louis suena raro – bromeo, ella suelta una risita – Vamos, tenemos toda una noche por delante.

En las próximas horas nos pasamos hablando y colocando en el fuego los malvaviscos gracias a unas ramas, Luna cuenta sobre su secundaria y todas las cosas que ha vivido y me he perdido; le cuento también mi trabajo en los Hoteles y que pronto tendré que tomar el control de todo, volviéndome responsable de toda la cadena de hoteles. Evito hablarle de Josh y de mi padre, pero es tan insistente que no me queda de otra contarle sobre ellos, la relación con cada uno.

A veces solo me gustaría creer que mi madre no ha muerto de cáncer y que despertare escuchando su voz cantarina y los regaños hacia mi hermano y mi padre; siempre fue una mujer que no se podía pasar por alto, una sonrisa plasmada en su rostro y la alegría rebalsando de su alma. Luna me recuerda mucho a ella y, cuando se lo menciono, no evita sonreír aún más.

- ¿De verdad? – asiento con la cabeza - ¿Y tu madre tenía tus ojos?

- Sí, es lo único a lo que me parezco a ella.

- Estoy segura que ella estaría muy orgullosa del hijo que tiene.

Siento algo estrujarse en mi interior; la culpa comienza a carcomerme. Si mi madre supiera lo que le he hecho a Luna. Si ella lo supiera. No culparía a las dos por odiarme.

- ¿Quién sabe? Mama nunca fue una mujer que perdonara los errores, y yo he cometido bastantes.

- Todos cometemos errores, Harry. Somos humanos y es nuestra naturaleza – replica, aun sosteniendo la sonrisa en su rostro – Ella sabía lo especial que eras.

- ¿Especial? – frunzo el ceño, confundido.

- Todo el mundo es especial a su manera y también para otras personas – sus mejillas se sonrojan y miran hacia la fogata – Eres especial para mí, Hazza.

Sonrió y paso un brazo por sus hombros, atrayéndola hacia a mí y dándole un corto beso en la cabeza. Ella se inclina y recuesta su cabeza en pecho, con su mano da vuelta la rama para seguir derritiendo el malvavisco y con la otra toma mi mano libre, enredándola en la suya.

- ¿Sabes? – dice, rompiendo el silencio – Contigo es con quien no tengo que fingir que estoy bien. Tú me haces bien.

Vuelvo a fruncir el ceño, experimento la curiosidad, la preocupación y la desesperación de saber porque finge estar bien, Luna siempre fue una chica muy alegre y simpática. ¿Por qué ha de fingir?

- ¿Puedes… explicarte mejor? – inquiero, trato de tragarme el nudo que se ha formado en mi garganta.

- ¿Recuerdas cuando estábamos en la carretera y empecé a llorar porque escuche una canción? – asiento, esperando a que prosiga – Tuve un accidente hace tres años, me provoco amanecía y, por mucho que me he esforzado, nunca logro recordar un año completo. El doctor dice que he suprimido esa parte de mi vida porque aún no estoy lista para enfrentarla, sin embargo, sigo intrigada por todo lo sucedido. Runa no quiere decirme nada y Liam tampoco; papá no tiene la menor idea y tampoco quiero preocuparlo, pero…

- ¿Pero? – insisto, la desesperación me esta carcomiendo y se me es inevitable abrir y cerrar los ojos.

- Pero siempre me siento triste y vacía, ¿entiendes? – se aleja un poco de mí, buscando mis ojos – Es como si siempre me hiciera falta alguien, no algo, sino una persona. Pensé que era porque aun sufría la muerte de mi madre, pero no creo que sea eso. Y…- su voz se rompe, fuerza para no echarse a llorar pero suelta pequeñas lagrimas – y no sé qué es, solo sé que lo necesito como si mi vida dependiera de ello. Me duele mucho, todos los días me despierto pensando que será aquello que tanto deseo, pero al final del día siempre quiero llorar porque no lo encuentro.

La estrecho más contra mí, dejando que llore sobre mi hombro y tenga mi contención. Mis propias lágrimas golpean en mis ojos, ansiando ser derramadas por mis mejillas; me retengo, soy un hombre y no tengo que llorar, no debo llorar por algo tan… tan estúpido; pero ¿realmente es estúpido sufrir porque le he causado dolor a quien amo? ¿Estoy siendo yo el estúpido o, simplemente, más mierda de lo que ya soy?

¿Por qué no devolví las cartas? ¿Por qué no conteste las llamadas o los e-mails? ¿Por qué la borre tanto de mi vida si sabía que volvería a ella tarde o temprano? Siempre supe que mi propia destrucción sería yo mismo, solo que no imagine que destruiría a otros en el camino.

- Tranquila, estoy aquí – le susurro, suelto la rama y acaricio su espalda. – No llores, Luna.

Bajo la cabeza y busco sus labios, encontrándolos y besándolos con su consentimiento. Una de mis manos se coloca en su nuca, atrayéndola más hacia a mi e intensificando el beso; ella repite mi gesto, solo que con su dos manos y se estrecha más hacia a mí. La siento estremecerse cuando comienzo acariciar su espalda, también siento su amor, su dulzura y la emoción por este momento.

Suelta un gemido cuando tomo su labio inferior entre mis dientes y lo estiro con suavidad, logrando que sus manos vayan a mi pecho y comience a desabotonar mi camisa. La excitación sube y ya no es un beso inocente, sino que el ambiente entre nosotros arde, tanto que ni el agua más fría podría apagarnos.

Se separa abruptamente, dejándome un poco atontando y confundido. Se ve bastante nerviosa y parece querer decir algo, solo que no sabe cómo.

- Quiero que me hagas el amor, Harry.

No puede estar diciéndome enserio, no puede hacerlo, ¿verdad? ¿Pero de que me voy a sorprender? Le hice el amor cuando solo tenía catorce años y fue por su decisión propia. Santa mierda, ¿Por qué no me metieron en prisión cuando lo hice? ¿Por qué no fui buen chico y me entregue solito? Sería mucho mejor que a vivir este momento tan incómodo. Lo peor es que estoy a un solo paso de tirar mi cordura a la mierda y hacerla mía todas las veces que quiera. Joder, ¿Por qué me enamore de una chica tan decidida y terca?

- Luna, yo…

- Sé que es un poco precipitado y que quizás hayas estado con mil mujeres mejor que yo, pero realmente quiero hacerlo – niego con la cabeza, intento separarme de ella pero no me lo permite, toma mi cabeza entre sus manos, haciendo que la mire directo a los ojos – Eres con el único que me siento completa, y me importa una mierda si crees que parezco desesperada porque lo hagamos, pero solo quiero estar contigo, Harry.

- Estás conmigo, Luna, pero…

- Pero no de esa manera – interrumpe nuevamente, sus ojos me insisten, me pierden y mis hormonas revolotean – Querías que esta noche fuera especial para los dos, yo también lo quiero. Te quiero y en verdad quiero que esto suceda.

Pienso en volver a negarme, pero por otra parte también deseo hacerle el amor. Me he acostado con otras mujeres después de Luna, sí, pero era un sexo vacío e insatisfactorio, ni siquiera podía llegar al orgasmo de una buena vez y me aburría en poco tiempo. Y ahora está frente a mí la oportunidad de sentir el amor y el placer, entregarme y tomarla al mismo tiempo. Tengo miedo, tengo miedo de hacerla mía y no volver a separarme de ella nunca.

- Si es por los condones, traje el bolso de Ella y me lleve la sorpresa que tenía varios de ellos – levanta las manos al aire, como si se librara de toda culpa.

Me echo a reír sin evitarlo, ella sonríe mientras me observa y aprovecha para volver a acercarse a mí. La envuelvo en mis brazos y la beso con dulzura, negándome a besarla de la manera en que ella quiere. Voy a hacerle el amor, no a tener sexo con ella.

Rompo el beso, se molesta ante ello y está por replicar, pero con tomarle la mano y tirando de ella, se da cuenta que no debe decir nada más. Las palabras han de sobrar una vez que nuestras decisiones ya están tomadas. Ella quiere ser mía, yo quiero ser suyo. Ya no hay nada de qué dudar ni nada de que arrepentirse cuando ambos queremos esto.

Se me es inevitable recordar una frase mientras la beso y la despojo de toda pendra que tenga, besar y acariciar su cuerpo desnudo me recuerda a cada palabra y letra de la frase.

- No hay como dos imbéciles que saben hacer bien el amor. – digo entre jadeos, escuchando nuestras respiraciones agitadas y aun sintiendo las caricias en mi piel.

- No pudiste haberlo dicho mejor, Styles.

Y la noche no pudo haber sido más maravillosa después de cuatro años sin ella.