Remember that Summer [HarryStyles]

Todos aplauden de manera eufórica en cuanto Niall, actuando de Danny Zuko, sale al escenario junto con unos chicos más para cantar una canción sobre un auto. Luna me ha hecho ver tantas veces esa película estos últimos días que ya casi se me la letra de memoria y el estúpido sonido revoloteando en mi mente. No sé porque pensaba que no haría un excelente papel como Sandy, hasta ahora lo ha hecho prefecto y va a obtener una buena crítica.

La forma en que me siento es incomoda, sé que las miradas fulminantes y matadoras de Runa y Liam están a mis espaldas, dispuestos a sacarme a patadas lo más rápido posible, pero no lo han hecho debido a que están con mi padre y el suyo; no creo que querrán hacer un espectáculo en frente de Des y menos de Geoff. Por ahora, estoy seguro junto con Louis, quien no para de mover los labios y la cabeza en sintonía de la música.

Bostezo en grande, recordando lo mal que dormí anoche por las pesadillas que tuve, en todas ellas remarcaba mi huida y Luna, siendo una niña de apenas catorce años, destrozada por completo. Si tan solo pudiera volver el tiempo atrás, quizás, me hubiese quedado y nada de esto estaría pasado; puede que Luna y yo seguiríamos juntos y estaríamos bien. Quizás, viviría en Florida o estaríamos en Inglaterra.

Es increíble como una decisión que tome con impulso y terquedad puede cambiar tanto las cosas. Con tres meses, Luna y yo nos conocíamos perfectamente, incluso podría llegar a jurar que ella no creyó que yo volvería, pero habría tenido confianza en mí hasta que vio como pasaba el último día de vacaciones y no estaba junto a ella. Estoy seguro que es así. Luna me comprendía muchísimo, aún lo hace cuando mis actitudes son algo bruscas al igual que mis palabras; sin embargo, ella no puede merecerse alguien como yo.

¿Qué voy a hacer? ¿La dejo de nuevo o me quedo? ¿Recordara todo algún día? Estas tres preguntas me mantienen alterado todo el tiempo, mi padre depende de mí igual que los empleados de los hoteles, no puedo dejarlo tirado y menos ahora. Nací para esto, ¿entonces, porque me estoy desviando tanto? ¿Por qué no puedo dejarla, tomarme un avión y tomar mi puesto? ¿Por qué a cualquier mujer y a ella no?

Soy tan estúpido, tanto que hago preguntas cuando ya se las respuestas. Pienso que es mejor que torturarme con dudas que jamás serán respondidas, o por lo menos, sin que yo haga algo para encontrarlas; hay algunas que no deseo encontrar ni siquiera pensar que podrían existir, ya que si lo hacen, Luna solo podrá odiarme.
Los aplausos fuertes de Louis me hacen volver a la realidad, lo imito para que no piensen que no me ha gustado la presentación por más allá que no la haya visto.

- Qué bien que canta Niall y el otro muchacho, son geniales – comenta el castaño.

- Si, realmente buenos – murmuro un tanto inseguro.

- ¿Viste cuando bajo Niall desde arriba y…?

- No vi nada, Louis – digo con sinceridad, interrumpiéndolo – Estuve un poco distraído.

- Estas así últimamente – dice en un tono preocupado – Ya casi se terminan las vacaciones.

- Un mes – le contradigo.

- Harry, nos vamos en dos semanas, ¿no te lo dijo tu padre?

Miro a mi amigo sin entender nada y niego la cabeza con negación, ¿decirme que? ¿Qué nos lo dijo iríamos dentro de poco tiempo? ¿Se lo dijo a Louis y a mí no? No sé qué tiene en la cabeza Des, pero debió decirme porque no soy adivino ni tampoco leo su mente como para saber sus planes. Además, tampoco quiero irme, no ahora que puedo aprovechar pasar tiempo con Luna, luego me iré y… ¿enserio me iré o lo digo porque si? Ni siquiera puedo pensar en irme en dos semanas y no creo que en un mes pueda hacerlo ¿O realmente podre? ¿Enserio volveré a dejarla otra vez?

El estrangulamiento de mi garganta casi no me permite tragar, mis ojos pican y mis dientes están siendo apretados con fuerza para no echarme a llorar; no puedo hacerlo, mi orgullo y dignidad como hombre estén juego si me pongo a llorar ahora.

- Oh, Harry – escucho reír a Louis a mi lado y volteo a verlo – No mates al chico con la mirada, es solo actuación – apunta hacia el escenario y miro hacia la dirección.

El solo ver a un rubio-que no es Niall- tomar la mano de Luna mientras están sentados en la mesa, hace que comience a arder en furia. Hijo de la gran perra, ¿Por qué está tocándola? ¿Es necesario que tome su mano cuando se da a entender que Sandy y el chico están en una cita? Es como si el mundo quisiera torturarme al poner a mi novia sobre un escenario con alguien que yo sea yo.

Estoy casi sintiendo la urgencia que Niall aparezca y le quite al chico a Luna, por suerte esta se levanta y finge colocar música en un tocadiscos. Suspiro con alivio y sé que hasta el final no tendré que ocuparme por escenas románticas, o bueno, mejor dicho hasta la escena donde están en el cine al aire libre. Creo que tendré que irme en ese momento, no voy a soportar y matare a Niall.

Más tarde.

El peor momento ha llegado y yo me refugie en el baño antes de cometer un homicidio. Al menos, Louis se ha quedado y si Luna pregunta por mí, él se lo dirá. Espero que entienda con lo celoso y posesivo que soy, no quiero que se moleste.
Termino de lavar mi cara con agua fría y se escucha que alguien abre la puerta para cerrarla con brusquedad; miro al frente y veo el semblante de Des, con sus ojos entrecerrados e interrogativos.

- Creí que habías venido a ver a tu novia, no a estar aquí – dice en un tono de reproche.

- Eso hago, que me vaya un momento no significa que me escapare esta noche.

- ¿Esta noche?

- No tomes mis palabras y las conviertas en perfectas escusas para hundirme – espero con molestia. Giro sobre mis talones y quedo enfrentado con él. – Y dime porque no me dijiste que nos íbamos en dos semanas.

Des suspira; se nota un tanto adensase y cansado, las mismas ojeras y sus arrugas muestran cuan esfuerzo ha hecho por años y ahora solo quiere descansar; aun así, no puede tomar una decisión sin consultarme cuando sabe las consecuencias de mis reacciones: pueden ser violentas y bruscas.

- Pensé que Louis lo haría…

- Louis no es mi padre.

- Tenemos que irnos antes de que enserio empieces a sentir cosas por Luna Payne– explica y coloca sus brazos en cruzado – Si juegas con fuego te quemas.

- ¿Y quién te dijo que yo estaba jugando? – aprieto con fuerza mis dientes y mis manos que se convierten en puños - No es un juego, ¿no te queda claro que en verdad yo… yo…? ¡Mierda!

Sin poder aguantarme, golpeo con fuerza la pared haciendo retornar el sonido; no creo que llegue hasta afuera, pero si se escuchó perfectamente aquí. Des me mira de forma impresionada, lo ignoro y camino de un lugar al otro maldiciéndole y también a mí porque ahora me duele como mil demonios mi puta mano. ¿Qué caso no pude golpear a la puerta? Quizás, así no me hubiera roto la mano como la debo tener ahora. Mierda, me duele, pero no puedo irme y menos ahora.

Dejo a Des solo en el baño, me aguanto el dolor y sigo observando el espectáculo donde esta Luna, una sonrisa se desliza en su bello rostro y le devuelvo el gesto, sintiendo el cosquilleo por dentro.

Mi padre y todos los demás pueden pensar lo que quieran, sé que en verdad quiero a Luna y, en este momento, ella también lo sabe.

Una hora después

El final llega y aparece Luna con un increíble conjunto negro y ajustado, remarcando su figura. Se ve increíblemente sexy y hermosa con el maquillaje y el peinado que le han hecho. Todos aplauden ante su llegada y comienzan a sonar los primeros acordes de You ’re the One that I want, la voz de Niall suena seguida por una coreografía que Luna y todos los demás siguen.

Luna se luce por completo en el escenario, Niall también pero nadie puede comprarse con ella; su voz es preciosa al igual que sus movimientos completos de gracia y elegancia. Su voz es dulce y bien afinada, desearía poder grabarla y dormir junto a ella todas las noches de mi vida, sentirla a mi lado y jamás dejarla ir. Actúa tan bien, quizás le falta mejorar en algunos aspectos, pero me encanta sus expresiones ajenas a la de ella, la manera en que se expresa mediante los gestos de su cuerpo.

Por lo menos, sé que si me iré dentro de dos semanas o un mes, me llevo otro recuerdo tan valioso y precioso como este lo es. Luna ha hecho que este verano fuera tan bueno o más como el otro que compartimos, me gustaría volver a empezarlo para disfrutarlo aún más, buscar más motivos para verla y disfrutar su compañía, brindarle más amor del que le he dado. Ella se lo merece, se merece todo.

Horas después.

El local de Niall es un caos tremendo, todos festejan el éxito que tuvo en toda la isla la presentación y beben como si fuera San Patricio en Irlanda; no hay fondo ni siquiera para Liam que balbucea palabras sobre lo hermosa y dulce hermana que tiene, incluso me dio un abrazo diciéndome que era un hijo de perra. Al menos, su novia Tracy lo golpeara mañana por el espectáculo que está haciendo. Que vergonzoso.

Runa y Louis han estado pegoteados toda la noche, Ella y Zayn se han desaparecido fingiendo una descomposición de parte de esta, por lo que se marcharon hacia el hotel. Suertudos.

Soy el único idiota que no está con su pareja porque ella está siendo alabada por cientos de personas que jamás ha visto, quizás, en toda su vida. Me molesta no poder siquiera felicitarla cuando están todos arriba de Luna, odio que estén tan cerca, abrazándola y tomando de sus manos; algunos incluso le susurran halagos en el oído y, mierda, voy a golpearlos en cualquier momento. Debo agradecer que Des o Josh estén aquí para reírse de mi desgracia.

Me canso de esperar, tomo la poca bebida con alcohol que hay en mi vaso y me decido ir. Paso inadvertido por los adolescentes y universitarios revoloteando y entusiasmados con la bebida, salgo del local y me dispongo a mandarle un mensaje a Louis avisándole de mi marcha. Espero que él al menos la pase bien con Runa, o que este lo golpee; de cualquier forma, me sentiré feliz.

Aflojo la estúpida corbata que tengo en mi cuello y la guardo en los bolsillos de mi saco. Saco un paquete de cigarrillos que he guardado escondido y comienzo a dar caladas mientras camino con más rapidez y rigidez, tan solo esperando llegar por fin al hotel y quitarme toda la ropa que tengo encima; el calor es insoportable y no me creo aguantar tanto con esto.

Llego al hotel y voy directamente a las escaleras, no voy a tomarme el ascensor cuando tarda demasiado y logra desesperarme por el tiempo que desperdició en una espera en vano. Llego al piso siete y abro la puerta de la suite, decidiendo que un baño no me haría para nada mal y lo necesitaría urgente; estoy todo sudado por pasarme de traje toda la tarde encerrado un pequeño teatro y luego esperar una hora a que Luna me registrara aunque sea una vez.

Sé que soy egoísta, posesivo y celoso pero quería al menos entregarle el ramo de rosas que le compre, no que un asistente me lo arrebatara de las manos y corriera antes que pudiera replicar algo. Juro que si veo a ese renacuajo se retorcerá de dolor entre mis manos.

Cierro el giro del agua y coloco una toalla alrededor de mi cadera, voy a mi cuarto y me pongo unos simples pantalones negros sueltos y una remera blanca sin mangas. Decido acostarme a mirar la película que pasa por la televisión, y aunque es una estúpida comedia de tres idiotas que buscan a su amigo, que va a casarse al otro día, después de una noche loca en Las Vegas, al menos logra entretenerme unos minutos y sonrió varias veces. Estúpida comedia, me está sacando de mi depresión.

El timbre suena repetidas veces, lo que me hace bufar cuando sé que tengo que perderme la parte más interesante de la película. Me coloco las pantuflas de perro que Louis me compro para mi cumpleaños y camino con pasos largos hacia la puerta de la entrada. Más vale que sea algo importante, Louis morirá si se ha olvidado su llave o si es un idiota molestando.

Dejo mis pensamientos con ira aun lado cuando veo a Luna parada en la puerta con una canasta en sus manos. Sonreí medianamente y en sus ojos se reflejan la culpa y el arrepentimiento. Aún estoy un poco molesto, por lo que me quedo callado, cruzo mis brazos y me apoyo en el marco de la puerta mientras la miro fijamente a sus ojos color azul-verde. Son hermosos, muy hermosos.

- Hola – murmura con timidez – ¿Quieres cenar? – levanta a media la canasta y me dirige una mirada suplicante – Lo siento, perdón por lo de allí, era una locura y no sabía cómo controlar la emoción.

- Está bien – asiento con la cabeza – Era un gran paso para tu futuro, ¿no?

- No, aun quiero ser bióloga – replica formando una sonrisa torcida en su rostro – pero adoro actuar, cantar en un musical y, en verdad, me encantaron las flores que Tommy me dio de tu parte.

- ¿Enserio? – me separo un tanto del marco y me acerco aún más a ellas.

Luna asiente, extendiendo más su sonrisa. Le devuelvo el gesto y coloco mis manos sobre sus mejillas y acerco sus labios a los míos, uniéndolos en un corto pero dulce beso. Tomo la canasta y su mano, invitándola a entrar.

- Espera – dice deteniéndome, le interrogo con la mirada. - ¿Podemos ir a la azotea? No hay nadie que nos pueda ver y seria lindo ir.

- Déjame colocarme unas zapatillas – asiento mientras le acaricio con el pulgar una de sus mejillas.

- Solo ve así, me encantan tus pantuflas – suelta una leve carcajada cuando baja la mirada para verlas.

- Cortesía de Louis.

Cierro la puerta detrás de mí y caminamos a pasos lentos y silenciosos hacia el ascensor, que por suerte esta vacío y nadie lo requiere ahora. Subimos hasta el último piso, aun con nuestras manos entrelazadas y compartiendo la calidez que cada uno porta dentro de él. Me gusta sentirla así, es como si me asegurara que nada ni nadie podrá separarnos, siquiera la edad, el tiempo o las situaciones.

Subimos las escaleras que nos llevan hasta la azotea, la cual nos da una vista perfecta y permite que una suave brisa acaricie nuestro rostro. Desde aquí, Las Bahamas tiene un hermoso paisaje el cual se puede admirar de una manera tan sensacional, incluso hace que desee que el tiempo se pare y estemos solo ella y yo contemplando una vista tan hermosa como es esta.

Salgo de mis pensamientos y fantasías cuando Luna me dice que coloquemos el mantel y las cosas para prepararnos sándwiches; le hago caso, aunque por dentro no tenga casi nada de hambre y solo quiera volver a tomarla de la mano para seguir sintiendo el tacto de su piel.

- ¿Te gusto la obra? – pregunta mientras le da un gran mordisco a su sándwich, ensuciándole de mostaza la boca – Creo que Niall hizo un gran trabajo como Danny Zuko, el egocentrismo está dentro de él.

- Me encanto – digo, me acerco hacia a ella y le limpio la boca con una servilleta – Solo no hables con la boca abierta.

Luna se pone roja y deja de lado su sándwich, esto me causa ternura y logra hacerme soltar una pequeña carcajada. Tomo su cuerpo entre mis brazos y la acerco hasta a mí, dejando que ella se acurruque entre ellos y respiro la fragancia que me brinda su cabello sedoso. Nos quedamos así por unos largos segundos, quizás, minutos en los que se me hacen eternos a su lado. Eso me gusta. Generalmente, el tiempo suele pasarme muy rápido, tanto que no noto el cambio de lo que sucede a mi alrededor o las gravedades que tienen para afectar lo demás en mi vida. A veces no sé si soy yo quien pretende ignorar el tiempo o estoy tan encerrado en mis pensamientos que no logro captar lo demás.

No tengo un momento en el día en que no esté pensando, estoy dudando a cada instante de muchas cosas y me pregunto cuáles fueron las causas, las consecuencias y que papel juego yo en ello. Dudar es parte del ser humano, es común y algo bueno que cuestione las cosas alrededor, solo que todo en exceso es malo. Y yo me he excedido en tantas cosas en mi vida.

- ¿En qué piensas? – pregunta Luna, corta el silencio que había entre nosotros.

- En muchas cosas – digo tirando la cabeza hacia atrás, dándome una perfecta mirada hacia el cielo estrellado – Estoy criticándome por pensar demasiado y ser demasiado desconfiado.

- Creí que pensabas en mi – me reprocha de forma divertida y suelta una risita – Deberías dejar de hacerlo, y sobre todo ahora que te prepare un sándwich – bajo la mirada y me encuentro con que en verdad me ha preparado para comer.

- Gracias – murmuro mientras lo tomo y le doy una media sonrisa. Doy un mordisco – Es rico.

- Lo sé, soy buenísima cocinando.

- Pero no cocinaste, solo lo preparaste y…

- ¡Harry! – reprocha nuevamente, suelto una carcajada sin evitarlo – Al menos dame algo de crédito por prepararlo, no lo volveré a hacer.

Sonrió medianamente y le doy un beso en la mejilla como agradecimiento, estas se vuelven rojas e intenta disimularlas mirando hacia otro lado, aunque ya he captado el efecto que ha surgido en ella. Comemos los emparedados mientras comienza comentarme como fue el espectáculo detrás de escena, las veces que tuvo que golpear a Niall por apurarse con el vestuario y que en verdad no se llevaba para nada bien con la muchacha que actuaba de Rizzo.

- Incluso dijo que eras atractivo ¡Te estaba comiendo con la mirada!

- ¿Y eso es malo?

- ¡Pues, si! – exclama un tanto ofendida – Le dije que eres mi novio y no me gusta compartir con putas revoloteras de esquinas.

Y pensar que yo me reprochaba a mí mismo por ser celoso, Luna también puede nivelarme o ser aún peor que yo.

- ¿Y qué te dijo?

- Se quedó callada – se encogió de hombros – Yo esperaba que me contestara, podría tener una excusa perfecta de sacudirla en el suelo.

Somos iguales.

- Celosa – le pellizco la nariz y ella suelta una exclamación.

- ¡Me dolió, tonto! – golpeo mi brazo con fuerza – Que bruto.

- Lo siento – finjo arrepentimiento, a lo que ella entrecierra los ojos.

- Veo la agonía en tus ojos – bromea y provoca una sonrisa en mi rostro – Oye, Harry, sobre eso de cuestionarte a ti mismo de porque dudas tanto, ¿podrías dejar de hacerlo? – su rostro se vuelve serio, quitando cualquier rastro de broma, por lo que no tardó en hacerlo tampoco - No me gusta que hagas eso, te pone triste y no quiero, ¿Si?

- Algunas cosas son inevitables de hacer, es humano que lo haga – corro un mechón de su pelo, lo envió directamente detrás de su oreja.

- Piénsalo así: Si dudamos, pensamos; si pensamos existimos, y si existimos, sabemos que esto es real y no es un sueño.

No tardo en sonreír, observando con fijes sus ojos color azules-verdosos, su nariz pequeña y respingada, sus labios finos y rosados y sin olvidar de sus pómulos definidos cuando sonríe. Es increíble, ella es increíble.

- Te quiero, Luna – musito, y al instante me doy cuenta de lo que he dicho, solo que no me arrepiento.

- Te quiero, Harry.