Remember that Summer [HarryStyles]

- Louis, tranquilízate – le digo mientras bajamos en el ascensor.

- Vas a tener un paseo en la playa con Luna luego de cenar. ¿Cómo quieres que este? – Dice con ansiedad en su voz – Espere esto cuatro años. No la cagues, porque si lo llegas a hacer, yo mismo iré a decirle a Runa que te corte los huevos.

Revoleo los ojos y me cruzo de brazos esperando a que lleguemos al subsuelo. Mi amigo con su emoción está comenzando a ponerme nervioso. No es necesario que me diga cuantos años estuvo esperando porque – aunque no quiera admitirlo – también los estuve esperando yo. De solo pensar que podre tener unos cuantos minutos con Luna nosotros dos solos, caminando por la arena como hace años atrás, hace que quiera que olvide toda promesa de alejarme de ella. Puedo prometer cosas cuando no estoy a su alcance, pero si la tengo a centímetros de mí, es imposible que me mantenga a distancia.

Llegamos a la recepción y prácticamente corremos hacia la salida. Quizás no este Runa, pero estoy casi seguro de que mando a alguien a que nos vigile, de lo contrario, no sentiría la mirada latente en mi espalda. No quiero voltear por miedo a que me reconozcan y así advertirle a la hermana de Luna. Solo será para problemas y para que Louis y yo acabemos muertos.

- Quería un viaje divertido, no sentirme perseguido siempre – farfulla Louis. – Oh, Harry ¡Mira esas nenas!

- Eres un asco – le empujo desde el hombro y comienzo a caminar en dirección hacia el café de Niall – Sino te apuras, te quedas atrás.

- ¡¿Qué tiene de malo que mire a chicas?! – Replica llegando a mi lado – Además, estoy soltero, no tengo novia ni nada parecido. Soy joven y tengo que disfrutar.

- Tienes que dejar de ser tan inmaduro.

- Solo tengo veintitrés años, mi querido Harry.

- Yo tengo veintidós y no soy tan insoportable como tú.

Dejamos la conversación allí porque enseguida lo tomo de los hombros y lo tiro hacia un lado. Caemos en el suelo y le tapó la boca con mi mano para que no haga ningún ruido. Mierda, Liam estaba paseando en plena calle con su novia, seguramente dirigiéndose al hotel. Al menos esta está la camioneta negra cerca para cubrirnos, de lo contrario, tendría que darle una paliza al hermano de Luna como hace años atrás cuando supo que ella estaba conmigo.

- ¿Escuchaste eso, cariño? – le pregunta su novia, que por lo que sé su nombre es Tracy.

- Habrá sido algún perro – veo como se encoge de hombros y le sonríe a la muchacha - ¿Te gusto la cena?

- Fue muy lindo lo que hiciste – contesta con rubor en las mejillas.

- Dan asco – murmura Louis

- Comparto el sentimiento – le contesto en un susurro.

Esperamos a que Liam se marche con su novia, pero mientras tanto nos dejan ver sus estúpidos actos de cursilería. Si hay algo que jamás pensé de Liam es que fuera tan meloso y cursi; si bien, tiene mi misma edad, es tan serio como yo, aunque él siempre fue más blando y simpático, más caballero con todo aquel que se acerque. Lastimosamente, Liam no comparte los hermosos ojos de su hermana menor, sino son cafés, su estatura es alta pero aun así no llega a pasarme. El pelo castaño casi rubio es lo único que puede compartir con Luna, al igual que la forma de su sonrisa.

Meneo la cabeza al pensar en que Liam tiene “linda” sonrisa, y solo porque me recuerda a la de Luna. Louis me mira interrogativo y le esquivo la mirada, se bien que se meara de risa si llego a decirle que era lo que se me pasaba por la cabeza hace diez segundos atrás. Pasará años molestándome, incluso le dirá al idiota de Josh y ambos harán de mi vida un infierno.

Finalmente, los dos tortolos se marchan de la mano como toda una pareja. Al menos, Liam por fin encontró a alguien que soporte su estúpida rigidez y estructuralismo al cual esta tan acostumbrado. Me alegro por él, de esa forma dejara de meterse en los asuntos que jamás le incumbieron. Desde que éramos chicos – ya que nuestros padres siempre habían sido amigos y, por ende, nos conocíamos desde entonces – siempre había sido mi competencia personal. Mejores notas, mas premios, más mujeres, más poder. Incluso competíamos por cosas que jamás nos importó.

Volver aquí hace cuatro años atrás había sido un horror al saber que Liam estaría enterado de mi año en el reformatorio, mientras el muy hijo de puta se graduaba con honores y se la pasó gran parte del verano refregándome su diploma en una de las mejores secundarias de Estados Unidos. Maldito norteamericano. Se creía mejor por todo, incluso porque el primer hombre en la luna había sido un norte americano. Al menos teníamos a los Beatles en Inglaterra, y con eso bastaba para patearle el culo.

Liam fue un gran impedimento cuando comencé mi relación con Luna, creando problemas entre nosotros. El aseguraba que yo estaba con su hermana por cobrarme venganza de él, Luna le había creído – algo que era lógico siendo que él es su hermano – y tuve que jurarle a la castaña que no había echo ninguna de aquella estupidez. Le di una gran golpiza a Liam por meterse en mi relación con Luna.

- ¡Ahora si estoy vengándome por lo del puto diploma! – le grite mientras lo patee con fuerza en el estómago.

- ¡Harry! ¡Tranquilízate o vas a matarlo! – me grito Louis mientras me tomaba por detrás junto con Josh

- ¡Suéltenme o van a terminar como el, pedazos de mierda! – había exclamado con la voz amenazante.

Liam se estaba levantando con cuidado del suelo, haciendo gestos de dolor en su rostro, por lo cual yo estaba fascinado. Quería seguir golpeándolo y, podía jurar, que quería verlo agonizar, rogar por su vida, suplicar ante mí. Lo quería muerto ahí mismo.

Meneo de nuevo la cabeza intentando alejar aquel recuerdo. Antes sí que era un verdadero hijo de puta. Cuando golpeaba a las personas, sentía la necesidad de hacerlos sufrir, de verlos muerto. Era de ser tan impulsivo que casi siempre golpeaba a las personas a mi alrededor, incluso más de una vez le rompí la nariz a Louis, pero el aún sigue a mi lado. También golpee muchas veces a Josh, también me arrepentí por hacerlo aunque nunca di un perdón. De lo único que estoy orgulloso es que nunca golpee a una mujer, ni siquiera una vez. Simplemente no podía, por muy perra o insoportable que fuera, no podía hacerlo.

- Harry, ya casi llegamos – me palmea la espalda mi amigo, haciéndome sobresaltar de repente.

Observo hacia arriba y veo el gran letrero del café “Coffie&RnR”. ¿Cuándo llegamos aquí? Miro confundido a Louis y él está hablando algo sobre que Liam parece que ha ejercitado todos estos años porque se ve más fortachón y no el flacucho que solía ser antes. Tengo que dejar de perderme en mis pensamientos.

Abrimos la puerta del lugar, buscando con la mirada a Luna, Ella y Niall. Louis toca mi hombro y me dice que están en una mesa cerca de la ventana, riéndose entre ellos y hablando. Un escalofrío recorre mi cuerpo mientras mis manos comienzan a temblar, además de que estoy parpadeando más de lo debido.

Mierda, estoy demasiado nervioso.

Estoy por decirle a Louis que nos marchemos, como todo un cobarde, pero Ella alza la mano hacia arriba y nos indica que están allí. Louis suelta una risita y me dirige una mirada burlona que pasa hacia mis manos que no puedo parar de cerrarla y abrirlas. Y se dice ser mi amigo, desgraciado.

Avanzamos hacia la mesa donde están sentados, por suerte la mesa es redonda y sus asientos están alrededor de esta siendo como un sillón de color rojo. Saludo a todos cortésmente, aunque Louis lo hace como si fueran amigos de toda la vida, lo que hace que se rían cuando empieza con sus payasadas. Veo que Niall está al lado de Luna, pero antes de que pudiera sentarme al lado de Ella, él se para y me ofrece su lugar.

- Me gustaría sentarme al lado de Ella, sino es mucha molestia – sonríe y le dirige una mirada cómplice a esta.

Bueno, quizás Luna no estaba enterada de la relación de sus amigos en la playa cuando me aseguro que solo eran amigos. Me siento de lado de la castaña y pongo una mano en mi rodilla derecha, la cual empieza a moverse debido a los nervios, pero al cabo de unos minutos, después de ordenar, la tensión que sentía se esfuma. Con Louis contamos como es Londres, su tiempo, sus lugares y las personas que habitan. El castaño también cuenta su sueño de hacer un gran restaurante donde todos queden encantado con sus esfuerzos, Niall habla sobre la cafetería de su padre y Rock and Roll, Ella habla sobre la universidad y que estudiara medicina después de pensarlo bien. Luna habla sobre la vida acuática y de las pobres ballenas francas que están por extinguirse a causa de los injustos japoneses que insisten en la caza de esta. También habla sobre nuestras ordenes una vez que están al frente nuestro.

- ¡No puedo creer que vas a comerte a ese pobre salmón! – le señala a Louis y hace que este se incomode.

- ¡Déjame disfrutar mi comida!

- ¡Oh! ¡Que decepción eres, Niall! – señala al rubio quien estaba mordiendo su hamburguesa. La mira confundido y sorprendido al mismo tiempo - ¡Esa pobre vaca no tenía la culpa de que tengas hambre!

- Luna, creo que estas exagerando – le dice su amiga mirándola con reproche.

- Oh, tu no hables. Estas disfrutando esa hamburguesa como el rubio. Deben ser mas consientes, por eso pedí una hamburguesa vegetariana – sonríe orgullosa a su comida y desvía la mirada a la mía - ¿Enserio solo vas a comer espagueti con salsa?

- Seguramente también querías criticar mi comida. No quise arriesgarme después de escuchar tu orden – le sonrió divertido. Sus mejillas se vuelven coloradas y amaga a hablar.

- Nadie puede contra el gran Harry – presume Louis en mi nombre – es más inteligente que el mismísimo Einstein.
- Tampoco es para tanto – murmuro algo avergonzado.

Comemos todos en paz, disfrutando cada uno de nuestros platos y sin Luna reprochándonos. Me doy cuenta que se dirige miradas con Ella, quien al notar mi mirada con el ceño fruncida en las dos, mira hacia otro lado, pero después de segundos vuelve a hacerse miradas y señas con Luna sobre algo. Decido no darle importancia y acabar con mi cena, después de todo, son conversaciones privadas de alguna forma.

Terminamos la cena y las chicas junto con Louis piden un helado para cada uno, mientras que Niall pide un budín, solo pido que me traigan un café. La mesera me sonríe coqueta y posa una mano sobre mi hombro para preguntarme si necesito algo más, pero solo me niego y quito con brusquedad su mano.

- ¿Rechazaste a Leslie? Amigo, he querido salir con ella desde que entro a trabajar y solo me manda al diablo.

- ¿Siempre eres tan… así con las mujeres? – pregunta Ella curiosa, y le dirige una mirada a Luna.

- Es peor – contesta Louis por mí – Una vez se acercó una modelo muy hermosa, pero Harry la rechazo como si fuera una cualquiera.

- Era una cualquiera si creía que beber un trago juntos iba implicar que se meta en mi cama – replico con brusquedad.

- Pero antes solías llevarte a la cama las mejores chicas. Siempre me dejaban a mí como segunda opción – se cruzó de brazos mi amigo.

- Exacto, pero mi tiempo de revolcarme con cualquier persona, ya llego a su fin hace años atrás.

- ¿Te enamoraste? – pregunta Luna. – Papa siempre dice que los hombres cambian por una mujer.

El corazón me late con fuerza al igual que mis manos. Me muerdo con fuerza el labio, intentando retener el impulso de tomarla entre mis brazos y besarla allí sin más, para darle la razón, para demostrarle que gracias a ella he cambiado, que desde que no estoy con ella no ha habido ninguna mujer en mi vida.

- Si – respondo mirándola fijamente, perdiéndome en sus ojos azules-verdes – Hace mucho tiempo, pero no resulto y es mejor así.

- Pero fue porque no quisiste – añade Louis. Lo miro asesinamente y le indico que no siga por el camino aquel, pero me ignora – Eres tan egoísta que solo pensaste en ti. Solo te fuiste como si nada. Ni siquiera te importo, simplemente no la amaste suficiente como para dejar todo atrás como ella lo hubiera hecho por ti. Además…

Doy un golpe en la mesa con mi puño haciendo sobresaltar los platos y los vasos, también que varias personas dirijan una mirada hacia nosotros con interrogación. Louis se mantiene serio pero callado, sabe que si sigue haciéndome enojar terminara muy mal. Ella mantiene una mano sobre su boca, está sorprendida y Niall igual, solo que se mantiene serio y mira nervioso hacia otro lado. Y por último, Luna me mira con el ceño fruncido, quizás un poco molesta. Eso me hace reaccionar.

- Lo siento – me disculpo con todos y me limpio las comisuras de la boca con la servilleta para luego tirarla sobre el la taza de café que esta vacía - ¿Puedo hablar afuera contigo, Louis?

El castaño asiente y se para, haciendo que Niall y Ella también se levanten para darle la salida. Salimos del restaurante hasta llegar afuera y nos paramos lejos de la ventana, lo suficiente para que no nos vean, por lo que le doy un empujón, provocando que su espalda se golpee contra la pared.

- ¡¿Eres estúpido o qué?! – Grito y lo tomo del cuello de su camisa - ¡¿Qué mierda estás pensando, Louis?! ¡¿Quieres que se vaya todo a la mierda?!

- ¿Crees que no sé lo que harás? – Me empuja liberando mi agarre – “No resulto y es mejor así.”, y yo pensaba que dirías algo como, no sé, quizás “Hace tiempo termino pero me gustaría volver a empezar con ella” o “Le hice daño y quiero remediarlo” ¡O una mierda como esa! – Vuelve a empujarme pero tomo sus brazos y le devuelvo el empuje – No entiendo para que quieres estar cerca de ella si vas a lastimarla de nuevo.

- No te importa una mierda lo que yo haga, Louis – replico molesto mientras lo fulmino con la mirada.

- Claro que me importa, Harry. Es una buena chica y no merece la mierda que vas a hacerle.

- Solo quiero que me recuerde – trato de defenderme, pero es inútil seguir hablando cuando siento la mirada de decepción de Louis sobre mí y mi garganta siendo estrangulada.

- ¿Vas a enamorarla de nuevo y dejarla solo para que te recuerde? Eres un egoísta de mierda, Harry ¡Una mierda! ¡Ya mismo te advierto que si la historia se vuelve a repetir, nuestra amistad se acaba!

Aprieto con fuerza los dientes al escucharlo. Louis nunca había dicho tales palabras, ni por muy enojado que este conmigo, ni por muy enojado que este con él, ni por todas las cagadas que nos hemos mandado los dos, jamás dijo sobre romper nuestra amistad. Sé que sin el estaré solo en mi vida, claramente con mi padre, pero el partirá algún día. Sé que el castaño habla enserio y eso es lo que me llena de terror porque no quiero perderlo, no a Louis.

- ¿Estás hablando enserio? – frunzo el ceño y siento como mis manos se convierten en puños, pero las abro con rapidez, tratando de controlar mi impulso de golpear a mi mejor amigo.

- Si, Harry. Estoy harto que seas tan malditamente egoísta con ella, cuando fue ella quien hizo miles de cosas por ti. ¿Crees que no me dolía devolver las cartas que Luna te mandaba? Incluso leí algunas, y te digo, la hiciste sufrir hasta el punto de que casi muere de tristeza. Y recuerdo bien cuando me dijiste el día que recibiste la primera carta. “Devuelve la estúpida carta al correo. No necesito leerla. Que esto sea una señal de que no quiero saber nada de ella.” Eso me dijiste. A veces pensaba en la noche que rostro tendría Luna al ver que habías regresado la carta sin abrirla.

- Ya basta, Louis – murmuro con la voz baja. Si dice una palabra más, voy a dejarlo muerto.

- Eres una mierda, Harry, pero tienes hasta fin del verano para cambiarlo.

- Nos quedaremos solo tres semanas más, Louis – replico.

- No. ¿Sabes por qué? Porque tu padre estuvo muy de acuerdo con que te tomes vacaciones y también el. ¿Qué te parece que tu padre quiera que nos quedemos por un mes más?

Estoy a punto de golpear a Louis por no haberme avisado antes, así habría podido evitar que Des viniera. Quiero que sufra hasta que suplique la muerte, sé que no es algo justo porque el solo estaba diciéndome la verdad y estaba siendo sincero, pero odio cuando toca este tema. El arrepentimiento, la culpa, el dolor y la angustia me hace desesperarme por ser tan hijo de puta. Sé que me merezco que me pateen el culo y me hagan mierda, que Luna me ignore y este con otro y me lo refriegue en la cara. Me merezco el odio de todos, incluso el de mi padre, pero soy demasiado orgulloso como para darle la razón.

- ¿Chicos? – escucho una voz conocida y miro hacia mi costado. Esta Luna con la puerta abierta del café y nos mira preocupada - ¿Está todo bien?

- Si, linda. No hay problema – contesta Louis sonriéndole, como si nada hubiera pasado. – Solo le contaba a Harry que su padre vendrá también.

Oh, desgraciado. Voy a matarlo.

- Yo ya me iba – digo y agito mi mano, dispuesto a irme hacia el hotel.

- ¡Espera! – Exclama Luna pero enseguida sus mejillas se vuelven rojas cuando la volteo a ver – Íbamos a dar un paseo en la playa ¿Lo recuerdas? ¿O quieres dejarlo para otro día?

Soy un estúpido ¡Como lo había olvidado! Es una cita con Luna, es una cita con ella después de cuatro años ¿Enserio la ira provoco que no me diera cuenta de que venía después de la cena? Menos mal que no golpee a Louis antes, porque si no estaría en un grave problema con ella. Lo que menos quería ver a Luna era llorar y la otra cosa era verla enojada. Podía pasarse el mundo entero con un ataque de ira.

- Si, lo siento. Me olvide, yo…

- Harry, podemos dejarlo para otro día – me sonríe torcidamente, y solo hace esa sonrisa cuando esta triste.

- No, vamos. Toma tu abrigo y tu cartera y vamos a dar el paseo – sonrió verdaderamente, lo que hace que ella sonría también con felicidad.

- De acuerdo, ya vengo – entra al café, dejándonos nuevamente solos.

Saco unos billetes de mi billetera y se los paso a Louis, el cual me mira confundido y le explico que es para pagar la cena. Casi se nos olvida de pagar y sería muy descortés dejarles toda la cuenta a los demás. Los toma arrebatándomelos con brusquedad y se cruza de brazos y mira hacia abajo, pensando por un momento y, sin despedirse, entra en el café.

Observo su figura desaparecer y Luna llegar a mi lado al cabo de unos segundos. Cruzamos la calle en total silencio y bajamos por una escalera hacia la playa, que está poco habitada y solo hay pocas personas en el agua o en la arena. La noche esta hermosa realmente, se escucha el sonido de las personas hablar y como las olas rompen en la orilla.

- Harry – me llama Luna y le dirijo la mirada, esperando a que hable - ¿Estabas discutiendo con Louis por esa chica?

Me muerdo el labio con fuerza y miro hacia otro lado. No sé qué responderle, en su voz se notó una cierta tristeza pero no puedo descifrar si es porque discutí con Louis o porque yo hablo de otra persona. No creo que sea la segunda opción, Luna lleva conociéndome pocos días y sería raro que sintiera algo por mí tan de repente. Esas estupideces solo pasan en las películas y las novelas románticas, pero me pongo de ejemplo a mí mismo, y de tan solo verla visto una vez, supe que ella era tan especial. Quizás ella a mí me vea de la misma forma.

- A veces Louis no entiende mis razones – contesto después de unos minutos de silencio y de caminata - A veces ni siquiera yo las entiendo, pero si hay algo que se, es que mis razones fueron fuertes y, aunque muchas veces me arrepienta, sé que fue lo mejor. No solo para mí, sino también para ella.

- Pero si ella te amaba y tú a ella ¿Por qué no estas con ella? – replica y se detiene, mirándome directamente a los ojos.

- Las cosas son complicadas – murmuro y escondo mis manos en mi bolsillo para que no vea como están temblando.

- No entiendo porque el amor es tan difícil – menea con la cabeza y sigue caminando. Voy detrás de ella – Si amas a alguien y esa persona te corresponde, no creo que haya nadie que pueda impedirles la felicidad.

- Soy demasiado egoísta para amar.

- Apuesto que esa persona hubiera cambiado eso de ti – sonríe tristemente.

Nos sentamos en la arena, observando el mar y la luna llena, tan blanca y luminosa. Luna me habla de sus años en la secundaria y le cuento a medias el mío, también me cuenta sobre su familia y de la muerte de su madre cuando tenía diez años. Le cuento como murió mi madre, cuando recién cumplía ocho años y su cáncer estaba avanzado. Murió en mi cumpleaños, en mis brazos mientras agonizaba y yo lloraba porque la ambulancia no llegaba más. Mi padre estaba en camino y Josh también, habían estado en una reunión y no llegaron a tiempo. Luna se queda callada ante mi relato, hasta cuando termino, coloca una mano sobre mi hombro y me mira con pena.

- Lo siento mucho, Harry. Nadie se merece pasar eso.

- Lo sé – asiento y miro hacia otro lado – De todas formas, fue lo mejor. Sufría demasiado y ya necesitaba descansar en paz.

- Al menos murió a tu lado, mi mama murió de un ataque del corazón después de dejarnos en un cumpleaños a Runa, Liam y a mí en el cumpleaños del hijo de una familia amiga de papa – su sonrisa se desvanece – fue un ataque al corazón.

- Lo siento – musito, por impulso tomo su mano.

- Fue difícil por un tiempo, pero pudimos salir adelante porque nos teníamos los unos a los otros – vuelve a sonreír y me aprieta la mano.

- Después de la muerte de mi madre, mi padre se volvió adicto al trabajo, mi hermano mayor se volvió un irresponsable y a mí me mandaron a un internado hasta dos años después. No cumplo a mi padre, no sabía qué demonios hacer conmigo. Y Josh… bueno, jamás tuvimos una buena relación.

- ¿Y eso por qué?

- Porque él no es un Styles – Luna frunce el ceño y me anima a seguir contando – Mi mama quedo embarazada de un idiota cuando era adolescente y de allí nació Josh. Tres años después, conoció a mi padre y se enamoraron. Des siempre trato a Josh como su hijo, prácticamente lo crió desde que su padre biológico lo abandono, pero todos los hoteles son de mi propiedad. Solo yo puedo decidir que darle o no a Josh. Él es demasiado egoísta y no estará nunca preparado para manejar el trabajo. Para el, la vida es sexo, drogas y dinero.

Luna asiente y no vuelve a tocar el tema. Comenzamos a hablar de variedades de cosas, como que su amistad con Ella es hace dos años y medio, me cuenta sobre la crisis que vivieron hace dos años atrás, sobre el casamiento de Liam y como se la pasaba haciéndole bromas pesadas a Tracy por celos de que le robe su hermano mayor, y de lo harta que esta de que todos los chicos que la invitan una cita. Esto último hace que mis celos se comiencen a descontrolar.

- Se creen que por ir al cine y tomar un refresco puedan poner una mano debajo de mi falda.

- ¿Intentan hacer eso? – levanto las cejas y me controlo para no preguntarle quienes eran, sino los buscaría y estarían muertos.

- Unas seis o siete veces – se encoge de hombros – por lo que decidí que no saldría más con un chico de mi edad, ni un año más grande ni dos años más grande. De tres para arriba son más maduros – sonríe y mira hacia abajo avergonzada – Runa cree que caeré en los brazos de un viejo millonario.

- A los dieciocho años todos los hombres son estúpidos. Se dejan llevar por sus hormonas, te lo digo porque yo también fui un estúpido.

- ¿Así que no siempre fuiste maduro? – dice divertida y saca una sonrisa de mí.

- Era un hijo de puta. Me gustaba ir de fiesta, ebriagarme, drogarme y tener sexo con cualquier mujer que pasara a mi lado. Pero ya he madurado y he cambiado, aunque no mi genio de mierda.

Luego de mis palabras, ambos nos quedamos callados, en un silencio cómodo y reconfortador, lo que nos permite escuchar el característico sonido del mar. Recuerdo el típico truco en las películas sobre poner el brazo en el hombro de la muchacha para acercarla. Me pregunto si realmente funcionara, aunque no puedo estar muy seguro si no lo intento de una buena vez. Con nerviosismo, pongo mi brazo alrededor del hombro de Luna y la acerco a mí. Siento como su cuerpo se tensa al hacer contacto con el mío, y como la respiración me está fallando al estar mi corazón latiendo con tanta fuerza.

La punta de su nariz roza mi cuello, por lo que debo contener el aire para no lanzar un jadeo. Su mano se posiciona en mi pecho, justo del lado izquierdo, donde está mi corazón latiendo con velocidad. La oigo tragar en seco y como toma una de mis manos con la suya.

- Tu corazón está latiendo muy rápido, como el mío – coloca mi mano sobre su pecho. Esta igual que el mío.

- Lo sé. – susurro y, sin poder contenerme, bajo la cabeza buscando sus labios con desesperación.

Mis labios rozan con los suyos en un segundo, cerramos los ojos y presiono con delicadeza, con miedo y con desesperación contenida. Pongo mis manos sobre sus mejillas, acariciándolas con el pulgar y sintiendo el contacto con su cabello, mientras que ella las coloca en mis hombros.

No sé cómo explicarlo, pero solo poder nuevamente sentir sus labios con los míos es una felicidad enorme, un sueño que tanto he esperado y ansiado por tantos años. Solo quiero que este momento no se termine, no quiero tener que separarme de ella y que, quizás, esto nunca más se repita. Tengo miedo de no ser suficientemente fuerte para alejarme de ella, de abrir su boca y poder saborearla, de que su sabor sea igual o mejor que antes.

- ¡Luna! ¡¿Qué estás haciendo?! – escuchamos una voz varonil a lo lejos, lo que hace que nos separemos.

- ¡¿Liam?! – exclama asustada y se vuelve pálida al mirar hacia atrás. – Mierda santa.

Observo que Liam se acerca casi corriendo mientras tironea a su novia, quien tiene una mueca de dolor y trata de seguirle el paso. El muy estúpido no se da cuenta de que le está haciendo daño con tomarla con demasiada fuerza. Liam no tarda en llegar, por lo que me incorporo junto con Luna, la cual esta tan nerviosa y murmura palabras de aliento para sí misma.

- ¡¿Qué mierda estás haciendo con él?! – grita molesto.

- Yo… eh… - balbucea la castaña.

- Estábamos besándonos. Creo que conoces eso ¿No, Liam?

- Voy a matarte, Styles – me fulmina con la mirada – No te quiero más cerca de mi hermana.
- Creo que deberías…

- ¡No me digas lo que debo hacer!

- … soltar a tu novia. Vas a dejarle morado el brazo.

Liam mira hacia su novia y luego a su brazo. La suelta con rapidez y comienza a balbucear palabras, que por lo que entiendo fue sin querer y que está muy arrepentido, le pide perdón como tres veces, pero la muchacha solo le sonríe y le dice que no hay nada que perdonar.

- ¿U-ustedes se conocen? – dice Luna nerviosa dirigiendo su mirada hacia a mí y a su hermano.

Asiento con la cabeza mientras Liam vuelve a fulminarme con la mirada.

- No tienes por qué estar con él, Luna. Es una mierda.

- ¡No le digas así! – exclama la castaña molesta – Harry es un buen chico ¿Qué te pasa?

- ¿Qué me pasa? ¡Tiene mi misma edad! ¡Es un infeliz!

- Hey, idiota, estoy aquí aun. – aprieto con fuerza los dientes. No puedo pelear con Liam delante de Luna, sería una muerte segura.

- Vamos a casa, Luna ¡Ahora! – grita, haciendo sobresaltar a la castaña.

Ella mira hacia atrás y susurra una disculpas mientras se deja sujetar del brazo de Liam, solo que lo hace con firmeza y no usando la fuerza bruta. Los veo alejarse y largo un gran suspiro, me siento en la arena y maldigo el hecho de que ese hijo de puta exista. Quizás fue lo mejor, quizás no. Lo único que sé, es que si el beso llegaba a otro grado, me hubiera sido imposible parar.