Remember that Summer [HarryStyles]

Observo el techo de la habitación como si tuviera algo maravilloso del cual admirar. No puedo dejar de pensar en sus palabras, en cómo no me reconoció en cuento estuve al frente suyo. Luna no sabe quién soy y eso me está matando. Ella no sabe las cosas que hemos pasado juntos, los momentos en que nos reíamos hasta retorcernos, las veces en que nos tomábamos las manos y miramos las estrellas cuando contábamos los problemas que enfrentamos a lo largo de nuestra vida. No recuerda siquiera nuestro primer beso o nuestra primera vez.

Repito: Luna no recuerda nada del verano que vivimos hace cuatro años, y eso me está carcomiendo lentamente por dentro.

Luego de que la haya rescatado, por desgracia, había aparecido Runa y Louis juntos, corriendo hacia nuestra dirección. Nunca antes vi que Runa me mirara con tanto odio, parecía culparme por todo lo que había pasado, pero yo en verdad de lo único que no tengo la culpa es que su hermana sea tan ambientalista como siempre lo fue.

- ¡Mira lo que haces, Harry! – grito Runa golpeándome el pecho con fuerza.

- ¡Runa! ¡Basta! – exclamo Luna tomándola por detrás – El muchacho solo me ayudo, no me hizo nada.

- ¡Es su maldita culpa!

- ¡Runa! ¡Tranquilízate o le tendré que decir a papa que te has alterado! – la amenazo mientras se colocaba delante mío para que su hermana no avanzara – Ya te dije que el muchacho solo me estaba ayudando a salir del agua, sabes que aún no sé nadar.

- ¡Luna Payne! ¡Nunca más vuelvas a ponerte así en peligro, estúpida!

- Hey, bonita, tranquila – le dijo Louis acercándose pero de inmediato la castaña le golpeó la cabeza - ¡Auch! ¿Y eso por qué?

- Por ser el mismo mujeriego de siempre ¡No los quiero ver cerca de mi hermana, par de imbéciles!

Y eso fue todo. Se llevó a Luna arrastrando por más que ella quisiera saber porque nos decía tales cosas y que al menos quería darme las gracias. Runa no se lo permitió de ninguna manera. Si antes la alejaba de mí por ser cuatro años mayor, ahora sería peor. Dudaba que durante toda nuestra estadía no mantuviera un ojo en ella, como si yo fuera capaz de acercarme y secuestrarla.

No puedo dejar de pensar en Luna. Esta hermosa, mucho más que antes, echa toda una mujer. Su voz también había madurado, pero sin dudas seguía siendo tan dulce como la recordaba. Sus ojos no habían cambiado en lo más mínimo, transmitiéndome esa increíble paz y felicidad que solo ella sabía darme.

¿Cómo es posible que no recuerde absolutamente nada de nosotros? ¿Cómo puede ser que no sepa quién soy? ¿Este es el verdadero castigo que tengo por haberla abandonado con miles de promesas?

Tengo algo en mente, y aunque me digo a mi mismo que no es lo correcto y que la hará sufrir, no puedo dejar de pensar en proyectarlo. Voy a hacer que Luna recuerde todo el verano que pasamos juntos, todos y cada uno de nuestros recuerdos, hacerla recordar quien soy yo.

Pero se perfectamente que jamás volveré después de aquello.

Al otro día.

Louis está golpeándome con una almohada en la espalda para que me levante de una buena vez. Gruño y le digo que deje de molestarme antes de que me pare y lo golpee contra la puerta. El castaño solo se ríe y sigue insistiendo. Si supiera que no estoy bromeando.

- Ya te hice el desayuno, mal agradecido ¡Levántate, inútil!

- ¡Ya! ¡Voy a golpearte enserio si sigues insistiendo! – pero Louis solo repitió mis palabras y se burló usando una voz aguda – Te lo advertí, idiota.

- ¡No me mates, Harry! – grita y comienza a correr lejos de mí.

Me levanto con rapidez y comienzo a correr para alcanzarlo y golpearlo, pero antes de que cruzara la puerta, escucho el timbre que suena, indicando que hay visitas. Revoleo los ojos y me juro que luego lo buscare para golpearlo, incluso si tengo que tirar la puerta abajo del baño – donde seguro el cobarde se escondió – lo hare para darle su merecido.

Todo pensamiento maligno sobre cómo hacer sufrir a mi amigo desaparecen en cuanto veo sus ojos. Tengo a Luna en frente mío, y eso es lo suficiente para que mi corazón empiece a latir como loco y no pueda quitar mi mirada sobre la de ella, incluso siento un golpeteo más fuerte cuando sonríe medianamente.

- Hola ¿Harry? – frunce el ceño pero sonríe aún más – Soy Luna Payne, la chica que salvaste de ser ahogada y llevada por la corriente del mar, donde seguramente unas sirenas se hubieran impresionado de mi belleza y me hubieran convertido en una. Aunque sería vivir bajo del mar, extrañaría a mis hermanos y a mi padre, aunque ya conoces a Runa. Es algo loca y bastante gritona pero es muy buena cuando la conoces, y… ¿Y estoy hablando de mas no? Mi psicólogo decía que eso lo sacaba de quicio, entonces le comente a mi padre y el cambio de psicólogo, aunque la mayoría dijo que soy bastante charlatana y nunca dejó de hablar y… Dios, lo estoy haciendo de nuevo. – negó con la cabeza y sofoco una risita – En fin, quería agradecerte por todo lo que hiciste ayer, además de aguantarte los insoportables gritos de mi hermana. Te traje esto – me tendió una canasta – Runa envió el peor servicio que hay aquí, pero lo cancele a tiempo y les traje a ti y a tu amigo el desayuno.

Tomo la canasta de la manija, y en el acto, toco su mano con la mía. Una corriente eléctrica pasa por mi mano en cuanto lo hacemos. Miro sus ojos al mismo tiempo que ella los míos y por momentos nos quedamos atrapados en la mirada del otro. Quiero besarla, estrecharla contra mis brazos y jamás dejarla ir, pero no puedo volver a su vida así como si nada. Sé que me prometí que no volvería por ella, que no intentaría nada, pero me mata el saber que fui demasiado importante en su vida como para que me olvide, que ella es parte de mí y ni siquiera lo sepa.

- ¿Hazza? – escucho la voz de Louis llamándome, pero no puedo reaccionar, los ojos de Luna siguen hechizándome. - ¡Harry! ¿Quién es? ¡Oh! ¡Hola!

Soy empujado hacia un costado, rompiendo el contacto visual con Luna mientras Louis ocupa mi lugar y la saluda sonriendo contento. Quiero golpearlo aún más.

- ¡Mucho gusto! Soy Louis Tomlinson, aunque ya me viste ayer cuando tu hermana me golpeo.

- Oh, sí. Te recuerdo. Siento por eso, Runa tiende a ser agresiva cuando pierde los estribillos. – le contesta amablemente la castaña –Les traje algo para que desayunen.

- No es necesario. Salí de compras e hice el desayuno como pude – se encoge de hombros – pero más comida no nos hará nada ¡Dame eso, Hazza!

- Toma – digo en mala manera mientras se la paso.

- ¡Wow! ¡Esto se ve delicioso! – exclama mi amigo abriendo la canasta - ¿Has desayunado? ¿Quieres sentarte con nosotros? Sería un honor que lo hicieras.

- Oh, bueno… yo pensaba desayunar con Runa y…

- ¡Vamos! ¡Desayuna con nosotros! – insiste mi amigo pasando un brazo por su hombro.

- Louis – gruño mirándolo mal. El me mira al igual que Luna – Si la señorita no quiere quedarse a desayunar con nosotros, no te pongas pesado.

- Pero Hazza…

- Tranquilos. Me quedare a desayunar con ustedes – dice Luna sonriendo.

- Si no quieres hacerlo… - digo con suavidad, pero Louis me interrumpe diciéndome que me calle de una buena vez y entre a desayunar.

Voy a matarlo en cuanto me sea posible.

Luna y Louis pasan directamente a la mesa mientras comienzan a hablar sobre el lugar. Nos sentamos los tres a desayunar, aunque soy desterrado de la conversación, ya que ellos están muy entretenidos hablando de músicos y actores. No hay motivo para sentirme celoso o algo, ellos dos se habían llevado excelentemente bien hace cuatro años atrás, sus personalidades eran casi iguales, y se veía que volverían a ser grandes amigos como antes. Si fuera otro quien tuviera tanta confianza con ella, sin dudas lo habría golpeado.

Me es extraño estar sentado en la misma mesa que ella después de tantos años. Me gustaría decirle cuanto la he extrañado, cuanto me he arrepentido por ser tan imbécil, pero si le digo algo ella no entenderá nada de nada y Runa vendrá a matarme en menos de lo que canta un gallo.

- ¡Harry! ¡Vamos a la playa! – grita Louis haciéndome sobresaltar.

- ¿La playa?

- No, a ver a tu papi – responde con sarcasmo. Le dirijo una mirada asesina – Bien, bien, perdón. ¡Pero vamos a la playa!

A veces pienso que Louis no se comporta como un hombre de 23 años. Es demasiado inmaduro a decir verdad, pero ¿Qué más puedo hacer? Yo elegí a este idiota como amigo y ahora debo pagar las consecuencias de mi gran elección.

Miro el rostro de Luna, el cual tiene una sonrisa tímida y me mira fijamente, esperando a que yo de mi respuesta y que sea un sí. Conozco a la perfección esa mirada, la usaba cuando quería que aprobara algo. Puedo resistirme a Louis, obviamente no tiene mucho que me pueda convencer, pero jamás pude negarme a Luna. Sera porque la quiero, pero me es difícil mirarla a los ojos y decirle que no tengo ganas de salir.

- Vamos a la playa – acepto largando un suspiro.

Treinta minutos después.

Desgraciadamente, Louis no se salvó de las garras de Runa, quien lo había tomado del brazo una vez que lo vio. Alcance a agarrar a Luna por detrás y retroceder pasos antes de que nos viera, su idea de bajar las escaleras había sido buena por una parte, por otra, Louis tenía que aguantar a la castaña dándole un sermón de que no debíamos meternos con su hermana menor. Fue difícil salir por las salidas de emergencia, pero Luna tiene una llave maestra y las usa para escaparse siempre que puede.

No ha cambiado en nada.

Al final, somos ella y yo en un día en la playa, hemos estado sentados en la arena pro unos minutos en silencio, viendo a las personas pasear o a sentarse a tomar sol. No sé qué decirle, ni siquiera como puedo iniciar una conversación. Louis es el simpático y charlatán, yo soy el que asiente y se queda al margen de todo. Jamás pensé que el idiota me serviría tanto como ahora.

Veo de reojo a la castaña pero ella está con una sonrisa en el rostro y observando a unos niños que comienzan a juguetear en el agua. Se la ve muy tranquila y alegre, algo que siempre fue una característica de ella, menos cuando se enoja o cuando tiene actitudes rebeldes que manda a la mierda al mismísimo mundo.

- Así que ¿Eres Harry Styles? Mi papa dijo que lo habías ayudado en la quiebra que pasamos hace dos años – dice sacándome de mis pensamientos. Asiento torpemente sin saber que más decir – Debo agradecerte por ello. Papa estaba como loco. Incluso tuvo que despedir a muchos empleados y nos pedía a Runa y a mí que tomáramos los cargos. Era un desastre como mesera – hace una mueca y niega con la cabeza – Una vez le tire un plato de pastas con albóndigas a una dulce pareja que trataba de imitar a la película “La dama y el vagabundo”, solo que él era el “Damo” y ella era la vagabunda – ríe ante su propio chiste pero solo puedo limitarle a darle una media sonrisa. - ¿Y qué me cuentas de ti?

Aclaro mi garganta ¿Y ahora que le digo?

- Tengo veintidós años – digo con la voz seca, pero vuelvo a aclarar mi garganta y prosigo – Estudie en la Universidad de Cambridge administración en empresas y otras cosas más. Me gradué hace un año, y desde ese entonces ayudo a mi padre con su cadena de Hoteles.

- ¿Cambridge? ¡Debiste ser todo un dotado! – murmura sorprendida, pero solo me levanto los hombros. Sí que fue una larga pelea entrar en esa universidad, pero debido a que mis notas eran excelentes y el examen de ingreso fue un sobresaliente, mucho no pudieron quejarse. Además, yo ya no tenía descontroles con mis impulsos violentos – Yo planeo ir a la Universidad de la Florida.

- ¿Qué estudiaras? – pregunto, aunque me imagino que.

- Seré bióloga ¿Qué te parece? – sonríe mostrando sus dientes y no puedo evitar devolverle la sonrisa de la misma manera al verla tan hermosa – Mi papa quiere que estudie algo que me ayude a administrar los hoteles que tiene aquí y en Florida, pero para eso ya está Runa y Liam. Oh, él es mi hermano mayor, está a punto de casarse – palmea las manos por emoción – Aunque te confieso que su novia antes no me caía bien y, bueno, le hacia la vida imposible – ríe avergonzada – Pero ahora me cae genial, somos casi hermanas – se encoge de hombros – Por cierto, ¿De dónde eres?

Luna siempre tuvo la habilidad de hablar de un tema y pasarlo a otro sin la menor dificultad. Siempre me gusto eso de ella.

- Soy de Londres – respondo al ver que no he respuesta de inmediato y se está poniendo nerviosa. - ¿Eres de aquí? – ya se la respuesta, pero quiero que ella lo diga nuevamente como hace tiempo atrás.

- ¿De Bahamas? No, de lo contrario no podría salir del país. – me mira burlonamente y asiento avergonzado por no notarlo antes – Vivimos en Florida desde siempre, papa tiene otros hoteles allí y hace unos cuatro años compro un hotel aquí ¿No era tu padre el que le había vendido? Creo que sí, Runa me lo contó pero no recuerdo bien ese verano porque… bueno… oh, mierda – pone una mano en su cabeza, pero la sacude y vuelve a sonreírme – En fin, vinimos en vacaciones aquí o siempre que podemos. Papa le gusta tener el negocio controlado y a veces no se puede confiar en las personas.

- Él tiene razón. A veces las personas pueden ser demasiado crueles – coincido y la miro a los ojos. SI ella supiera que yo soy el una cruel persona de la cual no debe confiar.

- ¿Y desde cuando Louis y tu son amigos?

- Desde que teníamos diez – sonrió medianamente al recordar el día que lo conocí.

- ¿Cómo fue? – se sienta en posición de indio y veo en sus ojos un destello de emoción.

Simplemente la miro por unos escasos de segundos antes de decidirme si contarle. Es impresionante que aun siga siendo la misma persona de tiempo atrás. Luna no ha cambiado en lo más mínimo y eso es lo que más me encanta.

- Su madre empezaba a trabajar como cocinera en mi casa, y un día su padre no pudo cuidarlo porque tenía mucho trabajo así que lo trajo a mi casa. Ahí lo conocí y, aunque lo golpee cuando me dijo que mis rulos eran resortes, el igual quiso ser mi amigo.

Luna ríe mientras le cuento un par de anécdotas de cuando éramos niños. Como aquella vez cuando teníamos catorce años y un policía nos pinchó la pelota de básquet que estábamos usando. Decía que era poco ingles que jugáramos un juego norte americano, aun así no nos impidió darle laxante en su bebida y luego golpear a su caballo para que se descontrolaran. O esa vez que Louis estaba con dos chicas al mismo tiempo y que cuando lo descubrieron nos salieron a correr a los dos – aun no entiendo que tuve yo la culpa cuando mi amigo era un mujeriego – con palos y escobas. O también cuando me escape de mi casa y quisimos llevarnos el mundo por delante por robarle el auto a Josh. La policía nos detuvo por no tener carne y mi padre hablo con el oficial para que nos hagan hacer trabajos comunitarios por dos meses.

Ahora que lo recuerdo, hace cuatro años así empezó todo. Había rescatado a Luna de ser ahogada, luego ella me pedía el número de mi habitación para que mandara la mejor comida, cuando la recibí el día después, baje a la primera planta para encontrarla y la invite a venir a la playa. Tuvimos esta misma conversación.

¿Y si es esto? ¿Si de alguna forma tengo que hacer que las cosas se repitan para que ella me recuerde? ¿Para qué no sufra por no recordar que sucedió aquel verano y aquel año donde estuvo mal por mí? Quizás esa sea la solución, quizás por eso estoy aquí.

Me asegurare de que Luna recuerde todo. No importa el costo. Ella tiene que recordar quien fue ese verano, quien fue ese año, y que fuimos nosotros tiempo atrás. Debe recordar cómo nos enamoramos, nuestra primera cita, nuestro primer beso, nuestra primera vez. Quiero que me recuerde por más egoísta que sea, necesito que lo haga, no quiero ser un recuerdo escondido y enterrado en su inconsciente. Simplemente, no quiero ser un olvido.

- ¡Tracy! – grita de repente haciéndome sobresaltar – Lo siento, Harry, pero veo de lejos a mi cuñada y a mi hermano ¡Va a matarme! – dice asustada y se levanta con cuidado de no ser vista. – Vamos. Le quite las llaves a Runa y podremos usar el auto – sonríe maliciosamente y me tira del brazo. – Vamos o sino mi hermano se volverá loco.

Miro a la dirección donde tenía la vista fija. Veo exactamente qué Liam esta de la mano con una muchacha delgada, menuda y de cabello castaño largo con un vestido verde manzana. Liam ha crecido de altura, su rostro es de todo un hombre y sonríe con amor a aquella muchacha.

Luna me palmea el brazo y dejo de mirar a la pareja para levantarme con cuidado y seguirla. Llegamos hasta el estacionamiento sin ser vistos, pero no se cuál es el auto de su hermana. La castaña bufa cuando me pongo a buscar un auto que sea parecido al que Runa usaba antes, chasquea los dedos delante de mis ojos y me sobresalto un poco.

- Lo siento – me sonríe tímidamente – Vamos – toma mi mano con la suya.

Antes de que pueda caminar, siento la enorme necesidad de entrelazarlas, lo hago por impulso. Me siento avergonzado por hacer algo tan íntimo cuando ella apenas me conoce un día – ósea, desde que perdió la memoria – pero Luna solo me sonríe con timidez y me corresponde el gesto. No puedo dejar de sentirme malditamente bien.

Corremos hacia una camioneta Volkswagen microbús de los años ’80. Es de color blanco y rojo, y a pesar de los años, se ve bastante cuidada. Luna aprieta el botón para desactivar la alarma, hace un ruido un poco chillón pero desaparece al segundo. La muchacha se sube con emoción en el asiento del conductor y se estira para abrirme la puerta del copiloto. Me siento una vez que tengo el acceso y sigo las instrucciones de Luna, quien me dice que la cierre con fuerza. Arranca y pone música del viejo estéreo.

- ¿Greace? – frunzo el ceño y la miro ¿Acaso ni siquiera esto ha cambiado?

Ella solo se encoge de hombros y me sonríe mientras suelta una risita.

- Mi mama antes de que falleciera, siempre pero siempre, todas las noches, veíamos la película. ¿Qué te puedo decir? Amo las películas y a John Travolta. ¿Qué tipo de películas te gustan?

- Las de terror, suspenso, documentales…

- Los documentales no son películas – replica y se ríe – Son simplemente eso, documentales ¡Oh, cielos! ¿Escuchas? ¡Summer Nights! ¡Canta conmigo!

Summer loving had me a blast
Summer loving happened so fast
I met girl crazy for me
Met a boy cute as can be
Summer days drifting away to oh oh the summer nights

Luna sonríe mientras canta y hace gestos, demostrando que está disfrutando la canción o que cree que está en un video clip, pero se ve tan feliz cantando. Incluso vuelve a animarme a que cante. No puedo cantar, menos esta canción. Tengo un nudo en la garganta, esta canción nos está describiendo totalmente como fue nuestro verano hace cuatro años.

Tell me more, tell me more
Did you get every far
Tell me more, tell me more
Like does he have a car
Ah ha.

She swam by me she got a cramp
He ran by me got my suit damp
I saved her life she nearby drowned.

No puedo cantar, pero me dedico a observarla, se ve demasiado feliz cantando esa canción. Sigue moviéndose al ritmo de la canción pero sin perder lo ojos de la carretera y controlando todo con una sonrisa pintada en el rostro. Luna nunca fue una mala cantante, quizás no es tan buena pero era lo suficientemente para no desafinar a cada instante. Incluso poco le parece poco importarle si canta bien o mal, ella está disfrutando y no puedo prohibirle que lo haga.

No se cuánto tiempo ha pasado, pero la canción está terminando y ella me mira al cantar las ultimas estrofas cuando para en un semáforo rojo.

It turned colder that's where it's ends
So I told her we'd still be friends
Then we made our true love vow
Wonder what she's doing now
Summer dreams ropped the seams
But oh those summer nights.

La castaña comienza a reírse mientras niega con la cabeza. Aparca finalmente y apaga la radio.

- Bien, el lugar no era tan lejos y podíamos ir caminando, pero Runa no me deja conducir a menos que no esté con ella o con Liam. ¡Y eso que es mi propia camioneta!

- ¿Por qué? – pregunto confundido.

- Porque hace unos años atrás tuve un accidente, y bueno… tuve amnesia por un tiempo, aun me cuesta recordar cosas. Pero la cosa es que me tienen tanta desconfianza que casi se negaron a que me comprara con mis propios ahorros el vehículo ¡Ahora bajemos! Te traje a una de las mejores cafeterías de todo Bahamas y vas a adorarla como yo lo hago – me guiña el ojo y no puedo evitar sonreír. – ¿Sabes bailar la música del rock and roll? – frunzo el ceño y niego con la cabeza. Ella sonríe satisfecha – Querido Harry – dice imitando a una mala actriz que he visto en una película vieja – aun no has sabido lo que es vivir ¡Andando antes de que te mate por no saber bailar ni siquiera una canción de Elvis Presley!

- No soy bueno bailando – murmuro bajándome de la camioneta.

- Pero bailaras conmigo – repone una vez que se encuentra frente a frente conmigo – Y te aseguro que después de estos dos años en que vengo aquí, soy una experta. Además, con un profesor como lo es Niall aprendes fácil.

Toma mi mano y me tira hacia adentro de la cafetería, pero es todo lo contrario a uno, si hay mesas y miles de menús y todo eso, pero también hay una pista de baile y también varios tocadiscos viejos, monumentos colgados en la pared y varios portarretratos de Elvis y de otros cantantes que no se quiénes son. La música del rock and roll suena en todo el local. Además, las meseras visten con tales vestimentas de hace muchas décadas atrás, el local entero es la resurrección de los años ’50.

Cuando entra Luna, todas las personas voltean a verla y las saludan todos con grandes sonrisas.

- Ahora creo que entiendes porque es mi lugar preferido – me susurro – Aquí todos son tan agradables. El rock and roll hace que nuestro humor se levante. ¡Ahora a bailar!

Luna se pasa las siguientes dos horas tratando de enseñarme a bailar aunque sea un paso, pero soy demasiado malo, ella aun así no se decepciona y sigue tratándome hacer bailar, pero con pasos más fáciles y lentos.

No puedo parar de sonreír al verla que ella también sonríe. Luna se ríe ante cada paso que da y más cuando todos me animan a que siga bailando, que muy pronto lo lograre.

Luna me susurra que confía en que podre bailar como todo un experto.

Me hace creer en que podre lograrlo algún día.