El primer amor siempre duele - Liam Payne y tu

- Hola hijo – lo saludó su madre. Liam miró sorprendido a la morena, que estaba llena de harina. Miró a su madre y también lo estaba – Liam, saluda a _____.

- Oh, lo siento. Me quedé pensando – dijo algo nervioso – Hola _____.

- Hola – dijo ella secamente.

- ¿Qué hacen? – preguntó él al verlas manchadas de harina.

- Solo cocinábamos galletas – contestó su madre.

- ¿Galletas de que? – dijo el castaño. _____ no decía nada, solo estaba callado, esperando algo.

- Bueno, creo que yo me voy a……revisar unas cosas – dijo Starla saliendo despacio de la cocina.

Liam miró fijo a la morena. Estaba seria, realmente seria. Tenía miedo de hablarme, pues parecía que iba a ladrarle o algo por el estilo.

- ¿Sucede algo? – le preguntó luego de un molesto silencio.

- A ver… – dijo ella y comenzó a acercarse a él – Hace un rato estaba en mi casa, mirando la tele y suena mi teléfono. ¿Quién era?

- No lo se – dijo divertido Liam.

- Piensa un poco – le dijo.

- No, de verdad. No tengo ni la más mínima idea de quien pudo haber sido – dijo él.

- Ashley – le respondió ella – Estábamos hablando sobre algo y de repente me dice que estaba viendo a alguien con alguien en el bar.

- ¿Y a quien estaba viendo?

- A ti – le dijo clavándole asesinamente la mirada – ¿Qué hacías con Taylor en el bar?

Liam tragó sonoramente. Su mirada estaba haciendo que se sintiera intimidado de todas formas. Él no veía nada malo en estar en un bar con Taylor, pero al parecer la morena no pensaba lo mismo.

- Nada, solo me llamó esta mañana para pedirme ayuda.

- ¿Ayuda con que? – preguntó rápidamente.

- Dice que necesita ayuda con algunas materias. Y que si yo podría ayudarla después de clases, hasta que levante las notas.

- ¿Y para eso necesitabas verla en un bar? - dijo algo nerviosa.

Liam sonrió por lo bajo y se acercó más a ella. Levantó su mano y limpio la mancha de harina que estaba sobre su nariz.

- ¿Qué es esto? ¿Una escena de celos o un simple reclamo?

- ¿Qué? – dijo algo nerviosa – ¿Celosa? ¿Yo?

- No lo se – dijo divertido él.

- No, no estoy celosa. Solo me preocupo por ti. Taylor es una mala persona y no da un paso sin estar tramando algo – le dijo ella.

- Pues a mi no me pareció tan así – le dijo.

- ¿A no? ¿Y como te pareció?

- Una chica común y corriente. Un poco tonta, no voy a mentirte, pero una chica como cualquier otra.

- Se nota que no has estado ni dos días con ella. ¿Por qué te piensas que Ashley la detesta tanto? ¿Por qué si? ¿Por envidia? No, no es por nada de eso. Taylor es una persona mala de verdad y nunca tuvo buenas intenciones con nadie. Por ejemplo dejó a Mathew.

- Lo se, me lo contó. Porque se puso a llorar.

- ¿Se puso a llorar? – dijo sin poder creerlo.

- Si, y estaba realmente destrozada.

- Eso si que tendría que verlo – le dijo divertida. Liam sonrió divertido.

- ¿Ya te dijo mamá? – le preguntó.

- Si, le dieron el trabajo a Ronald – dijo alegre.
- Si, hablé con papá y me dijo que era increíble, la facilidad que tiene Ron para arreglar las maquinas. Casi nadie podía creerlo.

- Ni yo puedo creerlo. Te juro que pensé que Ron no servía para nada.

- Pues ahí lo tienes, tu hermano si sirve – le dijo divertido.

Ambos rieron, pero ninguno se dio cuenta de lo cerca que estaban. Sus risas se fueron al constatarlo.

Liam recorrió su rostro con la mirada, y a su mente vino el sueño que había tenido antes de que su madre lo despertara. Había sido tan real besarla, que se preguntaba que pasaría si lo hacía en este momento.

_____ se perdió en la profundidad de sus ojos, y no puedo evitar sonreír ante su cabello bien peinado. Recordó lo que le había pedido ayer en la noche.

- ¿Qué te parece si vamos de compras? – le preguntó sin dejar de mirarlo bobamente.

- ¿A comprar que? – dijo él totalmente en otro mundo.

- Ayer dijiste que tenías ganas de cambiar un poco tu estilo. Hoy es sábado, tenemos todo el día libre, podríamos aprovechar.

- ¿Me acompañarías?

- Claro que si, para eso estamos las amigas – dijo dulce.

- ¿Y Ashley? – le preguntó.

- Oh, ella tenía que hacer unas cosas hoy. Dijo que en la noche nos podíamos juntar para ver películas en su casa.

- Es una buena idea.

_____ se terminó de limpiar la harina que tenía en el rostro y ambos salieron de la cocina. El hermano menor del castaño bajó rápidamente las escaleras.

- ¿Qué onda _____? – le dijo y se acercó a saludarla.

- Hola Dylan, ¿Cómo estas? – le preguntó ella.
- Bien ahora que te veo – dijo haciéndose el galante.

Liam le lanzó una fulminante mirada. Detestaba que su hermano se hiciera el interesante con las mujeres, en especial con sus amigas. Y en especial con _____.

La morena solo rió por lo bajo. Notaba perfectamente la diferencia entre un hermano y el otro. Y también pudo notar como Liam miraba a su hermano.

- ¿Ya hiciste todo lo que te dijo mamá? – le preguntó Liam.

- Si – dijo contestó él, soltando un frustrado suspiro – Eres tan pesado.

_____ volvió a reír por lo bajo. Liam la miró y miró a su hermano.

- ¿Por qué sigues aquí? – le dijo haciéndole un gesto a Dylan para que se fuera.

- Porque eres tan lelo, que seguro se te escapa decirle a _____ que te gusta.

Los ojos de _____ se abrieron como platos al escuchar lo que el castaño menor había dicho. Liam lo miró sin poder creerlo. Iba matarlo. Rápidamente tomó una almohada que estaba sobre el sillón y lanzó hacia su hermano, haciendo que Dylan riera.

- ¡Auch! – dijo divertido, pero restregándose al mismo tiempo.

- Vete de aquí – le dijo Liam apretando los dientes.

Se estaba por acercar a él para hacerle algo, pero _____ se puso en su camino impidiendo su paso. La morena rió por lo bajo.

- Tranquilo, déjalo – le dijo ella.

Liam la miró fijo a los ojos. Y miró a su hermano. Dylan sonrió triunfador, sabiendo que había incomodado a su hermano. Porque aunque liam nunca se lo haya dicho, él sabía perfectamente que le pasaba algo con _____.

- Bueno, adiós – dijo Dy y se fue dejándolos solos.

_____ aun estaba frente a Liam, obstruyendo su camino. Pero a él no le molestaba para nada esto, es más le encantaba.

- Lo……lo que dijo Dylan….no es verdad – le dijo él. Ella lo miró fijo a los ojos.

- Ya lo se – dijo ella y se alejó de él – Se como son los hermanos de molestos. Les gusta sacarte de lugar. Sino pregúntame a mí.

- Te juro que un día no voy a poder contenerme y creo que voy a matarlo.

Ella rió por lo bajo, haciendo que Liam también riera.

- No lo creo. Eres demasiado bueno, como para hacerle algo a tu hermano. Aunque este diga cosas incomodas y que no son verdad.

- Tienes razón – dijo él – ¿Vamos?

- Si, acompáñame a buscar un poco de plata y vamos – le dijo.

Liam asintió, le avisó a su madre que saldría y ambos salieron de la casa de él para cruzar a la de ella. Entraron.

- ¿_____, eres tú? – le preguntó su madre desde la cocina.

Liam se sorprendió ante la voz femenina, ya que nunca la había escuchado.

- Si mamá, soy yo – le contestó ella.

El castaño miró bien a su amiga, para luego mirar a la puerta de la cocina en donde se encontraba parada una mujer de unos 35 años. Una mujer bella, no muy alta, pero hermosa.

Connie miró bien al muchacho y sonrió levemente.

- No sabía que estabas con alguien – le dijo a su hija.

- Oh, lo siento – dijo _____, ya que había olvidado presentarlos – Mamá él es Liam, nuestro vecino y el que le consiguió empleo a Ron.

- Mucho gusto Liam – le dijo.

- El gusto es mío, señora – dijo él.

- Y bueno, Liam ella es Connie. Mi madre.

- Bueno, voy a seguir durmiendo muchachos. Hoy va a ser una larga noche – dijo. Se acercó a su hija besó su frente y subió las escaleras.

Ambos jóvenes vieron como ella se iba y los dejaba solos. Era la primera vez que Liam veía a la mamá de la morena y ahora sabía de donde ella había sacado gran parte de su belleza.

- Es un poco extraña – dijo _____ refiriéndose a su madre. Liam la miró – Pero es la mejor madre del mundo.

- Seguro que si – dijo elcastaño con una leve sonrisa.

- Bueno, ya estoy lista. ¿Vamos?

- Vamos – dijo.

Salieron de la casa de la morena, para subirse al auto de la misma. _____ encendió el auto y comenzaron a andar. Irían al centro comercial, para almorzar algo y luego comprar cosas.

Liam giró la cabeza y la miró. Miró como ella manejaba y tuvo una idea.

- Oye, ¿Por qué no me enseñas a manejar? – le preguntó.

_____ lo miró de reojo y sonrió por lo bajo.

- ¿Quieres aprender a manejar? – dijo.

- Si, sería muy bueno para mi autoestima masculino. ¿No vas a pretender manejar siempre que estemos juntos?

Ella soltó una pequeña carcajada.

- Está bien, voy a enseñarte. Solo mírame y presta mucha atención.

Liam la miraba atento y escuchaba lo que ella le iba diciendo, pero sus pensamientos comenzaron a vagar al, sin querer, fijar la mirada sobre los labios de la morena. ¿Por qué era tan rara la sensación de querer besarla? Tenía una necesidad apabullante de probarlos, de conocer su sabor. Y era la primera vez que sentía una cosa así.

- Liam, ¿Me estas escuchando? – le preguntó ella.

- ¿Eh? – dijo él reaccionando.

- No me estabas escuchando – dijo ella divertida.

- Lo siento, me colgué.

- ¿Con que?

‘Con tu boca’ – pensó – Con el tema del tatuaje – dijo rápidamente.

- Liam, ya te dije que no voy a ayudarte en eso. Tu madre va a matarte y va a matarme a mí por dejarte hacerlo.

- Pero _____…

- Pero nada. Vamos a cambiar tu vestuario y… un poco tu cabello – le dijo y con una de sus manos desordenó su cabello – Asi te ves más sexy…

- ¿Qué? – preguntó él.

- Mmmm, digo que asi estas mejor – dijo nerviosa.

Pronto estuvieron en centro comercial, estacionaron y bajaron para subir por el ascensor al patio de comidas. Cuando llegaron al piso, una emocionada _____, le pidió a su amigo que fueran al Mc’donals. Como le encantaba ese lugar, pero principalmente amaba los juguetitos de la cajita feliz. Se formaron en la fila.

- _____, ¿Vas a pedirte una cajita feliz? – le preguntó él sin poder creerlo.

- No, bueno no se. Lo que pasa es que la hamburguesa de la cajita no me llena, para nada. Pero amo los juguetitos.

- Y bueno, pídete un combo. Y yo te compro el muñequito.

- ¿Qué? – dijo ella sonriendo levemente.

- Si, mi primer regalo de amigo para ti.

- No, tú ya me has dado un regalo – dijo ella dulce.

- ¿A si? ¿Cuál?

- Conseguir un trabajo para Ron. Ese es el mayor regalo que me han dado en mi vida. Y de verdad no se como voy a hacer para agradecerte.

- Lo que puedes hacer es dejar de agradecerme. Ya te dije que no es nada, y que lo hice porque, a pesar de que nos conocemos hace muy poco, te quiero. Eres una gran chica, nunca tuve amigas mujeres, y siempre pensé que era complicado. Pero gracias a ti y a Ashley no lo es.

- Aaaaaw – dijo ella enternecida – ¿Puedo abrazarte? – le preguntó.

Él rió divertido mostrándole una encantadora sonrisa.

- Claro que si, golosa – le dijo.

Ella sonrió y sin seguir dando vueltas se acercó a él para abrazarlo dulcemente, colocando sus brazos detrás de su cuello.

Liam rodeó su pequeño cuerpo con sus brazos, respondiéndole el lindo gesto. No era la primera vez que se abrazaban, pero había algo raro en eso.

- ¿Puedo tomar su orden? – les habló una chica.

Ambos se separaron y se giraron a verla. Las mejillas de _____ tomaron rápidamente color.

- Mmmm, si. Quiero dos combos, cuarto de libra – dijo él.

- Que el mío sea doble – dijo _____. Liam sonrió.

- Bueno, que ambos sean doble – le pidió él. La chica sonrió.

- Que considerado tu novio – le dijo a _____.

Ambos jóvenes abrieron bien los ojos y miraron a la chica de Mc’donals. Empezaron a reír nerviosamente.