El Club de las Cinco {One Direction}

Que caso tenia, estaba en este lugar desde hace una hora y aun no encontraba la razón por la cual la geometría me serviría de algo en mi vida; valla pérdida de tiempo la escuela. Para colmo estaba faltando a clases casi todos los días y sin excusa, mi madre se había rendido y con respecto a eso le daba igual lo que hiciera; ya que su respuesta siempre era que era mi única responsabilidad y esas cosas. Que carajos me podía enseñar la escuela en estos momentos que me sirviera para reparar un poco mi vida.

La campana sonó de una vez dando final al día de hoy; cuando me dirigía a la salida, esquive a Alice y no trate mucho con las chicas. No es que simplemente no quisiera hablar con ellas, pero me sentía insegura a pesar de que buscaba la oportunidad para lanzar todas las palabras y secretos de una vez al fin. Tal vez si dejaba pasar un poco el tiempo sería más fácil. Camine rápidamente con lo que choque con una persona de frente, oh genial.

—Hazte a un lado idiota. –le solté en la cara mientras este había usado su pierna de trama que no pudiera pasar.
— ¿Qué no me extrañas? ¿Eh? Sabes, por que no se llaman “El Club de las Gritonas”, todas gritas mientras lo hace.-escupió con palabras Liam, valla idiota si ya me decía que entre y él y Camila había pasado algo. —Aunque no lo puedo asegurar por la pequeña rubia, todavía no llegado hasta allí abajo, pero todo a su tiempo.
—Alejate de Josie y deja de molestarnos ¿Te sientes más hombre ahora que estuviste con nosotras? Dime. Porque para mí sigues siendo un idiota. –reproche esto empujando y conseguí un lugar para poder pasar.
—Son todas igual de zorras, es más, dan lastima muchachas. –gritoneo de fondo con un agudo tono irónico, algunas personas del pasillo me vieron y luego bajaron la mirada y siguieron con lo suyo.
—Cuida tus palabras Payne, podrían regresar y hacerte daño. –conteste mirándolos a los ojos y cuando mire su gesto neutro; voltee para proseguir hacia mi destino.

Entre al baño de la escuela para poder acomodar el molesto sostén que se corría de su lugar; entre a uno de los cúbicos y mientras hacia lo mío me quede escuchando unos cuchicheos de unas muchachas en el lugar. “Yo escuche que esta embarazada y ni siquiera saber quién es el padre, valla perra” “Dicen que a la pelirroja fue arrestada por destrucción a espacio públicos, y creo que es verdad porque me lo conto un amigo de un amigo que la vio con un objeto raro en la mano” “Pobre la animadora, está dejando ir todo su potencial, no se da cuenta que sus compañera quieren sacarla del equipo” “Hablando de equipos, dicen que sancionaran a la de futbol por comportamientos extraños, acaso no vieron como perdió la forma” “Han visto varias veces salir a la enana de un salón algo misterioso con varios profesores, tremenda puta se ha mandado la escuela”. Espere que se fueran para salir de pronto, ¿así nos veía la escuela? ¿Cómo fáciles, alcohólicas, delincuentes..? Habíamos echo algunas cosas mala, pero porque teníamos que soportar todo esto, a la mierda toda la escuela.

***

Solo pensaba, ¿era realmente necesario tener una cena con toda la familia una vez al mes? No solo de la parte de mi Madre, si no todos mis tíos, todos mis primos, y si, Zayn. Pero tenía la ventaja que él y su familia no había llegado aún; nadie había llegado y no vendrían hasta las nueve, pero como parte de mi encarcelamiento, digo, de mi trabajo en casa; estaba ayudando a limpiar la vaguilla mientras mi madre pretendía sacar tierra con el escobillón de cuando espacio había. Todo esto venia de una charla que ella me dio junto a su esposo; podría salir y volver cuando quisiera a fiestas, podía comportarme como una perra en la escuela o con mis amigas; pero en casa era su hija y si no quería terminar viviendo con mi abuela; tendría que comportarme. Acepte a regañas pero me pareció lo más justo.

Aunque pensándolo bien, tenía que aprovechar estos momentos. Había buscado el tiempo justo que quedáramos las dos solas para preguntarle sobre las misteriosas cartas; es más, había descubierto fotografías de ella junto quien sería el hombre de las cartas. Ello habían salido y por quien sabe qué razón terminaron, al tiempo mis padre se conocieron pero aun así; no lograba descifrar quien era ese hombre y porque pareció ser tan importante en mi niñez. Tome aire cuando mi se abrió paso a la cocina y del refrigerador saco una jarra de vidrio con jugo dentro. La mire y me ofrecían con un gesto pero negué con la cabeza.

— ¿Qué tienes Gemma? –dejo el vaso de lado mío y se acercó; parecía de un buen humor hoy. —Sabes que algo esencian en la familia es la confianza y no quiero que te guardes estos silencio? –no respondí pero solo mire hacia ella y le sonreí. — ¿Estas tomando todos tus medicamentos, aja?-pregunto y yo solo rodee los ojos.
—No es eso –suspire-. ¿No hay algo que tu quisieras contarme? ¿Sobre mí de niña? –me miro incrédula y tomo un sorbo. — ¿Algo sobre un tal… Owen? –y ahí mi mamá tocio sobre su vaso.
— ¿Revisaste mis cosas? Te dije que no lo hagas Gemma, yo ni siquiera puedo entrar a tu cuarto. –frunció el ceño, quería cambiar la conversación de tema pero la curiosidad me estaba sacando de quicio.
—Y-yo…- no termine ni la segunda palabra y tocaron el timbre. Rápidamente mí mamá se paró y disparo hacía la puerta recibiendo a Marck.

Así fueron llegando mis familiares y sentía que sería largo ya que mi mamá tenía preparado juegos estúpidos y trivias familiares. Pero cuando llego por detrás de todo, no quería ni respirar. Lo vi con su rostro que reflejaba decepción y para no tener que sufrir en saludarlo en su meguilla; fui donde mis primos pequeños jugaban con muñecos. Lo evite hasta que llegó la hora de cenar; para los colmos lo tenía sentado en frente mío. Pero me limite a jugar con la comida ya que no tenía apetito.

— ¿Qué cuenta Gimmi? ¿Anda con novia o algo nuevo? –casi me atragante cuando escuche eso de mi tía mayor. Levante la cabeza y todos me miraban por una respuestas; todos.
—Eh, bueno… -digo por lo bajo-. No, no estoy con novio y todo anda bien en la escuela. –respondí balbuceante, y metí otro vacado a mi boca esperando a que nadie notara mi latente nerviosismo.
— ¿Y tú Zayn?-vuelven a decir y hacen los mismo. –Nuestro pequeño galán, ¿no crees que es hora de encontrar a alguien, hijo. –alentó mi tío a su lado con una palmada en su hombro. —Bien parece que los dos mayorcitos están solos, pero son jóvenes y tal vez se confunda mucho. -finalizo.

Susurre un “permiso” y con el asentimiento de todos, camine hasta la puerta de mi habitación; pero no había llegado hasta ahí cuando ya me encontraba apoyada contra la pares con las manos en mi cara. No. Tanto tiempo ocultando esas sensaciones y haciendo como si nada pasara, para que ahora no pudiera ni escuchar su respiración. No lo decía de una manera negativa. Si no, porque era capaz de cruzar la mesa y besarlo una vez más. Pero tal vez esto me decía que estaba mal y que después de todo; todo era mi culpa. Ni se cómo ni sé de dónde. Pero dentro de mí crecía una gran y pesada culpa.
A través del pasillo que daba a las piezas, vi llegar una figura y solo tenía mis ojos cargados de lágrimas.

—Aléjate. –le advertido al verlo con su respiración irregular y tímida.
—No hagas esto por favor. Deja de actuar como si no hubiera pasado nada, porque, yo no puedo Gemma.
—Todo fue un error. Y-y te entiendo, tú estabas ebrio y yo tal vez un poco también y simplemente me confundiste con otra persona y
— ¡No carajo! –se sobresaltó acercándose un poco más. —Todos lo que echo fue pensar en ti, en pensar en que quería besarte y en pensar que lo hice. –me tomo por lo brozosos con mi cabeza aun agachada. —Por favor, simplemente no puedes pasarle por delante.
—Lo siento –dije librándome y tomando distancia. —Pero yo no siento nada –mentira. —Solo que en shock porque no fue algo agradable, ¿de acuerdo? Zayn, tu eres mi-
—No lo digas.
—Solo hazme el favor de volver a la mesa y diles que no me siento bien y que les deseo un buen viaje, yo me iré a dormir ¿vale? gracias. –respondí tratando se ser lo más seca posible con respecto a mi tono. Sin decir más, entre a mi habitación.

***

Sin siquiera cambiarme de ropa, me tira sobre mi almohada. El frio de esta me dio una sensación de comprensión y largue un gran suspiro contra ella. Afuera remordimientos. Afuera culpas. Afuera mentiras y soledad. Peor aun así, una parte de mi mente quería que tomara y afrontara la decisión de salir afuera, buscar a Zayn y darle el mejor beso de toda mi puta vida. Pero nuevamente no, no quería confundirlo y que pensara en sentimientos ilusos hacia mí. Ya no más culpa, por favor.

Me removí en el sillón de la Doctora Ray mientras ella solo se dedicaba a anotar cada detalle en su libreta azul. Era odioso cuando me dejaba en esos silencios incomodos sin saber que aportar a la situación. Había llegado hace media hora y todavía no me daba el pie para contarles nada de los que paso en esta semana. Yo confiaba en ella… pero hasta qué punto podía contarle las cosas y ella solo asentiría. Qué tal si decía algo de más y ella corría de decirle a mi madre sobre eso.

—Gemma las palabras no saldrán solas si no me dices nada. –dijo mirándome por encima de las gafas. — Solo te pregunte que te ocurrió de interesante estas dos semanas, vamos.
—Bueno –resople-, estoy algo perdida, sabe. Como frustrada. –fue todo lo que lanza y luego dirigí mi viste a la enorme ventana gris que daba vista a un parque completamente verde y reluciente.
— ¿Sobre qué? ¿Cuál es tu definición de perdida? –hablo y siguió anotando cosas. Tenía que encontrar la manera de decirlo pero no de una vez, tenía que tener un consejo o alguna respuesta. Y bueno, tenía que largarlo.
—Se siente como si estuvieran en medio de un bosque. Y solos tienes dos caminos. Un camino sabes que te llevara de vuelta de casa y el otro, no lo sabes, no sabes que hay en él ni donde terminara. –Me restregué las manos- Como si de pronto quisiera tomar el segundo camino pero –suspire-, tengo miedo.

La Doctora se paró en silencio y se dirigió hacia había una charola en una mesada a sus espaldas. Tomo un jarra con agua y sirvió un poco, luego nuevamente se sentó en la mesa y me lo ofreció. Lo tome por mera amabilidad.

—A veces todos sentimos eso Gemma, es norma en muchachas de tu edad –sin pensar tome un sorbo-. Dicen que el que no arriesga no gana, tal vez ese camino no sea malo, pero al ser algo desconocido, solo aférrate a las cosas buenas que te puede dar.
—Sí. Tal vez sea así –sonreí-, gracias como siempre.
—Yo solo hago eso Gemma, pero sabes que hay problemas que tienes que enfrentar tu sola. Ve adelante y cuéntale esas cosas a tu Madre.
—Claro.

Luego de unos minutos más, era hora de irme. La salude cordialmente y me retire. Afuera mi mamá me pregunto qué tal había estado y solo tuve la valentía de decir “lo mismo de siempre”. En el auto pensaba en tocar el tema anterior, pero no quería arruinar su buen humor de hoy. Cuando llegamos ella partió al trabajo y me quede sola una vez más en mi casa.

Mire la pequeña caja de pastilla pero no, ya había decidido que esas estúpidas pastilla antidepresivas no me ayudaban. Al carajo con ellas. Me cambie de manera rápida y bueno, después de todo, merecía una buena siesta.

***

El timbre sonó por toda la sala. Mire el reloj sobre la mesa y era el atardecer, nadie venía a mi casa a esta hora y todos los aquí llegaban mucho después. Me senté y sacudió mi cabeza del cansancio que tenía. El timbre sonó una vez más. Maldito ruido que me complicaba las cosas. De mala gana me dirigí así la puerta, mire por la apertura y dios, que quería aquí a esta hora.

—Hola –dijo con un tono bajo-. — Si quieres que me valla está bien.
—No, quiero decir, pasa Zayn.

Entro con una cara de desastre total. Se sentó en el sillón y puso sos manos en su cara agachas. Yo simplemente me quede parada frente a él, además no estaba vestida de la mejor forma para recibir a alguien en este momento aportando mi dolor de cabeza.

— ¿Qué sucedió? Zayn. –le dije pero al ver que balbuceaba unas cosas me senté junto a él y pase mi brazo sobre su espalda como en los viejos tiempos él lo hacía por mí.
—Y-yo le conté a Heather. –dijo levantando la cabeza para adelante. No, como iba yo a ser tan tonta de no pensar en que siempre desembocaba en ella. Era mi amiga, pero prefería mis veces tener que contarle yo las cosas, no. —Es que llego a mi casa con esa mirada juzgadora y no pude guardarle todo, y solo… no le agrado nada. Arruine todo y solo quería que lo supieras.
—Dios…-suspire tirando todo mi cuerpo contra el sillón.
—Igualmente no enojo conmigo, solo me dio un sermón de lo imbécil que soy y una moral de la vida. –respondió y giro su cuerpo para mirarme. — ¿Y ahora qué? –pregunto.
—Y ahora nada. Ahora debo decirles a todas las chicas y rogar porque mi madre no se entere ¿De acuerdo? –le mire con conjunción. Él se puso de pie de un salto y paso sus manos por el cabello.
—No puedo creer que realmente dejes pasar esto. ¡Joder Gemma! ¿Qué quieres que haga ahora? Estas en mí jodida cabeza todo el día. –gritonea y baje mi cabeza, no, porque era capaz de hacerme esto. —Di algo. Por favor. –dice bajando la voz.

Me paro y empiezo a lagrimear. —Solo sé que. No es lo correcto. Pero, ya no puedo más… -y en cuestión de segundo aquí iba de vuelta. Porqué besarlo se sentía como el mismo infierno. Y solo eso quería, que sus manos pasen por mi cuello; era perderse y no querer volver jamás.

Maldito sillón en ese maldito lugar. Seguí sintiendo el beso de Zayn mientras caí contra este mismo. Pero que rayos. Si Zayn no era como los otros chicos, él tenía un significado diferente para mí. No era un polvo ni unos simples besos, era la persona que me hacía volar la cabeza y por la cual no me importaría nada. Esto no podía ser así. Por más que cada caricia en mi cabello era un sueño, sabía que de una forma u otra, cada cosa que estaría dispuesta a hacer seria especial.

—Es mejor que paremos con esto o terminare encerrado en el baño. —bromea Zayn, pero no es tan divertido como debería ser.
—Tengo sueño sabes y tú me despertaste de manera brusca. —sonrío, y me siento con el sonriendo también. —Pero, te quedaras aquí y me acobijaras hasta que me despierte nuevamente.
—Supongo que es gusto.

No sé exactamente cuantos minutos pasaron para que estuviera descansando junto a él. Solo faltaba que alguien me diga que era irreal porque se sentía de esa manera. Inconscientemente, nos dejamos, acercándonos, y antes de darme cuenta, él también estaba descansando con la respiración suave. Cerré los ojos y me preparaba para el día siguiente; afrontar a las chicas.

***

— ¡Incesto! –grito Camila y con miradas cruzadas con Zayn empezamos a reír con nerviosismos.
—Eres ocurrente Cam. Vamos pasa, él estaba por… escaparse. –le digo para que se calmara, pero excéntrica no quitaba la mirada de Zayn. —Adiós. –le digo de manera nula e invito a Cami a adentrarse a la casa cerrando la puerta detrás.

Sin muchos problemas coloca su espalda contra la pared y me mira de manera obvia. — Creo que estoy un poco cariada. –me dice.
—¿Un poco? ¿Eh? Dime que paso allí afuera mujer, me has dado el susto del siglo. –tomo su brazo y caminamos a mi habitación.

—Tengo ganas de, no tener ganas de nada. Como si todo me diera igual en este momento. –susurra tirando a la cama y tomando una de las almohadas en ella tapándose la cara.
—Voy a dar por entendido que nadie sabe que andas vagueando a estas horas. ¿Y cómo va en casa? Niall me contó algo la otra noche… -con mencionarlo bufa más fuerte. Empiezo a cambiarme para estar algo presentable, algo de dignidad me quedaba.
—Actúan como si no pasara nada. Gracioso ¿no? –se sienta y pasa su vista por las paredes azules. Este era el momento en que podía contarle, tal vez.
—Cam; ¿si te cuento algo no se lo dirás a nadie?
—¿Y las chicas? –frunce el ceño.
—Te prometo que se lo dire a todas pero necesito sacarlo de aquí.
—De acuerdo… lárgalo enana.

Al principio creí que le contaría sobre Zayn, pero termine hablando de las cartas misteriosas y de las cosas que le había dicho a mi madre. Me dio la idea de preguntarle al esposo de mi mamá´sobre aquel hombre, luego salto con su historia de los medicamentos. ¿Acaso a Camila se le chafo un tornillo? Luego de armar suposiciones, toque él tema de su amigo el rubio, cosa que cambio su cara de una forma extraña. Mejor no meter la pata. Por ultimo le comente lo de la escuela y solo pudo decir; allá ellos.

—Solo recuerda que la próxima reunión es en tu casa, ¿vale? -le digo mientras caminábamos sin rumbo.
—Me olvide completamente, creo que es una mala idea. Igualmente extraño poder hablar solas sin tener que preocuparnos sobre esos malditos idiotas. -contesta y estira su cuello.
Era lindo que por momentos nos volvíamos las mismas niñas perdidas de antes.