Re: El Club de las Cinco {One Direction}

por **{Josie}** Jue 29 Nov 2012, 9:45 pm

ME HA ENCANTADOOOOOO, me gusta esta novela me he vuelto adicta.

por **nayeon.** Vie 30 Nov 2012, 12:53 pm

Tengo Internet :D
Muchas gracias por decir cosas tan linda de mi capitulo tan feo xd.
Miliiiiiiiiiiiiiii, me a encanta ndo, encerio <3. sdjkhsdkj :3.
Todas esperemos a Patu e.e

por Invitado Vie 30 Nov 2012, 1:54 pm

¡No te quedó para na mal el cap, Mili!

¡Siganla lo más pronto posible!
Esta novela se esta volviendo una adicción, sip.

¡Saludos!

por Invitado Vie 30 Nov 2012, 2:05 pm

¡Espero que la sigáis pronto, porque me voy a morir!
Por cierto Elevate, ¿de donde sacaste esa firma? Quiero decir... el fragmento donde sale Alex P. y la chica, que ahora mismo no me acuerdo de quien es :).

por **→ikathdraul ∞** Vie 30 Nov 2012, 3:04 pm

Nueva lectora(:

Mi nombre es kath, tengo 14 años y soy mexicana.

Me gusta tú novela-aunque no leo con One Di-Di, pero ahora lo esoy haciendo(?)-

siguela n____n

por **Sophie :)** Sáb 01 Dic 2012, 4:54 pm

Hey! Nueva Lectora! :)
Me Encanto La Nove :D Porfa Siganla Esta Increible!

Pdta: Fiel Lectora :cherry:

por **uncool.** Sáb 01 Dic 2012, 7:10 pm

asdfghjklñ desde hace rato que quería leer esta novela y por fin lo hice. <3 La amo completamente, escriben genial. Me encanta. ¡nueva lectora!

por **MyckThunderstorm** Sáb 01 Dic 2012, 7:35 pm

¡Wow! En serio, muy buena novela (: espero que suban pronto, estoy muy muy intrigada :z

Saludos :3

por **Patu** Sáb 01 Dic 2012, 10:37 pm

Primero que nada, gracias a todas las que comentaron y muy bienvenidas sean las nuevas lectoras ;) gracias por pasarse <3 Lamento subir tan tarde, pero me costó un poco redactar el cap y no quedé muy conforme pero al menos es largo (? Espero que a ustedes les guste más que a mí:

Capítulo 5

El Club de las Cinco {One Direction} - Página 8 Jjj

{Josie}

Cuando por fin estuvimos las cinco reunidas, comenzamos a parlotear sobre nuestras andanzas durante el verano, mientras Gemma y Heather se fumaban un porro y Alice y yo nos entreteníamos con revistas de modas. Hice los estúpidos tests que salían en éstas hasta aburrirme. Las palmas de mis manos comenzaron a picarme y cuando me rasqué, noté que las tenía sudorosas. Llevaba un buen rato sin escuchar ni una palabra de las conversaciones.

—Ya vengo —musité, poniéndome en pie para ir al baño.

En realidad, no necesitaba hacer nada ahí, excepto pensar. Todas contaban lo que hicieron en el verano y estaba segura de que en cualquier momento me tocaría a mí, y no querría mentirles. No tenía ningún motivo para desconfiar de ellas, solo que hablar del tema me incomodaba pero a la vez necesitaba hablarlo con alguien y ese alguien no podía ser mi madre. Con ella hablábamos de todo, excepto dos cosas: mis cortes y chicos. En este caso, era lo segundo.

Cuando volví a la sala, no me costó trabajo notar que habían estado hablando de otra cosa y que cambiaron el tema. Ya después averiguaría qué era, por lo pronto, había tomado una decisión.

—Ocurrió algo durante el verano —anuncié con timidez, provocando que la sala quedara en silencio. Bajé la vista al sentir la mirada de todas en mí.

—¡Caramba, Rubia! No me digas que ya te desvirgaron.

—¡Gemma! —Sentí mis mejillas quemando al oír las risas de las demás.

—Bueno, ya está, cállense y déjenla hablar. Es la única que aún no nos contó con detalle sobre su verano —intervino Heather.

Le ofrecí una mirada de agradecimiento a la pelirroja y me senté de nuevo en el suelo para comenzar a hablar.

—A varios kilómetros de la ciudad, hay un comedor situado en una zona rural. Como yo ya estaba desocupada de los exámenes, mi madre me avisó que iríamos a pasar la mañana y parte de la tarde ahí. Resultó ser un lugar bastante agradable, los niños fueron muy cariñosos y a pesar de que tuvimos mucho trabajo, la pasé muy bien. Hasta que llegó el momento de servir la comida. Ustedes saben lo torpe que soy y en un momento dejé caer accidentalmente una de las bandejas. Entonces, una mujer regordeta de cabello castaño y ojos azules cayó encima de mí con un montón de reprimendas y me avergonzó terriblemente en frente de todos.

—Que vieja de mierda —escupió Camila.

—¿Y tu madre? —quiso saber Alice.

—No se encontraba allí en esos momentos —comenté con pesar—. Sin embargo un chico, el cual también había estado ayudándonos, se acercó y le pidió que se calmara. Era su hijo. —Hice una breve pausa y tragué saliva, antes de elegir mis siguientes palabras, recordándole como escuché que lo había llamado su madre—. Digámosle Boo Bear. Vamos, no sean idiotas —las regañé, cuando explotaron en risotadas—. Después de eso, era la hora de almorzar para las personas que ayudábamos. Boo se sentó conmigo y trató de subirme el ánimo con bromas tontas. No me pareció la clase de chicos que suelen hacer eso, no entiendo por qué lo hizo.

—Quería seducirte, es obvio —dijo Gemma.

—Pero, ¿por qué a mí? Hay chicas mejores en el colegio.

—¡Momento! Entonces es alguien que va a nuestro colegio ¿eh? —chilló Alice, entusiasmada. Me mordí fuertemente la punta de la lengua por mi descuido.

—Da igual, no les diré quién es. Bueno, después de eso teníamos algo así como media hora para despejarnos y comenzamos a recorrer el lugar. Caminamos un buen tramo por un sendero con árboles hasta que comencé a preocuparme. Le dije que deberíamos volver, pues los treinta minutos ya estaban cerca de cumplirse pero él no hizo caso, estaba convencido de que quería mostrarme algo. Luego llegamos a un portón de madera bastante viejo y no demasiado alto, él me ayudó a trepar mientras no dejaba de repetirme que me quedara tranquila. Una vez que lo cruzamos, solo recorrimos un pequeño tramo hasta llegar a una pequeña y hermosa cascada. Nos sentamos en el césped a hablar, a conocernos mejor…o eso creo —balbuceé—. Ya saben como son los chicos, quizás solo me dijo un puñado de mentiras. De seguro fue así.

—Bueno, ya deja de derrochar optimismo y sigue con el relato —se impacientó Heather.

El calor me daba golpecitos en las orejas y las mejillas, mientras les contaba la última parte, la más comprometedora: cuando, de un momento a otro, él presionó mi espalda contra uno de los árboles y me besó. Lo más inquietante es que lo dejé, y no me sentí mal por ello. No se sintió nada mal sentir sus labios sobre los míos, su lengua profundizando el beso y sus fuertes brazos apegándome a su cuerpo. Incluso con los ojos cerrados, podía adivinar cada parte de él, podía sentirlo. Y no quería que me dejara ir.

Mierda. Creo que les conté demasiados detalles a esas locas, que no dejaban de chillar y lanzarme vítores. Nunca creí que recordaría con tanta exactitud los detalles, pero a decir verdad, estuve reviviéndolos todas estas semanas tanto despierta como dormida. La triste realidad es que era muy enamoradiza. Y creo que estaba enamorada de este chico.

Claro que esto último me lo guardé para mí.

—Con las chicas hablábamos de juntarnos esta noche, escuché que Jeremy Carter dará una fiesta para despedir las vacaciones. ¿Qué dices, podrás ir? —me preguntó Camila, cuando las risas se calmaron un poco. Comencé a dudar un poco, ya que odio las fiestas pero a la vez me gustaría pasar más tiempo con las chicas.

—Vamos, debemos celebrar tu conquista —dijo Alice con entusiasmo y yo no pude evitar echarme a reír.

—¿De qué hablas? No he vuelto a estar con él. —Mis últimas palabras sorprendieron y, me pareció, decepcionaron a las chicas, quienes ya no volvieron a hablar del tema. En cambio, insistieron sobre la fiesta hasta que lograron hacerme aceptar.

Así que regresé a casa para darme una ducha y esperé pacientemente a que mi padre se durmiera –jamás me dejaría ir- para vestirme y salir. Mi madre no puso reparos, solo estaba algo desconcertada y me pidió que tuviera mucho cuidado. Le brindé una sonrisa tranquilizadora, pues sé que no exageraba, le di un beso en la mejilla y me fui.

***

—¡¿Qué carajos?! —me chilló Gemma en cuanto me vio entrar en su casa, donde debíamos reunirnos antes de ir a lo de Jeremy. Alice, Heather y Camila me miraron con desaprobación también.

—¿Algún problema? —pregunté, bastante incómoda. Creo que el era por mi ropa, íbamos vestidas totalmente diferentes. Todas ellas llevaban faldas muy cortas o vestidos, mientras que yo tenía mis típicos jeans y converse.

—Ven conmigo. —Gemma me tomó con brusquedad de la muñeca y me condujo por la casa. Las demás la siguieron a paso firme, como si se encaminaran hacia una misión muy difícil. Bueno, si querían lograr que me viese como ellas, definitivamente tenían una misión imposible.

Una vez en su habitación, Gemma se puso a rebuscar en su closet, mientras que Heather tomó unos estuches con accesorios y maquillaje que estaban sobre la mesita de noche, Alice se fue al baño en busca de productos para el cabello y Camila se puso a buscar algo en los cajones.

Cuando todas regresaron, me sentí avergonzada, molesta e incómoda. Aún así, obedecí cuando me pidieron que vaya al baño a cambiarme. El vestido que me dieron era tan pequeño que incluso le costaría cubrir el cuerpo de Gemma. Como las dos tenemos la misma talla, mis mejillas se encendieron de solo imaginarme con esto puesto y por un minuto estuve tentada a salir corriendo por la diminuta ventana del baño, pero si quería pasar esta noche con mis amigas, no habría otra manera de hacerlo. Así que me quité mis prendas, incluido el sujetador, y me coloqué el que Camila escogió para mí. ¡Joder! Era tan ajustado que apenas podía respirar. No tengo casi nada de delantera, pero aún así este sostén es al menos dos talles más pequeño de lo que debo usar. Y ya veo porqué Cami lo escogió, pues realzaba mis pechos haciéndolos parecer más grandes y mejor formados. A continuación me puse el vestido de Gemma, el cual era negro, con la parte de arriba en forma de corset y dejaba ambos lados de mi cintura solamente cubiertos por una fina tela de encaje negro. Como sospechaba, apenas me cubría los glúteos y era bastante ajustado también en esa parte.

Cuando salí, me di cuenta de que estaba descalza y aún podía echar a correr si trataban de convencerme para que use unos malditos tacones. Todas lanzaron silbidos de aprobación y sé que lo hacían por pura cortesía, ya que no me sentía bonita y ni “sexy” ni por cerca.

—Te falta esto, Joss. —Heather sacó de su bolso unos zapatos de plataforma de un rojo chillón. Cuando me los coloqué, me sorprendió lo cómodo que me resultaban.

Entonces comprendí que esto había sido planeado por ellas, por algo sabían que no iba a usar tacones. Después, Alice se ocupó de alisar mi cabello, mientras Gemma me maquillaba.

—¿Crees que puedas hacer algo con mis muslos? —inquirí un tanto apenada.

Ninguna de ellas dijo nada, solo se limitaron a cruzar miradas serias.

—Ya lo hago yo. —Heather, quien también tenía problemas con los cortes, me aplicó rápidamente una base sobre los muslos, disimulando así las cicatrices.

—Gracias.

—No hay problema —sonrió ella.

Por último, las cintas que llevaba siempre en las muñecas fueron reemplazadas por unos brazaletes. Todas sonrieron entusiasmadas al ver mi nuevo look, mientras que yo solo solté un gruñido de incomodidad, provocando que rieran.

***

Una vez que estuvimos en la casa de Jeremy, comencé a sentirme realmente incómoda, con todas aquellas personas rozándome y pasando por cerca de mí, mirándome. El rugido de la música era ensordecedor, y sumado a las luces titilantes provocaron que me sintiera mareada. Heather me tomó de la mano, intentando llevarme a bailar, pero yo ya había intentado hacerlo en un par de ocasiones, concluyendo en que simplemente no es lo mío. Nada que requiera coordinación es lo mío. Alice se unió a Heather entregándole un porro como el que tenía ella y ambas comenzaron a bailar a mí alrededor, haciéndome soltar un par de risitas tontas. Gemma se alejó un poco de nosotras, y pude verla en una esquina bailando provocativamente para un chico al cual no reconocí. Camila regresó con dos vasos de vodka y me ofreció uno pero se lo rechacé.

—¡Vamos, Rubia, suéltate un poco! —Me animó Cami, quien también se encendió un porro y se reunió a Heather y Alice.

Pero no podía hacerlo. Comencé a sudar y a sentirme enferma, ese no era mi lugar, no debía estar ahí. Algunos chicos pasaban y me lanzaban miradas hostiles o empujones, al ver que estaba en la pista pero no me movía, por lo cual me apresuré a alejarme allí, perdiendo de vista a mis amigas, quienes estaban muy entretenidas hablando de algo mientras bailaban.

—No me gusta que estés así. —Heather, se sentó a mi lado en el patio, al cabo de unos minutos. Llevaba una lata de refresco en las manos y me pregunté de adónde habrá sacado algo sin alcohol en un lugar como este—. Las chicas y yo te trajimos para que pasaras un buen rato por tu cumpleaños. Queremos que te diviertas —dijo entregándome el refresco, con un brillo extraño en su mirada enrojecida.

—Lo sé —musité apenada. Era temprano aún y yo ya quería largarme cuanto antes de allí, pero no podía hacerlo. Por cierto, el refresco sabía bastante mal, pero bueno, no podía quejarme con Heather después de su atención.

Minutos después, las demás se nos unieron. Noté que Gemma tenía su falda un poco torcida, lo cual delataba que ya se había echado un buen polvo, Camila llevaba el pintalabios un poco corrido, además de tambalearse un poco sobre sus pies, seguramente habría tomado varios vasos de vodka o quien sabe qué y el porro de Alice era apenas una colilla. Un momento, ¿cuánto tiempo había pasado?

—¿Qué hora es? —pronuncié dificultosamente. De nuevo comenzaba a sentirme sudorosa.

—Las doce y cuarto.

—Joder…—susurré horrorizada, pero si habíamos llegado a las once y no mucho después Heather y yo nos sentamos en el patio, sin embargo había pasado ya más de una hora que a mi me pareció que fueron minutos. En realidad, si pensara en mi día ahora mismo, también me parecería que fue solo un instante ya que mi memoria no me permite recordar con exactitud todo lo que hice y el tiempo que me tomó hacerlo. El tiempo solo pasa, que parezca que lo hace más rápido o más lento solo depende de nuestra percepción y… ¿Por qué estoy pensando en esto?

De repente, todas se echaron a reír histéricamente y el sonido me produjo un cosquilleo en todo el cuerpo, erizando mi vello de inmediato y provocando que yo también me riera al descubrir lo ridículas que sonaban sus risas a coro. Todo en mí comenzó a acelerarse, mi pulso, mis pensamientos…demasiadas preguntas que no podía responder, hasta tal punto que permanecer sentada me resultaba insoportable, así que me puse en pie hacia de un salto y comencé a correr hacia la casa.

—¿En su refresco? Eres una perra, Heather —escuché que decía la voz de alguien. El sonido de la oración se repitió como un eco hasta agotarse y desaparecer en lo más profundo de mi cráneo y cuando entré, de nuevo a la casa, todo se convirtió en un espectáculo de colores, olores y sonidos totalmente nuevos para mí. Sencillamente dejé que la música me guiara, como si ésta fuese mi cerebro y yo una simple parte del cuerpo, obedeciendo…todo mi cuerpo moviéndose en perfecta sincronía con la música. Observé extasiada el brillo rosado de las luces que me envolvían y casi podía… ¿olerlas? ¿Era eso un aroma a cerezas frescas? ¿Qué estaba ocurriendo? No lo sabía, pero era jodidamente genial. Mis sentidos estaban tan afinados que cuando percibí aquel aroma dulzón a unos metros detrás de mí, me sentí abrumada por su exquisitez.

—¿Josie? ¿Eres tú? Oh por Dios, ¿estás bien?

—¿Lo…Louis? —balbuceé sin fuerzas.

Por unos momentos, la música parecía atenuar su sonido hasta casi desaparecer, luego las melodías me llegaban de forma entrecortada o distorsionada, o simplemente se intensificaban. Demasiado intenso, quizá. Me tapé los oídos con fuerza. Louis me tomó del brazo, llevándome hasta uno de los pequeños sillones que había en la sala.

—Mírame. —Tomó mi mentón con sus dedos, y podría jurar que sentí su pulso latiendo contra mi piel—. ¿Qué tomaste? ¿Fumaste marihuana?

Volví a inhalar su perfume, y esta vez un empalagoso sabor me acarició la superficie de la lengua.

—Dulce, sabe muy dulce.

—¿Qué cosa?

—Tu perfume.

Me miró muy serio cuando me escuchó decirlo. ¿Era real? ¿De verdad lo estaba viendo aquí? No se parece en nada al chico risueño y bromista que conocí en el comedor. Se acercó más a mí y tomó mi rostro entre sus manos.

—Tus pupilas están muy dilatadas —observó, separándose de mí—. ¿Te dieron ácido? ¿Quién fue? Dímelo.

—¿Qué es el ácido? Pensé que ibas a besarme —refunfuñé, y entonces lo vi sonreír de nuevo después de mucho tiempo. Ahí me di cuenta de lo mucho que me gustaba verlo sonreír.

Quizás estoy enamorada de él, pero no puedo saberlo, nunca estuve enamorada de alguien. Aunque, ¿qué es el amor? ¿Es un sentimiento? ¿Solo una hormona? ¿Quién definía estas cosas? ¿Podía haber una verdad absoluta para algo tan…intangible? Ug, ahí estaban de nuevo todas esas preguntas, prefería concentrarme más en las sensaciones, así que comencé a tocar su cabello y mi piel se erizó de nuevo ante la suave textura que tenía. Él reclinó su cabeza hacia a mí haciendo que nuestras frentes chocaran.

—¿Quieres salir a dar una vuelta?

***

Condujo por un buen rato hasta llegar a una carretera que no logré reconocer, entonces detuvo su auto y me pidió que bajara. Ambos nos sentamos sobre el capó y observamos la luna, que en ese día se encontraba en su cuarto menguante. Le comenté algunas de mis preguntas, y él solo me dirigió una mirada de desconcierto bastante cómica en realidad. Siempre me resultaban demasiado graciosas las personas que podían levantar una sola ceja, nunca entendí porqué, así que comencé a reírme, realmente fuerte y él hizo lo mismo al cabo de unos segundos. Concluí en que su risa era el sonido más bello que escuché en toda la noche.

—¿Louis?

—Dime.

—¿Te gustaría besarme de nuevo? —pregunté algo afligida.

Él desvió su mirada del pálido círculo de la luna y me miró, con una expresión serena en el rostro. No dijo nada, solo se levantó y, colocándose enfrente, volvió a besarme, provocando que mil sensaciones más explotaran dentro de mí y se intensificaran a medida que nuestros besos se profundizaban más. Una mano suya fue directa a mi espalda y comenzó a bajarme el cierre del vestido.

—Quítame este maldito sujetador —farfullé sobre sus labios.

—Paciencia —respondió, sonriendo entre besos.

Jamás creí que me sentiría tan tranquila ante la mirada de un chico sobre mi cuerpo, pero por primera vez en mucho tiempo, no sentía asco de mí misma. Me sentía segura, deseada. Quería que él me pruebe. Y así lo hizo. Probó cada centímetro de mi piel, logrando que algunos gemidos escaparon de mis labios. Me subió el vestido hasta la cintura y se deshizo de mis bragas, mientras yo le quitaba torpemente su camiseta, y observaba con fascinación su piel, que tenía un brillo platinado debajo de la luna.
Sacó un pequeño paquete de su bolsillo y luego de desabrochar sus jeans, se colocó el preservativo, sin dejar de mirarme.

—¿Estás segura? —Su tibio aliento me produjo cosquilleos en el cuello.

—Hazlo —le pedí, aferrándome a su nuca. Él me tomó de las caderas, comenzando a empujarme en dirección a su miembro hasta que entró en mí y por unos segundos, el dolor fue insoportable, pero luego la primera oleada de placer me invadió y fue perfecto. Me reclinó aún más, de modo que los dos quedamos recostados sobre el capó y seguimos moviéndonos durante un tiempo indefinido.

Muchas veces había oído hablar sobre como era el sexo, pero no imaginé que sería tan…intenso. O quizás fuera porque después de beber aquel refresco todos mis sentidos se afinaron aún más, no lo sé. El placer resultaba tortuoso, y lo fue más aún cuando llegamos al clímax. Definitivamente, jamás había experimentado algo tan maravilloso en mi vida.

Louis se desplomó con delicadeza sobre mí, y ambos esperamos a que nuestras respiraciones se normalizaran. Luego, me tomó en sus brazos, me recostó en el asiento del auto, y subió él también. Mis sentidos comenzaban a normalizarse gradualmente y mi mente ya no estaba tan acelerada, por lo cual dejé caer mis párpados para sumirme en un profundo sueño, hasta sentir los rayos del sol quemando contra la piel de mi rostro. Una leve migraña se hizo presente encima de mis cejas y cuando miré alrededor vi que seguía en el auto de Louis, ¿cuánto habría dormido? ¿Una hora, dos? Parecía que fueron diez minutos. Entonces reparé en el semblante del castaño, que lucía preocupado y molesto, parecía como si no hubiese dormido en absoluto. Un cosquilleo de inquietud se apoderó de mis entrañas.

—¿Qué ocurre, Louis?

por **peralta.** Dom 02 Dic 2012, 12:28 am

OMGGGGGGGGGGGGGGGGGGGGGGGG Amé el capítulo! Louis quitando la virginidad de Josie, la amé! Me identifique con ella porque no soy de las muchachas que se arreglan para las fiestas, me conformo con jeans, tenis y con leve maquillaje :P Amé sus capítulos sin duda<3

por **Beluu.** Dom 02 Dic 2012, 5:59 am

sksdhfidlsk NUEVA LECTORA! SIGUELA :D

por Invitado Dom 02 Dic 2012, 8:14 am

¡Seguidla pronto! que me voy a morir.. :( Muy bueno el capítulo, me gusto mucho.

por Invitado Dom 02 Dic 2012, 1:36 pm

¡Hola!

¡Me ha encantado el capitulo!
Espero que la sigan pronto, esta buena.
¡Saludos a todas!

por **{Maru.}** Dom 02 Dic 2012, 1:48 pm

Me encanto el capitulo Heather es una guacha en el buen sentido jaja siganlan pronto besos!!

por **Jaeger.** Dom 02 Dic 2012, 1:58 pm

Patu! asdasf Me encanto el capitulo maldita perra *-* Oh mi Dios ¿Y ahora que va a pasar entre Louis y Josie?
JAJAJAJA todas se morian de risa cuando ella le puso el apodo Boo Bear xd asdñasld Amo como escribis *-* A la noche veo si puedo subir xd

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