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Sin ataduras (Harry Styles)
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Sin ataduras (Harry Styles)
Nombre: Sin ataduras.
Autor: Amelia.
Adaptación: No.
Género: Romance, comedia, medio hot.
Advertencias: No actualizo todos los días.
Otras páginas: No.
Autor: Amelia.
Adaptación: No.
Género: Romance, comedia, medio hot.
Advertencias: No actualizo todos los días.
Otras páginas: No.
Sin Ataduras
Todo comenzó como un juego, para experimentar lo atractivo que era tener un momento de diversión y pasión sin ataduras ni remordimientos.
Pero… algo más salió de aquella relación sin ataduras.
Orgullo que no permite reconocer lo que se siente verdaderamente, desconfianza, y sobre todo, miedo a amar, miedo a sufrir.
—Es sólo sexo Val. Como tú dijiste, sin ataduras ni remordimientos—se notaba dolor en sus ojos.
—No Harry, ya no es sólo eso...
-Sin riesgos en la lucha, no hay gloria en la victoria (Pierre Corneille)
Última edición por Amelia el Jue 03 Ene 2013, 11:28 am, editado 15 veces
Amelia
Re: Sin ataduras (Harry Styles)
Capítulo 1
—Nos pueden descubrir Harry—murmuré entre nuestros labios. —¿Y qué?—respondió él sin alejarse.
—Que nos pueden expulsar—él bajó sus labios a mi cuello.
—No seas aguafiestas—se quejó, ahora haciendo uso de su lengua.
—Harry—un suspiro se me escapó. El sonrió contra mi cuello.
—¿Por qué no quieres que hagamos esto oficial frente a los chicos?—preguntó ahora subiendo el rostro, para mirarme.
—Si Tania se entera…—no me dejó terminar, me calló dándome un casto beso en los labios.
—No pongas a tu hermanastra como un pretexto. Sabes que esto va más allá de solo sexo—dijo mirándome serio.
—Harry…—bajé la mirada.
—¿Qué? ¿Tienes miedo?—preguntó levantando una ceja.
—¡Claro que no!—orgullo activado—¡Eres tú quien ha entablado esta relación de sólo sexo y después la has visto como otra cosa!—él se había separado de mí.
—Perdón, creo que fue todo un error—dijo con sorna, para luego darse la vuelta y comenzar a salir del armario del conserje, pero antes lo tomé por la correa de su bolso. El no se giró, pero logró zafarse y se fue.
Tenía miedo, sí. La relación anterior no había salido para nada bien, así que cuando Harry me propuso la relación de sólo sexo, no me opuse. Pensé que sería divertido. Pero al parecer, él comenzaba a sentir cosas por mí, y aunque mi orgullo me dijera que no, yo también.
Pero no era amor. No era amor. Era cariño, de amistad.
Salí unos minutos después, encontrándome con que no había gente en el corredor. Las clases ya habían empezado. Me dirigí rápidamente hacia el salón, el profesor ya había comenzado la lección. Me disculpé y entré a toda prisa, sintiendo las miradas de todos sobre mí, y para rematar, sólo se escuchaba el repiqueteo de mis tacones al caminar.
Buen día para ponerse tacones Valerie, bien por ti.
No podía concentrarme en Literatura, por más que me gustara la materia. Harry, que solía sentarse a mi izquierda, siempre me hacía muecas, sacándome una sonrisa, pero no se dignó a mirarme ni una vez. Tenía su codo apoyado en la mesa y su barbilla apoyada en su mano, pendiente a lo que el profesor decía.
El timbre nos hizo sobresaltar a todos, que nos habíamos quedado medio dormidos, haciendo que salieran como una estampida por la puerta. Harry fue el último en salir. Lo tomé por su chaqueta y lo pegué a la pared.
—No seas así—me acerqué a él, esperando a que olvidara todo y me besara.
—Eso solo sexo Valerie, no te confundas—remarcó aquellas dos palabras y se sacudió mis manos de su cuerpo, para luego irse.
Salí hacia la siguiente clase, la cual por casualidad tomaba con Harry también.
—¿Qué sucede?—Louis se acercó a mí.
—¿Por qué?—traté de evadir su respuesta.
—Estás tensa. ¿Te peleaste con Hazza?
—¿Qué?—le miré asustada. ¿Él sabía lo que había entre nosotros?
—Bueno, lo vi enojado y caminando hacia el gimnasio, y tú casualmente estás enojada también, así que lo deduje.
—Oh… digamos que se molestó porque no parece que no podré ir a su fiesta—dije inventando una excusa.
—Pensé que ibas—suspiré al ver que había caído.
—Se presentó un problema, pero haré lo posible por ir.
—Te veo en el almuerzo—se despidió con un beso en la mejilla y se alejó por el otro pasillo.
Luego de ponerme el uniforme de deporte, fui hacia el gimnasio junto con otras chicas. EL profesor repartía pelotas de voleibol a las recién llegadas. Vi como Harry estaba levemente inclinado hacia adelante, con las piernas abiertas y las manos apoyadas en las rodillas, listo para recibir el balón. Al hacerlo, el balón se desvió, dirigiéndose en mi dirección. Lo atrapé con mis manos y le sonreí, a pesar de que él no me dirigió ni una de vuelta.
Aún con el balón en mis manos, me dirigí hacia el equipo de Harry, al cual le faltaba un integrante. El bufó mientras yo permanecía con mi sonrisa. Amarré mi cabello en una coleta alta y el profesor sopló el estruendoso silbato.
—¿Qué? ¿Planeas ignorarme el resto del día?—pregunté sin apartar la vista de los movimientos del equipo contrario. Harry recibió la pelota, otra chica la colocó y salté para dar el remate, el cual hizo punto a nuestro favor.—Oh vamos Hazza—dije a su lado.
—Estamos jugando Valerie, ¿podrías concentrarte en eso al menos?—su ego y orgullo estaban heridos. Tenía que arreglar esto, porque aparte de todo, él era mi amigo.
El partido terminó, y no me miró ni una sola vez.
—¿Vienes a la fiesta?
—Sí Lou, por décima vez, sí voy.
—Ok—apenas pude escuchar lo que dijo por el volumen de la música. Me puse un poco más de delineador y labial de color claro. Tenía puesto un vestido de color coral, de un solo hombro y con una franja negra en la cintura, unos tacones negros, y unos accesorios que combinaran. Dejé mi cabello suelto y cayendo en los suaves bucles de siempre.
La música se escuchaba desde el inicio de la calle. Aparqué mi auto en la larga hilera de coches que había fuera de la casa.
Sonaba You Make Me Feel de Cobra Starship a todo volumen.
Sentí las miradas de unos chicos sobre mí al entrar, los ignoré y me concentré en buscar a alguien conocido. Lo vi en una de las esquinas alejadas de la sala, la cual se había convertido en una atiborrada pista de baile.
Con un gesto de la mano en dirección a la chica, entendió que ahí sobraba.
Harry tenía una camiseta azul clara puesta, con los dos primeros botones desabrochados y las mangas remangadas, unos jeans medio ajustados y sus converse negras.
Se detuvo a mirarme unos segundos y dejó su bebida en una mesa cercana. Me tomó de la muñeca y caminamos hacia la escalera. Me dejé llevar, supuse que sería para hablar.
Abrió una de las tantas puertas y la cerró detrás de nosotros. Reconocí su cuarto de inmediato, con aquellas paredes pintadas de un azul oscuro.
Me tomó por la cintura y me besó con fiereza. Yo rodeé su cuello con mis brazos, pegándome más a él. El me cargó, haciendo que enredara mis pies en su espalda baja. Me dejó en la cama, y él quedó sobre mí. Me quitó los tacones aún sin dejar de besarme y recorrió el largo de mi pierna con sus dedos, siguiendo por mis muslos, levantado el vestido de paso.
—Harry—murmuré cuando sus labios ya estaban en mi cuello.
Nos entretuvimos un rato desvistiéndonos. Acaricié su abdomen marcado, pasando mis dedos entre sus abdominales, para luego clavar las uñas en su espalda al sentirlo moverse dentro de mí. Noté algo. Lo hizo con más delicadeza esta vez, no estaba tan desenfrenado como cuando lo hacía como si no hubiese mañana.
—Valerie—gimió cuando terminó. Salió de mi interior y se detuvo un momento a recuperar el aliento.—Vamos, vístete—dijo serio, pasándome mi vestido—, hay que bajar a la fiesta.
—Pero…
—Es sólo sexo Val. Tal y como tú impusiste al inicio. Sexo sin ataduras, sin remordimientos—dijo para después vestirse en silencio, salió cuando terminó, dejándome todavía acostada en su cama, desconcertada.
Última edición por Amelia el Mar 11 Dic 2012, 3:17 pm, editado 2 veces
Amelia
Re: Sin ataduras (Harry Styles)
WOW ESTA BUENA JAJA Escriber bonito y la historia esd entrtenida!
Primera lectora :)
Dime Katy :P
Continuala si? :D
Si necesitas chica para Niall avisame aqui estoy :)
Primera lectora :)
Dime Katy :P
Continuala si? :D
Si necesitas chica para Niall avisame aqui estoy :)
UnicorniaHoran
Re: Sin ataduras (Harry Styles)
aaaaaaaaaaaaaaa me captoooo esta noveee y tambien me ofrezo para Liammmm por faaaaaaaaaaa siguelaaaaaaaaaaaa
Yenifer
Re: Sin ataduras (Harry Styles)
Capítulo 2
—Ella estuvo increíble—dijo Louis mordiéndose el labio y levantando las cejas varias veces. —Ya ya, no queremos saben quién estuvo entre tus sábanas anoche—dijo Sophie molesta tapándole la boca a Louis antes de que dijera una indecencia más.
—¿Dónde demonios se metió Val?—pregunté mirando de nuevo la hora en mi reloj de muñeca.
—¿La llamaste?—preguntó distraídamente Fanny.
—Al parecer tiene el teléfono apagado—dejé mi iPhone en la mesa, un poco brusco. Quería hablar con ella. Necesitaba decirle que todo había sido un error. No debí haberla tratado así, porque sé que se sintió mal. No apareció en toda la noche luego de que salí de mi cuarto. Fui un idiota.
Llevábamos rato en el café al que siempre asistíamos los fines de semana. Unas risas me hicieron girar hacia la entrada. Allí estaba ella. Usaba unos pantalones jeans ajustados a sus largas y tersas piernas, y una blusa más desahogada, de color beige. Usaba sus zapatos altos, le encantaban, a mi me parecían una arma mortal para el sexo masculino (http://www.polyvore.com/vintage_over_here/set?id=50826325&.locale=es). Aún no comprendía cómo las chicas caminaban con esas plataformas sin caerse. Noté que tenía el relicario de oro que le había regalado para su cumpleaños número dieciséis, justo una semana después de que nos conociéramos.
Pero no venía sola.
—Miren a quién me encontré…—dijo sonriendo, acomodando su cabello color caramelo y largo detrás de sus orejas.
—Zayn Malik…—susurró Fanny entornando los ojos.
—Entonces es verdad eso de que has vuelto…—murmuró Sophie.
—Tu regreso ha causado sensación Malik, todos no paran de hablar de ti en la escuela, a la que por cierto deberías haber entrado—habló Val con una sonrisa. A pesar de haberse sentado a mi lado, no me miró.
—¿Y a qué se debe esto?—preguntó Louis.
Todos conocían a Zayn Malik.
El había sido uno de los reyes del instituto antes de irse, el prototipo de chico popular, novio de la capitana de porristas, capitán del equipo de fútbol, pero misterioso y algo callado.
Por lo que había escuchado se había mudado por asuntos de negocio de su padre a Canadá, y había sido amigo de Val, por lo que me había dicho.
—Me harté, quería volver, y heme aquí—dijo haciendo una seña en dirección a una camarera—. Un cappuccino, por favor.
—Uno para mí también—pidió Val.
—En un momento—la joven hizo un asentimiento medio atontada por la mirada del recién llegado y se marchó.
Siguieron hablando, concentrados todos en Zayn, cómo había su vida, y Louis haciendo preguntas estúpidas acerca de las chicas canadienses.
—¿Por qué no vamos al parque de enfrente? Esto comienza a llenarse de gente—quise agradecerle a Tifanny por haber sugerido aquello.
Todos estuvimos de acuerdo y luego de pagar, salimos de allí, cruzamos la calle y las demás fueron en busca de una sombra. Antes de que Valerie pudiera alcanzar a las demás la tomé del brazo y la halé, quedándome detrás del árbol. Casi tropieza y la abracé, envolviendo su fino cuerpo con mis brazos.
Ella se apartó de mí.
—¿Qué quieres?
—Necesito decirte algo.
—Tienes treinta segundos…
—Val…—fruncí el ceño.
—Veintiocho, veintisiete…
—Perdón—ella, que miraba su reloj de muñeca, levantó la vista, mirándome.—Perdón por haberme comportado como un imbécil. Yo… no quería…—evité su mirada.
—No querías tratarme como a una cualquiera, una basura, un juguete sexual…
—Ok, ya está bueno Valerie—dije frunciendo el ceño.
—¿Por qué?
—¿Por que qué?
—Tienes a todas las chicas muertas por tus huesos. Te acostabas con todas, ¿por qué ahora sólo conmigo?
Reí entre dientes por el giro que había dado la conversación. Me acerqué más a ella. Nuestras bocas estaban muy cerca la una de la otra, sólo hacía falta que me inclinara un poco más y le daría un beso que jamás olvidaría. Ella puso sus manos finas en mi pecho, como si quisiera empujarme, pero solo las dejó allí, sin ejercer ningún tipo de presión. Con la poca fuerza de voluntad que me quedaba dirigí mis labios hacia u oreja.
—Porque eres mejor que todas ellas en la cama. Eres una diosa—dije susurrándolo en su oído.—Te tachan de niña buena y tierna, pero al anochecer eres toda una…
—Dices una palabra más Styles y te juro que te desheredo—dio mirándome desafiante. Me alejé de ella antes de que su rodilla se encajara en una parte muy dolorosa.
—Ok ya, en serio. Perdóname.
Ella rió entre dientes y se dio la vuelta, caminando hacia lo demás, contoneando las caderas al hacerlo.
¡Valerie quería volverme completamente loco!
Volvimos con los demás, que ni notaron nuestra ausencia. Me encontré con Zayn, que le hacía caritas a Val, haciéndola reír, y tiraba suavemente de su cabello. Maldito. Le estaba coqueteando. Me senté pesadamente en la hierba y apoyé la cabeza en las piernas de Val, que estaban cruzadas, mientras me ponía mis gafas. Ella jugaba distraídamente con mi cabello, pero sin dejar de hablar con Zayn. Maldición Valerie, ¡préstame atención a mí!
—Entonces le escondiste la ropa, ¿qué hizo el pobre?—preguntó ella aguantando la risa.
—Yo la tenía, así que corrió detrás de mí, todos lo vieron—el sonrió de lado.
—Así que sigues siendo el bad boy de siempre—ella estalló de risa.
—Digamos que sí, tengo una reputación que mantener—se encogió de hombros.
—¡Cómprame un helado Valeria! Muero de calor—dije poniendo una mano en mi frente teatralmente, haciendo que me mirara.
—Cómpratelo tú Styles—rió ella. Levanté la vista, para encontrarme con su rostro, ella estaba levemente inclinada hacia adelante, haciendo que sus largos cabellos me hicieran cosquillas en el rostro.—Y no me digas Valeria.
—Quédate así, me haces sombra—coloqué las manos detrás de mi nuca, poniendo una sonrisa.
—Qué pena—ella se quitó de debajo de mí de repente, haciendo que mi cabeza golpeara el pasto. Ella se sentó a mi lado, sonriendo con suficiencia.
Estuvimos un par de horas allí, hablando, mientras yo aguantaba las ganas de pegarle a Zayn por estar coqueteando todo el rato con Val. Luego Louis se fue a dejar a Sophie a su casa, y Zayn se fue en su moto, gracias al cielo. Fanny y Val se fueron en mi auto.
—Aquí estamos—dije luego de dejar a Val frente a su casa, la última pasajera.
—Si quieres puedes pasar un momento—dijo inocentemente, a lo que yo capté otro significado.
—Por Dios Val, ¿tan desesperada estás?—dije bajando mis gafas con dos dedos para mirarla con las cejas levantadas.
—¡Por Dios Styles, eres imposible!—dijo saliendo del auto.
—No seas así Valeria—la molesté.—
—¡Ya vete!—iba a bajar.
—Ven acá—la tomé de la muñeca, a la vez que me quitaba el cinturón de seguridad con la otra mano. Ella iba a protestar, cuando ocupé sus labios con los míos. La atraje por la cintura, colocándola sobre mí.
Sus brazos envolvieron mi cuello con suavidad, ella ya sabía lo que venía.
—Espero que hayas venido preparado—susurró entre cada beso.
—Siempre lo estoy—dije mostrándole un par de empaques de color gris.
Mis manos acariciaron la suave piel de su cintura, y se adentraron más allá, por debajo de su blusa. Ella dio un respingo.
—Tus manos están muy frías.
—Tengo frío, podemos entrar en calor—dije apoderándome de su cuello. Ella echó la cabeza hacia un lado, facilitándome más las cosas. Noté como inconscientemente, o tal vez no tanto, movía las caderas suavemente sobre mí, haciendo que algo en mí se activara. Mis manos recorrieron su espalda, para luego irse a su firme trasero, para atraerla más a mí.
—Dios Harry—dijo al sentir aquello chocar contra su muslo interno.
— ¿Quién te obliga a ponerse esos pantalones tan ajustados?—murmuré en su oído, para luego volver a sus labios. Me tardé más allí. Mis manos recorrieron sus piernas por sobre el pantalón y luego de unos segundos fueron hacia arriba, arrastrando su blusa de paso.
—No Hazza—tomó mis manos y las alejó de ella.—No pienso hacerlo en tu auto.
—¡Ah vamos! ¿No lo hace eso más excitante?—dije sonriéndole, buscando sus labios de nuevo.
—No—dijo firme, para abrir la puerta y salir. Apagué el motor y la seguí. Ella había entrado a la gran casa, así que cerré la puerta detrás de mí.
Ella ya subía las escaleras, moviendo las caderas como antes, volviéndome totalmente loco. Entramos a cuarto. No le di tiempo a nada, la tomé por la cintura y la pegué a mí, recostándola en la cama.
—Espero que no haya nadie—dije quitándole la blusa.
—No, no hay nadie—quito mi camiseta con manos desesperadas.
La ropa nos estorbaba, por lo que nos la quitamos rápidamente. Nadie besaba mejor que Harry. Maldito presumido, él sabía que me gustaban sus besos, y a veces presumía de aquello, diciendo cosas como: “¿Te gustó? Claro que sí te gustó, beso genial”.
Besaba la mandíbula de Harry mientras este se ponía el preservativo.
—¿Sabes? Tus ojos están más claros hoy.
—¿Eh?—me distrajo totalmente. Entró en mí, tomándome por sorpresa. El sonrió, eso era lo que quería.
Harry me embistió rápido, casi con desesperación, como siempre.
—Harry—murmuré aferrando su espalda con mis uñas cuando llegué, sintiendo tocar el cielo.
—Casi llego—dijo embistiéndome más rápido. En lo que él llegaba, ya me había hecho llegar a mí, por segunda vez.
—¡Dios Valerie!—dijo desplomándose sobre mí cuando terminó. Rodó, descansando a mi lado, mientras los dos tratábamos de normalizar nuestras respiraciones.
—¿Te dormiste?—pregunté al notarlo tan callado.
—¿Qué te traes con Zayn?—preguntó de repente.
—Nada, ¿por qué?—pregunté apoyándome en uno de mis brazos para mirarlo mejor, mientas con mi otro brazo me tapaba con las sábanas.
—Vi que le estabas haciendo ojitos durante toda la tarde.
—Te dije que nada—dije mientras agarraba mi ropa interior y me comenzaba a vestir. Harry hizo lo mismo, lo vi ponerse su bóxer blanco ajustado, y mordí mi labio inconscientemente, tenía un buen trasero.—Ayúdame—dije mientras sostenía mi sujetador con mis manos, para que él lo abrochara. Se acercó más de lo necesario y corrió mi cabello, tardando más de lo necesario. Y lo abrochó con agilidad, para luego deslizar un dedo por el medio de mi espalda y luego darme una nalgada.
—¡Harry!—me giré, regañándole con la mirada. Tomé mis pantalones y me los puse rápidamente.
—¿Qué? Hemos hecho cosas peores, no puede molestarte que toque tu trasero—dijo ahora acercándose por delante y agarrando mi trasero.
—Agárrate el tuyo—dije poniendo sus manos en su trasero.
—Pero no es lo mismo… ¡Dios! Tengo un buen trasero—dijo sonriendo cuando comprobó que no era lo único que tenía duro.
—Como sea—puse los ojos en blancos mientras me ponía los zapatos.—¿Ya te vas?
—Sí, Gemma me estará esperando, le dije que la llevaría a gimnasia—dijo mirando su reloj de muñeca.
—Nos vemos luego entonces—dije sonriéndole de lado, acercándome para despedirme con un beso en la mejilla. El corrió su cara y sus labios chocaron con los míos. El puso una mano en mi nuca para profundizar el beso. Antes de alejarse, pude sentir cómo me mordió suavemente el labio inferior.
—Adiós preciosa—me guiñó un ojo y se fue, cerrando la puerta.
Me dejé caer en la cama, confundida.
—¿Es sólo sexo?—me pregunté a mí misma, ya comenzando a dudar de todo.
Última edición por Amelia el Mar 11 Dic 2012, 3:21 pm, editado 2 veces
Amelia
Re: Sin ataduras (Harry Styles)
Capítulo 3
El fin de semana pasó relativamente tranquilo y bastante rápido para mi gusto. Fanny había conseguido una cita con un chico que conoció hace poco y Sophie tuvo que salir de la ciudad con sus padres por un asunto importante. Louis estaba en sus andanzas de los fines de semana y Harry… Hazza había tenido que hacer no sé qué cosa, así que me dejó viendo una película sola el domingo.Sabía que aquella había sido una excusa para no venir, pero igual no le dije nada más.
Terminé de alisar mi falda de tablas del uniforme del colegio y arreglé mi cabello. Tomé mi bolso y me dispuse a salir. En el pasillo, me encontré con una foto. Estábamos todos. Mamá, papá, Alice y yo. Ahora ellos estaban lejos, en alguna parte, muy lejos de mí.
Y aquella ausencia hizo que mamá intentara buscar su felicidad con otro hombre, Robert. Se casaron a los pocos meses sin importarles mi opinión, trayendo con aquella religiosa unión a mi adorada hermanastra Tania, y un pequeño niño de unos ocho años llamado Christian.
—¿Tu falda se encogió en la secadora?—le pregunté con sorna al ver que su falda estaba varios centímetros por encima de donde debería estar.
—Tranquila, no tienes que criticarme por envidia. Muy bien sabes que la envidia en mala.
—¿Envidia? ¿De ti? ¿Segura?—dije levantando las cejas.
—Se nota. Tienes envidia porque tengo a Harry muerto por mis huesos y si el logra convencerme, tendremos algo de acción esta noche, así que te quedas es tu cuarto y no fastidias—odiaba que me tratara como a una niña pequeña cuando ella era tres meses menor que yo.
—Sabes que Harry te dirige la palabra por cortesía. Y cuando viene aquí, ¿a quién viene a ver?—ella no respondió—. Exacto, a mí.
—Eso es porque lo tienes chantajeado con uno de tus enredos. Por eso es que se junta contigo.
—Si tú lo dices…—me harté de pelear con ella y me giré para salir y subirme a mi auto. Pero antes, me giré y la mire—. Por cierto, Harry viene esta tarde, así que espero que te quedes en tu cuarto y no fastidies—dije con cara de niña buena utilizando la misma frase que ella usó conmigo.
El recorrido fue rápido debido a que no había mucho tráfico. Encontré un parqueo junto a una motocicleta, lo que me hizo pensar en una sola cosa: Zayn.
El estaba recostado en su moto, con una de sus piernas sobre la otra que soportaba su peso y con unas gafas puestas, atrayendo la atención de las chicas que pasaban por ahí.
—Hola Val—dijo bajando sus gafas con dos de sus dedos.
—Te encanta llamar la atención Malik—besé su mejilla como saludo—, si no te mueves, tendremos que evacuar la escuela por inundación. Las chicas babean a más no poder.
—¿Celosa?—preguntó quitándose las oscuras gafas sexymente y levantando las cejas.
—Ha ha—reí con sorna, acercándome más a él, hasta quedar cerca—, eso quisieras—me giré, caminando hacia el interior de la inmensa escuela.
—Sí, estás celosa—dijo él caminando detrás de mí.
—Mira, que alto está…—me paré, girándome hacia él y señalando hacia el techo.
—¿Qué cosa?—él miró hacia arriba, frunciendo el ceño.
—Tu ego, idiota—dije con una risa de suficiencia y abriendo la puerta de mi casillero con una llave. Saqué los libros de Matemáticas y un cárdigan gris que guardaba allí, el cual me puse rápidamente.
—Sarcástica y con carácter. No es así como te recuerdo Evans.
—Porque no me conocías de verdad Malik—cerré la puertecita y me dirigí a la clase de Matemáticas.
Al entrar al salón, no me asombré al notar todo el desastre que había. Algunos hablaban en voz muy alta, cooperando demasiado con la contaminación sonora, la mayoría de las sillas estaban fuera de su lugar, algunos otros tenían sus audífonos puestos, siendo teletransportados a otra dimensión, muy lejos de aquí.
Cuando entré, todos se me quedaron viendo. No me importaba en lo absoluto por qué, pero me intrigaba. Me giré, y lo comprendí. Miraban a Zayn. El chico malo y codiciado por todas volvía a la escuela. Sin prestar mucha atención me fui hacia mi asiento habitual, en el cual Harry estaba sentado, haciendo payasadas con otros estudiantes del salón.
—¡Valeria! ¡Has llegado!—dijo acomodándose más en mi silla.
—Te doy tres para que te pares de mi silla—dije dejando los libros sobre la mesa, mientras veía mi reloj de muñeca.
—Val, vamos amor, no seas así—dijo payaseando.
—Tres… Dos…—no se paraba—. Como quieras—dije tomando mis cosas y colocándome dos sillas detrás de él. Me coloqué los audífonos y lo ignoré, sabía que eso lo molestaba más que otra cosa. No soportaba que lo ignoraran, y menos cuando quería bromear. MI indiferencia hizo que los acompañantes de mi idiota amigo rieran.
—Wow Harry, parece que has perdido tu toque—se burló uno que creí se llama Luke.
—A ver, todos a sentarse—dijo el profesor, mirando con odio a la clase por el desorden.—No me sorprendería que usted fuera el ojo del huracán que pasó por ese salón, señor Styles.
—¿Quién más puede ser?—dijo encogiéndose de hombros, mientras colocaba la silla de mi antiguo asiento derecha, ocupándola.
—Si no es porque fuera un alumno con notas ejemplares, le aseguro que tomaría las clases en el patio, donde puede hacer libre uso de su inmadurez e idiotez—dijo el profesor acomodando sus gafas. Como siempre, no le afectó ni un poco a Harry lo que decían los profesores.
El profesor hablaba sobre encontrar el valor de la incógnita en una extensa ecuación que podía jurar que nunca en la vida usaría. Miraba distraídamente por la ventana, cuando una potente voz me hizo retumbar los oídos.
—¡Señorita Evans! ¿Está en este salón?
—Me temo que sí, profesor—dije mirando hacia el frente. Los demás ahogaron una risa.
—¿Me podría decir el resultado final?—dijo sonriendo con suficiencia. Todos se giraron a mirarme, absolutamente todos. Miré unos momentos la pizarra, tratando de ignorar la mirada burlona de Hazza, que levantaba la mano para decir la respuesta.
—Es seiscientos cincuenta y ocho, profesor—dije calmadamente, volviendo a girar mi vista hacia la ventana.
—¡No! ¡Ella se equivoca!—volví mi vista hacia Harry, que sonreía con suficiencia, mientras se erguía, listo para responder—. La respuesta correcta es Seiscientos dieciocho.
—Es cierto joven Styles.
—¡Já! En tu cara Evans—me dijo parándose de su asiento, mientras hacía un bailecito de victoria.
—Lo siento, pero pensé que el número veinte tenía que sumarse, no restarse. ¿Qué dice usted profesor?—contesté calmadamente.
El profesor se giró hacia la pizarra y comprobó que al veinte había que cambiarle el signo de negativo, de manera que pasara a positivo.
—Es cierto…—dijo aclarando la garganta.
—¿Decías Styles…?—sonreí como niña buena, haciendo que se sentara. Volví mi vista a la ventana, que ahora era golpeada por gotas de lluvia que caían con fuerza.
—¿Qué esperas para abrir?—dijo con furia Tania, que estaba en el sofá con su celular en la mano.
—¿Qué esperas para dejar de gritar? Loca—dije lo último más bajito, casi para mí misma. Ella me había escuchado, y en ese momento se paraba para reclamarme, pero se paró en seco cuando abrí la puerta, y ahí estaba Harry, recostado en el marco de la puerta, cual modelo de ropa.
—Harry—saludó ella nerviosamente, arreglándose el cabello.
—Hola—se quitó las gafas lentamente.
—¿Qué fue eso? ¿Una manera de parecer sexy? Porque no te resulté—dije dejando los ojos en blanco.
—Sabes que te encantó—dijo dándome un beso en la mejilla como saludo, casi a la fuerza, puesto que yo lo empujaba.—Tengo hambre—dijo de repente, entrando a la cocina.
—Sí, estás en tu casa Styles—dije con ironía.
—¿Qué le dijiste de mí? No me habla—dijo Tania con rabia.
—Te dije bastante claro que solo te saluda por cortesía.
—¡Pero él vino a verme a mí!—dijo como niña pequeña.
—Salte de esa burbuja, vino a estudiar—dije señalando la mochila que había dejado en la entrada.
—¡Eres una…!—
—Atrévete a ofenderme, y despertarás con tu cabello pintado de azul eléctrico—entrecerré los ojos.
—No vales nada, ¿por qué no lo entiendes? No le interesas. A lo mejor le das pena, porque no eres popular como yo ni tienes a los chicos muriendo por tus huesos. Eres una envidiosa. No le importas ni a tu propia madre. Manipuladora, envidiosa, mentirosa, chantajista y quita hombres.
Me quedé callada, tan solo mirándola. En ese momento, Harry salió de la cocina y se acercó a nosotras. Me tomó por el brazo y me besó, apretando sus labios contra los míos.
—¿Nos vamos a estudiar?—tomó su mochila y con su otra mano tomó la mía, arrastrándome escaleras arriba, dejando a una atónita Tania haciendo berrinches en la sala.—¿Por qué dejas que te trate sí?—dijo cuando estuvimos en mi habitación, mientras se sentaba en mi cama.
—No tenías que hacer eso, se va a poner el doble de insoportable—dije sintiéndome incómoda por un momento.
—¿Quieres que lo haga de nuevo?—dijo levantando la ceja, parándose de la cama y acorralándome contra la pared.
—Tenemos que estudiar Harry.
—Será rápido—dijo comenzando a besar mi cuello.
—No Harry…—me quería oponer, pero sus labios hacían magia contra mi piel.
—Sé que te gusta—dijo. Ya se le había subido el ego.
—Suéltame Harry—me removí contra su cuerpo.—Por Dios, mi hermanito está en la habitación de al lado.
—Pues controla tus gritos—dijo riendo en mi cuello, mordiéndolo suavemente.
—Yo no grito—pero él no se quitaba.
—Debería grabarte para que te escucharas—rió de nuevo. Bajé mi mano entre nuestros cuerpos hasta su pantalón.—Wow Val, estás desesperada—dijo con una amplia sonrisa. Apreté a su amiguito con mi mano, haciendo que se alejara con una mueca.
—Cuando te digo que no, es no… y yo no grito—dije para soltarlo y buscar mis libros, dejándolo agarrarse la entrepierna con una mueca de dolor.
—¿Aló?—contestó con la voz ahogada mientras atendía su teléfono.—Si Lou, te esperamos—colgó, acercándose a la cama, en donde yo estaba.—Louis y Sophie vienen en diez minutos. Tenemos mucho tiempo aún—dijo colocándose arriba de mí, agarrándome las muñecas con sus manos y sentándose sobre mis piernas, para impedir que le diera un rodillazo.
—Harry, ¿qué le haces a mi hermana?—preguntó un pequeño niño en el umbral de la puerta.
Última edición por Amelia el Mar 11 Dic 2012, 4:53 pm, editado 3 veces
Amelia
Re: Sin ataduras (Harry Styles)
Capítulo 4
Harry se quitó de encima de mí, riendo entre dientes. El muy estúpido se lo encontraba gracioso. Chris estaba expectante, mirando desde el umbral de la puerta, con una carita de confusión.—Solo estábamos jugando—dijo Harry divertido, acostándose en la cama con sus manos detrás de su nuca. Aguante las ganas de abofetearlo hasta que se le borraran los hoyuelos.
—¿Qué jugaban? ¿Puedo jugar?—Harry, que bebía de mi vaso de Coca Cola, se atragantó, tosiendo, para luego reír escandalosamente.—¿Por qué se ríe Harry?—él se acercó, quedando a mi lado.
—No le hagas caso, él tiene problemas mentales—le dije susurrando.
—¿En serio?—preguntó sorprendido.
—¿Por qué no vas a jugar con tus trenes?
—Es que ya me aburrí. Le pedí a Tania que jugara conmigo, pero dijo que no quería, y que me fuera a jugar con mi amigo imaginario. ¡Pero yo no tengo un amigo imaginario!—dijo con cara triste.
—Ay nene—revolví su cabello rubio y me puse de rodillas, para quedar a su lado.—Te leeré un cuento antes de dormir, pero ahora tenemos que estudiar. ¿Sabes qué? Hay un pastelito con crema en el gabinete, búscalo y cómetelo antes de que Tania lo haga—nos reímos como cómplices y él asintió, y salió de la habitación corriendo.—Deja ya que confundir a Christian—le pegué en el brazo.
—¡Ya estamos aquí!—gritó Lou desde abajo.
—¡Suban!—respondí arrebatándole el vaso a Harry de la mano, y terminando de beber el contenido en este.
Cinco segundos después Louis, Sophie y Fanny cruzaban el umbral de la puerta.
—¡A estudiar!—dije elevando los brazos.
—Qué diversión—murmuró Louis soltando los libros en mi escritorio con mucho sarcasmo.
—Te conviene que te ayudemos, eres un desastre en Matemáticas—dije riendo entre dientes. Harry, Sophie y yo estábamos sentados en la cama, mientras que Fanny optó por sentarse en el suelo y apoyar la espalda en un costado de la cama.
—Comencemos…—dije no muy emocionada, sabía que se me venía bien larga con Louis.
—Ya entendí—dijo Louis luego de una hora de explicarle lo mismo.
—Al fin, porque creo que me quedé sin voz—dije recostando mi espalda en la cama. Sophie mandaba mensajes por su celular y Fanny escuchaba estaba en otra dimensión con sus audífonos puestos. Louis terminaba de realizar unos ejercicios que le había puesto para que entendiera y Harry simplemente se quedó dormido boca abajo en mi almohada.
La verdad era que se veía menos irritante, odioso, egocéntrico e insoportable durmiendo.
—¿Podrían dejar de hacer tanto ruido?—se escuchó el grito de Tania desde la habitación de enfrente.
Todos— menos Harry porque dormía—reímos escandalosamente para molestarla. Nadie la soportaba.
Louis me contó que una vez ella le rogó por estar en sus sábanas, y Lou le dijo que no, le dijo que era una chillona chismosa e insoportable, claro, se lo dijo más “cortésmente”.
—Ya llegaron las pizzas—dije cuando escuché el timbre. Tomé mi monedero y saqué el dinero. Bajé las escaleras descalza y pagué las pizzas rápidamente.
—¡Chris ven a cenar!—lo llamé desde la cocina. Saqué un plato y dejé un pedazo de pizza para Chris, y como soy tan buena persona, uno también para Tania.
—¡Ya voy!—dijo el pequeño corriendo por las escaleras.
—¿Qué te he dicho de correr por las escaleras?—dije mirándolo con las cejas alzadas.
—Lo siento—dijo sin prestar mucha atención y se fue a la cocina. Subí las escaleras con las dos cajas, la cual dejé sobre el escritorio cuando Louis guardó los libros.
—¿Quién lo despierta?—pregunté señalando a Harry mientras tomaba un pedazo.
—Yo no—dijo Sophie acercándose.
—Yo menos—negó Fanny.
—Bien bien, lo haré yo—Louis rodó los ojos.—Vuelvo ahora—dijo bajando las escaleras rápidamente. Volvió un minuto después y se acercó a la cama. Traía dos cubos de hielo en su mano. Lou subió la camiseta de Harry y metió los cubitos de hielo, para luego alejarse.
Harry abrió los ojos y gritó, estremeciéndose. Se paró de la cama rápidamente y se movía exageradamente para quitarse los cubitos de hielo de entre la ropa.
—Te mato Louis—dijo restregándose los ojos—. Pero luego. Tengo hambre—dijo con voz ronca. Una voz que me pareció muy, muy sexy.
Iba de camino a la cafetería cuando una mano aferró mi muñeca, halándome hacia una de las aulas. El salón de música.
—Demonios Harry, ¿qué es esta manía de aparecer de la nada y meterme a alguna aula o armario?—pregunté algo molesta, recogiendo mi bolso que se había caído.
—Estoy desesperado Val. Una semana, una semana sin nada de nada.
—¿Sin nada de nada? Wow, es un record—dije con la intención de salir de ahí.
—¿Qué? ¿Y piensas dejarme así?—preguntó señalando a su pantalón.
—Vete con algunas de las… “chicas” que andan detrás de ti, no te negarán nada—dije levantando las cejas.
—Por Dios Val. Me dijiste que sería un trato divertido. Diversión sin ataduras, ¿recuerdas?—se acercó más a mí. En un movimiento me tenía contra la pared con sus manos agarrando mis muñecas contra esta, impidiendo que me moviera.
Acercó su rostro al mío y unió nuestros labios con desesperación. Segundos después soltó mis muñecas para bajar sus manos a mi cintura y pegar su cuerpo totalmente al mío. Mis manos se entretuvieron con el cabello de su nuca. Mis pulmones amenazaban con explotar por la falta de oxígeno, y al parecer los suyos también porque se despegó de mis labios, pero atacó mi cuello segundos después.
—Ya Harry, basta—dije removiéndome debajo de su cuerpo.
—¿Por qué? ¿Qué pasa? No me digas que te vas a ir y ya… Porque así lo estás resolviendo últimamente—dijo dejando sus manos a sus costados—. No Harry, después te llamo, ahora no, no tengo ganas—dijo haciendo su voz aguda.
—Yo no hablo así—dije cruzándome de brazos—. Y si tan desesperados estás vete y busca a una de esas fáciles que con solo chasquear los dedos las tendrás en tus sábanas…—le grité.
—¡Deja de estar de gritona y háblame como la gente!—dijo subiendo la voz también.—Y eso es lo que haré—me miró desafiante.
—¡Pues ve y deja de hacerme perder el tiempo!
—¿Qué demonios te pasa? Estás más insoportable que de costumbre.
—¡Yo no soy insoportable! ¡El insoportable eres tú!
—¿Yo?—dijo frunciendo el ceño.—Es más, vete, lárgate. Vete a hacerle ojitos a Malik o a acostarte con el que primero te cruce por el frente como la pe…—se calló de repente. El nunca me había dicho algo así… o estuvo a punto.
—¿Cómo qué? ¿Cómo la perra que soy?—dije terminando la frase que dejó inconclusa.
¿Por qué me dolía? No me tenía que importar nada viniendo de él. ¿Por qué ahora sí me importaba.
—Val…—murmuró él.
—No…—le corté. Negué con la cabeza y me di la vuelta rápidamente, alejándome de allá.
Corrí hacia el baño, que ahora se encontraba vacío. Dejé que las lágrimas amontonadas en mis ojos salieran rápidamente, mojando mis mejillas.
No sé cuántos minutos pasaron, pero la campana no sonaba, y en parte me alegraba.
—¿Val? ¿Qué sucede?—Sophie se arrodilló a mi lado, echando su ahora trenzado cabello hacia atrás y apartando su flequillo.
—Nada—dije limpiando mis lágrimas.
—Problemas con Harry. ¿Desde cuándo hacen esto?—preguntó mirándome a los ojos.
—¿Hacer qué?—pregunté nerviosa.
—Acostarse—cruzó sus brazos.
—Yo… no…
—Vamos, no me mientas. Te conozco desde cuarto grado Val—alzó sus cejas.
—Desde hace un mes…—suspiré, limpiándome las lágrimas.
—Tenemos mucho de qué hablar—suspiró ella.—amos a clase ahora—se levantó y alisó su falda, para luego tenderme la mano. La tomé y colgué mi bolso en mi hombro, para luego salir de aquel lugar rumbo a las aburridas clases.
—Cuéntame—Sophie y yo nos encontrábamos sentadas en la grama del jardín frontal del instituto, a la sombra de uno de los árboles más grandes y viejos.—Quiero todo con lujo de detalles… no tantos detalles—reímos entre dientes.
—Todo comenzó con la fiesta que hizo Louis hace un mes…
Los efectos del alcohol ya comenzaban a hacer efecto en mí. No sabía ni por qué había bebido, nunca lo hacía, no me gustaba. El alcohol había nublado parcialmente mi raciocinio, logrando así que bailara como loca en la pista, muy pegada a un cuerpo masculino. Unas fuertes manos me agarraban firmemente de las caderas mientras se movía sensualmente detrás de mí.
Me permití girar, para ver que era Harry. Aquel chico orgulloso y presumido, muy seguro de sí mismo, sincero y directo. Aquel chico que traía loca a todas las chicas del instituto, y aquel chico que tenía una lista de mujeres que habían pasado por su cama muy difícil de enumerar. Y después de todo, mi amigo. No tan viejo como Louis o Sophie, pero era mi amigo.
—Ven conmigo—susurró con voz ronca en mi oído y me tomó el brazo, arrastrándome hacia una de las habitaciones de la enorme casa.—Ese vestido te queda genial, pero apuesto a que te verías mejor sin él—me acorraló contra la pared mientras él atacaba mi cuello con sus labios.
—Harry…—murmuré.
—Te gusta, ¿verdad?—preguntó hincando los dientes en la sensible piel de mi cuello. Un escalofrío recorrió mi columna vertebral.
—Sí—susurré. Pegó su cuerpo totalmente al mío. Subió por mi cuello, a mi mandíbula y luego a mis labios, besándome desenfrenadamente.
Se bajó un poco y me tomó por las piernas, haciendo que las enredara en su cintura.
Aquella noche me hizo suya, y he de decir que los dos lo disfrutamos.
—Si quieres, puedes tener esto cada vez que quieras… yo estaría dispuesto a dártelo—dijo cuando se colocaba la camisa.
Me asusté. No podía pasar eso de nuevo. Sopesé la idea. Era tentadora.
—Está bien—acepté colocándome los tacones.—Sólo será sexo, sin ataduras ni remordimientos…
—Sólo sexo…—repitió él volviendo a besarme.
—Entonces eso fue lo que pasó…—ella entrecerró los ojos.
—Sí…—mi vista estaba fija en el pasto.
—Mírame Val, sabes que no te voy a juzgar—ella levantó mi rostro, murmurando con voz dulce.—Nunca lo haría—sonrió.—Ahora dime qué pasó con Harry hace rato.
Le conté lo que había pasado cuando él me haló hacia aquella aula.
—Parece que te gusta… ya no es sólo una relación de sólo sexo sin ataduras Valerie.
—¡No!—dije con voz más alta de la que pretendía—. A mí no me gusta Harry. Solo me atrae físicamente, nada más. Yo no siento nada más por él—dije todo muy rápidamente.
—Sí, sí lo sientes—sonrió ella de lado.
—Claro que no Sophie, deja de molestar—me crucé de brazos.
—Como sea—rió ella por mi actitud—. Me tengo que ir Val—besó mi mejilla y se fue hacia su auto. Me levanté, dispuesta a irme también. Estaba a punto de subirme a mi auto cuando escuché una risa, era cercana. Harry tenía a Tania acorralada contra su auto.
Última edición por Amelia el Mar 11 Dic 2012, 4:54 pm, editado 1 vez
Amelia
Re: Sin ataduras (Harry Styles)
Heeeeeey!! Amé la nove! Siguela please! C: Soy nueva aquí así que eres de las primeras que leo... me encanta!!! Saludos
sopademondongo
Re: Sin ataduras (Harry Styles)
¡Nueva lectora! adhshfsa me encanta *.* Me llamo Angelica y estoy disponible hasta para ser extra(? Ahre.
Bueno, yadije lo primordial: que estoy disponible, mi nombre y que me encanta la novela. SIGUELA
Bueno, yadije lo primordial: que estoy disponible, mi nombre y que me encanta la novela. SIGUELA
ReallySomething
Re: Sin ataduras (Harry Styles)
Capítulo 5
Desvié la mirada de la escena que estaban montando. No podía mostrarme débil ante eso. No tenía ni siquiera que mostrarme débil ante eso. Yo no sentía nada más por Harry. Nuestra relación estaba bien clara. Sólo sexo. Nada más aparte de eso.Y no era solo eso lo que me molestaba. Ahora Tania me haría la vida totalmente imposible. Se besaba desenfrenadamente con Harry, como si la vida se le fuera en ello, mientras yo miraba aquello con las cejas levantadas. ¿En serio? ¿En medio del parqueo?
—¿Qué tanto miras? ¿Te quieres unir?—preguntó con burla Harry, levantando la voz para que lo escuchara.
Pensé en levantarle mi dedo medio y darle una de mis más deslumbrantes sonrisas. Sólo le di esto último.
—En tus sueños, idiota—abrí la puerta de mi auto y me subí. Salí lo más pronto posible de allí, sintiendo una extraña y desconocida furia apoderarse de mí. Encendí el estéreo y subí el volumen, dispuesta a olvidarme de mi furia con la música.
Tan solo esperaba que no lo llevara a la casa a terminar lo que habían comenzado en el estacionamiento, si no lo habían terminado ya en el auto de ella.
Dejé mi auto parqueado y fui hacia la enorme casa frente a mí, como todas las casas en aquel sector. Busqué las llaves en mi bolso de la escuela y abrí la enorme puerta de madera. Como era de esperarse, mi madre no se encontraba allí, ni su esposo tampoco. Pero Chris si estaba ahí, tal vez lo había dejado mamá allí.
—¿Mamá te trajo?—le pregunté comenzando a subir las escaleras.
—No, me trajo la mamá de Daniel—Daniel era su mejor amigo, un pequeño muy simpático que creía que era mi novio.—¿Dónde está Tania?—preguntó.
—No lo sé. Tal vez venga en un rato.
Se podía ver a las amas de llaves correr por toda la casa con sus tareas, dejando las toallas en los baños, limpiando las ventanas, sin dejar ninguna imperfección a su paso.
Entré a mi cuarto y me quité el uniforme. Me metí a la ducha solo para relajarme. Cuando salí me puse unos shorts y una blusa azul marino más desahogada con botones en el medio. Escuché la puerta abrirse, así que descalza salí de mi habitación y me asomé por el barandal del pasillo, que permitía ver hacia la sala principal. Tania había entrado con Harry, besándose, como si en aquella casa no hubiera nadie más. Rodé los ojos y entré al cuarto de Chris. No estaba.
—¡Pum! ¡Pum!—ruidos proviniendo del baño resonaron en la habitación. Fui hacia allí. Dorothea, una de las amas de llave se encargaba de bañar al pequeño niño. Más bien lo observaba para evitar cualquier incidente, porque él decía que era grande y se iba a bañar solo, pero estaba jugando con unos botecitos mientras lo hacía.
—Permiso—le sonreí a Dorothea—. Chris, ¿quieres helado?
—¡Sí!—dijo él levantando los brazos.
—Pues te vistes y no salgas hasta que yo venga a tu cuarto, ¿entendido?—le dirigí una mirada a Dorothea, que entendió al instante que tenía algo que ver con Tania. Chris asintió.
Salí del cuarto pintado de azul con estrellas fluorescentes pegadas al techo y algunas naves espaciales colgadas. Ahora venían subiendo las escaleras, y no se despegaban. Me adelanté y hasta les abrí la puerta del cuarto de Tania. Ellos entraron sin notar mi presencia.
—Gracias…—murmuró Harry cuando se dio cuenta de que estaba ahí. Volví a mi cuarto y busqué unos zapatos rápidamente. Encontré unos zapatos altos de tacón corrido con tiras de color marrón entrecruzándose (http://www.polyvore.com/cgi/set?id=51583759&.locale=es). Cogí mi bolso y metí mi monedero y celular.—¿A dónde vamos?—preguntó una voz detrás de mí. Me giré y vi a Harry, con los labios rojos e hinchados.
—Tú… no quiero saber, pero yo me voy de esta casa—dije con mi bolso en mi mano y pasando por su lado. El me tomó por el brazo y me haló hacia atrás, haciendo que quedara frente a él. Lo miré a los ojos directamente, ya que estaba más o menos a su altura por los zapatos.
—¿Estás celosa?
—No Harry…
—Me gusta más cuando me dices Hazza—me interrumpió.
—No Harry—continué, ignorándolo—, no estoy celosa. Me molesta que entren a la casa—a mí casa, antes de que llegara Tania—como si no hubiera nadie dispuestos a tener sexo en el pasillo. Recuerden que aquí vive un niño con una mente inocente de unos ocho años…—rodé los ojos.—Y si tan desesperado estás, ¿por qué no te buscas a otra perra con quien acostarte?—le dije eso con rabia, recordando la discusión de esa mañana, y de la cual no se había disculpado. Ni siquiera quería escucharlo.
—Valerie…—rodé los ojos.
—Olvídalo—salí de la habitación, moviendo las caderas a propósito, sabiendo que me miraba—. ¡Chris, nos vamos!—mi pequeño hermano bajó las escaleras a toda prisa.—¡Te he dicho que no corras por las escaleras!—le grité pero él como siempre sólo dijo “lo siento”.
—Valerie, siento lo que te dije.
—Descuida Harry—dije duramente—, sí lo dijiste fue porque lo pensaste—iba a seguir caminando, pero me di la vuelta, y lo encaré, quedando muy cerca—. Sólo para que sepas, solo me he acostado con dos personas en mi vida. Y una de esas eres tú—dije murmurando.
—Valerie… ¡Valerie!—el me llamó, pero yo seguí bajando las escaleras.
—Estás ensuciándote todo Chris—le dije limpiando sus mejillas como por cuarta vez.
—Vamos al parque un rato, ¿sí?—preguntó haciendo un pucherito, señalando al parque de enfrente.
—Está bien, pero sólo un ratito, tengo que hacer tareas—le dije sonriendo. El corrió hacia uno de los toboganes mientras yo buscaba una banca cercana donde poder vigilarlo bien. Mi celular comenzó a sonar, así que busqué en el hoyo negro de mi bolso y lo encontré al fondo.
—¿Valerie?
—¿Qué pasa Sophie?—pregunté.
—Dime, ¿hablaste con Harry?—preguntó, y apostaba a que ya tenía una sonrisa en su rostro.
—Eh… digamos que… no. Estaba muy ocupado almorzándose a Tania.
—¿Qué? ¿Se metió con la bruja de tu hermana?
—Sí. Hasta están en la casa y todo. Tuve que sacar a Chris de ahí.
—¿Y cómo te sientes por eso?
—¿Cómo me voy a sentir? Molesta. Entran a mi casa como si no hubiera nadie…
—Sabes que no te molesta por eso Val—ahora sí podía jurar que sí tenía una sonrisa en su rostro.
—Deja de molestar Sophia Payne—dije fastidiada.
—En verdad te llamaba por otra cosa…
—¿Qué sucede?—pregunté con preocupación.
—Al parecer Zayn no es el único que ha vuelto a Londres…
—¿Eh?—yo iba caminando mientras hablaba por teléfono. Pero este cayó al pasto cuando sentí alguien chocar contra mí. La cabeza me dio vueltas por unos segundos, y me di cuenta de que me había aferrado a los brazos que me sostenían por la cintura para no caer.
—Valerie…
—Liam—levanté la vista, y me quedé en una especie de trance. Pestañeé cuando regresé a la realidad y levanté el teléfono que estaba en la grama—. Sí. Ya sé quién es. Te llamo luego ¿sí?
—Has cambiado bastante—murmuró con una sonrisa.
—Espero que para bien—dije bajando la vista, sonrojada.
—Claro que sí, es que, mírate—dijo tomándome de la mano y haciendo que diera una vuelta.
—Sólo ha pasado un año Liam, por Dios—dije un tanto incómoda.
Ambos caminamos hasta una banca y nos sentamos. Crucé las piernas, moviéndolas suavemente, en un gesto nervioso. Era bonito volverlo a ver, pero algo incómodo.
—¿Cuándo llegaste?—pregunté.
—Hace unas horas.
—¿Por cuánto tiempo te quedas?—pregunté, rompiendo el tenso ambiente.
—¿Qué? ¿Quieres que me vaya?—preguntó sonriendo.
—No, no quise decir eso… tú sabes—golpeé suavemente su brazo, para darme cuenta de los músculos que tenía. Me dieron ganas de comprobarlo nuevamente, pero me contuve y uní mis manos en mi regazo.
—No lo sé todavía. Mamá quiere que me quede por un tiempo.
—Oh… ¿Seguirás el curso de fotografía desde aquí?—pregunté.
—Sí. Asistiré al instituto de Paradise High—sonrió de lado. Era uno de los institutos más costosos en Londres, además de en el que estaba yo.—Allá hay un taller de fotografía y me aceptaron, a pesar de que el año ya ha comenzado.
—Eso es bueno—dije sonriendo abiertamente.
—Valerie… no quiero que… ya sabes… que estemos en una tensa situación por lo que sucedió el año pasado.
—Claro, estoy de acuerdo. Podemos comenzar de nuevo, ¿cierto?
—Totalmente de acuerdo—sonrió abiertamente.
Nos quedamos hablando unos minutos más acerca de todo. Claro, nunca toqué el tema con Harry.
—Entonces Zayn volvió de Canadá—dijo.—Espero que no tan busca problemas como antes.
—Creo que está más controlado—reí y miré la pantalla de mi celular.—Me tengo que ir Liam. El tiempo ha pasado volando. Tenemos que juntarnos. Toma—anoté mi teléfono en un papel y se lo di.
—Te llamaré—sonrió de lado. Nos abrazamos como despedida.—Te extrañé Val.
—Sí, yo también Liam—nos separamos y le sonreí. Iba a caminar hacia donde estaba Chris, que corría hacia mí, pero me giré—. ¿Sabes? Creo que te queda mejor así—dije atreviéndome a tocar su cabello. Antes solía llevar el cabello más largo y desordenado, aunque en unos encantadores rizos, no como los de Harry. Ahora lo tenía más corto. Tomé la mano de Chris y caminé hacia el auto.
Le había hablado de mamá y el padre de Tania se habían casado hace casi un año. El ya se había ido a Italia cuando mamá volvió a casarse, así que no sabía mucho aún, a menos que Sophie le hubiera contado.
Me alegré de que Harry no estuviera en la casa cuando volví. Aunque me sentí enojada y… triste. Quería que estuviera allí y me hiciera reír… porque antes que todo era mi amigo.
—¿Cómo te fue con Liam?—preguntó Sophie a la salida del instituto. No la había visto en todo el día.
—Bien. Al principio fue incómodo, pero ya sabes…—me encogí de hombros.
—Me alegra que esté de vuelta. Lo extrañaba… espero que no te moleste…—me miró preocupada.
—Descuida. Es muy agradable—le sonreí.
—Yo ni siquiera sabía que iba a llegar ayer. Solo abrí la puerta y me encontré con nadie más y nadie menos que Liam Payne en la puerta, con sus maletas y una sonrisa. Y luego no dejó de preguntar por ti…
—¿Lo hizo?—la miré sorprendido.
—Sí. Demasiado. Val… ¿tú sientes algo por Liam todavía?—me tomó por el brazo, haciendo que me detuviera.
—No lo sé. Debo admitir que se sintió lindo hablar con él como antes, pero no sé. Acordamos comenzar de nuevo. Pero sabes que le quiero, a pesar de todo.
—Lo sé. Sólo no quiero que sufras, no de nuevo.
—Qué hermosa mi amiga—la abracé fuertemente.—Por cierto, ¿dónde está Fanny?
—No lo sé—se encogió de hombros—. No la he visto en todo el día.
Vimos a Zayn y a Louis y a Fanny hablando con alguien.
—¡Ah sí! ¡Ya la vi!—dijo Sophie señalándola.
—No me digas—dije con la voz cargada de sarcasmo y rodando los ojos.
Ellos rodeaban a una persona. A Liam.
Sophie lo abrazó y se metió a la charla.
—¡Valerie!—sonrió.
—Liam—lo abracé fuertemente. Nos separamos y nos sonreímos. Sentí un carraspeo detrás de nosotros. Me giré.—Liam él es Harry, Harry, él es Liam—hice una rápida presentación.
—Hola—saludó Liam, para luego volver la vista hacia los demás chicos, que hablaban acerca de lo que Liam había hecho.
—¿Ya me estás cambiando? No me digas que es con el que te piensas acostar esta noche—noté sorna y algo de furia en su voz. Rodé los ojos y puse mis manos en su pecho, empujándolo hacia atrás para alejarnos de allá.
—Como te dije antes. No soy una perra. El es Liam, es mi ex y con él fue mi primera vez, y fue por amor, ¿conoces esa palabra? Eres un completo idiota Harry—dije furiosa.
—¿Pasa algo aquí?
Última edición por Amelia el Mar 11 Dic 2012, 4:58 pm, editado 2 veces
Amelia
Re: Sin ataduras (Harry Styles)
Capítulo 6
—No Liam, no pasa nada—dije sin apartar la vista de Harry—. Entre Harry y yo no pasa absolutamente nada—unos segundos después me giré para sonreírle de lado de Liam y caminar hacia donde estaban los demás.—Louis y Fanny van a mi casa más tarde, ¿te anotas?—preguntó Sophie mirándome.
—¿No vas Zayn?—pregunté extrañada. Zayn ya se había integrado a “nuestro grupo”.
—Tengo un asunto pendiente—torció el gesto—, y resulta que me tengo que ir ahora. Los veo mañana—dijo despidiéndose de todos con la mano y caminando hacia su motocicleta. El tenía un auto, pero no había nada en el mundo que lo separara de su motocicleta.—Sí, voy a mi casa, me cambio y voy para allá.
—Perfecto—Sophie se volteó, buscando a alguien con la mirada. Que no sea a Harry para invitarlo, que no sea Harry—. ¡Harry! ¿Te pasas por mi casa en un rato? Veremos una película—dijo ella con su voz tierna como siempre. A veces me preguntaba si hacía esas cosas a propósito.
—Claro—pude notar su mirada en mí durante unos segundos.
—Nos vemos en un rato—dije despidiéndome de todos.
El viaje a la casa se me hizo bastante rápido. Aparqué mi auto detrás del de Tania y me bajé. Busqué las llaves en mi bolso y abrí la inmensa puerta.
—¡Sólo déjame en paz!—escuché una discusión proviniendo de la cocina. Tania salió de allí furiosa.
—Christian—murmuré. Lo vi saliendo de la cocina segundos después, con cara de enfado, pero después sus ojos se volvieron cristalinos.—Amor, ¿qué pasó?
—Tania no quiere jugar conmigo, ella no me quiere. Si ella fuera como tú…
—No digas eso…—lo abracé. Por más mal que me cayera mi hermanastra, tampoco lo iba a poner en su contra. Pero la rubia esa mal teñida podía prestarle más atención a su hermano.—¿Por qué no llamas a Dylan?—Dylan era el vecino.
—Está bien—asintió.
—Pero después de hacer tus tareas—revolví su cabello y me fui a mi habitación.
Luego de la ducha me puse unos shorts, una blusa de color turquesa sin mangas y con un lazo grade en la parte superior, y unas zapatillas bajas de color azul. Recogí parte de mi cabello hacia atrás y tomé un bolso pequeño de color crema.
—Voy a salir, vengo en un par de horas—dije metiendo la cabeza por el cuarto de Chris.
—¿Sabes quién llamó y esta vez no preguntó por ti?—escuché una voz detrás de mí cuando cerré la puerta de la habitación de mi hermanito.
—¿Parece como si me interesa?—seguí caminando.
—Harry—me detuve.
—¿Y? Sigue sin importarme.
—Sabes bien que te importa. Ahora te molesta que me llame a mí y no a ti.
—Entiéndelo Tania, se va a cansar de ti. Lo conozco, mejor que tú. Si quieres no me hagas caso, así podré regodearme y decirte “te lo dije” con todas las ganas contenidas.
—Pobre tonta…—murmuró.
—Pobre… no creo… y tonta, mucho menos—le sonreí con sorna y bajé las escaleras, luego de escuchar un bufido por parte de ella.
—Estas hermosa Val—dijo Liam cuando abrió la puerta.
—Gracias. O yo me encogí o tú estás más alto—dije mirándolo.—Me siento como enana a tu lado.
—Siempre fuiste más bajita que yo—dijo abrazándome de lado y palmeando mi cabeza, haciéndome entender que era bajita.
—No te burles de mí—dije empujándolo mientras reía. Fuimos hacia la “sala de cine”, como la llamábamos, ya que era una habitación con comodísimos sofás y una enorme pantalla plana, rodeada de repisas con miles de películas y un equipo de música último modelo. Cuando entré, ahí ya estaban todos.—Propongo una de terror—dije sonriendo.
—Sí, cómo no. La primera que saldrá corriendo de aquí serás tú—dijo Louis. Cómo me conocía.
—Sí, pero quería sonar valiente—hice un puchero y me encogí de hombros.
—Aquí tengo Titanic—dijo Sophie, que buscaba entre las repisas.
—No, no queremos ver a Harry llorando de nuevo—dijo Louis tomando un puñado de palomitas de maíz.
—¡Que yo no lloré!—se quejó el de rizos.
—Sí, y dos más dos es igual a cinco—ironizó Lou comiéndose las palomitas.
—Tengo The Covenant—sugirió Sophie.
—Los protagonistas están como quieren—dije acercándome a ella.
—Yo ya la vi—dijo Fanny.
—Descartada—Sophie la volvió a poner en su sitio.
—Aquí está The Ring—murmuré. Error. Todos gritaron en afirmación.—Oh no—dije cuando Lou me la arrebató y se dedicó a ponerla. Ocupamos un solo sofá, para estar todos más juntos. En el sofá estaba Liam, yo a un lado de este y a mi otro lado Louis. Sentados en el suelo estaban Sophie, que tenía la espalda apoyada en las piernas de su hermano, Harry, que no se atrevió a tocarme por su bien y Fanny a un lado de este.
Apagaron las luces y corrieron las cortinas, haciendo que el salón quedara a oscuras. El aire acondicionado estaba en una temperatura muy baja, por lo que me cubrí con una manta que había buscado Sophie.
—La va a matar, la va a matar, es que la va a matar—repetí yo—. Y la mató—mis ojos se abrieron al ver cómo lo hacía.—Ok, creo que no dormiré esta noche.
—Entonces quédate a dormir aquí—dijo Sophie encogiéndose de hombros.
—¡No!—dijo Harry de repente. Todos lo miramos con cara extraña, incluyéndome.—Se acabaron las palomitas—mostró el bol vacío.
—Busca más—le dijo Fanny prestando atención a la película.
Noté que Sophie me dirigía una mirada significativa y tecleaba algo rápido en su celular. El mío vibró unos segundos después y ella me miró, haciendo un gesto con la cabeza. Era un mensaje.
“Eso no fue precisamente por las palomitas”.
Rodé los ojos y la ignoré, volviendo a ver la película.
—¿Por qué este tipo de películas tienen que tener esos sonidos?—pregunté tapándome con la manta hasta la cabeza. Aquella musiquita tenebrosa me decía que algo muy feo iba a pasar, cosa que me fue confirmada con los gritos de Sophie y Fanny segundos después. Me destapé unos minutos después.
Había una muchacha en una cama, y su novio o el chico que la acompañaba estaba duchándose. Ella estaba tapada con una sábana, pero algo se movía debajo de esta. Se pudo ver una mano pálida que salía de esta y arrastraba a la chica a no sé dónde.
—Ok, creo que ya no tengo frío—dije quitándome la manta de encima de una patada. Liam y Louis rieron al verme.
—No seas miedosa—dijo Lou burlándose.
—¡A mucha honra!—dije parándome.
—¿A dónde vas?—Sophie levantó la vista.
—¿Y tú qué crees? ¿Qué pienso quedarme aquí sufriendo? Ni loca. Me avisan cuando termine la atrocidad esa—salí del salón casi corriendo. Fui al patio trasero y fui hacia la piscina, me senté en la orilla y metí los pies. El sol todavía estaba afuera, y se sentía bien sobre mi piel luego del frío que hacía en la sala de cine.—¿Qué quieres Harry?—murmuré cuando vi su reflejo detrás de mí en el agua.
—Em… disculparme. Y eso… que nunca lo hago—me paré de allí.
—Pero yo no quiero escucharte—dije comenzando a caminar hacia su lado. El me tomó de la cintura y me pegó a una pared de piedra que había allí. Pegó su cuerpo totalmente al mío. Noté algo que chocaba contra mi muslo derecho.
—¿Ves lo que causas en mí?—dijo contra mi oído. Sentí sus labios bajar por mi cuello. Un jadeo involuntario salió de mis labios.—Vámonos de aquí, sé que tú también quieres—dijo. Y en verdad quería.
—Está bien, pero no ahora. ¿Tus padres salen esta noche?—pregunté aún sintiendo sus labios hacer magia en mi cuello.
—Sí—murmuró ahora en mi mandíbula.
—Entonces iré en la noche.—me besó apasionadamente en los labios, y como nadie se resistía a ellos, le seguí el juego. Me separé, antes de que notaran que estábamos juntos.—Vete tú, antes de que piensen que me estás violando.
—Y lo haría, si no estuviéramos en casa de Sophie—dijo burlón mientras me miraba por última vez y entraba a la casa.
Maldito Styles, ¿por qué tenías que tener esa mirada? ¿Esos labios que hacían magia? ¿Por qué demonios tenías que ser tan condenadamente sensual?
Caminé sin prisas hacia la inmensa casa de Harry. Vi u auto estacionado delante del mío y me hizo recordar lo que estuvimos a punto de hacer en los asientos traseros unas semanas atrás. Una sonrisa involuntaria se me escapó.
—¡Está abierto!—miré hacia arriba. Harry estaba inclinado sobre la barandilla del balcón de su habitación. Este iba con el torso desnudo con unos vaqueros oscuros que dejaban ver el inicio de su bóxer. Vi que su cabello estaba medio húmedo.
—Te acabas de duchar para volver a hacerlo en un rato…—lo miré con ojos entrecerrados, dejando mi bolo en la mesa que estaba al lado de su cama.
—No importa—me acorraló contra la pared y acercó sus labios a mi oído—. Podemos bañarnos juntos luego si te apetece.
Atraje su rostro al mío y lo besé. No tenía que perdonarlo para tener sexo con él. Después de todo, la nuestra era una relación sin sentimientos más allá de la pasión y calentura del momento, sin ataduras.
Solo pensaba en saciar nuestras necesidades e irme, como muchas otras veces.
Harry me tomó por los muslos y me cargó, caminando hacia la cama. Me dejó caer y él lo hizo sobre mí. Sus labios vagaron por mi cuello mientras yo me dedicaba a delinear casa músculo de su espalda y abdomen. Mis uñas hicieron presión en su blanca piel cuando sentí que aparte de los besos, me regalaba suaves mordiscos que dejaban un cosquilleo en la zona por donde sus labios pasaban.
El se acomodó entre mis piernas para tener más accesibilidad.
—Esto estorba mucho—dijo adentrando sus manos por debajo de mi playera. Separó sus labios de mi piel sólo durante el momento que tardó mi camiseta al pasar por mi cabeza. Mis manos fueron a su pantalón. Al tratar de desabotonarlo, noté que ya se había encendido. Harry estaba a mil. El se sacó el pantalón y se dedicó a bajar el mío. Antes de subir a mi labios e detuvo en mi vientre, donde esparció besos húmedos a lo largo de mi torso hasta regresar a mis labios.
Hizo que me irguiera para que sus manos desabrocharan mi sostén negro. El me desprendió de la última prenda que me quedaba para después él despojarse de u bóxer. Me dejó con la espalda apoyada en la cama de nuevo y se inclinó sobre mí hacia un lado, buscando algo en la gaveta de la mesa que estaba al lado de la cama. Sacó una bolsita plástica de color gris. Segundos después se colocó el preservativo rápidamente.
Jadeos salían de sus labios por el ritmo acelerado que él llevaba. Embestía rápidamente, haciendo que los gemidos incontrolables salieran de mi boca.
—Estás apretada—dijo con una sexy y entrecortada voz ronca.
Sentí aquella sensación de que algo explotaba en mi interior.
—¿Te falta mucho?—pregunté entre jadeos.
—Ya casi—murmuró acaparando mis labios.
Sorpresivamente lo empujé, haciendo que cayera hacia atrás, y por tanto, que él saliera de mí.—¿Qué…?—iba a reclamar algo, pero me senté a horcajadas sobre él y tomé a Harricito y en un movimiento, ya estuvo dentro de mí hasta el fondo. El gimió, cerrando los ojos con fuerza.
Apoyé mis manos sobre su duro pecho mientras me movía sobre él rápidamente, como sabía que le gustaba.
—Dios, no pares, casi termino—murmuraba entrecortadamente apretando sus manos alrededor de mis caderas. Seguí moviéndome aún más rápido, sintiendo ese familiar cosquilleo en mi bajo vientre. Los dos terminamos a la vez, yo por segunda vez.
Me desplomé sobre su pecho para recuperar el aliento.
Unos minutos pasaron y nos habíamos quedado en silencio total.
—Harry…
—¿Mhmm?
—¿Recuerdas aquel día en el armario, en la escuela? Me preguntaste por qué no lo hacíamos oficial frente a los demás…
—Eh… sí, lo recuerdo—dijo secamente. La mano que acariciaba mi cabello cayó, quedando a un costado de su cuerpo.
—Harry… ¿qué sientes por mí?
Última edición por Amelia el Mar 11 Dic 2012, 5:01 pm, editado 1 vez
Amelia
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