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Atrapa a tu pareja [Harry y tu]
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: Atrapa a tu pareja [Harry y tu]
Nueva lectoraaaaa :) La nove es tuya?? esta excelente!! Seguila rapido me gusta mucho
aldanastyles30
Re: Atrapa a tu pareja [Harry y tu]
asdfghjklñ que te dije que era mejor que se fueran a casa a hacer cositas!!! ash soy una adivina lo que si no me espere es que fuera a ser tan salvaje jajajaja auqneu estoy 100% seguro qeu fue lo mas satisfactorio que pudieron vivir ese par asi que los envidio(? jajaj ok no pero bueno esta loca de locas se marcha un besotote!!
ANITALUISI
Re: Atrapa a tu pareja [Harry y tu]
@Aldanuuus escribió:MORI. OMFG, ¡ALELUYA! La Rayis y Harold hicieron algo JAJAJAJAJA a ver ahora, no puedo ni esperar a ver que pasa con ellos, son tan tiernos...no, tiernos en este caso no es la palabra, pero lo son JAJAJAJAJ síguela pronto, linda:)
JJAJAJAJAJJAA, hicieron algo, AL FIN !
Peeeeeeeeeeeero todo tiene su consecuencia ;)
Son tieeeeeeernos <3 (desde algun punto de vista)
Ahora la sigoooooo :D
Kissssssssssssses :) xx
Roochi.1D
Re: Atrapa a tu pareja [Harry y tu]
aldanastyles30 escribió:Nueva lectoraaaaa :) La nove es tuya?? esta excelente!! Seguila rapido me gusta mucho
BIENVENIDAAAAAAAAAAAA A LA JUNGLA :3
Es un libro de Gena Showalter, titulado igual :)
Es hermoso <3
La sigo ahorita :)
Me alegro que te guste :3
Kissesssssssssssssss :) xx
Roochi.1D
Re: Atrapa a tu pareja [Harry y tu]
se que nos amas y fuimos buenas y comentamos mucho :D no te parece??
queiro capi!!
queiro capi!!
ANITALUISI
Re: Atrapa a tu pareja [Harry y tu]
ANITALUISI escribió:asdfghjklñ que te dije que era mejor que se fueran a casa a hacer cositas!!! ash soy una adivina lo que si no me espere es que fuera a ser tan salvaje jajajaja auqneu estoy 100% seguro qeu fue lo mas satisfactorio que pudieron vivir ese par asi que los envidio(? jajaj ok no pero bueno esta loca de locas se marcha un besotote!!
Todas sabemos lo que pasa en una casa a la noche ;)
Me encantaaaaaan tus comentarios <3
Me alegro que te guste tanto :3
Kissesssssssssssss :) xx
Roochi.1D
Re: Atrapa a tu pareja [Harry y tu]
ANITALUISI escribió:se que nos amas y fuimos buenas y comentamos mucho :D no te parece??
queiro capi!!
YAAAAAAAAAA, YA YA YA YA PUBLICO. AGUANTA UNOS MINUTITOS :)
Y si va bien la cosa, por ahi publique otro más ;)
jskadakhdajsdhkasdhj :3
Roochi.1D
Re: Atrapa a tu pareja [Harry y tu]
CAPÍTULO 14 (II)
—Sí. —No había ni un atisbo de duda en su tono. Se acercó, acechándola, ahogándola con su picante olor—. Eres mía.
El aire quemó en los pulmones ante esa posesiva proclamación. Tan dado al flirteo como él era, por lo general nunca le hablaba así.
—Solo dame una oportunidad para demostrarte lo bien que podríamos estar juntos. —La cara estaba seria, suplicante.
—No. —Con él, se preocuparía de su aspecto más de lo que jamás lo haría con Wyatt o algún otro. A él, le perdería ante la primera cana o el primer kilo de más que ganara. Y perderle la mataría… eso también lo sabía.
—¿Por qué no? —exigió Louis—. Y no te atrevas a decirme que amas a ese hijo de puta de Wyatt. Él no es para ti, y en el fondo tú también lo sabes.
—¿Quieres la verdad? —Eleanor se encontró repartiendo golpes a diestro y siniestro. Sin el vino en el sistema, jamás se lo habría dicho pero ahora, las palabras parecían fluir de la boca—. Muy bien, te lo diré. Tú creías que era fea en la escuela. Tú…
—Nunca pensé que fueras fea —interrumpió severamente, el fuego ardiendo en los ojos.
Ella continuó como si no hubiera hablado:
—No podías escapar de tu casa lo suficientemente rápido cada vez que me quedaba a pasar la noche con _______. Solo me quieres ahora porque finalmente crees que soy bonita. Bien, ¿y qué pasa si desmejoro, huh? ¿Qué, entonces? —Le empujó por el pecho con el dedo—. ¿Todavía me querrás?
—Sí. —Parecía muy seguro.
—Demuéstralo.
Sus párpados bajaron hasta casi cerrarse pero, de algún modo, ella todavía pudo ver sus ojos arremolinarse y agitarse.
—Te deseaba en la escuela. Por eso siempre huía de ti. Eras demasiado joven para mí y además eras la mejor amiga de mi hermana pequeña. Si me hubiera quedado a tu alrededor, habría hecho algo al respecto con esa atracción. Y no habría sido capaz de vivir con la culpa.
¡Mentiroso! Pero oh, las palabras eran tan poderosas. Seductoras. Casi se hundió en sus brazos abiertos. Casi pegó los labios a los suyos.
—Todavía soy más joven que tú y todavía soy la mejor amiga de tu hermana.
—Sí, pero ahora eres una mujer —gruñó por lo bajo, como un animal—. ¿Qué necesitas para demostrarte que te amo, para demostrar que me gusta quién eres, no lo que pareces? ¿Esto? —La agarró por los hombros y la arrastró hacía el cuerpo.
Los pechos tropezaron contra el suyo, pegándose a él. Sus labios cayeron abruptamente sobre los suyos, su lengua saqueó la boca perfecta, profunda y dulcemente. Ella no pudo detenerse y gimió.
Sin su permiso, los brazos se alzaron y envolvieron su cuello. Mientras las lenguas luchaban, comprendió que jamás había probado nada tan decadente, tan embriagador.
Él no redujo la marcha, ni le dio tiempo para pensar. Ahuecó una mano en su nuca y movió su cabeza en un ángulo mejor para tomar más de su boca, y enredó la otra en su pelo, apretando, estrujando sus mechones como si temiera que se apartara. Louis le dio un increíble beso tras otro.
Aquí está; aquí está tu sueño. Aquí hay mucho más.
El calor le invadía la sangre, todo el cuerpo, y era tanto una tortura como puro éxtasis. Cielo e infierno. Porque sabía, que por muy bueno que fuera, jamás podría tenerlo de nuevo. Ser perfecta era demasiado agotador. Ya no más, pensó. Ya no más tensión. Ya no más Louis.
Pero, pero…
Le deseaba tanto. Siempre lo hizo. Le quería de todas las formas imaginables. No había manera de negar aquello ahora. El beso se profundizó y el placer se disparó a través de ella, un placer muy intenso. Sólo entonces Eleanor comprendió que se frotaba contra él, arqueando el pubis contra su dura y gruesa erección, imitando al sexo. Sus manos habían abandonado el sedoso pelo y le apretaban el trasero.
Ella se apartó, consiguiendo así no tocarle de ningún modo.
—¡No!
Louis se restregó una mano por la cara.
—Te amo, Eleanor —dijo jadeando—. Siempre te he amado.
Ella negó con la cabeza y se alejó tres pasos. La respiración era entrecortada, errática, y débil como la suya. El cuerpo le dolía por otro beso, caricia o lo que fuera de él. Sólo de él.
—No. Amas la perfección.
Un músculo palpitó bajo el ojo derecho.
—¿Que amo la perfección? ¿Cuándo jamás he aspirado a ella yo mismo? —se mofó—. Me gustan las pecas que hay debajo de ese maquillaje. Me gusta el agudo sonido de tu voz cuando estás contenta. Me gusta…
—No —insistió, temerosa de empezar a creerle—. No.
Él se pasó la lengua por los labios.
—Entonces, muéstrame lo peor de ti, mi amor. Déjame demostrarte que no te quiero sólo por tu bonita cara. Al menos, dame una oportunidad.
Ante sus palabras, una maravillosa y a la vez aterradora idea surgió en su mente. Los ojos se le agrandaron mientras contemplaba la única cosa que podía hacer para probar que su apariencia no significaba nada para él. Quizás fue el vino… quizás la desesperación… de todas formas, ella parpadeó.
—Bien. Te mostraré lo peor de mí mañana —le dijo y le cerró la puerta en las narices. ¿Qué planeaba ella hacer?
Louis permaneció delante de la puerta durante mucho tiempo, sonriendo ampliamente como un idiota. Lo que planeara no importaba, supuso. Ahora mismo, todo lo que le importaba era lo que acababa de pasar.
Casi le había hecho el amor justo ahí, en la entrada. Fuera, baja la luz del porche, donde cualquiera podía verlos. Ella probablemente no tenía ni idea de lo cerca que había estado de arrancarle la ropa y tirarla al frío cemento. Pero había mantenido las manos en su pelo, como un caballero, sin querer asustarla. No cuando por fin hacía progresos con ella.
¡Y qué dulce progreso!
Parecía que la conocía desde siempre pero esta noche había sido la primera vez. Antes, ella continuamente le rechazaba y apartaba. Esta vez, sin embargo, había dejado que la besara, saboreara y tocara como un amante. ¡Y le había respondido!
Louis había esperado este momento durante más años de los que podía recordar y éste había sobrepasado todos sus sueños, todas sus fantasías. Lo que le había dicho era verdad. Cuando eran más jóvenes, la había deseado. La había querido. Sólo los separaban unos pocos años de diferencia pero, atrás en el pasado, Eleanor había parecido infinitamente más joven. De todas formas, había sido la cosita más linda que jamás hubiera visto. Sus gafas constantemente se deslizaban por su nariz y su sonrisa… aquél aparato dental había sido adorable.
Su pelo no había cambiado, todavía era la misma sedosa masa pelirroja por la que él siempre quiso pasar los dedos. Ya no era aquél tímido duendecillo que le tiraba del corazón, pero se dio cuenta que eso no disminuía su atracción. Le gustaba el recuerdo de quién había sido y el conocimiento de quien era ahora: enérgica, fuerte, indudablemente sexy. Excepto que…
Louis remontó un dedo sobre los labios. Al final, justo antes de que Eleanor le cerrara la puerta, había visto un destello incrédulo en sus ojos. Sí, esa era la mejor palabra para describirlo. Incrédulo. ¿Por qué?
Al principio, ella había estado inestable sobre sus pies, tan vulnerable y triste que el corazón se le había encogido de dolor. Perversamente, esperó que hubiera problemas en el paraíso. Esperaba que Eleanor empezara a comprender que el idiota de Wyatt, al que nunca había conocido pero que había odiado desde el principio, no era adecuado para ella. No se sintió culpable por aquel pensamiento. Eleanor era suya; le pertenecía. A nadie más. Después de aquel beso, sería más amable y jugaría más despacio. Por miedo a asustarla. Intentaría ganársela lentamente pero seguro.
Louis iría a por todas.
—Hazlo —susurró hacia la puerta—. Muéstrame lo peor. —No podía esperar.
Eleanor se tambaleó hasta el cuarto de baño y se estudió atentamente en el espejo, con las tijeras en la mano. Se había bebido otro vaso de vino y la cabeza le daba más vueltas que antes. «Déjame demostrarte que no te quiero por tu bonita cara», le había dicho.
Si hacía esto, la abandonaría; sabía que lo haría. Pero… estoy tan cansada de fingir ser perfecta, pensó otra vez. Mejor que la rechazara que soportar otro momento de preocupación. ¿Estaría el pelo en su lugar? ¿El maquillaje era el correcto? ¿Se mantenía el cuerpo en la línea y libre de celulitis? ¡Puf! Parecía una goma, estirada tan fuerte que podría romperse en cualquier momento.
—Simplemente hazlo —gruñó—. Él quiere ver lo peor de ti, así que muéstraselo.
Antes de que se arrepintiera de ello, Eleanor comenzó a cortar. Y cortar. Y cortar.
El aire quemó en los pulmones ante esa posesiva proclamación. Tan dado al flirteo como él era, por lo general nunca le hablaba así.
—Solo dame una oportunidad para demostrarte lo bien que podríamos estar juntos. —La cara estaba seria, suplicante.
—No. —Con él, se preocuparía de su aspecto más de lo que jamás lo haría con Wyatt o algún otro. A él, le perdería ante la primera cana o el primer kilo de más que ganara. Y perderle la mataría… eso también lo sabía.
—¿Por qué no? —exigió Louis—. Y no te atrevas a decirme que amas a ese hijo de puta de Wyatt. Él no es para ti, y en el fondo tú también lo sabes.
—¿Quieres la verdad? —Eleanor se encontró repartiendo golpes a diestro y siniestro. Sin el vino en el sistema, jamás se lo habría dicho pero ahora, las palabras parecían fluir de la boca—. Muy bien, te lo diré. Tú creías que era fea en la escuela. Tú…
—Nunca pensé que fueras fea —interrumpió severamente, el fuego ardiendo en los ojos.
Ella continuó como si no hubiera hablado:
—No podías escapar de tu casa lo suficientemente rápido cada vez que me quedaba a pasar la noche con _______. Solo me quieres ahora porque finalmente crees que soy bonita. Bien, ¿y qué pasa si desmejoro, huh? ¿Qué, entonces? —Le empujó por el pecho con el dedo—. ¿Todavía me querrás?
—Sí. —Parecía muy seguro.
—Demuéstralo.
Sus párpados bajaron hasta casi cerrarse pero, de algún modo, ella todavía pudo ver sus ojos arremolinarse y agitarse.
—Te deseaba en la escuela. Por eso siempre huía de ti. Eras demasiado joven para mí y además eras la mejor amiga de mi hermana pequeña. Si me hubiera quedado a tu alrededor, habría hecho algo al respecto con esa atracción. Y no habría sido capaz de vivir con la culpa.
¡Mentiroso! Pero oh, las palabras eran tan poderosas. Seductoras. Casi se hundió en sus brazos abiertos. Casi pegó los labios a los suyos.
—Todavía soy más joven que tú y todavía soy la mejor amiga de tu hermana.
—Sí, pero ahora eres una mujer —gruñó por lo bajo, como un animal—. ¿Qué necesitas para demostrarte que te amo, para demostrar que me gusta quién eres, no lo que pareces? ¿Esto? —La agarró por los hombros y la arrastró hacía el cuerpo.
Los pechos tropezaron contra el suyo, pegándose a él. Sus labios cayeron abruptamente sobre los suyos, su lengua saqueó la boca perfecta, profunda y dulcemente. Ella no pudo detenerse y gimió.
Sin su permiso, los brazos se alzaron y envolvieron su cuello. Mientras las lenguas luchaban, comprendió que jamás había probado nada tan decadente, tan embriagador.
Él no redujo la marcha, ni le dio tiempo para pensar. Ahuecó una mano en su nuca y movió su cabeza en un ángulo mejor para tomar más de su boca, y enredó la otra en su pelo, apretando, estrujando sus mechones como si temiera que se apartara. Louis le dio un increíble beso tras otro.
Aquí está; aquí está tu sueño. Aquí hay mucho más.
El calor le invadía la sangre, todo el cuerpo, y era tanto una tortura como puro éxtasis. Cielo e infierno. Porque sabía, que por muy bueno que fuera, jamás podría tenerlo de nuevo. Ser perfecta era demasiado agotador. Ya no más, pensó. Ya no más tensión. Ya no más Louis.
Pero, pero…
Le deseaba tanto. Siempre lo hizo. Le quería de todas las formas imaginables. No había manera de negar aquello ahora. El beso se profundizó y el placer se disparó a través de ella, un placer muy intenso. Sólo entonces Eleanor comprendió que se frotaba contra él, arqueando el pubis contra su dura y gruesa erección, imitando al sexo. Sus manos habían abandonado el sedoso pelo y le apretaban el trasero.
Ella se apartó, consiguiendo así no tocarle de ningún modo.
—¡No!
Louis se restregó una mano por la cara.
—Te amo, Eleanor —dijo jadeando—. Siempre te he amado.
Ella negó con la cabeza y se alejó tres pasos. La respiración era entrecortada, errática, y débil como la suya. El cuerpo le dolía por otro beso, caricia o lo que fuera de él. Sólo de él.
—No. Amas la perfección.
Un músculo palpitó bajo el ojo derecho.
—¿Que amo la perfección? ¿Cuándo jamás he aspirado a ella yo mismo? —se mofó—. Me gustan las pecas que hay debajo de ese maquillaje. Me gusta el agudo sonido de tu voz cuando estás contenta. Me gusta…
—No —insistió, temerosa de empezar a creerle—. No.
Él se pasó la lengua por los labios.
—Entonces, muéstrame lo peor de ti, mi amor. Déjame demostrarte que no te quiero sólo por tu bonita cara. Al menos, dame una oportunidad.
Ante sus palabras, una maravillosa y a la vez aterradora idea surgió en su mente. Los ojos se le agrandaron mientras contemplaba la única cosa que podía hacer para probar que su apariencia no significaba nada para él. Quizás fue el vino… quizás la desesperación… de todas formas, ella parpadeó.
—Bien. Te mostraré lo peor de mí mañana —le dijo y le cerró la puerta en las narices. ¿Qué planeaba ella hacer?
Louis permaneció delante de la puerta durante mucho tiempo, sonriendo ampliamente como un idiota. Lo que planeara no importaba, supuso. Ahora mismo, todo lo que le importaba era lo que acababa de pasar.
Casi le había hecho el amor justo ahí, en la entrada. Fuera, baja la luz del porche, donde cualquiera podía verlos. Ella probablemente no tenía ni idea de lo cerca que había estado de arrancarle la ropa y tirarla al frío cemento. Pero había mantenido las manos en su pelo, como un caballero, sin querer asustarla. No cuando por fin hacía progresos con ella.
¡Y qué dulce progreso!
Parecía que la conocía desde siempre pero esta noche había sido la primera vez. Antes, ella continuamente le rechazaba y apartaba. Esta vez, sin embargo, había dejado que la besara, saboreara y tocara como un amante. ¡Y le había respondido!
Louis había esperado este momento durante más años de los que podía recordar y éste había sobrepasado todos sus sueños, todas sus fantasías. Lo que le había dicho era verdad. Cuando eran más jóvenes, la había deseado. La había querido. Sólo los separaban unos pocos años de diferencia pero, atrás en el pasado, Eleanor había parecido infinitamente más joven. De todas formas, había sido la cosita más linda que jamás hubiera visto. Sus gafas constantemente se deslizaban por su nariz y su sonrisa… aquél aparato dental había sido adorable.
Su pelo no había cambiado, todavía era la misma sedosa masa pelirroja por la que él siempre quiso pasar los dedos. Ya no era aquél tímido duendecillo que le tiraba del corazón, pero se dio cuenta que eso no disminuía su atracción. Le gustaba el recuerdo de quién había sido y el conocimiento de quien era ahora: enérgica, fuerte, indudablemente sexy. Excepto que…
Louis remontó un dedo sobre los labios. Al final, justo antes de que Eleanor le cerrara la puerta, había visto un destello incrédulo en sus ojos. Sí, esa era la mejor palabra para describirlo. Incrédulo. ¿Por qué?
Al principio, ella había estado inestable sobre sus pies, tan vulnerable y triste que el corazón se le había encogido de dolor. Perversamente, esperó que hubiera problemas en el paraíso. Esperaba que Eleanor empezara a comprender que el idiota de Wyatt, al que nunca había conocido pero que había odiado desde el principio, no era adecuado para ella. No se sintió culpable por aquel pensamiento. Eleanor era suya; le pertenecía. A nadie más. Después de aquel beso, sería más amable y jugaría más despacio. Por miedo a asustarla. Intentaría ganársela lentamente pero seguro.
Louis iría a por todas.
—Hazlo —susurró hacia la puerta—. Muéstrame lo peor. —No podía esperar.
Eleanor se tambaleó hasta el cuarto de baño y se estudió atentamente en el espejo, con las tijeras en la mano. Se había bebido otro vaso de vino y la cabeza le daba más vueltas que antes. «Déjame demostrarte que no te quiero por tu bonita cara», le había dicho.
Si hacía esto, la abandonaría; sabía que lo haría. Pero… estoy tan cansada de fingir ser perfecta, pensó otra vez. Mejor que la rechazara que soportar otro momento de preocupación. ¿Estaría el pelo en su lugar? ¿El maquillaje era el correcto? ¿Se mantenía el cuerpo en la línea y libre de celulitis? ¡Puf! Parecía una goma, estirada tan fuerte que podría romperse en cualquier momento.
—Simplemente hazlo —gruñó—. Él quiere ver lo peor de ti, así que muéstraselo.
Antes de que se arrepintiera de ello, Eleanor comenzó a cortar. Y cortar. Y cortar.
_______________________________________________________________
HOLAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA :D
Mejor tarde que nunca ;)
sajdkahdaksdhkajsdhj <3
No sé que decir chicas, la verdad es que estoy muy feliz por como recibieron este libro :3
Y nada, GRACIAS no parece SUFICIENTE.
Es todo por ahora, si hay muchos comentarios antes de que me vaya a dormir, subiré otro, porque soy re buenita ^^
LAS AMO.
Enserio, GRACIAS !
HOLAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA :D
Mejor tarde que nunca ;)
sajdkahdaksdhkajsdhj <3
No sé que decir chicas, la verdad es que estoy muy feliz por como recibieron este libro :3
Y nada, GRACIAS no parece SUFICIENTE.
Es todo por ahora, si hay muchos comentarios antes de que me vaya a dormir, subiré otro, porque soy re buenita ^^
LAS AMO.
Enserio, GRACIAS !
Roochi.1D
Re: Atrapa a tu pareja [Harry y tu]
ou mai gatito esta mujer esta cortando su cabello??? :O:O:O DEOS!! pero que hace eleanor!!! nooooo ahhh no la dejes ahi no seas mala se alma caritativa con esta fiel lectora que te hace reir y que es mas impaciente que el carajooo epro no me hagas esperar no seas cruel conmigo esta almita de dios que tanto te ama y te odia por escribir tan genialmente!!!!! xD
besos
besos
ANITALUISI
Re: Atrapa a tu pareja [Harry y tu]
Caroline Owen escribió:me encanta siguela pronto
Gracias :3
Ahora subo otro ^^
Kissessssssssss :) xx
Roochi.1D
Re: Atrapa a tu pareja [Harry y tu]
ANITALUISI escribió:ou mai gatito esta mujer esta cortando su cabello??? :O:O:O DEOS!! pero que hace eleanor!!! nooooo ahhh no la dejes ahi no seas mala se alma caritativa con esta fiel lectora que te hace reir y que es mas impaciente que el carajooo epro no me hagas esperar no seas cruel conmigo esta almita de dios que tanto te ama y te odia por escribir tan genialmente!!!!! xD
besos
KEEP CALM, BREATHE !
sadhakdhaksjdhkasdhaksjd <3
Solo yo sé como termina esta cosa.
Y te recuerdo que no soy yo la escritora, es Gena Showalter :3
Ahora subo otro ;)
Kissessssssssssssss :) xx
Roochi.1D
Re: Atrapa a tu pareja [Harry y tu]
No se porque pero sabía que Eleanor iba a hacer eso, algo me lo dijo (? jajajajajaja
Me encantó el capítulo Rochi querida :3
Y creo que está de más decir que espero ansiosa el proximo :B
Me encantó el capítulo Rochi querida :3
Y creo que está de más decir que espero ansiosa el proximo :B
Mili1D
Re: Atrapa a tu pareja [Harry y tu]
CAPÍTULO 15 (I)
Ese conjunto te queda muy bien… pero quedaría mucho mejor en un montón arrugado al lado de mi cama.
A _______ le dolía todo el cuerpo. La cabeza le latía con la fuerza de un tambor de guerra. Los brazos palpitaban. El cuello palpitaba. Las piernas palpitaban. Se sentía como si hubiera combatido unas rondas (miles) con un boxeador de peso pesado.
¿Estaría enferma? ¿Moribunda?
Señor, ¿qué había pasado anoche? Había sido sábado, un día de trabajo para todos en AATP, y había ido a un club, había tomado unas copas… ¡hey! ¿Qué le palpitaba bajo el pecho? ¿Y por qué estaba tan caliente? Parecía que una manta eléctrica la envolvía y funcionando a tope.
Vuelve a dormir, suplicó su mente. Duerme y sueña.
—No puedo —masculló, apretando los labios secos. Tenía que ir a trabajar y… Espera, hoy no trabajaba. La pasada noche fue sábado. Hoy es domingo. Su día libre. Aunque en realidad tenía una cita para almorzar con su madre.
Gimiendo, _______ entreabrió los párpados, permitiendo a la luz entrar gradualmente en su consciencia. El sol era brillante, demasiado brillante, y el naranja y dorado le nublaban la visión. Después de unos segundos, fue capaz de distinguir partes y más partes de bronceada, magullada y mordida piel… que no era suya. Esta piel cubría firmes y duros músculos.
—Pero que… —un agudo dolor le traspasó la cabeza y soltó otro gemido. Incluso el estómago le dolía, retorciéndose y provocándole náuseas. La boca era como algodón. ¿Cuánto había bebido anoche?
_______ apartó la vista del hombre que obviamente había dormido con ella, una seductora imagen le destelló a través de la mente. Una imagen de su nuevo jefe, desnudo, pulsando en ella. Dulce Cristo. El horror se deslizó por el cuerpo. Había dormido con Harry, y aquellas imágenes en realidad eran recuerdos. Y eran deliciosos. El horror se intensificó.
¿Cómo, cómo se suponía que manejaría esto?
—Despierta —dijo, la voz inestable.
Él gimió y soltó:
—Silencio. Me duele la cabeza.
Voz ronca, y ligeramente acentuada. Anoche, aquella voz le susurró cosas sexys. ¿Qué le diría ahora? Ella tragó aire. Harry estaba atravesado sobre el sofá bocabajo, la cabeza girada a un lado, el trasero marcado por arañazos. La cabeza descansando sobre ambos brazos. Tenía el pelo revuelto; los labios llenos y rosados, y una ligera sombra de barba. Las pestañas eran espesas, largas y negras.
El caliente y masculino olor “un olor hecho sólo para el pecado” calaba en ella, fusionándose con la piel y las células. ¡Oh, ahora sí que estaba en problemas! Jamás le vería de la misma forma de nuevo. Ahora, siempre que estuviera en su presencia, pensaría en su pene bombeando en su interior. ¡Mierda!
Se levantó a trompicones, alejándose de él. Grave error. El estómago se le revolvió y se tambaleó. Corrió al cuarto de baño, pero no llegó a vomitar, simplemente dio arcadas. Estremeciéndose, se cepilló los dientes y se estudió en el espejo.
—Dios querido —graznó.
Estaba desnuda (excepto por las botas), y tenía contusiones y señales de mordiscos por todas partes, igual que H… Él. ¿Podría morirse una de la vergüenza? ¡Por favor!
—Jamás volveré a beber —refunfuñó.
Al parecer, cuando lo hacía, saltaba sobre hombres apuestos y les permitía hacerle todo tipo de cosas perversas. Morderla… Seguro. Azotarla... ¿Dónde estaba la pala? ¿Cómo podía haber dormido con su jefe y enemigo jurado? ¿Cómo?
El pelo era una masa negra enredada. Los labios estaban hinchados y el rimel corría por las mejillas. Con una mano inestable, agarró el albornoz de la percha, se lo puso y ató el cinturón. Se lavó la cara, pero el agua fría no hizo nada para refrescarle la ardiente piel.
Jamás había experimentado tantos e intensos orgasmos como esa noche. Y había sido Harry quien se los había dado.
—Ni siquiera te gusta él —se recordó.
_______ frunció el ceño mientras se quitaba las botas. Anoche, Harry había sido amable y encantador. Irresistible. En verdad, se había divertido con él. Por primera vez en años, se había relajado con un hombre. Habló con un hombre que no era un objetivo.
«¿Cuál es el error más grande que una mujer puede cometer en su primera cita? Quiero asegurarme de no cometerlo».
«Vestirse provocativamente».
La conversación jugó a través de la mente. Él había tenido un perverso brillo en sus ojos cuando lo dijo, un seductor diablo que intentaba atraerla, tentarla.
«¿Te marcharás inmediatamente después?»
«Sin abrazos».
Ambos se corrieron. Ambos culminaron. Él debió haberse marchado. En cambio, la atrajo a sus brazos y ella le dejó. Incluso le abrazó, feliz, y se hundió en un saciado sueño. Y una parte de ella se alegraba de ello.
¿Se habrá despertado ya? ¿Qué estará pensando? Indecisa, entró en la sala de estar. Harry ya estaba levantado, poniéndose los calzoncillos y los vaqueros. _______ pilló un atisbo de su trasero, antes de que se los pusiera rápidamente. Intentando parecer despreocupada, se apoyó contra la pared y cruzó los brazos sobre el estómago. Las mejillas se sonrojaron cuando descubrió las bragas y el sujetador rasgados en un montón.
¿Y si él se arrepentía? ¿Y si se odiaba a sí mismo por haberse acostado con ella? Las mismas cosas que ella debería sentir.
—Probablemente no deberíamos hablar de esto —dijo ella tan indiferente como le fue posible.
Él le lanzó un rápido vistazo sobre el hombro. Los ojos marrones eran oscuros, casi negros, y la expresión severa. Había un círculo rojo bajo el ojo izquierdo.
—¿Eso es lo que realmente quieres?
No.
—Sí.
Hablar sobre lo que había pasado sería demasiado embarazoso, habían hecho cosas demasiado… rudas.
Frunciendo el ceño y en silencio, Harry se inclinó y recogió la camisa. Los músculos brincaron bajo la piel, pero aún así consiguió moverse con fluida gracia.
—¿Estoy despedida? —preguntó, todavía intentando parecer casual—. Rompí otra regla.
Durante mucho tiempo, no habló. Simplemente se abotonó silenciosamente la camisa… menos algunos botones.
—¿No quieres irte? —preguntó él suavemente.
¿Pareció medio esperanzado o medio… asustado?
—No.
—No, no estás despedida. Yo también quebranté la regla y no pienso despedirme a mí mismo.
Sus ojos se estrecharon. Ella creyó escuchar algo en su tono, un tácito: Creo que el dormir juntos es castigo suficiente.
—Después de esto —se encontró diciendo—, estoy segura que tendré que asistir a terapia para tratar mi desorden de estrés postraumático.
—No intentes decirme que no lo disfrutaste —gruñó entre dientes—. Sé por tus actos que lo hiciste. Tengo marcas para demostrarlo.
Sí, ella había disfrutado cada momento en sus brazos. Incluso le había rogado por más. «Más fuerte». «No pares». Tercamente, se negó a contestar.
—Obviamente, nuestra pérdida de juicio fue debido al alcohol —dijo él.
—Sí. —El alivio la golpeó… al menos, esa es la única emoción que admitiría. Que Harry creyese que abrigaba sentimientos por él…, era más embarazoso que el dormir juntos. Si ella le gustase, pues habría sido un asunto diferente. Tal vez.
Él se dejó caer en el sofá, apoyó los codos sobre las rodillas, y hundió la cabeza en las palmas abiertas.
—¿Sabes que no llevaba condón, verdad?
Ella cerró los ojos. ¡Mierda!
—Dime que tomas la píldora.
—La tomo pero, ¿y en cuanto a lo otro?
¿Cuán más estúpida podía haber sido? Siempre insistía en que su compañero llevase un condón. ¡Siempre! Pero ni siquiera le había dedicado un segundo pensamiento la pasada noche.
—Estoy limpio —la miró, con una ceja arqueada—. ¿Y tú?
—Sí.
Él expulsó un cansado suspiro. Ella también se tomó un momento para respirar, pero falló en tranquilizarse. Sin condón. Sin un jodido condón. Si no se hubiera propuesto en demostrarle que podía beber más que él, no estarían en esta situación. No habría caído en la tentación que él representaba…, o eso creía.
—_______ —dijo, luego hizo una pausa. La expresión en la cara se había ablandado pero aún seguía pareciendo torturado.
—Mira —dijo ella—. Ahora mismo, ambos estamos al límite. Ambos queremos olvidar lo que pasó. No hay razón para recriminarnos nada el uno al otro, ¿verdad?
—No puedo creer que fuéramos tan estúpidos. —Negando con la cabeza, él se inclino hacia delante, cogió los zapatos, se los puso y se levantó—. Yo… —se encogió de hombros—. Iba a decir que te llamaré, pero creo que los dos preferiremos que no lo haga. Te veré en la oficina.
Con esto, se dirigió rápidamente a la puerta, la abrió, salió fuera y la cerró de golpe tras él.
¿Estaría enferma? ¿Moribunda?
Señor, ¿qué había pasado anoche? Había sido sábado, un día de trabajo para todos en AATP, y había ido a un club, había tomado unas copas… ¡hey! ¿Qué le palpitaba bajo el pecho? ¿Y por qué estaba tan caliente? Parecía que una manta eléctrica la envolvía y funcionando a tope.
Vuelve a dormir, suplicó su mente. Duerme y sueña.
—No puedo —masculló, apretando los labios secos. Tenía que ir a trabajar y… Espera, hoy no trabajaba. La pasada noche fue sábado. Hoy es domingo. Su día libre. Aunque en realidad tenía una cita para almorzar con su madre.
Gimiendo, _______ entreabrió los párpados, permitiendo a la luz entrar gradualmente en su consciencia. El sol era brillante, demasiado brillante, y el naranja y dorado le nublaban la visión. Después de unos segundos, fue capaz de distinguir partes y más partes de bronceada, magullada y mordida piel… que no era suya. Esta piel cubría firmes y duros músculos.
—Pero que… —un agudo dolor le traspasó la cabeza y soltó otro gemido. Incluso el estómago le dolía, retorciéndose y provocándole náuseas. La boca era como algodón. ¿Cuánto había bebido anoche?
_______ apartó la vista del hombre que obviamente había dormido con ella, una seductora imagen le destelló a través de la mente. Una imagen de su nuevo jefe, desnudo, pulsando en ella. Dulce Cristo. El horror se deslizó por el cuerpo. Había dormido con Harry, y aquellas imágenes en realidad eran recuerdos. Y eran deliciosos. El horror se intensificó.
¿Cómo, cómo se suponía que manejaría esto?
—Despierta —dijo, la voz inestable.
Él gimió y soltó:
—Silencio. Me duele la cabeza.
Voz ronca, y ligeramente acentuada. Anoche, aquella voz le susurró cosas sexys. ¿Qué le diría ahora? Ella tragó aire. Harry estaba atravesado sobre el sofá bocabajo, la cabeza girada a un lado, el trasero marcado por arañazos. La cabeza descansando sobre ambos brazos. Tenía el pelo revuelto; los labios llenos y rosados, y una ligera sombra de barba. Las pestañas eran espesas, largas y negras.
El caliente y masculino olor “un olor hecho sólo para el pecado” calaba en ella, fusionándose con la piel y las células. ¡Oh, ahora sí que estaba en problemas! Jamás le vería de la misma forma de nuevo. Ahora, siempre que estuviera en su presencia, pensaría en su pene bombeando en su interior. ¡Mierda!
Se levantó a trompicones, alejándose de él. Grave error. El estómago se le revolvió y se tambaleó. Corrió al cuarto de baño, pero no llegó a vomitar, simplemente dio arcadas. Estremeciéndose, se cepilló los dientes y se estudió en el espejo.
—Dios querido —graznó.
Estaba desnuda (excepto por las botas), y tenía contusiones y señales de mordiscos por todas partes, igual que H… Él. ¿Podría morirse una de la vergüenza? ¡Por favor!
—Jamás volveré a beber —refunfuñó.
Al parecer, cuando lo hacía, saltaba sobre hombres apuestos y les permitía hacerle todo tipo de cosas perversas. Morderla… Seguro. Azotarla... ¿Dónde estaba la pala? ¿Cómo podía haber dormido con su jefe y enemigo jurado? ¿Cómo?
El pelo era una masa negra enredada. Los labios estaban hinchados y el rimel corría por las mejillas. Con una mano inestable, agarró el albornoz de la percha, se lo puso y ató el cinturón. Se lavó la cara, pero el agua fría no hizo nada para refrescarle la ardiente piel.
Jamás había experimentado tantos e intensos orgasmos como esa noche. Y había sido Harry quien se los había dado.
—Ni siquiera te gusta él —se recordó.
_______ frunció el ceño mientras se quitaba las botas. Anoche, Harry había sido amable y encantador. Irresistible. En verdad, se había divertido con él. Por primera vez en años, se había relajado con un hombre. Habló con un hombre que no era un objetivo.
«¿Cuál es el error más grande que una mujer puede cometer en su primera cita? Quiero asegurarme de no cometerlo».
«Vestirse provocativamente».
La conversación jugó a través de la mente. Él había tenido un perverso brillo en sus ojos cuando lo dijo, un seductor diablo que intentaba atraerla, tentarla.
«¿Te marcharás inmediatamente después?»
«Sin abrazos».
Ambos se corrieron. Ambos culminaron. Él debió haberse marchado. En cambio, la atrajo a sus brazos y ella le dejó. Incluso le abrazó, feliz, y se hundió en un saciado sueño. Y una parte de ella se alegraba de ello.
¿Se habrá despertado ya? ¿Qué estará pensando? Indecisa, entró en la sala de estar. Harry ya estaba levantado, poniéndose los calzoncillos y los vaqueros. _______ pilló un atisbo de su trasero, antes de que se los pusiera rápidamente. Intentando parecer despreocupada, se apoyó contra la pared y cruzó los brazos sobre el estómago. Las mejillas se sonrojaron cuando descubrió las bragas y el sujetador rasgados en un montón.
¿Y si él se arrepentía? ¿Y si se odiaba a sí mismo por haberse acostado con ella? Las mismas cosas que ella debería sentir.
—Probablemente no deberíamos hablar de esto —dijo ella tan indiferente como le fue posible.
Él le lanzó un rápido vistazo sobre el hombro. Los ojos marrones eran oscuros, casi negros, y la expresión severa. Había un círculo rojo bajo el ojo izquierdo.
—¿Eso es lo que realmente quieres?
No.
—Sí.
Hablar sobre lo que había pasado sería demasiado embarazoso, habían hecho cosas demasiado… rudas.
Frunciendo el ceño y en silencio, Harry se inclinó y recogió la camisa. Los músculos brincaron bajo la piel, pero aún así consiguió moverse con fluida gracia.
—¿Estoy despedida? —preguntó, todavía intentando parecer casual—. Rompí otra regla.
Durante mucho tiempo, no habló. Simplemente se abotonó silenciosamente la camisa… menos algunos botones.
—¿No quieres irte? —preguntó él suavemente.
¿Pareció medio esperanzado o medio… asustado?
—No.
—No, no estás despedida. Yo también quebranté la regla y no pienso despedirme a mí mismo.
Sus ojos se estrecharon. Ella creyó escuchar algo en su tono, un tácito: Creo que el dormir juntos es castigo suficiente.
—Después de esto —se encontró diciendo—, estoy segura que tendré que asistir a terapia para tratar mi desorden de estrés postraumático.
—No intentes decirme que no lo disfrutaste —gruñó entre dientes—. Sé por tus actos que lo hiciste. Tengo marcas para demostrarlo.
Sí, ella había disfrutado cada momento en sus brazos. Incluso le había rogado por más. «Más fuerte». «No pares». Tercamente, se negó a contestar.
—Obviamente, nuestra pérdida de juicio fue debido al alcohol —dijo él.
—Sí. —El alivio la golpeó… al menos, esa es la única emoción que admitiría. Que Harry creyese que abrigaba sentimientos por él…, era más embarazoso que el dormir juntos. Si ella le gustase, pues habría sido un asunto diferente. Tal vez.
Él se dejó caer en el sofá, apoyó los codos sobre las rodillas, y hundió la cabeza en las palmas abiertas.
—¿Sabes que no llevaba condón, verdad?
Ella cerró los ojos. ¡Mierda!
—Dime que tomas la píldora.
—La tomo pero, ¿y en cuanto a lo otro?
¿Cuán más estúpida podía haber sido? Siempre insistía en que su compañero llevase un condón. ¡Siempre! Pero ni siquiera le había dedicado un segundo pensamiento la pasada noche.
—Estoy limpio —la miró, con una ceja arqueada—. ¿Y tú?
—Sí.
Él expulsó un cansado suspiro. Ella también se tomó un momento para respirar, pero falló en tranquilizarse. Sin condón. Sin un jodido condón. Si no se hubiera propuesto en demostrarle que podía beber más que él, no estarían en esta situación. No habría caído en la tentación que él representaba…, o eso creía.
—_______ —dijo, luego hizo una pausa. La expresión en la cara se había ablandado pero aún seguía pareciendo torturado.
—Mira —dijo ella—. Ahora mismo, ambos estamos al límite. Ambos queremos olvidar lo que pasó. No hay razón para recriminarnos nada el uno al otro, ¿verdad?
—No puedo creer que fuéramos tan estúpidos. —Negando con la cabeza, él se inclino hacia delante, cogió los zapatos, se los puso y se levantó—. Yo… —se encogió de hombros—. Iba a decir que te llamaré, pero creo que los dos preferiremos que no lo haga. Te veré en la oficina.
Con esto, se dirigió rápidamente a la puerta, la abrió, salió fuera y la cerró de golpe tras él.
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THAT'S ALL.
Se dieron cuenta que ahora saludo como Zayn aksdhaksjdhs <3
Las dejo picando.
Las amo :3
Espero que les guste :) xx
THAT'S ALL.
Se dieron cuenta que ahora saludo como Zayn aksdhaksjdhs <3
Las dejo picando.
Las amo :3
Espero que les guste :) xx
Última edición por Roochi.1D el Jue 06 Dic 2012, 10:22 am, editado 1 vez
Roochi.1D
Re: Atrapa a tu pareja [Harry y tu]
Mili1D escribió:No se porque pero sabía que Eleanor iba a hacer eso, algo me lo dijo (? jajajajajaja
Me encantó el capítulo Rochi querida :3
Y creo que está de más decir que espero ansiosa el proximo :B
jskadhasdhjasdhkjadshkajsd <3
Ya subí otro, para lectoras desesperadas ;)
Un besssssssso Milagros Luzzi :) xx
Roochi.1D
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