No Toques ✕ (Niall Horan y Tú) [TERMINADA]

 Capítulo 14: Tú.

Tenía siete años cuando fui abusada.
Todos los fines de semana mis padres me dejaban a cargo de Lía y Braun para que ellos fuesen a divertirse en lo que sea que hiciesen ese par de días. Niall fue a verme siempre, Lía lo dejaba entrar apenas veía su cabello apareciendo por la cerca de al lado y le abría la puerta para que pasase a mi habitación a jugar.
Un día, papá llegó con un amigo a la casa, era un poco menos joven que él y mantenía sus ojos detrás de gafas ópticas para su visión. Mamá estaba de viaje y mis asistentes hacían el almuerzo en la cocina; Niall se encontraba enfermo en casa.
—     ¿Quieres presentarte, querida? —Preguntó mi padre cuando entré a ver al intruso en nuestro comedor.
Por un momento me detuve a observar con timidez al hombre. Su cabello era largo en ese entonces y de color castaño, además de su no tan pronunciada barba.
—     Soy ____ Filian. —Dije.
El hombre sonrió y me tendió la mano. Papá nos enseñó a que eso significaba que debía de aceptar el gesto y saludarlo como se debía, además de sonreír y ser paciente.
Aquello fue el comienzo de todo.
—     Tranquila… —Me susurraba—. Tu padre está preparando la cena y no queremos que nos escuche, ¿verdad?
Mis piernas, brazos y cuello estaban retenidos sobre el suelo de mi habitación, mientras que todo su peso se mantenía sobre mí para que no intentase escapar. Todo lo que podía pensar a esa edad era en quedarme callada, obedecer y rezar porque terminase pronto.
No observé nada. No escuché nada. No sentí nada. Ya que solo era un cuerpo usado.
—     ¿____...?
Mis ojos se dirigieron hacia la puerta.
—     ¿Q-Qué sucede…?
Oh, no. Niall.
—     Escúchame, no digas nada de esto. No recuerdes, olvídalo por completo, ¿está bien?
—     Niall… —Sollocé.
—     ¡Solo corre! ¡Olvídalo!
—     Pero papá está…
—     Estarán bien, ____. Por favor, te lo ruego, no vuelvas a recordar nada desde que nos conocimos y vivirás feliz. Ahora, vete, ya.
Corrí entre los arbustos y cuando choqué de frente contra Lía, mi fobia nació y mi memoria desapareció ese mismo día, junto también con mis padres.
 
Estoy mirando en este momento esos ojos que me siguieron en la oscuridad, el rostro más impuro que alguna vez haya visto.
Se ha sacado la barba y su cabello se encuentra rapado en todo sector, pero aun así reconocí su mirada y las verdaderas intenciones detrás de aquella máscara.
—     Hola, ¿Se encuentran los dueños de casa? Fui muy amigo de la familia.
Su estúpida sonrisa me está asfixiando, siento que todo mi cuerpo comienza a temblar y a gritar al mismo tiempo. Necesito que alguien me ayude. Todos esos asquerosos momentos en que me sentí sucia y tocada a la vez se están repitiendo ahora. Niall fue a buscarme. Niall fue testigo. Niall me protegió. Él debe de ayudarme ahora.
Retrocedo con lentitud y lo hago pasar con un asentimiento, su rostro sonríe y camina relajadamente hacia la sala de estar, deja caer el peso de su cuerpo sobre uno de los sofás y suelta un fuerte suspiro.
—     Eres ____, ¿no es así? —Dice, con sus ojos recorriéndome centímetro a centímetro—. Vaya, debo admitir que has crecido demasiado.
Mi rostro es inexpresivo. Mi corazón late a mil por hora y aun así intento no saltar sobre él y dejarle saber todo el odio que quiero sacar.
—     ¿____? ¿Quién tocaba la puerta…?
Lía llegó por mi espalda y se detuvo en el lugar observando al hombre. Tocó mis hombros con firmeza y soltó un murmullo que solo yo pude escuchar.
—     Señor Benneck, tanto tiempo sin verlo.
Aprieta su agarre y me obliga a salir de la habitación, no puedo respirar.
—     Escúchame, ____. Ve a la cocina y toma algo de agua, necesito que te calmes lo suficiente para sacarlo de la casa. ¿Está bien?
Oh, no.
—     Lía… —Susurro.
Ella me asiente con cuidado y mi corazón se destroza.
Lo sabe. Siempre lo supo.
Aparto sus manos con brusquedad y la observo a los ojos, no es Lía, no es la misma mujer que confié en toda mi vida, ella no es mi amiga.
—     ____, perdóname. Pero necesito que vayas a la cocina y…
—     Aléjate de mí. —Le ordeno.
Su mirada se sorprende y ahora si estoy decepcionada. Nunca me lo dijo.
Braun.
Volteo buscándolo a mi alrededor y lo diviso en el jardín trasero, él puede ayudarme.
Corro hacia fuera con tanta rapidez que mis piernas flaquean cuando freno ante Braun. Su rostro me mira con detención y escucho los pasos de Lía a mis espaldas.
—     ____... —Murmura.
—     ¡No tienes el derecho de llamarme así! —Le grito a esa mujer—. ¿Quién te dio autorización de tutearme? Soy Madame Filian para ti y para todo aquel que no tenga la confianza suficiente, ¿escuchaste?
Braun dejó las herramientas en el suelo y se acerca hacia nosotras con preocupación en sus ojos.
—     ¿Qué ocurre? —Pregunta.
Apunto con mi índice hacia Lía y digo—: Ella lo sabía todo este tiempo. ¡La culpa por la que toda mi vida he tenido esta fobia es por el hombre en el sofá, y ella lo sabía!
—     Alto, —Dice Braun—. ¿Qué hombre en el sofá?
—     James Benneck está en la sala de estar. —Le responde Lía.
Con solo escuchar su nombre me dan ganas de vomitar. Intento buscar alguna señal en Braun que me diga que se encuentra confundido, pero al ver sus ojos toda mi vida se me viene encima.
Lo reconoce. Tal y como Lía lo hizo.
Doy un par de pasos lejos de ambos y sus rostros me observan con total angustia.
No. Ellos lo supieron todo y no me dijeron nada. Algo ocurrió con mis padres luego de ese día y ellos también lo saben, solo que no me quedaré ni un segundo más a su lado.
 
Puedo sentir mi respiración hasta por los codos, mis pies duelen de tanto correr pero al doblar la siguiente esquina de que por fin he llegado al departamento de Niall. No espero más y subo las escaleras hasta quedar frente a frente en su puerta.
Toco el timbre. Una, dos, tres veces.
Apenas un centímetro es abierta y mis ojos comienzan a derramar lágrimas, no logro ver su rostro por completo pero sé que se sorprende y ahora me está abrazando.
—     ¿Qué ocurrió? ____, háblame. ¿Estás bien?
Le niego muchas veces la cabeza. No. Estoy. Bien.
“Ayúda…
—      …me —Le murmuro.
Me lleva hacia dentro y se sienta en el sofá conmigo sobre él. No puedo dejar de ocultar mi rostro en su pecho porque nada me hará recuperar mi vida. Nada.
—     Por favor, ____. —Susurra con ternura—. Estoy contigo ahora, no tienes que tener miedo.
Lentamente me separa de él y deposita un pequeño beso en mis labios húmedos. Abro los ojos y los fijo de inmediato en los suyos.
—     Él está en mi casa. —Le digo sollozando—. Volvió a destruirme otra vez, Niall.
Por un segundo no comprende lo que le digo, pero al juntar mi llanto con las palabras que he dicho su ceño se frunce y presiona un poco sus manos en mis brazos.
—     ¿Te hizo algo cuando lo viste? —Me pregunta con rabia.
Le niego otra vez y al igual que antes me besa por unos segundos más.
Suspira mientras se asegura de que mi cuerpo está bien y sus manos sostienen ambas partes de mi rostro para decir—: No te volveré a dejar sola, ¿escuchaste? Nunca más en mi vida te dejaré sola.
Asiento. Eso es una promesa, y cuando Niall promete algo, lo cumple.
—     Buscaremos a esa mierda y no lo dejaré irse sin hacerlo arrepentirse de lo que te hizo.
—     Niall. —Lo detuve.
Sus ojos se relajan por un momento, atento a mis palabras. Por segunda e infinita vez se lo tengo que recordar.
—     Te amo.
Sonríe y sus labios besan mi frente, respondiendo—: Te amo, ____.
 
 
No sé cómo un año puede cambiar todo, en el comienzo estás siendo educada en tu propia casa por cosas como biología o física, segundos después te integran en un instituto para que aprendas a controlar tu fobia contra el toque de los chicos, y al final, comprendes que toda tu antigua vida fue una mentira, las personas que creías te estaban protegiendo vivían en una farsa y la que menos esperabas encontrar, resulta ser en la que más confías dándole tu propio corazón.
Lía y Braun me mintieron. Ellos saben todo lo que ese día ocurrió. Conocían a Niall. Conocían el comienzo de mi miedo.
—     Quiero que me digan la verdad. —Hablo.
Lía y Braun están sentados frente a mí en los sillones que manteníamos para charlar, Niall se encuentra a mi lado.
Braun se aclara la garganta y dice—: Lía fue la primera en saber. Chocó contigo llorando cuando salías de tu habitación y al bajar escuchó a James Benneck maldecir, diciendo que se había golpeado con una mesa al buscar algo debajo. Ambos supimos que no era verdad después de que tu padre averiguara la repentina desaparición del hombre de un día a otro.
—     Yo lo golpeé. —Dice Niall.
Lo suponía…
—     Exacto. —Dice Lía—. Niall nos contó todo luego de eso y cuando le contamos a sus padres, Madame nunca más volvió a ser la misma.
Braun asiente y continúa—: Sus padres se sentían tan culpables… que nos dejaron a cargo de usted por un par de días mientras buscaban un médico para su fobia.
Un momento.
—     Un… ¿Un par de días? —Pregunto.
¿Por qué un par de días? Han pasado diez años y aún no han regresado. Eso es una mentira, están ocultándome…
—     Sus padres… —Comienza Braun—. Tuvieron un accidente en la carretera…
No.
—     Nos dejaron todo este tiempo a cargo de usted porque querían que llegase a salvo a la mayoría de edad, y sus últimas voluntades fueron que pudiese superar el miedo que tenía para así vivir una vida normal.
No.
El grito había comenzado desde mucho antes, mis rodillas temblaron y apreté mis puños sobre ellas. Mi corazón se acelera cada vez más. Mis padres habían muerto. Muerto.
Cierro mis ojos con fuerza, no me doy cuenta de que Niall me está sosteniendo hasta que escucho su voz a lo lejos. Está gritando mi nombre.
—     Por favor, no me dejes. —Dice.
“No te estoy dejando, Niall”, pensé.
—     Yo prometí nunca irme de tu lado, ¿verdad? Por favor, ____. Abre los ojos, por favor.
¿Abrir los ojos? Oh, por Dios. ¿Qué estoy haciendo?
—     ____... escúc…me…
No te escucho.
Niall.
Niall.
Niall.
No me dejes sola.
—     ____....
Niall…
Por favor...
"No me dejes como mis padres lo hicieron..."
— Nunca, ____. Te lo dije una vez y lo gritaré si es necesario. Nunca me iré de tu lado.





Todo lo que yo quería era detener mi fobia, el miedo, saber la verdad, y en cambio acabé deteniendo mi corazón.

Acabéeeeeeee!!! Haha en realidad falta el Epílogo. Ahí explicaré más lo que ocurrió con ____ después de saber la verdad. Quise poner en un par de líneas al culpable de la fobia porque en realidad no hacía gran cambio en la historia, James Benneck solo fue un desafortunado en la vida que estuvo en el lugar y momento inadecuado, la historia es de ____ y Niall, por eso hice énfasis en cómo ambos respondían ante tal evento y las promesas que se hacían. El final es ese, la promesa de Niall remarcada y la verdad saliendo al aire de parte de Lía y Braun. Mañana subiré el Epílogo y quedarán más satisfechos, de verdad. Lamento la demora otra vez, pero siempre me ocurre cuando no tengo mucho tiempo o demasiada inspiración. Gracias por leer todo este tiempo y espero me apoyen en la otra novela para mayores que estoy haciendo :$ Adióooos