No Toques ✕ (Niall Horan y Tú) [TERMINADA]

— ¿Has visto las estrellas esta noche, ____?
Sí, las estrellas siguen ahí, no es necesario que me pregunten.
Papá está sentado en la terraza junto a su vaso de vino, es de noche, mis pies estancados frente a la puerta trasera.
— Quisiera que nada hubiese ocurrido… —Está sollozando—. Lo siento tanto…
¿Qué es lo que siente? No entiendo nada. Estoy retrocediendo y corro hacia mi habitación, mamá me detiene y está sonriendo. Yo digo unas palabras y asiente, besa mi frente…
— Te extrañaremos, ____. Nos volveremos a v…er…

Lunes.
Estoy parada en la entrada del instituto con una falda de flores en tablas, un suéter delgado de líneas horizontales, zapatos bajos amarillos, un suéter más grueso rosa en la mano y un bolso pequeño color sandía. (Aquí)
El chirrido de llantas en el piso me advierten de su llegada, volteo hacia él y veo el cabello rubio de su cabeza salir a flote por la puerta del piloto. La respiración se me corta y arrugo las muñecas de mi chaleco con mis uñas, nerviosa.
Vamos, ____. Respira. Inhala, Exhala.
— Buenos días, Madame Filian.
Al parecer tenía los ojos cerrados, porque ahora que los abro sus grandes azules están en contacto con los míos.
— P-Pero tú… —Tartamudeo.
— Es una broma, ____. —Ríe—. Vamos.
Frunzo el ceño antes de que levante su mano y la estira hacia mí.
Hay un grupo de chicas a nuestra derecha que nos están observando, no entiendo cómo con solo un segundo todo cambia. Sostengo la invitación de Niall y siento el calor de nuestras manos juntas, él me gusta, y es una sorpresa ya que nunca recuerdo haber tenido esta sensación, pero sí, me gusta.
— ¿Te encuentras bien? —Me dice Niall.
Le asiento y comenzamos a caminar. Entre los pasillos todos se detienen a mirar, mis mejillas deben de estar suficientemente rojas porque toda esta atención me causa vergüenza. Miro a mi acompañante, tiene su semblante igual de serio que siempre y ni si quiera se inmuta en llamar la atención. Bajo mis ojos hacia nuestras manos, se unen perfectamente como piezas de un rompecabezas de dos, pero lo que más llama la atención no es la compañía… es el hecho de que él es un chico y yo… sufro de Afenfosfobia hacia el sexo opuesto.
— Deberíamos de haberles dicho, ¿Sabes? —Le susurro antes de entrar al salón de clases—. N-No me gusta… que piensen cosas…
— Cuando pregunten, solo di la verdad.
Su frase es dicha y toda la clase se amontona sobre nosotros, con todo tipo de preguntas sobre el porqué de las manos juntas. Estoy tan asustada que me suelto de Niall solo un segundo y me quedo detrás en su espalda, abrazándolo con mis manos.
— ¿Por qué puedes tocarla?
— ¿Se ha sanado?
— ¿Fue una mentira?
«No, no es una mentira. Déjenme respirar, por favor, me ahogo…»
— Niall es el único que puede tocarla.
Harry aparece detrás de la multitud con una gran sonrisa en su rostro, creo que lo encuentra interesante, camina hacia su asiento y Niall presiona su espalda contra mí.
— No te separes. —Dice.
«No lo haré»
Quedamos en nuestras mesas juntas, saqué mis cuadernos y guardé el bolso en el respaldo de la silla. Miro hacia mi lado y su cuerpo está recostado sobre la madera, con su rostro girado hacia mí y una solitaria sonrisa que solo yo puedo apreciar.
Su mano se escabulle por debajo de la mesa y se posa sobre mi rodilla, doy un respingo ahogado y arrugo mi frente. ¿Qué le sucede? ¿Qué está haciendo?
— E-Estás…
— Relájate, solo estoy tocándote.
Mis ojos van hacia la profesora y veo que nada ha salido de lo habitual, nuestros compañeros tampoco miran interesados.
Otra vez estoy con Niall, sigue observándome y su mano aún no se separa de mi rodilla.
— Niall… —Digo.
— ¿Qué ocurre?
«Me estás…»
— Me gustan tus piernas. —Dice antes de escuchar mi respuesta.
Y aquí está ese sentimiento, el calor que aparece en mi pecho cada vez que él cambia de personalidad, cada vez que me toca, que me habla, que se preocupa por mí.
— Sé que es algo diferente a lo de siempre pero… me pediste que te tocase en cada momento y… ya sabes.
— ¿Qué es lo que sé? —No le entiendo.
Suspira, cierra los ojos y el agarre en mi rótula incrementa, como si le estuviese costando algo.
Luego de un par de segundos vuelve en sí y me sonríe.
— Soy un chico, ____. Tengo 19 años y… me estás autorizando a hacer cosas que los chicos de mi edad necesitan.
— N-No… entiendo… —No lo entiendo.
Su mano sube un poco hacia mi muslo y con solo ese movimiento mi mente hace click.
— ¿Quieres t-tocarme “así”? —Le susurro.
Él deja de sonreír, su mano se aleja de su toque y por fin; asiente.
Quiere tocarme más que solo un acompañante… ¡Esto no es una vida pervertida!
Dile que no, ____. A penas lo conoces, a penas te conoce.
Huye.
Vete.
1…
2…
— Solo es una broma.
3…
— Eres tan inocente…
Cierro los ojos. Está jugando otra vez con lo mismo, cambia fácilmente de personalidad que no puedo reconocer cómo es realmente. No sé si está mintiendo o acaso juega y se divierte confundiéndome. ¡Voy a estallar!
— Pero debo admitir que en parte sí quiero hacerlo.
Acabo de abrir los ojos y saltar de mi asiento junto a un respingo.
Niall está observándome ahora, su rostro parece ido y a la vez realmente asustado. Harry desde el otro lado voltea a observarnos, el resto de los compañeros y la profesora se les unen.
— ¿Ocurre algo Madame Filian? —Dice la mujer.
Abro la boca, no sale ni si quiera un “Nada” cuando mi compañero de banco se levanta también y toca mi frente con su mano.
— Creo que tiene un poco de fiebre… —Dice. Algunos chicos comienzan a murmurar entre ellos al verlo tocarme—. …la llevaré a la enfermería.
Junto la mirada con él y luego volteo hacia donde se encuentra Harry, está preocupado, muy preocupado. Seguramente sabe lo que el rubio tiene en mente, porque yo aún sigo en blanco cuando salimos del salón.

Niall está frente a mí sentado en el mismo sillón que lo encontré durmiendo el día de mi primer desmayo. Yo sentada en la camilla.
— ¿Por qué hiciste eso? —Le pregunto.
— No tengo razón.
Adiós señor “mepreocupoportiymeestoyencariñandocontigo” y bienvenido “Arrogantesinrespuestas”.
Quién lo entiende.
— Estamos en la misma pelea de siempre, todo porque no quieres responderme nada. —Arrugo mi frente; me está haciendo enojar.
— ¿Por qué siempre quieres obtener tantas respuestas? Solo quería salir un momento de la clase y esa era mi oportunidad.
— ¿Entonces porqué no solo saliste tú? Me llevas contigo a todas partes y…
— Tú eres la que siempre va en mi búsqueda, pequeña, yo no te ruego nada. —Me acaba de interrumpir.
Otra pelea, por favor. Ni si quiera somos una pareja como para generar conflictos entre nosotros, ¿Qué me está sucediendo?
Bajo de la camilla y camino hacia la salida, solo quiero volver a clases y no seguir escuchándolo.
Cometo el error de mirarlo solo un segundo, ya que ahora se está levantando tan rápido de su asiento que no me doy cuenta de cómo sostuvo mis caderas, rodea mi espalda con sus manos y su cabeza se encuentra totalmente hundida en mi cabello.
— Lo siento, ____. No te enojes, lo lamento… —Me susurra al oído—. Solo tengo pánico, eso es todo.
¿Pánico? ¿De qué?
Las preguntas vuelan por mi mente, pero solo siento los latidos rápidos de Niall corrompiendo los míos.
Está abrazándome con todo su cuerpo junto al mío, y yo… se siente cálido.
Suspiro.
— Q-Quiero conocerte más… —Le propongo.
Quiero saber por qué es que dijo la palabra pánico, ¿Eso es lo que le hace ser tan bipolar?
— ____...
— Por favor… —Le pido.
Niall Horan, 19 años. Eso es todo lo que sé.
¿Dónde vive? ¿Vive con sus padres? ¿Tiene hermanos? Debo saber esas respuestas.
— Por favor, Niall… —Ahora mi voz es más a un sollozo.
Un momento.
Estoy llorando.
— No, cálmate, no llores. ____, mírame.
«Te estoy observando» No sale de mi boca. Los ojos cada vez se llenan más de lágrimas.
— Para, por favor. Te diré todo lo que tú quieras, ____. No llores, vamos.
— Dime lo que estás pensando, por favor…
— ____, abre los ojos. ____.
Papá, ayúdame.
Mamá.
Lía…
Braun…
...
— ¡____, corre! ¡Vamos!
Corro, lejos de casa.
No. Es una casa diferente, tiene solo un piso y un largo pasillo hacia la salida.
— ¡Te encontraré otra vez! ¡Lo prometo! —Es la voz de un niño—. ¡No llores! ¡Olvídalo, por favor!
Olvidaré lo que sucedió.
— Todo… olvídalo…
Todo.
Niall.

***

La niñez de una persona es la parte más importante en el crecimiento de uno, es ahí donde aprendes los valores y la educación diaria que debe de ser. Te envían a la escuela, aprendes, haces amigos, te enamoras. Luego sigue la adolescencia, la edad más difícil que apenas estoy integrándome. Pero hay una gran diferencia entre tu vida y la mía. Yo sufrí un trauma, fue un accidente, una equivocación, un error. Lo peor que a una niña de 7 años le puede ocurrir…
Y que gracias a eso estoy como estoy.
Indefensa.
Nerviosa…
Con miedo.
— Madame Filian.
Con cobardía.
— ¿Me puede escuchar?
— Creo que está volviendo.
Abro los ojos con lentitud y me encuentro en mi cama, a mi lado se levanta Lía desde su asiento y me sonríe. ¿Desde cuándo estuve inconsciente?
— Oh, gracias a Dios que despertó, Madame. ¿Qué le ocurrió? Creí que su no fobia con el joven Horan estaba intacta.
Miro hacia su espalda y un par de ojos azules aparecen ante mí, unas bolsas oscuras bajo ellos es señal de que ha estado despierto por muchos días. Me parece que lo conozco de algún lado… Alto, ¿Por qué han dejado entrar a un chico a mi habitación?
— Lía… —Susurro—. ¿Qué hace Niall en mi cuarto?
Ambos dejan salir un suspiro y yo me quedo confundida, aún no me han respondido a mi pregunta. Niall se acerca y se sienta en la silla que antes estaba mi ayudante.
— Lo lamento, ____. Creí que ya no responderías. —Baja la cabeza y mi pequeño enojo desaparece, se ve tan inocente cuando está arrepentido.
Levanto mi mano y cubro su cabeza con ella, el suave contacto de mi piel contra su cabello me produce calor y cierro los ojos, queriendo que todo ese segundo sea así para siempre.
Pronto siento un par de labios chocando contra la palma de mi mano y mi corazón salta a montones, centro mi vista en el rostro de Niall y mis mejillas enrojecen. Acaba de besar mi piel.
— Te contaré todo lo que tú quieras. —Se levanta y sostiene mi mano con la suya— Solo no vuelvas a llorar así, serás la única que dejaré acercarse a mí, ¿Entendido?.
Le sonrío tan sinceramente que creo que voy a llorar, pero esta vez de felicidad, Niall ya no será un completo extraño en mi vida.
Él es parte de mí, y yo soy suya.