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Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
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Madam Charlie (Joe & Tu)[TERMINADA]
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: Madam Charlie (Joe & Tu)[TERMINADA]
2/3
Capítulo 6
Capítulo 6
Tan pronto como cruzó el umbral, los instintos militares de Joe se alertaron.
Hubo demasiado silencio durante demasiado tiempo; el grito y el golpe que
retumbaron repentinamente a través del vestíbulo no parecieron sorprenderlo.
Instintivamente, Joe buscó su espada. Desde luego que no la tenía consigo, y
terminó con su chaqueta en la mano; pero su instinto de lucha se había despertado y se apuró para llegar hasta el sonido de batalla.
Una puerta se abrió bruscamente.
"Veré que recibas lo que mereces por esto, perra. Me haré cargo de ti, no te engañes
y pienses que no lo haré. Tienes suerte si llegas a ver la noche".
Las estruendosas amenazas provenían de un hombre que se veía bastante
desgreñado, cuyo atuendo anunciaba que era el buen Dr. Ponsonby. "Buen", Joe se
dio cuenta a los pocos segundos, probablemente no era un adjetivo aplicable a este
médico en particular.
"Discúlpeme, Señor. Debo irme. No atenderé mis turnos de hoy. Se metió una cierta alimaña en mis oficinas. Debo hacerlas fumigar. No hay nada de qué preocuparse. Me haré cargo personalmente de este pequeño problema".
Ponsonby pasó al lado de Joe, empujándolo, y desapareció en otra parte de la
casa, seguido casi inmediatamente por un criado que había aparecido en el vestíbulo casi al mismo tiempo que Joe.
Un gemido detrás de la puerta hizo que Joe sienta un escalofrío en su columna,
y entró apretando los dientes.
Fue recibido por una escena de caos y matanza.
______ estaba allí, aparentemente entera, y Joe sintió cómo el aire volvía a
entrar lentamente en sus hambrientos pulmones.
Estaba arrullando a una mujer que yacía ensangrentada sobre una larga mesa,
mientras trataba de mantener unidos los retazos de su vestido. Se le estaba formando un moretón en la mejilla.
"______, Madame ______", dijo Joe, apresurándose en dirección a ella. "¿Estás
bien? ¿Qué sucedió?".
______ se dio vuelta para mirar a Joe; sus ojos ya no eran calmos, sino
acalorados y enojados.
"Ese... ese c-c-cerdo de médico. Él me golpeó. Después de lastimar a esta muchacha.
Se suponía que él debía ayudarla, curarla, pero en cambio él... él la lastimó... shh,
querida, todo estará bien...".
Joe notó que la mano de ______ comenzó a temblar y vio que su cara perdía el
color. Había visto suficientes batallas como para saber que el impacto la comenzaba a afectar.
Él la agarró cuando cayó.
La puerta se abrió de un golpe y la criada de ______ y el cochero de Joe
entraron corriendo.
"¿Señorita ______? Ay, Dios mío, señorita ______...", graznó la criada.
"¿Señor? ¿Mi Señor?". El hombre de Joe miró a su alrededor con grandes ojos,
con los puños aún cerrados y preparados.
Joe, que todavía estaba luchando con el hecho de que estaba sosteniendo a una
______ medio desnuda en sus brazos, ordenó sus pensamientos eróticos.
"Tú, muchacha, ve a ver qué puedes hacer por ella allí", señaló con la cabeza a la
joven a la que habían golpeado tan ferozmente. " Josh, ayúdala. Lleva a esa joven al carruaje de Madame ______ y haz que la lleven a la Crescent. Ellos sabrán cómo ayudarla mejor allí. ¿Tom está con los caballos?".
Josh asintió con la cabeza, mientras su mirada advirtió la ensangrentada espalda
de la joven. Hizo un gesto compasivo.
"Bien. Tom me llevará de vuelta a la Casa Calver. Llevaré conmigo a Madame
______. No me gusta como sonó Ponsonby, ni sus amenazas".
Miró a ______ y la acurrucó contra su pecho. Ella era alta, pero en sus brazos se
sentía como una verdadera niñita. Su firme cuerpo estaba escasamente cubierto, y a pesar de las circunstancias, Joe sintió que se ponía duro.
Reprimiendo silenciosamente una maldición, se dirigió a la criada que ahora estaba
ayudando a la joven víctima con sus heridas.
"¿Tú, allí, cómo te llamas?".
"Amy, mi Señor", dijo ella con una pequeña inclinación.
"Amy, diles a todos en la Crescent que me llevo a Madame ______ a mi casa de
aquí de Londres, la Casa Calver, en Farmington Square, para su seguridad. Una vez que se haya recuperado del impacto, decidiremos cómo seguir".
Salió de la habitación llevando su carga y dando largos pasos, y dejó a dos criados
mirándose boquiabiertos.
"Vaya, cielo santo", dijo Amy en voz baja. "Prepotente, ¿eh?".
"Ese es el Coronel, para que sepas. Está muy acostumbrado a ser el que manda.
Aunque nunca lo vi ofrecerse a llevar a una mujer a la Casa Calver. Generalmente, sólo quiere sacarlas corriendo".
"Sólo espera que Madame ______ despierte. Ella lo va a sacar corriendo a él". Amy le sonrió a Josh al darse vuelta para ver cómo podía ayudar a la pobre mujer cuyo aprieto había empezado esta extraña sucesión de hechos.
* * * * *
En pocos minutos, Joe tenía a ______ acomodada en su carruaje y estaba en
camino a la Casa Calver. Por qué aún la tenía entre sus brazos era otra cosa y algo que no se cuestionaría en este momento.
Estaba recuperando un poco el color, y a pesar de que sus manos estaban frías y
pegajosas, él sintió que lo peor ya había pasado.
Bajó su mirada hasta el desgarrado vestido; ni por su vida podría dejar de mirar la
suave carne que dejaba expuesta. Lo había tratado de acomodar lo más posible como para protegerla de miradas incautas, pero ahora que estaban solos, se concedió el placer de mirar sus pálidos senos y la forma en que se abultaban formando una atractiva hendidura.
Quería pasar su lengua entre ellos y probar su piel con desesperación. Estaría
levemente salada, pero dulce, se imaginó; una mezcla de mujer desvergonzada y
dulzura.
Sus manos temblaban mientras luchaba contra sus instintos. Los instintos que lo
incitaban a aflojar la tela rasgada y dejar sus pezones al aire. Un sacudón en el andar del carruaje lo hizo por él, y contuvo la respiración cuando uno de sus pechos se libró de sus desgarradas envolturas.
Su redondez lo hipnotizó, su color lo deslumbró y su corazón comenzó a martillar,
generando un pulso que irguió su pene hasta un increíble nivel de rigidez. Su aureola era de color rosa oscuro y más grande de lo que habría imaginado, considerando su figura delgada. Su pezón era perfectamente redondo y descansaba suavemente sobre su carne, rogando porque su boca lo toque y lo despierte para lograr una rigidez apremiante. Casi podía saborearla mientras sus ojos se deleitaban con ella y su polla se movía inquieta debajo de ella.
Ella gimió y el sonido lo sacó de su nebulosa sexual. Con un suspiro de
arrepentimiento, la cubrió y la trajo contra él, dejando que su perfume se esparciera hasta sus orificios nasales e impregnara su mente.
El carruaje aminoró la marcha y supo que habían llegado a la Casa Calver. Durante
las próximas horas, al menos, ella estaría donde él creía que pertenecía: a su lado.
Ahora, si solo pudiera convencerla de que sería mejor aún si probaran con otra
posición: él encima de ella.
* * * * *
______ estaba adolorida. Desde los párpados hasta los dedos de los pies, todo le
dolía. No quería abrir los ojos, por si sus globos oculares le dolían también; entonces se acurrucó más sobre la suave almohada y permaneció allí, con una paz inusual.
La habitación en la que se encontraba estaba en silencio y las sábanas olían mal,
aunque se sentían suaves sobre su piel desnuda. A los pocos segundos, se puso tensa, dándose cuenta de que donde fuera que estuviera, no era su habitación de la Crescent y no llevaba nada puesto.
Levantó sus párpados con cautela. Estaba oscuro y unos pequeños destellos de luz
guiaron su mirada hasta un fuego que titilaba en la habitación. Había un sofá bajo cerca de la estufa y Matty estaba descansando cómodamente en él, con su cabeza hacia atrás y una manta de lana sobre sus piernas.
Tenía la boca abierta y roncaba levemente.
Bueno, si Matty estaba aquí, donde fuera que "aquí" fuese, debía ser un lugar
aceptable, supuso ______. Matty siempre supo qué era lo mejor.
______ levantó la cabeza con un pequeño gruñido y eso fue suficiente para
despertar a Matty.
"Dulzura, está despierta", murmuró, echando hacia atrás la manta y apresurándose
hasta la cama.
"Ay, Matty, lo siento. No quise despertarte. Estabas dormitando tan pacíficamente
allí". ______ levantó una mano hasta su cabeza y tocó el gran chichón detrás de una oreja. "Ay. Con razón me duele la cabeza".
Su visión captó algunas imágenes y luego volvió a sumergirse en la almohada.
"¿Dónde estamos y por qué estoy desnuda?".
"Sólo quédese allí como una niña buena, ______...". La cama se movió cuando
Matty fue de aquí para allá en la habitación, luego se hundió cuando acomodó una
amplia cadera junto a la de ______.
______ percibió un olor a té. Ella sonrió. El remedio de Matty para todo era una
buena taza de té. Y casi siempre funcionaba.
"Ahora, déjeme acomodarla un poco y podrá tomar unos sorbos de esta linda taza
de té, cariño", y Matty deslizó un brazo por detrás de los hombros de ______. "El
doctor dice que estará bien. Tiene algunos golpes y moretones, pero nada que no se cure en unos pocos días".
______ retiró los labios de la taza e hizo un gesto. "Matty, este té no es tan bueno
como los que generalmente haces".
"Eso es porque tiene un poquito de medicamento, querida". Algo para que alivie el
dolor más fuerte. El Coronel me permitió usarlo".
______ se paralizó. "Matty, ¿dónde estamos?", volvió a preguntar. Con más
firmeza esta vez.
"Bien, verá, es así: luego de que el Coronel la rescató de la bestia de Ponsonby,
usted se desmayó y él la llevó en brazos hasta su carruaje rápidamente y la trajo hasta aquí".
"¿Y dónde es 'aquí'?".
Matty jugueteaba con la taza, para no mirar a ______. "Eh, bueno, él la trajo hasta el lugar seguro más cercano, querida".
"¿DÓNDE?". La voz de ______ era casi un gruñido.
"La Casa Calver".
"Ay, Dios. ¿La casa de Londres de Joseph?".
Matty frunció el ceño. "¿Qué tanto ay Dios? Qué ay Dios ni qué ocho cuartos. El
Coronel hizo lo mejor que pudo por usted, jovencita. Debería estar agradecida a los
astros de que él haya entrado y la haya salvado cuando lo hizo".
______ cerró los ojos e imploró por paciencia. "Matty, debo dejarte algunas cosas en claro. Primero, Joseph Jonas no me rescató, yo me rescaté sola. Segundo, traerme a la Casa Calver no fue lo mejor que pudo haber hecho en estas circunstancias. Debió haberme llevado a la Crescent. Y tercero, ¿dónde está mi mañanita?".
Los ojos de ______ se entrecerraron cuando una puntada de dolor se le esparció por el costado y por entre las costillas.
"Ahí tiene, mire lo que ha hecho. Sus costillas están magulladas y usted fue a
hacerlas doler, ¿no?".
______ podía reconocer los signos de agravio, preocupación y culpa cuando los
escuchaba. Suspiró.
"Matty, está bien. Nos las arreglaremos. Yo nunca he estado aquí, ¿recuerdas?
Simplemente es irritante no estar en casa, donde debería estar. ¿Quién se está haciendo cargo de la Crescent? ¿Quién está a cargo de las muchachas? ¿Qué pasó con esa pobrecita del consultorio?".
Matty le palmeó la mano y acomodó la colcha alrededor de su paciente. "Todo está
bien en la Crescent, y le traeré aun ropa en la mañana. Estuve un poco a las corridas hoy, por eso no tuve oportunidad de buscar su ropa de cama. Pero no importa, sus magullones necesitaban un poco de árnica, y por eso teníamos que dejarla sin ropas, de todas modos. Estoy cuidando bien del lugar por usted y les he dicho a los invitados que usted estará visitando unos amigos lejos de la ciudad por unos días. No hay habladurías y las muchachas están bien, sólo la extrañan". Matty se detuvo para respirar, dándole tiempo a ______ para ponerse al tanto de todas las noticias.
"¿Esa joven muchacha, Mary, la del consultorio de Ponsonby?".
______ quiso asentir con la cabeza, pero le pesaba demasiado.
"Bueno, muy probablemente tendrá algunas cicatrices feas, pero se está
recuperando muy bien. Se hizo de amigas en la Crescent y aunque no creo que le
interese trabajar allí, tiene un don con el cabello y las muchachas ya la están
persiguiendo para que las peine para esta noche. La está pasando bastante bien y estará bien a pesar de todo...".
______ hizo lo que pudo por mantener los párpados abiertos, pero se le cayeron a
pesar del esfuerzo.
"Ahora sólo descanse, ______, cariño. Todo estará bien".
La voz de Matty era suave, y ______ sintió que una mano tierna pasaba por sus
cejas. Ella sonrió, recordando cómo Matty solía hacer eso cuando ella era una niñita.
Quizás haría lo que Matty dijo. ¿Qué mal le podría hacer dormir en la Casa Calver?
No era que estaba en la cama de Joseph Jonas ni nada parecido. Y aunque
estuviera desnuda, era sólo por unas horas, de todas formas, y estaba tan
endemoniadamente cansada...
Lemoine
Re: Madam Charlie (Joe & Tu)[TERMINADA]
3/3
Capítulo 7
Capítulo 7
Joseph Jonas la miraba dormir en su cama. Él la había traído hasta aquí sin
pensarlo; sus pasos lo llevaron automáticamente hasta su propia habitación y sus brazos dejaron su preciosa carga donde él sentía que debía estar: sobre su almohada.
Él la vio comenzar a temblar y apretó los dientes ante el impulso de arrancarle la
ropa, subirse a la cama a su lado y abrazarla fuerte hasta que se le fuera el miedo.
En cambió, aterrorizó a toda la casa y los tuvo zumbando para todos lados en busca
de su propio médico, la almohada más suave que hubiera, leños para encender el fuego en su habitación y mensajeros para enviar a la Crescent.
Esto último fue bastante innecesario, ya que al poco tiempo de que Joe y ______
llegaran a la Casa Calver, Matty estaba golpeando con fuerza la puerta de entrada y casi pasa por encima de su mayordomo en el apuro por llegar hasta su custodiada.
A Joe le fascinó la mezcla de devoción, amor y respeto que Matty demostraba
por Madame ______. Ella la trataba primero como a una niñita y luego como a una adulta, y a Joe le quedaba claro que estas dos tenían una larga historia juntas.
No pudo evitar notar las cicatrices de Matty, pero no pudo echarle un vistazo a las
de ______, ya que Matty lo sacó corriendo de la habitación y no lo dejó volver a entrar hasta que ______ estuvo a salvo, tapada con las cobijas y envuelta tan fuerte como un bebé bien arropado.
La actitud inicial de Matty había sido de hostilidad y sospecha.
"La llevaremos a casa en muy poco tiempo, mi Señor". Fue bastante firme en su
declaración y Joe tuvo que usar todo su encanto y lógica para convencerla de lo
contrario.
"Ponsonby es una verdadera amenaza, señora Matty", opinó finalmente. No era
más que la verdad, después de todo. "Aquí en la Casa Calver, le puedo garantizar su
protección. ¿Puede decir lo mismo de la Crescent? Sé que tiene guardias, pero hay
demasiada gente que entra y sale. ¿Usted lo sabría si el hombre de Ponsonby se
escabulle y entra? ¿O si llegara alguien que él contrató para hacerle daño a la señorita ______?
Matty inclinó la cabeza y lo miró fijamente durante tanto tiempo que él casi sintió
que se comenzaba a sonrojar.
"Ponsonby la golpeó, usted sabe. Fue muy violento". Joe se preguntó si su
argumento reforzaría su ofrecimiento de protección.
"Sí. Bueno, los caballeros hacen eso, ¿o no?". La ácida respuesta de Matty lo
sorprendió.
"No, no lo hacen, señora Matty".
Recibió un bufido como respuesta, pero no la dejaría salirse con la suya por nada.
"Un hombre que golpea a una mujer no es un caballero. Puede ser de la nobleza o
rico, o lo que sea, pero no es un caballero. Es un patán, un cerdo, un animal y peor que eso, pero no es un caballero. No hay, y le repito, NO hay excusa alguna para que un hombre le levante la mano a una mujer. La única vez que pesqué a un miembro de mi brigada hacienda eso, lo hice azotar. Por la damnificada y algunas de sus amigas. En público".
Joe vio que una expresión extraña pasaba por el semblante de Matty mientras
hacía su declaración. Comenzó siendo un gesto de alivio y luego se convirtió en una
pequeña sonrisa.
"Bueeeeeno¼". Tiró de su labio inferior, obviamente analizándolo a él y a sus
palabras.
Él le sonrió y trató de irradiar encanto y confiabilidad.
"Creo que no le haría daño que la tenga aquí por un día o dos. Nadie debe saber de
esto, le advierto¼".
Él negó firmemente con la cabeza.
"Ya ha soportado demasiadas habladurías, pobrecita. No ayudaría a la reputación
de ninguno de los dos si se supiera que estuvo aquí".
"Nadie dirá una palabra, señora Matty. Y usted puede entrar y salir como le plazca.
Si desea quedarse con ella¼".
"Debería, lo sé", respondió Matty, haciendo que las tripas de Joe se anuden.
"Pero además de ______, yo soy la única que está al tanto de todo en la Crescent. Y si yo también desapareciera, daría que hablar. No", concluyó. "Voy a confiar en usted, Coronel Jonas. Manténgala a salvo y deje que se cure. Luego envíela a casa".
Joe lo prometió. Mantenerla a salvo. (Jajaja morí de risa con eso :P )
Bueno, estaba haciéndolo. Desparramado sobre el apelmazado sofá y debajo de una
cobija, ciertamente podía mantenerla a salvo. Había asignado a más sirvientes para que cuiden la casa y los establos, haciendo referencia a una reciente ola de asaltos en la zona. La mayoría de los sirvientes sabía que había traído a su casa a una huésped lastimada, pero pocos, además de su mayordomo y su valet, conocían su identidad o siquiera su sexo.
Las puertas estaban cerradas, trabadas y doblemente revisadas. Esta habitación
estaba cerrada con llave y las ventanas que daban desde muy alto al jardín trasero de la Casa Calver eran seguras. Joe se preguntó si se lo estaba tomando muy a pecho, pero luego recordó la cara de Ponsonby. Allí había un hombre que guardaba rencor y sobre todo, si pensaba que lo había vencido una mujer, y, peor aún, una pu*a. pu*a. Ja. La mujer que dormía en su cama no era más pu*a de lo que era él.
Eso es algo que Joe notó rápidamente al sostener su cuerpo tembloroso y
acomodarla en su habitación.
Sus ojos se abrieron y lo miraron sin expresión, con los efectos del impacto aún
visibles en sus profundidades color gris brumoso. Cualquier pu*a hubiera estado más que acostumbrada a esa violencia, porque a pesar de la iluminada época en la que vivían, las putas eran atacadas de manera perturbadoramente frecuente.
Sus delgadas manos se habían aferrado fuertemente a sus solapas, y él se maravilló
ante la suavidad de su piel al bajarle el desgarrado vestido por los hombros. Era una dama en cada pulgada de su cuerpo y no importaba cuál fuera su pasado: él sabía que no era ninguna pu*a.
Dejarla curarse.
Bueno, no había mucho que pudiera hacer al respecto. Los moretones se veían bien, lívidos contra su carne pálida, pero eran sólo moretones y desaparecerían. Su reacción al ataque, sin embargo, lo tenía un poco confundido. Podía no ser una endurecida prostituta, acostumbrada a la violencia personal, pero el nivel del impacto que sufrió fue altísimo. ¿Probablemente habría tenido que lidiar con un comportamiento como el de Ponsonby con anterioridad?
Era un rompecabezas y a Joe le encantaba resolver rompecabezas. Se relamió.
Enviarla a casa.
Ah, allí estaba la trampa. No quería enviarla a casa. Quería quedarse con ella.
Se recostó con un suspiro y enfrentó la inevitabilidad de la situación. Quería tener a
Madame ______ tanto que sus dientes le dolían.
Fue la primera vez que recordaba estar tan obsesionado con una mujer. Ni siquiera
con la que casi se casa, cuyo nombre ya ni recordaba. Nadie lo había hecho sentir tan caliente, ni tan necesitado por dentro, deseando algo que ni siquiera podía definir. Quería tener su cuerpo, ciertamente. Sabía que enterrarse dentro de ella y bombear su semen muy profundo en su vientre sería una especie de maravilla asombrosa, algo que nunca antes había experimentado. Quería probarla, beber sus jugos, chupar sus senos y acariciar su trasero. Quería explorar su cuerpo como un buscador de tesoros explorando nuevos mundos en busca de oro.
Quería verla desnuda al rayo del sol y desnuda a la luz del fuego. Diablos, sólo la
quería desnuda. Con él. Piel contra piel, boca contra boca, sus senos apretados contra él y su sexo abrazando su pene.
Se habló entre dientes a sí mismo y se dio vuelta, tratando de aliviarse un poco de la presión que su polla creaba al responder a sus pensamientos.
Suspirando, se puso de pie y se desvistió, dejando caer su ropa descuidadamente al
lado del sofá y gimiendo con alivio cuando su polla saltó liberada de sus pantalones.
"No eres de ninguna ayuda", murmuró, hundiéndose otra vez y cubriéndose con la
cobija.
Trató de desviar sus pensamientos pero un pequeño suspiro desde las sábanas del
otro lado de la habitación volvió sus pensamientos hacia ______.
Joe reflexionó sobre qué clase de mujer se haría acreedora de un nombre como
"______". Y que, además, le quedara tan bien. No era una Emily, eso es seguro. Ni
Margaret, ni Jane, ni Daphne, ninguno de ellos le habrían quedado bien tampoco.
No, ella era ______. Orgullosa, elegante, reservada, pero dispuesta a defender a sus muchachas y a asegurarles una vida decente más allá de lo que podían esperar. Una mujer con un espíritu de hierro, lista a enfrentarse a la bestia más malvada para proteger a alguien más débil que ella. ______. Una mujer llena de sorpresas, contrastes, enigmas y misterios. Un nombre fuera de lo común para una persona fuera de lo común. En ese momento, la "persona fuera de lo común" lloriqueó.
"¿Papá?".
* * * * *
______ sentía cómo los vestigios del sueño se alejaban deslizándose como gotitas de agua, y sin embargo, la ilusión permanecía.
Su mente estaba difusa, las imágenes, borrosas y distantes y su cuerpo se sentía
pesado e irreal. Quizás todavía estaba soñando.
No, había alguien a su lado, teniéndola en sus brazos. Se sentía bien, a salvo de
alguna forma. Debía ser Papá. Finalmente estaba allí para ella.
"Gracias a Dios. Papá, debes escucharme. No me hagas hacer esto".
"¿Hacer qué, querida?".
La voz era suave y profunda. No sonaba como la de Papá, pero era una voz de
hombre.
"No me hagas casarme con él. Sabes que Mamá nunca me hubiera hecho casar con
él".
Unos dedos peinaron su pelo hacia atrás para sacarlo de su cara. "Cuéntame sobre
él".
"Él es tan viejo, Papá". Quizás esta vez la escucharía. "Y la forma en que me mira.
Él quiere estar conmigo a solas, Papá, y yo le tengo miedo. El otro día, precisamente, cuando vino a tomar el té...".
"¿Qué sucedió?".
"Él m... me tocó, Papá. En una parte donde no debía. En una parte p...p...privada".
Los dedos cesaron sus tiernas caricias.
"No te enojes conmigo, Papá, por favor. Yo no hice nada. Quería gritar, pero no lo
hice. Reeves entró con la bandeja del té y él se detuvo. Pero Papá, a mi no me gustó...".
______ dejó salir un sollozo. ¿Por qué su padre no la escuchaba? ¿Por qué la hacía
continuar con lo de este espantoso casamiento?
"No quiero casarme con él. De verdad no quiero. ¿Por qué no puedes entender, ni
prestarme atención? Déjame quedar aquí contigo y cuidarte. Por favor, Papá, por
favor. Me moriré si me haces ir con él".
Unos cálidos brazos la abrazaron fuerte y pudo percibir los fuertes latidos de un
corazón contra su aturdida cabeza.
Casi podía ver la cara de su padre, sonriendo con tristeza. Suspiró. "Debo hacerlo,
¿no?. No hay otra alternativa. Te arruinará si no me caso con él. Y me arruinará a mí si lo hago". Dejó salir una risa irónica. "Ambos vamos a perder".
"Ssshh, está bien, ______, está bien...". Unos sonidos reconfortantes ayudaron a
aflojar la tensión en sus hombros y ______ suspiró aliviada.
"Haz que esté bien otra vez, Papá. Haz como que nunca sucedió". Ella emitió unas
pequeñas risitas. "Y me gusta que me llames ______. Mamá solía hacerlo, ¿recuerdas?
Mucho más divertido que el viejo y engreído ____________".
Suspiró y se acurrucó contra la calidez que se desparramaba por todo su cuerpo.
"Mamá me solía cantar ______ es mi amor´. ¿Recuerdas?". Ella tarareó una pequeña melodía, dejando que los recuerdos de su madre se deslicen por su mente y la reconforten. "Extraño a mamá, ¿tú no, Papá?".
Los brazos alrededor de ella la apretaron un poco más.
"Sí, tú la extrañas, puedo verlo. Siento haberme quejado. Sé que debo casarme con
él. No quiero hacerlo y no sé si sobreviviré, pero lo haré. Me casaré con él por ti, Papá. Y porque Mamá me pidió que te cuidara y no sé de que otra manera hacerlo¼".
Sintió que las lágrimas rodaban por su cara y que una mano cálida las secaba.
"No llores, ______. Ya terminó todo. Estás a salvo ahora, conmigo".
A salvo. ¿Estaba a salvo?
Le dolía el cuerpo, como le había dolido antes. Pero el corazón no le dolía tanto.
"¿Estoy a salvo contigo?". Ella dio vuelta la cabeza para encontrarlo; sus ojos se
negaban a enfocarse sobre nada en concreto, sólo el manchón pálido de una cara cerca de la suya.
"Estás a salvo conmigo. Nunca dejaré que te pase nada, ______. En eso, tienes mi
palabra".
Su voz la calmó y la reconfortó, y por unos segundos, un par de ojos con manchitas
doradas danzando dentro de ellos se hicieron visibles.
"Sí. Tú me mantendrás a salvo, ¿verdad?". Sintió que su mente se dispersaba y su
cuerpo se hundía en un placentero estado de relajación. "Gracias".
Sus ojos se cerraron. Luego se abrieron por un instante nuevamente y encontraron
su cara una vez más.
"Joseph", susurró ella. "Tienes unos ojos hermosos".
Ella se durmió.
Lemoine
Re: Madam Charlie (Joe & Tu)[TERMINADA]
oh por dios confundio a joe con su padre o que ????
siguelaaaaaaa quiero saber q mas pasara
adore los capitulos q colocastes sigue quiero masssssssss
siguelaaaaaaa quiero saber q mas pasara
adore los capitulos q colocastes sigue quiero masssssssss
ElitzJb
Re: Madam Charlie (Joe & Tu)[TERMINADA]
1/2
Capítulo 8
A ______ la despertó la luz del sol que fluía sobre su cara.
Al estirarse, se dio cuenta de que su boca se sentía como si hubiera estado lamiendo
una alfombra durante horas, su estómago hacía ruidos, y tenía la imperiosa necesidad de un orinal.
Cuando levantó un poco la cabeza, vio el biombo del otro lado de la habitación y
dedujo que al menos una de sus necesidades podía ser satisfecha.
Le temblaban las piernas y le dolía el cuerpo, pero estaba satisfecha y orgullosa de
sí misma por poder cubrir la pequeña distancia hasta detrás del biombo y nuevamente hasta su cama sin tambalear.
Notó que ahora tenía puesto su propio camisón y sonrió al darse cuenta que
algunas otras cosas suyas estaban desparramadas en la habitación. Matty estaba a
cargo, sin duda.
Como si la hubiera llamado con el pensamiento, se abrió la puerta y la misma Matty entró precipitadamente con una gran bandeja.
"Ay, mi querida, mírese. Ya está levantada. Y estoy segura de que también debe
estar muy hambrienta".
"Sedienta, más que hambrienta, pero sí a ambas cosas, Matty. ¿Qué hora es?
¿Cuánto tiempo dormí?".
______ dio un enorme bostezo y se estiró bien arriba de su cabeza, aflojando sus
hombros y haciendo una pequeña mueca.
"¿Todavía le duele?", preguntó Matty, sirviendo té de la tetera sobre la bandeja que
trajo con ella.
"Un poco. No mucho. Pero siento la cabeza un poco algodonosa...".
"Ese es el láudano. Pensamos que sería buena idea darle algunas gotitas".
"¿Láudano? Matty, sabes que yo nunca he tocado esas cosas". ______ frunció el
ceño al pensar en ello. Hubo un tiempo en que Matty la alentó a tomarlo, pero ella se negó inexorablemente.
"Lo sé, preciosa, lo sé. Pero es que estaba tan golpeada y sabíamos que si estaba
despierta, habría estado fastidiando con preguntas sobre la Crescent y cuándo se iría a casa; así que pensamos que era lo mejor. Sólo por esta vez, cariño".
"¿Qué hora es, entonces?".
Matty limpió su garganta. "Son más de las cuatro".
"Santo cielo, ¿quieres decir que he dormido durante varias horas?".
"Bueno, en realidad, son las cuatro del jueves".
______ quedó boquiabierta. "Por Dios. ¿He dormido durante dos días?".
Matty asintió y untó varias tostadas con manteca. "Nosotros creímos que sería lo
mejor. Necesitaba curarse".
Los ojos de ______ se entrecerraron, incluso mientras tomaba gustosamente la taza de té, y permitió a Matty que le acomode las almohadas y la ponga cómoda.
"Estoy escuchando mucho la palabra 'nosotros'. ¿Quiénes son 'nosotros', Matty?".
Matty le ofreció una tostada.
Le ganó el hambre y ______ mordió el alimento con entusiasmo. "No pienses que te escaparás de esta, mi amiga", ______ masculló con la tostada en la boca.
"No hable con la boca llena, jovencita", dijo Matty automáticamente, sirviendo una
segunda taza de té y acomodando sus amplias caderas sobre la silla que había acercado a la cama. "Ahora, ¿cómo se siente?".
______ devoró su segunda tostada. "Además de magullada y hambrienta, y con
dolor de cabeza, estoy endemoniadamente ansiosa por saber qué estuvo pasando y por qué pensaste que debías drogarme para mantenerme fuera de todo".
Mantuvo su voz firme y nivelada, y su mirada sobre Matty.
Ignorándola, Matty se inclinó hacia adelante y le pasó un pedacito de manteca por
el mentón con la soltura y familiaridad de una amiga de mucho tiempo. Bebió su té y luego enderezó su espalda contra la silla.
"Muy bien. El Coronel y yo pensamos que sería mejor que usted duerma un tiempo.
Él estaba muy preocupado por las amenazas de Ponsonby y creyó que estaría mejor
protegida aquí de lo que podría haber estado en la Crescent".
______ abrió la boca para protestar, pero la detuvo la mano levantada de Matty.
"Sólo piensa un poco, ______. ¿Habrías cerrado la Crescent? ¿Habrías puesto a un criado en cada una de las puertas para revisar a los visitantes al llegar? ¿Cómo habrías protegido a las muchachas si alguien hubiera decidido castigarlas a ellas en vez de a ti?".
______ cerró la boca.
"¿Se habría quedado al menos en su habitación hasta que Ponsonby revelara sus
planes o apareciera en su casa otra vez?".
"¿Desapareció?".
"Completamente".
"Maldición".
"El Coronel se aseguró también de que sus pacientes sepan exactamente que pasó,
pero sin mencionar su nombre. Sólo dijo que había sorprendido al doctor abusándose de una mujer que necesitaba atención médica. Eso fue todo".
"¿Eso no puso a Joseph... digo, a su Señoría en peligro, también?". La preocupada
pregunta de ______ hizo que los ojos de Matty brillaran con interés.
"El pareció pensar que no. Estaba más preocupado por usted. Y se ha tomado
especialmente el trabajo de asegurarse de que esté a salvo, protegida y de que nadie
sepa que está aquí". Matty asintió con aprobación. "Y lo ha hecho, además".
"¿Ah, sí?". ______ miró a Matty, asombrada de que por una vez un hombre
recibiera la aprobación de la muy crítica mirada de esta mujer.
"La verdad que sí. Él la atendió solito. Nadie excepto el agradable señor Arthur
sabe quién eres. Es el valet del Coronel, ¿sabe?", se inclinó Matty informalmente. "Un hombre tan agradable. Dice que ha estado con el Coronel durante años. Antiguo ayudante personal, ahora valet. Lo cuida también y se ha asegurado de que yo entre a visitarla sin ningún alboroto o molestia cada vez que vengo".
______ tragó, completamente sorprendida con el asombroso reconocimiento de
Matty a Joseph Jonas. "¿En serio? Ah, santo cielo. ¿Y qué les dijiste a las
muchachas?".
"Les dije que estaba visitando a unos amigos que encontró por casualidad y que
pasaría unos días con ellos".
"¿Cómo lo tomaron? Nunca hice algo así antes".
"Quizás por eso lo tomaron tan bien. La mayoría dijo que era hora de que se tomara
unos días. Un par dijeron que no se apure en volver porque los hombres las miran más ahora que usted no está".
______ sonrió.
"Y yo me las estoy arreglando para hacer que todo funcione lo mejor que puedo.
Los clientes parecen estar bien, algunos preguntaron por usted, la mayoría hombres", la boca de Matty bajó el tono, "pero en general, todo anda bien. No tiene que preocuparse para nada".
"¿Y se está preocupando, señora Matty?".
La voz profunda resonó en la conciencia de ______ e instintivamente levantó las
cobijas hasta su garganta.
Aparentemente, Joe notó sus movimientos, porque sus ojos siguieron su mano y
sus labios se torcieron en una pequeña sonrisa.
"Por amor de Dios, Señor, por supuesto que sí. Pero acabo de decirle cómo están las cosas en la Crescent, así puede descansar y no preocuparse por un tiempito al menos".
Joe se acercó a la cama y se sirvió la última tostada.
* * * * *
Su boca sabía a aserrín seco, pero al masticar y tragar obtuvo la concentración que podría haber perdido de otra forma mientras miraba a ______.
La había tenido con él las últimas cuarenta y ocho horas, para conocer su perfume,
sus sonidos y saber brevemente cómo se sentía su piel. Pero ahora ella estaba totalmente despierta, alerta y otra vez bajando ese velo de ocultamiento sobre sus ojos grises.
Estaba decidido a no dejar que eso continúe. De una forma u otra, iba a penetrar la
fortaleza de control de Madame ______ y abrir una brecha en sus emociones y en su cuerpo.
Se relamió y le complació ver un pequeño estremecimiento mover el pelo
desordenado alrededor de la cara de ______.
"Me gustaría darte mi palabra, Madame ______, que te protegeré mientras estés
aquí en mi casa. No debes sentir temor al respecto. Creo que en la Crescent se han
tomado algunas precauciones sensatas también. Estaré mucho más feliz cuando
encuentren a Ponsonby, pero por ahora, no creo que haya más que podamos hacer".
Se reclinó contra el alto poste al pie de la cama y la examinó, disfrutando del
anudado cabello rubio que caía hacia todos lados y del camisón de encaje atado
delicadamente alrededor de su cuello, que no hacía nada por desalentarlo a querer tirar de las cintas hasta que se abriera.
O quizás ni siquiera molestarse, sólo rasgarlo de arriba a abajo y dejar a la vista su
calor, su sexo, sus hermosos senos...
Joe cambió de posición y miró hacia otro lado, sintiendo un desacostumbrado
calor en sus mejillas mientras desvestía y hacia el amor mentalmente a su huésped.
"Aprecio todo lo que ha hecho, mi Señor. No puedo más que pensar que le he
causado molestias".
La respuesta de ______ fue toda formalidad y sus ojos carecían completamente de
emoción. Sí, realmente tenía un buen control de sí misma.
"Para nada. Has pasado la mayor parte del tiempo durmiendo. No has sido
precisamente una huésped difícil de atender", sonrió Joe.
"Bueno, ahora que estoy despierta, quizás deberíamos planear mi partida. De
verdad, debo regresar a la Crescent".
Joe tomó aire, pero Matty se le adelantó.
"Bueno, ______, no nos apresuremos a tomar ninguna decisión tonta. En este
momento, nadie sabe dónde está. Déle un par de días más al Coronel para ver si sus
agentes encuentran a Ponsonby". Miró rápidamente a Joe, que movió levemente la
cabeza en señal de aprobación. "Verás, cariño, el criado de Ponsonby ha sido
reconocido como un completo villano".
______ frunció el ceño.
"Realmente, ______". Joe ni se dio cuenta de que estaba llamando a ______ por
su primer nombre. Simplemente le sonó tan natural. "Tan pronto como hice que mi
gente comience a indagar sobre el posible paradero de Ponsonby, descubrimos que su criado tiene una historia violenta. Especialmente con las mujeres. Ha habido historias de criadas desaparecidas en casas donde él ha trabajado y bastante brutalidad comprobable. Parece que el hombre es abusivo, sin dudas, y posiblemente también un asesino".
______ palideció levemente. "Por todos los cielos. Y nosotros no lo sabíamos".
"¿Cómo podrían saberlo? Y en circunstancias normales, nunca habrías tenido
contacto con él de todas formas. Pero ahora, viendo que Ponsonby está huyendo de las autoridades, a quienes les gustaría conversar sobre sus prácticas médicas, y que los hechos se precipitaron por una mujer, no tenemos idea de qué estará pensando o haciendo su sirviente, o qué estará alentando a Ponsonby a hacer. Es una situación aterradora y que simplemente no podemos controlar en este momento. Estás más a salvo justo aquí donde estás".
La mirada de ______ fue y vino de Matty a Joe una y otra vez. Joe contuvo
la respiración mientras veía a ______ analizar su problema desde distintas perspectivas.
Su cara permanecía impasible, sus ojos calmos y circunspectos.
Pero se había acostumbrado a su lenguaje corporal durante los últimos dos días y,
por la pequeña vacilación del pulso en su cuello, se dio cuenta de que sus revelaciones la perturbaban.
Las cobijas subieron y bajaron sobre sus senos cuando ella inspiró profundamente.
"Parece ser que no tengo otra alternativa en este momento que aceptar su
hospitalidad. Le agradezco, mi Señor. Igualmente, me reservaré el derecho de partir tan pronto como se resuelva esta situación. Mientras tanto, creo que debería vestirme y quizás encargarme de la papelería de la Crescent. Estoy segura de que a Matty no le importará traerla cuando vuelva. Y la necesitaré a mi lado todo el tiempo, desde luego...".
Joe reprimió una sonrisa. Su ______ estaba intentando evadir elegantemente la
posibilidad de que la presencia de él la perturbara. Y él sabía que lo hacía. Lo sabía con la seguridad que sentía latir a su corazón. Esta mujer tenía muchas estrategias para mantenerse al margen, distante. Él iba a disfrutar derrotar cada una de ellas. Era hora de comenzar.
"Comprendo". Él sonrió amablemente. "Sin embargo, debería señalar que la señora
Matty se ha hecho cargo de la Crescent en tu ausencia. ¿Tienes a alguien en mente para reemplazarla mientras se queda aquí cuidándote?".
Habiéndole recordado elegantemente a ______ sobre sus obligaciones de negocios e implicando que Matty no haría más que fastidiar a ______, esperó ver cómo respondería ella.
Ella no lo defraudó.
Levantó el mentón un poco y buscó su mirada con tolerancia. Ni un rastro de lo que
debió ser una tremenda lucha interna se dejó ver en sus ojos gris claro.
"Sus suposiciones son correctas, mi Señor. Debí haber considerado todas las
posibilidades antes de hablar". ______ miró a Matty.
"Matty, parece que estaré obligada a contar contigo por un tiempo más. Igual
querría que me traigan la papelería. El lado financiero debe ser atendido y ciertamente puedo hacer eso sin poner en peligro a nada ni a nadie. Si su Señoría fuera tan amable de permitirme usar su escritorio...".
Una ceja pálida se levantó indagante.
"Por supuesto. No has tenido la oportunidad de explorar, pero de hecho, esta suite
tiene una pequeña sala de estar por esa puerta...". Él hizo un pequeño gesto. "Puedes usarlo tanto como lo necesites".
"Ahí tiene, linda. Ahora mi mente puede descansar. Sólo véalo como unas
pequeñas vacaciones. Dios sabe que no ha tenido unas y las ha necesitado desde...".
"Desde que me hice cargo de la Crescent. Sí, Matty, gracias".
La interrupción de ______ fue rápida y deliberada. Joe lo anotó mentalmente en
la pequeña lista que había comenzado en su cabeza. Tenía por objeto resolver el
rompecabezas que era ______.
Estaba justo al lado de la que ya estaba llena con ideas sobre formas de hacer el amor a ______.
"Ahora debo irme, necesito terminar con el menú de la cena y las muchachas
siempre se sienten mejor cuando yo llego".
Matty dio unas precipitadas vueltas y juntó su chal y su sombrero.
"Matty, yo...", ______ dudó, como reacia a que Matty se vaya.
"Ahora sólo deje que el Coronel se haga cargo de todo, preciosa", la reconfortó
Matty.
"De verdad, Madame ______, no hay nada de qué preocuparse. He pedido que te
preparen un baño en un rato. Quizás quieras compartir una comida informal conmigo después. Tengo entendido, por lo que me dijo Matty, que juegas al ajedrez...".
Joe inclinó la cabeza, mostrando la más pura imagen de inocencia. No podía
estar haciendo otra cosa que ser un anfitrión amable. De hecho, irradiaba tan
fuertemente su inocencia que la famosa manteca no solamente no se habría derretido en su boca, sino que se habría quedado allí por una semana.
Esperaba fervientemente haber engañado a ______. No había nada de inocente en
sus objetivos. Eran simples y fundamentales. Tener sexo con ______. Entender a ______. Hacer que ______ sonriera, luego hacer que ______ gritara. Ah, y luego tener sexo un poco más.
Para el Coronel Joseph Jonas, Conde de Calverton, la batalla estaba
comenzando. Las estrategias que usaría serían taimadas y astutas. Su campaña
involucraría cada herramienta bajo su control. Valía la pena pelear por sus objetivos, y la rendición de ______ sería un premio invalorable.
Nunca consideró realmente la posibilidad de que pudiera haber víctimas.
Lemoine
Re: Madam Charlie (Joe & Tu)[TERMINADA]
Capítulo 9
______ escuchó unos golpes y traqueteos en la habitación contigua que le decían
que estaban preparando el baño.
Le picaba la piel, juraba que podía sentir su olor a transpiración y se moría por
hundirse en la tibieza del agua. Una mujer de hábitos exigentes, ______ estaba
acostumbrada a un baño diario, ya fuera pequeño, rápido, fresco, o lo que sea que
estuviera disponible para su comodidad. Lo había echado de menos.
Esperó hasta que los sonidos amainaron y la habitación estuvo en silencio. Avanzó
lenta y cautelosamente desde su cama hasta la puerta que daba a la sala de estar de la suite.
Un fuego cálido crepitaba en el hogar y las cortinas estaban abiertas a la lluvia que
había comenzado más temprano y convertía al mundo exterior en un atardecer
temprano.
Una gran bañera en forma de silla estaba puesta frente a la chimenea, con una
pequeña banqueta de un lado, sobre la que había unas toallas prolijamente dobladas, una barra de jabón y varios trapos pequeños.
Con un suspiro de alivio, ______ pasó la mano por el agua y descubrió que estaba a la temperatura justa. Cruzó la habitación, echo llave a la puerta y en pocos segundos estuvo sumergida hasta el cuello en la bañera.
Sintió que sus preocupaciones se alivianaban cuando la calidez del agua
reconfortaba su cuerpo y relajaba su mente. Sus ojos vagaron por la habitación,
descubriendo la fina alfombra, un pequeño escritorio a un lado, un sofá que se veía
confortable y un par de sillones bastante gastados. Evidentemente, esta era una suite donde los huéspedes habían pasado un tiempo considerable relajándose.
Podía entender por qué. La pintura sobre la repisa de la chimenea era un
maravilloso paisaje marino, sin más que una gaviota, algunas hojas de algas y una playa desierta. Imploraba que uno se imagine a sí mismo caminando sin prisa por la arena.
Un pequeño reloj marcaba los minutos mientras ______ se remojaba y el fuego
crepitaba su aprobación en el hogar.
El sonido de seis campanadas devolvió a ______ la noción de dónde estaba.
Alcanzó el jabón y comenzó su baño, sintiéndose más limpia a cada segundo y
descubriendo que sus moretones habían desaparecido casi por completo.
Acomodó su cabello sobre la cabeza, deseando poder lavarlo también, pero tenía
tanto, y su hombro todavía le dolía un poco.
Saltó hasta la altura de un pie, por lo menos, y volcó agua por los lados de la
bañera, cuando una voz profunda habló detrás de ella.
"¿Por qué no me dejas ayudarte con eso?".
______ se paralizó. Instintivamente se deslizó hacia abajo en la bañera hasta que
apenas se veía su nariz. Giró para mirar con enojo a Joseph Jonas, que estaba
apoyado descuidadamente contra el marco de la puerta, con dos baldes a sus pies.
"Olvidaste echar llave a la puerta del dormitorio".
Ella entrecerró los ojos y sacó la boca del agua. "¿Qué está haciendo aquí? Me estoy
bañando, por amor de Dios. Esto es sumamente inapropiado".
"Lo sé". Su sonrisa era pura seducción, y ______ luchó contra el impulso de
retorcerse.
"Alguien tenía que traer más agua caliente para tu cabello. No iba a dejar entrar a
ninguno de mis criados. Esta vista está reservada sólo para mis ojos".
Su mirada pasó por el agua jabonosa.
______ bajó la vista. Estaba mayormente cubierta de burbujas y el agua no estaba
tan clara como antes. Dudó que Joe pudiera ver mucho. Así y todo, juntó
fuertemente los muslos, por las dudas.
Él se acercó a la bañera.
"Tengo agua caliente para ayudarte a enjuagar tu cabello. ¿Me permitirás que te
ayude? ¿O eres demasiado exigente en tus hábitos como para dejar que un humilde
hombre toque tu cabeza?".
______ levantó el mentón. "No es una cuestión de exigencia. Simplemente creo que ésta es una situación sumamente inapropiada. Y yo no lo describiría como humilde".
Murmuró el último comentario mientras quitaba un manojo de cabello de encima de sus ojos, e hizo una mueca al darse cuenta de que estaba realmente bastante sucio.
Maldijo por dentro. Él la había atrapado una vez más con su lógica y sus palabras
directas. "Maldito seas. No tengo alternativa, ¿o sí?".
"Siempre hay una alternativa, ______. Sólo asegúrate de que sea la correcta".
Ella lo miró con furia, demostrando su enojo por una vez.
Joe asintió. "Muy bien".
Sus ojos se agrandaron cuando Joe procedió a quitarse el saco, el chaleco, a
desatarse la corbata, sacársela y luego desabotonarse la camisa.
______ recuperó la voz cuando se desabrochó el cuarto botón. "¿Qué demonios
cree que está haciendo?". Se negó a creer que había chillado, pero secretamente temía haberlo hecho. Tenía algo atorado en la garganta, que crecía a medida que el pecho de Joe quedaba más expuesto a su mirada.
"Intento ayudar a lavarte el cabello. Para hacerlo, necesito enjabonarlo y enjuagarlo
bien. Tú, señorita ______ ...". Tiró de un rulo díscolo, "... tienes suficiente cabello como para al menos tres mujeres. Es probable que sea una tarea difícil. Ni siquiera estoy seguro de que un humilde hombre como yo esté a la altura del desafío".
Suspiró con dramatismo y se sacó la camisa.
______ quedó boquiabierta.
"Realmente preferiría no empapar mi ropa. En particular mi chaqueta, que me han
dicho que su color verde está muy de moda. El chaleco, bueno, no estoy seguro, pero la camisa es una de mis favoritas. Ya sabes cómo es cuando tienes una prenda favorita.
Parece que quisieras llevarla puesta todo el tiempo. Ciertamente, no quiero que se
salpique con agua sucia o con espuma así como así. Es de lino, ¿sabes?".
A ______ le costaba enormemente seguir sus palabras, porque había traído los
baldes al lado de la bañera. Su pecho había venido con él.
Y qué pecho era.
Sólido, agradablemente musculoso, con una encantadora alfombrita de vello que se
esparcía desde justo debajo de su cuello hasta cerca de su cintura. Se podían ver unos pezones chatos escondiéndose en esta suave jungla, y ______ quedó pasmada al sentir que sus dedos se le encogían debajo del agua. Quería tocar. Por primera vez en su vida, quería pasar sus manos por su pecho y sentir por sí misma todas las texturas que había allí.
Ella se pasó la lengua por los labios
* * * * *
El momento en que sus manos tocaron su desordenado cabello dorado, Joe
estuvo perdido. Deslizó sus manos por su cuero cabelludo, buscando invisibles
enredadas y quitándolas hasta que el último mechón quedó libre y la sedosa masa
colgaba a través del agua y por la parte trasera de la bañera.
No había dicho nada más que la verdad cuando comparó su cabello con el de tres
mujeres. Era grueso, lustroso y tenía vida propia.
Respiró hondo y juntó los revoltosos rulos entre sus manos, empujándolos dentro
del agua, alrededor de su cuello.
"Respira profundo...", le advirtió.
"Uuuumf...", dijo ella con un gorgoteo, mientras él empujaba su cabeza y la
hundía. Ella subió escupiendo al hablar.
"Santo Dios, ¿está tratando de matarme?". Escupió el agua en su boca con enojo.
"Te avisé que respires profundo", dijo él, justificándose, mientras comenzaba a
enjabonar su cabello.
"Bueno, sí.. pero... aaaaaah".
Los dedos de Joe hacían ociosos círculos sobre su cuero cabelludo e
incentivaban a que se forme algo más que espuma entre sus manos y el cabello de ella.
Él masajeó y reconfortó y frotó su cabeza y sintió que los músculos se relajaban al
tocarla.
"Ay, Dios, Joseph, eso se siente tan placentero", suspiró ella.
Joe suspiró también cuando la presión de su inflamada polla se convertía en
dolor.
"¿Y qué sabe una encantadora joven como tú del placer, me pregunto yo?".
Por unos instantes, no hubo respuesta, sólo el sonido de sus manos generando
espuma y el tic tac del reloj sobre la repisa de la chimenea.
"Nada".
La respuesta fue casi un susurro.
"No sé nada sobre el placer. Sólo puedo suponer que esta sensación de relajación y
calidez se aproxima a lo que otros podrían llamar placer.
"Difícilmente", rió por lo bajo. "Hay muchas otras cosas además de eso".
______ movió su cabeza levemente para hacer que él pase su mano justo detrás de
su oreja y se sacudió un poco de jabón que tenía sobre su nariz.
"Está hablando de sexo, me imagino". De repente ella era la señorita Recatada
Altanera.
"Entre otras cosas. Pero sí, el placer sexual es la mejor clase de placer que existe".
De nuevo, se hizo un silencio.
"No sabría decirlo".
La confesión resonó en la silenciosa habitación como pequeñísimas explosiones,
haciendo que la rígida polla de Joe se volviera de mármol. Había tanto que él quería tener y estaba todo a meras pulgadas de sus manos y su boca y su pene, estaba todo húmedo y resbaloso y desnudo.
Probablemente sufriría un ataque cardíaco en los próximos cinco minutos. El
periódico 'The Times' tendría que trabajar duro para escribir su obituario de modo que nadie descubriera que se murió de un severo caso de lujuria no correspondida. Se preguntaba si las pollas podían llegar a explotar.
Temía estar a punto de averiguarlo.
"Déjame mostrarte, ______". Las palabras se le deslizaron antes de que pudiera
contenerlas, directo desde el corazón y las entrañas.
Ella se paralizó bajo sus manos. "Yo no quiero tener sexo con usted, mi Señor".
"¿Estás segura?".
Su cuello se estiró tan rápido que él podría haber jurado que escuchó crujir sus
huesos al acomodarse.
"Nunca quise tener sexo. Ni con usted ni con ningún otro. Es un pasatiempo que
creo firmemente que es mejor dejar para los otros. Sí, es mi negocio, pero no mi placer. No tengo ningún interés en esas cosas".
"¿Ninguno en absoluto?".
"Exactamente. En absoluto. Ahora, si ya ha terminado con mi cabello...".
Joe alcanzó el balde de agua que quedaba y probó la temperatura. Su mente
daba vueltas, resolviendo la logística de su próximo movimiento.
Le sacó el cabello de la cara y golpeó ligeramente el agua a través de él, alentándola
a sentarse hacia delante. Sus senos subieron a la superficie mientras su cuerpo se
bamboleaba hacia delante.
Ella tosió cuando Joe, con la atención distraída, volcó agua sobre su cara por
error.
"Perdón". Volvió a poner la mente en su tarea, asegurándose de haber enjuagado
todo el jabón de la masa amarilla empapada que flotaba en la bañera.
Agarró una toalla y apretó su pelo, quitando la mayor parte del agua, luego lo
anudó en un turbante, como lo venían haciendo las niñeras y las amas de cría desde el principio de los tiempos.
"Gracias, mi S...", comenzó ella, sólo para que sus palabras sean interrumpidas.
"______, tengo una propuesta. Un experimento para ti, si quieres".
Ella levantó una ceja.
"Dices que nunca has experimentado placer. Y no quieres involucrarte sexualmente
con nadie. Jamás."
Un leve color invadió sus mejillas, pero sus ojos permanecieron calmos y alerta.
"Así es, exactamente".
"¿Y si tú me dejaras demostrarte qué es el placer?".
Él pudo ver las contradicciones y la ira a punto de hacer erupción por su boca. Él
detuvo sus palabras con un dedo.
"No te tocaré, ______". Movió el dedo hasta que estuvo a una escasa pulgada de
sus labios.
"Yo te mostraré qué es el placer". Aquí mismo, ahora mismo. Y no tendré que
tocarte para hacerlo".
______ resopló, su expresión mostrando un claro descreimiento. "Dudo realmente que tal cosa sea posible, mi Señor". Lo miró con desprecio. "Aunque lo fuera, dudo que logre sensibilizarme. ¿Qué apostaría...".
Las orejas de Joe se entusiasmaron. "¿Qué me apostarías, ______?".
"Nada. No quise decir apostar...".
"Sí, lo hiciste. Dijiste ' apostaría'. Te escuché claramente. Así que eres una jugadora,
¿eh?".
______ se mordió el labio y bajó la vista hacia el agua, por una vez, aparentemente no queriendo dejar que Joe la mirara a los ojos.
"¿Qué apostamos, ______?. Te apuesto que puedo llevarte a sentir el placer de una mujer, en esta bañadera, ahora mismo, sin tocarte. Si pierdo, ¿cuál será mi castigo?".
Él la miró deseando que ella levante la cabeza y crucen miradas.
"No... no creo que esta sea una buena idea", murmuró, sin moverse.
"¿Tienes miedo de perder?".
Eso hizo que levante la cabeza. "Por supuesto que no. La idea en sí es absurda. Y
muy inapropiada, además".
Joe rió por lo bajo. "Ya superamos lo de inapropiado hace un rato, ______. Ya lo
tengo...". Chasqueó los dedos. "Esa muchacha que rescataste. Si pierdo la apuesta, le daré un hogar y un trabajo en el campo. Haremos que se entrene para criada. ¿Qué dices?".
Sabía que había jugado la carta ganadora. El compromiso de ______ por mejorar las vidas de sus "pobres desafortunadas" fue un factor importante en su decisión de hacer esta apuesta particular. Él estaba seguro de que ella no podría negarse.
"¿Y si gana?".
Ella no iba a rendirse sin dar batalla, pensó Joe con tristeza.
"Si gano, entonces me comprometeré a hacer que dos de tus muchachas se entrenen para criadas". Él sonrió.
Ella suspiró y encogió los hombros, produciendo pequeñas olitas en la superficie
del agua. "Muy bien". Él sonrió aún más.
"Haz lo peor de ti". Ella se recostó en la bañera, asegurándose de que todo su
cuerpo quede sumergido. Su mentón tocó el agua y sus ojos lo siguieron mientras él se hundía en la alfombra al lado de la bañadera y enganchaba un brazo por el costado, agitando el agua. "No me debe tocar, ¿está claro eso?".
Joe sintió que el calor le abrasaba la entrepierna y deseó haberse quitado los
pantalones también. Su pene hacía una tiendita en la tela de una forma de lo más
incómoda.
"Cierra los ojos, ______", respondió, deslizando su mano libre hasta el botón de sus pantalones.
Ella obedeció, acomodando la cabeza sobre el alto espaldar de la bañadera.
Reprimió un suspiro de alivio cuando su pene quedó libre.
"No te tocaré. Te di mi palabra, y lo creas o no, mi palabra vale. Pero te daré placer
como nunca antes has tenido. Sólo pido que te dejes llevar".
espero Qe allán disfrutado los capis chicas :twisted: si si ustedes también fantasmas
Lemoine
Re: Madam Charlie (Joe & Tu)[TERMINADA]
wow q hara joe para ganar siguela please amo tu nove sigueeee
ElitzJb
Re: Madam Charlie (Joe & Tu)[TERMINADA]
GUUUAAUUU NUEVAAA LECTOORAAA Y LATOSA!!!!
JEJEJEJ AAAIIIII SIGUELAAA PORFIISS YA QUIERO VER COMO HACEEE JOEE ESOOOO?????
JEJEJEJ AAAIIIII SIGUELAAA PORFIISS YA QUIERO VER COMO HACEEE JOEE ESOOOO?????
chelis
Re: Madam Charlie (Joe & Tu)[TERMINADA]
Hola chelis BIENVENIDA abajito algunos caps ;) espero Qe les gusten :twisted:
Él quería que ella se dejara llevar. ______ reprimió una risita sobradora.
Él no podía saber que ella nunca se dejaba llevar. Jamás.
Sus experiencias con su difunto marido se aseguraron de eso. Por supuesto, era
muy relajante estar recostada en el agua cálida al lado del fuego, sintiéndose limpia y fresca, y con un agradable cuerpo masculino al lado de la bañera.
¿Pero dejarse llevar? En absoluto.
Ella se puso un poco tensa cuando la mano de Joe traspasó la superficie del agua
y la movió, generando pequeñas corrientes.
"Recuerda, Joseph. Sin tocar". Con aire de suficiencia, se acomodó un poco más.
Esta sería una apuesta que ganaría sin problemas. Su mente se evadió pensando cuál de las muchachas merecía la oportunidad de salir de la Crescent y acompañar al campo a su protegida recientemente rescatada.
Luego fue consciente de una brisa cálida.
"No te tocaré con mis manos, ______, no temas. Lo prometí. No te tocaré con
ninguna parte de mi cuerpo, aunque ciertamente me gustaría hacerlo".
Su respiración vibraba en su oído.
"Me gustaría tocar este pedacito de piel aquí sólo con la punta de mi lengua".
Sopló una suave corriente de aire sobre sus sensibles espirales, haciéndola temblar.
¿Qué estaba haciendo él?
"Ya ves, la oreja de una mujer es un lugar infinitamente fascinante. Lleno de
intricadas curvas y hondonadas y cuevitas secretas...".
Una vez más, la calidez de su respiración la acarició. ______ se paralizó, temiendo
que si se movía apenas una pulgada, él estaría dentro de su oreja.
"Es un lugar muy sexual, ______".
Ella se retorció apenas, hundiéndose aún más y esperando fervientemente que él no note que sus pezones se endurecían más a cada segundo.
"La oreja de una mujer no es diferente de otra zona erógena. Misteriosa, oscura,
calentita, sólo esperando ser tocada por la lengua de un amante".
Su mano agitó el agua otra vez y las olitas chocaban seductoramente contra el
cuerpo de ella.
"¿Algún hombre te ha acariciado las orejas con su lengua alguna vez, ______? ¿Has dejado que alguien te lama un buen rato bajando por el lado de afuera y que luego haga girar...". Su respiración caliente llenaba su oreja, "... haga girar su lengua en círculos más y más pequeños hasta sentir que él está en tu cerebro, en tu cuerpo y en tu vulva?".
______ dio un salto y frunció el ceño ante su lenguaje.
"¿Impactada, dulzura mía? ¿Por qué? Estoy segura de que ya has escuchado
palabras como esas antes. ¿O no, ______? ¿No te han contado las muchachas cómo sus clientes se deslizan dentro de sus vaginas y cómo se siente eso? ¿Cómo las pollas de sus clientes se mueven más rápida o más lentamente y algunas hasta les dan placer? ¿Cómo el golpeteo de sus cuerpos, el uno contra el otro, puede liberar poderosos estímulos que convierten a dos personas en un rugiente infierno?".
La mano de Joe continuó con sus movimientos giratorios, y ahora ______ podía
sentir cada olita y cada corriente bajo el agua.
"¿Has observado alguna vez, ______? Estoy seguro de que tienes las mirillas de
seguridad instaladas. Debes ir a ver las habitaciones de vez en cuando, eres una mujer de negocios demasiado protectora de tus muchachas como para no hacerlo. Dime, entonces, ______. ¿Has observado?".
La mente de ______ voló hasta la noche en que había hecho eso. Afortunadamente, sus ojos aún estaban cerrados, porque sabía que su expresión la habría delatado.
La mano de Joe se movió levemente y ella sintió que él se retiraba. Luego el
agua hizo un ruido y ella abrió los ojos para ver que él estaba sacando un poco de agua de la bañera con un cucharón y poniéndola en un balde.
"¿Qué estás haciendo?".
"Sólo bajando un poco el nivel del agua. Cuando obtengas tu placer, probablemente
te muevas mucho, y no quiero arruinar mi alfombra de Aubusson.
______ resopló. "No saques demasiada, sentiré frío".
"Lo dudo".
Maldito bastardo arrogante, pensó ______. Yo le voy a mostrar. Recobrando el
juicio y el control, se recostó nuevamente y cerró los ojos, dispuesta a derrotarlo en su juego de seducción.
Para su sorpresa, sintió un toque en su rodilla elevada.
"Mantén esto entre tus rodillas".
"¿Qué?". Miró hacia abajo para ver a Joe calzando el cucharón entre sus rodillas,
separándolas hasta los bordes de la bañera.
"Yo...".
"No te estoy tocando. Pero nunca dijimos nada sobre usar lo que estaba a mano.
Ahora sólo sé una niña buena y mantén esto entre tus rodillas. ¿O temes perder la
apuesta?".
______ curvó el labio. "Ja". Sus rodillas se abrieron, y sintió cómo el suave
cucharón de madera le separaba bien los muslos.
Joe sonrió. "Mejor".
______ sonrió con suficiencia.
Luego se paralizó nuevamente cuando el trapo para bañarse se arrastró sin
ceremonia por sus senos.
"Ey. Estás tocando". Ella se dio vuelta para mirar furiosa al hombre a su lado,
buscando su intensa mirada con hostilidad.
"No, no lo estoy haciendo. Es el trapo". Él curvó una esquina de su boca. "¿No
puedes soportarlo? ¿Te rindes?".
______ cerró rápidamente la boca. "No".
"Bien".
El trapo se arrastró nuevamente, estimulando sus pezones y dejándola sin aliento.
Mientras lo hacía, sus senos se elevaron fuera del agua, ahora con menos volumen, y Joe se movió rápidamente para soplar sobre la piel húmeda.
Ella se ahogó cuando la sensación estremeció todas las terminaciones nerviosas
entre su corazón y su sexo.
"Se siente bien, ¿no, amor? La respiración cálida de un hombre sobre esos hermosos senos. Senos que fueron hechos para besarlos y lamerlos y chuparlos, y ¡ay, Dios, cómo deseo hacer las tres cosas!". Quiero tenerlos entre mis manos y apretarlos, y enterrar mi cara entre ellos. Quiero hacerles todo tipo de cosas maravillosas a tus senos, ______".
Ella trató de hundirse más en el agua, pero no pudo sumergirse tanto como habría
querido.
La mano de Joe ahora hacía olas rítmicas en el agua entre sus piernas y la
corriente que iba por debajo combinada con las olitas de la superficie comenzaban a ponerla tensa.
Una y otra vez el trapo acarició sus senos, a veces tocándolos suavemente, luego
frotándolos con más intensidad. Ahora sus pezones estaban rígidos y respondían cada vez que percibía su respiración cuando le hablaba y dejaba que su tibieza estimulara sus pezones.
Ella quería enterrar sus manos en el sedoso cabello de él y acercarle la cara a sus
senos. Ella quería más que una respiración o un chapoteo del agua, quería que la
chupen y le pasen la lengua y hasta que la pellizquen un poco. Estaba comenzando a querer que él le haga "todo tipo de cosas maravillosas a sus senos".
Reprimió un gemido y mantuvo las manos firmemente apretadas bajo el agua a los
lados.
"¿Sabías que una mujer se puede acabar con que solamente le chupen los senos,
______?".
Ay, Dios, ¿por qué no se callaba? Sus palabras y su voz y las imágenes que estaba
creando la estaban volviendo loca. La forma en que repetía su nombre una y otra vez, suavemente, como una caricia, estaba conmoviendo su corazón y su alma. No quería conmoverse así.
"Me pregunto si tú serías una de esas mujeres. Tengo enormes deseos de
averiguarlo".
Fiel a su palabra, Joe no la estaba tocando. Su respiración rozaba su cuerpo y su
voz acariciaba su alma. Pero no le había puesto una mano encima, todavía.
______ comenzaba a ponerse muy tensa. Supuso que era enojo, nunca se había
sentido tan irritada o nerviosa como ahora.
"Desde luego, tus senos no son el único lugar que quiero explorar, dulzura mía.
Hay tanto más".
______ gimió mentalmente. No se dejaría llevar.
O al menos no pensaba que lo haría.
Ay, Dios, estaba enloqueciendo.
Joe sabía que estaba triunfando. Sólo mirar sus pezones brotar y endurecerse y
madurar ante sus ojos le contó la historia que él quería escuchar. ______ estaba
respondiendo a él y respondía salvajemente.
Era tiempo de llevar su pequeño experimento al siguiente nivel.
Tomó un trapo del balde de agua fría y lo apoyó sin ceremonias sobre sus senos.
"Aaajj. ¿Qué dem...". Ella se sobresaltó y sus ojos grises se abrieron y lo miraron
acusadores. "¿Qué estás haciendo?".
Joe observó su reacción. "Sólo me aseguro de que todavía estés conmigo".
Quitó el trapo frío y salpicó el agua tibia sobre sus pezones helados, observando
cómo volvía el color al reemplazar el agua fría por la tibia. Su otra mano continuaba con su lenta ondulación entre las piernas.
Sabía que el agua chocaría contra su clítoris, ya que el cucharón mantenía sus
piernas lo suficientemente abiertas como para quedar expuesta a la pequeña corriente que él estaba generando.
Él movió su mano más cerca del cuerpo de ella.
Sin duda, percibió una sensación diferente, más viscosa, entre los dedos. El cuerpo
de ______ le decía que estaba respondiendo. Su sexo estaba listo para él.
Y ¡ay, Dios!, su polla estaba más que lista para ella.
"Tu cuerpo me desea, ______". Su mano intensificó la velocidad un poco y formó
olas más firmes contra su clítoris.
Ella se movió apenas.
"Tu sexo se está llenando de dulce y resbalosa miel. Quiere que mi polla se
deslice hacia adentro... mi dura polla, que puede llenar ese espacio vacío
completamente. Tocará todos esos lugares secretos dentro de ti, ______, los tocará, acariciará, empujará y llenará".
Su mano mantuvo el ritmo acelerado, asegurándose de que el agua ahora empujara
contra su cuerpo. Sus pezones se endurecieron aún más bajo su mirada y su cabeza se echó hacia atrás un poco mientras ella se excitaba más todavía.
Joe quedó hechizado con su respuesta. Sólo mirar su cuerpo cuando reaccionaba
a cada sensación diferente era una de las cosas más estimulantes que había hecho. Si la campaña tenía éxito y conseguía tener a ______ debajo de él, hacerle el amor quedaría como uno de los momentos más importantes de su vida.
Su mano tembló un momento cuando todo lo que eso implicaba invadió su mente.
Su pene dejaba salir pequeñas gotas de leche sólo por jugar con ______. ¿Estaba
dispuesto a llegar al final con esta mujer, cuando ella lo podía excitar hasta extremos tan extraordinarios sin siquiera tocarle el cuerpo?
Su pensamiento racional lo reprendió. Esta era simplemente una experiencia erótica diferente y divertida. Podría haber estado haciendo esto con cualquiera. Diablos, Elizabeth lo habría disfrutado seguramente.
Sí, dijo su conciencia. ¿Pero lo habrías disfrutado tanto tú?
Joe le dio la espalda mentalmente a esa conversación y volvió su atención a la
mujer que ahora se retorcía de deseo en el agua.
Ya era casi el momento de sellar su éxito.
Alcanzó la barra de jabón de lavanda y la deslizó dentro del agua, por sobre su
cuerpo.
Ella se quedó sin aliento cuando él la dejó deslizar desde su vientre hasta su clítoris,
donde la esperaba su mano. Muy cuidadosamente, como para no tocarla en absoluto, dejó que el jabón presione su carne caliente.
Ella boqueó, olvidando reprimir el sonido.
"Y ahora, ______, llegó el momento. Si estuviéramos juntos desnudos, tus senos
estarían empujando fuertemente contra mi pecho. Sentirías el calor de mi cuerpo sobre todo tu ser, desde los hombros hasta los dedos de los pies. Tu vientre se sentiría vacío, tus piernas se abrirían bien para mí. Estarías hambrienta, deseosa, queriendo mi polla, ______".
Ella gimió, perdida ahora en las imágenes que creaban sus palabras.
"Quizás, estaríamos acostados entre mis sábanas, quizás estarías sintiendo la
aspereza de mi alfombra contra tu suave espalda o la tibieza del fuego en tus senos¼".
Joe deslizó el jabón hasta su carne inflamada y hasta su abertura.
Ella tomó aire y levantó levemente sus caderas para darle mejor acceso mientras él
abría sus cachetes con el jabón.
Él sonrió, dolorosamente, sintiendo cómo cada una de las reacciones hacía eco en su pene.
"Quizás habríamos decidido probar coger por atrás, ______. ¿Qué te parece? ¿Te
gustaría que me ubicara detrás de ti cuando te colocaras en cuatro patas? Podría deslizarme dentro de tu sexo caliente y húmedo de esa manera y, al empujar,
sentirías mis pelotas contra tus muslos".
El jabón continuaba ejerciendo presión, pasando por todos los lugares que Joe
mencionaba. Los sonidos de ______ continuaron cuando su cuerpo comenzó a latir debajo del agua.
"Podría usar una mano para acariciar tus pezones, ______. Tocarlos y excitarlos, al ritmo de mi pene saliendo y luego volviendo a embestir...".
El jabón embistió el clítoris de ______. Ella gruñó cuando sus labios se despegaron de sus apretados dientes.
"La otra mano buscaría tu dulce clítoris. El lugar donde tu mundo comenzaría y
terminaría. El lugar que quiero hacer mío, ______. Quiero chuparte el clítoris, frotar mi cara por todo tu clítoris. Quiero hacerlo sacudir contra mi pene cuando te acabes conmigo tan dentro tuyo que ninguno de los dos sepa dónde uno comienza y el otro termina. Quiero tu clítoris, ______. Es mío. Lo que le haré te hará gritar y sollozar y suplicarme por más. Y te daré más. Cada vez que me lo pidas, habrá más. Habrá más incluso cuando no lo pidas".
El jabón la frotaba con intensidad ahora, y los músculos de ______ se estaban
tensionando. Su respiración salía en bocanadas irregulares, sus pezones estaban sólidos y sus senos, acalorados. Estaba a pocos segundos.
"Quiero cogerte, ______, cogerte hasta que el mundo termine para los dos". Salió
de él como una explosión, sorprendiéndose a sí mismo por la fuerza y la emoción de sus palabras.
"Abre los ojos. ______. Abre los ojos. Mírame...".
Unos ojos grises se abrieron bien, y un segundo después, ella gruñó cuando todo su
cuerpo se sacudió debajo del agua.
Joe no se pudo resistir. Dejó caer el jabón y hundió su mano hasta su sexo,
deslizando un dedo hacia adentro, para compartir su explosión.
Los ojos de ella estaban tempestuosos y brillantes, como nubes de tormenta
atravesadas por un rayo. Sus pupilas estaban dilatadas, había sudor sobre su cara y su boca estaba abierta formando una "O" de sorpresa.
Su sexo se prendió a su dedo por lo que pareció una eternidad, liberándolo sólo
para volver a prenderse.
Él acarició cautelosamente su clítoris, sólo para enviarle más paroxismos de placer.
Ella era increíble. Y muy, muy estrecha.
No pudo evitar que su otra mano deje la bañera y agarre su polla. Al ritmo de las
convulsiones de ______, él se apretó fuertemente ante la necesidad de unos pocos y rápidos toques para acabarse.
No podía enfocar la mirada, tan perdido estaba en su orgasmo. Probablemente se
podría haber acabado varias veces justo en frente de ella, y ella ni no habría notado.
El agua se agitaba mientras el cuerpo de ella se reponía de las sensaciones, y Joe
retiró su mano suavemente.
Ella gimió levemente mientras él destrababa sus dedos de su sexo. "Por favor,
Joseph...".
"¿Por favor qué, dulzura mía?". Joe le dio un besito en la frente.
"Tócame allí de nuevo... ahora...por favor...".
Cuidadosamente, Joe obedeció, volviendo a deslizar su mano dentro del agua.
Quitó el cucharón de entre sus piernas mientras seguía sus instrucciones, sólo para
encontrar que sus muslos le apretaron la mano contra su clítoris.
Asombrosamente, ella se volvió a acabar en el instante en que él deslizó un dedo
dentro de su sexo. Él deslizó suavemente un segundo dedo, estirándola un poco. Al
moverlos sintió cómo comenzaba a convulsionarse otra vez.
Ella era increíble. Era como si él hubiera abierto una puerta a su cuerpo que ella no
sabía que existía. Ahora que él le había demostrado de qué se trataba el orgasmo, su cuerpo exigía su merecido.
Su tercer orgasmo claramente la agotó, y él sintió los músculos de ella debilitarse
cuando los estremecimientos finalmente terminaron. Se aflojó la tensión en su columna y sus pezones se suavizaron mientras él los miraba.
Ella había cerrado los ojos una vez más, pero Joe sabía que esta vez no era para
mantenerlo alejado de sus pensamientos. Era para mantener sus pensamientos alejados de él.
Levantándose, se quitó los pantalones empapados y se frotó rápidamente,
envolviéndose la toalla alrededor de la cintura.
En pocos segundos tuvo a ______ fuera de la bañera y apretada contra él. Débil
como un gatito, las piernas de ella se negaban a soportar el peso; entonces él la llevó hasta la chimenea y agarró unas toallas en el camino.
Con eficiencia, la sostuvo contra él y la secó, pasando la toalla toscamente por su
piel mojada y haciéndola gemir al tocar sus sensibles senos.
Su polla se agitó, pero él le dijo firmemente que descansara. Había cumplido con
éxito la primera parte de su estrategia.
Para la siguiente fase de su campaña, debería recurrir a la paciencia.
Capítulo 10
Él quería que ella se dejara llevar. ______ reprimió una risita sobradora.
Él no podía saber que ella nunca se dejaba llevar. Jamás.
Sus experiencias con su difunto marido se aseguraron de eso. Por supuesto, era
muy relajante estar recostada en el agua cálida al lado del fuego, sintiéndose limpia y fresca, y con un agradable cuerpo masculino al lado de la bañera.
¿Pero dejarse llevar? En absoluto.
Ella se puso un poco tensa cuando la mano de Joe traspasó la superficie del agua
y la movió, generando pequeñas corrientes.
"Recuerda, Joseph. Sin tocar". Con aire de suficiencia, se acomodó un poco más.
Esta sería una apuesta que ganaría sin problemas. Su mente se evadió pensando cuál de las muchachas merecía la oportunidad de salir de la Crescent y acompañar al campo a su protegida recientemente rescatada.
Luego fue consciente de una brisa cálida.
"No te tocaré con mis manos, ______, no temas. Lo prometí. No te tocaré con
ninguna parte de mi cuerpo, aunque ciertamente me gustaría hacerlo".
Su respiración vibraba en su oído.
"Me gustaría tocar este pedacito de piel aquí sólo con la punta de mi lengua".
Sopló una suave corriente de aire sobre sus sensibles espirales, haciéndola temblar.
¿Qué estaba haciendo él?
"Ya ves, la oreja de una mujer es un lugar infinitamente fascinante. Lleno de
intricadas curvas y hondonadas y cuevitas secretas...".
Una vez más, la calidez de su respiración la acarició. ______ se paralizó, temiendo
que si se movía apenas una pulgada, él estaría dentro de su oreja.
"Es un lugar muy sexual, ______".
Ella se retorció apenas, hundiéndose aún más y esperando fervientemente que él no note que sus pezones se endurecían más a cada segundo.
"La oreja de una mujer no es diferente de otra zona erógena. Misteriosa, oscura,
calentita, sólo esperando ser tocada por la lengua de un amante".
Su mano agitó el agua otra vez y las olitas chocaban seductoramente contra el
cuerpo de ella.
"¿Algún hombre te ha acariciado las orejas con su lengua alguna vez, ______? ¿Has dejado que alguien te lama un buen rato bajando por el lado de afuera y que luego haga girar...". Su respiración caliente llenaba su oreja, "... haga girar su lengua en círculos más y más pequeños hasta sentir que él está en tu cerebro, en tu cuerpo y en tu vulva?".
______ dio un salto y frunció el ceño ante su lenguaje.
"¿Impactada, dulzura mía? ¿Por qué? Estoy segura de que ya has escuchado
palabras como esas antes. ¿O no, ______? ¿No te han contado las muchachas cómo sus clientes se deslizan dentro de sus vaginas y cómo se siente eso? ¿Cómo las pollas de sus clientes se mueven más rápida o más lentamente y algunas hasta les dan placer? ¿Cómo el golpeteo de sus cuerpos, el uno contra el otro, puede liberar poderosos estímulos que convierten a dos personas en un rugiente infierno?".
La mano de Joe continuó con sus movimientos giratorios, y ahora ______ podía
sentir cada olita y cada corriente bajo el agua.
"¿Has observado alguna vez, ______? Estoy seguro de que tienes las mirillas de
seguridad instaladas. Debes ir a ver las habitaciones de vez en cuando, eres una mujer de negocios demasiado protectora de tus muchachas como para no hacerlo. Dime, entonces, ______. ¿Has observado?".
La mente de ______ voló hasta la noche en que había hecho eso. Afortunadamente, sus ojos aún estaban cerrados, porque sabía que su expresión la habría delatado.
La mano de Joe se movió levemente y ella sintió que él se retiraba. Luego el
agua hizo un ruido y ella abrió los ojos para ver que él estaba sacando un poco de agua de la bañera con un cucharón y poniéndola en un balde.
"¿Qué estás haciendo?".
"Sólo bajando un poco el nivel del agua. Cuando obtengas tu placer, probablemente
te muevas mucho, y no quiero arruinar mi alfombra de Aubusson.
______ resopló. "No saques demasiada, sentiré frío".
"Lo dudo".
Maldito bastardo arrogante, pensó ______. Yo le voy a mostrar. Recobrando el
juicio y el control, se recostó nuevamente y cerró los ojos, dispuesta a derrotarlo en su juego de seducción.
Para su sorpresa, sintió un toque en su rodilla elevada.
"Mantén esto entre tus rodillas".
"¿Qué?". Miró hacia abajo para ver a Joe calzando el cucharón entre sus rodillas,
separándolas hasta los bordes de la bañera.
"Yo...".
"No te estoy tocando. Pero nunca dijimos nada sobre usar lo que estaba a mano.
Ahora sólo sé una niña buena y mantén esto entre tus rodillas. ¿O temes perder la
apuesta?".
______ curvó el labio. "Ja". Sus rodillas se abrieron, y sintió cómo el suave
cucharón de madera le separaba bien los muslos.
Joe sonrió. "Mejor".
______ sonrió con suficiencia.
Luego se paralizó nuevamente cuando el trapo para bañarse se arrastró sin
ceremonia por sus senos.
"Ey. Estás tocando". Ella se dio vuelta para mirar furiosa al hombre a su lado,
buscando su intensa mirada con hostilidad.
"No, no lo estoy haciendo. Es el trapo". Él curvó una esquina de su boca. "¿No
puedes soportarlo? ¿Te rindes?".
______ cerró rápidamente la boca. "No".
"Bien".
El trapo se arrastró nuevamente, estimulando sus pezones y dejándola sin aliento.
Mientras lo hacía, sus senos se elevaron fuera del agua, ahora con menos volumen, y Joe se movió rápidamente para soplar sobre la piel húmeda.
Ella se ahogó cuando la sensación estremeció todas las terminaciones nerviosas
entre su corazón y su sexo.
"Se siente bien, ¿no, amor? La respiración cálida de un hombre sobre esos hermosos senos. Senos que fueron hechos para besarlos y lamerlos y chuparlos, y ¡ay, Dios, cómo deseo hacer las tres cosas!". Quiero tenerlos entre mis manos y apretarlos, y enterrar mi cara entre ellos. Quiero hacerles todo tipo de cosas maravillosas a tus senos, ______".
Ella trató de hundirse más en el agua, pero no pudo sumergirse tanto como habría
querido.
La mano de Joe ahora hacía olas rítmicas en el agua entre sus piernas y la
corriente que iba por debajo combinada con las olitas de la superficie comenzaban a ponerla tensa.
Una y otra vez el trapo acarició sus senos, a veces tocándolos suavemente, luego
frotándolos con más intensidad. Ahora sus pezones estaban rígidos y respondían cada vez que percibía su respiración cuando le hablaba y dejaba que su tibieza estimulara sus pezones.
Ella quería enterrar sus manos en el sedoso cabello de él y acercarle la cara a sus
senos. Ella quería más que una respiración o un chapoteo del agua, quería que la
chupen y le pasen la lengua y hasta que la pellizquen un poco. Estaba comenzando a querer que él le haga "todo tipo de cosas maravillosas a sus senos".
Reprimió un gemido y mantuvo las manos firmemente apretadas bajo el agua a los
lados.
"¿Sabías que una mujer se puede acabar con que solamente le chupen los senos,
______?".
Ay, Dios, ¿por qué no se callaba? Sus palabras y su voz y las imágenes que estaba
creando la estaban volviendo loca. La forma en que repetía su nombre una y otra vez, suavemente, como una caricia, estaba conmoviendo su corazón y su alma. No quería conmoverse así.
"Me pregunto si tú serías una de esas mujeres. Tengo enormes deseos de
averiguarlo".
Fiel a su palabra, Joe no la estaba tocando. Su respiración rozaba su cuerpo y su
voz acariciaba su alma. Pero no le había puesto una mano encima, todavía.
______ comenzaba a ponerse muy tensa. Supuso que era enojo, nunca se había
sentido tan irritada o nerviosa como ahora.
"Desde luego, tus senos no son el único lugar que quiero explorar, dulzura mía.
Hay tanto más".
______ gimió mentalmente. No se dejaría llevar.
O al menos no pensaba que lo haría.
Ay, Dios, estaba enloqueciendo.
* * * * *
Joe sabía que estaba triunfando. Sólo mirar sus pezones brotar y endurecerse y
madurar ante sus ojos le contó la historia que él quería escuchar. ______ estaba
respondiendo a él y respondía salvajemente.
Era tiempo de llevar su pequeño experimento al siguiente nivel.
Tomó un trapo del balde de agua fría y lo apoyó sin ceremonias sobre sus senos.
"Aaajj. ¿Qué dem...". Ella se sobresaltó y sus ojos grises se abrieron y lo miraron
acusadores. "¿Qué estás haciendo?".
Joe observó su reacción. "Sólo me aseguro de que todavía estés conmigo".
Quitó el trapo frío y salpicó el agua tibia sobre sus pezones helados, observando
cómo volvía el color al reemplazar el agua fría por la tibia. Su otra mano continuaba con su lenta ondulación entre las piernas.
Sabía que el agua chocaría contra su clítoris, ya que el cucharón mantenía sus
piernas lo suficientemente abiertas como para quedar expuesta a la pequeña corriente que él estaba generando.
Él movió su mano más cerca del cuerpo de ella.
Sin duda, percibió una sensación diferente, más viscosa, entre los dedos. El cuerpo
de ______ le decía que estaba respondiendo. Su sexo estaba listo para él.
Y ¡ay, Dios!, su polla estaba más que lista para ella.
"Tu cuerpo me desea, ______". Su mano intensificó la velocidad un poco y formó
olas más firmes contra su clítoris.
Ella se movió apenas.
"Tu sexo se está llenando de dulce y resbalosa miel. Quiere que mi polla se
deslice hacia adentro... mi dura polla, que puede llenar ese espacio vacío
completamente. Tocará todos esos lugares secretos dentro de ti, ______, los tocará, acariciará, empujará y llenará".
Su mano mantuvo el ritmo acelerado, asegurándose de que el agua ahora empujara
contra su cuerpo. Sus pezones se endurecieron aún más bajo su mirada y su cabeza se echó hacia atrás un poco mientras ella se excitaba más todavía.
Joe quedó hechizado con su respuesta. Sólo mirar su cuerpo cuando reaccionaba
a cada sensación diferente era una de las cosas más estimulantes que había hecho. Si la campaña tenía éxito y conseguía tener a ______ debajo de él, hacerle el amor quedaría como uno de los momentos más importantes de su vida.
Su mano tembló un momento cuando todo lo que eso implicaba invadió su mente.
Su pene dejaba salir pequeñas gotas de leche sólo por jugar con ______. ¿Estaba
dispuesto a llegar al final con esta mujer, cuando ella lo podía excitar hasta extremos tan extraordinarios sin siquiera tocarle el cuerpo?
Su pensamiento racional lo reprendió. Esta era simplemente una experiencia erótica diferente y divertida. Podría haber estado haciendo esto con cualquiera. Diablos, Elizabeth lo habría disfrutado seguramente.
Sí, dijo su conciencia. ¿Pero lo habrías disfrutado tanto tú?
Joe le dio la espalda mentalmente a esa conversación y volvió su atención a la
mujer que ahora se retorcía de deseo en el agua.
Ya era casi el momento de sellar su éxito.
Alcanzó la barra de jabón de lavanda y la deslizó dentro del agua, por sobre su
cuerpo.
Ella se quedó sin aliento cuando él la dejó deslizar desde su vientre hasta su clítoris,
donde la esperaba su mano. Muy cuidadosamente, como para no tocarla en absoluto, dejó que el jabón presione su carne caliente.
Ella boqueó, olvidando reprimir el sonido.
"Y ahora, ______, llegó el momento. Si estuviéramos juntos desnudos, tus senos
estarían empujando fuertemente contra mi pecho. Sentirías el calor de mi cuerpo sobre todo tu ser, desde los hombros hasta los dedos de los pies. Tu vientre se sentiría vacío, tus piernas se abrirían bien para mí. Estarías hambrienta, deseosa, queriendo mi polla, ______".
Ella gimió, perdida ahora en las imágenes que creaban sus palabras.
"Quizás, estaríamos acostados entre mis sábanas, quizás estarías sintiendo la
aspereza de mi alfombra contra tu suave espalda o la tibieza del fuego en tus senos¼".
Joe deslizó el jabón hasta su carne inflamada y hasta su abertura.
Ella tomó aire y levantó levemente sus caderas para darle mejor acceso mientras él
abría sus cachetes con el jabón.
Él sonrió, dolorosamente, sintiendo cómo cada una de las reacciones hacía eco en su pene.
"Quizás habríamos decidido probar coger por atrás, ______. ¿Qué te parece? ¿Te
gustaría que me ubicara detrás de ti cuando te colocaras en cuatro patas? Podría deslizarme dentro de tu sexo caliente y húmedo de esa manera y, al empujar,
sentirías mis pelotas contra tus muslos".
El jabón continuaba ejerciendo presión, pasando por todos los lugares que Joe
mencionaba. Los sonidos de ______ continuaron cuando su cuerpo comenzó a latir debajo del agua.
"Podría usar una mano para acariciar tus pezones, ______. Tocarlos y excitarlos, al ritmo de mi pene saliendo y luego volviendo a embestir...".
El jabón embistió el clítoris de ______. Ella gruñó cuando sus labios se despegaron de sus apretados dientes.
"La otra mano buscaría tu dulce clítoris. El lugar donde tu mundo comenzaría y
terminaría. El lugar que quiero hacer mío, ______. Quiero chuparte el clítoris, frotar mi cara por todo tu clítoris. Quiero hacerlo sacudir contra mi pene cuando te acabes conmigo tan dentro tuyo que ninguno de los dos sepa dónde uno comienza y el otro termina. Quiero tu clítoris, ______. Es mío. Lo que le haré te hará gritar y sollozar y suplicarme por más. Y te daré más. Cada vez que me lo pidas, habrá más. Habrá más incluso cuando no lo pidas".
El jabón la frotaba con intensidad ahora, y los músculos de ______ se estaban
tensionando. Su respiración salía en bocanadas irregulares, sus pezones estaban sólidos y sus senos, acalorados. Estaba a pocos segundos.
"Quiero cogerte, ______, cogerte hasta que el mundo termine para los dos". Salió
de él como una explosión, sorprendiéndose a sí mismo por la fuerza y la emoción de sus palabras.
"Abre los ojos. ______. Abre los ojos. Mírame...".
Unos ojos grises se abrieron bien, y un segundo después, ella gruñó cuando todo su
cuerpo se sacudió debajo del agua.
Joe no se pudo resistir. Dejó caer el jabón y hundió su mano hasta su sexo,
deslizando un dedo hacia adentro, para compartir su explosión.
Los ojos de ella estaban tempestuosos y brillantes, como nubes de tormenta
atravesadas por un rayo. Sus pupilas estaban dilatadas, había sudor sobre su cara y su boca estaba abierta formando una "O" de sorpresa.
Su sexo se prendió a su dedo por lo que pareció una eternidad, liberándolo sólo
para volver a prenderse.
Él acarició cautelosamente su clítoris, sólo para enviarle más paroxismos de placer.
Ella era increíble. Y muy, muy estrecha.
No pudo evitar que su otra mano deje la bañera y agarre su polla. Al ritmo de las
convulsiones de ______, él se apretó fuertemente ante la necesidad de unos pocos y rápidos toques para acabarse.
No podía enfocar la mirada, tan perdido estaba en su orgasmo. Probablemente se
podría haber acabado varias veces justo en frente de ella, y ella ni no habría notado.
El agua se agitaba mientras el cuerpo de ella se reponía de las sensaciones, y Joe
retiró su mano suavemente.
Ella gimió levemente mientras él destrababa sus dedos de su sexo. "Por favor,
Joseph...".
"¿Por favor qué, dulzura mía?". Joe le dio un besito en la frente.
"Tócame allí de nuevo... ahora...por favor...".
Cuidadosamente, Joe obedeció, volviendo a deslizar su mano dentro del agua.
Quitó el cucharón de entre sus piernas mientras seguía sus instrucciones, sólo para
encontrar que sus muslos le apretaron la mano contra su clítoris.
Asombrosamente, ella se volvió a acabar en el instante en que él deslizó un dedo
dentro de su sexo. Él deslizó suavemente un segundo dedo, estirándola un poco. Al
moverlos sintió cómo comenzaba a convulsionarse otra vez.
Ella era increíble. Era como si él hubiera abierto una puerta a su cuerpo que ella no
sabía que existía. Ahora que él le había demostrado de qué se trataba el orgasmo, su cuerpo exigía su merecido.
Su tercer orgasmo claramente la agotó, y él sintió los músculos de ella debilitarse
cuando los estremecimientos finalmente terminaron. Se aflojó la tensión en su columna y sus pezones se suavizaron mientras él los miraba.
Ella había cerrado los ojos una vez más, pero Joe sabía que esta vez no era para
mantenerlo alejado de sus pensamientos. Era para mantener sus pensamientos alejados de él.
Levantándose, se quitó los pantalones empapados y se frotó rápidamente,
envolviéndose la toalla alrededor de la cintura.
En pocos segundos tuvo a ______ fuera de la bañera y apretada contra él. Débil
como un gatito, las piernas de ella se negaban a soportar el peso; entonces él la llevó hasta la chimenea y agarró unas toallas en el camino.
Con eficiencia, la sostuvo contra él y la secó, pasando la toalla toscamente por su
piel mojada y haciéndola gemir al tocar sus sensibles senos.
Su polla se agitó, pero él le dijo firmemente que descansara. Había cumplido con
éxito la primera parte de su estrategia.
Para la siguiente fase de su campaña, debería recurrir a la paciencia.
Lemoine
Re: Madam Charlie (Joe & Tu)[TERMINADA]
Capítulo 11
______ no sabía qué sentir. Qué decir o qué hacer o qué pensar tampoco.
Estaba cálidamente acurrucada en un desabillé grande y suave, como lo estaba
Joe, que los había manipulado a ambos con bastante eficiencia para conseguir que se sequen un poco, luego de su aventura a la hora del baño.
Ahora Joe la sostenía firmemente sobre su falda mientras pasaba sus dedos
ociosamente por sus rulos enredados, alisando los nudos y desparramándolo sobre sus hombros para que se secara al calor del fuego.
Los músculos de ella estaban lánguidamente satisfechos, como si un impulso de
energía los hubiera sobre-estimulado, sólo para dejarlos relajados y flojos.
Sintió un hormigueo en su piel; no sabía si era por su "placentera" experiencia o por la enérgica frotada que le había administrado Joe.
Y su mente, por una vez, estaba a la deriva.
Esto era muy inusual en ______, admitió ella reticentemente. Le parecía imposible poder concentrarse en todas las cosas que debía estar haciendo. La principal entre ellas era alejarse de Joseph Jonas tanto como pudiera, lo más pronto posible.
Bueno, quizás tendría que hacerlo, pero no justo en este momento.
Por una vez, iba a permitirse el placer sensual de ser valorada por un hombre que
había despertado sus sentidos y le había hecho conocer el orgasmo a su cuerpo.
Ella sonrió en silencio. Entonces de eso se trataba.
"Esa es una sonrisita muy enigmática", dijo Joe, pasando un dedo por sus
labios.
"¿Ah, sí?".
"Sabes que sí. ¿Quieres compartir el pensamiento?".
______ inclinó la cabeza hacia atrás y lo miró. Unos ojos marrones le devolvieron la mirada, con sus luces doradas atrapando el brillo intermitente del fuego y bailando en sus profundidades.
"Esta fue mi primera... mi primera experiencia con eso, Joseph". Por qué ella le
confesó eso, no tenía idea. Pero el momento parecía no requerir menos que una total honestidad. "Gracias".
Los brazos de Joe se aferraron a ella y le dio un beso en la cabeza.
"La primera de muchas, espero. Eres hermosa cuando estás excitada, ______. Eres
hermosa todo el tiempo, no me interpretes mal, pero hay un tipo especial de belleza que surge desde adentro cuando una mujer está en el fragor de su pasión. Tú la tienes. Tus ojos se vuelven tempestuosos. Tus mejillas brillan...". Los dedos de él surcaron sus párpados y pasaron por sus mejillas, "tus labios se inflaman y se vuelven más rojos, y tu perfume, aaaah, ______, tu perfume".
Él enterró su cara en el cuello de ella y respiró hondo, dramáticamente, haciéndola
reír.
"Te podría encontrar en una habitación oscura aun con los ojos tapados. Tu
perfume está dentro de mí ahora". Él se tiró hacia atrás levemente. "Y, si no me
equivoco, eso, señorita ______, fue una risita verdadera".
______ miró el fuego pensativamente. "No ha habido mucho de qué reírse en mi
vida".
"Cuéntame".
La calidez del fuego y la calidez de los brazos de Joe estaban haciendo su magia,
y ______ sintió que muchas de sus inhibiciones se derretían, junto con sus músculos.
Sabía que había secretos que debían permanecer escondidos, pero una parte de ella
ansiaba compartir otros, unos que le habían pesado durante tanto tiempo.
Suspiró. "No es una historia fuera de lo común, Joseph. Te aburrirías a los pocos
minutos".
Joe giró un poco y alcanzó su botella de brandy con su mano libre, sirviendo dos
buenos vasos. Le pasó uno a ______ y tomó el otro para él.
Hizo chocar las copitas. "Brindo porque me aburras, ______. Nunca sucederá, pero eres bienvenida si quieres intentarlo".
El sonrió y tomó un trago, esperando que ella comenzara.
______ hizo girar la bebida y dejó que los olores le hicieran cosquillas en la nariz,
luego tomó un pequeño sorbo. Quemaba, pero la calentó al esparcirse por su sistema.
"Cuando era muy joven, estuve casada con un caballero mucho mayor". Ahora sí,
había comenzado la historia.
Como si el brandy hubiera aflojado su memoria y su lengua, empezaron a fluir más
palabras.
"Fue un matrimonio arreglado, por supuesto. Pero los arreglos fueron tales que no
tuve más remedio que casarme. Mi padre fue un poco imprudente en cuestiones
financieras, y yo fui la garantía ofrecida por sus deudas. Era casarme con este hombre o perder todo lo que teníamos".
______ tomó otro sorbo de brandy. Sintió, más que ver, la mirada de Joe fija
sobre ella.
"Mi madre había muerto menos de dos años antes, y esto nos afectó mucho, tanto a
mi padre como a mí. Los dos estábamos perdidos sin ella, pero especialmente mi padre. Creo que nunca se recuperó realmente de la pérdida".
Había tanto que ella no decía. ¿Se daría cuenta él?
¿Podría Joe imaginar el dolor de perder a una madre por una enfermedad, sólo
para perder seguidamente a su padre porque se le rompió el corazón?
Ella suspiró.
Joe le acarició suavemente el cabello, quitándolo de su cara. "Lo siento,
______". Cuando él la tocó, la trajo de vuelta al presente y le dio el coraje para
continuar.
"Bueno, el desenlace ya estaba decidido. Yo me casé, me fui de mi casa y me
convertí en la nueva esposa de... de este hombre".
Ahora ella debía ser cautelosa. No se le debía escapar nada, ni un susurro de un
nombre. Sintió que Joe querría saber toda la historia, así que le dio toda la historia.
La versión editada de toda la historia.
"Como dije, él era mayor. Por muchas décadas, según resultó ser. No tenía
herederos y me veía como su última oportunidad de engendrar uno".
Joe hizo un sonido de disgusto.
"No es tan poco común, Joseph. Seamos honestos en esto, muchos matrimonios se
arreglan con ese mismo propósito".
Joe bajó la cabeza, asintiendo. "Eso no significa que tenga que admirar esa
práctica", gruñó.
"Cierto", admitió ______.
"Lo siento, dulzura, continúa. ¿Te casaste con él?".
"Sí". Se mordió el labio mientras se preguntaba cómo manejarse con el resto de la
historia. "Es difícil hablar de ello, Joseph. No he compartido esto con nadie más que con Matty y no sé por qué siento que quiero contártelo ahora, pero es así...".
______ giró sobre el regazo de Joe y lo miró, sabiendo que sus ojos grises quizás
pedían demasiado de él.
Dios, ¿podría él llegar a entender?
* * * * *
A Joe se le acalambraron las tripas. Tenía horribles visiones de ______ siendo
usada sexualmente por un viejo depravado. Sabía que ella necesitaba compartir estas cosas, pero no tenía idea de dónde iba a encontrar la fuerza para manejarlas.
Lo que sí sabía, inequívocamente, era que mataría a cualquiera que la hubiera
lastimado. Sin pensarlo dos veces.
"Cuéntame, ______. Está todo bien. Sólo cuéntame". Él la volvió a abrazar y la
impulsó a seguir.
Su voz era firme y baja en la silenciosa habitación y la acompañaba el tictac del
reloj.
"Mi... mi esposo resultó ser impotente. No importaba qué intentara, qué me hiciera
hacerle, o qué adminículos empleara, no podía... embarazarme".
"Ah". La mente de Joe giraba en torno a visiones de ______ obligada a ponerse
de rodillas, o peor. Trabó los dientes.
"Esto era una gran tragedia para él, desde luego. Él tenía una amante que,
aparentemente, podía satisfacerlo. Pero esa unión no había resultado nunca en un hijo.
Él incluso¼". Ella tragó. "Él incluso la trajo a la cama con nosotros, con la esperanza de que vernos a las dos juntas lo ayudara a acabarse dentro de mí.
Ella buscó su brandy y tomó un gran trago, como sacándose un gusto amargo de la
boca.
"Falló. Completamente. Yo cargué con el peso de la culpa de ellos dos por la falla
de él. Luego él tuvo otra idea".
Joe podía sentir cómo a ella se le tensionaba el cuerpo sobre su regazo. "No
tienes que seguir si no quieres, amor", dijo, apretándola contra él.
Ella se retorció un poco y acomodó la cabeza debajo de su mentón. El movimiento
hizo que un rayo caliente perfore un lugar profundo en su cuerpo. Un lugar que nunca nadie había tocado antes. Él quería explorar esta nueva sensación, pero ella estaba hablando de nuevo, en voz baja, contra su pecho.
"Su deseo de tener un heredero era desesperado, al borde de la locura, creo. Él
hablaba continuamente de 'un hijo de mi cuerpo' que herede su legado, y no pasó
mucho tiempo antes de que la expresión le diera la idea de que si yo producía un hijo era suficiente".
Ella respiró hondo.
"Él hizo que su valet intentara tener éxito donde él había fracasado".
"Dios bendito". Joe trató de horrorizarse, pero a decir verdad, no era una
historia tan asombrosa. Muchas veces se sugirió que esas cosas sucedían en el pasado, cuando había grandes herencias en juego.
"Su valet era un hombre grande y grosero, y parecía enorgullecerse del hecho de
que, tal como lo decía él, había 'servido a la perra del patrón'. La peor parte era que yo no estaba muy dispuesta a participar. Mi... mi esposo me sostenía y su valet hizo el trabajo por él. Me hizo como recostarme sobre su falda mientras su valet... hacía... eso... Me dolió".
Su voz se apagó y, durante un minuto aproximadamente, sólo se escuchó el ruido
del reloj en el silencio.
"De todas maneras", la voz de ______ recobró su nivel normal de control. Su
momento de debilidad había pasado, claramente. "A las pocas semanas, él murió. Me las arreglé para venir a Londres, supe que había heredado la Crescent y comencé una nueva vida. Y allí la tienes. La bastante poco interesante historia de ___... ______".
Joe contuvo la respiración, luchando por controlar su enojo y las náuseas que se
apoderaron de él al pensar que habían abusado así de ______. No fue extraño que ella hubiera desarrollado un nivel de auto-control tan intimidante. Y no fue extraño el haber sucumbido al impacto luego de toparse con el violento ataque de Ponsonby. Ahora muchas cosas tenían sentido para Joe, y saber lo que ella sufrió le dolía más de lo que podría haber imaginado.
"¿Y cómo encaja la señora Matty aquí?", preguntó él, más para darse tiempo a
recuperarse que por un gran deseo de saber.
"Mi querida Matty", sonrió ______. "Ella iba a ser mi criada cuando yo me
presentara en sociedad; mi madre la había estado entrenando para eso. Pero después, cuando mi madre falleció, nos acercamos más que una simple criada y su patrona, y yo peleé con uñas y dientes para que ella me acompañara cuando me casé". "
Joe se sentía lo suficientemente calmo como para alcanzar su brandy. Sus
dientes aún castañeteaban un poco contra el cristal.
"Así que ella estaba allí, gracias a Dios, para ayudarme a pasar lo peor, y fue ella la
que me trajo a Londres después del... después de que él murió. Yo sólo quería
desaparecer. Resultó ser que todos pensaron que yo también estaba muerta, entonces nosotras decidimos dejarlo así. Resultó muy bien".
"¿Y las quemaduras de la señora Matty?".
______ levantó la cabeza. "¿Las has notado? Sí, por supuesto". Ella miró en
dirección opuesta a él. "Hubo un incendio. Matty logró escapar, pero se quemó durante la huída".
"Los rumores dicen que tú también te quemaste, ______". Joe hizo el
comentario en voz baja, sin emoción.
"Tengo una cicatriz, así es, Joseph. Me sorprende que no la hayas visto antes".
Joe tosió. "Si no estaba en tus senos, o en alguno de esos lugares que me
enloquecen, probablemente no me habría dado cuenta así hubieras tenido la bandera de la Casa de Hanover pintada en algún lado". Él sonrió disculpándose.
______ se movió para bajarse de su regazo.
"Ey, ¿dónde vas?". Él la abrazó con fuerza.
"Quiero mostrarte". Ella se deslizó de sus brazos y le dio la espalda para desatar el
nudo en su cintura.
Con una mano empujó la tela detrás de ella y la apartó de la suave curva del lado
izquierdo de su trasero.
Allí, en la carne suave y blanca, había una marca de quemadura. La letra "C", en el
estilo iluminado medieval.
"Dios bendito". Joe quedó estupefacto.
"Ahora no duele. Me gusta simular que es como un tatuaje. Como esos marineros
que llegan a casa desde tierras lejanas y maravillosas con marcas sobre su cuerpo. Vi a algunos en la Crescent una vez".
Los ojos de Joe nunca se alejaron de la marca sobre su suave trasero.
Obedeciendo a un impulso interior, se inclinó hacia adelante y pasó su lengua
suavemente por la cicatriz. Luego le dio un beso allí, bajó su cabeza aún más y pellizcó levemente la parte carnosa de su cachete.
Su estremecimiento fue suficiente recompensa.
"¿Por qué, ______? ¿Por qué te marcó ese animal?".
Ella se cubrió y se sentó entre sus brazos otra vez. Fue un acto natural de confianza
lo que le dijo a Joe más que todas las historias de vida que ella podría haberle
contado.
Otra pequeña parte dentro del cuerpo de él latió con vida.
"Creo que sentía que era importante hacerme entender que yo le pertenecía. Yo era
propiedad suya tanto como el ganado que marcaba para su tambo o las ovejas que
criaba por la lana. Él quería que supiera que él podía hacer lo que quisiera conmigo. O haberme hecho lo que quisiera. En los primeros días de nuestro matrimonio, yo no era muy complaciente con sus deseos".
______ bajó los ojos con modestia al hacer este anuncio, y Joe curvó los labios.
"¿Así que rebelde, eh?".
Una sonrisa encantadora se extendió en el rostro de ______, produciendo un
insospechado hoyuelo en una mejilla y una sonrisa que le correspondía en el rostro de Joe. Él estaba embelesado.
"Bueno, no querría coincidir demasiado, pero ciertamente no entendí el concepto de tener un ´lugar´ y quedarse en allí".
Joe rió y la abrazó fuerte. Ésta era una mujer extraordinaria. La sintió reírse con
él y notó el bostezo que siguió.
No habían cenado, sólo tomaron brandy, pero ya eran casi las nueve y no tenía
ninguna duda de que su ______ estaba exhausta.
"Hora de llevarte a la cama, ______".
Ella se tensionó en sus brazos.
"Sola, dulzura mía. No por elección propia, pero porque creo que todavía necesitas
descansar. Y si estuviera contigo, cerca de ese delicioso cuerpo tuyo, ninguno de los dos descansaría. En absoluto. No solamente esta noche, pero durante muchas noches futuras...". De hecho, por el resto de nuestras vidas...
Las palabras pasaron velozmente por la mente de Joe y lo hicieron detenerse
abruptamente. Él frunció el ceño mientras ______ se deslizaba silenciosamente de sus brazos y le permitía ayudarla a llegar hasta la cama.
Habían ordenado la habitación y quitado las cobijas, y había una sola vela
encendida.
"Gracias, Joe". Sus palabras eran somnolientas y sus ojos, cálidos al mirarlo.
"Por todo".
"Fue un placer, ______. Y aún no hemos terminado. Ni mucho menos".
Él apenas tocó los labios de ella con los suyos y luego la vela con un soplido.
Antes de que se extinguiera la llamita, ella ya estaba dormida.
Lemoine
Re: Madam Charlie (Joe & Tu)[TERMINADA]
Capítulo 12
Durante los días siguientes, la vida se tornó una especie de rutina para ______,
mientras permanecía en la Casa Calver.
Hubo un par de incidentes extraños reportados contra visitantes de la Crescent, y
una muchacha estaba convencida de que la habían seguido mientras hacía unos
mandados. Había suficientes preguntas sin respuestas para hacer que Joe esté
intranquilo y totalmente convencido de que mantener a ______ escondida era una
buena idea. Matty estaba totalmente de acuerdo con su postura.
A ______ le habían dado rienda suelta dentro de su suite, y había instalado su
escritorio de manera que se asemejaba a una pequeña oficina. Se mantenía en silencio y ocupada, y tenía pocas visitas, excepto por Matty y Jeffreys, su nuevo amigo.
En cuanto a Joe, desde la noche en que le mostró de qué podía tratarse la pasión
entre un hombre y una mujer, permaneció escrupulosamente correcto en su
comportamiento y no estuvieron solos ni por un momento.
______ no podía decidir si debía sentirse satisfecha o lamentarlo. Aunque sí
admitió en privado y a sí misma que estaba bastante aliviada. El período de
tranquilidad le permitió recuperar un poco del control de sí misma y superar su
arrepentimiento de haber compartido tantos pensamientos y sentimientos íntimos con él.
Sin embargo, era consciente de que en su mente y, honestamente, también en su
corazón, había un cierto grado de calma. Como si al liberar algunos de sus recuerdos, se hubiera librado de la carga del disgusto que había llevado durante tanto tiempo.
Segura de que no había revelado ninguna información personal, pudo responder
amable y apropiadamente a Joe cuando la visitaba ocasionalmente, y conversar
cómodamente con Matty durante las tardes en que la mujer mayor hacía sus informes diarios y traía nueva papelería.
______ y Jeffreys encontraron inmediatamente un tema en común inesperado -los negocios-. Cuando Jeffreys se acercó a la invitada de su patrón con un cierto grado de precaución y gran cantidad de curiosidad, ______ hizo inmediatamente que se sintiera cómodo y comenzó a aprovechar sus conocimientos elegantemente. Para cuando terminó su primera hora juntos, ambos se declararon más sabios luego de la conversación.
La admiración de Jeffreys por la extraña astucia financiera de ______ creció
mientras escuchaba sus preguntas y la observaba analizar las respuestas. El interés de ______ por el tema y su deseo de aprender aumentaron su creciente convicción de que esta mujer habría sido una potencia a tener en cuenta si le hubieran permitido un lugar en la Bolsa de Comercio. De esta manera, ambas partes se beneficiaron enormemente del tiempo compartido y ambos esperaban ansiosos la oportunidad de conversar sobre cuestiones financieras que fueran de interés mutuo.
Para el sábado, sin embargo, ______ ya estaba inquieta. Ya era hora de que ella
volviera a la Crescent, a su trabajo real, y lejos de la zona de influencia de Joseph
Jonas.
"Sólo unos pocos días más, ______, eso es todo lo que pedimos". Matty se sentó
cerca de la ventana a disfrutar del sol.
______ iba y venía. "Esto se está tornando frustrante".
"¿De qué forma, cariño? Esta es una casa encantadora, está en una suite perfecta,
tiene todo lo que necesita, ¿no?".
"¿Sabías que éstas eran las habitaciones del Conde, Matty? ¿Que Joseph me ubicó
en su propia suite?".
"Bueno, me lo imaginaba, pero ¿qué importa? No es que estará aquí para siempre.
Sólo algunos días más".
______ sintió un extraño golpe cerca de su corazón al escuchar las palabras de
Matty. Volvió a caminar de aquí para allá.
Mientras sus pasos la llevaban y la traían, su sensación de disconformidad crecía.
Tenía mucho miedo de no querer irse.
De querer estar cerca de Joseph Jonas como fuera posible. Con la menor
cantidad de ropa posible entre ellos.
Las palabras que había usado para seducirla hasta el orgasmo la acechaban todas
las noches y estaba cansada de despertarse temblando, penando y sola.
Estaba lista para experimentar un poco más de placer.
Sus ojos se pasearon por la papelería desparramada sobre su escritorio. Matty
estaba conversando sobre alguna cosa, pero la mente de ______ se negaba a prestarle atención a otra cosa que no fuera la creciente idea de que estaba sintiendo algo por el Conde de Calverton. Sintiendo algo que no debía sentir, sintiendo algo que era tan inapropiado como riesgoso. Sintiendo algo que podría hacerla actuar como la pu*a que el mundo pensaba que era.
Se reprendió a sí misma silenciosamente por ese último pensamiento. Joe nunca
dio a entender que la consideraba menos que una dama, incluso cuando la incitaba en su primer encuentro. Sus modales fueron ejemplares y su comportamiento, bueno, ciertamente no fue el de un hombre con una prostituta.
De hecho, se le podría perdonar a ______ si pensaba que él pudiera sentir una
cierta cantidad de ternura hacia ella. Después de todo, había pasado demasiado tiempo cuidándola y luego vinieron los abrazos junto al fuego y la conversación, y todo el tiempo, la mano de él pasaba por su cabello, reconfortándola, acariciándola...
Le comenzaron a doler las entrañas y ella pudo sentir que se comenzaba a
humedecer entre las piernas. Esto jamás funcionaría.
Joseph Jonas, el Séptimo Conde de Calverton, estaba fuera de su alcance. Por
al menos ciento cincuenta razones, pero más que nada por quién era ella ahora.
Madame ______ de la Crescent.
Cualquier relación entre dos personas así sería extraordinariamente escandalosa y
dañina para Joe. Por su parte, una notoriedad como esa bien podría ayudar a su
negocio, pero ¿a qué precio?
¿Estaba ella dispuesta a arriesgarse a un corazón roto y una reputación destrozada
para siempre por la oportunidad de tener más "placer"? ¿Podía ella ver con buenos ojos convertirse en su amante y compartir su cama, pero nada más?
En ese momento, Joe entró a la habitación para decirle a Matty que su carruaje
estaba listo.
______ lo miró: tan fuerte, tan guapo, tan hombre.
¿Tenía ella el coraje de someterse a sus propios deseos? ¿Para acercarlo a ella y
rogarle que haga lo que quiera con ella? ¿Tenía el coraje de admitirse a sí misma que lo deseaba desesperadamente a él, a sus brazos y a su cuerpo? ¿Íntimamente? ¿Era posible que él fuera el único hombre que realmente podía hacerla "dejarse llevar"?
* * * * *
Joe marchó dentro de la habitación para lo que ahora estaba comenzando a
considerar su dosis diaria de tortura.
Seguramente la inquisición española no podría haber ideado un castigo peor que
estar en la misma habitación con Madame ______ y no tocarla, desvestirla y poseerla.
Su pene estaba en un estado de permanente excitación; cabalgar se había vuelto
exquisitamente incómodo, y temía que si no hacía algo pronto sería empujado a la
locura por su insatisfecha necesidad masculina. Se preguntó si habría un pabellón en Bedlam específicamente para hombres que sufrían de deseo no correspondido. No lo habría sorprendido.
Porque eso era todo lo que era: deseo, se recordaba a sí mismo constantemente.
No importaba que nunca hubiera sentido antes el impulso de abrazar fuerte a una
mujer durante horas.
No importaba que nunca antes hubiera estado tan consciente del perfume de una
mujer.
No importaba que hubiera entrado sigilosamente y se hubiera avergonzado a sí
mismo por intercambiar almohadas, sólo para poder dormir con la fragancia de su
cabello en la nariz toda la noche.
No importaba que cada vez que entraba en su suite y la volvía a ver, se le atoraba la
respiración en los pulmones y su corazón vacilaba de un modo extrañamente sutil.
Nada de todo eso importaba un bledo. Era todo deseo. La quería desnuda, debajo
de él y gritando. Prender esa vulva estrecha y caliente alrededor de él hasta que le
mamara el cerebro junto con el semen.
Era simple deseo.
Y esta sería la noche en que iba a hacer algo al respecto. Para completar finalmente
su campaña.
Si todo seguía tranquilo en la Crescent, entonces él no podría, a decir verdad,
mantener a ______ en la Casa Calver. Esta podría ser su última oportunidad de tener acción, y ni loco la iba a desperdiciar. Una vez seducida, cogida y suya, quizás podría sacársela de la cabeza y volver a la tarea de ser un conde, donde pertenecía y donde todavía tenía una gran cantidad de cosas que hacer.
Preferiría disfrutar tenerla de amante, pensó. Siempre que ella estuviera de acuerdo.
Por supuesto que tendrían que ser bastante discretos, pero él era un ex soldado. Su
segundo nombre era Astuto.
Bueno, muy bien. En realidad era Adam, por su padre, pero Joe sabía que si
tenía éxito en convencer a ______ de que se convirtiera en su amante, no tendría
problemas en continuar la relación de manera privada y confidencial. A diferencia de muchos en el pueblo, no creía en hacer alarde de sus conquistas sexuales.
______ no tenía idea de que había revelado mucho más sobre sí misma de lo que
tenía intención cuando se descargó con él frente al fuego.
Él sabía ahora, por ejemplo, que la iban a presentar en sociedad. Esto indicaba que
ella era ciertamente miembro de la aristocracia, y probablemente del campo, ya que la mayoría de las debutantes de su edad habrían sido notadas, examinadas y catalogadas por la revista de moda Damas de Londres, desde que nacían hasta que se casaban.
Obviamente, no era centro de la atención pública, o su casamiento habría aparecido
en los titulares, otra vez haciéndola notoria. El hecho de que podía mezclarse con el
pueblo dentro de las paredes de la Crescent y nadie nunca la vio como otra cosa que
Madame ______ le dijo que ella no era de Londres y que nunca había estado en la
ciudad con ninguna otra función.
En consecuencia, él contó las "pistas" en su lista, se la entregó a Jeffreys y ya estaba
esperando la respuesta a sus preguntas. ¿Quién se había casado con una joven unos tres o quizás tanto como cuatro años atrás? ¿Quién había muerto al poco tiempo? Tenía que ser mayor, probablemente noble, y de afuera de Londres.
Debía haber registros en algún lugar, y Joe confiaba en que Jeffreys podría
desenterrarlos aunque todavía no tuvieran un apellido. No podía haber demasiadas
__________ que encajaran en los parámetros que había reunido tan cuidadosamente. El hombre era increíblemente eficiente cuando se le presentaba un desafío, y a Joe le hacía acordar a un terrier con un hueso.
En poco tiempo, resolverían algunos de los misterios que rodeaban a esta mujer
fuera de lo común. En pocos días, quizás, podría saber todas las otras cosas que ella no le había contado mientras estaba acurrucada tan cómodamente en sus brazos. Había compartido algunas experiencias difíciles con él y quizás explicado algo de su
comportamiento, pero Joe tenía el presentimiento de que había más en juego.
Quería saber. Más que eso, necesitaba saber. Lo que no podía comprender era por
qué estaba obsesionado con estas preguntas sin responder.
Con ese pensamiento en la mente, observó a ______ mientras se despedía de Matty, abrazando a la mujer mayor y sonriéndole con su estilo inocente de costumbre.
Ella no tenía idea de que su sonrisa se metía en sus pantalones, y su hoyuelo -en las
raras ocasiones en que se dejaba ver- hacía que se le aprieten las bolas.
Quizás esa falta de conciencia era parte de su encanto.
Ella podía haber ignorado el efecto que tenía sobre él, pero él se daba cuenta de que
tenía un efecto en ella. Sonrió por dentro cuando notó cómo ella obviamente "no" lo miraba.
Se inclinó amablemente ante Matty y la dejó en las hábiles manos de su valet.
Suprimió una sonrisa cuando el paso de ______ se apuró y ella puso rápidamente
el escritorio entre ellos.
"¿Puedo llevar todo a la Crescent también?", preguntó amablemente.
"Desde luego. Matty ha manejado todo de una forma increíblemente competente.
Veo que apenas si me necesitan". Su respuesta fue calma, sus ojos controlados y el
pequeño latido en la base de su cuello estaba locamente agitado.
"Siempre se te necesita, ______", murmuró él. "De hecho, yo mismo veo que te
necesito".
______ levantó una ceja, sin dejar ver una emoción en su expresión.
Joe vio que un pequeño músculo en su mejilla se movió.
Él le sonrió y se desplazó hasta la puerta. "Estoy aquí para preguntarte si te gustaría unirte a mí para una partida de ajedrez más tarde esta noche. Debo asistir a una molesta cena de trabajo, pero ya habrá terminado para las diez como mucho. Me encuentro con que actualmente no tengo interés en asistir a las actividades más mundanas de los sábados por la noche. Un tranquilo juego de ajedrez o dos serían un placer para mí. ¿Podría pedirte que me concedas el honor de tu compañía?".
______ se permitió cruzar miradas con él. Por un segundo, él podría haber jurado
que vio sus ojos acalorarse y volverse tempestuosos. Pero luego es como si hubiera
caído un telón y vuelto la calma tranquilidad de su expresión de costumbre.
"Será un placer, mi Señor. Un juego de ajedrez es una pequeña recompensa por las
atenciones que usted me ha hecho. Confío en que mi destreza no lo desilusione".
"Al contrario, ______. Tengo que confiar en que mi destreza no te desilusione a ti".
Sabiendo que le había dejado bastante para meditar, Joe se inclinó y se fue,
preguntándose si podría sobrevivir las próximas horas. Se recordó a sí mismo que debía revisar si tenía un par de pantalones de fiesta que escondieran el hecho de que tenía una furiosa erección, de la que tenía toda la intención de encargarse esta misma noche.
* * * * *
La leve llovizna que Joe encontró al salir de su casa esa noche se tornó un fuerte
aguacero que lo empapó al volver, haciéndolo necesitar un ansiado cambio de
vestimenta.
"Arthur, por favor, pídele a la señorita ______ que se reúna conmigo en la Sala de
Lectura en media hora. Ella ya sabe de la invitación", dijo Joe mientras se quitaba la ropa mojada y la dejaba tirada en una pila en el suelo.
"Sí, Coronel". Arthur suspiró y recogió la ropa húmeda.
"Maldición, ¿dónde está mi camisa favorita?".
"Junto a sus pantalones favoritos, señor", respondió Arthur con sequedad. "¿Le
puedo sugerir usar una toalla antes de vestirse?".
Arthur extendió majestuosamente una toalla para que use su mojado patrón.
"No te pongas a pontificar conmigo, hombre. Recuerda que te he visto borracho
como una cuba con tus pantalones en el suelo y dos mujeres sobre tu falda". La
advertencia murmurada de Joe vino de las profundidades de la toalla que frotaba
violentamente por su cabello.
Arthur suspiró. "Recuerdo aquella noche con cariño. Y usted, si la memoria no me
falla, estaba atendiendo a las otras dos".
Joe tosió. "Sí, bueno. Quizás los dos deberíamos hacer un esfuerzo por purgar
nuestros recuerdos de ese pequeño incidente".
"¿Necesitará usted o la señorita ______ algo más de los criados esta noche?".
Joe levantó una ceja sospechosa a su valet. La pregunta había sido puesta en
palabras un muy suaves.
Arthur se mostró cortés. "Una pregunta natural, Coronel. El personal estará feliz de
retirarse temprano esta noche una vez que usted diga que sus necesidades han sido
satisfechas. Yo mismo me aseguraré de que la casa esté segura y me retiraré a mi
habitación también".
Habiendo sido informado así de que su personal estaba dejando la costa libre para
que el juegue con su "invitada", Joe meneó la cabeza. "Uno de estos días, los criados se levantarán y conquistarán el mundo. La aristocracia se encontrará sin trabajo".
"Y será un mundo mejor, además, Señor".
Joe se acomodó la camisa y dejó el cuello abierto, y le hizo un gesto para
descartar la chaqueta y el chaleco.
"No estoy ´en casa´ esta noche. Para nadie. No es que esté esperando compañía,
pero no veo por qué tenga que sentarme incómodo al lado de mi propia chimenea en la privacidad de mi propia casa. A ______ no le importará".
Quizás a ______ hasta le guste ver su pecho. Por Dios, ¿de dónde salió esa idea?
Quizás del mismo lugar que le decía que se saque toda la ropa y ahorre tiempo.
Se dio un sacudón mental y sonrió a Arthur. "¿Has dejado todo en la Sala de
Lectura como te pedí?".
"Por supuesto, Señor. Creo que encontrará todo a su gusto". Arthur hizo una pausa.
"Hay que esperar que la señorita ______ lo haga también".
Joe levantó una ceja a su valet. "Sabes, Arthur, creo que me gustabas más como
mi ayudante personal eternamente borracho. Una vez que te pusiste sobrio,
desarrollaste una muy desagradable veta de sarcasmo que proviene de no sé dónde".
"Quizás la aprendí de usted, Señor". Sin inmutarse, Arthur limpió los restos que
dejó Joe con su veloz cambio de ropa.
"Ahora, si me lo permite, ¿llamo a la señorita ______ y le pido que se reúna con
usted? ¿Presumo que usted prefiere no esperar demasiado?"
La frase formalmente amable fue acompañada por una mirada mordaz a la
entrepierna de Joe, donde los comienzos de una buena erección ya estaban
distorsionando la tela de sus pantalones.
"Arthur, tú eres un diablo que enviaron para asediarme. ¡Me ofendería si no
supiera que tú podrías disparar mejor que yo en cualquier campo de batalla y en
cualquier dormitorio en el que he estado!". Joe rió apesadumbrado.
"Me alegro de que su actual estado de deseo no lo haya enceguecido acerca de
algunas verdades fundamentales". Arthur tomó el cumplido como merecido. "Sujeto a futuros acontecimientos, estoy considerando ahondar mi relación con la chaperona de la señorita ______, la señora Matty".
Joe inclinó la cabeza. "¿Ah, en serio?".
Arthur lo miró con desaprobación. "Sí, en serio. La señora Matty es una dama
encantadora, de gran inteligencia y mucho atractivo personal. Tiene un buen sentido
del humor, una buena cabeza sobre los hombros, y a pesar de que otros puedan pensar que sus cicatrices son desagradables, resulta que yo pienso que le agregan un toque de sabor picante a su carácter".
Joe levantó las cejas. "¿Sabor picante? ¿Te escuché decir ´sabor picante´? ¿Qué te
dije sobre leer esas espantosas novelas de Fanny Burney?".
Arthur sopló por la nariz. "Debí haber sabido que un joven fantoche como usted -
discúlpeme, mi Señor- se burlaría de mi juicio sobre los encantos de una dama".
Joe rió. "Ve con cuidado, mi amigo, pero sigue a tu corazón".
"¿Tal como piensa hacer usted, Coronel?".
La pregunta hizo que Joe se detuviera abruptamente. ¿Era eso lo que estaba
haciendo? ¿Siguiendo a su corazón?
mmmm Qe pasara en esa partida de ajedrez??? :scratch:
Ustedes Qe creen chicas?? :twisted:
comenten besos ^^
Lemoine
Re: Madam Charlie (Joe & Tu)[TERMINADA]
Creo que pasara de todo. Ay Joe es un amor.
Sube mas please! Me encanta esta novela
Sube mas please! Me encanta esta novela
JB&1D2
Re: Madam Charlie (Joe & Tu)[TERMINADA]
hola!!! Nueva lectora!!!!
Me encanta la nove!!!
Amo a Joe es tan dfghjks
Siguela!!!!
Me encanta la nove!!!
Amo a Joe es tan dfghjks
Siguela!!!!
aranzhitha
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