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Trilogía Existence {Nick&_____}
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
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Re: Trilogía Existence {Nick&_____}
Capitulo 7-2
El sonido de mi madre cantando fuera de tono y el olor del tocino me despertó. Me estiré y entrecerré los ojos con el brillo del sol de la mañana. La noche anterior lentamente volvió a mí y me senté en la cama y miré hacia la ahora silla vacía. Eché un vistazo alrededor de la habitación y me di cuenta que me encontraba sola. ¿Me había dejado? Confiaba en él para mantenerme a salvo. Me levanté, necesitando abrir la puerta y estar cerca de mi madre. Estar sola no figuraba en mí lista de cosas “por hacer”. Me volví y vi la guitarra en un rincón, y un poco de desahogo regresó, sabiendo que una parte de él permanecía aquí. Sin embargo, una guitarra no era él, así que corrí escaleras abajo.
—Bueno, buenos días, Glory. —dijo mi madre desde la estufa. Puso un trozo de tocino en la parte superior de una toalla de papel.
—Buenos días. —Le dije en una voz áspera por el sueño profundo en el que había estado. El aclarado de una garganta masculina me sorprendió y me volví para ver a Nick sentado en el sofá, mirándome.
—Creíste que me fui. Te dije que no lo haría. —dijo con una sonrisa. Dejé escapar un suspiro de alivio y sonreí débilmente.
—Aquí, cariño, toma un panqueque. Antes de que se enfríen y toma un poco de tocino. El café está fresco si quieres un poco —Se echó a reír—. Parece como si necesitaras recogerme.
Sonrío y fui a tomar yo misma un plato.
—Huele bien. —dijo Nick, desde su lugar en el sofá. Fruncí el ceño, preocupada por él, por no poder comer.
Se rió entre dientes.
—Está bien, ______, no necesito de los alimentos. Se trata de un beneficio. —Me serví una taza de café y le eché azúcar y leche antes de dirigirme a la mesa—. Te ves como si hubieras dormido bien. —dijo, evaluando mi apariencia. Me sonrojé pensando en mi pelo sin peinar, que no me había cepillado, debido a la precipitada fuga de mi habitación vacía—. Ni siquiera pensaste en cepillártelo. Me gusta, es sexy. —Rodé los ojos y me hundí en la silla, y tomé un mordisco.
—Así que, ¿Cuáles son tus planes esta mañana, cariño? —Preguntó mamá desde la cocina. La miré mientras arreglaba su plato.
—Um, voy a comprar un vestido para el baile de bienvenida con Demi, Joe y Kevin. —Nick se rió entre dientes.
—Así que, ¿Kevin llevará un vestido? —Lo miré y luego me volví hacia mi madre cuando se sentó a la mesa frente a mí.
—Oh, así que ¿Kevin te pidió que fueras con él? Eso es emocionante. Puedes llevar la tarjeta visa. Sólo asegúrate de que no conseguir nada rojo o amarillo. Esos colores no son buenos con tu cutis. — Asentí con la cabeza y le di otro mordisco.
—Azul, azul suave. —dijo Nick, en voz baja, como si estuviera pensando en ello, más que decirlo. Mantuve los ojos en mi comida.
—Tengo una cita con el ordenador hoy día. Mi último manuscrito está casi terminado. Estoy emocionada acerca de esto más de lo que he estado con todos los demás. —Su voz había adquirido el tono alegre que sólo tenía cuando hablaba de su escritura.
—O, mejor aún, de un rosa muy pálido. —dijo Nick y me puse rígida. Sus palabras se sentían como una caricia y tomaba todas mis fuerzas no temblar. Se rió, y luego se levantó y caminó hacia la puerta. Quise preguntarle a dónde iba, pero no pude con mi madre sentada aquí.
—Finalmente, podemos ir a por comida. Muero de hambre. —Joe dejó escapar un suspiro de alivio con el bolso del vestido de Demi colgando encima de su hombro.
—Como sea, no fue tan malo. Quiero decir que nos las arreglamos para encontrar los vestidos perfectos en menos de cuatro horas. Diría que fue bastante impresionante. —Demi sonrió con aire de suficiencia.
Joe se rió entre dientes.
—No, tú tomaste cuatro horas. Pagan tenía el suyo elegido después de una hora. Leif ya ha tenido tiempo para llevarlo al coche y obtener para sí mismo un taco mientras esperábamos por ti.
Leif levantó las dos manos.
—Déjame fuera de ésta. —Él deslizó un brazo alrededor de mi cintura y se inclinó para besar la parte superior de mi cabeza. Estar con él era tan fácil.
—Vamos a alimentarte Joe, por todo tu duro trabajo. —dije en broma y Demi se rió.
—¿Qué fue todo su duro trabajo? Sentarse en una silla diciendo: “Ese es magnífico, consíguelo” ¿A cada vestido que me probé?
Me eché a reír y Joe se encogió de hombros.
—¿Qué? ¿No puedo pensar que eres hermosa, sin importar lo que te pones? —Demi sonrió hacia él y deslizó su brazo alrededor de su cintura.
—Te amo. —dijo sin ninguna vacilación. Me sentí un poco incómoda en los brazos de Kevin. Tenía la esperanza de que no se hiciera ilusiones, porque esas no eran palabras que yo estaba dispuesta a utilizar en cualquier forma.
—Yo te amo más. —dijo Joe, devolviéndole la sonrisa.
—Consigan una habitación. —dijo Kevin en tono de broma y alivió mi tensión. Parecía ser siempre capaz de hacer eso por mí. Vi cómo un alma caminó alrededor, estudiando a la gente como si estuviera perdida. Eso sucedía demasiado, a veces. Siempre me he preguntado si se trata de nuevas almas, confundidas en cuanto a lo que les había sucedido. Siempre me ponía triste. El alma me miró y le di una pequeña sonrisa, pero rápidamente me di la vuelta. No quería que vinera hacia mí y me hablara. No me sentía de humor para hablar con almas en este momento.
—Por lo tanto, ______ ¿Dónde quieres comer? —Preguntó Kevin y miré a Joe que pronunciaba, “mexicana” para mí.
Sonreí y me volví hacia Kevin.
—Tacos suenan bien. —Kevin se rió entre dientes—. ¿Estás segura?, puedo ver y leer labios, también, a pesar de que Joe parece pensar que no puedo.
—No, en serio, quiero comida mexicana. Salsa y chips suenan bien.
—Mexicana entonces.
Todos dimos la vuelta y nos dirigimos hacia el restaurante mexicano situado en el interior del centro comercial. La sensación de hormigueo, de que alguien me observaba, me hizo mirar hacia atrás. El alma que había notado antes nos había seguido y se quedó a varios metros de distancia, mirándome. Me di cuenta por su expresión perdida, que era un alma normal. Del tipo con las que había tratado toda mi vida. Me di la vuelta como si no la hubiera visto. Ignorarla, era lo mejor. De esa manera iba a continuar, en lugar de perder el tiempo conmigo. No había nada que pudiera hacer por ella ahora.
Por favor, que esté en mi habitación, por favor que esté en mi habitación. Cantaba en mi cabeza mientras caminaba hacia arriba pasando el cuarto de mi madre donde la oí escribir con fuerza en su computadora. Entré y casi suelto un suspiro de alivio al ver a un muy divertido Nick descansando cómodamente en mi cama.
—Te dije que estaría aquí ¿Por qué dudas de mí? —Me encogí de hombros y pensé en el hecho de que no había estado conmigo en todo el día.
—¿De verdad quieres que esté a lo largo de toda tu cita? —Preguntó y sonreí y negué con la cabeza—. No lo creía. Además, te encontrabas entre amigos y en público. Todo está bien. Me aseguraba de eso. —Habló en un tono casual, como si no estuviéramos hablando de seres sobrenaturales. Asintió con la cabeza hacia el vestido colgando en mi armario—. De color rosa pálido. Me gusta.
Me sonrojé, pensando en el hecho de que sólo me había probado vestidos de color rosa pálido. La forma en que me había sentido cuando sugirió rosa pálido se fue repitiendo en mi mente y no podía pensar en cualquier otro color para probarme. Agaché la cabeza y fui a buscar mi ropa para dormir.
—Kendra estará vestida de rojo. —dijo con sencillez y un súbito estallido de celos me sobresaltó. ¡Maldita sea! ¿Por qué me importa? ¿Y por qué tienes que decirme lo que llevaría puesto? Kendra era la última persona en la tierra de la que yo quería oír hablar. Él podía oír o sentir mis pensamientos. Conseguir una cerradura para mis emociones sería muy bueno ahora.
—Eso es genial. Estoy segura de que estará impresionante. —Me las arreglé para decirlo con sólo una pequeña cantidad de veneno goteando mis palabras.
—Odio el color rojo, casi tanto como el pelo rubio. —dijo con un tono divertido. Empecé a responder, pero me contuve. No le creía, pero ¿Cuál era el punto de decirle? No era como si no pudiera verlos, a él y a Kendra, juntos, todo el día, todos los días. Era como si constantemente apuntaba con un puño a través de mi estómago cada vez que la tocaba o le susurraba al oído. Me volví, de espaldas a él, y me acerqué a mi cofre para encontrar las joyas a juego. Era mejor que pensar en Kendra en un vestido rojo con las manos de Nick por todos lados.
El calor apretaba contra mi espalda causando que un escalofrío corriera por mi cuerpo. Llegué a la orilla de la cómoda para no perder el equilibrio y caer al suelo. Sabía que Nick se encontraba detrás de mí. A pesar de que no lo entendía, sabía que sólo su contacto podría causar esta reacción fuerte. Dejé que mi cabeza cayera de nuevo en el calor sólido de su pecho.
—Ella no significa nada para mí. —La voz de Nick envió un hormigueo por mi cuello y en mi pecho—. Nunca te mentiría, _______. —dijo, con urgencia, contra mi oreja. Abrí los ojos para mirar hacia él, con ganas de ver el azul de sus ojos. Sus labios rozaron la punta de mi oreja e hizo un sendero hasta mi cara. Ambas manos se apoderaron de mi cintura tirando de mí con fuerza, contra su cuerpo—. Tú me tientas. No puedo caer en la tentación.No estoy hecho para ser tentado pero, ______ Moore, me tientas. Desde el momento en que vine por ti me atrajiste. Todo acerca de ti... —Una de sus manos que se posaba en la parte izquierda de mi cintura, se trasladó hasta acariciar suavemente mi brazo—. Tú me vuelves loco de necesidad. De deseo. No lo entendía al principio. Pero ahora lo sé. Es tu alma llamándome. Las almas no significan nada para mí. No se supone que deban. Pero la tuya se ha convertido en mi obsesión. —Bajó la cabeza a mi hombro y me besó en la curva de mi cuello. Su mano se movió por debajo de mi camisa y el calor de la palma de su mano descansaba sobre mi vientre desnudo. Un pulso de calor se apoderó de mí y me apretó fuertemente contra él para que no me cayera—. Quiero matar a ese chico cada vez que veo sus manos sobre ti. —Besó el camino hasta mi cuello y arqueé mi cuello en respuesta a darle un mejor acceso. Nada se había sentido así. Su tacto era como una droga—. Quiero arrancar los brazos de su cuerpo para que no te pueda tocar de nuevo. —Un gruñido bajo, familiar vibraba en mi espalda—. Pero no puedo tenerte, ______. No estás hecha para mí. —Su voz sonaba torturada. Quería consolarlo. Él me reclamó también. De alguna manera, había entrado en mi mundo y se había convertido en el centro del mismo. Era todo lo que quería. Comencé a decirle lo mucho que significaba para mí cuando me levantó y me puso con cuidado sobre la cama, cerniéndose sobre mí. Llegué a él deseando sentir su cuerpo contra el mío de nuevo pero él se alejó.
—Por favor. —Susurré
Nick cerró los ojos con fuerza como si estuviera adolorido.
—No puedo, ______. Nos destruiría a los dos. —Y entonces él se había ido.
—Bueno, buenos días, Glory. —dijo mi madre desde la estufa. Puso un trozo de tocino en la parte superior de una toalla de papel.
—Buenos días. —Le dije en una voz áspera por el sueño profundo en el que había estado. El aclarado de una garganta masculina me sorprendió y me volví para ver a Nick sentado en el sofá, mirándome.
—Creíste que me fui. Te dije que no lo haría. —dijo con una sonrisa. Dejé escapar un suspiro de alivio y sonreí débilmente.
—Aquí, cariño, toma un panqueque. Antes de que se enfríen y toma un poco de tocino. El café está fresco si quieres un poco —Se echó a reír—. Parece como si necesitaras recogerme.
Sonrío y fui a tomar yo misma un plato.
—Huele bien. —dijo Nick, desde su lugar en el sofá. Fruncí el ceño, preocupada por él, por no poder comer.
Se rió entre dientes.
—Está bien, ______, no necesito de los alimentos. Se trata de un beneficio. —Me serví una taza de café y le eché azúcar y leche antes de dirigirme a la mesa—. Te ves como si hubieras dormido bien. —dijo, evaluando mi apariencia. Me sonrojé pensando en mi pelo sin peinar, que no me había cepillado, debido a la precipitada fuga de mi habitación vacía—. Ni siquiera pensaste en cepillártelo. Me gusta, es sexy. —Rodé los ojos y me hundí en la silla, y tomé un mordisco.
—Así que, ¿Cuáles son tus planes esta mañana, cariño? —Preguntó mamá desde la cocina. La miré mientras arreglaba su plato.
—Um, voy a comprar un vestido para el baile de bienvenida con Demi, Joe y Kevin. —Nick se rió entre dientes.
—Así que, ¿Kevin llevará un vestido? —Lo miré y luego me volví hacia mi madre cuando se sentó a la mesa frente a mí.
—Oh, así que ¿Kevin te pidió que fueras con él? Eso es emocionante. Puedes llevar la tarjeta visa. Sólo asegúrate de que no conseguir nada rojo o amarillo. Esos colores no son buenos con tu cutis. — Asentí con la cabeza y le di otro mordisco.
—Azul, azul suave. —dijo Nick, en voz baja, como si estuviera pensando en ello, más que decirlo. Mantuve los ojos en mi comida.
—Tengo una cita con el ordenador hoy día. Mi último manuscrito está casi terminado. Estoy emocionada acerca de esto más de lo que he estado con todos los demás. —Su voz había adquirido el tono alegre que sólo tenía cuando hablaba de su escritura.
—O, mejor aún, de un rosa muy pálido. —dijo Nick y me puse rígida. Sus palabras se sentían como una caricia y tomaba todas mis fuerzas no temblar. Se rió, y luego se levantó y caminó hacia la puerta. Quise preguntarle a dónde iba, pero no pude con mi madre sentada aquí.
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—Finalmente, podemos ir a por comida. Muero de hambre. —Joe dejó escapar un suspiro de alivio con el bolso del vestido de Demi colgando encima de su hombro.
—Como sea, no fue tan malo. Quiero decir que nos las arreglamos para encontrar los vestidos perfectos en menos de cuatro horas. Diría que fue bastante impresionante. —Demi sonrió con aire de suficiencia.
Joe se rió entre dientes.
—No, tú tomaste cuatro horas. Pagan tenía el suyo elegido después de una hora. Leif ya ha tenido tiempo para llevarlo al coche y obtener para sí mismo un taco mientras esperábamos por ti.
Leif levantó las dos manos.
—Déjame fuera de ésta. —Él deslizó un brazo alrededor de mi cintura y se inclinó para besar la parte superior de mi cabeza. Estar con él era tan fácil.
—Vamos a alimentarte Joe, por todo tu duro trabajo. —dije en broma y Demi se rió.
—¿Qué fue todo su duro trabajo? Sentarse en una silla diciendo: “Ese es magnífico, consíguelo” ¿A cada vestido que me probé?
Me eché a reír y Joe se encogió de hombros.
—¿Qué? ¿No puedo pensar que eres hermosa, sin importar lo que te pones? —Demi sonrió hacia él y deslizó su brazo alrededor de su cintura.
—Te amo. —dijo sin ninguna vacilación. Me sentí un poco incómoda en los brazos de Kevin. Tenía la esperanza de que no se hiciera ilusiones, porque esas no eran palabras que yo estaba dispuesta a utilizar en cualquier forma.
—Yo te amo más. —dijo Joe, devolviéndole la sonrisa.
—Consigan una habitación. —dijo Kevin en tono de broma y alivió mi tensión. Parecía ser siempre capaz de hacer eso por mí. Vi cómo un alma caminó alrededor, estudiando a la gente como si estuviera perdida. Eso sucedía demasiado, a veces. Siempre me he preguntado si se trata de nuevas almas, confundidas en cuanto a lo que les había sucedido. Siempre me ponía triste. El alma me miró y le di una pequeña sonrisa, pero rápidamente me di la vuelta. No quería que vinera hacia mí y me hablara. No me sentía de humor para hablar con almas en este momento.
—Por lo tanto, ______ ¿Dónde quieres comer? —Preguntó Kevin y miré a Joe que pronunciaba, “mexicana” para mí.
Sonreí y me volví hacia Kevin.
—Tacos suenan bien. —Kevin se rió entre dientes—. ¿Estás segura?, puedo ver y leer labios, también, a pesar de que Joe parece pensar que no puedo.
—No, en serio, quiero comida mexicana. Salsa y chips suenan bien.
—Mexicana entonces.
Todos dimos la vuelta y nos dirigimos hacia el restaurante mexicano situado en el interior del centro comercial. La sensación de hormigueo, de que alguien me observaba, me hizo mirar hacia atrás. El alma que había notado antes nos había seguido y se quedó a varios metros de distancia, mirándome. Me di cuenta por su expresión perdida, que era un alma normal. Del tipo con las que había tratado toda mi vida. Me di la vuelta como si no la hubiera visto. Ignorarla, era lo mejor. De esa manera iba a continuar, en lugar de perder el tiempo conmigo. No había nada que pudiera hacer por ella ahora.
***
Por favor, que esté en mi habitación, por favor que esté en mi habitación. Cantaba en mi cabeza mientras caminaba hacia arriba pasando el cuarto de mi madre donde la oí escribir con fuerza en su computadora. Entré y casi suelto un suspiro de alivio al ver a un muy divertido Nick descansando cómodamente en mi cama.
—Te dije que estaría aquí ¿Por qué dudas de mí? —Me encogí de hombros y pensé en el hecho de que no había estado conmigo en todo el día.
—¿De verdad quieres que esté a lo largo de toda tu cita? —Preguntó y sonreí y negué con la cabeza—. No lo creía. Además, te encontrabas entre amigos y en público. Todo está bien. Me aseguraba de eso. —Habló en un tono casual, como si no estuviéramos hablando de seres sobrenaturales. Asintió con la cabeza hacia el vestido colgando en mi armario—. De color rosa pálido. Me gusta.
Me sonrojé, pensando en el hecho de que sólo me había probado vestidos de color rosa pálido. La forma en que me había sentido cuando sugirió rosa pálido se fue repitiendo en mi mente y no podía pensar en cualquier otro color para probarme. Agaché la cabeza y fui a buscar mi ropa para dormir.
—Kendra estará vestida de rojo. —dijo con sencillez y un súbito estallido de celos me sobresaltó. ¡Maldita sea! ¿Por qué me importa? ¿Y por qué tienes que decirme lo que llevaría puesto? Kendra era la última persona en la tierra de la que yo quería oír hablar. Él podía oír o sentir mis pensamientos. Conseguir una cerradura para mis emociones sería muy bueno ahora.
—Eso es genial. Estoy segura de que estará impresionante. —Me las arreglé para decirlo con sólo una pequeña cantidad de veneno goteando mis palabras.
—Odio el color rojo, casi tanto como el pelo rubio. —dijo con un tono divertido. Empecé a responder, pero me contuve. No le creía, pero ¿Cuál era el punto de decirle? No era como si no pudiera verlos, a él y a Kendra, juntos, todo el día, todos los días. Era como si constantemente apuntaba con un puño a través de mi estómago cada vez que la tocaba o le susurraba al oído. Me volví, de espaldas a él, y me acerqué a mi cofre para encontrar las joyas a juego. Era mejor que pensar en Kendra en un vestido rojo con las manos de Nick por todos lados.
El calor apretaba contra mi espalda causando que un escalofrío corriera por mi cuerpo. Llegué a la orilla de la cómoda para no perder el equilibrio y caer al suelo. Sabía que Nick se encontraba detrás de mí. A pesar de que no lo entendía, sabía que sólo su contacto podría causar esta reacción fuerte. Dejé que mi cabeza cayera de nuevo en el calor sólido de su pecho.
—Ella no significa nada para mí. —La voz de Nick envió un hormigueo por mi cuello y en mi pecho—. Nunca te mentiría, _______. —dijo, con urgencia, contra mi oreja. Abrí los ojos para mirar hacia él, con ganas de ver el azul de sus ojos. Sus labios rozaron la punta de mi oreja e hizo un sendero hasta mi cara. Ambas manos se apoderaron de mi cintura tirando de mí con fuerza, contra su cuerpo—. Tú me tientas. No puedo caer en la tentación.No estoy hecho para ser tentado pero, ______ Moore, me tientas. Desde el momento en que vine por ti me atrajiste. Todo acerca de ti... —Una de sus manos que se posaba en la parte izquierda de mi cintura, se trasladó hasta acariciar suavemente mi brazo—. Tú me vuelves loco de necesidad. De deseo. No lo entendía al principio. Pero ahora lo sé. Es tu alma llamándome. Las almas no significan nada para mí. No se supone que deban. Pero la tuya se ha convertido en mi obsesión. —Bajó la cabeza a mi hombro y me besó en la curva de mi cuello. Su mano se movió por debajo de mi camisa y el calor de la palma de su mano descansaba sobre mi vientre desnudo. Un pulso de calor se apoderó de mí y me apretó fuertemente contra él para que no me cayera—. Quiero matar a ese chico cada vez que veo sus manos sobre ti. —Besó el camino hasta mi cuello y arqueé mi cuello en respuesta a darle un mejor acceso. Nada se había sentido así. Su tacto era como una droga—. Quiero arrancar los brazos de su cuerpo para que no te pueda tocar de nuevo. —Un gruñido bajo, familiar vibraba en mi espalda—. Pero no puedo tenerte, ______. No estás hecha para mí. —Su voz sonaba torturada. Quería consolarlo. Él me reclamó también. De alguna manera, había entrado en mi mundo y se había convertido en el centro del mismo. Era todo lo que quería. Comencé a decirle lo mucho que significaba para mí cuando me levantó y me puso con cuidado sobre la cama, cerniéndose sobre mí. Llegué a él deseando sentir su cuerpo contra el mío de nuevo pero él se alejó.
—Por favor. —Susurré
Nick cerró los ojos con fuerza como si estuviera adolorido.
—No puedo, ______. Nos destruiría a los dos. —Y entonces él se había ido.
- Señales de vida:
Hola shicas! Ya sé, les debo una explicación y prometo darla, pero no será ahora, por lo pronto, disfruten el cap y pues... Aquí esta mi señal de vida, una señal de humo a mis queridas y pacientes lectoras
Última edición por IreGarciaT el Miér 21 Nov 2012, 8:31 pm, editado 2 veces
IreGarciaT
Re: Trilogía Existence {Nick&_____}
O M J yo queria el beso, agsdfgxfdgfgsfgf NICHOLAS! ¿Por qué no?
¿Por queeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee? ah me encanto el cap.
Subi cuando puedas.
¿Por queeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee? ah me encanto el cap.
Subi cuando puedas.
Seguilaaaaaaaaaaaaaaaaa!
M i c a e l a
Re: Trilogía Existence {Nick&_____}
HOLAAA nueva lectora!! La ameeee!!
Nunca había lido algo tan extraño en buen sentido!!
Me gusta mucho tu nove, síguela !!
Nunca había lido algo tan extraño en buen sentido!!
Me gusta mucho tu nove, síguela !!
Pamm Jonas
Re: Trilogía Existence {Nick&_____}
He quedado muerta con los últimos capitulo. Fin del mensaje.
.... será tu culpa si sigo muriendo, he? x)
.... será tu culpa si sigo muriendo, he? x)
Invitado
Invitado
Re: Trilogía Existence {Nick&_____}
OH MY JONAS *SE TIRA A LA CAMA Y EMPIEZA A PATALEAR* YOOO EXIIJO UN BESO NICHOLAS TE EXIJO UN BESO YAAAAAAAA
Nick's wife
Re: Trilogía Existence {Nick&_____}
oh por dios porq no puede
hay amo cada vez mas a nick siguelaaaaaaaaaaa
me encantan sus celos
siguela por favor
hay amo cada vez mas a nick siguelaaaaaaaaaaa
me encantan sus celos
siguela por favor
ElitzJb
Re: Trilogía Existence {Nick&_____}
Capitulo 8
Kevin besó mi mejilla antes de dejarme en la puerta de mi clase de literatura. Había comenzado a viajar con él a la escuela todos los días. Cada mañana había sido un poco más difícil alejar la presencia de Nick y entrar en la realidad de Kevin. Después de dormirme con la voz de Nick cantándome en el oído toda la noche, parecía anhelar su presencia aún más.
Ahora existía una intimidad entre nosotros. Después de tener sus manos en mi cuerpo y sus labios contra mi piel, nada había sido lo mismo. Se había acostado a mi lado ayer por la noche y me sostuvo contra él mientras dormía. Necesitaba a Nick. Las palabras que me susurró al oído durante la noche me aseguraban que él me quería, también.
Él me necesitaba, pero dejaba que una barrera invisible se interpusiera entre nosotros.
Caminé hacia mi escritorio y me di cuenta que el de atrás estaba vacío. Era el lugar de Nick. Estaría aquí pronto. Me senté en mi escritorio y me concentré en dónde nos habíamos quedado el viernes. Cada vez que veía a alguien entrar por la puerta desde mi visión periférica, levantaba la vista para ver si era Nick. La voz risueña y la cabeza de Kendra entraron por la puerta, detrás de ella, él cargaba sus libros.
Mi estómago se contrajo dolorosamente, obligándome a mirar hacia otro lado. Él había dicho que no le gustaban las rubias, pero la forma en que la miraba, decía completamente lo contrario. Miré hacia el libro abierto en frente de mí, sin comprender ninguna de las palabras. Esperaba que Nick se sentara detrás de mí. Nunca lo hizo. El Sr. Brown entró al salón silbando y le sonrió a la clase.
—Ah, qué bueno es ver caras tan felices esta mañana ¿No es la Literatura Inglesa una alegría? ¿Qué mejor manera de despertar? —Preguntó en un tono jovial. Se giró y escribió la tarea de esta semana en el pizarrón.
Quería mirar hacia atrás y ver en dónde estaba Nick, pero me negué. Podía sentirlo observándome, sin duda alguna esperando a que lo buscará. Bien, no le daría esa satisfacción. Además, probablemente jugaba con los largos mechones rubios que decía odiar. Había susurrado que él me quería a mí. Que yo era lo único que alguna vez había necesitado.
—¿Puede alguien decirme uno de los últimos temas más importantes que hemos aprendido mientras estudiamos Las Euménides?—Deseando desesperadamente alejar mi mente de Nick, levanté mi mano en el aire. El Sr. Brown sonrió y asintió con la cabeza—. Bien, señorita Moore.
—El conflicto entre lo viejo y lo nuevo, entre el salvajismo y la civilización, entre lo primario y lo racional. —Le contesté y el Sr. Brown aplaudió con las manos.
—Muy bien. Ahora, ¿Un ejemplo de este tema? —Él miró por la habitación y levanté mi mano de nuevo. El Sr. Brown levantó sus cejas, sin duda sorprendido ante mi repentino deseo de participar en clase—. ¿_______?
—La progresión de viejos a nuevos dioses. Zeus derrocó a las generaciones más antiguas de los dioses y entre las antiguas deidades fueron las Furias. Las Furias se convirtieron en Parias. —Me detuve, sin querer decir más.
—Muy bien, muy bien. Ahora, ¿Alguien que no sea _______ puede por favor explicarme que tuvo que ver Apolo en esto? —El aula quedó en silencio y alguien rió—. Kendra, tal vez tú puedas ayudarnos con la respuesta. —El Sr. Brown dirigió su ceño hacia la aparente fuente de la risa.
—No, señor, tengo una vida fuera de la escuela. No todos pasamos nuestro tiempo extra estudiando y dando tutorías con el fin de conseguir un novio.
Hubo otra explosión de risas y el Sr. Brown inclinó la cabeza hacia un lado. —No creo que esa sea la respuesta correcta, Kendra, recibirás una nota baja por la participación de hoy. Ahora, alguien puede decirme, ¿O tendré que pedirle a la señorita Moore que nos ayude una vez más?
—Apolo es un símbolo para el hombre, lo racional, lo joven, y lo civilizado. Las Furias representan a la mujer, la violencia, lo viejo y lo primitivo. Esquilo captura un momento místico en la historia, una en que el mundo entre un pasado salvaje y arcaico y el orden nuevo y audaz de la civilización griega, los dioses jóvenes del Olimpo y la racionalidad. La dificultad de la lucha entre estos dos mundos es dramatizada por el ciclo de la violencia en la casa de Atreo y el enfrentamiento entre Apolo y las Furias.
Nadie se rió después que Nick terminó. No había duda en mi mente, él había dicho eso por mí. Esta vez me volví y lo encontré exactamente donde lo esperaba. Sentado detrás de Kendra cuya expresión era de dolor, como si alguien le hubiera dado una bofetada. Me guiño un ojo y me mostró su perfecto hoyuelo. No podía borrar la sonrisa de mi cara.
—Muy bien hecho, señor Walker. Ahora, esperemos que el resto de ustedes aprovechen esta pieza de literatura así como _______ y Nick, porque hoy nos embarcaremos en un viaje más allá de este mundo creado por Esquilo.
El tener la respuesta de Nick, más elaborada que la mía, dio a entender que el saber las respuestas no tenía nada de malo, me ayudó a mantenerme enfocada en el debate del Sr. Brown. Sin embargo, Nick siempre estuvo al frente de mi mente.
Al final del día fui a mi casillero y saqué los libros que necesitaba para hacer la tarea. Dos manos cálidas se deslizaron alrededor de mi cintura.
—Te extrañé. —Kevin susurró en mi oído, giré mi rostro hacia él y sonreí.
—Yo también te extrañé, ¿Pero no deberías estar en práctica?
Se encogió de hombros. —Iba camino hacia allá cuando pensé en ti de pie en tu casillero y lo fácil que sería tomar una desviación para verte.
—Estoy feliz de que lo hayas hecho. Ahora, regresa al campo antes de que el entrenador te haga correr por llegar tarde. —Se inclinó y me besó suavemente en los labios.
—Te veré por la noche. —Volviendo a correr hacia las puertas delanteras. Me quedé mirándolo hasta que se perdió de vista, después suspiré y me giré para cerrar mi casillero. Hoy había sido agotador y sólo quería ir a casa.
Un escalofrío se deslizó por mi columna y me congelé. No era un escalofrío como los de Nick. Era otra clase de escalofrío. Del tipo que recordé de antes. El miedo hizo que mi corazón latiera violentamente dentro de mi pecho. Tomé dos respiraciones profundas antes de girarme lentamente. El alma de la rubia me miraba desde el otro lado del pasillo. Estudiándome como lo había hecho la última vez que la había visto. Tragué para evitar las nauseas causadas por el miedo, casi me ahogo. Estoy en un pasillo vacío. ¿Por qué no me había ido con Kevin? Retrocedí hacia las puertas principales pero éstas estaban demasiado lejos para hacerme sentir segura.
Ella se echó a reír, el sonido tintineante envió escalofríos por mis brazos. Cada paso que tomaba hacia atrás, ella lo daba hacia adelante.
—Déjame en paz. —Hice una mueca ante la debilidad de mi demanda. Era obvio que me sentía aterrorizada.
Arqueó las cejas con sorpresa. —No puedo. —Mientras se acercaba. Pensé en girarme y echarme a correr, pero sabía que podía atraparme con bastante facilidad.
—Vete o le diré a Nick. —dije, con poca convicción en mi voz. Su risa tintineante sonó nuevamente.
más cerca de mi pecho y luché contra el impulso de gritar.
—Nick. —Susurré a pesar del terror apretando mi garganta, con la esperanza de que, de alguna manera, me escuchara. La rubia miró a su alrededor con pánico, pero sólo por un momento. Entonces su sonrisa angelical regresó.
—Como te dije, está ocupado. —Estiró una mano para tocarme y me estremecí, esperando la sensación fría de sus manos.
—Yo no lo haría si fuera tú. —La voz de Nick hizo que me volviera débil por el alivio. Sus brazos me envolvieron y me recargué contra él.
—Deja eso. Esta no es decisión de nadie. —Sus ojos inquietantemente bellos lo fulminaron con la mirada, con una ferocidad que me dejo helada—. Nunca fue tu decisión. Las reglas son como siempre han sido. Tendrán que hacerlo.
Sus brazos se apretaron alrededor de mí. —Vas a marcharte y mantenerte alejada de ella. Si te acercas a ella otra vez, no te lo perdonaré tan fácilmente. —Un destello de miedo cruzó por sus ojos y dio un paso atrás y luego desapareció.
Mis piernas quedaron inertes con alivio. Nick me estrechó más cerca para no caerme al suelo. —¿Te tocó? —Preguntó con una voz fría que no había estado esperando.
Negué con la cabeza, sin saber si era capaz de hablar. Eché mi cabeza hacia atrás. Él miraba hacia el pasillo. Podía oír un sonido bajo en su pecho mientras gruñía al pasillo vacío.
—Vamos, te llevaré a casa.
Le permití mantener su brazo alrededor de mí cintura, para estabilizarme, mientras me guiaba por el estacionamiento. Se detuvo delante de un Jeep negro sin techo y abrió la puerta del pasajero. No tenía idea de que tenía un vehículo, pero, tampoco debería de sorprenderme. Me cargó hasta el asiento como si fuera un niño y caminó alrededor del auto, para subir en el asiento del conductor.
—¿Cómo lo supiste? —Pregunté una vez que estábamos fuera del estacionamiento de la escuela. Se volvió hacia mí.
—Escuché tu miedo... y entonces oí mi nombre y la desesperación en él era... —Se detuvo y miró hacia la carretera. Esperé en silencio a que terminara, pero permaneció en silencio.
—¿Era qué? —Pregunté en un susurro.
Dejó escapar un suspiro de frustración. —Aterrador. Cuando supe que tenías miedo... escuchar el miedo fue diferente a todo lo que he sentido. Estoy dispuesto a terminar la existencia de cualquier cosa que te estuviera haciendo daño. Entonces la vi y supe que era algo que no podía controlar sin, sin... hacer algo que sería insoportable para mí, pero más soportable que la alternativa.
Escuché sus palabras, pero no tenían sentido. Fruncí el ceño y sacudí noche después de la forma en que me alejé de él. la cabeza, con ganas de entender y se acercó para tomar mi mano entre las suyas.
—_______, por favor, no preguntes por lo que no te puedo dar. Puedo darte todo excepto las respuestas a esas preguntas.
Cerré los ojos y volví mi cara hacia otro lado. Quería odiarlo por no decirme quién era o qué era. Quería entenderlo, entender esto, pero él no quería o no podía decirme nada.
Cuando el Jeep se detuvo frente a mi casa, agarré mi mochila y me bajé. Necesitaba distancia. Nada de esto tenía sentido y quería entenderlo. Me giré para cerrar la puerta y vi a Nick junto a su Jeep con una expresión de derrota. Me detuve. La necesidad de llamarlo era tan fuerte, pero resistí y cerré la puerta suavemente. No podía comprender por qué se negaba a explicarme lo que me sucedía. Quería odiarlo, pero tenía una parte de mi alma y no había nada que pudiera hacer para evitar mis sentimientos hacia él. Su aparición en mi vida había empezado con toda esta locura. Había ofrecido darme cualquier cosa en el mundo, excepto las respuestas que quería y necesitaba. Tiré mi mochila debajo del mostrador de la cocina y me dejé caer sobre un taburete. Esta noche Kevin vendría y trabajaríamos en su discurso de esta semana. Sería una cosa normal, de adolescentes. Pretendería que no vivía en un mundo de actividad paranormal. Tal vez cocinaría la cena para él. Todo muy normal, todo muy real.
Terminé de cortar las quesadillas cuando sonó el timbre.
Cogí el plato y lo coloqué sobre la mesa de la cocina mientras caminaba hacia la puerta.
Kevin sonrió y entró. —Lo que sea que huele es celestial. Por favor, dime que es para mí, porque me muero de hambre. —Me puse de puntillas y lo besé castamente en los labios antes de regresar a la cocina para tomar bebidas de la nevera.
—Hice quesadillas esta noche. ¿Quieres crema agria o guacamole? — Le pregunté, girándome para mirarlo.
—Crema agria. —Respondió. Todo demasiado normal. Ninguna alma rubia tratando de asustarme hasta la muerte. Sólo mi novio y yo, trabajando en nuestros deberes.
—Está bien, comemos primero y luego empezamos con tu discurso sobre... ¿De qué se trata esta semana? —Le pregunté, mientras dejaba las bebidas, la crema agria y el guacamole en la mesa.
—La importancia de un título universitario. —Respondió, sonriendo con la quesadilla camino a su boca.
Me senté frente a él. —Debería de ser bastante fácil.
Kevin asintió y le dio otro mordisco a la quesadilla. Un movimiento me llamó la atención. Sorprendida, empecé a ponerme de pie, lista para correr cuando Nick entró en la habitación. Lo vi pasar, sintiendo la tristeza abrumarme. Había sido grosera esta tarde y de todos modos había regresado. Secretamente, me había preocupado de que no regresara esta noche después de la forma en que me alejé de él. Miré a Kevin, quien tomaba un trago de su bebida.
—Mm, tengo que ir arriba y tomar algo, digo, hacer algo. Ya vuelvo, eh, come hasta que estés lleno. —Él sonrió y le dio otro mordisco. Me dirigí hacia las escaleras y entré a mi habitación, inmediatamente mirando hacia la cama para descubrirla vacía. En lugar de estar sobre mi cama, lo encontré en la silla con la guitarra en sus manos.
—Hola. —Le dije, sin estar segura de qué decir. Su sonrisa y hoyuelo me hicieron temblar.
—Hola. —Respondió mientras comenzó a tocar la guitarra. Me quedé quieta por un momento y lo escuché tocar la melodía que le había oído cantar en la noche, cuando pensó que dormía. Me senté en la cama y lo vi tocar. Era una contradicción. Un alma que no era una alma, pero que hacia cosas que un alma podía hacer. Una estrella de rock que se suponía debía estar en una banda en la que nunca estaba. No había pensado en nada de esto antes.
—Nick, ¿Por qué estás aquí? Si cantas en una banda, quiero decir, ¿Qué te trajo aquí? —Sonrió con tristeza y bajó la mirada hacia la guitarra en sus manos.
—Sí, canto con la banda cuando tienen conciertos. Cold Soul aún no es famosa. Puedo entrar y salir fácilmente, _______, lo sabes. Mantenerme al día con mi otra vida es bastante fácil. —Por supuesto que lo tenía todo bajo control. Era el hombre orquesta: el roba corazones de la escuela, cantante en una banda, la habilidad de ser un fantasma y mi guardaespaldas. Sus ojos azules me miraron—. ¿Por qué estás aquí cuando el Sr. Maravillas está abajo? —Preguntó, dejando de tocar.
Me encogí de hombros. —No lo sé, pensé que podías necesitarme. —Le dije, odiando la forma en que sonaban las palabras. Dejó la guitarra y se puso de pie. Lo vi mientras se ponía de rodillas frente a mí. Me quedé hipnotizada mientras trazaba la línea de mi mandíbula con el dedo y luego suavemente mis labios. El deseo se apoderó de mi cuerpo con tanta fuerza, que cogí un puñado de la colcha en que me sentaba.
—Te necesito. Nunca dudes de mi necesidad por ti. Pero ahora no es el momento de explorar mi necesidad. Tienes un chico enamorado en la planta baja que necesita de tu ayuda en su tarea. —dijo suavemente, mientras se colocaba de pie apartándose de mí, dándose la vuelta para desaparecer. Me quedé en la habitación vacía y tomé varias respiraciones para estabilizar mi corazón antes de regresar a la planta de abajo para ayudar a Kevin con su tarea. Me di cuenta que mis manos temblaban cuando cerré la puerta de mi habitación. Si tan sólo su tacto me hacía reaccionar con tanta fuerza ¿Cuánto me afectaría sus labios sobre los míos? Cerré los ojos ante la necesidad que corrió por mí.
Más tarde, esa noche, después de mi ducha, me dirigí a mi habitación y encontré a Nick ya sentado en la silla de la esquina tocando su guitarra.
No me miró.
Decepcionada de que no parecía querer terminar lo que habíamos comenzado antes, tiré de la colcha de la cama y me deslicé en ella. Quería preguntarle por qué se había ido, pero no parecía querer hablar conmigo. ¿Había visto a Kevin darme un beso de buenas noches? ¿Le molesto? No había oído el gruñido familiar que normalmente significaba que Nick había visto a Kevin besarme. Ya no me hacía sonreír. Me partía un poco el corazón. No me gustaba la idea de hacerle daño.
—Nick. —Le susurré en la oscuridad, pero no miró hacia mí. Su voz se unió a la música y luché contra la necesidad de cerrar los ojos y quedarme dormida ante la comodidad que su voz parecía inducir. Lo observé, silenciosamente pidiéndole que me mirara. ¿Lo había lastimado?
—Cierra los ojos, _______, y deja de preocuparte por mí. La vida en que me he puesto, es mía, para soportarla. No tienes ninguna razón de preocuparte si me causas dolor. Haces exactamente lo contrario de lo que temes.
Lo miré, sin saber a qué se refería en hacer lo contrario.
—En cuanto a los besos, tienes razón, no me gusta verlo. Si decido verlo, es mi culpa. —Levantó la cabeza de la guitarra en sus manos y me miró fijamente—. La emoción que él evoca en ti no es fuerte. Sólo hay consuelo, no pasión, corriendo por tus pensamientos cuando te sostiene. — Su atención volvió de nuevo a la guitarra en sus manos.
—¿Me abrazarás esta noche? —Pregunté. Sus hermosos ojos me miraron con tanta emoción que me dejaron sin aliento.
—No hay nada que desee más, pero esta noche mi fuerza es débil. No puedo sostenerte en estos momentos. Lo quiero demasiado. Por favor, ______, esta noche sólo duerme.
Lo vi tocar su guitarra hasta que mis ojos se volvieron pesados. Nick tenía razón. Kevin era mi refugio. Mi roca para la normalidad. Él era un amigo. Era Nick quien me consumía.
Ahora existía una intimidad entre nosotros. Después de tener sus manos en mi cuerpo y sus labios contra mi piel, nada había sido lo mismo. Se había acostado a mi lado ayer por la noche y me sostuvo contra él mientras dormía. Necesitaba a Nick. Las palabras que me susurró al oído durante la noche me aseguraban que él me quería, también.
Él me necesitaba, pero dejaba que una barrera invisible se interpusiera entre nosotros.
Caminé hacia mi escritorio y me di cuenta que el de atrás estaba vacío. Era el lugar de Nick. Estaría aquí pronto. Me senté en mi escritorio y me concentré en dónde nos habíamos quedado el viernes. Cada vez que veía a alguien entrar por la puerta desde mi visión periférica, levantaba la vista para ver si era Nick. La voz risueña y la cabeza de Kendra entraron por la puerta, detrás de ella, él cargaba sus libros.
Mi estómago se contrajo dolorosamente, obligándome a mirar hacia otro lado. Él había dicho que no le gustaban las rubias, pero la forma en que la miraba, decía completamente lo contrario. Miré hacia el libro abierto en frente de mí, sin comprender ninguna de las palabras. Esperaba que Nick se sentara detrás de mí. Nunca lo hizo. El Sr. Brown entró al salón silbando y le sonrió a la clase.
—Ah, qué bueno es ver caras tan felices esta mañana ¿No es la Literatura Inglesa una alegría? ¿Qué mejor manera de despertar? —Preguntó en un tono jovial. Se giró y escribió la tarea de esta semana en el pizarrón.
Quería mirar hacia atrás y ver en dónde estaba Nick, pero me negué. Podía sentirlo observándome, sin duda alguna esperando a que lo buscará. Bien, no le daría esa satisfacción. Además, probablemente jugaba con los largos mechones rubios que decía odiar. Había susurrado que él me quería a mí. Que yo era lo único que alguna vez había necesitado.
—¿Puede alguien decirme uno de los últimos temas más importantes que hemos aprendido mientras estudiamos Las Euménides?—Deseando desesperadamente alejar mi mente de Nick, levanté mi mano en el aire. El Sr. Brown sonrió y asintió con la cabeza—. Bien, señorita Moore.
—El conflicto entre lo viejo y lo nuevo, entre el salvajismo y la civilización, entre lo primario y lo racional. —Le contesté y el Sr. Brown aplaudió con las manos.
—Muy bien. Ahora, ¿Un ejemplo de este tema? —Él miró por la habitación y levanté mi mano de nuevo. El Sr. Brown levantó sus cejas, sin duda sorprendido ante mi repentino deseo de participar en clase—. ¿_______?
—La progresión de viejos a nuevos dioses. Zeus derrocó a las generaciones más antiguas de los dioses y entre las antiguas deidades fueron las Furias. Las Furias se convirtieron en Parias. —Me detuve, sin querer decir más.
—Muy bien, muy bien. Ahora, ¿Alguien que no sea _______ puede por favor explicarme que tuvo que ver Apolo en esto? —El aula quedó en silencio y alguien rió—. Kendra, tal vez tú puedas ayudarnos con la respuesta. —El Sr. Brown dirigió su ceño hacia la aparente fuente de la risa.
—No, señor, tengo una vida fuera de la escuela. No todos pasamos nuestro tiempo extra estudiando y dando tutorías con el fin de conseguir un novio.
Hubo otra explosión de risas y el Sr. Brown inclinó la cabeza hacia un lado. —No creo que esa sea la respuesta correcta, Kendra, recibirás una nota baja por la participación de hoy. Ahora, alguien puede decirme, ¿O tendré que pedirle a la señorita Moore que nos ayude una vez más?
—Apolo es un símbolo para el hombre, lo racional, lo joven, y lo civilizado. Las Furias representan a la mujer, la violencia, lo viejo y lo primitivo. Esquilo captura un momento místico en la historia, una en que el mundo entre un pasado salvaje y arcaico y el orden nuevo y audaz de la civilización griega, los dioses jóvenes del Olimpo y la racionalidad. La dificultad de la lucha entre estos dos mundos es dramatizada por el ciclo de la violencia en la casa de Atreo y el enfrentamiento entre Apolo y las Furias.
Nadie se rió después que Nick terminó. No había duda en mi mente, él había dicho eso por mí. Esta vez me volví y lo encontré exactamente donde lo esperaba. Sentado detrás de Kendra cuya expresión era de dolor, como si alguien le hubiera dado una bofetada. Me guiño un ojo y me mostró su perfecto hoyuelo. No podía borrar la sonrisa de mi cara.
—Muy bien hecho, señor Walker. Ahora, esperemos que el resto de ustedes aprovechen esta pieza de literatura así como _______ y Nick, porque hoy nos embarcaremos en un viaje más allá de este mundo creado por Esquilo.
El tener la respuesta de Nick, más elaborada que la mía, dio a entender que el saber las respuestas no tenía nada de malo, me ayudó a mantenerme enfocada en el debate del Sr. Brown. Sin embargo, Nick siempre estuvo al frente de mi mente.
***
Al final del día fui a mi casillero y saqué los libros que necesitaba para hacer la tarea. Dos manos cálidas se deslizaron alrededor de mi cintura.
—Te extrañé. —Kevin susurró en mi oído, giré mi rostro hacia él y sonreí.
—Yo también te extrañé, ¿Pero no deberías estar en práctica?
Se encogió de hombros. —Iba camino hacia allá cuando pensé en ti de pie en tu casillero y lo fácil que sería tomar una desviación para verte.
—Estoy feliz de que lo hayas hecho. Ahora, regresa al campo antes de que el entrenador te haga correr por llegar tarde. —Se inclinó y me besó suavemente en los labios.
—Te veré por la noche. —Volviendo a correr hacia las puertas delanteras. Me quedé mirándolo hasta que se perdió de vista, después suspiré y me giré para cerrar mi casillero. Hoy había sido agotador y sólo quería ir a casa.
Un escalofrío se deslizó por mi columna y me congelé. No era un escalofrío como los de Nick. Era otra clase de escalofrío. Del tipo que recordé de antes. El miedo hizo que mi corazón latiera violentamente dentro de mi pecho. Tomé dos respiraciones profundas antes de girarme lentamente. El alma de la rubia me miraba desde el otro lado del pasillo. Estudiándome como lo había hecho la última vez que la había visto. Tragué para evitar las nauseas causadas por el miedo, casi me ahogo. Estoy en un pasillo vacío. ¿Por qué no me había ido con Kevin? Retrocedí hacia las puertas principales pero éstas estaban demasiado lejos para hacerme sentir segura.
Ella se echó a reír, el sonido tintineante envió escalofríos por mis brazos. Cada paso que tomaba hacia atrás, ella lo daba hacia adelante.
—Déjame en paz. —Hice una mueca ante la debilidad de mi demanda. Era obvio que me sentía aterrorizada.
Arqueó las cejas con sorpresa. —No puedo. —Mientras se acercaba. Pensé en girarme y echarme a correr, pero sabía que podía atraparme con bastante facilidad.
—Vete o le diré a Nick. —dije, con poca convicción en mi voz. Su risa tintineante sonó nuevamente.
más cerca de mi pecho y luché contra el impulso de gritar.
—Nick. —Susurré a pesar del terror apretando mi garganta, con la esperanza de que, de alguna manera, me escuchara. La rubia miró a su alrededor con pánico, pero sólo por un momento. Entonces su sonrisa angelical regresó.
—Como te dije, está ocupado. —Estiró una mano para tocarme y me estremecí, esperando la sensación fría de sus manos.
—Yo no lo haría si fuera tú. —La voz de Nick hizo que me volviera débil por el alivio. Sus brazos me envolvieron y me recargué contra él.
—Deja eso. Esta no es decisión de nadie. —Sus ojos inquietantemente bellos lo fulminaron con la mirada, con una ferocidad que me dejo helada—. Nunca fue tu decisión. Las reglas son como siempre han sido. Tendrán que hacerlo.
Sus brazos se apretaron alrededor de mí. —Vas a marcharte y mantenerte alejada de ella. Si te acercas a ella otra vez, no te lo perdonaré tan fácilmente. —Un destello de miedo cruzó por sus ojos y dio un paso atrás y luego desapareció.
Mis piernas quedaron inertes con alivio. Nick me estrechó más cerca para no caerme al suelo. —¿Te tocó? —Preguntó con una voz fría que no había estado esperando.
Negué con la cabeza, sin saber si era capaz de hablar. Eché mi cabeza hacia atrás. Él miraba hacia el pasillo. Podía oír un sonido bajo en su pecho mientras gruñía al pasillo vacío.
—Vamos, te llevaré a casa.
Le permití mantener su brazo alrededor de mí cintura, para estabilizarme, mientras me guiaba por el estacionamiento. Se detuvo delante de un Jeep negro sin techo y abrió la puerta del pasajero. No tenía idea de que tenía un vehículo, pero, tampoco debería de sorprenderme. Me cargó hasta el asiento como si fuera un niño y caminó alrededor del auto, para subir en el asiento del conductor.
—¿Cómo lo supiste? —Pregunté una vez que estábamos fuera del estacionamiento de la escuela. Se volvió hacia mí.
—Escuché tu miedo... y entonces oí mi nombre y la desesperación en él era... —Se detuvo y miró hacia la carretera. Esperé en silencio a que terminara, pero permaneció en silencio.
—¿Era qué? —Pregunté en un susurro.
Dejó escapar un suspiro de frustración. —Aterrador. Cuando supe que tenías miedo... escuchar el miedo fue diferente a todo lo que he sentido. Estoy dispuesto a terminar la existencia de cualquier cosa que te estuviera haciendo daño. Entonces la vi y supe que era algo que no podía controlar sin, sin... hacer algo que sería insoportable para mí, pero más soportable que la alternativa.
Escuché sus palabras, pero no tenían sentido. Fruncí el ceño y sacudí noche después de la forma en que me alejé de él. la cabeza, con ganas de entender y se acercó para tomar mi mano entre las suyas.
—_______, por favor, no preguntes por lo que no te puedo dar. Puedo darte todo excepto las respuestas a esas preguntas.
Cerré los ojos y volví mi cara hacia otro lado. Quería odiarlo por no decirme quién era o qué era. Quería entenderlo, entender esto, pero él no quería o no podía decirme nada.
Cuando el Jeep se detuvo frente a mi casa, agarré mi mochila y me bajé. Necesitaba distancia. Nada de esto tenía sentido y quería entenderlo. Me giré para cerrar la puerta y vi a Nick junto a su Jeep con una expresión de derrota. Me detuve. La necesidad de llamarlo era tan fuerte, pero resistí y cerré la puerta suavemente. No podía comprender por qué se negaba a explicarme lo que me sucedía. Quería odiarlo, pero tenía una parte de mi alma y no había nada que pudiera hacer para evitar mis sentimientos hacia él. Su aparición en mi vida había empezado con toda esta locura. Había ofrecido darme cualquier cosa en el mundo, excepto las respuestas que quería y necesitaba. Tiré mi mochila debajo del mostrador de la cocina y me dejé caer sobre un taburete. Esta noche Kevin vendría y trabajaríamos en su discurso de esta semana. Sería una cosa normal, de adolescentes. Pretendería que no vivía en un mundo de actividad paranormal. Tal vez cocinaría la cena para él. Todo muy normal, todo muy real.
Terminé de cortar las quesadillas cuando sonó el timbre.
Cogí el plato y lo coloqué sobre la mesa de la cocina mientras caminaba hacia la puerta.
Kevin sonrió y entró. —Lo que sea que huele es celestial. Por favor, dime que es para mí, porque me muero de hambre. —Me puse de puntillas y lo besé castamente en los labios antes de regresar a la cocina para tomar bebidas de la nevera.
—Hice quesadillas esta noche. ¿Quieres crema agria o guacamole? — Le pregunté, girándome para mirarlo.
—Crema agria. —Respondió. Todo demasiado normal. Ninguna alma rubia tratando de asustarme hasta la muerte. Sólo mi novio y yo, trabajando en nuestros deberes.
—Está bien, comemos primero y luego empezamos con tu discurso sobre... ¿De qué se trata esta semana? —Le pregunté, mientras dejaba las bebidas, la crema agria y el guacamole en la mesa.
—La importancia de un título universitario. —Respondió, sonriendo con la quesadilla camino a su boca.
Me senté frente a él. —Debería de ser bastante fácil.
Kevin asintió y le dio otro mordisco a la quesadilla. Un movimiento me llamó la atención. Sorprendida, empecé a ponerme de pie, lista para correr cuando Nick entró en la habitación. Lo vi pasar, sintiendo la tristeza abrumarme. Había sido grosera esta tarde y de todos modos había regresado. Secretamente, me había preocupado de que no regresara esta noche después de la forma en que me alejé de él. Miré a Kevin, quien tomaba un trago de su bebida.
—Mm, tengo que ir arriba y tomar algo, digo, hacer algo. Ya vuelvo, eh, come hasta que estés lleno. —Él sonrió y le dio otro mordisco. Me dirigí hacia las escaleras y entré a mi habitación, inmediatamente mirando hacia la cama para descubrirla vacía. En lugar de estar sobre mi cama, lo encontré en la silla con la guitarra en sus manos.
—Hola. —Le dije, sin estar segura de qué decir. Su sonrisa y hoyuelo me hicieron temblar.
—Hola. —Respondió mientras comenzó a tocar la guitarra. Me quedé quieta por un momento y lo escuché tocar la melodía que le había oído cantar en la noche, cuando pensó que dormía. Me senté en la cama y lo vi tocar. Era una contradicción. Un alma que no era una alma, pero que hacia cosas que un alma podía hacer. Una estrella de rock que se suponía debía estar en una banda en la que nunca estaba. No había pensado en nada de esto antes.
—Nick, ¿Por qué estás aquí? Si cantas en una banda, quiero decir, ¿Qué te trajo aquí? —Sonrió con tristeza y bajó la mirada hacia la guitarra en sus manos.
—Sí, canto con la banda cuando tienen conciertos. Cold Soul aún no es famosa. Puedo entrar y salir fácilmente, _______, lo sabes. Mantenerme al día con mi otra vida es bastante fácil. —Por supuesto que lo tenía todo bajo control. Era el hombre orquesta: el roba corazones de la escuela, cantante en una banda, la habilidad de ser un fantasma y mi guardaespaldas. Sus ojos azules me miraron—. ¿Por qué estás aquí cuando el Sr. Maravillas está abajo? —Preguntó, dejando de tocar.
Me encogí de hombros. —No lo sé, pensé que podías necesitarme. —Le dije, odiando la forma en que sonaban las palabras. Dejó la guitarra y se puso de pie. Lo vi mientras se ponía de rodillas frente a mí. Me quedé hipnotizada mientras trazaba la línea de mi mandíbula con el dedo y luego suavemente mis labios. El deseo se apoderó de mi cuerpo con tanta fuerza, que cogí un puñado de la colcha en que me sentaba.
—Te necesito. Nunca dudes de mi necesidad por ti. Pero ahora no es el momento de explorar mi necesidad. Tienes un chico enamorado en la planta baja que necesita de tu ayuda en su tarea. —dijo suavemente, mientras se colocaba de pie apartándose de mí, dándose la vuelta para desaparecer. Me quedé en la habitación vacía y tomé varias respiraciones para estabilizar mi corazón antes de regresar a la planta de abajo para ayudar a Kevin con su tarea. Me di cuenta que mis manos temblaban cuando cerré la puerta de mi habitación. Si tan sólo su tacto me hacía reaccionar con tanta fuerza ¿Cuánto me afectaría sus labios sobre los míos? Cerré los ojos ante la necesidad que corrió por mí.
***
Más tarde, esa noche, después de mi ducha, me dirigí a mi habitación y encontré a Nick ya sentado en la silla de la esquina tocando su guitarra.
No me miró.
Decepcionada de que no parecía querer terminar lo que habíamos comenzado antes, tiré de la colcha de la cama y me deslicé en ella. Quería preguntarle por qué se había ido, pero no parecía querer hablar conmigo. ¿Había visto a Kevin darme un beso de buenas noches? ¿Le molesto? No había oído el gruñido familiar que normalmente significaba que Nick había visto a Kevin besarme. Ya no me hacía sonreír. Me partía un poco el corazón. No me gustaba la idea de hacerle daño.
—Nick. —Le susurré en la oscuridad, pero no miró hacia mí. Su voz se unió a la música y luché contra la necesidad de cerrar los ojos y quedarme dormida ante la comodidad que su voz parecía inducir. Lo observé, silenciosamente pidiéndole que me mirara. ¿Lo había lastimado?
—Cierra los ojos, _______, y deja de preocuparte por mí. La vida en que me he puesto, es mía, para soportarla. No tienes ninguna razón de preocuparte si me causas dolor. Haces exactamente lo contrario de lo que temes.
Lo miré, sin saber a qué se refería en hacer lo contrario.
—En cuanto a los besos, tienes razón, no me gusta verlo. Si decido verlo, es mi culpa. —Levantó la cabeza de la guitarra en sus manos y me miró fijamente—. La emoción que él evoca en ti no es fuerte. Sólo hay consuelo, no pasión, corriendo por tus pensamientos cuando te sostiene. — Su atención volvió de nuevo a la guitarra en sus manos.
—¿Me abrazarás esta noche? —Pregunté. Sus hermosos ojos me miraron con tanta emoción que me dejaron sin aliento.
—No hay nada que desee más, pero esta noche mi fuerza es débil. No puedo sostenerte en estos momentos. Lo quiero demasiado. Por favor, ______, esta noche sólo duerme.
Lo vi tocar su guitarra hasta que mis ojos se volvieron pesados. Nick tenía razón. Kevin era mi refugio. Mi roca para la normalidad. Él era un amigo. Era Nick quien me consumía.
- Respuestas y Comentarios::
Hola shicas! ¿Por dónde empiezo? Bueno, no subí capítulos hace dos días porque he estado bastante ocupada, ya mañana estaré oficialmente libre de toda tarea o prueba, espero que me perdonen y ninguna quiera venir a matarme(?)
Segundo, como todas deben de saber, hubo ciertos usuarios que llegaron a hacer spam y subir cosas indebidas en el foro (Gracias a Dios este tema esta limpio de todo post indebido... ¿Se imaginan estar leyendo, bajar a ver comentarios y ver un gif porno o algo así? Bastante desagradable), no nos veremos por tres días (Tres días en los que sufriré) ya que harán un mantenimiento en el foro, si tienen alguna duda, consulten con las administradoras o moderadoras, por allí hay un mensaje explicandolo todo.
Mica: ¿Quieres un beso? ajslskal ¿Quién no?... Por supuesto que subiré cuando pueda, siempre ando pendiente de eso y ya verás que luego del mantenimiento del foro, subiré como normalmente lo hacía (Uno o dos capítulos por día).
Pamm: Pam, Pam, Pam (?) BIENVENIDA! Es un gusto tenerte entre nosotras ;) Gravias por leer y espero que no deje de gustarte, esto apenas es el comienzo...
Angie: COMO QUE MUERTA? NOOOOOOO, no te mueras :sad: Si mueres tendré que tomar medidas drásticas... Cancelar la novela.
Nick's wife: NIÑA MALA! No más pataletas! (?) ¿Quieres un beso? Tranquila, esta más cerca de lo que crees.
Elitz: Es normal, Nick causa ese tipo de sensaciones, es inevitable no enamorarse cada vez más de él... Es bastante celosito, cierto, pero hasta así lo amamos. Sobretodo sus gruñidos, son demasiados sexys.
IreGarciaT
Re: Trilogía Existence {Nick&_____}
OMJ!!! En verdad amo la nove es tan
Pfff en verdad nO tengo palabras
Nick es tan profundo perfecto yjsiskdowlsn
Me encanta plis siguelaaaaaaa!!!!
Pfff en verdad nO tengo palabras
Nick es tan profundo perfecto yjsiskdowlsn
Me encanta plis siguelaaaaaaa!!!!
Karli Jonas
Re: Trilogía Existence {Nick&_____}
Y yo me sigo enamorando de esta nove. Si me entere del mantenimiento, al menos son por pocos días. JAJAJAJA obvio quería beso pero bueno ya se dará, supongo. xD
Seguilaaaaaaaaaaaaaa
M i c a e l a
Re: Trilogía Existence {Nick&_____}
AWWW QUE AMOR NICK Y ME DIO IMPRESIÓN LO DEL ALMA RUBIA, Y NICK QUE LA DEFENDIÓ
Nick's wife
Re: Trilogía Existence {Nick&_____}
awww Nick!!! *.*
que tierno, protector, hermoso, pff de todo XD
me siento mal por Kevin D:
es que si la quiere y mucho pero ella no!!
:lloro:
hay no que dificil desicion, bueno que me mande a uno entonces
hahahah no pues :P
me encanta siguela pronto :hug:
que tierno, protector, hermoso, pff de todo XD
me siento mal por Kevin D:
es que si la quiere y mucho pero ella no!!
:lloro:
hay no que dificil desicion, bueno que me mande a uno entonces
hahahah no pues :P
me encanta siguela pronto :hug:
DanieladeJonas
Re: Trilogía Existence {Nick&_____}
hoooola nueva lectora sabes AME tu adaptacion la trama es buenisima y tengo como un millar de preguntasss aaa porfa siguelaaa :D
Bea JMG
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