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"Sombras en la noche" {Joe & tu}
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: "Sombras en la noche" {Joe & tu}
sofi+joe_XD escribió:hiiii!!!!!!! como pedes ver soy new lectora ( te pondri un monito de lentes con cara de intelijente, pero como no veo ninguna conformate con esta xDDD ajajja)
esta supeeeeeeeeeerrrr *-*..creo...que me enamore de tu nove
subeeee caaappp pliiiiiisssss estoy enferma, aburrida y con cara de chichipulote(? xD
por cierto me llamo sofia
¿¿¿si te pongo estos pollitos te apiadaras de mi???
JAJJA bienvenida! y si tenes tiempo para qe edite un cap me apiado de ti, y subo cap x)
Invitado
Invitado
Re: "Sombras en la noche" {Joe & tu}
Cammi escribió:sofi+joe_XD escribió:hiiii!!!!!!! como pedes ver soy new lectora ( te pondri un monito de lentes con cara de intelijente, pero como no veo ninguna conformate con esta xDDD ajajja)
esta supeeeeeeeeeerrrr *-*..creo...que me enamore de tu nove
subeeee caaappp pliiiiiisssss estoy enferma, aburrida y con cara de chichipulote(? xD
por cierto me llamo sofia
¿¿¿si te pongo estos pollitos te apiadaras de mi???
JAJJA bienvenida! y si tenes tiempo para qe edite un cap me apiado de ti, y subo cap x)
muahaha los pollitos siempre funcionan
sofi+joe_XD
Re: "Sombras en la noche" {Joe & tu}
Eran las cuatro de la mañana cuando sonó el móvil de Lou, y lo sacó de lo que había sido algo parecido a una siestecita. Había estado sentado en el coche durante toda la noche, vigilando la casa de Maxie. Pensó que quizá Lydia se hubiera quedado a dormir allí, porque todavía no se había marchado. Y, demonios, no la culpaba, si era que Maxie le estaba contando las historias de vampiros que tenía allí.
Él respondió a la llamada.
—¿Sí?
—Malone, ¿dónde demonios estás?
Él frunció el ceño al oír la voz familiar de su compañero.
—¿Denny?
—He estado buscándote por todas partes, Lou. Escucha, será mejor que vengas aquí, y rápidamente.
—Jesús, no estoy de servicio... —miró de nuevo el reloj.
—No me refiero a la comisaría. A tu casa, Lou. Ha entrado alguien, y... no es nada bonito.
Él notó una opresión en la garganta. Por el tono de voz de Denny supo que no le diría nada más por teléfono, así que no se molestó en preguntar.
—Ahora mismo voy.
—Sí... eh... has estado con alguien esta noche, será mejor que venga contigo.
Lou parpadeó, se separó el teléfono de la oreja y se quedó mirándolo. Después volvió a acercárselo a la cara.
—¿Estás diciéndome que necesito una coartada, Denny?
—Puede que no sea mala idea.
Lou soltó un juramento.
—¿Qué demonios está pasando allí?
Demasiado tarde. El sargento Dennis Kehoe ya había colgado.
Alguien dio un golpecito a la ventanilla del coche de Lou, y él salto tanto que casi se dio con la cabeza en el techo. Sólo era Maxie, sonriéndole y enseñándole una taza de café que tenía en la mano. El se guardó el teléfono y bajó la ventanilla.
Si quieres pasarte la noche entera vigilándome, Lou, podrías haberlo dicho. No iba a objetar nada.
Pero sería más divertido si lo hicieras desde más cerca.
—¿Así que sabías que he estado aquí toda la noche?
Ella sacudió la cabeza.
—Toda la noche no. Te fuiste durante veinte minutos al principio, ¿no te acuerdas?
—Demonios —claro que se acordaba. Había ido a la comisaría a llamar a su amigo de la CÍA.
—¿Qué ocurre, Lou?
—¿Dónde está Lydia?
—Está dormida. ¿Por qué?
—Entra al coche. Tengo que ir a mi casa un segundo.
—Está bien, está bien, Lou — Maxie rodeó el coche y entró—. No tienes muy buen aspecto. ¿Te encuentras bien?
—Te lo contaré cuando lleguemos a mi casa.
Él respondió a la llamada.
—¿Sí?
—Malone, ¿dónde demonios estás?
Él frunció el ceño al oír la voz familiar de su compañero.
—¿Denny?
—He estado buscándote por todas partes, Lou. Escucha, será mejor que vengas aquí, y rápidamente.
—Jesús, no estoy de servicio... —miró de nuevo el reloj.
—No me refiero a la comisaría. A tu casa, Lou. Ha entrado alguien, y... no es nada bonito.
Él notó una opresión en la garganta. Por el tono de voz de Denny supo que no le diría nada más por teléfono, así que no se molestó en preguntar.
—Ahora mismo voy.
—Sí... eh... has estado con alguien esta noche, será mejor que venga contigo.
Lou parpadeó, se separó el teléfono de la oreja y se quedó mirándolo. Después volvió a acercárselo a la cara.
—¿Estás diciéndome que necesito una coartada, Denny?
—Puede que no sea mala idea.
Lou soltó un juramento.
—¿Qué demonios está pasando allí?
Demasiado tarde. El sargento Dennis Kehoe ya había colgado.
Alguien dio un golpecito a la ventanilla del coche de Lou, y él salto tanto que casi se dio con la cabeza en el techo. Sólo era Maxie, sonriéndole y enseñándole una taza de café que tenía en la mano. El se guardó el teléfono y bajó la ventanilla.
Si quieres pasarte la noche entera vigilándome, Lou, podrías haberlo dicho. No iba a objetar nada.
Pero sería más divertido si lo hicieras desde más cerca.
—¿Así que sabías que he estado aquí toda la noche?
Ella sacudió la cabeza.
—Toda la noche no. Te fuiste durante veinte minutos al principio, ¿no te acuerdas?
—Demonios —claro que se acordaba. Había ido a la comisaría a llamar a su amigo de la CÍA.
—¿Qué ocurre, Lou?
—¿Dónde está Lydia?
—Está dormida. ¿Por qué?
—Entra al coche. Tengo que ir a mi casa un segundo.
—Está bien, está bien, Lou — Maxie rodeó el coche y entró—. No tienes muy buen aspecto. ¿Te encuentras bien?
—Te lo contaré cuando lleguemos a mi casa.
Invitado
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Re: "Sombras en la noche" {Joe & tu}
Resultó que nada iba bien. Lo supo en cuanto llegó a su casa y ni siquiera pudo entrar al aparcamiento porque estaba acordonado. Había cordón policial en todas las entradas, y una ambulancia se estaba marchando en aquel mismo momento.
—¿Qué demonios?
Lou le puso a Maxie una mano en el hombro para calmarla. Paró el coche y salieron.
— Será mejor que esperes aquí. Vendré si te necesito.
—No —le respondió ella. Se acercó a él y le agarró del brazo mientras caminaba a su lado.
—Malone —le dijo el capitán Howard Dutton, el jefe de Lou, levantando la cinta para que pudieran entrar— . Necesito saber dónde has estado esta noche. Toda la noche.
—Ha estado conmigo — Maxie soltó las palabras antes de que Lou pudiera abrir la boca—. ¿Quién iba en la ambulancia?
El capitán parpadeó. Lou sabía que no estaba acostumbrado a que le hicieran preguntas, y mucho menos una muchacha como Maxine Stuart. Volvió a mirar a Lou.
—¿Has estado con esta mujer toda la noche?
—No —respondió Lou—. La dejé en casa sobre las diez. Fui a la comisaría a buscar una cosa que me había dejado en el escritorio, y después volví. Fueron unos veinte minutos.
—¿Te vio alguien durante ese tiempo? ¿Hay alguien que pueda verificar que no volviste aquí, al apartamento?
Lou notó que se le encogía el estómago.
—No.
— Sí, capitán —cortó Maxie de nuevo. Los dos hombres la miraron con cara de pocos amigos. Max se encogió de hombros—. Lou, lo admito. Creía que te habías escapado para ir a ver a otra...
—¿A otra? —¿de qué demonios estaba hablando?
—Así que te seguí. Te vi entrar en la comisaría y esperé a que salieras. Después volví a casa.
—¿Y el oficial Malone no la vio, señorita?
—Yo... aparqué y entré por detrás. Él no se dio cuenta de que había salido —dijo, y se cruzó los brazos sobre el pecho—. Y ahora, por favor, ¿podría decirnos lo que ha ocurrido? ¿Quién estaba en esa ambulancia?
El capitán suspiró y se dirigió de nuevo a Lou.
—Hemos venido porque nos han llamado para decirnos que había alguien en tu edificio, Lou. Cuando llegamos, la puerta de tu piso estaba abierta, todo estaba destrozado y tirado por el suelo, y había una mujer en el suelo. La habían disparado en la cabeza a quemarropa.
—¿Qué demonios?
Lou le puso a Maxie una mano en el hombro para calmarla. Paró el coche y salieron.
— Será mejor que esperes aquí. Vendré si te necesito.
—No —le respondió ella. Se acercó a él y le agarró del brazo mientras caminaba a su lado.
—Malone —le dijo el capitán Howard Dutton, el jefe de Lou, levantando la cinta para que pudieran entrar— . Necesito saber dónde has estado esta noche. Toda la noche.
—Ha estado conmigo — Maxie soltó las palabras antes de que Lou pudiera abrir la boca—. ¿Quién iba en la ambulancia?
El capitán parpadeó. Lou sabía que no estaba acostumbrado a que le hicieran preguntas, y mucho menos una muchacha como Maxine Stuart. Volvió a mirar a Lou.
—¿Has estado con esta mujer toda la noche?
—No —respondió Lou—. La dejé en casa sobre las diez. Fui a la comisaría a buscar una cosa que me había dejado en el escritorio, y después volví. Fueron unos veinte minutos.
—¿Te vio alguien durante ese tiempo? ¿Hay alguien que pueda verificar que no volviste aquí, al apartamento?
Lou notó que se le encogía el estómago.
—No.
— Sí, capitán —cortó Maxie de nuevo. Los dos hombres la miraron con cara de pocos amigos. Max se encogió de hombros—. Lou, lo admito. Creía que te habías escapado para ir a ver a otra...
—¿A otra? —¿de qué demonios estaba hablando?
—Así que te seguí. Te vi entrar en la comisaría y esperé a que salieras. Después volví a casa.
—¿Y el oficial Malone no la vio, señorita?
—Yo... aparqué y entré por detrás. Él no se dio cuenta de que había salido —dijo, y se cruzó los brazos sobre el pecho—. Y ahora, por favor, ¿podría decirnos lo que ha ocurrido? ¿Quién estaba en esa ambulancia?
El capitán suspiró y se dirigió de nuevo a Lou.
—Hemos venido porque nos han llamado para decirnos que había alguien en tu edificio, Lou. Cuando llegamos, la puerta de tu piso estaba abierta, todo estaba destrozado y tirado por el suelo, y había una mujer en el suelo. La habían disparado en la cabeza a quemarropa.
Invitado
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Re: "Sombras en la noche" {Joe & tu}
Encontramos una pistola del calibre veintidós en el suelo, al lado. No había huellas —se volvió—. Denny, ¿dónde está el arma?
— Aquí, señor — Dennis levantó la bolsa de la prueba.
—Es mía —dijo Lou al verla—. Es la de repuesto. La guardo en el armario.
—Eso pensé yo —dijo el capitán. Se volvió y los condujo por las escaleras, hacia el piso—. Necesitamos que le eches un vistazo, por si falta algo.
Lou asintió. Caminó detrás del capitán, con Maxie a su lado.
—¿Y qué pasa con la mujer? —preguntó—. ¿Está muerta?
— Van a intentar salvarla, pero no creen que sobreviva a esta noche. Creemos que ha estado aquí durante cinco o seis horas. No encontramos al intruso, pero un vecino ha dicho que oyó algo como un disparo a las diez de la noche. Creyó que era el motor de un coche y no le dio importancia. El carné de identidad de la víctima dice que se llama Tempest Jones. ¿La conocéis?
Max dejó de andar. Lou se volvió a mirarla mientras procesaba el nombre, que le resultaba vagamente familiar. Entonces se le olvidó todo, cuando vio la cara de Max, pálida, sin poder articular palabra. Ella lo agarró fuertemente del brazo y se le llenaron los ojos de lágrimas.
—Stormy —susurró.
Stormy. La mejor amiga de Maxine. Max se cayó de rodillas y él la agarró rápidamente para evitar que se cayera del todo.
Les juro qe cuando lei esa parte se me dio vuelta el corazón dije 'pobre maxie' la adoro,ya lo dije.
Invitado
Invitado
Re: "Sombras en la noche" {Joe & tu}
El capitán se volvió.
—Entonces, ¿conocéis a la víctima?
—Es una amiga —dijo Lou. Max lo había abrazado por la cintura para sostenerse, y había enterrado la cabeza en su hombro. Él sintió la humedad de sus lágrimas allí. Ella estaba llorando silenciosamente.
—Escuche, jefe, ¿no podría asegurar el piso y dejar a un hombre vigilando? Yo necesito llevar a Maxie al hospital.
El capitán puso mala cara, pero asintió.
— Sí, claro. Pero dime una cosa, Lou. ¿Hasta qué punto conocías tú a esa chica, a Tempest Jones?
Él sacudió la cabeza.
—Lo suficientemente bien como para compartir café y donuts con ella. No lo suficientemente bien como para reconocer su nombre legal a la primera. ¿Le sirve eso?
El capitán suspiró e inclinó la cabeza.
—Adelante.
—Gracias —Lou se separó un poco de Maxie y la guió hacia el coche, abrazándola, y la ayudó a entrar al asiento del copiloto.
De camino, Maxie le preguntó, entre suaves sollozos:
—¿Qué demonios ha ocurrido? ¿Por qué iba a ir Stormy a tu casa?
—No lo sé. No tengo ni idea, Max —le respondió. Después bajó la cabeza. No le gustaba pensar en lo que estaba pensando, pero todo aquello había ocurrido después de que él hiciera esa llamada a su amigo de la CÍA. Y Stormy Jones era una de las personas a las que ese tipo había amenazado cinco años atrás. Max se lo había dicho.
No podía tener relación. Dios, no podía.
14
Cuando Joe llegó a casa de ________ aquella noche, empezó a picarle la piel, pero en aquella ocasión no era por la atracción que siempre sentía cuando se acercaba a ella, sino de alerta. Miró a su alrededor y vio un coche extraño. No olía a humo en el aire, así que debía de llevar parado cierto tiempo. La persona que estaba con _______ había estado esperando a que volviera.
Cerró los ojos y afinó los sentidos. Como siempre, la esencia de __________ era clara y fácil de localizar. La otra era más difícil de percibir. Le costó esfuerzo, como si aquella persona, un hombre, hubiera construido un muro alrededor de su mente. Había algo en aquel extraño que desagradó a Joe. Sintió que era... peligroso.
Copadisimo. Lo dejo y ahí, y me quieren matar losé. Las quiero, lo saben, pero miren todos los capitulos qe puse, hoy mañana subire más no se preocupen:) Y les comunico porqe voy contando los días, nunca estuve tan anciosas por un cumpleaños mio, y solo faltan 10 días. LOL.
—Entonces, ¿conocéis a la víctima?
—Es una amiga —dijo Lou. Max lo había abrazado por la cintura para sostenerse, y había enterrado la cabeza en su hombro. Él sintió la humedad de sus lágrimas allí. Ella estaba llorando silenciosamente.
—Escuche, jefe, ¿no podría asegurar el piso y dejar a un hombre vigilando? Yo necesito llevar a Maxie al hospital.
El capitán puso mala cara, pero asintió.
— Sí, claro. Pero dime una cosa, Lou. ¿Hasta qué punto conocías tú a esa chica, a Tempest Jones?
Él sacudió la cabeza.
—Lo suficientemente bien como para compartir café y donuts con ella. No lo suficientemente bien como para reconocer su nombre legal a la primera. ¿Le sirve eso?
El capitán suspiró e inclinó la cabeza.
—Adelante.
—Gracias —Lou se separó un poco de Maxie y la guió hacia el coche, abrazándola, y la ayudó a entrar al asiento del copiloto.
De camino, Maxie le preguntó, entre suaves sollozos:
—¿Qué demonios ha ocurrido? ¿Por qué iba a ir Stormy a tu casa?
—No lo sé. No tengo ni idea, Max —le respondió. Después bajó la cabeza. No le gustaba pensar en lo que estaba pensando, pero todo aquello había ocurrido después de que él hiciera esa llamada a su amigo de la CÍA. Y Stormy Jones era una de las personas a las que ese tipo había amenazado cinco años atrás. Max se lo había dicho.
No podía tener relación. Dios, no podía.
14
Cuando Joe llegó a casa de ________ aquella noche, empezó a picarle la piel, pero en aquella ocasión no era por la atracción que siempre sentía cuando se acercaba a ella, sino de alerta. Miró a su alrededor y vio un coche extraño. No olía a humo en el aire, así que debía de llevar parado cierto tiempo. La persona que estaba con _______ había estado esperando a que volviera.
Cerró los ojos y afinó los sentidos. Como siempre, la esencia de __________ era clara y fácil de localizar. La otra era más difícil de percibir. Le costó esfuerzo, como si aquella persona, un hombre, hubiera construido un muro alrededor de su mente. Había algo en aquel extraño que desagradó a Joe. Sintió que era... peligroso.
Copadisimo. Lo dejo y ahí, y me quieren matar losé. Las quiero, lo saben, pero miren todos los capitulos qe puse, hoy mañana subire más no se preocupen:) Y les comunico porqe voy contando los días, nunca estuve tan anciosas por un cumpleaños mio, y solo faltan 10 días. LOL.
Invitado
Invitado
Re: "Sombras en la noche" {Joe & tu}
noooo!!!!!! ahyyy que feo me imagine a mi en su lugar
siguelaaaa prontoo T-T
ahhh!!!! que lindo!! entonces...FELIZ CUMPLE ADELANTADO! :D xd jajaja
aqui esta tu regalo!! ^^ xD
siguelaaaa prontoo T-T
ahhh!!!! que lindo!! entonces...FELIZ CUMPLE ADELANTADO! :D xd jajaja
aqui esta tu regalo!! ^^ xD
sofi+joe_XD
Re: "Sombras en la noche" {Joe & tu}
NO LA PODES DEJAR ASI!!!!!
mejor me tranquiliso.... SEGUILA!!! We, mató como me calmé XD
mejor me tranquiliso.... SEGUILA!!! We, mató como me calmé XD
Invitado
Invitado
Re: "Sombras en la noche" {Joe & tu}
cammila estas en lo cierto en lo q te quiero matar como me vas a dejar asi!!!!
espero q mañana pongas cap plisss!!! :D
y me encantaron los caps!!
quien seria ese hombre q dijo joe :scratch: y es peligroso :affraid: quien sera!! :roll:
bno siguelaaa!! :lol!:
espero q mañana pongas cap plisss!!! :D
y me encantaron los caps!!
quien seria ese hombre q dijo joe :scratch: y es peligroso :affraid: quien sera!! :roll:
bno siguelaaa!! :lol!:
*annie d' jonas*
Re: "Sombras en la noche" {Joe & tu}
Hola.. :| ppee-pee-pero pobre Stormy! no se puede morir. Dios, Joe savala!! TT
me quede mal..
aiis siguela porfavor!
me quede mal..
aiis siguela porfavor!
Invitado
Invitado
Re: "Sombras en la noche" {Joe & tu}
hi me gusto el caps :cheers:
segula me encanta lanove
segula me encanta lanove
Invitado
Invitado
Re: "Sombras en la noche" {Joe & tu}
siguela!!!!!!! esta muy buena!!!!
quien sera ese hombre ?? :scratch:
quien sera ese hombre ?? :scratch:
jb_fanvanu
Re: "Sombras en la noche" {Joe & tu}
Hello everybody. Aca estoy, y voy a dejarles cap:) JAJA una aclaración sola. Cuando es ____* es tu apellido:)
Se acercó a la casa y puso las palmas de las manos en los muros para intentar entrar en la mente de _______. Al encontrar resistencia, le susurró: «Ábrete a mí, _______. Sólo soy yo. Déjame entrar».
Y ella lo hizo inmediatamente. Con un suspiro, se relajó y le abrió su mente y su alma. Él se encontró viendo con sus ojos y escuchando con sus oídos. No tomó el control; ni siquiera estaba seguro de conseguirlo si lo intentaba. Aquel no era el propósito de acercarse tanto a ella. Quería protegerla, lo cual era extraño, considerando que se había puesto lo suficientemente furioso como para matarla.
El hombre estaba de pie, a espaldas de ______, observando la casa y asintiendo falsamente.
—Es muy agradable lo que ha hecho usted con esta vieja casa.
—Me gusta —replicó ella—. Pero ha dicho que había venido a entrevistarme sobre mi trabajo, señor Stiles.
—Por favor, llámeme Frank. Me doy cuenta de que debería ir al grano. Nunca la habría molestado a las cuatro de la mañana si no la hubiera visto entrando en casa. No me cabe duda de que está cansada. Ha sido muy amable por su parte dejarme entrar.
—Bueno, usted ha dicho que ha conducido durante seis horas para llegar a tiempo para hacer la entrevista y poder incluirla en la tirada de esta semana. Pero, tal y como le he dicho, tiene que ser breve. ¿Quiere sentarse?
Ella no le ofreció nada de beber, y él tampoco lo pidió. Se dio la vuelta y se sentó en una butaca. Joe vio su cara a través de los ojos de _____ y sintió que el corazón le daba un salto en el pecho. ¿O era el corazón de _______?
El lado izquierdo de la cara del hombre estaba arrugado y rosa, como si fuera una muñeca de goma derretida. No tenía pelo en ese lado de la cabeza, y tenía el párpado caído y la oreja desfigurada.
El hombre quemado sonrió a _______, y ella, haciendo gala de su educación, le devolvió la sonrisa. Pero ella también estaba sintiendo algo desagradable hacia el hombre, y no era debido a su apariencia. Sentía que había algo malo bajo su apariencia, de la cual él no tenía la culpa.
—Debe de estar muy entusiasmada por su nominación —le dijo—. Se la merece.
—Gracias. Sí, estoy contenta, y a la vez abrumada porque la película haya tenido una acogida tan buena.
—Es una buena película —sacó una libreta y un bolígrafo como los que se suponía que llevaría un reportero, pero aquello no engañó a Joe—. Pero hubo otras dos antes. ¿Por qué piensa que ésta ha tenido mucho más éxito?
—Las dos primeras tenían mucho menos presupuesto —respondió _____—. Pero, incluso así, también tuvieron un público de culto que estuvo mucho más allá de nuestras expectativas. Eso, por supuesto, nos facilitó el hecho de poder hacer la tercera con muchos más medios.
El hombre asintió.
—¿Habrá una cuarta?
—Por supuesto.
El hombre asintió de nuevo, escribió y sonrió, mientras a Joe se le hacían nudos en el estómago.
—Creo que estas películas tienen un realismo del que carecen las otras películas de vampiros. El personaje de Joseph... es completamente verosímil. Muy real.
______ tragó saliva, incómoda. «Él es real», susurró su mente. Y en alto, dijo:
—Bueno, esa es la clave de la buena ficción, la verosimilitud.
— Por supuesto —dijo el reportero—. Pero esto está más allá de lo creíble. Es... bueno, casi como si fuera una historia real. Y cuando supe que su casa había sido una vez de un hombre llamado Joseph, bueno, tengo que admitir que sentí mucha curiosidad.
________ se puso en tensión.
— ¿De qué está hablando, señor Stiles?
—Oh, vamos, es del dominio público.
Ella sacudió la cabeza lentamente.
—No, no lo es —entonces, recuperó la compostura—. No sé de dónde ha sacado esa información, pero es incorrecta. Esta casa fue abandonada por su propietario anterior, el señor Daniel Taylor. El Estado la reclamó cuando él murió sin herederos, y mi tío David se la compró.
—Daniel Taylor es uno de los muchos alias que el vampiro Joseph ha usado durante sus años de vida.
—Dios mío, usted tiene una gran imaginación — dijo ella, poniendo cara de estar contemplando a un loco.
—Es una realidad. Exactamente igual que los hechos que se cuentan en sus películas son reales también.
Ella se puso de pie.
—Está usted mal de la cabeza si piensa que los vampiros existen de verdad, señor Stiles. Y a mí no me gusta entretener a extraños inestables en mi casa en plena noche. Ya es hora de que se marche.
—Yo creo que ya es hora de que usted me diga la verdad. Los vampiros son reales, señorita _______*. Usted lo sabe, y yo también. Y él se va a enfadar mucho cuando sepa que usted ha estado haciendo películas con sus oscuros secretos.
Ella cruzó la habitación, se dirigió a la puerta principal y puso la mano sobre el picaporte. El hombre la siguió y puso su mano sobre la de _______ en el pomo.
—No soy periodista —le dijo—. Trabajo para el gobierno. Me he pasado la vida estudiando a criaturas como Joe, señorita _______*, y sé lo suficiente como para advertirle de que está usted corriendo un grave peligro. Si él la encuentra...
— Salga —dijo ella, y abrió la puerta a pesar de que él la estaba sujetando—. ¡Ahora, Stiles!
—¿Cómo ha conseguido toda esa información sobre él?
—Si no se marcha, voy a llamar a la policía.
—Yo no voy a permitírselo.
Su mano se movió, rápida como un rayo, y pulsó los números en el panel de la pared antes de que él pudiera reaccionar.
—Ya está. La policía llegará en cinco minutos.
—Estoy intentando ayudarla. Es un monstruo, señorita ______*. La encontrará y la matará, a menos que me deje ayudarla.
Ella se inclinó hacia él y lo miró a los ojos.
—Los vampiros no existen —susurró, y después sonrió al oír el sonido de una sirena—. Mmm, más rápido de lo que yo había pensado.
El hombre dejó escapar un suspiro de frustración y salió corriendo de la casa. Ella vio el coche alejarse y memorizó la matrícula. Después cerró la puerta y echó el cerrojo. Después, lenta, muy lentamente, empezó a pensar en lo que le había dicho el hombre. Que Joe era real. Que se pondría furioso con ella por compartir sus secretos con el mundo. Que la mataría.
Pero él no podía matarla, pensó vagamente. Él la quería. No, se corrigió, ella lo quería a él. Si fuera real, él la correspondería, porque no se podía negar el poder de aquel vínculo. Pero Joe no era real. No existía, así que no la quería. Y ciertamente, no podía hacerle daño.
Joseph se retiró de su mente y empezó a sentir su propio cuerpo de nuevo. Abrió los ojos y movió las manos, apretando los puños varias veces. El sonido de la sirena se estaba acercando. Hacía unos minutos que Stiles se había marchado, pero la policía se estaba acercando y la aurora también. Sin embargo, él no se fue con Sarafina, ni a la casa que ella, sin duda, había preparado. No, se fue lejos.
Se acercó a la casa y puso las palmas de las manos en los muros para intentar entrar en la mente de _______. Al encontrar resistencia, le susurró: «Ábrete a mí, _______. Sólo soy yo. Déjame entrar».
Y ella lo hizo inmediatamente. Con un suspiro, se relajó y le abrió su mente y su alma. Él se encontró viendo con sus ojos y escuchando con sus oídos. No tomó el control; ni siquiera estaba seguro de conseguirlo si lo intentaba. Aquel no era el propósito de acercarse tanto a ella. Quería protegerla, lo cual era extraño, considerando que se había puesto lo suficientemente furioso como para matarla.
El hombre estaba de pie, a espaldas de ______, observando la casa y asintiendo falsamente.
—Es muy agradable lo que ha hecho usted con esta vieja casa.
—Me gusta —replicó ella—. Pero ha dicho que había venido a entrevistarme sobre mi trabajo, señor Stiles.
—Por favor, llámeme Frank. Me doy cuenta de que debería ir al grano. Nunca la habría molestado a las cuatro de la mañana si no la hubiera visto entrando en casa. No me cabe duda de que está cansada. Ha sido muy amable por su parte dejarme entrar.
—Bueno, usted ha dicho que ha conducido durante seis horas para llegar a tiempo para hacer la entrevista y poder incluirla en la tirada de esta semana. Pero, tal y como le he dicho, tiene que ser breve. ¿Quiere sentarse?
Ella no le ofreció nada de beber, y él tampoco lo pidió. Se dio la vuelta y se sentó en una butaca. Joe vio su cara a través de los ojos de _____ y sintió que el corazón le daba un salto en el pecho. ¿O era el corazón de _______?
El lado izquierdo de la cara del hombre estaba arrugado y rosa, como si fuera una muñeca de goma derretida. No tenía pelo en ese lado de la cabeza, y tenía el párpado caído y la oreja desfigurada.
El hombre quemado sonrió a _______, y ella, haciendo gala de su educación, le devolvió la sonrisa. Pero ella también estaba sintiendo algo desagradable hacia el hombre, y no era debido a su apariencia. Sentía que había algo malo bajo su apariencia, de la cual él no tenía la culpa.
—Debe de estar muy entusiasmada por su nominación —le dijo—. Se la merece.
—Gracias. Sí, estoy contenta, y a la vez abrumada porque la película haya tenido una acogida tan buena.
—Es una buena película —sacó una libreta y un bolígrafo como los que se suponía que llevaría un reportero, pero aquello no engañó a Joe—. Pero hubo otras dos antes. ¿Por qué piensa que ésta ha tenido mucho más éxito?
—Las dos primeras tenían mucho menos presupuesto —respondió _____—. Pero, incluso así, también tuvieron un público de culto que estuvo mucho más allá de nuestras expectativas. Eso, por supuesto, nos facilitó el hecho de poder hacer la tercera con muchos más medios.
El hombre asintió.
—¿Habrá una cuarta?
—Por supuesto.
El hombre asintió de nuevo, escribió y sonrió, mientras a Joe se le hacían nudos en el estómago.
—Creo que estas películas tienen un realismo del que carecen las otras películas de vampiros. El personaje de Joseph... es completamente verosímil. Muy real.
______ tragó saliva, incómoda. «Él es real», susurró su mente. Y en alto, dijo:
—Bueno, esa es la clave de la buena ficción, la verosimilitud.
— Por supuesto —dijo el reportero—. Pero esto está más allá de lo creíble. Es... bueno, casi como si fuera una historia real. Y cuando supe que su casa había sido una vez de un hombre llamado Joseph, bueno, tengo que admitir que sentí mucha curiosidad.
________ se puso en tensión.
— ¿De qué está hablando, señor Stiles?
—Oh, vamos, es del dominio público.
Ella sacudió la cabeza lentamente.
—No, no lo es —entonces, recuperó la compostura—. No sé de dónde ha sacado esa información, pero es incorrecta. Esta casa fue abandonada por su propietario anterior, el señor Daniel Taylor. El Estado la reclamó cuando él murió sin herederos, y mi tío David se la compró.
—Daniel Taylor es uno de los muchos alias que el vampiro Joseph ha usado durante sus años de vida.
—Dios mío, usted tiene una gran imaginación — dijo ella, poniendo cara de estar contemplando a un loco.
—Es una realidad. Exactamente igual que los hechos que se cuentan en sus películas son reales también.
Ella se puso de pie.
—Está usted mal de la cabeza si piensa que los vampiros existen de verdad, señor Stiles. Y a mí no me gusta entretener a extraños inestables en mi casa en plena noche. Ya es hora de que se marche.
—Yo creo que ya es hora de que usted me diga la verdad. Los vampiros son reales, señorita _______*. Usted lo sabe, y yo también. Y él se va a enfadar mucho cuando sepa que usted ha estado haciendo películas con sus oscuros secretos.
Ella cruzó la habitación, se dirigió a la puerta principal y puso la mano sobre el picaporte. El hombre la siguió y puso su mano sobre la de _______ en el pomo.
—No soy periodista —le dijo—. Trabajo para el gobierno. Me he pasado la vida estudiando a criaturas como Joe, señorita _______*, y sé lo suficiente como para advertirle de que está usted corriendo un grave peligro. Si él la encuentra...
— Salga —dijo ella, y abrió la puerta a pesar de que él la estaba sujetando—. ¡Ahora, Stiles!
—¿Cómo ha conseguido toda esa información sobre él?
—Si no se marcha, voy a llamar a la policía.
—Yo no voy a permitírselo.
Su mano se movió, rápida como un rayo, y pulsó los números en el panel de la pared antes de que él pudiera reaccionar.
—Ya está. La policía llegará en cinco minutos.
—Estoy intentando ayudarla. Es un monstruo, señorita ______*. La encontrará y la matará, a menos que me deje ayudarla.
Ella se inclinó hacia él y lo miró a los ojos.
—Los vampiros no existen —susurró, y después sonrió al oír el sonido de una sirena—. Mmm, más rápido de lo que yo había pensado.
El hombre dejó escapar un suspiro de frustración y salió corriendo de la casa. Ella vio el coche alejarse y memorizó la matrícula. Después cerró la puerta y echó el cerrojo. Después, lenta, muy lentamente, empezó a pensar en lo que le había dicho el hombre. Que Joe era real. Que se pondría furioso con ella por compartir sus secretos con el mundo. Que la mataría.
Pero él no podía matarla, pensó vagamente. Él la quería. No, se corrigió, ella lo quería a él. Si fuera real, él la correspondería, porque no se podía negar el poder de aquel vínculo. Pero Joe no era real. No existía, así que no la quería. Y ciertamente, no podía hacerle daño.
Joseph se retiró de su mente y empezó a sentir su propio cuerpo de nuevo. Abrió los ojos y movió las manos, apretando los puños varias veces. El sonido de la sirena se estaba acercando. Hacía unos minutos que Stiles se había marchado, pero la policía se estaba acercando y la aurora también. Sin embargo, él no se fue con Sarafina, ni a la casa que ella, sin duda, había preparado. No, se fue lejos.
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Re: "Sombras en la noche" {Joe & tu}
—Me dijo que era periodista —le explicó ________ al policía. Era un hombre amable y algo corpulento, que se llamaba Sandy Gray.
—Así que usted le dejó entrar —dijo Sandy—. ¿Le enseñó alguna identificación?
Ella sacudió la cabeza y le explicó al policía que el hombre se había identificado como Frank Stiles y le contó parte de la conversación que habían mantenido.
—Así que —le preguntó Sandy al final—, ¿no le ha hecho daño a usted, ni lo ha intentado?
—No.
—¿Y no se ha llevado nada?
—No.
—Entonces, no veo que realmente se haya cometido ningún crimen aquí. No marcharse exactamente en el momento en el que usted se lo pidió no es exactamente un comportamiento criminal.
— Supongo que no —admitió _______, con un suspiro—... Pero no es una situación común. No es que tenga mala intención contra él, pero yo soy famosa, y creo que quiere algo y que volverá.
Él la miró fijamente.
—¿Cree que es un fan obsesionado? ¿Algo así?
—Pues es posible, ¿no?
Pareció que aquello funcionaba mucho mejor que cualquier otra cosa que le hubiera dicho. El policía asintió.
—¿Por qué no me da una descripción detallada, señorita? Haré que circule entre los agentes y que mantengan los ojos bien abiertos.
Ella describió a Frank Stiles con precisión, pero no mencionó que le había dicho que trabajara para el gobierno, ni a los vampiros, ni sus acusaciones de plagio.
—También... eh... memoricé el número de su matrícula cuando se marchaba.
—¿De verdad?
Ella asintió y se lo dijo. El policía lo había apuntado todo en su libreta, y cuando anotó el número se quedó pensando. Después la miró.
—¿Es de Maine?
—No, de Nueva York.
—Hmm. ¿Estará usted bien el resto de la noche, aquí sola?
Tuvo el extraño presentimiento de que no estaba sola, pero eso no tenía sentido en absoluto. No entendía de dónde había salido aquella idea.
—Estaré perfectamente. Tengo el sistema de seguridad, y esta vez no dejaré entrar a ningún extraño.
—Ése es un buen plan —dijo el policía—. Haremos que pase un coche patrulla por aquí unas cuantas veces esta noche, ¿de acuerdo?
—Muchas gracias, oficial Gray —le dijo, y cerró con llave después de que él se marchara.
Después fue a su habitación, se dio una ducha rápida, se puso un camisón y se metió en la cama con otro de los volúmenes de los diarios de Joe.
Sin embargo, no podía concentrarse aquella noche. Las palabras de otro hombre, el hombre quemado, se le repetían en la mente una y otra vez. «Los vampiros son reales... Joseph es real, y va a ponerse furioso cuando averigüe que...»
Suspiró e intentó volver a la lectura. De repente, unas palabras leídas al azar captaron su atención.
Trampilla... Bajo la casa... Ataúd...
Se estremeció. Aquello era algo que podía verificar fácilmente. Cerró el libro, saltó de la cama y bajó las escaleras hacia lo que había sido el despacho de Joe. Su estancia favorita, y la de ______, también. Tragó saliva y quitó la alfombra oriental que había frente a la chimenea.
El suelo estaba perfecto. No había bisagras ni la marca de una trampilla, ni nada parecido. Sin embargo, recordó que ella había hecho instalar una tarima nueva en el suelo. Además, muchas veces había tenido la sensación de que Joe estaba cerca de ella, de que la acariciaba, de que entraba en su mente. ¿Cuántas veces durante las últimas semanas? Y, sobre todo, cuando estaba en aquella habitación.
—Así que usted le dejó entrar —dijo Sandy—. ¿Le enseñó alguna identificación?
Ella sacudió la cabeza y le explicó al policía que el hombre se había identificado como Frank Stiles y le contó parte de la conversación que habían mantenido.
—Así que —le preguntó Sandy al final—, ¿no le ha hecho daño a usted, ni lo ha intentado?
—No.
—¿Y no se ha llevado nada?
—No.
—Entonces, no veo que realmente se haya cometido ningún crimen aquí. No marcharse exactamente en el momento en el que usted se lo pidió no es exactamente un comportamiento criminal.
— Supongo que no —admitió _______, con un suspiro—... Pero no es una situación común. No es que tenga mala intención contra él, pero yo soy famosa, y creo que quiere algo y que volverá.
Él la miró fijamente.
—¿Cree que es un fan obsesionado? ¿Algo así?
—Pues es posible, ¿no?
Pareció que aquello funcionaba mucho mejor que cualquier otra cosa que le hubiera dicho. El policía asintió.
—¿Por qué no me da una descripción detallada, señorita? Haré que circule entre los agentes y que mantengan los ojos bien abiertos.
Ella describió a Frank Stiles con precisión, pero no mencionó que le había dicho que trabajara para el gobierno, ni a los vampiros, ni sus acusaciones de plagio.
—También... eh... memoricé el número de su matrícula cuando se marchaba.
—¿De verdad?
Ella asintió y se lo dijo. El policía lo había apuntado todo en su libreta, y cuando anotó el número se quedó pensando. Después la miró.
—¿Es de Maine?
—No, de Nueva York.
—Hmm. ¿Estará usted bien el resto de la noche, aquí sola?
Tuvo el extraño presentimiento de que no estaba sola, pero eso no tenía sentido en absoluto. No entendía de dónde había salido aquella idea.
—Estaré perfectamente. Tengo el sistema de seguridad, y esta vez no dejaré entrar a ningún extraño.
—Ése es un buen plan —dijo el policía—. Haremos que pase un coche patrulla por aquí unas cuantas veces esta noche, ¿de acuerdo?
—Muchas gracias, oficial Gray —le dijo, y cerró con llave después de que él se marchara.
Después fue a su habitación, se dio una ducha rápida, se puso un camisón y se metió en la cama con otro de los volúmenes de los diarios de Joe.
Sin embargo, no podía concentrarse aquella noche. Las palabras de otro hombre, el hombre quemado, se le repetían en la mente una y otra vez. «Los vampiros son reales... Joseph es real, y va a ponerse furioso cuando averigüe que...»
Suspiró e intentó volver a la lectura. De repente, unas palabras leídas al azar captaron su atención.
Trampilla... Bajo la casa... Ataúd...
Se estremeció. Aquello era algo que podía verificar fácilmente. Cerró el libro, saltó de la cama y bajó las escaleras hacia lo que había sido el despacho de Joe. Su estancia favorita, y la de ______, también. Tragó saliva y quitó la alfombra oriental que había frente a la chimenea.
El suelo estaba perfecto. No había bisagras ni la marca de una trampilla, ni nada parecido. Sin embargo, recordó que ella había hecho instalar una tarima nueva en el suelo. Además, muchas veces había tenido la sensación de que Joe estaba cerca de ella, de que la acariciaba, de que entraba en su mente. ¿Cuántas veces durante las últimas semanas? Y, sobre todo, cuando estaba en aquella habitación.
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