Conectarse
Últimos temas
miembros del staff
Beta readers
|
|
|
|
Equipo de Baneo
|
|
Equipo de Ayuda
|
|
Equipo de Limpieza
|
|
|
|
Equipo de Eventos
|
|
|
Equipo de Tutoriales
|
|
Equipo de Diseño
|
|
créditos.
Skin hecho por Hardrock de Captain Knows Best. Personalización del skin por Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Sus Hombres de Fantasia (Jonas y tu) Adaptación TERMINADA
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
Página 8 de 36. • Comparte
Página 8 de 36. • 1 ... 5 ... 7, 8, 9 ... 22 ... 36
Re: Sus Hombres de Fantasia (Jonas y tu) Adaptación TERMINADA
Holaa Chicas! bienvenidas a las nuevas lectoras :D que buenoo que les gustee los quieroo besos :hi:
—¿Contigo? Por supuesto. Pienso en ti… Maldita sea. Constantemente. Así es mi deseo. —Le acarició la mejilla—. Y mi amor.
Ella parpadeaba, respiró estremecida, aferrándose a sus voluminosos bíceps para sostenerse. ¿Estaba tratando de decirle que no sólo la deseaba, sino… que la amaba?
—¿De veras?
Una sonrisa asomó a los labios de él mientras la mano se movía suavemente por el hombro de ella.
—Sé que nosotros normalmente compartimos las risas. Pero hablo en serio. Si creyera por un segundo que te casarías conmigo, estaría de rodillas con un anillo en la mano, suplicándote.
Su respiración temblorosa casi se convirtió en hiperventilación. Oh, Dios mío.
—Somos amigos, Joe.
—Podríamos ser mucho más.
—No tenía idea de que sentías esto con tanta fuerza.
—Eso eres para mí, ______.
—¿Cómo puedes saberlo? Quiero decir, nosotros nunca hemos… um… —Las revelaciones de Joe eran tan sorprendentes que no podía construir una frase coherente.
—¿Besado? ¿Tenido sexo? —arqueó una ceja dorada—. Podemos resolver eso ahora mismo.
La cama estaba en la visión periférica de ______. Podrían estar en ella… juntos… en los próximos minutos. Podía tener a Joe como su amante, tener una de sus fantasías cumplidas.
La tentación chocó contra ella. Se le hizo un nudo apretado en el estómago. Incluso la idea la humedeció. En el pasado, él le había sugerido sutilmente que quería acostarse con ella, lo envolvió en una broma provocativa o un doble sentido. Ella lo había ignorado. Nada cubría sus palabras esta noche.
¿Si lo rechazaba ahora, estaría haciendo lo debido? ¿O lo lamentaría?
—Estás pensando demasiado. Te deseo, me deseas. Te amo.
Él la miraba expectante, esos ojos verdes brillando con honestidad. La amaba.
En serio, realmente la amaba. ______ no podía mentirle. El momento era demasiado honesto, demasiado crudo, para cualquier otra cosa.
—Te amo mucho.
—Ah, nena… —Él sonrió y la estrechó en sus brazos—. Comencemos allí. Del resto nos preocuparemos más tarde.
Ella no debería. ______ lo sabía. Esto cambiaría su relación con Joe… y con Nick y Kevin.
Pero cuando él se inclinó y apoyó la boca sobre la de ella con urgencia hambrienta, ella se perdió.
Era como abrazar a una montaña, grande, tierno, poderoso, innegable… toda una fuerza en sí mismo. Ante el apremio insistente de sus labios, se abrió para dejarle entrar. El barrido de él contra su lengua fue una gran explosión de sabor y sensación.
Vivificante y limpio, la llenó con un destello de sensación que la arrasó de excitación y necesidad.
______ le echó los brazos alrededor de los hombros y se perdió en su toque. Él le acunaba la parte de atrás de la cabeza, prodigándole un beso de infarto detrás de otro hasta que ella quedó jadeante y dolorida.
Los juguetes no tenían nada en comparación con este hombre y ______ temía que, después de esta noche, nunca se saciaría con ellos otra vez.
—Nena —respiró él contra los labios—. No sé cuánto tiempo he querido… deseado.
—Sí, lo sé. —Más de lo que él podría imaginar.
—¿Piensas en mí cuando te tocas?
Habló con voz áspera y baja en su oreja, luego presionó la boca en la garganta, en la clavícula, en el montículo de su pecho por encima del vestido. Una de sus manos se abrió camino hasta la parte posterior de sus muslos hasta acunar su culo desnudo. Bajo ese tipo de asalto, ______ no podía ser otra cosa que honesta.
—Lo hago.
—Jesús —masculló sin aliento—. No lo hagas para ti misma nunca más. Te corres para mí. ¿Entiendes?
No era tan simple y ella trataba de encontrar las palabras para explicar, pero él le bajó bruscamente la cremallera del vestido hasta el abdomen y lo apartó de sus pechos.
—Joder —murmuró—. Eres preciosa, nena.
______ tuvo que reprimir un impulso instintivo de cubrirse los pechos.
—Son grandes.
—Sí —dijo, como si eso fuese el hecho más maravilloso en la vida.
Él le acunó uno, el pulgar rozando el pezón. Ya estaba duro, pero su toque le produjo un placer temerario a través de todo el cuerpo. Se quedó sin aliento por la sensación eléctrica y sintió que su sexo manaba a raudales otra vez.
La boca de Joe cubrió la suya una vez más, ahora devorando, como un misil buscando el calor, anhelando. Ella se derritió como cera de una vela encendida cuando él le acunó el otro pecho, haciendo rodar el pezón, apretando. Su sexo se tensó de necesidad.
Un rato más tarde, él apartó bruscamente la boca.
—Cuando te beso, sabes asombrosa. Pero tengo que saborearte en todas partes.
La anticipación revoloteaba en su vientre, y antes de que pudiera parpadear, Joe se inclinó hacia su pecho, sosteniendo el pezón contra su lengua, encerrándolo entre sus dientes. La mordió, luego la reconfortó con una succión que la hizo gritar y asirse a él con más fuerza aún.
Mientras Joe movía la cabeza de un pecho a otro y repetía el proceso, metió su pie entre los de ella y le separó las piernas. Un instante después, sus dedos se movieron furtivamente a través de su clítoris y ella lloriqueó ante la dulce fricción de su toque.
—Eso es, nena. Estás tan húmeda para mí. Voy a hacerte sentir muy bien —le dijo con voz poco clara contra su pezón antes de chuparlo de nuevo.
Mientras ella permanecía de pie, temblando, necesitando, él se dejó caer sobre las rodillas y ajustó su boca sobre ella. ¡Eureka! Había pensado cien veces en Joe, Nick o Kevin dándole placer oral. Las fantasías no tenían nada que ver con la realidad.
Ante su grito, él le chupó el clítoris dentro de la boca, jugó con él utilizando la lengua y hundió dos dedos en la entrada resbaladiza y apretada.
Era como si el orgasmo que se había dado veinte minutos antes jamás hubiera sucedido. ______ nunca podía recordar un dolor tan agudo e implacable. Y él todavía no cejaba. Se limitó a levantarle el muslo sobre el hombro mientras golpeteaba la lengua sobre ella otra vez en una caricia malvada. ______ apretó las manos en su grueso cabello. Cuando él agregó un tercer dedo dentro de ella y frotó un lugar sensible que sólo su vibrador pequeño alguna vez había tocado, toda la sangre abandonó su cabeza. ______ juraba que iba a caer al suelo y suplicar.
Había extrañado el toque de un hombre, esa dura pasión… pero la necesidad de Joe la dejó estupefacta. El deseo colapsó sobre ella cuando le lamió la pequeña protuberancia de nuevo, atormentándola un segundo, comiéndola viva al siguiente.
—M… me voy a correr. —Por favor… Clavó sus uñas en los hombros de él, aferrándose al borde de cordura en el que no podía pensar, no podía respirar… y no le importaba.
—Lo esperaré con ilusión. —Sus dedos atinaron a su dulce lugar otra vez—. Muy pronto. ¿Cuánto tiempo ha sido para ti, nena? Estás apretada y no quiero lastimarte.
______ no podía recordar que hacía mucho.
—Desde David.
Joe se quedó inmóvil.
—¿Cinco jodidos años?
Ella asintió con la cabeza. Sin su toque, cada terminación nerviosa en su cuerpo ansiaba aún más.
—¡Joe!
—Nunca tendrás que volver a pedirlo, nena. Tendrás suerte si prescindes cinco horas de aquí en adelante.
______ apenas había levantado las cejas ante esa afirmación antes de que Joe se pusiera de pie y se desabrochara los vaqueros. Ella atrapó un mero vislumbre de su polla prominente, gruesa y de punta roma, antes que él la levantara en sus brazos y le separara las piernas. Un segundo después la empaló, estirándola imposiblemente. Su carne punzaba y ardía mientras él se enterraba más profundo, empujaba más duro. La satisfacción estaba casi a su alcance.
Siguió el asombro. Esto estaba sucediendo. Joe estaba desnudo y profundamente dentro de ella. No era una fantasía o algo en su cabeza. Ellos estaban haciendo el amor y finalmente era real.
—Maldita sea, eres alucinante. Apretada. Caliente —masculló él contra su garganta—. Te amo.
En dos pasos llegó a la cama y la acostó, luego se hundió profundo dentro de ella.
La punta de la polla llameó contra su sitio repleto de nervios. Ella gemía mientras el orgasmo se aproximaba y se aferraba con fuerza de él.
Siempre había imaginado que el sexo con cualquiera de sus hombres sería increíble… eso había alimentado sus fantasías durante meses… pero esto estaba mucho más allá de todo lo que había imaginado. Mientras él se movía contra ella, la piel de ambos se humedecía más y más, adhiriéndolos. Las respiraciones estaban sincronizadas mientras empujaba aún más en su interior, con ferocidad, acunando su culo, coreando su nombre. Él saqueó su boca con abandono. A medida que pasaba cada segundo se ponía más duro, su respiración más áspera, el placer de ella más embriagador.
—¡Joe! —Ella le arañaba la espalda y besaba su recorrido a través de sus musculosos hombros, esforzándose por encontrarle.
—Necesito ver que te corres para mí, nena.
La quemazón detrás de su clítoris se hinchó, se aceleró. Sus músculos se tensaron. Su mundo se detuvo.
Luego explotó.
Ella gritó cuando el placer se disparó a través de su cuerpo. Joe se tensó, su polla hinchándose mientras gemía en la oreja de ______. Profundo en el interior, ella lo sintió grueso, pesado y caliente cuando él se corrió.
Volaba, ingrávida, eterna. Atesorada. Y también enamorada. De ninguna manera podría vivir sin tener a Joe así de nuevo.
Mientras sus movimientos se hacían más lentos, él le dejaba caer una lluvia de besos en la cara. Arrojándole los brazos al cuello, frotó su mejilla contra la de él, luego le acarició con la nariz el cuello.
Se sentía libre, renacida en los brazos de Joe. Para su sorpresa, las lágrimas le mojaban sus mejillas.
Cuando la realidad lentamente la golpeó, se convirtieron en sollozos desgarradores.
Estar con Joe había sido muy impactante, más allá de toda fantasía. ¿Qué ocurriría la próxima vez que vieran a Nick y Kevin? Joe la tocaría, asumiendo que ahora era su derecho. Nick se sorprendería, posiblemente herido. Kevin estaría furioso.
Los había perdido a los dos.
Y si ella apartaba a Joe en este momento, lo perdería, también.
¿Por qué había cedido a la tentación?
—Oye, nena, sin lágrimas. —Aún enterrado dentro de ella, Joe le retiraba el cabello de la cara—. No te lastimé, ¿verdad?
—N… no.
Pero él le había complicado la vida. Olvídalo. Ella se la había complicado. Joe meramente le había dado lo que ambos deseaban. Ahora ella tenía que hacer frente a las consecuencias.
—¿Contigo? Por supuesto. Pienso en ti… Maldita sea. Constantemente. Así es mi deseo. —Le acarició la mejilla—. Y mi amor.
Ella parpadeaba, respiró estremecida, aferrándose a sus voluminosos bíceps para sostenerse. ¿Estaba tratando de decirle que no sólo la deseaba, sino… que la amaba?
—¿De veras?
Una sonrisa asomó a los labios de él mientras la mano se movía suavemente por el hombro de ella.
—Sé que nosotros normalmente compartimos las risas. Pero hablo en serio. Si creyera por un segundo que te casarías conmigo, estaría de rodillas con un anillo en la mano, suplicándote.
Su respiración temblorosa casi se convirtió en hiperventilación. Oh, Dios mío.
—Somos amigos, Joe.
—Podríamos ser mucho más.
—No tenía idea de que sentías esto con tanta fuerza.
—Eso eres para mí, ______.
—¿Cómo puedes saberlo? Quiero decir, nosotros nunca hemos… um… —Las revelaciones de Joe eran tan sorprendentes que no podía construir una frase coherente.
—¿Besado? ¿Tenido sexo? —arqueó una ceja dorada—. Podemos resolver eso ahora mismo.
La cama estaba en la visión periférica de ______. Podrían estar en ella… juntos… en los próximos minutos. Podía tener a Joe como su amante, tener una de sus fantasías cumplidas.
La tentación chocó contra ella. Se le hizo un nudo apretado en el estómago. Incluso la idea la humedeció. En el pasado, él le había sugerido sutilmente que quería acostarse con ella, lo envolvió en una broma provocativa o un doble sentido. Ella lo había ignorado. Nada cubría sus palabras esta noche.
¿Si lo rechazaba ahora, estaría haciendo lo debido? ¿O lo lamentaría?
—Estás pensando demasiado. Te deseo, me deseas. Te amo.
Él la miraba expectante, esos ojos verdes brillando con honestidad. La amaba.
En serio, realmente la amaba. ______ no podía mentirle. El momento era demasiado honesto, demasiado crudo, para cualquier otra cosa.
—Te amo mucho.
—Ah, nena… —Él sonrió y la estrechó en sus brazos—. Comencemos allí. Del resto nos preocuparemos más tarde.
Ella no debería. ______ lo sabía. Esto cambiaría su relación con Joe… y con Nick y Kevin.
Pero cuando él se inclinó y apoyó la boca sobre la de ella con urgencia hambrienta, ella se perdió.
Era como abrazar a una montaña, grande, tierno, poderoso, innegable… toda una fuerza en sí mismo. Ante el apremio insistente de sus labios, se abrió para dejarle entrar. El barrido de él contra su lengua fue una gran explosión de sabor y sensación.
Vivificante y limpio, la llenó con un destello de sensación que la arrasó de excitación y necesidad.
______ le echó los brazos alrededor de los hombros y se perdió en su toque. Él le acunaba la parte de atrás de la cabeza, prodigándole un beso de infarto detrás de otro hasta que ella quedó jadeante y dolorida.
Los juguetes no tenían nada en comparación con este hombre y ______ temía que, después de esta noche, nunca se saciaría con ellos otra vez.
—Nena —respiró él contra los labios—. No sé cuánto tiempo he querido… deseado.
—Sí, lo sé. —Más de lo que él podría imaginar.
—¿Piensas en mí cuando te tocas?
Habló con voz áspera y baja en su oreja, luego presionó la boca en la garganta, en la clavícula, en el montículo de su pecho por encima del vestido. Una de sus manos se abrió camino hasta la parte posterior de sus muslos hasta acunar su culo desnudo. Bajo ese tipo de asalto, ______ no podía ser otra cosa que honesta.
—Lo hago.
—Jesús —masculló sin aliento—. No lo hagas para ti misma nunca más. Te corres para mí. ¿Entiendes?
No era tan simple y ella trataba de encontrar las palabras para explicar, pero él le bajó bruscamente la cremallera del vestido hasta el abdomen y lo apartó de sus pechos.
—Joder —murmuró—. Eres preciosa, nena.
______ tuvo que reprimir un impulso instintivo de cubrirse los pechos.
—Son grandes.
—Sí —dijo, como si eso fuese el hecho más maravilloso en la vida.
Él le acunó uno, el pulgar rozando el pezón. Ya estaba duro, pero su toque le produjo un placer temerario a través de todo el cuerpo. Se quedó sin aliento por la sensación eléctrica y sintió que su sexo manaba a raudales otra vez.
La boca de Joe cubrió la suya una vez más, ahora devorando, como un misil buscando el calor, anhelando. Ella se derritió como cera de una vela encendida cuando él le acunó el otro pecho, haciendo rodar el pezón, apretando. Su sexo se tensó de necesidad.
Un rato más tarde, él apartó bruscamente la boca.
—Cuando te beso, sabes asombrosa. Pero tengo que saborearte en todas partes.
La anticipación revoloteaba en su vientre, y antes de que pudiera parpadear, Joe se inclinó hacia su pecho, sosteniendo el pezón contra su lengua, encerrándolo entre sus dientes. La mordió, luego la reconfortó con una succión que la hizo gritar y asirse a él con más fuerza aún.
Mientras Joe movía la cabeza de un pecho a otro y repetía el proceso, metió su pie entre los de ella y le separó las piernas. Un instante después, sus dedos se movieron furtivamente a través de su clítoris y ella lloriqueó ante la dulce fricción de su toque.
—Eso es, nena. Estás tan húmeda para mí. Voy a hacerte sentir muy bien —le dijo con voz poco clara contra su pezón antes de chuparlo de nuevo.
Mientras ella permanecía de pie, temblando, necesitando, él se dejó caer sobre las rodillas y ajustó su boca sobre ella. ¡Eureka! Había pensado cien veces en Joe, Nick o Kevin dándole placer oral. Las fantasías no tenían nada que ver con la realidad.
Ante su grito, él le chupó el clítoris dentro de la boca, jugó con él utilizando la lengua y hundió dos dedos en la entrada resbaladiza y apretada.
Era como si el orgasmo que se había dado veinte minutos antes jamás hubiera sucedido. ______ nunca podía recordar un dolor tan agudo e implacable. Y él todavía no cejaba. Se limitó a levantarle el muslo sobre el hombro mientras golpeteaba la lengua sobre ella otra vez en una caricia malvada. ______ apretó las manos en su grueso cabello. Cuando él agregó un tercer dedo dentro de ella y frotó un lugar sensible que sólo su vibrador pequeño alguna vez había tocado, toda la sangre abandonó su cabeza. ______ juraba que iba a caer al suelo y suplicar.
Había extrañado el toque de un hombre, esa dura pasión… pero la necesidad de Joe la dejó estupefacta. El deseo colapsó sobre ella cuando le lamió la pequeña protuberancia de nuevo, atormentándola un segundo, comiéndola viva al siguiente.
—M… me voy a correr. —Por favor… Clavó sus uñas en los hombros de él, aferrándose al borde de cordura en el que no podía pensar, no podía respirar… y no le importaba.
—Lo esperaré con ilusión. —Sus dedos atinaron a su dulce lugar otra vez—. Muy pronto. ¿Cuánto tiempo ha sido para ti, nena? Estás apretada y no quiero lastimarte.
______ no podía recordar que hacía mucho.
—Desde David.
Joe se quedó inmóvil.
—¿Cinco jodidos años?
Ella asintió con la cabeza. Sin su toque, cada terminación nerviosa en su cuerpo ansiaba aún más.
—¡Joe!
—Nunca tendrás que volver a pedirlo, nena. Tendrás suerte si prescindes cinco horas de aquí en adelante.
______ apenas había levantado las cejas ante esa afirmación antes de que Joe se pusiera de pie y se desabrochara los vaqueros. Ella atrapó un mero vislumbre de su polla prominente, gruesa y de punta roma, antes que él la levantara en sus brazos y le separara las piernas. Un segundo después la empaló, estirándola imposiblemente. Su carne punzaba y ardía mientras él se enterraba más profundo, empujaba más duro. La satisfacción estaba casi a su alcance.
Siguió el asombro. Esto estaba sucediendo. Joe estaba desnudo y profundamente dentro de ella. No era una fantasía o algo en su cabeza. Ellos estaban haciendo el amor y finalmente era real.
—Maldita sea, eres alucinante. Apretada. Caliente —masculló él contra su garganta—. Te amo.
En dos pasos llegó a la cama y la acostó, luego se hundió profundo dentro de ella.
La punta de la polla llameó contra su sitio repleto de nervios. Ella gemía mientras el orgasmo se aproximaba y se aferraba con fuerza de él.
Siempre había imaginado que el sexo con cualquiera de sus hombres sería increíble… eso había alimentado sus fantasías durante meses… pero esto estaba mucho más allá de todo lo que había imaginado. Mientras él se movía contra ella, la piel de ambos se humedecía más y más, adhiriéndolos. Las respiraciones estaban sincronizadas mientras empujaba aún más en su interior, con ferocidad, acunando su culo, coreando su nombre. Él saqueó su boca con abandono. A medida que pasaba cada segundo se ponía más duro, su respiración más áspera, el placer de ella más embriagador.
—¡Joe! —Ella le arañaba la espalda y besaba su recorrido a través de sus musculosos hombros, esforzándose por encontrarle.
—Necesito ver que te corres para mí, nena.
La quemazón detrás de su clítoris se hinchó, se aceleró. Sus músculos se tensaron. Su mundo se detuvo.
Luego explotó.
Ella gritó cuando el placer se disparó a través de su cuerpo. Joe se tensó, su polla hinchándose mientras gemía en la oreja de ______. Profundo en el interior, ella lo sintió grueso, pesado y caliente cuando él se corrió.
Volaba, ingrávida, eterna. Atesorada. Y también enamorada. De ninguna manera podría vivir sin tener a Joe así de nuevo.
Mientras sus movimientos se hacían más lentos, él le dejaba caer una lluvia de besos en la cara. Arrojándole los brazos al cuello, frotó su mejilla contra la de él, luego le acarició con la nariz el cuello.
Se sentía libre, renacida en los brazos de Joe. Para su sorpresa, las lágrimas le mojaban sus mejillas.
Cuando la realidad lentamente la golpeó, se convirtieron en sollozos desgarradores.
Estar con Joe había sido muy impactante, más allá de toda fantasía. ¿Qué ocurriría la próxima vez que vieran a Nick y Kevin? Joe la tocaría, asumiendo que ahora era su derecho. Nick se sorprendería, posiblemente herido. Kevin estaría furioso.
Los había perdido a los dos.
Y si ella apartaba a Joe en este momento, lo perdería, también.
¿Por qué había cedido a la tentación?
—Oye, nena, sin lágrimas. —Aún enterrado dentro de ella, Joe le retiraba el cabello de la cara—. No te lastimé, ¿verdad?
—N… no.
Pero él le había complicado la vida. Olvídalo. Ella se la había complicado. Joe meramente le había dado lo que ambos deseaban. Ahora ella tenía que hacer frente a las consecuencias.
CariitoJonas15
Re: Sus Hombres de Fantasia (Jonas y tu) Adaptación TERMINADA
POOORFIIINNNNN!!!
PEROO :wut: AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHH!!!
CREOO QUE LA ENTIENDOO UN POOOCOOOOOO!!!!!!!..
Y AHORAAA QUE HAAAAARRRAAANNNN LOS CUATROS!!????
AAII SIGUELA PORFIISS
PEROO :wut: AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHH!!!
CREOO QUE LA ENTIENDOO UN POOOCOOOOOO!!!!!!!..
Y AHORAAA QUE HAAAAARRRAAANNNN LOS CUATROS!!????
AAII SIGUELA PORFIISS
chelis
Re: Sus Hombres de Fantasia (Jonas y tu) Adaptación TERMINADA
:lloro: ahh y ahora que va a pasar con Nick y Kevin??
Joe me encanta pero esto complica las cosas
Siguela!!!
Joe me encanta pero esto complica las cosas
Siguela!!!
aranzhitha
Re: Sus Hombres de Fantasia (Jonas y tu) Adaptación TERMINADA
ohh wow!! I can't believe this!! wow!! jajaj no puede ser con joe!! ay no podia esperar mas! jaja :P fue fantastico!! seguila!! besos!! <3 ^^
SmileJonas
Re: Sus Hombres de Fantasia (Jonas y tu) Adaptación TERMINADA
siguela esto esat super me encantaaaa
quiero mas capítulos
quiero mas capítulos
ElitzJb
Re: Sus Hombres de Fantasia (Jonas y tu) Adaptación TERMINADA
Capítulo 3
—No te di permiso para irte, ______.
______ agarró su bolso un poco más fuerte y maldijo en voz baja. Kevin Beck, con su deliciosa y mejor exigencia, se paró detrás de ella. Normalmente era un profesional consumado, la orden sexual tan sutil en el tono, que ella a menudo se preguntaba si la había imaginado porque la deseaba tanto. Someterse a un hombre nunca se le había ocurrido… hasta Kevin. Ella fantaseaba sobre eso constantemente, aunque en realidad él nunca trató de dominarla.
Hasta esta semana.
Después de su error del lunes por la noche con Joe, ella se había arrastrado al trabajo el martes por la mañana temprano con la esperanza de escapar a los recuerdos sumergiéndose en el trabajo. Gracias a Dios, Joe tenía planificado estar en la estación de bomberos las próximas cuarenta y ocho horas. Hasta que su siguiente turno finalizara, ______ esperaba que la oficina fuera su refugio de las sábanas revueltas sobre la cama que aún olían a sexo.
Kevin hizo imposible la paz. Se dirigía a ella con un filo nuevo en la voz. Se paraba más cerca, la miraba con más intensidad, haciéndola temblar de necesidad.
El martes, había ido a trabajar repleta de un millar de recriminaciones, ahogándose en una tonelada de culpa. Cuando regresó a su casa, sus bragas estaban húmedas por el deseo que Kevin le inspiró. Hoy, estaban empapadas y si ella no se escapaba de su jefe… Bueno, a él no se le escapaban muchas cosas de su atención. Y tan a flor de piel y confundida como ahora se sentía, no sabía lo que sucedería.
Después de cinco años de abstinencia, había tenido un amante. Ahora deseaba otro. ¿Qué le estaba pasando?
—Son más de las seis, señor —cerró los ojos, rezando para que él tuviera misericordia.
Ella tenía que calmarse o Kevin adivinaría cuanto lo deseaba.
—Puedo ver la hora. No he terminado contigo. Deja tus cosas y ven a mi oficina. —Kevin se volvió y cruzó la habitación, entrando en su dominio privado.
Su discurso era pura gilipollez… pero el tono era pura miel. Sin embargo, ella tenía que resistir… por su cordura y su futuro.
—Señor, necesito probarme un vestido para la boda de mi primo. Soy una de sus damas de honor.
—La prueba no comienza hasta dentro de una hora y media. —Él enarcó una ceja oscura—. Te necesito ahora.
Una orden directa, del jefe al subordinado. Con un suspiro, ______ colocó sus cosas en el escritorio y lo siguió.
La oficina estaba silenciosa ahora. Todo el mundo se había ido. Las luces estaban apagadas en las demás partes del edificio. El aire acondicionado se apagó con un clic. Con cada paso, ______ oía sus respiraciones temblorosas, el sonido de los pasos sobre la alfombra… Kevin tamborileando con los dedos en la puerta abierta.
Con los ojos pegados a la cara morena y brillante, pasó junto a él. Y se mordió el labio. Su mirada la quemaba. El corazón de ______ vaciló ante la imagen. Él la deseaba. Por primera vez en mucho tiempo, no lo escondía. Dios, ¿por qué ahora, cuando se sentía tan débil?
Él cerró la puerta. El chasquido sutil encerrándolos en total privacidad hizo que se le tensara el estómago.
—¿Era Garrison con el que te oí hablar por teléfono hace un minuto?
El alivió se movió a través de ella. De esto podía hablar.
—Sí, señor.
Kevin cruzó los brazos sobre su amplio pecho.
—¿Te ofrece un trabajo de nuevo?
Ella asintió con la cabeza.
—En Miami.
—¿Y tú le contestaste…?
Lo mismo que siempre le decía; que disfrutaba trabajando para Kevin y se sentía demasiado leal para abandonar el barco. Incluso si le estaba ofreciendo más dinero, no valía la pena abandonar su casa, sus padres… y sus hombres.
—No.
Kevin soltó el aliento y algo de la tensión abandonó sus hombros. Todos los días, en pequeñas formas como esta, él demostraba que la quería con él. Que le importaba. Se había metido en sus pensamientos. En su corazón.
—Muy bien —la alabó—. Ahora quiero preguntarte sobre tu conducta de esta semana.
La única cosa que ella realmente no quería discutir.
—Señor, lo… lo siento. No me estoy sintiendo bien.
El rostro de él se suavizó por un momento.
—¿Qué pasó? El lunes por la noche, en la fiesta, te veías radiante. El martes te arrastraste hasta aquí luciendo pálida y cansada, con los ojos hinchados y rojos.
—Tenía resaca.
—¿Duró dos días?
—Bien, luego me salieron las alergias.
—No tienes alergias. —Levantó una ceja oscura hacia ella—. No me mientas.
Maldita sea, era demasiado inteligente y siempre la ponía nerviosa.
—Señor…
—Estás distraída. Derramaste café en un informe importante esta mañana. No estás comiendo. —Ella abrió la boca y Kevin levantó la mano—. Antes de decir una palabra, debes saber que no quiero más excusas ni mentiras. Quiero respuestas.
No podía dárselas. Si ella le dijese que había cometido un error maravilloso con Joe, Kevin se enojaría. Incluso lo lastimaría. Casi cuatro años atrás, cuando ella le había dicho que no tenía amantes, él le había hecho jurar que si alguna vez cambiaba de idea, él sería el primero, el hecho de que fuera su jefe era una mierda.
Había faltado a su palabra.
—He… he tenido problemas de insomnio.
Eso, al menos, no era una completa mentira. Había estado demasiado preocupada el último día y medio para dormir mucho. ¿Qué iba a hacer cuando el turno de Joe finalizara y él llamara a su puerta? Y llamaría. Ya le había dejado tres mensajes. No supo cómo responderlos.
—Tal vez, pero algo lo causó. ¿Qué?
—N… nada.
—¿Sabes lo que le ocurre a las niñitas que me mienten?
______ tenía una muy buena idea.
Desde que se enteró que Kevin era un Dominante, había estado leyendo novelas eróticas con hombres así. Sus fantasías con él siempre implicaban a su jefe atándola, dominando con maestría su cuerpo... con Joe y Nick participando en sus castigos y su placer.
—¿T… tú las disciplinas?
—Sí. ¿Y sabes lo que eso significa?
______ contuvo el aliento. ¿La pondría sobre sus rodillas y le zurraría? Kevin la agarró de la muñeca y la acercó bruscamente, la mirada implacable. Ella leyó la respuesta a la pregunta tácita. Sí, eso era exactamente lo que haría. Incapaz de apartar los ojos, sus entrañas aleteando, ella lo miró fijamente.
—Lo… lo siento. No dejaré que nada afecte mi trabajo de nuevo. —______ no estaba segura de cómo mantendría esa promesa.
—No estoy preocupado por tu rendimiento en el trabajo; eres una empleada excelente, por lo que Garrison sigue tratando de contratarte a mis espaldas. Estoy preocupado por ti. Pero si me mientes de nuevo, no tendré reparo en disciplinarte.
Dios mío, ¿por qué incluso su amenaza la hacía humedecerse?
—No tienes derecho. —Ella trató que las palabras sonaran fuertes, antagónicas. Salieron jadeantes.
—¿Realmente quieres desafiarme en esto?
No. Porque si él torcía su dedo y se mantenía hablando así, ella se fundiría en un charco de deseo a sus pies. ¿Cómo incluso era posible eso? Estaba aún procesando su culpa por tener relaciones sexuales con Joe, y ahora…
—Por favor, señor. Esto no tiene nada que ver con el trabajo.
Kevin clavó duramente los ojos en ella.
—Considérate fuera de hora, entonces. Te estoy hablando como un… amigo ahora, no como tu jefe. ¿Está claro?
Pero no sonaba amigable, sonaba agresivo.
—Sí, señor.
Él se acercó, caminando majestuosamente hacia ella en la pequeña oficina cerrada, obligando a ______ a retroceder hasta que su trasero golpeó con el borde del escritorio. Los ojos de Kevin destellaban de satisfacción cuando apuntaló las manos sobre el escritorio, a ambos lados de sus caderas, atrapándola en la jaula de sus brazos.
—¿Qué te sucedió entre la fiesta y la vuelta al trabajo ayer por la mañana?
Aquí venía el aluvión de preguntas… y ella no tenía ninguna buena respuesta.
—Es… es personal.
Él vaciló.
—¿Están tus padres bien? ¿Necesitas ayuda con algo? ¿Dinero?
—No. Mis padres están bien. Están en Italia en estos momentos. No… no necesito dinero. Gracias, pero…
—No tienes hermanos, ni mascotas. Ni amigos íntimos, aparte de Joe y Nick. ¿Te peleaste con uno de ellos?
—No.
Kevin tamborileó con los dedos sobre el escritorio, lento, medido, insistente.
—¿Follaste a alguno de ellos?
Muajajja soy tan malaa :P
—No te di permiso para irte, ______.
______ agarró su bolso un poco más fuerte y maldijo en voz baja. Kevin Beck, con su deliciosa y mejor exigencia, se paró detrás de ella. Normalmente era un profesional consumado, la orden sexual tan sutil en el tono, que ella a menudo se preguntaba si la había imaginado porque la deseaba tanto. Someterse a un hombre nunca se le había ocurrido… hasta Kevin. Ella fantaseaba sobre eso constantemente, aunque en realidad él nunca trató de dominarla.
Hasta esta semana.
Después de su error del lunes por la noche con Joe, ella se había arrastrado al trabajo el martes por la mañana temprano con la esperanza de escapar a los recuerdos sumergiéndose en el trabajo. Gracias a Dios, Joe tenía planificado estar en la estación de bomberos las próximas cuarenta y ocho horas. Hasta que su siguiente turno finalizara, ______ esperaba que la oficina fuera su refugio de las sábanas revueltas sobre la cama que aún olían a sexo.
Kevin hizo imposible la paz. Se dirigía a ella con un filo nuevo en la voz. Se paraba más cerca, la miraba con más intensidad, haciéndola temblar de necesidad.
El martes, había ido a trabajar repleta de un millar de recriminaciones, ahogándose en una tonelada de culpa. Cuando regresó a su casa, sus bragas estaban húmedas por el deseo que Kevin le inspiró. Hoy, estaban empapadas y si ella no se escapaba de su jefe… Bueno, a él no se le escapaban muchas cosas de su atención. Y tan a flor de piel y confundida como ahora se sentía, no sabía lo que sucedería.
Después de cinco años de abstinencia, había tenido un amante. Ahora deseaba otro. ¿Qué le estaba pasando?
—Son más de las seis, señor —cerró los ojos, rezando para que él tuviera misericordia.
Ella tenía que calmarse o Kevin adivinaría cuanto lo deseaba.
—Puedo ver la hora. No he terminado contigo. Deja tus cosas y ven a mi oficina. —Kevin se volvió y cruzó la habitación, entrando en su dominio privado.
Su discurso era pura gilipollez… pero el tono era pura miel. Sin embargo, ella tenía que resistir… por su cordura y su futuro.
—Señor, necesito probarme un vestido para la boda de mi primo. Soy una de sus damas de honor.
—La prueba no comienza hasta dentro de una hora y media. —Él enarcó una ceja oscura—. Te necesito ahora.
Una orden directa, del jefe al subordinado. Con un suspiro, ______ colocó sus cosas en el escritorio y lo siguió.
La oficina estaba silenciosa ahora. Todo el mundo se había ido. Las luces estaban apagadas en las demás partes del edificio. El aire acondicionado se apagó con un clic. Con cada paso, ______ oía sus respiraciones temblorosas, el sonido de los pasos sobre la alfombra… Kevin tamborileando con los dedos en la puerta abierta.
Con los ojos pegados a la cara morena y brillante, pasó junto a él. Y se mordió el labio. Su mirada la quemaba. El corazón de ______ vaciló ante la imagen. Él la deseaba. Por primera vez en mucho tiempo, no lo escondía. Dios, ¿por qué ahora, cuando se sentía tan débil?
Él cerró la puerta. El chasquido sutil encerrándolos en total privacidad hizo que se le tensara el estómago.
—¿Era Garrison con el que te oí hablar por teléfono hace un minuto?
El alivió se movió a través de ella. De esto podía hablar.
—Sí, señor.
Kevin cruzó los brazos sobre su amplio pecho.
—¿Te ofrece un trabajo de nuevo?
Ella asintió con la cabeza.
—En Miami.
—¿Y tú le contestaste…?
Lo mismo que siempre le decía; que disfrutaba trabajando para Kevin y se sentía demasiado leal para abandonar el barco. Incluso si le estaba ofreciendo más dinero, no valía la pena abandonar su casa, sus padres… y sus hombres.
—No.
Kevin soltó el aliento y algo de la tensión abandonó sus hombros. Todos los días, en pequeñas formas como esta, él demostraba que la quería con él. Que le importaba. Se había metido en sus pensamientos. En su corazón.
—Muy bien —la alabó—. Ahora quiero preguntarte sobre tu conducta de esta semana.
La única cosa que ella realmente no quería discutir.
—Señor, lo… lo siento. No me estoy sintiendo bien.
El rostro de él se suavizó por un momento.
—¿Qué pasó? El lunes por la noche, en la fiesta, te veías radiante. El martes te arrastraste hasta aquí luciendo pálida y cansada, con los ojos hinchados y rojos.
—Tenía resaca.
—¿Duró dos días?
—Bien, luego me salieron las alergias.
—No tienes alergias. —Levantó una ceja oscura hacia ella—. No me mientas.
Maldita sea, era demasiado inteligente y siempre la ponía nerviosa.
—Señor…
—Estás distraída. Derramaste café en un informe importante esta mañana. No estás comiendo. —Ella abrió la boca y Kevin levantó la mano—. Antes de decir una palabra, debes saber que no quiero más excusas ni mentiras. Quiero respuestas.
No podía dárselas. Si ella le dijese que había cometido un error maravilloso con Joe, Kevin se enojaría. Incluso lo lastimaría. Casi cuatro años atrás, cuando ella le había dicho que no tenía amantes, él le había hecho jurar que si alguna vez cambiaba de idea, él sería el primero, el hecho de que fuera su jefe era una mierda.
Había faltado a su palabra.
—He… he tenido problemas de insomnio.
Eso, al menos, no era una completa mentira. Había estado demasiado preocupada el último día y medio para dormir mucho. ¿Qué iba a hacer cuando el turno de Joe finalizara y él llamara a su puerta? Y llamaría. Ya le había dejado tres mensajes. No supo cómo responderlos.
—Tal vez, pero algo lo causó. ¿Qué?
—N… nada.
—¿Sabes lo que le ocurre a las niñitas que me mienten?
______ tenía una muy buena idea.
Desde que se enteró que Kevin era un Dominante, había estado leyendo novelas eróticas con hombres así. Sus fantasías con él siempre implicaban a su jefe atándola, dominando con maestría su cuerpo... con Joe y Nick participando en sus castigos y su placer.
—¿T… tú las disciplinas?
—Sí. ¿Y sabes lo que eso significa?
______ contuvo el aliento. ¿La pondría sobre sus rodillas y le zurraría? Kevin la agarró de la muñeca y la acercó bruscamente, la mirada implacable. Ella leyó la respuesta a la pregunta tácita. Sí, eso era exactamente lo que haría. Incapaz de apartar los ojos, sus entrañas aleteando, ella lo miró fijamente.
—Lo… lo siento. No dejaré que nada afecte mi trabajo de nuevo. —______ no estaba segura de cómo mantendría esa promesa.
—No estoy preocupado por tu rendimiento en el trabajo; eres una empleada excelente, por lo que Garrison sigue tratando de contratarte a mis espaldas. Estoy preocupado por ti. Pero si me mientes de nuevo, no tendré reparo en disciplinarte.
Dios mío, ¿por qué incluso su amenaza la hacía humedecerse?
—No tienes derecho. —Ella trató que las palabras sonaran fuertes, antagónicas. Salieron jadeantes.
—¿Realmente quieres desafiarme en esto?
No. Porque si él torcía su dedo y se mantenía hablando así, ella se fundiría en un charco de deseo a sus pies. ¿Cómo incluso era posible eso? Estaba aún procesando su culpa por tener relaciones sexuales con Joe, y ahora…
—Por favor, señor. Esto no tiene nada que ver con el trabajo.
Kevin clavó duramente los ojos en ella.
—Considérate fuera de hora, entonces. Te estoy hablando como un… amigo ahora, no como tu jefe. ¿Está claro?
Pero no sonaba amigable, sonaba agresivo.
—Sí, señor.
Él se acercó, caminando majestuosamente hacia ella en la pequeña oficina cerrada, obligando a ______ a retroceder hasta que su trasero golpeó con el borde del escritorio. Los ojos de Kevin destellaban de satisfacción cuando apuntaló las manos sobre el escritorio, a ambos lados de sus caderas, atrapándola en la jaula de sus brazos.
—¿Qué te sucedió entre la fiesta y la vuelta al trabajo ayer por la mañana?
Aquí venía el aluvión de preguntas… y ella no tenía ninguna buena respuesta.
—Es… es personal.
Él vaciló.
—¿Están tus padres bien? ¿Necesitas ayuda con algo? ¿Dinero?
—No. Mis padres están bien. Están en Italia en estos momentos. No… no necesito dinero. Gracias, pero…
—No tienes hermanos, ni mascotas. Ni amigos íntimos, aparte de Joe y Nick. ¿Te peleaste con uno de ellos?
—No.
Kevin tamborileó con los dedos sobre el escritorio, lento, medido, insistente.
—¿Follaste a alguno de ellos?
Muajajja soy tan malaa :P
CariitoJonas15
Re: Sus Hombres de Fantasia (Jonas y tu) Adaptación TERMINADA
:wut: :wut: :wut: :wut: AHOORAA LE TOCA KEEVIIIN????
AAII UY ESTE E MAS ASTUUUTOOOOO!!!!!
:wut: :wut: :wut:
SIGUELAAAA PORFIISS
AAII UY ESTE E MAS ASTUUUTOOOOO!!!!!
:wut: :wut: :wut:
SIGUELAAAA PORFIISS
chelis
Re: Sus Hombres de Fantasia (Jonas y tu) Adaptación TERMINADA
ahhh le dira la verdad??
Siguela!!!
Siguela!!!
aranzhitha
Página 8 de 36. • 1 ... 5 ... 7, 8, 9 ... 22 ... 36
Temas similares
» Crash - Nicholas Jonas & Tu (Adaptación) - TERMINADA!
» '' EL MILLONARIO '' (NICK JONAS & TU) ADAPTACION [TERMINADA]
» El rompecorazones [Nick Jonas] Adaptacion [Terminada]
» Clash - Nicholas Jonas & Tu (Adaptación) - TERMINADA!
» Crow's Row - Nicholas Jonas & TU (Adaptación) TERMINADA!
» '' EL MILLONARIO '' (NICK JONAS & TU) ADAPTACION [TERMINADA]
» El rompecorazones [Nick Jonas] Adaptacion [Terminada]
» Clash - Nicholas Jonas & Tu (Adaptación) - TERMINADA!
» Crow's Row - Nicholas Jonas & TU (Adaptación) TERMINADA!
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
Página 8 de 36.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Miér 20 Nov 2024, 12:51 am por SweetLove22
» My dearest
Lun 11 Nov 2024, 7:37 pm por lovesick
» Sayonara, friday night
Lun 11 Nov 2024, 12:38 am por lovesick
» in the heart of the circle
Dom 10 Nov 2024, 7:56 pm por hange.
» air nation
Miér 06 Nov 2024, 10:08 am por hange.
» life is a box of chocolates
Mar 05 Nov 2024, 2:54 pm por 14th moon
» —Hot clown shit
Lun 04 Nov 2024, 9:10 pm por Jigsaw
» outoflove.
Lun 04 Nov 2024, 11:42 am por indigo.
» witches of own
Dom 03 Nov 2024, 9:16 pm por hange.