"El blog de Mia" (Harry Styles)

Era Josh, el baterista sensual de la banda. Malditas sabandijas ¿Dónde se han metido?

— ¿Quién eres tú? —se apresuro a interrogar el castaño. Yo baje la mirada, se suponía que debía mantener mi identidad anónima en secreto.

—Soy la ganadora…no espera, soy el ganador— me corregí mentalmente, no debía mostrar debilidad, pero haber dicho eso debió haber provocado una duda en su cabeza. Soy un desastre de actriz.

—Ahh, los chicos están en el otro remolque, el que está al lado. No vuelvas a entrar sin tocar. —seguro, no estaba dispuesta a seguir las instrucciones de mama y seguiré las de él. Idiota.

Salí de ahí, avergonzada de lo sucedido, estaba con el torso desnudo. Y ahora sí, con toda la confianza del mundo me dirigía al remolque de One direction.

Toque nuevamente después de esperar unos minutos ahí afuera, los muy idiotas quieren que les hagan todo uno. ¡¿Acaso tienen un mayordomo con paso de pingüino que no abre la puerta?!

Abrí resignada y decidida a no seguir esperando como una tonta ahí afuera. Se supone que había “ganado” un concurso y estaba dispuesta a cobrarlo, después de todo, igual me esforcé por estar en donde estaba ahora.

Raptar a un directioner boy chillón no era trabajo fácil.

Medite un segundo mis tácticas antes de poner de un comienzo el plan secuestro. Se supone que las chicas también deberían poner de su parte, desde el momento que ellas aceptaron mi “contrato” por estar en contra de One direction, ya no se pueden salir.

Antes de que saliera alguien, ya que había sentido pasos acercarse a la puerta, me aleje. Salí corriendo detrás del remolque y me fije quien había salido, era Liam.

A pesar de que odiaba con mi vida esa banda, la sensación de ver en persona a alguien que quisiste e idolatraste alguna vez, era…extraña. Extrañamente sentí emoción, pero de seguro era solo porque estaba ansiosa y no hallaba la hora para poder raptarlos y llevárselos a mi hermana, Candace, que hablando de ella no la he ido a ver desde ese día que le prometí que le traería a One direction hasta el hospital, aunque no pienso ir a visitarlas con las manos vacías, ella debía por lo menos…morir tranquila.

Liam hecho un último vistazo alrededor para comprobar si seguía alguien ahí, de seguro Rachel se hubiese vuelto loca en ese preciso momento y se le lanzaría encima.
Por eso no las traje.

No había caso, debía hacer esto con alguien, sola me sería imposible y como había dicho anteriormente, iré chico por chico.

***

—Chicas tengo otro plan—comencé a contarles los cambios. Ellas me miraron frustradas, esta era la cuarta vez que cambiamos de planes.

—Sam, tú me acompañaras y me ayudaras con Louis—ella se sonrojo notoriamente y hay caí en la cuenta, de que Sam le gustaba Louis.

Las chicas asintieron a las indicaciones que yo les daba, Sam me acompañaría a secuestrar a Louis y seguido de eso, lo llevaríamos directo al sótano de mi casa y así sucesivamente traeríamos chico por chico a mi casa.

Y nuestra primera víctima era: Louis Tomnlinson.



Sam se abrocho el cinturón nerviosa, estaba vestida con un traje negro de látex y un gorro negro que cubría gran parte de su rostro. El ajustado látex a su cuerpo hacia que resaltaran sus curvas. De todos modos estos trajes no eran para seducir, si no, para que pasáramos más desapercibidas a la hora de secuestrar a Louis.

Encendí el auto y me asegure de traer todos los implementos que necesitaba. Me mire por el retrovisor y comencé a conducir nerviosamente.

Sam jugaba con sus dedos, nerviosa, se acomodaba uno que otro mechón que se escapaba de su lugar y volvía su mirada a la ventana. Si seguía así, nunca podre secuestrar a Louis.

Llegamos hasta la plaza en donde aun se dispersaban algunas directioners. Arrugue la nariz, sería más difíciles teniéndolas aquí encima.

Parecían palomas hambrientas por migas de pan.

Se me ocurrió una táctica para espantarlas o por lo menos ahuyentarlas por unos minutos, en los que Sam hacia el trabajo sucio de raptar a su amor platónico.

Me baje las gafas de sol a una medida pertinente para poder mirar a las chicas que aun reposaban en los arboles, rodeando los remolques con pancartas y posters de ellos. Ilusas.

Todavía estaba vestida con la ropa extravagante del chico al que curiosamente gano el concurso. Me ajuste bien las gafas y salí del auto junto con una pequeña maleta. Tenía varios objetos que me podrían servir.

Me detuve unos segundos en donde un grupo de chicas se había reunido a conversar, era un gran círculo.

— ¿Escucharon lo que dijo la animadora? —hablo una chica cotilla.

—Ay, por supuesto que sí. Gano un chico, que lamentable, pero al parecer están dentro del remolque. Lo más seguro es que fuera gay o muy fan de One direction. ¿Quizás que estarán haciendo allí dentro?

—No sé, me asusta más la idea de que los maten o algo por el estilo. ¿Supieron la noticia de “Mr. X”?. ¡Casi me da un infarto!

Bueno tenía que admitirlo, a mi también casi me da un infarto. Pero no se apresuren a pensar de que yo extrañaría a esos idiotas, si no, porque decepcionaría a mi hermana y no podría vivir con la culpabilidad de no haberle realizado su sueño. Vivir con el remordimiento de una muerte y sentirse culpable hasta los últimos minutos de tu vida, no seria para nada bonito.

Quiero morir tranquila y si esos idiotas quieren suicidarse o cortarse las venas y morir desangrados, me importa un pepino. Yo debo cumplir con lo que prometí antes de que pase a mayores y me arrepienta de haberle prometido a Candace, el mejor obsequio que toda Fan quiere. Y después de eso, no me importa en lo absoluto lo que hagan ellos. Si quieren volverse gay, que lo hagan porque a mí me daría lo mismo, total ya habría cumplido con mi parte y viviría feliz hasta mi muerte. O por lo menos hasta que se me presente otro problema.

Salí de mi escondite y me uní al grupo de chicas. Ellas me miraron de pies a cabeza y sonrieron al darse cuenta de que yo era “Un directioner boy”.

Las salude y después me pegue una cachetada, porque se me había olvidado que mi voz debería sonar mas ronca, como la de un chico. Soy un fracaso de espía y actriz.

—Chicas, no pude evitar escuchar su conversación, pero me veo en la obligación de decirles que One direction corre peligro. En estos momentos el “Mr. X” está al otro lado de la ciudad, planeando todo. Solo por si querían saber, les digo esto para que vayan a ver qué sucede ¿Si?

Ellas asintieron asustadas. Sus rostros deformados me causaron risa, pero ahogue la carcajada, para seguir con el plan en marcha.

Me devolví por el camino que anduve hace unos minutos y me junte con Sam bajo un gran árbol. Ella me miro analizando mi ansioso rostro y el de ella no se quedaba atrás.

—Bueno, al parecer ser actriz no es mi mayor fuerte, pero nadie miente como yo lo hago.

—De eso estoy segura.

— ¿Tienes todo listo? —interrogue dudosa. Ella asintió, sonreí de lado y me aferre al bolso donde llevaba algunas cosas importantes.

Camine junto a Sam hasta llegar a las afueras de lo que sería el remolque de los chicos. Ya era de noche y la oscuridad en este día seria mi mejor amiga. Me ayudaría mucho a dejarlos de brazos cruzados sin poder hacer nada, con solo la luna alumbrando.

Tome de la mano a Sam, guiándola entre la oscuridad y los arboles con los que constantemente chocaba. Era divertido verla en ese estado.

Me detuve en el momento que escuche risas desde adentro y agudice mi oído para oír mejor, que era lo que platicaban. Y entre ellas logre escuchar escasos susurros por parte de ellos.

“Si, las muy ilusas creen que vamos a salir a dar autógrafos”

“No sé, me da igual. Solo quiero irme a casa y que el ganador llegue luego.”

“Me…me iré a tomar un poco de aire a fuera.”

Y esa fue la señal de Dios que me había enviado, en el que me indicaba que debía poner todo en marcha. Me asome por un lado del arbusto y observe como Louis cerraba la puerta tras de sí mismo. Saco un cigarrillo de su bolsillo y Sam ahogo un grito de sorpresa. ¡Louis fumaba! ¡¿Desde cuándo?! Pero de todos modos no me interesaba, si él quería morirse de Cáncer, que lo hiciera. Total es por voluntad propia que el adelante su muerte.

Mire por el rabillo del ojo a Sam, sin quitar mis sentido de Louis y pude ver que estaba tapando su boca de la impresión de verlo y la necesidad de llorar ahí mismo, aunque ya algunas lagrimas se habían escapado. ¿Desde hace cuanto tiempo llevaba esta chica enamorada de Louis?

El comenzó a darle caladas al cigarro y se sentó en el pasto a mirar las estrellas. Escuche un leve susurro de Sam, decirme:

—Como desearía estar al lado de él, acompañándolo en sus momentos tristes y felices.

Y aunque por más duro que mi corazón fuera, sus palabras me llegaron de verdad. Estaba enamorada y del amigo de su hermano. Eso era triste tomando en cuenta que el apenas sabía de su existencia, aunque ella debía pensar que podría ser peor, por lo menos el sabia de su existencia, no como todas las ilusas de las directioners que aman a alguien sin tomar en cuenta que esta persona ni si quiera sabe en qué país están.

Aleje esos pensamientos que cada vez me hacían enojarme más con ellos y me enfoque en mi preciado plan. Secuéstralos Mia, secuéstralos ¿Qué podría salir mal?

Si, habían muchas consecuencias no benéficas para mi si es que algo pudiese salir mal. Tomando en cuenta de que en poco tiempo seré mayor de edad y tendría la edad suficiente como para ir a la cárcel por secuestro y quizás por amordazamiento. Pero todo sea por Candace y el deseo de cumplir su sueño.

Debía actuar rápido y decidirme entre secuestrar o no al idiota de Louis. Era ahora o nunca, pero antes de que pudiera reaccionar me fije que Sam ya no estaba a mi lado. Me desespera por la idea de que ella ya estuviese…

Pero ya era demasiado tarde. No sé en qué momento llego ahí, pero solo me fije que con un suave empujón y un golpe en la nuca, Louis cayo inconsciente en los brazos de Sam.

Corrí hasta donde estaban y asentí ante la propuesta rápida de Sam. Lo metimos dentro de un saco que habíamos traído y a duras penas lo llevamos al auto.

Hasta el momento, había uno caído y resulto ser más fácil de lo que pensé.

Conducía nerviosa ante la idea de que Louis despertara en cualquier momento. Sam estaba en los asientos de atrás, escudriñando su rostro con presi cisión y amor.

Fije nuevamente mi mirada al frente, faltaban tan solo dos cuadras para llegar a mi casa. Resople tranquila cuando doble en la esquina y estacione afuera de mi casa precipitadamente. Las luces de la casa estaban apagadas, tal cual como las deje y de seguro las chicas estaban en el sótano, organizando todo para la llegada de los secuestrados.

Saque el manojo de llaves, mientras Sam intentaba bajar el saco donde se encontraba Louis, quizá asfixiándose por la falta de aire, pero era lo que menos me importaba en ese momento.

—Bueno, creo que hasta aquí llega tu aventura de Secuestro, Sam. Llámame a la siguiente chica y dile que se apresure antes de que se levanten sospechas de que Louis no está y llamen a la policía.

Ella asintió y creo haber visto en sus ojos una indecisión. Al parecer quería abrazarme y estaba luchando entre hacerlo o no.

— ¿Sabes? A veces es bueno dejarse llevar por los impulsos…

Y dicho esa palabra, que fue como la gota que rebalsó el vaso, ella me abrazo. Aferrándose a mí con cariño. Sentí la necesidad de protegerla y no solo a ellas, si no a todas las chicas que ese día me apoyaron en mi locura. Me sentía como una hermana mayor para ellas, y debo decir que me generaba una leve inquietud. Se supone que la antisocial aquí soy yo, no debería mostrarme compasiva, aunque ellas hayan entregado gran parte de su confianza en mí. Necesitaban darme tiempo para abrirme a alguien así, y sobre todo cuando son cinco chicas. Se supone que debería ir una por una y estas estancias eran las que fortalecían las amistades.

Después de unos quince minutos esperando en el auto, vi salir a Helena, con una chaqueta de cuero y una camisa negra, con el logo de “The Beatles” en frente, sonreí ante su buen gusto musical.

Y ahora partíamos con nuestro segundo secuestrado:

Zayn Malik.

—Helena, mantente quieta un segundo—le susurre a la pelirroja, ella asintió. Estaba nerviosa, al igual que lo estuvo Sam, solo era un chico. ¡Un miserable bastardo!

No eran más que unas celebridades caprichosas, que buscan su propia felicidad a costa de la directioners. No sé porque tanto amor por esos idiotas.

Hicimos el mismo procedimiento al llegar. Verificamos que todo estuviese en su lugar y nos dirigimos a unos metros del remolque, en donde Liam se encontraba afuera, buscando con la mirada a algo o más bien a alguien.

¡Mierda! Ya se dieron cuenta de la ausencia de Louis.

Me apresure a que Helena estuviese en su posición, mientras yo me preparaba para salir de mi escondite.

Ella asintió a mi señal de aprobación y yo saque un pie fuera del arbusto que rodeaba el remolque. Liam me vio.

Se supone que aun estaba vestida como chico, así que debía mantener esa posición, hasta que por lo menos tengamos a Liam bajo nuestras manos. El trago saliva nervioso y yo me acerque a él, imitando el caminar de un chico.

—Oye niñito, si quieres un autógrafo, este no es momento—lo mire y camine al lado de él rodeándolo, sin importarme sus palabras. Era un idiota, él ni cuenta se había dado al verme.

O eran muy tontos o yo era una gran actriz.

—No quiero un autógrafo, me gustaría un besito— estire mi labios y me acerque a él, mientras le hacia la señal a Helena para que procediera con el segundo paso. Liam puso una cara de asco y repulsión y con la palma de su mano, saco mi rostro de su mejilla. Dejándome una marca. Lo mire asesinamente y me asegure de que Helena estuviera fuera de los ojos de Liam. Ella debía entrar a toda costa a ese remolque y sacar a Zayn sin levantar sospechas o hacer ruido.

—No soy gay, idiota. Hubiese preferido que me sacaras una foto o me pidieras un autógrafo o tal vez…

Pero no lo deje terminar y mi mano quedo pegada en su mejilla, me resultaba más divertido verlos sufrir que cuando ponen cara de repulsión.

El me miro sorprendido y pasó rápidamente una mano por mi cabeza, no alcance a percatarme de que ya me había sacado el gorro y la peluca, dejando al descubierto mí azulado cabello y mi sorprendido rostro de chica. El sonrió de lado con malicia y se giro al remolque. ¿Qué podría hacer en estos momentos?

Y antes de que el comenzara a gritar por ayuda, saque rápidamente de mi maletín, un liquido especial para adormecerlo. Y se lo avente en su boca y nariz, respiro profundo y luego se desplomo en mis brazos adormecido.


Ya era hora que Helena debiera salir, o si no me encontrarían.

Por la puerta vi que se asomo una cabellera roja y sonreí con satisfacción. Nos reímos a carcajadas a encontrarnos en las mismas circunstancias. Yo afirmando a Liam del cuello, para que no se callera como saco de papas al suelo y Helena tenía en sus brazos a Zayn, durmiendo y con un gran moretón en el ojo. Realmente se veía muy tierno roncando y durmiendo en los brazos de una chica, todo lo varonil y de chico malo, se le quito en el momento que se desploma como un bebe durmiendo.

—No sé si te diste cuenta, pero el idiota de Liam sabe mi identidad. Así que no es necesario usar estas mascaras y disfraces ridículos.

Miro a Liam, que yacía en mis brazos y sonrió abiertamente al tener a Zayn en sus brazos. Justo donde lo quería, sumiso en los brazos de una mujer.

—Da igual, debemos irnos antes de que despierten y Niall se dé cuenta de que faltan chicos— miro a Liam y luego a Zayn, desvió su mirada a la entrada del remolque, donde pronto se podría asomar un guarda-espaldas—. ¿Tu mama no tendrá problemas en tener súper estrellas en el sótano de su casa?

—La verdad de las cosas, es que no pienso tener a esos idiotas en mi casa por mucho. Debemos convencerlos de que vayan al hospital, canten un par de canciones a mi hermana y luego se despidan correctamente de Candace. Después si quieren ellos me matan o me encierran en la cárcel, pero yo ya habré cumplido con mi promesa.

—Vaya, eres una gran hermana, ojala yo hubiese tenido una o uno— miro a Zayn y sus ojos brillaron al verlo dormir dificultosamente.

—Ya es hora de irnos. Toma a Zayn de cintura y llévalo a rastras al carro.
Ella asintió sonriente y suspiro al mirarlo.
Caminamos arrastrando a los cuerpos de Liam y Zayn al carro. Chocaron con una que otra rama, mas no me importo.
Una vez dentro del auto, acomodamos a cada uno en el asiento y con los cinturones abrochados partimos rumbo hasta mi casa.
Al llegar, bajamos directamente al sótano y nos encontramos con las chicas, haciéndole un montón de torturas a Louis. Este gritaba, con los ojos vendados y tres chicas alrededor del, haciéndole cosquillas con una pluma en los pies.
Me pegue una cachetada en la frente, no sé cómo se me ocurrió dejar a estos con las chicas, sabiendo las tonterías que pudieran hacer.
Después todo pasó como un rayo. Liam despertó y parecía un león rugiendo que lo soltaran, trato de golpearnos y llego Rachel a calmarlo. Pero el parecía no entender, así que sin más previo aviso, Rachel lo beso.
La rubia lo besaba con euforia y pasión, mientras Liam mantenía los ojos abiertos y le seguía el beso inconscientemente.
Bueno, Liam podíamos dejarlo de lado un rato con Rachel, de seguro la pasa bien. El siguiente era Niall y finalmente recogería a Harry, quien hasta el momento no me había dado el tiempo de siquiera pensar en el.
Solo me acuerdo de sus rizos y sus ojos brillantes. Esto no era bueno, se supone que mis sentimientos por Harry no tenían que volver y menos ahora que estaba a tan solo pasos de poder exterminarlos y sacarlos del mapa de los famoso o por lo menos de mi mapa.
Harry era y fue una peligrosa obsesión para mí. No era sano para mí volver a verlo, tenía miedo, pero tenía que avanzar en esto.
Así que, mi próxima víctima era: Niall Horan.