YOLOL: You Only Live Once in LOVE[#Joe & Tu]

______, cariño ¿cómo has estado? – Sonrió– no sabía que ella era tu novia

No tenía idea de que se conocieran– me miro–

Nunca preguntaste– conteste–

–Luisa rio– Da igual, ¿a que han venido? –pregunto interesada–

Ya sabes para que– mordió el ovulo de mi oreja–

Tengo todo lo que necesitan– respondió lento–

Dio media vuelta, adentrándose mas en la tienda, Joseph no dejaba de acariciarme el cuerpo, no me molestaba tanto, pero me parecía un tanto incomodo que lo hiciera en ese lugar. Paro de besar mi cuello al escuchar como luisa se aclaraba la garganta, los dos la miramos al mismo tiempo, en sus manos llevaba una bolsa transparente, a simple vista parecía que llevara harina, pero la realidad era otra, junto con esta venían un paquete de papeles, eso si me llamo la atención, no se me ocurría ningún uso que le pudiéramos dar, a excepción de la absorción de la coca.

Sin darme cuenta todo aquello ya se encontraba en manos de joe & luisa ya se estaba despidiendo de nosotros, me limite a fingir una amplia sonrisa, me había perdido en mis pensamientos y no tenía idea de que mierda estaban o trataban de hablar.

Camine junto con Joseph un buen trayecto de regreso al auto, subió sin ningún problema, me la pensé en subir, no desconfiaba de él, si no de la forma en que se encontraba. Pero aquella mirada, tan atrapan te me hacía dejar de dudar y solo comenzar a vivir.

Deje esas dudas atrás, entre al carro, como si no pasara nada, voltee a verlo, me extendía un pedazo de aquel raro papel, lo tome, al darle la vuelta tenia una “J” marcada, entresaque el ceño.

Es un tatuaje – respondió por si solo a mis dudas internas– Yo tengo uno igual – se sacó un poco la camisa permitiendo verle una __ que se encontraba perfectamente ubicada del lado izquierdo de su pecho– No pasa nada, no tengas miedo– sonrio–

Suspire levantando un poco mi camisa, tome el extraño papel para después colocarlo en la parte superior de mi abdomen del lado derecho. En cuanto esa cosa estuvo por completo pegada a mi piel, me sentí desfallecer.

Mis ojos se abrieron, me sentía tan feliz tan completa, mire a mi alrededor, era un cuarto, quien sabe de qué color, yo lo veía tan fascinante, pero no más que aquella sensación que recorría la parte superior de mi cuerpo, baje mis manos hasta donde esos suaves besos se depositaban en mi piel, sintiendo en seguida una exquisita melena.

Por fin has despertado– dijo alzando su mirada – Te he estado esperando – se acercó–

Coloque mis manos en su cuello, mientras alzaba el rostro, dándole paso a un beso relajante, pero como todo lo que comienza bien se vuelve mejor. Me alzo en brazos, recorriendo mi espina dorsal, esperando el momento correcto en que se decidiera por completo de mis prendas.

Rosaba con sus besos la lencería que acababa de comprar y tanto le había encantado, ronronee lo al sentir como sus dedos se deslizan contra su húmeda entrada que tanto anhelaba ser acariciada sintiéndome una vez más débil ante él.

Recorría cada parte de mi pecho, se sentía tan relajante, los chupetes que iba dejando en cada uno, lamiendo la coca que en ellos había depositado. ¿Quería volverme loca acaso?, al parecer asi era, no le bastaba verme agonizar, besaba mi ombligo mientras acariciaba mi pezón sin temor, no podía evitar deslizar  mis dedos por su cabello. Al cerrar los ojos, tratando de dejándome querer, dio media vuelta a mi cuerpo sin previo aviso, tomando mi trasero como suyo, comenzaba a ser más delicado en sus roces de  labios contra mi piel, hasta el momento en el que me separo las piernas, no podía evitar gemir ante el contacto de sus labios contra mi feminidad, apretaba las almohadas al punto de destrozarlas cada vez que sacaba su lengua despacio, saboreando mi sexo, no me imaginaba como podría estarme retorciendo de placer, pues en cada lamida sentía que su lengua ardía.

Grita, no intentes ocultar que eres mía – susurro al notar como mordía mis labios intentando ahogar los gritos–

Volvió a girarme para verlo, en cuanto lo hizo no pude sostenerle la mirada, cerré los ojos, echando la cabeza hacia atrás & sin más poder gritar, gemía como si mi vida dependiera de ello, sentía su sonrisa aun sin despegar sus labios de los míos, al abrir los ojos, lo primero que logre captar fue la expresión de deseos & placer que tenía en su rostro,  era algo increíble.

En un detallado momento, mi respiración se fue perdiendo, haciéndola dificultosa, los jadeos & gemidos lo hacían más difícil.

Tome la bolsa que contenía toda la coca, esparciendo una parte de ella en su abdomen, deje a un lado la dichosa bolsa, para comenzar a inhalarla, su mano bajaba & subía mí el dorso formando un camino con las yemas de sus dedos, cuando estuve segura que ya no cabía mas por mi nariz, inunde de besos su pecho, como él había lamido mis senos, fui recorriendo cada parte de él, desde su cuello hasta la parte baja de su abdomen. Hecho la cabeza hacia tras, apoderado por el placer que le producía mi lengua  al conjunto con mis labios. Sentía como la sangre me hervía y hasta pulsaba. 

Estaba a punto de explotar el sabor que dejaba en mi garganta lo aseguraba. Pero  con un movimiento brusco me aparto y enseguida me cargo, acorralando mi cuerpo contra la pared besándonos con salvajismo, no se podría pronunciar palabra alguna sobre aquella escena, nada que no fueran sus cuerpos jadeantes agonizando de placer.

 

*narra joe*

Desperté en un cuarto que no reconocía & mucho menos la cama en la que estaba recostado, no recordaba mucho, solo lo que era importante, lo último que había pasado en la noche, haber estado con ______ hasta ciertas horas de la madrugada, tome aire, una o dos veces & al estirarme la ausencia de alguien mas en la cama era notorio, mis ojos se abrieron de golpe.

¿_____? – susurre tratando de incorporarme a la cama

Una pequeña risa hizo que dirigiera la mirada hacia una parte en especial del cuarto, ahí se encontraba ella, tuve que llevarme las manos a mis parpados para poderla ver claramente. Recargada sobre el marco de la puerta del baño, su melena alborotada, con mi camisa cubriéndole los pechos que ni si quiera con esta se le llegaban a disimular sus pezones bien marcados, con un cigarro en sus dedos y esa sonrisa pícara que tanto la distinguía en sus labios. Sonreí junto con ella dándole unas palmadas al espacio junto a mí para que regresara a mi lado.

Rio, en seguida corrió hacia la cama dando un salto antes de llegar a esta, cayendo justo donde le había indicado.

¿Porque esa cara? – pregunto alzando una ceja–

¿Qué cara? – respondí imitándola –

Esa cara – contesto risueña–

Retire los cabellos que se interponían en su rostro, pasando mis dedos por su mejilla y deslizándolos hasta sus labios.

Estoy feliz – dije–

Su mirada se volvió profunda, se acercó más a mí, llenando de besos mi rostro, hasta formar un camino hacia mis labios, se fue acomodando por sí sola, enredo sus dedos en mi cabello colocándose arriba de mí. A los cuantos minutos dejo mis labios para bajar poco a poco, desde mi cuello hasta el abdomen, justo como la noche pasada, no aguantaba más, tome su rostro haciendo que volviera a subir, tenía que volver a hacerla mía, su mirada juguetona tenía ese toque para poner a hervir mi sangre, le di un pico rápido y en seguida di vuelta a nuestros cuerpos.