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Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
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Herida de Amor (Joe & Tú) [TERMINADA]
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Página 2 de 4. • 1, 2, 3, 4
Re: Herida de Amor (Joe & Tú) [TERMINADA]
holiiiis!,,nueva lectoraaa,,,me encantoo,,subee mas PORFAAAAAA!
fita_jonas
Re: Herida de Amor (Joe & Tú) [TERMINADA]
Hola chicas, aqui estoy subiendoles capitulo nuevo =)
¡Bienvenidas las nuevas lectoras!
Espero se queden hasta el final <3
Pero cuando _____ llegó a su casa, no había ni rastro de Janet ni de su Mercedes.
En la mesa de la cocina encontró una nota que decía: «He ido a Houston de compras, volveré mañana». Cuando la estaba leyendo, Curt apareció por la puerta, sin sombrero y sudoroso.
— ¿Se ha ido? —preguntó.
—Sí, a Houston. Volverá mañana.
—Estupendo —dijo Curt—. Así tendré tiempo para poner cerrojos en nuestros dormitorios.
—Has hablado con Joe, ¿verdad?
—Sí, y por lo visto te ha besado —murmuró él, con una sonrisa de oreja a oreja—. El pobre Harry casi se desgañita cuando ha llegado el camión del pienso. ¿Le gustas o no?
—Quiere que lo invite a salir y me pierda con él en algún camino solitario —dijo ella.
— ¿Y tú qué le has dicho?
—Que no seduzco a hombres en coches aparcados, por supuesto —le aseguró ella.
—Hermanita, escúchame un momento —dijo él en tono solemne—. Creo que nunca hemos hablado en serio de Joe...
—Y tampoco tenemos que hacerlo ahora —lo interrumpió ella—. Ya soy mayorcita y conozco su reputación. Estaba bromeando, lo sé.
Curt la miraba sin sonreír. Conocía perfectamente la fama de Joe con las mujeres y no pensaba permitir que su hermana fuera una más en su lista.
—De eso nada.
_____ se aclaró la garganta.
—Bueno, de todos modos no importa. Él no es hombre de casarse y yo no soy una mujer frívola. Además, a él le gustan más las reinas de belleza y las hijas de senadores.
Curt titubeó unos segundos, pero su hermana le sonrió antes de que pudiera decir nada más.
—Déjalo, ya tenemos bastantes problemas sin necesidad de añadir uno más. Vamos a la ferretería a comprar los cerrojos antes de que vuelva Janet.
Cuando _____ llegó a casa el martes por la tarde después del trabajo, aún no podía creer que Violet, harta ya de humillaciones, hubiera dejado su trabajo y estuviera ahora a las órdenes de Duke Wright. Blake Kemp no se lo había tomado nada bien. Pero a _____ le subieron los ánimos cuando vio la camioneta de Joe aparcada delante de su casa. Él estaba sentado en un lateral de la parte de atrás del vehículo, tallando un trozo de madera con una navaja. Cuando vio a _____ acercarse saltó al suelo para saludarla.
—Llegas tarde —se quejó él.
—Me he tenido que quedar a escribir unas notas —le informó ella.
—Eso es tarea de Violet.
—Violet se ha ido —dijo _____ con un suspiro—. Va a trabajar con Duke Wright.
—Pero si está loca por Kemp —dijo Joe.
— ¿Qué dices? —preguntó ella, mirándolo extrañada—. ¿Cómo lo sabes?
—Todo el mundo lo sabe. Violet está loca por Kemp desde siempre —Joe miró a su alrededor—. Janet no ha aparecido. Curt dice que se ha ido a Houston.
—Eso ponía en la nota que nos dejó —dijo ella, caminando hacia el porche de la casa—. Curt ha puesto cerrojos en las puertas de su habitación y la mía —le informó—. ¿Te apetece un café?
—Con huevos revueltos, beicon y una tostada —dijo él siguiéndola hasta la cocina.
— ¡Es la hora de cenar, no de desayunar! —exclamó ella—. Y pensaba preparar un estofado de ternera.
Joe se acercó a ella y la sujetó por la cintura con las dos manos.
—Si quieres que me case contigo, tienes que demostrarme que eres una buena cocinera.
— ¿Casarme...?
Pero antes de poder terminar la frase, Joe aprisionó sus labios entreabiertos con la boca y la besó despacio, con ternura, pero con las manos asiendo firmemente la cintura femenina, como si quisiera mantenerla separada de él cuando en realidad lo que deseaba era apretarla contra su cuerpo.
_____ estaba segura de que Jordan le estaba tomando el pelo. Sin ninguna duda. Él no quería casarse con nadie. El condado entero lo sabía. Él lo había dicho muchas veces.
—Deja de hacer eso —dijo él separando la cabeza unos centímetros.
— ¿El qué?
—Pensar. No puedes besar a un hombre y hacer cálculos analíticos a la vez.
—Dijiste que nunca te casarías.
—A lo mejor he cambiado de parecer —dijo él solemnemente. Y sin darle la oportunidad de responder, volvió a besarla, aunque esta vez fue un beso mucho más enérgico y exigente, invasor y posesivo. Joe la abrazó apasionadamente y la pegó contra él, arrancando un gemido de placer de los labios femeninos. _____ sintió la repentina dureza del cuerpo masculino contra sus caderas. Como si no le gustara que ella se diera cuenta, Joe se separó ligeramente.
—Esto está empezando a convertirse en un hábito —dijo ella casi sin respiración.
Los ojos de Joe descendieron hasta los senos que se adivinaban bajo la blusa y los dos pezones erectos que se marcaban bajo la tela de algodón, y se iluminaron con un repentino destello.
—No me mires así —susurró ella.
—Me deseas —dijo él—. Lo noto, lo veo.
—Arrogante... —empezó a decir ella, furiosa. Joe la sujetó por las caderas y la apretó contra su cuerpo.
—Es mutuo —dijo él.
—Ya me he dado cuenta —le espetó ella, apartándose con las mejillas rojas de vergüenza.
—No seas tan cría —la regañó él en tono suave—. Ya tienes edad para saber cómo es el deseo.
—No permitiré que me seduzcas en mi propia cocina para que te prepare algo de comer —dijo ella, dándole un empujón.
— ¿Entonces me invitas? —insistió él, divertido, siguiendo con los ojos la figura femenina mientras ella se movía entre los armarios de la cocina y el fogón—. ¿No vas a cambiarte de ropa? —preguntó—. No me importa ayudar.
—Puedo vestirme sola —le respondió ella.
—Yo me estaba ofreciendo a desvestirte —observó él.
_____ sintió que le ardían las mejillas. Era una mujer moderna e independiente, pero la idea de los ojos oscuros de Joe deslizándose sobre su cuerpo desnudo tuvo un efecto inmediato de placer que recorrió todo su ser. Sobre todo después del apasionado beso que le había dado.
—No deberías ir por ahí besando a mujeres, a menos que vayas en serio —lo reprendió ella poniendo unas tiras de beicon en una sartén.
— ¿Qué te hace pensar que no iba en serio? —dijo él, sentándose a horcajadas en una de las sillas de la cocina.
— ¿Tú? ¿El soltero empedernido por antonomasia?
—Siempre hay una mujer de la que no puedes mantenerte alejado —dijo él, sin dejar de mirarla con los ojos cargados de deseo.
—No para ti —dijo ella.
— ¿Eso crees?
_____ encendió uno de los hornillos de la cocina y colocó la sartén encima. De repente, Joe frunció el ceño.
— ¿Qué haces? ¿No pensarás freír el beicon ahí? —preguntó horrorizado. Y, levantándose de un salto, le quitó la sartén de las manos y colocó las tiras de beicon en un plato de papel. Después las cubrió con papel de cocina.
—Seguro que así se fríe —dijo ella riendo.
—En el microondas. ¿Dónde lo tienes?
— ¿El qué?
—El microondas —repitió Joe.
—No tenemos.
— ¿Qué dices? Todo el mundo tiene microondas.
—Nosotros no —afirmó _____
Joe estudió la cocina en silencio y dejó el plato en la encimera. El horno tenía al menos diez años y ni siquiera había lavavajillas. Todo era viejo, como la sartén de hierro que se usaba diariamente para preparar la comida.
—No me había dado cuenta de que las cosas estuvieran tan mal —murmuró él—. Creía que tu padre tenía dinero.
—Hasta que se casó con Janet. A ella no le gustaba comer en casa —dijo _____—. Mi padre quería cambiar la cocina, pero ella lo convenció para que le comprara un anillo de diamantes.
—Lo siento, lo siento mucho.
—No importa —dijo ella conmovida por la inesperada disculpa—. Estoy acostumbrada a vivir así.
—Nunca te quejas —dijo él enmarcándole la cara con las manos. _____ sonrió.
— ¿De qué voy a quejarme? Soy joven, soy fuerte y soy muy capaz de hacer todo lo que haga falta.
Joe la besó tiernamente.
—Esto es mejor que el postre —murmuró intensificando la presión del beso— ¡Ven aquí!
Joe la alzó contra él y la besó ávidamente, hasta dejarle los labios ligeramente hinchados y amoratados de la presión. A _____ le encantaba besarlo y deseó que aquel momento no terminara nunca. Pero de súbito él se separó.
—Esto no puede ser —murmuró ásperamente—. Curt llegará enseguida y no quiero que nos encuentre en la mesa de la cocina.
_____ abrió la boca escandalizada.
— ¡Joe!
Él se encogió de hombros y la miró.
—Era ahí donde estábamos a punto de terminar —dijo él, refunfuñando de frustración. Le dio el plato de beicon—. Toma, será mejor que lo frías como siempre. Aquí no se va a cocinar solo.
_____ le sonrió. Puso de nuevo el beicon en la sartén y tiró los trozos de papel de cocina que lo cubrían a la basura.
— ¿Por qué lo tiras? Se puede aprovechar —preguntó Joe.
—Bacterias —dijo ella—. Es mejor no usar nada que haya tocado carne cruda.
— ¿Eso os enseñan ahora en la universidad?
—Y muchas cosas más.
— ¿También os enseñan cómo usar un preservativo? —preguntó Joe maliciosamente, sin poder olvidar lo que acababa de suceder entre los dos. _____ se ruborizó.
—Por supuesto que no.
—No importa —dijo él—. Yo te enseñaré cuando llegue el momento.
—No pienso usar ningún preservativo.
— ¿Quieres niños enseguida? —insistió él.
— ¡No pienso acostarme contigo en la mesa de la cocina! —exclamó ella.
De repente se hizo un extraño silencio. Joe estaba mirado por encima del hombro de _____ hacia la puerta y la expresión de su cara no tenía precio. _____ giró la cabeza y vio a su hermano Curt de pie, apoyado en el marco de la puerta de la cocina y mirándolos con expresión de extrañeza.
—Cierra el pico, Curt —dijo ella—. Era una conversación hipotética.
—Lo del preservativo no —aclaró Joe con una sonrisa diabólica—. ¿Sabías que no les enseñan a utilizarlos en la universidad?
Curt no pudo contenerse más y estalló en carcajadas. _____ le tiró el trapo de cocina a la cara.
— ¡Los dos, fuera de mi cocina! Os llamaré cuando esté todo listo. ¡Fuera!
Durante la cena, Joe informó a los dos hermanos de que había contratado a un detective privado en San Antonio para que investigara el pasado de Janet y trabajara en colaboración con Blake Kemp. Al mencionar al padre de Violet, otra posible víctima de su madrastra, Curt preguntó:
—Ella trabaja para Kemp, ¿verdad?
—Ya no —respondió _____—. Se ha ido a trabajar con Duke Wright.
—Pobre Duke —dijo Curt—. Aún sigue intentando conseguir la custodia de su hijo.
—No es el primer hombre que pierde a su mujer por culpa del trabajo —dijo Joe—, aunque en este caso es el trabajo de la mujer —añadió mirando a _____ —. Y para que quede claro, para mí tú eres más importante que un nuevo toro, por muy pura sangre que sea.
—Gracias —dijo ella con ironía.
—Es mejor dejar las cosas bien claras desde el principio —dijo él con la misma ironía—. Por otro lado, también me gustaría saber si tienes intención de estudiar Derecho y largarte a trabajar a algún elegante bufete de la ciudad.
—Nadie sabe lo que nos puede deparar el futuro, Joe —dijo ella, pensativa—. Pero a mí no me gustan las ciudades. En cuanto a mi trabajo, me gusta investigar precedentes y otros casos, pero no defender uno ante un tribunal. No cambiaría mi trabajo por el de Blake Kemp.
Joe la miraba con cierta desconfianza. _____ también era consciente de la extrañeza que se iba apoderando del rostro de su hermano a medida que avanzaba la conversación.
—Seguro que eso era lo que decía la mujer de Duke Wright cuando era secretaria —comentó Joe—. Pero cuando terminó la carrera de Derecho, no le importó irse a trabajar a un bufete a San Antonio y dejar a Duke cambiando pañales y dando biberones cinco días a la semana.
_____ no entendía por qué Joe se había tomado tan en serio lo que les había sucedido a los Wright. No tenía nada que ver con él. Al principio pensó que hablaba en broma, pero ya no estaba tan segura.
—No supo que quería ser abogada hasta que fue demasiado tarde —continuó él—. Ahora trabaja en un importante bufete de Nueva York y gana un montón de dinero pero no tiene tiempo para cuidar de su hijo. Por un lado le molesta y por otro no quiere renunciar a él. Y Duke está atrapado en medio.
—El mundo ha cambiado mucho —comentó _____—. A lo mejor ella tardó en darse cuenta de qué era lo que de verdad quería. De todos modos, no es asunto nuestro —añadió sonriendo—. ¿Quieres un trozo de tarta de cerezas? La hice ayer.
—No, gracias —repuso Joe poniéndose en pie—, tengo que irme. Os tendré informados de las investigaciones. Entretanto —añadió mirando a Curt— ni una palabra a Janet. Los dos asintieron.
—Gracias, Joe —dijo Curt.
— ¿Para qué están los vecinos? —dijo él, y rió. Pero se fue sin permitir que sus ojos se encontraran con los de _____.
—Joe estaba un poco raro, ¿no crees? —preguntó _____ a su hermano después de recoger la cocina.
—Tiene muchas cosas en la cabeza —dijo Curt—. Calhoun Ballenger se presenta al puesto de senador que tiene el viejo senador Merrill desde hace tantos años, y dicen que tanto el senador como su hija Julie están preocupados. Últimamente Julie está muy interesada en Joe. Recuerda que Merrill no tiene mucho capital, pero Joe sí. Y eso no es todo —continuó—. Hace unos días dos policías municipales pararon al senador por conducir borracho, y ahora éste está utilizando todas sus influencias en el Ayuntamiento para que retiren las acusaciones contra él. Una cosa así podría perjudicar mucho su campaña.
— ¿No pensarás que Joe vaya a enfrentarse a Cash Grier, ni siquiera por Julie?
—Lo único que sé es que últimamente pasa mucho tiempo con el senador y su hija.
Eso dolía. _____ se mordió el labio inferior, e intentó apartar de su mente el calor y la fuerza de los besos de Joe.
—Nosotros ya tenemos bastante con lo nuestro —dijo—. ¿Qué vamos a hacer con Janet?
—Tanto Kemp como el detective de Jordan la están investigando. Tranquila —dijo Curt—, no nos echará a la calle. Te lo prometo.
Aquella noche _____ no pudo conciliar el sueño, pensando en los comentarios de Joe y en la mirada que éste le había dirigido al preguntarle si estaba segura de no querer estudiar Derecho y hacerse una abogada de postín. _____ estaba totalmente segura del futuro que deseaba, pero Joe pensaba que era demasiado joven para saberlo con certeza.
«No voy a pensar ahora en eso», se dijo para sus adentros. Joe no tenía la menor intención de casarse con ella, independientemente de sus ambiciones profesionales. Curt acababa de decirle que últimamente Joe había visto mucho a Julie Merrill, y la sola imagen de los dos juntos la enfureció.
¡Bienvenidas las nuevas lectoras!
Espero se queden hasta el final <3
Capítulo Tres
Pero cuando _____ llegó a su casa, no había ni rastro de Janet ni de su Mercedes.
En la mesa de la cocina encontró una nota que decía: «He ido a Houston de compras, volveré mañana». Cuando la estaba leyendo, Curt apareció por la puerta, sin sombrero y sudoroso.
— ¿Se ha ido? —preguntó.
—Sí, a Houston. Volverá mañana.
—Estupendo —dijo Curt—. Así tendré tiempo para poner cerrojos en nuestros dormitorios.
—Has hablado con Joe, ¿verdad?
—Sí, y por lo visto te ha besado —murmuró él, con una sonrisa de oreja a oreja—. El pobre Harry casi se desgañita cuando ha llegado el camión del pienso. ¿Le gustas o no?
—Quiere que lo invite a salir y me pierda con él en algún camino solitario —dijo ella.
— ¿Y tú qué le has dicho?
—Que no seduzco a hombres en coches aparcados, por supuesto —le aseguró ella.
—Hermanita, escúchame un momento —dijo él en tono solemne—. Creo que nunca hemos hablado en serio de Joe...
—Y tampoco tenemos que hacerlo ahora —lo interrumpió ella—. Ya soy mayorcita y conozco su reputación. Estaba bromeando, lo sé.
Curt la miraba sin sonreír. Conocía perfectamente la fama de Joe con las mujeres y no pensaba permitir que su hermana fuera una más en su lista.
—De eso nada.
_____ se aclaró la garganta.
—Bueno, de todos modos no importa. Él no es hombre de casarse y yo no soy una mujer frívola. Además, a él le gustan más las reinas de belleza y las hijas de senadores.
Curt titubeó unos segundos, pero su hermana le sonrió antes de que pudiera decir nada más.
—Déjalo, ya tenemos bastantes problemas sin necesidad de añadir uno más. Vamos a la ferretería a comprar los cerrojos antes de que vuelva Janet.
Cuando _____ llegó a casa el martes por la tarde después del trabajo, aún no podía creer que Violet, harta ya de humillaciones, hubiera dejado su trabajo y estuviera ahora a las órdenes de Duke Wright. Blake Kemp no se lo había tomado nada bien. Pero a _____ le subieron los ánimos cuando vio la camioneta de Joe aparcada delante de su casa. Él estaba sentado en un lateral de la parte de atrás del vehículo, tallando un trozo de madera con una navaja. Cuando vio a _____ acercarse saltó al suelo para saludarla.
—Llegas tarde —se quejó él.
—Me he tenido que quedar a escribir unas notas —le informó ella.
—Eso es tarea de Violet.
—Violet se ha ido —dijo _____ con un suspiro—. Va a trabajar con Duke Wright.
—Pero si está loca por Kemp —dijo Joe.
— ¿Qué dices? —preguntó ella, mirándolo extrañada—. ¿Cómo lo sabes?
—Todo el mundo lo sabe. Violet está loca por Kemp desde siempre —Joe miró a su alrededor—. Janet no ha aparecido. Curt dice que se ha ido a Houston.
—Eso ponía en la nota que nos dejó —dijo ella, caminando hacia el porche de la casa—. Curt ha puesto cerrojos en las puertas de su habitación y la mía —le informó—. ¿Te apetece un café?
—Con huevos revueltos, beicon y una tostada —dijo él siguiéndola hasta la cocina.
— ¡Es la hora de cenar, no de desayunar! —exclamó ella—. Y pensaba preparar un estofado de ternera.
Joe se acercó a ella y la sujetó por la cintura con las dos manos.
—Si quieres que me case contigo, tienes que demostrarme que eres una buena cocinera.
— ¿Casarme...?
Pero antes de poder terminar la frase, Joe aprisionó sus labios entreabiertos con la boca y la besó despacio, con ternura, pero con las manos asiendo firmemente la cintura femenina, como si quisiera mantenerla separada de él cuando en realidad lo que deseaba era apretarla contra su cuerpo.
_____ estaba segura de que Jordan le estaba tomando el pelo. Sin ninguna duda. Él no quería casarse con nadie. El condado entero lo sabía. Él lo había dicho muchas veces.
—Deja de hacer eso —dijo él separando la cabeza unos centímetros.
— ¿El qué?
—Pensar. No puedes besar a un hombre y hacer cálculos analíticos a la vez.
—Dijiste que nunca te casarías.
—A lo mejor he cambiado de parecer —dijo él solemnemente. Y sin darle la oportunidad de responder, volvió a besarla, aunque esta vez fue un beso mucho más enérgico y exigente, invasor y posesivo. Joe la abrazó apasionadamente y la pegó contra él, arrancando un gemido de placer de los labios femeninos. _____ sintió la repentina dureza del cuerpo masculino contra sus caderas. Como si no le gustara que ella se diera cuenta, Joe se separó ligeramente.
—Esto está empezando a convertirse en un hábito —dijo ella casi sin respiración.
Los ojos de Joe descendieron hasta los senos que se adivinaban bajo la blusa y los dos pezones erectos que se marcaban bajo la tela de algodón, y se iluminaron con un repentino destello.
—No me mires así —susurró ella.
—Me deseas —dijo él—. Lo noto, lo veo.
—Arrogante... —empezó a decir ella, furiosa. Joe la sujetó por las caderas y la apretó contra su cuerpo.
—Es mutuo —dijo él.
—Ya me he dado cuenta —le espetó ella, apartándose con las mejillas rojas de vergüenza.
—No seas tan cría —la regañó él en tono suave—. Ya tienes edad para saber cómo es el deseo.
—No permitiré que me seduzcas en mi propia cocina para que te prepare algo de comer —dijo ella, dándole un empujón.
— ¿Entonces me invitas? —insistió él, divertido, siguiendo con los ojos la figura femenina mientras ella se movía entre los armarios de la cocina y el fogón—. ¿No vas a cambiarte de ropa? —preguntó—. No me importa ayudar.
—Puedo vestirme sola —le respondió ella.
—Yo me estaba ofreciendo a desvestirte —observó él.
_____ sintió que le ardían las mejillas. Era una mujer moderna e independiente, pero la idea de los ojos oscuros de Joe deslizándose sobre su cuerpo desnudo tuvo un efecto inmediato de placer que recorrió todo su ser. Sobre todo después del apasionado beso que le había dado.
—No deberías ir por ahí besando a mujeres, a menos que vayas en serio —lo reprendió ella poniendo unas tiras de beicon en una sartén.
— ¿Qué te hace pensar que no iba en serio? —dijo él, sentándose a horcajadas en una de las sillas de la cocina.
— ¿Tú? ¿El soltero empedernido por antonomasia?
—Siempre hay una mujer de la que no puedes mantenerte alejado —dijo él, sin dejar de mirarla con los ojos cargados de deseo.
—No para ti —dijo ella.
— ¿Eso crees?
_____ encendió uno de los hornillos de la cocina y colocó la sartén encima. De repente, Joe frunció el ceño.
— ¿Qué haces? ¿No pensarás freír el beicon ahí? —preguntó horrorizado. Y, levantándose de un salto, le quitó la sartén de las manos y colocó las tiras de beicon en un plato de papel. Después las cubrió con papel de cocina.
—Seguro que así se fríe —dijo ella riendo.
—En el microondas. ¿Dónde lo tienes?
— ¿El qué?
—El microondas —repitió Joe.
—No tenemos.
— ¿Qué dices? Todo el mundo tiene microondas.
—Nosotros no —afirmó _____
Joe estudió la cocina en silencio y dejó el plato en la encimera. El horno tenía al menos diez años y ni siquiera había lavavajillas. Todo era viejo, como la sartén de hierro que se usaba diariamente para preparar la comida.
—No me había dado cuenta de que las cosas estuvieran tan mal —murmuró él—. Creía que tu padre tenía dinero.
—Hasta que se casó con Janet. A ella no le gustaba comer en casa —dijo _____—. Mi padre quería cambiar la cocina, pero ella lo convenció para que le comprara un anillo de diamantes.
—Lo siento, lo siento mucho.
—No importa —dijo ella conmovida por la inesperada disculpa—. Estoy acostumbrada a vivir así.
—Nunca te quejas —dijo él enmarcándole la cara con las manos. _____ sonrió.
— ¿De qué voy a quejarme? Soy joven, soy fuerte y soy muy capaz de hacer todo lo que haga falta.
Joe la besó tiernamente.
—Esto es mejor que el postre —murmuró intensificando la presión del beso— ¡Ven aquí!
Joe la alzó contra él y la besó ávidamente, hasta dejarle los labios ligeramente hinchados y amoratados de la presión. A _____ le encantaba besarlo y deseó que aquel momento no terminara nunca. Pero de súbito él se separó.
—Esto no puede ser —murmuró ásperamente—. Curt llegará enseguida y no quiero que nos encuentre en la mesa de la cocina.
_____ abrió la boca escandalizada.
— ¡Joe!
Él se encogió de hombros y la miró.
—Era ahí donde estábamos a punto de terminar —dijo él, refunfuñando de frustración. Le dio el plato de beicon—. Toma, será mejor que lo frías como siempre. Aquí no se va a cocinar solo.
_____ le sonrió. Puso de nuevo el beicon en la sartén y tiró los trozos de papel de cocina que lo cubrían a la basura.
— ¿Por qué lo tiras? Se puede aprovechar —preguntó Joe.
—Bacterias —dijo ella—. Es mejor no usar nada que haya tocado carne cruda.
— ¿Eso os enseñan ahora en la universidad?
—Y muchas cosas más.
— ¿También os enseñan cómo usar un preservativo? —preguntó Joe maliciosamente, sin poder olvidar lo que acababa de suceder entre los dos. _____ se ruborizó.
—Por supuesto que no.
—No importa —dijo él—. Yo te enseñaré cuando llegue el momento.
—No pienso usar ningún preservativo.
— ¿Quieres niños enseguida? —insistió él.
— ¡No pienso acostarme contigo en la mesa de la cocina! —exclamó ella.
De repente se hizo un extraño silencio. Joe estaba mirado por encima del hombro de _____ hacia la puerta y la expresión de su cara no tenía precio. _____ giró la cabeza y vio a su hermano Curt de pie, apoyado en el marco de la puerta de la cocina y mirándolos con expresión de extrañeza.
—Cierra el pico, Curt —dijo ella—. Era una conversación hipotética.
—Lo del preservativo no —aclaró Joe con una sonrisa diabólica—. ¿Sabías que no les enseñan a utilizarlos en la universidad?
Curt no pudo contenerse más y estalló en carcajadas. _____ le tiró el trapo de cocina a la cara.
— ¡Los dos, fuera de mi cocina! Os llamaré cuando esté todo listo. ¡Fuera!
Durante la cena, Joe informó a los dos hermanos de que había contratado a un detective privado en San Antonio para que investigara el pasado de Janet y trabajara en colaboración con Blake Kemp. Al mencionar al padre de Violet, otra posible víctima de su madrastra, Curt preguntó:
—Ella trabaja para Kemp, ¿verdad?
—Ya no —respondió _____—. Se ha ido a trabajar con Duke Wright.
—Pobre Duke —dijo Curt—. Aún sigue intentando conseguir la custodia de su hijo.
—No es el primer hombre que pierde a su mujer por culpa del trabajo —dijo Joe—, aunque en este caso es el trabajo de la mujer —añadió mirando a _____ —. Y para que quede claro, para mí tú eres más importante que un nuevo toro, por muy pura sangre que sea.
—Gracias —dijo ella con ironía.
—Es mejor dejar las cosas bien claras desde el principio —dijo él con la misma ironía—. Por otro lado, también me gustaría saber si tienes intención de estudiar Derecho y largarte a trabajar a algún elegante bufete de la ciudad.
—Nadie sabe lo que nos puede deparar el futuro, Joe —dijo ella, pensativa—. Pero a mí no me gustan las ciudades. En cuanto a mi trabajo, me gusta investigar precedentes y otros casos, pero no defender uno ante un tribunal. No cambiaría mi trabajo por el de Blake Kemp.
Joe la miraba con cierta desconfianza. _____ también era consciente de la extrañeza que se iba apoderando del rostro de su hermano a medida que avanzaba la conversación.
—Seguro que eso era lo que decía la mujer de Duke Wright cuando era secretaria —comentó Joe—. Pero cuando terminó la carrera de Derecho, no le importó irse a trabajar a un bufete a San Antonio y dejar a Duke cambiando pañales y dando biberones cinco días a la semana.
_____ no entendía por qué Joe se había tomado tan en serio lo que les había sucedido a los Wright. No tenía nada que ver con él. Al principio pensó que hablaba en broma, pero ya no estaba tan segura.
—No supo que quería ser abogada hasta que fue demasiado tarde —continuó él—. Ahora trabaja en un importante bufete de Nueva York y gana un montón de dinero pero no tiene tiempo para cuidar de su hijo. Por un lado le molesta y por otro no quiere renunciar a él. Y Duke está atrapado en medio.
—El mundo ha cambiado mucho —comentó _____—. A lo mejor ella tardó en darse cuenta de qué era lo que de verdad quería. De todos modos, no es asunto nuestro —añadió sonriendo—. ¿Quieres un trozo de tarta de cerezas? La hice ayer.
—No, gracias —repuso Joe poniéndose en pie—, tengo que irme. Os tendré informados de las investigaciones. Entretanto —añadió mirando a Curt— ni una palabra a Janet. Los dos asintieron.
—Gracias, Joe —dijo Curt.
— ¿Para qué están los vecinos? —dijo él, y rió. Pero se fue sin permitir que sus ojos se encontraran con los de _____.
—Joe estaba un poco raro, ¿no crees? —preguntó _____ a su hermano después de recoger la cocina.
—Tiene muchas cosas en la cabeza —dijo Curt—. Calhoun Ballenger se presenta al puesto de senador que tiene el viejo senador Merrill desde hace tantos años, y dicen que tanto el senador como su hija Julie están preocupados. Últimamente Julie está muy interesada en Joe. Recuerda que Merrill no tiene mucho capital, pero Joe sí. Y eso no es todo —continuó—. Hace unos días dos policías municipales pararon al senador por conducir borracho, y ahora éste está utilizando todas sus influencias en el Ayuntamiento para que retiren las acusaciones contra él. Una cosa así podría perjudicar mucho su campaña.
— ¿No pensarás que Joe vaya a enfrentarse a Cash Grier, ni siquiera por Julie?
—Lo único que sé es que últimamente pasa mucho tiempo con el senador y su hija.
Eso dolía. _____ se mordió el labio inferior, e intentó apartar de su mente el calor y la fuerza de los besos de Joe.
—Nosotros ya tenemos bastante con lo nuestro —dijo—. ¿Qué vamos a hacer con Janet?
—Tanto Kemp como el detective de Jordan la están investigando. Tranquila —dijo Curt—, no nos echará a la calle. Te lo prometo.
Aquella noche _____ no pudo conciliar el sueño, pensando en los comentarios de Joe y en la mirada que éste le había dirigido al preguntarle si estaba segura de no querer estudiar Derecho y hacerse una abogada de postín. _____ estaba totalmente segura del futuro que deseaba, pero Joe pensaba que era demasiado joven para saberlo con certeza.
«No voy a pensar ahora en eso», se dijo para sus adentros. Joe no tenía la menor intención de casarse con ella, independientemente de sus ambiciones profesionales. Curt acababa de decirle que últimamente Joe había visto mucho a Julie Merrill, y la sola imagen de los dos juntos la enfureció.
Espero lo hayan disfrutado
Un beso para todas,
el fin de semana trataré de hacer una mini maraton ^^! Bye!
Un beso para todas,
el fin de semana trataré de hacer una mini maraton ^^! Bye!
UnbrokenGirl
Re: Herida de Amor (Joe & Tú) [TERMINADA]
y la vieja aun no aparece ..... muy sospechoso!!!
y joe poco a poco le va diciendo a la rayis cuales son
sus intenciones con ella
me encanta toda esta novela esta super genial siguelaaaa
y joe poco a poco le va diciendo a la rayis cuales son
sus intenciones con ella
me encanta toda esta novela esta super genial siguelaaaa
ElitzJb
Re: Herida de Amor (Joe & Tú) [TERMINADA]
NUEVA Y FIEL LECTORA!!!!!
estoy esperando el maraton!!!!!
me encanta esta nove suguela plisssssssssss
estoy esperando el maraton!!!!!
me encanta esta nove suguela plisssssssssss
Julieta♥
Re: Herida de Amor (Joe & Tú) [TERMINADA]
Julieta♥ escribió:NUEVA Y FIEL LECTORA!!!!!
estoy esperando el maraton!!!!!
me encanta esta nove suguela plisssssssssss
¡Bienvenida! me alegro mucho que te guste la nove
ahora subiré capítulo, que lo disfrutes, besosss
ahora subiré capítulo, que lo disfrutes, besosss
UnbrokenGirl
Re: Herida de Amor (Joe & Tú) [TERMINADA]
Capítulo Cuatro
Janet regresó al rancho en su Mercedes a última hora de la tarde. Sin apenas saludar, se sentó en el sofá y encendió un cigarrillo.
— ¿Dónde has estado estos tres días? —le preguntó _____ enfadada.
—Tenía asuntos que atender —respondió la mujer.
—Más vale que no tengan que ver con la venta de esta propiedad —le dijo _____ con firmeza.
— ¿Y quién me lo va a impedir?
—Blake Kemp.
Janet aplastó la colilla en el cenicero que _____ había dejado en la mesa al ver a su madrastra encender el pitillo.
— ¡No me vais a quitar lo que es mío! — exclamó poniéndose en pie como impulsada por un resorte—. Me lo he ganado. ¡Con todo lo que tuve que aguantar al viejo idiota de tu padre! ¡Cada vez que me tocaba me entraban náuseas!
—Mi padre te quería —dijo _____, llena de rabia al oír el comentario sobre su padre. Hizo un esfuerzo para calmarse y continuó—: Hemos puesto cerraduras en nuestras habitaciones y el señor Kemp tiene un detective privado investigando tu pasado.
— ¿Qué? —balbuceó Janet incrédula.
—También cree que pudiste tener que ver con la muerte del padre de Violet, el señor Hardy de San Antonio. Sufrió un infarto igual que mi padre.
Janet palideció y se fue a su dormitorio cerrando la puerta de un portazo. Poco después, cuando Curt volvió de trabajar, se la encontró en la puerta con una maleta en la mano.
— ¿Dónde vas? —le preguntó el joven.
—Lejos de tu hermana —le espetó su madrastra—. Oiréis de mi abogado dentro de un par de días.
Curt arqueó las cejas.
—Qué casualidad, eso precisamente iba a decirte yo. Kemp ha encontrado información muy interesante sobre tu estancia en una residencia de la tercera edad en Branntville...
Janet lo apartó de un golpe y corrió hacia el Mercedes aparcado junto a la casa. No tardó ni dos minutos en salir de la propiedad.
—No volverá —comentó Curt a su hermana, que estaba en la cocina con expresión preocupada.
—No sé si es muy buena idea —dijo ella—. Ahora ya sabe que sospechamos de ella.
—Eso es exactamente lo que me ha dicho Kemp, que intentemos despertar sus peores temores para ver si da algún paso en falso —explicó Curt, quitándose el sombrero y sentándose a la mesa. _____ le sirvió la comida—. Joe dice que la semana que viene te va a invitar al cine. Ten cuidado —le advirtió él.
A _____ casi se le cayó la ensaladera que llevaba en las manos.
— ¿Joe me va a llevar al cine?
—Eso es lo que pasa cuando un hombre empieza a besar a una mujer —dijo él, reclinándose en la silla y observando a su hermana con una divertida sonrisa—. Se hacen adictos.
— ¿Cómo sabes que me besó anoche?
—No lo sabía —dijo él y esa vez la sonrisa le llegó de oreja a oreja.
_____ carraspeó y, ruborizándose como una adolescente, recordó el apasionado beso que Joe y ella habían compartido la noche anterior antes de cenar. También recordó las palabras de Curt, acerca de que Joe se veía mucho con Julie Merrill.
Pero si quería invitarla a ella al cine, no podía estar muy interesado en la hija del senador.
— ¿Qué le estabas diciendo a Janet sobre el detective privado y la residencia de ancianos?
—Ah, sí.
Curt esperó a que estuvieran los dos sentados a la mesa, rezó para bendecir los alimentos y continuó.
—No sé qué te habrá contado Kemp, pero por lo visto, desde entonces Janet ha cambiado de identidad, y de color de pelo. Todos sospechaban que ella era la responsable de la muerte de un anciano que se lo había dejado todo al morir. Al anciano le gustaba apostar a los caballos y cuando Janet estaba a punto de hacerse con la cuenta bancaria del viejo, apareció un representante de algún personaje oscuro a quien el fallecido debía una importante suma de dinero. Janet lo dejó todo y huyó —explicó Curt con una sonrisa en los labios—. Por lo visto, las deudas superaban con creces todo el dinero que le había dejado el pobre viejo. Y hay más —añadió antes de cortar un trozo de jamón y llevárselo a la boca—. La madre de Violet ha accedido a exhumar el cadáver de su esposo. Dice que nunca creyó que su esposo hubiera muerto de un infarto.
—Pobre Violet —dijo _____ con tristeza—. Para ella también va a ser duro. Aún no puedo creer que haya dejado a Kemp y se haya ido a trabajar con Duke Wright.
—Es verdad —dijo Curt—. Estaba loca por Kemp.
—Pero él no paraba de meterse con ella y humillarla —le explicó _____—. A ver si así reflexiona un poco y se da cuenta de lo mucho que vale Violet.
—No lo creo. Seguramente contratará a otra persona y se olvidará de ella.
_____ se quedó pensativa unos segundos.
—Pero él no sale con nadie, ¿no?
Curt sacudió negativamente la cabeza.
—No, pero no es homosexual.
—No he dicho que lo fuera, pero siento curiosidad. ¿Por qué es un hombre tan reservado?
—Quizá, como tantos otros solteros de Jacobsville, tenga un pasado que no quiere compartir con nadie.
—Hablando de solteros, se nos están casando todos. Ya casi no queda ninguno —rió _____—. ¿Quién iba a pensar que hasta los hermanos Hart se iban a casar y formar una familia?
—Les perdieron las galletas —observó Curt.
—A Joe no le gustan —musitó ella—. Se lo pregunté.
Curt soltó una risita.
—Joe no tiene debilidades, y tampoco le han faltado nunca las mujeres —dijo—, pero puede que esté cansado de eso.
—A mí no me mires —dijo ella, que últimamente dedicaba mucho tiempo a pensar en cuáles eran las intenciones de Joe con ella—. Puede que yo sea la de esta semana, pero Joe no se casará con alguien de clase inferior.
Curt frunció el ceño.
—No pertenecemos a la alta sociedad de Jacobsville, pero nuestra familia lleva muchos años en este condado.
—Eso tampoco nos da acceso a los círculos adinerados —le recordó ella—. Joe tiene una casa grande y elegante, una mansión, y le gusta relacionarse con la alta sociedad. Por eso se deja ver con la hija del senador Merrill. Su compañía le abre puertas que de otra manera tendría cerradas. Si se casa, necesitará una esposa que dé fiestas, organice actos benéficos y cosas así; una esposa que pueda lucir en sociedad. Puede que a mí me lleve al cine, pero te aseguro que no me llevará al altar.
—Entonces ¿por qué te besa?
—No sé, quizá para dar celos a Julie Merrill —caviló ella—. O para convencerse que sigue resultando atractivo a las mujeres. Pero conmigo no va en serio. Y tú ya me conoces, yo no tengo líos con nadie, sea o no sea políticamente correcto.
El abogado de Janet nunca se presentó y dos días más tarde Janet desapareció totalmente, dejando un rastro de deudas a nombre de los Collins que iban desde ropa a la factura del motel donde se había hospedado.
—No tenéis que pagar ni un centavo —le dijo Kemp a _____ cuando ella le relató lo sucedido—. Ya he advertido a los comerciantes que no tenía ninguna autoridad para cargaros nada, ni a vosotros ni a la propiedad.
—Gracias —dijo ella, aliviada—. ¿Qué hacemos ahora?
—Tengo a la policía del estado tras ella por asesinato —respondió Kemp, y hundió las manos en los bolsillos del pantalón—. Esto no te va a gustar.
— ¿Qué?
—Quiero exhumar a tu padre.
—Me lo temía —dijo _____ en un susurro.
—Sabemos que envenenó al anciano de la residencia, y los asesinos suelen usar los mismos métodos. Aunque tu padre también pudo morir por una embolia de aire.
—Pero ahora Janet se ha ido. ¿Y si descubrimos que ella lo mató pero no podemos localizarla? Ya ha logrado escapar dos veces sin ser descubierta.
—Todos los criminales tarde o temprano cometen un error —dijo Kemp con la mirada ausente—. Ella no será una excepción, créeme.
_____ asintió y miró hacia la mesa vacía de Violet.
—He puesto un anuncio en el periódico para una nueva secretaria —dijo él con frialdad—. Entretanto, Mabel tendrá que ocuparse de ambas funciones.
—Vamos a estar muy solos sin ella —comentó _____ con tristeza, sin pensarlo.
Kemp apretó los dientes, giró en redondo y se metió en su despacho sin decir nada más. Tanto Mabel como _____ se echaron a reír, al ver la actitud de su jefe.
—No durará mucho —dijo Mabel—. Violet ha sido la única secretaria que ha tenido capaz de concertar citas y cancelarlas sin que los clientes se molestaran. Y escribiendo a máquina no la ganaba nadie. No va a encontrar a nadie como ella de la noche a la mañana.
_____ estaba de acuerdo.
_____ no reparó en que tenía un mensaje en el contestador hasta después de cenar. En realidad sólo había comido un sándwich, ya que Curt la había llamado para decirle que iba a comer pizza y echar la partida semanal de cartas en el rancho de Ted Regan. Curiosa, _____ apretó la tecla y escuchó el mensaje. En un tono de lo más sedoso, la voz masculina se identificaba como un abogado llamado Smith y le informaba de que la señora Collins le había contratado para legalizar el testamento de su esposo.
También añadió que los hijos de Riddle Collins tenían dos semanas para desalojar la propiedad.
_____ se puso histérica. Mientras marcaba el número de Blake Kemp le temblaban las manos y las piernas, y como no pudo localizarlo, marcó el de Joe.
Este tardó un largo rato en descolgar el teléfono y, cuando por fin lo hizo, se oía ruido de música y de voces de fondo.
— ¿Sí? —preguntó en tono seco. _____ sintió que se le hundía el alma a los pies.
— ¿Interrumpo? Te llamaré más tarde...
— ¿ _____? —el tono de su voz se suavizó—. Espera un momento.
_____ oyó una conversación apagada, una respuesta irritada y el ruido de una puerta al cerrarse.
—Bien, ¿qué ocurre? —dijo él volviendo al teléfono.
—No puedo localizar al señor Kemp —empezó, nerviosa—, y ha llamado el abogado de Janet diciendo que tenemos dos semanas para desalojar el rancho antes de legalizar el testamento.
—_____ —dijo él, calmado—, siéntate y piensa un poco. ¿Dónde se ha visto que para legalizar un testamento sea necesario desalojar una propiedad?
Joe tenía razón. Y ella tenía que haberse dado cuenta. Además de tener formación jurídica, trabajaba en un bufete. Suspiró aliviada.
—Gracias. Cuando he escuchado el mensaje me he puesto tan nerviosa que no podía pensar. Me he asustado mucho.
— ¿Está Curt contigo?
—No, ha ido a su partida semanal de cartas al rancho de Ted Regan —dijo ella.
—Siento no poder pasarme un rato por tu casa —dijo él—. Tengo una recaudación de fondos para el senador Merrill.
Merrill. Su hija Julie era la mujer de la alta sociedad. Era guapa, rica y socialmente aceptable. Sin lugar a dudas, ella estaría también en la fiesta.
— ¿ _____? —dijo él al ver que ella no decía nada.
—No... no importa, Joe. No hace falta que vengas, de verdad —dijo de corrido—. Por un momento se me ha quedado la mente en blanco. Siento haberte molestado. Perdona.
—No tienes que disculparte —dijo él.
—Ya cuelgo. Adiós, Joe.
Joe aún estaba hablando cuando ella colgó el teléfono y conectó el contestador. Si la volvía a llamar, no pensaba descolgar. Las crueles tácticas de Janet la inquietaban. Seguramente había pedido a alguien que los llamase para asustarlos. Sin duda era su forma de vengarse por lo que los dos hermanos le habían dicho. _____ se preguntó si habría alguna manera de localizar una llamada hecha a un contestador automático, y de repente tuvo un destello de inspiración. Rápidamente descolgó el auricular y marcó las cuatro teclas necesarias para recuperar el número desde el que se había marcado la última llamada a su teléfono. Sin perder un segundo, apuntó el número en un papel, y comprobó aliviada que al menos no era una llamada local. Se lo daría a Kemp al día siguiente para que su detective privado se ocupara de investigarlo.
Sintiéndose más tranquila, fue a terminar de recoger la cocina. No podía quitarse de la cabeza el tono grave de Joe al teléfono, ni la voz irritada de una mujer discutiendo a su lado cuando él fue a otra sala para poder hablar con ella en privado. Probablemente sería la hija del senador, celosa de una posible rival. Pero ella no era rival para Julie Merrill, se dijo. Joe sólo la había besado. Nada más. La hija del senador tenía veintiséis años, recordó, y estaba licenciada en Ciencias Políticas. Era evidente que sabía muy bien lo que quería, y en ese momento quería a Joe. Aquella noche estaba en su casa, probablemente ejerciendo de anfitriona de la fiesta de recaudación de fondos. _____ se miró los vaqueros desgastados y la blusa descolorida, y después deslizó una mirada por los muebles, útiles pero ya desgastados de su casa. ¿Qué demonios podía querer Joe con ella?, se dijo. Había estado soñando y más valía que se despertara antes de que le destrozara el corazón.
Ni ella volvió a llamar a Joe ni Joe a ella. Al día siguiente, _____ le dio el número de teléfono a Blake Kemp, y éste no tardó en obtener resultados.
—No era un abogado —le dijo Kemp unos días después en su despacho—. Era un camarero de un restaurante de lujo de San Antonio que pensó que Janet sería su billete para vivir de las rentas. Tengo entendido que ha dejado su trabajo y se ha ido de la ciudad para que no lo involucren en ninguno de los delitos de Janet.
_____ rió suavemente.
—Menos mal. Así Curt y yo no nos tenemos que ir de casa. Gracias, jefe.
Aquel día estaban los dos solos en el despacho. Kemp aún no había encontrado una sustituta para Violet y Mabel estaba enferma, por lo que le dijo a _____ que llamara a la agencia de trabajo temporal para que les mandaran a alguien para unos días.
—La culpa es de Violet —musitó él entre dientes—. Seguro que nos ha echado el mal de ojo.
—No lo creo —dijo _____—. Violet nunca haría una cosa así. Es una buena persona.
En ese momento la puerta se abrió. Una joven guapa y elegante, con una larga melena rubia, entró con una cartera en la mano y se presentó:
—Soy Julie Merrill —dijo anunciándose con una sonrisa de superioridad—. La hija del senador Merrill. Según su anuncio, necesitan una secretaria.
_____ no se lo podía creer. ¡Aquella mujer era la última conquista de Joe y estaba allí pidiendo trabajo! ¿Cómo podía tener tan mala suerte?
Kemp observaba a la recién llegada en silencio.
—Oh, no, no es para mí —rió Julie, carraspeando ligeramente—. Cielos, yo no necesito trabajo. No, es para mi amiga Lydia. Acaba de terminar sus estudios de secretaria y no encuentra nada que le convenga.
— ¿Sabe escribir a máquina? —preguntó Kemp.
—Sí. Sesenta palabras por minuto. Y taquigrafía, si no le dictan muy deprisa.
— ¿Sabe hablar?
— ¿Perdón? —balbuceó Julie, pestañeando.
Los ojos azules de Kemp se tornaron de hielo, y entonces fue cuando _____empezó a preocuparse, ya que sabía muy bien lo que aquello significaba.
—No doy trabajo a nadie a través de terceras personas, señorita Merrill, y me importa un carajo quién sea su padre —le informó con una sonrisa heladora. La joven se puso roja de ira y de vergüenza.
—Yo sólo... pensé que podría...
—Dígale a su amiga que si quiere el puesto, que venga y rellene una solicitud —le informó Kemp—. Pero que no espere demasiado. No respeto a nadie que necesita enchufe para conseguir un trabajo. Y no doy trabajo a nadie que no esté cualificado para el puesto —añadió en tono peligroso.
En ese momento Julie dirigió una mirada de desdén a _____.
—Supongo que cree que ella sí lo está —dijo furiosa.
—Tengo un diploma de asistente de abogado —respondió _____ con frialdad—. Está colgado detrás de mi mesa.
Julie apretó los dientes, furiosa.
—De todos modos, no creo que a mi amiga Lydia le guste trabajar aquí.
— ¿Deseaba algo más, señorita Merrill? —preguntó Kemp. Ella se volvió en redondo y abrió la puerta de la calle bruscamente.
—A mi padre no le hará ninguna gracia saber cómo me ha tratado —dijo ella.
—Cuénteselo —dijo él—. Uno de sus peores defectos es la falta de disciplina con sus hijos. Y tengo entendido que últimamente usted ha mostrado mucho interés en presentarse a algún cargo público en este condado, señorita Merrill. Permítame que le dé un consejo: no lo haga.
Julie Merrill abrió la boca, perpleja.
— ¿Cómo se atreve...?
—Claro que es el dinero de su padre. Si él quiere tirarlo así, es cosa suya.
—Soy muy capaz de ganar unas elecciones.
Kemp sonrió.
—Puede, pero no en este condado —observó Kemp—. En las campañas electorales siempre salen a relucir los trapos sucios. Y aquí nadie ha olvidado lo ocurrido en el baile de su graduación. Y mucho menos los Culbertson.
Julie palideció y apretó los dedos con fuerza.
—Eso fue... un terrible accidente.
—Shannon Culbertson sigue muerta.
A Julie le temblaba el labio inferior visiblemente. Se volvió y salió del despacho tan deprisa que ni siquiera cerró la puerta. Kemp lo hizo por ella y _____ se preguntó qué había ocurrido, pero no se atrevió a preguntar.
Más tarde, en casa, cuando Curt volvió de trabajar, no se pudo resistir a preguntárselo.
— ¿Qué demonios quería Julie en el despacho de Kemp? —preguntó extrañado—. Lydia ya tiene trabajo, un buen trabajo en los juzgados de Bexar. Está muy claro. Ella quiere a Joe y tú le estorbas.
—Seguro —murmuró ella—. Dime, ¿qué pasó con Shannon Culbertson?
—Alguien le puso algo en la bebida, un tipo de droga para dejarla inconsciente. Por lo visto, la pobre Shannon tenía problemas cardiovasculares y falleció.
— ¿Quién se la puso?
—Nadie lo sabe, pero Julie intentó taparlo para evitar que afectara a la elección de su padre como senador. Kemp descubrió la verdad y lo sacó a la luz. No olvides que Kemp es un hombre vengativo.
— ¿Por qué?
—Dicen que estaba enamorado de Shannon. Creo que nunca lo ha superado.
—Pero el padre de Julie ganó las elecciones —observó ella.
—Sólo porque tuvo el apoyo de las fuerzas vivas del condado, que además contribuyeron con mucho dinero a su campaña de reelección. Pero ahora la mayoría de ellos están muertos o en residencias de la tercera edad, y en la ciudad se rumorea que el senador Merrill está endeudado hasta las cejas. Además, por primera vez en muchos años tiene un rival formidable: Calhoun Ballenger.
— ¿Dónde has estado estos tres días? —le preguntó _____ enfadada.
—Tenía asuntos que atender —respondió la mujer.
—Más vale que no tengan que ver con la venta de esta propiedad —le dijo _____ con firmeza.
— ¿Y quién me lo va a impedir?
—Blake Kemp.
Janet aplastó la colilla en el cenicero que _____ había dejado en la mesa al ver a su madrastra encender el pitillo.
— ¡No me vais a quitar lo que es mío! — exclamó poniéndose en pie como impulsada por un resorte—. Me lo he ganado. ¡Con todo lo que tuve que aguantar al viejo idiota de tu padre! ¡Cada vez que me tocaba me entraban náuseas!
—Mi padre te quería —dijo _____, llena de rabia al oír el comentario sobre su padre. Hizo un esfuerzo para calmarse y continuó—: Hemos puesto cerraduras en nuestras habitaciones y el señor Kemp tiene un detective privado investigando tu pasado.
— ¿Qué? —balbuceó Janet incrédula.
—También cree que pudiste tener que ver con la muerte del padre de Violet, el señor Hardy de San Antonio. Sufrió un infarto igual que mi padre.
Janet palideció y se fue a su dormitorio cerrando la puerta de un portazo. Poco después, cuando Curt volvió de trabajar, se la encontró en la puerta con una maleta en la mano.
— ¿Dónde vas? —le preguntó el joven.
—Lejos de tu hermana —le espetó su madrastra—. Oiréis de mi abogado dentro de un par de días.
Curt arqueó las cejas.
—Qué casualidad, eso precisamente iba a decirte yo. Kemp ha encontrado información muy interesante sobre tu estancia en una residencia de la tercera edad en Branntville...
Janet lo apartó de un golpe y corrió hacia el Mercedes aparcado junto a la casa. No tardó ni dos minutos en salir de la propiedad.
—No volverá —comentó Curt a su hermana, que estaba en la cocina con expresión preocupada.
—No sé si es muy buena idea —dijo ella—. Ahora ya sabe que sospechamos de ella.
—Eso es exactamente lo que me ha dicho Kemp, que intentemos despertar sus peores temores para ver si da algún paso en falso —explicó Curt, quitándose el sombrero y sentándose a la mesa. _____ le sirvió la comida—. Joe dice que la semana que viene te va a invitar al cine. Ten cuidado —le advirtió él.
A _____ casi se le cayó la ensaladera que llevaba en las manos.
— ¿Joe me va a llevar al cine?
—Eso es lo que pasa cuando un hombre empieza a besar a una mujer —dijo él, reclinándose en la silla y observando a su hermana con una divertida sonrisa—. Se hacen adictos.
— ¿Cómo sabes que me besó anoche?
—No lo sabía —dijo él y esa vez la sonrisa le llegó de oreja a oreja.
_____ carraspeó y, ruborizándose como una adolescente, recordó el apasionado beso que Joe y ella habían compartido la noche anterior antes de cenar. También recordó las palabras de Curt, acerca de que Joe se veía mucho con Julie Merrill.
Pero si quería invitarla a ella al cine, no podía estar muy interesado en la hija del senador.
— ¿Qué le estabas diciendo a Janet sobre el detective privado y la residencia de ancianos?
—Ah, sí.
Curt esperó a que estuvieran los dos sentados a la mesa, rezó para bendecir los alimentos y continuó.
—No sé qué te habrá contado Kemp, pero por lo visto, desde entonces Janet ha cambiado de identidad, y de color de pelo. Todos sospechaban que ella era la responsable de la muerte de un anciano que se lo había dejado todo al morir. Al anciano le gustaba apostar a los caballos y cuando Janet estaba a punto de hacerse con la cuenta bancaria del viejo, apareció un representante de algún personaje oscuro a quien el fallecido debía una importante suma de dinero. Janet lo dejó todo y huyó —explicó Curt con una sonrisa en los labios—. Por lo visto, las deudas superaban con creces todo el dinero que le había dejado el pobre viejo. Y hay más —añadió antes de cortar un trozo de jamón y llevárselo a la boca—. La madre de Violet ha accedido a exhumar el cadáver de su esposo. Dice que nunca creyó que su esposo hubiera muerto de un infarto.
—Pobre Violet —dijo _____ con tristeza—. Para ella también va a ser duro. Aún no puedo creer que haya dejado a Kemp y se haya ido a trabajar con Duke Wright.
—Es verdad —dijo Curt—. Estaba loca por Kemp.
—Pero él no paraba de meterse con ella y humillarla —le explicó _____—. A ver si así reflexiona un poco y se da cuenta de lo mucho que vale Violet.
—No lo creo. Seguramente contratará a otra persona y se olvidará de ella.
_____ se quedó pensativa unos segundos.
—Pero él no sale con nadie, ¿no?
Curt sacudió negativamente la cabeza.
—No, pero no es homosexual.
—No he dicho que lo fuera, pero siento curiosidad. ¿Por qué es un hombre tan reservado?
—Quizá, como tantos otros solteros de Jacobsville, tenga un pasado que no quiere compartir con nadie.
—Hablando de solteros, se nos están casando todos. Ya casi no queda ninguno —rió _____—. ¿Quién iba a pensar que hasta los hermanos Hart se iban a casar y formar una familia?
—Les perdieron las galletas —observó Curt.
—A Joe no le gustan —musitó ella—. Se lo pregunté.
Curt soltó una risita.
—Joe no tiene debilidades, y tampoco le han faltado nunca las mujeres —dijo—, pero puede que esté cansado de eso.
—A mí no me mires —dijo ella, que últimamente dedicaba mucho tiempo a pensar en cuáles eran las intenciones de Joe con ella—. Puede que yo sea la de esta semana, pero Joe no se casará con alguien de clase inferior.
Curt frunció el ceño.
—No pertenecemos a la alta sociedad de Jacobsville, pero nuestra familia lleva muchos años en este condado.
—Eso tampoco nos da acceso a los círculos adinerados —le recordó ella—. Joe tiene una casa grande y elegante, una mansión, y le gusta relacionarse con la alta sociedad. Por eso se deja ver con la hija del senador Merrill. Su compañía le abre puertas que de otra manera tendría cerradas. Si se casa, necesitará una esposa que dé fiestas, organice actos benéficos y cosas así; una esposa que pueda lucir en sociedad. Puede que a mí me lleve al cine, pero te aseguro que no me llevará al altar.
—Entonces ¿por qué te besa?
—No sé, quizá para dar celos a Julie Merrill —caviló ella—. O para convencerse que sigue resultando atractivo a las mujeres. Pero conmigo no va en serio. Y tú ya me conoces, yo no tengo líos con nadie, sea o no sea políticamente correcto.
El abogado de Janet nunca se presentó y dos días más tarde Janet desapareció totalmente, dejando un rastro de deudas a nombre de los Collins que iban desde ropa a la factura del motel donde se había hospedado.
—No tenéis que pagar ni un centavo —le dijo Kemp a _____ cuando ella le relató lo sucedido—. Ya he advertido a los comerciantes que no tenía ninguna autoridad para cargaros nada, ni a vosotros ni a la propiedad.
—Gracias —dijo ella, aliviada—. ¿Qué hacemos ahora?
—Tengo a la policía del estado tras ella por asesinato —respondió Kemp, y hundió las manos en los bolsillos del pantalón—. Esto no te va a gustar.
— ¿Qué?
—Quiero exhumar a tu padre.
—Me lo temía —dijo _____ en un susurro.
—Sabemos que envenenó al anciano de la residencia, y los asesinos suelen usar los mismos métodos. Aunque tu padre también pudo morir por una embolia de aire.
—Pero ahora Janet se ha ido. ¿Y si descubrimos que ella lo mató pero no podemos localizarla? Ya ha logrado escapar dos veces sin ser descubierta.
—Todos los criminales tarde o temprano cometen un error —dijo Kemp con la mirada ausente—. Ella no será una excepción, créeme.
_____ asintió y miró hacia la mesa vacía de Violet.
—He puesto un anuncio en el periódico para una nueva secretaria —dijo él con frialdad—. Entretanto, Mabel tendrá que ocuparse de ambas funciones.
—Vamos a estar muy solos sin ella —comentó _____ con tristeza, sin pensarlo.
Kemp apretó los dientes, giró en redondo y se metió en su despacho sin decir nada más. Tanto Mabel como _____ se echaron a reír, al ver la actitud de su jefe.
—No durará mucho —dijo Mabel—. Violet ha sido la única secretaria que ha tenido capaz de concertar citas y cancelarlas sin que los clientes se molestaran. Y escribiendo a máquina no la ganaba nadie. No va a encontrar a nadie como ella de la noche a la mañana.
_____ estaba de acuerdo.
_____ no reparó en que tenía un mensaje en el contestador hasta después de cenar. En realidad sólo había comido un sándwich, ya que Curt la había llamado para decirle que iba a comer pizza y echar la partida semanal de cartas en el rancho de Ted Regan. Curiosa, _____ apretó la tecla y escuchó el mensaje. En un tono de lo más sedoso, la voz masculina se identificaba como un abogado llamado Smith y le informaba de que la señora Collins le había contratado para legalizar el testamento de su esposo.
También añadió que los hijos de Riddle Collins tenían dos semanas para desalojar la propiedad.
_____ se puso histérica. Mientras marcaba el número de Blake Kemp le temblaban las manos y las piernas, y como no pudo localizarlo, marcó el de Joe.
Este tardó un largo rato en descolgar el teléfono y, cuando por fin lo hizo, se oía ruido de música y de voces de fondo.
— ¿Sí? —preguntó en tono seco. _____ sintió que se le hundía el alma a los pies.
— ¿Interrumpo? Te llamaré más tarde...
— ¿ _____? —el tono de su voz se suavizó—. Espera un momento.
_____ oyó una conversación apagada, una respuesta irritada y el ruido de una puerta al cerrarse.
—Bien, ¿qué ocurre? —dijo él volviendo al teléfono.
—No puedo localizar al señor Kemp —empezó, nerviosa—, y ha llamado el abogado de Janet diciendo que tenemos dos semanas para desalojar el rancho antes de legalizar el testamento.
—_____ —dijo él, calmado—, siéntate y piensa un poco. ¿Dónde se ha visto que para legalizar un testamento sea necesario desalojar una propiedad?
Joe tenía razón. Y ella tenía que haberse dado cuenta. Además de tener formación jurídica, trabajaba en un bufete. Suspiró aliviada.
—Gracias. Cuando he escuchado el mensaje me he puesto tan nerviosa que no podía pensar. Me he asustado mucho.
— ¿Está Curt contigo?
—No, ha ido a su partida semanal de cartas al rancho de Ted Regan —dijo ella.
—Siento no poder pasarme un rato por tu casa —dijo él—. Tengo una recaudación de fondos para el senador Merrill.
Merrill. Su hija Julie era la mujer de la alta sociedad. Era guapa, rica y socialmente aceptable. Sin lugar a dudas, ella estaría también en la fiesta.
— ¿ _____? —dijo él al ver que ella no decía nada.
—No... no importa, Joe. No hace falta que vengas, de verdad —dijo de corrido—. Por un momento se me ha quedado la mente en blanco. Siento haberte molestado. Perdona.
—No tienes que disculparte —dijo él.
—Ya cuelgo. Adiós, Joe.
Joe aún estaba hablando cuando ella colgó el teléfono y conectó el contestador. Si la volvía a llamar, no pensaba descolgar. Las crueles tácticas de Janet la inquietaban. Seguramente había pedido a alguien que los llamase para asustarlos. Sin duda era su forma de vengarse por lo que los dos hermanos le habían dicho. _____ se preguntó si habría alguna manera de localizar una llamada hecha a un contestador automático, y de repente tuvo un destello de inspiración. Rápidamente descolgó el auricular y marcó las cuatro teclas necesarias para recuperar el número desde el que se había marcado la última llamada a su teléfono. Sin perder un segundo, apuntó el número en un papel, y comprobó aliviada que al menos no era una llamada local. Se lo daría a Kemp al día siguiente para que su detective privado se ocupara de investigarlo.
Sintiéndose más tranquila, fue a terminar de recoger la cocina. No podía quitarse de la cabeza el tono grave de Joe al teléfono, ni la voz irritada de una mujer discutiendo a su lado cuando él fue a otra sala para poder hablar con ella en privado. Probablemente sería la hija del senador, celosa de una posible rival. Pero ella no era rival para Julie Merrill, se dijo. Joe sólo la había besado. Nada más. La hija del senador tenía veintiséis años, recordó, y estaba licenciada en Ciencias Políticas. Era evidente que sabía muy bien lo que quería, y en ese momento quería a Joe. Aquella noche estaba en su casa, probablemente ejerciendo de anfitriona de la fiesta de recaudación de fondos. _____ se miró los vaqueros desgastados y la blusa descolorida, y después deslizó una mirada por los muebles, útiles pero ya desgastados de su casa. ¿Qué demonios podía querer Joe con ella?, se dijo. Había estado soñando y más valía que se despertara antes de que le destrozara el corazón.
Ni ella volvió a llamar a Joe ni Joe a ella. Al día siguiente, _____ le dio el número de teléfono a Blake Kemp, y éste no tardó en obtener resultados.
—No era un abogado —le dijo Kemp unos días después en su despacho—. Era un camarero de un restaurante de lujo de San Antonio que pensó que Janet sería su billete para vivir de las rentas. Tengo entendido que ha dejado su trabajo y se ha ido de la ciudad para que no lo involucren en ninguno de los delitos de Janet.
_____ rió suavemente.
—Menos mal. Así Curt y yo no nos tenemos que ir de casa. Gracias, jefe.
Aquel día estaban los dos solos en el despacho. Kemp aún no había encontrado una sustituta para Violet y Mabel estaba enferma, por lo que le dijo a _____ que llamara a la agencia de trabajo temporal para que les mandaran a alguien para unos días.
—La culpa es de Violet —musitó él entre dientes—. Seguro que nos ha echado el mal de ojo.
—No lo creo —dijo _____—. Violet nunca haría una cosa así. Es una buena persona.
En ese momento la puerta se abrió. Una joven guapa y elegante, con una larga melena rubia, entró con una cartera en la mano y se presentó:
—Soy Julie Merrill —dijo anunciándose con una sonrisa de superioridad—. La hija del senador Merrill. Según su anuncio, necesitan una secretaria.
_____ no se lo podía creer. ¡Aquella mujer era la última conquista de Joe y estaba allí pidiendo trabajo! ¿Cómo podía tener tan mala suerte?
Kemp observaba a la recién llegada en silencio.
—Oh, no, no es para mí —rió Julie, carraspeando ligeramente—. Cielos, yo no necesito trabajo. No, es para mi amiga Lydia. Acaba de terminar sus estudios de secretaria y no encuentra nada que le convenga.
— ¿Sabe escribir a máquina? —preguntó Kemp.
—Sí. Sesenta palabras por minuto. Y taquigrafía, si no le dictan muy deprisa.
— ¿Sabe hablar?
— ¿Perdón? —balbuceó Julie, pestañeando.
Los ojos azules de Kemp se tornaron de hielo, y entonces fue cuando _____empezó a preocuparse, ya que sabía muy bien lo que aquello significaba.
—No doy trabajo a nadie a través de terceras personas, señorita Merrill, y me importa un carajo quién sea su padre —le informó con una sonrisa heladora. La joven se puso roja de ira y de vergüenza.
—Yo sólo... pensé que podría...
—Dígale a su amiga que si quiere el puesto, que venga y rellene una solicitud —le informó Kemp—. Pero que no espere demasiado. No respeto a nadie que necesita enchufe para conseguir un trabajo. Y no doy trabajo a nadie que no esté cualificado para el puesto —añadió en tono peligroso.
En ese momento Julie dirigió una mirada de desdén a _____.
—Supongo que cree que ella sí lo está —dijo furiosa.
—Tengo un diploma de asistente de abogado —respondió _____ con frialdad—. Está colgado detrás de mi mesa.
Julie apretó los dientes, furiosa.
—De todos modos, no creo que a mi amiga Lydia le guste trabajar aquí.
— ¿Deseaba algo más, señorita Merrill? —preguntó Kemp. Ella se volvió en redondo y abrió la puerta de la calle bruscamente.
—A mi padre no le hará ninguna gracia saber cómo me ha tratado —dijo ella.
—Cuénteselo —dijo él—. Uno de sus peores defectos es la falta de disciplina con sus hijos. Y tengo entendido que últimamente usted ha mostrado mucho interés en presentarse a algún cargo público en este condado, señorita Merrill. Permítame que le dé un consejo: no lo haga.
Julie Merrill abrió la boca, perpleja.
— ¿Cómo se atreve...?
—Claro que es el dinero de su padre. Si él quiere tirarlo así, es cosa suya.
—Soy muy capaz de ganar unas elecciones.
Kemp sonrió.
—Puede, pero no en este condado —observó Kemp—. En las campañas electorales siempre salen a relucir los trapos sucios. Y aquí nadie ha olvidado lo ocurrido en el baile de su graduación. Y mucho menos los Culbertson.
Julie palideció y apretó los dedos con fuerza.
—Eso fue... un terrible accidente.
—Shannon Culbertson sigue muerta.
A Julie le temblaba el labio inferior visiblemente. Se volvió y salió del despacho tan deprisa que ni siquiera cerró la puerta. Kemp lo hizo por ella y _____ se preguntó qué había ocurrido, pero no se atrevió a preguntar.
Más tarde, en casa, cuando Curt volvió de trabajar, no se pudo resistir a preguntárselo.
— ¿Qué demonios quería Julie en el despacho de Kemp? —preguntó extrañado—. Lydia ya tiene trabajo, un buen trabajo en los juzgados de Bexar. Está muy claro. Ella quiere a Joe y tú le estorbas.
—Seguro —murmuró ella—. Dime, ¿qué pasó con Shannon Culbertson?
—Alguien le puso algo en la bebida, un tipo de droga para dejarla inconsciente. Por lo visto, la pobre Shannon tenía problemas cardiovasculares y falleció.
— ¿Quién se la puso?
—Nadie lo sabe, pero Julie intentó taparlo para evitar que afectara a la elección de su padre como senador. Kemp descubrió la verdad y lo sacó a la luz. No olvides que Kemp es un hombre vengativo.
— ¿Por qué?
—Dicen que estaba enamorado de Shannon. Creo que nunca lo ha superado.
—Pero el padre de Julie ganó las elecciones —observó ella.
—Sólo porque tuvo el apoyo de las fuerzas vivas del condado, que además contribuyeron con mucho dinero a su campaña de reelección. Pero ahora la mayoría de ellos están muertos o en residencias de la tercera edad, y en la ciudad se rumorea que el senador Merrill está endeudado hasta las cejas. Además, por primera vez en muchos años tiene un rival formidable: Calhoun Ballenger.
UnbrokenGirl
Re: Herida de Amor (Joe & Tú) [TERMINADA]
Capítulo Cinco
Así que aquél era el secreto de Kemp, pensó _____. Un amor perdido.
—Sí, lo sé —dijo ella—. Calhoun Ballenger ha revolucionado el distrito políticamente hablando. Mucha gente cree que este año va a ganar la nominación.
—Yo estoy casi seguro —dijo Curt—. La estructura de poder en el condado ya no está en manos de la vieja élite. Y al senador Merrill lo arrestaron hace poco por conducir borracho.
—Pero la noticia no se publicó en el periódico local —observó _____.
—El editor es un amigo suyo y se negó a hacerlo. También está intentando que el alcalde despida a los dos agentes que lo detuvieron.
—Pobres policías —murmuró _____.
_____ cambió de conversación y le contó a su hermano que el investigador de Kemp había localizado la llamada de Janet en San Antonio.
— ¿Por qué estará tan interesada en echarnos de casa? —se preguntó en voz alta.
—No sé —dijo Curt—. Debe de querer algo que cree que está aquí. A lo mejor la colección de monedas de papá.
—Hace meses que no la he visto —dijo _____.
—Yo tampoco. Seguro que ya la ha vendido —respondió Curt, y miró a su hermana con tristeza—. Siento lo de la exhumación de papá. Pero tenemos que saber la verdad sobre su muerte.
—Lo sé —dijo ella reprimiendo las lágrimas a duras penas—. A papá no le importaría.
—No, no lo creo.
Aquella tarde, después de cenar, mientras los dos hermanos veían la televisión, un todoterreno llegó por el camino del rancho a toda velocidad y aparcó junto a la casa. Un minuto más tarde sonaron unos golpes secos en la puerta.
—Yo iré —dijo Curt.
Hubo un ruido de voces apagadas en la entrada y unos pasos que entraron en el salón. Joe se quedó mirando a _____ con curiosidad.
—Hoy Julie ha ido a tu oficina —dijo.
—Buscaba trabajo para su amiga Lydia —respondió _____ sin más explicaciones.
—No es eso lo que dice ella —respondió Joe, tenso—. Me ha dicho que has estado tan grosera con ella que Kemp le ha pedido que se fuera.
_____ arqueó las dos cejas.
—Vaya, qué imaginación.
—No bromeo, _____ —dijo Joe—. Ha sido muy mezquino por tu parte.
—Lo sería de ser cierto —contestó ella—. Julie ha entrado en la oficina con muchos humos, ha hecho unos cuantos comentarios muy groseros al señor Kemp y éste le ha pedido que se fuera.
—No es eso lo que ella me ha contado —repitió él.
_____ se puso en pie e hizo una señal a su hermano, que iba a decir algo para que se callara.
—No necesito ayuda, Curt. Puedo defenderme sola. No te metas en esto.
_____ se acercó a Joe con expresión muy seria.
—La señorita Merrill ha insinuado al señor Kemp que más le valía ofrecerle un puesto de trabajo a su amiga Lydia por el lugar que ocupa su padre en el condado. Y él le ha recordado su baile de graduación del instituto en el que murió una chica.
— ¿Qué? —explotó Joe.
—Al señor Kemp no le gustan las amenazas —continuó ella, incómoda por la clara hostilidad de Joe—. La señorita Merrill ha sido muy grosera y muy arrogante, y ninguno de los dos entendemos para qué quería un trabajo para Lydia, si Lydia ya tiene un buen trabajo en Bexar.
Joe no dijo nada. Permaneció allí de pie, en silencio, mirándola.
—Supongo que el otro día cuando te llamé estaba en tu casa y pensó que quiero cazarte —continuó ella animada por el repentino parpadeo en los ojos grises de Joe—. Puedes decirle de mi parte que no te quiero ni envuelto en papel de regalo. Si cree que soy la competencia, no tiene más que venir a ver donde vivo —la cara de _____ se tensó de rabia—. Fíjate bien, Joe. Ni siquiera soy de tu clase. Eres un vecino amable a quien he pedido consejo y nada más —mintió ella, en un intento por poner su autoestima y su dignidad a buen recaudo.
Joe seguía sin moverse y sin hablar, pero en sus ojos había un destello peligroso y tenía los nudillos blancos de tanto apretar los puños.
— ¿Nada más? —preguntó él, en un tono que insinuaba muchas cosas. _____ sabía a qué se refería. Tragó saliva, tratando de no recordar la fuerza y la pasión de los besos compartidos. Era evidente que para él no significaban nada.
—Nada más —repitió ella—. No era mi intención cazarte, Joe. Ni siquiera estoy segura de querer pasar el resto de mi vida en Jacobsville trabajando en un pequeño bufete de abogados —añadió pero sin mirarlo—. He pensado mucho en lo que me dijiste, y quizá tengas razón. Quizá tenga otras ambiciones.
Joe continuaba en silencio con los ojos entrecerrados clavados en ella.
—Si quieres demostrarle a Julie que no soy su rival, tráela y enséñale cómo vivimos —continuó _____ con una sonrisa—. Eso le abrirá los ojos.
—_____—dijo Curt—, por favor, no hables así.
— ¿Cómo quieres que hable? —quiso saber ella, con un nudo en la garganta que apenas le permitía hablar. Pero hizo un esfuerzo para continuar—. Nuestro padre está muerto y parece que nuestra madrastra lo mató delante de nuestras narices. Ahora quiere quitarnos todo lo que tenemos y no para de amenazarnos, y encima la novia de Joe, que se las da de angelito, quiere hacerle creer que soy una roba hombres o algo así. ¿Cómo demonios quieres que hable?
Joe soltó un largo suspiro.
—Creía que sabías lo que querías —dijo tras otro largo silencio.
—Soy joven —dijo ella—. Tú mismo lo dijiste. Siento haberte pedido ayuda y enfadado a tu novia de paso. No volveré a cometer el mismo error.
_____ dio media vuelta y se metió en la cocina, dando un sonoro portazo. «Estoy aprendiendo costumbres muy malas del señor Kemp», pensó mientras se secaba las lágrimas con una servilleta de papel.
Oyó el ruido de la puerta al abrirse y cerrarse a su espalda pero no se volvió. Estaba segura de que era Curt, que iba a ver qué tal estaba.
—Supongo que lo he hecho fatal —dijo sin volverse—. ¿Ya se ha ido?
Un par de manos grandes la sujetaron por los hombros y la hicieron girar.
—No, no se ha ido —masculló Joe.
Por la dura expresión de su rostro, _____ pensó que debía sentirse intimidada, pero no era así. Era muy atractivo, aunque estuviera a punto de estallar de cólera.
—He dicho todo lo que tenía que decir —empezó ella.
—Yo no —respondió él—. Nunca te he mirado por encima del hombro por lo que tienes o dejas de tener, y lo sabes.
—Julie Merrill, sí.
Joe tensó las manos y las relajó. Parecía un poco cohibido.
—Tú sabes qué infancia tuve —continuó él—. No teníamos nada. Nunca me invitaban a ninguna fiesta y mis padres no eran más que criados para la alta sociedad del Condado.
—Y ahora Julie te está abriendo las puertas de esa sociedad, y te gusta.
Él pareció escandalizado por la afirmación. Bajó los ojos hasta ella.
—Puede.
— ¿No ves por qué te quieren tanto ahora? Eres rico, tienes mucho dinero, y los Merrill necesitan apoyo financiero. Sus amigos ya no son tan ricos como antes, y ahora es Calhoun Ballenger quien goza del apoyo de las nuevas familias de dinero en Jacobsville.
—O sea, que Julie sólo me quiere por mi dinero para la campaña electoral de su padre.
—Sabes perfectamente que sólo por eso no —respondió ella estudiando ávidamente la expresión de su cara—. Eres un hombre muy atractivo y las mujeres te adoran.
Joe arqueó una ceja.
— ¿Tú también?
_____ habría deseado negarlo pero no pudo.
—Yo también —admitió—. Pero no pertenezco a tu clase, como tú tampoco perteneces a la de Julie. Su dinero se remonta a muchas generaciones atrás, y por muy rico que seas, ellos nunca te considerarán uno de ellos.
Joe la miró furioso.
— ¡Me relaciono con la alta sociedad neoyorquina, con criadores de pura sangre de Kentucky, con altos miembros de la administración, incluso con estrellas de Hollywood!
—Eso puedes hacerlo solo —dijo ella—. No necesitas a los Merrill. Mira los Dunn; hace más de un año que se relacionan con estrellas de Hollywood. Y no son tan ricos. _____ lo estaba dejando sin argumentos, y eso a Joe no le gustaba nada.
—Julie quiere casarse conmigo —dijo él presentando la información como si fuera una daga.
_____ trató de disimular su reacción. El corazón se le hundía en el pecho, pesado, como si fuera de plomo, e imaginó a Julie con un traje de novia de diseño y cubierta de diamantes mientras se dirigía al altar.
—Ella no quiere trabajar —añadió él sonriendo fríamente.
En realidad, _____ tampoco. Le gustaba trabajar en Jacobsville, pero también le gustaba hacer cosas en el rancho. De hecho, lo que más le gustaría por encima de todo sería ser la esposa de Joe. Pero eso no iba a pasar. Él no la quería. _____ trató de zafarse de las fuertes manos masculinas que la sujetaban por los hombros.
—Déjame —musitó ella—. Seguro que a Julie no le gustaría.
— ¿El qué? —preguntó él—. ¿Estar en mis brazos o que yo te abrace?
—Estás disfrutando ¿no? —lo retó ella.
—Aún no —murmuró él dejando caer la mirada hasta sus ojos—. Pero pienso hacerlo muy pronto...
— ¡No puedes...!
Pero podía y lo hizo. Y _____, al notar la suave presión de la boca de Joe en la suya, cerró los ojos. Era consciente de su fuerza, del calor de su cuerpo, de los latidos de su corazón. Joe la pegó aún más a él y trazó la boca femenina con los labios, con la punta de la lengua. Notó cómo _____ se tensaba y la abrazó aún más, olvidándose de Julie, de la discusión, de todo. _____ sintió cómo el repentino ardor de su abrazo los envolvía en cuestión de segundos y les hacía perder la noción de la realidad. Joe le acariciaba las caderas, la presionaba contra la súbita rigidez de su cuerpo fuerte y musculoso, deslizaba la mano bajo la blusa buscando la delicada curva de sus senos.
Ella lo apartó bruscamente.
— ¡No!
Joe quiso abrazarla de nuevo.
— ¿Por qué no? —murmuró él, sin dejar de mirar la boca hinchada que acababa de saborear.
—Curt —susurró ella.
—Curt —repitió él como si no reconociera el nombre. De repente parpadeó y se dio cuenta de dónde estaban y qué estaban haciendo.
—Tienes que irte —dijo ella con voz ronca.
—Si no paras de echarte encima de mí. ¿Qué esperabas? —gruñó él.
—Yo no...
—Ahora no te hagas la inocente —continuó él—. Y no empieces a desabrocharte la blusa, no te servirá de nada.
— ¿Cómo...?
—Y tampoco se te ocurra seguirme. Por la noche cierro todas las puertas con llave.
_____ quería reaccionar con el mismo tipo de bromas que solía compartir con Joe antes y que tanto le habían gustado hasta ese momento, pero no podía olvidar que él se había puesto de parte de Julie y en su contra. Por eso lo miró con frialdad.
—Tranquilo, no te seguiré. Al menos, mientras sigas defendiendo a Julie Merrill, cuando ha sido ella la que me ha insultado a mí.
Joe quedó quieto, como paralizado.
—A juzgar por lo que cuenta ella, empezaste tú.
—Y tú la crees, claro. Ella es guapa, rica y sofisticada.
—Algo de lo que a ti nadie en su sano juicio podría acusarte jamás —le espetó él. Y dando media vuelta, se fue.
De repente todo el mundo pareció percatarse de la tensión entre _____ y Joe. El no volvió al rancho de los Collins, y cuando organizó una barbacoa para los mozos del rancho en abril para celebrar una impresionante venta de terneros, Curt no fue invitado. Cuando _____ celebró con una pequeña fiesta su cumpleaños, Joe tampoco estaba en la lista de invitados. En Jacobsville, una ciudad pequeña, la gente se dio cuenta.
— ¿Has roto con Joe? —le preguntó un día el señor Kemp a _____, mientras su nueva secretaria, una joven castaña recién salida del instituto llamada Jessie, había salido a comer.
_____ lo miró con expresión de inocencia.
— ¿Roto?
—Julie Merrill anda diciendo por ahí que se va a casar con él —dijo él—. Yo no lo creo. Su padre tiene dificultades financieras y a Joe le sobra el dinero. El senador Merrill necesitará muchos apoyos si quiere ganar las elecciones en este distrito.
—Dicen que Calhoun Ballenger ya va por delante en las encuestas —dijo _____.
—Así es. Las tácticas del viejo Merrill ya están obsoletas. Quiere que Cash Grier despida a los agentes que lo detuvieron conduciendo borracho y declare que sus hombres mintieron, pero Grier no lo hará. El senador y su hija se niegan a ver la realidad y aceptar la derrota.
—Tengo entendido que su hija va de vez en cuando a casa de Joe —dijo ella—. Es muy guapa.
—Es una tarántula —aseguró Blake Kemp fríamente—. Está metida en asuntos turbios que no tardarán en llegar a los periódicos. Y cuando eso ocurra, su padre puede despedirse de su carrera política. ¿Puedes guardar un secreto? —preguntó mirando hacia la puerta para asegurarse de que no lo oía nadie.
—Si no pudiera, no trabajaría para usted —dijo ella.
—Los dos agentes de policía que detuvieron al senador también están investigando una casa donde se compran y venden drogas. Por eso quieren echarlos. El alcalde es sobrino de Merrill.
—Y supongo que está metido en eso hasta el cuello —sugirió ella. Kemp asintió.
—El alcalde y la señorita Merrill. ¿De dónde crees que ha salido el Porsche nuevo que conduce la hija del senador?
_____ silbó.
—Pero si relacionan a Joe con ella —dijo preocupada—, Joe puede tener problemas.
—Así es —respondió él—. Puede meterse en un buen lío aunque no haya hecho nada.
—Y supongo que usted no puede avisarlo —dijo _____ a modo de sugerencia.
—No nos hablamos.
—Pero son amigos —insistió _____.
—Ya no —dijo Kemp—. Cree que me puse de tu parte y en contra de la señorita Merrill.
—Lo siento —dijo ella con el ceño fruncido.
—En unas semanas estará todo olvidado, ya lo verás.
_____ no estaba tan segura, y odiaba la idea de ver a Joe metido en un asunto tan turbio.
A su hora de comer, _____ fue al Café de Bárbara y se encontró con Julie y Joe, que estaban haciendo la cola para pedir.
—Oh, mira, si es la secretaria —dijo Julie al ver a _____ detrás de ellos—. ¿Aún va por ahí contando mentiras sobre mí, señorita Collins? —preguntó con una sonrisa.
Joe miraba a _____ con una expresión difícil de descifrar. _____ los ignoró y empezó a hablar con una de las chicas que trabajaba en los juzgados de la ciudad y que estaba en la cola detrás de ella.
—No me des la espalda, mosquita muerta —exclamó Julie acercándose a _____ furiosa—. Tú le dijiste a Joe que intenté imponerme en el bufete de Kemp y es mentira. Sólo querías hacerte la buenecita, ¿verdad?
_____ sintió náuseas. No le gustaban nada las discusiones ni las peleas. No temía a la otra mujer, pero era consciente de sus diferencias en la escala social. Julie era rica, guapa, conocida y sofisticada. _____ era poco más que la hija de un ranchero convertida en pasante de abogacía con mucho estudio y esfuerzo.
—Joe no te soporta, así que deja de llamarlo continuamente para pedirle ayuda y de ir a su casa a seducirlo —continuó Julie con altivez—. No se rebajará saliendo con una mosquita muerta como tú.
_____ se irguió y miró a la mujer, consciente de las miradas de curiosidad de muchos de los presentes en el local.
—Joe es nuestro vecino, señorita Merrill —dijo conteniendo su rabia. Le temblaban las piernas pero no se le notaba—. Nada más.
—Bien. Me alegro de que te des cuenta de que Joe sólo es un vecino porque eres un incordio. Ningún hombre en su sano juicio te miraría dos veces a la cara.
—Oh, de eso no estoy tan seguro —dijo Harvey Fowler de súbito, acercándose a Julie Merrill y mirándola con dureza—. Yo diría que la señorita _____ le da mil vueltas, y que a usted esa boca no le permitiría entrar en la casa de ningún hombre decente en esta ciudad.
Julie estaba boquiabierta. Nadie en Jacobsville, ni en ningún otro sitio, la había tratado nunca así.
—Yo no la quiero ni en tostada con mermelada —dijo uno de los vaqueros de los Tremayne, refiriéndose a Julie. El grupo de hombres jóvenes que estaba con él se echó a reír.
—Eh, Julie, pásame una bolsita —se oyó de repente una voz anónima entre las risas y los comentarios—. Necesito una raya.
— ¿Quién ha dicho eso? —preguntó ella, temblando de rabia, mirando a los grupos sentados en las mesas.
—Julie, vámonos —dijo Joe cogiéndola del brazo.
—Tengo hambre —protestó ella tratando de zafarse de él.
_____ no miró a Joe cuando éste pasó a su lado sujetando a Julie firmemente con el brazo. Él tampoco la miró. Estaba blanco de rabia.
A _____ no se le ocurrió pensar que a Joe le habían molestado las cosas que Julie le dijo en la cafetería, sobre todo porque entonces Joe no había hecho ningún comentario para defenderla. Por eso, cuando al día siguiente él se presentó en el bufete de Kemp, sombrero en mano, para pedirle disculpas por el comportamiento de Julie, _____ casi no podía dar crédito a sus ojos.
Joe pareció contrariado al ver a Kemp sentado en una esquina de la mesa de _____, como si hubiera esperado encontrarla sola, pero rápidamente se recuperó.
—Quiero pedirte disculpas por Julie —dijo él en tono cortante—. Siente haber hecho una escena. Está muy preocupada con las acusaciones contra su padre por conducir bebido.
—No acepto disculpas en ausencia —dijo _____ con frialdad—. Y nunca podrás convencerme de que ella quiere disculparse.
Kemp frunció el ceño y preguntó:
— ¿Qué ha pasado?
—Julie me hizo unos cuantos comentarios muy desagradables ayer en el Café de Bárbara —le explicó _____—, delante de todo el mundo.
— ¿Por qué no viniste a decírmelo? —preguntó Kemp—. La habría puesto en su sitio sin dudarlo.
—Harley Fowler salió en mi defensa —dijo _____ con un esbozo de sonrisa—. Él y otros caballeros allí presentes —añadió.
—No es tan mala como crees —afirmó Joe, sombrío.
—Es mucho peor —contestó Kemp suavemente—. Sé cosas acerca de ella que te harían cambiar de opinión. _____, no te entretengas mucho. Necesito esas notas —añadió señalando la pantalla del ordenador con la cabeza. Después se fue a su despacho y cerró la puerta.
— ¿A qué se refería? —preguntó Joe a _____.
—Podría decírtelo pero no me creerías —respondió _____, recordando lo cálida que había sido su relación hasta que apareció Julie y ensombreció el horizonte.
—Escucha —dijo él—, no quiero enemistarme contigo. Julie me gusta. Su padre es un buen hombre, pero últimamente la suerte le ha dado la espalda. _____, necesitan mi ayuda. No tienen a nadie más.
_____ podía imaginarse a Julie perfectamente, llorando o alabando a Joe por ser tan bueno, tan generoso, vestida con su ropa más vieja, que sin duda era mucho mejor que la mejor blusa de _____, e interpretando su papel para él a la perfección. Julie Merrill era una seductora nata y sabía cómo conseguir que los hombres hicieran lo que ella quería. Era joven, guapa, culta y rica. Y conocía trucos a los que muchos hombres, incluido Joe, no se podían resistir.
— ¿Por qué te atrae tanto? —se preguntó _____ en voz alta. Joe le dirigió una mirada de lo más enigmática.
—Es madura —dijo él sin pensar—. Sabe exactamente lo que quiere y va por ello con todas sus fuerzas. Además, es una mujer que puede tener a quien quiera.
—Y ahora te quiere a ti —terminó ella por él. Joe se encogió de hombros.
—Así es.
—Supongo que te halaga —murmuró ella.
—Cuando entra en una sala, todos los hombres vuelven la cabeza para mirarla —dijo él, despacio—. Toca el piano como una profesional. Habla tres idiomas. Ha viajado por todo el mundo. Ha salido con algunos de los actores más famosos de Hollywood, e incluso la han presentado a la reina de Inglaterra —Joe suspiró con admiración—. A cualquier hombre le costaría decir que no a una mujer así.
—En otras palabras —dijo _____—, que es un trofeo.
Joe estudió a _____ con arrogancia.
—Si te gusta llamarlo así... Pero hay algo más: me necesita. Me ha dicho que toda la ciudad les ha dado la espalda, a ella y a su padre. Calhoun Ballenger ha conseguido el apoyo financiero de algunas de las familias más ricas de Jacobsville después de habérselo prometido al senador Merrill. Hasta que aparecí yo, estaba pensando en retirar su candidatura.
«Y los cerdos vuelan», pensó _____. Los Merrill estaban aprovechándose de Joe, un hombre a quien la alta sociedad del condado le había cerrado las puertas a pesar de todo su dinero. Lo que le ofrecían ahora era el acceso a la cerrada élite a la que pertenecían. Eso y a la hermosa Julie, claro.
— ¿Oíste lo que me dijo en la cafetería? —preguntó _____—. ¿No oíste cómo me acusó de querer cazarte? ¿Y cómo me advirtió que no me acercara a ti?
—Sí —admitió él—. Julie es muy posesiva y muy celosa, pero no me gustó que te insultara. Más tarde se lo dije, y ella afirmó que se disculparía, pero yo pensé que sería más fácil hacerlo yo en persona. Debes entenderlo, _____, es una mujer insegura. No lo creerás, pero se toma las cosas muy a pecho.
«Una revelación por minuto», estaba pensando _____. «Joe se ha tragadotodo lo que le ha contado». Era evidente que Julie sabía lo que hacía.
—Dijo que tú no perderías el tiempo con una mujer insignificante como yo.
—Las mujeres dicen eso continuamente —contestó él restándole importancia—. Tú también te tomas las cosas muy a pecho. Aún eres muy joven.
—Eso me lo dices siempre —dijo ella exasperada—. ¿Qué años tengo que tener para que pienses en mí como una mujer?
Joe se acercó a ella y le puso una mano en la esbelta garganta, acariciándola.
—Hace mucho tiempo que pienso en ti como mujer —dijo—. Pero eres una adicción que no me puedo permitir. Tú misma lo dijiste, eres ambiciosa. No tendrías suficiente con vivir en una ciudad pequeña. Tú quieres volar, ver mundo.
Pero mientras hablaba, Jordan se acercaba cada vez más y se inclinaba sobre ella, incluso contra su voluntad. Qué estupidez, pensó él. No podía caer en la trampa femenina. _____ era joven y ambiciosa. Aunque él pusiera toda la carne en el asador, ella lo dejaría en busca de horizontes más amplios, como había hecho la joven esposa de Duke Wright. _____ estaba enamorada del amor, no de él, y era demasiado joven para saber distinguirlo. Él no. Él se había asido a Julie como un náufrago a una tabla de salvación. _____ no lo sabía y él no podía reconocerlo. Mientras pensaba en todo eso, le separó los labios con los suyos. Olvidó dónde estaban, y olvidó todas las razones por las que no debía hacer lo que estaba haciendo.
—_____ —murmuró sobre los labios femeninos. Ella apenas lo oyó. La sangre le corría en las venas con desesperación. Ella rodeó el cuello masculino con los brazos y se pegó a él, entregándole la boca sin vacilar.
Los brazos de Joe se la tragaron entera. El beso fue lento, profundo, ávido. Invasor. El cuerpo femenino empezó a latir de deseo. Los besos anteriores casi habían sido castos. Estos eran eróticos. Eran... narcóticos. Un suave gemido de placer escapó de los labios femeninos y logró penetrar la densa niebla de deseo en que Joe se estaba hundiendo irremisiblemente. Se apartó de ella como si lo hubieran pinchado con una navaja. La sujetó con las manos por la cintura y la despegó de su cuerpo.
—Ya lo sé —dijo ella con la respiración entrecortada—. Has pensado que me había mordido una serpiente venenosa y sólo pretendías succionar el veneno.
Joe soltó una carcajada que fue incapaz de reprimir. _____ tragó saliva.
—Imagina si Julie te ve besándome así.
—Eso no ha sido un beso —respondió él, poniéndose serio de súbito.
— ¿No me digas? —bromeó ella—. Seguro que Julie podría darte lecciones.
—No hables así de ella.
—Piensas que ella es sincera porque tú lo eres —dijo _____ recobrando poco a poco el aliento—. Joe, por favor. Su padre y ella se atrevieron a acusar a Calhoun Ballenger de acoso sexual.
—Eso era verdad —aseguró Joe—. La mujer lo juró.
—La mujer era prima de Julie —dijo _____ asqueada. Joe la miró como si no conociera ese detalle. Frunció el ceño, pero no dijo nada.
—Julie piensa que mi hermano y yo somos unos desgraciados que no nos merecemos ni los buenos días —continuó _____.
—Eso lo dices para ponerme en su contra —le espetó Joe, furioso. Y más calmado, añadió—: Eso ya me lo advirtió ella. Y también me dijo que tienes un lío con Harvey Fowler.
Libby hizo un esfuerzo para no reaccionar ante esa acusación infundada.
—Harley es encantador. Él me defendió cuando Julie me insultó.
—Harley es un don nadie.
—Igual que yo —replicó _____—. Y entre él y tú, Joe, lo prefiero a él mil veces. Será un currito, pero tiene más clase que tú, aunque te acuestes con los Merrill todas las noches de los próximos cincuenta años.
Aquello fue la gota que colmó el vaso. Joe la miró furioso, se dio media vuelta y salió de la oficina dando un portazo.
— ¡Y no vuelvas! —le gritó ella, más furiosa todavía.
_____ estaba destrozada. Habían exhumado el cadáver de su padre y lo habían llevado a Austin, la capital del estado, para someterlo a nuevas pruebas. Curt se puso furioso cuando su hermana le dijo que Joe había pasado por su trabajo para disculparse por la actitud de Julie.
—Como si ella se disculpara alguna vez ante gente como nosotros —gruñó—. Y Joe se quedó de brazos cruzados sin decir nada.
— ¿Cómo lo sabes?
—Me lo ha dicho Harley Fowler —dijo Curt, dejándose caer en una silla—. No voy a trabajar más con Joe —añadió—. Dentro de quince días empiezo con Duke Wright y además con mejor sueldo.
—Estupendo —dijo ella.
—Todo irá bien, no te preocupes —le aseguró su hermano.
—No estoy preocupada, Curt. En absoluto.
Pero lo estaba. No le hacía ninguna gracia haberse enemistado con Joe por culpa de los Merrill, que sólo lo querían por su dinero y que se olvidarían de él en cuanto terminara la campaña electoral. _____ sabía que a ese tipo de gente sólo le interesaba el dinero para poder darse aires delante de los demás. Ella no era así, en absoluto, y sabía que la gente la apreciaba por ella misma, por nada más.
Como Harley Fowler, que pasó a verla al día siguiente para ver qué tal estaba y para invitarla a salir a cenar y bailar el siguiente sábado.
—Sólo a Shea's —dijo él—. Acabo de pagar una nueva transmisión para la camioneta y estoy sin blanca.
—Perfecto —sonrió ella—. Así ya somos dos. Gracias, Harley.
—Oye, ¿sabes bailar?
_____ parpadeó.
—Me defiendo —dijo—. Ya me he enterado de que el año pasado Janie Brewster y tú dejasteis boquiabierto a todo el mundo en el Baile del Vaquero.
Harley sonrió.
—Un poco sí —dijo—. Llevo un tiempo tomando clases de bailes de salón —le explicó.
—Me encantará bailar contigo, Harley.
La expresión de Harley era casi de incredulidad.
— ¿De verdad?
—De verdad.
—Está bien. Entonces el sábado a las seis. Y podemos cenar allí.
—Por mí perfecto —dijo ella—. Dejaré la cena de Curt preparada en la nevera.
Más tarde, cuando le contó a Curt que tenía una cita con Harley para el sábado, su hermano sonrió complacido.
—Ya es hora de que salgas y te diviertas un poco.
—Harley me gusta mucho —le aseguró ella. Curt la miró a los ojos, sabedor de la auténtica verdad que se escondía tras esas palabras.
—Pero no es Joe.
_____ le dio la espalda.
—Joe ha elegido, y yo estoy haciendo lo mismo.
—Sí, lo sé —dijo ella—. Calhoun Ballenger ha revolucionado el distrito políticamente hablando. Mucha gente cree que este año va a ganar la nominación.
—Yo estoy casi seguro —dijo Curt—. La estructura de poder en el condado ya no está en manos de la vieja élite. Y al senador Merrill lo arrestaron hace poco por conducir borracho.
—Pero la noticia no se publicó en el periódico local —observó _____.
—El editor es un amigo suyo y se negó a hacerlo. También está intentando que el alcalde despida a los dos agentes que lo detuvieron.
—Pobres policías —murmuró _____.
_____ cambió de conversación y le contó a su hermano que el investigador de Kemp había localizado la llamada de Janet en San Antonio.
— ¿Por qué estará tan interesada en echarnos de casa? —se preguntó en voz alta.
—No sé —dijo Curt—. Debe de querer algo que cree que está aquí. A lo mejor la colección de monedas de papá.
—Hace meses que no la he visto —dijo _____.
—Yo tampoco. Seguro que ya la ha vendido —respondió Curt, y miró a su hermana con tristeza—. Siento lo de la exhumación de papá. Pero tenemos que saber la verdad sobre su muerte.
—Lo sé —dijo ella reprimiendo las lágrimas a duras penas—. A papá no le importaría.
—No, no lo creo.
Aquella tarde, después de cenar, mientras los dos hermanos veían la televisión, un todoterreno llegó por el camino del rancho a toda velocidad y aparcó junto a la casa. Un minuto más tarde sonaron unos golpes secos en la puerta.
—Yo iré —dijo Curt.
Hubo un ruido de voces apagadas en la entrada y unos pasos que entraron en el salón. Joe se quedó mirando a _____ con curiosidad.
—Hoy Julie ha ido a tu oficina —dijo.
—Buscaba trabajo para su amiga Lydia —respondió _____ sin más explicaciones.
—No es eso lo que dice ella —respondió Joe, tenso—. Me ha dicho que has estado tan grosera con ella que Kemp le ha pedido que se fuera.
_____ arqueó las dos cejas.
—Vaya, qué imaginación.
—No bromeo, _____ —dijo Joe—. Ha sido muy mezquino por tu parte.
—Lo sería de ser cierto —contestó ella—. Julie ha entrado en la oficina con muchos humos, ha hecho unos cuantos comentarios muy groseros al señor Kemp y éste le ha pedido que se fuera.
—No es eso lo que ella me ha contado —repitió él.
_____ se puso en pie e hizo una señal a su hermano, que iba a decir algo para que se callara.
—No necesito ayuda, Curt. Puedo defenderme sola. No te metas en esto.
_____ se acercó a Joe con expresión muy seria.
—La señorita Merrill ha insinuado al señor Kemp que más le valía ofrecerle un puesto de trabajo a su amiga Lydia por el lugar que ocupa su padre en el condado. Y él le ha recordado su baile de graduación del instituto en el que murió una chica.
— ¿Qué? —explotó Joe.
—Al señor Kemp no le gustan las amenazas —continuó ella, incómoda por la clara hostilidad de Joe—. La señorita Merrill ha sido muy grosera y muy arrogante, y ninguno de los dos entendemos para qué quería un trabajo para Lydia, si Lydia ya tiene un buen trabajo en Bexar.
Joe no dijo nada. Permaneció allí de pie, en silencio, mirándola.
—Supongo que el otro día cuando te llamé estaba en tu casa y pensó que quiero cazarte —continuó ella animada por el repentino parpadeo en los ojos grises de Joe—. Puedes decirle de mi parte que no te quiero ni envuelto en papel de regalo. Si cree que soy la competencia, no tiene más que venir a ver donde vivo —la cara de _____ se tensó de rabia—. Fíjate bien, Joe. Ni siquiera soy de tu clase. Eres un vecino amable a quien he pedido consejo y nada más —mintió ella, en un intento por poner su autoestima y su dignidad a buen recaudo.
Joe seguía sin moverse y sin hablar, pero en sus ojos había un destello peligroso y tenía los nudillos blancos de tanto apretar los puños.
— ¿Nada más? —preguntó él, en un tono que insinuaba muchas cosas. _____ sabía a qué se refería. Tragó saliva, tratando de no recordar la fuerza y la pasión de los besos compartidos. Era evidente que para él no significaban nada.
—Nada más —repitió ella—. No era mi intención cazarte, Joe. Ni siquiera estoy segura de querer pasar el resto de mi vida en Jacobsville trabajando en un pequeño bufete de abogados —añadió pero sin mirarlo—. He pensado mucho en lo que me dijiste, y quizá tengas razón. Quizá tenga otras ambiciones.
Joe continuaba en silencio con los ojos entrecerrados clavados en ella.
—Si quieres demostrarle a Julie que no soy su rival, tráela y enséñale cómo vivimos —continuó _____ con una sonrisa—. Eso le abrirá los ojos.
—_____—dijo Curt—, por favor, no hables así.
— ¿Cómo quieres que hable? —quiso saber ella, con un nudo en la garganta que apenas le permitía hablar. Pero hizo un esfuerzo para continuar—. Nuestro padre está muerto y parece que nuestra madrastra lo mató delante de nuestras narices. Ahora quiere quitarnos todo lo que tenemos y no para de amenazarnos, y encima la novia de Joe, que se las da de angelito, quiere hacerle creer que soy una roba hombres o algo así. ¿Cómo demonios quieres que hable?
Joe soltó un largo suspiro.
—Creía que sabías lo que querías —dijo tras otro largo silencio.
—Soy joven —dijo ella—. Tú mismo lo dijiste. Siento haberte pedido ayuda y enfadado a tu novia de paso. No volveré a cometer el mismo error.
_____ dio media vuelta y se metió en la cocina, dando un sonoro portazo. «Estoy aprendiendo costumbres muy malas del señor Kemp», pensó mientras se secaba las lágrimas con una servilleta de papel.
Oyó el ruido de la puerta al abrirse y cerrarse a su espalda pero no se volvió. Estaba segura de que era Curt, que iba a ver qué tal estaba.
—Supongo que lo he hecho fatal —dijo sin volverse—. ¿Ya se ha ido?
Un par de manos grandes la sujetaron por los hombros y la hicieron girar.
—No, no se ha ido —masculló Joe.
Por la dura expresión de su rostro, _____ pensó que debía sentirse intimidada, pero no era así. Era muy atractivo, aunque estuviera a punto de estallar de cólera.
—He dicho todo lo que tenía que decir —empezó ella.
—Yo no —respondió él—. Nunca te he mirado por encima del hombro por lo que tienes o dejas de tener, y lo sabes.
—Julie Merrill, sí.
Joe tensó las manos y las relajó. Parecía un poco cohibido.
—Tú sabes qué infancia tuve —continuó él—. No teníamos nada. Nunca me invitaban a ninguna fiesta y mis padres no eran más que criados para la alta sociedad del Condado.
—Y ahora Julie te está abriendo las puertas de esa sociedad, y te gusta.
Él pareció escandalizado por la afirmación. Bajó los ojos hasta ella.
—Puede.
— ¿No ves por qué te quieren tanto ahora? Eres rico, tienes mucho dinero, y los Merrill necesitan apoyo financiero. Sus amigos ya no son tan ricos como antes, y ahora es Calhoun Ballenger quien goza del apoyo de las nuevas familias de dinero en Jacobsville.
—O sea, que Julie sólo me quiere por mi dinero para la campaña electoral de su padre.
—Sabes perfectamente que sólo por eso no —respondió ella estudiando ávidamente la expresión de su cara—. Eres un hombre muy atractivo y las mujeres te adoran.
Joe arqueó una ceja.
— ¿Tú también?
_____ habría deseado negarlo pero no pudo.
—Yo también —admitió—. Pero no pertenezco a tu clase, como tú tampoco perteneces a la de Julie. Su dinero se remonta a muchas generaciones atrás, y por muy rico que seas, ellos nunca te considerarán uno de ellos.
Joe la miró furioso.
— ¡Me relaciono con la alta sociedad neoyorquina, con criadores de pura sangre de Kentucky, con altos miembros de la administración, incluso con estrellas de Hollywood!
—Eso puedes hacerlo solo —dijo ella—. No necesitas a los Merrill. Mira los Dunn; hace más de un año que se relacionan con estrellas de Hollywood. Y no son tan ricos. _____ lo estaba dejando sin argumentos, y eso a Joe no le gustaba nada.
—Julie quiere casarse conmigo —dijo él presentando la información como si fuera una daga.
_____ trató de disimular su reacción. El corazón se le hundía en el pecho, pesado, como si fuera de plomo, e imaginó a Julie con un traje de novia de diseño y cubierta de diamantes mientras se dirigía al altar.
—Ella no quiere trabajar —añadió él sonriendo fríamente.
En realidad, _____ tampoco. Le gustaba trabajar en Jacobsville, pero también le gustaba hacer cosas en el rancho. De hecho, lo que más le gustaría por encima de todo sería ser la esposa de Joe. Pero eso no iba a pasar. Él no la quería. _____ trató de zafarse de las fuertes manos masculinas que la sujetaban por los hombros.
—Déjame —musitó ella—. Seguro que a Julie no le gustaría.
— ¿El qué? —preguntó él—. ¿Estar en mis brazos o que yo te abrace?
—Estás disfrutando ¿no? —lo retó ella.
—Aún no —murmuró él dejando caer la mirada hasta sus ojos—. Pero pienso hacerlo muy pronto...
— ¡No puedes...!
Pero podía y lo hizo. Y _____, al notar la suave presión de la boca de Joe en la suya, cerró los ojos. Era consciente de su fuerza, del calor de su cuerpo, de los latidos de su corazón. Joe la pegó aún más a él y trazó la boca femenina con los labios, con la punta de la lengua. Notó cómo _____ se tensaba y la abrazó aún más, olvidándose de Julie, de la discusión, de todo. _____ sintió cómo el repentino ardor de su abrazo los envolvía en cuestión de segundos y les hacía perder la noción de la realidad. Joe le acariciaba las caderas, la presionaba contra la súbita rigidez de su cuerpo fuerte y musculoso, deslizaba la mano bajo la blusa buscando la delicada curva de sus senos.
Ella lo apartó bruscamente.
— ¡No!
Joe quiso abrazarla de nuevo.
— ¿Por qué no? —murmuró él, sin dejar de mirar la boca hinchada que acababa de saborear.
—Curt —susurró ella.
—Curt —repitió él como si no reconociera el nombre. De repente parpadeó y se dio cuenta de dónde estaban y qué estaban haciendo.
—Tienes que irte —dijo ella con voz ronca.
—Si no paras de echarte encima de mí. ¿Qué esperabas? —gruñó él.
—Yo no...
—Ahora no te hagas la inocente —continuó él—. Y no empieces a desabrocharte la blusa, no te servirá de nada.
— ¿Cómo...?
—Y tampoco se te ocurra seguirme. Por la noche cierro todas las puertas con llave.
_____ quería reaccionar con el mismo tipo de bromas que solía compartir con Joe antes y que tanto le habían gustado hasta ese momento, pero no podía olvidar que él se había puesto de parte de Julie y en su contra. Por eso lo miró con frialdad.
—Tranquilo, no te seguiré. Al menos, mientras sigas defendiendo a Julie Merrill, cuando ha sido ella la que me ha insultado a mí.
Joe quedó quieto, como paralizado.
—A juzgar por lo que cuenta ella, empezaste tú.
—Y tú la crees, claro. Ella es guapa, rica y sofisticada.
—Algo de lo que a ti nadie en su sano juicio podría acusarte jamás —le espetó él. Y dando media vuelta, se fue.
De repente todo el mundo pareció percatarse de la tensión entre _____ y Joe. El no volvió al rancho de los Collins, y cuando organizó una barbacoa para los mozos del rancho en abril para celebrar una impresionante venta de terneros, Curt no fue invitado. Cuando _____ celebró con una pequeña fiesta su cumpleaños, Joe tampoco estaba en la lista de invitados. En Jacobsville, una ciudad pequeña, la gente se dio cuenta.
— ¿Has roto con Joe? —le preguntó un día el señor Kemp a _____, mientras su nueva secretaria, una joven castaña recién salida del instituto llamada Jessie, había salido a comer.
_____ lo miró con expresión de inocencia.
— ¿Roto?
—Julie Merrill anda diciendo por ahí que se va a casar con él —dijo él—. Yo no lo creo. Su padre tiene dificultades financieras y a Joe le sobra el dinero. El senador Merrill necesitará muchos apoyos si quiere ganar las elecciones en este distrito.
—Dicen que Calhoun Ballenger ya va por delante en las encuestas —dijo _____.
—Así es. Las tácticas del viejo Merrill ya están obsoletas. Quiere que Cash Grier despida a los agentes que lo detuvieron conduciendo borracho y declare que sus hombres mintieron, pero Grier no lo hará. El senador y su hija se niegan a ver la realidad y aceptar la derrota.
—Tengo entendido que su hija va de vez en cuando a casa de Joe —dijo ella—. Es muy guapa.
—Es una tarántula —aseguró Blake Kemp fríamente—. Está metida en asuntos turbios que no tardarán en llegar a los periódicos. Y cuando eso ocurra, su padre puede despedirse de su carrera política. ¿Puedes guardar un secreto? —preguntó mirando hacia la puerta para asegurarse de que no lo oía nadie.
—Si no pudiera, no trabajaría para usted —dijo ella.
—Los dos agentes de policía que detuvieron al senador también están investigando una casa donde se compran y venden drogas. Por eso quieren echarlos. El alcalde es sobrino de Merrill.
—Y supongo que está metido en eso hasta el cuello —sugirió ella. Kemp asintió.
—El alcalde y la señorita Merrill. ¿De dónde crees que ha salido el Porsche nuevo que conduce la hija del senador?
_____ silbó.
—Pero si relacionan a Joe con ella —dijo preocupada—, Joe puede tener problemas.
—Así es —respondió él—. Puede meterse en un buen lío aunque no haya hecho nada.
—Y supongo que usted no puede avisarlo —dijo _____ a modo de sugerencia.
—No nos hablamos.
—Pero son amigos —insistió _____.
—Ya no —dijo Kemp—. Cree que me puse de tu parte y en contra de la señorita Merrill.
—Lo siento —dijo ella con el ceño fruncido.
—En unas semanas estará todo olvidado, ya lo verás.
_____ no estaba tan segura, y odiaba la idea de ver a Joe metido en un asunto tan turbio.
A su hora de comer, _____ fue al Café de Bárbara y se encontró con Julie y Joe, que estaban haciendo la cola para pedir.
—Oh, mira, si es la secretaria —dijo Julie al ver a _____ detrás de ellos—. ¿Aún va por ahí contando mentiras sobre mí, señorita Collins? —preguntó con una sonrisa.
Joe miraba a _____ con una expresión difícil de descifrar. _____ los ignoró y empezó a hablar con una de las chicas que trabajaba en los juzgados de la ciudad y que estaba en la cola detrás de ella.
—No me des la espalda, mosquita muerta —exclamó Julie acercándose a _____ furiosa—. Tú le dijiste a Joe que intenté imponerme en el bufete de Kemp y es mentira. Sólo querías hacerte la buenecita, ¿verdad?
_____ sintió náuseas. No le gustaban nada las discusiones ni las peleas. No temía a la otra mujer, pero era consciente de sus diferencias en la escala social. Julie era rica, guapa, conocida y sofisticada. _____ era poco más que la hija de un ranchero convertida en pasante de abogacía con mucho estudio y esfuerzo.
—Joe no te soporta, así que deja de llamarlo continuamente para pedirle ayuda y de ir a su casa a seducirlo —continuó Julie con altivez—. No se rebajará saliendo con una mosquita muerta como tú.
_____ se irguió y miró a la mujer, consciente de las miradas de curiosidad de muchos de los presentes en el local.
—Joe es nuestro vecino, señorita Merrill —dijo conteniendo su rabia. Le temblaban las piernas pero no se le notaba—. Nada más.
—Bien. Me alegro de que te des cuenta de que Joe sólo es un vecino porque eres un incordio. Ningún hombre en su sano juicio te miraría dos veces a la cara.
—Oh, de eso no estoy tan seguro —dijo Harvey Fowler de súbito, acercándose a Julie Merrill y mirándola con dureza—. Yo diría que la señorita _____ le da mil vueltas, y que a usted esa boca no le permitiría entrar en la casa de ningún hombre decente en esta ciudad.
Julie estaba boquiabierta. Nadie en Jacobsville, ni en ningún otro sitio, la había tratado nunca así.
—Yo no la quiero ni en tostada con mermelada —dijo uno de los vaqueros de los Tremayne, refiriéndose a Julie. El grupo de hombres jóvenes que estaba con él se echó a reír.
—Eh, Julie, pásame una bolsita —se oyó de repente una voz anónima entre las risas y los comentarios—. Necesito una raya.
— ¿Quién ha dicho eso? —preguntó ella, temblando de rabia, mirando a los grupos sentados en las mesas.
—Julie, vámonos —dijo Joe cogiéndola del brazo.
—Tengo hambre —protestó ella tratando de zafarse de él.
_____ no miró a Joe cuando éste pasó a su lado sujetando a Julie firmemente con el brazo. Él tampoco la miró. Estaba blanco de rabia.
A _____ no se le ocurrió pensar que a Joe le habían molestado las cosas que Julie le dijo en la cafetería, sobre todo porque entonces Joe no había hecho ningún comentario para defenderla. Por eso, cuando al día siguiente él se presentó en el bufete de Kemp, sombrero en mano, para pedirle disculpas por el comportamiento de Julie, _____ casi no podía dar crédito a sus ojos.
Joe pareció contrariado al ver a Kemp sentado en una esquina de la mesa de _____, como si hubiera esperado encontrarla sola, pero rápidamente se recuperó.
—Quiero pedirte disculpas por Julie —dijo él en tono cortante—. Siente haber hecho una escena. Está muy preocupada con las acusaciones contra su padre por conducir bebido.
—No acepto disculpas en ausencia —dijo _____ con frialdad—. Y nunca podrás convencerme de que ella quiere disculparse.
Kemp frunció el ceño y preguntó:
— ¿Qué ha pasado?
—Julie me hizo unos cuantos comentarios muy desagradables ayer en el Café de Bárbara —le explicó _____—, delante de todo el mundo.
— ¿Por qué no viniste a decírmelo? —preguntó Kemp—. La habría puesto en su sitio sin dudarlo.
—Harley Fowler salió en mi defensa —dijo _____ con un esbozo de sonrisa—. Él y otros caballeros allí presentes —añadió.
—No es tan mala como crees —afirmó Joe, sombrío.
—Es mucho peor —contestó Kemp suavemente—. Sé cosas acerca de ella que te harían cambiar de opinión. _____, no te entretengas mucho. Necesito esas notas —añadió señalando la pantalla del ordenador con la cabeza. Después se fue a su despacho y cerró la puerta.
— ¿A qué se refería? —preguntó Joe a _____.
—Podría decírtelo pero no me creerías —respondió _____, recordando lo cálida que había sido su relación hasta que apareció Julie y ensombreció el horizonte.
—Escucha —dijo él—, no quiero enemistarme contigo. Julie me gusta. Su padre es un buen hombre, pero últimamente la suerte le ha dado la espalda. _____, necesitan mi ayuda. No tienen a nadie más.
_____ podía imaginarse a Julie perfectamente, llorando o alabando a Joe por ser tan bueno, tan generoso, vestida con su ropa más vieja, que sin duda era mucho mejor que la mejor blusa de _____, e interpretando su papel para él a la perfección. Julie Merrill era una seductora nata y sabía cómo conseguir que los hombres hicieran lo que ella quería. Era joven, guapa, culta y rica. Y conocía trucos a los que muchos hombres, incluido Joe, no se podían resistir.
— ¿Por qué te atrae tanto? —se preguntó _____ en voz alta. Joe le dirigió una mirada de lo más enigmática.
—Es madura —dijo él sin pensar—. Sabe exactamente lo que quiere y va por ello con todas sus fuerzas. Además, es una mujer que puede tener a quien quiera.
—Y ahora te quiere a ti —terminó ella por él. Joe se encogió de hombros.
—Así es.
—Supongo que te halaga —murmuró ella.
—Cuando entra en una sala, todos los hombres vuelven la cabeza para mirarla —dijo él, despacio—. Toca el piano como una profesional. Habla tres idiomas. Ha viajado por todo el mundo. Ha salido con algunos de los actores más famosos de Hollywood, e incluso la han presentado a la reina de Inglaterra —Joe suspiró con admiración—. A cualquier hombre le costaría decir que no a una mujer así.
—En otras palabras —dijo _____—, que es un trofeo.
Joe estudió a _____ con arrogancia.
—Si te gusta llamarlo así... Pero hay algo más: me necesita. Me ha dicho que toda la ciudad les ha dado la espalda, a ella y a su padre. Calhoun Ballenger ha conseguido el apoyo financiero de algunas de las familias más ricas de Jacobsville después de habérselo prometido al senador Merrill. Hasta que aparecí yo, estaba pensando en retirar su candidatura.
«Y los cerdos vuelan», pensó _____. Los Merrill estaban aprovechándose de Joe, un hombre a quien la alta sociedad del condado le había cerrado las puertas a pesar de todo su dinero. Lo que le ofrecían ahora era el acceso a la cerrada élite a la que pertenecían. Eso y a la hermosa Julie, claro.
— ¿Oíste lo que me dijo en la cafetería? —preguntó _____—. ¿No oíste cómo me acusó de querer cazarte? ¿Y cómo me advirtió que no me acercara a ti?
—Sí —admitió él—. Julie es muy posesiva y muy celosa, pero no me gustó que te insultara. Más tarde se lo dije, y ella afirmó que se disculparía, pero yo pensé que sería más fácil hacerlo yo en persona. Debes entenderlo, _____, es una mujer insegura. No lo creerás, pero se toma las cosas muy a pecho.
«Una revelación por minuto», estaba pensando _____. «Joe se ha tragadotodo lo que le ha contado». Era evidente que Julie sabía lo que hacía.
—Dijo que tú no perderías el tiempo con una mujer insignificante como yo.
—Las mujeres dicen eso continuamente —contestó él restándole importancia—. Tú también te tomas las cosas muy a pecho. Aún eres muy joven.
—Eso me lo dices siempre —dijo ella exasperada—. ¿Qué años tengo que tener para que pienses en mí como una mujer?
Joe se acercó a ella y le puso una mano en la esbelta garganta, acariciándola.
—Hace mucho tiempo que pienso en ti como mujer —dijo—. Pero eres una adicción que no me puedo permitir. Tú misma lo dijiste, eres ambiciosa. No tendrías suficiente con vivir en una ciudad pequeña. Tú quieres volar, ver mundo.
Pero mientras hablaba, Jordan se acercaba cada vez más y se inclinaba sobre ella, incluso contra su voluntad. Qué estupidez, pensó él. No podía caer en la trampa femenina. _____ era joven y ambiciosa. Aunque él pusiera toda la carne en el asador, ella lo dejaría en busca de horizontes más amplios, como había hecho la joven esposa de Duke Wright. _____ estaba enamorada del amor, no de él, y era demasiado joven para saber distinguirlo. Él no. Él se había asido a Julie como un náufrago a una tabla de salvación. _____ no lo sabía y él no podía reconocerlo. Mientras pensaba en todo eso, le separó los labios con los suyos. Olvidó dónde estaban, y olvidó todas las razones por las que no debía hacer lo que estaba haciendo.
—_____ —murmuró sobre los labios femeninos. Ella apenas lo oyó. La sangre le corría en las venas con desesperación. Ella rodeó el cuello masculino con los brazos y se pegó a él, entregándole la boca sin vacilar.
Los brazos de Joe se la tragaron entera. El beso fue lento, profundo, ávido. Invasor. El cuerpo femenino empezó a latir de deseo. Los besos anteriores casi habían sido castos. Estos eran eróticos. Eran... narcóticos. Un suave gemido de placer escapó de los labios femeninos y logró penetrar la densa niebla de deseo en que Joe se estaba hundiendo irremisiblemente. Se apartó de ella como si lo hubieran pinchado con una navaja. La sujetó con las manos por la cintura y la despegó de su cuerpo.
—Ya lo sé —dijo ella con la respiración entrecortada—. Has pensado que me había mordido una serpiente venenosa y sólo pretendías succionar el veneno.
Joe soltó una carcajada que fue incapaz de reprimir. _____ tragó saliva.
—Imagina si Julie te ve besándome así.
—Eso no ha sido un beso —respondió él, poniéndose serio de súbito.
— ¿No me digas? —bromeó ella—. Seguro que Julie podría darte lecciones.
—No hables así de ella.
—Piensas que ella es sincera porque tú lo eres —dijo _____ recobrando poco a poco el aliento—. Joe, por favor. Su padre y ella se atrevieron a acusar a Calhoun Ballenger de acoso sexual.
—Eso era verdad —aseguró Joe—. La mujer lo juró.
—La mujer era prima de Julie —dijo _____ asqueada. Joe la miró como si no conociera ese detalle. Frunció el ceño, pero no dijo nada.
—Julie piensa que mi hermano y yo somos unos desgraciados que no nos merecemos ni los buenos días —continuó _____.
—Eso lo dices para ponerme en su contra —le espetó Joe, furioso. Y más calmado, añadió—: Eso ya me lo advirtió ella. Y también me dijo que tienes un lío con Harvey Fowler.
Libby hizo un esfuerzo para no reaccionar ante esa acusación infundada.
—Harley es encantador. Él me defendió cuando Julie me insultó.
—Harley es un don nadie.
—Igual que yo —replicó _____—. Y entre él y tú, Joe, lo prefiero a él mil veces. Será un currito, pero tiene más clase que tú, aunque te acuestes con los Merrill todas las noches de los próximos cincuenta años.
Aquello fue la gota que colmó el vaso. Joe la miró furioso, se dio media vuelta y salió de la oficina dando un portazo.
— ¡Y no vuelvas! —le gritó ella, más furiosa todavía.
_____ estaba destrozada. Habían exhumado el cadáver de su padre y lo habían llevado a Austin, la capital del estado, para someterlo a nuevas pruebas. Curt se puso furioso cuando su hermana le dijo que Joe había pasado por su trabajo para disculparse por la actitud de Julie.
—Como si ella se disculpara alguna vez ante gente como nosotros —gruñó—. Y Joe se quedó de brazos cruzados sin decir nada.
— ¿Cómo lo sabes?
—Me lo ha dicho Harley Fowler —dijo Curt, dejándose caer en una silla—. No voy a trabajar más con Joe —añadió—. Dentro de quince días empiezo con Duke Wright y además con mejor sueldo.
—Estupendo —dijo ella.
—Todo irá bien, no te preocupes —le aseguró su hermano.
—No estoy preocupada, Curt. En absoluto.
Pero lo estaba. No le hacía ninguna gracia haberse enemistado con Joe por culpa de los Merrill, que sólo lo querían por su dinero y que se olvidarían de él en cuanto terminara la campaña electoral. _____ sabía que a ese tipo de gente sólo le interesaba el dinero para poder darse aires delante de los demás. Ella no era así, en absoluto, y sabía que la gente la apreciaba por ella misma, por nada más.
Como Harley Fowler, que pasó a verla al día siguiente para ver qué tal estaba y para invitarla a salir a cenar y bailar el siguiente sábado.
—Sólo a Shea's —dijo él—. Acabo de pagar una nueva transmisión para la camioneta y estoy sin blanca.
—Perfecto —sonrió ella—. Así ya somos dos. Gracias, Harley.
—Oye, ¿sabes bailar?
_____ parpadeó.
—Me defiendo —dijo—. Ya me he enterado de que el año pasado Janie Brewster y tú dejasteis boquiabierto a todo el mundo en el Baile del Vaquero.
Harley sonrió.
—Un poco sí —dijo—. Llevo un tiempo tomando clases de bailes de salón —le explicó.
—Me encantará bailar contigo, Harley.
La expresión de Harley era casi de incredulidad.
— ¿De verdad?
—De verdad.
—Está bien. Entonces el sábado a las seis. Y podemos cenar allí.
—Por mí perfecto —dijo ella—. Dejaré la cena de Curt preparada en la nevera.
Más tarde, cuando le contó a Curt que tenía una cita con Harley para el sábado, su hermano sonrió complacido.
—Ya es hora de que salgas y te diviertas un poco.
—Harley me gusta mucho —le aseguró ella. Curt la miró a los ojos, sabedor de la auténtica verdad que se escondía tras esas palabras.
—Pero no es Joe.
_____ le dio la espalda.
—Joe ha elegido, y yo estoy haciendo lo mismo.
Chicas, les subí dos capítulos, que los disfruten, un besoooo
UnbrokenGirl
Re: Herida de Amor (Joe & Tú) [TERMINADA]
noooo yo quiero saber masss
ese joe e sun patan ushhh me choca
debes seguirla pronto por favor!!!!!
ese joe e sun patan ushhh me choca
debes seguirla pronto por favor!!!!!
Julieta♥
Re: Herida de Amor (Joe & Tú) [TERMINADA]
pero como se atreve esa estupida de insultar a la rayis
y encima joe no hace nada
ufs me enfurece siguela quiero mas capitulos :)
y encima joe no hace nada
ufs me enfurece siguela quiero mas capitulos :)
ElitzJb
Re: Herida de Amor (Joe & Tú) [TERMINADA]
Me encanta la actitud de la raya ..
¡ Así se hace ! Jaja ..
A ver .. Joe la quiere pero ..
no está con ella , porque ella aún es joven y ambiciosa ? ..
cree que ellá dejará el rancho , Jacobsville como la esposa de Wright ? ..
y por eso sale con Julie , porque ella ya es " supuestamente " una mujer hecha y derecha . Pff ..
AAAAAAAAAA' ¬¬' ..
Joseph no sabe con quien se está metiendo en realidad ..
en todo lo estará involucrado si sigue con Julie ..
Enserio que idiota son los hombres xD ..
Boeh . emm .. Hola :hi: jeje ..
New Reader (: ..
SI-GUE -LAA !! ..
¡ Así se hace ! Jaja ..
A ver .. Joe la quiere pero ..
no está con ella , porque ella aún es joven y ambiciosa ? ..
cree que ellá dejará el rancho , Jacobsville como la esposa de Wright ? ..
y por eso sale con Julie , porque ella ya es " supuestamente " una mujer hecha y derecha . Pff ..
AAAAAAAAAA' ¬¬' ..
Joseph no sabe con quien se está metiendo en realidad ..
en todo lo estará involucrado si sigue con Julie ..
Enserio que idiota son los hombres xD ..
Boeh . emm .. Hola :hi: jeje ..
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SI-GUE -LAA !! ..
Jess Jonas ..
Re: Herida de Amor (Joe & Tú) [TERMINADA]
Jess Jonas .. escribió:Me encanta la actitud de la raya ..
¡ Así se hace ! Jaja ..
A ver .. Joe la quiere pero ..
no está con ella , porque ella aún es joven y ambiciosa ? ..
cree que ellá dejará el rancho , Jacobsville como la esposa de Wright ? ..
y por eso sale con Julie , porque ella ya es " supuestamente " una mujer hecha y derecha . Pff ..
AAAAAAAAAA' ¬¬' ..
Joseph no sabe con quien se está metiendo en realidad ..
en todo lo estará involucrado si sigue con Julie ..
Enserio que idiota son los hombres xD ..
Boeh . emm .. Hola :hi: jeje ..
New Reader (: ..
SI-GUE -LAA !! ..
¡Bienvenida! :)
hahah Joe se hace el duro pero en el fondo es demasiado sensible
y tiene miedo de admitir lo que siente por la rayis :c
me carga Julie, típica niña rica haha ahora subo cap
espero estes hasta el final de la nove, besos :*
UnbrokenGirl
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