Dulzura -Niall Horan & Tu- (TERMINADA)

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Niall

Yo pedí un Blizzard de Oreo para mí y para Greg pedí un helado de vainilla con granas. Mike pidió un banana split para ______, su favorito, y un helado con brownie para si mismo.
Mientras estábamos esperando, Mike me hizo una pregunta. “Dime, ¿exactamente qué es lo que pasa entre mi hija y tú? Vi ese beso y tu brazo por su cintura al partido así que ni pienses fingir que no sabes de lo que estoy hablando.”
Le di una sonrisa traviesa y decidí por la verdad. Mike no me parecía ser el tipo de hombre con quien uno debería gastar bromas. “Me gusta mucho. Ella ha estado ganando confianza conmigo y abriéndose a mí, especialmente en cuanto a lo de su madre. Me contó que la llamó anoche y le dije que la próxima vez debería dejar que le hablaras tú.”
“¿Ella te lo contó?” Mike no podía creerlo.
“Sí, y todos los días durante el almuerzo intento ayudarle a estar más cómoda con la gente. Le hago hablarme de cualquier cosa mientras me mira los párpados.” Mike me dio una mirada interrogante y continué. “Me cierro los ojos mientras me habla. Pronto, tendrá que mirármelos. De todos modos, está progresando. Le pedí salir conmigo en una cita también.” Las cejas de Mike se elevaron y parecía estar un poco incómodo. “Dijo que sí,” dije antes de que pudiera abrirse la boca.
Entonces su expresión se volvió en uno de shock y lentamente empezó a hablar. “No sé, Niall. No quiero que se involucre ahora que recién ha empezado a salir de su encerramiento. Si alguien le vuelva a hacer daño, fácilmente podría volver a donde estaba. ¿Y si no puedo hacerle salir otra vez?”
“Es muy simple,” le dije. “No planeo lastimarla.”
“No es así de simple, sólo porque no lo planeas, eso no quiere decir que no lo harás.” Suspiró. “Por favor, ten muchísimo cuidado con ella. No quiero volver a perderla.” Asentí con la cabeza y nos dieron nuestro helado.
Fuimos para la mesa dónde ______ estaba muriéndose de risa sobre algo que Greg le había dicho. Me senté a su lado dejando que Mike se sentara al lado de Greg. Distribuimos los helados y empezamos a comérnoslos.
______ gimió, “Ha pasado demasiado tiempo desde que me he comido uno de estos. Greg, eres un genio.”
Greg sonrió y continuó lamiéndose el helado, tenía granas alrededor de su boca. Sería inútil decirle algo hasta que se lo hubiera comido entero.
“Tengo otro partido mañana, ¿vienen ustedes?” pregunté, mirando a ______. Ella echó una mirada a su padre quien se encogió de hombros.
Por fin habló ella. “Tengo algunos informes que tengo que entregar para el jueves y no los he escrito todavía. Estaba planeando escribirlos mañana. Lo siento, Niall.”
“Está bien. ¿Cuáles son nuestros planes para el jueves?”
Fue Mike quien habló. “Nos iremos alrededor de las cinco para llegar allí para las siete. Así tendremos tiempo de sobra si hay problemas con el tráfico. Ustedes pueden venir a nuestra casa un poco antes de las cinco o podemos recogerlos, como quieran.”
“Nos encontraremos a tu casa. ¿Qué te debo para los boletos?”
“No te preocupes por eso. Invito yo. Me basta ser el primero en llevar a
Greg a un partido.”
“Mike, no puedo dejarte hacer eso. Sólo dime cuánto.”
______ me puso una mano en el hombre. Me miró (¡Sí!) y dijo, “Debes dejarle en paz. Una vez que ha decidido pagar algo, no puedes convencerle de no hacerlo. No veo la hora de volver a ver a Crosby jugar.”
“Solía decir que estaba enamorada de él y que se casaría con él algún día,” dijo Mike con una sonrisa pícara.
“¡Papá!”
Le miré a ______ e intenté no reírme. “______ Crosby, ¿eh?”
Greg entró a la conversación antes de que podía tomarle el pelo más, “______ and Sidney, sitting in a tree, K-I-S-S-I-N-G.”
Sus mejillas estaban violentamente ruborizadas. “¡Ustedes son horribles! Sidney Crosby tiene que ser uno de los jugadores más guapos y uno de los mejores, ¡especialmente por su edad! No hay nada malo en el hecho de que me guste.”
“No es que te gusta, ______. Lo amas,” dije, riéndome. Ella me dio un codazo en las costillas. “¡Eso me dolió, ______!” Todavía estaba riéndome. Su expresión era inolvidable.
“Bueno, siento mucho que tengo algo por los jugadores de hockey,” estalló.
Mike también se rió. “Ahora que ella lo menciona, supongo que tiene razón. Todos sus novios anteriores eran jugadores de hockey… todos de ellos. La atraen como una polilla a una llama.”
Le miré con una ceja levantada. “¿Cuántos novios has tenido?” “Sólo unos cuantos.”
“______, no le mientes.”
“Sí, ______. ¡No debes mentir!” Greg le daba una mirada fija mientras esperaba la respuesta.
“Seis sí es unos cuántos. Hubo Gregory, Trey, Derek, Conrad, Aaron y Zachary.”
“Ah sí, Conrad. Esa rotura te era muy difícil. Eran inseparables,” añadió Mike.
“¿Has tenido seis novios, ______? Yo ni siquiera he tenido ni una sola novia,” Greg exclamó. Todos nos reímos.

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¿Seis novios? ¿Y era inseparable de uno? ¿Fue esa la rotura difícil que mencionó. El comportamiento callado de ______ regresó por un segundo como si echara de menos a algo, o a alguien. Una onda de celos me corrió por la mente al pensar que echaba de menos a ese tal Conrad. Este era territorio peligroso y ya estaba listo para cambiar de tema.
“Niall no ha tenido tantas novias,” Greg se rió.
Lo fulminé con la mirada. “Qué sepas tú, hermanito.”´
______ añadió, “Pues, ¿cuántas, Niall? Tuve que contarlo así que tú también.”
“Cuatro. Mike, ¿cuántas novias tuviste en la escuela secundaria?” Él se rió y dijo, “Demasiadas como para contarlas. Era lo que ustedes llaman hoy en día un don Juan.” Todos nos reímos.
Ya era hora de irnos a casa. “Greg, límpiate la boca. Debemos irnos ya.” “Gracias, Greg. El helado era exactamente lo que necesitaba,” dijo ______ mientras salíamos, abrazándole con un brazo por sus hombros.
“La próxima vez, debemos ir a Cold Stone,” dijo.
Una sonrisa bella se estrenó en la cara de ______. “Entonces iremos a Cold Stone. Tal vez nos iremos este fin de semana, si Niall dice que puedes venir conmigo.”
Le pasé un brazo por los hombros y dije, “¿Qué? ¿No puedo irme yo también?”Ella pasó un brazo por mi cintura y dijo, “Por supuesto que puedes.” Le sonreí y le besé la frente. Alcanzamos el coche de Mike y él se metió. Paré a ______ y le dije a Greg que se metiera en mi coche que estaba a unos pasos.
Me acerqué a ______ para susurrarle al oído, “¿Te veré más tarde?”
Ella asintió con la cabeza.
“Vendré alrededor de las once, ¿vale?”
Ella volvió a asentir con la cabeza. “Hasta luego, Niall.”
Le saludé con la mano y me fui para mi coche con una sonrisa pegada en la cara. Me metí y me puse de camino a casa.
“¿Todo bien?” le pregunté a Greg después de que había guardado silencio por unos momentos.
“¿Estás saliendo con ______?” “¿Por qué me lo preguntas?” “Porque la besaste.”
“¿Quieres que salga con ella?” “No.”
“¿Por qué?” le pregunté.

“Porque si rompas con ella, ¡entonces yo ya no la veré más! Ella es mi mejor amiga en todo el mundo, Niall. Si salgas con ella y entonces rompas con ella, pierdo a mi mejor amiga. ¿Por qué arruinarías una cosa así?”
Estaba sorprendido por el arrebato emocional de Greg. Me recuperé rápidamente y dije, “Greg, si nos rompamos, te prometo que todavía podrás pasar tiempo con ______. Estoy segura que ella todavía querría pasar tiempo contigo.”
“¿Me lo prometes?”
“Te lo juro.” Parecía estar contento con eso.
A casa, hice que Greg se duchara y fui a mi cuarto para empezar mi tarea porque quería terminar para recoger a ______ a tiempo. Agradecido que no tenía mucho para hacer, me puse a trabajar directamente.
“¿Niall?” Me levanté la cabeza y eché una mirada al reloj. “Ya es hora de que me acuesto,” siguió Greg.
Me levanté y lo seguí a su cuarto.“ ¿Te disfrutaste hoy?”
“Sí. El helado fue la mejor parte,” dijo mientras se subía a la cama.
“Lo mismo digo,” le dije. Una vez que se acomodó, lo arropé y le besé la frente. “Buenas noches, Greg.”
“Buenas noches.”
Apagué la luz y cerré la puerta. Me tiré a la cama y seguí trabajando. Acabé justo a tiempo. A hurtadillas bajé las escaleras y averigüé que papá estaba en su cuarto. Estaba inconsciente sobre su cama con un video casero de mi madre en la tele. Cerré la puerta y me fui para la casa de ______.
Después de unos minutos, yo le envié un mensaje de text y la dejé saber que estaba afuera. Unos segundos más tarde, salió sigilosamente por la puerta y caminó a mí. Le tendí mi mano y la tomó. Me dio un beso rapidito en los labios y me jaló hacia mi casa. “Ansiosa estás, ¿eh?”
Ella se rió y dijo, “Es que tengo frío.” Se echó a correr diciendo, “¡Te echo una carrera!” Le seguí corriendo y pronto la pasé. Ella estaba riéndose y la oí acercarse. “¡Ay!” Me di la vuelta para verle agarrándose el tobillo. Corrí a ella y me puse de rodillas. En cuanto estaba de rodillas, ella se estalló en risas y salió corriendo. ¡Esa chica era tan taimada! Le seguí corriendo, pero ella llegó primero a mi casa.
La agarré por la cintura y la acerqué a mí. “Eso no fue justo,” le dije, pero no pude contener la risa que me escapó. Ella me tomó por la mano y me llevó a la puerta con una sonrisa. Abrí la puerta y subimos a mi cuarto sigilosamente. Eché un ojazo a Greg y volví a mi cuarto donde ______ estaba echada en mi cama, fingiendo cansancio.
Me eché a su lado de estómago con mi torso encima de ella y mis codos a cada lado de su cabeza. “Eres una persona taimada, ______.”

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Ella dejó escapar una sonrisita suave y pasó sus brazos alrededor de mi cuello. “Bueno, me sentía despreocupada y llena de vida. Desde hace mucho que no me siento así, así que aguantaré tu comentario sin problemas.”
Le di un beso rápido y dije, “Pues, lo retiro. Oye, en cuanto a nuestra cita el viernes…”
Sentí como se puso tensa debajo de mí y ella me preguntó, “¿Qué?”
“Sólo quería decirte que tu padre sabe que vamos a salir y que Greg lo sabe también. Al principio estaba alterado.”
“¿Mi padre lo sabe? ¿Cómo? ¿Por qué se alteró Greg?
“Tu padre me preguntó por nosotros mientras esperábamos el helado. Y Greg me preguntó por el beso que te di en la frente y se alteró porque piensa que si nosotros nos rompamos, no te verá más. Dice que eres su mejor amiga.” Al oír eso, se sonrió. “Le prometí que todavía pasarías tiempo con él.”
“Por supuesto que lo haría. Mañana recogerás tú a Greg, ¿sí?”
Asentí con la cabeza y le alejé un mechón de pelo de la cara. Ella me miró a los ojos pero pronto su mirada bajo a mis labios. Me encantaba cuando hacía eso. No podía sino sonreírme. “Oye, que me debes, ¿recuerdas?”
Yo ya había aprendido que ella estaba llena de sorpresas a pesar de su pasado. Ellame trajo más cerca y me besó. Su boca era tan caliente y su lengua entró en mi boca. Sus dedos se metieron en el pelo en mi nuca.
Oí algo en el pasillo y me alejé. “Déjame echar un ojazo a Greg,” dije y respiré hondo. Me levanté y abrí mi puerta para ver a Greg caminando a mi cuarto. Cerré mi puerta y lo recogí. “¿Qué te pasa, amigote?”
Se frotó los ojos y dijo, “Tuve una pesadilla.”
Lo llevé a su cuarto y le dije, “¿Qué tal si me quedo aquí a tu lado hasta que te duermas?”
“Bien,” dijo en una voz dormilona. Nos echamos y se acurrucó contra mí. Unos veinte minutos más tarde, se había dormido. Me quedé con él unos cinco minutos más. Me levanté y volví a mi cuarto.
______ estaba sentada al estilo indio cuando entré. “¿Todo bien?” preguntó ella cuando cerré la puerta.
“Sí, Greg tuvo una pesadilla así que me eché con él hasta que se durmió.”
“Qué dulce eres,” dijo. Me senté a su lado y asentí con la cabeza. “¿Para adónde vamos en esta cita? Necesito saber qué ponerme,” dijo.
Estaba planeando jugar a los bolos y entonces pasearnos por la playa como ya estaríamos cerca. “Puedes llevar sandalias, pero trae unos calcetines.”
“¿Qué?”
Le sonreí. “Sólo hazlo.” ______ se cubrió un bostezo y se acostó, trayéndome consigo. Se acurrucó contra mí y apoyó su cabeza sobre mi pecho. “Si tienes sueño, debo llevarte a casa.”
“No quiero irme para casa todavía.”
Mis dedos la frotaban la espalda. Con su cuerpo caliente contra el mío, me di cuenta de que no quería que se fuera para casa.
Ella me miró con sus ojos castaños y sus pestañas tan largas. “¿De qué piensas?” me preguntó.
“¿Por qué no duermes aquí esta noche? Yo te puedo despertar bastante temprano para llevarte a casa.”
“No sé, Niall.” Ella se mordió el labio mientras lo pensaba. Volvió a apoyarse la cabeza en mi pecho.
Por alguna razón, pensé de sus novios. “Oye, antes cuando comíamos helado, parecía que estabas en otro mundo,” comenté.
“Lo estaba,” ella dijo suavemente. ¿Debía preguntarle sobre ello? Ella me contestó la pregunta todavía no hecha. “Estaba pensando de Conrad y nuestra rotura.”
“¿Qué pasó?” le pregunté.
Ella suspiró. “No sé. Éramos fantásticos juntos y estábamos enamorados. Mi madre apenas empezaba con sus comentarios y estaba pasando casi todo mi tiempo con él. Entonces un día, después de pasar un día perfecto juntos, él llegó a mi casa y rompió conmigo. Estaba devastada. Después de eso y de que mi madre pasó una semana atacándome con sus comentarios, me di por rendida. Empecé a creer lo que me decía. Quiero decir, tenía que ser la verdad si Conrad rompió conmigo. No me lo explicó. Simplemente se fue. Ahora está a la universidad. No he hablado con él desde entonces.”
El hecho de que estaba enamorada de ese hombre me molestaba. ¡Era parte de la razón que se permitió creer lo que le había dicho su madre!
“Pero no importa ahora. Dejamos de hablar de ello.” Terminó la conversación con eso y empezó a pasar su dedos por mi estómago, y mi estómago se tensó por la sensación. Después de unos minutos, ya no podía más y le agarré la mano. “¿Qué?” se rió.
Entrelacé nuestros dedos y le dije, “Si sigues haciendo eso, definitivamente no te irás a casa.” Ella me miró y yo la besé.
Mi mano pasó por su cuerpo hasta que alcanzó sus caderas. La atraje más cerca mientras sus dedos se metieron en mi pelo. Su piel se sentía insoportablemente caliente debajo de su camiseta. De repente paró y me miró. Nuestra respiración era pesada. Me miró por un minuto antes de darse la vuelta para mirar el techo.
Me puse de costado y la miré. “¿Qué pasa?”

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Ella suspiró. “Nada. Es sólo que…debo irme a casa.” “¿Estás segura?”
Me miró y asintió con la cabeza. Me levanté y le tendí la mano. Lo agarró y se levantó. Calladamente nos bajamos y salimos afuera. ______ temblaba de frío y la atraje más cerca de mí.
La caminata a su casa estaba llena de silencio y decidí romperlo. “Oye, ¿por qué estás tan callada?” Le pregunté, empujando su hombro suavemente.
Me miró y me sonrió. Toda mi inquietud se esfumó. “Sólo estaba pensando.”
“¿Sobre qué?” le pregunté.
Ella pasó un brazo por mi cintura y dijo, “Sobre como no veo la hora de salir contigo de cita.” No estaba completamente seguro que la creía, pero no dije nada. Pronto llegamos a su casa y estaba de pie frente a mí. Me agaché y le di un beso breve y dulce.
“Te veré más tarde, Niall,” dijo, y entonces ya se había ido.

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______

El miércoles fue sólo otro día. Pasé por mis clases y almorcé con Niall, quién tenía los dos ojos abiertos hoy. Ahora me era más fácil mirarle los ojos mientras hablaba. Pues, me era más fácil con Niall y con mi padre.
Yo no pude evitar de pensar como Conrad había invadido mis pensamientos anoche mientras besaba a Niall. No. Conrad no iba a apoderarse de mi vida otra vez. Ya se había ido y aunque lo echaba de menos de vez en cuando, ese hecho no cambiaba nada. Estaba a la universidad y yo estaba aquí. Con Niall. Con un suspiro, empujé a Conrad fuera de mi mente para siempre.
Pasé toda la tarde trabajando en la tarea y preguntándome como iba el partido. Mi padre llegó a casa de buen humor y empezó a preparar la cena. Tomé un descanso de mi trabajo y comimos la cena. Mi padre hablaba y hablaba de su trabajo y los proyectos que tenía entre manos.
Él limpió los platos sucios y yo seguí escribiendo mis informes. Alrededor de las once por fin terminé y fui a ducharme. El agua caliente salpicaba mi cuerpo y me relajaba. Una vez que estaba muy limpia, me sequé y me vestí los pijamas. Acababa de meterme entre las sábanas cuando Niall me llamó.
“Hola,” dije.
“Hola, ______. ¿Cómo te fue la tarea?”
“Como la tortura que es. ¿Cómo te fue el partido?” “Fantástico. Ganamos 3 a 2.”
“Fenomenal.”
“¿Vienes aquí esta noche?”
“Creo que no. Estoy rendida y no quiero sino dormir.” “Ah, ______, ven, por favor. Quiero verte tanto.”
Me puse de estómago y me apoyé sobre los codos. “Ah, ¿sí?” pregunté, fingiendo sorpresa.
“Por supuesto que sí,” dijo con una risa. “Mis brazos necesitan envolverte
y mis labios necesitan encontrar los tuyos,” siguió.
Me reí. “¿Así que tu cuerpo quiere verme? Bueno…no sé.”
“______, cada fibra de mi cuerpo y mente quiere verte. En vez de hablar y todo, puedes dormir aquí y entonces te llevaré a casa. ¿Por favor?”
¿Cómo podría decir que no a eso? “Bien, pero voy a llevar mis pijamas.” Él se rió, “Estaré allí a las once. Te veré pronto.”
“Ciao ciao,” le dije. Entré en el baño y vi que mi pelo parecía un desastre total. Agarré una goma y me hice una cola. Satisfecha, me acosté hasta que llegaran las once.
Menos mal que llevaba pijamas de pantalones porque hacía frío. Lo peor era que los llevaba con una camiseta de tirantes, pero había traído una chaqueta. Salí a hurtadillas de la casa y corrí a donde Niall me esperaba. Esbozó una sonrisa grande cuando me vio y me envolvió con sus brazos, besándome los labios.
“Y hola a ti también,” le dije.
“Hola,” dijo en una voz ronca. Oír su voz profunda sonar así me produjo escalofríos. Me tomó por la mano y fuimos para su casa.
“Siento mucho vestirme así, pero ya estaba vestida para la cama y cómoda,” le dije.
Me pasó un brazo por los hombros y dijo, “Te ves bien. De veras, me gusta cómo estás vestida.”
“No te creo.” Me reí.
“Sí, que me gusta mucho,” él dijo con un beso a mi frente.
Me apoyé contra él y el silencio llenó la caminata a su casa. Entramos a hurtadillas y así subimos a su cuarto. Mientras echaba un ojazo a Greg, me quité los zapatos y la chaqueta y los puse a un lado. Me metí debajo de las mantas de su cama y me puse cómoda. Él entró con una sonrisa en la cara.
“¿Qué? Me dijiste que podría dormir.”
Él se rió y se quitó la sudadera para revelar su cuerpo muscular y sin grasa. Se quitó los zapatos dejándose en unos pantalones cortos de básquetbol y calcetines negros. Se acostó a mi lado y nos pusimos de costados cara a cara. Se acercó y me dio el mejor beso.
Su cuerpo emanaba calor y no podía sino correr mis dedos por su torso. Sus manos me atrajeron más y corrían por mi cuerpo. Estar tan apretada contra su pecho desnudo me ponía mareada.
De muy malas ganas, me alejé antes de dejarme llevar y dije, “Oye, se supone que iba a estar durmiendo.” Él se río y se cerró los ojos. “¿Qué estás haciendo?”
“Me estoy durmiendo,” dijo sin abrirse los ojos.
“No quiero que te duermas. Ni siquiera quiero dormirme ahora.” “Bueno, eso es una lástima,” me dijo con una sonrisa.
“¿Abrirás los ojos para mirarme?”
Lo hizo. Lo agarré por la cara y lo atraje a mí. Le di un beso profundo y exigente. Justo en el momento que se pasó la mano por mi cuello para atraerme más, me alejé y me cerré los ojos. “Buenas noches,” le dije con una sonrisa.
Él se gruñó y dijo, “Dulces sueños.”
Pasé mis brazos por su cintura y dejé que el calor de su cuerpo me llevara hacía el sueño.

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Me desperté con mi cabeza enterrada en el pecho de Niall y mis piernas entrelazadas con las suyas. Estaba tan cómoda, calientita, y tranquila. No quería moverme, ni mucho menos dar cara al aire frío afuera e irme para casa.
“Hola, dormilona,” susurró él. “Hola. ¿Qué hora es?”
“Las cuatro más o menos. Debo llevarte a casa.”
Enterré mi cara en su pecho y le dije, “Tal vez en unos minutos.” Sus brazos me apretaron más y sentí un beso sobre mi cabeza. Por poco me volví a dormir, pero Niall me recordó que debía regresar. “No. Me gusta estar aquí.”
“Me gusta estar aquí también, pero a menos que quieras despertarte aquí por la mañana, debes irte a casa.” Él se levantó y me trajo consigo. Me tendió la chaqueta y los zapatos. Mientras se ponía la sudadera y los zapatos, hice lo mismo. Una vez listos, salimos de camino a mi casa.
Volví a preguntar si debía recoger a Greg al día siguiente para asegurarme de la respuesta una vez que estábamos enfrente de mi casa.
“Lo puedo hacer yo como no tengo práctica mañana, pero igual lo podrías recoger tú.”
“Lo haré yo. Lo echo de menos.”
Me sonrió y me dio un beso. “Te veré mañana, ______. Dulces sueños.” “Lo mismo digo, Niall.” Entré en la casa y lo despedí con la mano.
Me desperté al oír como la lluvia caía fuertemente sobre el techo. Me preparé para la escuela y me sonreí al recordar la noche pasada. Salí para la escuela poco después. Aparqué el coche y pensé de correr dentro de la escuela para evitar mojarme. En vez de eso, caminaba tranquilamente, dando vueltas con mis brazos abiertos. Me cerré los ojos y me eché la cabeza para atrás.
“______, ¿qué haces?”
Me abrí los ojos y vi a Niall corriendo hacia mí. “Estoy disfrutando de la lluvia,” dije con ganas de besarle. Su pelo estaba aplastado a su cabeza y unas gotas se le resbalaban de los puntos del pelo.
Él se rió y dijo, “Bueno, necesitas entrar antes de que te pongas enferma o de que tengas que llevar ropa mojada todo el día.”
Se pasó un brazo por mi cintura y me llevó adentro. No paraba de mirarme y por fin le pregunté, “¿Qué?”
“Nunca te he visto así antes, tan despreocupada y rebosante de vida,” dijo con una sonrisa. Me sonreí, me encantaban las emociones que me corrían por el cuerpo. “Me gusta,” añadió.
Alcanzamos mi armario y me dio un beso sobre la frente antes de irse para el suyo. Agarré los libros que iba a necesitar y devolví algunos otros.
“Pues, mira quién es capaz de sonreírse.”
Me di la vuelta para ver a Claire y a otras dos chicas detrás de mí. El odio les llenaba los ojos y miré por otro lado. “¿Qué quieren ustedes,” les pregunté.
“Quiero saber por qué un hombre como Niall se desgasta el tiempo con una chica como tú,” dijo. La sorpresa le cruzó la mirada mientras yo sentí un cuerpo detrás del mío y unos brazos que me pasaron por la cintura. Sabía que era Niall.
Él le dijo, “¿Por qué no me lo preguntas a mí?” La cara de Claire se encendió de enojo. “¿Pues?” Niall le preguntó. Ella se dio la vuelta y se fue indignada con sus dos amigas siguiéndola. “Lo siento,” Niall dijo, descansando su barbilla en mi hombro.
Me apoyé contra él y respiré hondo. “No pasa nada,” le dije.
Él me besó el cuello y dijo, “Eso sí. Claire es Claire. Es mejor ignorarla.” “Debo irme,” le dije, alejándome y poniéndome la mochila al hombro.
Cerré mi armario.
“Te veré al almuerzo,” dijo. Asentí con la cabeza y me fui.
Tenía algo de tiempo antes de la clase y me fui para el baño. Dos segundos después de que entré, alguien me empujó al suelo. Sentí como se me rompió la piel de las manos cuando me caí al suelo de cemento. Del suelo vi como Claire y las dos chicas se cernían sobre mí. Tropecé al levantarme y noté que me tenían con la espalda contra un rincón.
“¿Qué-qué qui-quieren?”
“Ah, tiene mi-miedo.” Intentaba no dejarme caer las lágrimas al ver el odio en sus ojos. Claire me puso un dedo en el pecho y con cada palabra me empujo aún más fuerte con ello. “Necesitas dejar en paz a Niall. Es mío. Puedo hacer que tu vida sea un infierno vivo. ¿Me entiendes? No eres sino basura y Niall merece más. Merece alguien como yo, no alguien como tú.”
“De acuerdo.” dije calladamente, mirando hacia el suelo. Ella se río y volvió a empujarme antes de salir.
El timbre sonó. Ya llegaba tarde y no me importaba. Tomé mi tiempo en el baño. Me salpiqué la cara con agua para refrescarme. Mi buen humor de antes se había esfumado y había sido remplazado con una nube siniestra que colgaba sólo unas pulgadas por encima de mi cabeza.
Caminé lentamente para la clase, metiéndome las uñas a las palmas de las manos para sentir dolor físico por encima del dolor emocional.
Ni siquiera intenté prestar atención y mi profesora lo notaba. No contesté cuando me llamó. Sólo subí el volumen de mi iPod.
Me sentía destrozada. Todo lo que mi mamá alguna vez me había dicho me chocó como un cañonazo. Ver el odio en los ojos de Claire me lo había traído de vuelta con aún más fuerza que antes. Entre eso y los últimos días con Niall, Greg y mi padre, me sentía forzada a elegir entre creer a mi madre o a ellos. Intenté no pensar de ello mientras me sentaba a la mesa al almuerzo. Me mordía el labio y miraba fijamente a mi comida.

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“¿______?” Me subí la mirada para ver a Niall sentándose al otro lado de la mesa. “¿Todo bien?”
Evité sus ojos, por si acaso. No hablé porque no me confiaba de lo que iba a salir. En vez de eso, opté por negar con la cabeza.
Se levantó, caminó alrededor de la mesa y se sentó a mi lado. “Em, ¿qué te pasa? ¿Claire?” preguntó, pasándome el brazo por los hombros y acercándome hacia su cuerpo. No le contesté y lo tomó como un sí. Su voz salió como un susurro. “Claire está celosa. Como sea, no importa. Cualquiera cosa mala que alguien pudiera pensar de ti, no sería la verdad. ______, tienes que creerlo. Si no, nunca serás….pues, nunca serás tu misma.”
“Tú…tú no sabes lo que dijo, lo que hizo.”
Me miraba curiosamente esperando que siguiera. “¿Qué te dijo?” me preguntó suavemente. Le conté lo que había pasado en el baño y él estaba indignado. “No puedo creer que se atrevió a hacer eso. Ya vuelvo,” dijo al levantarse.
Mi estómago se cayó y tenía el presentimiento de que algo malo iba a pasar. “¿Adónde vas?”
“A hablar con Claire.”
“Niall,” protesté, pero ya se había alejado. Lo miraba mientras hacía señales a la persona al lado de Claire a moverse. Se sentó a su lado y a ella se le encendió la cara al ver que Niall la miraba. Ella me echó un vistazo lleno de victoria. Niall metió sus dedos debajo de su barbilla como había hecho conmigo tantas veces. Le hizo mirarlo.
Vi como se movían sus labios y el enojo que tenía escrito en su cara. No sabía lo que le decía a Claire, pero Claire obviamente se opuso. Ella se estaba sacudiendo las manos frenéticamente y él se estalló. Se puso de pie y le gritó, “¡No te deseo! No eres sino una niñita egoísta que derrama odio sobre personas que ni siquiera conozcas. Así que, ¡déjalo!”
Abandonó la mesa de Claire furioso y se cayó en su asiento a la mía. La cafetería entera estaba en silencio. Aún los profesores parecían estar sin habla.
“Pues, ya me siento mejor. ¿Y tú?” preguntó Greg, su voz profunda dando ecos en la cafetería.
Negué con la cabeza. Claire saltó de su asiento y salió corriendo. La cafetería empezó a llenarse de murmuras de voces hablando de lo que había pasado. “Niall,” dije con cautela. Su arrebato de rabia me había dado miedo. “¿Por qué lo hiciste?”
“Lo merecía. Ella no sabe ni nada de ti, ______, y no debía haber hecho lo que te hizo.”
Negué con la cabeza. “No lo entiendes.” Recogí mi bandeja llena de comida y la tiré a la basura al salir.
“¡______!” me llamó Niall. Me siguió al pasillo y me volvió a llamar. Me paré y me di la vuelta. “¿Qué?”
“¿Qué te pasa?”
“Lo que me pasa es que me diste un susto de muerte. ¿Qué te pasaba por la cabeza cuando hablabas a ella como mi madre me hablaba a mí. No me importa qué tipo de persona es Claire, sólo sé que no quiero estar alrededor de alguien que puede hablar como mi madre. No puedo con esto ahora.” Me di la vuelta para irme por las puertas que daban al aparcamiento.
“Em, lo siento.”
No lo miré. No paré. “Niall, recoge tú a Greg, ¿vale?” Le oí decir que sí mientras abría la puerta. Corrí a mi coche y me fui a toda velocidad. Mi mente estaba hecha un desastre.
Terminé cruzando el condado manejando y volví. Después de pensarlo, todavía no estaba más cerca a llegar a cualquiera conclusión. Todo lo que sabía era que no quería pasarme la vida sintiéndome como me sentía está tarde. Sabía que no quería estar con gente similar a mi madre. Un arrebato de enojo no quería decir que Niall era cómo ella, ¿o sí?”
Llamé a mi padre una vez que llegué a casa. “Hola, cariño, ¿qué hay de nuevo?”
Me sonreí y le dije, “Estaba preguntándome si podía hablar contigo por un segundo.”
“Por supuesto. Tienes mi atención entera.”
Le expliqué lo que había pasado y le pedí su opinión. “Pienso que necesitas hablar de eso con Niall. Estaba enojado y no se controló el enojo. Dile cómo te sientes y las cosas se irán como deben.”
“Tienes razón,” le dije, ya sintiéndome mejor.
“Por supuesto que tengo razón,” me dijo. Di una risita. “Gracias, papi."
“No hay de que, cariño. Sólo me alegro de que me hablaste.” Me sonreí y colgué.