Dulzura -Niall Horan & Tu- (TERMINADA)

-43-

Niall

Después de la escuela, recogí a Greg y me fui a casa. Aunque se lo había dicho lo del partido a mi padre el otro día, quería recordárselo. Estaba sentado en el sillón reclinable ya borracho. Esto era ridículo. Me senté en el sofá y no dio ninguna señal de reconocer mi presencia.
“¿Papá?”
“¿Sí?” dijo, arrastrando la palabra.
“Sólo quería dejarte saber que Greg y yo volveremos a eso de las once o las doce.”
“¿Adónde vas?”
Suspiré, “Vamos a Raleigh para un partido de hockey.” Asintió con la cabeza y siguió bebiendo su cerveza. “Papá, necesitas parar de beber tanto y vivir tu vida,” empecé, pero me acortó.
“¡La mataste! ¿Piensas que puedo seguir con mi vida cuando la mujer de mi vida está muerta y mi hijo tiene la culpa?”
“¡Lo siento tanto! ¡Bien sabes que se habría muerto algún día, papá! Tenía cáncer, ya se habría muerto por ahora de todos modos. Lo único que podría haber hecho yo habría sido ayudarla a quedarse aquí un poco más. ¡No la maté!” le grité.
Mi tiró su cerveza, y por poco no me pegó. “¡No lo sabes decir! La quimioterapia podría haberla mantenido viva. ¡Podría haber matado el cáncer!” me gritó enojado con lágrimas cayéndose por la cara.
“Papá, odiaba la quimioterapia y lo sabes. Por lo menos ahora ya no siente pena. ¿Sabes qué, papá? La única razón que estoy tratando de hacer algo contigo es por qué Greg quiere tener a su padre otra vez. ¡Pero supongo que eso no va a pasar!” Me fui indignado para el piso de arriba, para traer a
Greg y salir de la casa.
Manejé por un rato para tranquilizarme antes de irme para la casa de ______. Suponía que para él era mejor beber, así dejando que la vida le pasara y que Greg estuviera sin padre, que asumirlo y seguir adelante como Greg y yo tuvimos que hacer.
Pegué el volante con la mano. ¡Al infierno con él! Sí, tal vez podría haber salvado a mi madre para que pudiera haber vivido un poco más. Pero el cáncer se la habría comido y se habría muerto de todos modos. Respiré profundo y le dije al Greg silencioso que todo estaría bien.
Suavemente me dijo que no pensaba que yo había hecho ningún daño a nuestra madre.
“Gracias, hermanito” Giré a la izquierda para llegar a la casa de ______. Toqué a la puerta y ella gritó que entráramos. Entré y la vi sentada en el sofá. Greg corrió para sentarse a su lado. No sabía cómo se sentía después de lo que pasó hoy, así que me senté en uno de los sillones.
A ______ se le iluminó la cara mientras hablaba con Greg quién le contaba lo de su día. Lo vi acercarse a ella y susurrarle algo al oído que le hizo reírse.
¿Qué iba a hacer para arreglar todo? Murmuré algo sobre encontrar algo para beber y me fui para la cocina. La oí riéndose en la sala. Me preparé un vaso de Pepsi y entré a la sala para ver lo que parecía ser una guerra de cosquillas entre los dos y parecía que ella le ganaba a Greg.
“¡Niall! ¡Ayúdame!” gritó Greg entre risas.
Mientras me acercaba, ______ dijo, “Ni lo pienses, Niall.”
“Es mi hermano, ______,” le dije, poniendo mi vaso sobre la mesita. Le di cosquillas en el estómago sin pensar si estuviera bien con eso o no. Ella dejó libre a Niall y se cayó en el sofá. Me atreví a ponerme de rodillas sobre ella. Le dije a Greg que le atacara. Agarré sus brazos, los mantenía por encima de su cabeza con una mano, y le daba cosquillas con la otra. Greg también le atacaba el estómago. Ella se reía sin parar, rogándonos que paráramos. Me reí y le dije, “De eso nada.”
Ella estaba moviéndose debajo de mí con sus caderas dando con las mías. “Niall, Greg, por favor, qué paren.”
Pensé que si no se parara de moverse debajo de mí, me volvería loco.
“Bien, Greg, para.”
Se retiró y se dejó caer en un sillón. ______ estaba tratando de recuperar el aliento y me fulminó con la mirada. Estallé en risas y me agaché para besarle los labios sin pensarlo. Se puso tensa. “Lo siento,” murmuré mientras me quitaba de encima de ella.
Ella se trajo las rodillas a su pecho y las envolvió con los brazos. Greg se dirigió la atención a la tele y ______ suavemente me pidió hablar en la cocina.
La pena me atacó el corazón al oír que esa voz tan callada se había vuelto. Le seguí a la cocina y me apoyé contra una de las encimeras mientras ella saltó un poco para sentarse en otra al otro lado del cuarto.
“Quería hablar sobre lo de hoy. Niall, de veras me asustaste. No puedo tener ese tipo de energía a mi alrededor. No lo haré. No pienso que lo nuestro vaya a funcionar.”
Mientras hablaba, su voz era baja y evitaba mirarme. Crucé el cuarto y le hice mirarme. Sus ojos estaban llenos de lágrimas y se los cerró en el momento que se le cayó una.
Se lo quité. “Em, lo siento tanto. Sólo estaba enojado que alguien te hablara así después de todo lo que has pasado.”
“¿Así que piensas que está bien hablarle así a alguien?”
Negué con la cabeza. “No. Mira, lo siento. Nunca volverás a verme tan alterado, te lo prometo. No lo volveré a hacer. Sólo no me eches de tu vida.”
Ella se agachó y se apoyó la frente contra la mía. “Vale,” dijo suavemente. La envolví con mis brazos, sintiendo como el alivio me corría por el cuerpo. Le besé los labios tiernamente. La tomé por mano y nos fuimos para el sofá para ver la tele con Greg mientras esperábamos a Mike.
Mike entró, nos saludó, y se aflojó la corbata diciendo, “Necesito cambiarme. Después de eso, podremos irnos.” Unos minutos más tarde volvió y preguntó, “Bien, ¿quién está listo para irse al partido de hockey?”
“¡Yo! ¡Yo lo estoy!” gritó Greg. Mike se rió y le dijo a ______ que fuera por los boletos. Ella entró corriendo a la cocina y volvió momentos más tarde con cuatro boletos.
“¡Vámonos!” dijo. Nos levantamos y caminamos por la cocina al garaje. “Tomemos mi coche,” dijo ______. Ella se sentó en el asiento del conductor y Mike me dijo que podría tomar el asiento de copiloto.
“No, no. Está bien. Qué lo tomes tú.”
“No, qué lo tomes tú. Me sentaré en la parte de atrás con Greg.” Asentí con la cabeza y me metí al asiento del copiloto.
Entonces comenzamos el trayecto. Raleigh estaba a una hora y media. La conversación se movió de la escuela al hockey a las chicas que le gustaban a Greg a la escuela a la música. Aprendí que ______ es muy aficionada de la música country, pero que también le gustaban la música pop y la música rock. Muchas de sus cantantes favoritos eran “guapos”. Al verle cómoda, riéndose y sonriéndose, mi atracción a ella subía aún más a creces.
Por fin llegamos al RBC Center y, después de aparcarnos, seguimos al gentío dentro del edificio. Esperamos en la línea de seguridad y pasamos por ella un poco más tarde. Llegamos a nuestra sección y la mujer a la entrada nos revisó los boletos.
Nos dejó pasar y bajamos las escaleras hasta alcanzar nuestra fila. Estábamos a tal vez diez filas de la vitrina y estábamos detrás de uno de los porteros. Nos sentamos en el orden Mike, Greg, ______ y yo. El aire se hacía fresco y era refrescante en comparación con el calor de la mano de ______ en la mía.
El partido iba a empezar dentro de quince minutos y Greg estaba más que entusiasmado. Hablaba sin parar sobre lo bueno que era estar aquí.
______ estaba rebosante de entusiasmo también. Supuse que estaba lista para ver a su hombre. Estaba llevando una camiseta de los Penguins con el nombre y el número de Crosby en la parte de atrás. Era una de los pocos aficionados que no llevaba el rojo. Pronto, los jugadores salieron y patinaban por el piso para calentarse. ______ me apretó la mano cuando primero vio a Crosby.
“Me alegra mucho volver a estar aquí,” me dijo.
Le sonreí y le di las gracias por traernos con ellos. Ella no tardó en volver su atención al hielo y sus ojos seguían a Crosby por la pista. ¿Sus ojos me seguían a mí cuando vino para verme jugar? Esperaba que sí.
Nos levantamos cuando una mujer salió para cantar el himno nacional. Cuando llegó a la parte de “rockets red glare”, todos en el edificio gritaron “¡RED!” como era la tradición de los Canes.
Entonces el partido empezó. A ______ no le importaba atraerse la atención de los demás. Cuando los Pens hacían algo bueno o metían un gol, mostraba su apoyo, gritando y aplaudiendo. Algunas personas a nuestro alrededor le fulminaban con la mirada cuando lo hacía.
El tanteo era uno a uno cuando el primer tiempo se terminó. ______ me miró y sonrió. “Hagamos una apuesta,” sugirió.
Me acerqué. “¿Qué tipo de apuesta?”
Ella se rió y dijo, “Veinte dólares dicen que los Pens ganarán.”
“Veinte dólares dicen que los Canes ganarán,” le respondí. Ella me tendió la mano que ya no tenía yo y nos dimos la mano para sellar el apuesto. “Yo voy a estar veinte dólares más rica para cuando se termine la noche,” ella se les contó a Greg y a Mike.
“Eso esperas,” le dijo su padre.
“Crosby no me fallará,” me dijo mirándome los ojos.
“Ni lo haré yo,” le dije. Mike y Greg se fueron para traernos bebidas y me la acerqué y la besé.
“¿Niall?” “¿Sí?”
“Quería decirte algo antes, pero no tuve la oportunidad.” “¿Qué es?”
Ella se fijo la mirada en la mía y su expresión se volvió seria. “No me vuelvas a dar cosquillas.”
No pude ayudarlo. Estallé en risas. “Oh, vámonos, Em. ¡Fue divertido!” Ella negó con la cabeza y dijo, “¡Tal vez fue divertido para ustedes!”
“No me puedes contar que no te gustó para nada.”
Me sonrió y me dirigió una mirada muy sexy. “Hubo una parte que sí que me gustó” Ella me dio una palmada en la pierna.
No tuve la oportunidad de responderle porque Mike y Greg volvieron con nuestras bebidas.
______ volvió su atención al partido una vez que empezó el segundo tiempo. Los Canes metieron dos goles y los Pens solamente uno, poniendo el tanteo al 3 a 2.
Durante el segundo descanso, ______ habló con Greg quien se estaba disfrutando al máximo. Veinte minutos más tarde, el tercer tiempo empezó. Nadie metió un gol hasta los últimos cinco minutos cuando los Pens empataron el partido. ______ estaba intentando contener su entusiasmo cuando metieron otro gol con dos minutos restantes en el partido.
“El partido no se da por terminado hasta que suene el timbre,” le recordé. “Los Canes no podrán meter otro gol.” Al final tenía razón y me lo contaba. “¡Ya te dije que estaría veinte dólares más rica, lo que quiere decir que tenía yo la razón!”
Me reí y nos levantamos para salir. ______ daba saltitos por el camino. Ella saltó a mi espalda y la llevé así al carro. Me besó el cuello y volvió a repetir que ganó ella.
“Vale, vale. Sé que ganaste tú.”
Ella se rió y se saltó de mi espalda ya que estábamos al caro. “Oye, papa, ¿por qué no manejes tú y Greg se siente en el asiento de copiloto?”
Él titubeó por un minuto, pero ______ le tiró las llaves y se sentó en la parte de atrás. Me encogí de hombros y la seguí. Greg, quien estaba alegre de haber ido a un partido del NHL, estaba aún más alegre por poder sentarse en frente.
Cuando llegamos a la carretera, ______ se puso a mi lado en medio del banco, se puso el cinturón de seguridad, y me colocó el brazo alrededor de sus hombros. Se apoyó contra mí, poniendo su mano sobre mi músculo. “Estoy tan cansada,” bostezó. En mis brazos, todo su entusiasmo la dejó y el cansancio lo remplazó. Después de unos diez minutos, ya estaba dormida.
“Muchísimas gracias, Mike,” le dije.
“De nada. ¡Cómo me gustó verle a ______ así!¨” “Y yo.”
Greg se durmió un poco más tarde. El trayecto a la casa de ______ se llevó a cabo en silencio con la excepción de la música suave de la radio. Apoyé mi cabeza contra la de ______ y me cerré los ojos, disfrutándome de tenerla en mis brazos.
El trayecto a casa se terminó demasiado pronto y desperté a ______. Se despidió de mí con un beso y llevé a Greg en brazos al coche. “Buenas noches,” les dije mientras iba para mi coche. ______ volvió a despedirse, esta vez con la mano. Dejé a Greg en el asiento del copiloto y me fui a casa.

-44-

El día en la escuela no podía terminarse bastante rápido para mí. Greg iba a pasar la noche a la casa de un amigo y yo iba a recoger a ______ a las seis y media. Después de la escuela, me fui corriendo para la casa y me duché. Tenía que empacar las cosas de Greg y llevarle para la casa de su amigo.
“¡Niall! Para de meterme prisa. Tengo tiempo.” dijo Greg. Lo dejé en paz y volví a mi cuarto. Mientras esperaba para que se alistara Greg, me limpié el cuarto. “¡Niall! ¡Vámonos!”
Agarré mi billetera y mis llaves y nos fuimos. Parecía tardarme una eternidad caminar con Greg a la puerta y chatear con la madre de su amigo.
Por fin, estaba de camino para ver a ______. Aparqué y toqué a la puerta.
Mike la contestó. “Hola, Niall, entra. Ya estará lista en un segundo.” Le seguí a la sala y me senté. “¿Cómo te fue el día de hoy?” me preguntó Mike.
“Muy largo,” le dije con una sonrisa.
“Hola, Niall.” La miré. En vez de una de sus camisetas sueltas de siempre, estaba llevando una blusa rosada que le quedaba un poco apretada y unos pantalones capri azules.
Me levanté y me fui hacia ella para saludarla. Su pelo le enmarcaba el rostro y vi que estaba llevando lápiz de ojos y rímel. Le di un beso en la frente y suavemente le susurré, “Hola”.
La tomé por la mano y le pedí si estaba lista. Ella asintió con la cabeza y se despidió de Mike. “No llegues demasiado tarde,” nos dijo sobre su hombro.
“Eso no,” ______ le aseguró.
Yo le abrí la puerta del coche y ella entró. Corrí al otro lado y me metí. Nos puse de camino a Wilmington. Pero una vez que alcanzamos la señal de parada al final de la calle de ______, aparqué el coche. “¿Pero qué estás haciendo?” me preguntó.
La miré, le puse una mano detrás de su cuello y me la acerqué. Le di un beso lento y apasionado. Cuando la dejé libre, le dije, “Te ves muy bella, ¿lo sabes?” Un rubor le quemaba las mejillas y murmuró sus gracias. Seguí manejando.
“¿Y vas a contarme para adónde vamos?” preguntó ______ después de unos minutos de silencio.
“Wilmington.”
“Eso ya lo sabía.” Se rió.
Esbocé una sonrisa grande. “Vamos para una destinación secreta. No sería tan divertida si te lo dijera, ¿sabes? Vamos a tener una noche divertida y despreocupada.” La tomé por la mano.
Su mano estaba envuelta por la mía. Ella me parecía tan frágil, pero sabía que eso no podía ser más lejos de la verdad. Debajo del daño que su madre le había causado, era tan fuerte. ______ levantó mi mano y la trajo a sus labios para un beso suave antes de volvernos las manos a su regazo. Después de unos momentos más de silencio, le pregunté por su día.
“Fue un día más. No tengo tarea este fin de semana, lo que es fantástico. Pero me he sentido algo rara todo el día de hoy.”
“¿Qué quieres decir?” pregunté, preocupado.
Ella se encogió de hombros. “No estoy segura. Y tú, ¿qué tal? ¿Cómo te fue el día?”
“Tortuoso. He estado esperando todo el día para tenerte para mi mismo en público en vez de estar encerrados en mi cuarto.”
Ella me miró con una expresión traviesa. “¿Y qué hay de malo con pasar tiempo a solos en tu cuarto?”
“Nada. Es sólo que ahora podemos salir.” “¿Niall?”
“¿Sí?”
“¿Estás seguro que esto es lo que quieres hacer?” me preguntó suavemente.
“¿Qué? ¿Lo nuestro? Por supuesto. Em, no estaría aquí contigo si no quería estarlo. No saldría al frío de la mitad de la noche sólo para que pudiera pasar algo de tiempo contigo. Tienes que creerme cuando te digo que no haya ningún lugar en el mundo dónde más querría estar ahora mismo.” Le apreté la mano y la vi sonreírme.
“Vale. Es sólo que a veces no puedo creer que tú de veras quieres estar conmigo.”
Esta vez, yo la levanté la mano a mi boca para besarla suavemente. “Yo sí que quiero,” le dije. La eché un vistazo y vi otra sonrisa.
Nos sentamos en silencio cómodamente por otros cinco minutes antes de que ______ empezó a pedir pistas sobre nuestra destinación.
“Pues, es muy divertido.”
Ella hizo una mueca y dijo, “¡Por supuesto que sí! Estaré contigo, por eso será divertido y esa pista no cuenta. Dame otra.”
Me reí y le dije, “Hmmmmm. Tienes que llevar un cierto tipo de zapatos.” ______ pensó por un segundo y entonces pidió, “¿Vamos a jugar a los bolos?” Asentí con la cabeza y ella siguió, “¿Así que es por eso que me pediste traer calcetines? Pues, entonces, ¿por qué me pediste llevar sandalias?”
“Eso yo no te lo contaré hasta que lleguemos.” Ella parecía estar contenta con eso y encontró una estación en la radio tocando algo que le gustaba antes de aumentar el volumen un poco.
Veinte minutos más tarde, aparqué el coche a la bolera. Le abrí la puerta. Pasé mi brazo por su cintura y me la acerqué mientras entrábamos. “Yo sé jugar a los bolos muy bien,” le dije, jactándome.
Ella se rió y dijo, “Yo siempre juego con las barandillas puestas para obtener más puntos.”
“Nada de jugar con barandillas hoy. ¡Oh! Casi se me olvidó.” Me metí la mano en el bolsillo y le di los veinte dólares que perdí en nuestra apuesta de anoche.
Una sonrisa se apoderó de su cara y los metió en su bolsillo. “Gracias.”
Me reí y sacudí la cabeza antes de ir al mostrador. Compré dos partidos y fuimos para los zapatos antes de ir a nuestra pista. ______ sacó unos calcetines finos de su bolsillo y se quitó las sandalias. Me quité los zapatos y me los remplacé con los zapatos de jugar bolos. Me levanté y puse nuestros nombres en la máquinas. Entonces nos fuimos para escoger las bolas que íbamos a usar.
“¿Lista?” le pregunté una vez que habíamos vuelto a nuestros asientos. ______ asintió con la cabeza y yo tiré primero. La bola se fue un poco a la izquierda, pero aún así derribó todos los bolos por un pleno. “¡Sí!” celebré con mi puño volviéndome para ver a ______. Me bajé de la pista y le di un beso rapidito. “Eso es como se debe jugar a los bolos.”
Ella se rió y pasó por mí. Estuvo allí concentrándose por un minuto antes de tirar la bola por la pista. La bola se fue a la derecha y derribo unos bolos. Cuando llegó su bola, ella derribó el resto de los bolos. “Te toca a ti,” dijo con una sonrisita traviesa mientras me pasaba.
Me levanté y otra vez volví a derribar todos los bolos por un pleno. La próxima vez, ______ tiró la bola en la alcantarilla las dos veces. Intenté no reírme pero una risita se me escapó. Jugaba a pegarme en el estómago, lo que me hizo reír aún más.
“¡Vete ya a tirar la bola!” Agarré mi bola y derribé seis bolos. La próxima tirada terminó en la alcantarilla.
La próxima vez que le tocó a ______, ella hizo la cosa que menos esperaba yo. Tiró la bola como lo hacían las abuelas. La bola se fue despacio por la pista, pero derribó el primero bolo lo cual derribó a los otros.
Me puse de pie por donde tenía que pasar ella y ______ llegó hasta mí y me envolvió el cuello con sus brazos. “Así es como se debe jugar a los bolos,” ella dijo con un beso. Reí y me sacudí la cabeza. “Oye, que me gusta estar aquí,” dijo ella, notando que ahora era más alta que yo por estar en el nivel más alto.
Reí, le di un beso rapidito y me concentré en el partido. Por el resto del partido o tiré plenos o semiplenos. ______ continuó a tirar la bola como si fuera una abuela y así también tiró varios plenos. Ella hizo un baile de alegría después de cada pleno y así la noche estaba llena de risas.
Gané el primer partido y ______ el segundo. Devolvimos los zapatos y salimos. La bolera estaba conectada a una serie de tiendas y afuera algo atrajo la atención de ______. “¡Niall! ¡Ven!” Me tomó por la mano y empezó a correr.
“¿Para adónde vamos?” le pregunté en el momento que se paró en frente de la heladería, Cold Stone.
“Nunca has estado aquí antes, ¿verdad?” me preguntó. Asentí con la cabeza. El entusiasmo se apoderó de ella mientras entrábamos. “Tú siéntate aquí y ya volveré. Te va a encantar este lugar.”
Hice lo que me pidió y la miraba mientras pedía. Parecía tan relajada hablando con la chica detrás del mostrador. Se puso un mechón de su pelo detrás de su oreja y mis ojos viajaron por su cuerpo, a sus piernas bien torneadas y otra vez para arriba. Ella me pilló mirándola y se le sonrojaron las mejillas. Le sonreí y minutos más tarde llegó a la mesa con un tazón hecho de waffle, cubierto por chocolate y lleno de helado con dos cucharas. Ella se sentó a mi lado y me dijo comérmelo. Tomé un bocado a la vez que lo hizo ______. ______ se cerró los ojos y gruño.
De veras era muy sabroso. Ella se abrió los ojos y me miró. “Es como estar en el paraíso, ¿no es así?”
Esbocé una sonrisa enorme y dije, “Eso sí. ¿Qué tipo es?”
“Es su mezcla para los cumpleaños. Es mi helado favorito” Comimos el helado en silencio con la excepción de un gruñido de placer de ______ de vez en cuando.
“Bueno, esto efectivamente arruina los planes que tenía para cenar,” dije una vez que empezamos a comer el tazón hecho de waffle.
______ me miró con ojos bien abiertos, “Uf, lo siento, Niall.” Me reí y le dije que estaba bien y que eso quería decir que podíamos ir directamente a la segunda parte de la cita.
“¿Niall?” le mire a ______ y ella se acercó para besarme la comisura de los labios, lamiéndome con la lengua. “Tenías algo de chocolate,” dijo cuando se alejó.
Si no estaba excitado la otra noche, ya lo estaba ahora. Antes de que pudiera alejarse completamente, le puse una mano en el cuello y la acerqué. La besé, pasando mi lengua por sus labios para que se abriera a mí. Lo hizo y nuestras lenguas se movían con urgencia. Suspiró en mi boca. La besé por unos momentos más antes de dejarla libre.
Me miró fijamente por un momento y entonces debía haberse dado cuenta de dónde estábamos porque miraba a su alrededor a los adultos que tenían expresiones de shock. Ella recogió nuestra basura y la tiró.
Cuando regresó a la mesa, me tendió la mano con una sonrisa grande en su cara. “Ya estoy bien lista para la segunda parte.” Con eso, regresamos a mi coche y me puse a llevarla a nuestra próxima destinación.

-45-

______

No podía sino pensar del beso durante todo el trayecto. Había visto un cambio en los ojos de Niall después de quitarle el chocolate con mi lengua. Ese beso me había encendido un fuego en el bajo vientre que todavía quemaba. Todo lo que había pasado sobre los últimos años se derritió y sólo existían Niall y esos labios.
Vi que nos dirigíamos hacía la playa. No podríamos irnos para la playa, ¿o sí? Vi que yo tenía razón cuando nos aparcamos a un sitio de acceso público.
“Pensé que podíamos caminar por la playa hasta el muelle,” Niall dijo mirándome. “Podemos dejarnos los zapatos aquí adentro,” añadió, quitándose los zapatos y los calcetines. Me quité las sandalias mientras él salió y vino para abrirme la puerta. Me tendió la mano y la agarré. Pasamos por la pasarela y seguimos a la playa.
La arena se sentía fresca debajo de mis pies. Niall intentó meterme los pies en el agua. Me sacudí la cabeza, “¡Niall! ¡Qué va a estar helada!”
Se rió y dijo, “Vale, si vas a hacerme hacerlo a lo más difícil.” Me acercó a su cuerpo y me recogió.
Le envolví el cuello con mis brazos y le rogaba bajarme. “¡Niall! ¡Por favor!
¡Va a estar tan fría!” Se limitó a reírse y seguir acercándose al agua. Aguantó la respiración cuando el agua le corrió por los pies. Lo apreté aún más con mis brazos. “¡Niall! ¡Vas a arrepentirte de eso!” le avisé mientras me ponía sobre mis pies. Intenté resistirme, pero era más fuerte que yo y pronto mis pies tocaron el agua helada. Yo chillé y Niall se rió aún más. Me permitió correr para la arena y me siguió. Empecé a correr por la playa, dejándolo atrás, esperando que pensara que estaba enojada.
“Em, espérame.” Seguí caminando rápidamente y el corrió para alcanzarme. Me agarró desde atrás y me giró. Dejé escapar una risa y me puso en la arena girándome para mirarlo. Me metió un mechón del pelo detrás de la oreja y me sonrió.
“¿Cómo es que puedo fingir estar enojada contigo cuando me miras así?” Se acercó, sus labios tocando los míos suavemente mientras hablaba. “De veras eres tan bella aquí en la luz de la luna con el océano y las estrellas detrás de ti.”
Aguanté la respiración y sentí como sus brazos pasaban por mi cintura acerándome a su cuerpo. No sabía que decir así que decidí dejar que mis labios hablaron por mí. Me puse de puntillas y lo besé muy fuerte sin desgastar tiempo. Me metí los dedos por su pelo y los bajé por su cuello y después por su espalda. Gruñó en mi boca y corría una mano para arriba por mi espalda mientras la otra subía por mi brazo dejando un rastro de fuego.
El fuego en mi bajo vientre se intensificaba, corriendo por mi cuerpo y metiéndose en mi sangre. Sin querer, me alejé. Necesitaba aire y tenía miedo de lo que pasaría si dejara que el fuego se apoderara de mí. Esa mirada en los ojos de Niall de antes había vuelto. “Ven,” dije, tomándole de la mano y caminando para el muelle.
“______, por veces me vuelves loco.” Estaba a mi lado y le eché una mirada pero no me miraba. Antes de que pudiera decir nada, volvió a hablar. “Te has apoderado de mi vida y me mente. Sólo puedo pensar de querer tenerte en mis brazos y de asegurarme que nada te vuelva a dañar. Y entonces me besas así, haciendo que mi mente se corre aún más. Es…una locura. Eres asombrosa, ¿lo sabes?”
Se me ruborizaron las mejillas y estaba sin habla. Le envolví la cintura con mi brazo y le di un apretón y él me lo devolvió. Me apoyé contra él e hicimos el paseo en silencio por la arena fresca al muelle. Subimos las escaleras y caminamos por el muelle hasta el punto más lejos. Entre las luces en el muelle y la luz tan brillante de la luna, no estábamos en la oscuridad.
Me puse las manos sobre la barandilla y Niall se puso detrás de mí, envolviéndome la cintura con los brazos y descansando su barbilla en mi hombro. La luz de las estrellas parecía algo apagada por las luces que había. Sin embargo, la escena que estaba ante nosotros era bellísima. El aire salado y las ondas rompiéndose sobre la orilla debajo del muelle me relajaban. Me apoyé aún más contra Niall y decidí hacerle la pregunta que había estado rondándome por la cabeza por varios días.
“Niall, ¿te puedo hacer una pregunta?”
Él me besó el cuello y dijo, “Por supuesto.”
“¿Dónde está tu padre? Lo pregunto porque Greg siempre está contigo y nunca lo mencionas.”
Niall suspiró y pasó unos minutes en silencio. “El día que mi madre se murió, no vine directamente a casa como solía hacer. Quería pasar algo de tiempo con mis amigos y cuando llegué a casa, la encontré colapsada en el piso. Ya estaba muerta, pero intenté salvarla. Mi padre llegó a casa y se enteró de que yo no estaba allí cuando pasó. Estaba devastado y enojado porque se murió sola. Echó la culpa sobre mí por no estar allí para salvarla.
“Mi padre empezó a beber mucho. Se va al trabajo, llega a casa para emborracharse, y repite el proceso al día siguiente. Siempre tengo a Greg conmigo porque no necesita estar allí para verlo más de lo necesario. Además, cuando está conmigo está vigilado. Desde entonces, mi padre trabaja para ganar el dinero, pero yo cuido de todo lo demás.”
Me apoyé la cabeza contra la suya. “Oh, Niall, lo siento tanto.”
“Ya estoy acostumbrado. Sólo espero que supere su enojo y que deje de beber. Greg lo echa de menos. Diablos, yo lo echo de menos.
“No te culpas, ¿verdad?” le pregunté, preocupada. “Lo hacía. A veces todavía lo hago.”
Me di la vuelta en sus brazos y le puse una mano en la mejilla. Se apoyó más contra mi mano y se cerró los ojos. “No puedes pensar eso. No la mataste. El cáncer te la llevó. No fuiste tú. No es culpa tuya. No habría querido que estuvieras allí cuando pasara de todos modos.”
Una lágrima se le cayó de los ojos cerrados y yo se la quité. Apoyó su frente contra la mía y yo le envolví con mis brazos. Esperaba para que abriera sus ojos y después de unos minutos lo hizo. Me dio un beso suave y dijo, “Gracias. Ahora disfrutémonos de esta vista antes de que tengamos que salir.”
Me giró en sus brazos y volvió a apoyarse la barbilla en mi hombro. Nos quedamos allí en un silencio cómodo y me sentía en una relación más íntima con él que antes. Contaba por mucho el poder estar en silencio con alguien y sentirse contento.
Levanté su mano de mi cintura para mirarle el reloj. Faltaba un cuarto para las diez. Por dios, el tiempo se había pasado volando. “Debemos irnos para casa,” le susurré, sin querer hacerlo para nada.
“Sólo unos minutos más,” dijo Niall mientras me besaba el cuello suavemente. Me apoyé más contra él, tomando mucho placer en la seguridad que me daba. Niall seguía adornándome el cuello con besos suaves que no duraban bastante. “Ven. No quiero que Mike se enfade conmigo,” dijo con una sonrisita. Lo dejé llevarme por el muelle, por las escalares y a la playa.
“Esto ha sido perfecto,” le dije. Me sonrió y sentía como las llamas empezaban a abrasarme otra vez.
“Eso sí, seguro”
Envolví mi brazo alrededor del suyo, todavía con los dedos entrelazados. Demasiado pronto, alcanzamos la acera que daba al coche de Niall y caminamos por las dunas, dejando atrás la playa. Niall me abrió la puerta y entré. Mis ojos lo siguieron mientras caminaba alrededor de la parte delantera del coche. Una vez que estaba dentro con el coche arrancado, encendí la calefacción dándome cuenta del frío que tenía sin el calor corporal de Niall.
Le tomé la mano y la puse en mi regazo para el trayecto. De vez en cuando, le besaba la mano o sus nudillos. Repetía él la acción cada vez, besándome la mano. Empecé a hacerlo con más frecuencia para ver si él continuaría. Eso sí lo hizo y cuando se dio cuenta de mi jueguecito, me miró y se rió, plantándonos las manos firmemente contra su pecho.
Me reí y intenté volverlas a mi regazo, pero no podía contra su fuerza.
“¡Niall!” lloriqueé jugando.
“______,” dijo en el mismo tono. No podía sino reírme. Me rendí ya que me gustaba que parte de mi brazo estuviera contra su pecho tan fuerte.
Llegamos a mi casa y yo suspiré. Niall se rió, pero todavía salió del coche para abrirme la puerta. Caminó conmigo a la puerta y me acercó. “Me disfruté un montón,” me dijo.
“Y yo,” le dije un poco mareada por el calor que emanaba de su cuerpo.
Me puse de puntillas y le di un beso breve, aunque dulce, porque la luz de la sala todavía estaba encendida.”
“Creo que pasaré por aquí el domingo. Mis amigos quieren hacer algo juntos mañana, así que pienso que debo hacerlo antes de que me empiecen a dar problemas. Si quieres venir a mi casa mañana por la noche, hazme saberlo y vendré.”
Sentí un poco de desilusión al saber que no lo vería mañana. Había llegado a ser una parte diaria de mi vida. “Vale. Buenas noches, Niall, y gracias por esta noche.”
Sonrió y me dio otro beso. “Gracias a ti. Dulces sueños, ______.”
Abrí la puerta y entré. Eché el cerrojo detrás de mí sabiendo que mi padre me preguntaría si lo habría hecho. Papá estaba sentado en el sofá y se volvió para mirarme cuando entré. “¿Cómo te fue?”
“Fantástico,” caminé al sofá y me agaché para besarle la mejilla. “Me voy para la camita.”
“Bien, cariño. Hablaré contigo mañana antes de que salgo.”
Asentí con la cabeza y le deseé buenas noches. Fui a mi cuarto, cerrando la puerta detrás de mí. Yo me apoyé contra la puerta y respiré hondo. Una sonrisa pasó por mis labios y me empujé de la puerta, me vestí los pijamas y me metí entre las sabanas.
Me desperté enredada por las sábanas y las mantas. Me senté de golpe tratando desesperadamente de apartármelas aunque tenía mucho frío. Corrí para el baño e inmediatamente vomité. Por dios, me sentía horrible.
Me cepillé los dientes y me veía muy pálida en el espejo. Mis ojos estaban hinchados y mi pelo está pegado a mi cuello. ¿Cómo era posible? Tenía frío, no calor. Agarré una goma y me subí el pelo para apartármelo en caso de que volviera a vomitar. Arrastré mis piernas para la cama y me caí en ella. Me arropé y pronto me había vuelto a dormir
La próxima vez que me desperté, la luz estaba entrando por las persianas e inmediatamente corrí para el baño. Estaba vomitando cuando oí a mi padre entrar.
“¿______?” Tiré de la cadena del retrete, me quité las lágrimas involuntarias de la cara y me aclaré la boca con agua. No tenía la energía como para cepillármelos. “¿Estás bien?”
Yo le miré y intenté sonreír. “Sólo estoy un poco enferma, supongo.”
Vino a mí para ponerme la parte de atrás de la mano en la frente. Su ceja se arrugó con preocupación. “Tienes una fiebre alta, cariño.”
“Estoy bien. Qué vayas al trabajo.” Pero no estaba bien. Me dolía el estómago y todavía tenía mucho frío.
“Cariño, me puedo arreglar el día para quedarme aquí contigo.”
Negué con la cabeza. “Estaré bien. Vete. Sólo estoy un poco mal del estómago.” Cuando lo vi titubear, lo agarré por los hombros y le di la vuelta. “Estaré bien, papá.”
“Vale. Te llamaré para ver cómo estás, ¿de acuerdo?”
“Bien.” Mi padre todavía no parecía muy convencido, pero le hice una moción con mi mano para que fuera. Se fue.
Entré al baño, recogí el basurero que tenía una bolsa adentro. Volví a mi cuarto y me agarré la almohada y el edredón. Lentamente me fui para el sofá y me puse cómoda.
Encontré el control remoto, le despedí a mi padre después de que me trajo algo para la fiebre, y encendí el televisor. Me acurruqué debajo del edredón y pronto me dormí, pero me desperté en poco más de una hora. Entre tanto vomitar y sentirme con dolores por todo el cuerpo, dormía. Eso no era el sábado que me había imaginado.
Alrededor del mediodía, estaba viendo la película Dirty Dancing cuando oí a alguien tocar a la puerta. “Vete,” grité. Volvió a tocar y me gruñí. Me levanté para contestar la puerta envuelta en el edredón. Abrí la puerta para ver a Niall y gruñí otra vez. ¡Me veía tan mala como me sentía y tuvo que venir por aquí! Me sonrió y pidió entrar. Me puse a un lado para que pasara y volví a acostarme. “¿Qué haces aquí?”
“Me alegro de verte a ti también.”
Me puse los ojos en blanco y volví a sentirme con ganas de vomitar. Me lancé por el basurero y llegué justo a tiempo. Genial. Niall estaba para verme vomitar. El sabor me daba asco. Agarré el basurero y me fui para la cocina. Niall me siguió.
“¿Pues?” le pregunté esperando. Saqué la bolsa del basurero y la até. Abrí la puerta que daba al garaje y la dejé en el contenedor de basura allí.
“Mike me llamó y me dijo que estabas enferma. Quería que viniera para ver qué tal estás.”
Un gruñido me escapó otra vez y me fui al refrigerador por una botella de agua. Bebí hasta quitarme el sabor amargo de la boca. Eché una mirada a Niall, se le veía muy guapo en su camiseta y sus pantalones deportivos negros. Me miré a lo que llevaba yo. Los pantalones rosados de mis pijamas estaban cubiertos de pingüinos y mi camiseta de tirantes era negra. Por lo menos tenía uno de esos sostenes deportivos integrado. dijo.
Niall se acercó y me alejó un mechón suelto de mi pelo, “Te ves bien,” me
Otra vez, me puse los ojos en blanco. “Eso sí, seguro. No tienes que estar aquí. Además se supone que ibas a pasar el día con tus compañeros,” le recordé, yendo hacía la sala. Me senté en el sofá y me envolví con el edredón.
Niall se sentó a mi lado. “Ah, ellos pueden esperar. Estás enferma, Em. Tengo que cuidarte hasta que vuelvas a ti misma.”
Se levantó y se fue para la cocina. Me froté la cara con las manos y volví a concentrarme en la película. Oí como Niall buscaba por la cocina, pero no me sentía con ganas de ver que estaba haciendo. Unos minutos más tarde, volvió con un tazón humeante de sopa de pollo con fideos.
“Niall, de veras que no quiero comerla,” le dije.
Se sentó a mi lado y me dio una mirada que me comunicó firmemente que me la iba a comer. “______, te ayudará a sentirte mejor.”
Lo miré y miré al tazón. Lo agarré y una sonrisa enorme se esbozó en la cara de Niall. Dejé que el vapor me acariciara la cara. Lentamente, la comí. Después, no podía decir si me sentía mejor o con más náuseas. Niall me llevó el tazón para la cocina y bebí más agua.
Volvió a ponerse mi almohada en el regazo. “Échate y descansa,” me mandó. Lo hice con placer. Sólo quería estar acostada. Niall puso su mano debajo del edredón para frotarme el brazo. Pronto el sueño me llevó.

-46-
Niall
El cuerpo de ______ estaba aún más caliente mientras dormía. Cuando Mike llamó para decirme que estaba enferma, no había duda que iría. Al verla cuando abrió la puerta, sabía que no se sentía bien. De veras me gustaba como era cuando estaba enferma, un poco gruñona y malhumorada. Me hacía sonreír ese lado de ella.
Se dio la vuelta y se enterró la cara en mi estómago. Moví mi mano para frotarle la espalda. Mientras dormía, veía el resto de Dirty Dancing. Temía despertarla si me moviera para alcanzar el control remoto en la mesita. Después se dio otra película aún más vieja.
Cuando terminó esa película, ______ se despertó. De repente se cubrió la boca con una mano y corrió para el baño. Ah, se le había olvidado traer el basurero consigo de la cocina. La seguí para ver que tal estaba.

Después de aclararse la boca con agua, me miró y dijo, “La fiebre quiere decir que esto puede ser contagioso ¿Seguro que quieres estar aquí en vez de irte con tus amigos?”
La acerqué y le besé la frente. “Absolutamente.” Entramos a la sala y le pregunté dónde estaban las bolsas de compras. Me fui a la cocina y abrí el gabinete debajo del fregadero. Puse una bolsa en el basurero y volví a sentarme.
“Gracias,” me dijo cuando puse el basurero en frente de ella. Me senté, me puse el almohada sobre mis piernas y agarré el control remoto. Se echó y se cubrió hasta el cuello. Le volví a frotar el brazo. Encontré el programa George López y no pasó mucho tiempo antes de que ______ se durmió otra vez.
Aunque estaba enferma, parecía tan tranquila mientras dormía. Sus pestañas oscuras se relucían sobre su piel bronceada. Mi atención alternaba entre la tele y ______.
Usé mi otra mano para delinearle la cara. No podía no hacerlo. Su piel era aún más suave que la de cualquiera otra persona que había tocado. Podría pasarme el día entero tocándole con las yemas de mis dedos y estaría feliz. Su pelo era tan suave.
Su quejó y se dio la vuelta para volver a enterrarse la cara contra mi estómago otra vez. Le froté la espalda y el brazo y la espalda otra vez. Le quité el pelo sudado de la cara.
Al verla así me di cuenta de que estaba enamorada de ella. Me sonreí con el pensamiento. Ella era mía y tenía la intención de hacer que así era para siempre. Podría sentirse algo insegura a veces, pero era asombrosamente maravillosa. ______ estaba soltándose más y más cada día los cosas que su madre le había dicho. Estaba empezando a confiarse en si misma y también confiarse en mí.
No la desilusionaría. Me rompería el corazón verle volver a encerrarse. Ya la había visto reírse, sonreírse, y bailar bajo la lluvia. ______ estaba llena de vida, así como Mike me había dicho. Siempre había querido verla así. Su sonrisa me traía una sonrisa a la cara cada vez. Al saber que por veces era yo quién le había hecho sonreírse, me ponía aún más feliz.
Oí como se abrió la puerta y me di la vuelta para ver a Mike entrar. Me dio una sonrisa breve y se sentó en el sillón. “¿Cómo está?”
“Ha estado durmiendo por la mayoría. Hice que comiera sopa de pollo con fideos, pero lo más probable es que se la vomitó.”
Asintió con la cabeza y pareció darse cuenta que su cabeza estaba sobre mi regazo. No dijo nada. Se levantó y se acercó. Puso su mano entre su frente y mi estómago para ver si todavía tenía fiebre. “No parece ser tan caliente como antes,” comentó y volvió a su asiento. “Gracias por venir para ver qué tal estaba,” añadió.
“No hay de que.” ______ se movió y se puso de espaldas, abriéndose los ojos. Le sonreí y recibí una sonrisa de ella. “¿Cómo te sientes?” le pregunté.
“Un poco mejor.”
Me agaché para besarle la frente.
“¿Has tomado algo para tu fiebre?” Mike la preguntó. ______ se sentó, sólo ahora dándose cuenta de que Mike estaba, y negó con la cabeza. Él se fue al baño en el pasillo. ______ se apoyó la cabeza sobre mí y la envolví con un brazo. Me dio una mirada de disculpa.
“Em, no me mires así.”
Mike volvió y le tendió unas pastillas. Ella se las tomó y las siguió con un poco de agua. ______ se echó para atrás y volvió a apoyarse en mi. Su edredón se le caía y la arropé mejor, metiéndolo detrás de sus hombros para que no se cayera.
“Gracias, Niall,” dijo. Le contesté con un beso encima de su cabeza. Ella suspiró, “Ojalá que esto sea cosa de veinticuatro horas.”
Di una risita y dije, “Eso espero.”
Después de unos minutos, ella se volvió a acostar. “¿No estarías más cómoda en tu cama?” Mike la preguntó.
______ se bostezó y dijo, “Probablemente, pero al menos que Niall pueda acompañarme a mi cama, esto tendrá que bastarme.”
Parecía estar considerándolo cuando ______ se saltó y vomitó en el basurero. Mike le echó una mirada y dijo, “Si eso te hará más cómoda, entonces está bien.”
______ bebió un poco de agua y pidió más. Me levanté para traérsela. ______ se puso de pie, agarrando su almohada, y se fue para su cuarto. Con la botella de agua y el edredón, la seguí. Dejé la puerta abierta porque no había razón para cerrarla. ______ ya se había echado en la cama y le puse el agua en la mesita. Caminé al otro lado de la cama, la cubrí con el edredón, me quité los zapatos y me metí en la cama. Ella me levantó las sábanas un poco para que me pudiera poner a su lado.
La envolví con mis brazos y se puso la cara en mi cuello. “Niall,” dijo. “¿Sí?”
“Gracias por quedarte conmigo hoy.”
“Era un placer. Menos mal que le invitaran a Greg a quedarse otra noche a la casa de su amigo para que estuviera libre.”
Ella me abrazó aún más fuerte y me dijo, “Eres como un horno, ¿lo sabes?”
Me reí y ledije, “Lo sé.” Y entonces ella se durmió en mis brazos.
Una hora más tarde, Mike entró y vio que ______ estaba dormido. Él vaciló un segundo y dijo, “Puedes quedarte aquí esta noche, si quisieras. No quiero que se despierte.”
Sabía que llevar ropa cómoda valdría la pena. “Eso sí. Gracias.” Él asintió con la cabeza y se fue. Le besé la cabeza a ______ y me dormí
“¿Niall?” ______ susurró. Me abrí los ojos para verla mirándome. “¿Qué haces aquí todavía? ¿Sabe mi padre que estás aquí?”
Le di una sonrisa traviesa y dije, “Sí. Él pensaba que si me moviera, te despertarías, así que me dijo que podía quedarme. ¿Cómo te sientes?” “Un poco mejor,” dijo acurrucándose contra mi cuerpo.
Despertarme a su lado era maravilloso. “¿Tienes hambre?” la pregunté. Ella gruño y murmuró que no contra mi pecho. Me reí. “Así que esto es lo que pasa después de que salgo contigo,” le dije, tomándole el pelo.
Ella me miró y me dijo, “Tal vez. Pero mira lo que pasó a causa de ello. Pudiste pasar la noche conmigo.”
“Eso sí.” Iba a darle un beso rapidito, pero se alejó de mí. “¿Qué?” le pregunté.
“Que no me he cepillado los dientes desde ayer y no paraba de vomitar. Tú no me vas a besar.” Se dio la vuelta y se levantó.
“¿Adónde vas?”
“Al baño,” dijo como si fuera obvio. Me puse el brazo derecho detrás de la cabeza y le miraba mientras estaba cepillándose los dientes.
Llegó a mi lado con una sonrisa en la cara. Se acostó encima de mí y me besó. Me sorprendió que se acostó encima de mí. No estaba quejándome, era sólo que no lo esperaba. Después del beso, se quitó de encima de mí y se apoyó sobre sus codos.
“Ya veo que te sientes mucho mejor,” le dije con una sonrisa. Le puse la parte de atrás de la mano en la frente para sentirla fresca. Se puso debajo del edredón y sentí como si mano se metía por debajo de mi camiseta. Me levanté una ceja, pero ella no hizo sino acercarse más. Su mano subió aún más y ella arrastraba levemente las yemas de los dedos sobre mi piel. Me estaba volviendo loco. “Quizás debemos quedarnos aquí todo el día,” dijo.

-47-

La besé encima de la cabeza, “Tal vez.”
Oí pisadas en el pasillo y pronto Mike apareció a la puerta llevando un traje. Nos saludó y caminó a mi lado de la cama. “¿Cómo te sientes hoy, cariño?” Le puse la parte de atrás de su mano en la frente a ______.
“Bien,” contestó.
“Ya no tienes fiebre. Eso está pero muy bien. Si no necesitas nada, me voy para el trabajo.”
“Estoy bien, papi,” le dijo en un tono dulce. Su mano todavía estaba moviéndose debajo de mi camiseta y quería agarrársela para pararla, pero no podía porque Mike se hubiera enterado. ¡Qué se fuera pronto!”
“Bien, cariño. Si necesitas cualquier cosa, sólo tienes que llamarme, ¿vale?” Ella asintió con la cabeza y unos minutos más tarde oímos como se cerró le puerta. Agarré la mano de ______ y me rodé para ponerme encima de ella.”
“¿Tenías que hacer eso?” le pregunté, mis labios muy cerca de sus labios. Riéndose me hizo una pregunta propia. “¿Te molestaba?”
Me acosté de costado y mantenía su mano donde estaba. Con mi mano libre, le levanté la camiseta para poner al descubierto su estómago. Le tocaba con las yemas de los dedos sin apenas tocarle la piel. “¿Te molesta a ti?” le pregunté con una sonrisa traviesa. Su estómago se hundió y estaba tratando de no respirar.
Me reí y me acerqué para besarla. Se aprovechó para tomarme la mano y entrelazar nuestros dedos. Sus pechos estaban apretados contra el mío y era todo lo que podía hacer no tocarla por todo el cuerpo.
Gruñí y me puse de espaldas para poder respirar mejor. ______ miraba el techo con sus manos cruzados sobre su estómago que ya estaba cubierto. Yo respiraba hondo tratando de contenerme. Al mirarle a ______, vi como se mordía el labio. “¿Qué pasa por esa cabeza tuya?” la pregunté.
Se volvió la cabeza para mirarme. Lo pensaba por un segundo y entonces sus ojos se abrieron mucho. Saltó de la cama y corrió para el baño. Me quité las mantas de un tirón y la seguí. Ella estaba apartándose los mechones de pelo que se habían suelto. Me acerqué y se los aparté.
Cuando ______ terminó, jaló de la cadena y se rehízo la cola de pelo. Se cepilló los dientes y me dijo que no se sentía tan mejor como había pensado. Desde atrás, le envolví con mis brazos. Veía como me estaba mirando mientras se cepillaba los dientes. “Tal vez una ducha te ayudará a sentirte mejor. ¿Por qué no te tomas una ducha y yo te prepararé más sopa?”
Ella escupió y se aclaró la boca antes de contestarme. “Está bien, gracias, Niall.”
La besé el cuello y me fui para la cocina oyendo como se metió en la ducha. La preparé la sopa y quince minutos más tarde entró llevando una camiseta de tirantes blanca y unos pantalones de pijama morados sin diseños. Su pelo estaba todavía mojado y echado para atrás. Se sentó a la mesa, le puse un tazón en frente y me preparé un sándwich de jamón y queso.
“No quiero irme para la escuela mañana, no importa si me siento mejor o no.”
“¿Por qué?” le pregunté. “Un discurso.”
“Lo harás bien, ya lo veras.”
“Tal vez, pero eso no me mete ganas de hacerlo.”
Me sacudí la cabeza y tomé otro bocado de mi sándwich. Mi móvil empezó
a vibrarse en mi bolsillo. Lo contesté y oí la voz de Greg. “Niall, ¿puedes venir a recogerme? Estoy listo. ¿Podemos irnos a ver a ______ hoy? ¿Podemos salir para helado?”
“Cálmate, mi niño,” dije, riéndome. “Ahora vengo. Podemos verle a ______, pero no se siente muy bien, así que tendrás que ser super bueno hoy y ver la tele, ¿vale?”
“Ok. ¿Estás saliendo ahora?” “Sí.”
“Ok. Hasta luego, Niall. Te quiero.”
“Y yo te quiero a ti, amigote.” Cerré el teléfono y lo devolví a mi bolsillo. Me comí el sándwich y le conté el plan a ______. Seguía comiendo despacio. Le besé la frente al levantarme y la sentía algo acalorado. “Tómate algo de medicina mientras estoy afuera. Ya estás con fiebre otra vez.” ______ asintió y salí para recoger a Greg.
Cuando Mike llegó a las seis, ______ y yo estábamos acostados en el sofá debajo de su edredón y Greg estaba sentado en el sillón a la izquierda. Mike le tomó la fiebre a ______ antes de sentarse en el sillón a la derecha de nosotros. ______ no había vomitado tanto como hizo ayer y parecía estar de mejor humor.
Había estado corriendo mis dedos por su cuello, por su brazos, y por su espalda. De vez en cuando, me agarraba la mano para mantenerla quieta por un rato. Habíamos visto dibujos animados todo el día porque ______ había insistido que Greg pudiera ver lo que quisiera.
El móvil de ______ vibró en la mesita. Lo agarré y vi la palabra mamá en la pantalla. Se lo tendí a Mike y ______ se dio la vuelta para enterarse la cara en mi pecho. Mike salió para hablar con Judy. ¿Por qué no podía dejar a su hija en paz? Los brazos de ______ me envolvieron y se aferraba a mí como si su vida dependiera de ello.
Mike no entró hasta una hora más tarde y tenía una expresión seria en el rostro. “Em, tengo que llevar a Greg a casa,” le dije suavemente. “No quiero que te vayas,” susurró contra mi pecho.
Mi corazón se quebró y la abracé aún más fuerte. “No quiero irme tampoco, pero tengo que darle algo de comer a Greg y acostarle. Sólo tienes que llamarme, ¿vale?”
Ella respiró hondo y me soltó. Ella se puso de pie para que lo pudiera hacer yo también. Ya levantados, la volví a abrazar y le besé la frente. “Si me necesitas, sólo tienes que llamarme,” le repetí.
“Te veré más tarde,” susurró.

-48-
______


Después de que se salieron Niall y Greg, dejé a mi padre con mi móvil y me fui para mi cuarto para acostarme. Aunque no hablé personalmente con mi madre, era lo único de que podía pensar. ¿Qué quería ahora? ¿Qué iba a hacer?
Me mordí el labio y me dormí llena de preocupaciones.
Me desperté al día siguiente y todavía no me sentía bien, por eso pasé el día acostada en el sofá viendo la tele. Por veces dormía y a las siete y media, Niall vino para verme.
Mi padre me informó que tenía que pasar la noche fuera. Ofreció quedarse conmigo, pero le hice irse. Niall ofreció quedarse conmigo, pero le hice irse a casa también. Niall y Greg se fueron para la casa a eso de las ocho y media y mi padre salió unos minutos después. Estaba sola con Jerry Springer para la noche.
Todo estaba tranquilo hasta las nueve. Le envié un mensaje a Niall a ver si podía irme para su casa. Me respondió que por supuesto. Agarré mis llaves y manejé a su casa.
Me abrió la puerta antes de que toqué. Me saludó con un beso en la frente mientras yo admiraba su cuerpo sin camiseta y con pantalones de pijama grises. Parecía delicioso. Greg ya estaba en la cama y su padre no estaba en casa. Me llevó para su cuarto y me metí entre las sábanas.
Él se puso a mi lado y me acercó. “¿Cómo te va, dulzura?”
“Tan bueno como sea posible, supongo.” Me enterré la cara en el hueco entre su cuello y su hombro. “¿Me puedo quedar aquí para la noche?” le pregunté calladamente.
“Por supuesto.”
“Dulzura,” susurró Niall su nuevo apodo para mí. Me acurruqué aún más contra él y se río. “Ya es hora de despertarte.”
“No,” gruñí. Yo le miré con su pelo alborotado y era tan guapo. Lo besé y en ese instante entró Greg.
“¿______? ¿Qué haces tú aquí?” preguntó, su voz llena de entusiasmo mientras corría para saltarse a la cama. Se puso entre Niall y mí.
“Greg,” Niall empezó con una voz muy firme.
Le acorté con, “No me sentía bien y estaba en casa sola y vine para poner enfermo a tu hermano.”
Greg se río y dijo, “¿Y vas a empezar a venir por aquí más a menudo?”
Le miré a Niall y él lo contestó para mí. “El señor Mike probablemente quiere que se quede en casa por la noche, Greg. Ahora sal de mi cama y prepárate para la escuela.” Tomó a Greg en manos y entonces le puso en el suelo. Greg se río y corrió del cuarto. Niall me acercó y me besó. Me sentía incómoda ahora que Greg sabía que había pasado la noche en la cama de Greg, y Niall lo sabía. “No te preocupes, dulzura. No pensará mucho de ello.”
Asentí con la cabeza y me puse por encima de él con una sonrisa en la cara. “Te veré más tarde.” Le di un beso rapidito y me rodé para salir de la cama. Me puse los zapatos y le eché una mirada antes de salir.
En el piso de abajo me encontré con su padre quien estaba por salir.
“Um, hola,” le dije cuando me vio y me paré donde estaba.
“¿Eres una de las putas de Niall?”
Tragué saliva. “No, señor.” Se rió a carcajadas como si no me creyera y me abrió la puerta. Lo pasé rápidamente y no miré para atrás. Me metí en el coche y me fui a casa.
Vi el coche de mi padre y me preguntaba por qué estaba en casa. No había manera de entrar a hurtadillas. Entré a la cocina por la puerta del garaje para verlo sentado a la mesa. Me miró el pelo y los pijamas arrugados. “¿Qué haces tú aquí tan tempranito, papi?” le pregunté inocentemente.
Me dio una mirada severa. “Me cancelaron el viaje. ¿Dónde has estado?” Decidí contarle la verdad. “Me quedé la noche a la casa de Greg.”
Mi padre dejo el periódico en la mesa, echó la silla para atrás, y vino a mi lado. Me acercó con un abrazo grande. “Mi niña ha vuelto a sí misma,” susurró. No podía sino reírme. Me besó la corona de la cabeza y se rió. “Pero por favor qué no lo vuelvas a hacer.”
Asentí con la cabeza y me excusé para ir a mi cuarto y prepararme para la escuela. Decidí por una blusa verde escotada y apretada y unos jeans normales. Me puse unos calcetines y zapatos. Agarré mi mochila, mi móvil, y mis llaves. Me despedí con la mano de mi padre y me fui para la escuela. Me aparqué y vi a Niall unos espacios más allá apoyado contra el maletero de su coche. Me puse la mochila en el hombro y me acerqué a él.
Me puso un brazo por la cintura y me besó. “Hola,” dijo en una voz ronca. Le conté como mi padre estaba en casa y lo que había dicho. “¿Así que salir sin permiso y quedarte la noche en la casa de tu novio es lo que solías hacer?” le preguntó con una sonrisa. Me encogí de hombros. Eso sí que era normal para mí. “¿Qué tal si nos saltemos las clases hoy,” me preguntó.
“Sin hablar. No puedo hacer eso,” le dije. Niall parecía estar incómodo y no sabía por qué. “¿Qué pasa?” Cuando Niall no habló, dije, “No importa. Vámonos a clase.”
Entré a la escuela. Todos me miraron al entrarme y se pararon. Había cientos de fotos de mí pegados en los armarios y los pasillos….y estaba desnuda en las fotos. No. No podría estar pasando. ¿Cómo se las encontraron?
¿Quién me haría tal cosa?
Sentí a Niall a mi espalda y me susurró algo al oído, pero no lo oí. Todas las personas en la escuela me miraban en un estado de shock. Niall me dio la vuelta y puso sus manos a cada lado de mi cara. Antes de que pudiera decir nada, el enojo me llenó. Sabía exactamente quien lo había hecho.
Lo empuje para apartarle y me alejé. Caminé por un pasillo hasta que vi a Claire quien se estaba riendo de una de mis fotos. Se la quité a fuerzas de la mano. “¿Cómo te atreves? ¿Piensas que esto es cómico?” Me volví para mirar a las personas que se juntaban a nuestro alrededor. “¿Hay alguno de ustedes que piensa que esto es cómico? Me habían violado repetidas veces cuando se me sacaron estás fotos. ¿Y ustedes están riéndose de mí?”
Niall se puso delante de mi para quitarles de mi vista. “Dulzura, déjalo.” “No,” me alejé de él y encaré a Claire. “Eres increíble. No sé como es que llegaste a tener estas fotos, pero quiero que sepas esto. No me posé de mi propia voluntad. Me sacaron las fotos y lo odiaba. Y tú, que piensas que está bien compartir esto…” me sacudí la cabeza y me cerré la boca.
Estaba tan cerca de volverme como mi madre. Niall me tomó por la mano y me apartó. Los profesores habían empezado a quitar las fotos y me echaron miradas de disculpa.
Niall me llevó fuera de la escuela y me envolvió con sus brazos. “Lo siento tanto, dulzura.”
“No te preocupes. No puedo creer que pensaba que lograría algo con eso. Siento mucho no haberte contado lo de las fotos.”
“No hay nada de que arrepentirte. Estoy orgulloso de ti.”
Le miré con un rostro lleno de confusión. Niall se rió. “No te diste para atrás. Literalmente te fuiste y te afrontaste al problema.”

-49 Final.-

Niall
Me agaché y le di un beso suave en los labios.
Ella me puso una mano en la mejilla y dijo, “Creo que debemos saltarnos las clases hoy. Y Greg también.”
Asentí con la cabeza y nos fuimos en nuestros coches. Recogí a Greg y nos fuimos para la casa de ______. Greg estaba entusiasmado por saltarse las clases por el día.
A la casa de ______, empezó a contarle lo de su día. ______ me tomó por la mano. No paraba de echarme miradas y le sonreí. “¡Niall! ¡______! Préstenme atención.” Greg se quejó. Le di mi atención entera mientras me contaba que tuvo que tomar un examen hoy y no pensaba que iba a salir bien en el examen.
“Estoy seguro que saldrás bien,” lo animé.
Nos sentamos en el sofá y vimos la tele por el resto de la tarde. Cuando Mike llegó a casa, nos fuimos para el cuarto de ______ para pasar un rato a solos. Nos apoyamos contra la cabecera de su cama. “Qué día, ¿eh?” comentó ______.
“Eso sí.” Le tomé por la mano y me la levanté a los labios, besándole los nudillos. “Estoy tan orgulloso de ti por como manejaste todo hoy, dulzura.” Le miré y se acercó para besarme. El beso era lento y lleno de las emociones de lo que había pasado.
Apartándose del beso, ______ me apoyó la cabeza en el hombro. “Niall,” dijo ______ calladamente.
“¿Sí?”
“Gracias. De veras. Gracias por volverme a mí misma. No sé cómo podía haberlo hecho sin ustedes, Greg, mi padre y tú.”
“Ah, dulzura. Lo hiciste tú por ti misma. Aprendiste a tenerte confianza otra vez. Sólo te dimos un pequeño empujón.”
“Más bien fue un empujón enorme,” ella se río. “Como quiera que sea, gracias. Me alegro de que nos emparejaran para el proyecto,” añadió.
“Y yo, ______. Y yo.” Me sentía contenta sólo por el hecho de tener a ______ conmigo.

Fin.

Buenomhasta aqui llego esta hermosa historia, gracias aquellas que comentaron siempre, la verdad fueron pocas pero siempre aqui. LAS AMOOO (: Espero que todas encuentren un Niall.
Bueno este libro tiene una segunda parte que no a salido todavia, pero si sale, yo lo adaptare, espero les alla gustado mucho esta tierna nove.

Marian xx

Awwwwwwwwwwww :lloro: Mariaaaan!! me has dejado con un nudito en la gargantaa! y a punto de las lágrimas! ES PERFECTA! ojalá y ya salga la otra parte también!! por que esta estuvo INCREÍBLE! besitos :)

Dey xx

P.D: Tu firma del gato con botas me mata! :(L): jajaa

Aaaaaay la amé! la amé! la amé!!!! Me encantó de principio a fin!!! Sobra decir que lloré con el final pero fue super tierno y tan como toda la nove! TAN DULCE!!!! n_n

[color=cyan]OH MY GOT! Desaparesco unos dias y ya TERMINAS MI NOVE FAVORITA? COMO ME PUEDES HACER ESTO? LLOROOOOOOO, ME HACES LLORAR, SOS UNA MALA PERSONA, TENES QUE ADAPTAR LA SEGUNDA PARTE CUANDO SALGA SI? AAA LA AME, OJALA TENGA UN NIALL, OJALA OJALA OJALA...
Me encanto, me gustaria leer una nove tuya
bye bye bye/color]

No puede haber terminadooo!!! Fue hermosa ♥ realmente la amé.

Muchas gracias por subirla :D

Solo hay una palabra para describir esta novela,PERFECTA.
Me encanto leerla y haber conocido a la mejor escritora que tiene esta pagina!
No dejes de escribir por que lo haces muy bien!Tequiero!

PD:Cuando hagas otra novela pasanos el link por aqui!;)

la ame ame esa novela con pasion lamento no haber comentado antes y no haberla leido antes pero en realidad la ame :(L): :cherry: aww me encanto