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Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
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~Acercate al Viento~ (Joe & Tu)
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Re: ~Acercate al Viento~ (Joe & Tu)
DENTRO DE UN TATO SUBO CAP, DEDICADO A JONATICA_SMILEY POR PASAR DE PAGINA :D
GRACIAS POR SUS COMENTARIOS CHICAS!
LAS QUIERO
GRACIAS POR SUS COMENTARIOS CHICAS!
LAS QUIERO
F l ♥ r e n c i a.
Re: ~Acercate al Viento~ (Joe & Tu)
Un puñado de hombres entraron en la casa de adobe después del arribo de Joe. Tendida en el pequeño catre, ________, con la vista fija en el techo, escucho las voces en español que llegaban desde la habitación principal.
Cada vez que Joe hablaba, reconocía inmediatamente el timbre grave de su voz. Cerró con fuerza los ojos tratando de ignorar lo vívidamente consciente que era de todo lo que a él concernía. Pero fue inútil.
Continuación...
Cuando la comida de la noche estuvo lista, preparada por la esposa de Juan, Joe llamó a _______. Los hombres se quedaron, rechazando la invitación a comer pero aceptando café de Consuelo. _________ apenas pudo probar su comida, demasiado penosamente consciente de los hombres que la miraban. Sintió las penetrantes miradas que le dirigía Joe pero no devolvió ninguna de ellas y mantuvo la cabeza inclinada sobre su plato.
Se hubiera retirado otra vez a su habitación pero Joe le ordenó que se quedara. Su orgullo casi la hizo rehusarse, pero comprendió que él no toleraría ningún desafío delante de sus hombres. Guardó silencio, ayudó a Consuelo a lavar los platos y después se sentó al lado de Joe.
La discusión, evidentemente, era sobre algo de importancia, considerando las expresiones serias de todos los presentes. Pero ________ no pudo entender ni una palabra. Joe tomó notas en un papel, pero también lo hizo en español.
Se bebieron dos jarras llenas de café y la luna estaba alta en el cielo nocturno cuando la reunión terminó y los hombres partieron. Laredo fue el último en marcharse pues se demoró unos minutos para hablar a solas con Joe; después dio las buenas noches a ________ y se fue. Mientras Joe revisaba sus notas, haciendo anotaciones adicionales en el margen, _______ recogió de la mesa los jarros de café.
Después trató de escabullirse en silencio de la habitación, deseando estar en cama y dormida antes de que viniera él. Pero fue detenida antes de que diera tres pasos hacia su destino.
—¿Adónde vas? —preguntó Joe, alzando la vista.
—A la cama. ¿Adónde si no? —respondió ________ a la defensiva.
—Espera —ordenó él—. Demoraré unos minutos.
—Estoy cansada y me gustaría dormir un poco. —No estaba dispuesta a obedecer sin discutir—. No veo ningún motivo para esperarte.
—No quisiera perturbar tu sueño más tarde.
El temperamento de ella estalló cuando leyó entre líneas la respuesta de él.
—¡Dios mío! —exclamó—. ¿No basta una vez al día para ti? ¿Tengo que soportarlo otra vez?
Usando una pata trasera como eje, él hizo girar su silla y la miró con ojos entornados. -
—Ven aquí. —El primer impulso de _______ fue ignorar la orden y salir de la habitación. Joe interpretó la causa de su momentánea indecisión y repitió sus palabras—. Ven aquí.
_______ clavó sus uñas en las palmas de las manos, caminó hasta la silla de él, rígida y desafiante, con cada nervio en tensión. Él la tomó de un brazo y la atrajo más hacia la silla.
—Soportas que te toque a duras penas, ¿verdad? —dijo en tono grave y burlón.
—¡Sí! —siseó _______, pero ya le palpitaba un punto en el cuello a causa de la turbadora proximidad de él.
—¿Y piensas que hacer el amor una vez al día es suficiente? —continuó Joe, con sus ojos dorados brillantes y enigmáticos, y una controlada indiferencia en sus torvas facciones.
—¡Es demasiado!
—Crees que no disfrutarías, ¿verdad?
—¡Sé que no!
Ya sus sentidos estaban desmintiendo su negativa.
Él la atrajo más retorciéndole la muñeca. Las piernas de ________ rozaron un muslo musculoso. La presión sobre su muñeca la obligó a inclinarse para reducir el dolor. _______ trató de ignorar el quemante contacto.
Quedó sin aliento cuando la mirada de él bajó de la cara a los pechos, contenidos por la tensa tela de la blusa y el nudo que cerraba la delantera. Él llevó su mano libre a la V que separaba los pechos.
________ sintió que por sus venas corría un fuego salvaje cuando los dedos delgados de él se deslizaron dentro de la blusa y apartaron la tela para dejar expuesto uno de los pechos.
Cuando le besó el rosado pezón, ________ ahogó una exclamación de protesta y deleite. Cerró con fuerza los ojos y trató de ignorar la forma en que él le lamía el pezón hasta dejarlo duro como un guijarro.
Era una tortura exquisita resistirse a las excitantes caricias de él. _______ logró no ceder a las oleadas de deseo que agitaban sus sentidos, hasta que la mano de él se deslizó sobre su vientre hasta llegar entre sus muslos.
Sintió que las rodillas le temblaban y supo que estaba perdida. Como una persona que se está ahogando, ________ sucumbió y se dejó arrastrar hasta el regazo de él. Joe la desvistió con deliberada lentitud antes de llevarla al dormitorio, con las manos de ella alrededor de su cuello y sin dejar de besarla en la boca, como a una cautiva voluntaria.
Fue un ciclo de seducción que se repitió durante las siguientes dos semanas, con cambios de obertura, escenario y diálogos. _______ seguía tratando de controlar sus sentidos, a veces reprimiendo y sujetando sus traidores deseos por un rato, pero siempre parecía que inevitablemente, Joe obtenía la respuesta que buscaba.
Cada ensayo de la escena mejoraba el clímax final, dejando a ________ con poco que aferrarse fuera de su orgullo. Todo lo demás, Joe lo había tomado poco a poco.
Su vida antes de ser traída al cañón parecía tan lejana como si nunca hubiera existido. A menudo, ________ despertaba en el fresco de la noche de la montaña y se encontraba acurrucada contra Joe, aprovechando el calor del cuerpo de él.
En esos momentos de entresuelo parecía muy natural estar acostada junto a él. Era como si nunca hubiera dormido sola.
________ se movió inquieta en el catre, disgustada con los pensamientos que habían turbado su sueño. Una mano le tocó el brazo y ella se apartó, pues su orgullo necesitaba afirmarse.
—No —protestó de mala gana ante el ligero contacto con Joe y el pedido que creyó que ello significaba.
—Esta mañana no tengo tiempo de cambiar eso en “Sí.” —Su voz grave, con leve acento mexicano, perezosa y divertida, sonó como si él confiase en su capacidad de cambiar la respuesta si así lo quería—. Ven. Tienes que despertarte y vestirte.
_______ abrió los ojos. La llama de una lámpara proyectaba un círculo de luz en el centro de la habitación, pero a través de la ventana encortinada, ella pudo ver que el cielo todavía estaba negro. Confundida, miró a Joe, completamente vestido, sentado en el borde de la cama y poniéndose las botas.
Asegurándose de que la manta todavía cubría su desnudez, _______ se incorporó sobre un codo.
—Aún no es de día.
Él la miró rápidamente.
—Pronto lo será. —Tiró de la otra bota—. Consuelo está preparando el desayuno.
_______ escuchó y oyó sonidos que confirmaban que había alguien más en la casa.
—¿Pero por qué tan temprano? —insistió.
Joe se puso de pie y la miró.
—Me marcho con las primeras luces.
—¿Te marchas? —La declaración tomó a ________ por sorpresa. Se sentó sobre la cama cubriéndose con la manta—. Anoche no dijiste nada sobre tu partida. ¿Adónde vas? ¿Por qué?
La boca de él se crispó en una expresión cínica y divertida.
—¿Adónde vas? ¿Qué vas a hacer? ¿Cuándo regresarás? —Joe se burló de la andanada de preguntas—. Pareces una esposa interrogando al marido. No me había dado cuenta de que te preocupaba tanto dónde iba y qué hacía yo.
________ lamentó inmediatamente sus impulsivas preguntas.
—¡No me importa lo que hagas! —estalló y puso sus pies a un lado de la cama.
—Eso suena más como de mi leona. —Rió suavemente—. Arañando y rugiendo cuando no está ronroneando en mis brazos.
_______ arrancó la manta del extremo de la cama, se envolvió con ella y caminó tiesamente hasta el tocador. La manta caía en la espalda casi hasta la cintura y su pelo flojamente ondulado y descolorido por el sol le cubría la parte superior de los omóplatos. Cuando tomaba su blusa y sus pantalones, oyó a Joe que se acercaba por detrás.
—¿Por qué insistes en cubrirte con esa manta? —murmuró él. -¿Crees que ya no conozco cada centímetro de ti?
—No tengo ningún deseo de desfilar desnuda delante de ti —dijo ________, y se puso tensa cuando él le apoyó las manos en los hombros.
Él levantó el pelo de la nuca de ella para que la calidez de su boca pudiera explorar el área más sensible del cuello. _______ se sintió derretir bajo esa turbadora caricia, pero supo que sus defensas no durarían si no lo distraía inmediatamente.
—Supongo que te marchas para sacar a algún criminal de la cárcel —dijo con el tono duro de una acusación.
Consiguió su objetivo, porque él levantó la cabeza y buscó con la mirada los ojos de ella reflejados en el espejo cuadrado que colgaba sobre el tocador.
—¿Por qué dices eso? —preguntó con voz casi demasiado blanda.
—Laredo me dijo que eso es lo que haces —repuso ella, preguntándose si debía confesar que lo sabía—. Supongo que llegaran allí cargando con los caballos y tomaran a los guardias por sorpresa.
—Los caballos nos sirven para entrar y salir de las montañas… nada más. —Joe se apartó un poco—. Fuera de las sierras, debemos usar otro medio de transporte.
________ notó que él no había admitido ni negado que su destino era una prisión.
—¿Es allí donde van? —preguntó otra vez.
Él la miró un momento de soslayo.
—Iremos a ver si es posible, y si lo es, cuando es el mejor momento para hacerlo. Estaremos ausentes tres días, cuatro como máximo.
—¿Qué van a hacer conmigo durante tu ausencia? —preguntó ella con cautelosa indiferencia—. ¿Van a encerrarme en una habitación y poner un guardia en la puerta?
—¿Es eso necesario? —preguntó Joe.
—No lo sé. —________ se encogió de hombros—. ¿Tú lo crees necesario?
Él apretó la boca ante la evasiva de ella.
—Consuelo vendrá todos los días a cocinar para ti. Tú puedes salir de la casa sólo con Juan. Él será responsable de ti. He dejado órdenes de que si cruzas la puerta deben detenerte, a menos que Juan esté contigo. Siempre habrá alguien de guardia, esté o no esté Juan aquí —terminó él, en tono cortante y autoritario.
—¿Lo que estás diciendo es que no confías en mí?
—Correcto —admitió Joe fríamente—. No confío en ti. —Giró suavemente sobre sus talones y salió al pasillo—. Vístete, así podemos tomar el desayuno que ha preparado Consuelo.
—No tengo hambre —murmuró ella con obstinación.
Joe se detuvo en la puerta con una cínica expresión de burla en la boca que acentuaba los surcos cavados a los costados.
—Pobre _______. ¿Afilarás tus zarpas durante mi ausencia? Quizá descubras que me echas de menos.
—¡Jamás! —siseó ella, como una gatita patéticamente vulnerable.
Hubo un brillo de hilaridad en los ojos dorados de él, antes que saliera al pasillo y dejara a ________ que se vistiera en privado.
~~~
La comida estaba sobre la mesa cuando ella entró en el área de la cocina. Joe no intentó hacer conversación y ________ comió en silencio.
Cuando ella empujó su plato a un lado, llegó el sonido de varios caballos que se acercaban al paso a la casa de adobe. El crujido del cuero de las sillas fue seguido del de la puerta principal al abrirse.
Laredo entró y se detuvo pocos pasos después de la puerta.
—Estamos listos.
Joe sostuvo un largo momento la mirada de ________, con la expresión inescrutable. Se levantó, fue hasta la puerta, se detuvo para recoger su poncho que colgaba de un gancho y se lo pasó sobre la cabeza. ________ lo miró en silencio ponerse el sombrero y tomar el rifle que estaba apoyado contra la pared.
—Tú vendrás afuera —ordenó él en tono frío, carente de emoción.
Fue la última orden de él que ella tendría que obedecer en los días siguientes. Se levantó para acompañarlo.
—Señora…
La voz queda de Consuelo la detuvo. ________ se volvió. La esposa de Juan se le cercó rápidamente, dijo algo en español y le ofreció un grueso rebozo. ________ aceptó el abrigo mexicano con una sonrisa de agradecimiento y se cubrió los hombros con él.
Joe estaba junto a la puerta aguardando que ella lo precediera. El bajo murmullo de voces se detuvo cuando salieron juntos de la casa. Había más personas que caballos reunidas en pequeños grupos.
Cinco caballos ensillados esperaban, con dos jinetes ya montados, Laredo y otro hombre. Los dos jinetes, además de Joe, estaban despidiéndose de sus familias.
Una mano firme tomó a ________ de un codo y la empujó hacia el caballo que sujetaba Juan. Por un momento, _______ creyó que Joe había decidido llevarla con él.
Joe la mantuvo a su lado mientras deslizaba su rifle en la funda. Después se volvió y la tomó del otro brazo. Ella se puso rígida.
—Esto es para los que se quedan —dijo él en voz baja, a fin de que sólo ella pudiera oírlo, en el mismo tono inexpresivo de antes—, a fin de que sepan que eres mi mujer y que hacerte daño a ti es hacérmelo a mí.
_______ no protestó cuando él la atrajo hacia su pecho. Automáticamente, levantó la cabeza y recibió en la boca los labios de él. Fue un beso duro, dulce, posesivo en su intensidad y breve en su duración.
Sus labios temblaron cuando él la soltó. Pero Joe no le soltó inmediatamente los brazos y la mantuvo contra la sólida muralla de su pecho mientras sus ojos entornados la miraban a la cara.
—Cuando yo me vaya tú te quedarás aquí con Juan y me verás alejarme. No entrarás a la casa hasta que los otros se vayan a sus hogares —ordenó.
_______ asintió con la cabeza, Joe la soltó y saltó ágilmente sobre su silla de montar. ________ retrocedió hasta quedar al lado de Juan mientras Joe se alejaba con su caballo. Los otros cuatro jinetes lo acompañaron sin ningún orden en especial. Laredo se tocó el sombrero como saludo de despedida y espoleó su caballo.
Un rojo amanecer coloreaba el cielo cuando los cinco jinetes dirigieron sus caballos hacia el paso que era la salida del cañón. ________ los miró alejarse, pero Joe ni una sola vez se volvió para ver si ella seguía allí.
Cada vez que Joe hablaba, reconocía inmediatamente el timbre grave de su voz. Cerró con fuerza los ojos tratando de ignorar lo vívidamente consciente que era de todo lo que a él concernía. Pero fue inútil.
Continuación...
Cuando la comida de la noche estuvo lista, preparada por la esposa de Juan, Joe llamó a _______. Los hombres se quedaron, rechazando la invitación a comer pero aceptando café de Consuelo. _________ apenas pudo probar su comida, demasiado penosamente consciente de los hombres que la miraban. Sintió las penetrantes miradas que le dirigía Joe pero no devolvió ninguna de ellas y mantuvo la cabeza inclinada sobre su plato.
Se hubiera retirado otra vez a su habitación pero Joe le ordenó que se quedara. Su orgullo casi la hizo rehusarse, pero comprendió que él no toleraría ningún desafío delante de sus hombres. Guardó silencio, ayudó a Consuelo a lavar los platos y después se sentó al lado de Joe.
La discusión, evidentemente, era sobre algo de importancia, considerando las expresiones serias de todos los presentes. Pero ________ no pudo entender ni una palabra. Joe tomó notas en un papel, pero también lo hizo en español.
Se bebieron dos jarras llenas de café y la luna estaba alta en el cielo nocturno cuando la reunión terminó y los hombres partieron. Laredo fue el último en marcharse pues se demoró unos minutos para hablar a solas con Joe; después dio las buenas noches a ________ y se fue. Mientras Joe revisaba sus notas, haciendo anotaciones adicionales en el margen, _______ recogió de la mesa los jarros de café.
Después trató de escabullirse en silencio de la habitación, deseando estar en cama y dormida antes de que viniera él. Pero fue detenida antes de que diera tres pasos hacia su destino.
—¿Adónde vas? —preguntó Joe, alzando la vista.
—A la cama. ¿Adónde si no? —respondió ________ a la defensiva.
—Espera —ordenó él—. Demoraré unos minutos.
—Estoy cansada y me gustaría dormir un poco. —No estaba dispuesta a obedecer sin discutir—. No veo ningún motivo para esperarte.
—No quisiera perturbar tu sueño más tarde.
El temperamento de ella estalló cuando leyó entre líneas la respuesta de él.
—¡Dios mío! —exclamó—. ¿No basta una vez al día para ti? ¿Tengo que soportarlo otra vez?
Usando una pata trasera como eje, él hizo girar su silla y la miró con ojos entornados. -
—Ven aquí. —El primer impulso de _______ fue ignorar la orden y salir de la habitación. Joe interpretó la causa de su momentánea indecisión y repitió sus palabras—. Ven aquí.
_______ clavó sus uñas en las palmas de las manos, caminó hasta la silla de él, rígida y desafiante, con cada nervio en tensión. Él la tomó de un brazo y la atrajo más hacia la silla.
—Soportas que te toque a duras penas, ¿verdad? —dijo en tono grave y burlón.
—¡Sí! —siseó _______, pero ya le palpitaba un punto en el cuello a causa de la turbadora proximidad de él.
—¿Y piensas que hacer el amor una vez al día es suficiente? —continuó Joe, con sus ojos dorados brillantes y enigmáticos, y una controlada indiferencia en sus torvas facciones.
—¡Es demasiado!
—Crees que no disfrutarías, ¿verdad?
—¡Sé que no!
Ya sus sentidos estaban desmintiendo su negativa.
Él la atrajo más retorciéndole la muñeca. Las piernas de ________ rozaron un muslo musculoso. La presión sobre su muñeca la obligó a inclinarse para reducir el dolor. _______ trató de ignorar el quemante contacto.
Quedó sin aliento cuando la mirada de él bajó de la cara a los pechos, contenidos por la tensa tela de la blusa y el nudo que cerraba la delantera. Él llevó su mano libre a la V que separaba los pechos.
________ sintió que por sus venas corría un fuego salvaje cuando los dedos delgados de él se deslizaron dentro de la blusa y apartaron la tela para dejar expuesto uno de los pechos.
Cuando le besó el rosado pezón, ________ ahogó una exclamación de protesta y deleite. Cerró con fuerza los ojos y trató de ignorar la forma en que él le lamía el pezón hasta dejarlo duro como un guijarro.
Era una tortura exquisita resistirse a las excitantes caricias de él. _______ logró no ceder a las oleadas de deseo que agitaban sus sentidos, hasta que la mano de él se deslizó sobre su vientre hasta llegar entre sus muslos.
Sintió que las rodillas le temblaban y supo que estaba perdida. Como una persona que se está ahogando, ________ sucumbió y se dejó arrastrar hasta el regazo de él. Joe la desvistió con deliberada lentitud antes de llevarla al dormitorio, con las manos de ella alrededor de su cuello y sin dejar de besarla en la boca, como a una cautiva voluntaria.
Fue un ciclo de seducción que se repitió durante las siguientes dos semanas, con cambios de obertura, escenario y diálogos. _______ seguía tratando de controlar sus sentidos, a veces reprimiendo y sujetando sus traidores deseos por un rato, pero siempre parecía que inevitablemente, Joe obtenía la respuesta que buscaba.
Cada ensayo de la escena mejoraba el clímax final, dejando a ________ con poco que aferrarse fuera de su orgullo. Todo lo demás, Joe lo había tomado poco a poco.
Su vida antes de ser traída al cañón parecía tan lejana como si nunca hubiera existido. A menudo, ________ despertaba en el fresco de la noche de la montaña y se encontraba acurrucada contra Joe, aprovechando el calor del cuerpo de él.
En esos momentos de entresuelo parecía muy natural estar acostada junto a él. Era como si nunca hubiera dormido sola.
________ se movió inquieta en el catre, disgustada con los pensamientos que habían turbado su sueño. Una mano le tocó el brazo y ella se apartó, pues su orgullo necesitaba afirmarse.
—No —protestó de mala gana ante el ligero contacto con Joe y el pedido que creyó que ello significaba.
—Esta mañana no tengo tiempo de cambiar eso en “Sí.” —Su voz grave, con leve acento mexicano, perezosa y divertida, sonó como si él confiase en su capacidad de cambiar la respuesta si así lo quería—. Ven. Tienes que despertarte y vestirte.
_______ abrió los ojos. La llama de una lámpara proyectaba un círculo de luz en el centro de la habitación, pero a través de la ventana encortinada, ella pudo ver que el cielo todavía estaba negro. Confundida, miró a Joe, completamente vestido, sentado en el borde de la cama y poniéndose las botas.
Asegurándose de que la manta todavía cubría su desnudez, _______ se incorporó sobre un codo.
—Aún no es de día.
Él la miró rápidamente.
—Pronto lo será. —Tiró de la otra bota—. Consuelo está preparando el desayuno.
_______ escuchó y oyó sonidos que confirmaban que había alguien más en la casa.
—¿Pero por qué tan temprano? —insistió.
Joe se puso de pie y la miró.
—Me marcho con las primeras luces.
—¿Te marchas? —La declaración tomó a ________ por sorpresa. Se sentó sobre la cama cubriéndose con la manta—. Anoche no dijiste nada sobre tu partida. ¿Adónde vas? ¿Por qué?
La boca de él se crispó en una expresión cínica y divertida.
—¿Adónde vas? ¿Qué vas a hacer? ¿Cuándo regresarás? —Joe se burló de la andanada de preguntas—. Pareces una esposa interrogando al marido. No me había dado cuenta de que te preocupaba tanto dónde iba y qué hacía yo.
________ lamentó inmediatamente sus impulsivas preguntas.
—¡No me importa lo que hagas! —estalló y puso sus pies a un lado de la cama.
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_______ arrancó la manta del extremo de la cama, se envolvió con ella y caminó tiesamente hasta el tocador. La manta caía en la espalda casi hasta la cintura y su pelo flojamente ondulado y descolorido por el sol le cubría la parte superior de los omóplatos. Cuando tomaba su blusa y sus pantalones, oyó a Joe que se acercaba por detrás.
—¿Por qué insistes en cubrirte con esa manta? —murmuró él. -¿Crees que ya no conozco cada centímetro de ti?
—No tengo ningún deseo de desfilar desnuda delante de ti —dijo ________, y se puso tensa cuando él le apoyó las manos en los hombros.
Él levantó el pelo de la nuca de ella para que la calidez de su boca pudiera explorar el área más sensible del cuello. _______ se sintió derretir bajo esa turbadora caricia, pero supo que sus defensas no durarían si no lo distraía inmediatamente.
—Supongo que te marchas para sacar a algún criminal de la cárcel —dijo con el tono duro de una acusación.
Consiguió su objetivo, porque él levantó la cabeza y buscó con la mirada los ojos de ella reflejados en el espejo cuadrado que colgaba sobre el tocador.
—¿Por qué dices eso? —preguntó con voz casi demasiado blanda.
—Laredo me dijo que eso es lo que haces —repuso ella, preguntándose si debía confesar que lo sabía—. Supongo que llegaran allí cargando con los caballos y tomaran a los guardias por sorpresa.
—Los caballos nos sirven para entrar y salir de las montañas… nada más. —Joe se apartó un poco—. Fuera de las sierras, debemos usar otro medio de transporte.
________ notó que él no había admitido ni negado que su destino era una prisión.
—¿Es allí donde van? —preguntó otra vez.
Él la miró un momento de soslayo.
—Iremos a ver si es posible, y si lo es, cuando es el mejor momento para hacerlo. Estaremos ausentes tres días, cuatro como máximo.
—¿Qué van a hacer conmigo durante tu ausencia? —preguntó ella con cautelosa indiferencia—. ¿Van a encerrarme en una habitación y poner un guardia en la puerta?
—¿Es eso necesario? —preguntó Joe.
—No lo sé. —________ se encogió de hombros—. ¿Tú lo crees necesario?
Él apretó la boca ante la evasiva de ella.
—Consuelo vendrá todos los días a cocinar para ti. Tú puedes salir de la casa sólo con Juan. Él será responsable de ti. He dejado órdenes de que si cruzas la puerta deben detenerte, a menos que Juan esté contigo. Siempre habrá alguien de guardia, esté o no esté Juan aquí —terminó él, en tono cortante y autoritario.
—¿Lo que estás diciendo es que no confías en mí?
—Correcto —admitió Joe fríamente—. No confío en ti. —Giró suavemente sobre sus talones y salió al pasillo—. Vístete, así podemos tomar el desayuno que ha preparado Consuelo.
—No tengo hambre —murmuró ella con obstinación.
Joe se detuvo en la puerta con una cínica expresión de burla en la boca que acentuaba los surcos cavados a los costados.
—Pobre _______. ¿Afilarás tus zarpas durante mi ausencia? Quizá descubras que me echas de menos.
—¡Jamás! —siseó ella, como una gatita patéticamente vulnerable.
Hubo un brillo de hilaridad en los ojos dorados de él, antes que saliera al pasillo y dejara a ________ que se vistiera en privado.
~~~
La comida estaba sobre la mesa cuando ella entró en el área de la cocina. Joe no intentó hacer conversación y ________ comió en silencio.
Cuando ella empujó su plato a un lado, llegó el sonido de varios caballos que se acercaban al paso a la casa de adobe. El crujido del cuero de las sillas fue seguido del de la puerta principal al abrirse.
Laredo entró y se detuvo pocos pasos después de la puerta.
—Estamos listos.
Joe sostuvo un largo momento la mirada de ________, con la expresión inescrutable. Se levantó, fue hasta la puerta, se detuvo para recoger su poncho que colgaba de un gancho y se lo pasó sobre la cabeza. ________ lo miró en silencio ponerse el sombrero y tomar el rifle que estaba apoyado contra la pared.
—Tú vendrás afuera —ordenó él en tono frío, carente de emoción.
Fue la última orden de él que ella tendría que obedecer en los días siguientes. Se levantó para acompañarlo.
—Señora…
La voz queda de Consuelo la detuvo. ________ se volvió. La esposa de Juan se le cercó rápidamente, dijo algo en español y le ofreció un grueso rebozo. ________ aceptó el abrigo mexicano con una sonrisa de agradecimiento y se cubrió los hombros con él.
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Cinco caballos ensillados esperaban, con dos jinetes ya montados, Laredo y otro hombre. Los dos jinetes, además de Joe, estaban despidiéndose de sus familias.
Una mano firme tomó a ________ de un codo y la empujó hacia el caballo que sujetaba Juan. Por un momento, _______ creyó que Joe había decidido llevarla con él.
Joe la mantuvo a su lado mientras deslizaba su rifle en la funda. Después se volvió y la tomó del otro brazo. Ella se puso rígida.
—Esto es para los que se quedan —dijo él en voz baja, a fin de que sólo ella pudiera oírlo, en el mismo tono inexpresivo de antes—, a fin de que sepan que eres mi mujer y que hacerte daño a ti es hacérmelo a mí.
_______ no protestó cuando él la atrajo hacia su pecho. Automáticamente, levantó la cabeza y recibió en la boca los labios de él. Fue un beso duro, dulce, posesivo en su intensidad y breve en su duración.
Sus labios temblaron cuando él la soltó. Pero Joe no le soltó inmediatamente los brazos y la mantuvo contra la sólida muralla de su pecho mientras sus ojos entornados la miraban a la cara.
—Cuando yo me vaya tú te quedarás aquí con Juan y me verás alejarme. No entrarás a la casa hasta que los otros se vayan a sus hogares —ordenó.
_______ asintió con la cabeza, Joe la soltó y saltó ágilmente sobre su silla de montar. ________ retrocedió hasta quedar al lado de Juan mientras Joe se alejaba con su caballo. Los otros cuatro jinetes lo acompañaron sin ningún orden en especial. Laredo se tocó el sombrero como saludo de despedida y espoleó su caballo.
Un rojo amanecer coloreaba el cielo cuando los cinco jinetes dirigieron sus caballos hacia el paso que era la salida del cañón. ________ los miró alejarse, pero Joe ni una sola vez se volvió para ver si ella seguía allí.
F l ♥ r e n c i a.
Re: ~Acercate al Viento~ (Joe & Tu)
Awwwwwww José! Que voy a hacer contigo hombreee???
:L:
Siguela Flooor!!
:L:
Siguela Flooor!!
ForJoeJonas
Re: ~Acercate al Viento~ (Joe & Tu)
que lindo! ame el capi!
jaja como todos los demas!!
y dedicado a mi jajaja
su be capi pronto!!!!!!!!!
jaja como todos los demas!!
y dedicado a mi jajaja
su be capi pronto!!!!!!!!!
StayMemiFaither
Re: ~Acercate al Viento~ (Joe & Tu)
Flooooor! Where are U honey!?
Quiero capi capi capi lalalaaaaa (entonando cancion)
Mira que le digo al vampiro Chou que o pase por tu casa esta noche... :fiu: Tú decides!
Quiero capi capi capi lalalaaaaa (entonando cancion)
Mira que le digo al vampiro Chou que o pase por tu casa esta noche... :fiu: Tú decides!
ForJoeJonas
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