~Acercate al Viento~ (Joe & Tu)

siguela!!!!!!!!!

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jajaja otra vez pase de pagina!
quiero capii!!
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waaaa siguelaaaaaaaaaaaaaaaaa...maraton :)

siguelaa :)

Hola!!!!!!!!!!!
Perdon por no haberme aparecido todo este tiempo es k con estas clases...
Pero, SIGUELAAAAAAAAAAAA!!!!!!!!!!!!

cappppppppppppppp

JAJAJAJA HOOOOLA CHICAS!
PERDON POR NO HABERLES SUBIDO CAP, ES QUE ESTOY ULTIMOS DIAS ESTUVE BASTANTE OCUPADA CON EL COLE Y CON MIS AMIGAS.
YAAAAA LES ESTOY PONIENDO CAP PORQUE MAÑANA NO VOY A ESTAR EN TODO EL DIA EN CASA.
GRACIAS POR SUS COMENTARIOS :D

Capítulo 15

La casita de adobe parecía muy desolada sin la presencia de Joe. En medio del silencio, ________ casi podía oír el eco de los latidos de su propio corazón. Se acercó a la ventana del frente, sintiéndose como un fantasma que arrastrara sus cadenas.
Afuera, el sol de la tarde empezaba a descender hacia los picos del oeste. Las horas de la mañana parecían muy lejanas. Si las horas del día pasaban con tanta lentitud, ¿cómo sería la noche? Cruzó apretadamente los brazos y cerró los ojos.

“Quizá me eches de menos”, le había dicho Joe en tono burlón.
“¡Jamás!”, había replicado ella.

Pero recordaba la dura fuerza de su cuerpo musculoso tendido junto a ella y las expertas caricias que le despertaban la carne, la sensación exquisita de esa boca exigente sobre sus labios.
Sobre todo, estaba ese momento sensual en que él la poseía. Un fuego salvaje ardía en sus riñones con los vívidos recuerdos de las sensaciones que él había provocado. Súbitamente, le dolió el corazón de deseos de verlo.
Lo había acusado de ser un animal, una bestia. ¿Pero acaso era ella mejor al desear las gratificaciones físicas que él le daba? ________ levantó una mano y se pasó por el pelo los dedos temblorosos. ¿Se había convertido en una ramera? ¿Encontraría un hombre que satisfaciera esta hambre de su carne?
Recordó la forma en que se habla sentido repugnada por las manos torpes de Brad y el bestial uso que hiciera de su cuerpo. Y el contacto de Laredo no parecía evocar ninguna sensación especial. Aparentemente, era Joe el único con este poder sobre sus sentidos. ¿Por qué? ¿Por qué? gritaba su mente, pero en realidad no quería saber la respuesta.

—Química física —racionalizó ________ en voz alta.

Suspirando hondamente, abrió los ojos. Su corazón cesó de latir y un miedo helado le paralizó los músculos. Fuera de la ventana, apoyado en un poste, estaba el hombre que había matado a Brad. Sus ojillos lascivos la miraban con fijeza. Había en su boca una laxitud casi estúpida.
Asustada y repugnada, ________ se apartó de la ventana. Hacía varios días que no lo veía. Pero allí estaba él, afuera, guardando la puerta… y vigilándola a ella.
________ se retiró al ángulo más alejado de la habitación. Sus piernas temblorosas buscaron el apoyo de una silla. Se sentó, aferrándose mentalmente a las palabras de Joe: ahora ella era su mujer. Nadie le pondría una mano encima y se arriesgaría a provocar la cólera de él.
Por primera vez, _______ pensó en lo que podría suceder si Joe no regresaba. Rezó fervientemente por su retorno rápido y a salvo. Cualquier pensamiento de escapar mientras él estuviera ausente desapareció de su mente. Un sexto sentido le dijo que el hombre de afuera, de algún modo, se enteraría de todos sus movimientos. En el interior de la casa, o con Juan, estaría a salvo y protegida. En cualquier otra parte estaría aguardando el asesino de Brad. Un golpe en la puerta la hizo saltar alarmada.

—¿Quién es? —preguntó con voz trémula. Trató de controlar sus nervios.
—Soy yo, Juan —respondió una voz familiar desde el otro lado de la puerta.

______ suspiró aliviada y soltó el aliento que había estado conteniendo inconscientemente.

—Entre —dijo con voz más firme que antes.

Juan entró, dejando la puerta abierta, como si lo exigieran así las convenciones.

—Pensé que quizá a la señora le gustaría salir a caballo —dijo en inglés con fuerte acento mexicano.

Su actitud era digna, sus modales corteses y respetuosos, como si fuera un anfitrión ansioso de entretener a su huésped.

—Sí, me gustaría —dijo ________, súbitamente deseosa, de escapar de la casa vacía y de la silenciosa amenaza del hombre que montaba guardia en el exterior.

La yegua roana estaba ensillada y esperándola, con las riendas atadas en un poste del techo del pórtico. _________ se acercó rápidamente al animal, ignorando al hombre de guardia, pero sintió que los ojos hambrientos del individuo no se apartaban de ella. Montó, esperó con impaciencia a Juan y no se sintió a salvo hasta que se alejaron de la casa y de la mirada lasciva del guardián.

—La señora cabalga como si el diablo estuviese persiguiéndola —comentó Juan cuando _________ puso por fin la yegua al paso, ya lejos de la casa.

________ vaciló un momento.

—El hombre que vigila la casa —dijo secamente—, el que también se llama Juan… no me gusta.
—Sí, comprendo —fue la única respuesta que recibió.

La cabalgata ayudó a relajar los nervios tensos de ________. La cabalgata y la tranquilizadora compañía de Juan. Lo sintió cuando el paseo terminó una hora más tarde, pero Juan prometió que volverían a salir al día siguiente. ________ supo que esperaría con ansias ese momento.

El tercer día de la ausencia de Joe, la casa resultaba deprimente. Cuando llegó Juan trayendo la yegua roana, ________ prácticamente saltó de la puerta. El guardia sujetó la cabeza de la yegua mientras ella montaba y ________ le agradeció con una sonrisa.
El hombre que había matado a Brad no había estado de guardia desde aquel primer día. Aunque no lo había pedido, ________ sintió que Juan era el responsable. Él sabía el violento disgusto que el hombre le inspiraba.
Durante las cabalgatas de las tardes, ella había llegado a admirar la cortesía y la serena dignidad de Juan; y su sonrisa, que siempre era amable. _______ ahora la devolvió mientras ponían sus caballos al galope. No redujeron la marcha hasta que cruzaron el prado del cañón.
________ palmeó el cuello arqueado de la yegua y se volvió para dejar que el viento le refrescase la cara.

—Es muy agradable estar fuera de la casa —declaró ________ con fervor—. A veces me parece que esas habitaciones vacías van a devorarme.
—Así me sucede a mí —dijo él con un movimiento de cabeza— cada vez que Consuelo deja nuestra casa para cocinar para ustedes. No se sentirá tan sola cuando regrese Joe.

El pulso de ella se aceleró al oír mencionar su nombre. Era una locura. Pero Juan no comprendería si ella negaba ese comentario. ________ sabía que lo echaba de menos y que deseaba que regresara a salvo.

—¿Cuánto tiempo hace que conoce a Joe? —preguntó.
—Mucho tiempo —repuso él, como si hubiera perdido la cuenta de los años.
—¿Cómo lo conoció?
—Yo cuidaba de los caballos de un gran rancho. Estaba muy bien —dijo él con orgullo—. Mi hermano estaba en la cárcel con otros tres por un asunto de drogas. Él me dijo que un hombre iba a hacerlos salir. Yo quise ayudar porque mi hermano estaba volviéndose loco en ese lugar. Esperé afuera para ayudar a mi hermano a escapar.

Mientras hablaba, había en sus ojos una expresión de lejanía. Su voz sonaba con un acento más fuerte cuando continuó.

—Hacía calor, era la hora de la siesta. Yo esperaba, pensando que este hombre no vendría porque todo estaba tan tranquilo. Entonces, de pronto, hubo ruido y gritos y enseguida gente corriendo. Vi a mi hermano y le grité que viniese conmigo. Él empezó a correr y alguien hizo fuego. Fue herido de gravedad y yo me lo llevé para ocultarlo. Un hombre me mostró dónde escondernos y allí quedé con mi hermano. Ese hombre volvió mucho, mucho más tarde y vio a mi hermano. Me dijo que no se podía hacer nada y que teníamos que dejarlo. Pero yo dije que no, que era mi hermano. El hombre me miró un largo momento y después dijo que alejara a mi hermano y me fuera con él. Fue así como conocí a Joe —concluyó Juan.
—¿Él lo trajo aquí? —preguntó _______.

Juan asintió con la cabeza.

—¿Qué le pasó a su hermano? ¿Vive?
—Sí.

Llevaron los caballos a la sombra de la pared sur del cañón. Adelante estaba el sendero hacia el paso y hacia la libertad. Lo miró y enseguida miró con curiosidad a Juan.

—¿Por qué usted se quedó aquí? No había hecho nada malo. No había ninguna razón para ocultarse.
—Mi hermanó estaba aquí —explicó él con amable paciencia—. Y más tarde, Joe trajo a nuestras familias. Él es un buen hombre. Este no es un lugar tan malo para vivir. Yo trabajo con los caballos. Hay comida para que coma mi familia y dinero para comprarles ropa. Mi país es pobre, señora, pero nosotros vivimos mejor, mucho mejor que muchos.
—¿Pero y sus hijos? Aquí no hay escuelas ningún lugar donde puedan aprender a leer y escribir —insistió _______—. Ellos ni siquiera pueden abandonar este lugar.
—Yo les enseño inglés a fin de que quizá puedan ir a América algún día. —_______ vió que él levantaba orgullosamente el mentón y comprendió que lo había ofendido al sugerir que no estaba haciendo lo mejor para su familia—. Es una cosa importante que tienen que aprender.
—Sí, claro que sí —admitió ________.

Juan apartó a su caballo del sendero que llevaba fuera del cañón y la yegua de _______ lo siguió. Cabalgaron en silencio hacia el borde oriental del cañón.

—¿Alguna vez usted va con ellos… con Joe? —preguntó _______.
—Sólo ocasionalmente —repuso él—. Pero es algo digno de verse. En un momento todo está silencioso después… —Juan chasqueó sus dedos— él está allí y enseguida ha desaparecido. Joe es como el viento —añadió a manera de explicación.

A _______ le vino a la memoria la explicación de Laredo, cuando él le dijo que Joe significaba un golpe de viento. ¿Entraría y saldría él tan rápidamente de la vida de ella?
Se sintió transida por una oleada de inquietud. Levantó la vista hacia las paredes del cañón y se preguntó cuánto tiempo él la retendría aquí como su cautiva, su esclava, su querida…
Tocó el flanco de la yegua con un talón y se adelantó a Juan. No quería hablar más, pues inevitablemente el tema de la conversación parecía ser siempre Joe. Él había dicho que estaría ausente tres o cuatro días. Éste era el tercero, posiblemente las últimas horas que podría pasara solas en mucho tiempo. Debería estar disfrutando de la ausencia de él.
Al pasar entre los árboles del lado norte del cañón, ________ recordó la vez que había cabalgado por allí con Joe. Junto al estanque alimentado por el manantial, su carne ardió con el recuerdo de la forma en que él le había hecho el amor en el agua. No podía escapar del recuerdo de él, como no podía escapar de su prisión custodiada por guardias armados.
Frustrada, _______ hizo volverse a la yegua para iniciar el regreso a la casa. Habían cabalgado hasta más allá del corral y estaban acercándose al mismo desde atrás, un camino que ________ no había hecho antes. Inesperadamente, el suelo se hundió en un grande y profundo agujero natural. En el centro había dos postes altos separados por poco más de un metro. _______ detuvo su yegua al borde del agujero y miró con curiosidad el centro de tierra roja.

—No había visto esto antes —murmuró. Miró a Juan con curiosidad y vio que él miraba el agujero con expresión seria—. ¿Qué es este lugar?
—Es para castigos.
—¿Castigos? —Arrugó el entrecejo—. ¿Qué quiere decir?
—Los que se comportan mal, los que no obedecen, son traídos aquí como castigo. —Puso su caballo a la par de la yegua—. Vamos. Sé que es necesario, pero no me gusta mirar este lugar.