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Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
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Huida Hacia el Pasado Nick y tu (TERMINADA)
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: Huida Hacia el Pasado Nick y tu (TERMINADA)
Capítulo Seis
Llegaba tarde. Nick miró el reloj por décima vez en veinte minutos. __tn había llamado a la habitación del motel y había quedado en encontrarse con él en el Pink's Steak House a las seis y media. Y eran casi las siete.
¿Dónde diablos estaba?
No era que estuviese preocupado. Liberty parecía un pueblo tranquilo y Nick había visto varios coches de policía aquella tarde. Además, como __tn le había dicho que iba a ir de compras a los almacenes más importantes del lugar, y estos quedaban en la misma calle del motel, no había motivos para preocuparse.
Aunque ella tenía el don de meterse en líos...
Volvió a mirar el reloj.
No estaba preocupado, ¡maldita sea!
Repiqueteó con los dedos en la mesa del restaurante poco iluminado. Una rosa en un florero de cristal adornaba el mantel de lino.
«Un lugar agradable», pensó.
Le había gustado ensuciarse las manos con grasa nuevamente. Había estado tan ocupado en las últimas semanas, que no había tenido tiempo de andar con el motor. Solía tranquilizarlo el trabajar con el coche, aliviar el estrés de un trabajo difícil o peligroso.
Pero ese día había estado demasiado distraído como para relajarse. Y todo por pensar en __tn .
No había dejado de imaginar escenas eróticas con ella... a pesar de estar debajo del coche lleno de grasa. ¿Cómo iba a hacer para aguantar tres o cuatro días más?
La camarera, una rubia atractiva, le sirvió una segunda cerveza.
La observó alejarse. Mujeres bonitas a su alrededor, con experiencia en el sexo contrario; mujeres con las que normalmente hubiera coqueteado en otra situación... Agitó la cabeza.
__tn no era el tipo de mujer por la que solía sentirse atraído. Era ingenua, inocente, conservadora...
¿Sexy?, se preguntó.
Casi se atragantó con el sorbo de cerveza al verla venir hacia él.
¡Dios santo! ¿Qué había hecho __tn ?
Su ajustada falda negra debería de haber sido ilegal en algunos estados. Aunque pasaba la rodilla, la abertura que tenía a un lado parecía ir de los pies al cuello. Llevaba los labios pintados de rojo, del mismo color que la blusa. Su cabello, normalmente liso, caía en rizos alrededor de su cara y por encima de los hombros.
Sus ojos estaban maquillados, y su piel brillaba.
Lo miró con mirada turbia al acercarse, mostrando toda la pierna en cada paso.
Un camarero que la vio pasar se chocó con una silla y casi tiró el contenido de la bandeja encima de un cliente.
Nick se dio cuenta de que el resto de los hombres del local también la miraban.
¿Qué quería hacer? ¿Causar un disturbio? Nick apretó el vaso cuando ella se sentó frente a él.
—Hola —lo saludó.
« ¿Hola?», pensó él. ¿Entraba en el restaurante como una diosa del sexo y lo único que decía era «hola?
Nick achicó los ojos. Aspiró su fragancia, a su pesar. ¡Maldición! Olía a sexy también.
—Siento llegar tarde. Me he retrasado haciendo las compras. Luego, he ido a la peluquería y les he pedido un cambio de look. ¿Qué te parece?
¿Que qué pensaba? Que le sería muy fácil meter la mano por esa abertura, llegar a su ropa interior, quitársela y estar dentro de ella en cuestión de según...
—Buenas noches —un camarero se acercó a ellos y miró a __tn —. Mi nombre es George y seré quien les sirva esta noche. ¿Puedo traerles algo de beber?
—Hola, George —dijo __tn —. Tal vez una copa de vino...
—Tenemos un chardonnay de la casa que es excelente —George sacó una lista de vinos de su bolsillo—. Y un pinot chileno de 1995 que estoy seguro de que les gustará.
—Algo más consistente —dijo __tn —. Y con cuerpo.
Cuando el camarero miró el pecho de __tn , Nick sintió un tic en el rabillo del ojo.
George pestañeó y tragó saliva visiblemente.
—¿Un merlot o un cavernet?
—Escoja usted —dijo __tn con una sonrisa.
—Gracias —el camarero se puso colorado. Luego carraspeó—. Sí, lo haré. Quiero decir, elegiré algo bueno.
Nick decidió que si el hombre seguía mirando a __tn de aquel modo le haría tragar sus dientes.
Cuando el camarero se marchó, Nick la miró achicando los ojos y dijo:
—Creí que ibas a comprar antigüedades hoy.
—Cambié de opinión. Fue una de esas cosas que decides por impulso.
Nick miró su cara para no mirar sus pechos asomados al escote, por encima de un sujetador de encaje negro.
—Era parte de tu plan, no tener plan.
—Exactamente.
George llevó el vino, pero desapareció enseguida después de que Nick lo mirase con cara de asesino.
__tn levantó la copa y bebió.
—Debes de tener hambre. ¿Qué hay de bueno en la carta?
Lo bueno estaba fuera de la carta, pensó Nick . La hubiera devorado entera. Se excitaba con solo ver el contacto de sus labios con el borde de la copa. Siempre había sido un hombre capaz de controlar sus instintos, y lo molestaba que __tn lo descontrolase.
Decidido a que todos los hombres del local supieran que ella no estaba al alcance de nadie, Nick miró alrededor. Varios hombres bajaron la cabeza cuando vieron su gesto de malhumor. Satisfecho, Nick volvió a sumergirse en la lectura de la carta.
__tn miró a Nick . Pensó decirle que la carta estaba al revés, pero su cara de perro guardián se lo desaconsejó. ¡Dios! ¡Tenía un humor de perro, realmente!
No era la reacción que había esperado.
El camarero volvió y pidieron la comida. Luego, Nick se excusó y fue al aseo.
__tn bebió vino. Estaba decepcionada. Había aguantado horas en la peluquería para que la peinasen y la maquillasen, ¡y encima se iba a agarrar una pulmonía con aquella abertura de la falda! ¡Todo para nada! Si alguna vez había estado agradecida a su educación y entrenamiento en la buena compostura había sido aquel día. Se había sorprendido de poder caminar con aquellos zapatos y aquel atuendo, con la frente alta y sin caerse.
Lo que antes le había parecido un valiente plan para atraer a Nick ahora le parecía una estupidez.
Tina le había aconsejado la ropa, y la peluquera, cuando le había dicho que quería estar muy sexy, la había agarrado por su cuenta.
Él selecto salón de belleza y peluquería al que ella solía ir servía menta helada y ponía música de Beethoven. En cambio, la peluquería en la que acababa de estar era ruidosa e incómoda, y un lugar donde no se hablaba más que de cotillees.
Había habido una discusión acerca de su atuendo. No todas opinaban lo mismo de su ropa. Pero al final habían estado de acuerdo en que era ideal para atraer al más rudo y masculino de los hombres.
Pero no había resultado. Sin embargo, cuando había entrado al restaurante, hubiera jurado que él la había mirado con deseo, con abierta lascivia. Pero luego, cuando se sentó frente a él, se había mostrado terriblemente malhumorado.
Tal vez debiera darle algo más de tiempo. Quizá estuviera pensando en el arreglo del coche... Al fin y al cabo, ella había tardado veinticinco años en seducir a un hombre. Podría esperar unos minutos más antes de... echársele encima.
Evidentemente había sido demasiado sutil. Las mujeres que sabían lo que querían eran más directas. Se abrió otro botón del escote y se acomodó la blusa para que se viera el borde del sujetador de encaje negro. Si necesitaba que fuera directa, lo haría.
Él llegó cuando trajeron la comida. Ella notó su paso inseguro cuando la divisó. Luego, se sentó a la mesa y revolvió la comida.
Ella mordió el pollo.
—Está muy tierno... —dijo—. ¿Quieres probar?
—No, gracias.
—¿Estás seguro? —tomó otro bocado y suspiró de placer—. ¡No sabes lo que te estás perdiendo!
—Bien, lo probaré —respondió él, tenso.
Ella sonrió y le ofreció un bocado. Su corazón se detuvo cuando él cerró la boca alrededor del tenedor.
Fue lo más erótico que había experimentado en su vida. Su corazón empezó a acelerarse.
Y estaba segura de que también había provocado una reacción en Nick ; la que ella quería.
—¿Qué opinas? —preguntó __tn , sorprendida de que le hubiera salido la voz.
Él la miró interminablemente. Se encogió de hombros.
—Está bien.
—¿Solo eso?
—Tal vez un poco más que bien. ¡Qué duro era!, pensó ella. ¿Qué tenía que hacer? ¿Quitarse la ropa?
—Gracias por venir a cenar conmigo, Nick —forzó una sonrisa—. Pero si me disculpas, estoy un poco cansada. Creo que regresaré al motel.
El apartó su plato, pero __tn agitó la cabeza.
—Sigue con la cena. Termina la comida. Te veré por la mañana.
—Pediré...
—No te preocupes por mí —se levantó del asiento—. Puedo volver sola. Tómate tu tiempo.
Se marchó deprisa. No le temblaron las rodillas como al entrar. Sorprendentemente, se sentía cómoda en su propia piel.
Estaba en la entrada del restaurante cuando oyó la voz de una mujer llamándola. Era Bridgette, la peluquera, que la estaba saludando con la mano desde un rincón oscuro del salón reservado. Estaba con un grupo de hombres y mujeres.
Dudó un momento. Una opción podía ser ir al motel, ponerse el pijama y mirar la televisión; otra, pasar la noche con Bridgette y sus amigos.
__tn sonrió y se dirigió hacia el salón reservado.
¿Dónde diablos estaba __tn ?
Nick no dejaba de caminar de su habitación a la habitación de __tn . El restaurante estaba a pasos del motel, así que no podía haberse equivocado de camino.
¡Maldición! ¿Y si alguien la había seguido y la había asaltado? Con el aspecto que llevaba no era difícil que hubiera provocado algún incidente, e incluso algún accidente de tráfico.
No era que no le hubiera gustado cómo estaba. Tendría que haber estado muerto para no apreciar la sensualidad que emanaba de ella.
Pero no comprendía el motivo por el que había cambiado su aspecto tan radicalmente. ¿A quién querría impresionar en aquel pequeño pueblo?
De pronto se le ocurrió dónde podría encontrarla.
—Y los niños dijeron: «No hay problema. Hillary agarró mi mochila».
La gente rió la broma de Bridgette. __tn también. Estaban contando chistes, y lo que había comenzado como una reunión de un grupo pequeño se había duplicado. Los que se iban agregando contribuían contando otro chiste, algunos subidos de tono.
Se había sentido bien con los amigos de Bridgette, después de sufrir la indiferencia de Nick . Un par de hombres habían demostrado interés por ella, pero si bien aquello le había servido para aumentar su autoestima, no le habían interesado.
Solo tenía a un hombre en su mente. Quería estar con un solo hombre.
Y había fallado en atraerlo, aun cambiando por completo su aspecto.
De ahora en adelante, dejaría que su corazón le dictase quién era ella. No se dejaría influir por nadie. Y menos por un detective privado de Nueva Jersey.
El novio de Bridgette estaba contando un chiste. __tn bebió el cóctel que Bridgette le había recomendado. No solía tomar alcohol, pero tal vez no le viniera mal estar un poco alegre para sacarse a Nick de la cabeza.
Vio que una banda se instaló a un lado del salón. ¿Y si bailaba un poco?
No. Suspiró y dejó la copa en la mesa. Si bebía, se arrepentiría más tarde. Y no quería arrepentirse de nada. Cometería errores para aprender de ellos. Pero no haría tonterías de las que no estuviera convencida.
La banda anunció que tocarían en unos minutos. El hermano de Pete, el novio de Bridgette, le ofreció pedirle otra copa. __tn le dijo que no amablemente.
No quería crear falsas expectativas en el muchacho.
Estaba decidida a volver sola a la habitación del motel. Al menos allí sabría que Nick estaría en la habitación de al lado.
—¡Mira eso! —exclamó Julie, la hermana de Bridgette.
__tn se dio la vuelta hacia la entrada del salón.
Nick estaba allí, mirando exhaustivamente el salón.
¿Qué estaría haciendo allí?
No tenía ni idea, pero a lo que no estaba dispuesta era a sufrir otra humillación de su parte.
__tn le dio la espalda con la esperanza de que no la viera.
—Viene en esta dirección —dijo Julie—. Recuerda, yo lo vi primero —agregó.
«¡Maldita sea!», pensó __tn . ¡No permitiría que le diera un sermón delante de aquella gente!
—¡__tn ! —Nick se acercó a ella, le puso las manos en los hombros y la hizo ponerse de pie—. ¡Te he encontrado, gracias a Dios!
Todos lo miraron.
Nick tiró de ella y la abrazó.
—¡Cariño, he estado tan preocupado! —acarició su cabeza y la apoyó en su pecho—. ¡El pequeño Jake ha estado preguntando por su mamá todo el tiempo, y no deja de llorar!
« ¿El pequeño Jake?», pensó ella. ¿De qué diablos estaba hablando?
Intentó soltarse, pero no pudo.
—¿Quién diablos eres tú? —preguntó, Steve, uno del grupo.
—Su marido —Nick la abrazó más fuerte cuando respondió.
Steve se volvió a sentar.
—No nos ha dicho que tuviera marido —Bridgette lo miró con desconfianza—. Solo que viajaba a Texas con un muchacho.
—Vamos a ver a un especialista en neurología, por cierto desarreglo en la memoria —dijo Nick —. Cuando toma las medicinas lo controla, pero si se le olvida... —agitó la cabeza con pesar—. Bueno, se olvida de cosas.
__tn , indignada, intentó soltarse, en vano.
—¿Se olvida de que tiene un marido e hijos?
—preguntó Julie, sin poder creerlo.
—Nick , por el amor de Dios, ¿quieres dejar...?—dijo __tn cuando pudo levantar un poco la cabeza.
Él apretó su cabeza contra su pecho otra vez.
—Se nos ha roto el coche, y yo tenía que ir al taller. Me he llevado a los niños conmigo, y como no hemos vuelto enseguida, se ve que __tn empezó a confundirse. __tn , cariño, he estado muy preocupado...
Ella tomó aliento para maldecirlo, pero en aquel momento él la besó. Y ella no tuvo más remedio que ceder.
Le dio igual saber que lo único que quería lograr Nick era acallarla, y que los estuvieran mirando todos... Lo único que le importó fue el calor de aquel beso, la humedad de su lengua...
Se le aceleró el pulso, se excitó de arriba abajo, y se aferró a sus brazos.
« ¡Maldita sea!», pensó __tn .
Suavemente, movió su pie. Lo pisó y le clavó el tacón de aguja en medio del zapato. Nick se apartó de ella, con gesto de dolor.
—Nick , cariño, ahora lo recuerdo —le acarició la mejilla dulcemente—. Enfermé cuando perdiste el trabajo en la planta de fertilizantes...
—Sí —dijo él apretando los dientes—. Será mejor que volvamos con los niños, por si se despiertan.
—¡Y encima, la explosión en la planta de fuegos artificiales! —__tn miró a la audiencia y susurró—: ¿A que no se le nota que tiene un ojo de cristal?
—En absoluto —dijo Julie, con la boca abierta—. ¿Cuál?
—El derecho —dijo Christie, achicando los ojos mientras observaba a Nick .
La mano de Nick apretó más el brazo de __tn .
—Debemos marcharnos, cariño, de verdad.
—Por supuesto —__tn recogió su bolso e intentó no reírse de la cara de pena de los asistentes al despedirse.
Nick la sacó prácticamente a rastras.
La noche estaba fresca y con olor a barbacoa que salía del restaurante.
Ella intentó soltarse, pero él no la dejó.
—¡Suéltame!
—No.
—¿Cómo te atreves a decirme que no? ¿Estás loco?
—Evidentemente.
Cuando ella se soltó, él la levantó y la llevó encima del hombro.
—¡Bájame inmediatamente!
—No.
—¡Estás despedido! ¡Fuera de servicio! No quiero volver a...
Cuando Nick llegó al motel la bajó.
—...a verte —terminó de decir ella—. Estás loco. Eres un perturbado. Un chiflado... Un...
—¿Quieres callarte de una vez? —Nick tiró de ella y la abrazó. Y entonces la besó.
ElitzJb
Re: Huida Hacia el Pasado Nick y tu (TERMINADA)
yyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyy
quuueee paaasoo despuuueeessss!!!!!
porfiiss pon otrooooo
quuueee paaasoo despuuueeessss!!!!!
porfiiss pon otrooooo
chelis
Re: Huida Hacia el Pasado Nick y tu (TERMINADA)
aahhh que perversa eres!! como puedes dejarnos ahi?!!
nonon la rayis esta ciega? no se dio cuenta de como dejo a Nick!!
y Nick haha los niños y que estaba enferma!!
y luego ella con lo del ojo de cristal? hahaha moriiii
pero al final ahhh sii mori en serio!!!
siguela plis!!!!!!!!
nonon la rayis esta ciega? no se dio cuenta de como dejo a Nick!!
y Nick haha los niños y que estaba enferma!!
y luego ella con lo del ojo de cristal? hahaha moriiii
pero al final ahhh sii mori en serio!!!
siguela plis!!!!!!!!
DanieladeJonas
Re: Huida Hacia el Pasado Nick y tu (TERMINADA)
wow enserio la dejas ahi!!!
ahhhh
siguelaaaaaaaaaaaaa
ahhhh
siguelaaaaaaaaaaaaa
jamileth
Re: Huida Hacia el Pasado Nick y tu (TERMINADA)
gracias x sus comentarios chicas ya disfruten del capitulo
1/2
Capítulo Siete
Si hubiera podido, se habría defendido del placer que le causó el beso de Nick . Pero no había podido. Lo único que había podido hacer había sido sentir.
Lo había abrazado y había entrelazado sus dedos en su pelo. Su cuerpo había cobrado vida al sentirlo. Todas sus terminaciones nerviosas habían sucumbido al placer de aquel beso.
Nick dejó de besarle los labios y la boca para besar su cuello. Ella se movió a un lado para ofrecerle más, y gimió de placer.
—¿Qué estabas diciendo? —preguntó él, mordiendo el lóbulo de su oreja.
—Tú estás... terriblemente perturbado —dijo ella con la respiración agitada.
—Muy perturbado —respondió él mordisqueando su cuello.
—Demente —ella acarició su pelo.
—Totalmente...
__tn sintió el empuje de su excitación contra su cuerpo.
—Desequilibrado.
—Completamente —él abrió la puerta y entró con ella en la habitación.
La lámpara de la mesilla proyectaba sombras en la alfombra. Había olor a fragancia de limón.
Nick la besó apasionadamente. Ella se estremeció de deseo. Se puso de puntillas y se internó en su beso.
La había besado antes, pero aquello era diferente. Era un beso sin control.
Era pura pasión.
Ella se moría de felicidad.
Cuando él se apartó y la dejó de pie allí, ella abrió los ojos, temiendo que él se hubiera arrepentido. Lo vio acercarse a la ventana y cerrar las cortinas. Luego volvió y la abrazó. Entreabrió sus labios y volvió a besarla, internando su lengua. Ella abrió su boca para él y sintió la sangre golpeando en sus venas.
Se movieron juntos hacia la cama.
La besó más suavemente, demorándose en la comisura de sus labios, explorándola con detenimiento. Acarició su cabello con una mano y deslizó la otra por la abertura de la falda. Ella tembló.
—He querido hacer esto desde el primer momento en que te vi en el restaurante —dijo él con voz sensual, acariciando su muslo.
Ella no pudo preguntarle por qué no lo había hecho. Estaba mareada, excitada...
Nick agarró su trasero, la atrajo hacia él y le hizo notar su excitación varonil a través de los vaqueros. Y ella ya no pudo pensar en nada.
Se puso de puntillas, se apretó contra él y luego se fue bajando hacia la cama.
El gimió.
—__tn —dijo él con voz entrecortada—. ¿Estás segura de esto?
—Sí.
—Mírame —él le tomó la cara con las manos—. ¿No tienes dudas?
—No —ella puso sus manos en su pecho viril.
—Bien.
Las rodillas de __tn chocaron contra el borde de la cama y se cayó hacia atrás.
Nick besó su cuello, volvió a acariciar su muslo por la abertura. Ella alzó sus caderas. Él abrió la cremallera y le quitó la prenda.
Ella se agachó para quitarse los zapatos, pero él le sujetó la mano y la dejó encima de la cama.
—Déjatelos un momento. Quiero mirarte.
__tn se puso colorada. Pero la mirada de Nick recorriéndola, desde la ropa interior negra de encaje, pasando por sus piernas, hasta llegar a sus zapatos de tacón, la excitó más aún.
Cuando Nick siguió el mismo camino con la mano, acariciándola de arriba abajo, su corazón se estremeció.
__tn cerró los ojos, echó la cabeza hacia atrás y se entregó al placer de los dedos de Nick en su piel. Su cuerpo se incendió de deseo. Dejó caer los zapatos. Nick le acarició las piernas. Dudó en el borde de su ropa interior, tocó tímidamente la prenda con la punta de los dedos. __tn contuvo la respiración, con el corazón saliéndosele del pecho; sintió que él le empezaba a desabrochar la blusa. Cuando la abrió, Nick le tocó el vientre desnudo. Ella se estremeció al sentir su mano.
—Eres tan lisa y suave... —dijo él con voz de deseo.
A partir de entonces, fue una sensación tras otra. El aroma de un hombre y una mujer, un festival de textura y color.
Luego, Nick tomó sus pechos. Ella se movió para sentirlo más. Él respiró agitadamente al sentir la suavidad de su piel. Ella sintió un fuego entre las piernas, una presión ardiente que pedía liberación. Quería más, se moría por sentirlo dentro.
Cuando fue a desabrocharle la camisa, él le sonrió y le dijo:
—Todavía no.
Nick sabía que perdería totalmente el control si no intentaba ir más despacio. Quería tomarse su tiempo, aunque no sabía si podría hacerlo.
Y menos oyendo esos gemidos de deseo de __tn , y el modo en que su cuerpo le pedía entregarse a él.
Cuando ella empezó a deslizar la mano hacia la cremallera de sus vaqueros, él le tomó la muñeca y la alzó hacia su cabeza. Luego, le tomó la otra muñeca y también la subió a la altura de su cabeza. Si ella lo tocaba se terminaría todo en un momento.
Y él quería más.
Con la mano libre abrió el cierre que el sujetador tenía por delante y sus pechos quedaron al descubierto.
Era perfecta. Sus pechos eran grandes y firmes, su piel suave y delicada como el pétalo de una rosa. Su respiración subía y bajaba sus pechos. Él sintió un fuego en su interior.
La deseaba como jamás había deseado a ninguna mujer.
Besó su pezón delicadamente, lo succionó con suavidad. Ella se arqueó de placer y gimió. Él mordió más, le mordió los pezones y sintió como estos se ponían más duros.
Y él también se puso más duro.
Pero intentó concentrarse en __tn , saborear su dulzura. Ella gimió profundamente, se movió con inquietud. El pasó de un pecho a otro, acariciándolos primero con el pulgar, luego succionando su néctar.
—Nick , por favor... —dijo __tn .
—Todavía no —murmuró él.
Él soltó sus manos y se movió hacia su vientre. Ella hundió sus dedos en el cabello de Nick . Él no sabía si quería tirar de él hacia arriba o sujetarlo firmemente donde estaba. Le daba igual.
Deslizó sus manos por sus caderas y besó suavemente su vientre, explorando cada curva, cada valle con su lengua. Luego se deslizó más abajo.
Sintió cómo el cuerpo de __tn se tensaba, temblaba de deseo. Besó el borde de sus braguitas, luego se las bajó y se las quitó. La acarició con las manos y con la boca en el espacio que enmarcaban sus caderas. Luego siguió bajando.
Ella se derritió de expectación. Cuando él se internó en la dulzura de su cuerpo con la punta de la lengua, la respiración que ella había estado conteniendo salió en forma de un profundo gemido. Él la acarició, le hizo el amor con la boca. Sin importarle nada, ella alzó las caderas, agitó la cabeza de lado a lado y gimió.
—Nick ! —se retorció debajo de él con un gemido—. Ahora, por favor...
—Sí —él se movió rápidamente, porque sabía que no podría aguantar mucho más.
Prácticamente se arrancó la camisa y el resto de la ropa. Se arrodilló con las piernas abiertas, sujetó las caderas de __tn , y luego entró en ella con fuerza y rapidez.
La oyó gritar y dudó, pero cuando ella lo envolvió con sus piernas y sus brazos y se movió con él, ya no pudo pensar más. Penetró el caliente y apretado terciopelo de su cuerpo, y se entregó a la sensación. Jamás había sentido algo tan intenso, tan perfecto.
Ella lo acompañó con sus movimientos, empuje tras empuje, le clavó las uñas en la espalda desesperadamente.
Él sintió que ella llegaba al orgasmo en una violenta oleada de calor y placer. Sintió que se aferraba a su cuello firmemente.
Y él se dejó ir también. Gimió cuando su cuerpo por fin se alivió. Entró en __tn profundamente, estremeciéndose, y llegó a la cima del placer con ella.
Fue increíble.
Entrelazados sus cuerpos, ambos yacieron en la cama.
__tn esperó a que su corazón se calmara y que su respiración volviera a la normalidad. La piel de Nick estaba húmeda, su respiración agitada, irregular, como la suya.
—¡Maldita sea! —murmuró Nick . Ella sonrió, pensando que la maldición era un cumplido.
—No te quité la blusa, y la verdad era que quería hacerlo —se quejó Nick .
Nick tiró de ella, la apretó contra él, acarició su cabello, se lo apartó de la cara y le dio un beso en la sien. Hubo un silencio, y luego Nick habló:
—Podrías habérmelo dicho, __tn .
—¿Que era virgen? —ella tenía la mano en el pecho de Nick . Sentía el laudo de su corazón.
—No. Que tenías una peca en medio de la espalda.
—Pensaba...
—¡Por Dios, __tn ! Estoy bromeando —volvió a estrecharla en sus brazos—. Sí, que eras virgen.
—Tenía miedo de que no... De que no me desearas...
—Cariño, créeme, eso es de lo que menos te tienes que preocupar.
—Entonces, ¿no te habría importado? ¿No habría sido un motivo más para apartarte de mí?
—Tal vez. Pero tarde o temprano esto habría sucedido, aunque lo hubiera sabido. Un día más contigo en el coche y creo que te hubiera arrastrado al asiento trasero y te hubiera hecho mía allí mismo.
La sola imagen de aquello la excitaba.
—¿De verdad?
—De verdad. Cuando entraste en el restaurante esta noche, casi me trago la lengua.
Ella se sintió orgullosa, y le acarició los musculosos brazos.
—Yo quería llamar tu atención y atraerte. Él suspiró y se giró, poniéndose boca arriba. Luego tiró de ella y la colocó encima.
—No hacía falta que cambiases nada para llamar mi atención. Tuviste toda mi atención desde el mismo momento en que te vi salir de aquella tienda de trajes de novia.
—¿De la tienda de novias? —preguntó ella sorprendida—. Pero yo estaba comprometida, prácticamente casada. Tú no me conocías.
—Prácticamente casada no es casada. Y tú no eres tan ingenua, __tn , como para pensar que un hombre necesita conocer a una mujer para fantasear con llevarla a la cama.
Ella se sorprendió de su afirmación. Sintió cosquillas en el estómago.
—No, supongo que no. Aunque no conozco a muchos hombres, y Zac era... Bueno, creo que era un poco conservador. Él pensaba que debíamos esperar hasta que estuviéramos casados para tener relaciones sexuales.
—Zac es un idiota —él le acarició los hombros.
Sorprendida por el tono de Nick , __tn alzó una ceja.
—Ni siquiera lo conoces. ¿Por qué dices eso?
Él la miró un momento y ella tuvo la impresión de que él le iba a contar algo, pero, de pronto, la puso de espaldas.
—Digamos que conozco el tipo de hombre que es... Y además, debe de ser idiota para dejarte escapar.
Era lo más bonito que le había dicho Nick hasta entonces. Ella se sintió orgullosa de sí misma.
—Él no me dejó escapar. Yo huí y lo dejé esperando en la iglesia. Debe de haber sido horrible para él.
—¿Te arrepientes? —Nick la miró a los ojos.
—Solo siento culpa, tal vez. Pero no me arrepiento. No cambiaría nada de lo que he vivido desde que me fui de esa iglesia.
—¿Nada? —él le tomó la mano y le preguntó—: ¿Estás segura?
Ella sintió un cosquilleo en todo su ser, un tibio deseo. Su corazón empezó a latir más aceleradamente.
—Bueno... Tal vez una cosa... El alzó una ceja y esperó.
—Me hubiera gustado más que fueran cuatro niños en lugar de dos —dijo __tn como reflexionando—. El pequeño Jake y el bebé... ¡Oh! No recuerdo si era una niña o un niño...
Era más fácil para ella bromear que hablar de Zac en un momento como aquel.
—Un niño, Trevor —respondió Nick .
—Claro, Trevor. Bueno, Trevor y Jake se están haciendo mayores y con mi enfermedad... ¿Cómo era? ¿Qué era lo que tenía?
Nick le acarició el vientre y los pechos.
—Problemas de memoria.
—¡Eso! Bueno, pues no puedo recordar dónde he metido a los niños, así que me gustaría tener un par más, como para que puedan cuidarse uno al otro —ella se arqueó cuando sintió su caricia en su pezón—. Y tú... sabes cómo me gustaría tener una niña.
—En cuanto me vuelvan a dar el trabajo en la fertilizadora hablaremos de ello —dijo él con voz sensual.
Nick se puso encima de ella y la acarició. Y luego, comenzaron a hacer el amor nuevamente.
Ella estaba en la ducha cuando él se despertó por la mañana. La ducha de su habitación, pensó. Miró el reloj de la mesilla. Las siete y media.
Volvió a cerrar los ojos. ¡Aquella mujer se levantaba terriblemente temprano!
Se tapó con las mantas hasta la cabeza, pero aún oía cantar a __tn ; contaba algo conocido, aunque no se entendía bien. Se puso de espaldas e intentó escuchar.
Cantaba en francés. Parecía una ópera.
Empezó a imaginar a __tn en un palco privado del teatro, sentada, muy compuesta, impecable.
Aquel era su mundo. El único mundo que conocía. Compartiría el mundo de la gente corriente durante unos días, pero luego volvería al suyo, al que pertenecía.
Se incorporó y se rascó la mandíbula.
Ambos sabían que seguirían caminos separados una vez que llegasen a Wolf River. Lo que había sucedido la noche anterior no cambiaría el rumbo de sus vidas.
Lo único que había cambiado era que dormirían juntos hasta que llegasen a Wolf River. Una vez que había probado su dulzura, no podría abstenerse de tocarla.
Jamás había deseado tanto a una mujer...
Se destapó y fue desnudo en dirección al cuarto de baño.
Ahora estaba cantando música country. Su canción se interrumpió y Nick la oyó jurar.
—¿__tn ?
Como ella no contestó, él entró. Vio su silueta detrás de la cortina de la ducha.
—¿Ocurre algo?
__tn sujetó la cortina de la ducha y se escondió tras ella.
—Nick ! ¡Me has asustado!
—Pensé que te habías hecho daño —intentó espiar por la cortina, pero no pudo ver nada—. Primero te oigo cantar como una soprano, y luego oigo que juras como un camionero...
—¡Como una soprano! —ella sacó la cabeza. Tenía la cabeza mojada, las mejillas rosadas. Su mirada se dirigió al cuerpo desnudo de Nick , abrió mucho los ojos, y luego volvió a mirarlo a la cara—. Primero, se me metió champú en los ojos, y segundo, quiero que sepas que estudié canto con Mademoiselle Marie Purdoit durante tres años. Y me dijo que lo mío era un don natural...
—Tal vez se haya referido a tu pelo —bromeó él.
__tn lo salpicó con agua de la ducha y luego se escondió detrás de la cortina y empezó a cantar Lave me Tender, desafinando a propósito.
¿Así que quería jugar?
Sonriendo, Nick salió del cuarto de baño y fue a buscar su cámara de fotos. Volvió y gritó:
—¡__tn ! No quería herir tus sentimientos. Cantas muy bien, a pesar de que no tengas sentido musical.
—¿Que no tengo sentido musical? —__tn asomó la cabeza y entonces él le sacó una foto.
Sorprendida, se quedó inmóvil un momento. Él volvió a sacar una foto.
Con un estremecimiento, ella se ocultó tras la cortina y juró profusamente.
Él se rió y dejó la cámara a un lado.
—Hazme sitio, Mademoiselle Hart. Voy a entrar.
—Nick Jonas, si te atreves a... —gritó ella mientras él entraba en la ducha.
Él la acalló sujetándola por los hombros y besándola. Ella se sobresaltó primero y luego rodeó el cuello de Nick con sus brazos.
A pesar de la noche que habían compartido, el deseo volvió a surgir entre ellos.
Nick la besó apasionadamente y tiró de ella. Su piel estaba caliente, suave y húmeda. Sus pechos rozaban su torso.
__tn lo apresó con una de sus piernas. Dejó de besarlo y lo miró.
—Dime qué tengo que hacer. Él sujetó su trasero con ambas manos y la levantó.
—Envuélveme con las piernas.
Nick entró en ella rápidamente, la apretó contra la pared de azulejos y se movió dentro de ella. __tn gimió.
Cuando echó hacia atrás la cabeza, él le besó las mejillas. __tn se sujetó firmemente con sus piernas, intensificando el placer hasta que se hizo insoportable.
—Nick ... Date prisa...
La pasión galopó en las venas de Nick . Sintió sus uñas clavándose en su espalda, en los hombros, y sintió los suaves mordiscos de sus dientes. Se internó más profundamente en ella, sintió el guante de su feminidad apretarse alrededor de él. La sintió estremecerse y llegar al mismísimo éxtasis. Entonces él se entregó al goce hasta llegar a la cima del placer, y juntos compartieron el clímax, y su descenso final.
1/2
Capítulo Siete
Si hubiera podido, se habría defendido del placer que le causó el beso de Nick . Pero no había podido. Lo único que había podido hacer había sido sentir.
Lo había abrazado y había entrelazado sus dedos en su pelo. Su cuerpo había cobrado vida al sentirlo. Todas sus terminaciones nerviosas habían sucumbido al placer de aquel beso.
Nick dejó de besarle los labios y la boca para besar su cuello. Ella se movió a un lado para ofrecerle más, y gimió de placer.
—¿Qué estabas diciendo? —preguntó él, mordiendo el lóbulo de su oreja.
—Tú estás... terriblemente perturbado —dijo ella con la respiración agitada.
—Muy perturbado —respondió él mordisqueando su cuello.
—Demente —ella acarició su pelo.
—Totalmente...
__tn sintió el empuje de su excitación contra su cuerpo.
—Desequilibrado.
—Completamente —él abrió la puerta y entró con ella en la habitación.
La lámpara de la mesilla proyectaba sombras en la alfombra. Había olor a fragancia de limón.
Nick la besó apasionadamente. Ella se estremeció de deseo. Se puso de puntillas y se internó en su beso.
La había besado antes, pero aquello era diferente. Era un beso sin control.
Era pura pasión.
Ella se moría de felicidad.
Cuando él se apartó y la dejó de pie allí, ella abrió los ojos, temiendo que él se hubiera arrepentido. Lo vio acercarse a la ventana y cerrar las cortinas. Luego volvió y la abrazó. Entreabrió sus labios y volvió a besarla, internando su lengua. Ella abrió su boca para él y sintió la sangre golpeando en sus venas.
Se movieron juntos hacia la cama.
La besó más suavemente, demorándose en la comisura de sus labios, explorándola con detenimiento. Acarició su cabello con una mano y deslizó la otra por la abertura de la falda. Ella tembló.
—He querido hacer esto desde el primer momento en que te vi en el restaurante —dijo él con voz sensual, acariciando su muslo.
Ella no pudo preguntarle por qué no lo había hecho. Estaba mareada, excitada...
Nick agarró su trasero, la atrajo hacia él y le hizo notar su excitación varonil a través de los vaqueros. Y ella ya no pudo pensar en nada.
Se puso de puntillas, se apretó contra él y luego se fue bajando hacia la cama.
El gimió.
—__tn —dijo él con voz entrecortada—. ¿Estás segura de esto?
—Sí.
—Mírame —él le tomó la cara con las manos—. ¿No tienes dudas?
—No —ella puso sus manos en su pecho viril.
—Bien.
Las rodillas de __tn chocaron contra el borde de la cama y se cayó hacia atrás.
Nick besó su cuello, volvió a acariciar su muslo por la abertura. Ella alzó sus caderas. Él abrió la cremallera y le quitó la prenda.
Ella se agachó para quitarse los zapatos, pero él le sujetó la mano y la dejó encima de la cama.
—Déjatelos un momento. Quiero mirarte.
__tn se puso colorada. Pero la mirada de Nick recorriéndola, desde la ropa interior negra de encaje, pasando por sus piernas, hasta llegar a sus zapatos de tacón, la excitó más aún.
Cuando Nick siguió el mismo camino con la mano, acariciándola de arriba abajo, su corazón se estremeció.
__tn cerró los ojos, echó la cabeza hacia atrás y se entregó al placer de los dedos de Nick en su piel. Su cuerpo se incendió de deseo. Dejó caer los zapatos. Nick le acarició las piernas. Dudó en el borde de su ropa interior, tocó tímidamente la prenda con la punta de los dedos. __tn contuvo la respiración, con el corazón saliéndosele del pecho; sintió que él le empezaba a desabrochar la blusa. Cuando la abrió, Nick le tocó el vientre desnudo. Ella se estremeció al sentir su mano.
—Eres tan lisa y suave... —dijo él con voz de deseo.
A partir de entonces, fue una sensación tras otra. El aroma de un hombre y una mujer, un festival de textura y color.
Luego, Nick tomó sus pechos. Ella se movió para sentirlo más. Él respiró agitadamente al sentir la suavidad de su piel. Ella sintió un fuego entre las piernas, una presión ardiente que pedía liberación. Quería más, se moría por sentirlo dentro.
Cuando fue a desabrocharle la camisa, él le sonrió y le dijo:
—Todavía no.
Nick sabía que perdería totalmente el control si no intentaba ir más despacio. Quería tomarse su tiempo, aunque no sabía si podría hacerlo.
Y menos oyendo esos gemidos de deseo de __tn , y el modo en que su cuerpo le pedía entregarse a él.
Cuando ella empezó a deslizar la mano hacia la cremallera de sus vaqueros, él le tomó la muñeca y la alzó hacia su cabeza. Luego, le tomó la otra muñeca y también la subió a la altura de su cabeza. Si ella lo tocaba se terminaría todo en un momento.
Y él quería más.
Con la mano libre abrió el cierre que el sujetador tenía por delante y sus pechos quedaron al descubierto.
Era perfecta. Sus pechos eran grandes y firmes, su piel suave y delicada como el pétalo de una rosa. Su respiración subía y bajaba sus pechos. Él sintió un fuego en su interior.
La deseaba como jamás había deseado a ninguna mujer.
Besó su pezón delicadamente, lo succionó con suavidad. Ella se arqueó de placer y gimió. Él mordió más, le mordió los pezones y sintió como estos se ponían más duros.
Y él también se puso más duro.
Pero intentó concentrarse en __tn , saborear su dulzura. Ella gimió profundamente, se movió con inquietud. El pasó de un pecho a otro, acariciándolos primero con el pulgar, luego succionando su néctar.
—Nick , por favor... —dijo __tn .
—Todavía no —murmuró él.
Él soltó sus manos y se movió hacia su vientre. Ella hundió sus dedos en el cabello de Nick . Él no sabía si quería tirar de él hacia arriba o sujetarlo firmemente donde estaba. Le daba igual.
Deslizó sus manos por sus caderas y besó suavemente su vientre, explorando cada curva, cada valle con su lengua. Luego se deslizó más abajo.
Sintió cómo el cuerpo de __tn se tensaba, temblaba de deseo. Besó el borde de sus braguitas, luego se las bajó y se las quitó. La acarició con las manos y con la boca en el espacio que enmarcaban sus caderas. Luego siguió bajando.
Ella se derritió de expectación. Cuando él se internó en la dulzura de su cuerpo con la punta de la lengua, la respiración que ella había estado conteniendo salió en forma de un profundo gemido. Él la acarició, le hizo el amor con la boca. Sin importarle nada, ella alzó las caderas, agitó la cabeza de lado a lado y gimió.
—Nick ! —se retorció debajo de él con un gemido—. Ahora, por favor...
—Sí —él se movió rápidamente, porque sabía que no podría aguantar mucho más.
Prácticamente se arrancó la camisa y el resto de la ropa. Se arrodilló con las piernas abiertas, sujetó las caderas de __tn , y luego entró en ella con fuerza y rapidez.
La oyó gritar y dudó, pero cuando ella lo envolvió con sus piernas y sus brazos y se movió con él, ya no pudo pensar más. Penetró el caliente y apretado terciopelo de su cuerpo, y se entregó a la sensación. Jamás había sentido algo tan intenso, tan perfecto.
Ella lo acompañó con sus movimientos, empuje tras empuje, le clavó las uñas en la espalda desesperadamente.
Él sintió que ella llegaba al orgasmo en una violenta oleada de calor y placer. Sintió que se aferraba a su cuello firmemente.
Y él se dejó ir también. Gimió cuando su cuerpo por fin se alivió. Entró en __tn profundamente, estremeciéndose, y llegó a la cima del placer con ella.
Fue increíble.
Entrelazados sus cuerpos, ambos yacieron en la cama.
__tn esperó a que su corazón se calmara y que su respiración volviera a la normalidad. La piel de Nick estaba húmeda, su respiración agitada, irregular, como la suya.
—¡Maldita sea! —murmuró Nick . Ella sonrió, pensando que la maldición era un cumplido.
—No te quité la blusa, y la verdad era que quería hacerlo —se quejó Nick .
Nick tiró de ella, la apretó contra él, acarició su cabello, se lo apartó de la cara y le dio un beso en la sien. Hubo un silencio, y luego Nick habló:
—Podrías habérmelo dicho, __tn .
—¿Que era virgen? —ella tenía la mano en el pecho de Nick . Sentía el laudo de su corazón.
—No. Que tenías una peca en medio de la espalda.
—Pensaba...
—¡Por Dios, __tn ! Estoy bromeando —volvió a estrecharla en sus brazos—. Sí, que eras virgen.
—Tenía miedo de que no... De que no me desearas...
—Cariño, créeme, eso es de lo que menos te tienes que preocupar.
—Entonces, ¿no te habría importado? ¿No habría sido un motivo más para apartarte de mí?
—Tal vez. Pero tarde o temprano esto habría sucedido, aunque lo hubiera sabido. Un día más contigo en el coche y creo que te hubiera arrastrado al asiento trasero y te hubiera hecho mía allí mismo.
La sola imagen de aquello la excitaba.
—¿De verdad?
—De verdad. Cuando entraste en el restaurante esta noche, casi me trago la lengua.
Ella se sintió orgullosa, y le acarició los musculosos brazos.
—Yo quería llamar tu atención y atraerte. Él suspiró y se giró, poniéndose boca arriba. Luego tiró de ella y la colocó encima.
—No hacía falta que cambiases nada para llamar mi atención. Tuviste toda mi atención desde el mismo momento en que te vi salir de aquella tienda de trajes de novia.
—¿De la tienda de novias? —preguntó ella sorprendida—. Pero yo estaba comprometida, prácticamente casada. Tú no me conocías.
—Prácticamente casada no es casada. Y tú no eres tan ingenua, __tn , como para pensar que un hombre necesita conocer a una mujer para fantasear con llevarla a la cama.
Ella se sorprendió de su afirmación. Sintió cosquillas en el estómago.
—No, supongo que no. Aunque no conozco a muchos hombres, y Zac era... Bueno, creo que era un poco conservador. Él pensaba que debíamos esperar hasta que estuviéramos casados para tener relaciones sexuales.
—Zac es un idiota —él le acarició los hombros.
Sorprendida por el tono de Nick , __tn alzó una ceja.
—Ni siquiera lo conoces. ¿Por qué dices eso?
Él la miró un momento y ella tuvo la impresión de que él le iba a contar algo, pero, de pronto, la puso de espaldas.
—Digamos que conozco el tipo de hombre que es... Y además, debe de ser idiota para dejarte escapar.
Era lo más bonito que le había dicho Nick hasta entonces. Ella se sintió orgullosa de sí misma.
—Él no me dejó escapar. Yo huí y lo dejé esperando en la iglesia. Debe de haber sido horrible para él.
—¿Te arrepientes? —Nick la miró a los ojos.
—Solo siento culpa, tal vez. Pero no me arrepiento. No cambiaría nada de lo que he vivido desde que me fui de esa iglesia.
—¿Nada? —él le tomó la mano y le preguntó—: ¿Estás segura?
Ella sintió un cosquilleo en todo su ser, un tibio deseo. Su corazón empezó a latir más aceleradamente.
—Bueno... Tal vez una cosa... El alzó una ceja y esperó.
—Me hubiera gustado más que fueran cuatro niños en lugar de dos —dijo __tn como reflexionando—. El pequeño Jake y el bebé... ¡Oh! No recuerdo si era una niña o un niño...
Era más fácil para ella bromear que hablar de Zac en un momento como aquel.
—Un niño, Trevor —respondió Nick .
—Claro, Trevor. Bueno, Trevor y Jake se están haciendo mayores y con mi enfermedad... ¿Cómo era? ¿Qué era lo que tenía?
Nick le acarició el vientre y los pechos.
—Problemas de memoria.
—¡Eso! Bueno, pues no puedo recordar dónde he metido a los niños, así que me gustaría tener un par más, como para que puedan cuidarse uno al otro —ella se arqueó cuando sintió su caricia en su pezón—. Y tú... sabes cómo me gustaría tener una niña.
—En cuanto me vuelvan a dar el trabajo en la fertilizadora hablaremos de ello —dijo él con voz sensual.
Nick se puso encima de ella y la acarició. Y luego, comenzaron a hacer el amor nuevamente.
Ella estaba en la ducha cuando él se despertó por la mañana. La ducha de su habitación, pensó. Miró el reloj de la mesilla. Las siete y media.
Volvió a cerrar los ojos. ¡Aquella mujer se levantaba terriblemente temprano!
Se tapó con las mantas hasta la cabeza, pero aún oía cantar a __tn ; contaba algo conocido, aunque no se entendía bien. Se puso de espaldas e intentó escuchar.
Cantaba en francés. Parecía una ópera.
Empezó a imaginar a __tn en un palco privado del teatro, sentada, muy compuesta, impecable.
Aquel era su mundo. El único mundo que conocía. Compartiría el mundo de la gente corriente durante unos días, pero luego volvería al suyo, al que pertenecía.
Se incorporó y se rascó la mandíbula.
Ambos sabían que seguirían caminos separados una vez que llegasen a Wolf River. Lo que había sucedido la noche anterior no cambiaría el rumbo de sus vidas.
Lo único que había cambiado era que dormirían juntos hasta que llegasen a Wolf River. Una vez que había probado su dulzura, no podría abstenerse de tocarla.
Jamás había deseado tanto a una mujer...
Se destapó y fue desnudo en dirección al cuarto de baño.
Ahora estaba cantando música country. Su canción se interrumpió y Nick la oyó jurar.
—¿__tn ?
Como ella no contestó, él entró. Vio su silueta detrás de la cortina de la ducha.
—¿Ocurre algo?
__tn sujetó la cortina de la ducha y se escondió tras ella.
—Nick ! ¡Me has asustado!
—Pensé que te habías hecho daño —intentó espiar por la cortina, pero no pudo ver nada—. Primero te oigo cantar como una soprano, y luego oigo que juras como un camionero...
—¡Como una soprano! —ella sacó la cabeza. Tenía la cabeza mojada, las mejillas rosadas. Su mirada se dirigió al cuerpo desnudo de Nick , abrió mucho los ojos, y luego volvió a mirarlo a la cara—. Primero, se me metió champú en los ojos, y segundo, quiero que sepas que estudié canto con Mademoiselle Marie Purdoit durante tres años. Y me dijo que lo mío era un don natural...
—Tal vez se haya referido a tu pelo —bromeó él.
__tn lo salpicó con agua de la ducha y luego se escondió detrás de la cortina y empezó a cantar Lave me Tender, desafinando a propósito.
¿Así que quería jugar?
Sonriendo, Nick salió del cuarto de baño y fue a buscar su cámara de fotos. Volvió y gritó:
—¡__tn ! No quería herir tus sentimientos. Cantas muy bien, a pesar de que no tengas sentido musical.
—¿Que no tengo sentido musical? —__tn asomó la cabeza y entonces él le sacó una foto.
Sorprendida, se quedó inmóvil un momento. Él volvió a sacar una foto.
Con un estremecimiento, ella se ocultó tras la cortina y juró profusamente.
Él se rió y dejó la cámara a un lado.
—Hazme sitio, Mademoiselle Hart. Voy a entrar.
—Nick Jonas, si te atreves a... —gritó ella mientras él entraba en la ducha.
Él la acalló sujetándola por los hombros y besándola. Ella se sobresaltó primero y luego rodeó el cuello de Nick con sus brazos.
A pesar de la noche que habían compartido, el deseo volvió a surgir entre ellos.
Nick la besó apasionadamente y tiró de ella. Su piel estaba caliente, suave y húmeda. Sus pechos rozaban su torso.
__tn lo apresó con una de sus piernas. Dejó de besarlo y lo miró.
—Dime qué tengo que hacer. Él sujetó su trasero con ambas manos y la levantó.
—Envuélveme con las piernas.
Nick entró en ella rápidamente, la apretó contra la pared de azulejos y se movió dentro de ella. __tn gimió.
Cuando echó hacia atrás la cabeza, él le besó las mejillas. __tn se sujetó firmemente con sus piernas, intensificando el placer hasta que se hizo insoportable.
—Nick ... Date prisa...
La pasión galopó en las venas de Nick . Sintió sus uñas clavándose en su espalda, en los hombros, y sintió los suaves mordiscos de sus dientes. Se internó más profundamente en ella, sintió el guante de su feminidad apretarse alrededor de él. La sintió estremecerse y llegar al mismísimo éxtasis. Entonces él se entregó al goce hasta llegar a la cima del placer, y juntos compartieron el clímax, y su descenso final.
ElitzJb
Re: Huida Hacia el Pasado Nick y tu (TERMINADA)
Capítulo Ocho
2/2
Nick apenas podía respirar. La bajó deslizándola por su cuerpo.
Una nube de vapor los envolvía. Aún mareado de satisfacción, Nick la abrazó un momento, cerró el agua, y la llevó a la cama.
—¿Café?
—Hmmm...
Con temor a salir de la nube de placer y satisfacción, __tn no quiso girar la cabeza ni abrir los ojos.
Desde el episodio de la ducha, hacía dos horas, Nick y ella habían hecho el amor, habían dormido abrazados, y habían vuelto a hacer el amor.
Ella tenía una zona roja en la cadera, el pelo enredado, y los músculos doloridos.
Sonriendo, se tapó con las sábanas y se arrebujó.
—Tornaré eso por un sí. Creo que nos hará falta un café solo bien fuerte.
__tn observó a Nick ponerse unos vaqueros. Tenía un cuerpo perfecto, y parecía sentirse muy cómodo con su desnudez. Lo envidiaba. Ella siempre se había sentido torpe con el cuerpo. Había sentido que tenía las piernas y los brazos demasiado largos, los hombros demasiado huesudos...
—Gracias —dijo ella.
—Puedes agradecérmelo cuando vuelva —respondió Nick mientras se ponía una camisa azul marino de mangas cortas.
—No te lo decía por el café, sino por la pasada noche —__tn se puso de lado, flexionó el codo y apoyó la cara en su mano; se puso colorada—. Fue maravillosa. Estuviste maravilloso.
Nick se sentó al borde de la cama sonriendo, y le dio un beso a __tn .
—Tú has estado maravillosa, señorita Hart.
—Gracias, señor Jonas —ella puso su mano en la rodilla de Nick —. Es muy amable. Nick volvió a besarla.
—De nada.
Ella sintió que se tensaban los muslos de Nick tensarse cuando deslizó su mano por su pierna. Él la tumbó en la cama, y ella se olvidó de todos los dolores. Solo sintió el calor de la piel de Nick , el calor en su sangre, y su corazón latiendo aceleradamente.
Nick le besó el cuello, mientras bajaba la sábana...Sonó el teléfono que había en la mesilla.
__tn bajó sus manos de su pecho.
—¡Maldita sea! —Nick miró con rabia el aparato—. Este es Odell. Tenía que estar en el taller hace media hora para ayudarlo a poner el radiador.
—Deberías contestar.
__tn vio cómo se oscurecían sus ojos y la miraban entornados mientras ella deslizaba un dedo por su cremallera.
—Contesta tú —dijo él, mientras le besaba el cuello—. Dile que estoy en camino. __tn contestó.
—¿__tn ?
El corazón de __tn se detuvo al oír la voz.
—¿Zac ?
Nick se quedó inmóvil.
—¿Por qué contestas tú el teléfono de Jonas? Dile que se ponga.
—¿Cómo supiste dónde estaba?
—¿Qué importa eso?
A pesar de todo, __tn estaba segura de que su madre no le había dado el número a Zac .
—A mí me importa.
—Acabo de ver el número escrito en la agenda de la oficina de tu madre.
—¿Has registrado la oficina de mi madre? —__tn se sentó y miró a Nick mientras este se ponía las botas.
—Me has obligado a usar métodos heterodoxos para encontrarte —dijo Zac —. __tn , estás manchando tu reputación viajando con ese tipo por todo el país. No es una persona en la que se pueda confiar.
—¿Por qué dices eso? —__tn frunció el ceño.
—Los hombres como Nick Jonas no tienen ética ni escrúpulos. Harían cualquier cosa por conseguir lo que quieren. Hasta sería capaz de seducirte para que creyeras mentiras acerca de mí.
—Te aseguro que eso no ha ocurrido. Si acaso, había sucedido lo contrario, pensó ella.
—Insisto en que vuelvas inmediatamente —dijo Zac , irritado—. Podemos casarnos con una ceremonia discreta.
—Zac , sé que mis padres te han contado que voy a conocer a mis hermanos de Wolf River. No sé cuándo voy a volver.
—Es ridículo. Aún tenemos tiempo de reparar el daño que hemos hecho a nuestro círculo social. Es comprensible que tengas una crisis temporal por el shock que te ha producido la noticia de tus padres y hermanos. Pero vuelve a casa, __tn . Yo te perdonaré. Te amo.
Ella lo había creído, pero ahora sus palabras le sonaban huecas. Parecía que lo que más le importaba a Zac era su «círculo social». Supuestamente debía sentirse herida, pero en realidad se sintió aliviada.
Cuando Nick se puso de pie y atravesó la habitación, __tn quiso detenerlo con la mano, pero él no le hizo caso. Cerró la puerta y se marchó.
—¿__tn ? ¿Estás ahí? Contéstame.
—Te agradezco tu magnánima oferta, pero no tengo una crisis temporal, y mi respuesta es no. No voy a volver a casa y no voy a casarme contigo. Adiós, Zac .
—__tn ...
__tn colgó. Y cuando el teléfono volvió a sonar, se tapó con una almohada.
Se preguntó por qué Zac había pedido hablar con la habitación de Nick . Se había sorprendido cuando ella había contestado, y le había pedido hablar con Nick .
¿Por qué?
Tal vez hubiera pensado poder convencer a Nick de que la llevara de vuelta a Carolina del Sur. O le hubiera ofrecido dinero por devolverla.
No le importaba.
Sabía que Nick volvería a su vida de Nueva Jersey en cuanto terminase el trabajo. Sabía que no había cambiado nada aunque hubieran dormido juntos, pero no era tan tonta como para decirle que se había enamorado de él. Nick la dejaría en medio de una nube de polvo y se marcharía.
Miró la hora. Las nueve y tres minutos. No pensaba desaprovechar el poco tiempo que les quedaba.
Se levantó de la cama y revolvió su maleta hasta encontrar el tanga de piel de leopardo; sonrió y se dirigió a la ducha.
Nick volvió a las dos horas, sucio de grasa del taller. __tn no estaba donde la había dejado: en su cama. Al principio se decepcionó, pero luego pensó que era mejor, si querían viajar aquel mismo día. Ya casi era mediodía.
Se dirigió a la habitación de __tn y metió la cabeza.
—¿__tn ?
Su dormitorio estaba vacío también. Su decepción se transformó en irritación. ¿Dónde diablos se había metido ahora?
Su cama estaba hecha. No había nada en la mesilla, y la maleta no estaba.
«Zac », pensó.
Ese idiota debía de haberla presionado. Ella era vulnerable, y sentía culpa...
__tn era demasiado confiada. Quizá tendría que haberle contado la historia de Zac en el motel Wanderlust. Pero eso le habría borrado la inocencia de golpe. Por eso no se lo había dicho. No quería estropear el entusiasmo y frescura que __tn sentía por la vida, esas ganas de reír y confiar en los demás.
Fue al cuarto de baño de su habitación: no había ni rastro de __tn .
¡Maldición!
Al parecer, se había equivocado con ella. Había creído que detrás de la fachada de niña rica y maleable había una mujer más fuerte y decidida, pero no era así.
Apretó los dientes y empezó a decir:
—¡Adiós chiquilla! ¡Hasta la vista, baby! Sai la vie. Aufuried —empezó a gritar Nick , hablando solo.
—¿Con quién estás hablando? Nick se dio la vuelta, sorprendido al oír su voz detrás de él.
—¡Bueno, por el amor de Dios! —__tn estaba en la entrada de la habitación del motel con la llave en la mano—. ¿Qué te pasa?
En estado de shock, Nick la miró sin poder moverte.
Llevaba ropa de verano: camiseta negra, pantalones cortos y sandalias.
Se sintió aliviado.
—¿Dónde diablos estabas? Ella alzó la ceja y preguntó:
—¿No has visto la nota que te dejé?
Él había estado demasiado preocupado por la posibilidad de que ella se hubiera marchado como para ver nada.
—Evidentemente, no —siguió ella. Dejó el bolso en la cama. Se cruzó de brazos y lo miró—. Creíste que te había dejado, ¿verdad?
—No.
—Mentiroso
—De acuerdo. Es posible. Solo por un momento.
—¿Crees que haría eso? ¿Irme sin decirte adiós?
—Estabas hablando con Zac cuando me fui —se defendió Nick —. No está tu maleta. ¿Qué crees que podía pensar?
—Mi maleta... está al lado de la tuya, en tu habitación, en la misma que he dejado la nota.
Cuando ella se dirigió a la habitación de Nick , él se metió las manos en los bolsillos y la siguió.
Allí vio la nota. Había ido a ver a Bridgette. ¡Maldita sea!, pensó Nick .
—Bueno, bien, tomaré una ducha y nos marcharemos —dijo él.
—No tan deprisa.
—¿Qué?
—Creo que me debes una disculpa.
—¿Por qué cosa? —no le gustaba nada pedir disculpas.
__tn se cruzó de brazos y alzó la barbilla.
—Te has equivocado y has supuesto que me había ido. No es muy halagador para mi personalidad.
—De acuerdo. No debí suponer nada...
—¿Esa es toda la disculpa?
—Tómala o déjala.
Ella puso los ojos en blanco, suspiró y se acercó a él.
—¿Quieres saber de qué hablamos Zac y yo?
—No.
—De acuerdo —ella se dio la vuelta para marcharse.
Nick le sujetó el brazo y la atrajo hacia él. Estaba muy sucio como para abrazarla como habría querido.
—Sí, quiero saber de qué hablasteis —dijo entre dientes.
—Me habló de que aún podíamos casarnos en una ceremonia discreta y me dijo que me perdonaba.
—¡Muy generoso! —exclamó Nick .
—Me dijo que todavía era posible salvar el daño que habíamos hecho a nuestro círculo de amistades, y que todos comprenderían que yo estaba pasando por una crisis temporal por haberme enterado de que soy adoptada.
—Es un idiota. ¿Qué más ha dicho?
—Que no debía confiar en ti —__tn puso la mano en el pecho de Nick —. Ha dicho que los hombres como tú hasta serían capaces de seducir mujeres como yo para conseguir sus fines.
Su pulso se aceleró cuando ella le sacó la camisa de dentro del pantalón.
—Quizá no deberías confiar en mí. Tal vez te seduzca... —dijo él.
Nick no veía más que deseo a su alrededor... No podía pensar, no podía moverse... Mientras ella le desabrochaba el cinturón.
—Demasiado tarde —susurró ella—. Yo te seduje primero.
—¿Eso es lo que crees?
—Eso es lo que ha sucedido.
—__tn —Nick puso una mano encima de la de ella para detener sus movimientos—. Tengo que ducharme.
Ella lo besó.
—¿Cuánto vas a tardar?
Nick la besó con cuidado de no rozarla.
—Un minuto —respondió después. Volvió a besarla y se marchó a la ducha. El agua estaba fría cuando se metió, pero no enfrió el fuego de su cuerpo.
—¿Nick ?
Él sonrió. ¡Qué impaciente era __tn !, pensó. Sacó la cabeza por fuera de la cortina para decirle que se duchase con ella si no podía esperar.
Entonces la cámara disparó.
El juró, y extendió una mano para tirar de ella. "
__tn volvió a disparar y se rió. Salió corriendo del cuarto de baño antes de que él saliera detrás de ella.
Le cortaría el cuello, pensó él. Después de que le hiciera el amor.
2/2
Nick apenas podía respirar. La bajó deslizándola por su cuerpo.
Una nube de vapor los envolvía. Aún mareado de satisfacción, Nick la abrazó un momento, cerró el agua, y la llevó a la cama.
—¿Café?
—Hmmm...
Con temor a salir de la nube de placer y satisfacción, __tn no quiso girar la cabeza ni abrir los ojos.
Desde el episodio de la ducha, hacía dos horas, Nick y ella habían hecho el amor, habían dormido abrazados, y habían vuelto a hacer el amor.
Ella tenía una zona roja en la cadera, el pelo enredado, y los músculos doloridos.
Sonriendo, se tapó con las sábanas y se arrebujó.
—Tornaré eso por un sí. Creo que nos hará falta un café solo bien fuerte.
__tn observó a Nick ponerse unos vaqueros. Tenía un cuerpo perfecto, y parecía sentirse muy cómodo con su desnudez. Lo envidiaba. Ella siempre se había sentido torpe con el cuerpo. Había sentido que tenía las piernas y los brazos demasiado largos, los hombros demasiado huesudos...
—Gracias —dijo ella.
—Puedes agradecérmelo cuando vuelva —respondió Nick mientras se ponía una camisa azul marino de mangas cortas.
—No te lo decía por el café, sino por la pasada noche —__tn se puso de lado, flexionó el codo y apoyó la cara en su mano; se puso colorada—. Fue maravillosa. Estuviste maravilloso.
Nick se sentó al borde de la cama sonriendo, y le dio un beso a __tn .
—Tú has estado maravillosa, señorita Hart.
—Gracias, señor Jonas —ella puso su mano en la rodilla de Nick —. Es muy amable. Nick volvió a besarla.
—De nada.
Ella sintió que se tensaban los muslos de Nick tensarse cuando deslizó su mano por su pierna. Él la tumbó en la cama, y ella se olvidó de todos los dolores. Solo sintió el calor de la piel de Nick , el calor en su sangre, y su corazón latiendo aceleradamente.
Nick le besó el cuello, mientras bajaba la sábana...Sonó el teléfono que había en la mesilla.
__tn bajó sus manos de su pecho.
—¡Maldita sea! —Nick miró con rabia el aparato—. Este es Odell. Tenía que estar en el taller hace media hora para ayudarlo a poner el radiador.
—Deberías contestar.
__tn vio cómo se oscurecían sus ojos y la miraban entornados mientras ella deslizaba un dedo por su cremallera.
—Contesta tú —dijo él, mientras le besaba el cuello—. Dile que estoy en camino. __tn contestó.
—¿__tn ?
El corazón de __tn se detuvo al oír la voz.
—¿Zac ?
Nick se quedó inmóvil.
—¿Por qué contestas tú el teléfono de Jonas? Dile que se ponga.
—¿Cómo supiste dónde estaba?
—¿Qué importa eso?
A pesar de todo, __tn estaba segura de que su madre no le había dado el número a Zac .
—A mí me importa.
—Acabo de ver el número escrito en la agenda de la oficina de tu madre.
—¿Has registrado la oficina de mi madre? —__tn se sentó y miró a Nick mientras este se ponía las botas.
—Me has obligado a usar métodos heterodoxos para encontrarte —dijo Zac —. __tn , estás manchando tu reputación viajando con ese tipo por todo el país. No es una persona en la que se pueda confiar.
—¿Por qué dices eso? —__tn frunció el ceño.
—Los hombres como Nick Jonas no tienen ética ni escrúpulos. Harían cualquier cosa por conseguir lo que quieren. Hasta sería capaz de seducirte para que creyeras mentiras acerca de mí.
—Te aseguro que eso no ha ocurrido. Si acaso, había sucedido lo contrario, pensó ella.
—Insisto en que vuelvas inmediatamente —dijo Zac , irritado—. Podemos casarnos con una ceremonia discreta.
—Zac , sé que mis padres te han contado que voy a conocer a mis hermanos de Wolf River. No sé cuándo voy a volver.
—Es ridículo. Aún tenemos tiempo de reparar el daño que hemos hecho a nuestro círculo social. Es comprensible que tengas una crisis temporal por el shock que te ha producido la noticia de tus padres y hermanos. Pero vuelve a casa, __tn . Yo te perdonaré. Te amo.
Ella lo había creído, pero ahora sus palabras le sonaban huecas. Parecía que lo que más le importaba a Zac era su «círculo social». Supuestamente debía sentirse herida, pero en realidad se sintió aliviada.
Cuando Nick se puso de pie y atravesó la habitación, __tn quiso detenerlo con la mano, pero él no le hizo caso. Cerró la puerta y se marchó.
—¿__tn ? ¿Estás ahí? Contéstame.
—Te agradezco tu magnánima oferta, pero no tengo una crisis temporal, y mi respuesta es no. No voy a volver a casa y no voy a casarme contigo. Adiós, Zac .
—__tn ...
__tn colgó. Y cuando el teléfono volvió a sonar, se tapó con una almohada.
Se preguntó por qué Zac había pedido hablar con la habitación de Nick . Se había sorprendido cuando ella había contestado, y le había pedido hablar con Nick .
¿Por qué?
Tal vez hubiera pensado poder convencer a Nick de que la llevara de vuelta a Carolina del Sur. O le hubiera ofrecido dinero por devolverla.
No le importaba.
Sabía que Nick volvería a su vida de Nueva Jersey en cuanto terminase el trabajo. Sabía que no había cambiado nada aunque hubieran dormido juntos, pero no era tan tonta como para decirle que se había enamorado de él. Nick la dejaría en medio de una nube de polvo y se marcharía.
Miró la hora. Las nueve y tres minutos. No pensaba desaprovechar el poco tiempo que les quedaba.
Se levantó de la cama y revolvió su maleta hasta encontrar el tanga de piel de leopardo; sonrió y se dirigió a la ducha.
Nick volvió a las dos horas, sucio de grasa del taller. __tn no estaba donde la había dejado: en su cama. Al principio se decepcionó, pero luego pensó que era mejor, si querían viajar aquel mismo día. Ya casi era mediodía.
Se dirigió a la habitación de __tn y metió la cabeza.
—¿__tn ?
Su dormitorio estaba vacío también. Su decepción se transformó en irritación. ¿Dónde diablos se había metido ahora?
Su cama estaba hecha. No había nada en la mesilla, y la maleta no estaba.
«Zac », pensó.
Ese idiota debía de haberla presionado. Ella era vulnerable, y sentía culpa...
__tn era demasiado confiada. Quizá tendría que haberle contado la historia de Zac en el motel Wanderlust. Pero eso le habría borrado la inocencia de golpe. Por eso no se lo había dicho. No quería estropear el entusiasmo y frescura que __tn sentía por la vida, esas ganas de reír y confiar en los demás.
Fue al cuarto de baño de su habitación: no había ni rastro de __tn .
¡Maldición!
Al parecer, se había equivocado con ella. Había creído que detrás de la fachada de niña rica y maleable había una mujer más fuerte y decidida, pero no era así.
Apretó los dientes y empezó a decir:
—¡Adiós chiquilla! ¡Hasta la vista, baby! Sai la vie. Aufuried —empezó a gritar Nick , hablando solo.
—¿Con quién estás hablando? Nick se dio la vuelta, sorprendido al oír su voz detrás de él.
—¡Bueno, por el amor de Dios! —__tn estaba en la entrada de la habitación del motel con la llave en la mano—. ¿Qué te pasa?
En estado de shock, Nick la miró sin poder moverte.
Llevaba ropa de verano: camiseta negra, pantalones cortos y sandalias.
Se sintió aliviado.
—¿Dónde diablos estabas? Ella alzó la ceja y preguntó:
—¿No has visto la nota que te dejé?
Él había estado demasiado preocupado por la posibilidad de que ella se hubiera marchado como para ver nada.
—Evidentemente, no —siguió ella. Dejó el bolso en la cama. Se cruzó de brazos y lo miró—. Creíste que te había dejado, ¿verdad?
—No.
—Mentiroso
—De acuerdo. Es posible. Solo por un momento.
—¿Crees que haría eso? ¿Irme sin decirte adiós?
—Estabas hablando con Zac cuando me fui —se defendió Nick —. No está tu maleta. ¿Qué crees que podía pensar?
—Mi maleta... está al lado de la tuya, en tu habitación, en la misma que he dejado la nota.
Cuando ella se dirigió a la habitación de Nick , él se metió las manos en los bolsillos y la siguió.
Allí vio la nota. Había ido a ver a Bridgette. ¡Maldita sea!, pensó Nick .
—Bueno, bien, tomaré una ducha y nos marcharemos —dijo él.
—No tan deprisa.
—¿Qué?
—Creo que me debes una disculpa.
—¿Por qué cosa? —no le gustaba nada pedir disculpas.
__tn se cruzó de brazos y alzó la barbilla.
—Te has equivocado y has supuesto que me había ido. No es muy halagador para mi personalidad.
—De acuerdo. No debí suponer nada...
—¿Esa es toda la disculpa?
—Tómala o déjala.
Ella puso los ojos en blanco, suspiró y se acercó a él.
—¿Quieres saber de qué hablamos Zac y yo?
—No.
—De acuerdo —ella se dio la vuelta para marcharse.
Nick le sujetó el brazo y la atrajo hacia él. Estaba muy sucio como para abrazarla como habría querido.
—Sí, quiero saber de qué hablasteis —dijo entre dientes.
—Me habló de que aún podíamos casarnos en una ceremonia discreta y me dijo que me perdonaba.
—¡Muy generoso! —exclamó Nick .
—Me dijo que todavía era posible salvar el daño que habíamos hecho a nuestro círculo de amistades, y que todos comprenderían que yo estaba pasando por una crisis temporal por haberme enterado de que soy adoptada.
—Es un idiota. ¿Qué más ha dicho?
—Que no debía confiar en ti —__tn puso la mano en el pecho de Nick —. Ha dicho que los hombres como tú hasta serían capaces de seducir mujeres como yo para conseguir sus fines.
Su pulso se aceleró cuando ella le sacó la camisa de dentro del pantalón.
—Quizá no deberías confiar en mí. Tal vez te seduzca... —dijo él.
Nick no veía más que deseo a su alrededor... No podía pensar, no podía moverse... Mientras ella le desabrochaba el cinturón.
—Demasiado tarde —susurró ella—. Yo te seduje primero.
—¿Eso es lo que crees?
—Eso es lo que ha sucedido.
—__tn —Nick puso una mano encima de la de ella para detener sus movimientos—. Tengo que ducharme.
Ella lo besó.
—¿Cuánto vas a tardar?
Nick la besó con cuidado de no rozarla.
—Un minuto —respondió después. Volvió a besarla y se marchó a la ducha. El agua estaba fría cuando se metió, pero no enfrió el fuego de su cuerpo.
—¿Nick ?
Él sonrió. ¡Qué impaciente era __tn !, pensó. Sacó la cabeza por fuera de la cortina para decirle que se duchase con ella si no podía esperar.
Entonces la cámara disparó.
El juró, y extendió una mano para tirar de ella. "
__tn volvió a disparar y se rió. Salió corriendo del cuarto de baño antes de que él saliera detrás de ella.
Le cortaría el cuello, pensó él. Después de que le hiciera el amor.
ElitzJb
Re: Huida Hacia el Pasado Nick y tu (TERMINADA)
hahaha awww ternurita!!!
maldito Zac!! que Nick ya le cuente a la rayis!!
su primera vez... con Nick!!! :L:
hahaha me encanta como juegan!!
y me encanta la nove!!
siguela pronto porfis!!!
maldito Zac!! que Nick ya le cuente a la rayis!!
su primera vez... con Nick!!! :L:
hahaha me encanta como juegan!!
y me encanta la nove!!
siguela pronto porfis!!!
DanieladeJonas
Re: Huida Hacia el Pasado Nick y tu (TERMINADA)
AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHH!!!
POOOORRFIINNNN
JEJEJEJEJEJEJEJE ME GUSTA EL NICK JUGUEEEOONNN!!!
MALDITO ZAAAC!!!!!
AAIII YO QUIEROO UNO COMO ELLL
SIGUELA PORFIISS
POOOORRFIINNNN
JEJEJEJEJEJEJEJE ME GUSTA EL NICK JUGUEEEOONNN!!!
MALDITO ZAAAC!!!!!
AAIII YO QUIEROO UNO COMO ELLL
SIGUELA PORFIISS
chelis
Re: Huida Hacia el Pasado Nick y tu (TERMINADA)
siguela porfis porfis que ya quiero capi!!!
DanieladeJonas
Re: Huida Hacia el Pasado Nick y tu (TERMINADA)
Hey! Nueva Lectora!
Ame la nove, sinceramente lamento no haberme pasado antes!
Espero que la sigas pronto!Estoy super enamorada de tu nove!
Besos
Ame la nove, sinceramente lamento no haberme pasado antes!
Espero que la sigas pronto!Estoy super enamorada de tu nove!
Besos
Sunny
Re: Huida Hacia el Pasado Nick y tu (TERMINADA)
Sunny escribió:Hey! Nueva Lectora!
Ame la nove, sinceramente lamento no haberme pasado antes!
Espero que la sigas pronto!Estoy super enamorada de tu nove!
Besos
hola q bien q te allas pasado x aqui
si pues claro q la seguiré
ElitzJb
Re: Huida Hacia el Pasado Nick y tu (TERMINADA)
Capítulo Nueve
La autopista se extendía ante ellos, larga y brillante bajo el sol caliente. Los campos de alfalfa a un lado del camino impregnaban el aire de un olor dulce. Hasta que cambió el viento y los asaltó un olor a vacas de una granja cercana.
__tn apoyó el brazo en la ventanilla del coche y respiró profundamente. No le importaba nada. Era feliz. La vida era maravillosa.
Llevaban tres horas en la carretera desde que se habían marchado de Liberty. Para sorpresa de Nick , __tn había querido parar varias veces para sacar fotos del campo o de algún pueblo.
__tn se moría por ver las fotos reveladas, sobre todo la de Nick en la ducha.
No se lo había tomado muy bien al principio, pero en cuanto había salido de la ducha se habían olvidado del asunto.
Nick le había dicho varias veces que era ingenua, pero ella no era tan ingenua como para no saber que lo que habían compartido era algo especial. Estaba segura de que no volvería a tener un amante como él. Aunque su mente le decía que volvería a amar, su corazón no estaba tan seguro.
A pesar del dolor que le causaba esta idea, sonreía. Era feliz. Aunque la relación con Nick no hubiera sido más que física, no se arrepentía. Sería una joya guardada en los recuerdos.
¿Y si pudiera haber algo más entre ellos? ¿Sería posible que Nick sintiera algo por ella?
Se había enfadado aquella mañana al pensar que ella se había marchado... ¿Había sido porque ella le importaba? ¿Por celos?
__tn suspiró. Luego agitó la cabeza. No debía ilusionarse.
—¿Dónde va a ser esta vez? Sobresaltada por la pregunta de Nick , ella se giró y preguntó:
—¿Qué?
—Tenemos que parar dentro de una hora. Quizá antes. Se está acercando una tormenta... —tomó el mapa que había en el asiento entre ellos y se lo dio—. ¿Dónde pararemos esta vez?
—¡Oh! —__tn se ubicó en el mapa.
Miró los nombres en el mapa. Ninguno le sonaba bien...
Siguió mirando. Al final lo encontró. Sonrió y mostró el mapa a Nick señalando con el dedo el lugar elegido.
Una hora más tarde, Nick aparcó en el aparcamiento del motel The Forty Winks, en Lucky, Louisiana. Unas nubes negras habían oscurecido el cielo antes de que llegase la noche. El aire estaba pesado, cargado de electricidad.
Cuando se oyeron los truenos en la distancia, __tn se estremeció, tomó su bolso y siguió a Nick a la recepción del motel.
La empleada del motel, una mujer mayor con un collar de gruesas cadenas de oro y gafas, estaba dormitando en una silla en un rincón de la recepción. En su regazo dormía un gato a rayas. El animal abrió un ojo cuando __tn y Nick entraron, y luego lo cerró.
Desde una televisión pequeña en color se oía un concurso muy popular.
El presentador hizo una pregunta sobre Hemingway y Nick la respondió involuntariamente. Cuando apareció la respuesta en la pantalla, resultó que Nick la había acertado. __tn alzó una ceja.
Mientras esperaban a que la empleada se diera cuenta de que tenía clientes, Nick siguió entreteniéndose con el programa de preguntas y respuestas.
—El octavo planeta de la tierra... —dijo el presentador.
—Neptuno —contestó Nick mientras sacaba la cartera del bolsillo de atrás del pantalón. __tn levantó las cejas.
—¿Cuál es la raíz cuadrada de veinticinco mil?
—Ciento Cincuenta y ocho con once y pico. __tn se quedó con la boca abierta. La empleada se despertó con un ronquido. El gato saltó de su regazo.
—¡Dios santo! —se sobresaltó la mujer—. Debo de haberme dormido.
—Quisiéramos una habitación para esta noche —Nick le dio una tarjeta de crédito—. Con cama doble, no fumador.
Al escucharlo, __tn dejó escapar la respiración que había estado conteniendo.
—Bienvenidos a Lucky —dijo la mujer con una sonrisa, mientras pasaba la tarjeta de crédito por la máquina—. ¿Adonde se dirigen usted y su esposa?
«Esposa», pensó __tn , y esperó que Nick corrigiese a la mujer.
Pero él no lo hizo, simplemente tomó la tarjeta de manos de la señora y dijo:
—A Wolf River.
—¡Oh! Tengo un primo en Wolf River...
—Usted... ¿Tiene un primo en Wolf River? —preguntó __tn .
—Sí, Boyd Smith. Su esposa se llama Angela. El corazón de __tn empezó a latir aceleradamente.
—¿Conoce Wolf River? —preguntó.
—Solía pasar los veranos allí, en el rancho de mis tíos, en las afueras del pueblo. Claro que de eso hace más de cincuenta años, pero he ido a visitar a Boyd y a Angela unas cuantas veces. El pueblo está desconocido. Ha crecido mucho —dijo la mujer, que llevaba un cartel en la solapa que ponía Dorothy.
—__tn ... —Nick tocó su hombro—. Tal vez deberías esperar.
Ella lo miró, luego agitó la cabeza y volvió a mirar a la empleada.
—¿Ha... Oído hablar alguna vez de la familia Blackhawk?
—¿Los Blackhawk? —la mujer pareció sorprendida por la pregunta—. Bueno, sí, por supuesto. Todo el mundo que ha pasado por Wolf River ha oído hablar de los Blackhawk. Eran los dueños de más de la mitad de las tierras del sur del pueblo.
—¿Eran?
—Eran tres hermanos cuando yo era adolescente —dijo Dorothy—. William era el mayor. Era un poco mezquino. Luego estaban Jonathan y Thomas. Jonathan era el tranquilo, y Thomas, un exaltado. Cuando era jovencita me gustaba Thomas —dijo Dorothy con una caída de ojos—. Nunca creí esa historia de que intentó matar a ese hombre, aunque estuvo preso por ello y terminó muriendo allí, el pobre. Le llevó casi veinte años probar que era inocente.
Sus tíos, pensó __tn , William y Thomas. Su padre era Jonathan.
—Usted... ¿Conoció a Jonathan?
—Lo vi un par de veces un verano, cuando estuve trabajando a tiempo parcial en una ferretería. Éramos adolescentes los dos —suspirando, Dorothy rascó el cuello de Zeck, el gato, que llevaba una chapa de identificación en el collar—. Ángela me envió el periódico sobre el accidente. Se mataron todos, los tres pequeños y su esposa, de la cual no recuerdo el nombre.
__tn hubiera querido decirle que estaban todos vivos, pero solo dijo:
—Norah.
—Sí —dijo la mujer mirándola con sorpresa—. ¿Conoce a los Blackhawk?
—No. Solo he oído hablar de ellos.
—Por lo que sé, Lucas, el hijo de Thomas, es el único que queda —dijo Dorothy con tristeza—. Se habló mucho del hijo de William; se marchó cuando era adolescente y no volvió a saberse de él.
Cuando sonó el teléfono, Dorothy se dio la vuelta para contestar.
Nick tomó el brazo de __tn .
—Deberíamos irnos... —le dijo. Fuera de la recepción, Nick rodeó a __tn con sus brazos.
—He visto los documentos. He escuchado la confirmación de mis padres, pero hasta esta mañana no me ha parecido real... —miró a Nick —. Esa mujer lo ha hecho real.
—Sí —él le acarició el cabello—. Es real.
—Conoció a mi padre. A mis tíos... —__tn sonrió y dejó escapar unas lágrimas.
Una brisa húmeda los envolvió. Se quedaron allí, en silencio. Luego, ella tocó la mejilla de Nick para convencerse de que él también era real. La barba un poco crecida le hizo cosquillas. Y cuando él le besó la palma de la mano, ella sintió mariposas en el estómago.
Algo cambió, en el aire, entre ellos, en el universo, pensó __tn . Y cuando Nick la miró, ella pensó que él también lo sentía.
Pero entonces Nick quitó las manos y se las metió en los bolsillos.
—Hay una pizzería al otro lado de la calle. ¿Por qué no comemos algo?
—De acuerdo. Pero con doble pepperoni.
—¿El pepperoni estaba en la lista prohibida? —Nick agitó la cabeza con desagrado—. Es muy cruel.
—¡A mí me lo vas a decir!
Cruzaron la calle hasta una pizzería y salón de billar.
El olor a masa horneada y a especias asaltó sus sentidos al entrar. La música de un acordeón italiano salía de los altavoces que había en cada rincón.
El lugar estaba atestado de gente. No había mesa libre, y la cola para llevar comida a casa era larga.
—Pide tú —le dijo __tn —. Yo esperaré a que se desocupe una mesa.
Minutos más tarde, Nick fue a la mesa que había encontrado __tn . En el camino, dos chicos casi le tiran la bandeja al pasar por su lado.
—¡Qué chulos! —murmuró Nick .
—Son dos crios —dijo ella, mientras abría la bolsa de papel marrón con la comida—. ¿No te gustan los niños?
Nick frunció el ceño.
—Seguro... Yo fui niño. Y era un chulo también.
—No te creo —ella bebió un sorbo de soda—. Los chulos no leen a Hemingway, ni calculan mentalmente la raíz cuadrada de veinticinco mil.
—Podrían hacerlo, si tuvieran un vigilante penitenciario preocupado por la educación de sus reclusos.
—¿Estuviste en la cárcel?
El shock en los ojos de __tn le demostró qué poco sabía de la vida fuera de su mundo de agenda social. Y lo poco que sabía sobre él.
¿Qué pensaría de él si lo conociera realmente?, se preguntó Nick . La vida en los bajos fondos de Nueva Jersey estaba muy alejada de la alta sociedad de Carolina del Sur. En el barrio donde él había crecido, lo único que importaba era la supervivencia. Cuando era niño había visto cosas, incluso había hecho cosas, que habrían puesto la piel de gallina a __tn .
¡Diablos! A él también le ponían la piel de gallina.
—En la planta de delincuentes juveniles.
Nick aún oía el sonido metálico de los barrotes cuando se cerraban. Aún sentía el pánico de ser encerrado en una jaula.
—Tenía catorce años.
—Eras un niño.
—Donde yo he crecido, a los catorce años no se es un niño —observó a los dos chicos que lo habían embestido dirigirse a una mesa donde había un hombre y una mujer—. Al hombre al que le había robado el coche no le importó mucho qué edad tenía.
—Cometiste un error —dijo __tn —. Tú mismo dijiste que tu madre te abandonó y que tu padre era alcohólico. Supongo que el juez lo tendría en cuenta.
—Sí —Nick estiró las piernas por debajo de la mesa—. Envió a mi hermano con una familia adoptiva, y a mí a un orfanato en Newark.
—¿Te separaron de tu hermano? —preguntó ella, indignada—. ¡Es terrible!
—Es lo mejor que pudo pasar.
Evan tenía entonces once años. Jacbo recordó lo duras que habían sido aquellas primeras semanas para ambos.
—Eso le proporcionó a Evan un hogar estable con una familia decente durante cuatro años. Y a mí un objetivo.
—¿Un objetivo?
—No terminar como el resto de los chicos con los que andaba, y definitivamente, no terminar como mi padre. Después de terminar la escuela secundaria, estuve trabajando con un abogado especializado en libertad bajo fianza y descubrí que se me daba bien buscar a gente que no quería que la encontrasen. Dos años más tarde, saqué la licencia de investigador privado y abrí una oficina en Jersey.
—¿Y tu hermano?
—Terminó la escuela secundaria, y luego consiguió una beca en la Universidad de Texas. Ninguno de los dos hemos vuelto la vista atrás.
¿Sería por ello que Nick no había echado raíces en ningún sitio? ¿Para no recordar lo que había dejado atrás?
—¿Y Evan? ¿Dónde está ahora?
—Es dueño de una empresa constructora a unos treinta kilómetros de Ketle Creek —Nick agitó la cabeza—. Hizo un máster en Ciencias, pero acabó dedicándose a la construcción, fíjate... —dijo Nick . No era una crítica; lo dijo con orgullo.
—¿Por qué no fuiste a la universidad tú también?
—Eso es para los que quieren ascender socialmente y hacer la pelota al jefe. Mi vida es muy simple. No tengo horarios, ni un jardín que cuidar, ni una esposa que me espere en casa al volver de trabajar.
Al parecer, Nick quería convencerla, o convencerse de que no quería sentar cabeza.
Ella sabía que era el modo de decirle que aquella historia se terminaría en Wolf River. Al menos, era sincero.
Había habido demasiadas mentiras en su vida. Ahora más que nunca quería saber la verdad. Quería saber qué había sucedido hacía veintitrés años y por qué.
El dependiente llamó su número de orden. Nick fue a buscar la comida mientras __tn se quedó mirando a las familias disfrutar de una salida juntos.
Un bebé se estaba ensuciando la cara con salsa de tomate a pesar de las advertencias de su madre... Una niña celebraba su cumpleaños en una mesa con una tarta que revelaba que tenía ocho años.
Sus cumpleaños habían sido muy distintos, en el Van Sheever Yacht Club o en el Hotel Four Seasons, jamás en una pizzería como aquella.
Observó a Nick ir hacia ella, y pensó que le gustaría esperarlo en su casa a la vuelta del trabajo.
Comieron la pizza, jugaron a máquinas de video juegos. Y esa noche, mientras sonaban los truenos y caía la lluvia sin parar, hicieron el amor con la misma intensidad de la tormenta del cielo. Ambos sabían que no les quedaba mucho tiempo, y lo que les quedaba lo iban a vivir intensamente.
continuara
ElitzJb
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