ESTOY AQUÍ [Harry y Tu] TERMINADA

Sophia intentó salir corriendo al instante pero el pelinegro la hizo tropezarse hasta que se cayera por completo. Vio como trataba de parase pero como pudo la sujetó del tobillo.

– ¡Suéltame Zayn! –Gritaba desesperada Sophia, pero éste hacía caso omiso a las súplicas. Fue una lucha constante, Zayn con el dolor en su estómago sujetando los pies de la rubia, mientras ella estaba golpeándolo fuertemente en el brazo para que lograse soltarla–. ¡Qué me sueltes pedazo de idiota! –Dijo furiosa pero a la vez nerviosa porque sabía que en cualquier momento iba a llegar la policía y lo más seguro es que al verla con las manos llenas de sangre y a Zayn con el estómago acuchillado malinterpretarían las cosas, tal y como lo quería el moreno. Una patada de la chica dio a parar a la cara de Zayn, lo que logró que pudiese zafarse y luego levantarse para salir corriendo, volteó a verlo y éste yacía en el piso todo ensangrentado, le removió el corazón verlo así, la obsesión que ella cargaba por él era grande, pero tampoco iba dejar que la atraparan. Justo cuando iba por la mitad de la calle se escuchó la sirena de la policía, Sophia se tensó, quedándose paralizada en medio de la calle, con las manos llenas de sangre. Los oficiales al bajarse del auto intentaron acercarse a ella, pero esta solo salió corriendo de impulso, reaccionaron lo más rápido posible y fueron dos tras de ella, mientras el otro oficial se quedó con Zayn llamando a la ambulancia. Sophia corría a toda velocidad, llegó a una cerca y la subió lo bastante rápido como para poder saltarla, pero para su mala suerte se le rompió la blusa que tenía puesta dejándola prácticamente desnuda en el otro callejón, su desesperación, su miedo, todas las emociones que jamás había sentido las estaba experimentando en ese momento, volvió a correr pero su pie se le dobló haciendo que cayera de nuevo al suelo lo que dio tiempo a los policías de que saltaran la cerca para poder agarrarla–. Aléjense de mí –exclamó nerviosa mientras se arrastraba para atrás.
– Más vale que nos des una buena explicación –habló uno de los oficiales mientras le colocaba unas esposas.


– ¡NOOOOOOOOO! –Gritó desesperada, todo era un sueño, o mejor dicho una de las peores pesadillas, su culpabilidad la carcomía, estaba totalmente desesperada, necesitaba ver a Invitado, realmente lo necesitaba. Se vistió lo más sencilla posible y partió al hospital, solo por esa vez no se maquilló, esa pesadilla la había puesto nerviosa, de tan solo imaginar que le pasara eso se le erizaba la piel. Llegó al cabo de 10 minutos y justo se tropezó con Zayn, se congeló al verlo. –Ho-ola –titubeó nerviosa.
– ¿Qué haces aquí? –Atacó el moreno.
– Vengo a ver a Invitado –dijo casi en susurro.
– No seas cínica –dijo serio– creo que deberías irte antes de que la mamá de ella te vea o yo te mate –Sophia de tan solo escuchar eso recordó la pesadilla lo que hizo estremecerla.
– Déjame pasar Zayn, necesito verla –trató de evadirlo, pero éste la detuvo.
– Tú no vas a ningún lado –la agarró.
– Que me dejes pasar te dij…
– Pero miren quien está aquí –llegó interrumpiendo Frann– ¿qué viniste hacer aquí? ¿ver cómo Invitado no despierta? ¿o ver cómo está a punto de morir? –se acercó a ella.
– Mira niñita –la señaló– mi tiempo es muy preciado como para tener que malgastarlo en ti, así que, discúlpame –la apartó y fue en dirección a la recepción para localizar a Invitado–. Buenas, ¿me podrían dar el número de habitación de la paciente Invitado ?
– Dígame su nombre –habló la recepcionista.
– Sophia… Sophia Shelley –habló entrecortada.
– Lo siento, pero usted no tiene permiso de verla.
– ¿Ah? –Abrió los ojos como platos– Pero… –volteó y pudo ver a Frann junto con Zayn mostrando una leve sonrisa.
– ¿Enserio pensabas que iba a ser tan fácil? –Dijo sarcásticamente Frann.
– ¿Saben qué? –Se acercó Sophia a ellos– Yo me sentía completamente arrepentida, pero ya que ustedes no quieren poner de su parte, pues ¡SUERTE!, que les vaya bien con su futura muertita –dijo eso para luego largarse del hospital. Una ira corrió por las venas de Frann, pero prefirió controlarse, ya que no quería formar un escándalo en la clínica. Al cabo de 2 horas llegó Louis acompañado de Liam, las caras eran las mismas de siempre, con la esperanza de que en algún momento reaccionara, abriera los ojos, diera una señal de vida.
– ¿Cómo sigue todo? –Preguntó Liam al ver a la mamá de Invitado, la misma pregunta de todos los días, ¿cómo sigue? ¿qué tal todo?, pero con la misma respuesta, nada, no pasaba nada.
– Igual –dijo desanimada. Un día, el doctor le había dado un día, si esa noche no lograba despertar tenía que provocarle un aborto, de lo contrario podría morir ella. La Sra. Raquel estaba afligida, recordaba cada palabra del Dr.

– ¿No hay manera de qué se salven los dos? –Preguntó con un nudo en la garganta.

– Lo lamento señora, es la vida del bebé o la de ella. Sí mañana no despierta tendremos que aplicarle un aborto.

– ¿Por qué tiene esa cara? –Preguntó Louis preocupado a la mamá de Invitado.

– Tengo miedo Louis –lo miró– demasiado miedo.

– Solo recemos –comentó– una chica tan caritativa no puede morir así porque sí, confíe en mi palabra. Así pasaron toda la tarde hasta que Harry llegó en la noche, ésta vez la acompañaría mientras la Sra. Raquel iba a arreglar todo en la casa, tenía unas ganas inmensas de abrazarla pero no podía, estaba muy delicada, sin embargo se acercó un poco a ella y le miró fijamente por un gran rato, la extrañaba, realmente la extrañaba, sus abrazos, besos, caricias, todo de ella, no quería verla partir, no quería dejar de verla, simplemente ella era esencial para él, después de un rato de haberla observado se dirigió a un bolso que había llevado donde sacó el corazón de cristal, sus ojos se cristalizaron al verlo, hace un tiempo la mamá había pasado por lo mismo y eso era lo que le daba miedo, que no sobreviviera como su madre. Caminó de nuevo a donde ella y lo colocó en una mesita que estaba justo al lado.

– Te quiero –dijo en susurro– no quiero perderte –se atrevió a acercarse un poco más y clavó sus labios en la frente de la chica.

La noche fue fría, Harry estaba tiritando, la cobija que le habían ofrecido en el hospital no calentaba muy bien del todo, esa noche tuvo pesadillas, no las recordaba, sabía que las tuvo porque se despertó con una lagrima corrida en sus mejillas, pasó su dedo para secarla y luego fue al baño que había en la habitación para cepillarse y lavarse la cara un poco, se quedó pensando un rato, de pronto las lágrimas salieron solas, ya era el día de la decisión y Invitado nada que despertaba, era el día en que se decidía entre la vida del bebé y la de ella, y la única que podía tener la decisión sobre ello era la Sra. Raquel, la cual también pasó una noche de terror, no quería perder a su hija, pero tampoco quería ser la culpable de la muerte de un bebecito.

– Harry –habló bajito– Harry ¿eres tú? –El ruloso abrió los ojos inmediatamente como platos, su corazón comenzó a palpitar más rápido de lo normal, su emoción era gigantesca, sin pensarlo dos veces salió del baño y se enamoró de la imagen que encontró, era Invitado con la vista fijada en él y una media sonrisa, sus ojos se iluminaron, realmente lo hicieron, ahora sus lágrimas no eran de tristeza, eran de felicidad.
– Hermosa –se acercó a ella– estas bien –posó su mano en la frente de ella– no puedo creerlo –sin duda posó sus labios en los de ella y luego la miró fijamente– te extrañé demasiado.
– Ha a arry –habló apenas.
– Dime preciosa.
– ¿Y mamá? –Preguntó adolorida.
– En casa, ya le marco –sacó su teléfono e inmediatamente llamó a la Sra. Raquel.

– ¿Aló? –contestó sin ánimos.

– Despertó, despertó –fue lo único que dijo Harry. La llamada se cortó al instante, era de suponerse que la mamá de Invitado ya estaba en camino, el ruloso no sabía qué hacer su emoción era grandísima– espérame aquí –le dijo a su chica.

– No creo que puedo moverme, tranquilo –dijo burlona Invitado.
– Cierto –soltó una risa– ya vengo.

El ruloso salió de la habitación y fue avisarle al doctor que por fin había logrado despertar. El Sr no podía creerlo, inmediatamente fue a verla.

Habían pasado 2 horas que Invitado había salido del estado de coma, Harry, la Sra. Raquel y Zayn estaban en la sala dialogando con ella, tenían una buena conversación, a Invitado le alegraba verlos a todos ellos contentos olvidando los problemas del pasado.

– Pero miren quien ha despertado –entró Liam con hermoso ramo de flores.
– No me digas que son para mí –dijo ruborizada.
– Pues si lo son –la besó en la frente– es la mejor noticia que me han dado en el día. Eso puso a Harry algo celoso.
– Eres el mejor amigo del mundo –lo abrazó.
– Pero no soy el único que vino –señaló a la entrada donde pasaron Louis, Frann, Mari y por último Josefa, su cara se puso seria al verla pero a la misma vez mostró una sonrisa–. Invitado creo que nunca tuviste un buen tiempo para conocer a Josefa –dijo eso recordando la conversación o mejor dicho discusión, que tuvo con ella la otra vez en el centro comercial, Harry se puso tenso– Josefa, Invitado y Invitado, Josefa. Todos en la sala se rieron.
– Pero antes, tengo que abrazar a mi amiga hermooooosa –interrumpió Frann para ir a donde ella y ofrecerle un caluroso abrazo– te extrañé –le dijo en oído.
– Gracias por venir –contestó. Después de esa escena se acercó Louis que la abrazó igualmente.
– No pienso saludar de última –intervino Mari. Ahora tocaba el turno de Josefa.
– Hola soy Josefa –le estrechó la mano– creo que no nos conocimos de la manera adecuada– miró a Harry y luego a Liam– pero quiero que sepas que haya pasado lo que haya pasado no existen los rencores, además debo darte las gracias porque sin ti no fuese conocido lo maravilloso que es Liam –dijo eso ruborizada.
– No te preocupes, yo tampoco guardo rencores, aunque –se rió– tú no fuiste la que falló.
– Yo le dije a tu mamá que ibas a despertar –la miró y esta le compartió una sonrisa– creo que tenía razón.
– Ustedes son las mejores personas del mundo –se le escaparon algunas lágrimas.



Habían pasado 1 mes desde lo ocurrido, era el día en que por fin se sabría el sexo de su bebé, la curiosidad les mataba, Invitado estuvo peleando toda la noche con Zayn por quien ganaría, el moreno quería un niño para enseñarlo jugar y a ser tan hermoso como él, esto causó una gran risa en la chica, al parecer Zayn nunca cambiaría su egocentrismo, mientras tanto ella quería una niña, para peinarla y consentirla, de igual forma ambos la amarían por igual.

– ¿Lista? –Habló la Sra. Raquel.
– Todo listo –habló Invitado mientras bajaba las escaleras, ya era muy notoria su pancita, se despidió de su mamá y fue al Gineco Obstetra. Espero a Zayn un rato hasta que ambos se fueron rumbo a la clínica.
– Será niño –dijo Zayn contento.
– No creo que ganes… porque será niña.
– Eso ya lo veremos –miró retándola.
– ¿Cómo estás tan seguro?
– Siempre consigo lo que quiero –le guiñó el ojo.
– Tonto –le dio un leve empujoncito. Ahora se la llevaban mejor, ambos asumían el papel de padres y a la vez de amigos, Zayn se reconcilió con Isabella, y ahora están tratando de llevar una buena relación, Harry y Invitado se quieren como nunca, al fin ella comenzaba aceptar que él era el indicado, pero no pasaba más de allí, no eran novios pero estaban juntos, algo raro–. ¡Llegamos! –Exclamó contenta.
– Ya te lo dije, será niño –dijo en tono de advertencia pero divertido.
Después de esperar un rato era su turno, ambos pasaron algo nerviosos.
– Hola de nuevo –saludó sonriente el Dr.
– ¡¡Hola‼ -Dijeron al unísono.
– Vamos a ver la hermosa o hermoso bebé que llevas adentro –el moreno volteó a verla y sonrió. Hizo el mismo procedimiento, aplicó el gel frío y comenzó ver a través de la pantalla, pasaron mínimos segundos cuando habló el Doctor.
– ¡Felicidades! –Los dos se quedaron a la expectativa– no me miren así –dijo sonriente el señor.
– ¿Es niña verdad? –Preguntó ansiosa.
– Emm –se quedó callado– no –habló rápido– es un precioso varón.
– ¡Te lo dije! –Comentó Zayn.
– No puedo creerlo, me ganó un tonto –Zayn lo miró triunfante.
– Gracias por todo –dijo Invitado a la salida.


– ¿Qué tal te pareció mi éxito? –Preguntó el moreno contento.
– Está bien, está bien… ganaste, lo admito ¿ya estás contento?
– Estas molesta –dijo burlándose Zayn pero recibió una mirada de desprecio por parte de ella– ¡Uy pero que carácter! –se agachó para tocar su barriga– espero que tu no seas así como tu mamá de amargada, ¿verdad que no? –Un mini rodillazo recibió–. ¡Qué mala eres! –Dijo Zayn sobándose.
– No seas dramático –se rió– nadie te manda a meterte conmigo –le sacó la lengua. Después de eso se fueron a la casa de cada quién. Invitado al llegar se encontró con una grata sorpresa, Harry la estaba esperando con una cajita.
– Hola –lo abrazó– es niño –le dijo a ambos, a su madre que se encontraba cerca y a él.
– ¡Eso es bueno! –Habló la mamá de ésta.
– Zayn te ganó –se burló Harry.
– ¿Tú también? –Reclamó Invitado cruzada de brazos. El ruloso soltó una risotada– ¿y qué es lo que llevas ahí? –Preguntó señalando la caja.
– Es para ti –le estrechó sus brazos. Abrió el contenido y sus ojos se iluminaron al ver un collar hecho de piedra tallado con su nombre en ella–. Es hermosa –comentó sonriente.
– He aprendido un poco…
– ¿La hiciste tú? –Lo interrumpió sorprendida.
– Sí, de hecho… –volvió a interrumpirlo para plantarle un beso, la madre al ver aquella escena sonrió y fue a su cuarto, Invitado sin importarle la reacción de su mamá siguió besándolo con todas las ganas, quería sentir sus labios como nunca, al separarse unió su frente con la de él.
– Gracias por todo Harreh –lo miró.
– Siento que te quiero más que nunca –besó su nariz.
– Y yo igual Harry, yo igual

Estar al lado de Harry era lo mejor, sin duda ese ruloso me había flechado completamente–. Te tengo algo que decir –me dijo suavemente el oído mientras observábamos todo el paisaje, nos encontrábamos en una montaña muy alta y alejada de la ciudad, según él era su lugar favorito para estar, cuando se enojaba, ponía triste o quería un descanso siempre venía para acá, el contacto con la naturaleza lo hacía sentir libre y en paz.
– ¿Qué quieres Harry? –Lo miré fijamente a sus ojos verdosos, aunque no podía interpretar bien su mirada, jamás me había visto de esa forma, sus ojos eran de una tonalidad grisácea mezclado con sus hermosos esmeraldas, una combinación muy extraña, bueno él era extraño pero único y eso me encantaba.
– ¿Te acuerdas de ese día qué te quedaste en mi casa y te dije que soñé algo muy lindo?
– No me acuerdo muy bien –fruncí el ceño.
– Que yo te dije que no pensaras mal.
– Aaaah ya me acordé –solté una leve risita– ¿qué soñaste? –lo miré atenta.
– Soñé que –tomó mi mano– ehmm… –se quedó callado.
– Harry no me hagas esto –mostré una leve sonrisa– termíname de decir.
– Bueno, mejor te cuento después el sueño, antes quiero que se cumpla –cada vez sentía su respiración más cerca, me quedé callada completamente, todas las palabras se habían acabado–. Quiero pedirte delante de este hermoso lugar a ti Invitado que tengas el favor de concederme ser tu novio ¿aceptas? –me quedé paralizada, no dije nada, cerré mis ojos y me apegué a él, sintiendo sus brazos, sabía que eso que estaba ocurriendo era real y no un sueño, no hablé, no le respondí, volví a abrir los ojos e inmediatamente se conectaron con los de él que ahora se encontraban más brillantes que nunca, clavados en mí, esperando tan solo una respuesta, me levanté un poco para poder darle un beso, aquel beso donde lo explicaría todo, donde estaría dando un absoluto, definitivo y hermoso “Sí”. Sus manos tocaron mis mejillas y subieron hasta enredarlas en mis cabellos, acariciándolos delicadamente, mientras yo posaba una mano en su hombro y la otra en sus hermosos rizos, fue el beso más largo y especial que hasta ahora sentía, ni siquiera con Zayn había sentido lo que sentí en esos momentos, sin duda me había enamorado completa y perdidamente de Harry, por fin me daba cuenta del significado del amor, ahora lo único que me importaba eran mis amigos, los verdaderos, los que cada día me demostraban que estarían conmigo en las buenas y en las malas y esos eran, primeramente Liam, a pesar de todo lo que pasó el siempre estuvo y sé que estará conmigo, Frann mi verdadera amiga, la que me hace ver la realidad, por supuesto Louis, la persona que logra sacarme una sonrisa hasta en mis momentos más tristes, Niall, ¿para qué decir amigo?, él es como el hermanito que nunca tuve y por supuesto tendré el honor de nombrarlo el padrino del bebé y Zayn quiso que escogiera a Mari como madrina, que cosas ¿no?, también estaba Harry, mi verdadero amor, él único que me enloquecía cada día más, mi bebé que sin conocerlo ya lo amaba infinitamente y por último y la más importante “Mi madre”, la persona que jamás me abandonará, aquella mujer que luchó por mí día y noche, a esa mujer la amo y no dudo al decirlo, gracias a ella estoy aquí viviendo más feliz que nunca y junto al bebé que vendrá muy pronto.
– Te amo –susurré en sus labios, podía escuchar como su corazón estaba acelerado completamente ¿y cómo no notarlo?, todo era silencioso y nuestras respiraciones encontradas eran las únicas que se escuchaban, sumándole los latidos de su corazón.
– Invitado Yo Te amo más de lo que tú piensas y a él –tocó mi barriga– a pesar que no sea mío, siento como si lo fuera y no los defraudaré, tanto a ti como él, siempre me tendrán a su lado.
– Pero espera… –me reí por dentro– no te he dicho que sí. –Bajó la mirada–. Es mentira tonto –solté la risa– acepto mil y una veces –le di varios besos seguidos, estaba loca, estaba contenta, estaba enamorada.

Después de eso fuimos de regreso a casa, antes pasamos por el supermercado y compramos unas cosas que mi mamá había pedido pero se nos había olvidado, algo raro , llegamos más rápido de lo que esperaba.

– Pensé que estaban fabricando la comida –comentó mi mamá.
– Disculpe –habló Harry– es que quise darle una sorpresa a mi novia –dijo orgulloso, yo me quería morir. Mi madre abrió los ojos como platos.
– Así que… ¡qué bien! y pensar que mi hija siempre me negaba que jamás iban a tener algo, yo lo sabía –se rió. Lo único que hice fue lanzarle una mirada asesina a él y me fui camino al cuarto.
– Espera –fue tras mío, no le hice caso y seguí caminando. Casi llegando a mi cuarto me agarró– ¿por qué te molestaste? –Me miró algo desanimado ante mi actitud anterior.
– No estoy molesta, es que me sentía incomoda y esa era la única manera de que mi mamá me dejara tranquila –solté una risita.
– ¡Me asustaste! –se puso la mano en el pecho– no me vuelvas a hacer eso ¿ok? –besó mi frente.
– Sabes perfectamente que no me puedo molestar –miré mi barriga, que ya estaba bastante abultada.
– Cierto –me sonrió.

Había caído la noche y Harry ya se tenía que ir, no quería dejarlo, era nuestro primer día de noviazgo y la había pasado increíble, Harry siempre me había hecho sentir especial, pero ese día lo hizo más “Te amo Harry Edward” decía en mi mente.

– Solo espero que la noche se pase rápido para volver a verte–le hice puchero.
– Mientras estés soñando conmigo no –sonrió.
– Por cierto –lo sujeté de la mano– ¿cuál era el sueño qué ibas a contarme?
– Soñé que habías aceptado ser mi novia –besó dulcemente mis labios y salió para luego montarse en su auto.
– Te amo –le grité cuando se montaba e hizo lo mismo.

Baby Shower

Era uno de los días más esperados para cualquier mujer que está a punto de ser una madre más, estaba preparándome mientras llegaban los invitados, tuve que discutir con Harry durante toda una semana porque él no quería que Niall fuera al baby shower, y eso que era el padrino y todavía no le había comentado quien sería la madrina, me reí al imaginar su cara cuando se enterase, pero Niall tenía que ir así él no lo quisiera.

– Hija, ya han llegado casi todos –comentó mi madre mientras yo me hacía unos bucles que combinaban perfecto conmigo, me toqué la barriga y le dije a mi mamá que dentro de un rato bajaría, solo tenía que esperar a que me terminara de arreglar. Al rato entró Frann con una bolsita de regalo.
– No me pude resistir –dijo al verme– es de mi parte y de Lucho –se rió.
– ¡Amiga! –la saludé con un gran abrazo pero evitando no dañarme los bucles.
– Ahora te pareces a tu novio con ese peinado –bromeó.
– Tonta –le di un leve golpecito en el hombro– voy a ver –dije observando la bolsa, era un regalo hermoso, una cadenita de oro con hermosas perlas, vale acotar que le había puesto por nombre a mi bebé “Zarry”, una rara combinación entre las letras del nombre de Zayn, mi mamá y Harry. La primera vez que les dije a todos se rieron pero luego lo aceptaron–. Te quedó hermoso –la abracé a la vez que le daba un beso en las mejillas– eres la mejor amiga del mundo –unas pequeñas lágrimas se me escaparon.
– No llores, no llores –ven– me las secó con cuidado –no dejes que el hermoso maquillaje se te corra. Fue imposible no reírme.
– Vas a parecerte a Sophia si sigues diciendo comentarios como esos –dije divertida.
– ¡¡No!! –puso cara de trauma.

Bajamos a los cinco minutos y los pude ver a todos, tenían la vista clavada en mí, vestía una camisa holgada crema junto a un mono, era un conjunto y debía admitir que me veía muy bien, del primero que me fijé fue Harry que lucía una camisa blanca de cuadros negros al lado de su prima Mari y futura madrina aunque él no lo supiera, una sonrisa se me escapó de los labios. Al otro extremo estaba Zayn junto a Niall, les brindé una sonrisa y luego miré a mi madre que se encontraba con Liam, Josefa y Louis.
Al bajar el último escalón no pude evitar ir directamente a Liam para después abrazar también a Louis, luego saludé a Josefa, dándole una calurosa bienvenida, volteé y vi a los chicos malos de la ciudad –reí ante mi pensamiento– abracé fuertemente a Niall–. Te amo demasiado hermanito –le planté un beso en la mejilla– lucha por lo que quieres –le susurré en el oído, él sabía que me refería a Mari, luego abracé a Zayn, después de todo ya nos llevábamos muy bien, me alegraba que por fin estuviera serio y flechado de alguien, ya Isabella no me miraba mal y ambos se veían muy felices. Después pasé donde Mari, diciéndole en el oído lo mismo que le dije a Niall, aunque Harry estaba tratando de adivinar lo que le susurré no pudo descifrarlo, luego de eso lo miré fijamente y le di un corto y tierno beso entrelazando mis manos con las de él.

– ¡Qué comience la fiesta! –comentó divertido Niall, a lo que Harry torció los ojos, apreté mis manos fuertemente indicándole que se calmara. No podía creer lo celoso que era Harry con Mari, no quería soltarla para nada.

Fui recibiendo los regalos uno por uno, el primero fue de Liam, eran unos hermosos zapatitos de color azul fuerte, el segundo era de Josefa, me pareció extraño recibir un regalo de ella, sin embargo lo abrí ansiosa, ella le encantaba tejer e hizo un hermoso gorrito crema–. Para cuando tenga frío – comentó soltando una linda sonrisa, de tercero vino Niall, quién regaló un conjunto también azul.
– ¡Qué hermoso! –dije al verlo, era toda una cuchitura ese traje, luego le tocó a Harry y Mari que regalaron juntos una bañera hermosa, mi mamá se adelantó a Zayn y me regaló un móvil, el mismo que había usado yo, mis ojos se aguaron al verlo.
– Sé que es usado, pero es muy especial para mí.
– Te amo mamá –la abracé. Por último llegó el del padre, era pequeño, al abrirlo pude ver que sacó un hermoso azabache colgado de una cinta roja.
– Esto lo protegerá de todo mal –me lo soltó en la mano.
– Ven aquí –le dije a la vez que le daba un abrazo.

Luego de eso seguimos riéndonos de las cosas que decía Louis, que bueno era ver como todos convivíamos en familia, a pesar de que Harry no despegaba los ojos de Mari, la cual se sentía algo incómoda por tener al irlandés tan cerca, se me ocurrió algo y llamé a Harry aparte. Lo llevé a la cocina.

– ¿Qué pasó? –Me preguntó algo apresurado.
– Harry –tragué saliva– sé que no te gusta Niall para nada pero creo que deberías darle una oportunidad a él con tu prima, yo a él lo conozco desde pequeño y no es lo que parece, créeme –le sujeté las manos.
– Las personas cambian Invitado.
– Por eso Harry, Zayn cambió por el bebé, nunca había visto de la manera que veo a Niall cuando está al lado de tu prima, solo una oportunidad, por favor.
– No, mi amor por favor, esa es mi decisión y creo que debe cumplirse.
– Ok, no te molestaré más –le mostré una sonrisa.
– Mi amor, mi prima está a mi cuidado y no quiero arriesgarme.
– Solo piensa como estábamos al principio y recuerda lo horrible que era –lo dejé con la palabra en la boca y salí a la sala donde se encontraban todos.


A pesar de la charla en la cocina con Harry fue un día espectacular, tan solo faltaba menos de una semana para que el bebé naciera, estaba emocionada pero a la vez tenía miedo de que todo fallase, durante esa semana tuve pesadillas, me imaginaba cosas terribles, mi mamá tuvo que acudir varias noches a mi cuarto para lograr calmarme. Pero ya no pasarían más noches.

El día había llegado.