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Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
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ESTOY AQUÍ [Harry y Tu] TERMINADA
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: ESTOY AQUÍ [Harry y Tu] TERMINADA
Sus comentarios me hacen tan feliz :D Si mañana puedo subo... no les prometo nada xd. Disculpen todo el tiempo sin haber subido.
SCARLET.
Re: ESTOY AQUÍ [Harry y Tu] TERMINADA
¡Siguee! Ya quiero ver que pasara ¬¬ Jejejeje perve yo xD En fin.
¡Siguela! .xx ¡Esta muy buena! ¡Siguela please! (:
¡Siguela! .xx ¡Esta muy buena! ¡Siguela please! (:
*mArtA*
Re: ESTOY AQUÍ [Harry y Tu] TERMINADA
AHH! ME ENCANTA! SIGUELA PLEASE :D
Entren en mi novela: "You Are My Dream" (Harry Styles y tu)
https://onlywn.activoforo.com/t15461-you-are-my-dream-harry-styles-y-tu
Entren en mi novela: "You Are My Dream" (Harry Styles y tu)
https://onlywn.activoforo.com/t15461-you-are-my-dream-harry-styles-y-tu
Srita.Directioner
Re: ESTOY AQUÍ [Harry y Tu] TERMINADA
Me Encanto El Capitulo !!
Siguela Pronto !!
:lol!:
Siguela Pronto !!
:lol!:
AdriGarrido1D
Re: ESTOY AQUÍ [Harry y Tu] TERMINADA
Hola :D
me a facinadoo este cap :P
siguela cuando puedas,
pero de preferecia pronto sii!! :flower:
me a facinadoo este cap :P
siguela cuando puedas,
pero de preferecia pronto sii!! :flower:
natalia
Re: ESTOY AQUÍ [Harry y Tu] TERMINADA
CAPITULO XXXIV
SEGUNDA CITA
SEGUNDA CITA
Al sentir esas palabras muy cerca de mi oído tamboleé, me había estremecido por completo. Me volteé para tomarlo por los hombros, no me di cuenta cuando me arrebató el celular y se había dirigido a la puerta.
– Haz lo que quieras –bajé la mirada con tono desanimado.
– No entiendes que me preocupo por ti –soltó el teléfono para acercarse a mí– y por el bebé –posó su mano sobre mi vientre.
– Yo lo sé Harry, disculpa, solo fue un impulso nada más –volví a bajar la mirada, él la recogió para depositarme un beso– eres lo mejor.
– Qué bueno que lo admitas –rió triunfante. Continué con el beso iniciado anteriormente, sus manos comenzaron a acariciar mi espalda por debajo de la blusa–. No quiero lastimarte –dijo cortado entre besos.
– Sé que no lo harás –enredé mis manos en sus rizos a la vez que rozaba mi nariz con la de él.
– Te quiero mucho Invitado –me cargó con cuidado para llevarme a la cama, de inmediato me acordé de Mari.
– Harry necesito hacer algo –le dije a la vez que me paraba. Fui rápido al cuarto de Mari, no sin antes colocarme el vestido, ésta inmediatamente abrió.
– Veo que estás muy arreglada –comenté al verla en un vestido algo corto pero lindo, floreado y llamativo, combinado con tacones negros–. ¿A dónde te llevará mi duende?
– Eso es lo que no sé –rió nerviosa.
– Espero que todo salga bien –le brinde confianza.
– ¿Todo bien con Harry? –Me preguntó asustada.
– Todo bien –alcé mis pulgares– tú no te preocupes de nada, más bien diviértete –al escuchar eso me abrazó.
– Gracias, eso es lo que haré –cuando nos soltamos reímos. Al ver que ella se había ido entré cuidadosamente al cuarto de Harry, estaba medio adormilado. Me acosté a su lado.
– ¿Estás segura? –Volvió a preguntarme por enésima vez, de forma metafórica claro. Le mostré una cara sonriente.
– Todo lo que tenga que ver contigo me da seguridad –me miró fijamente, a lo que yo quedé embobada con aquellos ojos verdes.
– Eres increíble –tomó mis labios para darme un tierno beso, su mano acariciaba mi brazo de arriba abajo hasta que de un momento a otro nuestras manos quedaron entrelazadas, se inclinó un poco hacia mí, mientras yo me aferraba a su cuello–. ¿Por qué eres tan hermosa? –Me sonrojé.
– Supongo que Dios me hizo así.
– Pero que buen gusto tiene Dios.
– Tú no te quedas atrás –me mordí los labios.
– Por Dios Invitado, soy un chico cualquiera.
– Claro que no, tú eres único.
– ¿Me quieres? –Clavó sus ojos en mi rostro.
– Más de lo que piensas –una electricidad corrió por mi cuerpo al sentir como sus manos acariciaban mi espalda. Nunca me había besado de la manera que lo estaba haciendo en esos momentos. Subió sus manos hasta mis hombros para bajar delicadamente mi vestido, sus ojos verdes se quedaron fijos en mi cuerpo totalmente en ropa interior.
– ¿Cómo puedes ser tan hermosa insisto? –De inmediato mis ojos tuvieron una especial conexión con los de él. En ese momento fue cuando comencé a admitir lo que ese chico había logrado en mí, era increíble cómo me volvía loca con tan solo una mirada, una palabra o un beso, simplemente sentía como si subía a una galaxia y aterrizaba rápidamente–. ¿Por qué no me respondes? –Rió.
– Las palabras sobran –lo rodeé con mis brazos y rocé suavemente mis labios con los de él. Sin importarnos nada caminamos lentamente hasta la cama. Fui acostándome al paso de él, sus manos recorrían mis curvas. Proseguía a quitarle la camisa pero inmediatamente me apartó las manos.
– No quiero que hagas ningún esfuerzo.
– Solo es quitarte la camisa.
– Tú querías esto ¿no?, ahora compláceme a mí.
Mari fue caminando rápido a la cuadra pero al pasar de 10 minutos Niall no llegaba.
«Voy a matarlo», decía en su mente.
Un rugido la sorprendió, era el rubio en su moto una BMW R 1200 GS negra con un motor de 500 cc o más. http://www.motorspain.com/wp-content/uploads/2010/10/BMW-R-1200-GS-2010-etp-3-400x300.jpg
– ¡Me asustaste! –Protestó de golpe.
– Mis intenciones no eran esas –rió descaradamente.
– No te soporto –le dio varios golpes en el hombro.
– Veo que estás muy arreglada para hoy –dijo a la vez que prendía un cigarro. Mari al escucharlo le torció los ojos–. No te pongas así –rió– pero ni te imaginas a dónde iremos hoy.
– ¿A dónde pretendes llevarme? –Se alarmó.
– Móntate –le ordenó.
– Estoy en vestido.
– No me había dado cuenta –soltó una carcajada.
– Eres un imbécil –se dio media vuelta en dirección a su casa– no sé como puede gustarme un idiota –rechinó entre dientes.
– Oye nena, espérate.
Mari comenzó a caminar más rápido pero él la alcanzó.
– ¿Qué quieres? –Volteó al instante que él la había sujetado por el brazo.
– Tenemos una cita ¿no?
– Pero como te comportas tú.
– Vas a tener que aprender por las buenas –lo miró extrañada, de pronto sintió sus manos en los muslos de ella cargándola.
– ¡Suéltame! –Le ordenó, pero fue imposible, la montó en la moto.
– Toma –le lanzó la chaqueta– para que te tapes, eso está muy corto –ella le clavó una mirada despreciable. Pero por mala suerte comenzó a llover en el camino.
– Como si fuera poco –rechinó Mari.
– Ya vamos a llegar –comentó el rubio.
– Tengo frío –dijo tiritando.
– Engánchate a mi cintura –ella quería pero a la vez su orgullo no la dejaba–. Vamos, te quitará algo de frío –no le tocó más remedio que hacerlo.
– ¿A dónde vamos? –Repitió.
– Ya verás –dijo en tonito burlón.
Llegaron rápido, era como una calle deshabitada y a lo lejos pudo ver unos motorizados, miles de sentimientos le revolvieron el estómago.
– ¿Esos no son…? –Los señaló.
– Si Mari –la interrumpió– los de la otra vez.
– Niall vámonos –echó un paso atrás.
– Tranquila que no te harán nada.
– ¿Niall qué hacemos aquí? –Preguntó temerosa.
– Ven –le extendió la mano, ella se la agarró insegura y con los ojos cerrados la apretó fuertemente. Ambos caminaron en Dirección a los motorizados.
– ¿Qué hacemos aquí? –Volvió a preguntarle, ésta vez con el corazón más acelerado.
– Es una especie de carreras –casi llegando abrió los ojos y pudo ver a otras chicas, estaban todas de negro y con ropa ajustada, mientras la ropa de ella era floreada y llamativa. Pudo notar una risa burlona por parte de aquellas chicas, eso hizo sentirla peor de lo que ya estaba y de paso ese vestido se le había arruinado ¿en qué cabeza cabía? se sentía como la persona más estúpida del mundo. Niall la sujetó fuertemente de la cintura apegándola de lado a él.
– Bueno, eras el único que faltaba –comentó Ivan, ella recordaba aquél nombre por completo.
– Mari –le susurró el rubio– haz lo que hagan las demás chicas.
Ella pudo ver como cada chico se montaba en sus respectivas motos y se colocaban en la fila, de un momento a otro el lugar se llenó de espectadores.
– ¡Qué patética pareja escogiste! –Comentó una pelirroja, Mari se quedó paralizada al reconocerla perfectamente «estúpida pelirroja» dijo para sus adentros. Inmediatamente le lanzó una mirada de desprecio.
– A la cuenta de 1 –todas las chicas habían agarrado un cinturón que estaba atrás de la moto, Mari hizo lo mismo– a las 2 –al verlas montadas en reversa de la moto se extrañó pero aún asustada lo hizo, sujetó el cinturón fuertemente a la cintura de Niall y a la de ella, ambos estaban pegados de espalda– y a las 3 –un grito por parte de ella se escuchó en el callejón, Niall había arrancado a toda velocidad. La adrenalina le corría por las venas, todo su cuerpo estaba de puntas, en una el rubio alzó la moto de manera que Mari quedara frente a frente con el asfalto, otro grito de ella salió disparado. En un abrir y cerrar de ojos Niall había ganado la carrera.
– Solo ganaste por esta vez, pero a la próxima me toca a mí –protestó Craig lanzándole una mirada fulminante. Niall mostró una sonrisa de medio lado. Mari aún seguía con la respiración agitada, el rubio desató el cinturón y la sujetó.
– ¿Todo bien? –Le preguntó.
– ¿Estoy viva?
– Claro que sí –rió– además eso es malo responder con otra pregunta.
– Cierto –la chica se paró y se restregó los ojos tratando de desaparecer el mareo que tenía.
– Ven aquí –le hizo espacio en la moto.
– ¿Otra vez? –Abrió los ojos como platos.
– Nuestra cita no ha terminado –le sonrió. Ella asintió y se volvió a montar, de inmediato enganchó sus manos en la cintura de él.
– Este es mi lugar favorito –era una plaza con una fuente en ella.
– ¿Por qué está tan sola?
– Digamos que la gente se le olvida apreciar esto, ahora lo que manda es la tecnología.
– Eso es una estupidez.
– Qué bueno que pienses lo mismo.
– ¿Y esa fuente?
– Es la fuente de los deseos amorosos.
– No entiendo.
– Tienes que pedir un deseo pero con la persona especial, o sea, es una moneda por pareja –el silencio los invadió a ambos– ¿quieres pedir uno? –La tomó por detrás, posando sus manos en la barriga de ella.
– ¿Se supone qué el deseo tiene que ser para los dos no?
– Sí –dijo nervioso.
– Dame una moneda –le pidió. El se sacó una moneda del bolsillo y la juntó con las manos de ella–. Entonces pido porque se vuelva a repetir este momento –pero justo antes de lanzarla, la detuvo.
– Por qué no mejor hacemos algo en este instante, lanzamos la moneda al mismo tiempo y que se cumpla lo que el destino quiera.
– ¿Algo cómo qué? –Lo miró extrañada.
– Ven aquí –tomó de sus mejillas para unir sus labios con los de ella. Soltaron la moneda al mismo tiempo. Cuando se separaron unieron sus frentes.
– Creo que debería irme.
– De ahora en adelante te diré Cenicienta.
– Pero tú no tienes pinta de príncipe –soltó una carcajada.
– No podré serlo, pero al final me quedaré con la princesa –volvió a tomarla de la cintura para otro beso, éste más largo.
– Ahora sí, vámonos –miró su reloj– ¡mierd'a! han pasado 2 horas ¡vámonos ya! –le gritó.
– Ok, pero cálmate.
– Rápido, rápido.
Yacía en el pecho de Harry.
– Eres increíble –comentó aún agitado.
– Tú más –volteé para mirarlo.
Estaba algo asustada por Mari, habíamos quedado que no se iba a tardar mucho y ya había pasado más de una hora.
– Voy a tomar agua –comentó el ruloso.
– ¡No! –Grité de inmediato.
Frunció el ceño–. ¿Por qué no?
– Quiero quedarme un rato más contigo.
– Como digas –me besó la frente– estás cumpliendo todo lo que quieres ¿no?
– Pero por lo menos tiene que ver contigo.
– Sí –rió.
– En serio tengo sed –dijo al cabo de 5 minutos, se paró de la cama y salió, marqué inmediatamente al número de Mari.
– Aló –contestó al instante.
– ¿Dónde estás? –Pregunté rápido.
– Ya casi llego.
– Pues déjame decirte que tu primo bajó a la cocina.
– ¿Y ahora qué hago?
– Primero dime ¿por qué tardaste tanto?
– Después te explico.
– Si es que llegas a salir viva de esto.
– Haz otra cosa por mí, distrae a Harry en la cocina ¿sí?
– ¿Y cómo vas a entrar?
– Por la ventana.
– ¿Estás loca?
– Por favor –me suplicó.
– Algún día reclamaré todos los favores.
– Te quiero –dijo contenta.
– Okey –tranqué la llamada. Me puse una camisa de Harry y bajé a la cocina.
– Ya iba subiendo –me dijo con un vaso de agua en la mano.
– Yo mejor me la tomo aquí –agarré el vaso y bebí de aquella agua lo más lento posible, así le daba tiempo a Mari.
– ¿Te ayudo? –Le comentó el rubio al verla tan complicada.
– No te preocupes –dijo mientras hacía fuerza para montarse.
– Déjame ayudarte –la tomó por la cintura.
– ¡Qué no! –Lo apartó, pero en un intento fallido ambos cayeron al suelo.
– Eres demasiado terca.
– Entonces ¿qué esperas para levantarme? –El rubio se paró y la ayudó a subirse, también entró junto a ella– creo que deberías salirte del cuarto.
– Solo estaba curioseando –comentó a la vez que veía un cuadro en donde salía ella y Harry.
– ¿Qué tanto ves el cuadro?
– ¿Ese es tu primo?
– Sí ¿por qué?
– Por saber.
– Niall en serio sal, tengo miedo.
– Todo por lo que pasamos hoy y esto insignificante ¿te da miedo? –se acercó a ella.
– En serio, Harry da más miedo que todo.
– Que se atreva a hacerte algo y se llevará otra paliza.
– ¿Otra paliza?
– Olvídalo chiquita –se dirigió a la ventana.
– ¿Sabías que me caes mal? –Le gritó ella.
– Pero cayéndote mal y todo te gusto –se acercó a ella y le plantó un beso intenso.
– Idiota –le dijo cuando se paró– el rubio fue a la ventana y se marchó. Mari asomada por la ventana vio cuando arrancó en la moto, una sonrisa se le dibujó en el rostro.
– Haz lo que quieras –bajé la mirada con tono desanimado.
– No entiendes que me preocupo por ti –soltó el teléfono para acercarse a mí– y por el bebé –posó su mano sobre mi vientre.
– Yo lo sé Harry, disculpa, solo fue un impulso nada más –volví a bajar la mirada, él la recogió para depositarme un beso– eres lo mejor.
– Qué bueno que lo admitas –rió triunfante. Continué con el beso iniciado anteriormente, sus manos comenzaron a acariciar mi espalda por debajo de la blusa–. No quiero lastimarte –dijo cortado entre besos.
– Sé que no lo harás –enredé mis manos en sus rizos a la vez que rozaba mi nariz con la de él.
– Te quiero mucho Invitado –me cargó con cuidado para llevarme a la cama, de inmediato me acordé de Mari.
– Harry necesito hacer algo –le dije a la vez que me paraba. Fui rápido al cuarto de Mari, no sin antes colocarme el vestido, ésta inmediatamente abrió.
– Veo que estás muy arreglada –comenté al verla en un vestido algo corto pero lindo, floreado y llamativo, combinado con tacones negros–. ¿A dónde te llevará mi duende?
– Eso es lo que no sé –rió nerviosa.
– Espero que todo salga bien –le brinde confianza.
– ¿Todo bien con Harry? –Me preguntó asustada.
– Todo bien –alcé mis pulgares– tú no te preocupes de nada, más bien diviértete –al escuchar eso me abrazó.
– Gracias, eso es lo que haré –cuando nos soltamos reímos. Al ver que ella se había ido entré cuidadosamente al cuarto de Harry, estaba medio adormilado. Me acosté a su lado.
– ¿Estás segura? –Volvió a preguntarme por enésima vez, de forma metafórica claro. Le mostré una cara sonriente.
– Todo lo que tenga que ver contigo me da seguridad –me miró fijamente, a lo que yo quedé embobada con aquellos ojos verdes.
– Eres increíble –tomó mis labios para darme un tierno beso, su mano acariciaba mi brazo de arriba abajo hasta que de un momento a otro nuestras manos quedaron entrelazadas, se inclinó un poco hacia mí, mientras yo me aferraba a su cuello–. ¿Por qué eres tan hermosa? –Me sonrojé.
– Supongo que Dios me hizo así.
– Pero que buen gusto tiene Dios.
– Tú no te quedas atrás –me mordí los labios.
– Por Dios Invitado, soy un chico cualquiera.
– Claro que no, tú eres único.
– ¿Me quieres? –Clavó sus ojos en mi rostro.
– Más de lo que piensas –una electricidad corrió por mi cuerpo al sentir como sus manos acariciaban mi espalda. Nunca me había besado de la manera que lo estaba haciendo en esos momentos. Subió sus manos hasta mis hombros para bajar delicadamente mi vestido, sus ojos verdes se quedaron fijos en mi cuerpo totalmente en ropa interior.
– ¿Cómo puedes ser tan hermosa insisto? –De inmediato mis ojos tuvieron una especial conexión con los de él. En ese momento fue cuando comencé a admitir lo que ese chico había logrado en mí, era increíble cómo me volvía loca con tan solo una mirada, una palabra o un beso, simplemente sentía como si subía a una galaxia y aterrizaba rápidamente–. ¿Por qué no me respondes? –Rió.
– Las palabras sobran –lo rodeé con mis brazos y rocé suavemente mis labios con los de él. Sin importarnos nada caminamos lentamente hasta la cama. Fui acostándome al paso de él, sus manos recorrían mis curvas. Proseguía a quitarle la camisa pero inmediatamente me apartó las manos.
– No quiero que hagas ningún esfuerzo.
– Solo es quitarte la camisa.
– Tú querías esto ¿no?, ahora compláceme a mí.
Mari fue caminando rápido a la cuadra pero al pasar de 10 minutos Niall no llegaba.
«Voy a matarlo», decía en su mente.
Un rugido la sorprendió, era el rubio en su moto una BMW R 1200 GS negra con un motor de 500 cc o más. http://www.motorspain.com/wp-content/uploads/2010/10/BMW-R-1200-GS-2010-etp-3-400x300.jpg
– ¡Me asustaste! –Protestó de golpe.
– Mis intenciones no eran esas –rió descaradamente.
– No te soporto –le dio varios golpes en el hombro.
– Veo que estás muy arreglada para hoy –dijo a la vez que prendía un cigarro. Mari al escucharlo le torció los ojos–. No te pongas así –rió– pero ni te imaginas a dónde iremos hoy.
– ¿A dónde pretendes llevarme? –Se alarmó.
– Móntate –le ordenó.
– Estoy en vestido.
– No me había dado cuenta –soltó una carcajada.
– Eres un imbécil –se dio media vuelta en dirección a su casa– no sé como puede gustarme un idiota –rechinó entre dientes.
– Oye nena, espérate.
Mari comenzó a caminar más rápido pero él la alcanzó.
– ¿Qué quieres? –Volteó al instante que él la había sujetado por el brazo.
– Tenemos una cita ¿no?
– Pero como te comportas tú.
– Vas a tener que aprender por las buenas –lo miró extrañada, de pronto sintió sus manos en los muslos de ella cargándola.
– ¡Suéltame! –Le ordenó, pero fue imposible, la montó en la moto.
– Toma –le lanzó la chaqueta– para que te tapes, eso está muy corto –ella le clavó una mirada despreciable. Pero por mala suerte comenzó a llover en el camino.
– Como si fuera poco –rechinó Mari.
– Ya vamos a llegar –comentó el rubio.
– Tengo frío –dijo tiritando.
– Engánchate a mi cintura –ella quería pero a la vez su orgullo no la dejaba–. Vamos, te quitará algo de frío –no le tocó más remedio que hacerlo.
– ¿A dónde vamos? –Repitió.
– Ya verás –dijo en tonito burlón.
Llegaron rápido, era como una calle deshabitada y a lo lejos pudo ver unos motorizados, miles de sentimientos le revolvieron el estómago.
– ¿Esos no son…? –Los señaló.
– Si Mari –la interrumpió– los de la otra vez.
– Niall vámonos –echó un paso atrás.
– Tranquila que no te harán nada.
– ¿Niall qué hacemos aquí? –Preguntó temerosa.
– Ven –le extendió la mano, ella se la agarró insegura y con los ojos cerrados la apretó fuertemente. Ambos caminaron en Dirección a los motorizados.
– ¿Qué hacemos aquí? –Volvió a preguntarle, ésta vez con el corazón más acelerado.
– Es una especie de carreras –casi llegando abrió los ojos y pudo ver a otras chicas, estaban todas de negro y con ropa ajustada, mientras la ropa de ella era floreada y llamativa. Pudo notar una risa burlona por parte de aquellas chicas, eso hizo sentirla peor de lo que ya estaba y de paso ese vestido se le había arruinado ¿en qué cabeza cabía? se sentía como la persona más estúpida del mundo. Niall la sujetó fuertemente de la cintura apegándola de lado a él.
– Bueno, eras el único que faltaba –comentó Ivan, ella recordaba aquél nombre por completo.
– Mari –le susurró el rubio– haz lo que hagan las demás chicas.
Ella pudo ver como cada chico se montaba en sus respectivas motos y se colocaban en la fila, de un momento a otro el lugar se llenó de espectadores.
– ¡Qué patética pareja escogiste! –Comentó una pelirroja, Mari se quedó paralizada al reconocerla perfectamente «estúpida pelirroja» dijo para sus adentros. Inmediatamente le lanzó una mirada de desprecio.
– A la cuenta de 1 –todas las chicas habían agarrado un cinturón que estaba atrás de la moto, Mari hizo lo mismo– a las 2 –al verlas montadas en reversa de la moto se extrañó pero aún asustada lo hizo, sujetó el cinturón fuertemente a la cintura de Niall y a la de ella, ambos estaban pegados de espalda– y a las 3 –un grito por parte de ella se escuchó en el callejón, Niall había arrancado a toda velocidad. La adrenalina le corría por las venas, todo su cuerpo estaba de puntas, en una el rubio alzó la moto de manera que Mari quedara frente a frente con el asfalto, otro grito de ella salió disparado. En un abrir y cerrar de ojos Niall había ganado la carrera.
– Solo ganaste por esta vez, pero a la próxima me toca a mí –protestó Craig lanzándole una mirada fulminante. Niall mostró una sonrisa de medio lado. Mari aún seguía con la respiración agitada, el rubio desató el cinturón y la sujetó.
– ¿Todo bien? –Le preguntó.
– ¿Estoy viva?
– Claro que sí –rió– además eso es malo responder con otra pregunta.
– Cierto –la chica se paró y se restregó los ojos tratando de desaparecer el mareo que tenía.
– Ven aquí –le hizo espacio en la moto.
– ¿Otra vez? –Abrió los ojos como platos.
– Nuestra cita no ha terminado –le sonrió. Ella asintió y se volvió a montar, de inmediato enganchó sus manos en la cintura de él.
– Este es mi lugar favorito –era una plaza con una fuente en ella.
– ¿Por qué está tan sola?
– Digamos que la gente se le olvida apreciar esto, ahora lo que manda es la tecnología.
– Eso es una estupidez.
– Qué bueno que pienses lo mismo.
– ¿Y esa fuente?
– Es la fuente de los deseos amorosos.
– No entiendo.
– Tienes que pedir un deseo pero con la persona especial, o sea, es una moneda por pareja –el silencio los invadió a ambos– ¿quieres pedir uno? –La tomó por detrás, posando sus manos en la barriga de ella.
– ¿Se supone qué el deseo tiene que ser para los dos no?
– Sí –dijo nervioso.
– Dame una moneda –le pidió. El se sacó una moneda del bolsillo y la juntó con las manos de ella–. Entonces pido porque se vuelva a repetir este momento –pero justo antes de lanzarla, la detuvo.
– Por qué no mejor hacemos algo en este instante, lanzamos la moneda al mismo tiempo y que se cumpla lo que el destino quiera.
– ¿Algo cómo qué? –Lo miró extrañada.
– Ven aquí –tomó de sus mejillas para unir sus labios con los de ella. Soltaron la moneda al mismo tiempo. Cuando se separaron unieron sus frentes.
– Creo que debería irme.
– De ahora en adelante te diré Cenicienta.
– Pero tú no tienes pinta de príncipe –soltó una carcajada.
– No podré serlo, pero al final me quedaré con la princesa –volvió a tomarla de la cintura para otro beso, éste más largo.
– Ahora sí, vámonos –miró su reloj– ¡mierd'a! han pasado 2 horas ¡vámonos ya! –le gritó.
– Ok, pero cálmate.
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Yacía en el pecho de Harry.
– Eres increíble –comentó aún agitado.
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Estaba algo asustada por Mari, habíamos quedado que no se iba a tardar mucho y ya había pasado más de una hora.
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– Sí –rió.
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– Aló –contestó al instante.
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– Después te explico.
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– Haz otra cosa por mí, distrae a Harry en la cocina ¿sí?
– ¿Y cómo vas a entrar?
– Por la ventana.
– ¿Estás loca?
– Por favor –me suplicó.
– Algún día reclamaré todos los favores.
– Te quiero –dijo contenta.
– Okey –tranqué la llamada. Me puse una camisa de Harry y bajé a la cocina.
– Ya iba subiendo –me dijo con un vaso de agua en la mano.
– Yo mejor me la tomo aquí –agarré el vaso y bebí de aquella agua lo más lento posible, así le daba tiempo a Mari.
– ¿Te ayudo? –Le comentó el rubio al verla tan complicada.
– No te preocupes –dijo mientras hacía fuerza para montarse.
– Déjame ayudarte –la tomó por la cintura.
– ¡Qué no! –Lo apartó, pero en un intento fallido ambos cayeron al suelo.
– Eres demasiado terca.
– Entonces ¿qué esperas para levantarme? –El rubio se paró y la ayudó a subirse, también entró junto a ella– creo que deberías salirte del cuarto.
– Solo estaba curioseando –comentó a la vez que veía un cuadro en donde salía ella y Harry.
– ¿Qué tanto ves el cuadro?
– ¿Ese es tu primo?
– Sí ¿por qué?
– Por saber.
– Niall en serio sal, tengo miedo.
– Todo por lo que pasamos hoy y esto insignificante ¿te da miedo? –se acercó a ella.
– En serio, Harry da más miedo que todo.
– Que se atreva a hacerte algo y se llevará otra paliza.
– ¿Otra paliza?
– Olvídalo chiquita –se dirigió a la ventana.
– ¿Sabías que me caes mal? –Le gritó ella.
– Pero cayéndote mal y todo te gusto –se acercó a ella y le plantó un beso intenso.
– Idiota –le dijo cuando se paró– el rubio fue a la ventana y se marchó. Mari asomada por la ventana vio cuando arrancó en la moto, una sonrisa se le dibujó en el rostro.
SCARLET.
Re: ESTOY AQUÍ [Harry y Tu] TERMINADA
Aaaaaaaaaay ame el capítulo babe!!
Esutvo todo emocionante con esa carrera, y Niall es tierno aunque de repente se le sale lo malote jojo ajjajaja!
Tienes que seguirla!
Me faaaaaaaascina esta nove *-*!
Esutvo todo emocionante con esa carrera, y Niall es tierno aunque de repente se le sale lo malote jojo ajjajaja!
Tienes que seguirla!
Me faaaaaaaascina esta nove *-*!
Pepaa
Re: ESTOY AQUÍ [Harry y Tu] TERMINADA
Siguela me encanto el capitulo te inspiraste en tres metros sobre el cielo lo se a mi no me engañas wkjhgfds buuuuuuuuuueno me encanto el capitulo *------------* Siguelaaa
Javiera♥
Re: ESTOY AQUÍ [Harry y Tu] TERMINADA
Holis!! me encanto el cap. tienes que seguirla, amo tu nove!! :D
Diana1D
Re: ESTOY AQUÍ [Harry y Tu] TERMINADA
Javiera♥ escribió:Siguela me encanto el capitulo te inspiraste en tres metros sobre el cielo lo se a mi no me engañas wkjhgfds buuuuuuuuuueno me encanto el capitulo *------------* Siguelaaa
Jaja sí, es que esa película es hermosisima♥
SCARLET.
Re: ESTOY AQUÍ [Harry y Tu] TERMINADA
Inspiracion de tres metros sobre el cieño... Adoro esa peli... Siguela
Bianch
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Miér 20 Nov 2024, 12:51 am por SweetLove22
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