ESTOY AQUÍ [Harry y Tu] TERMINADA

Es muy lindo de tu parte –dije apenada– gracias.
Quiero que sepas que siempre estaré contigo.
Hasta ahora me lo demuestras –sonreí. Estaba muy nerviosa.
Qué bueno que te des cuenta –susurró mientras agarraba un mechón de mi cabello y lo escondía tras mi oreja–. Eres tan… linda –suspiró.
Yo no lo creo que Ha-arry –titubeé.
Oh, claro que sí lo eres, no tienes por qué subestimarte.
Lo sé, pero es que a veces siento que no lo soy.
Pues sí lo eres, y mucho por algo me fijé en ti, nunca había visto a alguien tan lindo como tú.
Le sonreí tímidamente y él me correspondió con una gran sonrisa.
Quédate conmigo –lo miré fijamente.
Pero… ¿y tu mamá qué dirá?
No creo que se moleste mucho, además tú le caes muy bien –hablé lo más convincente posible.
Está bien, solo por ti lo haré.
Tonto.
Con permiso –entró mi madre a la habitación–. Aquí traigo tu comida, Harry vigila que coma –le ordenó.
Lo haré con gusto –respondió el ruloso amable.
Mamá –la llamé antes que saliera–, Harry… ¿puede quedarse aquí sin ningún problema?
Vi como su cara era algo preocupante, tal vez pensaba que me iba a revolcar con Harry estando de esa manera, supuse que era lo primero que le había pasado por la cabeza, pero me sorprendió haber escuchado su respuesta:
Claro –nos brindó una sonrisa y se fue.
No creo que a mi prima le guste la idea de tener que quedarse sola –comentó angustiado.
Por favor –dije casi suplicándole, que si estuviera bien como para pararme, me fuese arrodillado.
Pero primero le avisaré –advirtió.
Gracias –me acomodé para poder abrazarlo. Pasarla en compañía de Harry no era malo, era la única persona con la que se me olvidaban fácilmente los problemas, era como mi ángel guardián, siempre tan protector y cariñoso, esa noche dormí a su lado, aunque varias veces me desperté en la madrugada por los intensos espasmos que provocaban el frío nocturno. Estar con él me hizo pensar en muchas cosas, realmente me estaba gustando, tal vez era la cura perfecta para sacar a Zayn de mi mente, era como parte del destino, jamás pensé que fuese a significar tanto para mí un completo desconocido en mi vida. Me acomodé para mirarlo mejor, verlo dormir era hipnótico, a pesar de su boca Semi-abierta, a la vez me daba un poco de risa pero era encantador, me acerqué un poco a él y comencé a jugar con mis dedos en sus largos y lacios rulos. Harry tenía el sueño muy pesado, solo un grito de mi mamá entrando al cuarto lo despertó:

¡Invitado a comer!
El ruloso se despertó de inmediato quedándose sentado y con ojos como platos.
Solté una carcajada.
Lo siento –comentó mi madre penosa, en ese aspecto era como yo. Reí disimuladamente y esta salió del cuarto con el mayor cuidado posible.
¿Dónde estoy? –Preguntó todavía asustado.
En mi casa tontito –le brindé una sonrisa.
Ah sí… -volteó a verme y fueron 5 segundos de hechizo completo, noté la leve inclinación de sus labios, formando una sonrisa.
Qué lindo es despertarse a tu lado –comentó.
¿Aún asustado? –Todavía seguía risueña por la despertada de Harry, sumándole su cara de susto.
Sí –me sonrió acariciando mi rostro con sus sedosas manos.
Bajamos a comer, como cosa rara mi mamá le ofreció comida, algo que no hacía con nadie, bueno para ser más exacta con Zayn.
Estaba algo pensativa por todo lo que había pasado, no podía creer lo que se me había ocurrido hacer.
Mi mente se encontraba perdida en absurdos pensamientos, mientras Harry trataba de contar sus chistes con mi madre, en el fondo escuchaba las carcajadas de ella, no entendía por qué le caía tan bien Harry, digo... él no es de los chicos a que ves como un amigo, aunque lo bueno es que mi madre era mayor por supuesto «me reí por dentro», no me di cuenta que en mi rostro se había reflejado mi pensamiento anterior.

¿En qué pensabas Invitado? –Preguntó mi madre al ver mi cara evidentemente sonriente, aunque Harry contaba chistes ella sabía que mi sonrisa no era debido a eso.
Nada, solo que… pensaba, emm… cosas –respondí de la forma más clara posible.
Bueno, yo creo que debería ir a mi cuarto –comentó y subió para darme una mejor privacidad con el ruloso, algo que no se atrevería hacer con Zayn.
¿En qué pensabas? –Preguntó Harry pensando que iba a contarle algo que no podría decirle a mi madre.
Cosas –dije rápido para salir del paso.
¿Qué tipo de cosas? –Se acercó a mí.
No seas curioso –tomé los platos «incluyendo el de mamá» y los puse en el lavavajillas.

Así que no piensas decirme ¿verdad? –Me abrazó por la espalda mientras lavaba los platos.
No –dije de forma amistosa.
Aunque sea… ¿dejarás qué te ayude? –Preguntó de forma sensual y apegándose más a mi espalda, sus manos comenzaron acariciar mis brazos, sentí un cosquilleo por todo mi cuerpo. Me volteé para verlo.
¿Qué intentas? –Lo miré suspicaz.
Darte cariño… que digo ayudarte a lavar –besó mi hombro.
Así que quieres ayudarme ¿no? –Me acerqué más, de manera que tan solo faltara un leve movimiento para unir nuestros labios.
Sí –me arrinconó más al lavavajillas.
Entonces lava –pasé mi mano de jabón por toda su cara zafándome rápidamente de él.
Eres algo pila –comentó riendo pícaramente, esa sonrisa que me volvía loca, bueno… en realidad a cualquiera.
¿Qué ves? –Preguntaba Harry al mismo tiempo que contemplaba su hermoso rostro y llenó de jabón. Solté una risa.
No me respondas –siguió lavando los platos mientras yo seguí mirándolo hasta que decidí ir al mueble de la sala para ver la tele. Cuando estaba con Harry todo era tan… «Suspiré por dentro», diferente. Sentí unas sedosas manos llenando mi cara de jabón, volteé y le lancé una mirada fulminante a lo que me respondió con una gran carcajada.
¿Te de mucha risa eh? –Fui corriendo a la cocina para luego ir tras de él intentando llenarle de jabón, inmediatamente agarró mi mano tratando de calmarme.
¡Te puedes lastimar! –Comentó preocupado.
¡Por supuesto que no! –Exclamé y fui a la cocina cuando no me dio tiempo de mirar y de un resbalón caí completamente al suelo.

¡¡Invitado‼ -Gritó Harry asustado, lo que ocasionó que bajara mi madre al instante.
¿Qué pasó? –La cara de pánico de ella se vio reflejada.
Se cayó sin querer –comentó el ruloso mientras me ayudaba a pararme.
¿Te lastimaste? –Preguntó mi madre con preocupación.
No es nada mamá –solía ser un poco torpe y en realidad me dolía la espalda, pero la risa que aguantaba por dentro era como una especie de analgésico.
Yo creo que debería irme, mi prima me necesita -comentó Harry.
Ok –lo acompañé a la puerta.
Chao, gracias por todo –dijo cortésmente.
De nada señora –respondió de igual manera mi pequeño no tan pequeño chico enrulado.
Cuando noté que se alejaba mi madre me acerqué un poco más a él.
En serio gracias –lo miré.
Vi su media sonrisa y sostuvo mi quijada para darme un tierno beso. Bajé la cabeza al separar nuestros labios.
Algún día lo admitirás –se dio media vuelta y fue al carro.
¡Espera! –Grité– ¿Qué cosa?
¿Ah? –Se hizo el que no entendía.
¿Qué de qué me daré cuenta? –Insistí.
Ah… claro, emm que soy el indicado –guiñó el ojo y entró al automóvil.
Me mordí los labios, tranqué la puerta y me recosté en ella deslizándome hasta quedar sentada en el suelo.
Mis manos tocaban mis labios tratando de recordar sus dulces besos, tenía los ojos cerrados, por lo que no pude ver cuando mi madre bajó, solo sentí su presencia y abrí inmediatamente los ojos.

Menos mal que no te gustaba –ironizó.
Claro que no –repliqué y me paré para irme directamente al cuarto.
Podrás ser muy lista pero recuerda que soy tu madre –pude escucharla emitiendo una risita.