Hippie in troubles. {Nick&tú. [Terminada]

Y... ¡Fin del maratón! Espero que les gusten todos los capitulos<3.
Btw, Paula, aún no te sigo en Twitter, ahorita entro y lo hago<3. Mi twitter es @Imthestargirl -Para que sepas quien soy n_n-

¡Hooooola chicas! ¿Cómo les va, como las trata la vida? Yo espero que bien n_n. Bien, hemos llegado a nada más y nada menos que a los últimos tres capítulos de la novela.
No saben lo mucho que significa para mi porque ésta es la primera novela que termino, so.... Significa bastante y les agradezco mucho-muchísimo por haber leído todos los capítulos, en serio, ustedes son las mejores lectoras <3.
Bien, me pondré a escribirles YA mismo, una vez más les pido paciencia pues me tardaré ya que son tres en vez de uno.
Laaas quiero un montón, gracias por leer<3.
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Fraaaaaaaan! Ah I know, en serio muchas gracias por los comentarios tan hermosos<3. Pero don't worry después del último cap les diré una cosa lalala. Gracias nuevamente n_n
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Ay, de nada Jenni, hice la maratón para ustedes n_n. Qué bueno que te gustó y muchas gracias por leer!
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Ceci respira, vamos: Uno dos, uno dos. JAJAJAJ, okno. Aw, muchas gracias en serio <3.
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Ho-Hola patu! sjahsj, thanks a lot<3. Ya mismo me pongo a escribir :D.

ohhhh noo ya se acaba !!! morire nooo !!!! ohh gracias encerio por escribir la nove la amoo !!! .....

Capitulo cuarenta y cuatro.

- Bien, creo que ya estoy lista. Sí, sí, casi... -______. soltó un bufido y negó con la cabeza- No, no puedo hacerlo...
- ¿Otra vez? Vamos es la tercera vez que dices que estás lista y te arrepientes.

La peliazul se apartó del espejo, dándole la espalda a su reflejo antes de desconectar el altavoz y llevarse el celular al oído. Había llamado a Cat con una tarjeta de saldo especial para largas distancias hacía treinta minutos, la chica, como ella sospechaba, ya sabía todo lo que ocurría con Nicholas, así que se ahorró tener que explicarle que había aceptado la cita con él, aunque no se lo dijo, planeaba ir. Sin embargo, cada vez que se sentía lista para partir, los nervios la envolvían de nuevo.
Se sentó en el borde de la cama, intentando pensar con claridad, cosa que se le estaba haciendo bastante difícil en esos momentos. Su mirada se desvió hacia la cámara sobre su cómoda y sonrió sin darse cuenta. La cámara estaba dentro de la cesta de picnik que Nicholas le había dado ayer. Tenía una idea de como llegó hasta él, en realidad, sabía que Cat o Tyron la habían cogido y dado a Nicholas.
La voz de su amiga al otro lado de la linea telefónica la regresó al momento.

- Espera, espera... ¿Qué dijiste? -Preguntó la peliazul, viendo de reojo su reflejo. Cat soltó un suspiro.
- Al menos préstame atención ¿Quieres? -Cat hizo una mueca invisible para ella y repitió- Decía que debes calmarte, estar tranquila. Te aseguro que Nicholas tiene buenas intenciones.
- No sé, hace tanto que no lo veo, pero digo... Se merece la oportunidad.
- Exacto. Por cierto, creo que ya sabes como llegó tu cámara hasta él, ¿Verdad?
- Soy hippie, no tonta, Cat.
- Lo siento, lo siento. Pero me pidió el favor y no pude decirle que no. -Se disculpó su amiga.
- Ya, tranquila. -______. se levantó de la cama y se acercó al espejo- Ahora sí, creo que ya estoy bien.
- ¿Segura?
- Sí. ¡Dios, me siento rara, no me gusta! Deséame suerte, buen karma, lo que sea.
- Suerte linda. -Cat hizo el sonido de un beso y soltó una risa- Llámame si quieres, te quiero.
- Te quiero. -Dijo ella, haciendo el mismo sonido que su amiga- Dale mis saludos a Ty, ¿Sí?
- Claro. Adiós tonta. -Dijo con cariño.
- Adiós ¡Los quiero!

Colgó la llamada después de decir eso y metió el celular en el pequeño bolso color negro que planeaba llevar. Se miró nuevamente en el espejo, asegurándose de estar bien. La dirección que le había dado Nicholas en el sobre eran de unas galerías abandonadas cerca del centro de la ciudad. Ella sabía donde quedaban, pero honestamente nunca había entrado a una. Iba vestida como le pareció más apropiado, un vestido blanco de verano que llegaba hasta el suelo, el cabello azul suelo en ondas y, como siempre, sandalias.
Tomó la cámara entre sus manos, sonriendo nuevamente al tenerla con ella y la guardó también en el bolso, llevándola siempre consigo.
______. bajó las escaleras del edifico y se metió en el taxi que había pedido pensando en que se encontraría cuando llegara allá. No había límites en lo que podría encontrar. Quizás el lugar estaría lleno de estrellas falsas, o tal vez encontraría otro picnik armado. O, en el peor de los casos, el lugar estaría vacío. De solo pensar en esa posibilidad un escalofrío le recorrió la espalda de arriba a abajo. Borró el pensamiento de su mente e intentó concentrarse el resto del camino en cosas diferentes.
Esa noche el clima era cálido, sin brisas o vientos que perturbaran la copa de los árboles. Aún era temprano para que la vida nocturna de California se activara, así que no había tanta gente en la entrada de los clubes.
Concentró toda su atención en las estrellas que lograba ver por la ventanilla del taxi. No había muchas, pero unas pocas formaban diferentes dibujos incompletos en el cielo, sintió el impulso de sacar la cámara y fotografiar el momento, pero sabía que la foto saldría movida debido al nerviosismo que corría por sus venas en ese instante.
Sí bien tenía la cámara con ella desde el día anterior no le había prendido aún. En parte porque no sentía la necesidad de tomar fotos y en parte porque no se sentía capaz de tomar ninguna foto buena con la cabeza tan llena de pensamientos que no tenían nada que ver con el arte.

- Ya llegamos, señorita. -Le indicó el taxista, aparcando junto al lugar.
- Ah, sí, sí, tome. -Sacó el dinero necesario y le pagó al hombre antes de bajarse- Gracias.

El edificio se impuso ante ella cuando se bajó del auto. Constaba de tres pisos, cada uno una galería diferente, un solo cuarto sin paredes que obstruyeran el flujo del artista que se estuviera exhibiendo. Todos tenían un inmenso ventanal al frente, que dejaba ver la preciosa vista hacia el resto de la ciudad.
_____. se aferró a su bolso y entró. El lugar, si bien estaba abierto todo el tiempo pues hacía años que nadie la utilizaba como galería estaba en perfectas condiciones. Siguió de largo hasta llegar a las escaleras, que por suerte, tenían iluminación y se dispuso a subir hasta el tercer piso.
Las escaleras eran en forma de caracol, así que a medida que subía podía ver que el tercer piso estaba iluminado, a diferencia de los demás. Con cada escalón que subía se acercaba cada vez más, pero no veía otra cosa que luz, pues debido a la estructura no podía ver nada hasta llegar al rellano del piso.
Su corazón se aceleró al subir el último tramo de escalones antes de llegar al tercer piso. Sintió deseos de devolverse pero siguió hasta que por fin pasó el rellano, llegando a la entrada de la galería.
No podía darle crédito a lo que sus ojos veían.

Un montón de fotos, al menos, trescientas, llenaban la primera pared a su derecha, formando lo que parecía un corazón. Ocupaba todo el centro de la pared blanca, resaltando el color blanco de la misma. Desde donde ella estaba parada no podía definir de quien o de que eran las fotos, pero aunque no podía verlo, su sexto sentido le decía saber de que eran.
Quiso avanzar para ver todo más de cerca cuando también vio a Nicholas. El pelinegro estuvo todo el tiempo allí, parado junto al ventanal, pero debido a la atención que le puso al corazón con fotografías no se había fijado con él.

- Sí viniste. -Nick se acercó hasta a ella. Lucía un jean oscuro, camisa clara y el cabello perfectamente desordenado en sus rulos naturales: Para quitar el aliento. Pero también su sonrisa era tan... Sencilla y hermosa- Tenía miedo de que no aparecieras. -Confesó- Estás hermosa.
- Yo quería venir. No te pude avisar pero... -______. se sonrojó al instante y no intentó disimularlo, por el contrario, sonrió- ¿Tu hiciste todo esto?
- Yo lo armé sí, pero no pude haberlo hecho sin la ayuda de...
- Cat. -Terminó la peliazul, sonriendo como el primer día en que lo conoció; de manera fresca.

Nicholas alzó ambas cejas, obviamente no se esperaba eso, pero asintió, dando otro paso hacia ella.

- Así que lo sabías. -Dijo, curvando una media sonrisa.
- Lo figuré cuando me devolviste la cámara. -______. ladeó la cabeza, sonriendo- Soy una hippie inteligente.
- No lo dudo, _______. -Su nombre dicho por él tenía algo especial, único- ¿Has utilizado la cámara?
- No, aún no... ¿Por qué?
- No lo hagas hasta que yo te diga, por favor. -Le pidió el pelinegro. Un paso más y estaría a solo centímetros de ella.

_______. asintió con la cabeza sin despegar la mirada de él. Ni él de ella. La energía que desprendían ambos en ese momento era algo casi tangible, visible. Era raro pero emocionante verlo así, vulnerable. Cuando en las mayorías de las situaciones era ella la que llevaba las emociones a flor de piel. Ella estaba a punto de abrir la boca para decir algo más cuando Nicholas terminó de acercarse a ella e invadió sus labios con la suavidad de los suyos. Una corriente eléctrica le recorrió todo el cuerpo, se sentía una eternidad desde la última vez que había sentido los labios de él apoderándose de los suyos. Era uno de los besos más intensos que había tenido jamás, pues llevaba un significado dentro de el.
La peliazul se inclinó hacia Nick, extrañando ese sentimiento que venía con el beso y acarició su cabello entre sus manos, enredando los dedos alrededor de él. Aunque ella no quería separarse de él, tuvo que hacerlo por falta de aire.
Ambos se miraron el uno al otro, sin decir nada, simplemente viéndose. _______. se volvió a sonrojar cuando Nicholas le acarició la mejilla con el pulgar y poco a poco se separó de ella.

- Ven, quiero que veas ésto de cerca. -La tomó de la mano y la acercó más a la pared- Está es mi manera de pedirte disculpas. De decirte que fui un imbécil, y que nunca debí decirte nada de lo que te dije. Bajo ninguna circunstancia. No lo vi en ese momento, pero ahora lo sé.

______. Alzó la mirada hacia la pared después de escuchar lo que había dicho y paseó la mirada entre todas las fotos, no hizo falta más de tres segundos antes de que se diera cuenta de que las fotos eran suyas. Cada una de las fotos fueron sacadas de la cámara de ella y reveladas para ser puestas en aquella pared. Reconoció la mayoría, pero algunas no.

- ¿Ésto es de cuando...? -Empezó a decir, señalando una de las fotos de arriba.
- Esa es de cuando dijiste que tamborileara mis dedos en el volante porque te parecía divertido. -Le explicó Nicholas y señaló otra- Ésta la encontré en tu cámara, la tomaste el día en que te quedaste dormida en el jardín y yo te llevé hasta adentro. Y esta.... -La jaló suavemente de la mano hasta una de las fotografías en el marco del corazón- Es la primera foto que tomaste con la cámara. Yo te dije ese día que era una buena foto porque la tomaste con una buena cámara, pero en realidad es una buena foto porque la tomaste tú. -Nicholas se giró para mirarla de frente, clavando la mirada en sus ojos- El resto de las fotografías las tomé yo, eran cosas que me recordaban a ti.

_______. se separó de él y recorrió una a una las fotografías. En una de aparecía un bonito lirio de color azul entre un montón de rosas rojas. Siguió viendo el resto, encontrándose con fotos que ella misma había tomado de él entre las que el pelinegro había tomado por su propia cuenta. Se detuvo en la última foto, la que completaba el corazón y pasó la yema de los dedos sobre la fotografía. Era la que ella había tomado en su habitación, cuando colocó el atrapa-sueños sobre su cama. Sonrió sin poder ocultarlo y se giró hacia él con el alma en su mirada.

- ¿Sabes? Llegué a tratar de odiarte. En serio, traté. Pero había algo, algo que no me dejaba hacerlo. -La peliazul se encogió de hombros y señaló la foto detrás de ella- Supongo que sabía que quedaba algo bueno en ti. Y esto, lo que hiciste... ¡Eres un tonto Nicholas Jonas! Pero eres un buen tonto.
- Y tu una hippie. -Dijo Nicholas, tomándola suavemente por la cintura- No me puedo quedar más tiempo aquí, y sé que tu necesitas tiempo para pensar sobre todo ésto. Yo mañana me voy, tengo que regresar a Londres, así que cuando llegues de regreso a tu casa, enciende la cámara y ve la primera foto que guardé.
- ¿Qué...? Nicholas, no puedes irte así no hemos terminado de hablar y... -Nicholas la calló, besándola nuevamente.
- Mi vuelo sale hoy a las once. Sí no me voy no llegaré, linda. -Le acarició el cabello, enredándolo suavemente entre sus dedos- Pero no quería irme sin darte una razón, sin despedirme y pedirte disculpas. Así que por favor, cuando llegues ve la foto. Solo cuando llegues.
- Más te vale que la foto signifique algo, Nicholas.

______. sonrió a pesar de que no quería dejarlo ir esa misma noche y volvió a besarle una vez más. Dejándose envolver por la sensación, sin pensar, solo sentir.

Capitulo cuarenta y cinco.

______. recogió su maleta después de haber esperado quince minutos entre la multitud. La jaló con ambas manos para poder sacarla completamente del carril y la agarró de la misma manera mientras caminaba para salir a la puerta de embarque. Como extrañaba su pequeña y fácil de llevar maleta con rueditas.
En realidad no llevaba mucho de equipaje, solo dos mudas de ropa, su fiel cámara y un par de regalos que había comprado el día anterior. No era mucho, pero era todo lo que necesitaba.
Le invadió un río de gente gritando, sonriendo y alzando los brazos sobre sus cabezas para llamar la atención de sus seres queridos, que como ella, salían por la puerta de embarque número seis en ese momento.
Se detuvo unos segundos para buscar entre el montón a sus amigos, no hizo falta ver dos veces pues en cuestión de segundos divisó el cabello morado de Cat.

- ¡Llegaste sana y salva! -Su amiga la abrazó, casi haciéndola caer por completo junto a su equipaje.
- Aquí estoy, en una pieza. -______. le devolvió el abrazo y le sonrió a Tyron, que también estaba allí- Hola, tú.
- Ven aquí, pitufa. -El moreno la apartó de los brazos de su novia y el mismo la alzó en voladas- Cat y yo te hemos extrañado, ¿Cierto?
- Mi guapo novio tiene razón. -La chica se encogió de hombros y esperó a que Ty la bajara- Lleva su equipaje, sé un caballero.
- Gracias, Ty. -Murmuró la peliazul cuando el moreno cargó su maleta.
- No hay de qué, linda.

Los tres caminaron por el aeropuerto hasta alcanzar uno de los múltiples estacionamientos donde Cat había estacionado su bonito auto color amarillo. En el camino se pusieron al día rápidamente. Tyron comentó de su nuevo empleo como pasante en un museo independiente, y Cay le mencionó que ella también estaba trabajando en un nuevo empleo que consiguió como fotógrafa junior para una revista mensual que se publicaba únicamente en Londres. Ambos también le dijeron que ahora vivían juntos, se habían mudado hacía ya unos dos meses y les estaba yendo de maravilla.
Se subieron al auto, Tyron al volante y ellas dos atrás, sin dejar de conversar. _______. se apoyó en el hombro de su amiga, acurrucándose junto a ella.

- Ah, los dos están tan bien, no saben como me alegro por ustedes. -Dijo, sonriendole a Ty por el retrovisor.- Ya se olvidarán de mi, y no querrán volver a pasar tiempo conmigo.
- Oh, cállate. -Su amiga negó con la cabeza- Sabes que con nosotros siempre eres bienvenida.
- Excepto cuando tengamos sexo, eso es otra historia. -Bromeó Tyron mientras conducía.
- ¡Oh, rayos, guárdate esa imagen para ti solo, por favor! -La peliazul cerró los ojos, intentando borrar esa imagen de su cabeza.

La pareja soltó una carcajada ante la expresión de ella. Catherine tomó aire después de haberse reído y ladeó la cabeza para verla.

- ¿Por cuanto tiempo te quedarás? -Preguntó.
- Dos días, hoy y mañana. Si todo sale bien, claro. -_______. se acomodó en el asiento y miró a su amiga, luego a Tyron- Gracias por dejarme quedar aquí.
- De nada, cariño. -Le respondió el moren antes de girar el volante.
- Hum, _______. ¿Tus papás saben algo de ésto? -Preguntó Cat.
- Oh, sí, les dije que vendría. De todas formas, ya tengo veinte, recién cumplidos pero veinte. -______. sonrió con confianza y volvió a recostar la cabeza en el hombro de su amiga.
- No las quiero interrumpir ni nada, ¿Pero que tienes planeado? Cat no quiso decirme.
- No te puedo decir aún, Ty. Pero dentro de poco te enterarás. -Le aseguró la peliazul.













Nicholas presionó con suavidad la tecla del piano bajó sus dedos, dejando escapar una pequeña melodía. Hizo el mismo movimiento como de una caricia a la siguiente tecla; con suavidad, paciencia. Esperó unos segundos y pronto sus manos iban de un lado al otro del piano, tocando una canción entera. Sus dedos de movían en perfecto compás con la música dentro de su cabeza, no necesitaba ver las notas en el papel: se las sabía como sí hubiera nacido con ellas en el corazón.
La música era fluida, libre, suave, llena de amor y pasión. Eso era lo que tanto amaba de la música, el millón de sentimientos que una sola nota le podía traer a la mente con solo presionar una tecla. Quizás por eso su escape siempre había sido la melodía de un piano. Cuando tocaba no era él, era mucho más que una persona en el mundo. Podía ser una estrella flotando en la galaxia, una nebulosa, perdido en su propio mundo sin querer ser encontrado.
Cuando descubrió plenamente que podía hacer mucho más con un piano y sus manos dejó la empresa. Aquel lugar solo le estaba consumiendo la vida, la energía lentamente. No se imaginó que él fuera tan bueno en el piano como para que alguien lo contratara. Pero al librarse de la empresa pidió ser profesor permanente en la escuela de música que quedaba cerca de su apartamento, y después de dos días, se lo dieron.
Enseñar lo que amaba le daba la felicidad que pocos conocían. Era un sentimiento indescriptible hacer lo que amas porque quieres, no porque te obligan.

Se inclinó lentamente sobre el piano antes de tocar la última nota. Rozó con ternura la tecla y terminó su canción. Los alumnos que veían clase con él en ese momento estaban en receso, lo que el solía aprovechar para tocar una que otra canción de su preferencia. Se sentó nuevamente en la silla del piano y cerró los ojos, pasándose las manos entre los cabellos.
Unos aplausos interrumpieron su momento de inspiración. Los niños nunca solían regresar al salón hasta que la campana sonara, y él estaba completamente seguro de que ninguna campana había sonado.

Abrió los ojos y volteó para ver de donde provenían los aplausos. Harry, uno de sus alumnos se encontraba en el marco de la puerta, aplaudiendo con una sonrisa en sus labios. Nicholas sonrió de medio lado, había dejado volar su imaginación.

- ¿Qué haces aquí? ¿Por qué no estás en el receso? -Preguntó el pelinegro, levantándose de su asiento.- ¿Pasó algo?
- No señor. -Le aseguró el pequeño niño- Es que, me mandaron a preguntar por usted.
- ¿Quién, Harry? -Nicholas se agachó para quedar a la altura del niño.
- Una señorita, profesor. Está afuera y.... Y, me pidió que viniera a buscarlo.

El corazón de Nicholas se aceleró como pocas veces lo había echó, pero mantuvo la calma. No quería sacar conclusiones apresuradas. Asintió con la cabeza y volvió a ponerse de pie para extenderle la mano a Harry.

- Vale, vamos, ¿O quieres quedarte aquí? -El pequeño negó con la cabeza, tomó la mano de Nicholas y salió del salón para luego alejarse de egreso al patio de juegos.

El pelinegro intentó caminar, no correr, por los pasillos de la escuela de música. Pero le era casi completamente imposible, quería correr y ver de una buena vez el rostro de _______. ¿Quién más sino lo estaría buscando a esa hora?. Él era uno de los pocos profesores que casi nunca recibía visitas de los padres, era poco común pues nadie tenía quejas sobre él o el modo en que enseñaba el arte de tocar piano.
Para el momento en que por fin abrió la puerta que daba hacia la antesala de la entrada de la escuela su imaginación ya había volado muy alto. Y se estrelló contra el suelo al ver que la mujer que lo esperaba no era ______. sino la mamá de Jenny, otra de sus alumnas.
Soltó un suspiro leve y se acercó, sonriendo con amabilidad.

- ¿En que la puedo ayudar, señora? -Preguntó, estrechando la mano de la misma.
- ¿Es usted el profesor Jonas? Es un placer, dígame Tara. Vine a hablarle porque...

Veinte minutos después de haber escuchado a la madre de Jenny hablarle sobre que su hija estaría ausente el resto del mes pues irían de viaje a Italia de vacaciones adelantadas por fin se pudo librar de la mujer. Para el tiempo en que logró sacudirla de sus hombros el receso ya había acabado, así como su momento de inspiración.
Entró de regreso al edificio y en el momento en que puso un pie en el pasillo camino a su aula de estudios una dulce melodía le invadió los oídos. Era la misma que estaba enseñándole a sus alumnos desde la semana pasada, y al parecer, la habían aprendido.
Caminó con calma hasta que llegó frente a la puerta de su aula y la abrió listo para regresar a enseñar.

- Veo que ya cogieron el ritmo, les ha salido de maravilla esa canci...

Nicholas se quedó sin palabras por primera vez en toda su vida. Pues quitarle las palabras y el aliento a un hombre como él era algo bastante difícil de lograr. Cerró la puerta del aula detrás de él y contempló a _______. tocar el piano con cautela, con cuidado de no equivocarse en ninguna nota.
La imagen le quitaba el aliento, se veía novata, sí, pero las ganas con que intentaba tocar la canción eran impresionantes, tanto que era inspirador verla. Escuchó como erraba una de las notas y se acercó lentamente a ella hasta quedar pegado a su espalda. Se inclinó, colocando un brazo a cada costado de ella. Su aliento rozaba su cuello.

- Tienes que relajarte. Soltar los músculos, y las tensiones. -Colocó su mano sobre la de ella y la guió hasta la siguiente nota- Toca la tecla como una caricia, como sí fuera porcelana.
- ¿Así? -Preguntó _______., imitando el movimiento junto con la mano de él sobre la suya.
- Así, deja que el piano te guíe, te enseñe que nota va después. -Nicholas podía sentir su aliento rozarle la mejilla.

Se inclinó un poco más sobre ella y la guió sobre cada tecla. Ambos tocando el piano como sí fueran uno solo. Una sola alma en perfecta armonía con el resto del universo. Tocaron la última nota lentamente hasta exprimir todo el potencial de la tecla y ________. se giró al terminar la canción.
Nicholas y ella se encontraban tan cerca que sus narices rozaban la una con la otra. La peliazul sonrió y él le devolvió la sonrisa en total silencio. Se inclinó para besarle en los labios pero ella bajó el mentón. Nick depositó el beso en su frente y ella volvió a subir la mirada.

- Quiero que veas algo, ¿Sí? -La peliazul se levantó con cuidado y sacó su cámara del bolso antes de pasarla- Ve todas las fotos, desde la primera hasta la última.

Nicholas alcanzó la cámara y bajó la mirada para ver lo que ella quería que el viera.
La primera foto era la que él había tomado. Una fotografía de una hoja en blanco con su letra que dictaba "Lo siento" y de fondo la escuela de música. Pasó la foto y vio las demás.
La primera era de ella subiéndose al avión en el aeropuerto internacional de California. La segunda de ella bajándose en Londres. La tercera foto no la comprendió al principio pero no pudo evitar sonreír cuando se percató de que era una hoja igual a la primera fotografía, escrita con un collage de fotos parecidas a las que él juntó en el corazón que dictaba "Eres un tonto, pero eres mi tonto" pasó la foto para llegar a la última, una parecida que pero que esta vez decía "Yo soy tuyo y tu eres mía... ¿Recuerdas?"

- Esta es mi manera de decirte que estás atascado con está Hippie por el resto de tus días, Nicholas. -Dijo ______. entre sonrisas.

Nicholas soltó la cámara, dejándola sobre la superficie el piano y se abalanzó sobre ella. Atrapó sus labios entre los suyos, depositando todo su amor, toda su pasión en su boca. _______. alzó los brazos para rodearlo por el cuello, sin soltar sus labios. Nicholas mordió suavemente su labio inferior y la cargó, ella lo rodeó por la cadera con las piernas y sonrió sobre los suaves labios del pelinegro.

- Te amo, ¿Te lo he dicho? -Preguntó entre besos, llenándole el rostro con sus labios.
- Un par de veces. -_______. Sonrió y sintió como Nicholas la recostaba contra el piano- Lo vamos a romper, otra vez.
- No importa. -Murmuró, besándole la frente- Es mío, les daré otro. No, espera... Los niños vendrán en cualquier momento.
- No están aquí. Ayer vine y pedí permiso para tener ésta aula y las otras dos para nosotros. Dije que te tenía una sorpresa y me dejaron. -La peliazul sonrió y se levantó un poco para besarle nuevamente- Te amo, Nicholas.
- Y yo te amo a ti, Hippie.

Cuatro años después.

Abrió la ventana de la habitación, dejando que una brisa fresca la invadiera. Afuera el día era impecable, digno de ser portada en alguna revista famosa. Se apoyó en el marco de la ventana, deseando estar allá afuera en ese preciso momento y no encerrada. No sufría de claustrofobia, pero sino salía en ese instante le daría algún tipo de ataque nervioso.
Para su suerte Catherine interrumpió en la habitación. Su amiga lucía un vestido largo color rosa pálido hermoso que le quedaba de maravilla.
_______. se alejó de la ventana, dándole la espalda a la vista y abrazó a Cat.

- ¿Cómo te sientes? -Preguntó la chica, sentándose en el borde de la cama.
- Nerviosa. Bastante en realidad, pero estoy bien. -Su cabello, que había pasado por todo tipo de colores ahora llevaba su color natural: Castaño claro.
- Bien, no tienes porque estar nerviosa, linda. -Cat le sonrió; siempre sabía como animarla- Quedan pocos minutos, ¿No quieres hacer nada antes de irnos?
- Quiero tomar alcohol. Tequila, algo....
- No puedes. ¿Algo más que puedas y quieras hacer?
- No. ¡No espera, sí!

La castaña se levantó de un salto de la cama y corrió hasta la cómoda de la habitación para sacar su cámara, ella no podría tomar fotos así que se la entregó a su amiga.

- Toma todas las que puedas. Tu tienes ese ojo para las fotografías como yo, así que hazlo por mi, ¿Sí? -Pidió, sonriendo con su mejor cara.
- Claro, dame, yo lo haré. -Cat ladeó la cabeza y miró el reloj- Bien, es hora de nos vayamos. Me matarán si llegas tarde.
- Cat, Cat, espera -_______. abrazó a su amiga y soltó un suspiro- Gracias por hacer ésto conmigo.
- No hay de qué. Ahora vayamos, o en serio me matarán.













- Eh, quita esa cara, amigo. No te favorece en absoluto. -Tyron le dio unas palmaditas en la espalda, intentando ayudarlo.

Nicholas alzó la mirada y observó al que se había convertido también en un cercano amigo suyo. Sabía que solo intentaba relajar toda la situación, pero no había manera en ese mundo de que Nick se calmara hasta que la viera de una buena vez. Él no servía para esperar, no era su estilo, pero al parecer de eso se trataba todo el día. Sin embargo asintió con la cabeza y sonrió de la mejor manera que pudo.

- Ya lleva veinte minutos de retraso, Tyron. -Comentó, dándole un rápido vistazo a su reloj.
- Tranquilo, está con Cat, ella se toma su tiempo en todo.
- ¿Y si no viene? ¿Qué tal si...? -Él pelinegro se calló ante la mirada de reproche del moreno.
- Vendrá. Vamos, quita esa cara y arréglate, pierdes tu estilo, hermano.

Nick se acomodó rápidamente el traje y volvió a posar su mirada alrededor del lugar. Había recorrido la habitación al menos mil veces desde que llegó, cada vez que lo hacía no veía ninguna diferencia, todos seguían en los mismos lugares, hablando con las mismas personas. Sin embargo esperaba ver el momento en que ella apareciera de una vez. Soltó un bufido bajo intentó por quinta vez pensar en algo más, en lo que fuera que lo ayudara a distraer la mente al menos unos segundos.
Logró hacerlo cuando se concentró en recordar todas las notas de las canciones que conocía, pero justo cuando por fin lograba relajarse, Ty le palmeó los hombros otra vez.

- ¿Qué? Si es para decirme que me arregle el bendito traje otra vez...
- Mira al frente. -Se limitó a decir.

Nicholas alzó la mirada y pudo jurar que todo el mundo se detuvo cuando fijó su mirada en la puerta central de la iglesia.
_________. venía entrando del brazo de su padre, caminando como sí flotara sobre nubes. Ella había insistido en que no quería llevar vestido blanco, no era lo suyo, así que en vez de eso, llevaba un vestido color azul esmeralda claro. Su cabello castaño la hacía lucir aún más hermosa de lo que él la había visto jamás. Verla así, caminando por el altar era una de esas visiones que nunca se borran de la mente de las personas. Uno de esos momentos en que vez atrás en tu vida y te das cuenta de que fuiste feliz gracias a esa persona.
No le importó llorar frente a toda su familia y conocidos, no le importaba porque eran lágrimas de pura felicidad y alegría. Le sonrió a su futura novia desde donde estaba, y _______. le devolvió la sonrisa de la misma manera.
Su miraba bajó por ella hasta fijarse en la pequeña panza de embarazada de seis meses que cargaba. En ese momento no le quedó ninguna duda. Él estaba hecho pera ella, y ella para él.

Una hippie y un adicto a los negocios, que de alguna manera, lograron encontrar su propia felicidad entre todo el mundo. Nada, nada desde ese momento en adelante podría ir mal.

AMEEEE LA NOVELA!!!! :cheers:
No quiero aceptar q ya termino
AAAAAAAAAAHHHHH :sad: :enfadado: :bounce:
Debo d admitir q esta novela fue muy original, una de las mejores que eh leido, y eso q eh leido muchas!!
Ojala hubiera 2da temporada! :D deberias de pensartelo no? :bounce:
jejej Ojala q tu nueva nove sea tan buena o mas que esta!

Besos! por cierto me Llamo Susana pero me dicen Susi :D
Ya quiero q empieces "Pecado Capital" nada mas el nombre me entusiasma!
:cheers: Cuidate!

xoxo

S

ohhhh ya se acabooo :( pero igual me encantooo , encerio tienes un gran potencial ame esta novela , claro que me pasare a la otra ,ya estoy esperando al primer capitulo !!!!! :D :bounce: